Enfermería

Ha transcurrido ya mucho tiempo desde la última vez que visité esta enfermería, pero ahora, al reaparecerme de nuevo en ella, es como si no hubiese pasado tanto tiempo. Los recuerdos de todo tipo se agolpan en mi mente nada más tener frente a mis ojos aquel lugar en el que tantas veces había estado, ya fuese por heridas propias o de amigos y compañeros. Ahora el lugar ha cambiado ligeramente, la base trabaja a medio gas, pero se ha vuelto a poner en uso tras algunas pequeñas reparaciones. La diferencia, no excesivamente palpable pero sin embargo evidente, es que el lugar ya no es únicamente el refugio de La Resistencia. Ahora hay más variedad de gente agrupada en este lugar, tal vez más diferentes entre sí de lo que éramos nosotros. Y esto puede ser algo positivo o negativo, según se mire. No puedo evitar que me invada cierta sensación de nostalgia por el cambio de los tiempos, pero al fin y al cabo es inevitable. Todo cambia, todo evoluciona.

Suelto a Anteia y a Vor, una vez que la aparición se ha hecho efectiva de manera satisfactoria ya no es necesario mantener el contacto. Miro de reojo a Vor por si acaso se ha mareado. La primera vez que alguien se desaparece puede pasar ese tipo de cosas, al verse sumergido en esa especie de torbellino en el que se ven pasar miles de cosas demasiado rápido como para distinguirlas. Y una vez pones los pues en el suelo se siente esa desagradable sensación de inestabilidad, hasta que te acostumbras. Guío a Vor hacia la camilla, haciendo un gesto con la mano para que se siente en ésta. - ¿Todo bien? Esa forma de transportarse es la aparición, útil para ahorrarse distancias largas. Aunque tiene límite de distancia y no siempre es posible usarla. Ahora estamos en la base de los renegados, aquí podrías contactar con más gente. Cuantos más conozcas, mejor. Hay que tener amigos hasta en el infierno. - comento con media sonrisa, dándome la vuelta para dejarme caer en una silla que está a un par de metros, soltando el aire lentamente, con cansancio. Si mi esposa estuviese aquí, habría más efectivos como sanadores, pero por ahora le tocará todo o bien a Anteia o a algún nuevo recluta.

- Puedes quedarte por aquí el tiempo que quieras, además...es bajo tierra. Es como el sitio del que se supone que vienen los de tu especie, ¿no? no lo sé...eres el primero que conozco. El resto son cosas que sé por libros o habladurías.

-¡SHU! ¡Faer! ¡FLAMGRA L’C’NROS!- Exclamé con todo el drow que llevaba dentro. Había visto de todo. De jodidamente todo. No había pasado por algo así jamás. Respiraba con fuerza y el corazón intentaba hacer aún más fuerza, quizás intentando vaciar toda la sangre que llevaba dentro a partir de los cortes que aún estaban abiertos. Hice amago de intentar apoyarme en el bastón pero en su lugar encontré una bicicleta, que en mi ataque de nervios la dejé ir y se cayó contra mi pierna, haciéndome daño. Entre aquel caos que era mi cabeza noté una mano que me llevaba a una camilla, a la que me aferré con miedo. Me intenté sentar para relajarme, llevándome una mano a la cabeza. Respiraba ruidosamente, intentando comprender cosas.

Poco a poco el mundo volvía a parecer normal. -L’rivvil faer zhah endar taga l’ilythiiri- Gruñí. Oh cierto, pensé entonces. Que no entendían ni pija del drow. Y yo aún tenía que acordarme en qué idioma pensar, y esas cosas casi sin importancia. Él me explicó algo y poco a poco fui asumiendo las palabras, traduciendo una a una en mi cabeza. Que hiciera contactos, que si iba bien, que si estábamos en la base de los renegados… -Si… Va bien, va bien… Es… Solo… Impresión.- Pensé, gruñendo. Rebusqué en mi bolsa y entonces reparé en el dolor físico, casi como si se me hubiera olvidado que estaba más muerto que vivo. Rugí, molesto, mientras iba vaciando todo de cristales.

-Zer’tath kuk…- Véase, bastón de cristal. Cristal bastón. Una única palabra y más rápido que lento, aquello regresó a su forma original. Pero no tenía más fuerzas. Así que había sido un movimiento en vano: No era capaz ni de soltar alguna cosa para curarme a mi mismo. -Xsa’ol…- Me quejé, intentando al menos encontrar algún saco de hierbajos para restregarme en las heridas, ya fuera para dormir un poco el pellejo y que dejara de darme por culo. También saqué otra cosa, la botella. Ahí, medio envuelta en su trapo. Me tentaba darle un trago y olvidarme de todo lo demás, pero… ¡No es que no quisiera! Pero me gustaba la idea de no abrirla. No tenía mérito si estaba medio gastada para cuando llegara el momento.

Él hizo una pregunta. Oh, bajo tierra. Miré hacia arriba y vi un techo, la ausencia de ventanas al exterior, y de repente el trago pareció muchísimo más aceptable. -Eché en falta, si… Eché en falta esto. Es seguro… Es… Es como casa. Bueno, distinto… Pero mucho mejor. Odio bola de fuego. Odio nubes. Odio todo. Mejor cuevas, no salir de ellas, jamás. Peor idea en mi vida. Mira, mira…- Intenté contarle como mi ausente sentido común me permitía. -Todos los drows viven bajo tierra. Más profundo. Mucho más profundo. Hacer casas en paredes, estalactitas grandes, torreones, setas… Allí no haber robots. Allí no haber tecnología. Magia, culto y mentira. Y arañas. Pero echar en falta…- Suspiré pesadamente. -Gente decir que drows ser malignos, porque ellos matar todo no drow. ¿Pero no hacer humanos lo mismo? Matar todo no humano. Así, sin más. No hay diferencia. Créeme.- Rugí casi con asco.

-Así pues, ¿Haber gente por aquí? ¿Mucha más, menos? ¿Todos tener que huir porque humanos estar locos?- Empezaba a aborrecer esa especie mucho más que los elfos, que eran los mayores enemigos de los drows. De hecho, tenía ganas de conocer uno de ellos. Probablemente hiciera ascos a un híbrido como yo… Pero por otra parte, quería saber si los rumores eran ciertos. Que eran jodidamente… ¿Perfectos? Si, eso decían. Otros los llamaban nenazas. Qué mas daba. -Cuando pueda andar, quiero ir a hacer visita. Y… Yo prefiero conocer gente en compañía. No vayan a asustarse.

La aparición como es de esperar le sorprende bastante, ya que tantas palabras en su lengua natal no podían significar otra cosa. Seguramente iba por ahí metido más de algún taco, vamos, lo típico en estos casos. Me evito el decirle que me traduzca porque si lo ha dicho en ese idioma probablemente sea para que no me entere o bien porque en momentos de fuertes emociones resulta difícil, simplemente. - Tranquilo, ya te acostumbrarás a esa sensación. Lo que importa es que por fin estamos a salvo, o más o menos...- finalizo la frase con poco convencimiento porque no sé hasta que punto les sería posible detectarnos aquí, así que prefiero ser prudente. Dejo escapar el aire lentamente ahora que por fin estoy descansando en un sitio en el que puedo más o menos relajarme. Anteia se marcha a buscar algunos frascos de medicinas a otra sala, así que nos quedamos los dos en la enfermería. Me levanto para buscar en los armarios alguna cosa que pueda servir para cicatrizar más rápido las heridas recibidas, sobre todo las del drow. Encuentro un pequeño frasco de esencia de díctamo a medias, que lanzo a Vor para que lo pille al vuelo.

- Échate eso en las heridas, ayudará a que cierren más rápido. ¿Tú sabes algo de sanación? ¿de pociones?

Me apoyo en la pared de al lado de la camilla cruzándome de brazos mientras lo interrogo, si sabía de ese tipo de cosas tal vez podría resultar útil y de ayuda si finalmente decidía que quería colaborar con nosotros. Aunque hay que tener en cuenta que es un mercenario y que no se conformará mucho tiempo con sólo aprender aquí el idioma y las costumbres. Escucho atentamente y con curiosidad su narración sobre el mundo bajo tierra, que parecía más tranquilo en algunos sentidos pero más complicado en otros. - Eso de las mentiras también sucede aquí, por desgracia pasa en todos sitios. Eso sí, tenemos menos arañas...- bromeo para aliviar un poco la tensión y el estrés que acarrea el extranjero en la superficie, meditando después lo que dice sobre drows y humanos, que se matan entre ellos y también a aquellos que no son como ellos. -Digamos que la violencia y la crueldad no son exclusivas de ninguna raza, también aquí encontrarás de eso. Sucede en todas partes, no somos tan diferentes en ese sentido.

