Sector I: Seguridad

El viaje en helicóptero desde el hospital de Londres nos lleva directamente hasta los campos de concentración. Realmente no llevan mucho tiempo en funcionamiento, tal vez unos cuantos meses, pero pronto comenzarán a ser conocidos y temidos por todos los magos. El helicóptero sobrevuela la zona hasta encontrar pista para comenzar a descender, aterrizando al cabo de un par de minutos. Al bajar los soldados bajo mi mando se encargan de sacar al reo del helicóptero. Por mi parte mi misión ha terminado, más o menos, lo he traído hasta aquí tal y como me pidieron. Supongo que será Javert el que quiera interrogarlo, o tal vez cualquier otro de los encargados de aquí dentro. Los sigo hasta la zona del sector I, el de seguridad, lugar por el que han de pasar para ser desarmados y demás. Lo bueno es que este viene sin armas, ya las había perdido cuando se transformó.

- Haced el protocolo correspondiente con él. Ya sabéis, ponerle eso que se les pone a todos, darle la ropa del campo y estudiar lo que puede hacer. Ah, una cosa más...este es licántropo, tenedlo en cuenta de cara a la próxima luna llena para encerrarlo en una sala blindada.

"ahí no podrá hacer nada, más que chocar contra las paredes"

- Por mi parte he terminado, encargaos de lo que os he dicho, si no da la información que se le quiera sacar por las buenas se hará por las malas. Esperad al capitán o a cualquiera que se pueda encargar de esto. Javert pronto estará recuperado.

Dicho esto me doy media vuelta para marcharme de allí, la verdad es que prefiero volver a nuestra base que quedarme en este lugar que pronto estará infestado de magos y raritos varios. En esta ocasión abandono el lugar en Jeep, en solitario, rumbo a la otra base.

Conduzco mi flamante coche negro hasta alejarnos de la urbe londinense. Ya bien lejos, empezamos a pasar los varios controles de seguridad, cercados y tal que marcan la localizacion (secreta, por supuesto) de los campos de trabajo. Cuando llegamos nos reciben los guardias de la zona, y cuando presento mi identificacion pertinente nos abren el paso. Tras dejar el coche en zona segura, acompaño al capitan del ejército por varios pasillos la mar de laberinticos, abriendo en varias ocasiones muchas puertas mediante claves, huellas dactilares o escaneres de retina. Así hasta llegar a la planta del Sector I. Por el camino habia ido comentandole a Javert sobre el articulo de periodico que habia mandado publicar.

-Como comprenderás, aun no tenemos la tecnologia necesaria para arrebatarles definitivamente sus poderes magicos. No es cierto que la inhiba o los vuelva normales, como decimos ahi. Pero ellos deben de creer eso. Quiza ahora puedas verlo en funcionamiento, si mis empleados lo han estado haciendo bien y rapido. Por aqui.

Me informan que al reo ya lo habian despojado de sus armas y demas cosas peligrosas. Que ya le habian tomado sus datos fisicos, y lo habian obligado a ponerse el sosuno uniforme gris que les imponiamos a los reclusos de alli.

-¿Que es licántropo? Perfecto. Lo encerrarremos en la acorazada de plata. Me encantó idearla en su día, por fin le daremos uso.

"el tio ni se atreverá a acercarse a las paredes"

-Ahora nos dirigiremos a la sala en la que lo tienen. Que quieres de él? Un interrogatorio? Información? Su sufrimiento? Un mártir? Que trabaje para ti cazándoos a otros magos?

Pregunto a Javert con una amable sonrisa en mi rostro, pero cargada de perspicacia. El hombre era tan silencioso a ratos que me divierte de sobremanera sacarle las palabras con sacacorchos si hace falta. Detenido en la puerta en la que me han informado que esta el lican, aguardo unos segundos para darle dramatismo al asunto antes de abrir la puerta. En esta sala es donde se instala el chip del que hablábamos, el controlador. Es un cuarto blanco, con una camilla, y los medios necesarios para realizar la cirugia de implantacion. Tienen al muchacho boca abajo en la camilla, atado de pies y manos a esta, por supuesto, y estaban ya cerrando con puntos la zona de la base de su craneo, en el cuello, donde habian implantado el chip. Seguramente lo hubiesen sedado para ello, para que se estuviese quietecito y no rebanar algun nervio importante. Veo la sangre en su herida y en las gasas y en algunos utensilios, asi como en los guantes de los cirujanos (dos de ellos habian realizado el trabajo) y me da una arcada ademas de un considerable mareo. Si. No soporto la sangre. Carraspeo un poco dandome la vuelta para no mirarlo, llevandome una mano a la boca y otra al estómago, pensando en esas pincitas y cosas llenas de sangre oscura y brillante.

-Limpiadle eso, dios! y metedle alguna droga para que se nos despierte el lobo. Os he dicho que la limpieza es muy importante, muchas, muchas veces!

"madre mia, parece que se le va a salir el cerebro por ahi, que cosa mas desagradable...."

Carraspeo otro poco, he palidecido en cuestion de segundos. Sigo hablandole a Javert aunque evito mirar a Ian. El contenido de mis palabras contrasta de modo extraño con mi actitud. Que alguien que hable de esas cosas como si nada luego se muestre de esa manera. -El...el controlador, como lo llamamos. Va unido a los nervios principales del cuello. Los investigadores descubrieron que cuando el mago o bruja realiza magia, un torrente de energia no identificado recorre su cuerpo, y esto incluye los nervios. Intuyeron que eso era la "magia". Si, sus cuerpos sufren alteraciones mensurables. Este controlador las detecta, y las interrumpe proporcionando unas descargas eléctricas que entre otras, paralizan al individuo. Eso como mínimo. Tambien nos sirve para mantenerlo localizado. Como ves, no inhibe la magia, pero impide que la usen.

