Casa Hacksaw

Mi indignacion al recibir el hechizo paralizador de Catherine habia sido gigantesco. Estaba insultandola en todas las palabras que se me ocurrian, dentro de mi cabeza, hasta que alguien tuvo la decencia de devolverme la movilidad, pero para entonces ya estabamos en la casa de los hacksaw.

- En que momento me he ganado la fama de suicida? - le respondí resoplando. - es por el parche, verdad?

Regruñí algo cruzandome de brazos de mal humor y caminando de un lado para otro. No, no iba a enfadarme, que acababa de parir, joder.

- Gracias por lo de Kyla y Daryl. Estan con Des y Rhaegar, en el castillo le Fay?

"ese lugar es seguro.. .de momento"

Escuché que no sabia nada de mis padres y me tragué el nerviosismo. Por eso no habia querido irme de alli, no hasta saber donde estaban ellos. Me senté en el suelo y dejé pasar unos minutos de silencio mirando a la nada antes de volver a hablar.

- Que se supone que esta pasando? No entiendo nada.

Mi padre llegó a la habitación del hospital dando órdenes como de costumbre, aunque en ese caso se agradece que alguien sea diligente y tenga la cabeza fría para actuar rápido. Enseguida nos aparecemos en nuestra casa de toda la vida, esa que hemos reformado ahora que hemos vuelto a vivir juntos en ella. Lástima que ya nada sea como fue en aquellos días. Al menos ahora venimos a la casa con un miembro más de la familia, aunque haya llegado en un momento convulso.  - Ni un poco de tranquilidad podemos tener con el crío recién nacido...- regruño molesto tras dejar a Cat en el sillón, sin darme ni tiempo a decirle nada a mi padre antes de que se vuelva a marchar otra vez al puto Ouroboros.  - No me enteré de eso de los mellizos, demasiado información en un momento. Sé que querías proteger a Azahar, pero no está tan loca. - miro a Azahar alzando las cejas  con cara de 'vamos, demuestra que no estás TAN loca'.

Me cruzo de brazos y camino inquieto por la habitación mientras ellas hablan, se disculpan y se cuentan lo de los hermanos por todos lados. Supongo que mi hermana también está con ellos, y espero que nuestros padres se larguen de allí cuanto antes. - No te preocupes, Azahar. Mi padre fue a buscar al tuyo, juntos hacen buen equipo. - ya lo hicieron cuando fueron a rescatarme a los campos de concentración, a pesar de todos lo que había pasado entre ellos previamente. Por un lado me gustaría ir a ayudarlos, pero creo que mi lugar ahora mismo está aquí, con Catherine y Aedan.  - Será mejor que os lleve arriba a descansar. Menudo día. - cargo a Catherine en brazos con cuidado de no provocarle más molestias, haciendo un gesto a Azahar para decirle que ahora vuelvo de nuevo. Subo las escaleras hasta el piso de arriba, entrando en mi cuarto para dejar a Catherine y al niño sobre mi cama. Después les echo una manta por encima para que puedan dormir. - No te preocupes por nada ahora. No voy a salir de la casa hasta que estés bien para moverte. Estáis a salvo, lo prometo. - Me inclino sobre ella para darle un beso en los labios, separándome después para darle otro en la cabeza al bebé. Después salgo del cuarto cerrando la puerta, para que ella pueda dormir y recuperarse.

Bajo de nuevo al salón, sentándome en el suelo junto a Azahar mientras me aflojo la corbata del traje más todavía de lo que ya la llevaba.  - Yo tampoco entiendo nada en absoluto...unos capullos joden la boda y ahora hay otros matando gente ahí arriba. Hay frentes abiertos por todos lados. Y cada vez es más difícil.  - resoplo algo agobiado por la situación y por no poder hacer nada, mirando después a Azahar con cara de advertencia como si supiese que no podrá aguantar quieta mucho rato si no sabe nada de su padre.  - No vayas.

Resoplo rodando la mirada cuando Ian parece rogar una confirmación por mi parte de no estar TAN loca

- no lo estoy, claro que no.

Me quedé sentada en el suelo a lo indio, tratando de creer a Ian en lo de nuestros padres. Acabé por sonreir tristemente, pro con la certeza de que no se equivocaba.

- sí. Un buen duo...

"Aggg"

Ian marcho un rato a dejar a Cat descansando y luego volvió para sentarse a mi lado

- no voy a irme, me quedo con vosotros... Confío en padres. - llevé una mano a mi cabeza, rascandome el pelo. -esque esta vez ni si quiera tiene que ver con los humanos o la alianza. Te das cuenta? Es una guerra entre facciones de magos y protomagos. Asi como vamos a lograr ganar? Son una panda de...

Iba a decir un taco cuando apareció un tío que estaba to cañón y besó a Ian en la mejilla

"Eh y por qué a mi no?"

Mi primera reacción. Asi de absurda. Frunci mi ceño, cualquiera diría que era por la intromisión pero no. Luego si, me di cuenta que llevaba a Cat en brazos... Y me puse en pie de golpe

- tu quien eres y cómo....

Pero antes que pudiéramos hacer nada, guiño un ojo, dijo que volvía enseguida y se fue. Sin más. Miré a Ian sim estar segura de que coño había pasado.

