sector Zero: Reconversión

camina por el corredor de la muerte, con la mirada al frente pero sin decir ni hacer nada, en ese momento era inútil, sin embargo, se queda con el camino y la apariencia del lugar, baja por aquel ascensor pensando en lo cerca que estaba de Éamon, a lo mejor podría asfixiarlo con las esposas... no, mal plan, los guardias también estaban allí y atado de manos no podía hacerse con un arma, dio un bufido y apoyó la espalda en la pared del ascensor.

Lo de "tu nuevo hogar" le da un escalofrío, el tono que había usado no era nada bueno, tal vez más torturas o por lo blanco del lugar sería una especie de hospital, puede que le quitaran un riñón y se lo vendieran a alguien, a saber, ya nada le sorprendía, solo quería que acabasen antes de que llegara la siguiente luna llena y le obligaran a comerse a ling, cuando abren las puertas tiene que cerrar los ojos pues la luz le ciega después de haber pasado tanto tiempo en las celdas oscuras y humedas, cuando su visión se hizo clara pudo ver la sala, después de lo que había pasado era casi un lujo, lo empujan dentro y un guardia le quita las ataduras, era otra celda.

Echa un vistado por todas partes, no parecía haber cámaras pero tampoco podía fiarse, se sienta en la cama, era mullida y cómoda, se moría de ganas por tirarse allí y dormir pero algo le llama mucho más la atención, un baño, con una ducha, ya no tendría que mear en un tarro y esperar a que pasara un guardia para echárselo encima, aunque era divertido, sin pensarlo dos veces se desnuda y entra a la ducha, la temperatura del agua no importaba solo quería sentirse limpio y quitarse esos harapos.

el agua recorriendo su cuerpo le calmaba un poco el dolor, estaba lleno de moratones, cardenales y cicatrices que se acentuaban más en su pálida piel, cuando acaba y por fin se siente limpio, toma una toalla, pues habían tenido el detalle de darle una, se mira al espejo todas las marcas en la piel dejando la toalla sobre sus hombros -joder... me han dejado hecho un asco... aunque la ducha se agradece- dijo pensando que quizás si se hubiera portado bien desde un principio.... no, esa idea era tan mala como la de aquella vez que pensó que el cabrón de Éamon estaba bueno, sacude la cabeza y va hacia la habitación, parecía haber un pequeño armario, al abrirlo solo había lo que parecían ser pijamas blancos, todos iguales y del mismo tamaño, a juego con la habitación -ugh... al menos están limpios- se puso la ropa y una vez su pelo estuvo más o menos seco se metió en la cama plácidamente sin saber que lo peor aún estaba por llegar.

Día 1

Kyllian llevaba tranquilo y sin visitas un par de días en el sector de reconversión, antiguo módulo de reeducación. Eso se había acabado, ya había gozado lo suficiente de la calma y las comodidades que ofrecía el sector, además de una comida más adecuada de la que daban en las celdas. Para la primera visita pido que lo duerman con droga en la comida para que no se entere cuando coloquemos en su cabeza el aparato de realidad virtual, el mismo que usamos la última vez en las torturas de la habitación 101. De ese modo comienza la simulación que se ha preparado para él, en el que trataríamos de reconstruir sus recuerdos, haciéndole dudar de los que en realidad posee, los cuales desconocemos. En esa primera simulación puede verse una versión infantil de él mismo, en una casa en llamas, siendo atacado por magos de los Blood Keepers. Sus gritos llamando a sus padres es lo único que se escucha, pues a ellos no se les ve la cara. Sí que queda bien claro quienes son los atacantes. Después esa escena se funde a negro, y lo siguiente que recuerda es ser rescatado por unos soldados de la Alianza, que se lo llevan en brazos. La escena termina ahí, se le retira el aparato, y todo el mundo sale de la habitación, a la espera de que despierte.