Caminó a su lado a través del pasillo, escuchando cada una de sus palabras con las manos juntas tras la recta espalda y el mismo gélido rostro inexpresivo que le caracterizaba incluso cuando el ministro le sonrió amablemente, gesto en contradicción con la malicia que escupió por la boca.
“Parece que el cordero saca al fin sus garras de lobo"
- No convierta al prisionero en un mártir, eso sería elevarlo hacia el heroísmo...por mi parte sólo quiero información lo que haga después con él no es asunto mío, como usted ha dicho, son sus campos.
Tras entrar en la sala donde los cirujanos implantaban ese chisme y tras ver la expresión de Andreas, Javert no pudo por menos que sonreír levemente “El gobierno no ha pisado un campo de batalla en su vida, miralo, si parece un recluta" pensó sin inmutarse por la sangre.
- Despertar al...“hombre" y dejad que el lobo duerma -corrigió antes de acercarse al ministro- les pasa a muchos
Se volvió hacia el inconsciente Ian tan impasible como había entrado.
- ¿Qué es la magia si no un virus incurable? ¿No quería reintegrarlos en la sociedad? Pues comience con este, no lo convierta en un mártir, hagalo traidor y los suyos le darán el final que se merece sin que usted tenga que marearse...si no acepta sus amabilidades, entonces, habrá encontrado un perfecto sujeto de prueba.

Mis últimos minutos en "libertad" se agotan en cuanto bajo del helicóptero, esposado y siendo conducido a la fuerza hacia el interior de ese horrible edificio, cuya atmósfera opresora se hace presente nada más poner un pie en el interior de las instalaciones. Trato en vano de resistirme, de forcejear, de tratar de liberarme, pero entre varios me obligan a entrar al recinto. Ni que decir tiene que es inútil que intente desaparecerme aquí. Tendría que haberlo hecho antes, en el hospital o en el helicóptero, pero me sentía demasiado débil para ello, mi mente acababa de despertar tras varios días inconsciente. He sido idiota, aunque fuese debería haber intentado lanzarme del helicóptero en marcha, cualquier cosa mejor que estar encerrado en una cárcel de estos desgraciados. La tipa rubia odiosa asquerosa se larga dejando que los soldados se encargan de mí, siendo guiado hacia una fría sala en la que comienzan a tomarme datos, como por ejemplo mi altura, peso, muestras de sangre. Siempre obligado por los soldados, por supuesto. Me obligan también a vestirme con una camiseta y un pantalón gris, todo bastante anodino y de una tela de mala calidad, fina, que probablemenet no proteja nada del frío. Al menos ya no tendré que ir desnudo delante de ellos, porque sólo me dejaron salir del hospital con una sábana liada. No me da la gana responder a cosas como por ejemplo cuáles son mis poderes, aunque Morgana ya les ha dicho lo de la licantropía, eso lo saben.

Para forzarme a mostrar lo que puedo hacer me someten a varias pruebas para que tenga que usar mis poderes bajo presión, como por ejemplo meterme en una sala con un par de cyborgs de mi tamaño que atacan de manera incesante. No me queda otro remedio que hacer uso de un par de bates que han dejado ahí para golpearlos, haciendo uso de mi habilidad de lanzar energía mágica al hacer ataques físicos. Apenas puedo hacerlo un par de veces porque me agoto rápido, aunque en cuanto asoman por la puerta de esa sala blindada arrojo el bate con furia a la cabeza de uno de los que entra a recogerme. No tardan en reducirme de nuevo entre un par de soldados, arrastrándome ahora hacia una sala blanca y aséptica que me provoca más terror que todas las partes anteriores del proceso de "bienvenida". No sé que me van a hacer aquí, pero no quiero saberlo...o quiero y a la vez no quiero. Me tumban en la camilla boca abajo, atándome de pies y manos, haciendo que alce la voz mucho más que antes, gritando con odio a todo el que se acerca- ¡Eh, eh! ¿qué mierdas queréis? ¿no os basta con todo lo de antes? ¡Dejadme en paz de una puta vez! - enseguida me sedan para lo que quiera que vayan a hacerme, o tal vez para que no luche o proteste más en un buen rato. Las drogas hacen su trabajo y no me entero de nada de lo que sucede durante la implantanción del chip, hasta que vuelven a usar drogas nuevamente para que vuelva a despertarme después del proceso. Al principio sigo algo atontado por tanta mezcla, escuchando los sonidos algo lejanos, murmullos de dos personas que hablan entre sí. Al abrir los ojos veo que sigo en la misma sala blanca, todavía boca abajo. Aparentemente vivo...aunque no sé lo que me han hecho, todavía no siento la molestia de los puntos al ir medio drogado. Apenas pillo trozos de la conversación, todo de forma inconexa.

"sujeto...licántropo, mártir...no saben ni qué cojones soy..."

- ... ¿qué...qué me habéis hecho..? - murmuro todavía espabilándome poco a poco, moviendo un poco las manos sujetas por correas. Todavía no he visto que uno de los presentes es el maldito capitán que me disparó cuando estaba en el suelo, aunque la voz me suena muy familiar.

-Bien, pues obtendremos de él toda la informacion que se le pueda sacar. Tu descuida. Puedes estar presente en los interrogatorios. O enviar a algun soldado tuyo de confianza, si lo deseas.

Me digno a volver a mirar a Ian porque los cirujanos ya han limpiado la sangre y puesto gasa y se guitan los guantes sucios y esas mierdas. El color me vuelve poco a poco a la cara. No demuestro ningun tipo de vergüenza porque Javert me haya visto así, simplemente resoplo aliviado.

