Recuerdo del primer mensaje :
Recepción de pacientes y sala de espera (acompañantes y pacientes).
Recepción de pacientes y sala de espera (acompañantes y pacientes).
- Plantilla del hospital:
- Lucio Galenus: Director. Cardiólogo. Especialista en sanación mágica general.
- Aldaron Failon: Anestesia y Farmacología
- Arleen Royden: Neurocirujana. Traumatóloga.
- Josephine Patterson: Daños provocados por hechizos. Embrujos irreversibles. Maleficios. Encantamientos mal realizados
- Chloe Hacksaw: SIR (sanadora interna residente)
- Anteia Malfoy: Obstetricia y neonatos
- Justin Granger: Becario técnico en pociones
La ola los dejó con suavidad pero empapados en la puerta del hospital en el que entraron para resguardarse de la lluvia. Antes de avanzar, el mago hizo uso de su magia sobre el agua para quitar la que sobraba y así quedar secos.
En recepción les comunicaron que el teniente Vishous Royden se encontraba ingresado y el mago pidió que le hagan un chequeo completo a la mujer explicando que había caído accidentalmente sobre ella y que luego se le había bajado la presión.
Aún podía saborear la dulzura de los labios de la mujer en su boca lo que lo hacía sonrojarse visiblemente, los recepcionistas se dieron cuenta de lo rojo que estaba y le preguntaron un poco entre risas si él se encontraba bien a lo que el joven maestro le quitó importancia.
Pidió que lleven unos enfermeros a la habitación del teniente para que le hagan el chequeo a Sofía ahí y se dirigieron a la habitación que les indicaron para poder ocultar lo rojo que estaba de los chismes de la isla.
En recepción les comunicaron que el teniente Vishous Royden se encontraba ingresado y el mago pidió que le hagan un chequeo completo a la mujer explicando que había caído accidentalmente sobre ella y que luego se le había bajado la presión.
Aún podía saborear la dulzura de los labios de la mujer en su boca lo que lo hacía sonrojarse visiblemente, los recepcionistas se dieron cuenta de lo rojo que estaba y le preguntaron un poco entre risas si él se encontraba bien a lo que el joven maestro le quitó importancia.
Pidió que lleven unos enfermeros a la habitación del teniente para que le hagan el chequeo a Sofía ahí y se dirigieron a la habitación que les indicaron para poder ocultar lo rojo que estaba de los chismes de la isla.
Llegué al hospital usando mis vampíricas sombras, con mi indumentaria digna de concierto de rock y los brazos al aire, que a mi las nevadas me daban lo mismo, ya podia hacer frio o calor que a mi lo unico que me entraba era hambre.
Iba con la recetita de Aldaron, a por mi dosis, si, mi dosis. Tenía que permanecer alimentado si no quería que se me fuese la olla, y si me habian dado barra libre...pues oye, habría que aprovechar. Al menos podía dejar de hacer de canguro un rato, aunque Reiv no paraba de liarla una y otra vez. No aprendía....
Pedí un extra porque para lo que ibamos a hacer en breves prefería no llevar el estómago vacío. En recepción, me puse a charlar de modo encantador con la recepcionista, que por cierto, tenía un cuello...precioso. Evidentemente era mucho mas apetecible que lo otro pero...no, no, que luego cortarse era dificil. Y ahi delante de tanta gente, que va.
Dejé de comerme a la mujer con la mirada cuando trajeron lo mio, le di un ultimo repaso y me despedí con la promesa de volver...si me invitaban, claro.
Me fui con mis cocteles a otra parte, que fuese un poco mas...sombría.
Iba con la recetita de Aldaron, a por mi dosis, si, mi dosis. Tenía que permanecer alimentado si no quería que se me fuese la olla, y si me habian dado barra libre...pues oye, habría que aprovechar. Al menos podía dejar de hacer de canguro un rato, aunque Reiv no paraba de liarla una y otra vez. No aprendía....
Pedí un extra porque para lo que ibamos a hacer en breves prefería no llevar el estómago vacío. En recepción, me puse a charlar de modo encantador con la recepcionista, que por cierto, tenía un cuello...precioso. Evidentemente era mucho mas apetecible que lo otro pero...no, no, que luego cortarse era dificil. Y ahi delante de tanta gente, que va.
Dejé de comerme a la mujer con la mirada cuando trajeron lo mio, le di un ultimo repaso y me despedí con la promesa de volver...si me invitaban, claro.
Me fui con mis cocteles a otra parte, que fuese un poco mas...sombría.
Markus apareció en la recepción del hospital. Los presentes, bueno algunos de ellos, hicieron un pequeño grito de susto cuando apareció de la nada y se recolocó en una esquina de la recepción, dejando tirada la mochila en el suelo, bajo la atenta y extrañada mirada de la famosa Doris, que es como Dios, porque está en el ideario de todos los miembros del foro, pero nadie la conoce realmente. Ya la podrían hacer PNJ al menos a la pobre mujer… Markus sabía de PNJs que han sido ascendidos, como el tal Jamón York.
------
Ya preparado, llamo a mi alumno para que proceda. La mochila se empieza a ampliar de un forma bastante grotesca, y parece que es una babosa de colores gigante que va a vomitar a un humano. Markus puso cara de asco, imaginando que eso debía ser lo más parecido a un parto humano. Finalmente, el chico terminó por salir y le apretó la mano con fuerza -Hemos hecho historia. Bueno, yo, que para eso me quedaré con la autoría del invento. Los becarios son los segundos que aparecen en los papers. Ya lo aprenderás, te dice Markus. Se llama ley de vida.- Cogió la mochila e invocó la otra, la que había quedado en la biblioteca. -Markus enseñará el proyecto a Sayid por si quiere usarlo en la misión… Markus espera que no sea demasiado tarde- Le hizo tap tap en la cabeza y salió de allí encendiendo la música navideña 8bits -Nos vemos pronto y que Papá Noel te proteja- Y Markus salió con su silla multicolor, tuneada, escacharrada y escandalosa.
------
Ya preparado, llamo a mi alumno para que proceda. La mochila se empieza a ampliar de un forma bastante grotesca, y parece que es una babosa de colores gigante que va a vomitar a un humano. Markus puso cara de asco, imaginando que eso debía ser lo más parecido a un parto humano. Finalmente, el chico terminó por salir y le apretó la mano con fuerza -Hemos hecho historia. Bueno, yo, que para eso me quedaré con la autoría del invento. Los becarios son los segundos que aparecen en los papers. Ya lo aprenderás, te dice Markus. Se llama ley de vida.- Cogió la mochila e invocó la otra, la que había quedado en la biblioteca. -Markus enseñará el proyecto a Sayid por si quiere usarlo en la misión… Markus espera que no sea demasiado tarde- Le hizo tap tap en la cabeza y salió de allí encendiendo la música navideña 8bits -Nos vemos pronto y que Papá Noel te proteja- Y Markus salió con su silla multicolor, tuneada, escacharrada y escandalosa.
Aparezco en la sala del hospital. Bueno en verdad salgo de la mochila que Markus había dejado tirada en el suelo, sintiendo en mi llegada en primero lugar el frío y ligeramente pegajoso suelo de la recepción. Según iba saliendo podía darse cuenta de la cara de estupefacción de los curiosos, e incluso de la propia Doris, a la que saludó con la mano y una sonrisa torpona, como queriendo disculparse por aparecer allí de esa guisa. Si Aldaron ya odiaba que la gente se apareciera en el hospital, no estaba del todo seguro que le complaciera la idea de gente saliendo por las mochilas. Con lo bonitas que son las ambulancias corriendo con sus sirenas…
Se sacudió y enderezó la ropa mientras Markus decía que habíamos hecho historia. Tampoco le parecía para tanto, pero yo que sé, lo mismo es importante para la historia de la magia -Espera, ¿cómo que…?- ¿Sería posible que siquiera la gente supiera que parte del trabajo lo había hecho él? Se mordió el carrillo, con bastante rabia al saber eso, por mucha ley de vida que fuera -Pues no estoy de acuerdo, no es justo tampoco- Y por supuesto los golpecitos en la cabeza no le hicieron ni pizca de gracia, y con cara de mosqueo se quedó plantado en la recepción del hospital, viendo como el de la silla se iba a mostrarle la idea a Sayid para la misión. Ays, la misión, tendía que practicar las pociones para la misión y hablar con Aldaron para contarle lo de las mochilas. Aterrizó en el aquí y ahora cuando la música cesó en el más allá llevándose las manos a los bolsillos dándose cuenta que todo se lo había dejado en la biblioteca. Y peor que eso, que no tenía cómo volver. Y peor que eso, que no tenía mochila para cargar lo que antes había en ella. -Maldición, maldición y doble maldición!- Y salió de la recepción gruñendo para ir a recoger todo, antes de ir a ver al elfo y a Lucio con toda la nueva información.