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Día 2

Al siguiente día se repite la misma escena, en las mismas condiciones, pero se añade un poco más. Es criado en un orfanato, se le hace la simulación de algunas amistades. Crece un poco más, se le da una familia adoptiva, esta vez con rostros. Los recuerdos de felicidad están bastante logrados, lo suficiente como para que luego le duela perder lo que tiene. Durante su adolescencia sufre un ataque por parte de un feral durante un ataque en la casa en la que vivía, pero esta vez sólo muere uno de sus padres. El otro sobrevive. Sucede una elipsis temporal tras la angustia y el dolor de la pérdida, que parece tan real como si hubiese sucedido. Años más tarde se transforma sin control, y mata al progenitor que le quedaba, sin poder remediarlo. Es traído a la base de la Alianza, donde se le trata de "curar" utilizando el chip que se implantaba a los seres mágicos para no usar sus poderes. Se le insiste en que así se reinsertará en la sociedad, que se le dará una nueva vida, que podrá redimirse por lo que hizo y salvar a otros si entra en los ejecutores. Mi figura aparece en escena como la de un líder cercano, alguien que busca la paz verdadera mediante la supresión de habilidades peligrosas.

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Día 3

Bucle a la misma escena de los días anteriores, una y otra vez. Más drogas. Más bucle. Se añade una parte en la que se le considera curado de su instinto asesino, se le promete el control. Es entonces cuando se introduce una imagen de él mismo en esta celda, como en proceso de adaptación a la sociedad.

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Día 4

La repetición durante horas de las mismas escenas, tras las drogas pertinentes. Ahora aparezco yo en la sala en la que está encerrado, pero todo sigue siendo virtual, para observar las reacciones. Tomo asiento en el sofá que hay frente a él, donde ambos nos servimos un té, como si fuésemos amigos. Se espera que responda a las siguientes preguntas, tras una charla breve y amable sobre cuestiones banales, como la comida o el tiempo:

- Has progresado mucho ¿Crees que estás preparado para empezar tu nueva vida? ¿te consideras capaz de formar parte de la sociedad y de no dañar a nadie? ¿dedicarás tu vida a los demás, a la búsqueda de la redención?

Las respuestas que nos de su mente serán las que registremos para días posteriores.


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Día 5

Se incrementa la cantidad de drogas introducidas, potentes combinaciones para reducir la capacidad volitiva a la mínima expresión. Vuelve el bucle, el mismo desde el día uno. Se añaden el resto de escenas. Regresa la conversación en la que estoy con él en un sillón, con la misma taza de té, las mismas preguntas. Todo ello sigue siendo en realidad virtual, por supuesto. Le hago exactamente las mismas preguntas, esperando por ver si me da diferentes respuestas, o si vacila. Cuando todo termina vuelvo a salir, y registramos las respuestas.

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Día 6

Es el último día de realidad virtual antes de la primera prueba. Se repite el proceso seguido desde el día uno, de manera metódica. Se le vuelve a preguntar lo mismo, para comprobar si da las mismas respuestas. La sesión queda registrada, y se prepara entonces la del día siguiente.

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Día 7 (Presente)

En esta ocasión se le hace despertar tras la adecuada dosis de somníferos, hasta que por fin se repite mi vista, esta vez en real. Los científicos y soldados observan desde el otro lado del cristal. Todo es exactamente igual que en la recreación virtual en la que él daba la respuesta, las posiciones, las preguntas de inicio, el té...es entonces cuando vuelvo a realizarle exactamente las mismas tres preguntas, para ver si se acuerda y responde igual o no. Decido añadir algo más tras hacerlas.

- Kyllian, ¿podría contar contigo? ¿te gustaría salir de aquí? - mi voz suena conciliadora y calmada, sin atisbo de la bordería empleada con él en el pasado. - ¿Sientes algún tipo de odio por alguien?