- ese... Lo conoces...es... Amigo vuestro....? Pero que coño..... No la dejan descansar y acaba de parir, la hostia!

Le doy un pequeño golpe cómplice a Azahar en el hombro con mi puño cuando dice eso de que nuestros padres son un buen dúo, algo de lo que estoy convencido. Llevan toda la vida juntos, quitando la época en la que mi padre siguió un camino que no debía. - Knox y Hacksaw siempre hacen buen dúo. Nosotros somos el relevo generacional para ello. Yo no cometeré los errores de mi padre...hizo mucho para perder la amistad del tuyo, pero aún así él no le abandonó. Eso dice mucho de Lyran Knox. - podría decir que admiro más al patriarca Knox de lo que admiro a mi padre. Puede que me haya reconciliado con Adam en los últimos tiempos, pero eso no borra por completo las cosas que hizo, sus errores. Yo también he cometido varios, como el que casi le cuesta la vida a Jarkko. En relación a Azahar lo que más lamento es no poder haber evitado que perdiese un ojo en aquella maldita batalla. Parece que por mucho que mejore o aprenda no sirve demasiado a la hora de impedir que le sucedan cosas malas a los míos. Asiento más tranquilo ahora que Azahar me asegura que no va a ningún lado, que se queda con nosotros. Al menos aquí sé que puedo controlar lo que sucede y que no somos objetivo de nadie.

- Lo sé. Es una puta mierda...como si no tuviésemos bastante con la Alianza. Ouroboros en el fondo es el caldo de cultivo perfecto para la traición, eso parece una corte medieval. Ya sucedían cosas antes de que llegasen los Soul, y ambos en combinación son muy peligrosos. No sólo eso, también participaron Blood Keepers en el torneo y desde entonces han campado por allí a sus anchas. ¿Qué clase de selección hicieron? parece que sólo les interesase la capacidad mágica y no cómo son las personas. - reflexiono buscando encajar las piezas del puzzle del misterio del caos en Ouroboros, acabando por sacarme la corbata para tirarla al suelo. En cuanto pueda subiré arriba para ducharme y cambiarme por fin la ropa de traje, que la odio.

Nuestra conversación se ve interrumpida por la rápida aparición de un tío que se agacha a mi lado para darme un beso en la mejilla, algo que me hace sobresaltarme al instante. En cuanto me giro reconozco la cara de Jean de Molay, uno de los Descendientes, pero lo peor no es que haya aparecido de repente en mi casa, sino que lleva a Catherine en brazos. - ¡EH! ¡¿qué haces tú aquí?! ¡suéltala ya, hijo de puta! - me pongo en pie casi de un salto, extendiendo la mano para agarrar a Jean para tratar de quitarle a Catherine de los brazos. Todo sucede en un abrir y cerrar de ojos, pues desaparecen por un oscuro portal que los engulle a ambos. Mi puño se cierra justo en el lugar en el que estaba el portal, del que ahora no queda rastro alguno.

- ¡JODER! - grito de pura impotencia y frustración porque se la ha llevado delante de mis narices y no he podido hacer nada, ni sé dónde buscarla, no dónde ha ido. Le dije que aquí estaría segura, y no ha pasado ni una hora antes de que suceda algo. - ¡ESE FUE UNO DE LOS TRAIDORES QUE MATÓ A LOS OTROS MIEMBROS DEL CONSEJO! ¡ESTABA EN BUSCA Y CAPTURA Y AHORA HA VENIDO A POR ELLA! - grito enfurecido y ardiendo de rabia mientras me giro a Azahar, con el corazón acelerado por el pensamiento que se me cruza por la cabeza. No me la va a devolver en un momento. - La...la va a matar...como a los demás, por llevarle la contraria - murmuro con voz algo ahogada, cayendo en la cuenta que ahora además tengo alguien más de quien preocuparme. Echo a correr escaleras arriba para ir a por el bebé, esperando con todas mis fuerzas que no le haya hecho nada. Al llegar me lo encuentro sobre mi cama, llorando a pleno pulmón al haberse despertado tras ser arrancado de los brazos de su madre. Lo cojo en brazos de manera algo torpe, agobiado mientras compruebo que esté bien. No parece haberle hecho nada, pero no deja de llorar y no sé cómo calmarlo ni qué hacer para encontrar a Catherine a tiempo.

Me había abrazado las rodillas mirando a otra parte que no fuese Ian cuando éste dijo que los Knox y los Hacksaw hacian un buen duo, la verdad, preferia ignorar esa estupida frase que acababa de soltar. Casi me dieron ganas de pegarle un cachete

"si, claro, mimimimi, un buen duo, claro. Mentiroso!"

Estuve por decirle "bueno, mi padre no estuvo colgadito por el tuyo, eso seguro puso las cosas mas faciles" pero me limité a responderle con una sonrisa de agradecimiento. Luego pasó todo aquello. Menudo desastre. Y acabamos los dos de pie y chillando y estresados

- COMO, QUE QUÉ? Es un asesino? Él....él mató a los otros!?

"oh por merlin, y se ha llevado a Cat!!"

