Recepción hospital Ouroboros y sala de espera

Finalmente recibió respuesta de Ian, algo de que luego la veía. Le pareció raro pero al menos estaba respondiéndole. Le informó que Sean había bajado y lo había atacado SAM  y estaba siendo operado en ese momento. Básicamente le hizo un poco resumen de lo que estaba haciendo antes de enfocarse exclusivamente en Zaphira. Se dio cuenta de la forma en la que hablaba como si ella no viviera en Ouroboros. La miró a los ojos sin entender aquel desentendimiento pero prefirió callarse para seguir oyéndola.

-No sé exactamente lo que pasó con Bellatrix. Tras nuestra reunión ella se presentó y revisé sus recuerdos pero no había nada Pendragon lo que me hace suponer que fue manipulada. Y me gustaría saber quién lo hizo- Le dijo con sinceridad pero prefirió ahorrarse el resto de la información sobre Matvey y la decisión de Bellatrix de ser doble espía porque aún así…Aunque le creía  a él, no le creía a ella -Entrar al Consejo no es tan fácil, Zaphira- Indicó chasqueando la lengua. Se miró la mano donde estaban las pociones para Matvey y decidió que debía ir partiendo.

Le pareció bastante fuera de lugar su respuesta con ese “piensa un poco” -Precisamente porque estoy pensando me parece bastante raro que hayas ido en contra de tu propia palabra, Zaphira Eire- Espetó con pocas pulgas y la miró a los ojos cuando soltó aquello de que vendería su alma al diablo. Una idea loca, por supuesto, como su propia idea de los Revenant. Ahora que se había tranquilizado un poco y dejado de llorar, Catherine se fijó en que sus ojos eran de otro color. Temió. Temió que lo del espía doble estuviera sucediendo en sus propias filas. Y preparó una daga. Verbal. -Tus métodos no te impidieron matar a Robert- Se levantó y, digamos, una corazonada la llevó a establecer contacto mental encontrando la misma resistencia extraña y la morena apretó las muelas -Me he encontrado con esto antes- Dijo tocándose suavemente la cabeza. Es más, lo tenía muy reciente pero había demostrado con creces que su poder era capaz de romper esa barrera.

“Zaphira… ¿Es esto lo que creo que es?”

Levanté una ceja cuando dijo lo de la bruja, los recuerdos se podían modificar, había muchos demonios con ese poder y juraría que entre los mortales se podía hacer -Bueno, tu puedes leer la mente, ¿quien nos dice que esos recuerdos eran reales? no sé, si yo tuviera que guardar un secreto con vosotros primero tendría que engañarme a mi misma- solo desvariaba y pensaba en voz alta, lo podía tomar como quisiera y aunque me estaba diciendo la verdad tal vez no me la estaba diciendo toda pero eso no entraba en mi contrato.

Casi me río cuando me dijo que no era fácil entrar en el consejo -¿estás de guasa? les acabáis de dar una oportunidad para entrar, seis meses con el enemigo en casa- hice cara de no estar muy convencida y moví mi mano de un lado a otro como diciendo que eso había estado regular -podríais haber pedido tiempo para tomar la decisión o inventaros que debía haber unanimidad para aceptar... ¿la burocracia no os vale? como cuando vas a pedirte el carnet de conducir y te hacen esperar..cosas así- el café empezaba a afectarme porque sentía que iba a mil y el sueño se había ido a paseo.

Me encogí de hombros cuando dijo que le parecía raro lo que hacía -Antes no tenía una solución, ahora la tengo, no me han controlado y es lo que cuenta- lo de Robert había sido un golpe bajo e hice cara de dolor, como si hubiera escocido mucho seguido de un siseo -eso ha sido un golpe bajo, te has pasado, pero estoy bien, no te la voy a devolver- la vi levantarse y noté como intentaba entrar en mi mente buscando a la dragona... nadie me dijo que fuera un secreto y tenía habilidad, ya había tratado con poseídos -oh querida, dudo que fuera alguien como yo- le dije sonriendo y mirándola fijamente esperando que encontrara lo que buscaba.

(...)

No sabía nada de Sean, nadie me decía nada y solo podía esperar temiéndome lo peor, revolviéndome en un sentimiento de culpa, tristeza y preocupación, nada se podía comparar a eso. Lucio llegó y lo primero que hizo fue interrogarme pero no fui yo quien le contestó -LUCIO! TIENES QUE SALVARLO! - nada, gritos y palabras que se perdían en la propia oscuridad de mi mente y entonces vino el primer golpe "solo le das problemas" ... no dije una sola palabra más, no podía y empezaba a pensar que tal vez tuviera razón.