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dado probabilidad
éxito: funciona correctamente la VR
fallo: da fallos y hay que drogar más

El miembro 'Éamon O'Connell' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Día 1

Ya llevaba unos días metido en aquella celda de color blanco impoluto, se pasaba el rato tirado en la cama y mirando al techo, a veces se subía en la bici a hacer ejercicio y matar el tiempo, pasaba largos ratos en la ducha, a veces hasta se autocomplacía mientras tomaba una ducha, si lo estaban viendo por cámaras o algo, que lo disfrutarán, tampoco le importaba, tenía necesidades como todo el mundo. La comida era buena sin embargo tenía una manía, siempre olía la comida, no se fiaba un pelo de la comida gratis, alguna vez habían intentado darle burundanga en las calles para hacerle quien sabe qué cosas, había mucho marrano suelto por ahí, sin embargo después de varios días, el último no se molestó en hacerlo, mal hecho, después de comer aquel día sintió sueño, al principio pensó que era la hora de la siesta, pero en cuanto las piernas le fallaron y calló al suelo lo comprendió, le habían drogado. -ugh… hijos… de puta…- fueron las últimas palabras que dijo siendo él mismo.

cuando cree despertar se ve a sí mismo, pero estaba en otro lugar, mirando desde abajo a otras personas, todo estaba en llamas, se trataba de su casa, solo escuchar su propio llanto y la gente que quería atacarlo, eso no podía ser cierto, no había pasado así, intentaba revolverse pero algo le impedía mover el cuerpo, no, aquello no podía ser cierto, eso no era así… no lo era… no.

Día 2 y 3

Las imágenes se sucedían de nuevo, esta vez otras personas, no las conocía, pero le trataban bien, se sentía como estar en casa de nuevo, pero la felicidad se desvanece con aquella bestia atacando a sus padres adoptivos, no quiere ver más, no puede volver a perder a nadie importante, sin embargo todo resulta inútil contra su fuerza y él es inevitablemente covertido, le duele la cabeza, algo en su interior le dice que eso no es real, pero siente un gran peso en el pecho, todo es demasiado real como para no serlo. Años después es él mismo quien mata al padre que lo había educado, intenta controlarse pero le es imposible, las lágrimas no paran de brotar de sus ojos, le duele, ya no había perdido solo a sus padres reales a manos de los magos, sinó a los que le habían criado, aquello era insoportable, entregarse a la alianza era lo mejor… si, la alianza le ayudaría… repite esas escenas una y otra vez, pero eso no hace que le duela menos, cada vez está más seguro de que la Alianza es la mejor opción, Éamon es el líder que el mundo necesita, su salvador, su amigo, las drogas se encargan de ello

Día 4

Después de la dosis diaria de mentiras, por fin vuelve a despertar en aquella sala, la sala a la que le habían llevado a rehabilitarse… si, debía pagar por lo que había hecho, no merecía volver a salir a las calles, no quería matar a más gente querida, sin embargo la Alianza era buena, no merecía tanto lujo. El hombre rubio que le hace una visita parece amable, pero por alguna razón siente algo de ira hacia él, algo le decía que se alejara, su instinto… se aferra al sofá y empieza a mover la pierna de forma compulsiva, algo no andaba bien, se siente intranquilo -No creo que haya progresado tanto, aún… no me siento bien… no puedo salir de aquí, no quiero hacerle daño a nadie, por favor, no me dejes salir…. vete, por favor, no quiero herirte, no me encuentro bien- sentía nauseas, la cabeza le iba a explotar, era una sensación horrible.

Días 5 y 6

Ya no le queda voluntad, todo se repite en su cabeza una y otra vez, su rencor hacia la gente que mató a sus padres, el feral que mató a sus padres adoptivos y por supuesto el rencor por la gente de la isla, no le habían introducido esos recuerdos pero los falsos solo echaban más leña al fuego, no le ignoraron una vez, lo hicieron dos, solo la alianza le había tendido la mano. Al sexto día incluso esperaba con ansia la visita de su amigo, el rubio que venía a tomar el té con él, a quien no le importaba que fuera una horrible bestia, ya no se sentía nervioso, no le dolía la cabeza, no volvería a hacerle daño a un inocente ser humano, los humanos eran buenos, los magos deberían someterse y así poder gozar de la amabilidad de la alianza, de la amabilidad de Éamon. -Si, creo… que puedo salir de aquí, aunque no estoy muy seguro de poder controlarme en la luna llena, no he tenido a nadie que me enseñe, pero si estoy con la Alianza sé que no me va a pasar nada, quiero volver a salir y ser de ayuda, Éamon, quiero ayudarte a cumplir tu objetivo por un mundo mejor para todos-