-Has oido hablar del Sector Zero? Está aun en fase de pruebas. El controlador, esperamos mejorarlo. Eliminar la magia totalmente de estos seres. Ahi es donde se intenta llevar a cabo la reconversión total, tanto fisica como mental. Este hombre lobo nos hará bien como sujeto de pruebas. Me has leido el pensamiento totalmente,.....

"aunque entonces, dejaria de haber excusa para la guerra. Bah. Ni nos engañemos. Simplemente se volverá mas cruda....porque ellos no lo van a aceptar"

El reo despierta, quejandose como es de esperar. Yo sonrío de modo implacable y giro alrededor suyo para quedar en frente, de modo que si levanta la cabeza puede verme. -¿Que te hemos hecho? Un favor. Intenta hacer magia, asi me ahorro saliva.

Escuchó con atención tanto al prisionero como al ministro, comprendiendo que el segundo no optaba por la “colaboración" con Ian “Aunque sea repugnante tener a un traidor hubiera sido algo interesante, un melodrama si este se hubiera encontrado en un futuro con aquellos magos a los que quiere" pero sino lo intentaba el ministro, debía de hacerlo él; probablemente, el prisionero no lo aceptase pero ¿Quién sabe?
Se arrodilló en frente de la camilla, unos pasos alejados de él, para que Ian le pudiera mirar a los ojos.
- Bueno días, ahora puedes estar incómodo pero escuchame con atención -“repugnante" no se le venía a la cabeza otra cosa, pero debía intentarlo por el bien de la alianza...tampoco es que tuviera tiempo de una gran conversación, al fin y al csbo tenía que marcharse hacia la elección de Capitán y resolver cierto asunto con un centinela- ya nos conocemos, yo soy el responsable de que estés aquí pero igual que te he guiado, te puede conducir a la salida...¿estas enamorado, muchacho?
Al decir “muchacho" el estomago se le rebotó completamente, no obstante no dio muestras de ello sino todo lo contrario, su rostro permaneció igual de insípido.
- No me contestes sino quieres, lo has debido estar alguna vez pero ¿no te parece injusto que esa chica haya terminado contigo? No me malinterprete, quiero decir ¿cómo piensa que se siente ella cada vez que le ve convertido? No debe ser fácil que repentinamente te conviertas en un hombre lobo, hacer daño a los que más  quieras e incluso puedas matarlos sin darte cuenta ¿nunca has deseado ser alguien relativamente normal? Poder caminar de la mano con tu novia, con tus hijos, si es que los tienes, bajo la luz de la luna sin ninguna preocupación de que el monstruos dentro de ti acabe saliendo.
Estaba orgulloso de sus palabras psicológicas, persuasivas, capaces de levantar a un muerto si se lo pedían...si el licántropo no lo aceptaba sería por estupidez no por culpa suya.
“De todas formas tendrá el mismo final, ya sea yendo por su propio pie o atado en esta camilla"
Angela si lo hizo, ando sola hacia el patíbulo desconociendo de si funcionaría o no ¿por qué no podían ser todos tan sumisos? Aunque ¿qué ocurría si se le arrebataba al licántropo su naturaleza? La magia era una desigualdad que marcaba la sangre y diferenciaba a a hombres de esas cosas pero ¿un hombre lobo? Era como quitar al hombre su naturaleza de humano.

El modo en que Andreas me dice que pruebe a hacer magia hace que me recorra un escalofrío por todo el cuerpo, todavía no sé exactamente por qué, pero es evidente que es una amenaza en toda regla. No sé lo que puede suceder, pero necesito comprobarlo, saber si acaso me han privado de esa capacidad de un modo que escapa a mi entendimiento. Javert entra en mi campo de visión antes de que pueda pensar en atender a esa "sugerencia" del político, agachándose a mi altura, como si lo hiciese de igual a igual. Pero a mi no me engaña. El muy hijo de puta me pego un tiro cuando yo ya estaba en el suelo hecho mierda, ahora que no me venga con esas. En mis ojos debe de notarse todo ese odio hacia su persona, que va aumentando por momentos. Encima me trata 'bien'. Incómodo dice...como si estar incómodo fuese ahora el mayor de mis problemas. - Pues haberte ahorrado la molestia de traerme, porque si te digo que me lleves a la salida ahora mismo no lo vas a hacer, ¿me equivoco? - pregunto de manera sarcástica, indignándome por la pregunta que me hace sobre si estoy enamorado. Como si le importase. O como si yo mismo lo supiese, no me han dado tiempo a aclararme ni a pensarlo. - Eso no te incumbe. - respondo secamente, no voy a hablarle de mi vida a alguien como él.

Se me va haciendo una especie de nudo en el estómago conforme sigue hablando de lo injusta que debe ser la licantropía para los de mi entorno, incidiendo en particular en lo de esa supuesta chica. No puedo evitar que se me venga a la cabeza el incidente de la playa con Catherine, cuando ella intento entrenarme para que me controlase pero fue inútil. Ella acabó herida, por mi culpa. Y no ha sido la única vez que he estado a punto de hacer daño a alguien que aprecio, mi hermana tuvo que salir corriendo en una ocasión por culpa de la maldita luna llena. Claro que había antes una solución para evitar eso, la poción matalobos consigue que nos convirtamos en licántropos mansos, no evita que te transformes, pero al menos evita que la bestia salga con toda su potencia. Lo malo es que es difícil de elaborar, y con tantos años de guerra a las espaldas pocos hay ya que sepan hacerla. Detesto tener que darle la razón al capitán de la Alianza, pero la tiene. Muchas veces he deseado ser alguien normal, en ese sentido. En mi expresión debe notarse esa especie de lucha interna, el querer rechazar las palabras del capitán pero a la vez sentirme tan identificado con ellas. Pero no voy a olvidar que es el enemigo.

