Sector II: Cuarentena

Durante unos minutos llegué a tener la esperanza de poder atravesar aquellas puertas usando al rehén que había capturado, sobre todo después del fallo de otro de los soldados al apuntar. Pero esas mínimas esperanzas se desvanecieron rápido, en cuanto hizo su aparición la persona que más aborrezco en estos momentos. Otra vez, el capitán Javert ha tenido que venir a joderme. Parece que no puede pasar una luna llena sin hacerlo, porque a la anterior vez tampoco faltó, pegándome el tiro de gracia y secuestrándome.

Los soldados me arrastran por el pasillo, a pesar de mis forcejeos e intentos por soltarme, aunque resulta inútil porque me han atado las cadenas en las muñecas, con los brazos a la espalda. También van unidos los tobillos, así que aunque quisiese no podría salir corriendo. Mi segundo intento de escapar también ha resultado fallido, inútil. Ya lo intente una vez, cuando estaba colgado por los hombros de los ganchos esos, pero no conseguí nada. Intento no desanimarme, pero en el fondo sé que es casi imposible que consiga salir de aquí por mis propios medios.

Por fin llegamos al lugar al que me conducen, abriendo una puerta automática que da paso a una sala de metal de unos 50 metros cuadrados, que espero por mi bien que no sea de plata como la acorazada. Me arrojan allí dentro de mala manera, volviendo a cerrar esa puerta mecánica. Esta vez estoy solo en la celda, aislamiento, tal y como había dicho el soldado. Por un lado mejor, así no corro el riesgo de herir a nadie. Pero por otro...no sé cuándo tendré ocasión de salir de allí de nuevo. Y aquí no parece que pueda intentar nada, encadenado, en un lugar sin posibilidad de salida. Lo único que se escucha en el lugar es el zumbido de la luz fluorescente de tonalidad verdosa, que parpadea de vez en cuando. Me muevo como puedo hacia la pared, apoyando la espalda contra ésta, exhalando lentamente el aire, de modo resignado. Necesitaré algún pensamiento al que aferrarme para no volverme loco allí.

Después de descansar un poco, me despierto y me quedo mirando el techo pensando en todas las tonterías habidas y por haber. Libros, hechizos, sangre. Observo el potecito encima de mi mesa de noche pensando en Chloe y poco a poco establezco una conexión mental con Ian. Aparentemente, se hace bastante rápido. La habitación donde está se torna blanca y sin nada, así sería más fácil para mí mantenerla durante un rato. Lo miro apoyado a lo que supongo sería una pared con la cabeza hacia abajo.

-Hey-

Le digo sintiendome incómoda en molestarlo cuando parece tan pensativo. Me acerco un poco a él hasta apoyarme a su lado. Se le veía un poco más compuesto y no percibía en sus pensamientos concentraciones sobre dolor, así que asumía que no lo habían lastimado recientemente.

-Te tengo que contar tantas cosas... ¿Sabías que Chloe es telépata? La estoy entrenando para que venga a visitarte. Será mejor visita que yo.

Bromeo aunque en el fondo sé que es verdad y le doy un golpe en el hombro con el mío hasta finalmente sentarme en el piso.

-¿Tú cómo estás? Te están... ¿Te están haciendo esa cosa de los hombros otra vez?

Intento mantener la mente ocupada de alguna manera, como por ejemplo tratando de evocar buenos recuerdos, momentos del pasado a los que he recurrido en otras ocasiones para distraer la cabeza de pensamientos negativos. Como por ejemplo aquellas comidas familiares en las que todavía estaba mi padre, mi madre y mi hermana, antes de que sucediese lo del intento de secuestro de Chloe, antes de que mi padre perdiese el rumbo de aquella manera. En esos recuerdos también aparecen reuniones con los Knox, los juegos y peleas con Azahar a partes iguales, los pasteles y los dulces que nos hacía Anteia, las enseñanzas de Lyran como profesor y lo que nos hacía reír...trato de aferrarme con fuerza a ese tipo de recuerdos, que en este momento son lo único que tengo.

Aunque hay otra parte de mí que me llama cobarde por hacerlo. Cobarde, con todas las letras. Por intentar refugiarme en eso en lugar de estrujarme la mente para pensar hasta la manera más inverosímil de intentar darle la vuelta a la situación. Esa parte que trata de sacudirme y pegarme una bofetada, la del aquí y ahora. El lugar en el que estoy y el momento en el que estoy. Eso es el mundo real ahora. Un mundo que hace años se volvió loco y nos engulló a todos en esta especie de vorágine destructiva y sin fin aparente. Tendré que esforzarme mucho para intentar salir, aunque puede que siga fallando una y otra vez, por ahora van dos, pero tengo casi seguro que habrá un tercer fallo. Lo que no sé es cuántos, hasta que me maten, o hasta que ya no me queden ganas para intentarlo más y me resigne a ser un simple ente que respira. Quién sabe.

Mis pensamientos se ven invadidos por una voz conocida, comprendiendo casi al instante que ha venido a 'visitarme' Catherine. Alzo un poco la cabeza, comprobando que mi mente ya está instalada en esa especie de habitación blanca que vi la otra vez que Cate me habló. En cierto modo me alivia un poco su presencia aquí, como si de un soplo de aire fresco se tratase. Pero por otro lado tampoco quiero que me vea así, tan desanimado y a la vez con tanto odio dentro. No quiero que lo perciba. Me limito a pensar lo que quiero decir en lugar de hablar, si hay cámaras de seguridad y me ven hablando solo puede que crean que me he vuelto loco, o peor, puede que sepan que me estoy tratando de comunicar con el exterior. Aparto la mirada de ella, con gesto serio, tratando de fijarla en otro punto cualquiera.