- Pero... - estaba muy bueno! Y ha dicho que la devolveria! en pleno ataque de nervios me eché las manos a la cabeza. - PERO PERO PERO PERO que hacemos?! donde se la ha llevado? - me cubrí la boca con las manos. - No puede matarla.

Era mas un deseo que una certeza. Eche a correr tras él cuando fue a por su hijo y la verdad es que la estampa me rompia el corazon. Acababan apenas de intentar formar su familia y no les dejaban un instante de tranquilidad ni de felicidad. No era justo.

- Ian lo siento mucho.... - lo vi en problemas con el bebé. No tenia mucha practica y se notaba. Intenté pensar deprisa.... - Escucha no crees que si hubiese querido matarla la habria matado aqui mismo cuando dormia en lugar de aparecer frente a nosotros....? Piensalo en frio...no...no quiere matarla. Querrá otra cosa.

"pero tenemos que saber donde está"

- Tengo...se me acaba de ocurrir una idea de como localizarla. Cuando a tí te atraparon, ella usó magia de sangre, una cosa muy chunga para encontrarte. Asi fue como supimos tu localizacion. Quizá alguno de sus hermanos sepa como hacer el ritual...tenemos que ir a ver a Desmond y a Rhaegar. Quieres...necesitas que te ayude? - dije estirando un poco mis manos hacia el bebé, que lloraba como un desesperado.

Mi cabeza va a mil por hora pensando en la más que clara posibilidad de que Jean sea el asesino de Ouroboros, tal y como le he dicho a Azahar. Alguien que no está de acuerdo con las decisiones que han estado tomando, alguien que ha sido expulsado del Consejo de los 20 y alguien que está en busca y captura. - Se quiere vengar de ellos, uno a uno. ¡Tenemos que decírselo a los putos Descendientes cuanto antes! - mi tono de voz alterado provoca que el bebé llore todavía más, aunque trato de calmarlo moviéndolo en mis brazos y procurando bajar bastante el volumen. - Shh...tranquilo...encontraremos a mamá. - murmuro al pobre crío, esperando que de verdad sea cierto lo que dice Azahar sobre no matarla.

- ¿Qué va a querer entonces? ¿un rescate, tal vez? quiere putear a los suyos, eso está claro. Si no quisiese hacerle daño no habría entrado en la casa como quiera que lo haya hecho. - me recorre un escalofrío de sólo de pensar que pudo haber matado a Catherine y a Aedan mientras ambos dormía y yo estaba abajo en el salón, tan tranquilo. Alzo la mirada hacia ella con cara de tener ganas de llorar, acabando por dejarle que coja a Aedan para que pruebe suerte ella. Me siento un poco inútil por no ser capaz de tranquilizar al crío yo solo, pero también me siento desbordado. - Gracias...- me siento en el borde de mi cama, apoyando los codos en las rodillas mientras me cubro la cara con las manos unos segundos. Después las subo hacia la cabeza, apartándome el pelo de la cara en gesto de desesperación. Catherine supo encontrarme cuando desaparecí, yo también tengo que conseguirlo.Inspiro profundamente para recomponerme un poco, levantándome después de la cama para caminar hacia ella.

- Magia de sangre, ¿es lo más rápido, no? pues no perdamos ni un minuto más. Vamos al castillo Le Fay. - me sabe mal eso de estar desapareciéndonos con el recién nacido, pero no queda otro remedio dadas las circunstancias. Me concentro en el castillo al que quiero ir, rodeando a Azahar y al niño con los brazos antes de desaparecernos de allí los tres.

El Hacksaw cumple lo prometido en la cueva en la que nos encontró, ayudándonos a encontrar a alguien que pueda atender a Khaled. Finalmente llegamos hasta los terrenos de la casa de su familia, tras un largo viaje cargando al desmayado Khaled
por turnos entre Vanessa y yo. No podíamos arriesgarnos a hacer autostop ni nada de eso por miedo a ser detenidos, y no conseguimos robar ningún vehículo por el camino. Vanessa debe estar perdiendo sus cualidades de ladrona, se lo echo en cara para picarla. El trayecto de tres días a pie se vuelve un poco incómodo en algunos momentos, pues nuestro guía no parece plenamente convencido de lo que está haciendo. Apenas nos habla, sus gestos son hoscos y no para de gruñirnos. A pesar de ello no cambia de idea, mantiene su palabra hasta el final.

Nos pide que esperemos en los terrenos de la casa hasta que él pase dentro y se asegure de que todo está en orden, además de prevenir a los que estuviesen dentro. La espera se me hace bastante larga, más de 20 minutos. Tal vez hayan cambiado de opinión y no quieran dejarnos entrar.Al cabo de un rato vuelve a salir por la puerta, esta vez con su hermana, la chica que me curó cuando lo del brazo. No he tenido oportunidad de agradecerle en condiciones, pero lo haré ahora. Inclino la cabeza hacia ella, en señal de respeto. - Muchas gracias, eres una de las personas gracias a las cuales estoy vivo. - la otra era Vanessa, que tuvo que hacer la parte más gore de todo aquello. - Estoy en deuda contigo. Y también con el señor Knox. Él me permitió escapar de la celda de Ouroboros. Le prometí devolverle el favor, al igual que quiero hacerlo contigo. Prometo que lo haré, pero debo pediros una cosa más. - señalo a Khaled con la cabeza, que sigue inconsciente mientras es cargado por Vanessa.

