Recuerdo del primer mensaje :
Cualquier mago o bruja que haya incumplido las normas de trabajo, pasa al sector dos, CUARENTENA, todo en pos de su seguridad, para aprender cual es su autentico lugar. ¿Calabozos de castigo? No, por favor, no nos gusta llamarlos asi. Todo es por el bien de los magos y brujas de nuestra comunidad.
Cada palabra que suelta Kyllian me va dando más pistas de lo que puede haberle pasado, del motivo por el que parece no reconocerme, ni saber cómo me llamo, ni nada. Han debido estar manipulándolo, jugando con su cerebro, o vete a saber qué clase de cosas le habrán hecho. No es normal que haya cambiado de manera tan radical, en sólo unos meses. Es imposible que esté del lado de la Alianza si tenemos en cuenta todo lo que nos han hecho sufrir. Ignoro por completo lo que diga Éamon, no quiero ni escucharle. - ¡Claro que me conoces! estuvimos aquí encerrados juntos, en una de estas celdas. - lo miro alucinando muchísimo cuando dice eso de que le han dado una segunda oportunidad, que la Alianza es buena, y no sé cuántas sandeces más. Incluso me pega una patada en el pecho cuando intento lanzarle a por el político, frustrando mi intento de quitarlo de la puerta.
Caigo de espaldas al pecho, quedando sin respiración durante un instante debido al golpe. Antes de que pueda incorporarme ya tengo encima a Kyllian, que me aprisiona contra el suelo cual animal salvaje. Incluso sus ojos parecen los de una bestia, resultando intimidantes. - ¿¿ Te has vuelto loco o qué?? ¿¿cómo puedes defender a ese tío?? ¡te torturó! ¡y no sé qué mierdas te han hecho, pero jamás defenderías a la Alianza! - trato de zafarme de él, pero el cabrón es bastante fuerte y cuesta moverle. - En la arena luchaste como feral, yo estaba allí, y la chica pelirroja de la que te hablo también...- gruño cabreado por la situación, acabando por soltarle un fuerte puñetazo en toda la mandíbula. - ¡ESPABILA! ¡TE ESTÁN MANIPULANDO! ¿no lo ves? - giro hacia un lado para cambiar las tornas, quedando ahora encima de él para seguir dándole golpes. Si hostias son lo que necesita para despertar, que así sea. - Han venido a ayudarnos, han venido...y nos vamos a ir todos, quieras o no...- suelto entre golpe y golpe, intentando creerme yo mismo lo que digo, más por desesperación que por otra cosa. - yo solo no puedo salir de aquí...ninguno podemos.
Caigo de espaldas al pecho, quedando sin respiración durante un instante debido al golpe. Antes de que pueda incorporarme ya tengo encima a Kyllian, que me aprisiona contra el suelo cual animal salvaje. Incluso sus ojos parecen los de una bestia, resultando intimidantes. - ¿¿ Te has vuelto loco o qué?? ¿¿cómo puedes defender a ese tío?? ¡te torturó! ¡y no sé qué mierdas te han hecho, pero jamás defenderías a la Alianza! - trato de zafarme de él, pero el cabrón es bastante fuerte y cuesta moverle. - En la arena luchaste como feral, yo estaba allí, y la chica pelirroja de la que te hablo también...- gruño cabreado por la situación, acabando por soltarle un fuerte puñetazo en toda la mandíbula. - ¡ESPABILA! ¡TE ESTÁN MANIPULANDO! ¿no lo ves? - giro hacia un lado para cambiar las tornas, quedando ahora encima de él para seguir dándole golpes. Si hostias son lo que necesita para despertar, que así sea. - Han venido a ayudarnos, han venido...y nos vamos a ir todos, quieras o no...- suelto entre golpe y golpe, intentando creerme yo mismo lo que digo, más por desesperación que por otra cosa. - yo solo no puedo salir de aquí...ninguno podemos.
Kyllian Evans
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Su intención al retener al chico mágico era la de reducirlo, no quería hacerle daño, quería que entrara en razón para que pudieran brindarle una segunda oportunidad, aunque las palabras de Éamon le dejaban claro que ya la había tenido y había osado rechazarla, el moreno continúa resistiéndose, hablando sobre la maldita arena, la única arena que él conocía era la de la caja de gato que le habían puesto en el baño de aquella sala blanca, la verdad es que no lo llegó a entender nunca que hacía ahí esa caja de arena -¡Deja de mentir! no intentes engañarme, nunca me han torturado en este lugar, me han dado un techo y comida, todo lo que vosotros los mágicos me arrebatasteis! y deja ya de hablar sobre la arena, no conozco ninguna arena y la única chica pelirroja que he visto en mi vida es esa chica de la celda de al lado, la embarazada que se acaban de llevar!-
Al final de tanto forcejear el moreno logra soltarse de su agarre soltándole un puñetazo en toda la cara, cosa que le cabrea bastante, esto le da al mago la distracción perfecta para girar y cambiar las posiciones, el feral gruñe soltando una frase casi automática -¿pero qué coño haces tío? en la cara no joder, ¡CON ESTO ME GANO LAS LENTEJAS!- la verdad es que él mismo se queda extrañado por la frase que acaba de soltar, ni siquiera lo pensó pero al parecer eso le daba igual al moreno, el cual siguió golpeandole repetidas veces, hablando sobre salir de allíi, haciendo que la ira en su interior aumentara con cada golpe y palabra, por no hablar del rubio que se encontraba en la puerta esperando resultados y no quería decepcionarlo al igual que estaba haciendo su actual agresor.