"No, mejor no. No quiero que Chloe trate de comunicarse conmigo ahora. Prométeme que se lo prohibirás. Es más...sé que te pedí que me visitases, pero...creo que no es buena idea. Esto no es real, es una ilusión. Y luego es más jodido volver a la realidad"

Niego con la cabeza a eso de los hombros, sé que ella puede ver los gestos que hago. Además, los hombros curaron rápido por la proximidad de la luna llena. Al menos físicamente no estoy mal, no me han vuelto a torturar desde entonces.

"Sólo fue esa vez, no me han vuelto a colgar desde entonces. Estoy bien, buscando cualquier oportunidad para tratar de salir. Ha pasado ya un mes, un poco más quizás, pero seguiré pensando qué hacer. ¿Qué más tenías que contarme?"

Percibo algo de molestia en Ian cuando aparta la mirada de mí con tanta brusquedad. Miro mis pies pensando que tal vez haya llegado en mal momento. O peor momento. Ya no sé cómo definirlo. Cuando me pide que prometa que prohibiré a Chloe que lo visite lo miro con una ceja alzada, él sabe perfectamente lo que son mis promesas para mí. Pero ¿Qué autoridad tenía yo sobre Chloe? Ninguna. Sin embargo, aquello queda de lado cuando me dice que eso no es más que una ilusión y que es difícil volver a la realidad. Aparto la mirada de él fijándola en el piso en silencio, yo vivía haciendo ilusiones. ¿Tal vez una desesperada manera de escapar de la realidad?

-¿Crees que no lo sé? Yo también tengo que volver-

“Y tú no sabes nada de lo que estoy viviendo”

Le cuestioné porque seguramente su destino era mucho peor, pero yo también tenía mis cosas con las cuales lidiar. No quería volver allá. Prefería quedarme aquí con él, incluso cuando sus palabras me resultaban tan hirientes. Se me olvida por un instante que es una conexión mental y que mis palabras pensadas y habladas le llegarán de la misma manera, es más, lo ignoro total  y absolutamente convencida de que mis pensamientos no le llegan.

-Mañana haré el hechizo para encontrarte. Hoy… Em, no. Mañana será mejor. Me falta el hechizo pero creo que Desmond me ayudará. -

“O quiero creer que lo hará si se lo pido cordialmente”

-Y ya con mi mejor canalización te voy a encontrar. Dame un par de días y te sacaré de aquí. Como sea-

Le digo y busco otra vez su mirada con el ceño levemente fruncido. Como no me voltea a ver me incorporo y me coloco arrodillada delante de él tomando su mentón para que me mire.

-Ian… No me pidas que no vuelva. Por favor. No te aisles, es lo que ellos quieren. No permitas que se metan en tu cabeza...-

Tal vez él no lo entendía y tal vez estaba siendo egoísta a un nivel máximo, pero estos segundos de conexión que teníamos me permitían saber que seguía vivo y eso me daba fuerza y motivación para encontrarlo. Y ya no sólo por todos si no también por mí. También quería creer en el Ian que me lo había pedido antes de que este lugar surtiera efecto en él.

-Sigue aferrándote a esto, aunque sea una ilusión pronto será realidad. Vendré más seguido si lo necesitas pero no me pidas que te abandone. Yo no soy ese tipo de persona-

No me doy cuenta pero las palabras que digo me recuerdan una canción que empieza a sonar de fondo en la ilusión y miro un poco alrededor confundida porque no fue algo planeado.

A pesar de no estar mirándola percibo su incomodidad en la primera respuesta que me da. Puede que haya sido un poco brusco, o que se esperase otro tipo de recibimiento, tal vez más simpático o deseoso por establecer contacto con alguien del exterior. No puedo negar que su visita ha logrado sacarme un poco de esos pensamientos perniciosos que estaba teniendo, pero de todos modos cuando se vaya estaré igual o peor.

"Por eso, lo mejor será no venir, así no tendrás que volver a la realidad. Cuando te lo pedí  estaba desesperado. Lo necesitaba. Lo siento, no tendría que haberte pedido eso."

Parte de sus pensamientos se filtran también a mi mente, aunque ella no sé de cuenta, por lo que recibo también el mensaje sobre lo que está pasando ella. Tampoco me imaginaba que fuese hasta ese punto, no podía hacerme a la idea. Si ella lo está pasando así de mal no quiero ni imaginar qué será de mi familia.

"¿Lo que estás viviendo? ¿estás teniendo más problemas? o... ¿lo dices sólo porque yo estoy aquí?"

Así que un hechizo para encontrarme. Bueno, no es tan extraño, al menos ya he visto otras veces formas de localizar a personas en un mapa, como ese mapa que hizo Yaroslav una vez. Pero aquello era sobre terreno conocido. Ahora no saben dónde estoy. Me preocupa eso de que tras encontrarme, si es que lo hacen, puedan venir aquí aquellos a los que le importe para ayudarme. En otra ocasión puse en peligro a gente que me importa, con el resultado de que mi amigo Jarkko perdiese sus brazos. Pero aquella vez había sido culpa de mi carácter impulsivo, haciendo un plan para atacar la fortaleza de Bastión de Magos a espaldas del resto de compañeros de la Resistencia. Es bien distinto a lo de ahora, no fui yo el que provocó la situación para acabar capturado. Fue...mala suerte, o mala actuación mía, por no saber defenderme mejor. Cate me obliga a mirarla, alzando mi barbilla para asegurarse de que la escucho con atención.

