Recepción hospital Ouroboros y sala de espera

-Pues cuando tenga hijos, si quieres, puedes ser el padrino de alguno- Mencionó la morena con un gesto bastante amable pues sabía cuán importante era la familia para todos. Mientras miraba los reportes pensó en Catherine nuevamente, analizando que en la última semana había perdido a su hermano y habían puesto en riesgo a su esposo e hijo. Se reacomodó en la silla incómoda. Recordó las pérdidas anteriores. Tal vez tenía razones para tener tan mala leche. Porque así era la morena: Empática, caritativa, cariñosa. Guardó el archivo de los Le Fay en la carpeta, levitándolo hasta la zona donde se encontraban los demás casos cerrados apiñados. Tal vez debería organizarlos alfabéticamente. ¿Por nombre o apellido?

Se rió un poco con respecto a lo del agua pensando aún que era extravagante eso de liarse en el armario de pociones. ¿Qué incómodo, no? ¿Dónde se apoyarían? Si era sólo un armario. Su mente se fue por esos derroteros sólo un momento -¡Aldaron!- Espetó cuando vio los informes tirados al piso empezando a estresarse por el desastre que estaba haciendo el elfo con su vena dramática. Al final se bajó de la silla y se agachó para recogerlos y organizarlos según el alfabeto, sosteniéndose perfectamente en sus altos tacones. Cuando se subió lo miró con el ceño fruncido y acomodó los informes a un lado.

Respiró profundamente y volvió a tomar de la taza, cogiéndose a ésta con ambas manos para absorber un poco del calor. Después bebió un par de tragos y dejó que aquello bajara. Tomó una galletita y mordisqueó un poco escuchando lo último que le decía el elfo -No le llames mozo, tiene nombre: Giordano Da Vinci- Expresó con total naturalidad -Y ya te he dicho que los cotilleos no son lo…mío- Parpadeó levemente al notar que aquella confesión había salido así sin más. Un secreto que había guardado durante tanto tiempo y sin embargo había abandonado sus labios con facilidad. Alzó la mirada hacia el elfo con las cejas alzadas -¡NO PUEDES DECIR NADA!- Espetó y se levantó deprisa para lanzar un hechizo a la puerta y cerrarla a cal y canto.  Y después elevó un encantamiento para que nadie oyera lo que allí se contaba. Se giró hacia él y lo cogió de la bata con nerviosismo -No puedes decir nada. Prométemelo. Hagamos…Hagamos un juramento inquebrantable- Soltó, así nada más, de los nervios que le invadían.

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me llevé las manos a las mejillas cuando ella me mencionó lo de ser padrino de las criaturas -Oww! que monis! juro que seré buen padrino- de esos que regalan porros y se los lleva de fiesta, la mala influencia pero que les da un collejón a tiempo.

-Qué? solo me expreso libremente!- dije mientras ella recogía los documentos y yo ejecutaba mi plan maligno, que me habría sentado mal si me hubiera dicho lo de los ahijados antes pero no pasaba nada, yo viví por el marujeo.  Me hice el loco y miré de reojo cuando bebió de su té dejando los documentos y esperando a que aquello hiciera efecto, gracias a los dioses que había aprendido a hacer pociones!

No tuve que hacer mucho más para que me soltara el nombre del caballero que clavó su espada en ella para conquistar el territorio y mi cara de sorpresa se mezclaba con una sonrisa de salseo -¿¡Qué te has tirado a Kendano Da vinci!? joder nena si todos pensamos que lo tiene liso como el chocho de la barbie!- no pude con las carcajadas, era el salseo del año, por favor que me contrataran en salsa rosa porque lo iba a petar más que la esteban -Me cago en la puta! que notición! ¿y que tal es en la cama? cómo lo enganchaste? seguro que tiene algún fetiche raro... oh dios mío! y si en verdad es un vividor follador!?- y entonces caí en algo -¡Qué es un descendiente! apuntas alto!- y parecía tonta cuando la copramos.

Aquella cerró la puerta y me hizo prometer que no diría nada pero ni de coña, si no se lo soltaba a l menos a una persona reventaba -tranquila mujer si no pasa nada! y no, nada de juramentos de esos chungos que seguro me muero- porque a ver era muy bocazas -pero por favor cuéntamelo todo con lujo de detalles! palabrita del niño jesús que no se lo cuento a nadie- y como jesús no existe, pues eso.