- Es algo en lo que los vuestros no podéis ayudarme. Ni quiero vuestra ayuda, no por vuestros medios. - termino respondiendo tras costarme unos segundos encontrar las palabras, seguro que esas palabras que suenan tan bien en sus labios tienen una deuda muy alta. Y además son ellos los que me han traído aquí a la fuerza.

"ojalá pudiese morderlo en luna llena, que se transformase después de un mes, que supiese lo que es. Lo sufriría en sus propias carnes"

Quisiera dejar de mirarlo, pero por desgracia lo tengo enfrente. Detrás de él hay una mesa llena de utensilios de quirófano, como bisturíes, de varios tamaños, una bandeja de metal, frascos...si consigo hacer levitar esos objetos y después atraerlos hacia su cabeza al menos le daría un buen golpe, tal vez pueda crear algo de caos y aprovechar la mínima oportunidad para tratar de liberarme. Me concentro en ir a mover esos objetos, pero justo en el momento en que mi energía mágica quiere fluir una fuerte descarga me recorre todo el cuerpo de manera fulminante, desde la base del cráneo al principio para ir por toda la columna y después ramificarse. Suelto un fuerte grito de dolor al inicio de la descarga, aunque se va apagando un poco antes de que termine, dejándome con todos los músculos doloridos, tensos, sin poder moverlos por ahora. El corazón y la respiración quedan agitados, irregulares, y en mi aturdida mente comienzo a comprender que cualquier oportunidad de usar magia para salir va a ser inútil. ¿Cuántas descargas de estas se pueden soportar, cuántos intentos serán permitidos?

"oh, oh, va de poli bueno!"

Pienso eso al escuchar a Javert hablarle al recluso. Una muy buena idea en mi opinion. Les dejo hacer, sonriendo cuando por fin trata de hacer magia y el chip funciona a la perfeccion. Una descarga de las buenas.
-Y asi será siempre, hasta que te des cuenta de que estás mejor sin ella.

"o te mueras."

-Ahi lo tiene, Javert. No te entretengo más. Cuidaremos de tu preso, descuida. Ahora lo llevaremos a una sala mas tranquila, a hablar de cosas....importantes. Las descargas es lo que tienen, le sueltan a uno la lengua.

Le doy a Javert como camino libre para marcharse, ya ha visto como esta todo y como funciona la cosa, y yo y mis hombres sabemos que hacer a continuacion. -Infórmame cuando sepais lo del nuevo Capitan, me gustaria darle mi visto bueno...y enhorabuena tambien, si procede. Adios caballero.

Saco mi movil y mando un mensajito. En seguida entran dos tios de seguridad, los cuales mueven la camilla de Ian fuera de esa sala, llevandolo por unos pasillos hasta un area en esa misma planta, mas oscura. Menos de quirófano. Mientras yo me despido de Javert, mis empleados se dedican a dejar a Ian en una habitacion tirando a oscura, iluminada por un halógeno verdoso y parpadeante. Huele a humedad y hay goteras. Mientras me esperan, posiblemente se dediquen a pegarle unos cuantos puñetazos en los riñones, costillas y en la cara, aun amarrado boca abajo en la camilla, por eso de hacerlo entrar en calor, que la sala es muy fria y él solo va en pantalones.

Le vio titubear un segundo, un simple gesto que hizo engrandecer la figura de Javert por un minuto. Lo tenía, por muy poco, no obstante aún se resistía a ver el único camino que le quedaba para salir de allí.
“¿Qué se le va a hacer si el “desdichado"  no ve por si mismo? Bueno, puede que le haga algunas visitas, el estar aquí baja los humos a cualquiera"
-Hasta pronto, Cachorro, ya hablaremos en otra ocasión pero si cambias de idea sólo tienes que decirles mi nombre a uno de estos futuros “amigos" tuyos y vendré.
Dicho esto se despidió del ministro y lo llevaron de vuelta a la base sin que el viera el recorrido, con un periódico entre las manos y un cuaderno dónde apuntaba las pautas de su discurso.

Todavía me duele todo el cuerpo por la descarga cuando el puñetero trajeado me asegura que así será cada vez que intente usar magia. Ahora tengo la respuesta a lo que me han hecho en este quirófano, me han puesto algo para torturarme cada vez que quiera usarla. No me van a convencer así de que estoy mejor sin ella, no porque ellos quieran que piense eso lo voy a hacer. Han elegido un modo cruel de forzar esa elección en todos los seres mágicos. Le hubiese contestado cualquier palabra soez, pero todavía me cuesta hablar. Encima Javert tiene la cara de despedirse de mí dando una imagen de sí mismo como una especie de salvador por si cambio de idea. Sí, claro que voy a recordar su nombre, pero con odio infinito.

Por fin se marchan ambos, aunque no me quedo solo, ni mucho menos, sus matones se encargan de llevarme a otro lado. Tampoco me quitan las ataduras que me mantienen fijo a la camilla, aún boca abajo. La sala a la que me conducen tiene un aspecto tétrico, escasamente iluminada con una luz mortecina. Si la anterior sala me gustaba poco, esta todavía menos. Lo que sucede a continuación me lo esperaba en cierto modo, aunque no por ello es menos jodido de llevar. Una lluvia de golpes comienza a caerme en las partes expuestas hacia ellos, y aunque quisiera no podría hacer nada para defenderme, ni con magia ni con mis propias manos, por culpa de las ataduras. No me queda otro remedio que aguantar el tirón como pueda. Aunque quiera evitar quejarme o gritar para no darles el gusto, no siempre lo consigo, algunos puñetazos van con muy mala leche y a malos lugares. - Pegar puñetazos a alguien que no se puede defender..¡¿qué mierda de trabajo es ese que hacéis?! ¿por esto os pagan? Hijos de puta...- Da igual diga lo que diga, no me escucharán, y dudo que les importe. Mientras sigan con los puños no me matarán, lo único que quieren hacer es mermarme, ¿o les da igual y si me matan tampoco es su problema?. Sea como sea espero que acaben pronto, que me tiren donde tengan que tirarme para estar tranquilo de una vez por todas.