Día 7

Se despierta en su cama, pero la sensación era distinta, sentía la boca pastosa, tenía sed, mucha, el cuerpo pesado y cansado. Se da una ducha, hace un poco de ejercicio para desentumecer el cuerpo y espera la hora del té, cuando por fin el rubio entra por la puerta le recibe con una sonrisa, como el perro que espera la llegada de su amo, se sienta con él en el sofá, toma su taza de té y contesta de nuevo a las preguntas de siempre como lo había hecho el día anterior pero esta vez las nuevas preguntas le hacen ponerse serio Si, por supuesto que puedes contar conmigo Éamon, creo que eres de los pocos que pueden aceptarme… a pesar de ser como soy, si salgo de aquí lucharé a tu lado…. y sobre el rencor… no puedo soportar a los que mataron a mis padres! esos malditos blood keepers! y los idiotas de la isla, esos malditos snobs que se creen mejor que el resto por su sangre pura y sus líneas de sucesión… no los soporto, por mi se pueden ir todos al infierno- frunce el ceño solo de pensar en esas personas, ahora eran lo peor, no eran más que basura.


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Éxito: hay lagunas en las imágenes de realidad virtual que pueden hacerle dudar sobre lo que le han hecho creer

Fallo: se come las mentiras con patatas

El miembro 'Kyllian Evans' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Los progresos de Kyllian comenzaron a notarse a partir de los últimos días, mostrando que el proceso de reeducación intensivo estaba dando sus frutos. Ha llegado incluso a tomar confianza con que está preparado para salir, y parece completamente sincero en lo de querer cumplir su objetivo. Habrá que hacerle una prueba con pentotal sódico antes de sacarlo, pero antes se requiere algo más de charla. De este modo llegamos al séptimo día, en el que volvemos a repetir nuestras rutinas de charla con té, en un ambiente bastante distendido que contrasta bastante con el primer encuentro, cuando le torturé. Si no fuese por la realidad virtual, el proceso de lavado de cerebro y las drogas no podríamos haber realizado este cambio en un tiempo relativamente corto. Bebo un sorbo de té mientras le escucho, sin apartar la vista de él mientras me dice que yo lo acepto tal como es.

"si tú supieras...pobre desgraciado"

- Así es, Kyllian. Te aceptamos como eres, porque has elegido el buen camino. No quieres hacer daño a nadie, ni te jactas de ello, como otros de tu especie, o como la mayoría de los magos. Tú quieres contribuir a crear una sociedad mejor, donde podamos convivir sin la amenaza de los descomunales poderes mágicos que dañan a la población. Puedes ayudarme a mantener a raya a esos individuos, y a convencer a aquellos que no estén corrompidos del todo. De esa manera podrás alcanzar la redención por...ya sabes...tu pasado...- suspiro fingiendo lástima de manera más que creíble, como si de verdad me doliesen las cosas (todas falsas) que él hizo. Algunas no son falsas, como la matanza que hizo antes de que lo capturásemos, pero para el caso es lo mismo. Me quedo un tanto extrañado cuando menciona a los snobs de la isla, puesto que sólo habíamos introducido información sobre los Blood Keepers en la simulación.

"habrá que realizar alguna sesión más...o ver qué hacer con esos recuerdos. De momento no parecen interferir"

Supongo que con lo de isla se refiere a los habitantes de aquella extraña isla flotante que cayó no hace mucho, momento en que descubrimos que estaba habitada. Precisamente de ahí son los otros dos tipos que tenemos capturados. Uno de ellos está en la arena, y la otra está siendo torturada de manera sistemática para ver si canta y suelta más información sobre ellos. Por el momento ya ha gritado que son descendientes, o no sé qué historia. Falta que nos revele a dónde huyeron cuando escaparon de la isla, puesto que todos se dispersaron como si no quisiesen guiarnos a su nuevo escondite, o escondites. - Ah...eso de los linajes suena tan anticuado. No hay lugar para esas absurdeces en nuestro nuevo mundo. ¿Qué harías con esos dos grupos si los tuvieses delante, Kyllian? ¿qué es lo que más te molesta de cada uno de ellos?Estamos de tu lado para lo que haga falta, perseguimos el mismo objetivo. La paz. - comento de manera conciliadora, esperando así tirarle de la lengua respecto a la nueva información que ha sacado.

