Recuerdo del primer mensaje :
Zona de urgencias para realizar diagnósticos iniciales y aplicar los primeros auxilios. Desde aquí se derivan los casos que requieran ingreso o cirugía.
Zona de urgencias para realizar diagnósticos iniciales y aplicar los primeros auxilios. Desde aquí se derivan los casos que requieran ingreso o cirugía.
al volver de la isla de wright dejé que los ministros se reencontraran con sus hijos, Lucio y Giordano se ocuparían del resto, yo era más útil en Ouroboros. Al parecer se iba a convocar una reunión por el incidente de la ciudadela, o eso pensaba pues por el momento era lo que más apremiaba, lo que al salir era algo sin importancia para mis compañeros había pasado a ser algo a escala global que tarde o temprano nos acabaría afectando.
Me aparecí directamente en el hospital buscando que hacer, preguntando si podía ayudar en algo pero todos se encontraban corriendo de un lado a otro y solo podía estorbar ahí de pie por lo que decidí sentarme a un lado y esperar mientras enviaba un mensaje a Newton
"Hemos rescatado a los ministros humanos, Lucio y Giordano se están ocupando de ellos, estarán dispuestos a cooperar"
y estaba bastante seguro de que al menos uno de ellos lo haría pues meses atrás la mujer ya había firmado un contrato con nosotros y dado que nadie más los ayudaría no le quedaba otra opción. Envié aquella nota de papel en forma de pájaro que atravesó la puerta en el momento que alguien me llamaba a gritos -Zaphira! estoy aquí!- levanté la mano saludando a la dragona que parecía a punto de sufrir un infarto.
se acercó a mi y tomó mi rostro moviéndolo de un lado a otro para verificar si tenía heridas o no -estoy bien, no me ha pasado nada- el tono de su voz era de auténtica preocupación así que aguanté el sermón sin decir nada hasta que por fin acabó -lo siento, pero estabas en el torneo y no quería molestarte, además Lucio vino conmigo no pasa nada- se hizo un silencio incómodo, como odiaba no verle la cara para saber que pasaba por su cabeza, al final le expliqué todo lo que había ocurrido de forma más calmada, pareció entenderlo y de la nada dijo que tenía algo que hacer saliendo del hospital.
Me aparecí directamente en el hospital buscando que hacer, preguntando si podía ayudar en algo pero todos se encontraban corriendo de un lado a otro y solo podía estorbar ahí de pie por lo que decidí sentarme a un lado y esperar mientras enviaba un mensaje a Newton
"Hemos rescatado a los ministros humanos, Lucio y Giordano se están ocupando de ellos, estarán dispuestos a cooperar"
y estaba bastante seguro de que al menos uno de ellos lo haría pues meses atrás la mujer ya había firmado un contrato con nosotros y dado que nadie más los ayudaría no le quedaba otra opción. Envié aquella nota de papel en forma de pájaro que atravesó la puerta en el momento que alguien me llamaba a gritos -Zaphira! estoy aquí!- levanté la mano saludando a la dragona que parecía a punto de sufrir un infarto.
se acercó a mi y tomó mi rostro moviéndolo de un lado a otro para verificar si tenía heridas o no -estoy bien, no me ha pasado nada- el tono de su voz era de auténtica preocupación así que aguanté el sermón sin decir nada hasta que por fin acabó -lo siento, pero estabas en el torneo y no quería molestarte, además Lucio vino conmigo no pasa nada- se hizo un silencio incómodo, como odiaba no verle la cara para saber que pasaba por su cabeza, al final le expliqué todo lo que había ocurrido de forma más calmada, pareció entenderlo y de la nada dijo que tenía algo que hacer saliendo del hospital.
Zaphira Eire
Raza
mensajes
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Bando
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Edad
Nacionalidad
Dejé el torneo tan rápido como pude con todos los inconvenientes que aquello supuso, tardé más de lo esperado en entrar en el hospital mientras intentaban detenerme pero al final me deshice de los enfermeros y los de seguridad entrando a la zona de atención primaria abriendo la puerta de par en par -DÓNDE ESTÁ SEAN!? DÓNDE ESTÁ EL DESCENDIENTE DE MERLIN!?- mire de un lado a otro pero estaba tan nerviosa que ni tan siquiera pude distinguir su olor entre el antiséptico y la sangre pero si pude escuchar su voz cuando me llamó desde el rincón en el que estaba sentado, me llevé una mano al pecho sintiendo que me volvía el alma al cuerpo -Estás bien? no te ha pasado nada?- lo miré por todas partes, tenía un ligero aroma a sangre sobre él pero a primera vista no tenía ni un rasguño lo que me hizo suspirar aliviada y una vez pasado el susto venía el enfado.
-SEAN EIRE! CÓMO SE TE OCURRE HACER SEMEJANTE LOCURA!- ojalá hubiera podido tirarle de las orejas pero bastante me estaba controlando ya por culpa de la gente del hospital -te vas sin decirme ni una sola palabra para meterte en la boca del lobo! ya eres mayorcito pero con este tipo de decisiones me demuestras que no lo suficiente! ¿y si te llega a pasar algo? no estás en condiciones de unirte a una batalla así! deja de ser tan imprudente maldita sea!- los murmullos a nuestro alrededor se unieron a las miradas de los chismosos, me giré para dedicarles a todos una mirada asesina para que cada uno volviera a lo suyo.
El chico se disculpó y suspiré una vez más pasando una mano por una de sus mejillas... sus ojos ya no tenían el bonito color amatista de antes, ahora estaban apagados y aquellas horribles cicatrices me recordaban que casi lo pierdo una vez. Su motivo para no decirme nada era el maldito torneo, apreté los dientes sin quejarme pero sabía desde el principio que era una mala idea y si él mismo no me lo hubiera pedido jamás había entrado, lo siguiente tampoco me fue grato de escuchar, había contado antes con Galeno que conmigo y por si fuera poco en lugar de detenerlo le respaldaba en sus locuras "respira Zaphira o le arrancarás el bigote en cuanto aparezca" me dije a mi misma guardando unos segundos de silencio.
-Está bien... que sepas que esto no se va a quedar así, ya hablaremos tu y yo después, ahora dime lo que ha ocurrido, desde que has salido de esta isla hasta que has vuelto- dejé que sean se sentara y yo me quedé frente a él escuchando con todo detalle lo que había vivido a pesar de su ceguera, me llevé una mano al rostro para pasarla de forma nerviosa de arriba a abajo en un solo movimiento lento como señal de ansiedad por todo lo que estaba escuchando pero la gota que colmó el vaso fue lo del portal -Has pasado por un portal de esos?- estaba atónita, pero sabía que era cierto con tan solo mirar a mi alrededor pues las señales del grupo de su paso por el infierno eran claras -Khaled...- nombré al nigromante bastante enfadada llevando mi pulgar a los labios para morderme la uña.
Ya llevaba un rato trazando un nuevo plan desde que Mei me había leído la mente, pero tenía que hacer una parada más en mi ruta, miré a Sean para besar su frente con cariño -Tengo que irme, ve a descansar y por lo que más quieras no hagas que me de un infarto, así que no hagas más locuras, tengo asuntos que resolver pero no me pienso olvidar de la charla que tenemos pendiente- de nuevo salí del hospital, no me había desecho de todo el equipamiento del torneo pero no era necesario pues lo iba a necesitar en mi siguiente destino.
