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Recuerdo del primer mensaje :
Son pocos los medicamentos que hay para atender emergencias médicas, con lo cual se les pide a cada Renegado que tengan cuidado con lo que usan.
- Info:
- Recupera 10 PS por día a tiempo real que el pj permanezca en la enfermería.
Envidiaba de todo corazón la convicción de Yaroslav para todo. No dejaba lugar a dudas, sus frases eran más que decisivas, casi como sentencias. Ya me había permitido dudar un poco anteriormente… Pero casi había olvidado el pequeño e ínfimo detalle de que a él no le parecía bien. Asentí con la cabeza poco convencidamente, pero preferí no abrir más la boca sobre ese asunto. Porque dijera lo que dijera, no saldría de mis cuerdas vocales de forma demasiado convincente. Luego hizo otro comentario sobre que él contaría mis hazañas, las peores que podía: Lo del estornudo. Respondí con uno de estos con un deje indignado. -¿Sabes? ¡Con esa forma de ser creo que quien morir antes ser tu! Uno necesita percatación- La palabra no la dije peor porque no podía. Precaución, quería decir. -Y yo no saber demasiado de tus hazañas como para contar.- Me quejé como medio en broma, como medio con ganas de que me lo contara todo.
Cuando le comenté mi edad él soltó que yo parecía más joven. -Si, lo sé. Elfos tardar en crecer, drows menos, pero también. Yo realmente… ¿Soy adolescente para vosotros? Algo así. Tal vez, dieciséis años. No más. No menos. Un crío.- Le expliqué como por encima. Pero fueron más tensos los momentos en los que empecé a hablar de mi objetivo, de Él. Lo primero, el nombre. -Él.- Respondí primeramente, casi con sequedad. Ese nombre… Ese nombre, pensé. Llevaba siglos sin querer siquiera nombrarle por el horror que me producía recordarlo, las veces que lo llamaba. Él era Él. No había vuelta de hoja. Mi boca se abrió y mi lengua pronunció el sonido que tantísimas veces antes había emitido. Por primera vez en tantos años. -Él es… Osten.- El solo sonido me rompió.
Me contó que si él hubiera visto a su hermano morir se habría cargado a todo el mundo. Asentí, porque coincidía con él. Si hubiera podido matar al culpable, lo habría hecho. Y si no lo había realizado aún, aquel acto… Es porque aquella persona era la única que podía devolvérmelo. Arrojé el bastón al suelo con asco, con rabia, porque recordaba a la sucia persona que lo había matado, la incapacidad de poder acabar con él… Quizás en parte quería volverme más fuerte para que, una vez me devolviera a Él, pudiera matarlo con mis propias manos. Pero… Esa misma persona era quien me había enseñado lo poco que sabía de luchar.
Maldita sea, pensé. En cuanto me llevé las manos al rostro para llorar como el puto crío que era él tardó un poco en actuar, quizás pensando que sería mejor dejarme ahí solo o cortarme la cabeza, que seguro que era mejor solución. Lo era. Lo jodidamente era. Pero él se lo pensaba, y yo no hacía más que llorar. Llorar, llorar, llorar, como un niño. Joder. Estaba muerto. Osten. En mi cabeza ese nombre volvía a aparecer. Hacía más daño que “Él”. -Xsa…- Gruñí entre llantos, ¿Por qué no iba a hacerlo? Era un puto perro, yo. Lo oí murmurar algo que no entendí, parecía parte de aquel idioma suyo, el ruso. No sabía si levantar cabeza.
Entonces me golpeó en el hombro. Era un gesto amistoso, vino acompañado de una palabra de ánimo. Me quité las manos de la cara y le miré con los ojos enrojecidos, casi con miedo, con horror. Ayudarme con mi mellizo. Sonaba más fácil de lo que realmente era. En aquel caos que tenía por cabeza, en aquella desesperación, no pude pensar en nada. Ni en las apariencias, ni en caerle bien, o que al menos no pensara que estaba loco. Apenas le veía, con la mirada emborronada, los ojos escociendo. Quizás eso me nubló el juicio de todo. -¿Ayudarme? ¡AYUDARME! ¡No es como si estuviera muerto, vith!- Respiré profundamente, intentando tranquilizarme. Pero todo se volvía confuso, todo era difícil de entender. Debía ser capaz de notar mi rabia solo por el enrojecimiento profundo de mi pellejo, mis movimientos nerviosos, arañándome los brazos o piernas para tener otro dolor en el que pensar, ese respirar casi de animal más que de persona. Algo dentro de mí rezaba que se asustara y acabara conmigo. Otra intentaba salir dentro de mi y atracar a ese hombre allí mismo, sacarle el dinero, pensando que entendería al menos la razón. Aunque algo más coherente salió de mi boca.
-Muerto, está muerto. Pero no del todo. Atrapado. Está atrapado. No se murió del todo. Pero no está vivo. No es enfermedad. No puede descansar, ahí está. Entre ambos mundos. Aún puedo traer de vuelta. Pero necesito gente que sepa de eso. Necassalmor’en.- Palabara para necrománticos -Quiero que regrese. Quiero que esté conmigo. Eso, o al menos, mandar donde le toca. Él no deber estar donde está.- Poco a poco volvía a recuperar la cordura. -Murió de enfermedad. No enfermedad común, si no especie de maldición. Quien maldecirle ser el único que puede ayudar a traerlo de vuelta. No fue personal. No fue a propósito. Pero para ello, necesita dinero. Él conoce gente que poder ayudar. Pero sus servicios son caros. Materiales. Mierdas. Poder. Porque si juegas con vida y muerte, poder sacar espíritus. Mierdas. Peligrosas…
Suspiré muy hondamente y le miré con aquella cara de cachorro muerto de hambre. -... Siento la anterior mentira. Pero… Es… Es difícil de explicar… Trato de olvidar… Nunca lo llamo por su nombre. Me duele. A veces, pienso que puedo olvidarlo todo. No es mi culpa. Pero es mi responsabilidad. Quiero quedarme aquí. Hacer amigos, luchar. Pero él es mi hermano. Nosotros debemos acabar juntos. Siempre. Por ser mellizos… No puedo abandonarle, ni estando muerto
Cuando le comenté mi edad él soltó que yo parecía más joven. -Si, lo sé. Elfos tardar en crecer, drows menos, pero también. Yo realmente… ¿Soy adolescente para vosotros? Algo así. Tal vez, dieciséis años. No más. No menos. Un crío.- Le expliqué como por encima. Pero fueron más tensos los momentos en los que empecé a hablar de mi objetivo, de Él. Lo primero, el nombre. -Él.- Respondí primeramente, casi con sequedad. Ese nombre… Ese nombre, pensé. Llevaba siglos sin querer siquiera nombrarle por el horror que me producía recordarlo, las veces que lo llamaba. Él era Él. No había vuelta de hoja. Mi boca se abrió y mi lengua pronunció el sonido que tantísimas veces antes había emitido. Por primera vez en tantos años. -Él es… Osten.- El solo sonido me rompió.
Me contó que si él hubiera visto a su hermano morir se habría cargado a todo el mundo. Asentí, porque coincidía con él. Si hubiera podido matar al culpable, lo habría hecho. Y si no lo había realizado aún, aquel acto… Es porque aquella persona era la única que podía devolvérmelo. Arrojé el bastón al suelo con asco, con rabia, porque recordaba a la sucia persona que lo había matado, la incapacidad de poder acabar con él… Quizás en parte quería volverme más fuerte para que, una vez me devolviera a Él, pudiera matarlo con mis propias manos. Pero… Esa misma persona era quien me había enseñado lo poco que sabía de luchar.
Maldita sea, pensé. En cuanto me llevé las manos al rostro para llorar como el puto crío que era él tardó un poco en actuar, quizás pensando que sería mejor dejarme ahí solo o cortarme la cabeza, que seguro que era mejor solución. Lo era. Lo jodidamente era. Pero él se lo pensaba, y yo no hacía más que llorar. Llorar, llorar, llorar, como un niño. Joder. Estaba muerto. Osten. En mi cabeza ese nombre volvía a aparecer. Hacía más daño que “Él”. -Xsa…- Gruñí entre llantos, ¿Por qué no iba a hacerlo? Era un puto perro, yo. Lo oí murmurar algo que no entendí, parecía parte de aquel idioma suyo, el ruso. No sabía si levantar cabeza.
Entonces me golpeó en el hombro. Era un gesto amistoso, vino acompañado de una palabra de ánimo. Me quité las manos de la cara y le miré con los ojos enrojecidos, casi con miedo, con horror. Ayudarme con mi mellizo. Sonaba más fácil de lo que realmente era. En aquel caos que tenía por cabeza, en aquella desesperación, no pude pensar en nada. Ni en las apariencias, ni en caerle bien, o que al menos no pensara que estaba loco. Apenas le veía, con la mirada emborronada, los ojos escociendo. Quizás eso me nubló el juicio de todo. -¿Ayudarme? ¡AYUDARME! ¡No es como si estuviera muerto, vith!- Respiré profundamente, intentando tranquilizarme. Pero todo se volvía confuso, todo era difícil de entender. Debía ser capaz de notar mi rabia solo por el enrojecimiento profundo de mi pellejo, mis movimientos nerviosos, arañándome los brazos o piernas para tener otro dolor en el que pensar, ese respirar casi de animal más que de persona. Algo dentro de mí rezaba que se asustara y acabara conmigo. Otra intentaba salir dentro de mi y atracar a ese hombre allí mismo, sacarle el dinero, pensando que entendería al menos la razón. Aunque algo más coherente salió de mi boca.
-Muerto, está muerto. Pero no del todo. Atrapado. Está atrapado. No se murió del todo. Pero no está vivo. No es enfermedad. No puede descansar, ahí está. Entre ambos mundos. Aún puedo traer de vuelta. Pero necesito gente que sepa de eso. Necassalmor’en.- Palabara para necrománticos -Quiero que regrese. Quiero que esté conmigo. Eso, o al menos, mandar donde le toca. Él no deber estar donde está.- Poco a poco volvía a recuperar la cordura. -Murió de enfermedad. No enfermedad común, si no especie de maldición. Quien maldecirle ser el único que puede ayudar a traerlo de vuelta. No fue personal. No fue a propósito. Pero para ello, necesita dinero. Él conoce gente que poder ayudar. Pero sus servicios son caros. Materiales. Mierdas. Poder. Porque si juegas con vida y muerte, poder sacar espíritus. Mierdas. Peligrosas…
Suspiré muy hondamente y le miré con aquella cara de cachorro muerto de hambre. -... Siento la anterior mentira. Pero… Es… Es difícil de explicar… Trato de olvidar… Nunca lo llamo por su nombre. Me duele. A veces, pienso que puedo olvidarlo todo. No es mi culpa. Pero es mi responsabilidad. Quiero quedarme aquí. Hacer amigos, luchar. Pero él es mi hermano. Nosotros debemos acabar juntos. Siempre. Por ser mellizos… No puedo abandonarle, ni estando muerto
-Clarro, yo no soy un drrow como tu, no tengo perrcatacion y morriré antes. Y sobrre mis hazañas...aun tengo que obrran unas cuantas mas.
"llevo muy pocas en mi haber"
Intento decirle asi que le contaria algunas escaramuzas y otras por venir, si la cosa se terciaba. Pero yo lo que mas habia hecho eran mapas, mapas y mas mapas. Mapas mágicos, instalar trampas, reforzar puertas y pasillos. Añadir algun hechizo de deteccion de intrusos, buscar gente, meterme en muchas peleas, invocar a mis criaturas de piedra, participar en un torneo de magos, e intentar torturar a un soldado del enemigo a base de canciones de Georgie Dan y puñetazos. Eh, pensadas así de golpe, sonaban a unas cuantas hazañas interesantes de contar en un pequeño circulo de gente en un bar. Quiza se las contase al drow cuando el ambiente fuese menos pesado...ahora con todo el asunto de su mellizo no procedia.
-Es decirr, que eres un crrio. Pues no está nada mal para un crrío.
Asiento pero más que para el para mi mismo, ahora entendia un poco mejor su manera de derrumbarse y de dudar tanto, igual tenia los mismos años que yo pero a otros niveles, era más joven. Qué raros eran los elfos. O los drow. O las dos cosas a la vez. Me quedo con el nombre de su hermano, que es sencillo como para que yo pueda recordarlo. Continuo viendolo llorar, esperando a que se reponga lo suficiente para volver a hablarme. Despues de mi palmada de animos en su hombro, cruzo mis brazos, viendo la expresion de desesperacion que se le pone cuando le ofrezco ayuda, lo cual hace que le dedique una mueca de incomprensión. Pocas cosas no tienen solucion, a excepcion de la muerte....espera, acababa de decir que su hermano estaba muerto? Pongo los ojos en blanco y lanzo un resoplido, mis pensamientos se habian estampado contra un muro, como si me hubiese tendido una trampa a mi mismo con mi razonamiento anterior. Como Vor'kalth sigue hablando, no me queda mas remedio que volver a centrarme para prestarle atencion, porque parece una explicacion compleja. Muerto pero no muerto. El limbo? Recuperable? Bueno, entonces quizá la cosa no era tan definitiva como parecía. Chasqueo los dedos y levanto la voz hablando en mi habitual tono, unos decibelios por encima de lo socialmente aceptado.
-Está en el limbo!!! O algo asi! eso...una maldicion? Que clase de tio te lanza una maldicion que ni te deja muerrto ni todo lo contrrario, y para arreglarrlo te pide dinerro? Un botazo en la carra es lo que necesita!
Sonrio porque si ese es el caso, pienso, quiza no tenga que sufrir tanto. El tio que lo maldijo es el mismo que puede ayudar a su hermano, que a mi mas que por eso ya me parece un antipatico, por no hacerlo de gratis. Me da que quieren timar al chaval. Pero claro...magia negra. Los magos oscuros son así. Los nigromantes. No puedes fiarte de ninguno. Me acerco a él y lo sujeto por la ropa del pecho, dandole un par de meneos suaves a modo de zarandeo como para enfatizar lo que voy a decir despues, y tambien en parte para espabilarlo porque parece que le va a entrar un ataque de ansiedad.
-Aqui tambien tenemos nigrromantes...magos oscuros de esos! Gente que sabe cosas de muertos.- y casualmente, yo acababa de conocer a uno hace unos pocos meses. Aunque igualmente me parecia muy inaccesible. -Quizá podemos prreguntarrle si hay modo de ayudarr a tu herrmano
"llevo muy pocas en mi haber"
Intento decirle asi que le contaria algunas escaramuzas y otras por venir, si la cosa se terciaba. Pero yo lo que mas habia hecho eran mapas, mapas y mas mapas. Mapas mágicos, instalar trampas, reforzar puertas y pasillos. Añadir algun hechizo de deteccion de intrusos, buscar gente, meterme en muchas peleas, invocar a mis criaturas de piedra, participar en un torneo de magos, e intentar torturar a un soldado del enemigo a base de canciones de Georgie Dan y puñetazos. Eh, pensadas así de golpe, sonaban a unas cuantas hazañas interesantes de contar en un pequeño circulo de gente en un bar. Quiza se las contase al drow cuando el ambiente fuese menos pesado...ahora con todo el asunto de su mellizo no procedia.
-Es decirr, que eres un crrio. Pues no está nada mal para un crrío.
Asiento pero más que para el para mi mismo, ahora entendia un poco mejor su manera de derrumbarse y de dudar tanto, igual tenia los mismos años que yo pero a otros niveles, era más joven. Qué raros eran los elfos. O los drow. O las dos cosas a la vez. Me quedo con el nombre de su hermano, que es sencillo como para que yo pueda recordarlo. Continuo viendolo llorar, esperando a que se reponga lo suficiente para volver a hablarme. Despues de mi palmada de animos en su hombro, cruzo mis brazos, viendo la expresion de desesperacion que se le pone cuando le ofrezco ayuda, lo cual hace que le dedique una mueca de incomprensión. Pocas cosas no tienen solucion, a excepcion de la muerte....espera, acababa de decir que su hermano estaba muerto? Pongo los ojos en blanco y lanzo un resoplido, mis pensamientos se habian estampado contra un muro, como si me hubiese tendido una trampa a mi mismo con mi razonamiento anterior. Como Vor'kalth sigue hablando, no me queda mas remedio que volver a centrarme para prestarle atencion, porque parece una explicacion compleja. Muerto pero no muerto. El limbo? Recuperable? Bueno, entonces quizá la cosa no era tan definitiva como parecía. Chasqueo los dedos y levanto la voz hablando en mi habitual tono, unos decibelios por encima de lo socialmente aceptado.
-Está en el limbo!!! O algo asi! eso...una maldicion? Que clase de tio te lanza una maldicion que ni te deja muerrto ni todo lo contrrario, y para arreglarrlo te pide dinerro? Un botazo en la carra es lo que necesita!
Sonrio porque si ese es el caso, pienso, quiza no tenga que sufrir tanto. El tio que lo maldijo es el mismo que puede ayudar a su hermano, que a mi mas que por eso ya me parece un antipatico, por no hacerlo de gratis. Me da que quieren timar al chaval. Pero claro...magia negra. Los magos oscuros son así. Los nigromantes. No puedes fiarte de ninguno. Me acerco a él y lo sujeto por la ropa del pecho, dandole un par de meneos suaves a modo de zarandeo como para enfatizar lo que voy a decir despues, y tambien en parte para espabilarlo porque parece que le va a entrar un ataque de ansiedad.
-Aqui tambien tenemos nigrromantes...magos oscuros de esos! Gente que sabe cosas de muertos.- y casualmente, yo acababa de conocer a uno hace unos pocos meses. Aunque igualmente me parecia muy inaccesible. -Quizá podemos prreguntarrle si hay modo de ayudarr a tu herrmano
-Yo referirme a que tu morir antes por… ¡Locura! ¡Falta de miedo! No por edad.- Respondí, probablemente porque él no había entendido que significaba la “percatación”. Pero es que era cierto: No parecía que tuviera ni mucho cuidado, ni que se pensara las cosas un par de veces antes de actuar, y en absoluto nada de todo aquello. Aunque parecía dispuesto a hacer algo más en vida aún. Esperaba de todo corazón que lograra mantener la cabeza encima de los hombros durante, al menos, unos cuantos añitos más. Luego me sorprendió llamándome crío. Era distinto que yo me dijera crío a que fuera otro, más que nada porque los humanos y otras razas menos longevas no se atrevían a llamar a alguien que les doblase la edad “crío”. Incluso si realmente era, parecía y actuaba como un adolescente. Hice una expresión jodida de interpretar en aquel momento… Que realmente surgió porque no tenía ni idea de qué cara ponerle.
Aunque bueno, estaba el momento que me dio por llorar. Al menos estaba advertido ya de que era un joven idiota y estúpido, y entre niños es bastante común eso de ponerse a berrear por problemas sin importancia. Él pareció extrañarse o quedarse fastidiado ante la noticia de que Él estaba muerto. Si tenía intención de ayudar, definitivamente acababa de ponerselo difícil. Lo primero que soltó en cuanto tuvo oportunidad es que estaba, entonces, en algo llamado “limbo”. Luego se quejó de lo triste de mi situación. Así planteado parecía mucho más cruel. -No, quien matarlo no ser necassalmor’, él no poder resucitarlo, y él no quedar dinero. Quien quedar dinero ser conocidos suyos.- ¿Y si realmente era una mentira? ¿Y si esos amigos se quedaban el dinero y le daban cierta porción a ese hijo de la gran puta? ¿Y si era todo una treta?
