Recuerdo del primer mensaje :
Son pocos los medicamentos que hay para atender emergencias médicas, con lo cual se les pide a cada Renegado que tengan cuidado con lo que usan.
- Info:
- Recupera 10 PS por día a tiempo real que el pj permanezca en la enfermería.
Me llevo la mano a la cabeza cuando aparecemos en la enfermería, agradeciendo que ya tengo un techo sobre la cabeza y la lluvia no sigue cayendome encima, ni el viento molestandome. Me siento en la camilla y escucho a Lyran hablarme asintiendo a lo que dice. Entrar en calor es una buena idea, sí.
"Pobrecito"
Sigo lloriqueando un poco porque la disculpa de Vor me ha hecho sentirme peor. Suspiro para tratar de tranquilizarme cuando Lyran me trae las toallas y comienzo a devestirme suponiendo que no hay nadie más en la enfermería, pues ya somos pocos en la base. Me saco la ropa y la tiro a un lado envolviendome en las toallas, una en el cabello y otra en el torso. Me vuelvo a sentar en la camilla cuando viene hacia mí con la poción tomandola inmediatamente y empezando a sentirme mejor.
-Lyran..
Lo llamo y extiendo una mano hacia el, esperando a que me la de para atraerlo hacia mi.
-No quiero salir de nuevo. Nunca más. .. fue horrible.
Escondo la cabeza en el hueco entre sus hombros y su cuello regocijandome en su aroma, que me recuerda a casa y a familia, amor y paz. Lo estrecho contra mí.
-Fui por plantas y cuando empezó a llover tome el lago para volver. No me di cuenta de que era de noche... y... hace mucho no corro. Me detuve a tomar aire y vi a los drow. Reconocí el bastón Vor nos salvó a Johan y a mi del ataque de un robot centinelas-
Me incorporo sin soltarlo mucho y le miro a los ojos.
-Tenia que ayudarlo... parece que solo sabe meterse en problemas.
"Pobrecito"
Sigo lloriqueando un poco porque la disculpa de Vor me ha hecho sentirme peor. Suspiro para tratar de tranquilizarme cuando Lyran me trae las toallas y comienzo a devestirme suponiendo que no hay nadie más en la enfermería, pues ya somos pocos en la base. Me saco la ropa y la tiro a un lado envolviendome en las toallas, una en el cabello y otra en el torso. Me vuelvo a sentar en la camilla cuando viene hacia mí con la poción tomandola inmediatamente y empezando a sentirme mejor.
-Lyran..
Lo llamo y extiendo una mano hacia el, esperando a que me la de para atraerlo hacia mi.
-No quiero salir de nuevo. Nunca más. .. fue horrible.
Escondo la cabeza en el hueco entre sus hombros y su cuello regocijandome en su aroma, que me recuerda a casa y a familia, amor y paz. Lo estrecho contra mí.
-Fui por plantas y cuando empezó a llover tome el lago para volver. No me di cuenta de que era de noche... y... hace mucho no corro. Me detuve a tomar aire y vi a los drow. Reconocí el bastón Vor nos salvó a Johan y a mi del ataque de un robot centinelas-
Me incorporo sin soltarlo mucho y le miro a los ojos.
-Tenia que ayudarlo... parece que solo sabe meterse en problemas.
Todo era oscuridad. Ni una sola fuente de luz guiaba a ninguna parte. No existía diferencia en el horizonte, como si fuese solo un yermo desolado, barrido de todo, incluso de luminosidad.
Solo una figura se presentaba en su centro, una niña, pequeña, apenas diez años. Estaba sola, lloraba tapándose los ojos, gemía desconsolada mientras sus cabellos entre el rojizo y el castaño se pegaban a su cara por las lágrimas. Era yo, y a la vez, no lo era.
-¿Por qué nos hacen daño? ¿Por que no podemos ser felices? Nosotros ayudamos... ¿Quien no quiere ser ayudado?
Joven, inexperta, sin conocimiento del mundo que le rodea, ignora la respuesta a las preguntas que formula a la nada, y que nadie responde. Sigue llorando en soledad hasta que una flor crece de la nada entre aquel mar de sombras. Blanca y rosada, emitiendo una debil luz que aun así no dispersa aquel negro que lo envolvía todo. La niña la mira, sonríe amargamente y la acaricia con delicadeza, mientras esta parece que a su vez intente devolverle la caricia con el cariñoso contacto de sus pétalos.
-Abuela... Tu siempre estarás conmigo.
Dormida en la cama intentando recuperarse del esfuerzo de haber abusado de su magia, y aun encima, ni siquiera fue por ella misma. Todas las veces que la utilizó fue para ayudar a los demás. Mojada por el chaparrón que habría evitado si hubiese seguido su camino cubierta con aquella hoja gigante, en un sitio extraño y rodeado de personas que no conocía. Aun así, en aquella inconsciencia su rostro mostraba una mezcla entre pacífico y atemorizado. Se remueve un poco en su sitio y murmura unas palabras.
-¿Por qué los humanos nos tratan así...?-Y tras acomodarse, parece añadir algo, aún en sueños.-Papá... Mamá... ¿Que os han hecho...?
Solo una figura se presentaba en su centro, una niña, pequeña, apenas diez años. Estaba sola, lloraba tapándose los ojos, gemía desconsolada mientras sus cabellos entre el rojizo y el castaño se pegaban a su cara por las lágrimas. Era yo, y a la vez, no lo era.
-¿Por qué nos hacen daño? ¿Por que no podemos ser felices? Nosotros ayudamos... ¿Quien no quiere ser ayudado?
Joven, inexperta, sin conocimiento del mundo que le rodea, ignora la respuesta a las preguntas que formula a la nada, y que nadie responde. Sigue llorando en soledad hasta que una flor crece de la nada entre aquel mar de sombras. Blanca y rosada, emitiendo una debil luz que aun así no dispersa aquel negro que lo envolvía todo. La niña la mira, sonríe amargamente y la acaricia con delicadeza, mientras esta parece que a su vez intente devolverle la caricia con el cariñoso contacto de sus pétalos.
-Abuela... Tu siempre estarás conmigo.
Dormida en la cama intentando recuperarse del esfuerzo de haber abusado de su magia, y aun encima, ni siquiera fue por ella misma. Todas las veces que la utilizó fue para ayudar a los demás. Mojada por el chaparrón que habría evitado si hubiese seguido su camino cubierta con aquella hoja gigante, en un sitio extraño y rodeado de personas que no conocía. Aun así, en aquella inconsciencia su rostro mostraba una mezcla entre pacífico y atemorizado. Se remueve un poco en su sitio y murmura unas palabras.
-¿Por qué los humanos nos tratan así...?-Y tras acomodarse, parece añadir algo, aún en sueños.-Papá... Mamá... ¿Que os han hecho...?
Acudo a la enfermeria porque asi me lo habia comunicado mi padre con el galeon. Ademas, me viene bien que me llame, puesto que queria hablar con el y con mi madre sobre lo de Desmond. Pero al llegar, me medio olvido de aquello al ver a mi madre en una camilla sentada con malisima cara y envuelta en toallas. Me acerco a ella corriendo muy preocupada, poniendome al lado de mi padre.
-¿Que os ha pasado? ¿Estais bien?
Levanto la mirada hacia mi padre interrogandolo tambien a él, que parece entero. Yo venia a comentarles algo pero...entonces mi mirada se desvia a una chica, que tendra mas o menos mi edad, tumbada en una camilla. No la conozco de nada pero si la han traido mis padres habran tenido sus buenas razones...
-Ah, con ella es con quien necesitabais ayuda? -guardo el galeon, entendiendo ahora mejor el mensaje de mi padre. Tenian a una herida en la enfermeria, y mi madre no estaba en condiciones...muy agotada. Le pego un abrazo a ella, alegrandome de que aunque cansada y llorosa, esté entera.
Miro a Emwyn, que tambien parece estar empapada la pobre, solo que a ella aun no la han secado. Y tambien tiene la ropa mojada....
-Me encargo de ella, no?. Y....tengo que deciros algo muy importante ahora despues, a los dos.
-¿Que os ha pasado? ¿Estais bien?
Levanto la mirada hacia mi padre interrogandolo tambien a él, que parece entero. Yo venia a comentarles algo pero...entonces mi mirada se desvia a una chica, que tendra mas o menos mi edad, tumbada en una camilla. No la conozco de nada pero si la han traido mis padres habran tenido sus buenas razones...
-Ah, con ella es con quien necesitabais ayuda? -guardo el galeon, entendiendo ahora mejor el mensaje de mi padre. Tenian a una herida en la enfermeria, y mi madre no estaba en condiciones...muy agotada. Le pego un abrazo a ella, alegrandome de que aunque cansada y llorosa, esté entera.
Miro a Emwyn, que tambien parece estar empapada la pobre, solo que a ella aun no la han secado. Y tambien tiene la ropa mojada....
-Me encargo de ella, no?. Y....tengo que deciros algo muy importante ahora despues, a los dos.
Recupero el frasco de pocion ahora vacío, pasando mi mano por su brazo varias veces como para hacerla entrar en calor, agarrando su mano despues.
-Relajate, ya ha pasado todo.
Niego con mi cabeza cuando dice que no quiere salir nunca mas...eso si que no. No me la podian dejar traumada. Lo superaria.
-Se te pasará y saldrás. Pero...deberias haberme avisado. Yo no estaba haciendo nada util -me siento un poco culpable mientras me abraza, porque sinceramente, deberia haber estado alli con ella.