Entorno ligeramente los ojos a la par que echo la cabeza hacia atrás, como pensando cuando me hace la pregunta de la gente que vive aquí ahora. Antes era más fácil de responder, ahora es más complicado de responder, todavía no me he puesto al día con lo que sucede aquí. - Hay desde guerreros que quieren seguir luchando hasta gente que pasa del asunto y que sólo quiere esconderse aquí, sobrevivir y vivir tranquila. Y bueno...no todos son guerreros. También hay familias o gente más vieja que no puede luchar. O que no saben, también se da el caso. Es como un refugio. Han huido aqui por la guerra que nos asola hace años. ¿Tú sabía salgo de esto? ¿Cuánto tiempo hace que dejaste tu tierra? - lo interrogo con bastante curiosidad porque me gustaría saber el punto de vista de esta locura vista desde fuera, y hasta qué punto es conocido. - Sí, en unos días podrás andar bien. Te acompañaré a conocer a algunos de mis amigos por aquí. Ve pensando lo que vas a decirles, por sí ponen pegas.

Él decía que uno se acostumbraba a esas cosas. Mi cabeza, más ausente que presente, ponía en duda todo eso. Entonces él me arrojó un potingue y me explicó cual era la finalidad de eso, con una pregunta. Oh, si, mis habilidades curativas. Ya casi me había olvidado de eso. Poco a poco me fui refregando, agradeciendo que pudiera ser yo mismo y no otra persona quien me aplicara las cosas. Era bastante sensible al contacto físico… Aunque en aquel momento reparé que la muchacha se había ido. Creo que si me hubieran dicho que estaba muerto, me lo habría creído. Me di unos momentos para ser capaz de formular una respuesta coherente. Ya casi la tenía cuando me di cuenta que, nuevamente, tenía que soltarla en aquella asquerosa lengua. -No sé demasiado de pociones, no… enseñar mucho sobre ello, allí abajo. Yo uso magia en su lugar. La… La elfa que dar mi a luz debió dejar esa herencia. También se de remedios naturales, pero mis ingredientes son distintos a aquí. Aquí usar químicos y hierbas. Yo… Yo solía usar setas y esencias de seres.- Expliqué como podía. -Seguro que puedo encontrar parte de eso por aquí, todo sale bajo tierra. Pero aún así, mi punto fuerte es magia.-

Pero no tenía la fuerza suficiente, ni la concentración, ni la paciencia, ni absolutamente nada como para recitar un cuarto de conjuro. Así que por aquel entonces, preferí valerme de aquellas cosas de origen extraño y cuestionable. Le escuchaba mientras me soltaba aquellas cosas, de que las mentiras y los comportamientos… Así están presentes en todo lugar. Creo que no entendía el motivo de mis quejas, la rabia que me ocasionaba el pequeño, ínfimo detalle de… -Pero no hay ni una raza que no tenga prejuicios contra drows.- Me faltó decir, “incluso los propios drows”. -Sin embargo, no es lo mismo con las otras. Pero no… No importa.- No quería que me discutiera eso y traté de apartar el tema tan rápidamente como me fue posible, que realmente dejaba mucho que desear.

Luego me habló de que mucha gente que había por allí eran… Refugiados. Que pocos luchaban, Que realmente, había demasiado por desear. Me preguntó si yo sabía mucho sobre la guerra y cuánto tiempo llevaba allí. -Un… Un año, llevo un año. Antes estaba en otro sitio, no tan cerca de Londres. Habían… gente… Similar, si. Entender yo que había guerra, pero poco. No preguntar, no hablar, tampoco entender. Yo curar… Habían heridos, pero poco más. Ha sido recientemente que he comprendido la situación.- Estaba muy ligado a que hubiera comprado un libro para aprender aquella sucia lengua, en gran parte.

-Yo… antes entendía poco más que guerra. Lucha. Por razones. La razón es indiferente, en la guerra. Poder, supuse. Dinero, he descubierto. Porque aquí dinero es poder. No… me preocupar mucho encontrar qué se matar o qué se dejar de matar. Porque sé que no tiene sentido. Sea lo que sea, da igual… Da igual porqué lo hagan. Hay guerras porque unos querer someter a otros, igual que en casa. Aunque luego entender los bandos. Pensaba que era cuestión de familias. Drows pelean por casas, no por razas. Porque todos ser drow en realidad.- Me encogí de hombros para quitarle importancia. Me decía que fuera preparándome para conocer gente.

-¡Yo puedo ir ahora mismo!- Le aseguré, poniéndome en pie, apoyándome en el bastón. Un dolor -un escalofrío- me recorrió todo el cuerpo y me hizo chillar como una nenaza. Me quedé unos segundos de pie, mirándole fijamente, como si no quisiera rendirme… Pero mi culo decidió buscar de nuevo la comodidad de la cama. -O tal vez… No tanto…- Empecé a guardar lo que había esturreado por allí encima. -¿Tu sabes si está Yaroslav por aquí?- Le pregunté casi como quien no quiere la cosa. Para quitarle importancia, miré a otro lado, haciéndome el distraído y pensé en otra pregunta. -Cu… ¿Cuánto tiempo lleváis aquí? Yo… Yo sé que antes hubo resistencia, pero… No, eso ya no importa. Quiero saber cuanto tiempo han… Existido renegados, y cuanto durar esta guerra. Las matanzas drows duran… Un ciclo nocturno. Al día siguiente, no dejar escombros. Tal vez es mejor así.

Muestro una sonrisa divertida al escuchar eso sobre los ingredientes que usan bajo tierra, como setas o esencias de seres, asociando lo primero a drogas alucinógenas de las setas. Me los imagino a todos muy colgados en sus fiestas con setas, aunque claro está que no es más que una imagen mental que me formo. No tengo ni idea de cómo es todo eso en su tierra, aunque si tiene herencia por parte de madre elfa sí debe tener buenas habilidades curativas. Me parece una bonita historia eso de que sus padres fuesen drow y elfa, respectivamente, una manera de ver que no importan las barreras raciales. - Un híbrido pues...supongo que debe ser difícil andar entre dos tierras. Ni una cosa ni otra. Pero...eso sería la solución. La mezcla entre todos sin darle tanta importancia a nuestro aspecto, habilidades o el tipo de sangre que corre por nuestras venas... - reflexiono en parte para mi mismo y en parte para él, acabando por chistar por lo bajo como si me estuviese riñendo a mi mismo. - Tch...suena demasiado utópico. Nunca se llega a la utopía, sólo es posible aspirar a ella...y a veces cuando se está cerca de ellas se convierten automáticamente en distopías.

No me pasa desapercibida su incomodidad al tratar el tema de los drow y los prejuicios, pero como tampoco me interesa que se moleste y no tengo ningún interés en ello decido evitar el tema. Ya hablará él si quiere cuando tenga algo más de confianza. Según su relato lleva ya un año como habitante de la superficie, pero sin enterarse demasiado de lo que pasaba en ésta. Según parece lo interpretó como un caos bastante grande, pero no se preguntó lo que sucedía, los motivos o quiénes habían empezado. Ahora se enteraría de más cosas al conocernos. Una cosa que me gusta de lo que cuenta es que estuvo ayudando heridos, una noticia bastante diferente a las que tenía de otro drow, que había estado matando gente. - Creo que te harán falta dos o tres lecciones de historia...aunque se podría resumir en pocas palabras. Locos y capullos intolerantes.- resumo encogiéndome de hombros, separándome de la pared para volver hacia la silla en la que estuve sentado, apoyando una mano en el respaldo. El cansancio comienza a hacer mella en mí, no sólo ha sido lo del ataque en la calle sino el largo viaje que lo precedía. Lo mejor por esta noche será dormir.

- Sí, podría decirse que aquí dinero es igual a poder, aunque también influyen mucho las relaciones de manipulación y favores entre personas, y el valor de la información es muy importante. Es un entramado complejo. Puede que sea similar a lo que sucede en tu tierra, es cierto que aquí también hay quienes quieren someter a otros, y puede que lo de la raza sólo sea un pretexto. Creo que dentro de los propios bandos cada uno tiene sus motivos...incluso motivos que podrían no cuadrar con los que se supone que tiene dicho bando, ¿comprendes? - me doy cuenta de que quizás esté metiendo ya mucho embrollo y rollo por hoy para nuestras ahora cansadas mentes, y que tal vez sería preferible dejar las conversaciones más profundas para otro momento más propicio. - eso que dices de los drow suena como a guerra civil...entre hermanos. - me quedo pensativo unos segundos antes de volver a hablar, haciendo un gesto para pedir que se quede en la cama cuando trata de levantarse sin mucho éxito. - Tú descansa, si te mueves ahora se te abrirán las heridas. Ya saldrás luego, o puede que alguien venga a visitarte. Yaroslav no creo que esté aquí, pero podría ir a buscarlo más tarde. Yo me marcho ahora, necesito descansar un rato. Pasaré más tarde a ver qué tal va todo. - su pregunta me hace darme cuenta del tiempo que llevamos peleando, lo que provoca un cambio algo sombrío en mi expresión, como si el tener que decir la verdad en voz alta doliese más. - ¿desde que empezó todo? el conflicto se inició en Inglaterra allá por el 2020, pero más tarde se fue extendiendo a otros sitios. Yo lideré la Resistencia británica desde el 2030, cuando murieron los anteriores líderes. - dejo escapar una sonrisa entre sarcástica y amarga, negando con la cabeza. -Apenas era un crío de 20 años recién cumplidos. Sí...tal vez sea mejor así como dices. Algo que empieza y termina rápido, como una explosión. Esto se ha convertido en una batalla de desgaste en la que no sabemos el tiempo que aguantará cada uno, dudo que haya vencedores. - me dirijo hacia la puerta, haciendo una pausa antes de volver a hablar. - Pero de arreglar el mundo ya nos encargaremos otro día. Ahora a dormir, buenas noches Vor. - dicho esto me despido de él, saliendo de la enfermería y perdiéndome por los pasillos en busca de un cuarto en el que poder descansar durante toda la noche.