¿Y si no podía recuperar a Él? Decidí entonces que, cuando regresara a mi hogar, debería ser con el suficiente poder por si eso ocurría. Para matarlos a todos. Definitivamente no se merecía un botazo en la cabeza, eso era demasiado poco. -Pero, sin emba…- De repente noté su mano en mi pecho, agarrando mi traje. Abrí bastante los ojos mientras él me sacaba de aquel estado de puro retraso, agitándome cual batido. Al principio quise defenderme, no entendiendo en absoluto qué mosca le había picado. Aunque luego comprendí la naturaleza de ese acto y no opuse resistencia. En el fondo yo también lo necesitaba.
-¿Nicrromantas? ¿Es esa la palabra?- Me sonaba algo extraña la r de esa palabra, pero no me quejé y sencillamentelo añadí a mi vocabulario. Como todo lo que aprendía de Yaroslav, se quedaría ahí, impregnado de su acento. Sugirió hacer tratos con alguno del exterior… -¿También hay aquí? ¡Yo pensar que no! Quizás… Quizás no ser tan mala idea, de hecho…- Miré al suelo. Ahí estaba el bastón. La idea de no tener que ver nunca más a mi mentor, olvidarme de regresar y hacerlo todo allí mismo era más que tentadora. Sacaría a Osten de ese infierno en el que vivía, y en vez de ir a “casa” nos quedaríamos aquí. Haríamos amistades y lucharíamos con ellas por un mundo mejor, en vez de vivir como las ratas día y noche.
La idea era más que tentadora. Los ojos se me volvieron a humedecer no por tristeza, si no… Por el mero hecho de pensar en un futuro distinto. Un futuro mejor, con Él de vuelta, sin tener que pensar en nadie más de todos los que había dejado allí abajo. Nada de drows racistas, nada de diosas extrañas y mujeres poderosas… ¡Tendría oportunidad de hacerme yo fuerte por mi solo! ¡Podría deshacerme en un futuro de ese maldito bastón! Quizás luchar para quedármelo pero quitar la… ¿Maldición? que este contenía. Por primera vez estaba pensando más allá de qué hacer una vez que mi hermano estuviera vivo.
Aunque para eso, tenía que confiar en un nicrromantas del exterior. Y parecía una decisión un tanto arriesgada. Dejé ir una sonrisa, aún así, de repente mucho más animado. Me puse de pie a pesar de estar tan hecho polvo para dar más énfasis a mis palabras. -¡Entonces, que así sea! Si puedo, no volver al interior. Quizás alguna solución aquí es más fácil, pero… Aquí viene el problema. ¿Tu conoces nicrromantas? ¿Ellos que poder pedir por sus servicios? Quizás… No sé si poder actuar desde aquí, o si ellos… ellos necesitar cuerpo de Osten… Sé donde está, pero… Entonces tener que volver allí… ¿Son comunes? ¿Se esconden?- Le bombardeé a preguntas porque de ello dependía el futuro de la posible nueva vida de Él. Y la mía, en realidad.
Aunque bueno, estaba el momento que me dio por llorar. Al menos estaba advertido ya de que era un joven idiota y estúpido, y entre niños es bastante común eso de ponerse a berrear por problemas sin importancia. Él pareció extrañarse o quedarse fastidiado ante la noticia de que Él estaba muerto. Si tenía intención de ayudar, definitivamente acababa de ponerselo difícil. Lo primero que soltó en cuanto tuvo oportunidad es que estaba, entonces, en algo llamado “limbo”. Luego se quejó de lo triste de mi situación. Así planteado parecía mucho más cruel. -No, quien matarlo no ser necassalmor’, él no poder resucitarlo, y él no quedar dinero. Quien quedar dinero ser conocidos suyos.- ¿Y si realmente era una mentira? ¿Y si esos amigos se quedaban el dinero y le daban cierta porción a ese hijo de la gran puta? ¿Y si era todo una treta?
¿Y si no podía recuperar a Él? Decidí entonces que, cuando regresara a mi hogar, debería ser con el suficiente poder por si eso ocurría. Para matarlos a todos. Definitivamente no se merecía un botazo en la cabeza, eso era demasiado poco. -Pero, sin emba…- De repente noté su mano en mi pecho, agarrando mi traje. Abrí bastante los ojos mientras él me sacaba de aquel estado de puro retraso, agitándome cual batido. Al principio quise defenderme, no entendiendo en absoluto qué mosca le había picado. Aunque luego comprendí la naturaleza de ese acto y no opuse resistencia. En el fondo yo también lo necesitaba.
-¿Nicrromantas? ¿Es esa la palabra?- Me sonaba algo extraña la r de esa palabra, pero no me quejé y sencillamentelo añadí a mi vocabulario. Como todo lo que aprendía de Yaroslav, se quedaría ahí, impregnado de su acento. Sugirió hacer tratos con alguno del exterior… -¿También hay aquí? ¡Yo pensar que no! Quizás… Quizás no ser tan mala idea, de hecho…- Miré al suelo. Ahí estaba el bastón. La idea de no tener que ver nunca más a mi mentor, olvidarme de regresar y hacerlo todo allí mismo era más que tentadora. Sacaría a Osten de ese infierno en el que vivía, y en vez de ir a “casa” nos quedaríamos aquí. Haríamos amistades y lucharíamos con ellas por un mundo mejor, en vez de vivir como las ratas día y noche.
La idea era más que tentadora. Los ojos se me volvieron a humedecer no por tristeza, si no… Por el mero hecho de pensar en un futuro distinto. Un futuro mejor, con Él de vuelta, sin tener que pensar en nadie más de todos los que había dejado allí abajo. Nada de drows racistas, nada de diosas extrañas y mujeres poderosas… ¡Tendría oportunidad de hacerme yo fuerte por mi solo! ¡Podría deshacerme en un futuro de ese maldito bastón! Quizás luchar para quedármelo pero quitar la… ¿Maldición? que este contenía. Por primera vez estaba pensando más allá de qué hacer una vez que mi hermano estuviera vivo.
Aunque para eso, tenía que confiar en un nicrromantas del exterior. Y parecía una decisión un tanto arriesgada. Dejé ir una sonrisa, aún así, de repente mucho más animado. Me puse de pie a pesar de estar tan hecho polvo para dar más énfasis a mis palabras. -¡Entonces, que así sea! Si puedo, no volver al interior. Quizás alguna solución aquí es más fácil, pero… Aquí viene el problema. ¿Tu conoces nicrromantas? ¿Ellos que poder pedir por sus servicios? Quizás… No sé si poder actuar desde aquí, o si ellos… ellos necesitar cuerpo de Osten… Sé donde está, pero… Entonces tener que volver allí… ¿Son comunes? ¿Se esconden?- Le bombardeé a preguntas porque de ello dependía el futuro de la posible nueva vida de Él. Y la mía, en realidad.
-Pues sincerramente esperro que no, aunque no lo parrezca yo soy muy prrudente...¿heh?
Zarandeo mi cabeza de arriba abajo, pensando el lo prudente que soy. O lo paranoico que soy a veces. Yo cuando estabamos en la Resistencia en San Petersburgo y los del Ministerio querían pactar con nosotros yendo de majos no me los tragué ni por un instante. Eso si, en la batalla era un poco burreras, pero al menos sabía ver e peligro cuando éste existía.
Dejo de zarandearlo porque ya debo de haber batido su coco lo suficiente como para espabilarlo y que se vuelva a centrar. A veces una hostia o un buen meneo puede sentarle bien a cualquiera.... me aparto, cruzando mis brazos nuevamente. Hago una mueca apretando mis labios, pues quien pedia el dinero no era el necromanta si no sus coleguis. A mi me sonaba a mafia que lo flipas.
-No te fies...huele a gato encerrado.
Sonrio porque tenia la impresion de haber utilizado por fin bien una expresion, una de esas frases hechas. Y si no, el semi-drow no se iba a dar cuenta....el crimen semántico perfecto.
-Da, nicrromantas.- repito la palabra para nigromante, sin darme cuenta de que aunque al principio yo lo habia dicho bien salvo por mi acento, al decirla él mal me la habia pegado. O vete a saber. Pero por supuesto que si, aqui habian nigromantes. Sin ir mas lejos, en mi chaqueton guardaba una lista con el nombre de uno de ellos escrito. Vale que no eran comunes, ni tampoco de fiar, pero... Mientras saco el pergamino con toda la ristra de nombres de los Descendientes, Vor vuelve a la carga con sus preguntas. Retrocedo un paso cuando lo veo ponerse en pie, su expresion sin duda ha ido cambiando por momentos. Y yo esperaba no haberme equivocado con mi propuesta. Mi gesto por su parte sigue un tanto imperturbable, pero con una leve sonrisa y sin rastro de tension o confusiones anteriores.
- No lo conozco perrsonalmente, pero....se de uno que podrría ayudarrte. Quizás. Lo vi una vez. No se qué política de trratos tiene con este tipo de asuntos ...quizas podrrias conocerrlo, podrría pedirrselo. Perrtenece a un grrupo de magos un poco extrraño que conocí hace poco. -niego con la cabeza, desliando el trozo de pergamino que me habian dado antes de irme del lugar ese de los Descendientes, donde venian los nombres de los 20 con una o dos frases describiendo cuales eran sus campos en la magia. No me habia fijado en él por que la nigromancia no es para nada una disciplina o una rama que a mi me interesase, ni mucho menos que conociese. Lo mio eran los elementales, de piedra para mas detalle. Pero releo los nombres y se lo señalo a Vor, para que pueda leer. Ahi entre otros tantos viene el nombre de Matvey Rasputín, junto con la palabra "nigromante", entre otras cosas. - No son comunes. Yo solo conozco a este. Y decirr que lo conozco es mucho...
Zarandeo mi cabeza de arriba abajo, pensando el lo prudente que soy. O lo paranoico que soy a veces. Yo cuando estabamos en la Resistencia en San Petersburgo y los del Ministerio querían pactar con nosotros yendo de majos no me los tragué ni por un instante. Eso si, en la batalla era un poco burreras, pero al menos sabía ver e peligro cuando éste existía.
Dejo de zarandearlo porque ya debo de haber batido su coco lo suficiente como para espabilarlo y que se vuelva a centrar. A veces una hostia o un buen meneo puede sentarle bien a cualquiera.... me aparto, cruzando mis brazos nuevamente. Hago una mueca apretando mis labios, pues quien pedia el dinero no era el necromanta si no sus coleguis. A mi me sonaba a mafia que lo flipas.
-No te fies...huele a gato encerrado.
Sonrio porque tenia la impresion de haber utilizado por fin bien una expresion, una de esas frases hechas. Y si no, el semi-drow no se iba a dar cuenta....el crimen semántico perfecto.
-Da, nicrromantas.- repito la palabra para nigromante, sin darme cuenta de que aunque al principio yo lo habia dicho bien salvo por mi acento, al decirla él mal me la habia pegado. O vete a saber. Pero por supuesto que si, aqui habian nigromantes. Sin ir mas lejos, en mi chaqueton guardaba una lista con el nombre de uno de ellos escrito. Vale que no eran comunes, ni tampoco de fiar, pero... Mientras saco el pergamino con toda la ristra de nombres de los Descendientes, Vor vuelve a la carga con sus preguntas. Retrocedo un paso cuando lo veo ponerse en pie, su expresion sin duda ha ido cambiando por momentos. Y yo esperaba no haberme equivocado con mi propuesta. Mi gesto por su parte sigue un tanto imperturbable, pero con una leve sonrisa y sin rastro de tension o confusiones anteriores.
- No lo conozco perrsonalmente, pero....se de uno que podrría ayudarrte. Quizás. Lo vi una vez. No se qué política de trratos tiene con este tipo de asuntos ...quizas podrrias conocerrlo, podrría pedirrselo. Perrtenece a un grrupo de magos un poco extrraño que conocí hace poco. -niego con la cabeza, desliando el trozo de pergamino que me habian dado antes de irme del lugar ese de los Descendientes, donde venian los nombres de los 20 con una o dos frases describiendo cuales eran sus campos en la magia. No me habia fijado en él por que la nigromancia no es para nada una disciplina o una rama que a mi me interesase, ni mucho menos que conociese. Lo mio eran los elementales, de piedra para mas detalle. Pero releo los nombres y se lo señalo a Vor, para que pueda leer. Ahi entre otros tantos viene el nombre de Matvey Rasputín, junto con la palabra "nigromante", entre otras cosas. - No son comunes. Yo solo conozco a este. Y decirr que lo conozco es mucho...
Creo que él era, en todo caso, de todo menos prudente. O quizás yo desconocía el significado de la palabra, o tal vez era él… Por favor, ¡Se había hecho amigo de un drow! Bueno, medio, pero ya se me entiende. Un drow es de todo menos una elección prudente como amistad. Se nos conoce por traicioneros, mentirosos, malignos, absolutamente cualquier cosa menos bonito. Nadie en su sano juicio o sabiendo qué significaba ser “prudente” aceptaría uno como amigo. Y quizás pensaréis, “tal vez es que veía más allá de las apariencias”, o cualquier chorrada del estilo. Pero la cosa es que yo tampoco era muy santo, y al fin y al cabo estaba allí sentado por intereses, por trabajo… Aunque reconozcamos que él me caía bien, independientemente de esas cosas.
Él luego me dijo que no me fiara de los nicrromantas, que “olía a gato encerrado”. Fruncí el ceño y torcí la expresión, pensativo. ¿Cómo podía oler uno el estado de un gato? ¿Qué tenía que ver un gato con todo eso? -¿Gato no es… cosa con orejas que decir “miau”?- Me rasqué detrás de la nuca, pensando en qué sentido debía tener aquella frase. Aunque luego me di cuenta de que muy probablemente fuera una frase hecha, una especie de… ¿Metáforas? Que se decían y repetían. Alguna vez había intentado estudiarlas, pero no tenían ni puto sentido. ¿Qué tenían que ver los pájaros en mano o volando con ir seguro? ¿Qué demonios significaba que un zorro era más listo por viejo que por su raza? ¡Qué coño era un zorro, mejor dicho! Miré a otro lado como un poco perdido, tal y como él repetía la palabra de nicrromantas, con un da. Había empezado a intuir por el contexto que era algo así como “Vale”, o “sí”, o “de acuerdo”.
Él se sacó una lista y pareció hacer mejor cara. Yo, en cuanto pasaron unos segundos, me empecé a arrepentir de haberme puesto de pie. Casi había olvidado que estaba más muerto que vivo… ¡Pobre de mí, qué desgraciado era! Él sacó un papelajo con una lista de nombres. Él empezó a hablarme de que pertenecía a un grupo de magos extraños. Que lo conocía y que no. Básicamente se intuía que, o no se llevaba bien, o sencillamente jamás había conversado una mierda con este. Pero agradecí el esfuerzo, tratando de mirar la lista por encima del hombro. Con la distancia y mis problemas con el común apenas pude entender nada al principio, pero señaló algo…
-Matieff… Respaldín…- Leí lentamente, como en voz baja. No acababa de sonar como un nombre muy coherente. -Uh, ¿Has sentido a hablar de Matieff? ¿Tu no hablar? ¿Tienes idea de su personalidad?- Volví a sentarme, repitiéndome el nombre en mi cabeza. -Debería saber qué poder él pedir, aunque no sé que tan lejos él vivir. Quizás… Pidiera más dinero que los nicrromantas de allí abajo. O algo peor. Quizás pudiera trabajar para él, pero… No, eso no. Aquí estoy. Yo no irme, por ahora.- Me rasqué la barbilla y me acomodé un poco en la camilla, pensativo.
-Si gente que usa muertos no es común, seguro que pediría algo caro. Gente del exterior aprecia mucho el dinero. Pero no sé si más que… Allí, en hogar. ¿Tu tienes forma de comunicarte con él sin ir donde viva? He visto gente usar aparatos mágicos o rectángulos metálicos para conversar. Nosotros, drows, no tener cosas similares, así que no sé como funciona. Cómo demonios se llama eso…- Dejé ir un refunfuño pensativo mientras miraba al techo, como si este me fuera a chivar la respuesta. -¡Móvil! ¡Eso es!- No paraba a pensar que él sabría mucho mejor que yo qué carajos era un móvil. -Permite canalizar telepatía… O algo así. Aunque no se como funciona, uh…
Gruñí. Porque odiaba no entender el mundo en el que vivía. -Aún así, sea lo que sea que quiera, creo que tengo tiempo para conseguirlo. Prefiero ser prudente, poco a poco. Me facilitaría mucho si para cuando lo fuera a conocer supiera como funciona el mundo en general. Peligros. Tecnología, trastos pequeños. Esas cosas con rectángulos luminosos. He vivido en sitios pobres o cuevas, y no entender mucho… Como demonios poder hacer luz con pantalla. O porqué aparecen letras. ¿Tu entiendes de eso? ¿Eso ser magia o tecnología? ¿Cosa de humanos o magos?
Él luego me dijo que no me fiara de los nicrromantas, que “olía a gato encerrado”. Fruncí el ceño y torcí la expresión, pensativo. ¿Cómo podía oler uno el estado de un gato? ¿Qué tenía que ver un gato con todo eso? -¿Gato no es… cosa con orejas que decir “miau”?- Me rasqué detrás de la nuca, pensando en qué sentido debía tener aquella frase. Aunque luego me di cuenta de que muy probablemente fuera una frase hecha, una especie de… ¿Metáforas? Que se decían y repetían. Alguna vez había intentado estudiarlas, pero no tenían ni puto sentido. ¿Qué tenían que ver los pájaros en mano o volando con ir seguro? ¿Qué demonios significaba que un zorro era más listo por viejo que por su raza? ¡Qué coño era un zorro, mejor dicho! Miré a otro lado como un poco perdido, tal y como él repetía la palabra de nicrromantas, con un da. Había empezado a intuir por el contexto que era algo así como “Vale”, o “sí”, o “de acuerdo”.
Él se sacó una lista y pareció hacer mejor cara. Yo, en cuanto pasaron unos segundos, me empecé a arrepentir de haberme puesto de pie. Casi había olvidado que estaba más muerto que vivo… ¡Pobre de mí, qué desgraciado era! Él sacó un papelajo con una lista de nombres. Él empezó a hablarme de que pertenecía a un grupo de magos extraños. Que lo conocía y que no. Básicamente se intuía que, o no se llevaba bien, o sencillamente jamás había conversado una mierda con este. Pero agradecí el esfuerzo, tratando de mirar la lista por encima del hombro. Con la distancia y mis problemas con el común apenas pude entender nada al principio, pero señaló algo…
-Matieff… Respaldín…- Leí lentamente, como en voz baja. No acababa de sonar como un nombre muy coherente. -Uh, ¿Has sentido a hablar de Matieff? ¿Tu no hablar? ¿Tienes idea de su personalidad?- Volví a sentarme, repitiéndome el nombre en mi cabeza. -Debería saber qué poder él pedir, aunque no sé que tan lejos él vivir. Quizás… Pidiera más dinero que los nicrromantas de allí abajo. O algo peor. Quizás pudiera trabajar para él, pero… No, eso no. Aquí estoy. Yo no irme, por ahora.- Me rasqué la barbilla y me acomodé un poco en la camilla, pensativo.