Dejo que me explique, escuchando lo del baston de ¿Vor, lo habia llamado? El drow que estaba consciente? mirandola con mi ceño algo fruncido al oir que ese mismo drow los salvo a ella y a Johan.
-Entonces...conocias a ese drow de antes? He estado...he estado a punto de partirle la cara, lo sabes? Quién es?
Le acerco una manta, porque ahora lo que necesita es reposar y ropa seca. Asi que recojo lo que ha dejado por ahi tirado, buscando alguna fuente de calor para que vaya secando. Entonces llega Azahar, preguntando.
-Te lo explicaremos en seguida...pero no tienes de que preocuparte, la cosa no ha ido a más
Le sonrio a mi hija tranquilizadoramente, aunque en mis ojos se advierte el cansancio. Le señalo a Emwyn, aunque ella parece haberse percatado solita.
-Necesito que la seques y la cambies de ropa o se agarrara una buena... y dale las pociones que necesite.
Miro de reojo a la chica, que parece muy incomoda y dice cosas en sueños. Entiendo lo ultimo que farfulla...su padre y su madre. Quiza sea huerfana... no seria de extrañar. Lo raro es que Azahar no lo sea tambien
-Si, encargate de ella....con mucho cuidado y...ahora nos cuentas eso.
Confío en Azahar para ello, sé que lo hara bien porque ha aprendido de Anteia algo. Vuelvo a centrar mis ojos en mi esposa, hay otra pregunta que quiero hacerle pero que temo al mismo tiempo.
-El licántropo....pudiste reconocerlo?
-Relajate, ya ha pasado todo.
Niego con mi cabeza cuando dice que no quiere salir nunca mas...eso si que no. No me la podian dejar traumada. Lo superaria.
-Se te pasará y saldrás. Pero...deberias haberme avisado. Yo no estaba haciendo nada util -me siento un poco culpable mientras me abraza, porque sinceramente, deberia haber estado alli con ella.
Dejo que me explique, escuchando lo del baston de ¿Vor, lo habia llamado? El drow que estaba consciente? mirandola con mi ceño algo fruncido al oir que ese mismo drow los salvo a ella y a Johan.
-Entonces...conocias a ese drow de antes? He estado...he estado a punto de partirle la cara, lo sabes? Quién es?
Le acerco una manta, porque ahora lo que necesita es reposar y ropa seca. Asi que recojo lo que ha dejado por ahi tirado, buscando alguna fuente de calor para que vaya secando. Entonces llega Azahar, preguntando.
-Te lo explicaremos en seguida...pero no tienes de que preocuparte, la cosa no ha ido a más
Le sonrio a mi hija tranquilizadoramente, aunque en mis ojos se advierte el cansancio. Le señalo a Emwyn, aunque ella parece haberse percatado solita.
-Necesito que la seques y la cambies de ropa o se agarrara una buena... y dale las pociones que necesite.
Miro de reojo a la chica, que parece muy incomoda y dice cosas en sueños. Entiendo lo ultimo que farfulla...su padre y su madre. Quiza sea huerfana... no seria de extrañar. Lo raro es que Azahar no lo sea tambien
-Si, encargate de ella....con mucho cuidado y...ahora nos cuentas eso.
Confío en Azahar para ello, sé que lo hara bien porque ha aprendido de Anteia algo. Vuelvo a centrar mis ojos en mi esposa, hay otra pregunta que quiero hacerle pero que temo al mismo tiempo.
-El licántropo....pudiste reconocerlo?
Relajo un poco mi estrés cuando Lyran me acaricia el brazo sabiendo que estoy bien, así que dejo de lloriquear y doy varias respiraciones profundas. Después alzo los hombros negando.
-No sé porque no te avisé. Soy una tonta-
Murmuro bajando la voz al notar que Ermwyn empieza a moverse en sueños y por un momento me incorporo para ir a ayudarla pero no me siento segura con mis piernas así que vuelvo a la camilla.
“La voy a sanar, en un momento. Solo… un segundo”
Asiento cuando pregunta si lo conozco y después frunzo el ceño cuando dice que iba a partirle la cara. Después suspiro.
-Es Vor. Otra cosa Vor… no sé. Vor algo. Ayudo a Johan y a mí, en serio-
Alzo la vista hacia Azahar estirando mis brazos hacia ella para achucharla porque no podía dejar de pensar en ella y en Lyran cuando estaba alargandome hacia el lago. Miro otra vez a la bruja que murmura algo que me saca una mueca de tristeza.
-Lyran…-
Me abrazo a él llorando nuevamente porque estoy quebrada, estoy obstinada de la vida que llevamos, de vivir en zozobra, de la amenaza sobre mí por aquellos humanos, de Azahar viviendo entre escombros, de Lyran decaído por no lograr nada en Hogwarts. Intento calmarme de nuevo cuando me pregunta por el licántropo negando con la cabeza.
-No...Es de noche y… No.. Ella lo vio. Ella fue la que nos advirtió-
Le digo mirando a la otra bruja y tomo un pedazo de la toalla para limpiarme la cara y tratar de parar de llorar sin lograrlo mucho.
-Lo siento, lo siento, mi amor. No debí salir sin ustedes.
Estaba tan cansada de estar sin ellos pero, en el fondo, existía un altruismo difícil de negar y ayudar y reconstruir la base y el inventario era parte de importante para mí. Por eso había salido. Me tiro en la camilla en posición fetal escondiendo la cara en mis manos.
-Quiero que volvamos a ser felices...Quiero poder...-
Se me ahogan las palabras y no termino la frase por culpa del llanto.
-No sé porque no te avisé. Soy una tonta-
Murmuro bajando la voz al notar que Ermwyn empieza a moverse en sueños y por un momento me incorporo para ir a ayudarla pero no me siento segura con mis piernas así que vuelvo a la camilla.
“La voy a sanar, en un momento. Solo… un segundo”
Asiento cuando pregunta si lo conozco y después frunzo el ceño cuando dice que iba a partirle la cara. Después suspiro.
-Es Vor. Otra cosa Vor… no sé. Vor algo. Ayudo a Johan y a mí, en serio-
Alzo la vista hacia Azahar estirando mis brazos hacia ella para achucharla porque no podía dejar de pensar en ella y en Lyran cuando estaba alargandome hacia el lago. Miro otra vez a la bruja que murmura algo que me saca una mueca de tristeza.
-Lyran…-
Me abrazo a él llorando nuevamente porque estoy quebrada, estoy obstinada de la vida que llevamos, de vivir en zozobra, de la amenaza sobre mí por aquellos humanos, de Azahar viviendo entre escombros, de Lyran decaído por no lograr nada en Hogwarts. Intento calmarme de nuevo cuando me pregunta por el licántropo negando con la cabeza.
-No...Es de noche y… No.. Ella lo vio. Ella fue la que nos advirtió-
Le digo mirando a la otra bruja y tomo un pedazo de la toalla para limpiarme la cara y tratar de parar de llorar sin lograrlo mucho.
-Lo siento, lo siento, mi amor. No debí salir sin ustedes.
Estaba tan cansada de estar sin ellos pero, en el fondo, existía un altruismo difícil de negar y ayudar y reconstruir la base y el inventario era parte de importante para mí. Por eso había salido. Me tiro en la camilla en posición fetal escondiendo la cara en mis manos.
-Quiero que volvamos a ser felices...Quiero poder...-
Se me ahogan las palabras y no termino la frase por culpa del llanto.
- Es...está bien. -respondo asi a mi padre cuando parece no querer explicarmelo todo en el momento. Lo entiendo, parecen ocupados...
Asiento. Les contaria lo de Desmond y Ouroboros mas tarde. Sentia que eso necesitaba una conversacion larga y tendida. Mientras cojo toallas secas y me acerco a la camilla de Emwyn, oigo los sollozos de mi madre y lo que le dice a mi padre. No se si sentir tristeza o jubilo en ese momento, puesto que lo que les iba a decir podia solucionar aquello por lo que se lamentaba mi madre. En ese instante me doy cuenta de que me habia mostrado demasiado reticente con Desmond, demasiado desconfiada y distante. Querian ayudar, ofrecer algo mejor. Empecé a pensar, mientras muevo la camilla de Emwyn a un lugar mas privado tras una cortina, que mi actitud negativa hacia la isla y la propuesta de Des se debia a quizá, cierta envidia... al fin y al cabo, nosotros eramos los hijos de la guerra. Ian, Chloe, yo. Apenas conociamos otra cosa. Cuando he dejado la camilla de Emwyn en mejor lugar, le tomo el pulso. Es flojito, suave. Se nota que está debil. Tomo su temperatura, no parece tener fiebre...
-Eh, escucha, me oyes? Soy Azahar. Voy a ayudarte...estas empapada, si no te cambio de ropa te vas a agarrar un catarrazo que te va a durar 365 dias. - no sabia si me podia oir, pero yo la avisaba....por si acaso. -no te preocupes por nada, vas a recuperarte, eh? Y me vas a decir cómo te llamas...
Procedo a quitarle la camisa que lleva, dejandola a un lado. La tapo con una toalla al instante, secándola, abrigandola bien. Luego le quito los zapatos mojados secando tambien sus pies. Por el momento la dejo asi y me voy a buscar las pociones necesarias...una pimentonica, para el frio en el cuerpo, y otra herborrevitalizante, para recobrar las fuerzas. Voy de un lado a otro, dejando las pociones en posicion para cuando pudiese tomarlas. Pienso en la ropa de Layla que Desmond me ofreció. Quiza a ella le vendrian...ropa seca, sin duda. -Estupido Desmond, podrias utilizar tu telepatia ahora.