Parecía compadecerse o al menos reflexionar el hecho de que fuera un híbrido. No hizo gesto de asco… Cosa que no me sorprendió en exceso, claro está. Los que más muecas de asco hacían al saber de donde salía mi sangre eran aquellos que pertenecían a una u otra raza. O al menos ese era el caso con los drows, pero según lo que sabía, los elfos poco o nada distaban de una reacción similar. Hablaba de utopías, pensando que la mezcla era… Buena. -No concuerdo con ello… Mezclar cosas no es bueno.- Con esa premisa quizás se esperaba alguna cosa más bien negativa o desagradable. -No me parecer mal los otros híbridos… Pero no encajar duele. No tengo un hogar. Ni drows ni elfos querer saber nada de mí. Y… da conflicto.- Era un hecho meramente psicológico y de poca importancia para muchos. -Mi forma de ser… es… como dividida. A veces, me tira más el instinto drow, otras la reflexión elfa. Algunas razas no están hechas para mezclar.-

Probablemente no fuera así. Quizás era cosa de haber sido criado, no creía en las naturalezas. Elfos capullos debían haber, y drows trozos de pan también. Era más bien cosa de mi crianza, entre un mundo y otro, apartado de todo… Conociendo solo unos valores durante mucho tiempo y solo haber aceptado la mitad de ellos. Ir al exterior, ver otros valores, coger parte de esos. Pero nunca tener claro que obedecer. ¿Era el bienestar de mi persona prioritario al del resto? ¿Qué tan importante era mi objetivo? ¿Qué valoraba más, mi vida, o Él? Tal y como pasaba el tiempo el pasado se borraba, difuso, como si se mirara a través de un espejo distorsionado. Pero ahí estaba… Las razones por las cuales luchaba, qué me había llevado allí, todo eso no importaba. Pero aún tenía constante aquella terrible verdad: Tenía que hacer algo. Y esa mierdecita me impedía abrazar el mundo exterior, posibles amistades, y hacía que todo fuera más que ambiguo para mí. A veces escogía para satisfacer el elfo de mi exterior, que tanto despreciaba las cuevas, y otras tantas por el drow que siempre había sido, que se negaba a confeccionar amistades.

Luego continuó explicándome que necesitaría conocer la historia. ¿Me importaba? Nuevamente, algo decía que si, algo que no. “Total, yo no voy a vivir aquí”, o bien “deberías saber cosas si planeas quedarte entre ellos”. Puto asco. Empezó a liarme un poco la cosa y seleccioné lo más importante: Las amistades y contactos son importantes, la información también, y por lo tanto puede sacarse beneficio, bien sea poder o dinero. -Lo básico, eso entiendo.- Le respondí para quitarle algo de peso. La cabeza no lograba manejar demasiados asuntos a la vez en aquel momento. Mencionó guerra civil. -... Pero drows no estar unidos en nada, no es… guerra civil. Cada casa, casi como pequeña aldea. No existir reales amitades. Todo son alianzas por conveniencia. Luego, clavar cuchillos en la espalda. O eso tener entendido.- Eran cosas que Savant trataba de enseñarme día y noche, diciendo que había apreciado matanzas así en alguna ocasión. Él trabajaba de… ¿Mercenario? Para alguna de esas casas. Tenía suerte de seguir con la cabeza encima de los hombros.

Me comunicó que Yaroslav no estaba allí pero que podría ir a buscarlo. Casi iba a decirle “no, no es nada importante”, pero fui egoísta y me guardé las palabras. Incluso si no tenía ni puta idea de qué decirle, tenía ganas de verlo. Ahí, con toda la cicatriz en la cara, y decirle… “Las cosas que hago por…” ¿Por qué coño lo hacía? ¡No tenía ni eso claro! ¿Aprecio? ¿Amistad? ¡Habíamos hablado una vez, una sola vez! Y aún así sentía que… No se, que había conectado con él. Era mi primera amistad más o menos… Desinteresada. Que podría durar. O eso creía. Me quité esas ideas de la cabeza mientras él hablaba de que había liderado la Resistencia… ¡Había salvado un pez gordo, entonces! Uno bastante importante. Si lo hubiera abandonado, quizás ahora estaría muerto… Llevaban más de 17 años de guerra y todo era desgaste. Estaba de acuerdo con el tema de la explosión.

Y entonces se despidió, mandándome a dormir. -Pero si hace tres…- La gente tendía a olvidarse de mi horario nocturno. Casi siempre estaría aún dormido en esas horas. Pero aquel día salí con la luz del Sol aún revoloteando por ahí. -Eh, bueno… Buenas noches- Me despedí apresuradamente. Y en cuanto me estiré en la camilla, el tema de dormir se me antojó más placentero. Ya acabaría de curarme en cuanto me despertara. Aquello era un sitio bien mullido y la mar de cómodo, y mi cuerpo pedía a gritos que me quedara así, quietecito. Me abracé a la bolsa entera -nuevamente- en vez de sacar el regalo de Él. Y me fui a dormir pensando que quizás no volvería a despertarme, que se abrirían las heridas y me desangrarían. Podría haber pasado, y yo habría estado satisfecho con ello.

Despues de haber andado por varios lugares de Londres buscando un lugar donde adquirir un vodka potable, y después de haberme metido en alguna breve escaramuza con algunos guardias de seguridad de la alianza que iban por ahi patrullando, decido retornar a la base. Había tenido que salir por patas en mas de una ocasion, e intentar ser discreto de cara a la galeria, cosa que me habia costado muy mucho.

"¿Que diablos está pasando? Hay así como...muchos mas soldaditos. Se están poniendo las pilas...putos, putos, como los odio. Qué paliza les daba a todos, que puñetera paliza"

Expreso y descargo todo mi odio en forma de funfurruñeos en ruso, mientras camino con una cara de humor de perros por los pasillos direccion a la enfermeria, con la botella de vodka apto metido en mi abrigo negro. No me cruzo con nadie por los pasillos, pero dadas las horas que son, los que hayan deben de estar durmiendo. Resoplo, alegrandome por ello. Entro a la enfermeria sin mirar muy bien a mi alrededor, yendo directamente a un armariete para buscar algo. ¿Que se tomaba la gente cuando tenia un ataque de dolor de estomago? Vodka? Podria intentarlo, funcionaba con el frio. Pero leia etiquetas de pociones y no entendia ni papa. Al final me tocaria irme a descansar para que se me pasara, pero descansar....
-Maldita perrdida de tiempo
Cierro el armariete de golpe y me giro abriendo la botella y pegandole un trago. Había que cenar algo antes de irse a dormir. Entonces me percato de que hay alguien ahi durmiendo y que me parece que lo conozco, aunque me raya mucho si es quien creo que es. Asi que me acerco sigilosamente.
"eh? Es el elfo? que hace aqui? Ya? en la enfermeria? Tan pronto?"
Me pongo de puntillas, para mirar mejor por encima de su hombro, y lo veo sobando abrazado a un saco y con mas heridas de las que le recordaba. Que de hecho creo que eran cero.
"Que ha pasado aqui? Uhm...no recuerdo haber recibido ningun mensaje. Pero se ve que encontró el sitio"
Dudo si despertarlo o no, porque me puede la curiosidad, y por otro lado tampoco se si lo habré desvelado con el porrazo que pegué antes en el armariete. Me quedo absurdamente ahi de pie cerca de su camilla con una botella de vodka en la mano y una mueca de dolor en la cara por culpa de mi estomago, sin saber si despertarlo o hacerme una bola en el suelo y dormirme yo tambien.

Con dolor, una siestecica se echaba mucho más fácilmente. Era una práctica que poco o nada conocía, eso de dormir cuando no tocaba, pero sin lugar a dudas me parecía de lo más… Agradable. Ahí yo medianamente tapado, abrazado a mi saquito, bien lleno de cosas poco… Poco achuchables, de vez en cuando soltando algún gemido de dolor o de conformidad. Uno de los mejores inventos que había visto desde que salí al exterior eran los colchones, bien blanditos y bien confortables. Mucho mejor que dormir encima de piedra. O de una seta. O de un árbol. Pensaba en mi hogar, tal vez soñaba con él. Aparecía Él, Savant, todos un poco más jóvenes. Había alguien más, otro drow que podría jurar no haberlo visto en mi vida, pero su figura… Su figura estaba ahí, como si fuera lo más normal del mundo, como si no fuera una simple imaginación mía.

-Dalharuk…- Fue la única palabra que le oí pronunciar hasta que un golpe interrumpió de golpe mi sueño. Era de un dormir bastante sensible, casi siempre en guardia. Cuando uno vive en una cueva infestada de bichejos asquerosos y de varios metros de largo, no se conforma con dormid de pleno. Pero no podía ser un enemigo… Debía ser sencillamente alguien torpe. Con poco respeto por los heridos. Un capullo, probablemente. Una persona que quisiera hacerme daño habría sido algo más discreta. Aquello no, era un inoportuno… Arrugué el hocico un poco pero me hice el dormido, pensando que quizás solo estaba buscando algo por allí y se iría en cualquier momento.