Se sacudió y enderezó la ropa mientras Markus decía que habíamos hecho historia. Tampoco le parecía para tanto, pero yo que sé, lo mismo es importante para la historia de la magia -Espera, ¿cómo que…?- ¿Sería posible que siquiera la gente supiera que parte del trabajo lo había hecho él? Se mordió el carrillo, con bastante rabia al saber eso, por mucha ley de vida que fuera -Pues no estoy de acuerdo, no es justo tampoco- Y por supuesto los golpecitos en la cabeza no le hicieron ni pizca de gracia, y con cara de mosqueo se quedó plantado en la recepción del hospital, viendo como el de la silla se iba a mostrarle la idea a Sayid para la misión. Ays, la misión, tendía que practicar las pociones para la misión y hablar con Aldaron para contarle lo de las mochilas. Aterrizó en el aquí y ahora cuando la música cesó en el más allá llevándose las manos a los bolsillos dándose cuenta que todo se lo había dejado en la biblioteca. Y peor que eso, que no tenía cómo volver. Y peor que eso, que no tenía mochila para cargar lo que antes había en ella. -Maldición, maldición y doble maldición!- Y salió de la recepción gruñendo para ir a recoger todo, antes de ir a ver al elfo y a Lucio con toda la nueva información.
Recibió el patronus de Markus con más rapidez de lo que él esperaba. Y se sorprendió así que en seguida fue corriendo a recepción, esquivando a la gente y algunos aparatos que se caían de las paredes por el estruendo, para informar a Doris que estaba histérica tratando de atender a todas las personas que se venían a quejar o salían corriendo.
"Mejor Aurora"
Aurora le podría dar la información sobre a donde tenían que enviar los vociferadores y a los niños. Sabía que Aurora le entendería, era madre, como ella pero tenían una misión. Se sorprendió de ver cierto temple ¿sería por cuestión de estar casada con un teniente? Tal vez -Hay que mover a los heridos si es posible. ¿Red flu? ¿Aún se usa? Justin se está encargando de los vociferadores y la guardería. Iré a la biblioteca e intentaré protegerla pero no podré volvee tengo que quedarme allí para mantener la proteccion. Os espero- Se despidió pronto y salió por la otra entrada del hospital, porque generalmente urgencias no está al lado de la entrada principal, en su nube kinton enviandole un mensaje a Lyran.
"Mejor Aurora"
Aurora le podría dar la información sobre a donde tenían que enviar los vociferadores y a los niños. Sabía que Aurora le entendería, era madre, como ella pero tenían una misión. Se sorprendió de ver cierto temple ¿sería por cuestión de estar casada con un teniente? Tal vez -Hay que mover a los heridos si es posible. ¿Red flu? ¿Aún se usa? Justin se está encargando de los vociferadores y la guardería. Iré a la biblioteca e intentaré protegerla pero no podré volvee tengo que quedarme allí para mantener la proteccion. Os espero- Se despidió pronto y salió por la otra entrada del hospital, porque generalmente urgencias no está al lado de la entrada principal, en su nube kinton enviandole un mensaje a Lyran.
--- CAFETERÍA DEL HOSPITAL ---
Ya habían pasado unas cuantos días largos desde que todo el tema del ataque a la isla, lo que incluía el ataque al hospital, las operaciones horribles en el quirófano con Anteia, el tema de la biblioteca… Había dejado de dormir bien desde entonces porque, aunque prácticamente había vivido con una guerra bajo el brazo, no era lo mismo verla de lejos o protegido por los adultos … hasta ese momento responsables, que estar metido en todo el conflicto. En casa se empezaban a preparar las cosas de celebración de Navidad ya que, Stacy, opinaba que debíamos hacer algo para olvidar las penas. Quizás fuera una buena idea, pero no le apetecía celebrar nada, ni festejar. Quizás que seguía de una pieza. Toda esa sangre, disparos, lloros y gritos inundaban sus pesadillas y cada vez rendía peor en la farmacia del hospital, y él mismo empezó a darse cuenta de ello.
Ese día salió de casa pronto para evitar, en todo lo posible, a la elfa que seguro le pediría que comprara algo en el mercado que empezaba a recuperarse lentamente, o que se acercara al bosque a por a saber qué hierbajo. No había amanecido todavía cuando llegó al hospital y ya había anochecido cuando salió de la farmacia donde elaboraba pociones. Subió a por un café para sobrellevar lo que le quedaba de turno a la cafetería, cruzándose con todo tipo de personajes del hospital, tanto pacientes, como heridos, como personal. Pedido el café se sentó en una de las mesas que daba con la ventana al exterior, para ver las tintineantes luces de la calle, que despuntaban sobre la noche. Suspiró mirando el líquido café pensando en su futuro… que quizás fuese más corto de lo que pudiera esperar. Bebió un largo trago, pensando que debería hablar con el descendiente Sean, con Lucio o con Aldaron y … quizás con Johan.
Ya habían pasado unas cuantos días largos desde que todo el tema del ataque a la isla, lo que incluía el ataque al hospital, las operaciones horribles en el quirófano con Anteia, el tema de la biblioteca… Había dejado de dormir bien desde entonces porque, aunque prácticamente había vivido con una guerra bajo el brazo, no era lo mismo verla de lejos o protegido por los adultos … hasta ese momento responsables, que estar metido en todo el conflicto. En casa se empezaban a preparar las cosas de celebración de Navidad ya que, Stacy, opinaba que debíamos hacer algo para olvidar las penas. Quizás fuera una buena idea, pero no le apetecía celebrar nada, ni festejar. Quizás que seguía de una pieza. Toda esa sangre, disparos, lloros y gritos inundaban sus pesadillas y cada vez rendía peor en la farmacia del hospital, y él mismo empezó a darse cuenta de ello.
Ese día salió de casa pronto para evitar, en todo lo posible, a la elfa que seguro le pediría que comprara algo en el mercado que empezaba a recuperarse lentamente, o que se acercara al bosque a por a saber qué hierbajo. No había amanecido todavía cuando llegó al hospital y ya había anochecido cuando salió de la farmacia donde elaboraba pociones. Subió a por un café para sobrellevar lo que le quedaba de turno a la cafetería, cruzándose con todo tipo de personajes del hospital, tanto pacientes, como heridos, como personal. Pedido el café se sentó en una de las mesas que daba con la ventana al exterior, para ver las tintineantes luces de la calle, que despuntaban sobre la noche. Suspiró mirando el líquido café pensando en su futuro… que quizás fuese más corto de lo que pudiera esperar. Bebió un largo trago, pensando que debería hablar con el descendiente Sean, con Lucio o con Aldaron y … quizás con Johan.
---- CAFETERÍA DEL HOSPITAL ----
Llegué allí por casualidad después de pasar por planta para ver cómo estaban el resto de los miembros de mi familia. Todos estaban de una pieza, lo cual se agradece, pero cada uno estábamos impactados a nuestra propia manera. Nichollas no estaba muy por la labor de compartir cómo se sentía después de haber tenido que pasar por aquello de la biblioteca. Claro que yo me había tenido que enfrentar ante la propia IA malvada y asesina, yo también merecía estar traumatizada y horrorizada. Pedí un par de bocatas para llevar y me senté por ahí, a esperar a que me los preparasen.