Me había rendido, estaba destrozada por dentro y a mi cuerpo se le habían secado las lágrimas, me quedé observando, en silencio, sin un ápice de ningún sentimiento que no fuera negativo, solo esperaba que alguien saliera por esa puerta y me dijera que mi niño estaba bien. Catherine apareció en la sala, estaba tranquila, mucho más que yo desde luego a pesar de la muerte de Matvey a lo mejor estaba bien o se había hecho otro tatuaje. Maera informó de todo lo que había sucedido, no le di instrucciones ni directrices solo la dejé hacer hasta que la morena dijo lo de Robert... ¿Y si Sean acababa igual por mi culpa? ¿y si tenía que visitar otra lápida de piedra durante el resto de mi vida? no podía soportarlo y de nuevo volví a gritar de dolor, para cuando la descendiente entró a buscarme solo pudo encontrar lo poco que quedaba de mi.

-Es la única forma... necesitaba protegerlo, estar a su lado y ahora lo voy a perder...- no hubo más palabras para ella solo llanto.

(...)

y ahí se había cortado la conexión, esperé a que la morena volviera a mirarme a mi y tomé una revista -Está un poco sensible, pero no te preocupes, seguro se le pasa- abrí aquella cosa y empecé a leer curiosa sobre un reportaje de los jardines de discórides, eran muy bonitos y la verdad, estaba deseando hacer turismo.

-Exactamente- Señaló cuando habló de lo de Bellatrix, porque tenía bastante razón. El resto de su opinión sobre el Consejo simplemente lo ignoró, no iba a darle excusas y tampoco argumentos. Tendría que echarle un vistazo a las reglas. Corrección: Mei tendría que ayudarle a leer las reglas. No se arrepintió demasiado cuando puso aquella cara con respecto a Robert y Catherine dejó su gesto neutro. Estaba confundida. Pensó que…le gritaría. Algo raro sucedía -Sí, en efecto. Pero no quiero muerto a Sean y mucho menos de tu mano porque ¿Sabes qué Zaphira? Lo quiero tanto como tú. Y también te aprecio a ti pese a que somos las dos unas soberbias tercas… Y como te aprecio sé lo que te destruiría ser la causante de su muerte. Y si me toca darte golpes bajos para que reacciones, lo haré. Asumo las consecuencias- Le espetó con profunda seriedad.

Tras ello hizo contacto con Zaphira, la verdadera y supo que su corazonada era correcta. Escucharla de esa forma la hizo reflexionar “Lo entiendo. Lo respeto. No lo vas a perder porque ni Lucio ni yo lo vamos a permitir. Pero Zaphira, cuando Sean vuelva necesita encontrarte a ti. No te disipes ante la presencia de ella porque puede consumirte y entonces el remedio será peor que la enfermedad”, analizó y miró a las pupilas de aquella mujer que tenía el cuerpo de Zaphira pero no era ella -Gracias por protegerlo- Señaló y se quedó mirándola un rato más en silencio -Tengo que irme pero estaré en contacto contigo…Con ella- Corrigió con el ceño fruncido y suspiró pesadamente, mirando una vez más hacia la puerta por encima de su hombro para luego desaparecer.

Lo de que era un día tranquilo de pronto cambió cuando llegó una de las Descendientes. La recepcionista que me estaba atendiendo se fue a hacer otra cosa así sin más olvidándose de mi. Me apoyé en el mostrador esperando un rato mientras veía a la mujer hablar con otra señora a lo lejos.
Estaba a punto de largarme pensando que ya me inventaría una excusa para el Maestro cuando una enfermera traspasó las puertas de acceso a las consultas y acercándose a mi me indicó que pasase pero que iban a tardar bastante rato en atenderme, que por lo visto estaban muy liados.
Sin más la seguí.