- Lleva así desde que perdimos los poderes, necesita un sanador de manera urgente. O al menos alguien que sepa de medicina y pueda darle un lugar donde descansar. - la chica no duda ni un momento en decir que pasen a Khaled al interior de la casa, ante la mirada hostil y vigilante de su hermano, que parece decirnos que nos mata como no nos comportemos. El licántropo argumenta que debe marcharse por la proximidad de la luna llena, pero antes deja instrucciones claras a su padre, al cual recuerdo también de lo de la isla. Me da un escalofrío de sólo pensar que tenemos que estar en su casa, pero me toca sacrificarme por el bien de Khaled. Después de un momento tenso nos permiten la entrada, especialmente por la insistencia de la joven. Una vez allí llevamos a Khaled a una habitación para que pueda descansar mientras es atendido por Chloe.

Ya han transcurrido unos cuantos días desde que mi hijo tuvo la feliz idea de traernos al líder de los Soul Reapers a nuestra casa, a MI casa. El momento en el que lo vi llegar con esa panda de impresentables me dieron ganas de sacarlos a todos a patadas de allí. Me pareció totalmente surrealista y fuera de lugar el tener que acoger al grupo que usó las calaveras para atacar a Ian y absorber sus poderes, además de ser el grupo que secuestró a mi hija para que los sanara. No sólo eso, el cabrón del Svensson mayor había secuestrado a Lyran cuando sólo era un adolescente, y me atacó a mí en la calle hace ya también muchos años. La situación es, cuanto menos, terriblemente irónica. Ahora lo tenemos aquí, debilitado y a nuestra merced. Discutí un poco con Ian porque no estaba de acuerdo en albergarlos aquí, por mucho que haya prometido cuidar de Catherine y de mi nieto en ausencia de mi hijo. Chloe fue la única que consiguió convencerme para que se quedaran, es mi debilidad y me cuesta decirle que no cuando sé que ella sólo intenta hacer lo que cree que es mejor. Ian se marchó bastante enfurruñado, el tema de la luna llena le ponía irritable y tuvo que alejarse a pasar la luna llena lejos de casa porque no se sentía tan capaz de controlarse como otras veces. Todos habíamos notado esa repentina pérdida de la capacidad para usar magia, y tal vez era eso lo que estaba afectando también a los ritmos y comportamiento de los licántropos.

Con ese panorama lo único que puedo hacer es quedarme en casa al cuidado de Chloe, Catherine y Aedan, vigilando muy de cerca cualquier movimiento de los Soul Reapers. Odiaba tenerlos en la casa, así que obligué a Chloe a relegarlos al sótano. Mucho había transigido ya, no iba  a transigir también en eso. No tenían permitido salir de ahí, ninguno de los tres. - Khaled, hijo de puta, las tornas han cambiado. ¿Quién necesita ahora ayuda de los magos? tú. - esa frase fue la única que le dirigí cuando le llevaron al sofá del sótano, asegurándome de que no tuviesen a mano ningún arma. No volví a bajar ahí. La única que bajaba era Chloe, para tratar de mejorar el estado de salud del nigromante mediante pociones y otras medicinas. Yo me dedicaba a dar vueltas por la casa cual león enjaulado, poco acostumbrado a permanecer tanto tiempo en un mismo sitio. Sólo me cambiaba un poco el humor cuando, a escondidas, jugaba con Aedan y un peluche de cuervo que le había conseguido. Obviamente volvía a ponerme serio carraspeando cuando Catherine merodeaba cerca, no admitiría  tan fácilmente mi faceta de abuelo siendo conquistado por un mocoso de meses.

Gracias a los cuidados de aquella joven bruja habia conseguido volver un poco a mi ser tras la abrupta pérdida de mi conexión con Belialt, que me habia dejado en extremo debilitado. Estaba sentado en el sofá de aquel maldito sótano, con la cara escondida entre las manos y los codos apoyados sobre las rodillas. No es que no agradeciese seguir respirando gracias a aquella joven, si no que...cómo era posible que a Adramelech se le hubiese ocurrido traernos aqui? De todos los lugares....

"La ironía....es la poesía de los demonios...."

En lugar de habernos quedado en la seguridad de nuestra Torre, habiamos sido arrastrados a algun lugar cercano a Londres, en la casa de algunos enemigos jurados.

- Adramelech...repiteme de nuevo... qué se te pasó por la cabeza..- dije con la voz opacada tras mis manos. Estaba mareado, pero pronto tendría la energia suficiente para ponerme en pie. Aunque desgraciadamente, no la energia suficiente para masacrarlos a todos. Las calaveras habian perdido su poder, y nosotros con ellas.....  Reconozco que pese a mi voz gélida y pose casi de estatua, por dentro estaba estresado. Había perdido a Lyosha, sin magia no habia modo que ella siguiese viva. Y no sabia lo que estaba pasando.  Por no hablar de lo extraño que era no tener a Belialt conmigo.

"tenemos que irnos de aqui cuanto antes. Asegurar las calaveras. Contactar al resto de las hermandades."