-SEAN EIRE! CÓMO SE TE OCURRE HACER SEMEJANTE LOCURA!- ojalá hubiera podido tirarle de las orejas pero bastante me estaba controlando ya por culpa de la gente del hospital -te vas sin decirme ni una sola palabra para meterte en la boca del lobo! ya eres mayorcito pero con este tipo de decisiones me demuestras que no lo suficiente! ¿y si te llega a pasar algo? no estás en condiciones de unirte a una batalla así! deja de ser tan imprudente maldita sea!- los murmullos a nuestro alrededor se unieron a las miradas de los chismosos, me giré para dedicarles a todos una mirada asesina para que cada uno volviera a lo suyo.
El chico se disculpó y suspiré una vez más pasando una mano por una de sus mejillas... sus ojos ya no tenían el bonito color amatista de antes, ahora estaban apagados y aquellas horribles cicatrices me recordaban que casi lo pierdo una vez. Su motivo para no decirme nada era el maldito torneo, apreté los dientes sin quejarme pero sabía desde el principio que era una mala idea y si él mismo no me lo hubiera pedido jamás había entrado, lo siguiente tampoco me fue grato de escuchar, había contado antes con Galeno que conmigo y por si fuera poco en lugar de detenerlo le respaldaba en sus locuras "respira Zaphira o le arrancarás el bigote en cuanto aparezca" me dije a mi misma guardando unos segundos de silencio.
-Está bien... que sepas que esto no se va a quedar así, ya hablaremos tu y yo después, ahora dime lo que ha ocurrido, desde que has salido de esta isla hasta que has vuelto- dejé que sean se sentara y yo me quedé frente a él escuchando con todo detalle lo que había vivido a pesar de su ceguera, me llevé una mano al rostro para pasarla de forma nerviosa de arriba a abajo en un solo movimiento lento como señal de ansiedad por todo lo que estaba escuchando pero la gota que colmó el vaso fue lo del portal -Has pasado por un portal de esos?- estaba atónita, pero sabía que era cierto con tan solo mirar a mi alrededor pues las señales del grupo de su paso por el infierno eran claras -Khaled...- nombré al nigromante bastante enfadada llevando mi pulgar a los labios para morderme la uña.
Ya llevaba un rato trazando un nuevo plan desde que Mei me había leído la mente, pero tenía que hacer una parada más en mi ruta, miré a Sean para besar su frente con cariño -Tengo que irme, ve a descansar y por lo que más quieras no hagas que me de un infarto, así que no hagas más locuras, tengo asuntos que resolver pero no me pienso olvidar de la charla que tenemos pendiente- de nuevo salí del hospital, no me había desecho de todo el equipamiento del torneo pero no era necesario pues lo iba a necesitar en mi siguiente destino.
Regresé a la zona de atención primaria casi una hora después de haberme marchado, el tiempo justo para ir al edifcio de viviendas en el que teníamos una habitación. Allí me duché y me cambié, no podía ir a recoger a la niña todo lleno de sangre propia y ajena, no quería asustarla. En el rato que estuve allí fui cada vez más consciente del desastre que había supuesto la misión. Algunos habíamos tenido suerte, pero habíamos perdido a otros por el camino. Mike y Dixon no habían regresado, y podía imaginar, al menos, el destino de él. Estaba muy malherido cuando el grupo avanzó, a pesar de las curaciones de Anteia. Esperaba que al menos ella se hubiese librado, o que hubiese escapado por otro lado, aunque no era probable. Me sentía culpable de haberlos perdido, eran demasiado jóvenes. Los que habían regresado estaban muy graves, incluso había unos cuantos casos de posesiones. No habíamos logrado prácticamente nada, a excepción de ver ese maldito lugar y todo el despliegue de poder de la ciudad. Ya había experimentado antes esa sensación de fracaso, pero esta vez era diferente, como si me costase pensar en que esto tendría solución.
Ya de vuelta al hospital pregunté si tenían a Nyara en la guardería, donde Josephine solía dejarla. Me la encontré allí "jugando" a morderle la cabeza a otro niño, creo que era el hijo de Catherine. Internamente pensé un "bien hecho, hija", más que nada por el episodio anterior en el que la Le Fay nos había dado lecciones. Recibí a Nyara con los brazos abiertos y una sonrisa cuando se dio cuenta de que había entrado, alzándola del suelo para abrazarla cuando llegó hasta mí. Aquello era justo lo que necesitaba en aquel momento, una de las razones por las que más me importaba volver. - Tenía muuchas ganas de verte. ¿Te lo has pasado bien estos días? - me dijo algo de su nuevo amigo, a lo que tuve que corregirle. - Pero no jugamos a morder cabezas, si es tu amigo tienes que tratarlo bien, ¿de acuerdo? - me la llevé de la guardería mientras me contaba cosas de lo que había hecho, mientras caminaba con ella de la mano hasta la zona de atención primaria donde se habían quedado los demás. - Sí, ahora vamos a ver a mamá. - si es que aquello era posible, pensé.
- ¿Cómo vais? - pregunté a Thalos y a Victorya al entrar, acercándome a ésta última cuando Nyara empezó a tirar hacia allá para ir a jugar con el cachorro de kneazle que estaba junto a Vic en la camilla. - ¿Dónde ha ido Erika? - pregunté extrañado a Thalos, al verlo allí solo. El cabreo de la pelirroja parecía ir en serio. No me extrañaba que le diese miedo, después de lo de Reed.
Ya de vuelta al hospital pregunté si tenían a Nyara en la guardería, donde Josephine solía dejarla. Me la encontré allí "jugando" a morderle la cabeza a otro niño, creo que era el hijo de Catherine. Internamente pensé un "bien hecho, hija", más que nada por el episodio anterior en el que la Le Fay nos había dado lecciones. Recibí a Nyara con los brazos abiertos y una sonrisa cuando se dio cuenta de que había entrado, alzándola del suelo para abrazarla cuando llegó hasta mí. Aquello era justo lo que necesitaba en aquel momento, una de las razones por las que más me importaba volver. - Tenía muuchas ganas de verte. ¿Te lo has pasado bien estos días? - me dijo algo de su nuevo amigo, a lo que tuve que corregirle. - Pero no jugamos a morder cabezas, si es tu amigo tienes que tratarlo bien, ¿de acuerdo? - me la llevé de la guardería mientras me contaba cosas de lo que había hecho, mientras caminaba con ella de la mano hasta la zona de atención primaria donde se habían quedado los demás. - Sí, ahora vamos a ver a mamá. - si es que aquello era posible, pensé.
- ¿Cómo vais? - pregunté a Thalos y a Victorya al entrar, acercándome a ésta última cuando Nyara empezó a tirar hacia allá para ir a jugar con el cachorro de kneazle que estaba junto a Vic en la camilla. - ¿Dónde ha ido Erika? - pregunté extrañado a Thalos, al verlo allí solo. El cabreo de la pelirroja parecía ir en serio. No me extrañaba que le diese miedo, después de lo de Reed.
Me tiré en la misma posición mas de una hora, y si alguien me habló, pasé de responderle, o bien porque no me apetecia responder o porque tenia tanto en la cabeza que ni me enteré.
Caí en un sueño breve de unos quince minutos, solo para despertarme de modo brusco cuando oi llegar a Johan. Me incorporé, pasandome una mano por la frente.
- Vaya mierda de pregunta. - le respondí al Black, ahorrándome una mirada sarcástica pero no un tono de voz sarcástico. Saltaba a la vista cómo ibamos. Miré a mi alrededor, asqueado de estar en este sitio. - Y yo que coño sé. Lejos. Igual se ha ido con sus colegas los Soul Reaper. No se donde está ella ni se donde está Reed. Por lo que sé, podría estar muerto en una puta posada.