La morena se llevó las manos a la cara, presionándose los ojos, mientras su nivel de estrés iba creciendo. Y encima la cara del elfo de sorpresa y emoción al mismo tiempo hizo que se sintiera incómoda. Si ni siquiera ellos habían hablado de ese tema cómo pretendía Aldaron que se lo contara a él. Y se reía, y se reía. En un momento Arleen estuvo a punto de salir de aquella sala y acusar de mentiroso a Aldaron en cuanto dijera alguna cosa pero, al mismo tiempo, su honor no le permitiría aquello. Era reservada no mentirosa. Apartó las manos de la cara y empezó a bajarse el té de un solo trago -No entiendo tus referencias- Dijo con total honestidad.

-¡Yo no enganché a nadie! ¡No soy una ramera!- Dijo y se puso de pie, empezando a caminar de un lado al otro. Se abrazó a sí misma mientras pensaba en aquella noche especial -Fue…Fue hace años, Aldaron. Estábamos construyendo el quirófano, el que está en el maletin, porque había sido mi proyecto y Lucio me derivó con él.    Y trabajamos muuuucho…Pero yo sabía que rendiría sus frutos. Era necesario tenerlo por si acaso y siempre he sido muy previsora- Se enrolló porque a fin de cuentas, viva la poción. Y estaba muy orgullosa de ese maletin. Sin él no habría podido ayudar a G o mantener a Andreas en buen estado. No habría conocido a Belle y, a su manera, había ayudado a proteger a la isla -Fueron un par de meses de trabajo pero Giordano trabaja muy bien y ante cualquiera de mis ideas o dudas…Bueno tiene un proceso creativo muy interesante. Es un encanto- Confesó con una sonrisa de ilusión en los labios. Era hermoso ver a la gente tan inteligente durante el desarrollo de ideas. Y si le podías ayudar era un plus. Y si era Descendiente, un plus más. Se quedó un poco empanada pensando en esos días hasta que Aldaron dijo lo de que apuntaba alto. Lo señaló acusadoramente -Sino fuese Descendiente también me habría acostado con él- Cuando soltó aquello tan de la nada se sorprendió a sí misma, negó con la cabeza y se acercó a una de las pequeñas ventanas de la sala para ver a los lados pero no había nadie.

-¡Si se lo cuentas a alguien le diré a V que te encarcele!- Le espetó dándose la vuelta para enfrentarlo -¿Lujo de detalles? ¿Pero qué quieres saber de Giordano?- Negó con la cabeza -Estábamos los dos celebrando que lo habíamos acabado. Bebimos mucho. Vino…Café también. Comimos y al final…- Una vez más el sonrojo empezó a elevarse y Arleen movió las manos nerviosamente. Recordó que hace una semana Giordano le había insinuado lo del vino. ¿Se acordaría de ella? Ella también había oído ese rumor de que le gustaba…relacionarse con la gente -Una cosa llevó a la otra y ya…Eso es todo. Así perdí mi virginidad-

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mierda, no me había entendido, estos gen x, no sabían nada de lo bueno -Que si tiene pene! nadie ha visto nunca a Giordano.. interesado en otro ser de carne- las cosas había que decirlas claritas y a mi eso no me costaba en absoluto. la muchacha se tomó a mal lo de engancharlo y me sorprendí -Que no lo digo por eso mujer! qué ramera ni qué niño muerto, pa puta yo y mi culo lo disfruta! si pensaba que eras virgen!- entonces se empezó a soltar y me contó todo el rollo ese del maletín, menudo coñazo! no había gastado mi veritaserum para eso, solo me había quedado claro que bebieron mucho vino.

-Que no moza! quiero detalles! oro!- después me soltó quesi no fuera descendiente también le habría dado mambo y de nuevo se me puso cara de maruja -¡Te gusta Giordano! madre mía! que fuerte!- y allí estaba yo, moviendo las manos cual maricona excitada y dando saltitos y entonces va y me suelta lo de su hermano -joder si! que me ate, tu hermano tiene una habilidad que alucinas, en serio, el polvazo de ayer fue de diez- me llevé los dedos a los labios y los besé como hacían los italianos cuando algo estaba bueno.