Me despedi del capitan y lo acompañé casi hasta la salida. Luego de recolocarme la corbata, tragué saliva y me dispuse a volver a la sala de interrogaciones. Si mis empleados estaban haciendo las cosas bien al lobo ya le doleria la riñonera a base de bien. Hago un par de llamadas, para que vayan poniendo a punto la camara acorazada que usaremos con el durante la luna llena. Tambien pido que preparen una seleccion de los nuevos fármacos que hemos desarrollado y que están en fase de pruebas. Él seria un buen sujeto de experimentar, ademas su licantropia le daria algo mas de resistencia....

Camino hasta dicha sala, entrando y viendo el panorama. Bien, no hay sangre. A ver si el reo cantaba pronto. La cosa era remodelar su caracter e incluso modo de pensar. Podia conseguirse, ya lo habia visto antes. Aunque los chuchos solian ser muy impredecibles y dificiles de domesticar, mas que los magos a secas.
-Vale, soltadle las ataduras de la camilla. Conservad las de los tobillos, pero dadle la vuelta, que quede boca arriba.

Miro mi reloj como calculando el tiempo, mientras los dos hombres le desatan los pies y las manos. Si a Ian se le ocurriese rebelarse e intentar algo, no tardarian mucho en molerlo a palos con unas porras extensibles con las que van armados. Que huelga decir que aparte de dejarte unos enormes moratones, pues tambien te sueltan descargas. Aqui vamos a puntazo de electroshock.
-Lo primero es que no tienes nombre. Ahora eres 004.

Vuelvo a consultar mi reloj
-Ahora tengo una reunión importante pero te vamos a dejar bien cómodo para que te vayas pensando como responderme las preguntas que te vamos a hacer ahora.

Veis ese gancho metalico, curvado, de aspecto ominoso, que cuelga de una cadena en el techo? Pues está ahi para algo. Es un gancho grande. Suficiente para atravesar un..... -Colocad el gancho en el centro. Clavadselo en el hombro. Y, uhm....si, id tirando de él hacia arriba cada diez minutos, hasta que quede suspendido sobre el suelo, sin ningun apoyo. Entonces le quitais lo de los pies.

"yo no quiero ver eso ni de coña" -Que si se le rompe qué? Yo que se! pues ponedle otro gancho en el otro hombro y asi reparte mejor el peso! no me hagas entrar en detalles!! Si responde a las preguntas lo bajais, y si no, pues facil, lo dejais ahi hasta que vuelva yo de la reunion. Ah, si, si, las preguntas. Bien, 004.

"que quiero saber yo de este tipejo? realmente me la sopla. El interesado es Javert"

- Quiero que me identifiques al menos a tres compañeros magos tuyos que estaban en la batalla contigo. Tres nombres. Y vuestro lugar de reunion. Es todo. Nos vemos!

Me doy la vuelta, antes de que empiecen con la carniceria. Alli iba a saltar bastante sangre. Salgo de alli justo a tiempo. Me abro el cuello de la camisa, algo sudoroso. Genial. Me iba a tocar cambiarme de camisa antes de ir a la eleccion aquella. Coñazo!. Tras volver a estar presentable, marcho de alli en mi cochazo.

Todavía estoy recuperándome un poco de los golpes cuando de nuevo llega hasta mí la odiosa voz del tipo trajeado, que debe de ser alguien importante en esa cárcel o un alto mando del gobierno, cualquier cosa así. La orden de darme la vuelta me hace suponer que querrán golpearme por el otro lado, para no dejar ni un sólo sitio sin golpear. Lo que ahora son golpes enrojecidos mañana serán grandes moratones, pero eso es lo de menos. Lo jodido es que seguiré aquí, y sin perspectiva de poder hacer nada por el momento. No me resisto a intentarlo, y en cuanto me sueltan las manos y dan la vuelta en la camilla trato de agarrar a los matones que tenga a cada lado, cada uno con un brazo, con la intención de chocarles las cabezas una contra la otra. Un gran error por mi parte, ya que ese intento idiota y desesperado sólo consigue que me golpeen con esos palos que llevan, que para variar también me sueltan otra descarga eléctrica. De ese modo quedo de nuevo a su merced durante un rato, como consecuencia del chispazo que me acaban de meter. No me entero mucho de lo que me dice sobre que ya no tengo nombre, ni tampoco tiene mucho sentido para mi el que me asigne un número, que supongo que tendrá que ver con el número de preso que soy. Cuatro....si solo fuésemos 4 aquí no estaría tan mal, significa que no hay demasiada gente siendo puteada en este momento. Sin embargo si sería un número escaso si intentásemos hacer algo contra ellos. Ahora mismo esa idea me parece tan descabellada como lejana, y resulta más bien fruto del miedo y la desesperación de pensar que la tortura en este sitio no ha hecho más que comenzar.