El miembro 'Reed Draven' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado de 20 caras' : 10

-hmmm- ese sonido salió de mis labios mientras la morena hablaba, tenía una forma muy ruda y seca de decir las cosas, nada favorecedor para la dragona pero a mi me parecía interesante, los humanos tenían muchos matices, algunos fácilmente malinterpretables, otos más sinceros y un sinfín de diferencias -aww, que bonito, pero no creo que lo quieras más que yo, yo no lo dejaría solo ante el peligro pero entiendo lo que dices-y si, me refería al incidente de unas semanas atrás con el hermano de la chica cuando los dejó a todos vendidos en la sala de reuniones. Me eché a reír con lo de tercas, en eso tenía razón, mucha, al final era maja y todo la niña -Gracias, tendré muy en cuenta tus palabras-

No tardó mucho en darse cuenta de lo que pasaba y la verdad es que me pareció interesante ¿qué haría cuando lo descubriera? ¿cambiaría su actitud? solo tenía que quedarme sentada y esperar. Zaphira no hizo mucho, solo le dedicó un par de palabras pero había escuchado tan bien como yo lo que le quería transmitir la descendiente.

Le hice un gesto con la cabeza al agradecerme por proteger al chico, no me lo esperaba -De nada su descendentica.. ¿majestad?- la verdad no sabía como tratarla pero iban en plan importantes así que la realeza estaba bien ¿no? la despedí con un movimiento de mi mano y entonces desapareció.

Pasaron un par de horas y me aburría muchísimo, ví a la gente pasar de un lado a otro incluido el chico moreno que llegó cuando hablaba con Catherine, empezaba a pensar que deberíamos tener salas de espera en el infierno para los condenados porque eran de lo peorcito pero mi sufrimiento acabó cuando el mismo elfo que se había llevado a Sean apareció por la puerta diciendo que estaba bien, fuera de peligro y descansando -joder, menos mal- no se me había jodido el contrato y Zaphira volvía a llorar pero esta vez con un sentimiento de alivio y felicidad. Esperé un poco más hasta que por fin me permitieron pasar a verlo, aunque no sería yo quien hablara con él, lo permitiría, solo por mi cagada de noob.

Durante todo aquel mes Mérida había trabajado duro junto a la Brigada en los Campos de cultivo y en el arreglo general de Ouroboros. Su especialidad no era la arquitectura y aunque sugirió que crearan un estadio de béisbol porque el "deporte era vida", no le hicieron caso. Todo esto con cruces esporádicos con Kyllian, con una rubia Pendragon tetona y las juergas generales de la Brigada.

Sin embargo, en la última semana no se había estado sintiendo del todo bien. Es más, el día anterior había pasado todo el día en la cama porque cada vez que se levantaba le daban ganas de vomitar. Pero hizo de tripas corazón y se fue sola caminando al hospital para que alguien le atendiera. Rogaba a los Dioses de cualquier sanador que no le dijera que era una intoxicación por alcohol o que ahora era alérgica a la cerveza ¡Sería lo peor del mundo! ¡Su vida acabaría! ¿Podría seguir perteneciendo a la Brigada si no bebía?

Al llegar saludó a Doris con la mano y explicó los síntomas, la mujer la derivó a la sala de espera con una cinta en la muñeca por si tenían que internarla. Aquello se ponía de mal en peor. Apoyó la cabeza en sus manos y los codos en las rodillas esperando que alguien la atendiera rápido y no llenarles la sala de vómitos.

Después de operar a Sean todo volvió a la normalidad y los rumores de guerra desaparecieron, los guardias volvieron a sus tareas normales y el estado de alerta del hospital se redujo a lo que normalmente era, alguna que otra emergencia porque un idiota dijo mal "leviosa" y boom! al urgencias, hasta teníamos mal una pizarra con "número de casos estúpidos de octubre" una maravilla para echarnos unas risas.

Aún con todo de vuelta a la normalidad Lucio seguía sin aparecer y era comprensible, me pasaba de vez en cuando por la habitación de Sean para consultarle cosas sobre la gestión del hospital y para echarle la bronca por no descansar como se debía, por suerte tanto Giordano como Zaphira le hacían el relevo de vez en cuando... y cuando le tocaba a Giordano todo eran risas y diversión por los pasillos, hasta me habían llegado rumores de la tal mazmorra sexual que tenía -lo que yo decía, si los más calladitos son los que más delito tienen-

Un nuevo día en el hospital marcaba el inicio de mi jornada laboral y revisé los casos que iban llegando, entre ellos la pelirroja cliente VIP, como de momento no tenía nada que hacer la llamé a consulta -Pyro! ven aquí bonita, vamos a ver que le pasa a ese cuerpo serrano- miré el historial y la hice sentarse en la camilla -a ver, te voy a pedir una muestra de orina y una analítica, en cuanto te los saque te doy algo para ese vómito... ¿solo se trata de nauseas? son continuas o van y vienen? levántate la camiseta- pasé mis manos por su abdómen para palpar por si hubiera algo raro pero todo parecía de lo más normal, tomé una jeringuilla y los tubos de muestras para sacarle sangre y después le entregué el botecito para que me trajera la orina pero me daba ami que ya sabía lo que era.