Me pregunto por los detalles y mi cara fue de negra del bronks como de "obvio" -lo quiero todo! ¿folla bien? es de los que se esfuerzan en los preliminares o va directamente a saco? es de los cariñosos con besitos y mimos o más modo bestia salvaje empotradora? seguro lo hicisteis en la mesa del taller-

-Pero qué tontería es esa- Expresó de lo más ofendida con eso del aparato reproductor masculino -Los archivos de los Descendientes son relativamente accesibles y si Giordano tuviera algún problema estaría reflejado. Es un hombre perfectamente funcional. Menudas tonterías os estáis inventando con tal de tener algo de que hablar. ¡Vais a tener que buscar algo más interesante que cotillear en los pasillos! Se lo diré a Lucio. Os vais a aburrir la vida con el inventario de pociones y material- Soltó toda la chorrada de mujer indignada cuando le soltó aquello porque no se lo podía creer. Se había llevado las manos a la cadera con un gesto bastante obstinado

-Pues no lo soy- Volvió a recalcar -Que sea reservada con mis asuntos no implica que no conozca el placer sexual. Como si todo dependiera de un hombre. ¿Acaso una no puede satisfacerse a sí misma? Por favor, ese es un pensamiento retrógrado- Elevó brevemente el mentón cuando soltó que le gustaba Giordano y de pronto Arleen fue consciente de que …No lo sabía -No. Es decir, no lo sé- . He intentado quitarle importancia a eso porque...Confesó con profunda turbación. No quería decir el porqué así que se desvió a lo bueno de aquello -Me gusta como piensa. Es muy bonito verlo hacer sus proyectos, sus cosas…- Volvió a sonreír un poco tonta -Tendrías que haberlo visto. ¡Hubo un día que nos  dio el amanecer mientras desarrollábamos cosas!- Soltó como si aquello hubiese sido absolutamente increíble e impensable.

-¿Qué te qué?- La morena dejó de caminar de un lado a otro cuando el elfo insinuó. No, corrección, soltó todo aquello sobre V. Noticias que suponía pero que no quería confirmar. Se le quedó mirando pasmada. Se acercó y le metió un cachetón en los dedos cuando hizo aquel gesto -¡No quiero saber nada de V y de ti! ¡Por favor!- Espetó encolerizada porque …No sólo eran ya temas sexuales sino que había fetiches y preferencias de SU HERMANO que no quería saber. Del elfo ya se lo esperaba.

A las otras preguntas, tan directas, no pudo enrollarse mucho. Al recordarlo sonrió de lado -Es excelente en las preliminares. Hábil con las manos. Muy hábil-Se quedó pensando. Era cierto que Arleen había cometido el error de idealizar aquella noche porque por un lado había significado mucho para ella y por el otro el nivel de alcohol que tenía en la sangre le hacía fantasear cosas. Estaba segura de que muchas habían ocurrido, otras no las recordaba con exactitud -¡CLARO QUE NO LO HICIMOS EN LA MESA DEL TALLER!- Gritó de pronto, indignadísima hasta las narices.  Era cierto que…En esa mesa había pasado algo pero…-¿Qué te crees? ¿Qué somos dos animales en busca de apareamiento?...- Aquello la hizo repensar -Bueno, corrijo. ¿Dos animales sin consciencia en busca de apareamiento nada más?- Se acomodó el vestido con un gesto de molestia. Ni siquiera sabía porqué respondía con tanta facilidad. Estaba poniéndola de los nervios.

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Me quedé a cuadros con lo de los archivos de los descendientes, pues claro que había archivos! si yo llevaba más de cincuenta años en ese hospital! pero la chica no entendía referencias, le faltaba mucho barrio por recorrer, me reí cuando dijo lo de Lucio, me debía la vida por dejarme muriendo con las guardias, pero vale, que pensara eso, total, sería el primero en enterarse del chisme porque era otro descen y podía darme más datos.

Rodé los ojos con el temita de si ramera o no ramera, a mi a puta no me ganaba nadie pero Arleen se ofendía muy fácil, probablemente debido a su nerviosismo -que si, que lo de la autosatisfacción es muy bueno, lo practico a diario pero eso no es el punto! te me vas por las ramas!- ¿tendría el veritaserum caducado? si era a sí a la chica le iba a dar una buena cagalera... ups...

Cuando dudó sobre sus sentimientos por Giordano yo ya lo tenía claro, le gustaba, si o si para mi mente de maruja era eso, le molaba el italiano -Te gusta nena! no lo niegues!! a quien crees que engañas, él es tierra y paraiso~ - me marqué un bailoteo al ritmo de las musas de hercules mientras ella seguía contando lo maravilloso que era, uf con lo que me gustaba a mi hacer de casamentera.

-Au!! y yo que culpa! tu hermano está bueno y prestó un servicio a la comunidad! hoy voy a tope para curar gente- obviamente me quejé por el manotazo pero que me quitaran lo bailado y si podía repetía porque de oca en oca y tiro porque me toca pero mis follisqueos no eran lo importante, la maldita me seguía cambiando el tema y tenía que contraatacar con más preguntas.