"tengo que ir a..."
- Necesito salir de esta isla. Podemos hablar un momento lejos del puto hospital este? - dije levantandome y acercándome a él bastante, para poder hablar en un susurro contenido.
Caí en un sueño breve de unos quince minutos, solo para despertarme de modo brusco cuando oi llegar a Johan. Me incorporé, pasandome una mano por la frente.
- Vaya mierda de pregunta. - le respondí al Black, ahorrándome una mirada sarcástica pero no un tono de voz sarcástico. Saltaba a la vista cómo ibamos. Miré a mi alrededor, asqueado de estar en este sitio. - Y yo que coño sé. Lejos. Igual se ha ido con sus colegas los Soul Reaper. No se donde está ella ni se donde está Reed. Por lo que sé, podría estar muerto en una puta posada.
"tengo que ir a..."
- Necesito salir de esta isla. Podemos hablar un momento lejos del puto hospital este? - dije levantandome y acercándome a él bastante, para poder hablar en un susurro contenido.
Al final había decidido ayudar a mi manera, canalizando mi magia por la sala para tranquilizar a los pacientes y ayudando a conciliar el sueño gracias a la magia blanca, algunos incluso se dormirían sin darse cuenta a causa de esto pero era lo mejor después de lo que habían pasado.
Me quedé un par de horas escuchando como todos iban y venían y poco a poco la calma llegaba al hospital... pero no sería por mucho tiempo pues la alarma de incendios empezó a sonar dando paso nuevamente al caos. Muchos se apresuraron en salir mientras la guardia acudía con celeridad para ayudar, en medio de todo aquello escuché a Aldaron elevando la voz sobre todos para coordinar al personal.
Con ayuda de uno de los guardias conseguí salir de allí sin sufrir daños por la estampida pero fue entonces cuando recibí un mensaje, se había convocado un cónclave como era de esperar, la situación lo requería. Di las gracias al guardia y me desaparecí rumbo a la sala del cónclave.
Me quedé un par de horas escuchando como todos iban y venían y poco a poco la calma llegaba al hospital... pero no sería por mucho tiempo pues la alarma de incendios empezó a sonar dando paso nuevamente al caos. Muchos se apresuraron en salir mientras la guardia acudía con celeridad para ayudar, en medio de todo aquello escuché a Aldaron elevando la voz sobre todos para coordinar al personal.
Con ayuda de uno de los guardias conseguí salir de allí sin sufrir daños por la estampida pero fue entonces cuando recibí un mensaje, se había convocado un cónclave como era de esperar, la situación lo requería. Di las gracias al guardia y me desaparecí rumbo a la sala del cónclave.
Aún recostada y con los ojos abiertos a ratos, seguía acariciando al gato extraño aquel que le había dejado el mago. El gato no parecía incómodo, pues la cola se movía contenta y se había quedado bastante cómodo sobre su vientre. La voz de Johan volviendo a la sala le hizo abrir de nuevo los ojos, del todo tranquila tras las curaciones y bastante más despejada. Las imágenes del infierno seguían en su cabeza, pero ahora que las sombras no hablaban no les daba importancia y podía ignorarlas. Giró el rostro hasta ver a Johan acercándose con Nyara, que claramente tenía cuentas pendientes con el gato.
Thalos respondió primero con un tono bastante más pesimista que el que ella habría usado, pero le cayó en gracia. Sin embargo, aquello de salir de la isla no parecía del todo adecuado. No respondió a la pregunta, pero sí acercó un poco una de las sillas cercanas para que Nyara pudiera subir y acariciar al gato. La chiquilla no dudó en hacerlo. Se veía bastante aventurera. Un poco como el padre.- Ya está todo bien, gracias.- Murmuró cuando Thalos dejó de despotricar contra todo y todos. Echó una mirada al moreno. Ahora que iba todo limpio se daba cuenta de lo mal que les había ido con respecto a como llegaron.- ¿Cómo van los poseídos? ¿Han podido hacer algo por ellos? - Las sombras habían dejado de contarle, por lo que la cuestión era enteramente incierta.
Thalos respondió primero con un tono bastante más pesimista que el que ella habría usado, pero le cayó en gracia. Sin embargo, aquello de salir de la isla no parecía del todo adecuado. No respondió a la pregunta, pero sí acercó un poco una de las sillas cercanas para que Nyara pudiera subir y acariciar al gato. La chiquilla no dudó en hacerlo. Se veía bastante aventurera. Un poco como el padre.- Ya está todo bien, gracias.- Murmuró cuando Thalos dejó de despotricar contra todo y todos. Echó una mirada al moreno. Ahora que iba todo limpio se daba cuenta de lo mal que les había ido con respecto a como llegaron.- ¿Cómo van los poseídos? ¿Han podido hacer algo por ellos? - Las sombras habían dejado de contarle, por lo que la cuestión era enteramente incierta.
El nivel de mal humor de Thalos estaba por las nubes, con sus malas respuestas y caras a mi pregunta. Le gruñí por lo bajo, sin meterme con él en este momento por eso de que casi nos matan hace unas horas y que habíamos salido de allí por el maldito infierno. Al menos Victorya había sido más educada, y me alegraba verla más o menos normal, sin esa expresión ausente en su rostro. - Erika sabe cuidarse, ya lo sabes. Aunque se ha ido muy cabreada por lo de...ya sabes. Otro hijo. - me acerqué más cuando dijo lo de Reed, apoyándome a los pies de su camilla cuando se incorporó. Con todo el asunto de S.A.M cabía la posibilidad, pero no veía a su hijo cayendo a la primera. - Es un Draven, sois unos cansinos resistentes. No creo que esté muerto. Y puedo tratar de enviarle un mensaje mental...- le ofrecí para que se quedase tranquilo. Podría concentrarme para buscar la mente del muchacho.
Me pareció que estaba algo perturbado cuando se acercó para susurrarme que necesitaba salir de la isla, aunque asentí a lo de hablar con él. - Pues no sé a dónde quieres que vayamos. Salir fuera de la isla sólo para hablar es una gilipollez. Podemos ir a los jardines, y ahí ya hablamos y pensamos qué hacer.- me separé un poco de Thalos mientras esperaba su respuesta, acercándome a Nyara que parecía entusiasmada con el cachorro de Adael. - No sé nada de los poseídos, pero...esa alarma de antes... - me daba mala espina. Algo debía estar sucediendo. - Mierda, soy idiota. No puedo dejar aquí a Nyara si hay gente poseída. - nunca se sabía, podrían pasar cosas horribles. - Tengo que llevármela de aquí. Victorya...nos reuniremos más tarde, cuando te recuperes del todo. ¿Puedes decirle a Josephine cuando salga que me llevo a la niña y que me voy un momento con Thalos a los jardines? Para que no se preocupe por la cría. - sabía que le estaba pidiendo algo un tanto incómodo, y que incluso podría comunicárselo yo mentalmente, pero no quería meterme en su cabeza después de lo que hice en la casa Black.