Asiento. Les contaria lo de Desmond y Ouroboros mas tarde. Sentia que eso necesitaba una conversacion larga y tendida. Mientras cojo toallas secas y me acerco a la camilla de Emwyn, oigo los sollozos de mi madre y lo que le dice a mi padre. No se si sentir tristeza o jubilo en ese momento, puesto que lo que les iba a decir podia solucionar aquello por lo que se lamentaba mi madre. En ese instante me doy cuenta de que me habia mostrado demasiado reticente con Desmond, demasiado desconfiada y distante. Querian ayudar, ofrecer algo mejor. Empecé a pensar, mientras muevo la camilla de Emwyn a un lugar mas privado tras una cortina, que mi actitud negativa hacia la isla y la propuesta de Des se debia a quizá, cierta envidia... al fin y al cabo, nosotros eramos los hijos de la guerra. Ian, Chloe, yo. Apenas conociamos otra cosa. Cuando he dejado la camilla de Emwyn en mejor lugar, le tomo el pulso. Es flojito, suave. Se nota que está debil. Tomo su temperatura, no parece tener fiebre...
-Eh, escucha, me oyes? Soy Azahar. Voy a ayudarte...estas empapada, si no te cambio de ropa te vas a agarrar un catarrazo que te va a durar 365 dias. - no sabia si me podia oir, pero yo la avisaba....por si acaso. -no te preocupes por nada, vas a recuperarte, eh? Y me vas a decir cómo te llamas...
Procedo a quitarle la camisa que lleva, dejandola a un lado. La tapo con una toalla al instante, secándola, abrigandola bien. Luego le quito los zapatos mojados secando tambien sus pies. Por el momento la dejo asi y me voy a buscar las pociones necesarias...una pimentonica, para el frio en el cuerpo, y otra herborrevitalizante, para recobrar las fuerzas. Voy de un lado a otro, dejando las pociones en posicion para cuando pudiese tomarlas. Pienso en la ropa de Layla que Desmond me ofreció. Quiza a ella le vendrian...ropa seca, sin duda. -Estupido Desmond, podrias utilizar tu telepatia ahora.
-Vor algo, está bien, lo pillo. Te creo. Os ayudó...supongo que por eso se disculpó luego contigo. Estabais todos muy nerviosos, Anteia. Es normal, vale? Tu no has hecho nada mal.
Espera, Johan? Johan? Desde cuando Johan estaba aqui? Y no me habia avisado....Maldito sea! Habria sonreido, me habria alegrado por su vuelta en ese momento, si Anteia no lo estuviera pasando tan mal. Se me abraza llorando y suspiro, no habia visto al lobo. Afortunadamente la cosa se habia quedao ahi, no habia ningun herido por mordedura.
La escucho disculparse, llorar e intentar recomponerse, hasta que se suelta de mi abrazo y se hace una bolita sobre la camilla. Me siento a su lado, tranquilamente, poniendo una mano sobre su cabeza, acariciando su cabello aun algo humedo.
-Hey, Anteia.- no me gustaba verla asi, nada en absoluto. Empezaba a comprender que el drow no era el culpable de su situacion, él solo habia sido el detonante de su ataque de nervios, por encontrarse en el lugar y momento menos adecuados...
-Si piensas que todo es una mierda ahora mismo, tan solo acuerdate de que hace varios meses, tu y yo estabamos separados. Yo te daba por muerta y Azahar tambien. Y tú...estabas metida en un lio del quince. Yo creo que de un tiempo a esta parte hemos mejorado bastante, y seguiremos mejorando. Vale....las cosas no son como las imaginamos...pero vamos mejorando, poco a poco. ¿Eh? Tan sólo mira hacia delante, no te pido que olvides todo lo que ha pasado...pero debes mirar hacia delante.
"es lo mejor que podemos hacer"
Espera, Johan? Johan? Desde cuando Johan estaba aqui? Y no me habia avisado....Maldito sea! Habria sonreido, me habria alegrado por su vuelta en ese momento, si Anteia no lo estuviera pasando tan mal. Se me abraza llorando y suspiro, no habia visto al lobo. Afortunadamente la cosa se habia quedao ahi, no habia ningun herido por mordedura.
La escucho disculparse, llorar e intentar recomponerse, hasta que se suelta de mi abrazo y se hace una bolita sobre la camilla. Me siento a su lado, tranquilamente, poniendo una mano sobre su cabeza, acariciando su cabello aun algo humedo.
-Hey, Anteia.- no me gustaba verla asi, nada en absoluto. Empezaba a comprender que el drow no era el culpable de su situacion, él solo habia sido el detonante de su ataque de nervios, por encontrarse en el lugar y momento menos adecuados...
-Si piensas que todo es una mierda ahora mismo, tan solo acuerdate de que hace varios meses, tu y yo estabamos separados. Yo te daba por muerta y Azahar tambien. Y tú...estabas metida en un lio del quince. Yo creo que de un tiempo a esta parte hemos mejorado bastante, y seguiremos mejorando. Vale....las cosas no son como las imaginamos...pero vamos mejorando, poco a poco. ¿Eh? Tan sólo mira hacia delante, no te pido que olvides todo lo que ha pasado...pero debes mirar hacia delante.
"es lo mejor que podemos hacer"
Asiento brevemente cuando dice que Vor se disculpó, pero sus palabras iban a seguir grabadas en mí. Eran ciertas, no todo el mundo quería ayuda y eso debía entenderlo rapidamente. Años y años había vivido en esta guerra y mi espíritu seguía impertérrito, sólido, fuerte. Sólo...Sólo quería que todos fueramos amigos. ¿Era tan difícil? Yo había vivido en los dos mundos, sabía que no era imposible. Respiro un poco más tranquila cuando me acaricia el cabello tratando de escuchar sus palabras y comprenderlas. Pero es que el ciclo era repetitivo ¿Cómo es que siempre acabábamos separados? ¿Y si volvía a pasar? ¿Y si moría en serio? Me incorporo y me abrazo a él con más fuerza, sintiendo la ardiente necesidad de sentirlo. Sentir que estaba vivo y conmigo.
-Te amo-
Murmuro abrazandome a su cintura porque a fin de cuentas él siempre había sido el más maduro, el que me había guiado en todo y sabía cómo decirme las cosas. Y no podía desaparecer, no otra vez. Lyran iba a terminarse cansando de mirar mi rostro y no ver a su Anteia antigua. Lo miro a los ojos tomando su rostro en mis manos y dándole un cálido beso.
-Te amo, Lyran...Creo que nunca te lo digo lo suficiente- ¿Lo sabes, no? Haría todo por ustedes-
Vuelvo a colgarme de su cuello como si se me fuera a escapar en cualquier momento.
-Te amo-
Murmuro abrazandome a su cintura porque a fin de cuentas él siempre había sido el más maduro, el que me había guiado en todo y sabía cómo decirme las cosas. Y no podía desaparecer, no otra vez. Lyran iba a terminarse cansando de mirar mi rostro y no ver a su Anteia antigua. Lo miro a los ojos tomando su rostro en mis manos y dándole un cálido beso.
-Te amo, Lyran...Creo que nunca te lo digo lo suficiente- ¿Lo sabes, no? Haría todo por ustedes-
Vuelvo a colgarme de su cuello como si se me fuera a escapar en cualquier momento.
No supe bien cuanto rato pasó, pero finalmente me conseguí despertar. Me sentía... Me sentía como una manzana usada como una pelota de baseball, vamos, apaleada. Al principio ni siquiera abrí los ojos, me limité a permanecer estirada. Sentía algo de frío, aunque a la vez notaba mi cuerpo caliente. Tambien percibí que había alguien conmigo, escuché como se movía. Y no muy lejos de nosotros el murmullo de una conversación distante, pero incapaz de reconocerla. Fue entonces cuando noté que no tenía ropa, aunque algo cubría mi cuerpo. Abrí los ojos algo asustada y me descubrí en una enfermería, o al menos tenía aspecto de una, estaba en una camilla. ¿Como había llegado ahí? No lo sabía, ni cuanto había dormido ni... Nada en realidad, era como si hubiese despertado en un mundo nuevo, y allí había alguien... Una chica, joven, de ojos verdes y cabellos azulados. Agarré la tela que me cubría y la levanté un poco, algo insegura. Me había visto desnuda... Bueno, si, era otra mujer, y pude intuir que había sido para secarme, no hacía falta pensar demasiado, pero no pude evitar sentir algo de verguenza y el rubor de mis mejillas. No parecía mala, en absoluto.
-Ah-ah... Hola...-¿Qué iba a decir? Pues... Hola, obviamente se empieza por lo básico... Aunque ahí me quedé, no sabía que más decir.-Buenos... Días... Noches... A-ah... ¡Buenas!-Me repetía, si, pero no sabía como presentarme ante alguien que... ¡Bueno! Estaba en una situación complicada. Normalmente era yo quien curaba, y no al revés, nunca me había excedido tanto, excepto cuando estaba con mi abuela, y ella nunca permitía que me desmayase.-¿Donde estoy? ¿Que ha pasado?
Busqué a mi alrededor, intentando encontrar a Magnolia, al no verla me puse algo nerviosa, hasta que recordé que estaba en mi cabeza. La tomé entre mis manos y la acerqué a mi, por un momento temí haberla perdido. Miré de nuevo a la chica, me preguntaba que opinaría de mi, quizás pensaba que estaba loca o algo. ¿Como se supone que debía interactuar en ese momento? Me sentía como un cardo entre rosales, perdida.