Tenía las orejas pendientes de sonidos de pasos. Sentí como se acercaban. Silenciosos, pero no se iban. De repente pararon y sentí aquella incómoda sensación, indescriptible, de tener a alguien cerca tuya, de estar siendo observado… Casi me tentaba ignorarlo, pensando “ya se aburrirá, como mucho me tocará el pellejo a ver si me destiño”. Pero no, no sucedió. Pero tampoco se fue. Entonces reparé en que fuera quien fuera me debía estar viendo abrazado a mi bolsa. “Se paciente, Vor, la mejor forma de hacer amigos no es cabrearte por… Chorradas. Tendrá curiosidad, hombre… Quizás estará pensando: Oh, mira este hombre, ¡Qué herido! ¡Pero ha salvado el líder de la Resistencia! Le quiero pedir un autógrafo, ¡Pero oh, qué vergüenza! Esta será la última vez que tan de cerca lo pueda contemplar…”

… Probablemente tuviera la misma curiosidad que por un monstruito de feria. Así que con un gruñido abrí los ojos y me incorporé bruscamente, maldiciendo. -¿¡Vel’bol zhah xusst xuil dos!?- Le grité en un intento de asustarlo, haciendo todo el caretodrow que podía. A muchos humanos y “magos” (que en esencia, para mi eran lo mismo) se asustaban con ese numerito. Pero… Entonces algo me cegó la vista. Puto pelo blanco. Más blanco que el mío, casi. Jodidamente blanco. Pero que mucho. Y aquel rasgo me sacó la palabra de la boca antes de que fuera posible que mi cabeza lo hubiera relacionado por si sola. -¡Yaroslav!- Era entre una especie de grito de miedo, felicidad, sorpresa…

En un consecuente acto de intentar disimular escondí la bolsa, para reafirmar que no la estaba abrazando ni nada de eso. Le miré con cara extrañada, luego sonreí, aparté un poco la mirada, me arreglé las melenas apresuradamente… ¿Desde cuando me las había manchado de puta sangre? Y respiré hondo. Tenía el pellejo un poco más violáceo que de costumbre. -E-Eh… Esto… Si, vine aquí… Yo, como tu deciste… Dijiste, es decir y… Bueno, robot atacar, ¡Yo salvo líder de la Resistencia! Bueno, exlíder, pero… ¡Tu entiendes! Aunque… Aunque robot implosionar, hacer “pum” y… Bueno, e-esto… t-tu ver, un poco echo polvo que estoy… E-Eh… ¿C-Cuánto tiempo llevas aquí? Yo, eeeh… estaba durmiendo, y…- No entendía aquel retraso que me florecía por momentos. Pocas veces había sentido algo similar. Pero allí estaba yo, tartamudeando como un condenado. No me lo esperaba. De saberlo, quizás hubiera intentado mejorar mucho mis pintas.

"Ufgh, deberia irme a dormir.... puñeteros soldados, me han estresado! Es su culpa!"
Pego otro trago de vodka mientras intento discernir si estoy lo suficientemente cansado como para irme a dormir o si aun puedo seguir investigando entre los tarros de pociones algun remedio para el estomago. Entonces me doy cuenta de que llevo mucho tiempo ahi plantado y que puedo parecer un stalker o aun peor, un asesino en serie programando la muerte del elfo. Justo cuando me voy a retirar este se despierta de golpe y porrazo gritandome algo que no entiendo en absoluto, con cara de mala hostia, a lo que yo retrocedo blandiendo mi botella de vodka a modo de arma ,como un martillo. Pero estaba sin tapar. Entonces el contendio comienza a derramarse en el suelo sobre mis botas, y ya me da igual la anterior amenza del drow, que a saber si ha mentado a toda mi familia en esa frase
-NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!
Recoloco todo lo rapido que puedo la botella pero para cuando lo hago se ha perdido casi la mitad del contenido, en el suelo. Totalmente desperdiciado. Me pego una hostia en la frente que suena con un fuerte PLAS, y la escurro hasta mi boca, mirando el charco de vodka del suelo. Que huele a alcohol muy pero que muy fuerte. Cuando el dice "Yaroslav" yo respondo...
-Vodka...
"sé fuerte, asumelo, se ha perdido..."
Tapo la botella con lo que queda y aparto mi vista del transparente charco para mirar al elfo, que tiene la cara cortada a medias de curar. Intento pasar por alto el hecho de que aparta con disimulo el saco que abrazaba, tiene aspecto de no ser mullido... vete a saber.
-¿Te atacó un centinela? Tsk! Estan demasiado activos, ultimamente.
"Espera, ha dicho que...?"
-Liderr...ex-liderr? Un tipo morreno? Despeinado? Johan?
Le hablo subiendo progresivamente el tono de mi voz, porque si se refiere a Johan, es una sorpresa muy muy grande que esté de nuevo por aqui, despues de casi un año en Yankilandia.
-¿Como que salvado? AJÁ! JOHAN TENDRRÁ QUE AGRRADECERRMELO!
"al fin y al cabo, yo lo he contratado"
Me rio maliciosamente por unos segundos mirando al drow, señalando su cara, o mas bien su corte, con el cuello de la botella de vodka.
-He. Son herridas de guerra, nada de lo que avergonzarrse. Yo, ahi? Poco! Iba buscando algo perro no encontrre nada, y cuando me iba me di cuenta de que habia alguien en la enferrmeria. Ya que me he quedado sin la mitad del vodka porr tu culpa...quierres prrobarlo?
Le extiendo la botella porque la ultima vez que lo vi no hice mas que quejarme de aquella cerveza que parecia meado de burra.
-Tambien sirrve para curar corrtes. Desinfectarr, mas bien

Ante mi repentino despertar él pareció ponerse en guardia. Llevaba una botella, probablemente de vodka, pensé. Y contemplé en un silencio sepulcral como le dio la vuelta y empezó a derramarla toda al suelo. Pestañeé unos segundos y me reí bastante más de lo que sería correcto. Era una de esas risillas nerviosas que tratan de disimular otras cosas, y sinceramente agradecí que la escena me diera la oportunidad de concentrarme un poco. Pero él parecía mucho más dramático al respecto que yo. Llegó a gritar, darse un golpe y permitirse un trago, quizás para que se le pasara el cabreo. Olía, definitivamente, y nunca había sido demasiado fanático de aquella olor. Además de que delante debía tener… A alguien un poco más que borracho. Así pues debía tener cuidado. Aunque la palabra cuidado tampoco existía… Yo lo miraba de arriba a abajo, con una sonrisilla un poco tonta.

Él mismo parecía conocer al hombre que le mencioné antes. -Si, Johan, ese mismo. Yo haberle salvado. Estar vivo, por aquí, irse de enfermería hace unos momentos, para que dormir yo.- Y ante mi confirmación el pareció muy orgulloso de si mismo, pegándome un buen chillido que si no me dejó sordo a poco estuvo. ¡En vez de decirme algo a mí! En plan, “eh, buen trabajo”, o alguna cosa así. O tal vez un pat pat en la cabeza, o alguna cosa para consolarme de mis heridacas. Se rió en su lugar asegurándome que eso eran heridas de guerra. -¿Crees… crees que estoy feo así? No… No quiero que me quede cicatriz, me va a quedar mal…- Algo dentro de mí esperaba un no por respuesta. Que comprendiera porqué lo había hecho. La otra, ese drow de mi interior, me insultaba, se asqueaba, pensando en las gilipolleces que me había metido y las consecuencias de ello por ningún tipo de beneficio, prácticamente.

Entonces me ofreció el vodka por habérselo hecho tirar. -¿Curar? No sé, no estoy tan seguro… Ya me he echar cosas, muchas, y otra ponerme unas cuantas. No creo que sea bueno mezclar…- Era poco más que una burda excusa para evitar acabar bañado en olor a alcohol. Pero, ¿Y como le iba a decir que no a beber? ¿Y si pensaba que era un cobarde? ¡Le había conocido bajo el pretexto que a mi también me gustaba aquella bebida! Tenía que pensar algo, rápido.

-Eh, lo del vodka… Yo sentir, pero tengo compensación.- Le dije, haciéndole un gesto con una mano para que lo apartara mientras registraba en la bolsa. Envuelto en un paño lo saqué, la botella, la condenada botella. La había comprado en mi viajecito, y me había costado la mitad de los ahorros que tenía. Quizás no tanto, pero definitivamente me había dolido. Aunque al fin podía librerarme de esa carga. Tenía un lazo hecho de forma más bien triste en el cuello de la botella. -Ten, tu ten. Esto… Es vodka. Del bueno.- Me faltó decir un “creo”. Yo había preguntado que fuera ruso y que fuera glorioso, y eso es lo que me habían dado. Ya podía compensar el precio. -Me… Me lo encontré por casualidad… Eh… Yo fui a un super… Y… Bueno…- No, eso era mentira: Había ido expresamente a una tienda de estas de licores a comprarlo. Pero prefería decirle otra cosa.