Me contestó a los de los preliminares pero no a las otras preguntas que le hice así que castigo divino -así que usa bien las manos eh? y la boca?- preguntas contundentes y sin rodeos Aldaron -¿te la comió bien? o es modo vaca dando lametones en tus partes íntimas?- como no me contestara a eso el veritaserum estaba caducado -¿y de aguante que tal va? una ronda, dos... toda la noche?-

-No me voy por las ramas. Pero es que estás hablando de muchas cosas al mismo tiempo y NO ENTIENDO TUS REFERENCIAS- Explicó y trató de calmarse. Volvió sobre sus pasos y se sentó en la mesa pensando que Aldaron ya no iba a seguir haciendo preguntas a las que tuviera que responder -Que no lo sé...¡Pero bueno...! ¿Y qué pasa si me gusta? ¿Y qué pasa si no me gusta? Giordano y yo tenemos una relación profesional  y eso pasó hace años. Él no me ve de esa manera así que dejémoslo así-

"¿Tierra y paraíso?" Lo vio bailar sin entender a qué venía tanta alegría y baile. No entendía el funcionamiento del cerebro del elfo. Cogió un par de galletas para no responder el tema de Vishous. Se lo llevó a la boca y empezó a mordisquearla pero con cuidado, con el fin de no ensuciar los informes a los que volvió a echarle un vistazo y así distraerse. Tendría que hablar con su hermano. ¿Y si no estaba bien? ¿Y si por esa distracción estaba corriendo peligro ahora?

La morena desvió sus ojos violetas hacia Aldaron con algo de molestia pero aprovechó y se metió otra galleta en la boca. Asintió a sus dos primeras preguntas sin decir nada más del atiborro que tenía de galletas. Sin embargo, con lo de la vaca se atragantó. Se golpeó el pecho varias veces para poder pasar el polvillo de las galletas y se levantó para ir a buscar un poco de agua. Bebió largos tragos para bajar la molestia y tras eso le miró -¿Vaca? ¿En serio? ¿Esa es tu referencia?- Preguntó y luego tosió un poco -A ver si nos aclaramos. Giordano...- Se lo pensó un poco y miró al elfo con los ojos entrecerrados -No tiene nada de vaca, es un semental de pura casta. Ahora deja las referencias a un lado- Expresó y volvió a la mesa con otro vaso de agua para apartar los informes y seguir el listado de pociones. Se mordió el labio cuando preguntó la duración pero su sonrisa fue una absoluta declaratoria -El amanecer fue bonito- Respondió pensativa antes de seguir con la lista.

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Ya hasta me estaba poniendo nervioso con la muchacha porque no entendía mis referencias y me daba todas las vueltas que quería con las preguntas -vale vale, ya no más referencias- me encogí de hombros con eso de que le gustara o no, total iba a decir lo que me diera la gana pero yo lo apuntaba todo en mi cabecita y lo ponía más bonito, decorándolo con exaltaciones, flores y purpurina, me iba a quedar un chisme precioso.

Yo seguí con mis preguntas muy tranquilo mientras ella se paseaba por la sala hasta que se sentó a atragantarse de galletas y entonces le solté la pregunta de los lametones de vaca, según me contaba ella Giordano era todo un sex machine pero no se me olvidaba que iba borracha, a lo mejor el chico le metió la cabeza en los pechotes e hizo blblblblblbl y a ella le pareció un magreo apoteósico -vaya, así que lo pasaste bien eh? tal vez me plantee tirarle ficha, porque lo pintas como todo un Dios del sexo- nah, en verdad no pero por joder un poco más la marrana.

-Bueno, ya te dejo en paz, ya se me ha pasado el Hype- pasé hojas de los informes, me hice el interesante y me levanté por otra taza de café - a ver, los informes los validó Lucio ayer y yo he firmado el de tu hermano, tu el de los leFay, ábreme la puerta que los llevo a los archivos y vete a hacer el inventario si quieres, yo creo que me toca verificar si se ha hecho el mantenimiento de los equipos... por cierto, si la cosa se pone fea necesitaremos más gente, contacta con Jo a ver si puede hablar con los malfoy y... creo que yo llamaré a Chloe- fui a la puerta con mi cara de poker y giré el pomo esperando que me abriera -Vamos~ cuanto antes lo hagamos mejor, no sea que nos pille el jaleo marujeando- que era justo lo que intentaba hacer, difundir la palabra de santo giordano de todos los mejillones!