-Yo... Uh... Me duele la cabeza.-Los nervios me habían hecho olvidar aquel detalle, pero ahora que me había relajado percibía de nuevo el cansancio, y me vi obligada a volver a tumbarme en la cama. Sentía como si fuese a explotar.
-Ah-ah... Hola...-¿Qué iba a decir? Pues... Hola, obviamente se empieza por lo básico... Aunque ahí me quedé, no sabía que más decir.-Buenos... Días... Noches... A-ah... ¡Buenas!-Me repetía, si, pero no sabía como presentarme ante alguien que... ¡Bueno! Estaba en una situación complicada. Normalmente era yo quien curaba, y no al revés, nunca me había excedido tanto, excepto cuando estaba con mi abuela, y ella nunca permitía que me desmayase.-¿Donde estoy? ¿Que ha pasado?
Busqué a mi alrededor, intentando encontrar a Magnolia, al no verla me puse algo nerviosa, hasta que recordé que estaba en mi cabeza. La tomé entre mis manos y la acerqué a mi, por un momento temí haberla perdido. Miré de nuevo a la chica, me preguntaba que opinaría de mi, quizás pensaba que estaba loca o algo. ¿Como se supone que debía interactuar en ese momento? Me sentía como un cardo entre rosales, perdida.
-Yo... Uh... Me duele la cabeza.-Los nervios me habían hecho olvidar aquel detalle, pero ahora que me había relajado percibía de nuevo el cansancio, y me vi obligada a volver a tumbarme en la cama. Sentía como si fuese a explotar.
Habia terminado de quitarle la ropa mojada a Emwyn sustituyendola por toallas y alguna mantita mullida que pillé de otra cama. Eso si, le habia dejado la ropa interior que quiera que llevase.... por eso dudo que fuese a coger frio y asi respetaba un poco su espacio. Al otro lado de las cortinas sigo escuchando mis padres, pero por el momento me tengo que centrar en lo que hago. Entonces percibo algo de movimiento en la camilla de Emwyn y vuelvo a acercarme, despacito, dejandole su espacio para que vaya recuperandose. Sonrio un poco al verla tan desubicada.... intentando saludarme.
-Hola, me llamo Azahar. ¿Cómo puedo llamarte a ti? - agarro los dos frasquitos de pociones que le habia reservado. -Estás en.... -bueno, si mis padres la habian traido, podia decirselo.... -Estás en la base de los renegados de Bastion Hollow, la antigua Resistencia. Mis padres te han traido a la enfermeria.... estás bastante debil y venias empapada. No me han explicado aun nada de lo que os ha pasado. Pero no debe de haber sido nada agradable.
La veo quitarse la flor que llevaba en el pelo y acercarsela a ella...yo hasta el momento habia pensado que era un simple adorno hasta ver el cariño con el que la trataba y el hecho de que pareciese tranquilizarla. Pero de momento no pregunté nada, porque vuelve a recostarse bastante hecha polvo quejandose de la cabeza. El caso es que no habia visto ninguna herida visible, ningun golpe sangrante.
"oh, claro!"
- Vale, descansa... te echaremos una mano. Te he traido esto....pocion pimentonica para que el cuerpo entre en calor, y pocion herborrevitalizante para que recuperes algo de energía... -le acerco los dos frasquitos, esperando que no desconfie y se los beba.
-Cuando te mejores, podras contarme mas cosas, si quieres.
-Hola, me llamo Azahar. ¿Cómo puedo llamarte a ti? - agarro los dos frasquitos de pociones que le habia reservado. -Estás en.... -bueno, si mis padres la habian traido, podia decirselo.... -Estás en la base de los renegados de Bastion Hollow, la antigua Resistencia. Mis padres te han traido a la enfermeria.... estás bastante debil y venias empapada. No me han explicado aun nada de lo que os ha pasado. Pero no debe de haber sido nada agradable.
La veo quitarse la flor que llevaba en el pelo y acercarsela a ella...yo hasta el momento habia pensado que era un simple adorno hasta ver el cariño con el que la trataba y el hecho de que pareciese tranquilizarla. Pero de momento no pregunté nada, porque vuelve a recostarse bastante hecha polvo quejandose de la cabeza. El caso es que no habia visto ninguna herida visible, ningun golpe sangrante.
"oh, claro!"
- Vale, descansa... te echaremos una mano. Te he traido esto....pocion pimentonica para que el cuerpo entre en calor, y pocion herborrevitalizante para que recuperes algo de energía... -le acerco los dos frasquitos, esperando que no desconfie y se los beba.
-Cuando te mejores, podras contarme mas cosas, si quieres.
La chica no tardó en presentarse como Azahar. E inmediátamente preguntó por mi. Me di cuenta en aquel momento que no me había presentado ante todos los demás. Me sentí algo mal por no haberles dicho mi nombre, pero... Ya no podía cambiar el pasado, como mucho esperar volver a verles para hacerlo.
-Me llamo Emwyn.-Le dije en tono amistoso, aún algo nerviosa.-Aunque es algo dificil de pronunciar, y me suelen llamar Em, Emy, o cosas así.-Me dijo que estaba en la base de los renegados. Fruncí levemente el ceño, me alegraba que me hubiesen prestado algo de ayuda, pero no sabía que tan bueno era que estuviese con los renegados, nunca me había posicionado en ningún bando... Aunque siempre era mejor a que me hubiese cogido la Alianza Humana, ellos no me habrían tratado con aquella amabilidad.-Oh... Muchas gracias entonces. No se que habría sido de mi si me hubiese quedado allí... A saber si habría vuelto aquel licántropo...
Suspiré echada en la cama. Me preocupaba que Vor y Dyospiros pudiesen estar heridos. Les había hecho un buen refugio, pero... Quizás había ocurrido algo, me sentía mal por no haber podido estar allí para ayudarles. Por otra parte, Azahar me trajo unas pociones para mejorar. Las cogí y me las tomé sin darle muchas vueltas, no creía que me fuesen a envenenar ni nada, me habían traído allí ¿Por que me querrían hacer daño después de todo eso? Era medicina, y mágica, pero el efecto tardaría un poco en aplicarse. Me relajé unos segundos, intentando acomodarme a la situación. La chica era maja, y dejaba de importarme tanto la situación, además... Era lo normal. ¿Por que me ponía tan nerviosa?
-Uh... ¿Qué pasó? A ver... Estaba en el lago, buscaba algunas plantas... Pero escuché unos aullidos y vi a un licántropo. Le seguí, pues parecía que perseguía a algo, y conociendo a los hombres lobo, probablemente era una persona. Descubrí que había estado siguiendo a dos drows y a una mujer, Anteia, iba a atacarles así que le retuve y le cerré la boca para que no les mordiese... A partir de ahí todo sucedió muy rápido, nos atacó, intentamos defendernos, un drow nos prendió fuego... Fuego que no quemaba, y después el hombre lobo se fue. Hice un refugio con los árboles cercanos para los drows y... Y no recuerdo nada más, me caí al suelo. Creo... Creo que usé demasiada magia en poco tiempo. Me pregunto si esos dos estarán bien... ¡Ah! Y Anteia y... El otro hombre, el que vino a ayudarla. Uhg... ¿Están aquí también?-Se notaba que estaba bastante confusa y que no contaba toda la historia, olvidando detalles o partes del contexto, pero no adrede, si no por la desubicación que tenía. Necesitaría un poco más de tiempo para aclararme.-Azahar... ¿Y tú? ¿Eres una renegada? Uhm... ¿Quien me trajo aquí? ¿Tus padres...?-Pensé durante un momento, probablemente me hubiese llevado ahí el hombre que vino a rescatar a Anteia... No hizo falta mucho tiempo para darme cuenta de que ellos eran sus padres.-Oh, ellos dos eran tus padres...
-Me llamo Emwyn.-Le dije en tono amistoso, aún algo nerviosa.-Aunque es algo dificil de pronunciar, y me suelen llamar Em, Emy, o cosas así.-Me dijo que estaba en la base de los renegados. Fruncí levemente el ceño, me alegraba que me hubiesen prestado algo de ayuda, pero no sabía que tan bueno era que estuviese con los renegados, nunca me había posicionado en ningún bando... Aunque siempre era mejor a que me hubiese cogido la Alianza Humana, ellos no me habrían tratado con aquella amabilidad.-Oh... Muchas gracias entonces. No se que habría sido de mi si me hubiese quedado allí... A saber si habría vuelto aquel licántropo...
Suspiré echada en la cama. Me preocupaba que Vor y Dyospiros pudiesen estar heridos. Les había hecho un buen refugio, pero... Quizás había ocurrido algo, me sentía mal por no haber podido estar allí para ayudarles. Por otra parte, Azahar me trajo unas pociones para mejorar. Las cogí y me las tomé sin darle muchas vueltas, no creía que me fuesen a envenenar ni nada, me habían traído allí ¿Por que me querrían hacer daño después de todo eso? Era medicina, y mágica, pero el efecto tardaría un poco en aplicarse. Me relajé unos segundos, intentando acomodarme a la situación. La chica era maja, y dejaba de importarme tanto la situación, además... Era lo normal. ¿Por que me ponía tan nerviosa?