No tuvo que esperar demasiado y agradeció eso. Se levantó con una sonrisa grata y lo siguió con paso lento tratando de recolocarse. Se subió a la silla y lo escucho antes de reírse por lo bajo -Uf... Pues saldrá limpia porque llevo como cuatro días sin beber alcohol- Se río un poco y pensó un poco.

-Eh... No lo sé. La verdad es que hace días que nada me cae bien. - arrugó un poco el ceño y se levantó la camiseta -creo que es una intoxicación- Expreso porque como buena paciente maleducada y "automedicada" ella ya "sabía" lo que tenía. Se dejó hacer con los tubitos y después de tomar los envases se fue al aseo para recoger las muestras.

Terminó, se lavó las manos y se fue hacia donde estaba antes y se las tendió -Ha ntentado comer solo sopa para mejorarme pero no ha ayudado nada. Muchas cosas me dan asco y de solo pensar en ellas ...- El rostro de la pelirroja cambio un poco antes de negar con la cabeza. Se tapó la cara con las manos y se echó hacia atrás en la silla frustrada

-Que suerte tienes de tener enchufe- Esperé a que la chica pasara y la vi con cara de potarme toda la consulta por lo que le di un recipiente de esos de cartonazo que teníamos ahora por si tenía una emergencia. Hice una cara de absoluta sorpresa cuando me dijo que llevaba días sin beber -¿le has dado vacaciones a tu hígado? qué maravilla hija, no sé como no te ha dado ya un chungo con tanto alcohol-

Mérida se pensó la pregunta que le había hecho y lo apunté todo en el informe porque eramos muy retro y no se podía usar internet en la isla, palpé y todo estaba en orden, no parecía dolerle nada cuando tocaba el abdomen -Si, puede ser... pero si no has comido nada raro y llevas ya varios días así... ¿Has tenido diarrea?- esperé su respuesta y en cuanto tuve todas la muestras las remití al laboratorio para que las analizaran, no tardarían mucho -a ver, ahora quietecita que te voy a poner una vía, suero y medicación para esos vómitos, en un rato tendrás los resultados así que acuéstate, si tienes ganas de vomitar ahí tienes el cubo-

Pasó casi una hora y mis sospechas se confirmaron, volví hasta el lugar en el que había dejado a Mérida descansando y la miré algo serio -Tengo una mala noticia para ti y una buena para tu hígado, vas a tener que dejar de beber por el momento, se acabaron las juergas señorita- miré el resto del informe y todo parecía normal -te dije que vinieras en un par de semanas y me vienes un mes después, es que no hacéis caso a lo que os dicen los médicos- me acerqué y le di los resultados de las analíticas -Estás embarazada, cuatro semanas chata-

Cogió el recipiente porque precisamente no quería ensuciando todo, así que lo abrazó como si fuera su mejor amigo. Negó a lo de las vacaciones con seriedad -Nada que ver… Es que me caía fatal. ¿La cerveza? La huelo de lejos y me recuerda a una borrachera que tuve que acabe fatal. Terminó potando. He salido poco de mi habitación por eso… y ya al ser cuatro días dije que mejor era venir- Sonrió casi como buena paciente.


-No solo náuseas. Y vómitos. Bueno tampoco he comido mucho así que voy de vientre bastante flojis- Dijo con una mueca la señora sinceridad. Lo vio irse después de ponerle los aparejos y Mérida aprovecho para dormirse una siesta porque era el mayor tiempo que había estado sin necesitar ir al baño a devolver la bilis. Se sentía bastante cansada y tenía un sueño increíble. La camilla no era del todo cómoda pero al menos estaba fresquito.