"No es bueno para ninguno de los dos, Cate. Tú me ves así, y yo no quiero. Además...esto...puede que me haga débil. Me baja las defensas. Me pone jodidamente vulnerable. Y lo único que necesito ahora es centrarme en que los odio, en imaginarme como puedo hacerles daño, en salir, como sea. Puede que eso no sea bueno, pero da otro tipo de fuerzas para resistir."

Conforme iba pensando he podido notar como esa especie de nudo en la garganta se ha ido haciendo más fuerte, así que me tomo unos segundos para intentar que eso no se apodere de mí. No le aparto la mirada durante algunos segundos más, hasta que finalmente no puedo sostenerla más tiempo y vuelvo a desviarla.

"Ya sé que no vas a abandonarme. Si tienes esa manía de adoptar cosas, además dicen que está muy feo eso de abandonar a un perro después de meterlo en tu casa, ¿no?"

Sonrío mínimamente al tener ese pensamiento, esperando que se distraiga un poco con esa pequeña broma para que no siga insistiendo con lo de venir a 'verme'. Entonces sucede algo bastante extraño, similar a tener mi propio hilo musical en mi cabeza, haciendo que haga una mueca de extrañeza. Claro, ahora se ha colado en mi mente algo en lo que está pensando ella, o que me ha puesto de fondo, no lo tengo claro. La letra de la canción no puede ser más apropiada para el momento, pero lo cierto es que la música no me gusta nada, no es mi estilo.

"Oye, Le Fay, si quieres deprimirme esta canción es perfecta en muchos sentidos, tanto por lo apropiado de la letra como por ser una de las cantantes a las que nunca, jamás, iría a ver."

Nuevamente estoy usando mi 'tono' irónico de broma, como si estuviésemos en una situación más normal. Esto me ayuda a quitarle peso a esto de estar aquí recluido, y aunque no lo quiera reconocer creo que algo me ayuda. A pesar de todo me parece que va siendo momento de despedirnos. No sé si el tiempo que paso sumergido en esta especie de conexión mental se corresponde con el tiempo real que está transcurriendo, por si acaso llega alguien en este momento y me pilla algo ausente.

-Yo quería que me lo pidieras, Ian. Necesito resarcirme. Estás aquí por mi culpa… Y creo que nunca te dije que lo sentía-

Le respondo con bastante seriedad aunque no esté muy cómoda con aquello de expresar lo que siento. Parpadeó sorprendida cuando me pregunta si estoy teniendo problemas y tenso los labios. Si es que se le podían llamar problemas. Simplemente no quería enfrentar mi realidad y esta ilusión era mucho más cómoda.

-Eh… Los Descendientes están molestos, básicamente me he comportado como la niña que creían que era, les he dado la razón y tengo que dar la cara. Ya no puedo bajar de Ouroboros, me lo han prohibido. Mis hermanos no me dirigen la palabra, a veces creo que pretenden que ni siquiera existo...Y…

Sí, Ian, por supuesto que por ti. Eres mi prioridad. Me acuesto y me despierto pensando en ti. Estoy absolutamente desesperada por encontrarte. No duermo y cuando lo hago solo tengo pesadillas que incluyen sangre, dolor y centinelas. Estoy agotada. Por eso, en parte, también vengo. Necesito corroborar que estás vivo. Es por ti, sí, pero también por mí. Cuando estoy agobiada no pienso bien-

Agradezco que por lo menos me mire mientras me explica porqué no quiere que venga comprendiendo sus palabras con rapidez. Una vez que él desvia la mirada miro hacia el piso. En eso tenía razón. Mucha razón. A saber qué demonios estaban haciendo los muggles ahora.No obstante, los motivos me resultan negativos.

-No te centres en eso. Por favor, lo que intento construir no tiene esas bases y no te quiero fuera. Piensa cómo salir no por tu odio a ellos si no por tu familia-

Estuvo a punto de soltar “nosotros” en vez de familia pero no era buena idea. Cuando lanza aquella broma lo miro con una sonrisa de lado negando con la cabeza.

-No tengo manía por adoptar cosas, tú y tu familia son la excepción que confirma la regla. Y no eres un perro, de lo contrario no tendría mascotas si no un zoológico

Cuando salta lo de la canción cierro los ojos, concentrándome,  para apagarla soltando una risita baja antes de negar. No sabía porqué demonios se había disparado la canción.

-No intentaba deprimirte, hacemos muy buen trabajo en eso de deprimirnos nosotros solos... Escuchame...Si es lo que quieres dejaré de hacerte visitas largas, pero es posible que venga por un par de segundos sólo para saber si estás bien. ¿Puedo? Seré como un fantasma. Sólo para que sepas que te sigo buscando.  Lo prometo-

Alzo la mirada con el ceño levemente fruncido esperando que me diga que sí, porque de lo contrario me agobiaría demasiado. Estaba prometiendolo. Las visitas no durarían más de cinco segundos pero necesitaba saber que seguía buscándolo, que estaba ahí, en algún lado del infernal mundo que nos había tocado vivir.

"Que no. Que no es tu culpa, deja de pensar eso. Allí había mucha más gente a la que podían haber capturado, me cogieron a mí, por idiota, por lento, por la luna llena, por lo que sea. Y ya está, no le des más vueltas. Eh, podría ser peor, podrían haberme matado, y aquí sigo."