-Uh... ¿Qué pasó? A ver... Estaba en el lago, buscaba algunas plantas... Pero escuché unos aullidos y vi a un licántropo. Le seguí, pues parecía que perseguía a algo, y conociendo a los hombres lobo, probablemente era una persona. Descubrí que había estado siguiendo a dos drows y a una mujer, Anteia, iba a atacarles así que le retuve y le cerré la boca para que no les mordiese... A partir de ahí todo sucedió muy rápido, nos atacó, intentamos defendernos, un drow nos prendió fuego... Fuego que no quemaba, y después el hombre lobo se fue. Hice un refugio con los árboles cercanos para los drows y... Y no recuerdo nada más, me caí al suelo. Creo... Creo que usé demasiada magia en poco tiempo. Me pregunto si esos dos estarán bien... ¡Ah! Y Anteia y... El otro hombre, el que vino a ayudarla. Uhg... ¿Están aquí también?-Se notaba que estaba bastante confusa y que no contaba toda la historia, olvidando detalles o partes del contexto, pero no adrede, si no por la desubicación que tenía. Necesitaría un poco más de tiempo para aclararme.-Azahar... ¿Y tú? ¿Eres una renegada? Uhm... ¿Quien me trajo aquí? ¿Tus padres...?-Pensé durante un momento, probablemente me hubiese llevado ahí el hombre que vino a rescatar a Anteia... No hizo falta mucho tiempo para darme cuenta de que ellos eran sus padres.-Oh, ellos dos eran tus padres...
-Emwyn.... - lo pronuncio como en dos tiempos, "em" y luego "wyn". No es fluido pero tampoco es muy complicado de decir, suponiendo que lo esté diciendo bien... -Seguramente acabe llamandote Em, si tengo que llamarte mucho
Cojo su ropa y la extiendo mejor para que se pueda ir secando, mientras escucho a la chica agradecer. Menciona algo de un licantropo y la miro con cara de preocupacion. ¿Licantropos? Yo tenia unos cuantos amigos de esos...facilmente podria haber sido uno de ellos. Me quedo cerquita viendola recostarse con su flor, dejandola hablar. Asiento a su suposicion de los hombres lobo. Total, podia decirselo.
-Conozco...conozco a varios hombres lobo. Si era un licántropo...sin duda hoy ya es una persona. No nos conscientes de lo que hacen durante esas noches. - le digo a Emwyn, tambien me lo repito a mi misma, pensando que mi madre tambien habia estado expuesta a ese licantropo.
-Es genial que no os haya mordido a nadie...¿Cómo puedo agradecertelo? - parecia que ella habia tenido que ver en eso de que el lican no hubiese podido pegar ningun bocado a nadie. Escucho su historia al completo, parecia que habia sido una noche de locos. Sonrio asintiendo, y señalo al otro lado de la cortina, donde estan mis padres y se intuyen sus siluetas. -Si, los dos están aqui. Anteia y Lyran. Están bien...bueno...mi madre parece bastante afectada por todo....
Me rasco tras la oreja mirando a Emwyn, si que habia sido una noche dura si. Ella habia acabado agotada de tanto usar su magia. Debia ser una bruja fuerte, a pesar de todo, por lo que me cuenta.
-Si, si, te trajeron ellos. Y...si, yo tambien soy de los renegados. - encojo mis hombros, esperando que eso no le suponga un problema. Intuyo que ella no debe pertenecer a ningun grupo como el nuestro. -Pero no te preocupes...en cuanto te encuentres mejor, podras irte. Oh, y en cuanto te encuentre algo de ropa. ¿Como llevas la cabeza? ¿necesitas algo mas?
Cojo su ropa y la extiendo mejor para que se pueda ir secando, mientras escucho a la chica agradecer. Menciona algo de un licantropo y la miro con cara de preocupacion. ¿Licantropos? Yo tenia unos cuantos amigos de esos...facilmente podria haber sido uno de ellos. Me quedo cerquita viendola recostarse con su flor, dejandola hablar. Asiento a su suposicion de los hombres lobo. Total, podia decirselo.
-Conozco...conozco a varios hombres lobo. Si era un licántropo...sin duda hoy ya es una persona. No nos conscientes de lo que hacen durante esas noches. - le digo a Emwyn, tambien me lo repito a mi misma, pensando que mi madre tambien habia estado expuesta a ese licantropo.
-Es genial que no os haya mordido a nadie...¿Cómo puedo agradecertelo? - parecia que ella habia tenido que ver en eso de que el lican no hubiese podido pegar ningun bocado a nadie. Escucho su historia al completo, parecia que habia sido una noche de locos. Sonrio asintiendo, y señalo al otro lado de la cortina, donde estan mis padres y se intuyen sus siluetas. -Si, los dos están aqui. Anteia y Lyran. Están bien...bueno...mi madre parece bastante afectada por todo....
Me rasco tras la oreja mirando a Emwyn, si que habia sido una noche dura si. Ella habia acabado agotada de tanto usar su magia. Debia ser una bruja fuerte, a pesar de todo, por lo que me cuenta.
-Si, si, te trajeron ellos. Y...si, yo tambien soy de los renegados. - encojo mis hombros, esperando que eso no le suponga un problema. Intuyo que ella no debe pertenecer a ningun grupo como el nuestro. -Pero no te preocupes...en cuanto te encuentres mejor, podras irte. Oh, y en cuanto te encuentre algo de ropa. ¿Como llevas la cabeza? ¿necesitas algo mas?
La verdad es que siempre me parte el alma ver a Anteia tan baja de animos, pero lo de ahora es algo más.... es como si hubiese vuelto a chocar con la realidad una vez mas y el golpe hubiese vuelto a ser tan fuerte y doloroso como el primero. Le devuelvo el abrazo sintiendo la necesidad que tiene ella por aferrarse a algo, diciendome esas palabras que me sacan una sonrisa, un poco triste, pero una sonrisa.
-Lo sé.
Le respondo asi con el tono mas seguro que sé. Dejo que sujete mi cara entre sus manos, mirandola a los ojos, que aun estan cristalinos y algo enrojecidos por el llanto
-Hey, hey, ya lo se. No pasa nada.- le muestro mi mejor sonrisa devolviendole el beso. Su estado me afecta mas de lo que quiero demostrar, porque con ella hecha polvo ya es suficiente.
Entonces oigo a Azahar hablar al otro lado de las cortinas, y la voz de Emwyn tambien, intuyendo que debe de haberse despertado. le doy un toquecito a Anteia en sus costillas con mi dedo indice mientras sigue abrazada a mi, diciendole en voz baja junto al oido.
-Mira, la chica de las plantas se ha despertado. La saludamos? O...mejor, ve a saludarla tú, seguro que aprecia un poco de dialogo contigo. Yo voy a donde tienes tu ropa y Azahar la suya, y os traigo algo seco, a ti y a la chica, vale? Ve
Le doy otro beso en los labios tras decirle eso, considerando que puede ser bueno que dialogue con Emwyn e intercambie impresiones, para no sentirse tan mal, o al menos para comprender que es normal sentirse asi...
-Tardo muy poco. -tras decir eso, me levanto, echandole un ultimo vistazo a Anteia antes de salir rapidamente hacia los cuartos para traer la ropa, dejando la enfermeria
-Lo sé.
Le respondo asi con el tono mas seguro que sé. Dejo que sujete mi cara entre sus manos, mirandola a los ojos, que aun estan cristalinos y algo enrojecidos por el llanto
-Hey, hey, ya lo se. No pasa nada.- le muestro mi mejor sonrisa devolviendole el beso. Su estado me afecta mas de lo que quiero demostrar, porque con ella hecha polvo ya es suficiente.
Entonces oigo a Azahar hablar al otro lado de las cortinas, y la voz de Emwyn tambien, intuyendo que debe de haberse despertado. le doy un toquecito a Anteia en sus costillas con mi dedo indice mientras sigue abrazada a mi, diciendole en voz baja junto al oido.
-Mira, la chica de las plantas se ha despertado. La saludamos? O...mejor, ve a saludarla tú, seguro que aprecia un poco de dialogo contigo. Yo voy a donde tienes tu ropa y Azahar la suya, y os traigo algo seco, a ti y a la chica, vale? Ve
Le doy otro beso en los labios tras decirle eso, considerando que puede ser bueno que dialogue con Emwyn e intercambie impresiones, para no sentirse tan mal, o al menos para comprender que es normal sentirse asi...
-Tardo muy poco. -tras decir eso, me levanto, echandole un ultimo vistazo a Anteia antes de salir rapidamente hacia los cuartos para traer la ropa, dejando la enfermeria
Sonrío un poco más tranquila cuando me dice que lo sabe, pero no me importaba, iba a seguir diciéndolo cada vez que pudiera. Me muevo un poco cuando me toca al costilla y oigo lo que dice sobre la pelirroja. Miro hacia las camillas escuchando a mi hija y sonrío de lado.
-Está bien, pero no tardes demasiado-
Le doy un beso pequeño antes de irse y después cierro los ojos tomando un largo, largo respiro y después dejando salir el aire con paciencia. Necesitaba tranquilizarme un poco más. Trato de no pensar en aquella noche y sólo me concentro en la voz de Azahar encontrándola serena pese a todo. Me levanto sosteniendo la toalla del torso con las dos manos y camino hacia el otro lado de la cortina.
-Permiso-
Menciono antes de pasar y escuchar a Azahar lo de la ropa estirando una mano hacia su hombro y apretándolo con suavidad.
-Tu padre ha ido a buscar algo-
Le explico y después observo a Emwyn y su plantita extendida en la cama tratando de reposar.