La otra mano apretaba con fuerza el colchón, rezado que le pareciera bien y que realmente no me hubiera equivocado… O que no pensara nada raro de mí. Le dejé ir una sonrisa retrasada, que me volvió a abrir un poco la herida de la cara. Noté un hilillo de sangre descender hasta el labio, tiñiéndome todo el paladar de sabor a metal.

Lo miro ofendido y ofuscado cuando se rie por que he derramado la botella al enarbolarla cual martillo. Joder, qué palo. Él abraza sacos pero yo salto  y derramo botellas de vodka.
-¿Que? Nunca has visto a un ruso derramar vodka? Lo hacemos mucho! Es como...una trradicion, para saludarr gente, sabes?
"JA"
Sonrio con una ceja alzada por eso de que en su primer dia haya salvado el pellejo de Johan. Obviamente es un hecho que me satisface bastante. En parte....porque me prueba que no me he equivocado con el mercenario
"No, si ha salvado a Johan, debe ser trigo limpio...a no ser...! que esté intentando ganarse nuestra confianza! uhm...debo vigilarlo de cerca...quiza sea...demasiado astuto?"

Mi parte paranoica, como siempre, funciona a mil por hora y siempre por delante de mi. Eso se expresa en un leve entornamiento de mis ojos, y luego me rasco la mejilla. Acabo encogiendo mis hombros, pensando que de momento, lo importante esque johan ha vuelto y está de una pieza.
-Spasivo, camarrada. Johan es un grran amigo mio, fue y sigue siendo mi liderr. Te lo agrradezco.
"si, porque en Rusia...menuda decepcion...."
Me cruzo de brazos mirandolo con cara rara cuando parece inseguro acerca de la posible marca que le pueda quedar en la cara y ladeo la cabeza, poco convencido.
-¿Que dices? Esa cicatrriz es....! -Como se decía "mola?"-  effektnyy! Vistosa! Yo crreo que intimida. Perro si  te molesta...algun sanador podrría borrarte la cicatriz del todo. Aun asi...parra qué? Las cicatrices cuentan historrias, yo me la dejarría. Y crreo que a las chicas les gustan.

Asiento un par de veces con la cabeza, como si eso confirmase mi idea de que esa cicatriz no tenia por qué ser borrada. Zarandeo un poco la botella semi vacia de vodka cuando dice que tiene algo para compensar, mirando extrañado lo que saca a continuacion. Me quedo en pause y mi boca se abre al principio un poco al ver la botella, creyendo reconocerla, y luego un poco mas, al leer el nombre. ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Dónde?
-GRANENYCH! Esto....es de allí! Es lo que te ponen en los putos barres!
Señalo la botella, como acusándola por ser excesivamente buena para este mundo, y me acerco un poco, sonriendo.
-¿Porr qué? Es parra mi? Porr qué?
"querrá envenenarme? es mi santo? mi cumpleaños? San Yaroslav?"
-Al superr! Tolstoi no se chupa el dedo...esto no se encuentrra en el superr hoy dia. De donde la has sacado?
Me fijo en que, en cuanto se rie, se le abre la herida de la cara y le chorrea sangre hasta la boca. Dejo descender mis parpados en un gesto esceptico, porque se habia curado fatal.
-Cicatrrizas de pena. Granenych no podemos  usarr en tu carra, pero el otrro que tengo yo...oh, ese si. Escuece mucho, quierres prrobarlo? Eso, o dejas de sonrreir, porrque pareces Chucky.

Tengo la ligera sensación de que Yaros me creía más ingenuo de lo que realmente. Y mira que lo era de narices. Ahí, explicándome que en Rusia es una tradición arrojar vodka al suelo. Si, muy creíble, sobretodo cuando apreciaba cada una de las gotas de ese líquido como si fuera oro fundido. Aunque no le discutí mucho, le dejé ir una sonrisilla tonta, de esas más bien poco convincentes. -Vaya, vaya… No haber sentido yo algo así nunca. Yyyy me parece haber visto rusos… Más, decir.- Eso era una mentira pero me hacía parecer inteligente e informado, y me gustaba aparentar ambas cosas. Pero solo ante algunas personas o situaciones. Otras me eran indiferentes, pero es mejor no hablar de cuales son cuales… Porque podría hablar durante un buen rato.

Aunque él dejaba ir una expresión rara que me borró la sonrisa de la cara, como… Como si me preocupara aquel gesto. ¿Qué demonios debía estar pensando? Al final agradeció que Johan estuviera con vida. Si hubiera sido otra persona le habría recalcado que ese era mi trabajo, pero creo que las melenas blancas me influenciaban mucho a la hora de olvidar qué coño era el dinero. Luego trató de convencerme de que las cicatrices no quedaban mal, que contaban historias… -Tal vez trate de quitar…- Comenté en cuando me dijo la psoibilidad. Entonces me soltó, “a las chicas les gustan”.

Fruncí muchísimo el ceño. No sé si notó aquel gesto, aunque chasqueé la lengua. -Podría nombrar treinta cosas en las que chicas reparar antes que cicatriz al mirarme el careto, Yaroslav. Además, ¿Para qué? Chicas ser… Ruidosas, no gustar. En absoluto. Horribles, horribles. No me gusta tratar con ellas.- Agité la cabeza. Hablaba como un crío al que le daba asco pensar en gente dándose besos o que negaba que la compañera de estudios le molara. La cosa es que ya hacía bastante tiempo que yo tenía eso plenamente claro.

Aunque más le sorprendió el tema de la botella de vodka. ¿La llamó Grayenéshh? Algo así. Quedó bien sorprendido, animado, y le sonreí satisfactoriamente, casi orgulloso de mi compra. -Toda tuya. Considéralo… Uhhh… Un agradecimiento, si si.- Yo mismo me preguntaba el porqué y no sabía qué respuesta me daba más miedo soltar. Aunque supo que no estaba en el super… En principio fui a decirle la verdad, pero lo bueno de ser extranjero es que a veces te podías hacer el locuelo. -Si, el super. Todas las tiendas ser super, ¿No? Aunque vender cosas distintas… Esa tener bebestibles, no recordar más. Yo compraba agua. Si señor.- Miraba hacia un lado como disimulando, aunque se me daba de putísima pena.

Entonces hizo otro gesto acerca de la herida abierta. Se me fue la sonrisa de repente y se me cambió el rostro a uno de preocupación. Él insistía en tirarme vodka por encima. Pero no, qué asco… -Ehhh… Debe haber algo menos… ¿Doloroso? Por aquí… Deja, deja, yo se hacer esto…- Agarré a Zer’tath sin levantarme. Me intentaba concentrar. La magia no se debía hacer por motivos innecesarios… Esas heridas podían ser curadas de otra forma, pensaba. Y estaba aún agotado, con dolor hasta en el último hueso. Pero creía prioritario utilizar las pocas fuerzas que me quedaran antes que apestar a vodka.

Cerré los ojos. -O’goth.- Declaré de forma bastante solemne. El bastón emitió un brillo turquesa que lo recorrió de arriba a abajo, la punta siendo la parte más brillante. Cuidadosamente, tratando de no perder la concentración, lo acerqué al rostro. Había ejecutado varios hechizos menores de curación anteriormente y lo tenía un poco fuera de práctica. Recé para no perder la concentración a medias. No se como me resistí a abrir los párpados. Me gustaba el brillo del bastón. Quería ver qué cara me ponía Yaros. Sentí un cosquilleo por toda la cara. No tenía fuerza suficiente para hacer milagros, pero la herida, más o menos, la cerró. La cuestión es que ya no sangraba. Tímidamente me atreví entonces a abrir los ojos… Demasiado pronto.

Me quedé mirando al muchacho de enfrente mía y perdí toda la concentración. El bastón emitió un chasquido raro y se apagó. Y de repente me cosquilleaba toda la nariz. Estornudé. Y estornudé, y me pasé un buen rato así, intercalándolos mientras hablaba. -¿Ves? Curado. ¡Y sin esco… atchó!- Agité la cabeza. Y solo había cubrido una herida. -¡Cómo nuevo!- La mentira era entre obvia y jodidamente evidente.