-Si gente que usa muertos no es común, seguro que pediría algo caro. Gente del exterior aprecia mucho el dinero. Pero no sé si más que… Allí, en hogar. ¿Tu tienes forma de comunicarte con él sin ir donde viva? He visto gente usar aparatos mágicos o rectángulos metálicos para conversar. Nosotros, drows, no tener cosas similares, así que no sé como funciona. Cómo demonios se llama eso…- Dejé ir un refunfuño pensativo mientras miraba al techo, como si este me fuera a chivar la respuesta. -¡Móvil! ¡Eso es!- No paraba a pensar que él sabría mucho mejor que yo qué carajos era un móvil. -Permite canalizar telepatía… O algo así. Aunque no se como funciona, uh…
Gruñí. Porque odiaba no entender el mundo en el que vivía. -Aún así, sea lo que sea que quiera, creo que tengo tiempo para conseguirlo. Prefiero ser prudente, poco a poco. Me facilitaría mucho si para cuando lo fuera a conocer supiera como funciona el mundo en general. Peligros. Tecnología, trastos pequeños. Esas cosas con rectángulos luminosos. He vivido en sitios pobres o cuevas, y no entender mucho… Como demonios poder hacer luz con pantalla. O porqué aparecen letras. ¿Tu entiendes de eso? ¿Eso ser magia o tecnología? ¿Cosa de humanos o magos?
Me golpeo la frente con el talon de la mano cuando pregunta si los gatos son esas cosas que dicen miau. Si, definitivamente aun esta bastante perdido en algunas cosas. Supuse que no habia entendido la frase hecha que acababa de soltarla. Pero bueno, nadie nace enseñado. Y no puedo evitar que me recuerde a mí cuando empecé mis andanzas con el inglés
-Si, esos, con bigotes. Y orrejas. Decir que huele a gato encerrado o...que hay gato encerrado, no me acuerrdo si uno u otro, es decir que hay una mentirra oculta que es muy mala y nadie quierre que sepas.
Le dejo la lista de los nombres un buen rato frente a el, y saco mi boli y le subrayo el nombre de Matvey. Escucho como lo lee y entorno la mirada, inevitablemente, leyendo yo tambien el nombre por si antes lo habia leido yo mal y realmente se llamaba Matief Respaldin. Tras leerlo de nuevo, niego.
-No es Mantillas Respaldin, es Matvey Rasputín. Debe ser ruso, como yo!
"digo, vamos..."
-Y si es ruso, no puede serr mala perrsona!-me rio pero no me rio muy convencido, pensando que al menos si la entrevista no va bien, podre pedirle vodka. Oh...vodka. Genial. Saco de nuevo la botella que me dio Vor y se la enseño . -Matvey es ruso. Segurro que con esta botella se muestrra mas abierrto a hablarr con nosotrros del asunto de tu herrmano.
Como es costumbre ya para el semi-drow, sus dudas parecen atropeyarse en su mente y comienza con su verborrea de preguntas que debo separar y analizar para entender que me está diciendo. Le pido tiempo con un gesto de mis manos cuando creo haberlo entendido.
-Esos rectangulos son telefonos moviles. Nosotrros los magos...yo, parrticularrmente, no uso un telefono movil. Eso supone engancharrte a una red que contrrolan los humanos de la alianza, y entonces serria doblemente facil localizarr mi posicion exacta. SE LO DIGO SIEMPRRE A JOHAN! DEJATE EL MOVIL! NO ME HACE CASO!
Destilo odio por los telefonos moviles y sus maravillosos satelites, en realidad me dan un poco de envidia
-No canalizan telepatía, transforrman las ondas de sonido en señales electrricas y...
Empiezo a explicarselo haciendo un par de gestos con las manos pero lo dejo a medias porque vamos a acabar liandonos los dos. Niego con la cabeza e intento reorganizar nuestra charla de lunaticos.
- Eso es tecnologia, cosa de humanos, aunque no exclusivamente suya. Aun podemos aprrovecharrnos de algunos de sus sistemas de comunicacion, los más obsoletos. Tú...vas a usar esto. -Le doy mi moneda de oro, el galeon que usamos para enviarnos mensajes. Ya conseguiría yo otro duplicado. -Es un móvil de magos, mucho mas discrreto, ilocalizable. Mirra el canto de la moneda. Tu hay escrribes un mensaje, entonces el mensaje aparrece en las otrras monedas iguales que tenemos nosotrros. Yo harré lo mismo cuando hable con Rasputín, te mandarré un mensaje. Verré si puedo concerrtaros una reunion o algo.
-Si, esos, con bigotes. Y orrejas. Decir que huele a gato encerrado o...que hay gato encerrado, no me acuerrdo si uno u otro, es decir que hay una mentirra oculta que es muy mala y nadie quierre que sepas.
Le dejo la lista de los nombres un buen rato frente a el, y saco mi boli y le subrayo el nombre de Matvey. Escucho como lo lee y entorno la mirada, inevitablemente, leyendo yo tambien el nombre por si antes lo habia leido yo mal y realmente se llamaba Matief Respaldin. Tras leerlo de nuevo, niego.
-No es Mantillas Respaldin, es Matvey Rasputín. Debe ser ruso, como yo!
"digo, vamos..."
-Y si es ruso, no puede serr mala perrsona!-me rio pero no me rio muy convencido, pensando que al menos si la entrevista no va bien, podre pedirle vodka. Oh...vodka. Genial. Saco de nuevo la botella que me dio Vor y se la enseño . -Matvey es ruso. Segurro que con esta botella se muestrra mas abierrto a hablarr con nosotrros del asunto de tu herrmano.
Como es costumbre ya para el semi-drow, sus dudas parecen atropeyarse en su mente y comienza con su verborrea de preguntas que debo separar y analizar para entender que me está diciendo. Le pido tiempo con un gesto de mis manos cuando creo haberlo entendido.
-Esos rectangulos son telefonos moviles. Nosotrros los magos...yo, parrticularrmente, no uso un telefono movil. Eso supone engancharrte a una red que contrrolan los humanos de la alianza, y entonces serria doblemente facil localizarr mi posicion exacta. SE LO DIGO SIEMPRRE A JOHAN! DEJATE EL MOVIL! NO ME HACE CASO!
Destilo odio por los telefonos moviles y sus maravillosos satelites, en realidad me dan un poco de envidia
-No canalizan telepatía, transforrman las ondas de sonido en señales electrricas y...
Empiezo a explicarselo haciendo un par de gestos con las manos pero lo dejo a medias porque vamos a acabar liandonos los dos. Niego con la cabeza e intento reorganizar nuestra charla de lunaticos.
- Eso es tecnologia, cosa de humanos, aunque no exclusivamente suya. Aun podemos aprrovecharrnos de algunos de sus sistemas de comunicacion, los más obsoletos. Tú...vas a usar esto. -Le doy mi moneda de oro, el galeon que usamos para enviarnos mensajes. Ya conseguiría yo otro duplicado. -Es un móvil de magos, mucho mas discrreto, ilocalizable. Mirra el canto de la moneda. Tu hay escrribes un mensaje, entonces el mensaje aparrece en las otrras monedas iguales que tenemos nosotrros. Yo harré lo mismo cuando hable con Rasputín, te mandarré un mensaje. Verré si puedo concerrtaros una reunion o algo.
Me explicó el significado de aquella sucia y no-drow frase hecha. Y me confirmó también que carajos era un gato. La gente del exterior tendía a tener mascotas, y por raro que pueda parecerte, querido lector, no eran arañas. Si no animales, generalmente mamíferos, como gatos, perros, y un largo etc. A mí me parecían cosas un poco antihigiénicas, ¡Porque anda que no sueltan pelo! Y tienen un dolor más que desagradable. Y no es que yo sea el drow más limpio del mundo, que por ser, ni drow soy. En cuanto me dejó la lista señalándome el que interesaba me corrigió en cuanto hice por leer el nombre. Dijo algo así como Matyev Rasputín, e indicó que debía ser ruso, como él. -Si, el nombre suena como tuyo, y según se nombres son distintos por las regiones diferentes, ¿Equivocarme?- Era casi una pregunta retórica. Aunque así dicha, era una pregunta retrasada.
Entonces decía que si era ruso no podía ser malo. Pensé en que me contó que él tenía una prima. Una prima bastante chunga. Y que probablemente era rusa también. Así que no tenía especial sentido, aquello que me decía. Entorné la mirada como si pensara en protestar, pero pronto se puso a hablar de otra cosa. De vodka, para variar. Decía que una botella así podía ayudar. -Creo que yo comprarla hace dos días… Quizás recuerdo como regresar, aunque no se si tengo aún el mapa…- Me daba demasiado palo mirarlo en aquel momento, me entrenía más releyendo la lista y echándole miraditas a Yaros como quien no quería la cosa.
Vino la hora de responder las preguntas. Me explicó que aquello se llamaba móvil y que eran más bien cosa humana, que con ellos se podía rastrear a las personas… Y que se lo decía a Johan pero este pasaba. -... Ehhhhh… ¡Entonces tenemos que sacarlo de aquí! Porque si Johan está aquí y él tener móvil, poder encontrar base renegados… Humanos sospechar, enviar ¡MIL! centinelas… ¡Joder! ¡Estamos muy muertos!- En ese momento fui yo el que empezó a agitar a Yaroslav. Aunque paré a medias, brusco. -... Aunque si no lo han encontrado aún… Dudo que le presten atención…
Intentó explicarme como funcionaba un móvil pero se quedó a mitad. Yo torcí la cabeza a un lado mientras alzaba una ceja, con una mueca extrañada, porque lo que contaba parecía más bien magia… Aunque entendía entre nada y una puta mierda de su explicación. Me rasqué la cabeza confuso, e hice ver con que me bastaba. Era demasiado idiota como para entenderlo de verdad, me dije. Y bien visto, no me importaba aún demasiado. Entonces me dio una moneda y me dijo que con eso se comunicaban.
Me lo miré como si estuviera jodidamente loco. -¿Qué?- Fruncí el ceño y miré la moneda, luego su canto, luego la moneda… La agité al lado de mi oreja, la olí, y quizás la habría mordido si hubiera tenido ganas. -... A ver, a ver, creo que no entiendo algo. ¿Cómo demonios escribir en moneda? ¿Soldarla? ¿Fuego? ¿Mechero? ¿Fundir? ¿Qué? ¿Y si tengo mala letra? ¿Y si no se escribir mucho común? ¿La moneda lo entenderá? ¿Y como se que ha llegado mensaje? ¿Y… qué demonios, en general?- Me lo miré atentamente mientras me decía que ya me avisaría cuando hablara con el tal Matyev.
-E-Espera… ¿No debería ir yo? Es decir… ¿O tu tener que ir a visitarle por alguna otra razón? ¿Estás seguro, Yaroslav? A mi no me importa ir… Solo tengo que arreglar la bici, y tirar para su casa… Aunque yo no saber donde vive…- Lo decía todo en voz baja mientras inspeccionaba la moneda, frotándola por si eso cambiaba algo de su estructura. Debía tener cuidado de no utilizarla al pagar alguna otra cosa… Aunque parecía distinta al resto. -... Magos ser muy raros aquí. Estar un poco chalados, ¿Eh?- Le concluí con poca seguridad.
Entonces decía que si era ruso no podía ser malo. Pensé en que me contó que él tenía una prima. Una prima bastante chunga. Y que probablemente era rusa también. Así que no tenía especial sentido, aquello que me decía. Entorné la mirada como si pensara en protestar, pero pronto se puso a hablar de otra cosa. De vodka, para variar. Decía que una botella así podía ayudar. -Creo que yo comprarla hace dos días… Quizás recuerdo como regresar, aunque no se si tengo aún el mapa…- Me daba demasiado palo mirarlo en aquel momento, me entrenía más releyendo la lista y echándole miraditas a Yaros como quien no quería la cosa.
Vino la hora de responder las preguntas. Me explicó que aquello se llamaba móvil y que eran más bien cosa humana, que con ellos se podía rastrear a las personas… Y que se lo decía a Johan pero este pasaba. -... Ehhhhh… ¡Entonces tenemos que sacarlo de aquí! Porque si Johan está aquí y él tener móvil, poder encontrar base renegados… Humanos sospechar, enviar ¡MIL! centinelas… ¡Joder! ¡Estamos muy muertos!- En ese momento fui yo el que empezó a agitar a Yaroslav. Aunque paré a medias, brusco. -... Aunque si no lo han encontrado aún… Dudo que le presten atención…
Intentó explicarme como funcionaba un móvil pero se quedó a mitad. Yo torcí la cabeza a un lado mientras alzaba una ceja, con una mueca extrañada, porque lo que contaba parecía más bien magia… Aunque entendía entre nada y una puta mierda de su explicación. Me rasqué la cabeza confuso, e hice ver con que me bastaba. Era demasiado idiota como para entenderlo de verdad, me dije. Y bien visto, no me importaba aún demasiado. Entonces me dio una moneda y me dijo que con eso se comunicaban.
Me lo miré como si estuviera jodidamente loco. -¿Qué?- Fruncí el ceño y miré la moneda, luego su canto, luego la moneda… La agité al lado de mi oreja, la olí, y quizás la habría mordido si hubiera tenido ganas. -... A ver, a ver, creo que no entiendo algo. ¿Cómo demonios escribir en moneda? ¿Soldarla? ¿Fuego? ¿Mechero? ¿Fundir? ¿Qué? ¿Y si tengo mala letra? ¿Y si no se escribir mucho común? ¿La moneda lo entenderá? ¿Y como se que ha llegado mensaje? ¿Y… qué demonios, en general?- Me lo miré atentamente mientras me decía que ya me avisaría cuando hablara con el tal Matyev.
-E-Espera… ¿No debería ir yo? Es decir… ¿O tu tener que ir a visitarle por alguna otra razón? ¿Estás seguro, Yaroslav? A mi no me importa ir… Solo tengo que arreglar la bici, y tirar para su casa… Aunque yo no saber donde vive…- Lo decía todo en voz baja mientras inspeccionaba la moneda, frotándola por si eso cambiaba algo de su estructura. Debía tener cuidado de no utilizarla al pagar alguna otra cosa… Aunque parecía distinta al resto. -... Magos ser muy raros aquí. Estar un poco chalados, ¿Eh?- Le concluí con poca seguridad.
-DA! Diferrentes nombres y sitios, tu sabes mas de lo que aparrentas....- seguro que no era un espia? Igual me estaba tomando por cateto y me queria engañar y matarnos a todos. En dos veces que lo habia visto, habia conseguido meterse en al enfermeria de nuestra base, que le diese una palmada de animo en la espalda y que bebiese vodka con él. Vale, que habia conseguido caerme bien y tal. Si incluso lo iba a ayudar con asuntos nigrománticos y hermanos perdidos.
-Con esta botella abierrta podrria bastar, no hace falta volverr. A lo mejor no es tan....entusiasta como yo del vodka.- tenia un mapa? Yo luego queria echarle un vistazo a eso. Por un momento me hacen los ojos chirivitas cuando oigo eso de mapa, queria comprobar si su tecnica era tan buena como la mia. Quiza no profesase la misma adiccion que yo por hacer mapas, quiza si....
-Exacto! En cuanto lo vea, le golpearre en la cabeza parra dejarlo inconscientizado y le robarré el movil! - pego un puñetazo sobre la palma de mi mano, riendome como un maniaco. Si Johan no queria darme su movil se lo robaria. O lo envolveria en papel albal, vete a saber. Pero no me parecia buena idea que fuese por ahi con el. Estoy pensando en modos de atacar a Johan cuando Vor me zarandea por los hombros, evitando que siga en mis maquiavelicos planes de robamoviles. Lo miro cuando me deja y parpadeo, despejando un poco las ideas.
-Mira, acerrcate- cojo la moneda que le di para explicarle el sistema, la moneda de oro en la palma de mi mano, a su vista, es una moneda grandota. No es un galeon normal, a parte de tener el dragón grabado en el centro, tiene muchas mas letras alrededor de lo que lo tendría el comun. Todas las letras del abecedario. Es un dolor de ojos, pero asi es como escribimos. -Ves las letrras? tu seleccionas las letrras de tu mensaje...yo usaba la varrita de mago pero la he dejado asi que ahorra es un poco mas complicado... -me veo obligado a usar el meñique para elegir las letras que se iluminan tenuemente y van escribiendo un mensaje en el canto de la moneda "ASD". Eso es lo que pongo. Entonces toco el dragon y el mensaje del canto desaparece. Al resto de miembros de la antigua Resistencia que tengan esa moneda, les habrá llegado el mensaje de "ASD".
-Y ya está! que te parrece? Cuando llega un mensaje a tu moneda, ésta se calienta, asi que llevala cerrca del cuerrpo donde puedas notarrlo. Un bolsillo interrno o algo asi.
Le devuelvo la moneda definitivamente y me siento otra vez en un hueco de la camilla cuando me pregunta por lo de los Descendientes. La verdad, yo tampoco tenia mucha idea. Ni si quiera se lo habia dicho a Johan....definitivamente tenia que hablar con él.
-Yo tengo que visitarrlo porr una razon en concreto. No a él, o si. Debo elegir de entrre esos 20 nombrres para que uno de ellos me enseñe más magia. Como un mentorr. Son muy celosos del sitio en el que viven. Por eso es mejorr que se lo diga prrimero. Y si dice que no...pues que mierrda! Le obligamos! -me vuelvo a reir cuando dice que los magos de aqui estamos un poco chalados y somos raros. -Un poco, no te voy a mentirr.
-Con esta botella abierrta podrria bastar, no hace falta volverr. A lo mejor no es tan....entusiasta como yo del vodka.- tenia un mapa? Yo luego queria echarle un vistazo a eso. Por un momento me hacen los ojos chirivitas cuando oigo eso de mapa, queria comprobar si su tecnica era tan buena como la mia. Quiza no profesase la misma adiccion que yo por hacer mapas, quiza si....
-Exacto! En cuanto lo vea, le golpearre en la cabeza parra dejarlo inconscientizado y le robarré el movil! - pego un puñetazo sobre la palma de mi mano, riendome como un maniaco. Si Johan no queria darme su movil se lo robaria. O lo envolveria en papel albal, vete a saber. Pero no me parecia buena idea que fuese por ahi con el. Estoy pensando en modos de atacar a Johan cuando Vor me zarandea por los hombros, evitando que siga en mis maquiavelicos planes de robamoviles. Lo miro cuando me deja y parpadeo, despejando un poco las ideas.