Ya habían pasado un par de días desde que me dieron el alta en el hospital, ya que entre las curas que me hicieron en tierra, las protecciones que me había dado Arleen había salido, solamente, con unos cuantos rasguños de la misión de tierra. Me pregunté cómo le iría la IA con su nueva ¿personalidad? Me cuesta llamar personalidad a un montón de algoritmos y cadenas de programación que determinan una forma de hacer. Y más cuando, aparentemente, hemos conseguido modificar esos protocolos. Me había dado cuenta de que había perdido el miedo a la máquina, y no sabía si eso era bueno o malo. Estaba jugando con mi pelo, leyendo un libro random sin prestar mucha atención, pensando en los núcleos que están fuera de la isla, cuando Justin llegó a la cafetería. Otro que no traía buena cara, ¿qué estaba pasando en esta isla? Todo eran dramas -Justin- Dije dejando el libro en el sofá y cogiéndole por detrás -Eh, alegra esa cara, ¿cómo estás? ¿cómo estáis todos en casa? Había pedido la cena para llevar, ¿me haces compañía mientras me la preparan? ¡Gracias!- Tampoco di mucha más opción a que el quinceañero me contestara, simplemente le agarré por la muñeca y le llevé a mi espacio, invitándole a sentarse
-Oye, ¿has hablado con Nicho desde el otro día? Va como un alma andando por los pasillos. He intentado hablar con él pero no hay manera. ¿Cómo estás tú? Sé que lo de la biblioteca no debió ser fácil, pero tampoco sé si debo preocuparme más de la cuenta o sencillamente dejarle su espacio…- Me coloqué la ropa en la silla y me estiré la falda, colocando el libro sobre mis rodillas, recolocándome -Oye, ¿y no vas a celebrar Navidad con tu tía?-
PS: 149 + 6 días x20 = PS FULL
--- Cafetería en entrada del hospital---
Habían pasado unos pocos días desde que conseguimos "derrotar" a S.A.M y acabar con la invasión de la isla. Desde entonces los esfuerzos se centraron en atender a los heridos y en reconstruir todo lo arrasado, aunque éramos conscientes de que no estaba todo solucionado. Aquel día acabé también en el hospital por las heridas de bala, al igual que muchos otros, como Victorya. No habíamos acabado excesivamente mal en comparación con otros, pero tuvimos que quedarnos allí hasta estar mejor después de que nos atendiesen. Nada más llegar me informaron de que Jo había despertado y que estaba operando, y pude ver también a Nyara después de que Catherine y los demás trajesen a los niños al hospital. Agradecí a ella y al resto que la hubiesen cuidado hasta traérmela, quedándome con la pequeña mientras Jo trabajaba. Aproveché también para preguntar por el resto de los que habían ingresado, enterándome de que Reiv y mi padre también estaban ahí. Se encontraban estables, aunque su estado fuese más delicado.
Fui a verles en cuanto pude, aunque para ese momento todavía no habían despertado. Me dijeron que probablemente podrían darles el alta para el día de Navidad. A Victorya también le habían dado el alta y todo parecía estar bien, así que le dije que pasaría luego a verla al edificio de habitaciones. Antes de marcharme me dirigí hacia la cafetería para buscar a mi ahijado, pues me habían dicho que estaba allí. Llevaba bastante sin tener un rato para hablar con él, y no estaba seguro de poder hacerlo en la cena de Navidad que había organizado Josephine. Había leído el mensaje bastantes veces, pero no terminaba de verlo claro ni de imaginarme la situación.
Localicé a Justin hablando con Belle, pero me acerqué igualmente porque no parecía que interrumpiese ninguna conversación demasiado privada. - Justin...te estaba buscando. Me han dicho que estabas por aquí, que estabas trabajando mucho últimamente. - miré después a la muchacha para saludarla, interesándome por el resto de los Gallagher. Al parecer habían acabado todos bastante jodidos. - ¿Qué tal, Belle? ¿han despertado ya tus familiares? -
-------------------------
PS: 74 + (20 PS*6 días off rol)= 194 (casiii)
Habían pasado unos pocos días desde que conseguimos "derrotar" a S.A.M y acabar con la invasión de la isla. Desde entonces los esfuerzos se centraron en atender a los heridos y en reconstruir todo lo arrasado, aunque éramos conscientes de que no estaba todo solucionado. Aquel día acabé también en el hospital por las heridas de bala, al igual que muchos otros, como Victorya. No habíamos acabado excesivamente mal en comparación con otros, pero tuvimos que quedarnos allí hasta estar mejor después de que nos atendiesen. Nada más llegar me informaron de que Jo había despertado y que estaba operando, y pude ver también a Nyara después de que Catherine y los demás trajesen a los niños al hospital. Agradecí a ella y al resto que la hubiesen cuidado hasta traérmela, quedándome con la pequeña mientras Jo trabajaba. Aproveché también para preguntar por el resto de los que habían ingresado, enterándome de que Reiv y mi padre también estaban ahí. Se encontraban estables, aunque su estado fuese más delicado.
Fui a verles en cuanto pude, aunque para ese momento todavía no habían despertado. Me dijeron que probablemente podrían darles el alta para el día de Navidad. A Victorya también le habían dado el alta y todo parecía estar bien, así que le dije que pasaría luego a verla al edificio de habitaciones. Antes de marcharme me dirigí hacia la cafetería para buscar a mi ahijado, pues me habían dicho que estaba allí. Llevaba bastante sin tener un rato para hablar con él, y no estaba seguro de poder hacerlo en la cena de Navidad que había organizado Josephine. Había leído el mensaje bastantes veces, pero no terminaba de verlo claro ni de imaginarme la situación.
Localicé a Justin hablando con Belle, pero me acerqué igualmente porque no parecía que interrumpiese ninguna conversación demasiado privada. - Justin...te estaba buscando. Me han dicho que estabas por aquí, que estabas trabajando mucho últimamente. - miré después a la muchacha para saludarla, interesándome por el resto de los Gallagher. Al parecer habían acabado todos bastante jodidos. - ¿Qué tal, Belle? ¿han despertado ya tus familiares? -
-------------------------
PS: 74 + (20 PS*6 días off rol)= 194 (casiii)
Estaba con mis cosas del café cuando escuché una voz familiar que me llamaba desde otro lado de la cafetería. Iba tan absorto en mis cosas que siquiera había reparado en el pelo morado y cantoso de Belle. Saludé desde la distancia luchando en mi interior si debía o no acercarme a hablar con ella y preguntarle cómo estaban sus tíos, aunque ya sabía de primera mano que habían llegado fastidiados. Le saludé con una tenue sonrisa y un leve alzamiento de mano. -Bien, supongo. Cansado. Vivo. De una pieza, que es mucho más de lo que otros pueden decir- Asentí a lo de hacerle compañía hasta que llegara su pedido caminando junto a ella hasta sentarnos, dejándome arrastrar hasta donde había dejado las cosas -¿Y vosotros cómo estáis?-
La respuesta no se hizo mucho más de esperar. Dejé el café a un lado y escuché, suspirando. Hablar de Nichollas y de la biblioteca hizo despertar esos monstruos internos que representaban aquel momento de asalto por parte de los militares a lo que habían llamado “refugio seguro”. -Bueno. Déjale su espacio. Fue un momento bastante desagradable lo de la biblioteca, con todos los niños… Y Nicho con Joram…-Sacudí la mano, intentando dejar pasar aquel momento tan desagradable -Puedo intentar hablar con él, a ver cómo está. Sobre la Navidad… sí, me ha escrito, pero… no sé si me apetece. En casa dicen que sí, que tenemos que hacerlo, pero…. No me apetece- Suspiré de una forma lánguida perdiendo la mirada en el horizonte oscuro de la isla -Al menos me alegra que todo esto ya haya acabado-
Alcé la mirada cuando llegó Johan pensando que aquello era una tremenda casualidad -Sí, bueno, he hecho lo que he podido. Yo también tengo que hablar contigotío… Johan- Qué raro se me hace llamarle “tío”, más que nada porque me hacía sentirme expuesto. De modo que a mitad de la palabra reculé y, sencillamente le llamé por su nombre. Esperé a que Belle contestara a Johan mientras recuperaba mi café calentito y bebía un largo trago de él.