Me pareció que estaba algo perturbado cuando se acercó para susurrarme que necesitaba salir de la isla, aunque asentí a lo de hablar con él. - Pues no sé a dónde quieres que vayamos. Salir fuera de la isla sólo para hablar es una gilipollez. Podemos ir a los jardines, y ahí ya hablamos y pensamos qué hacer.- me separé un poco de Thalos mientras esperaba su respuesta, acercándome a Nyara que parecía entusiasmada con el cachorro de Adael. - No sé nada de los poseídos, pero...esa alarma de antes... - me daba mala espina. Algo debía estar sucediendo. - Mierda, soy idiota. No puedo dejar aquí a Nyara si hay gente poseída. - nunca se sabía, podrían pasar cosas horribles. - Tengo que llevármela de aquí. Victorya...nos reuniremos más tarde, cuando te recuperes del todo. ¿Puedes decirle a Josephine cuando salga que me llevo a la niña y que me voy un momento con Thalos a los jardines? Para que no se preocupe por la cría. - sabía que le estaba pidiendo algo un tanto incómodo, y que incluso podría comunicárselo yo mentalmente, pero no quería meterme en su cabeza después de lo que hice en la casa Black.
- ¿Cómo que sabe cuidarse? Que la he cagao, Johan! Y no digas que sabe cuidarse porque iba potando cada dos por tres y le daban puntazos de dolor y era por MI culpa, por mucho que sepa cuidarse no está para andar por ahi cabreada haciendo el loco... - lo miré con cara de estar comiendo limones. La cara que se me ponía cuando tenia que pedirle un favor a Johan Black . - Puedes buscarla, asegurarte de que está bien?
Asentí, si cabía esa posibilidad. - Si logras contactar mentalmente con él, es que está vivo. Inténtalo. - le pedí. Me daba miedo conocer la respuesta pero era mejor que no saber nada. - Idiota! no es que quiera salir de la isla para hablar, queria salir de la isla para buscar a Reed! Pero si puedes mandarle tu whatssapp magico no hace falta salir. Compruebalo.
Le di un golpe en un brazo, para que espabilase, y porque me apetecia. Nya, la alarma, los demonios, los lios extramatrimoniales, los hijos que te odian porque les has jodido la infancia...
- Somos unos padres horribles Johan. Lo estamos haciendo fatal. - dije en un tremendo cambio de humor de cabreado a depresivo.
Le hice un gesto de despedida a Vyka y me dirigí hacia la puerta de salida, esperando a Johan ahi, para que se despidieran...a lo suyo. Eso si los miraba un poco de reojo mientras esperaba. Cuando se despidieron, salimos los dos, Johan y yo, fuera del hospital.
Asentí, si cabía esa posibilidad. - Si logras contactar mentalmente con él, es que está vivo. Inténtalo. - le pedí. Me daba miedo conocer la respuesta pero era mejor que no saber nada. - Idiota! no es que quiera salir de la isla para hablar, queria salir de la isla para buscar a Reed! Pero si puedes mandarle tu whatssapp magico no hace falta salir. Compruebalo.
Le di un golpe en un brazo, para que espabilase, y porque me apetecia. Nya, la alarma, los demonios, los lios extramatrimoniales, los hijos que te odian porque les has jodido la infancia...
- Somos unos padres horribles Johan. Lo estamos haciendo fatal. - dije en un tremendo cambio de humor de cabreado a depresivo.
Le hice un gesto de despedida a Vyka y me dirigí hacia la puerta de salida, esperando a Johan ahi, para que se despidieran...a lo suyo. Eso si los miraba un poco de reojo mientras esperaba. Cuando se despidieron, salimos los dos, Johan y yo, fuera del hospital.
En la zona de terapia intensiva estaba todo más o menos controlado. Se habían llevado el peligro y las alarmas habían dejado de sonar y todos los heridos habían sido atendidos. Así que tras quitarme la bata pringada y tirarla a uno de los cubos que las lavaban y desinfectaban automáticamente decidí que lo mejor sería ir a buscar a Nya a la guardería, irnos a casa, dormirla y beberme esas copas de vino que llevaba un rato deseando.
Al salir a Atención Primaria camino de la salida vi que ya casi no había gente a excepción de Victorya que seguía allí. Iba a seguir de largo pero tras debatirlo unos segundos me acerqué. Paré a unos pasos de la camilla donde estaba sentada.
-¿Estás mejor?
Pregunté con sinceridad repasando su estado con la mirada por unos segundos. Parecía que si. Miré alrededor sin ver a Johan por allí y volví a mirarla.
-Si te encuentras mejor, creo que podrías ir a casa.
Extendí mi mano pero la paré antes de tocarle el brazo.
-Si me dejas comprobarlo...uno descansa mejor en casa que en una camilla de hospital.
Al salir a Atención Primaria camino de la salida vi que ya casi no había gente a excepción de Victorya que seguía allí. Iba a seguir de largo pero tras debatirlo unos segundos me acerqué. Paré a unos pasos de la camilla donde estaba sentada.
-¿Estás mejor?
Pregunté con sinceridad repasando su estado con la mirada por unos segundos. Parecía que si. Miré alrededor sin ver a Johan por allí y volví a mirarla.
-Si te encuentras mejor, creo que podrías ir a casa.
Extendí mi mano pero la paré antes de tocarle el brazo.
-Si me dejas comprobarlo...uno descansa mejor en casa que en una camilla de hospital.
El trío se fue con un encargo un poco singular por parte de Johan. Se despidió de Thalos en un gesto similar y dejó que se fueran sin saber bien qué hacer. Prefirió mantenerse recostada, al menos por el momento, pues no había mucho más de lo que pudiera hacer. Mentalmente iba contando las cosas que tenía que hacer, como tomar una ducha y reorganizar sus suministros de batalla para después. No era muy de pociones, pero ahora que tenía algunas tenía que mantener el inventario con más cuidado.
Lo que sí no esperaba era ver a Josephine. Aún cuando el encargo estaba, no sabía si ella era quien debía cargar el mensaje. El hospital entero chismeaba de Johan y ella, y estaba segura que no había pasado todo por alto.- Ammm, si, gracias. Catherine borró ciertos recuerdos, creo.- Murmuró, tratando de que sus respuestas no fueran monosilábicas. Al verla buscar alrededor con la mirada, entendió claramente lo que buscaba.- No está aquí. Salió con Thalos y Nyara a los jardínes.
A su comentario de irse a casa no le había dado muchas más vueltas.- Estaba esperando a Adael. Me dejó a... su... a su... gato.- Murmuró, no sabiendo bien el término para aquella criatura, aunque Gato parecía un buen nombre. No sabía si tenía que cuidarlo, la verdad, o si era una de esas criaturas que se podían cuidar por si mismas a pesar de parecer indefensas.-En realidad no se me había ocurrido darme de alta a mí misma....- Dijo, por si aquello servía de excusa para hacer más fácil el momento para ella.
No se movió cuando ella intentó tocarla. Creía que ya lo había hecho con anterioridad, cuando recién llegó. Pero ahora no estaba del todo segura. Asintió levemente, permitiéndole proceder mientras se sentaba en la camilla.- Bueno... eso depende de la casa.- Susurró, dejando entrever una leve sonrisa, dadas las circunstancias en las que la tierra se encontraba.
Lo que sí no esperaba era ver a Josephine. Aún cuando el encargo estaba, no sabía si ella era quien debía cargar el mensaje. El hospital entero chismeaba de Johan y ella, y estaba segura que no había pasado todo por alto.- Ammm, si, gracias. Catherine borró ciertos recuerdos, creo.- Murmuró, tratando de que sus respuestas no fueran monosilábicas. Al verla buscar alrededor con la mirada, entendió claramente lo que buscaba.- No está aquí. Salió con Thalos y Nyara a los jardínes.