Me habia conseguido un transporte y, tras dejar a mi familia asegurada en el castillo de Le Fay, me habia dirigido hacia la casa Hacksaw, pues necesitaba tener noticias de Adam y los demás tras los recientes acontecimientos y ya no habia modo de comunicarse, pues mis estatuillas y comunicadores habian dejado de funcionar. Aunque el viaje se hizo muy largo, logré llegar sin demasiados percances.

Iba con el corazon en un puño. Tras lo ocurrido en Ouroboros y lo visto en el castillo, no sabia como era la situacion que podia encontrar alli. Pero respiré aliviado al ver que la casa estaba intacta....y que al entrar, Aedan y Adam (lo harian a posta lo del nombre?) al igual que Cat, estaban alli, y en condiciones. Evité entablar conversacion con Cat, no queria ser yo el emisario de tan malas noticias...y menos si ella no preguntaba. Fui directamente a donde estaba Adam.

- Ey- Dije un poco parco en palabras, deteniendome en el marco de la puerta.

- Menos mal que estais bien todos- me detuve a mitad de la frase y me pasé una mano por la frente, pensando como continuar. - Sabes algo...de lo de Ouroboros? No, supongo que no, tu no estabas alli....

Con el paso de los días Khaled comenzó a mejorar, recuperando al menos el conocimiento. La muchacha que lo atendía se comportaba de manera amable con nosotros, a pesar de tenernos en el sótano por orden de su padre. Él había sido desagradable en todo momento, dejando claro que sólo nos tenía allí por que su hija así lo quería. No estábamos en posición de reclamar nada, así que tragué y no protesté por el bien de la salud de mi abuelo. También tuve que contener a Vanessa para que no liase una de las suyas, que la conozco y sé que no se le da muy bien eso de ser paciente y aguantar. El tiempo en ese sótano se hace lento y tedioso, y no sabemos qué está pasando fuera. Lo poco que sabemos es por lo que nos dice Chloe, que tampoco tiene demasiados datos.

Finalmente Khaled se recupera lo suficiente como para poder sentarse y hablar, y con ello viene la regañina que ya me estaba esperando. Miro hacia el suelo con resignación, sé lo mucho que debe joderle que estemos aquí. - No despertabas. No sabía qué hacer. En la torre no había nadie para ayudarnos, y la única persona en la que podíamos confiar es en aquella que incluso secuestrándola me ayudó cuando perdí el brazo. Tampoco podíamos ir a un hospital corriente. - me atrevo a levantar la vista del suelo, aunque no me encuentro con la mirada de Khaled porque tiene la cara entre las manos. - A veces no queda más remedio que tragarse el orgullo. Necesitamos ayuda y hacer aliados, como Lyran Knox.- Khaled ya sabía que gracias a él había escapado de Ouroboros, pero creo que no está dispuesto a olvidar los enemigos del pasado. - En cuanto estés mejor nos largaremos, y saldremos ahí fuera a encontrar lo que es nuestro.

"aghh...."

Aquello debió ser un gruñido mental, pero que escapó hacia mi garganta y se manifestó físicamente aun cuando seguia con la cara oculta tras mis manos. Era un gruñido de frustracion y cansancio. Así que me habia desvanecido y no encontraban manera de hacerme volver en mi mismo...

- Ya veo. - asomé por fin la cara de entre mis manos, mirando a mi alrededor a aquel asqueroso sótano, diciendome a mi mismo que habia estado en lugares peores. Como el infierno, por ejemplo.

"pero aun entonces tenía a Belialt"

Intercepté la mirada de Adramelech por fin, cuando dijo aquello de tragarse el orgullo y hacer aliados.
- El orgullo nunca debe perderse Adramelech.- hice una pausa y luego hablé más pausadamente - La soberbia...en todo caso. ¿Dónde han dejado mi báculo?

Lyran Knox. Casi taladro a mi nieto con la mirada cuando mencionó aquel nombre. - Sabes que lo torturé cuando era un estudiante, no? - sonreí muy levemente con los labios medio ocultos por las manos cruzadas a la altura de mi barbilla. El ataque al colegio, el secuestro de estudiantes y posterior rescate de los aurores.... aquellos fueron buenos tiempos. - Tu...tu madre...comprobaste que la estatua seguía en su sitio?

post Lyran:

Eso de hacer de guardián de la casa y de quedarme quieto en un sitio tanto tiempo me estaba empezando a poner de bastante mal humor, aunque lo de tener gente indeseable en mi sótano contribuye en gran medida a empeorar mi genio. Por suerte yo no tenía que verlos mucho, Chloe se encargaba de ellos la mayoría del tiempo, tanto de curarles como de darles comida y de atender cualquier otra necesidad. Catherine no estaba tampoco muy receptiva, sobre todo tras haber recibido una carta de sus compañeros de consejo, contándoles todos los problemas de la isla y el resto de los suyos. También le afectaba la falta de Ian, el cual espero que esté bien a pesar de su decisión de irse lejos de la casa y de nosotros.