se siente bastante bien con las palabras de aquél hombre que le visitaba a diario,se sienta en el sofé y sube las piernas cruzandolas, toma la taza de té entre sus dos manos y sopla, no le gustaban mucho las cosas calientes. parecía una persona especial, no era como el resto de los seres mágicos que no sabían ver lo buena que era la alianza y Éamon se encargaba de hacerselo saber, hasta se sentía orgulloso de si mismo, sin embargo también le recuerda lo de sus padres, si bien se le había dibujado una sonrisa en el rostro por los elogios ahora había desaparecido dejando una cara de tristeza, era algo que jamás olvidaría y que siempre le produciría un profundo pesar.

-Te ayudaré en lo que quieras, lo que sea necesario para que nadie tenga que pasar por lo mismo que yo, en algún momento entenderán que la alianza es lo mejor para todos, puedes contar conmigo Éamon...- deja la taza de té mientras habla para luego brindarle una sincera mirada, no mentía, haría cualquier cosa por la causa, haría cualquier cosa por el hombre que le había salvado de su sufrimiento.

Ahora Éamon hablaba sobre los descendientes, cada palabra que decía sobre esa gente le cabreaba más y más, no por el contenido de las palabras, era por recordar a esos desgraciados que lo único que hacían era estar en su nube sin hacer nada, ignorando el sufrimiento que provocaban los magos a las personas inocentes que la alianza intentaba proteger, pone las manos en el sofá y lo agarra con fuerza, clavando las uñas en el mismo, rompiendo la tapicería, apretando los dientes y gruñendo casi sin darse cuenta -¡AMBOS NECESITAN SABER LO QUE ES EL SUFRIMIENTO! AMBOS DEBEN SUFRIR EL MISMO DOLOR QUE SENTIMOS LAS PERSONAS QUE ABANDONAN O A LAS QUE MATAN Y ASESINAN! PERO ESOS BLOOD KEEPERS... PIENSO ENCARGARME DE QUE SUFRAN PERSONALMENTE!-

Mira a éamon con el ceño fruncido, mientras habla se levanta del sofá moviéndose de una lado a otro como un animal enjaulado, mira la mesa y le da una patada mandándola a volar, siente una ira incontenible y se lleva las manos a la cabeza, como si estuviera a punto de perder la cordura, se tira al suelo de rodillas y solo mueve un poco la cabeza para mirar al rubio -¡LÁRGATE DE AQUÍ! ¡FUERA! Intenta contenerse con todas sus fuerzas pero es totalmente inútil, se levanta y se abalanza sobre Éamon dispuesto a seguir sus instintos.

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Éxito : se controla
Fallo: Locurote de Feral

El miembro 'Kyllian Evans' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Sirvo un poco más de té para ambos, sin más drogas por el momento, que bastante le hemos metido por distintas vías durante estos días. Su nivel de aceptación de la situación es la que deberían tener el resto de seres mágicos que tenemos aquí, y los que están fuera. Deberían darse cuenta de que lo que hacemos es lo más favorable para el conjunto de la sociedad, en vez de empeñarse en causar caos e ir a contracorriente. Asiento complacido ante sus palabras, tener un nuevo siervo siempre es algo positivo, más cuando se llega este punto de comerle la cabeza. - Nos estamos esforzando mucho por normalizar la situación, pero hay muchos que se empeñan en seguir por el mal camino. Creo que no todos pueden ser convencidos, por desgracia...algunos deben pagar por sus delitos reiterados. Sólo así conseguiremos una sociedad justa. - continúo dialogando con él un poco más sobre justicia y planes de futuro, casi como si de un mitin político se tratase, con frases que suenan bien y mucha demagogia barata.