La respuesta no se hizo mucho más de esperar. Dejé el café a un lado y escuché, suspirando. Hablar de Nichollas y de la biblioteca hizo despertar esos monstruos internos que representaban aquel momento de asalto por parte de los militares a lo que habían llamado “refugio seguro”. -Bueno. Déjale su espacio. Fue un momento bastante desagradable lo de la biblioteca, con todos los niños… Y Nicho con Joram…-Sacudí la mano, intentando dejar pasar aquel momento tan desagradable -Puedo intentar hablar con él, a ver cómo está. Sobre la Navidad… sí, me ha escrito, pero… no sé si me apetece. En casa dicen que sí, que tenemos que hacerlo, pero…. No me apetece- Suspiré de una forma lánguida perdiendo la mirada en el horizonte oscuro de la isla -Al menos me alegra que todo esto ya haya acabado-
Alcé la mirada cuando llegó Johan pensando que aquello era una tremenda casualidad -Sí, bueno, he hecho lo que he podido. Yo también tengo que hablar contigo
La respuesta que siguió al interés por su estado no era algo que me hubiera pillado de sorpresa. Si se le veía en la cara de seta que llevaba, que parecía un alma en pena vagando por los pasillos del hospital. Suspiré, dejándolo estar, entendiendo que todo aquello le pudiera haber pasado factura a su quinceañera mente. -Los niños bien. Los primeros días muy asustados, pero en cuando volvieron a casa mucho mejor… bueno, lo que queda de ella, claro. Mónica y Setelah siguen ingresados, no sé cuánto más les quedará. Joram estuvo bastante malito pero ya está fuera de peligro. Yo estoy … bien. Creo- necesité unos segundos para meditar la respuesta -Al principio me costó asimilar toda la realidad y todo lo que acababa de pasar. Pero analizando la situación con un poco de distancia, pues mira, chico. Ya está. Estamos todos vivos, y es lo que cuenta. Y todavía me toca cuidar de tres menores, no hay lugar para el drama- Aunque, quizás ese sea el problema, que no he tenido el suficiente tiempo como para asimilar todo lo que pasó. Pensándolo bien, después de aquellas heridas, casi ni salgo por mis medios de allí. Ese recuerdo me hizo arrugar el gesto, claramente incómoda, pero conectado con otro pensamiento: Collins.
-Ya… la biblioteca… Sí. Habla con él, por favor. No me gusta verle así, pero tampoco sé qué puedo hacer por él- Pensé egoístamente que él estuvo en la biblioteca, pero yo estaba encerrada en una base llena de máquinas que no dejaban de querer matarnos. Aunque había que reconocer que esperaba todo aquello mucho peor… salvo enfrentarse a SAM. Su antigua imagen todavía hace que se me erice el pelo de la nuca, pero recuerdo su nueva forma y solo tengo ganas de charlar con él. -Bueno quizás sea un buen momento de pasar página. Si quieres, puedes pasar por casa. Jugaremos con los enanos al parchís… si encuentro todas las fichas, claro. Y podemos decorar algo la casa, así al menos taparemos todos esos andamios- Le dije de una forma apremiante, pero sincera, quizás estaba demasiado angustiado con todos esos adultos, pero con los enanos seguro que se le pasan las penas. Me recoloqué incómoda en la silla cuando dijo aquello de que la misión ya había acabado, no queriendo decirle la verdad, aquella sobre los otros núcleos y el backup.
Llegó Johan, y me levante para saludarle. -Bueno, Monica, Setelah y Joram siguen ingresados, pero todos los demás ya estamos en casa bastante bien, aunque alguno lo está llevando mejor que otros, pero bueno. Vamos a ver si podemos tener las fiestas en paz ¿Vosotros todos bien?- Arqueé la ceja ante la proposición de Justin de hablar con su tío, por lo que me di cuenta que allí sobraba un tanto -Ya tienen la comida lista. Gracias por esperar conmigo Justin. Nos vemos pronto. Ven si quieres, en serio. Descansad en Navidad. Nos vemos, さよなら(sayonara)!!- Recogí todas las cosas y me despedí de ellos agitando la mano. Me acerqué a la cajera para pagar los bocatas y algún dulce extra y me dirigí a la salida, despidiéndome nuevamente al abandonar la cafetería.
-Ya… la biblioteca… Sí. Habla con él, por favor. No me gusta verle así, pero tampoco sé qué puedo hacer por él- Pensé egoístamente que él estuvo en la biblioteca, pero yo estaba encerrada en una base llena de máquinas que no dejaban de querer matarnos. Aunque había que reconocer que esperaba todo aquello mucho peor… salvo enfrentarse a SAM. Su antigua imagen todavía hace que se me erice el pelo de la nuca, pero recuerdo su nueva forma y solo tengo ganas de charlar con él. -Bueno quizás sea un buen momento de pasar página. Si quieres, puedes pasar por casa. Jugaremos con los enanos al parchís… si encuentro todas las fichas, claro. Y podemos decorar algo la casa, así al menos taparemos todos esos andamios- Le dije de una forma apremiante, pero sincera, quizás estaba demasiado angustiado con todos esos adultos, pero con los enanos seguro que se le pasan las penas. Me recoloqué incómoda en la silla cuando dijo aquello de que la misión ya había acabado, no queriendo decirle la verdad, aquella sobre los otros núcleos y el backup.
Llegó Johan, y me levante para saludarle. -Bueno, Monica, Setelah y Joram siguen ingresados, pero todos los demás ya estamos en casa bastante bien, aunque alguno lo está llevando mejor que otros, pero bueno. Vamos a ver si podemos tener las fiestas en paz ¿Vosotros todos bien?- Arqueé la ceja ante la proposición de Justin de hablar con su tío, por lo que me di cuenta que allí sobraba un tanto -Ya tienen la comida lista. Gracias por esperar conmigo Justin. Nos vemos pronto. Ven si quieres, en serio. Descansad en Navidad. Nos vemos, さよなら(sayonara)!!- Recogí todas las cosas y me despedí de ellos agitando la mano. Me acerqué a la cajera para pagar los bocatas y algún dulce extra y me dirigí a la salida, despidiéndome nuevamente al abandonar la cafetería.
Noté que Justin se cortó un poco a la hora de llamarme tío, acabando por llamarme por mi nombre. Ya le preguntaría si le pasaba algo. Presté atención a Belle cuando me respondió a lo de su familia, que al parecer seguía fastidiada. - Mejorarán...aún han pasado pocos días. Mi padre y mi hermano están más o menos igual. - me despedí de Belle cuando dijo que se marchaba, deseándole que fuese todo bien y que descansase. Así me quedé a solas con Justin, sentándome a su lado mientras se bebía su café como si fuese un mayor. Ya tenía prácticamente vida de adulto, aunque seguía siendo un crío.
- Quería saber cómo estabas con todo esto, con lo que tuviste que ver en el hospital. Apenas hemos tenido tiempo de hablar desde hace tiempo. - seguramente habría notado que pasaba mucho menos por casa de Josephine, o tal vez estaba en su mundo y no sabía nada. - Tu tía quiere organizar una cena de Navidad, y quiere que estemos todos. - comenté mientras apoyaba un codo sobre la barra, pensando finalmente que no podía faltar si me había dicho expresamente que fuera. A pesar de todo... - Es una oportunidad de estar todos juntos, y luego si quieres puedes irte con tus amigos - comenté refiriéndome a la invitación que le había hecho Belle, que seguro que querían hacer cosas de jóvenes.
- ¿Qué era lo que querías decirme? ¿Prefieres que hablemos en otro sitio? seguro que los dos estamos hartos de estar por aquí. -
Sonreí tiernamente cuando me comentó que los niños estaban mucho mejor, con un poco de suerte no les quedará trauma de tal horrible experiencia. Esperaba que Nyara tampoco recordara nada de aquello, aunque quizás se podría usar un Obliviate. ¿Deberíamos hacer lo mismo los adultos para olvidar estas situaciones? Me sorprendió con la naturalidad con la que Belle parecía haber superado todo aquello. Claro que ella tenía que estar “bien” para los otros dos, dejándole a Nichollas el tema del martirio. Quizás debería hacer él lo mismo.