-Bueno...- Expresó tratando de aguantar el poco orgullo que le quedaba -Tampoco tengo tanto de donde comparar- Dijo de modo sincero aunque aquello le dolía un poco pero era cierto que se las arreglaba  a su manera y las cita que habían tenido le sabían a...poco. Las citas que sus padres habían arreglado para ella le habían resultado sosas y llenas de protocolo y educación. No pensaban fuera de la caja. Se volvió a acomodar el cabello pensando en Lionel. Él al menos era decente pero tenía unas salidas de tono que la hacían reír. ¿Tendría que conformarse con él?

De pronto dejó las preguntas y entonces se dedicó  a mirar los informes. Sí, el trabajo ya estaba hecho. Pues entonces se pondría a  hacer lo del inventario que la tenía un poco nerviosa y luego lo del material -No es buena idea contactar con Anteia, le di una baja. No volvió bien de Francia- Dijo sin añadir nada más, preocupandose bastante del estado de la rubia. Era una mujer amable y tenía la habilidad de iluminar una habitación con sólo entrar en ella, con su sonrisa y su bien estar.

Se levantó cuando Aldaron fue a la puerta y le miró a los ojos -¿Sabes que tengo otro hermano, no? El esposo de Aurora. Mellizo de V, se llama Frederick. A él lo mandaré a buscarte como te oiga diciendo tonterías de Giordano y de mi. ¿Estamos claros, Aldaron? Es un secreto que llevo guardando mucho tiempo y no me apetece ser la comidilla de la gente por algo que pasó hace años. Tengo una reputación que mantener si me quiero casar algún día- Dicho aquello movió la mano y la puerta se destrabó pero fue ella la primera en salir, seguida del papeleo y se perdió por los pasillos para ir al armario de pociones y hacer el inventario.

Me sorprendió que la morena se quejara de no tener referencias, si sería por fauna en la isla, seguro que más de uno quería pero se ve que tenía unos criterios muy específicos para elegir a sus amoríos. Lo de Anteia lo desconocía -oh, no lo sabía, pues nada, déjala que descanse, igual si a esta hora no se han empezado a matar a lo mejor tenemos hasta la tarde para preparar cosas- y con suerte descansaríamos otro día que a mi me había venido de perlas.

cuando me fui a la puerta recibí aquella amenaza y me hice el indignado -Jamás diría una sola palabra de ti! y eso son amenazas y abuso de poder! no vale! yo solo soy un pobre e indefenso médico- me puse modo drama y al final me abrió la puerta -ea, disfruta del inventario bonita, ya hablaremos otro día de pretendientes- la despedí con una sonrisa y esperé a que se perdiera por el pasillo cuando vi a mi primera víctima -NENAAAAAA VEN AQUÍ QUE TE TENGO ALGO CALENTITO Y RECIÉN SALIDO DEL HORNO! VAS A FLIPAR, PALABRA!- nunca dije nada de quien me lo había contado, pero  así empezó la leyenda de que Giordano Davinci era todo un máquina en la cama, que se fue malinterpretando a "usa máquinas en la cama" o "le gusta la lengua de vaca"

El paso por segunda vez a través del infierno no había sido tan malo como el primero pero mi pregunta era ¿por qué Zaphira podía hacer una cosa así? algo estaba mal, podía verla pero a la vez no, era ella y al mismo tiempo tenía un rostro diferente  ¿y si esa no era Zaphira? no lo sabía y el dolor de las heridas me impedía hablar.

En cuanto salimos de aquel portal pude reconocer el hospital, estábamos en la entrada y la dragona se había desplomado a mi lado, la miré y entonces me percaté del color de sus ojos, ya no eran azules sinó de un color violeta brillante -no... Zaphira qué has hecho!?- tosí pesadamente escupiendo algo de sangre, siendo ayudado por el personal llegando el elfo uno de los primeros.

Me apartaron de ella en una camilla y me llevaron dentro, escuché algo sobre metralla y me revolví para intentar volver con ella, me lo tenía que explicar, tenía que saber sus razones pero un pinchazo acabó con mi rebeldía y caí en un profundo sueño.

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Ps: 120 - 37 - 20 sangrado brutal = 63ps

Llegué hasta el hospital por mi propio pie, eso sí, tenía la cara reventada a hostias y me sujetaba el brazo que me dolía horrores y tenía varios cortes profundos. Las geniales ideas del Maestro.
"puto viejo"
Me planté frente a la recepción y la mujercita que estaba ahí estaba hablando por comunicador mágico con alguien diciendo no se qué de la mazmorra erótica de DaVinci mientras le respondía algo de que ella había oído que podías pasar allí días. Arqueé una ceja carraspeando para que me hiciese caso. Se despidió de su amiga y me miró poniendo cara de dolor.Si, esa mierda dolía.
-Ya...
Miré alrededor, parecía muy tranquilo, tal vez no era el mejor día para hacer esta mierda.
-¿Van a tardar mucho en atenderme?