De repente la conversación se tuerce, todo por la mención de antes del grupo conocido como los "Descendientes", nombre que cuadra con lo que dice Kyllian y con lo que le hemos sacado a la torturada. Mi mirada se dirige a las uñas que clava en el sofá, y posteriormente hacia el cristal, para los que están observando desde fuera estén atentos con la reacción desmedida. Probablemente ya estén preparando más droga para él. - Tranquilízate, Kyllian. Nos encargaremos de ellos. De los Blood Keepers tenemos más datos, pero necesitamos saber dónde se esconden ahora los del otro grupo. ¿Qué más sabes de ellos? lo que sea - probablemente él no sepa nada, puesto que fue encarcelado de manera más o menos simultánea a lo otro. O tal vez si conozca si tienen más escondites.

Me levanto del sofá de manera repentina en cuanto él lo hace, dándome cuenta de que se le empieza a ir la pinza por momentos. Ojalá fuese como los androides, a los que se les puede limitar la respuesta emocional con un simple comando de voz, pero en este caso no nos quedará otra que recurrir a más droga. - Recuerda que eres una persona nueva, no quieres hacerme daño, estoy de tu parte. - le digo con calma mientras le hago el clásico gesto de calmar velociraptores, retrocediendo lentamente de espaldas hacia la puerta. - Tú puedes controlarte, sólo entonces podré sacarte fuera de aquí, podrás formar parte del mundo exterior de nuevo sin ser un peligro. Otros lo han conseguido antes que tú. - En cuanto me dice que me vaya me queda claro que quiere evitar hacerme daño, así que decido jugar con eso. No me agrada mucho la idea de que pueda atacarme, pero tampoco impido demasiado eso de que se abalance encima de mí, acabando por caer en el suelo con él encima, forcejeando para evitar que me haga daño. - ¡No, Kyllian! - grito como si de verdad estuviese aterrado, cosa que no es cierta del todo porque sé que hay cantidad de gente fuera para socorrerme. Enseguida entrar a la habitación varios científicos vestidos con su bata blanca, además de algunos soldados. Entre todos apartan a Kyllian de encima de mí, mientras que uno de los científicos le pincha algo en el brazo al muchacho, susurrando que es un tranquilizante. Yo me levanto del suelo con cara de dolor, sujetándome el brazo como si me lo hubiese roto, cosa que es falsa, sólo lo hago para que se sienta culpable por seguir haciendo daño a la gente.

- No pasa nada...ya vendré luego a verte cuando estés más calmado. Descansa... - finjo estar algo dolido pero ser comprensivo, saliendo después de la sala ayudado por el resto de científicos. Una vez fuera de la sala, fuera de la vista de Kyllian, les hago un gesto para que se aparten. - Dobladle la dosis de drogas. Insistid con las pesadillas y recuerdos de la realidad virtual, y hacedle alguna visita eventual diciendo que no he podido ir por mi lesión. Después le seguís interrogando por el grupo que ha mencionado. O la chica o él acabarán cantando, y entonces encontraremos el lugar al que se dirigían los que intentamos cazar aquel día, cuando todos se dispersaron con los dragones. No quiero a ninguno de esos fuera. Sabéis que ahora mismo están conspirando contra nosotros, o para rescatar a su gentuza, o para encontrar la manera de recuperar la magia. No se están quieto, eso seguro, y nosotros tampoco vamos a estarlo. Avisad a Andreas...tengo que hablar con él de un posible viaje a Italia. - dicho esto me marcho de la zona, dejando instrucciones bastante claras. Ya volveré por aquí cuando el trabajo esté más avanzado, así no puedo sacar al nuevo gato, tendré que conformarme con el que ya tengo.

intenta controlarse pero su lado Feral es mucho más fuerte, no quería hacerle daño a nadie, mucho menos a Éamon, era al que menos quería herir, sus palabras le ayudaban a luchar contra su instinto pero su mente ya no tenía control sobre su cuerpo, no puede evitar lanzarse contra él a pesar de que en su interior lucha por evitarlo por lo que su cara de angustia y miedo por la posibilidad de llegar a matarlo al igual que había hecho con sus padres adoptivos es lo último que le deja ver al rubio antes de que los guardias los separen.

lucha contra los que lo sujetan, forcejea y patalea llegando a tirar a uno al suelo para darle golpes en la cara sin piedad, muchos más guardias entran en la celda y consiguen reducirlo para que al final uno de los científicos le ponga un sedante para elefantes, el cual tarda en dejarlo frito gracias a su resistencia.