-Si lo deseas puedo darte una poción que te ayudará a dormir y te repondrá en tiempo record. Es hecha por mí-
Me acerco un poco más a Azahar dandole un pequeño abrazo y susurrando un gracias.
-Supongo que adivinaste que el peliazul es su papá-
Le comento con un tono levemente jocoso antes de dejarle un beso en la frente a mi hija.
-Yo soy su mamá, Anteia Malfoy, encantada-
Abrí muy tímidamente la puerta a la enfermería. Iba hecho una piltrafa, con la manta enrollada en la cabeza y dejando lo justo para que pudiera entrever con un solo ojo. Iba con el abrigo de Dyospiros por encima de mis ropas, aunque tampoco llevaba la capa. No me iba realmente muy grande, aunque quizás tenía alguna mancha por encima. De sangre. Cojeaba un poco bastante y echaba en falta mi bastón en cada paso. Pero me dije que tenía que hacerlo, tanto por vendarme el pie como era debido, como para intentar acabar de curar la herida de mi compañero o conseguir alguna píldora (¿Píldora?) para dolor de cabeza.
Ni siquiera llamé a la puerta. Entré a la enfermería tal cual, como de puntillas… Como si no fuera conmigo. -Bon… Bonjour!- Iba a hacerme el guiri, lo había decidido. Entré como si no fuera hecho un fantasma de las telas locas, con una extraña… Naturalidad. -Je recherche… vendas!- Dije en voz baja en un perfecto francés, agravando el tono considerablemente. Si, seguro que colaba. Dentro de la enfermería habían dos caras conocidas y una que no. Y no me gustaba. No me gustaba nada. Eran tres tías. Era como el infierno personalizado, una de ellas Anteia, otra la fumadora de hierbas… Y la otra a saber. La segunda estaba tumbada. Con una mantita, pero en sujetador. Me quedé en completo silencio, ¿Era normal entre las mujeres enseñarse… tanto?
Me quedé unos segundos más bien paralizado. Luego dirigí la mirada al armariete y entré como de forma sigilosamente. Me dirigí en silencio y busqué tanto vendas, aunque seguía cojeando, y… Un… ¿Cómo se llamaba? -Vous… Vous savez comment il sont… llamado, llamado… Le… capsulé para… dolor de teta?- Había senitdo a hablar que la cabeza se llamaba algo así como tete. Pero me confundí. Me señalé la cabeza para que me entendieran. Dije cápsula porque para mí eran eso, que contenían magia curativas, en vez de químicos o cosas difíciles de entender. La imagen debía ser graciosa. Un hombre haciendo tales preguntas, un “hombre” que iba bien envuelto en mantitas y una chaqueta manchada de sangre, con un solo ojo en activo. Hablando en un francés más falso que una moneda de treinta y siete libras.
Ni siquiera llamé a la puerta. Entré a la enfermería tal cual, como de puntillas… Como si no fuera conmigo. -Bon… Bonjour!- Iba a hacerme el guiri, lo había decidido. Entré como si no fuera hecho un fantasma de las telas locas, con una extraña… Naturalidad. -Je recherche… vendas!- Dije en voz baja en un perfecto francés, agravando el tono considerablemente. Si, seguro que colaba. Dentro de la enfermería habían dos caras conocidas y una que no. Y no me gustaba. No me gustaba nada. Eran tres tías. Era como el infierno personalizado, una de ellas Anteia, otra la fumadora de hierbas… Y la otra a saber. La segunda estaba tumbada. Con una mantita, pero en sujetador. Me quedé en completo silencio, ¿Era normal entre las mujeres enseñarse… tanto?
Me quedé unos segundos más bien paralizado. Luego dirigí la mirada al armariete y entré como de forma sigilosamente. Me dirigí en silencio y busqué tanto vendas, aunque seguía cojeando, y… Un… ¿Cómo se llamaba? -Vous… Vous savez comment il sont… llamado, llamado… Le… capsulé para… dolor de teta?- Había senitdo a hablar que la cabeza se llamaba algo así como tete. Pero me confundí. Me señalé la cabeza para que me entendieran. Dije cápsula porque para mí eran eso, que contenían magia curativas, en vez de químicos o cosas difíciles de entender. La imagen debía ser graciosa. Un hombre haciendo tales preguntas, un “hombre” que iba bien envuelto en mantitas y una chaqueta manchada de sangre, con un solo ojo en activo. Hablando en un francés más falso que una moneda de treinta y siete libras.
La chica pareció captar rápidamente la pronunciación de mi nombre, y admitió la abreviatura en caso de que debiese llamarme mucho. Me pregunté si aquello sería necesario, pues implicaría pasar un tiempo en aquel lugar, junto a los otros renegados... ¿Era lo que quería? No quise pensar demasiado en aquello, no tenía la cabeza para tantos líos. Me habló sobre aquel licántropo, o sobre la raza en general, asentí ante sus afirmaciones, lo sabía.
-Lo se, es algo instintivo, no racional, por eso intenté no hacerle daño, solo evitar que lo hiciese a nadie más.-Le comenté con una leve sonrisa.Quiso agradecerme la ayuda que había ofrecido, pero moví la mano de un lado a otro restándole importancia.-No, no, no hay nada que agradecer. Solo hice lo que debía.-Sentí también un impulso de añadir "Lo que cualquiera habría hecho"... Pero dudé ¿Seguro que cualquiera? Quería creer que si.
Me confirmó también que aquellos dos eran sus padres, y que su madre parecía afectada por lo que había ocurrido, realmente las palabras de Vor le habían llegado hondo. Era un poco capullo... No merecía aquel trato, pero bueno... Tampoco iba a ir a buscarle para reprocharle todo lo que había hecho. Vive y deja vivir. Azahar también era una renegada, como sus padres, era bastante obvio que, siendo su hija y estando en aquel lugar iba a serlo, pero preguntar nunca estaba de más. Finalmente, antes de preguntarme como iba mencionó que en cuanto me encontrase algo de ropa y mejorase podría marcharme. Me alegraba aquel trato, no parecían malas personas realmente. Algunos les relacionaban como un grupo de rebeldes que lo único que querían eran oponerse al gobierno humano, sin más. Pero parecían buenas personas, o al menos contaban con ellas entre sus filas. Supuse que no todo el mundo sería así, pero era gratificante ver que aquellos con quien me encontraba me ofrecían un buen trato. Solo me pregunté si no me pondrían ningún impedimento a la hora de marcharme de allí. Obviamente no les iba a decir a los humanos donde estaban metidos ni como era aquel lugar, pero no sabía si ellos pensarían lo mismo para tomarse aquella confianza.
De pronto apareció Anteia del otro lado de la cortina, parecía tener mejor aspecto que cuando la vi por primera vez, le sonreí amablemente, aunque aun algo incómoda por mi situación. Me ofreció una poción para dormir y poder recuperarme, pero la rechacé con amabilidad, no quería parecer descortés pero no creía que hiciese falta, solo necesitaba un poco de tiempo, tampoco demasiado. Al fin y al cabo tampoco había acabado herida. Estaba como una rosa. También volvió a confirmarme que era la madre de Azahar y mujer del hombre.
-No, pero muchas gracias, no creo que sea necesario. Encantada igualmente.-Le respondí suavemente.-Ah, le dije ya el nombre a tu hija, pero no he tenido la oportunidad de hacer lo propio en este caso. Emwyn, Emwyn Crysos. ¿Y tú estás mejor? Se te veía bastante mal en el lago... Y... Lamento no haber podido hacer más cuando el licántropo se echó sobre ti. Me alegra que no resultases mas herida que por esa poción, pero... No se que me pasó, mi magia falló en aquel momento y no pude hacer...
En aquello estaba cuando alguien... O algo... Irrumpió en la habitación con un extraño acento francés. Cuando ladee la cabeza para ver al sujeto en cuestión quedé más tiesa que la vara de un olivo. ¿Qué hortensias se suponía aquella cosa? Hablaba un intento de francés, pero iba con toda la cabeza cubierta por unas telas, recordándome vagamente al atuendo árabe, pero más exagerado y menos práctico, principalmente porque tapaba su boca, su nariz, sus orejas y un ojo, dejando solo uno al descubierto y rodeado de aquella manta. Hablaba una especie de "Franglish" que, cuando habló de "Teta" en vez de "Tete" al referirse a la cabeza dejó un poco más claro que la parte del "Fran" casi que sobraba. Además, tenía puesto el mismo abrigo cubierto de sangre que la noche anterior había llevado uno de los drows. No es que me fijase en donde estaba cada una de las manchas que tenía, pero se correspondía en color, y dudaba que muchas más personas tuviesen el mismo abrigo, del mismo color y ensangrentado en las cercanías... Eso o era el último grito en moda y ni me había enterado.
-...-No sabía que decir ante aquello.-... No soy la única que le está viendo ¿Cierto? No me he vuelto loca... ¿O si?-Me recosté nuevamente en la cama, llevándome una mano a la cara y mirando a Magnolia entre mis dedos.-Debería tener cuidado con que plantas recojo en las noches de luna llena, ha debido colárseme algun alucinógeno...
-Lo se, es algo instintivo, no racional, por eso intenté no hacerle daño, solo evitar que lo hiciese a nadie más.-Le comenté con una leve sonrisa.Quiso agradecerme la ayuda que había ofrecido, pero moví la mano de un lado a otro restándole importancia.-No, no, no hay nada que agradecer. Solo hice lo que debía.-Sentí también un impulso de añadir "Lo que cualquiera habría hecho"... Pero dudé ¿Seguro que cualquiera? Quería creer que si.