-Vale. Me lo pensaré, pero no prometo nada. Aunque así puedo ir a saludar a Nichollas- Me despedí de Belle cuando dijo aquello de que se marchaba, agradeciéndolo en parte y en parte deseando que se quedara un poco más. Quizás me animase a ir un rato. -Adiós, adiós…- Y le seguí con la mirada mientras se iba de la cafetería para luego bajarla hasta el café, quedando a solas con mi padrino que ahora estaba a mi lado. Le escuché sin alzar la mirada de la bebida, todavía caliente, esquivando la primera parte de la pregunta y agradeciendo la segunda parte de la conversación. -Ya… lo sé. Pero no sé si me apetece estar de fiesta, ni de reuniones. No sé. No creas que tengo muchas ganas de fiestas, en general- Dije mientras agitaba suavemente el café con la cuchara suspirando, pensando en que, aquello, era verdad -No, aquí está bien.- Alcé levemente la mirada, levantándola del café, y dirigiéndola al pecho de Johan. Suspiré profundamente tras un rato de silencio
-Quería preguntarte sobre… la guerra. Sobre aquello que ha pasado en la isla estos días de atrás. No poder defender la biblioteca, la sangre…- Me mordí el labio ladeando la mirada otra vez, pero ahora al suelo -Y las urgencias con los muertos… No sé si quiero seguir trabajando en el hospital, aquí me siento inútil. Quizás haya sido una mala idea. Tendría que hablar con Aldaron, o con Lucio, pero… tampoco sé si tienen tiempo para aguantar a un quinceañero llorón como yo- Empecé a jugar con la cremallera, abriendo y cerrando el abrigo -Debería mejorar mi defensa personal. Creo que pediré clases al descendiente Sean Eire o practicar con la espada que me regalaste- Le solté finalmente, teniendo que tragarme todo el orgullo. No estaban las cosas como para permitirse el lujo de estar enfadado con Johan si él podía dedicarme el tiempo suficiente como para poder entrenar. Tampoco había mucha gente en la isla que quisiera pasar tiempo con un renacuajo como yo, ya que preferían andar perdiendo el tiempo con sus juegos de guerra.
-Vale. Me lo pensaré, pero no prometo nada. Aunque así puedo ir a saludar a Nichollas- Me despedí de Belle cuando dijo aquello de que se marchaba, agradeciéndolo en parte y en parte deseando que se quedara un poco más. Quizás me animase a ir un rato. -Adiós, adiós…- Y le seguí con la mirada mientras se iba de la cafetería para luego bajarla hasta el café, quedando a solas con mi padrino que ahora estaba a mi lado. Le escuché sin alzar la mirada de la bebida, todavía caliente, esquivando la primera parte de la pregunta y agradeciendo la segunda parte de la conversación. -Ya… lo sé. Pero no sé si me apetece estar de fiesta, ni de reuniones. No sé. No creas que tengo muchas ganas de fiestas, en general- Dije mientras agitaba suavemente el café con la cuchara suspirando, pensando en que, aquello, era verdad -No, aquí está bien.- Alcé levemente la mirada, levantándola del café, y dirigiéndola al pecho de Johan. Suspiré profundamente tras un rato de silencio
-Quería preguntarte sobre… la guerra. Sobre aquello que ha pasado en la isla estos días de atrás. No poder defender la biblioteca, la sangre…- Me mordí el labio ladeando la mirada otra vez, pero ahora al suelo -Y las urgencias con los muertos… No sé si quiero seguir trabajando en el hospital, aquí me siento inútil. Quizás haya sido una mala idea. Tendría que hablar con Aldaron, o con Lucio, pero… tampoco sé si tienen tiempo para aguantar a un quinceañero llorón como yo- Empecé a jugar con la cremallera, abriendo y cerrando el abrigo -Debería mejorar mi defensa personal. Creo que pediré clases al descendiente Sean Eire o practicar con la espada que me regalaste- Le solté finalmente, teniendo que tragarme todo el orgullo. No estaban las cosas como para permitirse el lujo de estar enfadado con Johan si él podía dedicarme el tiempo suficiente como para poder entrenar. Tampoco había mucha gente en la isla que quisiera pasar tiempo con un renacuajo como yo, ya que preferían andar perdiendo el tiempo con sus juegos de guerra.
El muchacho parecía reticente a eso de las celebraciones. Parecía tener una mezcla de todo lo que había pasado más la adolescencia. Intenté ponerme en su lugar, recordando cuando tenía su edad y la guerra se convirtió en nuestra realidad. - Si comprendo lo que quieres decir...entiendo que no tengas ganas. De todos modos no es una fiesta. Es reunirse con la gente que quieres, aprovechar que hemos sobrevivido y podemos estar juntos.- expliqué con calma intentando hacerle ver la reunión desde otra perspectiva, la que me daba la experiencia. Hubiese preferido seguir hablando en otro sitio, pero el prefería quedarse y además tenía el café a medias.
La guerra...era el tema del que necesitaba hablar. Podía notar cómo me esquivaba la mirada constantemente, como si le costase hablar conmigo cara a cara. Suspiré con cierto pesar, no podía evitar que me diese lástima lo que había tenido que pasar Justin. Ya no podíamos protegerle más de todo eso, ahora era casi un adulto, aunque siguiese siendo un criajo. A todos nos había tocado madurar de golpe. - No te voy a mentir, Justin. Es duro y nunca te acostumbras a no poder proteger como quisieras a todo el mundo. A veces lo consigues, y...otras veces fallas. - llevé una mano a su hombro para apretarle un poco, intentando animarle cuando dijo que se sentía inútil. - Pues a mi me han dicho tus compañeros que has estado trabajando como el que más. Inútil sería que te hubieses escondido cuando podías estar haciendo algo, por poco que te parezca. Otra cosa ya es que creas que estar en un hospital no es lo tuyo, que prefieras ayudar de otro modo. Habla con tu tía...ella podrá decirte mejor si lo tuyo es vocación. - quité la mano de su hombro cuando mencionó a Aldaron y a Lucio. Luego me encogí de hombros, probablemente tuviese razón y ellos no tuviesen tiempo de charlar tranquilamente con un adolescente. Por el momento no era aprendiz de ninguno de ellos.
- Descubre qué es lo que quieres. Si de verdad te gusta ser sanador o hacer pociones...pide que te acepten como aprendiz. - también parecía interesado en defensa mágica, por lo que mencionó a Sean Eire. Ese tipo de magia siempre era muy necesaria en las batallas, gente que defendiese. Sonreí levemente por lo que dijo de entrenar con la espada que le regalé, sintiendo cierto orgullo. - Si la traes a la cena podemos practicar un rato. Y también puedo enseñarte algo de magia de ataque.