-Mira, acerrcate- cojo la moneda que le di para explicarle el sistema, la moneda de oro en la palma de mi mano, a su vista, es una moneda grandota. No es un galeon normal, a parte de tener el dragón grabado en el centro, tiene muchas mas letras alrededor de lo que lo tendría el comun. Todas las letras del abecedario. Es un dolor de ojos, pero asi es como escribimos. -Ves las letrras? tu seleccionas las letrras de tu mensaje...yo usaba la varrita de mago pero la he dejado asi que ahorra es un poco mas complicado... -me veo obligado a usar el meñique para elegir las letras que se iluminan tenuemente y van escribiendo un mensaje en el canto de la moneda "ASD". Eso es lo que pongo. Entonces toco el dragon y el mensaje del canto desaparece. Al resto de miembros de la antigua Resistencia que tengan esa moneda, les habrá llegado el mensaje de "ASD".
-Y ya está! que te parrece? Cuando llega un mensaje a tu moneda, ésta se calienta, asi que llevala cerrca del cuerrpo donde puedas notarrlo. Un bolsillo interrno o algo asi.
Le devuelvo la moneda definitivamente y me siento otra vez en un hueco de la camilla cuando me pregunta por lo de los Descendientes. La verdad, yo tampoco tenia mucha idea. Ni si quiera se lo habia dicho a Johan....definitivamente tenia que hablar con él.
-Yo tengo que visitarrlo porr una razon en concreto. No a él, o si. Debo elegir de entrre esos 20 nombrres para que uno de ellos me enseñe más magia. Como un mentorr. Son muy celosos del sitio en el que viven. Por eso es mejorr que se lo diga prrimero. Y si dice que no...pues que mierrda! Le obligamos! -me vuelvo a reir cuando dice que los magos de aqui estamos un poco chalados y somos raros. -Un poco, no te voy a mentirr.
Me dijo que sabía más de lo que aparentaba. Le hice un gruñido entre molesto y divertido. -Es que… Existir gente que llamarse John. John es nombre fácil. Pepe. Otro nombre fácil. Y entonces existir gente llamada Yaroslav. Eso es nombre distinto. ¡Simple, mucho!- Es que había que ser tonto como para no entender eso. Habían nombres pronunciables y luego nombres hechos para bebés de tres años. Me gustaban más los primeros, que fueran largos y con personalidad, tal y como los eran allí debajo. ¡Y mejor no hablemos de apellidos! Porque Auvryghym es un tanto… Complicadillo de decir.
Anunció que bastaría con la botella. Pero yo le fruncí el ceño. -Pero esa botella es tuya, ¿Estás seguro?- Le pregunté. También cabía la posibilidad -como él muy bien planteó- de que no le gustara el vodka locamente. No tenía criterio suficiente para decir si todos los rusos eran tipo Yaroslav o habían algunos más normales, que no se introducían a sospechas de drows quejándose de que no servían vodka. -... Espero que lo sea tanto como tu. Aunque tu conocer más rusos que yo.- Había sentido a hablar mil cosas de esa gente, y en general todos coincidían en que eran raros, bebían y estaban como las cabras. Pero eso eran poco más que estereotipos.
Entonces él hizo un comentario sobre atizar a John por el tema del móvil… Y se rió casi como si lo dijera en serio. Quizás demasiado. -Dudo que eso ser necesario… Uhhh…- Empezaba a replantearme seriamente qué concepto de amigo tenía con Johan. Aquello precisamente no sonaba como la mejor forma de volver a hablarse tras un buen tiempo sin verse, creí. No comprendía qué significaba la palabra “amistad” o quizás el estereotipo antes mencionado no estuviera tan equivocado, o no al menos con aquel hombre. Al menos, zarandearlo lo sacó de su estado de trance.
Me enseñó la monedita de las narices. Tenía un dragón pintado y muchas letras alrededor, el abecedario, dijo él. Lo vi escribir con el meñique casi como si le costara, y yo sonreí, divirtiéndome un poco con el sufrimiento que esto le ocasionaba. Mientras explicaba como se enteraba uno de que llegaba un mensaje nuevo me agaché y arranqué un pedazo pequeño del bastón, el cual cambié a una forma puntiaguda, casi como un lápiz. Podría habérselo dado, pero no parecía que hubiera escrito un mensaje muy profundo. Entonces me dió la moneda y no pude evitar trastear un poco… Me senté mientras curioseaba y él explicaba cosas de los veinte. Que tenía que elegir uno para que le enseñara magia. Un mentor.
-¿Mentor? ¡Los mentores son todos malos! Quita, mejor ir por libre.- Gruñí, mirando el bastón, y luego el lápiz que sostenía. Poco a poco iba escribiendo. “T, o, n…” -Yo también tengo mentor. Allí abajo. Él sabe magia. Quizás más que pringados estos.- Otra t, otra o, luego un espacio… ¿Espacio? Una e, una l… -No dejes que te líen mucho. Se las dan de demasiado. Quizás lo son, todos los que hacen se mentor. Pero se aprovechan, son malos… ¡Malos! Y te lavan el cerebro, ¡Definitivamente!- Introducí a continuación “l, e, a”. Aunque aún no estaba.
-¿Le has echar el ojo a alguno?- Busqué si habían comas o algún símbolo dentro de la moneda. No, no lo había. Proseguí, pensando “ya se entenderán”. -Nicromanta tu como que no, ¿No?- Me di cuenta de que no sabía como escribir su nombre. Empecé con una I, a, r, o… Seguí con una e, s, l, a, y una b alta. Quizás había alguien más llamado así. Intentaba disimular un poco, como si solo la estuviera mirando de arriba a abajo y rascando para quitarle roña. -Además, mentores ser todos excéntricos. Mío creo que tuvo relación con mi padre. Aunque yo no conocer a mi padre, prácticamente.- A veces tenía imagenes difusas de él. Acabé el mensaje poniendo el apellido de “Tolestoy”. Había visto que cuando la gente quería asignar frases a sus autores, ponían el nombre al lado. Y él nunca sabría que yo habría hecho eso.
-¿Cuanto tiempo estarás tu con mentor?- Toqué el dragón. Tenía ganas de sonreír pillamente, pero me lo resistí. Solo le eché una miradita como disimulando, Luego me guardé la moneda… Como si nunca hubiera puesto nada. ¿A mi? Las culpas no me llegarían.
Anunció que bastaría con la botella. Pero yo le fruncí el ceño. -Pero esa botella es tuya, ¿Estás seguro?- Le pregunté. También cabía la posibilidad -como él muy bien planteó- de que no le gustara el vodka locamente. No tenía criterio suficiente para decir si todos los rusos eran tipo Yaroslav o habían algunos más normales, que no se introducían a sospechas de drows quejándose de que no servían vodka. -... Espero que lo sea tanto como tu. Aunque tu conocer más rusos que yo.- Había sentido a hablar mil cosas de esa gente, y en general todos coincidían en que eran raros, bebían y estaban como las cabras. Pero eso eran poco más que estereotipos.
Entonces él hizo un comentario sobre atizar a John por el tema del móvil… Y se rió casi como si lo dijera en serio. Quizás demasiado. -Dudo que eso ser necesario… Uhhh…- Empezaba a replantearme seriamente qué concepto de amigo tenía con Johan. Aquello precisamente no sonaba como la mejor forma de volver a hablarse tras un buen tiempo sin verse, creí. No comprendía qué significaba la palabra “amistad” o quizás el estereotipo antes mencionado no estuviera tan equivocado, o no al menos con aquel hombre. Al menos, zarandearlo lo sacó de su estado de trance.
Me enseñó la monedita de las narices. Tenía un dragón pintado y muchas letras alrededor, el abecedario, dijo él. Lo vi escribir con el meñique casi como si le costara, y yo sonreí, divirtiéndome un poco con el sufrimiento que esto le ocasionaba. Mientras explicaba como se enteraba uno de que llegaba un mensaje nuevo me agaché y arranqué un pedazo pequeño del bastón, el cual cambié a una forma puntiaguda, casi como un lápiz. Podría habérselo dado, pero no parecía que hubiera escrito un mensaje muy profundo. Entonces me dió la moneda y no pude evitar trastear un poco… Me senté mientras curioseaba y él explicaba cosas de los veinte. Que tenía que elegir uno para que le enseñara magia. Un mentor.
-¿Mentor? ¡Los mentores son todos malos! Quita, mejor ir por libre.- Gruñí, mirando el bastón, y luego el lápiz que sostenía. Poco a poco iba escribiendo. “T, o, n…” -Yo también tengo mentor. Allí abajo. Él sabe magia. Quizás más que pringados estos.- Otra t, otra o, luego un espacio… ¿Espacio? Una e, una l… -No dejes que te líen mucho. Se las dan de demasiado. Quizás lo son, todos los que hacen se mentor. Pero se aprovechan, son malos… ¡Malos! Y te lavan el cerebro, ¡Definitivamente!- Introducí a continuación “l, e, a”. Aunque aún no estaba.
-¿Le has echar el ojo a alguno?- Busqué si habían comas o algún símbolo dentro de la moneda. No, no lo había. Proseguí, pensando “ya se entenderán”. -Nicromanta tu como que no, ¿No?- Me di cuenta de que no sabía como escribir su nombre. Empecé con una I, a, r, o… Seguí con una e, s, l, a, y una b alta. Quizás había alguien más llamado así. Intentaba disimular un poco, como si solo la estuviera mirando de arriba a abajo y rascando para quitarle roña. -Además, mentores ser todos excéntricos. Mío creo que tuvo relación con mi padre. Aunque yo no conocer a mi padre, prácticamente.- A veces tenía imagenes difusas de él. Acabé el mensaje poniendo el apellido de “Tolestoy”. Había visto que cuando la gente quería asignar frases a sus autores, ponían el nombre al lado. Y él nunca sabría que yo habría hecho eso.
-¿Cuanto tiempo estarás tu con mentor?- Toqué el dragón. Tenía ganas de sonreír pillamente, pero me lo resistí. Solo le eché una miradita como disimulando, Luego me guardé la moneda… Como si nunca hubiera puesto nada. ¿A mi? Las culpas no me llegarían.
-John Pepe Yarroslav! Eso es tirrando a complejo.... -me quedo pensativo, como alguien podia llamarse John Pepe Yaroslav? Me parecia un poco excesivo. Vale que yo tenía un segundo nombre, pero tener tres... un poco excesivo, en fin. Este elfo sabia bastante de mundo, aunque dijese que no. De mundo siempre que no se tratase de gatos, moviles o frases hechas.
-Si, si. Puede merrecerr la pena. Si funciona, ya me robarrás otra botella para que la comparrtamos con mi herrmano Thoren. Un dia tu podrrias conocerr Rusia....te gustarría! Estoy seguro. -me emociono ante la simple idea de llevar gente de turismo alli y hacerles un tour y pasar frio y esas cosas bonitas que me gustan. Los de londres no quieren. Y si los he llevado, ha sido por asuntos logisticos. -Una vez me hicierron viajarr en barrco a Rusia rodeado de niños pequeños...fue horrible!- nada de vodka delante de ellos. Suspiro mientras lo veo trastear con su nueva moneda, parece que lo ha pillado rapido. Y se hace un lapiz tactil para escribir mas comodamente. -Eh, clarro, palo mágico. Así tambien funciona....
-¿Tu crees que no? Pero Johan tiene adiccion a los moviles...yo lo entiendo, es mas comodo mandarr mensajes con eso que con la moneda. Aunque mas peligrroso. Los humanos no pueden rastrrear los mensajes por galeon. -sigo pensando en atacar a Johan. Él lo entenderia, seria por su propio bien. Quiza me odiase un par de dias pero luego se le pasaria. -A verr que escrribes, eh? Te vigilo.
Alzo una sola ceja entornando mucho el mismo ojo, dandome una expresion rara mientras lo vigilo, como he dicho que hago, sentado en mi lado de la camilla. Entonces comienza a preocuparse mucho por mi no elegido mentor, se ve que les tiene tirria o algo. Por un lado, coincido con el. A mi tampoco me gustaba el royete especial que se traian la mayoria de ellos, con tanto secretismo, pruebas por aqui, magia negra por allá, y bleh. Como si fuesen especiales o algo.
-Lo se! Se crreen especiales o algo, heh?! -me encojo de hombros exageradamente. Lo escucho aunque veo que sigue trasteando la moneda y me siento como una madre inquieta cuando le está hablando a su hijo y este no le hace caso porque está con el movil. -¿Y te llevas mal con tu mentorr? ¿Él te ha lavado el cerebrro? - lo señalo arqueando mis cejas.
-No se a cual podrria elegirr. Nigromancia...no va conmigo, no tengo habilidades con ello, tampoco me interresa. Yo sé invocarr elementales, de piedrra. Y ya. Asi que AFDSGDSFHG! -arrugo el maldito papel en una maldita bola acompañandolo de mi grito de frustracion, y tiro la bola de papel contra la pared en el otro extremo de la sala. Luego resoplo, con el ceño fruncido, mirando al frente. ¿Cuanto tiempo? -Yo...no lo se. Puede que bastante. Pero no puedo dejarr mis responsabilidades aqui. Ya me fui del lugarr para comprrobar el estado de las cosas, y veo que no son buenas. Aunque al menos Johan ha vuelto -entonces recuerdo una cosa que ha dicho y lo miro. -¿Tu maestrro se lio con tu padrre? Entonces serría como...seria como tenerr al prrofesor en casa! Que pesadilla!
-Si, si. Puede merrecerr la pena. Si funciona, ya me robarrás otra botella para que la comparrtamos con mi herrmano Thoren. Un dia tu podrrias conocerr Rusia....te gustarría! Estoy seguro. -me emociono ante la simple idea de llevar gente de turismo alli y hacerles un tour y pasar frio y esas cosas bonitas que me gustan. Los de londres no quieren. Y si los he llevado, ha sido por asuntos logisticos. -Una vez me hicierron viajarr en barrco a Rusia rodeado de niños pequeños...fue horrible!- nada de vodka delante de ellos. Suspiro mientras lo veo trastear con su nueva moneda, parece que lo ha pillado rapido. Y se hace un lapiz tactil para escribir mas comodamente. -Eh, clarro, palo mágico. Así tambien funciona....
-¿Tu crees que no? Pero Johan tiene adiccion a los moviles...yo lo entiendo, es mas comodo mandarr mensajes con eso que con la moneda. Aunque mas peligrroso. Los humanos no pueden rastrrear los mensajes por galeon. -sigo pensando en atacar a Johan. Él lo entenderia, seria por su propio bien. Quiza me odiase un par de dias pero luego se le pasaria. -A verr que escrribes, eh? Te vigilo.
Alzo una sola ceja entornando mucho el mismo ojo, dandome una expresion rara mientras lo vigilo, como he dicho que hago, sentado en mi lado de la camilla. Entonces comienza a preocuparse mucho por mi no elegido mentor, se ve que les tiene tirria o algo. Por un lado, coincido con el. A mi tampoco me gustaba el royete especial que se traian la mayoria de ellos, con tanto secretismo, pruebas por aqui, magia negra por allá, y bleh. Como si fuesen especiales o algo.
-Lo se! Se crreen especiales o algo, heh?! -me encojo de hombros exageradamente. Lo escucho aunque veo que sigue trasteando la moneda y me siento como una madre inquieta cuando le está hablando a su hijo y este no le hace caso porque está con el movil. -¿Y te llevas mal con tu mentorr? ¿Él te ha lavado el cerebrro? - lo señalo arqueando mis cejas.
-No se a cual podrria elegirr. Nigromancia...no va conmigo, no tengo habilidades con ello, tampoco me interresa. Yo sé invocarr elementales, de piedrra. Y ya. Asi que AFDSGDSFHG! -arrugo el maldito papel en una maldita bola acompañandolo de mi grito de frustracion, y tiro la bola de papel contra la pared en el otro extremo de la sala. Luego resoplo, con el ceño fruncido, mirando al frente. ¿Cuanto tiempo? -Yo...no lo se. Puede que bastante. Pero no puedo dejarr mis responsabilidades aqui. Ya me fui del lugarr para comprrobar el estado de las cosas, y veo que no son buenas. Aunque al menos Johan ha vuelto -entonces recuerdo una cosa que ha dicho y lo miro. -¿Tu maestrro se lio con tu padrre? Entonces serría como...seria como tenerr al prrofesor en casa! Que pesadilla!
-¡Hablaba de nombres distintos! ¡Nombres muy distintos! Separados, ¡Muy separados!- Me quejé que no me entendiera con algo tan simple. Aquello salió casi como un gruñido, pero pronto se me fue el pensamiento a otro lado. Habló de que ya robaría otra botella para compartirla con su hermano. Volví a hacer cara de enfado, porque aquello me ofendía. -Yo vodka no robar. Yo comprar. Gastar parte de mis ahorros para comprar eso, ¡Nada de ilegalidad! ¿Y visitar Rusia? Hum…- Empecé a pensar aquello que me había propuesto. Me llevé la mano a la barbilla…
¡Qué coño! ¡A mí me hacía muchia ilusión! Gente hablando una lengua que no daba puto asco, con nombres largos, quizás todos más peliblancos y más locos, ¡Y quizás los podía hasta sobornar con vodka! ¡Sonaba putamente genial! El rostro se me ilusionó casi como por gracia de algún ente celestial, y se me hizo una sonrisa exagerada. Dijo que una vez tuvo que ir con niños pequeños. -Yo no ser mucho más grande, aunque no tengo voz aguda. Los niños son horribles. Allí abajo, los espabilan a ostias. Collejas. Y se les quita la tontería. Niños son más adecuados, créeme. Educados.- Le dije casi como orgulloso del sistema de cría drow, aunque realmente yo había pasado por algo muy distinto. Mi padre, mi hermano mayor, Él… Y nada más. Ni madre.
-¿Palo mágico? ¡Faer jihard!- Traducción de “palo mágico” al drow. Así de sencillo. Explicó que los móviles eran más fáciles de utilizar, pero que al menos no los rastreaban, a los “galeones”. Así que una moneda comunicadora se llamaba… Galeón. Palabra al diccionario. Decía que me vigilaba, pero creo que realmente no lo hizo… Ya que lo logré entretener con mi charla de los mentores. -¡Si, se creen especiales! ¡Poderosos!- Les tenía una tirria inimaginable. -Odio personas que son más poderosas que yo. Me dan miedo… Por eso odio humanos. Y todo el mundo en general. Porque poder hacer daño. Como vampiro. Puto vampiro, debí darle ostia en la cara. ¿O lo hice…?- Le quité importancia y le dejé hablar. Él me preguntó si me llevaba mal con él y si me había lavado el cerebro.
Buena pregunta. -Creo que no… ¿No? No, qué va… No me caer bien, pero… No creo que me haya lavado el cerebro…- Con el tiempo descubriría que me había mentido mucho y que, en gran parte, si que me había lavado el cerebro. No tenía ningún tipo de conocimiento sobre mi situación, lo… Lo había apañado todo para hacerme vivir en… En algo distinto. Había sacado lo peor de mi y me había dado un puñetero bastón que me mantenía siempre bajo su influencia, bajo aquel puñetero control. Pero yo, por supuesto, no sabía nada de eso. -¡No, por supuesto que no!- Era jodidamente gilipollas.