Sé que el hecho de que no me hayan matado todavía no es garantía de que no piensen matarme luego, sobre todo si les toco mucho la moral, como acabo de hacer al armar jaleo en el sector IV. Frunzo el ceño levemente al escuchar eso sobre el resto de sus 'compañeros', para los que ahora estaba en el punto de mira. También está el tema de sus hermanos, aunque eso lo entiendo un poco mejor, yo estaría igual si el tema fuese con Chloe.

"Pues lo de los miembros del Consejo no lo entiendo. Podría haberle pasado también a cualquiera de ellos. Es muy fácil condenar a alguien por haber tenido un accidente. No les hagas caso y no dejes que vean que te afecta lo que piensen de ti. Si no te ven fuerte tardarán en volver a confiar y te quedarás en esa isla por mucho tiempo. En cuanto a tus hermanos...dales un tiempo. Los comprendo, en parte. Tendrían miedo por pensar que podían haberte perdido."

Lo que me comunica a continuación sobre pensar tanto en mí y estar a todas horas dándole vueltas hace que no sepa muy bien cómo sentirme al respecto. No me gusta ser el motivo de preocupación de nadie, aunque en este caso sea inevitable. Es curioso que a pesar de conocerla relativamente poco tiempo -tal vez un año, o menos, no lo tengo claro- se esté preocupando por mi bastante más que personas que tal vez conozco desde hace más, como puedan ser los compañeros de la base. Está claro que, de alguna manera, ambos hemos pasado a ser una persona importante para el otro. Resoplo un tanto fastidiado cuando me pide que deje de lado eso de odiarlos, que piense sólo en mi familia. Pero es que resulta más sencillo del otro modo, y es una ira rápida y efectiva.

"ya, ya...eso lo entiendo. Tal vez no cumplo los requisitos morales para esa sociedad que quieres. Yo qué sé. Ahora mismo no puedo pensar de otro modo. Haré lo que sea por sobrevivir, fue lo que te dije, ¿te acuerdas? y a veces hay que hacer cualquier cosa para ello, y no creo que siempre pueda hacer lo que está 'bien'. "

Ojalá pudiese hacerlo, pero el mundo no está ideado para que sobrevivan los que hacen todo el rato lo correcto, lo bueno, los que evitan dañar otras vidas, aunque esas vidas sean de personas que podrían considerarse malvadas, o al menos de dudosa calidad moral. Trato de convencerme de que tengo que hacerlo así, aunque antes haya evitado matar al soldado, contradiciéndome un poco con eso de querer dañarlos a todos. Puede que lo único que me haya frenado en ese momento haya sido el acordarme de mi padre. ¿También se vio él en una situación extrema y por eso acabó así? ¿Y si yo cruzo esa línea y luego no puedo volver?. Tras unos breves segundos con esos pensamientos, que no sé si habrá visto también o no, comienzo a tener dificultades para seguir escuchando su voz en mi mente. Debo darme prisa antes de que se vaya del todo, debo responderle a lo último. Parece que ella necesita entrar en mi mente de vez en cuando por lo menos para tranquilizarse, así que tampoco voy a prohibirle eso. Aunque quisiera no podría, no soy oclumente.

"está bien, te dejo que entres en mi mente cuando lo necesites. Y espero que siempre la encuentres más o menos en orden, por el bien de ambos...espero que no encuentres nada que no te guste"

Mi gesto es algo sombrío durante algunos segundos, aunque no desaprovecho la ocasión, los pocos segundos que quedan, para intentar retener su voz en mi cabeza, además de su rostro. Me hará falta cuando vuelva a estar solo en la celda. Noto como si esa conexión telepática con ella empezase a afectarme, aunque no entiendo el motivo. Interferencias, cada vez más. Yo no estoy haciendo magia, pero aún así una pequeña descarga me recorre el cuerpo desde la zona en la que está el chip hasta extenderse por todo el cuerpo, haciendo que el último pensamiento que intento que le llegue sea un "volveré, lo prometo también." Después la conexión se desvanece del todo, haciendo que vuelva a tener ante mi la fría y anodina celda metálica.

Unos soldados abren la puerta provocando un sonido que inundó sus oídos por unos segundos, un precioso tiempo en el que permaneció apoyado cerca de la puerta mientras que los mismos hombres establecieron una mesa con sus correspondientes sillas, un mantel rojo y dos bandejas con comida.
Al terminar estos, Javert entró con paso calmado, ocupando uno de los asientos sin mirar aparentemente al licántropo aunque se había fijado en su rostro sombrío antes de la irrupción.
No le gustaba el hecho de que lo mantuviesen completamente despierto, a nadie se le ocurriese  “dormirlo". Era obvio, si lograban penetrar en la mente del muchacho ellos no lo sabrían y el encuentro con esa maga en batalla le indicaba que perfectamente podrían hacerlo.
- Tome asiento -le indico mientras cogía la cuchara, único cubierto pues tanto el tenedor como el cuchillo lo consideraron demasiado peligroso-   hoy no podré volver a casa así que posiblemente esta sea mi única comida al igual que la suya así que no la desaproveche pensando que está envenenada, si le hubiesen querido matar ya estaría bajo tierra...¡Ups! Disculpe -menciono levantando el dedo al mismo tiempo que respondía al teléfono - Ahora mismo estoy ocupado pero en cinco minutos... -colgó, escribiendo por el comunicador un mensaje que no tardo en redactar con la petición de Ailanthus, antes de disculparse a su comensal- ¿Lo ve? Demasiado trabajo .
Saboreó el caldo durante unos minutos en silencio, sin que su rostro pudiese mostrar ningún gesto, ni siquiera levanto la vista de su plato cuando le preguntó aquello.
- ¿Cómo se llama?
Esperaba que el joven fuese un poco avispado y captara la pregunta, su anterior conversación se quedó en punto muerto y sabía que en ese entonces lo hizo dudar...y ahora que había conocido sus “estancias" podía ser que su voluntad se hubiese amedrentado incluso que si hubiese hablado con alguno de los suyos, ante tal pregunta se pusiese nervioso pues parecía que el capitán sabía cada una de las respuestas.