Agradecí que, en primera instancia Johan fuera compasivo con el hecho de que más que celebrar, lo único que tuviera ganas fuese de meterme en la cama, taparme hasta arriba y desear que el último mes no hubiera existido. Pero ese tipo de cosas no se pueden hacer, de modo que… Alcé la ceja cuando Johan disfrazó la fiesta llamándola “reunión de gente”. Pues qué diantres era una fiesta más que una “reunión de gente”. Arrugué la nariz, para denostar que no estaba del todo de acuerdo con aquella descripción. El gesto duró poco -Ya. Algo así dice Belle también. Para pasar página. Estar con los que “quedan”- Suspiro resignado. Odiaba cómo sonaba aquello. Verbalizarlo era incluso peor. Si bien es cierto que en mi caso no había perdido a nadie cercano, sí que he podido palpar la pérdida y la muerte en mis propias manos. Tanto que tuve que hacer dos reanimaciones -Tampoco sé bien qué puedo aportar en esa “reunión de gente”. No he preparado nada y… - Vale, aquello sonaba a mala excusa. Pero como decían el uno y el otro, quizás sí que sería conveniente poder disfrutar el momento de que todo haya acabado con los que hemos quedado. Recapacité un rato en silencio pero envuelto en el ruido típico de la cafetería. -Bueno. Tal vez vaya. Pero no sé si me quedaré mucho tiempo. Creo que en casa también querían hacer algo especial-
Johan continuó hablando. Tal y como empezó la frase sabía que lo que venía a continuación dolería, de modo que casi que agradecí que allanara el terreno con su advertencia. Qué horrible sensación tener que arrastrar de por vida el hecho de no poder superar algo. Sí, las cosas que habían ocurrido las había superado, o dejado tan escondidas en el inconsciente que ya ni me acordaba de ellas. Supongo que, quizás, esto sea otro capítulo más a desterrar en lo profundo de la mente. -¿Y cómo hacer para superar cuando fallas?- Me mordí los labios intentando no llorar cuando dijo aquello de que mis compañeros opinaban que lo había hecho bien. No era mi opinión al respecto, pero poder escuchar de labios de otros que no era un completo inútil. La escena dantesca con el paramédico y el soldado muerto y la reanimación del otro invadió mi mente. Luego el momento del quirófano con Anteia. ¿Cómo podían pensar que no era un completo patán? No pude evitar contener alguna lágrima y me la sequé con la manga de la chaqueta. -Si no puedo ayudar en el hospital, que es lo único que sé hacer bien, ¿qué me queda? Ni siquiera sé controlar del todo mis poderes…- Terminé por asentir a lo de mi tía, tomando como otro incentivo para ir a su casa. Había guardado los puños debajo de las manos, colocándolas sobre las rodillas, escuchando a Johan pero sin mirarle todavía. Me sentía realmente confuso, ¿qué es realmente lo que quería? Yo me había unido a la plantilla del hospital para pasar más tiempo con Chloe, cosa que no he conseguido, pero he descubierto que no se me daba nada mal las pociones sanitarias. Devolví la sonrisa cuando lo hizo Johan, sintiéndome mucho mejor al final -Si lo hago, lo mismo quien usa magia de ataque es Jo contra nosotros- Bromeo, ahora sí, alzando la mirada para mirar a mi padrino.
Johan continuó hablando. Tal y como empezó la frase sabía que lo que venía a continuación dolería, de modo que casi que agradecí que allanara el terreno con su advertencia. Qué horrible sensación tener que arrastrar de por vida el hecho de no poder superar algo. Sí, las cosas que habían ocurrido las había superado, o dejado tan escondidas en el inconsciente que ya ni me acordaba de ellas. Supongo que, quizás, esto sea otro capítulo más a desterrar en lo profundo de la mente. -¿Y cómo hacer para superar cuando fallas?- Me mordí los labios intentando no llorar cuando dijo aquello de que mis compañeros opinaban que lo había hecho bien. No era mi opinión al respecto, pero poder escuchar de labios de otros que no era un completo inútil. La escena dantesca con el paramédico y el soldado muerto y la reanimación del otro invadió mi mente. Luego el momento del quirófano con Anteia. ¿Cómo podían pensar que no era un completo patán? No pude evitar contener alguna lágrima y me la sequé con la manga de la chaqueta. -Si no puedo ayudar en el hospital, que es lo único que sé hacer bien, ¿qué me queda? Ni siquiera sé controlar del todo mis poderes…- Terminé por asentir a lo de mi tía, tomando como otro incentivo para ir a su casa. Había guardado los puños debajo de las manos, colocándolas sobre las rodillas, escuchando a Johan pero sin mirarle todavía. Me sentía realmente confuso, ¿qué es realmente lo que quería? Yo me había unido a la plantilla del hospital para pasar más tiempo con Chloe, cosa que no he conseguido, pero he descubierto que no se me daba nada mal las pociones sanitarias. Devolví la sonrisa cuando lo hizo Johan, sintiéndome mucho mejor al final -Si lo hago, lo mismo quien usa magia de ataque es Jo contra nosotros- Bromeo, ahora sí, alzando la mirada para mirar a mi padrino.
El chaval seguía reticente a pesar de todo, se notaba que no tenía ganas ningunas de reuniones. - Pues tu amiga Belle tiene razón. Además, en esa "reunión de gente" estamos también tu familia. Y ya sabes lo que le gusta a tu tía celebrar estas cosas. No es necesario que prepares nada, habrá comida de sobra. - le dejé unos segundos para que se lo terminase de pensar, intentando no llevarle la contraria en eso de que en su casa también estaban preparando algo especial. ¿A qué casa se refería? su hermana llevaba años desaparecida, al igual que u madre, y su padre...probablemente ni le reconocía porque su cabeza no estaba en condiciones. La única familia que le quedaba era Josephine, Nyara y yo.
Guardé silencio, bastante tenía él con digerir lo que le dije sobre la guerra. Inspiré profundamente antes de responder algo, tomándome tiempo para pensar qué podía decirle que no fuese una mentira pero que tampoco le hiciese llorar más. - ¿Qué más se puede hacer que no sea seguir adelante? ¿desperdiciar tu vida y abandonarte en un rincón como un helecho mustio e inútil? - aquello de bajar los brazos podías permitírtelo, pero no demasiado tiempo. - Vives con ello porque es la única opción, aunque te joda. Forma parte de ti...intentas aprender lo que sea posible para la próxima vez, para poder servir de algo a los tuyos. Y sobre todo no seas tan duro contigo mismo. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero piensa en lo bueno que hayas podido hacer. - acabé por cruzarme de brazos negando con la cabeza a modo de reproche por escucharle hablar así de sí mismo. Hasta que acabé sonriendo un poco por el cacao mental que tenía el pobre. Qué mala era la adolescencia.
- Pero vamos a ver, Justin...que tienes 15 años. No seas agonías. ¿Qué quieres hacer con esa edad? estás aprendiendo aún, lo raro sería que controlases bien del todo esos poderes. Yo a tu edad lo único que hacía era emborracharme y lloriquearle a tu tía por mi madre muerta. - fue una época bastante mala, hasta que entré con mi padre en la Resistencia. Lo de entrenar con la espada en casa de Jo pareció sacarle por fin una sonrisa, a la que respondí de manera cómplice. Ojalá Jo sólo quisiera atacarme por eso.
- Bueno, así también haces práctica defensiva. Me comprometo a ser tu maestro en eso del ataque. Ella puede enseñarte más de pociones, y el maestro Eire puede enseñarte escudos de protección. Vas a estar más que ocupado después de Navidad, así que aprovecha estos días para desconectar. - eché un vistazo a su taza de café, y después al reloj de la cafetería. - ¿Has terminado? habrá que ir preparándose.
Guardé silencio, bastante tenía él con digerir lo que le dije sobre la guerra. Inspiré profundamente antes de responder algo, tomándome tiempo para pensar qué podía decirle que no fuese una mentira pero que tampoco le hiciese llorar más. - ¿Qué más se puede hacer que no sea seguir adelante? ¿desperdiciar tu vida y abandonarte en un rincón como un helecho mustio e inútil? - aquello de bajar los brazos podías permitírtelo, pero no demasiado tiempo. - Vives con ello porque es la única opción, aunque te joda. Forma parte de ti...intentas aprender lo que sea posible para la próxima vez, para poder servir de algo a los tuyos. Y sobre todo no seas tan duro contigo mismo. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero piensa en lo bueno que hayas podido hacer. - acabé por cruzarme de brazos negando con la cabeza a modo de reproche por escucharle hablar así de sí mismo. Hasta que acabé sonriendo un poco por el cacao mental que tenía el pobre. Qué mala era la adolescencia.
- Pero vamos a ver, Justin...que tienes 15 años. No seas agonías. ¿Qué quieres hacer con esa edad? estás aprendiendo aún, lo raro sería que controlases bien del todo esos poderes. Yo a tu edad lo único que hacía era emborracharme y lloriquearle a tu tía por mi madre muerta. - fue una época bastante mala, hasta que entré con mi padre en la Resistencia. Lo de entrenar con la espada en casa de Jo pareció sacarle por fin una sonrisa, a la que respondí de manera cómplice. Ojalá Jo sólo quisiera atacarme por eso.
- Bueno, así también haces práctica defensiva. Me comprometo a ser tu maestro en eso del ataque. Ella puede enseñarte más de pociones, y el maestro Eire puede enseñarte escudos de protección. Vas a estar más que ocupado después de Navidad, así que aprovecha estos días para desconectar. - eché un vistazo a su taza de café, y después al reloj de la cafetería. - ¿Has terminado? habrá que ir preparándose.