Cuando llega Lyran me encuentra en el salón de la casa, junto a la mesa en la que estaba tratando de reunir el poco armamento del que disponemos. Sin magia vamos a necesitar tener armas normales a mano. La visita del Knox me saca un poco de la monotonía de tener que ser responsable las 24 horas del día, y es grato saber que él también está sano y salvo. - Sé poco. A Catherine le llegó una carta hace unos días, desde el castillo Le Fay. Ouroboros ha caído, literalmente. La isla quedó medio destrozada. Ella no contó demasiado, pero ha muerto gente. Y yo no puedo moverme de aquí ni averiguar nada porque tengo que hacer lo que mi hijo no hace y porque tengo a los putos Soul Reapers metidos en el sótano. - termino dando un golpe en la mesa con las palmas de las manos, con tono de voz claramente molesto. - Lo hago por Chloe. - puntualizo para que no se piense que ahora compadezco al enemigo. - ¿Y tú, cómo están Anteia, Azahar y los mellizos? podíais venir aquí, sería más fácil protegernos. No pienso ir al castillo Le Fay ese. - digo en tono de voz más bajo por si Catherine está por ahí y lo escucha. No me gustan los rollos de Descendientes.

Aguanto en tensión ante las escasas palabras de Khaled, como si esperase una regañina mayor por haberle traído al hogar de un mago al que atacó en el pasado. No puedo negar que es tremendamente irónico el hecho de que ahora sean ellos los que tengan que ayudarnos, pero prefiero Khaled esté vivo a hacernos los orgullosos y negar la ayuda que tan a mano nos ha venido. Tenso la mandíbula con indignación al escuchar eso de que el orgullo nunca debe perderse, sintiéndome insultado, como si me estuviese llamando arrastrado o algo así por haber venido a pedirles ayuda. - Orgullo y soberbia...sólo los separa una fina línea, y no estoy seguro de que tú sepas cuál es. - le espeto sin poder morderme la lengua. En eso es igual que mi madre, parece que siempre me menosprecian por no tener ese punto que tienen ellos. Lo peor es que consiguen hacerme dudar, haciéndome incluso llegar a pensar que mi forma de ver las cosas está mal, y que tal vez sea yo el equivocado.

Señalo con desgana hacia el lugar donde he dejado su báculo, una de las esquinas del sótano. - Me he encargado de que nadie lo toque. Ahora mismo no sirve más que para apoyarse. Las calaveras han perdido su poder. Están como sin vida... - la mirada que me echa con lo de Lyran Knox provoca que me vaya molestando más y más por momentos. Esta vez no miro hacia otro lado, le aguanto la mirada el rato que haga falta. - Lo sé. Sé que en el pasado hicisteis cosas que yo no haría. Parece que no te gusta que seamos diferentes. No todo tiene por qué seguir igual. Ya no tiene sentido seguir atacando a los magos como lo hacíais en el pasado. Los tiempos han cambiado, Khaled, asúmelo. No son nuestros enemigos, ya no. Al menos no todos los magos. El señor Knox me ayudó a pesar de ser nieto de la persona que lo torturó y secuestró. Hay que tener valor para hacer eso, mucho más que para hacer daño a otros. - lo cierto es que ahora no me apetece quedarme en el sótano, necesito salir fuera y alejarme un poco de todo esto. - No me malinterpretes. He dado mucho por los Soul Reapers y lo voy a seguir haciendo. Estoy orgulloso de lo que soy, pero también es cierto que quiero encontrar otra manera de hacer las cosas. - no sé si me entenderá, él ha estado atrapado en el infierno todos estos años y probablemente lo que le diga le suene absurdo.

- En fin...dejemos eso por ahora. Sí, la estatua de mi madre estaba igual. No tiene nada que ver con el demonio. Según parece es algo generalizado. La chica que te ha atendido dice que están todos los magos igual, y que la isla en la que nos atraparon ha caído. Algunas de las calaveras que conseguimos estaban allí...

Clavé mis cansados ojos en Adramelech cuando soltó aquello. Ahora carecían de aquellos chispazos rojos demoniacos de antes. Eran sencillamente verdes, aunque igualmente profundos.
-  Sé distinguir perfectamente las lineas que separan una cosa de la otra. Tu falta de fé es ciertamente molesta.

Le dije con tono cansado y frio, dejando de mirarlo. Aun me sentía molesto, mi cuerpo acusaba la ruptura del pacto con Belialt. Debía de haber vuelto al infierno....pero yo no habia roto el pacto...no voluntariamente.  Las calaveras, sin vida. Ahora que las teniamos todas. Llegaria el dia en que fueran de los Soul  y no nos las arrebatasen, trucasen, convirtiesen en armas de destruccion masiva....?

Lo escuché, viendo los derroteros que tomaban sus palabras. Me puse en pie, aunque las costillas me estuviesen destrozando por dentro de dolor todavia, y caminé firme hacia él, plantandome a escaso medio palmo de distancia mi cara de la suya. Pero no le puse la mano encima para nada.

- Hicimos lo que tenía que hacerse en ese momento. No me arrepiento del mal que causé, está saldado con creces. ¿A cuántos magos me has visto atacar desde que volví? No soy yo quien vive en el pasado. Mas bien parece que eres tú el que quiere vivir a la altura de algo- en serio, a cuantos magos habia salido yo a perseguir? - Antes éramos los criminales porque los magos solo sabian mirarse el ombligo y su secreto estaba a salvo, y no podian permitir que eso cambiase o que otros fueran como ellos,  pero ahora tienen un enemigo mayor y nosotros pasamos a ser un fantasma del pasado, un mal recuerdo, el inconveniente menor. Asúme tú eso. Que el poder sea repartido ya no es lo que les preocupa.