Me confirmó también que aquellos dos eran sus padres, y que su madre parecía afectada por lo que había ocurrido, realmente las palabras de Vor le habían llegado hondo. Era un poco capullo... No merecía aquel trato, pero bueno... Tampoco iba a ir a buscarle para reprocharle todo lo que había hecho. Vive y deja vivir. Azahar también era una renegada, como sus padres, era bastante obvio que, siendo su hija y estando en aquel lugar iba a serlo, pero preguntar nunca estaba de más. Finalmente, antes de preguntarme como iba mencionó que en cuanto me encontrase algo de ropa y mejorase podría marcharme. Me alegraba aquel trato, no parecían malas personas realmente. Algunos les relacionaban como un grupo de rebeldes que lo único que querían eran oponerse al gobierno humano, sin más. Pero parecían buenas personas, o al menos contaban con ellas entre sus filas. Supuse que no todo el mundo sería así, pero era gratificante ver que aquellos con quien me encontraba me ofrecían un buen trato. Solo me pregunté si no me pondrían ningún impedimento a la hora de marcharme de allí. Obviamente no les iba a decir a los humanos donde estaban metidos ni como era aquel lugar, pero no sabía si ellos pensarían lo mismo para tomarse aquella confianza.
De pronto apareció Anteia del otro lado de la cortina, parecía tener mejor aspecto que cuando la vi por primera vez, le sonreí amablemente, aunque aun algo incómoda por mi situación. Me ofreció una poción para dormir y poder recuperarme, pero la rechacé con amabilidad, no quería parecer descortés pero no creía que hiciese falta, solo necesitaba un poco de tiempo, tampoco demasiado. Al fin y al cabo tampoco había acabado herida. Estaba como una rosa. También volvió a confirmarme que era la madre de Azahar y mujer del hombre.
-No, pero muchas gracias, no creo que sea necesario. Encantada igualmente.-Le respondí suavemente.-Ah, le dije ya el nombre a tu hija, pero no he tenido la oportunidad de hacer lo propio en este caso. Emwyn, Emwyn Crysos. ¿Y tú estás mejor? Se te veía bastante mal en el lago... Y... Lamento no haber podido hacer más cuando el licántropo se echó sobre ti. Me alegra que no resultases mas herida que por esa poción, pero... No se que me pasó, mi magia falló en aquel momento y no pude hacer...
En aquello estaba cuando alguien... O algo... Irrumpió en la habitación con un extraño acento francés. Cuando ladee la cabeza para ver al sujeto en cuestión quedé más tiesa que la vara de un olivo. ¿Qué hortensias se suponía aquella cosa? Hablaba un intento de francés, pero iba con toda la cabeza cubierta por unas telas, recordándome vagamente al atuendo árabe, pero más exagerado y menos práctico, principalmente porque tapaba su boca, su nariz, sus orejas y un ojo, dejando solo uno al descubierto y rodeado de aquella manta. Hablaba una especie de "Franglish" que, cuando habló de "Teta" en vez de "Tete" al referirse a la cabeza dejó un poco más claro que la parte del "Fran" casi que sobraba. Además, tenía puesto el mismo abrigo cubierto de sangre que la noche anterior había llevado uno de los drows. No es que me fijase en donde estaba cada una de las manchas que tenía, pero se correspondía en color, y dudaba que muchas más personas tuviesen el mismo abrigo, del mismo color y ensangrentado en las cercanías... Eso o era el último grito en moda y ni me había enterado.
-...-No sabía que decir ante aquello.-... No soy la única que le está viendo ¿Cierto? No me he vuelto loca... ¿O si?-Me recosté nuevamente en la cama, llevándome una mano a la cara y mirando a Magnolia entre mis dedos.-Debería tener cuidado con que plantas recojo en las noches de luna llena, ha debido colárseme algun alucinógeno...
Tantas veces había hecho la aparición de emergencia en esta enfermería que me la sabía más que de memoria. En muchas ocasiones he tenido que mantener la cabeza fría para conseguir aparecerme aquí, ya fuese para salvar la vida de otros o incluso la mía, en aquellos casos en los que no perdía el conocimiento, claro está. Esta vez no es diferente, así que consigo aparecerme donde quiero, justo dentro de la enfermería. Nada más aparecer con Kosuke y Yaroslav suelto el hombro del primero, que no estaba herido y no se iba a caer. Al segundo lo sujeto por debajo de las axilas, subiéndolo a una mesa metálica de la enfermería, lo que más cerca me pilla en este momento.
Al mirar alrededor me doy cuenta de lo concurrida que está en este preciso momento, haciendo un rápido repaso visual por todos ellos. Alguien con una manta liada a la cabeza al que sólo se le ve un ojo y que por un momento me parece Vor, la hija de Lyran, otra muchacha cuyo nombre desconozco y que está tumbada casi sin ropa y la mujer de Lyran. A la Malfoy es a la que busco ahora, precisamente. Ya tendremos tiempo de hablar luego.
- Anteia...menos mal que estás aquí. Yaroslav está muy grave, necesita que lo atiendan ya.
"y ojalá tuviésemos a más sanadores aquí, para ir más rápido"
- Kosuke sabe mejor la historia de lo que pasó. Él te lo podrá contar todo.
Me quito de en medio para que Anteia pueda atender a Yaros como es debido, pero me quedo allí por si es necesaria ayuda de algún tipo, ya sea de buscar pociones, utensilios o incluso donar sangre.
Al mirar alrededor me doy cuenta de lo concurrida que está en este preciso momento, haciendo un rápido repaso visual por todos ellos. Alguien con una manta liada a la cabeza al que sólo se le ve un ojo y que por un momento me parece Vor, la hija de Lyran, otra muchacha cuyo nombre desconozco y que está tumbada casi sin ropa y la mujer de Lyran. A la Malfoy es a la que busco ahora, precisamente. Ya tendremos tiempo de hablar luego.
- Anteia...menos mal que estás aquí. Yaroslav está muy grave, necesita que lo atiendan ya.
"y ojalá tuviésemos a más sanadores aquí, para ir más rápido"
- Kosuke sabe mejor la historia de lo que pasó. Él te lo podrá contar todo.
Me quito de en medio para que Anteia pueda atender a Yaros como es debido, pero me quedo allí por si es necesaria ayuda de algún tipo, ya sea de buscar pociones, utensilios o incluso donar sangre.
El teletransporte de Johan me deja en lo que parecía ser una enfermería y observo como el amigo de Yaroslav deja al ruso en una mesa para que pudiesen atenderle. Miro a mi alrededor y observo que hay gente aquí, dos de ellas parecían estar conversando, otra chica estaba echada en la cama tapada con una manta, pero... ¡¿En serio?! ¡¿Solo lleva un sujetador?! ¡Exibicionista! ¡Es una exibicionista! Pasando de la chica en sujetador, había otro con la cabeza totalmente envuelta en una manta y sólo podía verle un ojo el cual estaba rebuscando entre los vendajes. -Guau... hay bastante gente aquí... -susurré, aun sorprendido por la cantidad de personas que se encuentran en la enfermería.
-No hace falta que me agradezcas nada... soy yo el que debería de dártelas, y viendo que conoces al ruso, imagino que también conoces a la camarera, siento mucho no haber podido traerla conmigo -le respondí al agradecimiento de quien nos había traído aquí. El hombre llamó a una de sus amigas para que atendiesen a Yaroslav y a continuación le dijo que yo le daría todos los detalles de lo ocurrido, a lo cual estoy dispuesto para contarlo... Mi primera noche en Inglaterra... desde luego será algo que no olvidaré en mi vida con todas las cosas que han pasado.
-No hace falta que me agradezcas nada... soy yo el que debería de dártelas, y viendo que conoces al ruso, imagino que también conoces a la camarera, siento mucho no haber podido traerla conmigo -le respondí al agradecimiento de quien nos había traído aquí. El hombre llamó a una de sus amigas para que atendiesen a Yaroslav y a continuación le dijo que yo le daría todos los detalles de lo ocurrido, a lo cual estoy dispuesto para contarlo... Mi primera noche en Inglaterra... desde luego será algo que no olvidaré en mi vida con todas las cosas que han pasado.
La fumahierbas se quedó mirando mi figura como si realmente fuera un producto de su imaginación. Sonreí debajo de mi manta turbante, orgulloso de poder confundirla. Se dirigió a las otras dos pero no a mí. -Prochaine fois, madame, usa champignons!- Le exclamé en mi perfectísimo francés que en absoluto no era aún más rudimentario que mi inglés. Pero mi pintoresca búsqueda de vendas se vio interrumpida bruscamente por la aparición de… Gente. Me tenía que acostumbrar a aquello. Johan tenía una afición malsana en eso de traer heridos, y esta vez le acompañaba un hombre que definitivamente no era de por la zona, con un… ¿Brazo mecánico? En su momento apenas lo miré. Y otro hombre que tampoco era de la zona, pero que conocía, y no poco…
-YAROSLAV.- Grité en un arrebato. Y es que no necesité ni medio momento para darme cuenta que estaba un poco demasiado hecho polvo. Durante unos segundos me quedé parado, con unas vendas malamente agarradas. Johan decía que estaba muy grave. Y pedía ayuda a Anteia. La rabia, la impotencia que me acababa de dar, me hizo un poco difícil dejar que… La verdadera curandera (aunque yo jamás lo habría reconocido) pudiera actuar debidamente. Vi que iba considerablemente manchado de sangre por un costado y extremecí profundamente mi expresión. No tenía fuerzas suficientes como para que ver a alguien cercano a la muerte me volviera a desquiciar. Era la imagen que más detestaba en el mundo, pero no había pasado siquiera un día desde que había ocurrido… Y de alguna forma u otra mantuve la compostura.