A su comentario de irse a casa no le había dado muchas más vueltas.- Estaba esperando a Adael. Me dejó a... su... a su... gato.- Murmuró, no sabiendo bien el término para aquella criatura, aunque Gato parecía un buen nombre. No sabía si tenía que cuidarlo, la verdad, o si era una de esas criaturas que se podían cuidar por si mismas a pesar de parecer indefensas.-En realidad no se me había ocurrido darme de alta a mí misma....- Dijo, por si aquello servía de excusa para hacer más fácil el momento para ella.
No se movió cuando ella intentó tocarla. Creía que ya lo había hecho con anterioridad, cuando recién llegó. Pero ahora no estaba del todo segura. Asintió levemente, permitiéndole proceder mientras se sentaba en la camilla.- Bueno... eso depende de la casa.- Susurró, dejando entrever una leve sonrisa, dadas las circunstancias en las que la tierra se encontraba.
Sonreí levemente al escuchar la mención a Catherine. Sin duda eso había sido mejor idea que sedarla, pobre.
-Si...debería empezar a estudiar esa rama mágica...creo que sería beneficioso para las sanaciones de este tipo.
Alcé ambas cejas cuando supo perfectamente a quién buscaba y me informó de la situación.
-Ah... vaya... ha sacado a Nya de la guardería...
Me revolví algo incómoda. Podría haberme avisado al menos.
-Bien.
No es que me molestase que pasase tiempo con ella pero el muy maldito podía mandar mensajes telepáticos. Me imaginé en la guardería entrando en pánico al no ver a la niña. Suspiré un segundo y miré al...gato y luego a ella.
-¡Un Kneazle!Hacía tiempo que no veía uno de estos.
Me agaché para mirar al bichejo mejor. Era como un gato gordo con orejas y cola de león. Parecía muy tranquilote. Volví a mi posición normal mirando a la muchacha.
-Tranquila...estoy acostumbrada a que la gente se largue del hospital sin permiso. Pero siempre es mejor estar seguros de que os marcháis en condiciones.
Tomé su brazo en mis manos ejerciendo mi poder para comprobar como se encontraba. Básicamente me quedé unos segundos mirando a la nada con la mirada perdida y después la solté. Reí un poco por su comentario.
-Ya...aún recuerdo cuando dormía en una sala gigante llena de literas rodeada por media resistencia roncando.
"Y aún así me sentía en casa"
-Estás perfectamente. Y por suerte aquí tenéis unas casas bastante cómodas.
Volví a quedarme como bloqueada un momento recibiendo el mensaje de Cath y borré la sonrisa. Miré al techo resoplando.
"Mi vino al carajo"
Miré a la chica chascando la lengua y señalando a las puertas por las que acababa de salir.
-Tengo que volver a entrar...un paciente de última hora. Por mí estás dada de alta. Procura descansar y si no puedes dormir pide un Té de Amapola.
Le di una palmadita suave en el brazo y giré para andar hacia las puertas. Antes de entrar volví a mirarla.
-Ah!oye!Cuando veas a Johan ya que ha sacado a Nya dile que hoy se queda con él por la noche. ¿Vale?Graciaas.
"porque yo me voy a tomar ese maldito vino sea como sea"
Crucé las puertas saliendo del lugar.
-Si...debería empezar a estudiar esa rama mágica...creo que sería beneficioso para las sanaciones de este tipo.
Alcé ambas cejas cuando supo perfectamente a quién buscaba y me informó de la situación.
-Ah... vaya... ha sacado a Nya de la guardería...
Me revolví algo incómoda. Podría haberme avisado al menos.
-Bien.
No es que me molestase que pasase tiempo con ella pero el muy maldito podía mandar mensajes telepáticos. Me imaginé en la guardería entrando en pánico al no ver a la niña. Suspiré un segundo y miré al...gato y luego a ella.
-¡Un Kneazle!Hacía tiempo que no veía uno de estos.
Me agaché para mirar al bichejo mejor. Era como un gato gordo con orejas y cola de león. Parecía muy tranquilote. Volví a mi posición normal mirando a la muchacha.
-Tranquila...estoy acostumbrada a que la gente se largue del hospital sin permiso. Pero siempre es mejor estar seguros de que os marcháis en condiciones.
Tomé su brazo en mis manos ejerciendo mi poder para comprobar como se encontraba. Básicamente me quedé unos segundos mirando a la nada con la mirada perdida y después la solté. Reí un poco por su comentario.
-Ya...aún recuerdo cuando dormía en una sala gigante llena de literas rodeada por media resistencia roncando.
"Y aún así me sentía en casa"
-Estás perfectamente. Y por suerte aquí tenéis unas casas bastante cómodas.
Volví a quedarme como bloqueada un momento recibiendo el mensaje de Cath y borré la sonrisa. Miré al techo resoplando.
"Mi vino al carajo"
Miré a la chica chascando la lengua y señalando a las puertas por las que acababa de salir.
-Tengo que volver a entrar...un paciente de última hora. Por mí estás dada de alta. Procura descansar y si no puedes dormir pide un Té de Amapola.
Le di una palmadita suave en el brazo y giré para andar hacia las puertas. Antes de entrar volví a mirarla.
-Ah!oye!Cuando veas a Johan ya que ha sacado a Nya dile que hoy se queda con él por la noche. ¿Vale?Graciaas.
"porque yo me voy a tomar ese maldito vino sea como sea"
Crucé las puertas saliendo del lugar.
Seguro, serán necesarias la próxima vez que pasemos por el infierno.- Ironizó, aunque no de mala manera, pues terminó brindándole una sonrisa que quedó reducida cuando vio su rostro al mencionar a Johan.- Quizás la guardería no debería estar en el hospital hasta que todo se arregle.- Murmuró en voz baja, sin intención de juzgar. En un hospital humano, a los niños los podían contagiar de virus y basterias fácilmente, pero allí, exponerlos a demonios, era un nivel de riesgo bastante diferente. Salió de sus pensamientos con relativa rapidez cuando la palabra acudió.
¿Kneazle? - Observó al gato, ahora entendiendo que sus particularidades iban más allá que solo un corte feo de pelo, brindándole un nombre mágico y singular. Ahora con nuevos conocimientos, permitió que la rubia tocara su brazo, haciendo su magia a como lo creyera conveniente mientras escuchaba en silencio sus historias de la resistencia. Debía haber sido un lugar difícil para conciliar el sueño. Más aún para recuperar el aliento. Quizás por eso se había ido... Se mordió la lengua rápidamente, para no preguntar y para dejar aquellos pensamientos en el fondo. Le devolvió, una vez más, la sonrisa cuando aceptó que se fuera del hospital con buenas notas, aunque negando al té de amapola después de aquella interrupción por Catherine. Parecía que a la chica se le daba bien ir dando órdenes por ahí.
Estaré bien, gracias. Por todo. Si necesitas algo...- Susurró, dejando la oferta en el aire, aprovechando para bajar de la camilla, gato en mano, cuando la chica dio la media vuelta. Al menos después de un rato iba a poder darse una ducha caliente. Su voz desde la puerta le llamó de nuevo la atención, levantando ambas cejas y dejando pasar unos segundos antes de brindar una respuesta.- Claro, por qué no.- Dijo, sonriendo un poco contrariada por ese par. Esperó a que la chica terminara de irse antes de salir del hospital.