La conexión parece haber durado el tiempo justo para que pudiésemos hablar, de haber tardado un poco más habríamos sido interrumpidos. A los pocos minutos unos soldados abren la puerta de la celda, aunque no me sorprende tanto que entren como el hecho de que se pongan a preparar una mesa para dos. Empiezo a olerme de qué va la cosa, por el comentario que había dicho antes el capitán. Un interrogatorio, o vete a saber. Efectivamente, el capitán entra en cuanto los soldados terminan de preparar la mesa. Cuando éste me pide que tome asiento lo miro un tanto irritado, todavía sigo atado con las cadenas que me han puesto antes en tobillos y muñecas, no me las han quitado al meterme aquí. Se lo hago notar, haciendo que suenen las que llevo atadas a los pies. - Como no me sueltes estas cadenas o lo haga alguno de tus soldados no creo que pueda ni ir a la mesa.- Tampoco hay mucha prisa porque me suelten, no me hace especial ilusión eso de sentarme a comer con él, como tampoco le hará a él eso de comer con un preso. No sé que pretende con esta especie de puesta en escena. Me limito a mirarlo con cara de pocos amigos hasta que dice eso de que hoy no podrá volver a a casa a cenar, soltando un sonido irónico.

- Mira, pues ya somos dos que hoy no iremos a casa. Pero claro, tú puedes irte de aquí en cuanto quieras, yo no. No me lo restriegues por la cara.

Después me empieza con eso de que la comida no está envenenada, aunque ya me supongo que es así, puesto que pueden matarme de las formas que quieran, estoy atrapado en sus instalaciones y rodeado por cientos de ellos. Tengo cierta curiosidad por saber que le querían decir cuando lo han llamado por teléfono, pero seguro que no es nada bueno para nosotros. Otra cosa que me llama la atención es que esté llamando de usted, en un falso alarde de respeto al dirigirse a mi de ese modo. Una hipocresía en el fondo, en este caso no se trata de educación, supongo que también forma parte de la puesta en escena, como lo de la cena. La pregunta del nombre me trae recuerdos borrosos de aquel momento en el que estaba boca abajo en la camilla, cuando me anestesiaron y me hicieron a saber qué en la nuca. Después de eso vinieron las descargas. También me dejaron claro que ya no tenía nombre.

- Yo qué sé, ahora soy sólo un puñetero número, ¿no? Se encargaron de dejarlo bien claro en la primera visita. Pero no me acuerdo del número, el interesado en saberlo eres tú. - me remuevo un poco, todavía sentado en el suelo con la espalda pegada a la pared, soltando el aire con resignación. - Me cansan los rodeos, y ahora mismo más. Dime qué quieres de mí exactamente, para qué has venido hasta aquí.

"¿lo hará con todos los magos que trae a este sitio?"

- Cierto, cierto... -le contesto levantando una mano con la que aparecieron dos soldados que le soltaron las cadenas de los pies...no por ello las de las manos- Puede que te sientas un poco incomodo pero mucho es que podamos tener esta conversación.
Al oír aquello del número no pudo por menos que sonreír ¿lo trataba de tonto o creía que a esas alturas le podría soltar una mentira?
- No, no me ha entendido
Saboreo silenciosamente el caldo, percibiendo la calidez atravesar su garganta. A esas alturas Ailanthus ya habría recibido el centinela...aunque no le gustaba desconocer el motivo por el que el drow lo requería ¿a dónde se habría metido? Es cierto que si traía unos prisioneros el primer día sería un punto para alcanzar la consideración de Javert pero aun así no le agradaba en absoluto esperar sin saber lo que ocurría.
Además tenía que hablar con Ruth y lo más probable es que a ella no se le pasara, lo que menos le agradaría es verla enfadada..no si encima tendría que ir a hablar con "la nobleza" con lo poco que le gustaba aquello.
- Sólo deseo hablar y tomar mi cena en paz. -continuo tomando su sopa sin levantar la vista, esperando a que su comensal tomara asiento.
No se le solían olvidar los rostros de sus amistades y las que no lo eran tanto...pero tampoco pasaba por alto los detalles y  el gesto que hizo el joven al hablarle de ciertas imposibilidades de su..."especie".
Quizás, después de haber pasado algunos días allí, la lealtad había pasado por alto y si no...pues siempre quedaban otras posibilidades por las que hacerle entrar en razón o pequeños pruebas.
- No me refería a su nombre...sino al de ella -lanzo aquello con rapidez, sabiendo que aquello podría alarmar al Número.

Las cadenas de los pies son retiradas por los soldados, permitiendo así que me pueda poner en pie con normalidad. Lo malo es que las cadenas de las muñecas me hacen seguir teniendo los brazos atados a la espalda, tal y como me las dejaron cuando me encadenaron en el sector IV. Esta es la manera más segura de evitar que un detenido haga algo que pueda suponer un riesgo para los captores. Si camino hacia la mesa para sentarme en esa silla no es porque él me lo pida, o porque quiera comer, aunque también cierto que las comidas que nos han dado hasta ahora han sido escasas para mi y tengo bastante hambre. Si camino hacia la mesa es porque quiero mirar directamente a los ojos al culpable de todo esto, porque así puedo imaginarme de una manera más vívida las posibles maneras en las que me gustaría destrozarlo. Al sentarme en la silla desvío un momento la mirada hacia su cuello, concretamente hacia la carótida. Es un lugar al que solemos atacar los licántropos. Vuelvo a levantar la vista en un par de segundos, clavándola en sus ojos de manera fija y sin molestarme en disimular toda la aversión que debe percibirse.