Me habló de que él sabía invocar elementales de piedra. -¡Como svirfneblin!- Supuse que no debía saber que carajos era eso. -Enanos que viven bajo tierra tienen a veces elementales de piedra. Yo ver, quizás dos veces en mi vida. Pero ser impresionantes, ¡Mola!- Aunque él se frustró y acabó arrojando la lista. Levanté un dedo, queriendo protestar… Y luego lo bajé. Razonar con él sonaba un tanto complicado. Así pues me permití tomar aire y escuchar su siguiente frase. Que no quería dejar mucho aquí. -Pasa de ellos, ¡Vive la vida! Que les den, ¡No son de fiar! ¿Y si te quieren matar? ¿Y si te venden a humanos? ¿Y si no tienen magia!?- No quería que se fuera. Era algo tan infantil como absurdo, pero es que era mi único conocido por allí. Había hablado con Johan y Anteia, pero no les tenía confianza. Aunque él me soltó algo que me sacó de todo eso: Mi mentor, liándose con mi padre.
-¡Qué asco! No, no, que va, ¡Ellos no liarse! … O eso creo… Bueno, yo no recordar a mi padre. No saber ni su nombre, realmente. Aunque él estaba con elfa. No… No me los imagino… Pero sí, realmente… ¡Y yo que sé! ¡Asco!- Me saqué la moneda porque la noté calentita, y tenía un mensaje que ponía, “TU MAS”. Enfurruñé el rostro. Escribí casi rápido la palabra “PENDEJO” y la guardé, esta vez sin escondérselo a Yaros. -Mi mentor mató mi hermano, básicamente. Ese es. Capullo. Quizás fue conocido de mi padre. Quizás lo odiaba. Pero no tenía razón para matar a Osten. Creo… No me importa. Él a su bola, yo la mía. Me ha dado forma de deshacer su error.- Gruñí, molesto. -Le derribaré los dientes. ¿Me ayudarás?- Se lo dije casi en broma. Y yo me estiraba, dándole otro buen repaso con la miradeja.[/color]
¡Qué coño! ¡A mí me hacía muchia ilusión! Gente hablando una lengua que no daba puto asco, con nombres largos, quizás todos más peliblancos y más locos, ¡Y quizás los podía hasta sobornar con vodka! ¡Sonaba putamente genial! El rostro se me ilusionó casi como por gracia de algún ente celestial, y se me hizo una sonrisa exagerada. Dijo que una vez tuvo que ir con niños pequeños. -Yo no ser mucho más grande, aunque no tengo voz aguda. Los niños son horribles. Allí abajo, los espabilan a ostias. Collejas. Y se les quita la tontería. Niños son más adecuados, créeme. Educados.- Le dije casi como orgulloso del sistema de cría drow, aunque realmente yo había pasado por algo muy distinto. Mi padre, mi hermano mayor, Él… Y nada más. Ni madre.
-¿Palo mágico? ¡Faer jihard!- Traducción de “palo mágico” al drow. Así de sencillo. Explicó que los móviles eran más fáciles de utilizar, pero que al menos no los rastreaban, a los “galeones”. Así que una moneda comunicadora se llamaba… Galeón. Palabra al diccionario. Decía que me vigilaba, pero creo que realmente no lo hizo… Ya que lo logré entretener con mi charla de los mentores. -¡Si, se creen especiales! ¡Poderosos!- Les tenía una tirria inimaginable. -Odio personas que son más poderosas que yo. Me dan miedo… Por eso odio humanos. Y todo el mundo en general. Porque poder hacer daño. Como vampiro. Puto vampiro, debí darle ostia en la cara. ¿O lo hice…?- Le quité importancia y le dejé hablar. Él me preguntó si me llevaba mal con él y si me había lavado el cerebro.
Buena pregunta. -Creo que no… ¿No? No, qué va… No me caer bien, pero… No creo que me haya lavado el cerebro…- Con el tiempo descubriría que me había mentido mucho y que, en gran parte, si que me había lavado el cerebro. No tenía ningún tipo de conocimiento sobre mi situación, lo… Lo había apañado todo para hacerme vivir en… En algo distinto. Había sacado lo peor de mi y me había dado un puñetero bastón que me mantenía siempre bajo su influencia, bajo aquel puñetero control. Pero yo, por supuesto, no sabía nada de eso. -¡No, por supuesto que no!- Era jodidamente gilipollas.
Me habló de que él sabía invocar elementales de piedra. -¡Como svirfneblin!- Supuse que no debía saber que carajos era eso. -Enanos que viven bajo tierra tienen a veces elementales de piedra. Yo ver, quizás dos veces en mi vida. Pero ser impresionantes, ¡Mola!- Aunque él se frustró y acabó arrojando la lista. Levanté un dedo, queriendo protestar… Y luego lo bajé. Razonar con él sonaba un tanto complicado. Así pues me permití tomar aire y escuchar su siguiente frase. Que no quería dejar mucho aquí. -Pasa de ellos, ¡Vive la vida! Que les den, ¡No son de fiar! ¿Y si te quieren matar? ¿Y si te venden a humanos? ¿Y si no tienen magia!?- No quería que se fuera. Era algo tan infantil como absurdo, pero es que era mi único conocido por allí. Había hablado con Johan y Anteia, pero no les tenía confianza. Aunque él me soltó algo que me sacó de todo eso: Mi mentor, liándose con mi padre.
-¡Qué asco! No, no, que va, ¡Ellos no liarse! … O eso creo… Bueno, yo no recordar a mi padre. No saber ni su nombre, realmente. Aunque él estaba con elfa. No… No me los imagino… Pero sí, realmente… ¡Y yo que sé! ¡Asco!- Me saqué la moneda porque la noté calentita, y tenía un mensaje que ponía, “TU MAS”. Enfurruñé el rostro. Escribí casi rápido la palabra “PENDEJO” y la guardé, esta vez sin escondérselo a Yaros. -Mi mentor mató mi hermano, básicamente. Ese es. Capullo. Quizás fue conocido de mi padre. Quizás lo odiaba. Pero no tenía razón para matar a Osten. Creo… No me importa. Él a su bola, yo la mía. Me ha dado forma de deshacer su error.- Gruñí, molesto. -Le derribaré los dientes. ¿Me ayudarás?- Se lo dije casi en broma. Y yo me estiraba, dándole otro buen repaso con la miradeja.[/color]
-Nombrres distintos? Distintos no es un nombre, Vorr’kalth. –le digo muy seriamente, como si mi joven compañero estuviese perdiendo el juicio. A mi lo de John Pepe me sonaba cada vez…mejor. Compraria una tortuga y la llamaría John Pepe. Cuando se ofende por lo de robar, no puedo menos que fruncirle el ceño, ofendiéndome yo por su ofensa.
-Ya lo se! Perro el prroximo tendrras que robarrlo, no eres el banco de la Reina de Inglaterra. O si no, lo robo yo. –no me suponía ningún problema. El vodka debería ser de todos, un bien común.
Veo que mi compañero sonríe como drogado cuando le propongo llevarlo de turismo por Rusia, parece que la idea le ha encantado. Sonrio orgulloso por ello y levanto el dedo pulgar. A mi la idea de volver allí por algo que no sea una mala noticia también me fascina.
-Pues algún dia, entonces! Acuerrdate. –dibujo una mueca extraña cuando dice que no es mucho mas grande, ni de coña. Aquellos niños apenas me llegaban a la cadera, la mayoría. Se la pasaban llorando y preguntándome por sus padres. Yo una vez les grité que muertos, pero entonces se pusieron a llorar mas. El miedo no funcionaba con los mocosos. Se volvían mas poderosos y peligrosos. –Me lo crreo….como son los niños drrow? Todos saben hacer magia?
-Ferr….yinhard. Lo he dicho bien. –asiento para mi mismo, lo había dicho medio bien. Sigue criticoneando a los mentores, se nota que les odia mucho. Yo no he tenido ningún mentor al que odiar tantísimo, no asi en particular. Odie a muchos de mis profesores, eso sin dudar, pero ninguno se había liado con mi padre ni se había venido a vivir a mi casa. Aunque Vor pronto me desmiente esa teoría que me acabo de montar en la cabeza. –Mucho odio veo en ti, joven padawan. El odio conduce al lado oscurro. –tras soltar mi frase friki del dia, me da la risa, intento disimularla y suena un “PFFFFFFFFFFFFT” antes de soltar la carcajada del todo. El lado oscuro….decirle eso a un drow habitante de las cuevas es el colmo. –Le pegaste una hostia al vampirro, si o no?
Dejo que explique lo suyo con su maestro, que parece que le caia un poco gordo. Lo veo dudar bastante pero al final dice que no, asi que desenarco mis cejas y asiento con firmeza. –Asi me gusta! Las ideas clarras. – luego me llama svirfnebli o algo asi, y yo lo miro con cara rara, de no saber si me ha insultado o que o si se ha liado con mi nombre. –No, no, yo no svirfnebli, yo Yaroslav. –Luego me golpeo en la frente cuando me dice que son enanos que vivian bajo tierra y que usan elementales de piedra. Curioso, la verdad. Compartia con ellos mi afinidad por la tierra. –Entiendo…quizá yo tenga algo de enano? Mola. –acabamos los dos diciendo mola como unos autenticos catetos.
Le quito importancia cuando dice eso de que me quieran matar o vivir la vida o venderme y tal, y agito la botella de vodka frente a el –QUE LO INTENTEN! Un Tolstoi no muerre asi como asi. Ademas para mi vivir la vida supone aprrenderr cosas nuevas y ser mejorr…. No es solo beberr vodka, no te vayas a pensar.
Me rio cuando parece tan traumatizado por lo que le he dicho de su maestro y su padre, asi que destapo la botella de vodka y le pego un trago. Pero me atraganto cuando oigo que fue s mentor quien mato al hermano y acabo por escupirme el vodka encima –qué QUEEEEEEEEEEE?! Ese hijo de perra…! No, nada de derribarr los dientes, se los arrancarremos lentamente con alicates! Sin anestesia! –me indigo y farfullo muchas cosas en ruso, bebo mas vodka y estampo la botella contra el pecho de Vor para que beba el también. –Bebe.
-Ya lo se! Perro el prroximo tendrras que robarrlo, no eres el banco de la Reina de Inglaterra. O si no, lo robo yo. –no me suponía ningún problema. El vodka debería ser de todos, un bien común.
Veo que mi compañero sonríe como drogado cuando le propongo llevarlo de turismo por Rusia, parece que la idea le ha encantado. Sonrio orgulloso por ello y levanto el dedo pulgar. A mi la idea de volver allí por algo que no sea una mala noticia también me fascina.
-Pues algún dia, entonces! Acuerrdate. –dibujo una mueca extraña cuando dice que no es mucho mas grande, ni de coña. Aquellos niños apenas me llegaban a la cadera, la mayoría. Se la pasaban llorando y preguntándome por sus padres. Yo una vez les grité que muertos, pero entonces se pusieron a llorar mas. El miedo no funcionaba con los mocosos. Se volvían mas poderosos y peligrosos. –Me lo crreo….como son los niños drrow? Todos saben hacer magia?
-Ferr….yinhard. Lo he dicho bien. –asiento para mi mismo, lo había dicho medio bien. Sigue criticoneando a los mentores, se nota que les odia mucho. Yo no he tenido ningún mentor al que odiar tantísimo, no asi en particular. Odie a muchos de mis profesores, eso sin dudar, pero ninguno se había liado con mi padre ni se había venido a vivir a mi casa. Aunque Vor pronto me desmiente esa teoría que me acabo de montar en la cabeza. –Mucho odio veo en ti, joven padawan. El odio conduce al lado oscurro. –tras soltar mi frase friki del dia, me da la risa, intento disimularla y suena un “PFFFFFFFFFFFFT” antes de soltar la carcajada del todo. El lado oscuro….decirle eso a un drow habitante de las cuevas es el colmo. –Le pegaste una hostia al vampirro, si o no?
Dejo que explique lo suyo con su maestro, que parece que le caia un poco gordo. Lo veo dudar bastante pero al final dice que no, asi que desenarco mis cejas y asiento con firmeza. –Asi me gusta! Las ideas clarras. – luego me llama svirfnebli o algo asi, y yo lo miro con cara rara, de no saber si me ha insultado o que o si se ha liado con mi nombre. –No, no, yo no svirfnebli, yo Yaroslav. –Luego me golpeo en la frente cuando me dice que son enanos que vivian bajo tierra y que usan elementales de piedra. Curioso, la verdad. Compartia con ellos mi afinidad por la tierra. –Entiendo…quizá yo tenga algo de enano? Mola. –acabamos los dos diciendo mola como unos autenticos catetos.
Le quito importancia cuando dice eso de que me quieran matar o vivir la vida o venderme y tal, y agito la botella de vodka frente a el –QUE LO INTENTEN! Un Tolstoi no muerre asi como asi. Ademas para mi vivir la vida supone aprrenderr cosas nuevas y ser mejorr…. No es solo beberr vodka, no te vayas a pensar.
Me rio cuando parece tan traumatizado por lo que le he dicho de su maestro y su padre, asi que destapo la botella de vodka y le pego un trago. Pero me atraganto cuando oigo que fue s mentor quien mato al hermano y acabo por escupirme el vodka encima –qué QUEEEEEEEEEEE?! Ese hijo de perra…! No, nada de derribarr los dientes, se los arrancarremos lentamente con alicates! Sin anestesia! –me indigo y farfullo muchas cosas en ruso, bebo mas vodka y estampo la botella contra el pecho de Vor para que beba el también. –Bebe.
Definitivamente me rendí. No había forma humana o drow o elfa o maga de hacerle entender de qué hablaba cuando mencionaba lo de nombres diferentes. Creo que mi respuesta fue un suspiro un tanto nervioso, un par de entrechoques de dedos y un “cálmate, Vor, algún día sabrás hablar y te entenderá”. Y es que me culpaba a mi mismo por mi torpeza con aquella lengua. Me daban ganas de decírselo todo en drow, de forma refinada, ¡Y bien culta! Cuidando palabra a palabra en vez de torpemente soltar cuatro mierdecitas que se intuían como frase. Frase poco coherente e inconexa. Aunque dijo después que sabía que no había robado yo aquello. Pero que la próxima vez, lo hiciera, o que él mismo se encargaría de eso. -¡No te preocupes por ello! Ya robaré yo si tanto gustas, pero no te preocupar tu, ¿Eh? Que a drows al menos si ven la gente teme más. A ti quizás no.- Le sonreí casi orgulloso de poder intimidar personas con mi aspecto, enseñándole todos y cada uno de mis dientes. Bonitos que eran.
Me dijo que algún día me llevaría a Rusia. -¡No lo olvidar!- Le dije con absoluta convicción, acompañando la frase con un golpecito al pecho, Luego, cuando preguntó sobre los críos drows, se me borró el ánimo en la cara y me puse a pensar. -Niños drows suelen ser entrenados en casas… Creo recordar. No se ven por las calles. No dan por culo. Eso es mejor. Y según Savant, ellos aprender magia muy pronto. Saben flotar… Y hacen cosas como… Has visto tu cosas que son como… ¿Pelotas negras? Algo así. Yo no sé hacer eso. Soy un poco mal drow…- Me rascaba la barbilla mientras trataba de recordar.
Repitió mi palabra, sin pronunciarla bien. Pero al menos lo había intentado, y no era quién para quejarme de cómo hablaba. Yo mismo siempre fallaba la mitad de los sonidos de aquella sucia lengua. Entonces me soltó una frase y se descojonó. -¿Padagüán? ¿Es eso un insulto? Y… ¡Cómo que lado oscuro! ¿Es por mi color de piel!?- Le gruñí. Porque aquello definitivamente había sonado extraño, casi como si la frase no le perteneciera. Yo estaba más serio de lo normal porque no sabía si ofenderme o reír yo también. Y porque era idiota, en realidad. -Lo ensarté. Pero no murió. Necesitaré fuego la próxima vez. Mucho fuego. Matarlo.- Estaba convencido de eso: Si veía otro vampiro, lo mataría. Porque me parecía asqueroso que existieran parásitos haciéndose pasar por humanos. Quizás por eso se le tenía tanto asco a las criaturas mágicas, ¡Seguro que habían empezado ellos!
Cuando le hablé de los enanos le costó un poco entender que hablaba de una raza y que no le había cambiado el nombre. Creo que a veces creía que yo era más tonto de lo que ya era. Y mira que eso es decir, y no poco. -¿Tu, de enano? No creo. svirfnebli son mucho más feos. Pequeños. Grises. Calvos. Tu no, tu eres distinto. Además, pelo blanco.- Podría haberme pasado en realidad media hora explicándole porqué él no era un enano, si no algo muy distinto, pero… Lo cierto es que no tenía vocabulario para decírselo. Mejor que fuera así, pensé. Muchísimo mejor.
Le quitó importancia a que pudieran matarlo, agitándome la botella mientras insistía que él vivía para más cosas que para beber de eso. Fruncí el ceño. -¡Yo no fiarme! Quizás esos pendejos quieren coger gente de aquí, llevársela lejos mientras humanos nos matan a todos. ¡Suena como un plan trazado! Si te matan, no aprender mucho tu. ¡Lo cual no está bien!- No se si realmente yo me creía mis palabras o si me parecía más mal que me quedara por allí sin conocidos más cercanos. Me froté la cara, y entonces recordé la heridaca que tenía en ella. Qué asco me daba.
En cuanto mencioné la relación de mi mentor lo saqué de quicio. Escupió vodka y como que se regó a él mismo. Si, era un poco distinto todo cuando tenías en cuenta la relación entre estos… Pero no me esperaba que le diera tanta importancia, ni que hablara de nuevo en su lengua. Yo había aprendido a superarlo. Más o menos. Concordaba con hacerle daño, aunque él quería que fuera más doloroso. -En el fondo no es tan malo, créeme, per…- De repente, tenía una botella de vodka en el pecho y una orden. “Bebe”.
Cogí la botella con las manos temblando. Mierda, pensé. Se supone que yo había bebido. Vodka. Antes. Esa es la mentirijilla que le colé para caerle bien. Ahora él esperaba que le diera a la bebida… Así como así. No parecía que pudiera despistarle. Noté la calor de mi cuerpo subir, quizás por nervios o vergüenza. Ah, y la moneda. La saqué un momento, intentando mentalizarme mientras leía el mensaje. -Un tal LK te quiere partir la cara…- No acabé de pensar qué consecuencias tendría decirle eso. Guardé la moneda casi con miedo de que se rompiera. Miré la botella. Tragué saliva. No me llegaba ningún olor concreto a la nariz, aunque algo le notaba…
Me enchufé la botella en la boca y le di un trago. Ardía. Jodidamente ardía. No podía ser bueno para la salud. Me moría por dentro pero tenía que hacerlo por mi dignidad. Otro trago… Y tal vez un tercero. Todo eso con los ojos muy abiertos y sudando de forma bastante basta. Entonces retiré aquella condenada botella y le pasé la manga por encima, para limpiar, y se la devoldí. Me temblaba. Notaba aquel calor bajar poco a poco por mi cuerpo, tenía un regustillo raro… No parecía tener un sabor fuerte pero tenía cierta personalidad, aquel líquido. Al principio pensaba “Bueno, ya está, no te vas a emborrachar, es poquito”... Aunque poco a poco se me nublaba el juicio. Me quedé un minuto en silencio tratando de asimilar lo sucedido mientras tomaba aire. -Eh… Eeesto… hic, creo… Que antes yo no haber… Probado trinn’tele tan fuerte… Eh… hic, yo, esto… ¿D-De qué estábamos hablando? Uhhh…- Me levanté y no se porqué. Tenía la sensación que si echaba el aliento al aire saldría fuego, como cualquier dragón. Me quedé de pie, meditando, aunque cada vez se me hacía más difícil. Pero casi no recordaba el cansancio. -... Xsa’ol… Xsa jal nindol shu…- Agité la cabeza.