Entorno la mirada sospechosamente porque se rie como si no creyese mi treta de derramar vodka por el suelo a modo de saludo. Me justifico levantando mis dos hombros a la vez
-¿Que? Los grriegos tirran platos en sus bodas. O eso me han dicho.
"Nadie me ha invitado nunca a una boda griega, solo fui a la de Johan y Josephine"

Pues si, parece que se habia dado cuenta de que era una treta. Pero podria haber sido verdad. Los griegos estaban mas locos...Resoplo cuando insiste en quitarselas. Una cicatriz ganada en combate protegiendo a un camarada es como una medalla, un honor. Demuestra que has vencido a la muerte. Veo la cara que se le pone ante eso de que a las chicas le molan las cicatrices. La verdad es que yo tampoco entiendo muy bien a las mujeres, mi única relacion me lo habia dejado mas que claro. En el momento que me acuerdo de ello vuelvo a resoplar, pero esta vez con pesar al acordarme de ella.
-Trreinta cosas? Se fijarrian en tu colorr de piel, de pelo, tus orrejas, tus ojos, y luego tu cicatrriz. Eso son cinco!
No le insisto en eso de las chicas ruidosas, porque yo salvo con Josephine, no me llevo bien con casi ninguna, o con muy pocas. Vamos, que puedo contarlas con los dedos de una mano. En fin, que prefería hacer mapas. Despues le hago un gesto como pidiendole permiso, para poder coger la botella. La elevo a la altura de mis ojos leyendo lo que pone en la etiqueta, que obviamente viene en rusky
-Ahhh....los barres de San Peterrsburgo... llevaba años sin verr una de estas. Soy yo quien deberria agrradecerrte por ayudarr a Johan.
Abro la botella y la pongo bajo mi nariz, apartandola rapido por los vapores alcoholicos que suben y que son bien fuertes. Dejo de lado la otra botella, en el armariete, quiza alguien quiera usarlo a modo de alcohol puro para desinfectar en caso de escasez de otras cosas mas...medicas.
-No, no todas son superr.
Lo miro muy raro cuando dice la palabra "bebestibles". Es de esto que crees que conoces un segundo idioma, pero viene alguien que lo habla peor que tu, suelta un palabro raro y te hace dudar de si existe o no. Bebestibles...no me sonaba eso, existia semejante palabra? Tenia mucho sentido por otra parte, era como comestibles. Puede que si existiera y yo no la conociese, pero seguia sonando algo..extraño.
-Ya....bebestibles....
Suelto una risa breve cuando disimula tan de pena. El vodka no tenia el precio del agua. Hombre, tambien podria haberlo robado. Que no me iba a parecer mal. Yo tambien habia realizado algun que otro hurto...chasque los dedos de mi mano derecha cuando aboga por algo menos doloroso.

-Como tu quierras! Pero el vodka es 1000% fiable!
Me quedo con las ganas de curar una herida a lo bestia, o bueno, desinfectar que es lo unico que yo habria hecho, y lo dejo usar sus habilidades magicas para tal fin. Observo con paciencia pegando algun que otro trago a ese delicioso vodka, pensando en el sacrilegio que era cuando la gente decia no notar la diferencia entre uno y otro vodka. Observo al mineral magico brillar con atencion, preguntandomde QUE material exactamente lo componia, porque parecia un potente canalizador de la magia...habria mas de eso? tendria que ver con la piedra? podria invocar un golem de ahi? Dejo de pensar cosas  y de divagar cuando la luz cesa tras un chasquido que me pone sobre aviso. Señalo su cara entre estornudo y estornudo.
-Vale, lo ha cerrado, es cierrto que erres un sanadorr. Pero no parras de estorrnudar, te has dado un catarro.

Medito unos instantes antes de sacar un cuadernucho de mi abrigo, y en ese momento me doy cuenta de que el abrigo me daba puto calor, porque londres no es como rusia y ademas es verano, asi que me lo quito con un gruñido de desden, sacando tambien unas plumillas. Abro el cuaderno y tomo asiento pasando unas cuantas paginas petadas de apuntes, notas, mapas y esquemas dibujados, con la botella nueva en la otra mano. Guardaría un poco de ese vodka para cuando viese a Thoren, seguro que le encantaba tambien.
- Dime como os atacó ese centinela. Y que pasó exactamente al final

Me explicaba para disimular que los griegos tiraban platos en sus botas. Estaba tentado de preguntarle qué era un griego, porque nunca había sentido esa palabra… Así que supuse que significaba algo como “loco”, “ido de la cabeza”, o cualquiera de esas palabras. Era sorprendente la cantidad de maneras de las que se podía decir una misma cosa en ese lenguaje. Intentaba convencerme después que las mujeres se fijarían en cinco. Enfurruñé el rostro como… Un poco molesto. -Eso si no huyen al ver la primera, claro está- “O si no me sacrifican a alguna diosa satánica de las suyas…” Las mujeres, para mí, eran seres extraños e incomprensibles, venidos tal vez de otra dimensión para mandar sobre el resto. Quizás no tanto, pero era mejor tratarlas como tal.

Él pareció tener un ataque de nostalgia por culpa de la botella y se deshizo de la otra, la cual metió en el armario. Lo miré unos segundos, dudando… No sabiendo qué debería hacer. Al final me levanté, cojeando y apoyándome en Zer’tath y sin mucha discrección me la agencié. -Eh… Uno nunca sabe cuando le puede ser útil- Puse como excusa. Algún día le pegaría un trago, a ver si eso me respondía el porqué mi compañero era tan aficionado a aquel líquido. Lo había visto dos veces en mi vida, y ambas habíamos acabado hablando un poco sobre vodka. Algún milagro debía tener. Regresé a la camilla y me senté, agotado.

Él no pareció creerse demasiado mi discurso de que fui al súper. E incluso se rió. Hice un poco de morros, avergonzado, pero decidí no hablar más del tema. Que no quería que pensara más entonces porqué lo había comprado. Tras hacer mi ritual de curación se burló un poco de mis estornudos. -¡Atchó!- Fue lo primero que salió cuando me digné responderle. -Mal’ai, ¡Me has interrumpido! Es… es como cosquilllll…- Y volví a estornudar. Me llevé la mano a la boca como un acto de aquellas estúpidas convenciones sociales humanas.

Entonces él se quitó el abrigo, sacó una libreta y me hizo una pregunta un tanto repentina. Me hizo algunas preguntas acerca del susodicho centinela, que era sinónimo de robotijo gigantesco y matón. -Pues… Centinela venir volando, haciendo ruidos raros… Fiiiu, fiuuu… algo así…- Gesticulaba con la otra mano para imitar un poco el vuelo. La bajé hasta mi regazo, donde se quedó. Puse la otra mano en forma de puño. -Yo… Yo iba en bici… Encontré Johan, hablábamos, y nos interrumpió… Y disparó un rayo… Que atontó a Johan.- Quedaba mejor si no contaba que habríamos caído los dos si no me hubiera empujado él.

-Entonces yo intentar huir en bicicleta… Ah, la bicicleta, la robé. A un niño de Alianza. De padres de Alianza, quiero decir.- Me di un golpe en el pecho, casi con orgullo. -Es… un poco irónico realmente, pero… Bien. Robot ponerse ante nosotros y proponernos rendirnos amistosamente… Y algo de una comisión de limpieza… Yo huí, cargando a Johan, le lancé una daga y malfuncionó…- ¿Y tenía que hablar de la otra chica? ¡No me caía mal! ¡No, que va! Pero… Pero me gustaba el mérito de decir que había salvado a Johan yo solo. Y mira que casi siempre sudaba de las apariencias.

-El robot malfuncionó, y había fuego, fuego verde… Que no se de donde salió. Magos hacer cosas raras, aparentemente. Y el fuego hizo romper al robot, intentó volar, no funcionar, y entonces caer, apagarse… Encenderse y hacer pum. Yo intentar cubrir, así que me comí unos cuantos trozos de metal. Y cristal.- Y volvía a hacer gestos muy exagerados. Aunque en aquel momento vi oportuno hacer una pregunta que llevaba un rato rondándome la cabeza… -Si yo haberme entregado, ¿Qué habría ocurrido? ¿Qué habrían hecho conmigo?- Si se fijaba podía percibir que esa pregunta era bastante más seria que lo otro mencionado. Y tenía una pizca de miedo clavada en mis palabras. Había bajado las manos y las estrujaba mutuamente.

-Bah. Si no huyen porrque tengas la piel oscurra huirrán porrque seas un adicto al trrabajo, mejorr al prrincipio.
Le advierto señalandolo con mi dedo indice, como si yo tuviese mucha experiencia o algo por el estilo. Sigo sentado en la silla que me agencié pegandole algun que otro pequeño trago a la buena botella. Veo que se levanta y va medio cojeando a agarrar la botella que yo habia desechado...para guardarsela. Pero por qué? Si ese vodka era malisimo en comparacion con este!. Hago un gesto como dudando de la utilidad pero admitiendo que quiza pueda tener alguna.
-Si, cuando te encuentrres con algun ruso desesperrado al que poderr soborrnar con una botella de esa clase.

Cierro la botella porque si sigo a ese ritmo me la voy a terminar bebiendo entera y no quiero acabar borracho en una enfermeria, y menos aun, acabarmela antes de compartirla con Thoren. La dejo a mi lado, sobre un hueco en la silla. Vuelvo a reirme de sus recurrentes estornudos, pero porque me hace gracia cuando a la gente le pasa eso, ya sea por un hechizo a medias o por una alergia primaveral o al pelo del gato de su tia abuela.
-Ya! Yo no te interrumpi! Solo estaba mirrando. Si puedes hacerr eso sin que la gente se ponga a estorrnudar, veo una habilidad muy prractica ahi.

A continuacion se pone a narrarme por partes su encontronazo con el centinela, a lo cual empiezo a intentar extraer la info que puede ser relevante y la voy apuntando muy rapidamente, en mi idioma claro. Cuando llega a la parte del rayo dibujo un centinela disparando un rayo laser super cutre y una flecha que lo apunta y dice "rayo aturdidor". ¿No iban a matar? Curioso.
-Robaste una bici a un niño? Te vas a crrear fama de chungo. Perro suena diverrtido. Robar bicis y atrracar superr en busca de vodka.
Lo miro con los ojos entornados y una expresion de consternacion en la cara cuando dice que tras caer y apagarse, aparentemente roto, volvio a encenderse y explotó, causando las heridas que puedo ver ahora. Apunto en letras grandes, junto al dibujito, "AUTODESTRUCCION"
-Hizo "banzsai"
Digo la palabra banzai un poco mal dicha, eso de que se destruyan una vez derrotados para causar grandes daños no me hace ni pizca de gracia. Chasqueo la lengua, disgustado. Cierro el cuaderno y vuelvo a guardarlo en un bolsillo de mi abrigo, atendiendo a su pregunta.