Muchas reuniones familiares se me estaban acumulando, me pareció a mí. Pero Johan tenía razón. Le escuché atentamente, reflexionando sobre ello. Tenía razón, aunque muchas veces no compartiera la opinión de Johan por abandonar vilmente a Jo, seguía siendo mi padrino. Y casi el único miembro varón al que tendría que usar como referente familiar. -Sí… quizás tengas razón- Respondí tras meditar un rato en silencio, aceptando finalmente que debía ir a la “reunión de gente”, aunque sea por la tía Jo que tanto me ayuda. Y así podría estar un rato con Nyara, que no la había visto desde lo de la biblioteca.
Seguí escuchando lo que Johan me decía sobre cómo se debía digerir una situación como aquella. Sí, definitivamente lo de convertirte en un poto era una de las opciones, pero no sé si la que más me apetecía. No, definitivamente no quería ser un helecho viendo la vida pasar, como las vacas cuando miran un coche. Quería hacer algo, ser útil. Aprender de mis errores, Definitivamente ese era el mensaje por el cual la gente no iba desmemorizándose cada vez que un drama o un trauma llegaba a su vida. Todo es algo que te ayuda a crecer y, de hecho, mi forma de hacerlo era con entrenamiento. Asentí en silencio cuando me dijo que no fuera tan duro conmigo mismo, pero a pesar de mi respuesta, yo por dentro seguía sintiéndome como una terrible decepción y lo de los 15 años no me servía como excusa. Aunque debería serlo.
Me gustó que a Johan le pareciera buena idea el hecho de prepararme mejor para lo que pudiera venir. No quería cruzarme de brazos como los helechos, potos, o cualquier vulgar planta rinconera. -Bueno, soy estudiante. Siempre tenemos el horario hasta arriba- tampoco me importaba, la verdad, prefería estar estudiando que comiéndome el coco. Por eso me metí en el hospital, para conocer gente y hacer amigos, como decía Chloe. -Sí. Ya está- Cogí el café y me lo bebí de un trago. Luego cogí mis cosas y me levanté. Alcé de nuevo la vista a Johan -Gracias por escucharme- Le dije con profunda verdad y agradecimiento. El contacto visual duró un segundo, lo justo para crear un vínculo y enseguida me puse a colocarme las cosas para pagar e irnos. Son fechas para disfrutar de los que quedan, preparar un nuevo inicio. Sí. El 2042 traería grandes cambios.
Seguí escuchando lo que Johan me decía sobre cómo se debía digerir una situación como aquella. Sí, definitivamente lo de convertirte en un poto era una de las opciones, pero no sé si la que más me apetecía. No, definitivamente no quería ser un helecho viendo la vida pasar, como las vacas cuando miran un coche. Quería hacer algo, ser útil. Aprender de mis errores, Definitivamente ese era el mensaje por el cual la gente no iba desmemorizándose cada vez que un drama o un trauma llegaba a su vida. Todo es algo que te ayuda a crecer y, de hecho, mi forma de hacerlo era con entrenamiento. Asentí en silencio cuando me dijo que no fuera tan duro conmigo mismo, pero a pesar de mi respuesta, yo por dentro seguía sintiéndome como una terrible decepción y lo de los 15 años no me servía como excusa. Aunque debería serlo.
Me gustó que a Johan le pareciera buena idea el hecho de prepararme mejor para lo que pudiera venir. No quería cruzarme de brazos como los helechos, potos, o cualquier vulgar planta rinconera. -Bueno, soy estudiante. Siempre tenemos el horario hasta arriba- tampoco me importaba, la verdad, prefería estar estudiando que comiéndome el coco. Por eso me metí en el hospital, para conocer gente y hacer amigos, como decía Chloe. -Sí. Ya está- Cogí el café y me lo bebí de un trago. Luego cogí mis cosas y me levanté. Alcé de nuevo la vista a Johan -Gracias por escucharme- Le dije con profunda verdad y agradecimiento. El contacto visual duró un segundo, lo justo para crear un vínculo y enseguida me puse a colocarme las cosas para pagar e irnos. Son fechas para disfrutar de los que quedan, preparar un nuevo inicio. Sí. El 2042 traería grandes cambios.
El chaval fue asimilando poco a poco lo que le iba diciendo, y eso era bueno porque era bastante receptivo a pesar de ser un crío traumado. Hasta pareció aceptar que después de las "vacaciones" estaría hasta arriba de cosas para hacer relacionadas con su entrenamiento. Tener una perspectiva y un objetivo le ayudaría. - Te advierto que como maestro no seré blando contigo. - le avisé con tono serio a propósito mientras me ponía en pie para prepararme antes de irnos. Esperé un momento a que se bebiese el café, sonriendo levemente al escuchar que me daba las gracias por escucharle.
- ¿Para qué valen los padrinos si no? de vez en cuando tendré que cumplir. - bromeé antes de darle un abrazo fuerte, sin cortarme aunque él pudiera tener la típica vergüenza de adolescente cuando su familia le demuestra cariño en público. Que se aguantase.
- Vámonos. Yo pasaré primero a cambiarme para ir después a casa de Jo, tú puedes ir directamente...no sé si tienes algo más que hacer antes. Sea como sea, llevas aquí bastante rato, te toca descansar. - luego echamos a andar fuera de la cafetería del hospital, saliendo después del hospital cada uno por su lado para terminar algunos preparativos.
- ¿Para qué valen los padrinos si no? de vez en cuando tendré que cumplir. - bromeé antes de darle un abrazo fuerte, sin cortarme aunque él pudiera tener la típica vergüenza de adolescente cuando su familia le demuestra cariño en público. Que se aguantase.
- Vámonos. Yo pasaré primero a cambiarme para ir después a casa de Jo, tú puedes ir directamente...no sé si tienes algo más que hacer antes. Sea como sea, llevas aquí bastante rato, te toca descansar. - luego echamos a andar fuera de la cafetería del hospital, saliendo después del hospital cada uno por su lado para terminar algunos preparativos.
Lyosha Svensson
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Después de despertar finalmente no estaba sola. Una de las enfermeras estaba a su lado revisando sus constantes. A diferencia de la última vez no se encontraba en la mierda. Podía incorporarse, podía hacer lo que le daba la gana. Se estiró un poco mientras la enfermera le decía que debía esperar a alguien autorizado para una revisión total y así dar el alta. Lyosha la miró fijamente mientras se incorporaba lentamente, quitándose la manta y poniendo los pies sobre el suelo. No dejó de mirarla mientras salía por su propio pie fuera de la habitación con la chiquilla detrás de ella. Había esperado mucho, había soñado mucho, había visto...demasiado y ahora quería respuestas.
Fue avanzando paso a paso percibiendo lo que estaba a su alrededor, Khaled no estaba cerca, ni Astaroth ni nadie de su hermandad -¿Dónde están mis cosas?- Ladró a la mujercita que iba a su lado que insistía en que debía reposar. La cogió del cuello y la estampó contra la pared absorbiendo su energía vital con cada segundo. Giró su rostro hacia ella y arqueó ambas cejas esperando la respuesta. La palidez de la muchacha le fue indiferente y cuando señaló la zona fue caminando hacia allí dejando a la enfermera en el piso.
Llegó hasta aquel lugar sintiendo la brisa fría meterse entre sus piernas, incómoda -Lyosha Svensson. Dame mis pertenencias- Ordenó, la emperatriz del caos, con un tono que no admitía réplica. Pero la administrativa empezó a buscar el informe de alta para poder entregarla. La Soul sonrió brevemente mientras la observaba y alzó una mano, al hacerlo algo comenzó a vibrar entre ellas y en un parpadeó la puerta que daba a la sala de resguardo cayó y el escudo de Lyosha acudió a ella. El grito de la administrativa le causó satisfacción-Traté de ser amable- Advirtió y siguió atrayendo hacia sí todas sus piezas de metal aunque para la ropa tendría que ir dentro.