-Espera, recuerdo… ¡Si! Mentor. Mentores. ¿Sabes qué? Que les jodan. A la mierda. A la puta mierda con ellos, ¿Eso estar mejor, eh?- Y otro “hic”. Creo que el ruso había tomado la peor decisión de su vida: Emborrachar un drow.
Me dijo que algún día me llevaría a Rusia. -¡No lo olvidar!- Le dije con absoluta convicción, acompañando la frase con un golpecito al pecho, Luego, cuando preguntó sobre los críos drows, se me borró el ánimo en la cara y me puse a pensar. -Niños drows suelen ser entrenados en casas… Creo recordar. No se ven por las calles. No dan por culo. Eso es mejor. Y según Savant, ellos aprender magia muy pronto. Saben flotar… Y hacen cosas como… Has visto tu cosas que son como… ¿Pelotas negras? Algo así. Yo no sé hacer eso. Soy un poco mal drow…- Me rascaba la barbilla mientras trataba de recordar.
Repitió mi palabra, sin pronunciarla bien. Pero al menos lo había intentado, y no era quién para quejarme de cómo hablaba. Yo mismo siempre fallaba la mitad de los sonidos de aquella sucia lengua. Entonces me soltó una frase y se descojonó. -¿Padagüán? ¿Es eso un insulto? Y… ¡Cómo que lado oscuro! ¿Es por mi color de piel!?- Le gruñí. Porque aquello definitivamente había sonado extraño, casi como si la frase no le perteneciera. Yo estaba más serio de lo normal porque no sabía si ofenderme o reír yo también. Y porque era idiota, en realidad. -Lo ensarté. Pero no murió. Necesitaré fuego la próxima vez. Mucho fuego. Matarlo.- Estaba convencido de eso: Si veía otro vampiro, lo mataría. Porque me parecía asqueroso que existieran parásitos haciéndose pasar por humanos. Quizás por eso se le tenía tanto asco a las criaturas mágicas, ¡Seguro que habían empezado ellos!
Cuando le hablé de los enanos le costó un poco entender que hablaba de una raza y que no le había cambiado el nombre. Creo que a veces creía que yo era más tonto de lo que ya era. Y mira que eso es decir, y no poco. -¿Tu, de enano? No creo. svirfnebli son mucho más feos. Pequeños. Grises. Calvos. Tu no, tu eres distinto. Además, pelo blanco.- Podría haberme pasado en realidad media hora explicándole porqué él no era un enano, si no algo muy distinto, pero… Lo cierto es que no tenía vocabulario para decírselo. Mejor que fuera así, pensé. Muchísimo mejor.
Le quitó importancia a que pudieran matarlo, agitándome la botella mientras insistía que él vivía para más cosas que para beber de eso. Fruncí el ceño. -¡Yo no fiarme! Quizás esos pendejos quieren coger gente de aquí, llevársela lejos mientras humanos nos matan a todos. ¡Suena como un plan trazado! Si te matan, no aprender mucho tu. ¡Lo cual no está bien!- No se si realmente yo me creía mis palabras o si me parecía más mal que me quedara por allí sin conocidos más cercanos. Me froté la cara, y entonces recordé la heridaca que tenía en ella. Qué asco me daba.
En cuanto mencioné la relación de mi mentor lo saqué de quicio. Escupió vodka y como que se regó a él mismo. Si, era un poco distinto todo cuando tenías en cuenta la relación entre estos… Pero no me esperaba que le diera tanta importancia, ni que hablara de nuevo en su lengua. Yo había aprendido a superarlo. Más o menos. Concordaba con hacerle daño, aunque él quería que fuera más doloroso. -En el fondo no es tan malo, créeme, per…- De repente, tenía una botella de vodka en el pecho y una orden. “Bebe”.
Cogí la botella con las manos temblando. Mierda, pensé. Se supone que yo había bebido. Vodka. Antes. Esa es la mentirijilla que le colé para caerle bien. Ahora él esperaba que le diera a la bebida… Así como así. No parecía que pudiera despistarle. Noté la calor de mi cuerpo subir, quizás por nervios o vergüenza. Ah, y la moneda. La saqué un momento, intentando mentalizarme mientras leía el mensaje. -Un tal LK te quiere partir la cara…- No acabé de pensar qué consecuencias tendría decirle eso. Guardé la moneda casi con miedo de que se rompiera. Miré la botella. Tragué saliva. No me llegaba ningún olor concreto a la nariz, aunque algo le notaba…
Me enchufé la botella en la boca y le di un trago. Ardía. Jodidamente ardía. No podía ser bueno para la salud. Me moría por dentro pero tenía que hacerlo por mi dignidad. Otro trago… Y tal vez un tercero. Todo eso con los ojos muy abiertos y sudando de forma bastante basta. Entonces retiré aquella condenada botella y le pasé la manga por encima, para limpiar, y se la devoldí. Me temblaba. Notaba aquel calor bajar poco a poco por mi cuerpo, tenía un regustillo raro… No parecía tener un sabor fuerte pero tenía cierta personalidad, aquel líquido. Al principio pensaba “Bueno, ya está, no te vas a emborrachar, es poquito”... Aunque poco a poco se me nublaba el juicio. Me quedé un minuto en silencio tratando de asimilar lo sucedido mientras tomaba aire. -Eh… Eeesto… hic, creo… Que antes yo no haber… Probado trinn’tele tan fuerte… Eh… hic, yo, esto… ¿D-De qué estábamos hablando? Uhhh…- Me levanté y no se porqué. Tenía la sensación que si echaba el aliento al aire saldría fuego, como cualquier dragón. Me quedé de pie, meditando, aunque cada vez se me hacía más difícil. Pero casi no recordaba el cansancio. -... Xsa’ol… Xsa jal nindol shu…- Agité la cabeza.
-Espera, recuerdo… ¡Si! Mentor. Mentores. ¿Sabes qué? Que les jodan. A la mierda. A la puta mierda con ellos, ¿Eso estar mejor, eh?- Y otro “hic”. Creo que el ruso había tomado la peor decisión de su vida: Emborrachar un drow.
Sigo pensando en donde puedo adquirir una John Pepe, si queria que fuese de tierra o de agua, y que tipo de pecera de tortuga le construiría. Una tortuguera estaria bien. Podria preguntarle a Thoren. Al fin y al cabo...el tenia una tortuga gigante que usaba como barco. Pero mi John Pepe sería mejor. Levanto la mirada hacia Vor para verlo enseñandome sus dientes diciendo que él da mas miedo. Me quedo mirando sus dientes que son super curiosos.
-Tu no debes tenerr prroblemas para comerr chuletones, verrdad?
No, seguro que no. Eso era una ventaja a vistas claras. Luego lo escucho hablar sobre los niños drow, con cierta melancolia. Pues no me parece mal sistema para educarlos. Ahi, en sus casitas, sin dar por saco a los que no quieren ver niños. Pero claro, si tienes en cuenta que luego todos o casi todos los drows son idiotas redomados, puede que ese tipo de educacion influya...o que por eso no le mole hablar de los niños drow. -Pelotas de oscurridad? No he visto ninguna... Hmpf! erres mal drrow por no saber hacer pelotas oscurras? Pues vaya crriterios!
Niego con mi cabeza porque se ha creido que padawan es un insulto. Quiza hasta ni tenia ni idea que eran las peliculas. Quiza fliparia si veia alguna. Le intento explicar, señalandolo con mi indice.-Es una frrase de una película. Padawan significa discípulo. Y el lado oscurro no es porr tu piel! El lado oscurro es es lado maligno de la fuerza pero me ha hecho grracia porrque los drrows vivis en la oscurridad de las cuevas...y...eso... -asi explicado no tenia ninguna gracia. -En fin, cosas de Jedis y Siths.
Entorno un solo ojo mirandolo cuando dice que lo ensartó (pero que obviamente no murió) y le hago un gesto en plan "BIEN" -Entonces estáis empate! Se la devolviste con crreces. -yo sinceramente esperaba que ese vampiro con el que habia tenido el encontronazo no fuese aquel que de vez en cuando echaba una mano a Johan. No tenia por qué serlo. Habian muchos vampiros en el mundo. Y más aun en el cementerio tétrico aquel....
- Oh, grracias, grracias.- le digo cuando insinua que no me parezco a los enanos porque estos son muy feos. - Aunque lo de los elementales sigue pareciendome currioso, sin duda tengo la misma afinidad que ellos con la tierra. O bueno, no tanta. Yo no podrria pasarrme la vida entera bajo tierra.
Veo que se sigue preocupando excesivamente por lo de los Descendientes. En mi opinion si su objetivo fuese matarme, lo habrian hecho ya. Otra cosa es que acabase palmandola por lo burros que son transmitiendo sus enseñanzas. Que no creo, porque soy genial y no me voy a morir por eso....sonrio con seguridad y niego con la cabeza y mucha decision. -He! Tengo que irr! Ademas, debo hablarr con Rasp...con Matvey. -se me hace raro llamarlo Rasputin, puesto que conozco la historia de su predecesor igual que mucha gente, asi que prefiero el nombre propio. Como que me impone menos. -Para lo de tu mellizo.
Espero que beba antes de que intente ponerle mas excusas a lo de su maestro, a mi aquello me parece claramente un sindrome de Estocolmo de esos, y lo expreso frunciendo mi ceño muy reprobatoriamente. Ya tenia ganas de verle la cara al drow ese y escupirle unas cuantas cosas. Veo que por fin bebe y sonrio por las caras que pone, aunque segun yo, es porque le esta gustando mucho al ser de tan buena marca. Sin tener ni idea que es la primera vez que lo probaba. Pero el caso es que pega tres tragacos ahi a lo loco, cuando lo normal es pegar uno... -Erres un grran bebedorr de vodka!
Lo veo sacar de nuevo la moneda y transmitirme un mensaje la mar de raro. LK partirme la cara? ...Lyran knox? no, ni de coña, ese era paradito perdido, o esa impresion me daba a mi. Seria su primo, el tipo de la brigada que tambien estaba en el torneo. -Lykaios Knox? Porr que quierre parrtirme la cara ahorra de prronto?! -bufo indignado pensando que si me quiere partir la cara que venga y se la parto yo a el. Entonces Vor vuelve a hablar, pero lo hace como un maldito borracho, asi que me lvanto de la camilla de un brinco y lo miro sorprendido
-Esperra...ya estas borracho?! no puede serr! TRES TRRAGOS! TRES! Eso...yo crreia que los elfos teniais mas resistencia... -luego me da la risa porque se pone a mandarlos a todos a la mierda, lo cual me parece muy bien. -Si, crreo que eso está bastante mejorr.- creo que acabo de emborrachar a alguien que en su tierra patria es menor de edad, o algo
-Tu no debes tenerr prroblemas para comerr chuletones, verrdad?
No, seguro que no. Eso era una ventaja a vistas claras. Luego lo escucho hablar sobre los niños drow, con cierta melancolia. Pues no me parece mal sistema para educarlos. Ahi, en sus casitas, sin dar por saco a los que no quieren ver niños. Pero claro, si tienes en cuenta que luego todos o casi todos los drows son idiotas redomados, puede que ese tipo de educacion influya...o que por eso no le mole hablar de los niños drow. -Pelotas de oscurridad? No he visto ninguna... Hmpf! erres mal drrow por no saber hacer pelotas oscurras? Pues vaya crriterios!
Niego con mi cabeza porque se ha creido que padawan es un insulto. Quiza hasta ni tenia ni idea que eran las peliculas. Quiza fliparia si veia alguna. Le intento explicar, señalandolo con mi indice.-Es una frrase de una película. Padawan significa discípulo. Y el lado oscurro no es porr tu piel! El lado oscurro es es lado maligno de la fuerza pero me ha hecho grracia porrque los drrows vivis en la oscurridad de las cuevas...y...eso... -asi explicado no tenia ninguna gracia. -En fin, cosas de Jedis y Siths.
Entorno un solo ojo mirandolo cuando dice que lo ensartó (pero que obviamente no murió) y le hago un gesto en plan "BIEN" -Entonces estáis empate! Se la devolviste con crreces. -yo sinceramente esperaba que ese vampiro con el que habia tenido el encontronazo no fuese aquel que de vez en cuando echaba una mano a Johan. No tenia por qué serlo. Habian muchos vampiros en el mundo. Y más aun en el cementerio tétrico aquel....
- Oh, grracias, grracias.- le digo cuando insinua que no me parezco a los enanos porque estos son muy feos. - Aunque lo de los elementales sigue pareciendome currioso, sin duda tengo la misma afinidad que ellos con la tierra. O bueno, no tanta. Yo no podrria pasarrme la vida entera bajo tierra.
Veo que se sigue preocupando excesivamente por lo de los Descendientes. En mi opinion si su objetivo fuese matarme, lo habrian hecho ya. Otra cosa es que acabase palmandola por lo burros que son transmitiendo sus enseñanzas. Que no creo, porque soy genial y no me voy a morir por eso....sonrio con seguridad y niego con la cabeza y mucha decision. -He! Tengo que irr! Ademas, debo hablarr con Rasp...con Matvey. -se me hace raro llamarlo Rasputin, puesto que conozco la historia de su predecesor igual que mucha gente, asi que prefiero el nombre propio. Como que me impone menos. -Para lo de tu mellizo.
Espero que beba antes de que intente ponerle mas excusas a lo de su maestro, a mi aquello me parece claramente un sindrome de Estocolmo de esos, y lo expreso frunciendo mi ceño muy reprobatoriamente. Ya tenia ganas de verle la cara al drow ese y escupirle unas cuantas cosas. Veo que por fin bebe y sonrio por las caras que pone, aunque segun yo, es porque le esta gustando mucho al ser de tan buena marca. Sin tener ni idea que es la primera vez que lo probaba. Pero el caso es que pega tres tragacos ahi a lo loco, cuando lo normal es pegar uno... -Erres un grran bebedorr de vodka!
Lo veo sacar de nuevo la moneda y transmitirme un mensaje la mar de raro. LK partirme la cara? ...Lyran knox? no, ni de coña, ese era paradito perdido, o esa impresion me daba a mi. Seria su primo, el tipo de la brigada que tambien estaba en el torneo. -Lykaios Knox? Porr que quierre parrtirme la cara ahorra de prronto?! -bufo indignado pensando que si me quiere partir la cara que venga y se la parto yo a el. Entonces Vor vuelve a hablar, pero lo hace como un maldito borracho, asi que me lvanto de la camilla de un brinco y lo miro sorprendido
-Esperra...ya estas borracho?! no puede serr! TRES TRRAGOS! TRES! Eso...yo crreia que los elfos teniais mas resistencia... -luego me da la risa porque se pone a mandarlos a todos a la mierda, lo cual me parece muy bien. -Si, crreo que eso está bastante mejorr.- creo que acabo de emborrachar a alguien que en su tierra patria es menor de edad, o algo
Hizo un comentario sobre mi preciosa dentadura que logró que me llevara una mano a la boca, justo antes de recordar que sencillamente podía cerrarla. Claro, a la gente le daba un poco de mal rollete. Me señaló que no debía tener peligro al comer chuletones. -Al contrario. A veces uno se llevar un trozo de hueso también… Y como que peligroso. Aunque sirve para arrancar cachos de carne a quien no te cae bien, incluso si se menean mucho. Aunque, por cuestiones de dignidad, no los uso. Excepto cuando se me iba un poco la pinza y acababa razonando poco y pegando gente bastante, que por mucho que me diera rabia, sucedía un poco más de lo que parecía. Entonces si. Si tienes una arma, úsala.
-Si, pelota de oscuridad. Nadie ve ahí. Gente pelear dentro, a ciegas, y usan oído. Como drows tienen buen oído y se entrenan, suelen tener ventaja en ello. Pero a mi no me gusta. ¡Y si! Mal drow por ello. Aunque yo curo, ellos no… ¿Dónde se es visto un drow que dedique minuto a herido? Drows matar débiles, o abandonar a suertes. O no se, sacrificarlos a diosas chungas. Si no sabes que pasa con algo, es una diosa oscura. Créeme.- Todo lo que no entendía de allí abajo lo asociaba con alguna cosa de religión. Lo peor del asunto es que casi siempre funcionaba…
Entonces me explicó que padawan no era un insulto, que era una cosa de algo llamado “película”. Sonaba a pelo y culo, y por lo general me parecía una palabra igual de comprensible. Habló de cuevas, drows, siths y no sé que otra porra. Creo que entendí más sin la explicación. Hice mi careto de pasmarote, pestañeé un par de veces casi como si estuviera intentando procesar la información… Pero en definitiva, no lo conseguí. Parecía orgulloso de que le hubiera hecho pupa al vampiro, y asentí, como confirmándole que no le mentía.
Agradeció que no lo comparara con un enano, ¡Pero es que nadie lo haría! Dijo que él quizás tenía afinidad con la piedra, pero… -Enanos están locos. Enanos seguro que escuchan piedras. ¿O eran los… cómo demonios se llamaban? Hay razas que literalmente escuchar piedras. Cosas así. No se. Viven por y para ellas. Tocar pedruzco, tener conversaciones. ¡Y yo que sé! Ahí están todos locos, créeme. Es mejor no tener tanto contacto. Seguro que si tu sacas un enano de ahí o lo levantas medio centímetro del suelo la palma. Porque enanos estar totalmente chalados. Y drows, y todas razas.- Le gruñí, como si me indignara convivir con aquella fauna… O haber convivido.
Me recordó que tenía que ir a ver los Descendientes para hablar lo de mi mellizo. A partir de ahí no le discutí más el tema… Incluso si era peligroso para él. Porque en realidad, ese era mi objetivo, y creo que nada podría haberme sacado de aquello. De aquella forma de pensar, aquella decisión tan fija que tenía. -¡Entonces ten precaución!- Le advertí. Pero nada más. Que fuera, que yo necesitaba que metiera las narices allí. Y luego, la bebida. Admiró mi capacidad para beber vodka. Oh, bien, era la primera vez que me decían eso. Pareció cabreado en cuanto le comenté lo del tal Lykaios. -¡No dejaré que te parta cara, Yaroslav!- Le solté con una firmeza digna de un borracho. ¿Lo peor? Aunque actuaba como tal, no lo estaba. Por supuesto que no: Aún no había acabado de llegar ni al estómago.