"Si, buena pregunta..."
Me rasco la sien antes de responderle, planteandome las diferentes posibilidades. Se me ocurrian varias y no buenas. Si le habian pedido que se entregara....
-Si te hubieses entrregado....a Johan lo habrrían matado automáticamente porr ser quien es. O lo habrrian utilizado como rehen parra forrzar la rendición de los que somos sus aliados y amigos. Contigo... al final habrrian acabado matándote tambien. Perro antes....te habrrían hecho prreguntas, algunas que podrrias responderr, otrras que no, vete a saberr, querrian inforrmacion. Les habrria dado igual. Es mejorr que te maten antes. Hiciste bien.

Que me dijera que podría sobornar algún ruso desesperado con aquella botella hizo que me lo mirara bastante fijamente. Él era el mejor ejemplo de lo que acababa de decir. Estoy seguro que incluso si tan malo era, el día que lo conocí habría hecho milagros solo por pegarle un trago. Me guardé el comentario con una sonrisa un poco críptica, casi divertido al pensar en la situación. No eran esas las intenciones que tenía para esa botella sin embargo. En algún momento de mi vida me vendría bien pegarle un trago, o quizás invitar a algún desconocido a beber. Solía abrirles el corazón a la gente… Y atontarlos. Lo cual era una habilidad digna de admiración, la del alcohol. Solo faltaba esperar que a mi no se me volviera la mente más idiota de la que yo era. También había comprobado que los efectos de aquellas bebidas variaban en los distintos individuos.

Me decía que sería útil si lograba hacer eso sin estornudar. Antes de protestar, hice lo propio. -¡A mi esto no me pasa siempre! Solo si me distraigo. Y yo, me distraigo más que poco.- Le gruñí como intentando parecer ofendido. Pero en el fondo se podía intuir que incluso eso lo decía a modo de broma. -E interrumpise, ¡Mirabas! Mirar interrumpe. ¿Sabes que puede romper las energías? ¡Créeme! Un mal reflejo encima del cristal, este se irrita y hace chís.- Era una mentira como una casa, pero… Esperaba que pudiera creérselo. Estaba casi seguro de que no tenía ni idea de qué estaba hecho mi bastón.

En cuanto explicaba el relato, de lo primero que se dio cuenta y quiso comentar era el tema de la bici. -¡No atraqué el super! Lo compré. Fue caro, pero compré. La bici si, la bici la robar. Niño pelirrojo, asqueroso y mal chico. Debí haberle dado otro guantazo. No hice mal, seguro que en futuro ese chico ser aliado humano.- Con eso de “darle otro guantazo” debí decir “cortarle la mano y desnudarlo en medio de la calle”, o “arrojarlo por unas alcantarillas atado”, o “comérmelo con patatas fritas”, o bien “sacrificarlo a alguna diosa de los drows”. Pero había aprendido por las malas que no a todo el mundo le parecía tan bien el concept de matar gente. Aunque a mi, cada vez me tentaba más. Estaba harto de soportar malas miraditas y cosas. Antes me escondía, pero ahora, que había visto la puñetera verdad, lo que hacían con nosotros…

Me dijo una palabra rara en cuanto le comenté lo de la explosión. Intentaba mirar qué estaba apuntando en la libreta, tomaba notas en algún lenguaje arcano extraño. Me sacó de mis pensamientos… Me encontraba a mi mismo buscando algo en mi cinturón que ya no estaba. Como un poco asustado de mi mismo por ese gesto, agité la cabeza y puse ambas manos de nuevo encima de mi regazo. Él pareció pensarse la respuesta antes de nada. Comentó que se habrían cargado a Johan… ¡Así que si! ¡Le había salvado la vida! Y que a mí me habrían hecho lo mismo, aunque antes habrían preguntado cosas. La idea de venderle información a la Alianza parecía entre poco tentadora y suicida… A no ser que encontrara hechizos para hacerme pasar por humano. Y aún así, era tremendamente malo en los de poliformismo.

-Me gustaría que todos y cada uno de los miembros de la puta Alianza Humana muriera. Ahora mismo.- Declaré con una expresión muy seria, con un tono de voz cargado de asco. -Los humanos, tal vez, no ser todos malos. Pero… Que les jodan. Que les jodan, me da igual. Quiero verlos morir. A todos, a todos…- Había bajado la voz y respiraba con fuerza, el corazón me latía con rapidez por el asco que me daba todo aquello. Intenté tranquilizarme. Expira, inspira… -Parece más seguro que regrese a mi hogar. Pero no me puedo ir. Quizás debería olvidar de todo, irme a casa, asomar la cabeza cada siglo para ver si ya acabar esta mierda. Entonces regresar y hacer lo que debo aquí.- Acababa de trazar un plan más que tentador. Le miré con una expresión algo apenada. -Eso sería egoísta, y drows lo son. Pero también cobarde, y eso no lo son. No… No es opción, aún así. Me quedaré, pero… No sé, joder. Tengo miedo.

Miedo, si. Se me notaba. No quería morir. Por supuesto que no, porque no quería fallar en mi objetivo. Pero a veces parecía la mejor opción… -Pero no importa… Me quedaré. Echo cosas en falta. Debes entenderme, creo. Ha pasado un año sin ver a uno de mi raza. No lo entenderías, aquí… Haber magos, muchos magos, bastantes. ¿Pero yo? No se soluciona con otras compañías, ni amigos, ni nada. Quizás necesito ir a casa para comprobar si siguen habiendo drows allí dentro. Han habido miles de años. Si. Pero empiezo a creer que no durarán más.- ¿A cuento de qué venía ese pensamiento? -¿No te hace sufrir no saber como está tu hermano, a ti? Algo así, me pasa. Con Savant…- Aunque en mi caso era el hermano mayor y él solía cuidar de mí. Hacía tiempo, a mí me pasaba algo similar con Él. Suspiré pesadamente, mirándole con el rostro dubitativo. Me sentía perdido. Trataba de ignorar el bastón, que intentaba reclamar mi atención… Sin mucho éxito.

-Desde cuando mirrar interrumpe?! Serria de mala educacion mirrar a otrro lado mientrras haces el hechizo!
"que le corto el qué? ein? energias en el reflejo?"
-Crreo que estás un poco chalado...deberrias tenerr cuidado con los reflejos enerrgéticos esos del crristal....
Señalo su baston porque me parece muy tiquismiquies que a su arma mágica le molete que la miren mientras hacen magia. Levanto el pulgar en señal de OK porque eso de aguantazar crios insufribles pues me mola, porque yo los crios cero
-Los pelirrojos tienen todos mal carrácter.

Cuando asevera tan amargamente que le gustaria que muriesen todos los miembros de la alianza humana lo miro con el semblante un tanto mas serio, pero sigue siendo un gesto igualmente frío. Ademas no me pasa desapercibido que no le dice de cualquier manera, baja el tono de voz y parece que su respiracion se vuelve mas pesada. Pues si que los odia...pero de un modo visceral, segun puedo percibir.
-Si, ellos tambien quierren verrnos morrir a nosotrros.
"Los Descendientes...ellos podrian ayudarnos un poco con esto. Tengo que volver."
-No debes prreocuparrte, lo arreglarremos
Le digo agarrando la botella regalada, alzandola un poco  hacia el como brindandole, antes de volver a abrirla y pegarle un buen trago. Quema. Como siempre. Desde la boca hasta el mismo estómago, pasando por las narices. Niego con la cabeza yo tambien cuando dice que lo mejor seria volver, esconderse en las cuevas y asomarse cada cientos de años para ver como iban las cosas.
-No! Eso es aburrido! Que interrés tiene? Acabarrás murriendo igual....siendo así, mejorr que tu vida tenga algo que merrezca la pena serr contado.
Sonrio con el ceño fruncido, soy jodidamente temarario y no me paro a pensar mucho en los asuntos de la muerte. Afirmo cuando parece vencer su miedo  y decidirse a quedarse.
-Que son los asuntos pendientes que tienes que hacer aqui? Parrece que es lo unico que te hace quedarrte.

Tuerzo los labios un poco al parecerme que de verdad está un tanto acojonado. Por? Si seguro que habia experimentado la muerte de primera mano, era un drow,  un mago, un guerrero.....la batalla y los asesinatos no debian resultarle ajenos. Seria mas bien un miedo a perder algo distinto a su vida. Y parece que tenia una mision. Miedo a fracasar en su mision?

-Te entiendo, en parrte. Clarro que hay drrows! Igual que hay rusos! Igual que hay y habrran vampirros o elfos o enanos! Tienes morriña, y eso te pasa porr no beberr el vodka drrow que teneis alli.