Para cuando logra despertar de nuevo, se encuentra solo en aquella habitación blanca o lo que él creía que lo era pues en realidad le estaban lavando el cerebro de nuevo, drogandolo cada vez más, ya no quedaba nada de lo que había sido antes, ya no era Kyllian, solo era una marioneta, un recipiente vacío lleno de mentiras que obedecería ciegamente.

Resulta que tras la fiesta acabé hasta los malditos cojones de todo. De los esclavos, de Blair, de Andreas, de cualquier que estuviese en esa sala...pensé en irme por ahí solo con el coche para despejarme y alejarme de todos, pero no llegué muy lejos con esa idea. Enseguida pegué un volantazo, decidido a seguir a Blair para ver a dónde iba. Me pasó por la cabeza que podía irse a casa para llevarse a los críos, así que decidí seguir el coche de su chófer a cierta distancia. El rumbo al final no fue el esperado, sino que vino hacia los campos, probablemente para asegurarse de que hacían lo que ella quería con los putos esclavos bocazas. Esperé a que el coche se detuviese y a que ella entrase, y sólo después de eso entré yo con mi coche. No quería tener que volver a aguantar sus reproches en lo que quedaba de noche. Ya que estaba aquí decidí aprovechar para ir a recoger la mercancía que llevaba tiempo preparando, aunque iba con cierta reticencia teniendo en cuenta lo sucedido durante la noche. Tal vez ni siquiera la reeducación asegurase la lealtad completa y absoluta.

Pasé todos los controles de seguridad para acceder al recinto, y después de eso me dirigí al ascensor que conducía bajo tierra, al sector 0, donde se encontraba la medio abandonada zona de reeducación. Allí había menos personal que en el resto de plantas, apenas 5 o 6 soldados para vigilar, y un puñado de científicos que controlaban el experimento de Kyllian. Al llegar allí me informaron de que todo estaba en orden, que el proceso había culminado de manera satisfactoria.

- Como se rebele contra mí os corto el cuello, avisados quedáis. - que no tenía yo ganas de más seres que muerden la mano del amo, este a iba a ser mi último intento con estos bichos. Wilhelm llevaba razón, nos lo advirtió. Él ya está más que acostumbrado por el tema de los fallidos Ejecutores mágicos, así que sabe de lo que habla. - Sacadlo de ahí, me lo llevaré ahora mismo. - ordeno a los científicos, que entran en la sala de Kyllian para espabilarlo y prepararlo para la marcha. En ese momento se activan las alarmas del recinto, lo que indica que estamos sufriendo un ataque. - Hay que joderse...qué puto desastre de noche. - maldigo por lo bajo, echando un ojo al feral por el espejo de su habitáculo. Ahora es un buen momento para probar si me es fiel o no. Si me defiende o si se une a los atacantes. Espero a que traigan al feral a mi presencia, recibiéndole con las palabras que considero más adecuadas en este momento, usando un tono calmado a pesar de que estoy de muy mala hostia.

- Ha llegado la hora, Kyllian. Estás preparado para volver al mundo, para volver a ser un miembro útil de la sociedad. Ahora mismo hay atacantes que intentan perturbar nuestra paz y borrar todo lo que hemos conseguido. Necesito tu ayuda para impedirlo. ¿Vendrás conmigo a luchar? - le extiendo la mano cual líder confiable, esperando que la tome en lugar de arrancármela de un bocado.

Desde que había sentido aquella rabia incontrolable se sentía mal, no físicamente sino mentalmente, de su cabeza no desaparecía el rostro de Éamon marchándose herido del lugar y lo que era aún peor, por su culpa, no se lo podía perdonar, el herir a una persona tan amable y que se había preocupado por él era lo peor que podía haber hecho aunque en su cabeza se negaba el cuerpo no respondía, era como una bestia salvaje y no era diferente de aquel Feral que había matado a uno de sus padres.