La única buena noticia por ahora es que el tío se larga. La mala es que dice algo de un gancho, que para mi desgracia sirve para colgarme. Ya no sólo me tratan como a un perro, sino como a un cerdo en el matadero, va mejorando todo por minutos. Lanzo una mirada furiosa a Wilhelm, comprendiendo que su plan de tortura es para hacerme 'cantar' sobre mis compañeros, darle información. Era de suponer, tremendamente predecible. Y también muy inútil, como si saber esas cosas le fuese a servir de algo. No ha pillado a nadie importante. Además, no quiero delatar a nadie ni decir donde están, si los pillan desprevenidos podría ser fatal para todos. - No te voy a hacer el trabajo sucio, búscalos tú si tantas ganas tienes.- murmuro entre dientes segundos antes de que se vaya. Después dejo escapar un grito de dolor al sentir el metal atravesando uno de mis hombros, cerrando los ojos y tensando todos los músculos. Para cuando clavan el segundo gancho todavía sigo con el dolor del primero, así que parece algo menos. Entonces comienzan a seguir las sádicas instrucciones de ese idiota, levantarme de la camilla para quedar suspendido sobre el suelo, sólo colgando de esos ganchos. Aunque me desaten lo de los tobillos de poco me sirve ahora, el interrogatorio ha comenzado y no sé cuánto durará. Dar nombres y lugares no es una opción, pero mentirles y darles una información falsa se me antoja mucho más práctico, sobre todo si consigo que vayan al lugar equivocado. Pero para que sea creíble debo aguantar un poco más, no puedo soltarlo de buenas a primeras. Poco a poco vuelven a bajarme al suelo, dándome ese 'descanso' de 10 minutos, que se me antojan menos. Cuando vuelven a subirme la sangre comienza a gotear lentamente, para ir cayendo a mis pies, justo debajo mío.

El campo visual de Ian seguramente vibra levemente pero sólo él lo nota. Conoce la situación a fondo aunque el dolor puede empañar claramente su visión. Pero si se fija bien al frente puede observar que ya no están los torturadores todo se ha vuelto blanco y sólo está Catherine sentada a horcajadas en una silla, con el pecho contra el respaldo de ésta y la camisa negra bastante suelta, es obvio que tiene la espalda descubierta. Hace una mueca de confusión y su piel palidece más de lo común en ella. Sus ojos brillan con aquel digno miedo de sentirse que pierde la razón.

-¿I-ian?-

Pregunta con un hilillo de voz, como afianzándose a la esperanza de que aquella ilusión generada por la trascendencia del dolor físico no fuese una locura sino algo real.

Sólo vuelvo a abrir los ojos cuando mis pies ya no rozan el suelo, notando todo el peso de mi cuerpo colgando de esos ganchos, que agrandan la herida con cada subida. Ya no grito como al principio, más bien dejo escapar algunos quejidos, intentando evadirme de esa situación lo máximo posible, tratando de enviar mi mente lejos para no sentir tanto el dolor. Tal vez ya haya pasado algún tiempo prudencial para decir algo, cualquier cosa que les haga creer que les digo la verdad. Por lo menos para que me dejen tranquilo un rato, desde que me han traído aquí no me han dejado ni un segundo. Decido decir una especie de mentira  a medias, murmurando un lugar en el que tuvimos una base en el pasado, aunque ya no nos podrían encontrar allí. - Torre...torre de Londres. - puede que lo crean o puede que no, al igual que si les doy nombres falsos. ¿Ellos que saben si es cierto o no?. En ese momento sucede algo extraño, algo que no sé si achacar a alucinaciones por la tortura o a alguna otra cosa. Mi campo de visión sufre como una especie de vibraciones, pensando al principio que me estoy mareando, pero no, no es eso.

De repente es como si todos mis esfuerzos por alejar mi mente de allí hubiesen funcionado, pero definitivamente tampoco tiene que ver con eso. Alrededor todo se ha vuelto tan blanco que casi asusta, tanto más que la verdosa sala en la que estaba antes. Y lo más sorprendente es ver a Catherine allí, delante de mí, pálida, asustada y diciendo mi nombre. En otra ocasión ella hizo algo similar, en el torneo, para que yo pudiese comunicarme así brevemente con mi hermana, así que en ese sentido tengo pruebas de que no estoy enloqueciendo. Tal vez intentase mandarme algún mensaje telepático y se ha encontrado con que estoy en esta situación, por eso la cara. A la vista de los torturadores debe parecer que empiezo a alucinar o algo,  porque me quedo mirando al frente como si viese algo, con una mueca de dolor. - ey...- Trato de dirigir un pensamiento hacia ella, intentar comunicarme ahora que ella ha entrado en mi mente, decirle que estoy atrapado por los soldados pero que no se preocupe, que aguantaré como sea. Sin embargo en cuanto trato de dirigir mi pensamiento para que ella lo capte telepáticamente sucede algo que no me esperaba, una pequeña sacudida eléctrica a menor escala pero igual de molesta y dolorosa que cualquier sacudida, cosa que no entiendo porque yo no estoy haciendo magia, pero tal vez si que interviene algo de lo que está haciendo ella en ese proceso.

De repente se me nubla de nuevo la visión, como si fuese una especie de interferencia, la imagen se distorsiona y comienza a verse mal, hasta verse interrumpida por una especie de flashazo blanco. La sala en la que estaba Cate desaparece de mi vista, cambiando de nuevo radicalmente la visión que tengo ante mí. De nuevo los interrogadores, estoy de vuelta en donde estaba y todo parece mucho más oscuro que antes. Todavía desconcertado por lo sucedido miro alrededor, deseando volver de nuevo a esa sala en la que podía verla e intentar comunicarme con ella, aunque algo me dice que no funcionará. En esa especie de desesperación por no haber conseguido contactar y por volver a tener la 'visión' comienzo a enfurecerme y a gritarles aunque el moverme me haga más daño al estar colgado. Ya no me da la gana decirles ni nombres ni nada, a la mierda mi plan inicial de fingir que voy a darles información, la ira siempre es irracional, y en este caso va a ser dañina para mí. Esa parte del cerebro que me diría que es una estupidez reaccionar así se apaga.