¿Kneazle? - Observó al gato, ahora entendiendo que sus particularidades iban más allá que solo un corte feo de pelo, brindándole un nombre mágico y singular. Ahora con nuevos conocimientos, permitió que la rubia tocara su brazo, haciendo su magia a como lo creyera conveniente mientras escuchaba en silencio sus historias de la resistencia. Debía haber sido un lugar difícil para conciliar el sueño. Más aún para recuperar el aliento. Quizás por eso se había ido... Se mordió la lengua rápidamente, para no preguntar y para dejar aquellos pensamientos en el fondo. Le devolvió, una vez más, la sonrisa cuando aceptó que se fuera del hospital con buenas notas, aunque negando al té de amapola después de aquella interrupción por Catherine. Parecía que a la chica se le daba bien ir dando órdenes por ahí.
Estaré bien, gracias. Por todo. Si necesitas algo...- Susurró, dejando la oferta en el aire, aprovechando para bajar de la camilla, gato en mano, cuando la chica dio la media vuelta. Al menos después de un rato iba a poder darse una ducha caliente. Su voz desde la puerta le llamó de nuevo la atención, levantando ambas cejas y dejando pasar unos segundos antes de brindar una respuesta.- Claro, por qué no.- Dijo, sonriendo un poco contrariada por ese par. Esperó a que la chica terminara de irse antes de salir del hospital.
Aldaron Failon
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El hospital había sido todo un campo de batalla pero por suerte todo se iba calmando y había un cotilleo en el aire que me tenía de pie y me retroalimentaba, me habría cambiado el nombre "concha" si los ingleses pudieran pronunciarlo en condiciones. Cuando todo estuvo más tranquilo me senté a tomarme un café y pude ver como Josephine hablaba con la tal victorya hasta que se fueron.
Por desgracia no tenía a mi compi de cotilleos Chloe pero una de las enfermeras se acercó preguntando si la morena era la chica del "pecado", todos la habían visto considerando que Catherine nos había callado a todos y estábamos pendientes de lo que hacía -Uy! nena, ven que te lo cuento, yo pensaba que eso de pecar era por borracha o yo que sé, cualquier cosa, un vicio como olerse los dedos de los pies, porque la chica esa parece muy recatadita y tal y el dicho dice que las más buenecitas son las que más delito tienen, pues voy yo y se lo suelto al del parche y la pelirroja enfadada y me dicen "pero si es Johan el casado"- aquella me hizo gesto de sorpresa y yo asentí con la cabeza dejando que sacara las mismas conclusiones que yo -Que si nena, el marido de Jo, muy fuerte, pero tu no digas nada eh?- aunque seguramente yo mismo se lo contaría a dos o tres más mientras esperaba en mi turno eterno.
Pasó un buen rato hasta que un nuevo paciente entró en la sala, bostecé y me levanté rascándome el culo cual viejo a pesar de mis 200 primaveras -A ver, qué ha pasado?- esperé a que el guardia me comentara lo que había pasado mientras examinaba a la morena en busca de lesiones cerebrales haciendo el rollo de la lucecita en los ojos -vale, vete, ya nos encargamos nosotros- el hombre de hojalata se retiró y los enfermeros que seguían vivos ayudaron además de los benditos alumnos en prácticas y mal pagados. Para cuando la chica despertó ya le estaba cerrando la primera bolsa de suero que se había acabado -Hola guapi ¿qué tal te encuentras? ¿Cómo te llamas? parece que te has desmayado en la sala de reuniones ¿sabes donde estás?-
Por desgracia no tenía a mi compi de cotilleos Chloe pero una de las enfermeras se acercó preguntando si la morena era la chica del "pecado", todos la habían visto considerando que Catherine nos había callado a todos y estábamos pendientes de lo que hacía -Uy! nena, ven que te lo cuento, yo pensaba que eso de pecar era por borracha o yo que sé, cualquier cosa, un vicio como olerse los dedos de los pies, porque la chica esa parece muy recatadita y tal y el dicho dice que las más buenecitas son las que más delito tienen, pues voy yo y se lo suelto al del parche y la pelirroja enfadada y me dicen "pero si es Johan el casado"- aquella me hizo gesto de sorpresa y yo asentí con la cabeza dejando que sacara las mismas conclusiones que yo -Que si nena, el marido de Jo, muy fuerte, pero tu no digas nada eh?- aunque seguramente yo mismo se lo contaría a dos o tres más mientras esperaba en mi turno eterno.
Pasó un buen rato hasta que un nuevo paciente entró en la sala, bostecé y me levanté rascándome el culo cual viejo a pesar de mis 200 primaveras -A ver, qué ha pasado?- esperé a que el guardia me comentara lo que había pasado mientras examinaba a la morena en busca de lesiones cerebrales haciendo el rollo de la lucecita en los ojos -vale, vete, ya nos encargamos nosotros- el hombre de hojalata se retiró y los enfermeros que seguían vivos ayudaron además de los benditos alumnos en prácticas y mal pagados. Para cuando la chica despertó ya le estaba cerrando la primera bolsa de suero que se había acabado -Hola guapi ¿qué tal te encuentras? ¿Cómo te llamas? parece que te has desmayado en la sala de reuniones ¿sabes donde estás?-
Savannah
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Savannah no tuvo descanso. En sus sueños seguían manifestandose los espíritus en su abstracta manera. Cuando finalmente volvió a la realidad, la licántropa tardó en ubicarse. Parpadeó varias veces incorporándose no muy lentamente por temor a estar atrapada. Se miró en seguida y se quitó las vías con algo de molestia/miedo. Entonces escuchó una voz y alzó la mirada hacia él, incluso las manos de forma defensiva. Sin embargo, al verle las orejas se calmó un poco. Volvió a mirar alrededor en silencio aunque la sensación de pánico seguía consumiéndole cada latido del corazón.
-No...- Dijo entre dientes y se apretó la zona donde antes había estado la vía -Sala de Reuniones...sí, estaba allí y...- Recordó cuando cayó al piso y puso las manos para detener su caída, observó sus dedos y abrió y cerró los puños varias veces para luego negar suavemente con la cabeza. La ansiedad de los espíritus para informar sobre la profecía había sido brutal. Ahora estaban más tranquilos. Savannah cerró los párpados sintiendo que las lágrimas empezaban, una vez más, a recorrerle el rostro. Simplemente no podía evitar sentir tanto desasociego. La licántropa no era materialista pero el recuerdo de su hogar destruido...Había socavado su alma.
-Mis...padres. Están en los jardines...- Dijo después de un momento en silencioso llanto. Alzó sus ojos de color miel hacia el elfo mientras se limpiaba las lágrimas -Sabes... Si... - Miró alrededor percatándose de que estaba en un hospital -¿Oren? Uno de los Alfas del Clan Fenrir, por casualidad...Está aquí? ¿Alguien de mi clan está aquí?- Sabía la respuesta, la sabía muy bien pero necesitaba preguntar.
-No...- Dijo entre dientes y se apretó la zona donde antes había estado la vía -Sala de Reuniones...sí, estaba allí y...- Recordó cuando cayó al piso y puso las manos para detener su caída, observó sus dedos y abrió y cerró los puños varias veces para luego negar suavemente con la cabeza. La ansiedad de los espíritus para informar sobre la profecía había sido brutal. Ahora estaban más tranquilos. Savannah cerró los párpados sintiendo que las lágrimas empezaban, una vez más, a recorrerle el rostro. Simplemente no podía evitar sentir tanto desasociego. La licántropa no era materialista pero el recuerdo de su hogar destruido...Había socavado su alma.