Bueno. La cosa es que el drow de mi interior no salió, pero al elfo se le fue la puta olla. Lo primero que hice fue maldecir, con un sonoro y característico… -VIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIITTTTTTHHHHHHHHHHHHH, lo siguiente fue quitarme la puñetera manta de la cabeza, sin importarme ya que me viera nadie. Cojeé muy torpemente para acercarme a él. Estaba hecho mierda. Peor que yo. No tenía el bastón entre manos y una vez más me pregunté si es que mi mentor apañaba mi futuro libremente para joderme, porque siempre que hacía algo indebido con el palo me acababa puteando. Eso era una herida. Una hemorragia gorda. No me atrevía a quitarle las vendas, pero… Le puse la manta que me acababa de quitar un poco por encima, de su pecho y cuello, no de la herida, lo cual ayudaba al herido a mantener su temperatura corporal en caso de que tuviera riesgo de que bajara mucho.
-¿¡Quién coño hacer esto!? ¡VITH’IR!- Grité con un cabreo severo, intentando concentrarme. Era difícil sin ver la herida, pero… Iba a intentar cerrar algo. -Lo voy a destrozar, lo voy a descuartizar, y los cuervos se lo comerán…- Farfullé mientras retorcía un poco la mano, pasándola por encima de la venda. Por supuesto me manché, aunque no le di importancia entonces. No necesitaba canalizador para una curación tan triste como la que podía hacer, porque las energías no me daban para más, pero… Mi mano emitió un brillo azulado que prontamente adquirió un tono rojo, porque perdí la concentración de pleno. Me maree, recordando que llevaba un día entero sin probar nada sustancial. Durante un momento todo se hizo negro y noté mi temperatura bajar, pero logré retomar la compostura. Me ardía la mano con la que había fallado el hechizo y me dió la puñetera tos, porque tenía la mala costumbre de agravar mis males especialmente al fallar lo que pretendía.
Con lagrimillas en los ojos por cosa de esfuerzo y nerviosismo, al menos, traté de vendar con más fuerza aquello (no había soltado las vendas aún), porque no parecía que las que había debajo hubieran sido puestas por una mano muy experta. Luego me levanté y busqué la mirada de Anteia. Me ponía aún nervioso, pero ver al ruso allí tan hecho trizas me quitaba de encima la tontería. Me levanté débilmente, sintiendo como una tarea exagerada eso de apoyar el pie en el suelo… Mientras dejaba espacio para que manos más descansadas hicieran lo que pudieran. -Lo he intentado. No… puedo, no…- Llevaba un rato con un sudor frío y me preguntaba porqué coño no estaba en la habitación, durmiendo en mi mullida litera, seguro y realizado de haber sido capaz de lograr algo en mi vida.
-Hielo. Por favor, ¿Alguien tiene hielo? Es para… hemorragia, por favor…- Empezaba a desvariar un poco y hablaba en voz bastante baja, pero en una sala rodeado de magos esperaba que alguien tuviera alguna forma de conseguirme aquello. La finalidad era intentar bajar la hemorragia. No iba a aceptar perder a Yaroslav allí mismo. No realmente por quien fuera, si no porque me había prometido que no dejaría morir a nadie por cualquier condición médica que estuviera en mi presencia. Pero empezaba a ser realista con mis límites. Me apoyé contra una pared intentando rehacerme a mí mismo. Si antes había conseguido hacerme daño curándome, ¿Por qué lo había vuelto a intentar? Lo peor es que lo sabía. -Cuenta… la historia.- Mascullé al tío del brazo mecánico, reparando por primera vez en él. Parecía un poco cansado también. Imaginé que había ayudado a Yaroslav de alguna forma, porque Johan estuvo con nosotros hacía poco rato. Lo agradecí en silencio, y tras sostenerle un poco la mirada la bajé al suelo de nuevo, cazibajo.
-YAROSLAV.- Grité en un arrebato. Y es que no necesité ni medio momento para darme cuenta que estaba un poco demasiado hecho polvo. Durante unos segundos me quedé parado, con unas vendas malamente agarradas. Johan decía que estaba muy grave. Y pedía ayuda a Anteia. La rabia, la impotencia que me acababa de dar, me hizo un poco difícil dejar que… La verdadera curandera (aunque yo jamás lo habría reconocido) pudiera actuar debidamente. Vi que iba considerablemente manchado de sangre por un costado y extremecí profundamente mi expresión. No tenía fuerzas suficientes como para que ver a alguien cercano a la muerte me volviera a desquiciar. Era la imagen que más detestaba en el mundo, pero no había pasado siquiera un día desde que había ocurrido… Y de alguna forma u otra mantuve la compostura.
Bueno. La cosa es que el drow de mi interior no salió, pero al elfo se le fue la puta olla. Lo primero que hice fue maldecir, con un sonoro y característico… -VIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIITTTTTTHHHHHHHHHHHHH, lo siguiente fue quitarme la puñetera manta de la cabeza, sin importarme ya que me viera nadie. Cojeé muy torpemente para acercarme a él. Estaba hecho mierda. Peor que yo. No tenía el bastón entre manos y una vez más me pregunté si es que mi mentor apañaba mi futuro libremente para joderme, porque siempre que hacía algo indebido con el palo me acababa puteando. Eso era una herida. Una hemorragia gorda. No me atrevía a quitarle las vendas, pero… Le puse la manta que me acababa de quitar un poco por encima, de su pecho y cuello, no de la herida, lo cual ayudaba al herido a mantener su temperatura corporal en caso de que tuviera riesgo de que bajara mucho.
-¿¡Quién coño hacer esto!? ¡VITH’IR!- Grité con un cabreo severo, intentando concentrarme. Era difícil sin ver la herida, pero… Iba a intentar cerrar algo. -Lo voy a destrozar, lo voy a descuartizar, y los cuervos se lo comerán…- Farfullé mientras retorcía un poco la mano, pasándola por encima de la venda. Por supuesto me manché, aunque no le di importancia entonces. No necesitaba canalizador para una curación tan triste como la que podía hacer, porque las energías no me daban para más, pero… Mi mano emitió un brillo azulado que prontamente adquirió un tono rojo, porque perdí la concentración de pleno. Me maree, recordando que llevaba un día entero sin probar nada sustancial. Durante un momento todo se hizo negro y noté mi temperatura bajar, pero logré retomar la compostura. Me ardía la mano con la que había fallado el hechizo y me dió la puñetera tos, porque tenía la mala costumbre de agravar mis males especialmente al fallar lo que pretendía.
Con lagrimillas en los ojos por cosa de esfuerzo y nerviosismo, al menos, traté de vendar con más fuerza aquello (no había soltado las vendas aún), porque no parecía que las que había debajo hubieran sido puestas por una mano muy experta. Luego me levanté y busqué la mirada de Anteia. Me ponía aún nervioso, pero ver al ruso allí tan hecho trizas me quitaba de encima la tontería. Me levanté débilmente, sintiendo como una tarea exagerada eso de apoyar el pie en el suelo… Mientras dejaba espacio para que manos más descansadas hicieran lo que pudieran. -Lo he intentado. No… puedo, no…- Llevaba un rato con un sudor frío y me preguntaba porqué coño no estaba en la habitación, durmiendo en mi mullida litera, seguro y realizado de haber sido capaz de lograr algo en mi vida.
-Hielo. Por favor, ¿Alguien tiene hielo? Es para… hemorragia, por favor…- Empezaba a desvariar un poco y hablaba en voz bastante baja, pero en una sala rodeado de magos esperaba que alguien tuviera alguna forma de conseguirme aquello. La finalidad era intentar bajar la hemorragia. No iba a aceptar perder a Yaroslav allí mismo. No realmente por quien fuera, si no porque me había prometido que no dejaría morir a nadie por cualquier condición médica que estuviera en mi presencia. Pero empezaba a ser realista con mis límites. Me apoyé contra una pared intentando rehacerme a mí mismo. Si antes había conseguido hacerme daño curándome, ¿Por qué lo había vuelto a intentar? Lo peor es que lo sabía. -Cuenta… la historia.- Mascullé al tío del brazo mecánico, reparando por primera vez en él. Parecía un poco cansado también. Imaginé que había ayudado a Yaroslav de alguna forma, porque Johan estuvo con nosotros hacía poco rato. Lo agradecí en silencio, y tras sostenerle un poco la mirada la bajé al suelo de nuevo, cazibajo.
- OFF:
- LO SIENTO NO DEBERÍA POSTEAR NO DEBERÍA SALTAR TURNOS PERO ES MI ÚNICO PJ Y TENÍA GANAS Y TODO EL MUNDO SABE QUE VOR ES UN CRETINO Y LE GUSTA INTERRUMPIR AUNQUE SEA UN INÚTIL Y PERRRRRRRRDÓN Y NO SABÍA QUÉ HACER PORQUE HABÍA ENTRADO A DESTIEMPO Y NO ES UNA BATALLA Y PREGUNTÉ POR CHATBOX Y EN PRINCIPIO NO PARECIÓ A LOS PRESENTES UN CRIMEN TAN GRAVE PERO ES QUE SOY UN DESASTRE PERO AAAAAAAAHPERDÓOOOOOOOOOOOOOON ;________________;
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