- ¡NO OS VOY A DECIR UNA PUTA MIERDA, DESGRACIADOS! ¡SI QUERÉIS ALGO ID A BUSCARLO, BAJADME DE UNA JODIDA VEZ! - odio no poder hacer nada de magia, si pudiese podría reventar alguna de las cosas que tienen detrás, o levitar algo y golpearles, lo que fuese. Pero ya he visto que no puedo hacer nada de eso. En estos momentos me gustaría destrozarlos a golpes, como en una especie de frenesí de locura que aumenta conforme la ira se hace más fuerte. Y eso que esto no ha hecho más que comenzar. Alzo los brazos como puedo para tratar de dirigir las manos a la parte de arriba de los ganchos que me sujetan, buscando tirar con fuerza del cable enganchado a la parte de arriba, con la intención de romperlo y arrancarlo del techo.  De ese modo tal vez podría bajar de ahí. Lo que olvido es que aunque lo consiga será inútil. Tiro varias veces con fuerza, pero no lo consigo, debe ser un cable muy sólido. Además, el dolor por los brutos tirones acaba haciendo que pierda el conocimiento de manera momentánea.


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Off: probando si se rompe cable de techo o no (éxito o fallo)

El miembro 'Ian Hacksaw' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Probabilidad' :

El tatuaje había comenzado nuevamente y el dolor se fundía en un caleidoscopio de emociones en mi interior que no lograba canalizar para poder conectarme nuevamente con Ian, mi teoría se había ido al fracaso y casi asumo que he terminado de volverme loca y que su imagen me acosará hasta los confines del tiempo. Pero no, no es así. Después de un rato la imagen vuelve a fundirse en una sala blanca y veo a Ian de manera borrosa. Como si me despertara de un sueño eterno y no pudiera terminar de enfocarlo. La sensación de agobio y miedo sigue instalada en mí pero verlo nuevamente me hace aferrarme a esa idea, a la esperanza de que está vivo y sufriendo en algún lado.
-Ian-
En esta especie de ilusión me incorporo rápidamente y camino hacia él lentamente hasta que estoy frente a él, paso una mano por su frente para sacarle el pelo de la cara pero también acariciándolo un poco, esperando que le sirva de aliento en todo esto por lo que está pasando. No me siento segura de darle más "aliento" porque se siente raro. Me detengo a mirarlo a los ojos con convicción. Casi dibujo una sonrisa.
-No estoy loca. Estás vivo. Puedo sentirte-
Intento mirar alrededor con estrés para poder percibir algo más que me dé una pista de donde está pero más allá de los ganchos, que los veo porque él los siente, no consigo nada. Tenso los labios con una profunda molestia y tomo su cara con una mano apretándole los mofletes como si fuera un niño, porque al final, esa es la relación que teníamos.
-Te voy a encontrar . Vamos a ir por ti. Y todos estos malditos van a quemarse en una hoguera. Pero necesito que estés vivo, no te rindas. Haz lo que tengas que hacer, pero mantente vivo. Te necesitan vivo-
“Yo te necesito vivo”
Incluyo tantas veces el vivo que a hasta a mí me parece cacofónico, pero es una palabra que me gusta ahora. Vivir, vivo. Es lindo cuando has pensado que uno de tus amigos se ha muerto. No me meto en el paquete de necesidad porque soy una descarada siquiera de pensarlo. Él está ahí por mi culpa. Encerrado y sufriendo.
“¿Por qué no me hablas?”
-¿Tienes idea de donde estás? ¿Alguna pista?

Vuelvo a recuperar el conocimiento apenas un minuto después, pasado el intenso dolor por haber hecho el bruto intentando soltar el cable que une el techo con los ganchos de los que estoy colgado. Apenas ha pasado un momento, pero no tengo claro cuánto rato ha sido. Es inútil que lo intente de nuevo, no conseguiré desengancharme de aquí, sólo acabará cuando deseen bajarme. Cansado física y mentalmente y después de la explosión de furia anterior ya no tengo ganas de seguir revolviéndome por hoy. Simplemente me dejo, tratando de sentir lo menos posible. Cierro los ojos, deseando que desaparezca lo que tengo delante de mí, tratando de volver a evadirme. Y entonces, sucede.

Vuelvo a tener la visión de Cate frente a mí, no sé si me lo estoy imaginando o realmente ha vuelto a tratar de ponerse en contacto conmigo de este modo, pero todo parece bastante real, casi puedo sentirla frente a mí, notando como pasa una mano por mi cara, tratando de animarme y aliviarme un poco. En cierto modo algo consigue, es como un apoyo en estos momentos, aunque no esté aquí físicamente. Es como si estuviese dentro de una ilusión creada por ella. Ojalá fuese real, significaría que no estoy aquí. Pero ya he tenido antes este tipo de sensación y sé que no es más que eso, una imagen irreal. Al menos en esa imagen soy libre para pensar, o hablar, aunque por fuera mi cuerpo no haga nada, en la realidad en la que estoy. - Cate...- mi voz me suena extraña hasta a mi mismo, como con eco, pero claro, no estoy hablando realmente. - No sé cómo vais a poder encontrarme, porque ni yo mismo sé dónde estoy. Es una base del ejército, eso está claro, pero no sé nada más...- murmuro dentro de esa ilusión , con tono amargo. Es cierto, puedo estar en cualquier lado. No quiero desmoralizarla ni desmoralizarme más aún a mí mismo, pero es así. - Voy a hacer todo lo posible por aguantar aquí, sea como sea, pero tampoco quiero que os capturen a nadie intentando sacarme. - eso es lo último que quiero, a pesar de lo mucho que desearía que viniesen a ayudarme, otra parte de mí no se perdonaría que por sacarme de aquí hubiese bajas o capturas. - De verdad, resistiré lo que haga falta, no os preocupéis. Además, bicho malo nunca muere.- comento para tratar de quitarle algo de preocupación, suponiendo lo que ha debido de pensar también al enterarse de que había desaparecido. Hasta ahora no había tenido tiempo de pensar en ello, en lo que debe estar pasando mi familia.