-Mis...padres. Están en los jardines...- Dijo después de un momento en silencioso llanto. Alzó sus ojos de color miel hacia el elfo mientras se limpiaba las lágrimas -Sabes... Si... - Miró alrededor percatándose de que estaba en un hospital -¿Oren? Uno de los Alfas del Clan Fenrir, por casualidad...Está aquí? ¿Alguien de mi clan está aquí?- Sabía la respuesta, la sabía muy bien pero necesitaba preguntar.
Mérida Pyro
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Una vez depositada por los Guardias por orden de Matvey, fue atendida. Después de que se estabilizara, digamos que había un chequeo de rutina. Tras varias pociones, infusiones y curaciones finalmente Mérida se encontraba en condiciones de caminar y aunque iba en contra de lo que algunos médicos le decían, la muchacha igualmente se levantó dandose el alta ella misma.
Altair Kirgyakos
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Dejé a Kiana empapada en una de las camillas con tranquilidad cuando uno de los trabajadores se puso a atenderla. Este se puso a gritar algo de estado crítico o algo así, pero tampoco le di mucha importancia, Kiana era toda una luchadora incluso estando inconsciente. Y hablando de inconsciencia, por allí pasó una chica en otra camilla también inconsciente. Levanté la ceja cuando me di cuenta de que era Savannah, a saber lo que le había pasado.
Me acerqué dejando un rastro de gotas de agua para preguntar lo que le pasaba y me dijeron que solo necesitaba descansar y que no tardaría mucho en despertarse. Le pedí (obligué) a darme un cigarro a uno de los pacientes, me lo fumé de dos caladas fuera del hospital, pero me dijeron que no estaba consciente, por lo que pregunté si había alguien de su clan, por si me podía dar alguna información sobre la profecía que me había comentado Savannah antes. Nada.
Volví dirección a la sala de Savannah porque me aburría, ya podía oír su voz metros antes de llegar a la habitación y estaba preocupada por su familia. -No hay nadie de tu clan por aquí. Ahora me tienes que contar lo que te ha pasado. ¿Ha sido algo con Kiana?- Realmente dudaba aquello, si hubiese habido cualquier altercado seguramente Savannah habría terminado con algún hueso roto mínimo.
Me acerqué dejando un rastro de gotas de agua para preguntar lo que le pasaba y me dijeron que solo necesitaba descansar y que no tardaría mucho en despertarse. Le pedí (obligué) a darme un cigarro a uno de los pacientes, me lo fumé de dos caladas fuera del hospital, pero me dijeron que no estaba consciente, por lo que pregunté si había alguien de su clan, por si me podía dar alguna información sobre la profecía que me había comentado Savannah antes. Nada.
Volví dirección a la sala de Savannah porque me aburría, ya podía oír su voz metros antes de llegar a la habitación y estaba preocupada por su familia. -No hay nadie de tu clan por aquí. Ahora me tienes que contar lo que te ha pasado. ¿Ha sido algo con Kiana?- Realmente dudaba aquello, si hubiese habido cualquier altercado seguramente Savannah habría terminado con algún hueso roto mínimo.
Ben, el perro y yo nos dirigimos al hospital tras haber salido de la reunion. Yo habia dejado de beber, asi que mi estado de borrachez se habia pasado rapido, gracias a mi metabolismo acelerado.
Decidimos ir al hospital a visitar a las compañeras, y despues ir a por Gen a ver si se habia recuperado ya. Necesitamos hacer junta de equipo.
Sin embargo, al llegar Mérida ya se había ido, tal como nos informaron en recepción. Bueno, si se habia ido por su propio pie, aquello era buena señal. Preguntamos por Emily Kaldwin y nos indicaron que se encontraba en una de las habitaciones de la zona de recuperacion.
Por el camino de los pasillos hacia aquella sala me encontré con Altair que iba liado con su toalla a la cintura y lo saludé con un gesto de mi cabeza. Balto se entretuvo mas rato y se quedó mirando la sala en la que habia entrado, en la que estaba Savanah. Unas enfermeras me dijeron que el perro no podía pasar a las habitaciones de los enfermos y yo gruñí de mala hostia por aquello, aunque cedí a dejarlo esperandonos alli un momento.
Al entrar al cuarto de Emily nos la encontramos despierta con la mirada perdida en la ventana. Le pegué un silbido para llamar su atencion.
- Eh, lista para volar del nido? Hemos decidido que vamos a agotar todas las reservas de alcohol de la isla
Decidimos ir al hospital a visitar a las compañeras, y despues ir a por Gen a ver si se habia recuperado ya. Necesitamos hacer junta de equipo.
Sin embargo, al llegar Mérida ya se había ido, tal como nos informaron en recepción. Bueno, si se habia ido por su propio pie, aquello era buena señal. Preguntamos por Emily Kaldwin y nos indicaron que se encontraba en una de las habitaciones de la zona de recuperacion.
Por el camino de los pasillos hacia aquella sala me encontré con Altair que iba liado con su toalla a la cintura y lo saludé con un gesto de mi cabeza. Balto se entretuvo mas rato y se quedó mirando la sala en la que habia entrado, en la que estaba Savanah. Unas enfermeras me dijeron que el perro no podía pasar a las habitaciones de los enfermos y yo gruñí de mala hostia por aquello, aunque cedí a dejarlo esperandonos alli un momento.
Al entrar al cuarto de Emily nos la encontramos despierta con la mirada perdida en la ventana. Le pegué un silbido para llamar su atencion.
- Eh, lista para volar del nido? Hemos decidido que vamos a agotar todas las reservas de alcohol de la isla
Aldaron Failon
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La morena tardó un rato en despertar pero lo hizo muy descolocada y agobiada, tanto que en la confusión se me escapó la loca del fuego en quirófano -Eh! detened a esa que aún tiene que descansar! por qué todos huyen y hacen estas gilipolleces!?- ya estaba cansado y me estaba poniendo de mala uva pero de eso la chica a mi lado no tenía la culpa.
La ayudé a sentarse y tomé el brazo que ahora sangraba y limpié la zona -Estas cosas no se hacen! te puedes hacer daño, que aunque lo veas en las pelis ellos lo llevan de pega- le puse una gasa y la dejé que hiciera presión, estaba muy nerviosa pero sabía dónde tenía los pies puestos -Eso es, te has desmayado en la sala de reuniones y te han traído al hospital, e ver, deja me que te eche otro vistacillo a los ojos- de nuevo le apunté con la luz a los ojos por si acaso y todo parecía en orden a excepción de su estado emocional.
Me senté a su lado con intención de consolarla pero un tío en toalla me distrajo... en otras circunstancias me habría alegrado la vista pero por culpa de Lucio estaba trabajando cual chino y tenía toda la sangre en la cabeza, nada para la zona baja del cuerpo por el estrés -Lo siento, no sabemos nada de hombres lobo a parte de este de aquí y algunos ferales en la isla, pero siempre puedes ir a la zona residencial dónde se encuentran los refugiados, si buscas a alguien en concreto debería esta en el registro-
La ayudé a sentarse y tomé el brazo que ahora sangraba y limpié la zona -Estas cosas no se hacen! te puedes hacer daño, que aunque lo veas en las pelis ellos lo llevan de pega- le puse una gasa y la dejé que hiciera presión, estaba muy nerviosa pero sabía dónde tenía los pies puestos -Eso es, te has desmayado en la sala de reuniones y te han traído al hospital, e ver, deja me que te eche otro vistacillo a los ojos- de nuevo le apunté con la luz a los ojos por si acaso y todo parecía en orden a excepción de su estado emocional.