Me hizo gracia que me llamase cobarde. En serio. Por lo irónico que me resultó. Pero obviamente yo no era expresivo. Asi que me limité a mirarlo de arriba abajo.  No merecía la pena explicarle. Vivirlo a traves de los ojos de uno era la unica manera. Utilizó la palabra "orgullo" para decir que estaba orgulloso, pero, sabia realmente lo que significaba....? sus palabras anteriores me habian hecho dudarlo.

Me aparté de él y cogí mi báculo. Caminé muy recto hacia las escaleras que subian afuera del sotano y las subi, yendo a abrir la puerta para salir pero, como sospeché, estaba cerrada. Tomé el bastón con las dos manos y le arreé una hostia a la puerta, dandole así otro uso a mi baston, que me habia acompañado en mis viajes por el infierno. La puerta se abrió con el golpe, probablemente me habia cargado el pomo. Caminé hasta encontrarme en el lugar en el que estaban Adam y Lyran. Si hoy era el día de las ironías, estaba dispuesto a hacer el completo. Me detuve frente a ellos con el baston colgando de mi mano al lado del cuerpo, en paralelo al suelo. Un breve pero tenso silencio....

- Lyran Knox y Adam Hacksaw. - no me costó mucho reconocerlos, pese a los años que habian transcurrido y los habian cambiado, comprensiblemente.  - Supongo que no querréis poneros al dia...

Asentí al saber que Adam habia tenido nuevas de la isla. Sabia que Yaroslav habia salido hacia un dia para ir a buscar a Johan e intentar reagrupar a los Renegados, y esperaba que hubiese tenido suerte con aquello. Ahora mismo, disgregados, eramos mas debiles que nunca.

- Ciertamente. Los Descendientes han recibido un golpe muy duro.... pero tambien las familias que estaban alli viviendo. Algunos habian comenzado a sentirse seguros. - no hablaba por mi. Yo tenia claro desde el inicio que aquello era una sensacion de falsa calma y falsa paz. Motivo que entre otras cosas, me habia llevado a tener algunos problemillas con Anteia.

-Que tienes qué? - le pregunté en voz baja con los dientes apretados, como si de repente pudiesen oirnos, acercandome a él como si fuese un secreto que debe decirse bajito. - Soul reapers? Has dicho Soul? - bufé y me aparté de él. - Están todos bien, a salvo, en el castillo Le Fay. - negué con la cabeza . - Por el momento allí están bien, hay mucha gente, el sitio es grande y no está  céntrico. Ya sé que no te gusta nada todo lo que huele a élite....Blacks....Descendientes...Wizengamot.... Pero deberías plantearte que Chloe, Cat y el pequeño fuesen allí. Pero donde está Ian? Y Jarkko? - caí entonces en una cosa, de modo rapido. - Adam. Si no hay magia, Jarkko....

Entonces se escuchó el porrazo como de una puerta siendo golpeada, pero no de la entrada, si no el sotano. Sin magia, lo mas que pude hacer fue echar la mano a la empuñadura de mi espada.

Y ahí apareció él, delante de mi. Como sacado directamente de mis recuerdos de estudiante de séptimo curso de Hogwarts. Mi expresión debia ser un poema entre de desagrado, un "que hostias?" muy duro, y susto. Apreté los puños sin darme cuenta hasta que los nudillos se me pusieron blancos. Al menos se acordaba de nuestros nombres, el muy capullo.... estaba practicamente igual! Salvo por los ojos. Aquellos ojos rojos era lo que mas recordaba, y ahora no eran de un color muy diferente a los mios. O eso mismo fue lo que pensé porque de pronto, ya no estabamos a unos cuantos metros de distancia. Estabamos tan cerca que podia haber apreciado ese detalle. No, no iba a darle un abrazo de "cuanto tiempo". Mis pies se habian movido ellos solos y mi puño casi que tambien, estampándose con fuerza contra su mandibula. - Por mí bien.

Suelto un sonido sarcástico al escuchar eso de que las familias habían comenzado a sentirse seguras, como si eso fuese mínimamente posible. A mí la isla nunca me había parecido un lugar para quedarme, aunque por mis hijos había estado allí en más ocasiones de las que que quería. Tampoco se lo iba a decir a Ian, pero eso de que mi hijo acaba casado con alguien de la "nobleza" mágica, por llamarlo de alguna manera, me resultaba extraño, casi irónico. - Los Descendientes se sentían seguros. Es lo que tiene la gente que se acostumbra a ser intocable. - la reacción de Lyran ante lo de los Soul Reapers es la que me esperaba, yo habría hecho exactamente lo mismo si él me dijese que tiene gente de esa en el sótano de su casa. - Mis hijos, que recogen todo lo que encuentran por ahí. Han salido a su madre en eso, mi no, desde luego. - suspiro al pensar en Victoria, aunque realmente la tengo presente a diario.