Fue avanzando paso a paso percibiendo lo que estaba a su alrededor, Khaled no estaba cerca, ni Astaroth ni nadie de su hermandad -¿Dónde están mis cosas?- Ladró a la mujercita que iba a su lado que insistía en que debía reposar. La cogió del cuello y la estampó contra la pared absorbiendo su energía vital con cada segundo. Giró su rostro hacia ella y arqueó ambas cejas esperando la respuesta. La palidez de la muchacha le fue indiferente y cuando señaló la zona fue caminando hacia allí dejando a la enfermera en el piso.
Llegó hasta aquel lugar sintiendo la brisa fría meterse entre sus piernas, incómoda -Lyosha Svensson. Dame mis pertenencias- Ordenó, la emperatriz del caos, con un tono que no admitía réplica. Pero la administrativa empezó a buscar el informe de alta para poder entregarla. La Soul sonrió brevemente mientras la observaba y alzó una mano, al hacerlo algo comenzó a vibrar entre ellas y en un parpadeó la puerta que daba a la sala de resguardo cayó y el escudo de Lyosha acudió a ella. El grito de la administrativa le causó satisfacción-Traté de ser amable- Advirtió y siguió atrayendo hacia sí todas sus piezas de metal aunque para la ropa tendría que ir dentro.
Había tenido un despertar muy violento tras mi letargo, no sabia quien era, ni donde estaba, ni cuando estaba. Pero alli de tontos no tenían un pelo, sabían lo que podía pasar y habían estado prevenidos, la luz era su mejor puñetero aliado y alli todos tenian poderes luciernagosos.
Aquello, por suerte, evitó que pudiera dañar o matar a alguien, y en su lugar salí huyendo de la sala en la que me habian aislado y tratado (lo siento Aldaron, solo soy mejor paciente cuando estoy "dormido") convertido en sombras.
Llegué hasta la recepción, donde me recompuse al notar el caos que reinaba tambien alli. Mi cerebro seguia algo confundido pero ver a una mujer que reconocía me hizo detenerme. Aunque su cabello blanco me causó una dolorosa punzada en el cerebro. Las ideas se fueron deteniendo, y los recuerdos también.
"Lyosha Svensson"
Los recuerdos de la batalla en el subterráneo volvieron,los androides, los centinelas, los soldados. Johan. Reiv. Scalovix. Sirius. La mirada de depredador se atenuó un poco. Black. Nyara. Los destellos de las luces me mareaban. Los paneles de luz del techo comenzaron a atenuarse, bajando la luminosidad varios tonos. La batalla en la isla. El caos de la biblioteca. El techo, derrumbándose. Un disparo a la cabeza. Maharet.
Tambaleante, caminé hacia Lyosha, que estaba de espaldas a mi, exigiendo sus pertenencias. El metal comenzó a volar hacia ella, su armadura. Me miré a mi mismo, antes de plantarme al lado de la Soul. Ah, claro, la ropa normal.
- Dame mis cosas, y las de ella, dáselas. - ordené a la administrativa, que automaticamente asintió sin rastro de terror o del nerviosismo anterior, y nos trajo lo que restaba. Miré a la mujer con unas ojeras terribles y un gesto hosco. - .... Me he despertado con el pie izquierdo yo también. No nos juzguemos.
Aquello, por suerte, evitó que pudiera dañar o matar a alguien, y en su lugar salí huyendo de la sala en la que me habian aislado y tratado (lo siento Aldaron, solo soy mejor paciente cuando estoy "dormido") convertido en sombras.
Llegué hasta la recepción, donde me recompuse al notar el caos que reinaba tambien alli. Mi cerebro seguia algo confundido pero ver a una mujer que reconocía me hizo detenerme. Aunque su cabello blanco me causó una dolorosa punzada en el cerebro. Las ideas se fueron deteniendo, y los recuerdos también.
"Lyosha Svensson"
Los recuerdos de la batalla en el subterráneo volvieron,los androides, los centinelas, los soldados. Johan. Reiv. Scalovix. Sirius. La mirada de depredador se atenuó un poco. Black. Nyara. Los destellos de las luces me mareaban. Los paneles de luz del techo comenzaron a atenuarse, bajando la luminosidad varios tonos. La batalla en la isla. El caos de la biblioteca. El techo, derrumbándose. Un disparo a la cabeza. Maharet.
Tambaleante, caminé hacia Lyosha, que estaba de espaldas a mi, exigiendo sus pertenencias. El metal comenzó a volar hacia ella, su armadura. Me miré a mi mismo, antes de plantarme al lado de la Soul. Ah, claro, la ropa normal.
- Dame mis cosas, y las de ella, dáselas. - ordené a la administrativa, que automaticamente asintió sin rastro de terror o del nerviosismo anterior, y nos trajo lo que restaba. Miré a la mujer con unas ojeras terribles y un gesto hosco. - .... Me he despertado con el pie izquierdo yo también. No nos juzguemos.
Lyosha Svensson
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Estaba recuperando ya la parte superior de su armadura cuando alguien apareció a su lado. Le miró por encima del hombro y tardó un poco en ubicarlo, le recorrió el rostro muy despectivamente. La voz fue lo que hizo que lo reconociera -Black- Murmuró sin ningún tipo de tono en particular y entonces observó a la mujer que parecía más tranquila. Ladeó la cabeza con cierto interés, curiosidad, volvió la cabeza hacia Sirius pensando que quizás el control mental podría ser uno de sus poderes.
Cogió su ropa y empezó a ponerse los pantalones por debajo de la bata antes de escuchar aquello de no juzgar -Yo me he despertado con el derecho, para serte sincera- Ronroneó una risa recordando el pequeño estrago fuera de su habitación antes de mirar a la mujer de nuevo, en modo pacífico. Le molestaba. Le gustaba más cuando la miraba con profundo terror. Después de eso se sacó la bata por encima de la cabeza y cogió la camiseta negra que usaba debajo de la armadura y se la colocó en un movimiento rápido pero elegante. Tras eso movió los hombros, estirando los músculos de la espalda y el metal pronto empezó a formar parte de ella misma. Cada pieza tomaba su lugar lentamente pero de modo seguro hasta que la revenant soltó un suspiro de satisfacción.
-Fecha- Le dijo a la mujer que seguía la mar de tranquila cuando le respondió y eso le robó un gruñido que le dedicó a Sirius -¿Qué le has hecho? Estaba a punto de hacerla mearse en los pantalones- Apoyó el codo en la mesa de recepción y le miró a los ojos y a todo su aspecto general con un gesto poco amable -Mmmmm…. Estoy de buen humor. Te haré un regalo de navidad. Saqueemos el depósito de sangre- La sonrisa que delineó su rostro fue, por supuesto, diabólica y entonces se giró hacia la administrativa -Al menos que la prefieras caliente- Sugirió mirando a la mujer porque a ella ya la había rechazado una vez y la Soul no era de ofrecer favores dos veces.
Cogió su ropa y empezó a ponerse los pantalones por debajo de la bata antes de escuchar aquello de no juzgar -Yo me he despertado con el derecho, para serte sincera- Ronroneó una risa recordando el pequeño estrago fuera de su habitación antes de mirar a la mujer de nuevo, en modo pacífico. Le molestaba. Le gustaba más cuando la miraba con profundo terror. Después de eso se sacó la bata por encima de la cabeza y cogió la camiseta negra que usaba debajo de la armadura y se la colocó en un movimiento rápido pero elegante. Tras eso movió los hombros, estirando los músculos de la espalda y el metal pronto empezó a formar parte de ella misma. Cada pieza tomaba su lugar lentamente pero de modo seguro hasta que la revenant soltó un suspiro de satisfacción.
-Fecha- Le dijo a la mujer que seguía la mar de tranquila cuando le respondió y eso le robó un gruñido que le dedicó a Sirius -¿Qué le has hecho? Estaba a punto de hacerla mearse en los pantalones- Apoyó el codo en la mesa de recepción y le miró a los ojos y a todo su aspecto general con un gesto poco amable -Mmmmm…. Estoy de buen humor. Te haré un regalo de navidad. Saqueemos el depósito de sangre- La sonrisa que delineó su rostro fue, por supuesto, diabólica y entonces se giró hacia la administrativa -Al menos que la prefieras caliente- Sugirió mirando a la mujer porque a ella ya la había rechazado una vez y la Soul no era de ofrecer favores dos veces.
Contenido patrocinado
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.