Menuda cagada en mi primer día de curro, había bajado a tierra con el chico y la información que tenía era de máquinas grandes con lo normal, rayos laser, explosiones, cuchillos, cosas de esas pero lo que nos había atacado era diferente, yo había conseguido salir más o menos ilesa quitando el agotamiento por usar los portales pero al chico... no le había ido tan bien "este Belialt... a mi nadie me dijo lo de las máquinas asesinas" en fin ya nada se podía hacer, lo llevé hasta el hospital dejando que se lo llevaran mientras gritaba a la dragona, sonreí y lo despedí con una mano hasta que ya no pudo verme.

Me di una vuelta por aquella sala de espera mirándome al pecho de vez en cuando, sentía las emociones de la dragona pero me daba golpecitos como cuando se te estropea el mando de la tele y se pasaba, más o menos. Encontré una máquina con panchitos, miré a las de recepción y me dieron como tres bolsas gratis y un café "qué chollazo" me senté en una de las sillas y empecé a comerme aquella guarrería que estaba buenísima cuando alguien de dentro me entregó las cosas del chico, me bebí el café de golpe y recibí la ropa y la capa ensangrentadas, un sonido sordo se escuchó seguido de un par metálicos -ups, serán los libros, gracias- miré la ropa bastante hecha polvo y de nuevo esa sensación en el pecho pero esta vez acompañada de lágrimas que no eran mías -qué exagerada eres, no le va a pasar nada- o eso esperaba o a mi me iba a caer una buena.

(..)

Estaba atrapada, sin aire, era una sensación harto incómoda pero podía soportarlo, tenía que hacerlo... durante la reunión no dije nada, aún así me sentí molesta por la actitud del demonio que fue atajado de inmediato por Catherine y Sean... lo miré a los ojos, el color había cambiado y podía verme sintiéndome inmensamente feliz por él, quería abrazarlo, quería decirle tantas cosas pero ya no podía. Me pidió ir por el pensadero, la cueva era un lugar más o menos seguro pero no debería ir solo, mucho menos con la actitud que llevaba "serénate muchacho.." dije internamente solo para mi, pues nadie más podía escucharme.

Lo del tapiz me conmovió, mucho, tanto que mis propias emociones afloraron para reflejarse en el cuerpo que ahora controlaba Maera, los libros, objetos monedas... lo veía en aquella pantalla dentro de mi propia mente y solo podía sonreír -Maera, dile que puede llevarse lo que quiera- el demonio lo comunicó, tampoco es que le importara y pude ver que ella hacía lo mismo con el oro y otras cosas. Al salir Sean parecía interesado en las ruinas del castillo, otra mala idea, había que irse pero cuando me miraba no podía decirle que no a casi nada, mala decisión pues a pesar de haber encontrado algo fuimos atacados por SAM.

El portal nos llevó hasta el hospital donde atendieron a Sean en seguida, se lo llevaron mientras yo estaba extremadamente preocupada "no pasa nada, solo son heridas menores, tranquila" me dije a mi misma pero la angustia en mi pecho me asfixiaba, pasó casi una hora, no tardaban tanto en cerrar heridas y empecé a temerme lo peor, todo lo malo que podía pasar ahí dentro pasó por mi mente y cuando nos entregaron la ropa de Sean no pude más -S..Sean...no, no, NOOO!! ENTRA AHÍ AHORA MISMO! ALGUIEN TIENE QUE DECIRTE ALGO! LE HA PASADO... Y SI... NO LO VUELVO A VER... MI NIÑO NO!- grité con todas mis fuerzas, intenté moverme y lloraba hasta sentir que se me desgarraba todo por dentro pero nada de eso servía -¡SEAAN!-

Una voz entró en mi mente, directa hasta mi, era Catherine que intentaba contactar conmigo -CATHERINE! SEAN... SE VA A MORIR, LO VOY A PERDER! LO HA ATACADO SAM MIENTRAS ÍBAMOS POR EL PENSADERO... QUERÍA DETENERLO PERO... LUCIO TIENE QUE HACER ALGO, TIENE QUE SALVARLO! no puedo perderlo, no me puede dejar sola...- y ya no pude decir nada más.