Meneo la  cabeza cuando me pregunta por Thoren. Claro que habia estado preocupado por el en muchas ocasiones, mas cuando supe del lio que se armó en San Petersburgo y yo sin estar alli, si no a miles de kilometros.
-Mi herrmano, Thorren, es un cabeza hueca. Crree más que yo... Allá en Rusia cuando estabamos intentando arreglar unos conflictos, le disparraron, muy cerrca de aqui - me llevo el indice al lado izquierdo del pecho con una sonrisa de lunático cabreado, para levantar despues el dedo corazón como mandando a tomar por culo a los que le habian hecho eso. -Casi se me muerre encima. No fui yo quien lo salvó. Simplemente, habían buenos medicos cerca. Los herrmanos mayorres a veces no serrvimos parra tanto. El azarr existe.

-¡No estoy loco! Mentor dijo eso.- ¡Por supuesto que estaba loco! Y encima mentía como un puñetero cosaco. Pero eh, yo trataba de sonar convencido. Que conste que hubo un intento al menos en aquello. Era más fácil decir aquellas cosas que la verdad, que qué estupideces me entretenían. Estornudé, pagando de nuevo las consecuencias de mi gran nivel de despiste. Luego él me afirmaría que los pelirrojos tenían mal carácter. Era extraño… Los considraba bastante majos a la vista. Ahí, con toda la cara llena de pecas y esas melenazas de color de cobre. Encontraba graciosas aquellas manchas de la piel, llámame loco. No era algo que apareciera en drows muy frecuentemente, por no decir nunca.

No pareció tener intención de decir nada en cuanto puse el asunto más serio con aquellos nervios. Me respondió que la Alianza, al fin y al cabo, esperaba lo mismo de nosotros. Pero ellos eran muchísimos más, tenían poder, dinero, ejército, máquinas… ¿De qué servía matar uno si habían diez mas para cubrir su lugar? ¡Renegados habían casi con cuentagotas! O quizás es que se escondían muy bien… Me soltó una frase tranquilizadora y traté de soltar aquella rabia de un suspiro largo y pesado. -Y si no lo conseguir, que conste que se intentó.- Le respondí con una sonrisa bastante triste.

Él bebía. Me decía que era mejor que me quedara, que era más… Interesante así. Definitivamente no era la clase de persona que preferiría quedarse en una casa él solo criando cuatro vacas y un par de verduras. Pero joder. Era un puto crío aún. Si, treinta y siete años tenía, ¡Qué maravilloso! Eso, contando que los elfos y drows eran de crecer lentos de narices, significaba que no había siquiera pasado la adolescencia. Era un crío. Un niño, casi… Bueno, no realmente, pero se me entiende. Aún tenía miedo, aún era muy pronto para afrontar la muerte, no la temía, me decía… Pero había otras cosas de ella que si. -Estaría bien vivir para contarlo, al menos.- Le respondí como si no tuviera importancia. -Mantenerse siglos vivo es un poco difícil. No sé como he llegado a los casi cuarenta…- Me abracé a mi mismo por frío o temor por el porvenir.

Y entonces la pregunta del millón. Que qué era mi misión. Buena pregunta. -Es… difícil de explicar… Necesito dinero, poder, como sabes… Y luego volver al interior. Así yo poder salvar a Él, mi hermano.- Habían asuntos muy complicados respecto a eso. No sé porqué intenté contárselos, detestaba hablar de ello. -Verás… Mi hermano gemelo necesitar ayuda porque…- “Está muerto”. Más o menos, esa era la realidad. Pero se que provocaría alguna que otra miradita rata. -... Está enfermo… Pero no es normal, la enfermedad, es algo diferente. Necesito dinero para ayuda. Porque materiales para curar es difícil. Y gente que saber como traerlo de vuelta cobrar caro también.- Nigromantes y cosas de dudosa credibilidad. -Poder, necesito porque…- Las cosas podían ir mal y probablemente necesitara estar preparado en cuanto se intentase regresarlo a la vida. Quizás aparecían fantasmas indeseados. Agresivos. Cosas amorfas. Era lo que pasaba cuando jugabas con el mundo de la muerte. -... Necesitar defenderme de peligros. Para materiales, sí…- No sonaba tampoco muy conecto o creíble, pero el tema me ponía muy nervioso. -No puedo fallar.-

Luego, él me mencionó que si que habían drows. -Algún día veré un bala perdida como yo. Espero.- Le respondí, intentando no pensar en Él, intentando ignorar el bastón de nuevo. Entonces me empezó a contar algo sobre su hermano, que le habían pegado un tiro muy cerca del corazón. La expresión que hizo me dio un miedo bastante palpable. La sola idea de que él pudiera haber visto a su hermano morir, su hermano pequeño… Me dolía. Me dolía bastante. Le comprendía. Sabía qué podría haber significado, cómo lo podría haber cambiado todo, el… El posible dolor que eso le habría ocasionado el resto de mi vida. -No solo los mayores. Los iguales. Eso es horrible… Y-Yo…- Tomé aire.

-Lo entiendo. Créeme. Sé que es perder a alguien. Qué incapaz se puede ser, cuando eso ocurre. El cómo sienta. Es algo agónico… yo…- Tenía un puto hermano muerto. Muerto, si, muerto. No había sido capaz de superar eso. Más adelante descubrí que incluso Savant estuvo implicado en intentar ayudarme a superarlo, pero lo único que consiguió -consiguieron- es quitármelo todo excepto esa memoria. Persistente. No se había ido nada de aquello, recordaba esos días. Sólo recordaba eso. Él, muriendo. -Cuando un… Un hermano muere, uno pierde una parte de sí mismo. Lo sé, lo entiendo, lo he pasado. Uno… se queda incompleto. Vacío. Lo echo en falta…- Volvía a bajar la voz… Pero esta vez no estaba cabreado…

… Lloraba como un gilipollas. Era lo que pasaba cuando hablaba de aquello. Por eso tendía a mentir. Pero tenía el entendimiento aún durmiendo y me olvidé de ocultar ese pequeño detalle. Me olvidé de qué coño era mentir por un bien mayor.

-Oh no, lo conseguirremos, aqui no sirrve el condicional "Y si". Les aporrearremos en sus durras seserras con llaves inglesas hasta que desmantelen esos Centinelas!
Dejo la botella bruscamente contra la silla, levantandome, cruzandome de brazos y comenzando a andar de un lado a otro, con mucho azogue. No podia estarme quieto cuando llegaban a temas de estos tipos, me podia la inquietud y las ganas de ponerme da repartir hostias, cual leon enjaulado.

-O que lo cuenten otrros porr ti. Trranquilo, si muerres prronto yo contarré a la gente tus hazañas parra hacerr estorrnudar la nariz.- Esbozo una sonrisa de lado medio jocosa. -Todos te recorrdarán.

¿Casi cuarenta años? joder, pero si parecia muchisimo mas joven. Me lo quedé mirando con cara de etar todo desconcertado...pero claro, era un elfo. Sus edades iban a otro ritmo, lo señale y tras farfullar algunas palabras en ruso dí con lo adecuado.
-Tu...parreces mas joven que yo.

Vuelvo a dejar mis pies quietos y simplemente quedo en pie de brazos cruzados, por respeto a mi interlocutor, para escuchar cuales son sus asuntos pendientes. Voy entendiendo que necesita pasta y poder para ayudar a su hermano alli abajo, que está muy enfermo, al mellizo que me comentó el otro dia
-Como se llama? - le pregunto al percatarme que no ha dicho su nombre aun, no asi como el de Savant.

Bufo cuando dice eso de que es horrible, asintiendo con un sólo y brusco gesto. -Si lo hubiesen llegado a matarr, me habrria carrgado a cada perrsona de esa plaza que llevase una pistola o similar.
Lo tenia claro. Ademas, ya bastante duro fue aunque sobrevivió. Despues de eso me pasé unos cuantos días sobreviviendo en vodka...del malo. Levanto la mirada hacia el porque me llama la atencion como comienza a hablar, porque parece que lo ha vivido de primer plano, el perder a alguien. ¿El habia perdido a alguien? Me pongo a echar cuentas mentalmente, Savant por lo que decia estaba vivo, y su mellizo, muy muy enfermo pero vivo tambien...deberia ser otro hermano de quien hablaba.

-Si, justamente eso. Lo siento.- son todas las palabras de animo que consigo sacar. Y cuando lo veo que está llorando, me quedo totalmente helado. En parte entiendo su dolor, puedo empatizarlo bastante bien por mis propias experiencias y eso hace que me cueste mas poder dar palabas de animo, porque no las hay.

Y por otra parte está el hecho de que parezco tener un estreñimiento emocional y cuando tengo gente llorando delante de mi o sufriendo mucho, no sé que hacer ni que decir. Me bloqueo y miro para todas partes. Quiza unas palmadas en la espalda estuvieran bien...o quiza no, y se las podria tomar a mal.

-Ehh....Teper' to, chto mne delat'?
Murmuro algo por lo bajo y me rasco la nuca, sigo sin saber que decir o hacer, hay cosas que escapan a mis competencias. Y ademas no me lo esperaba, el drow parecia un tipo fuerte. Pero claro...un hermano.
"Afgh! Deja de pensar! estupidamente ahi plantado, haz algo!!!!!"
Finalmente me acerco a él y le pego una palmada en el hombro, muy fuerte y enérgica.
-Te ayudarré con tu mellizo!