No me convence la explicación que me da sobre lo que quiere al venir aquí, comer y charlar, claro. Lo malo es que lo dice como si fuese lo más normal del mundo, y cómo si fuese cierto. Además no me gusta nada el tono con el que ha dicho eso de que no lo he entendido, como si de una pregunta con doble sentido se tratase.

- No habrías venido hasta aquí sólo para eso. Que tú tengas ganas de jugar a las adivinanzas no quiere decir que yo también las tenga. Así que habla claro. Supongo que lo único que quieres es tratar de sacar información, ¿no es eso? Como el otro día, con los putos ganchos. Sólo que ahora vas de 'bueno' o yo qué sé. Pero no cuela. En serio...búscate otro trabajo. Uno que no implique encerrar gente y torturarla estaría bien. Quién sabe, así incluso podrías cenar en tu casa y no con un prisionero. - termino de manera sarcástica, mientras remuevo un poco las muñecas para tratar de cambiar un poco la posición y que así no resulten tan incómodas. Él parece tan tranquilo comiendo, como si nada lo hiciese inmutarse. Plan preparado, calma extrema y las palabras justas y bien escogidas. Una persona fría y calculadora, ese parece ser el líder militar de la Alianza. Tan calculador que se reserva algo importante para soltarlo de manera rápida, para que no tenga tiempo ni de prepararme.

Ella, claro. Ahora tiene sentido la pregunta anterior, la pregunta del nombre. Por lo visto no le pasó desapercibida en la batalla en aquella zona residencial de Londres, debió darse cuenta de que el jaleo se inició por ella, y que más de uno la defendió, por lo menos aquellos que la conocíamos. El resto fue una batalla campal que se fue complicando cada vez más y más. Palidezco un poco al pensar las implicaciones que puede tener esa pregunta, el hecho de que se haya tomado la molestia de venir hasta aquí para preguntarme eso resulta inquietante. Decido responder algo, el silencio es todavía más delator que el responder cualquier cosa. No se lo voy a poner fácil así de buenas a primeras.

- Como no seas más concreto...había más de una mujer allí. - comienzo con cautela, tanteando el gesto que pueda ir poniendo, aunque no es muy expresivo. - Y lo normal es que si estamos sufriendo un ataque nos defendamos entre nosotros. No tiene nada de particular. Es como si yo te pregunto quién era la rubia idiota aquella y por qué no la dejaste tirada en lugar de ayudarla a subir al helicóptero.

Continuó saboreando la comida con cuidado, calculando cada minuto que pasaba entre esas paredes...pero repentinamente percibió su palidez .
“Vuelvo a dar en el clavo"
Pero no se habría esperado aquello, los años pasaban por él así que no había pensado que esa chica a la que el joven tenía cierto aprecio pudiese haber estado en la batalla...era evidente que se habían comunicado con él mediante ese poder de telepatía que desconocía aunque ¿era posible que la que hablara con el hombre lobo y a la que quería fuesen la misma persona?
“¿Cómo no seas más concreto?" “Había más de una mujer en la batalla" “Lo normal es que si estamos sufriendo un ataque nos defendamos entre nosotros..." las frases se repetieron en su mente durante unos minutos que parecieron eternos...Javert no se había referido a la del ataque sino a ese amor por el que le había preguntado en la sala de torturas.
“¿No tiene nada de particular? La acabas de señalar con el dedo a pesar de quererla proteger, me lo estas poniendo fácil, muchacho, y eso que no quiero sacar información...por ahora "
Su rostro se mantuvo impasible, su interior sonreía con malicia, definitivamente había dado en el clavo.
- Hermosa y joven ¿Cuántos años tiene? ¿Veinte o dieciocho? La edad mas bonita aunque debe de ser duro...me refiero...eres un licántropo y ella casi una cria, por mucho que digas que eres humano y tal y cual, sois razas distintas...seguro que alguna vez has deseado ser un chico normal cada luna llena, sentarte con ella y ver las estrellas...o cosas que hagáis los jóvenes de hoy en día
Volvió a concentrarse en su comida, dando vueltas a la sopa con la cuchara.
Se le había cortado el apetito en cuanto había escuchado “Buscate otro trabajo, uno que no implique encerrar gente"...¿gente? Que se calificase de persona le rebotó el estómago.

El insistente capitán continúa con el mismo tema, a pesar de mis intentos por hacerle ver que no hay nada especial en lo que pueda hurgar. Este asunto ya lo sacó a relucir cuando me atraparon, usando lo de mi licantropía para tratar de buscar mi punto débil por ahí. Y no se equivocaba del todo, muchas veces he deseado no ser un peligro potencial para los que me rodean, y más en estos tiempos en los que no es fácil conseguir la poción matalobos. Además, también soy un peligro real aunque huya lejos de ellos cada luna llena, porque puedo encontrarme con cualquier otra persona, pudiendo acabar también con su vida. Lo curioso es la fórmula que usa para referirse a ella, que supongo ha asociado con Cate, como si fuese mi novia o algo. Si es cierto que es una persona importante para mí, pero tampoco nos dio tiempo a llegar a nada, ni a dejar que sucediese, ni a pensarlo. Supongo que será una de esas cosas que no llegaremos a saber. Por eso me cabrea tanto que se esté atreviendo a provocarme de esa manera, hurgando en lo de mi licantropía. Además, no sólo está usando eso, también la está usando a ella, haciendo suposiciones sobre nosotros.