Vuelvo a centrarme en lo que dice Lyran sobre el lugar en el que se han refugiado los Descendientes tras la catástrofe, planteándome lo que dice de llevarlos allí. - No, nunca me han gustado las élites, sólo me han traído problemas. Empezando por los Black hasta el puto Termeritus Jones, pero ahora forman parte de mi familia. Mi nieto es uno de ellos. Si allí están más seguros los llevaré. - niego a lo de Ian porque ya no tengo manera de saber dónde está, frunciendo el ceño mientras miro hacia la ventana, más concretamente a la luna. - Ian decidió marcharse cuando se aproximaba la luna llena. Desde que pasó lo de la magia comenzó a sentirse más fuera de control, como si no fuese a ser capaz de dominarse durante la transformación. Se alejó porque dijo que era peligroso. Ahora no sé dónde está. - admito preocupado, dándome cuenta de repente de lo de Jarkko y sus brazos. Los habían hecho con una especie de sustancia animada por la magia, si había desaparecido eso significaba que se había quedado sin sus extremidades. - Mierda. Hay que encontrarle, estará indefenso. La única manera de que esté a salvo es que se hubiese quedado con los de su clan, pero si todos están perdiendo el control... - en ese momento se escucha un porrazo proveniente del sótano, lo que me hace cabrearme. Como estén saliendo sin permiso los echo de aquí pero ya.

El jefe de los Soul Reaper, ya recuperado, aparece en mi salón con esa cara de soberbia que siempre tuvo, haciéndome recordar aquel enfrentamiento que tuvimos en las calles de Londres hace tantos años. El shock para Lyran es mayor, que él no lo había visto desde entonces. Yo le había visto cuando estaba desmayado, y obviamente no imponía tanto como ahora. Lyran se me adelanta, y le suelta un puñetazo antes de que pueda decir o hacer nada. Un gesto de sorpresa queda dibujado en mi cara durante unos segundos, ya que no me esperaba un golpe tan inmediato, a pesar de que también conozco esa faceta chunga del Knox. - Bien hecho. - murmuro asintiendo, eso de saldar cuentas siempre me parece correcto.

- Sí, pongámonos al día. ¿Ya no te va eso de secuestrar estudiantes y de ir causando el caos por todos lados? tienes que estar muy cabreado ahora que los de la Alianza te han quitado el puesto de villano jodedor. - el caso es que el cabrón estaba casi igual a como lo recordábamos, el tiempo no había pasado por él igual que por nosotros. - Este ha hecho un pacto con el diablo. - comento a Lyran, que seguro que también se ha dado cuenta de que el Svensson no tiene la pinta de abuelo que debería tener, sobre todo teniendo en cuenta que tiene un nieto veinteañero.

No sé a qué se refiere Khaled con eso de mi falta de fe, creo que he demostrado con creces que lo daría todo por los Soul Reapers. He perdido mucho por el camino, y no he renegado de nuestros ideales en ningún momento, por eso me duele que me diga lo de la falta de fe. Tal vez se refiera a falta de fe en él, no lo sé. Yo nunca llegué a conocerle hasta que regresó del infierno, pero crecí escuchando las historias de sus proezas. Con el tiempo supe que no todo era como lo contaban, que había una parte cruel en parte de esas "hazañas". No supe cómo encajarlo, menos cuando he conocido gente que sufrió a sus manos. Por un lado admiro el coraje de Khaled, el sacrificio que hizo yéndose al infierno para salvar a todos de la destrucción. Por otro creo que las cosas pudieron haberse hecho de otra manera. También es cierto que yo no estuve allí, y que es muy fácil hablar desde la distancia del tiempo.

- A nadie. - admito por lo bajo cuando pregunta que a cuántos magos ha atacado desde que volvió. Lo cierto es que yo he atacado a más, para recargar las nuevas calaveras. No los estaba matando, obviamente, pero sí les dejaba jodidos por una temporada. Permanezco muy quieto cuando se aproxima tanto a mi de manera intimidante, crea ese efecto aunque no grite ni golpee. - Yo no vivo en el pasado. Sólo quiero que los magos dejen de mirarnos con rencor, que dejen de pensar que somos enemigos. Claro que hay un montón de magos idiotas, pero a esos simplemente los ignoramos. - la tensión de la conversación hace que apriete mis metálicos puños conforme Khaled sigue rebatiéndome, lo que sería un zasca en toda regla. Odio escuchar eso de los fantasmas del pasado, yo lo que quiero es que tengamos futuro, aunque estamos puteados, entre que nos arrebatan las calaveras y que ahora pierden la magia.

- No, eso no les preocupa, lo sé. Sólo digo que deben vernos como aliados contra el enemigo común, no como otro inconveniente más. Creo que no nos estamos entendiendo...- niego con la cabeza mirando hacia el suelo mientras Khaled pasa de largo para dirigirse a la puerta del sótano, dispuesto a salir de ahí. Ahora me siento un poco culpable por lo brusco de la conversación, no quería que terminase así. A pesar de ello no salgo detrás de él de inmediato para disculparme, el orgullo del que le acusaba a él hace un momento es el causante de que yo no admita mi parte de error. Al menos no ahora. - ¿Quién crees que lleva razón, Vanessa? - le pregunto a mi compañera, que se encuentra en la otra punta de la habitación. Sé que es una cotilla, así que habrá estado pendiente de la conversación.