-Y si, tres tragos. Elfos tenemos poca afinidad con cerveza, ¡No como enanos! Y… hic, joder. Hic. Mierda.- Pero poco a poco aquel falso estado de borrachera se fue juntando con la verdadera. Así que súmale al retraso común de alguien bajo los efectos del alcohol el idiotismo que yo había cogido inmediatamente después de probar el puñetero vodka. -¿Sabes, Yaroooslav? ¡Definitivamente ir a volver ahí abajo y pegarle paliza a Kybath! No hoy, pero…- Caminé un poco y mi cuerpo me flojeó. Me apoyé contra una pared. Era cosa de estar herido. -Yo… ¡He de ir cuevas! Algún, hic, día de estos. Pronto. Ir por ingredientes. ¡Te preparar si puedo algo rico típico de mi tierra! Quizás incluso puedo yo hacer alcohol de allí… No me acordar mucho, Savant… Hic, Savant sabía más de eso. Me decía que no tenía edad, yo… ¡Tu te crees! ¡Joder, tengo treinta y siete!
Pensé. Pensé un poco más. -Necesitar… Remedios en realidad. Cosas. Setas. Mierdas para curar gente. Porque gente, le pegas un poco y llorar. ¿Y qué hago yo aquí? ¡Curar! ¡Como una nenaza! ¡Como un elfo verde! ¿¡Sabes!? Yo no ver elfos verdes jamás. Elfos de superfície, coño. ¡Que les den a ellos también! Una me parió y a saber donde anda. Le daba con puerta en narices. ¡Hija de puta!- Descubrí que el alcohol, aparte de hacerme cantar mucho, me volvía más agresivo que de normal. Aunque no volvían agresivo a mi drow interior, si no al elfo… El elfo hablaba mucho y actuaba poco, a diferencia del otro. -¡Hay tantas cosas que debería decir! A veces no sé porqué me callo… ¿Sabes? ¡Savant también era idiota! Mucho, y… Joder, todo el mundo. Mi vida está llena de idiotas. No hablo de ti, tu ser bien, ya sabes. Demasiado bien. Pero joder. ¡Joder, mecagüentó!
-Si, pelota de oscuridad. Nadie ve ahí. Gente pelear dentro, a ciegas, y usan oído. Como drows tienen buen oído y se entrenan, suelen tener ventaja en ello. Pero a mi no me gusta. ¡Y si! Mal drow por ello. Aunque yo curo, ellos no… ¿Dónde se es visto un drow que dedique minuto a herido? Drows matar débiles, o abandonar a suertes. O no se, sacrificarlos a diosas chungas. Si no sabes que pasa con algo, es una diosa oscura. Créeme.- Todo lo que no entendía de allí abajo lo asociaba con alguna cosa de religión. Lo peor del asunto es que casi siempre funcionaba…
Entonces me explicó que padawan no era un insulto, que era una cosa de algo llamado “película”. Sonaba a pelo y culo, y por lo general me parecía una palabra igual de comprensible. Habló de cuevas, drows, siths y no sé que otra porra. Creo que entendí más sin la explicación. Hice mi careto de pasmarote, pestañeé un par de veces casi como si estuviera intentando procesar la información… Pero en definitiva, no lo conseguí. Parecía orgulloso de que le hubiera hecho pupa al vampiro, y asentí, como confirmándole que no le mentía.
Agradeció que no lo comparara con un enano, ¡Pero es que nadie lo haría! Dijo que él quizás tenía afinidad con la piedra, pero… -Enanos están locos. Enanos seguro que escuchan piedras. ¿O eran los… cómo demonios se llamaban? Hay razas que literalmente escuchar piedras. Cosas así. No se. Viven por y para ellas. Tocar pedruzco, tener conversaciones. ¡Y yo que sé! Ahí están todos locos, créeme. Es mejor no tener tanto contacto. Seguro que si tu sacas un enano de ahí o lo levantas medio centímetro del suelo la palma. Porque enanos estar totalmente chalados. Y drows, y todas razas.- Le gruñí, como si me indignara convivir con aquella fauna… O haber convivido.
Me recordó que tenía que ir a ver los Descendientes para hablar lo de mi mellizo. A partir de ahí no le discutí más el tema… Incluso si era peligroso para él. Porque en realidad, ese era mi objetivo, y creo que nada podría haberme sacado de aquello. De aquella forma de pensar, aquella decisión tan fija que tenía. -¡Entonces ten precaución!- Le advertí. Pero nada más. Que fuera, que yo necesitaba que metiera las narices allí. Y luego, la bebida. Admiró mi capacidad para beber vodka. Oh, bien, era la primera vez que me decían eso. Pareció cabreado en cuanto le comenté lo del tal Lykaios. -¡No dejaré que te parta cara, Yaroslav!- Le solté con una firmeza digna de un borracho. ¿Lo peor? Aunque actuaba como tal, no lo estaba. Por supuesto que no: Aún no había acabado de llegar ni al estómago.
-Y si, tres tragos. Elfos tenemos poca afinidad con cerveza, ¡No como enanos! Y… hic, joder. Hic. Mierda.- Pero poco a poco aquel falso estado de borrachera se fue juntando con la verdadera. Así que súmale al retraso común de alguien bajo los efectos del alcohol el idiotismo que yo había cogido inmediatamente después de probar el puñetero vodka. -¿Sabes, Yaroooslav? ¡Definitivamente ir a volver ahí abajo y pegarle paliza a Kybath! No hoy, pero…- Caminé un poco y mi cuerpo me flojeó. Me apoyé contra una pared. Era cosa de estar herido. -Yo… ¡He de ir cuevas! Algún, hic, día de estos. Pronto. Ir por ingredientes. ¡Te preparar si puedo algo rico típico de mi tierra! Quizás incluso puedo yo hacer alcohol de allí… No me acordar mucho, Savant… Hic, Savant sabía más de eso. Me decía que no tenía edad, yo… ¡Tu te crees! ¡Joder, tengo treinta y siete!
Pensé. Pensé un poco más. -Necesitar… Remedios en realidad. Cosas. Setas. Mierdas para curar gente. Porque gente, le pegas un poco y llorar. ¿Y qué hago yo aquí? ¡Curar! ¡Como una nenaza! ¡Como un elfo verde! ¿¡Sabes!? Yo no ver elfos verdes jamás. Elfos de superfície, coño. ¡Que les den a ellos también! Una me parió y a saber donde anda. Le daba con puerta en narices. ¡Hija de puta!- Descubrí que el alcohol, aparte de hacerme cantar mucho, me volvía más agresivo que de normal. Aunque no volvían agresivo a mi drow interior, si no al elfo… El elfo hablaba mucho y actuaba poco, a diferencia del otro. -¡Hay tantas cosas que debería decir! A veces no sé porqué me callo… ¿Sabes? ¡Savant también era idiota! Mucho, y… Joder, todo el mundo. Mi vida está llena de idiotas. No hablo de ti, tu ser bien, ya sabes. Demasiado bien. Pero joder. ¡Joder, mecagüentó!
-Es currioso, porr que tienes los dientes asi? Los drows los tienen? Sé que los elfos no....
Le pregunto por curiosidad, esperando no onfenderlo, sin contemplarlo si quiera el hecho de que tal pregunta pueda resultar ofensiva. Me rio como un loco cuando dice eso de elfo que cura pero no tiene nada para curar. Vale, podría parecer que yo no iba borracho. De hecho no lo iba. Pero yo no solia reirme tanto si no iba un poco alterado.
-Vale...no tienes ni idea de que es una pelicula. Eso no puedo perrmitirrlo. Es una de las marravillas de este mundo. EL CINE!- ojala fuese facil encontrar uno al que ir sin que te detectasen los centinelas. Antes uno podia pasar desapercibido entre los humanos, con un buen look normal, una actitud normal...pero ahora....
-A mi me gustarria escucharr piedrras. Son cotillas? Cuentan cosas? Te cuentan pasadizos secrretos? Tuneles? Donde hay minas re rricos materriales?- los pigmentos de ciertos minerales eran excelentes para crear tintas, muchas de ellas de naturaleza mágica, que yo empleaba en mis mapas. No me importa que diga que todos estan locos, yo sigo mostrando mucho interes.
Asiento cuando dice que tengra precaucion, eso siempre. Y luego que no dejará que me partan la cara, en plan to borracho. -Crreo que alguien ha llegado a la fase de la exaltacion de la amistad. -No, no podrra con nosotrros. Oye, estas bien? Vas mas pedo que alfrredo. -otra genial frase hecha que habia aprendido. -Kybath se llama? -rapidamente saco mi cuaderno y apunto ese nombre como un tipo con alguna clase de mania persecutoria. KYBATH, KYBATH. Rodeado y subrayado.
-Ahorra no puedes irr a las cuevas. Estas herrido y algo borracho, asi que tumbate y descansa- me levanto cuando lo veo tambalearse y apoyarse en la pared, sintiendome un emborrachador de menores. Pero si me habia dicho que ya habia probado el vodka antes! Claro que no me habia dicho si se le subia rapido. -Si, todos son idiotas. Y si, irrás a porr ingrredientes pero ahorra no. Currar no es de nenazas! La gente necesita de eso! Si no, la palmariamos todos, a morirse. - ahora habia entrado en al fase agresiva y me da un poco de aprension todo lo que va soltando. Sep, el alcohol te suelta la lengua y desinhibe pensamientos profundamente enterrados. Pero a el se lo habia hecho muy de golpe. Me acerco a el
-Pues diselo, no te muerrdas la lengua tanto.- Le pongo una mano en la espalda y con la otra le arrebato la botella, haciendole un gesto para que se vuelva a la camilla. -Tu, a descansarr. Tu entrrenamiento en beberr vodka tendrrá que seguirr varrias fases. Y crreo que te has dado cuenta de un parr de cosas oyendote hablarr a ti mismo....
Le pregunto por curiosidad, esperando no onfenderlo, sin contemplarlo si quiera el hecho de que tal pregunta pueda resultar ofensiva. Me rio como un loco cuando dice eso de elfo que cura pero no tiene nada para curar. Vale, podría parecer que yo no iba borracho. De hecho no lo iba. Pero yo no solia reirme tanto si no iba un poco alterado.
-Vale...no tienes ni idea de que es una pelicula. Eso no puedo perrmitirrlo. Es una de las marravillas de este mundo. EL CINE!- ojala fuese facil encontrar uno al que ir sin que te detectasen los centinelas. Antes uno podia pasar desapercibido entre los humanos, con un buen look normal, una actitud normal...pero ahora....
-A mi me gustarria escucharr piedrras. Son cotillas? Cuentan cosas? Te cuentan pasadizos secrretos? Tuneles? Donde hay minas re rricos materriales?- los pigmentos de ciertos minerales eran excelentes para crear tintas, muchas de ellas de naturaleza mágica, que yo empleaba en mis mapas. No me importa que diga que todos estan locos, yo sigo mostrando mucho interes.
Asiento cuando dice que tengra precaucion, eso siempre. Y luego que no dejará que me partan la cara, en plan to borracho. -Crreo que alguien ha llegado a la fase de la exaltacion de la amistad. -No, no podrra con nosotrros. Oye, estas bien? Vas mas pedo que alfrredo. -otra genial frase hecha que habia aprendido. -Kybath se llama? -rapidamente saco mi cuaderno y apunto ese nombre como un tipo con alguna clase de mania persecutoria. KYBATH, KYBATH. Rodeado y subrayado.
-Ahorra no puedes irr a las cuevas. Estas herrido y algo borracho, asi que tumbate y descansa- me levanto cuando lo veo tambalearse y apoyarse en la pared, sintiendome un emborrachador de menores. Pero si me habia dicho que ya habia probado el vodka antes! Claro que no me habia dicho si se le subia rapido. -Si, todos son idiotas. Y si, irrás a porr ingrredientes pero ahorra no. Currar no es de nenazas! La gente necesita de eso! Si no, la palmariamos todos, a morirse. - ahora habia entrado en al fase agresiva y me da un poco de aprension todo lo que va soltando. Sep, el alcohol te suelta la lengua y desinhibe pensamientos profundamente enterrados. Pero a el se lo habia hecho muy de golpe. Me acerco a el
-Pues diselo, no te muerrdas la lengua tanto.- Le pongo una mano en la espalda y con la otra le arrebato la botella, haciendole un gesto para que se vuelva a la camilla. -Tu, a descansarr. Tu entrrenamiento en beberr vodka tendrrá que seguirr varrias fases. Y crreo que te has dado cuenta de un parr de cosas oyendote hablarr a ti mismo....
-¿Los dientes así? Quizás fue gracia de alguna diosa chungorara que dijo, “si, este que tenga los dientes afilados, que seguro que si que quedará bien”. Pero no es cosa de drows. Quizás padre o madre era ya mestizo, pero no sé qué raza tiene tales colmillones. O quizás en realidad tengo algo de animalejo. Que no ser tan raro, créeme.- Nunca me lo había preguntado y nunca me lo habían preguntado. Me lo miraban, mucho, y yo sabía que… No era correcto. Que la gente no solía tener los dientes así. Pero la cuestión es que quizás por genética a mi cuerpo le había dado por ponerme los dientes largos. Y yo no tenía quejas respecto un arma más.
-¿Cine? ¡Deja de hablar en chino! … Aunque, si te soy sincero, tampoco sé que es chino. No me digas más, aún así. Tecnología chunga. Todos esos nombres son tecnología chunga. ¡No me gusta! Joder, yo un día salir por la calle y ver enormes máquinas… ¡Coches lo llaman! O cuando el centinela… ¡Tecnología se usa para el mal!- Me quejaba con bastante sonoridad porque quizás oírle reír cada dos por tres me ponía a mí un poco menos vergonzoso de lo que solía ser.
Entonces dijo que le gustaría escuchar piedras. -Cuando tu vives en cuevas, lo último que quieres es eso. ¿Te imaginas? “Ow, me has pisado”. Así. El resto de tus días. “Eh, ¡Estás gordo! Y gente que escucha piedras creo que no la usa para mucho. O quizás sí, y guardan botines… Si quieres, algún día cogeremos un enano y lo haremos cantar. A la drow. Uno que nos caiga mal. Que si no, es delito. Así, le pones un cuchillo en la garganta y lo haces caminar. Pero… Ten cuidado. Que dan buenas ostias…- Me rasqué con suavidad el hombro. Cosas de experiencias pasadas de las que no estaba muy orgulloso. Habían veces que era mejor dejar la fauna local como un poco en paz.
Luego me dijo que iba más pedo que un tal Alfredo, que tal vez fuera un borrachín amigo suyo. -¡Que jodan a Alfredo!- Gruñí. Porque quizás era malo. O quizás un capullo. O quizás me hacía competencia, aunque no sé en qué. Me di cuenta que le acababa de gritar el nombre de mi mentor cuando me preguntó si se llamaba así. Me había dicho que no le confiara su nombre a nadie… Pero tampoco creía que supiera demasiado de los amigos que hacía o dejaba de hacer allí fuera. -Si, Kybath. Bueno, no. Seguramente tener otro nombre. Porque les gusta esconder nombres, a renegados drows chungos como él. Quizás tenga nombre drow feo, como Tukuloyorin,, pero ¡Es un nenaza también! Esconden cosas. Porque, dice que con nombres hacer conjuros es fácil. ¡Loco!- Volvía a gritar quizás más de lo adecuado.
Me dijo que no podía ir a las cuevas, que estaba borracho. Tenía ganas de ir en realidad. Aunque no las fuerzas, pero en ese estado no tenía coherencia alguna como para recordármelo. Al principio me tentaba salir corriendo para demostrarle que no era el caso… Se levantó mientras insistía que curar no era de nenazas, que la gente lo necesitaba. -¡Gente necesitar un par de ostias! Mírame, a mi me explota un gi - li - po - llas en toda la cara, ¿Me ves llorar? ¡A que no! ¡Un drow no llora, vith!- Aunque hacía menos de media hora yo mismo lo había hecho. ¿Pero a quién le importaba? A mi yo borracho no, desde luego.
Me dijo que le dijera a Savant que era un idiota. -Voy a ir ahora mismo y…- Entonces me quitó la botella de encima y noté su mano en mi espalda. Algo hizo “click” dentro de mi y me relajó los humos. Cuando me daba la gana, era la mar de sumiso. Decía algo pero no acababa de prestarle atención, intentando poner un poco de orden en mi cabeza. Respiré, asimilando la orden. Si. Mejor tumbarme, me dije. Le hice caso y me acerqué a la cama, de repente recordando que me costaba demasiado caminar. Me senté, tomé aire e hice un esfuerzo para tumbarme, panza hacia arriba. Miraba al techo. Joder. Estaba como las cabras. No tenía ni idea de qué estaba haciendo con mi vida. Bueno, sí. La estaba desperdiciando. Era un idiota. Un capullo. De rematar. -Disculpar… Eh… Supongo que estoy cansado. Quizás necesitaba beber, en realidad. Porque cansado, créeme. De todo. Debería… Dormir. ¿Mañana me encontraré mal? Gente dice que por mañana, encontrar mal. Tras beber. No importa…- Suspiré largamente. Estaba aún nervioso. -Quizás tener que buscar a tu amigo. O el tal Ele cá, si está por aquí. O conseguirte moneda…- Casi me había olvidado que yo debía estar durmiendo. -¿Te vas? Imaginar que… Vernos de vuelta, algún día, ¿Eh? Si no vuelvo de cuando vaya a cuevas, la palmé. No problema.
-¿Cine? ¡Deja de hablar en chino! … Aunque, si te soy sincero, tampoco sé que es chino. No me digas más, aún así. Tecnología chunga. Todos esos nombres son tecnología chunga. ¡No me gusta! Joder, yo un día salir por la calle y ver enormes máquinas… ¡Coches lo llaman! O cuando el centinela… ¡Tecnología se usa para el mal!- Me quejaba con bastante sonoridad porque quizás oírle reír cada dos por tres me ponía a mí un poco menos vergonzoso de lo que solía ser.
Entonces dijo que le gustaría escuchar piedras. -Cuando tu vives en cuevas, lo último que quieres es eso. ¿Te imaginas? “Ow, me has pisado”. Así. El resto de tus días. “Eh, ¡Estás gordo! Y gente que escucha piedras creo que no la usa para mucho. O quizás sí, y guardan botines… Si quieres, algún día cogeremos un enano y lo haremos cantar. A la drow. Uno que nos caiga mal. Que si no, es delito. Así, le pones un cuchillo en la garganta y lo haces caminar. Pero… Ten cuidado. Que dan buenas ostias…- Me rasqué con suavidad el hombro. Cosas de experiencias pasadas de las que no estaba muy orgulloso. Habían veces que era mejor dejar la fauna local como un poco en paz.
Luego me dijo que iba más pedo que un tal Alfredo, que tal vez fuera un borrachín amigo suyo. -¡Que jodan a Alfredo!- Gruñí. Porque quizás era malo. O quizás un capullo. O quizás me hacía competencia, aunque no sé en qué. Me di cuenta que le acababa de gritar el nombre de mi mentor cuando me preguntó si se llamaba así. Me había dicho que no le confiara su nombre a nadie… Pero tampoco creía que supiera demasiado de los amigos que hacía o dejaba de hacer allí fuera. -Si, Kybath. Bueno, no. Seguramente tener otro nombre. Porque les gusta esconder nombres, a renegados drows chungos como él. Quizás tenga nombre drow feo, como Tukuloyorin,, pero ¡Es un nenaza también! Esconden cosas. Porque, dice que con nombres hacer conjuros es fácil. ¡Loco!- Volvía a gritar quizás más de lo adecuado.