Apenas reaparecí en la plaza unos segundos, lo justo para que me llegase el mensaje vía patronus que me había enviado Doris. Sean, grave, hospital, quirófano. Casi me da un infarto al recibir aquello, así que me desaparecí al instante para dirigirme al lugar al que debía ir. ¿Cómo podía haber pasado aquello en tan poco tiempo desde que se marchó?

Al llegar a la entrada del hospital lo primero que vi fue a Zaphira en la sala de espera que había justo al lado de recepción, así que me fui directo hacia ella incluso antes de preguntar en el mostrador. Me acerqué rápidamente, viendo enseguida la ropa ensangrentada que tenía en sus manos y las lágrimas que corrían por sus mejillas. Por un momento me temí lo peor.

- ¿¿Qué ha pasado con Sean?? - tomé a Zaphira por los hombros, sacudiéndola para que me diese una respuesta cuanto antes. - ¿¿Dónde os habéis marchado?? - estaba histérico y necesitaba encontrarle sentido a que en tan pocos minutos hubiese pasado aquello. - Sólo le das problemas.- La solté cabreado y sin darle oportunidad de responder, dejándola en la sala de espera al darme la vuelta para irme cuanto antes al quirófano. Sería la operación más complicada que había hecho nunca.

estaba tan tranquila disfrutando de la barra libre de panchitos y café modo avaricia, pero ya me empezaba a rugir el estómago, no sabía si porque me había sentado mal o porque necesitaba más, el caso es que se me acabó la bolsa e iba a limpiarme las manos en la capa que me habían dado, total ya estaba manchada y llena de sangre, me levanté un momento y en cuanto lo hice me interceptó un hombre con bigote "ugh, si, a mi tampoco me van mucho los bigotes" pensé al recordar quien era el histérico -Nos han atacado mientras íbamos por el pensadero, también descubrimos algo de los pendragon pero nos encontró la máquina-

iba a seguir contestando pero es que no me dejaba y la dragona seguía llorando, así no tendría que ir a mear tanto café, al final Lucio, según había identificado, se marchó pero no sin antes dejar una daga clavada en la mujer que se encontraba dentro de mi, lo había notado pues la sensación de opresión en el pecho solo se hizo más y más grande.

Apareció en la entrada, dándole un susto de muerte a Doris y Aurora. Se giró hacia ellas con un gesto nada bonito en el rostro. Fijó su mirada en Doris y conectó con ella mentalmente. La paz que le había compartido Anteia empezaba a disiparse ante la lejanía pero intentó controlarse para tratar de hacer todo lo que debía. Necesitaba concentrarse.

"Vas a traerme 10 pociones reabastecedoras de sangre en una bolsa de papel de cartón a la sala de espera y cuando me las entregues volverás a tu puesto y olvidarás que has hecho todo eso. Nunca vine, nunca me viste"

La orden fue directa para que no pudiera haber margen de error. Tras ello miró a Aurora que la observaba a ella y luego a Doris con un gesto bastante extraño. Catherine se ocupó de ella borrandole aquel recuerdo con bastante facilidad al ser tan reciente y se fue a la sala de espera donde encontró a Zaphira de lo más relajada. La morena le miró con una ceja arqueada ya que su estado mental nada tenía que ver con su respuesta física.

-¿Zaphira?- Inquirió acercándose a ella con un gesto de curiosidad y pesar en el rostro. ¿Y si lo estaba conteniendo como ella? O tal vez le habían dado alguna poción -Cuéntame qué ha sucedido- Pidió sentándose a su lado pero con el cuerpo girado hacia ella.

Me estaba aburriendo demasiado y no me daban a basto las cajas de pañuelos para la llorera que tenía la dragona pero ya me estaba acostumbrando, recordé que el chico había arrasado con los libros de la cueva y metí la zarpa en su túnica para ver que pillaba y alcancé un par de libros, saqué el primero y leí el título -Williamm Harvey, la sangre y sus secre... rollo- libro descartado, probaría con el segundo a ver que decía "Geoffrey de Monmouth" ese tenía dibujitos, bastante antiguo, lo abrí como si nada y sin querer me quedé con la portada en la mano de lo viejo que era -ups..- mejor lo dejaba estar.

Se me acabaron los panchitos y ya había descubierto que comer tantos con café era malo para el cuerpo, así que de momento me aguantaba y le echaba un ojo a las revistas que tenían por la sala de espera, complicado teniendo en cuenta que me seguían lagrimeando los ojos. La entrada de la chica morena del consejo no me pasó desapercibida "Catherine" según mis datos, dejé la revista de lado cuando la vi y no tardó mucho en acercarse, me sequé los lagrimones que se hicieron más abundantes cuando ella me preguntó sobre lo que había pasado, empezaba a estar un poco harta pero no le podía dar al botón de apagado el drama de la dragona.