- Cállate de una vez. - Me echo hacia delante en la silla mientras replico con la mandíbula apretada por un evidente enfado que no logro disimular, no consigo ser todo lo frío que requiere esta situación. Probablemente hubiese acompañado esa frase cortante con un golpe seco en la mesa, de haber tenido las manos sobre el tablero y no atadas la espalda. - No hay nada que cure la licantropía, no lo han descubierto los magos durante años menos lo vas a descubrir tú, que no tienes ni puta idea de nada, muggle de mierda. - por lo general no suelo usar ese lenguaje despectivo con la raza no mágica, pero la ocasión lo merece, así que me da igual hablarle así. Además, lo que digo es cierto, como mucho se puede convertir al licántropo en una especie de lobo inofensivo, pero nada detiene la transformación. Ni siquiera el chip la detuvo la otra noche.  

- Así que hablemos claro...¿qué me estás proponiendo? ¿qué quieres de mí? ¿eh? Porque si has venido sólo a hablarme de amores fallidos, imposibles, de cosas que no podré hacer o de lo que quiera  que estés hablando... más te vale ir a por una novela moñas para desahogarte de otra manera y dejarme a mí en paz. - vuelvo a echarme hacia atrás en la silla, apoyando la espalda contra el respaldo, tratando de recuperar la calma perdida anteriormente, aunque dudo que pueda hacerlo. Si pensase con más frialdad tal vez lograse aprovechar la situación de algún modo, pensar en alguna manera de salir de allí distinta a la que he probado antes en la zona de trabajos forzados. Pero antes de echar un pulso de cualquier tipo es preciso medir la fuerza de tu contrincante, y si es posible, tratar de adivinar alguna de sus debilidades.

Comía con tranquilidad, como si se tratase del salón de su casa en vez de el de una celda, lo único que le molestaba era el tiempo que transcurría sin resultado. Habría mantenido la misma posición encantadora que le repugnaba, habría mantenido el mismo intento psicológico de hace amedrentar la mente del joven para que cooperara de alguna manera con ellos pero no desaprovechó saliva ni un segundo más, era evidente que ese muchacho o se hacía el valiente o era un estúpido, por lo que probablemente se negara a traicionar a los suyos ¿para qué seguir intentándolo entonces? Al menos sabía ciertas cosas en las que no había prestado demasiada atención y que comenzaban a plantearse en su cabeza.  
"No debí perder la oportunidad...si no hubiesen estado las malditas elecciones de por medio ahora mismo tendríamos un fantástico espía...pero eran necesarias y ahora tendré que optar por medios más convencionales"  
Una vez el plato estuvo vacío, salvo por unas pequeñas gotas que se escapaban a su vista, dejó a un lado la cuchara y la servilleta, perfectamente colocadas, antes de levantarse.  
- Discúlpame al parecer han llegado amigos suyos a los que tengo el deber de recibir en ausencia de ciertas autoridades de aquí.
Realizó una breve inclinación de cabeza antes salir, situándose al lado de la puerta para hacer una señal a los soldados que lo esperaban. Estos penetraron en la sala con la aparente intención de volver a encadenar por completo al prisionero, no obstante...las ordenes de Javert tenían otra motivación algo distinta.
"Por esto mismo no se puede llegar a un acuerdo, los magos se victimizan y no atienden a razones...después somos nosotros los monstruos"
Minutos antes había pedido a las mismas personas, que ahora se encontraban en el interior, sedar al prisionero en caso de que él así lo indicara y ya que Ian no se mostraba conforme a colaborar con la causa, no le quedó otra opción.
- Llévenlo al laboratorio y recuerden no quiero que en ningún momento despierte -ordenó sin esperar replicar, marchando a zancadas de allí...tenía cosas que hacer.

El silencio de Javert puede deberse o bien a que se siente contrariado al no encontrar en mí lo que esperada, o bien que ha decidido cambiar de estrategia. Poco va a sacar de mí de esa manera, tratando de manipularme. Lo único que podría haber funcionado es algún tipo de amenaza directa, si supiese a quién amenazar, o actuar con más contundencia y dureza. Aunque lo cierto es que tampoco me ha preguntado nada en concreto, ni siquiera me ha dicho exactamente cuál era el motivo de su visita. Sólo se ha limitado a tratar de hacerme sentir mal con eso de las limitaciones inherentes a mi licantropía. Tampoco a querido responder a mi pregunta de qué era lo que buscaba al venir aquí. Nada. Tras mi falta de colaboración con su 'plan', o lo que quiera que fuese, se dedica a terminar de comer. Por mi parte tal vez intente comerme el pan a mordiscos en cuanto él se marche, al no desatarme las manos de la espalda no he podido probar nada.

Me limito a mirarlo con gesto hosco hasta que acaba, aunque ese gesto cambia a uno de temor cuando menciona eso de que han traído amigos míos. Sinceramente, espero que no lo esté diciendo en el sentido literal de la palabra y que sólo se este refiriendo a gente de sangre mágica. No es que no me importe que traigan aquí a más prisioneros, no me hace gracia que nadie esté encerrado, pero lo que realmente me preocupa es que pueda ser alguno de los míos, familia o amigos.