En ese momento, en el exterior, fuera de la ilusión, los soldados del interrogatorio me bajan al suelo, aunque yo estoy como en otro lado, en una especie de trance. Deciden que es momento de llevarme a las celdas, así que proceden a sacarme los ganchos de ahí. El dolor al quitarme los ganchos hace que la ilusión sufra de nuevo interferencias, sé que la conexión se va a cortar pronto, y es una lástima, porque supone algo de alivio en la situación en la que estoy. Debo darme prisa en aprovechar la ilusión creada para decirle algo más antes de que me saquen y se corte - vuelve a visitarme luego...- es lo último que acierto a 'decir' manteniendo la mirada fija en sus ojos como si quisiera quedarme con esa imagen en lugar de la que tenía delante hace un momento.

Al volver a la realidad los soldados ya me han sacado los ganchos de los hombros, en los que han quedado unas heridas bastante sangrante después de tanto subir y bajar. De malas maneras me sacan a rastras de allí, rumbo al área de celdas habitaciones. Atrás queda la sala de torturas, que espero no tener que volver a visitar, aunque dudo que vaya a ser así.

Parpadeo con algo de sorpresa cuando Ian finalmente me habla, colgandome una sonrisa tonta de la cara porque definitivamente no me podía imaginar eso. Yo era inteligente, pero no lo suficiente para pensar en dos personas. Casi estoy a punto de abrazarlo de la emoción pero no me atrevo a hacerlo así que simplemente aprieto los puños para drenar algo de ésta pero la emoción se diluye cuando escucho sus palabras.

-Con magia. Así te encontraré-

Recuerdo por un momento la respuesta del mago al otro en la película esa que le gustaba a Desmond y no puedo evitar reírme.

-Con magia Ian. Con magia y sangre te voy a encontrar.

No sabía cuánto poder le iba a pedir pero sí sabía que necesitaría la sangre que corría por las venas de Ian. Mirando sus ojos se acordó de Adam pero tensó los labios, sería mejor no molestarlo y después recordó a Chloe. Claro que sí, ella sí ayudaría sin hacer demasiadas preguntas. Catherine tendría que ir de lleno a la biblioteca para encontrar el hechizo indicado y cuando lo hiciera, lo encontraría.

-No los van a capturar...Yo te localizaré pero no podré… Me han...Helena me prohibió bajar de nuevo-

Murmuro bajando un poco la mirada con vergüenza hasta que habla de aquello de que bicho malo nunca muere soltando una risa. Tenía humor hasta ahora.

-Más te vale-

Bromeo dándole un golpe en el hombro en plan amigos hasta que su silueta se medio desaparece después de ello. Frunzo el ceño porque me parece raro que antes lo haya tocado y no pasase eso. Pero empiezo a notar que la conexión pierde fuerza y me da un ataque de ansiedad, como si pudiera simplemente agarrarlo y sacarlo de ahí. Lo miro con la misma intensidad que él, dejando que note mi convicción de encontrarlo y sus últimas palabras me desbaratan un poco.

-Claro que te molestaré-

Le digo con una sonrisa afable sintiendo otra vez ganas de darle un abrazo para que tenga más fuerzas en esta situación. Finalmente la imagen se diluye y vuelvo a mi lugar.

Llegó con el centinela en no demasiado largo a los campos, y buscó dirigirse (Siempre acompañado del robot) a la área de seguridad. Allí buscó avisar a algunos soldados para que estuvieran cerca en caso de que alguno de los atrapados -Pamela y Rybar- decidieran despertarse y dar más por culo, intentando ignorar las miradas molestas, sorprendidas o incluso una preocupada que pareció darse cuenta de que andaba muy agotado y que tenía medio traje manchado de sangre. Así como la hoja. No, eso eran cosas secundarias. Mandó a Javert otro mensaje vía comunicador, breve: “La cacería ha concluido con dos capturas y un fugitivo. Ya están en los campos”

Tras eso esperó a que se acabaran de encargar de trasladarlos dentro del edificio de seguridad, él también uniéndose a aquel curioso desfile. Algo le hacía pensar en que estaban algo nerviosos, como si hubiera pasado algún incidente allí dentro bastante recientemente. Hubieron preguntas, por supuesto. -Han sido atrapados en la posada de los muertos. Desconozco la identidad de la rubia, pero sus niveles son anormalmente grandes. El otro es declarado enemigo, relacionado a los magos más extremistas…- Fue respondiendo a cualquier posible pregunta, de brazos cruzados. La herida empezaba a escocerle pero no le dió más importancia. Se puso la capa de nuevo por encima para evitar más miradas indiscretas. Aunque era facil atisbar que caminaba raro. Y aún haría más espectáculo en cuanto tuviera que sentarse.

-Necesito alguien que pueda encargar de llevarlos a las zonas correspondientes. Hay que chipearlos de inmediato.- Ordenó a un soldado más joven que vio por allí, que salió escopeteado. Se apoyó en la pared mientras esperaba, usando otra vez el comunicador. Uno creería que era una adolescente mandándose cacas con ojos con su churri. El siguiente mensaje iba dirigido a toda la zona de los campos en general. Solicitaba alguien dispuesto a sacar información de los dos rehenes. Y procuró explicar que le gustaría estar presente en aquella operación. Tras eso, se limitó a esperar. En el fondo tenía muchas ganas de hablar con Javert sobre la jornada, pues sabía muy bien que era la mejor forma de empezar una posible… ¿Amistad? Los campos estaban aún más vacíos y cada incorporación era vital. Aunque dudaba que lograran someter a alguno de los dos por las buenas.