Y así paso un tiempo hasta que llegó el elfo. Mérida se medio incorporó pasándose la mano por la cara para espabilarse -¿Como que voy a tener que dejar de beber?- Lo dijo arqueando las cejas pensando que eso sería restar un par de puntos en la brigada. Se mordió el labio preocupada hasta que soltó lo otro… lo de volver -Es que estaba en los campos… - Lo que soltó después la dejó anonadada. Sintió que le hubiesen echado un balde de agua fría. Y tardo… tardo en reaccionar. Su piel se fue poniendo cada vez más blanca mientras su cerebro saltaba de un pensamiento a otro sin ningún orden. Desde ¿Cómo era posible? Hasta ¿Dónde metería la cuna? Entreabrió los labios varias veces como queriendo preguntar algo pero no podía.

Finalmente pareció reaccionar y se llevó las manos a la cara, ocultando la para luego apartarse los rizos rojos del rostro -Pero… me habías dado un potingue... yo…- Se echó hacia atrás en la silla y apoyó la cabeza, tragando en seco. Sabía que su pedía ayuda la Brigada estaría para ella pero aquella noticia cambiaba toda su vida. No se trataba solo de beber… eso, podía vivir sin eso. Pero… ¿Y las misiones? ¿Y ayudar? Sentía que empezaba a ahogarse en todo lo que aquella noticia se refería -Deberia… avisar - Dijo sacándose la moneda del bolsillo y después pensó que no, que Gen no debería ser la primera en enterarse sino el padre. Inspiró profundamente y convocó un patronus para pedirle a Kyllian que viniera el hospital. -¿Puedes darme algo para los nervios?- Preguntó cerrando los ojos al acordarse que en un par de días tenía que ir a buscar a Adrien.

-ya, bueno, primero voy a hacerte las pruebas para descartar cosas pero creo que sé más o menos por dónde va la cosa, nos vemos en un rato- la dejé en la consulta mientras iba a dejar las muestras y atendía a otros pacientes que iban llegando, eso y que la medicina tenía que hacerle efecto a la pelirroja. En cuanto tuve los resultados mis sospechas se confirmaron, fui hasta ella y se lo dije sin rodeos, preñada de cuatro semanas y bronca por no haber venido antes al hospital.

La noticia sobre dejar de beber le sentó mal, pero me lo esperaba dado el historial de fiestas que llevaban -pero entre construcción y construcción te podrías haber escapado un rato, que puedes aparecerte - no era excusa lo de los campos y después silencio, se notaba que lo estaba mascando así que esperé mientras le preparaba una lista con instrucciones sobre la dieta, lo que podía y no podía hacer además de una cita para hacerle una ecografía .

Cuando la chica finalmente pudo hablar me dijo lo del potingue -No, te dije que no sabía si funcionaría y por eso te cité en dos semanas para poder hacer algo, pero ahora llevas el bollo en el horno y tienes dos opciones, o apechugas y por supuesto le das un tirón de orejas al feral  o te bebes un té de luna, pero eso no lo cubre Ouroboros, tiene que salir de tu bolsillo, tu decides pero no tienes mucho tiempo- suspiré al verla, estaba muy confusa, tal vez asustada y era comprensible, era bastante joven y alocada así que era una decisión difícil -Tu avisa a quien quieras, voy a hacer una ronda, volveré en un rato, y ya que estás aquí tienes una ayudita e indicaciones para el embarazo y para los nervios valeriana, ahorate traigo una- le tendí el papel y de nuevo la dejé sola para que pensara en sus cosas.

Se le quedó mirando cuando le recordó aquello de que tenía que ir a las dos semanas. Cerró los ojos acordándose de que, en efecto, él se lo había dicho. No podía ni ser responsable de su misma e iba a ser responsable de alguien más? Tensó los labios.

-Ummm...- Dijo con poca tranquilidad cuando lo redujo a dos opciones. Lo del Te de luna era una opción pero... No se sentía correcto. La verdad es que... Lo que sea que tuviera adentro no tenía porque ver mermada su vida por sus locuras. O por su falta de cordura con respecto al sexo. Pero siempre... Siempre había sido cuidadosa... Pero aquella vez. Inspiró profundamente.

Recibió el papel y asintió con suavidad cuando dijo que iría q dar una ronda. Se puso a leer las indicaciones sintiendo cada vez más desasosiego, más estrés, más inseguridad porque ella no tenía nada que ofrecerle a ese bebé. Ni siquiera tenía una relación con Kyllian. Era agradable, era atractivo pero se habían mantenido muy bien siendo amantes y sin enredarlo demás. Ahora ... Ahora sí que tenía un marrón encima.