- ¿Qué...? ¿A quién han traído? ¡Eh! ¡no te largues, responde, joder! - le grito al ver que se levanta para marcharse, viéndome en la necesidad de saber quiénes eran los capturados. Seguro que aunque sean de los míos no puedo ni llegar a verlos, ya sea porque estén en otras celdas o porque me dejen aquí encerrado, o porque no me lleven más a los trabajos forzados al haber tratado de fugarme. Peor todavía, les ordena a los soldados mantenerme dormido, en el laboratorio. Eso da al traste con cualquier esperanza de intento de huida, sabotaje, unión con otros presos...tira por tierra cualquier plan. ¿Y Cate?. Ella no podrá establecer contacto conmigo si me tienen sedado. Además, podrán hacer cualquier mierda de experimento conmigo si quieren. Puede que lo único que tenga bueno es el no enterarme de nada, pero es casi como si me mataran, cosa que tampoco descarto que hagan, ya sea de manera accidental o intencionada. Trato de resistirme como un condenado cuando los soldados me encadenan de nuevo para llevarme al laboratorio, vociferando bastante fuera de mí y de manera salvaje  mientras el capitán se marcha.

- ¡JAVERT! ¡NO PODRÁS HUIR ETERNAMENTE! ¡Y CUANDO ESE DÍA LLEGUE,  NO PODRÁS ESCONDERTE DE NOSOTROS, TE FALTARÁN LUGARES PARA ESCAPAR!

Mi voz resuena en el pasillo cuando me sacan en dirección hacia los laboratorios, y a pesar de que intento escapar en varias ocasiones más, terminan por llevarme hasta allí entre varios soldados. Allí, ya en el laboratorio, se ejecutan las órdenes del capitán supremo. Pronto todos mis fútiles intentos de lucha acaban reducidos a la nada, manteniéndome en la inconsciencia producto de la sedación.

Corremos como condenados a lo largo de los pasillos del sector II, al que hemos conseguido acceder tras sortear el bloqueo de la puerta del sector anterior, el III. Más de la mitad del tiempo que llevamos aquí lo hemos perdido en ese sector, primero para encontrar la celda de Ian, y después para intentar escapar del fuego enemigo. Este sector es bastante similar al anterior, sólo que lo que hay a los lados no parecen simples celdas, sino puertas más especiales y grandes, tal vez como habitaciones de más seguridad o en las que guardar armamento. Los pasos que nos persiguen no se escuchan demasiado lejos, así que no es de extrañar que pronto estén aquí de nuevo dando por saco, dudo que nos libremos de ellos al menos hasta que consigamos llegar al final.

Durante los largos minutos de carrera nadie habla, necesitamos guardar el aliento para ir lo más rápido posible, así que sólo se escuchan sonidos de gente corriendo y respirando agitadamente. Hasta que llegamos al final del sector, donde otra puñetera puerta nos frena el paso. Momento de tomarse unos segundos de descanso. Dejo a Ian en el suelo un momento, con la espalda apoyada contra la pared, aprovechando esos segundos para apoyarme sobre mis rodillas y recuperar un poco el aire. Me agacho un momento de rodillas, quedando delante de él con gesto un tanto preocupado porque tardaba bastante en despertar, a pesar de haber dicho ya alguna cosa. La otra mujer ha conseguido despertar rápido después del golpe que le he dado y de haberle quitado lo del chip, así que espero haberlo hecho bien con ambos.

Me levanto del suelo nuevamente, de manera no demasiado ágil, plantando de nuevo la mano sobre el metal de la puerta. - Vale...otra maldita puerta de estas tan difícil como la anterior...Lo mejor será que intentemos abrirla combinando los poderes, como antes. Deja a la cría un momento en el suelo, y que ella- señalo a Pamela - vigile para avisarnos cuando se acerquen los soldados. Vamos, una vez más...- canalizo mi magia nuevamente hacia las manos, intentando que fluya de manera lo suficientemente poderosa para influir en el metal, de manera que consiga arrastrarlo, doblarlo, moverlo...lo que sea. Pero parece que mis poderes no quieren obedecerme, o que tal vez están demasiado agotados por ahora, porque no consigo casi nada, apenas se mueve unos centímetos. El cansancio me está pasando factura. Cierro el puño acabando por golpear con cabreo la puerta. Lo último que necesito ahora es fallar. -¡Joder!- protesto cabreado conmigo mismo, dándome la vuelta para acabar apoyando la espalda contra la puerta. - Necesito unos segundos más...acabará saliéndome.Si vienen aquí les esperamos, de todas maneras nos van a alcanzar.
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PS Adam: 105
PS Ian:135

El miembro 'Adam Hacksaw' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Probabilidad' :

Corro ya casi echando los higadillos de lo reventado que estoy a muchos niveles, pero por fin llego hasta los odiosos odiosos magos, que no hacen más que joderme el día. Ya no me quedan ganas ni de decir frases ingeniosas, ni de asco, ni nada. Lo que hago es gruñir y resoplar de manera muy sonora, alzando el arma ya casi sin ganas.

- 'ven al ejército', decían, 'séra divertido' decían....¡NO ES DIVERTIDO!

Disparo como un descosido, esta vez contra Pamela porque es la que ha frustrado mis planes antes, los míos y los de mi compañero. Además, creo que deberíamos acabar con los presos para hacer inútil su misión. - Si salís...será sin ellos. Y muertos...Todos. -sentencio con voz cavernosa en medio de los disparos, algunos de los cuales rebotan contra las metálicas paredes.

"si nosotros caemos, ellos también"

- ¡Dale a los presos, red! ¡no dejes que se los lleven así sin más!

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ATAQUE A PAM: 20+5=25
PS darkred: 20