Me aclaré la garganta y empecé a contar lo que habíamos visto -Hemos bajado por el pensadero, en principio solo íbamos por eso pero Sean ha sentido algo cerca de las ruinas del castillo de tingtagel, nos hemos acercado y hemos descubierto algo relacionado con los pendragon, no es gran cosa pero mientras investigábamos la máquina nos ha encontrado, no usamos grandes conjuros, tal vez es más fuerte, lo que nos ha atacado tampoco lo conocía, no era un centinela, era otra cosa con mucho poder que se ha transformado en una nube negra, apenas pudimos detenerlo y huir, pero estamos bien, el chico ha conseguido detener la mayor parte de esas cosas- ahora tenía la boca seca... sería buena idea pillar más café?

Al acercarse se dio cuenta de que Zaphira lloraba. Pero era extraño porque su rostro en sí parecía no tener demasiada expresión pero las lágrimas caían y caían. Estaba preocupada, era comprensible. Catherine se sintió inquieta y miró hacia dentro un momento, esperando que Lucio saliera en nada y dijera que todo estaba bien. Tragó en seco cuando Zaphira comenzó a hablar pensando en aquel detalle de los Pendragon tan cerca del Pensadero, qué curioso.

Sin embargo cuando habló de SAM, la morena se irguió levemente -Si algo hemos aprendido es que SAM evoluciona. Y no deja de ser cada vez más peligroso- Inspiró profundamente y se puso el cabello hacia un lado pensando en Sean y en el miedo que pudo haber sentido, porque ella había sufrido lo mismo. Se llevó la mano a la barbilla con un gesto pensativo. Habían logrado retrasar a los Pendragon con burocracia pero eso no serviría con SAM, todo dependía de las misiones que harían los grupos determinados y el trabajo que habían estado haciendo con los Ministros y Sigrid.

Fueron interrumpidas por Doris que trajo una bolsa de papel con lo solicitado, Catherine la cogió sin decir nada y vio como la mujer volvía a su sitio de trabajo -Sean me dedicó unas palabras a las que no pude responder cuando apareciste en la reunión. Nos advertiste que no te enfrentarías al primogénito de los Pendragon, Zaphira. ¿Por qué has ido al parlamento?- Inquirió y volvió su vista hacia ella con el ceño fruncido -Pusiste tu vida en riesgo y la de todo el Consejo, en especial, la de Sean. Podrían haberte obligado a matarlo como hicieron con Robert. Creo que eres más astuta, creo que hay una explicación -

miré la máquina de panchitos con deseo pero es que el estómago ya no me daba para más, la chica morena se acercó y yo le solté lo que había ocurrido -Si puede detectar hechizos y cantidades de magia pequeñas no tardará mucho en darse cuenta dónde os escondéis, será mejor que os hagáis cargo de esa gente cuanto antes y una cosa menos- no me di cuenta de como había hablado porque no era asunto mío pero es que me había dado por repelar las migajas de la bolsa y chuparme los dedos con toda la pobreza del mundo.

La señora maja del mostrador se acercó y la miré para pedirle otra bolsa pero parecía hipnotizada y creía saber quien era la culpable... pues me tendría que esperar. no sabía de las palabras que me estaba diciendo pero lo de advertirles era otra cosa -También os advertí sobre la loca del cuchillo y ni caso, mira lo que ha pasado, ahora hay una vacante en el consejo para que las ratas puedan entrar- me crucé de piernas y bostecé, empezaba a estar cansada, era el problema de los cuerpos mortales y este no es que hubiera descansado mucho en los últimos días.

Me giré hacia ella y la miré fijamente de forma seria, todos diciendo que solo ponía al chico en peligro, que si era un problema y bla, bla bla.. -vamos a ver... Catherine, piensa un poco,¿ de verdad has creído por un solo segundo que sería capaz de arriesgar la vida de cualquiera del consejo a lo loco y sin pensar en las consecuencias? ¿me crees así de impulsiva y estúpida? por no hablar de que vendería mi alma al diablo por ese chico- que de hecho, casi casi lo había hecho y se me escapó una sonrisa que después oculté con un carraspeo -Tengo mis métodos, su influencia es grande pero digamos que tengo una póliza de seguros, ya no pueden controlarme así que no pienses en eso, os ayudaré cuanto pueda y se me permita , claro está, no hay peor sordo que el que no quiere oír-