Me senté a su lado con intención de consolarla pero un tío en toalla me distrajo... en otras circunstancias me habría alegrado la vista pero por culpa de Lucio estaba trabajando cual chino y tenía toda la sangre en la cabeza, nada para la zona baja del cuerpo por el estrés -Lo siento, no sabemos nada de hombres lobo a parte de este de aquí y algunos ferales en la isla, pero siempre puedes ir a la zona residencial dónde se encuentran los refugiados, si buscas a alguien en concreto debería esta en el registro-
Savannah
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Podía oír voces y suspiros. Aquel no era un lugar para ella. En ese sitio había muerto gente que tenía mensajes que dar y estaban empezando a observarla con hambre. Tembló ligeramente. Necesitaba ver a Oren, estaba perdida. Se llevó las manos a la cara con miedo. Si él no estaba… Escuchó al elfo echarle la bronca sobre la mano y alzó un hombro como diciendole claramente que no le interesaba una puta mierda hacerse daño. Sólo tenía que salir a hacer cosas. Parpadeó varias veces al ver la molesta lucecita y luego apartó la barbilla con brusquedad -Estoy bien. Soy una chamán del Clan Fenrir y los espíritus tenían algo que decir. Es sólo que intenté contenerlos...Y ellos tienen voluntad propia. Sólo soy una vía de comunicación- Especificó y luego al sentir que se sentó, Savannah agradeció su sutileza. Mucha mejor recepción que la que había tenido en la sala a donde había ido a buscar a Altair. Suspiró conteniendo el nudo en su garganta. Apoyó la cabeza levemente en el hombro del elfo -Tengo que bajar…- Murmuró pensando en cómo encontrar a su alfa. Los espíritus no le decían nada respecto a él. En realidad, de ninguno de los dos.
Al escuchar a Altair alzó la mirada hacia él y frunció el ceño. Podía… Podía olerlo. Percibió un olor particular. Un olor distinto. Uno que conocía hace poco: Kiana. Era sutil ya que el mismísimo aroma de Altair era muy potente -No te tengo que contar una mierda- Le soltó y cogió lo primero que encontró, que resultó ser su almohada y tirársela encima -Si tuviese que ver con Kiana creo que lo habrías olido ¿No? Se levantó de la camilla ignorando por completo al elfo que seguro le gritaba algo pero cuando puso los pies en el piso sintió un mareo fuerte pero que decidió ignorar igualmente.
-No eres mi Alfa, Altair. Deja de comportarte como uno. No tengo que darte explicaciones de nada- Le dijo acercándose a él para enfrentarlo. Le tocaba las narices su aura de superioridad. Para ella no había nadie superior a Oren, ni ahora, ni nunca. -Y en el momento en el que te necesité estabas ocupado con otra cosa – Negó con la cabeza -La profecía ha sido anunciada a todo el consejo porque los espíritus me seguían invadiendo hasta poder decirla, puedes preguntarle a tus amigos sobre ella. Creo que es para vosotros. Ahora tengo asuntos mucho más importantes-
-No cuentes con nuestras piedras por el momento. Y vístete de una puta vez- Se dio la vuelta y miró al elfo haciendo un leve movimiento con la cabeza -Gracias por todo pero debo irme- Indicó y empezó a caminar hacia la salida, sintiendo que las voces empezaban a cobrar más fuerza y ya que les daba la espalda podía llorar con mayor tranquilidad. Necesitaba a sus padres, necesitaba a su alfa…Es decir, a Oren. Necesitaba a Oren por encima de todas las cosas. Y aunque captó olores de otros licántropos, incluso de Balto, no se detuvo y salió de la zona de atención y pidió indicaciones hacia la zona de los jardines.
Al escuchar a Altair alzó la mirada hacia él y frunció el ceño. Podía… Podía olerlo. Percibió un olor particular. Un olor distinto. Uno que conocía hace poco: Kiana. Era sutil ya que el mismísimo aroma de Altair era muy potente -No te tengo que contar una mierda- Le soltó y cogió lo primero que encontró, que resultó ser su almohada y tirársela encima -Si tuviese que ver con Kiana creo que lo habrías olido ¿No? Se levantó de la camilla ignorando por completo al elfo que seguro le gritaba algo pero cuando puso los pies en el piso sintió un mareo fuerte pero que decidió ignorar igualmente.
-No eres mi Alfa, Altair. Deja de comportarte como uno. No tengo que darte explicaciones de nada- Le dijo acercándose a él para enfrentarlo. Le tocaba las narices su aura de superioridad. Para ella no había nadie superior a Oren, ni ahora, ni nunca. -Y en el momento en el que te necesité estabas ocupado con otra cosa – Negó con la cabeza -La profecía ha sido anunciada a todo el consejo porque los espíritus me seguían invadiendo hasta poder decirla, puedes preguntarle a tus amigos sobre ella. Creo que es para vosotros. Ahora tengo asuntos mucho más importantes-
-No cuentes con nuestras piedras por el momento. Y vístete de una puta vez- Se dio la vuelta y miró al elfo haciendo un leve movimiento con la cabeza -Gracias por todo pero debo irme- Indicó y empezó a caminar hacia la salida, sintiendo que las voces empezaban a cobrar más fuerza y ya que les daba la espalda podía llorar con mayor tranquilidad. Necesitaba a sus padres, necesitaba a su alfa…Es decir, a Oren. Necesitaba a Oren por encima de todas las cosas. Y aunque captó olores de otros licántropos, incluso de Balto, no se detuvo y salió de la zona de atención y pidió indicaciones hacia la zona de los jardines.
El sueño es muy pesado, aunque siento mucha luz a través de los párpados cerrados, como si el sol estuviera frente a mí, pero no siento su calor. Tal vez ya no soy capaz de sentir a través de mí piel por el fuego oscuro al que fui expuesta en el torneo.
Descarto aquella idea cuando siento cosquilleos en diferentes partes del cuerpo; en el pie, en el muslo y en la entrepierna. Me remuevo somnolienta tratando de cruzar las piernas y acostarme de lado, pero algo me lo impide. Cuando abro los ojos, luz blanca me enseguece, pero poco a poco distingo formas, olores y sonidos mientras parpadeo.
Hay personas con sus manos sobre mí, así que me remuevo disgustada con la idea de sacarmelos de encima y ponerme de pié, ellos presentan batalla pero finalmente logro pararme aunque me llevo por delante recipientes con extraños elementos. Así y todo reconozco la forma de un pequeño cuchillo por lo que lo tomo y amenazo con él a todo aquél que se me acerque. Finalmente siento un pinchazo en un glúteo y con ello la fuerza de todo mi cuerpo se evapora para caer devuelta en un profundo sueño.
Descarto aquella idea cuando siento cosquilleos en diferentes partes del cuerpo; en el pie, en el muslo y en la entrepierna. Me remuevo somnolienta tratando de cruzar las piernas y acostarme de lado, pero algo me lo impide. Cuando abro los ojos, luz blanca me enseguece, pero poco a poco distingo formas, olores y sonidos mientras parpadeo.
Hay personas con sus manos sobre mí, así que me remuevo disgustada con la idea de sacarmelos de encima y ponerme de pié, ellos presentan batalla pero finalmente logro pararme aunque me llevo por delante recipientes con extraños elementos. Así y todo reconozco la forma de un pequeño cuchillo por lo que lo tomo y amenazo con él a todo aquél que se me acerque. Finalmente siento un pinchazo en un glúteo y con ello la fuerza de todo mi cuerpo se evapora para caer devuelta en un profundo sueño.
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