Se acurrucó en la silla y abrazo las indicaciones mientras cerraba los ojos pensando en mil cosas.

llegué en un momento hasta la entrada del hospital y lo primero que hice fue acercarme a la recepcionista para preguntar por Mérida, me había dejado un poco preocupado porque al fin y al cabo era raro que me llamara a mi y no a sus compañeros de brigada por no mencionar que llevaba cuatro días desaparecida, la mujer buscó entre sus cosas y al final me dijo dónde encontrar a la pelirroja, me dio las indicaciones y después de perderme un par de veces por los pasillos encontré la consulta en la que estaba.

Toqué la puerta y pasé viéndola tirada acurrucada en una silla por lo que pasé y le acaricié la espalda -eh! qué pasa pelirroja? te has pasado con la bebida otra vez?- me senté en el reposabrazos y miré alrededor -¿Estás aquí sola? si quieres puedo avisar a alguno de tus compañeros- aunque si no lo había hecho ella misma sería por algo o a lo mejor no podían, el caso es que no lo sabría hasta que ella me dijera alguna cosa

Se removió un poco cuando escucho que se abría la puerta. Disfruto de la caricia en su espalda, si, era reconfortante. No había logrado llorar. Cualquiera diría que seguía en shock -Es que tengo que hablarlo contigo- Le dijo aún un poco contrariada. Se alejó el papel del pecho y lo puso sobre su regazo con lentitud. Se incorporó un poco y lo miro con una sonrisa algo extraña.

-Nos conocimos hace un mes...¿Recuerdas las circunstancias?- Le miró, sonriendo de lado. Se apartó el cabello de la cara y le miró a los ojos con curiosidad -Mejor dicho... Los detalles- Inspiró profundamente porque si algo era Mérida era directa -Tengo cuatro semanas de embarazo porque no usamos protección- Le dijo y no con la idea de que le cayera tan pesado como a ella pero necesitaba sacárselo del pecho -Vine después de nuestro encuentro para hablar con Aldaron, con la idea de que me diera algo para evitar pero... No funcionó, lo siento Kyllian- Expresó mordiéndose el labio inferior y frunció un poco el ceño antes de apartar la mirada.

-Mira... Se que nos hemos divertido todo este tiempo pero entiendo si... Es decir, Aldaron me dio dos opciones. Está el té de luna o apechugar. Yo soy más de apechugar y... No te estoy obligando a nada, no tienes que formar parte si no quieres. Mi padre no lo hizo conmigo y bueno, lo entiendo - Expreso y extendió su mano hacia la de él para apretarla suavemente, con un gesto de comprensión en el rostro -Estoy segura de que la Brigada me ayudara-

Me levanté sorprendido cuando dijo que tenía que hablar conmigo... y para estar en el hospital... madre mía, capaz que le había pegado algo.. pero yo estaba muy sano, eso lo tenía claro, culpa mía no era ¿y si fue en el pajar? -te juro que no tengo pulgas- fue lo primer que se me pasó por la cabeza pero su sonrisa rara me decía que podía ser serio así que me crucé de brazos muerto de la intriga.

Asentí cuando dijo que nos habíamos conocido hace un mes, bueno, las circunstancias -si, me echaron una buena bronca después por la cama rota, pero tranquila que eso lo arreglan en un momento con un encantamiento, solo les gusta dar la chapa a los estirados estos- tanto jaleo para arreglarla más rápido delo que yo había tardado en destrozarla, pero eso no era lo importante, Mérida me soltó el bombazo sin anestesia y yo hice un ruidito como de nazgul, así hacia dentro y bajito antes de llevarme una mano a la boca mientras cruzaba el brazo contrario para hacerme de apoyo.

La estaba mirando y sabía que tenía que decir algo pero estaba un poco empanado, tenía que digerirlo pero ella empezó a hablar de té de no sé que rollo y la brigada y joder... que estaba embarazada -a ver, espera, para el carro, lo primero es puto elfo! y lo segundo... si lo quieres tener o no es decisión tuya, no soy yo el que va a llevar el mini alien 9 meses en la barriga- me acerqué de nuevo a la silla y me arrodillé frente a ella chascando los dedos para que me mirara -y que le jodan a tu padre! la cagada es de los dos y apechugamos los dos!- sentí su mano sobre la mía y la besé antes de sonreír -Bueno, los de la brigada ayudarán seguro, solo espero que Lykaios no me castre... pero la decisión es tuya, decidas lo que decidas lo hacemos juntos-

Lo de las pulgas la hizo reírse, aquello la destenso un poco y se sintió más relajada casi de inmediato. -No...no es eso- Negó con la cabeza para después oír lo de la cama y sonreír al traer tan buenos recuerdos. En realidad tenía excelentes memorias de ese mes con el. Desde encuentros de lo más random hasta cosas más planificadas pero todos eran divertidos y eso para Mérida era lo importante: pasarlo bien.