Me dijo que no podía ir a las cuevas, que estaba borracho. Tenía ganas de ir en realidad. Aunque no las fuerzas, pero en ese estado no tenía coherencia alguna como para recordármelo. Al principio me tentaba salir corriendo para demostrarle que no era el caso… Se levantó mientras insistía que curar no era de nenazas, que la gente lo necesitaba. -¡Gente necesitar un par de ostias! Mírame, a mi me explota un gi - li - po - llas en toda la cara, ¿Me ves llorar? ¡A que no! ¡Un drow no llora, vith!- Aunque hacía menos de media hora yo mismo lo había hecho. ¿Pero a quién le importaba? A mi yo borracho no, desde luego.
Me dijo que le dijera a Savant que era un idiota. -Voy a ir ahora mismo y…- Entonces me quitó la botella de encima y noté su mano en mi espalda. Algo hizo “click” dentro de mi y me relajó los humos. Cuando me daba la gana, era la mar de sumiso. Decía algo pero no acababa de prestarle atención, intentando poner un poco de orden en mi cabeza. Respiré, asimilando la orden. Si. Mejor tumbarme, me dije. Le hice caso y me acerqué a la cama, de repente recordando que me costaba demasiado caminar. Me senté, tomé aire e hice un esfuerzo para tumbarme, panza hacia arriba. Miraba al techo. Joder. Estaba como las cabras. No tenía ni idea de qué estaba haciendo con mi vida. Bueno, sí. La estaba desperdiciando. Era un idiota. Un capullo. De rematar. -Disculpar… Eh… Supongo que estoy cansado. Quizás necesitaba beber, en realidad. Porque cansado, créeme. De todo. Debería… Dormir. ¿Mañana me encontraré mal? Gente dice que por mañana, encontrar mal. Tras beber. No importa…- Suspiré largamente. Estaba aún nervioso. -Quizás tener que buscar a tu amigo. O el tal Ele cá, si está por aquí. O conseguirte moneda…- Casi me había olvidado que yo debía estar durmiendo. -¿Te vas? Imaginar que… Vernos de vuelta, algún día, ¿Eh? Si no vuelvo de cuando vaya a cuevas, la palmé. No problema.
- Quiza alguien te lanzó un hechizo de pequeño. Yo tampoco se de razas con esos dientes -bueno, los tiburones, o un licantropo transformado, pero va ser que no.
-No hablo en chino! es inglés! puñeterro ingles! Y el cine no es malo, es genial! Pasan cosas, y tu las ves. Te asegurro que te encantarría, y si lo consigo o encuentrro la manerra, te enseñarré una pelicula! -a ver como me las apañaba para hacer eso, que el acceso a lugares para conseguir eso estaba muy vetado. Me vuelvo a reir cuando dice eso de los coches como si fuesen el demonio. -La tecnologia no es mala, los malos son las personas que la utilizan. Igual que la magia. No es mala, perro puedes usarrla para hacerr el mal.
Conforme oigo su verborrea borrachil decido que otro dia tendria que emborracharlo cuando no estuviera hecho mierda por una pelea, porque parecia muy divertido. Aunque tambien me apena un poco todo el amargor que parece escupir en cuanto bebe un poco. Me sentia un poco identificado... pero por otro lado, mejor dentro que fuera. A la luz del dia siguiente podria reflexionar sobre esas verdades suyas.
-Piedrras que insultan? Que mal royo. -ahgo una mueca porque no me molaria que me insultaran a cada paso, acabaria a hostias con...una pared. -Seh, luego secuestrramos enano y le interrogamos! - aporreo la palma de mi mano emocionado por secuestrar y sacar informacion con metodos poco ortodoxos. Luego manda a pastar a Alfredo y ya no se si reirme o negar con la cabeza, pero acabo riendome. Menos mal que no hay mas enfermos en la enfermeria...que menudo puto escandalo. Tapo la botella porque el nivel de mis risotadas me indica que ya he tenido bastante por hoy. -Llevaba tiempo sin reirrme tanto, maldita sea... -y ademas va y dice que si lo veo llorar a él, que los drows no lloran.
-Tu si que necesitarr un parr de hostias, pareces un drrow hiperractivo. Ea, sientate. Si, necesitabas beberr, mucho, desahogarrte. Ahorra dormirrás mejorr, te lo digo yo. Y si, mañana quizás te duela la cabeza, pero no imporrta! Se pasarrá rapido.- Asiento porque lo siguiente que haré sera buscar a Johan, tengo que hablar largo y tendido con él...y pedirle una moneda. Una vez está tumbado y algo mas relajado, vuelvo a guardar la botella.
-Da, sí. Volverremos a verrnos. Como la palmes en las cuevas mientrras buscas setas contarré horribles y estupidas historrias sobrre tí, mancharré tu fama y tu nombrre. Asi que te conviene no palmarrla. Entendido? Capisci? Voz'mi?- me aparto de su camilla tras cerciorarme que parece estar bien -Grracias porr el vodka! Tendrras noticias mias, no pierrdas la moneda. Do svidaniya! Hasta luego!
Tras despedirme del semi-drow, salgo de la enfermeria, esperando que tenga suerte y que le vaya bien en adelante hasta que pueda avanzar en lo que le he dicho que avanzaria. Soy un tio de palabra. Si digo que voy a hacer algo, lo hago. Si no quiero hacerlo, ni si quiera lo ofrezco. Me pierdo por los pasillos de la base, ahora que no tenia la moneda....tendria que localizar a Johan de otra manera, antes de irme a la movida aquella de los Descendientes.
-No hablo en chino! es inglés! puñeterro ingles! Y el cine no es malo, es genial! Pasan cosas, y tu las ves. Te asegurro que te encantarría, y si lo consigo o encuentrro la manerra, te enseñarré una pelicula! -a ver como me las apañaba para hacer eso, que el acceso a lugares para conseguir eso estaba muy vetado. Me vuelvo a reir cuando dice eso de los coches como si fuesen el demonio. -La tecnologia no es mala, los malos son las personas que la utilizan. Igual que la magia. No es mala, perro puedes usarrla para hacerr el mal.
Conforme oigo su verborrea borrachil decido que otro dia tendria que emborracharlo cuando no estuviera hecho mierda por una pelea, porque parecia muy divertido. Aunque tambien me apena un poco todo el amargor que parece escupir en cuanto bebe un poco. Me sentia un poco identificado... pero por otro lado, mejor dentro que fuera. A la luz del dia siguiente podria reflexionar sobre esas verdades suyas.
-Piedrras que insultan? Que mal royo. -ahgo una mueca porque no me molaria que me insultaran a cada paso, acabaria a hostias con...una pared. -Seh, luego secuestrramos enano y le interrogamos! - aporreo la palma de mi mano emocionado por secuestrar y sacar informacion con metodos poco ortodoxos. Luego manda a pastar a Alfredo y ya no se si reirme o negar con la cabeza, pero acabo riendome. Menos mal que no hay mas enfermos en la enfermeria...que menudo puto escandalo. Tapo la botella porque el nivel de mis risotadas me indica que ya he tenido bastante por hoy. -Llevaba tiempo sin reirrme tanto, maldita sea... -y ademas va y dice que si lo veo llorar a él, que los drows no lloran.
-Tu si que necesitarr un parr de hostias, pareces un drrow hiperractivo. Ea, sientate. Si, necesitabas beberr, mucho, desahogarrte. Ahorra dormirrás mejorr, te lo digo yo. Y si, mañana quizás te duela la cabeza, pero no imporrta! Se pasarrá rapido.- Asiento porque lo siguiente que haré sera buscar a Johan, tengo que hablar largo y tendido con él...y pedirle una moneda. Una vez está tumbado y algo mas relajado, vuelvo a guardar la botella.
-Da, sí. Volverremos a verrnos. Como la palmes en las cuevas mientrras buscas setas contarré horribles y estupidas historrias sobrre tí, mancharré tu fama y tu nombrre. Asi que te conviene no palmarrla. Entendido? Capisci? Voz'mi?- me aparto de su camilla tras cerciorarme que parece estar bien -Grracias porr el vodka! Tendrras noticias mias, no pierrdas la moneda. Do svidaniya! Hasta luego!
Tras despedirme del semi-drow, salgo de la enfermeria, esperando que tenga suerte y que le vaya bien en adelante hasta que pueda avanzar en lo que le he dicho que avanzaria. Soy un tio de palabra. Si digo que voy a hacer algo, lo hago. Si no quiero hacerlo, ni si quiera lo ofrezco. Me pierdo por los pasillos de la base, ahora que no tenia la moneda....tendria que localizar a Johan de otra manera, antes de irme a la movida aquella de los Descendientes.
-¿Hechizo? ¡No lo recuerdo! En realidad… No recordar mucho…- Recordaba casi todo lo que había hecho con Él, pero sin embargo, otros detalles me costaban muchísimo de pensar. Como si hubieran demasiados vacíos… Pero tampoco era amnésico. Bueno, o al menos, que yo recordara. ¿Uno recordaba esas cosas? Me corrigió diciendo que él hablaba inglés y no chino. Pero eh, ¡Eso era una expresión! Y probablemente llevando él mas tiempo que yo sabía mucho más de expresiones. Pero cuando le daba la gana, no se si a propósito, solía picarme de tal manera. Dice que me enseñaría una película. Algún día. -Espero que películas no ser peligrosas… Porque lo suenan.- Aunque se intuía en mi cara y en mi tono de voz que realmente la curiosidad me podía. Si me hubieran dicho de tirarme a un puente con una cuerda atada en la cintura, en aquel momento, estaba segurísimo de que habría aceptado.
Me insistía que la tecnología no era mala, que mala era la gente que la utilizaba. Que era como la magia. … Pensé en Mentor y pensé en que era cierto. Había gente que usaba la magia para fines perversos no, lo siguiente. Luego venía lo de las piedras que insultan. Asentí cuando preguntó sobre ellas, efusivamente, aunque no respondí. Estaba de acuerdo con secuestrar al enano. -¡Yo se como hacerlo! ¡Drows saber secuestrar gente, de puta madre! ¡Hazme caso!- Cuando estaba borracho (O cuando creía estarlo) se me iba la pinza bastamente. Todo sea dicho.
Me decía que llevaba tiempo sin reírse tanto. Yo le sonreí como orgulloso de haber conseguido eso, como si fuera mi objetivo. Bueno, pretendía caerle bien… Eso más o menos era una señal de ello, ¿No? Me explicaba que para mañana me dolería la cabeza y otras tantas cosas. Pero que al menos dormiría mejor. Realmente no recordaba que tuviera muchos problemas con aquello, pero si ya era crédulo de normal en aquel momento era aún peor. Aunque esperaba que, si realmente lograba dormirme, no me entrara nadie con todo el morro a mirarme como dormía abrazado a mi saco.
Decía que volveríamos a vernos. Y que si moría en las cuevas me daría mala fama. -¡Cuevas poder tener drows y cosas! Son más peligrosas de lo que crees. Yo no meterme muy profundo, porque mi raza me da miedo… ¡Pero aún así! A veces enviar gente a hacer expediciones… ¡Hic! ¡Si te lo encuentro, yo traer arrastrado de oreja! ¡Ya verás! Quizás incluso veo al idiota de Savant, ahí, en una de sus misiones chungas… ¡Hazme caso!- Si estuviera cuerdo preferiría no haber siquiera pensado en ellos. Pero no lo estaba, obviamente. Y se me despidió, en inglés y en su propia lengua. Agradeció lo del vodka y que no perdiera la moneda.
-¡No lo haré!- Le prometí tal y como se marchó. Yo me acomodé muy rápidamente en la camilla y me quedé frito en menos que canta un gallo, esperando que al día siguiente me despertara en condiciones como para ponerme a buscar cosas. Mi cuerpo en principio quería un poco de… Fiesta, aún, pero pronto se fue relajando. Bastante menos dolido que antes logré quedarme dormido casi de forma instantánea, aunque ya será en la próxima ocasión que cuente sueños y otras cosas varias.
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OFF Editado por Admin: Vor salió de la enfermería
Me insistía que la tecnología no era mala, que mala era la gente que la utilizaba. Que era como la magia. … Pensé en Mentor y pensé en que era cierto. Había gente que usaba la magia para fines perversos no, lo siguiente. Luego venía lo de las piedras que insultan. Asentí cuando preguntó sobre ellas, efusivamente, aunque no respondí. Estaba de acuerdo con secuestrar al enano. -¡Yo se como hacerlo! ¡Drows saber secuestrar gente, de puta madre! ¡Hazme caso!- Cuando estaba borracho (O cuando creía estarlo) se me iba la pinza bastamente. Todo sea dicho.
Me decía que llevaba tiempo sin reírse tanto. Yo le sonreí como orgulloso de haber conseguido eso, como si fuera mi objetivo. Bueno, pretendía caerle bien… Eso más o menos era una señal de ello, ¿No? Me explicaba que para mañana me dolería la cabeza y otras tantas cosas. Pero que al menos dormiría mejor. Realmente no recordaba que tuviera muchos problemas con aquello, pero si ya era crédulo de normal en aquel momento era aún peor. Aunque esperaba que, si realmente lograba dormirme, no me entrara nadie con todo el morro a mirarme como dormía abrazado a mi saco.
Decía que volveríamos a vernos. Y que si moría en las cuevas me daría mala fama. -¡Cuevas poder tener drows y cosas! Son más peligrosas de lo que crees. Yo no meterme muy profundo, porque mi raza me da miedo… ¡Pero aún así! A veces enviar gente a hacer expediciones… ¡Hic! ¡Si te lo encuentro, yo traer arrastrado de oreja! ¡Ya verás! Quizás incluso veo al idiota de Savant, ahí, en una de sus misiones chungas… ¡Hazme caso!- Si estuviera cuerdo preferiría no haber siquiera pensado en ellos. Pero no lo estaba, obviamente. Y se me despidió, en inglés y en su propia lengua. Agradeció lo del vodka y que no perdiera la moneda.
-¡No lo haré!- Le prometí tal y como se marchó. Yo me acomodé muy rápidamente en la camilla y me quedé frito en menos que canta un gallo, esperando que al día siguiente me despertara en condiciones como para ponerme a buscar cosas. Mi cuerpo en principio quería un poco de… Fiesta, aún, pero pronto se fue relajando. Bastante menos dolido que antes logré quedarme dormido casi de forma instantánea, aunque ya será en la próxima ocasión que cuente sueños y otras cosas varias.
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OFF Editado por Admin: Vor salió de la enfermería
Aparezco en la enfermeria directamente, sujetando a Anteia y con Emwyn cargada al hombro cual saquete de papas, pero con todo el cuidado del que soy capaz. Libero la cintura de Anteia cuando nos hemos acercado a una camilla, para que ella misma se siente, mirándola con ojos preocupados.
-¿Cómo te encuentras? La congelación...necesitas más pociones?
Descargo a Emwyn, primero pasandola a mis brazos y luego dejándola boca arriba sobre otra camilla libre. Afortunadamente teniamos bastante hueco. Estos tiempos de paz y tranquilidad que habiamos vivido hace unos meses antes de que los centinelas se agarrasen a dar por culo nos habian permitido reconstruir a bien la base, y hacerla de nuevo un sitio habitable...y no habian demasiados heridos, a decir verdad. Sí que nos faltaban recursos como medicinas y médicos, eso sí. Gracias a la lluvia, tanto Anteia como Emwyn estaban caladas, y de seguir asi acabarian pillandose una buena pulmonia. Ademas debian estar agotadas. Necesitaban secarse y cambiarse. Voy a por unas toallas, abriendo varios armarietes hasta que doy con ellas, y se las aproximo a Anteia.
-Tienes que cambiarte de ropa. Ya mismo. Te buscaré una poción pimentónica...esas sé reconocerlas.- le doy un beso en la frente.-Y otra para la chica.- le habria preguntado más cosas, por ejemplo si podia contarme algo mas de Emwyn, del licántropo, de los drows, de como habia acabado con medio torso congelado....pero eso podía esperar hasta que estuviera seca y se encontrase mejor.
Miro a Emwyn con un conflicto interno. La chica necesita ropa seca, pero sé que no deberia ser yo quien se encargara de eso...y Anteia está demasiado cansada. Bastante tiene con dejar de tiritar ella y mudarse. Pienso entonces en Azahar, mandandole un mensaje por moneda a mi hija para que acuda. Recorro de nuevo los armarietes y estantes en busqueda de aquella pocion que al beberla te calentaba el cuerpo por dentro y eliminaba el frio de tus venas, buena para cortar de raiz los catarros y otras afecciones producidas por el frio, encontrandola. Con el frasco en la mano, me acerco a Anteia para que beba, sin poder aguantarme las ganas de preguntarle cosas. Pero prefiero que sea ella quien empiece a contarme.
-¿Cómo te encuentras? La congelación...necesitas más pociones?
Descargo a Emwyn, primero pasandola a mis brazos y luego dejándola boca arriba sobre otra camilla libre. Afortunadamente teniamos bastante hueco. Estos tiempos de paz y tranquilidad que habiamos vivido hace unos meses antes de que los centinelas se agarrasen a dar por culo nos habian permitido reconstruir a bien la base, y hacerla de nuevo un sitio habitable...y no habian demasiados heridos, a decir verdad. Sí que nos faltaban recursos como medicinas y médicos, eso sí. Gracias a la lluvia, tanto Anteia como Emwyn estaban caladas, y de seguir asi acabarian pillandose una buena pulmonia. Ademas debian estar agotadas. Necesitaban secarse y cambiarse. Voy a por unas toallas, abriendo varios armarietes hasta que doy con ellas, y se las aproximo a Anteia.
-Tienes que cambiarte de ropa. Ya mismo. Te buscaré una poción pimentónica...esas sé reconocerlas.- le doy un beso en la frente.-Y otra para la chica.- le habria preguntado más cosas, por ejemplo si podia contarme algo mas de Emwyn, del licántropo, de los drows, de como habia acabado con medio torso congelado....pero eso podía esperar hasta que estuviera seca y se encontrase mejor.
Miro a Emwyn con un conflicto interno. La chica necesita ropa seca, pero sé que no deberia ser yo quien se encargara de eso...y Anteia está demasiado cansada. Bastante tiene con dejar de tiritar ella y mudarse. Pienso entonces en Azahar, mandandole un mensaje por moneda a mi hija para que acuda. Recorro de nuevo los armarietes y estantes en busqueda de aquella pocion que al beberla te calentaba el cuerpo por dentro y eliminaba el frio de tus venas, buena para cortar de raiz los catarros y otras afecciones producidas por el frio, encontrandola. Con el frasco en la mano, me acerco a Anteia para que beba, sin poder aguantarme las ganas de preguntarle cosas. Pero prefiero que sea ella quien empiece a contarme.
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