Por si fuera poco con lo que él mismo ya se torturaba, volvía a tener esos extraños sueños sobre los malos recuerdos de su infancia, las cosas buenas que había hecho la Alianza, lo malos que eran los mágicos, todo junto una y otra vez, sin olvidar al líder benevolente que quería lo mejor para todos, Éamon. Pasaron días y horas aunque para él solo era un sueño muy largo en el que no podía moverse, cuando por fin despertó en su cama, la cabeza le daba vueltas y le dolía a rabiar, quería levantarse pero no podía, la boca la tenía pastosa y el estómago lo estaba matando pues tenía unas nauseas atroces, antes de darse cuenta, gente del personal entra, le inyectan algo que inmediatamente le hace sentirse mejor aunque aún siente el estómago revuelto, se sienta en la cama y unas luces se encienden además de una alarma, no sabía que significaba pero los mismos que habían entrado lo sacan de la sala, lo cual lo hace sentirse incómodo, aquella sala era su burbuja, su lugar seguro, el lugar en el que no podía hacerle daño a nadie.

Se resiste un poco a salir de la sala a pesar de que un par de guardias se habían sumado para empujarlo, para su sorpresa quién le espera fuera es el amable lider al que ahora apreciaba, una gran sonrisa se dibuja en su rostro, está encantado de volver a verlo y además iba de gala -Éamon! Menos mal, te encuentras bien? Yo, siento mucho lo que sucedió ayer, no quería herirte, nunca te haría daño por voluntad propia... - su percepción del tiempo estaba algo mal después de tantas drogas y horas en el simulador, agacha la cabeza pues no se siente con el derecho de mirarlo, sin embargo él le tiende la mano, le pide luchar a su lado, lo mira sorprendido pero muy feliz de que a pesar de todo cuente con una bestia como él, toma la mano del líder y contesta sin un solo rastro de duda en su voz -Lucharé a tu lado, lucharé hasta que no me queden fuerzas para proteger lo que has construido para todos nosotros-

El sonido de las alarmas me está poniendo de los nervios, sólo espero que en este momento ya estén todos los soldados movilizados para contraatacar a cualquiera que haya osado burlar nuestra seguridad. Seguramente sean los de siempre, los putos pesados de siempre. No dejan de intentarlo una y otra vez, con la diferencia de que ahora no tienen magia y son realmente estúpidos por intentarlo. Resoplo cabreado, esperando hasta que por fin tengo al feral frente a mí. Encima parece contento de verme. Joder, el mundo al revés.

- Lo sé, lo sé...no querías hacerme daño. Eso ya no va a pasar más, hemos conseguido solucionar el problema con terapia. Está todo perdonado. Un buen líder debe saber dar oportunidades a aquellos que las merecen. - ahora quiero que vayamos al grano, no tengo tiempo para quejas y lamentos. Echo una mirada asesina a los científicos al ver el estado en que me lo traen, que parece todavía tan drogado como para caerse al suelo de un momento a otro. Tomo la mano del feral cuando dice que luchará de mi lado, pensando en el modo en que voy a manipular al pobre infeliz. En el fondo me da casi lástima, aunque después recuerdo lo que es y lo que ha hecho y se me pasa. - Ven, acompáñame. Pronto te sentirás mejor...necesitas que te de el aire, has estado demasiado tiempo aquí para rehabilitarte. - pongo una mano en la espalda del chico para que comience a caminar, haciendo un gesto a los científicos para que no nos sigan. Después me encamino con él hacia el ascensor que comunica la planta subterránea con las superiores.

- Te diré lo que tienes que hacer. Han entrado intrusos, todavía no sé quiénes son, pero puedo imaginarlo. Yo voy a ir a combatir al lado de mis soldados, pero te necesitaré a mi lado. Ya has dicho que lucharás conmigo y protegerás mis espaldas, pero además quiero que hieras todo lo que puedas a cualquiera que intente liberar a alguno de los presos. Quieren dañar la paz, así que tienes mi permiso para actuar del modo que creas más conveniente. - así, dándole aparente libertad, puede que incluso se crea que es alguien importante, que de verdad valoro su capacidad de decisión. Con esta conversación montamos ambos en el ascensor, dirigiéndonos a los pisos superiores y dejando atrás definitivamente el turbio sector zero.