El sonido que hizo la sorprendió. ¿Y si le daba un infarto? Su gesto la hizo esperarse lo peor aunque después indico que era decisión suya, comprendió que el se desvinculaba y aunque le sentó un poco mal ya había decidido apechugar. Y se le debió notar en la cara... Porque le llamó la atención con los dedos. Le hizo mirarlo y cuando le aseguro que lo harían juntos, Mérida sintió que se le humedecían los ojos.

Se inclinó un poco hacia él para rodearlo con los brazos -Abrazáme un poquito, por favor- Le pidió y decidió apoyar la cabeza en su hombro tratando de tranquilizarse -Estoy muy nerviosa- Le dijo con la confianza que tantos encuentros juntos les había dado -Sólo sosténme un poco mas... -

De todos los momentos que podía elegir para quedarme callado ese había sido el peor, Mérida me miró extrañada cuando hice el ruido ese pero me tomaba por sorpresa y en frío, es decir, ya había experimentado la paternidad pero el caso es que este era mío y tendría que estar desde el principio, por no decir que ya me había olvidado por completo de ser padre, hasta iba a decirle a Reiv que me aceptaran en los renegados pero con eso.. ¿debía pedirle a Lykaios que me aceptaran en la brigada? pero también estaría Leila aunque también podría ver a Lila... eran demasiadas cosas y emociones en un solo instante, mucho más de lo que podía procesar mi mente.

Mis palabras no habían estado muy acertadas tampoco y lo pude notar por el rostro de Mérida pero seguramente me habría malinterpretado pues me refería más a que si decidía no tenerlo no la iba a culpar o a detener , llamé su atención para que me mirara haciéndole saber que estaría con ella, no la había visto llorar más que cuando no paraba de reírse pero ahora era distinto -claro que si, ven aquí tonta- la abracé tanto como quisiera esperando que se calmara, era algo bastante nuevo y seguramente ella no se lo esperaba...¿y su prometido? seguramente me metería la cena de picoteo por el culo.

Esperé a que se calmara pero mi cabeza iba a mil por hora, en cuanto nos separamos le puse las manos en los mofletes y se los estrujé con una sonrisa -Madre mía que vamos a tener un hijo! - le planté un beso en los morros y después la volví a estrujar algo más emocionado y consciente de la situación -y qué será? crees que nacerá mago o feral? bueno no importa, pero me gustaría un niño! tu que dices? oh! hay que comprarle cosas, pero ¿qué color? no sabemos qué será! te han hecho la ecografía? -

No lloró porque Mérida no era una mujer de lágrima fácil, aunque las palabras del feral la emocionaron. Tras eso se quedó un rato abrazándolo mientras empezaba a notar que se le pasaba el trago amargo de decírselo, entonces se incorporó un poco para ser atacada ferozmente por un Kyllian alegre, aquello la hizo sonreír para luego reírse asintiendo un poco -Sí, sí-  Soltó sintiendo que su corazón se incendiaba de felicidad al verlo tan contento. No sabía porqué realmente pero aquello le daba mucha paz.

Le devolvió el beso riéndose antes de escuchar el torrente de preguntas pero habló tan rápido que no le dio tiempo a responder ninguna y aquello acabó dándole un ataque de risa a Mérida que no tardó en hacer sus soniditos de cerdo mientras se apretaba la panza -Oye…Oye…- Se rió y cogió de su regazo el papel que le había dado el elfo para tendérselo -No tengo ni idea Kyllian ¡Nunca he tenido un hijo! Yo… Buffff….yo supongo que saldrá mago…. ¿Sexo? Ni idea, la verdad es que no lo tenía planeado ¿vale?- Se rió de nuevo y después, cuando empezó a desvanecerse aquella risa, suspiró -Supongo que…amarillo o turquesa…-

Tiró suavemente de la mano de él y le miró a los ojos, luego arrugo un poco la nariz -Así que… ¿Qué vamos a hacer?- Alzó suavemente las cejas para luego hacer un gesto un tanto extraño. Pensar en Adrien le dolía pero lo cierto es que ella tampoco había planeado eso -Cuando Adrien venga le informaré que nuestro compromiso se cancela…- Le explicó a Kyllian porque consideraba una fechoría total adosarle el niño al moreno. Su mirada se desvió un poco, con el ceño levemente fruncido y después miró al feral para quitarle el hierro al asunto -Tranquilo, gato, no te estoy preguntando un ¿Qué significo para ti? ¿Qué somos? Ni ninguna chorrada de ese estilo…- Porque la verdad es que con las emociones que estaba teniendo en ese momento no estaba dispuesta a tener esa conversación. En aquel mes se había divertido, en aquel mes había vivido la vida loca aunque con un solo amante  y le había resultado genial porque Kyllian estaba en la misma onda que ella y no quería arruinar eso - Pero tal vez deberíamos tener al menos habitaciones contiguas ¿No? Total… Siempre estamos en una o en la otra- Le guiñó un ojo de manera mucho más amistosa. Pensaba, más que nada, en que él no se perdiera nada del embarazo y si ella necesitaba ayuda que estuviera un poco más cerca.

Alguien abrió la puerta y Mérida sonrió a la enfermera que le traía la tila. Extendió las manos y cogió la taza -Gracias… Esto seguro que no lo devuelvo- La mujer la miró no muy convencida y le recomendó tomar pequeños traguitos, lo que le causo algo de temor a Mérida. Cerró los párpados un momento -Llevo cuatro días en los que no he podido comer nada…Todo lo devuelvo, por eso vine de urgencia- Le explicó al feral mientras bebía el té de a pequeños tragos.

Al final la había hecho sonreír y eso era lo más importante, no era el fin del mundo y si bien era cierto que no lo habíamos planeado a mi no me molestaba en absoluto, solo tenía que retomar mis planes de paternidad y volver a empezar. La besé sin pensar y empecé a soltar todo lo que se me pasaba por la cabeza de forma rápida, tanto que al final la pelirroja tuvo que detenerme -ups, lo siento- tomé el papel dándome cuenta de mi comportamiento y empecé a leerlo -ni tu ni yo lo teniamos planeado pero qué le vamos a hacer...hmmm... te toca hacer dieta guapa, nada de alcohol así que se acabaron las resacas, para ti zumo- asentí a lo de los colores, a mi me gustaba más el amarillo pero daba lo mismo.

Me entretuve mirando el papel con todo el rollo de las dietas, los análisis de glucosa, ecografía... menudo coñazo, pero si era necesario se haría, la voz de Mérida captó mi atención con una pregunta sobre qué haríamos y la miré sin saber muy bien a que se refería porque pensé que estaba claro que debíamos apechugar o eso había entendido yo hasta que mencionó a su prometido -Si te digo la verdad antes he pensado que me iba a meter la cena de picoteo por el culo, pero es algo que tenéis que hablar me parece a mi- .

Se me quedó cara de atontao cuando me dijo eso de qué éramos, la verdad es que no había pensado en eso, hace solo unos minutos le había dicho a Reiv que eramos amigos con derecho a roce y ahora pasaba eso, me eché a reír y después le hice drama -yo pensaba que era especial! me has roto el corazón Mérida Pyro! jamás volveré a ser el mismo!- me tiré en la camilla cual vieja loca de telenovela retorciéndome antes de abrir un ojo y empezar a reirme de nuevo. Lo de las habitaciones me daba igual así que me encogí de hombros -si estamos en una habitación u otra, ¿ qué más da que pillemos una para los dos? si a ti no te importa a mi tampoco, así puedo estar pendiente por si pasa algo-

La enfermera nos interrumpió con una taza para Mérida que confesó que llevaba ya varios días devolviendo -¿y solo has venido al cuarto día? estás fatal- volví a echar un vistazo al papel -hay que hacer la compra, tienes que comer bien y ver que puedes comer sin devolverlo- me di un golpe en la frente recordando que había dejado a Reiv y a Juliet en la montaña -ostras, yo iba a la montaña para ver a los Pendragon con Reiv y Juliet.... ¿te apetece venir? después podemos ir al mercado a comprar cosas-