empieza a retorcerse como puede, respondiendo a los puñetazos del moreno tomándolo del cuello de los harapos que llevaba para tirar y hacer fuerza como queriendo extrangularlo para que le suelte y se quite de encima -nadie va a salir de aquí esta noche, ni tu ni los idiotas que han venido! ¡TE PARTIRÉ LAS PIERNAS SI ES NECESARIO!- dicho esto tira de la ropa acercando al mago hasta él para así poder morderle el cuello, clavando sus dientes con toda la fuerza que le permitieron sus mandíbulas, empujandolo hacia un lado y así poder librarse de él por fin, se levanta y busca algo que pueda servirle para golpearlo a pesar de que no quería herirlo pero no le permitiría salir, eran las órdenes que le habían dado.
Al final de tanto forcejear el moreno logra soltarse de su agarre soltándole un puñetazo en toda la cara, cosa que le cabrea bastante, esto le da al mago la distracción perfecta para girar y cambiar las posiciones, el feral gruñe soltando una frase casi automática -¿pero qué coño haces tío? en la cara no joder, ¡CON ESTO ME GANO LAS LENTEJAS!- la verdad es que él mismo se queda extrañado por la frase que acaba de soltar, ni siquiera lo pensó pero al parecer eso le daba igual al moreno, el cual siguió golpeandole repetidas veces, hablando sobre salir de allíi, haciendo que la ira en su interior aumentara con cada golpe y palabra, por no hablar del rubio que se encontraba en la puerta esperando resultados y no quería decepcionarlo al igual que estaba haciendo su actual agresor.
empieza a retorcerse como puede, respondiendo a los puñetazos del moreno tomándolo del cuello de los harapos que llevaba para tirar y hacer fuerza como queriendo extrangularlo para que le suelte y se quite de encima -nadie va a salir de aquí esta noche, ni tu ni los idiotas que han venido! ¡TE PARTIRÉ LAS PIERNAS SI ES NECESARIO!- dicho esto tira de la ropa acercando al mago hasta él para así poder morderle el cuello, clavando sus dientes con toda la fuerza que le permitieron sus mandíbulas, empujandolo hacia un lado y así poder librarse de él por fin, se levanta y busca algo que pueda servirle para golpearlo a pesar de que no quería herirlo pero no le permitiría salir, eran las órdenes que le habían dado.
Éamon O'Connell
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Me resulta hasta divertido escuchar la conversación entre ambos, con uno intentando convencer de que estoy manipulando, y el otro llevando la contraria como si el que estuviese loco fuese Reiv. El proceso de lavado de cerebro ha funcionado bien, pero tampoco quiero arriesgarme a que el otro bocazas lo eche a perder, como ha hecho en la fiesta por hablar de más. Resoplo un tanto hastiado, metiéndome en el papel de buen líder ofendido. - No haces más que mentir. Si estás aquí es por tus crímenes contra los humanos. Tus antecedentes como Blood Keeper no dicen nada bueno de ti. - dejo caer en tono de decepción, lo suficientemente alto para que ambos me escuchen a pesar de estar peleándose a hostia limpia por el suelo. En realidad no estoy mintiendo, los datos que figuran en nuestro archivo tienen información de los criminales a lo largo de los años, y el nombre de Reiv figura en algunos de los informes sobre los Blood, aunque después se pierde la pista porque al parecer abandonó ese grupo. No tenemos todos los datos claros, pero sí llevamos cierto seguimiento de aquellos que más problemas han ido causando a la Alianza durante estos años. Entorno los ojos cuando Kyllian suelta tan a la ligera la información sobre la embarazada, suponiendo que algo así debió hacer con Leila. He de educar ese instinto que tiene para soltar los cotilleos de manera tan rauda y veloz. La frase sobre ganarse las lentejas me deja un tanto desconcertado, no cuadra con el patrón de reeducación que le hemos metido, aunque no le doy importancia.
- Los Blood Keepers acabaron con la vida de los padres de Kyllian, y tú eres esa clase de escoria, Reiv. Vais dejando huérfanos por el mundo. - espeto con asco, apuntándole con la pistola aunque sin disparar todavía, que está muy cerca del feral y podría darle. Por suerte Kyllian consigue librarse de él con cierta presteza, así que le doy un refuerzo positivo en forma de cumplido. -Eres el más fuerte de los dos, puedes acabar con él tan rápido como quieras. Te daré una ayuda...- esta vez si disparo a Reiv, aprovechando que él sigue en el suelo y que no tengo riesgo de darle a Kyllian.
- Cuando acabes con él, iremos a plantar cara a los atacantes que vienen. Demuéstrame que eres tan bueno como creo que que eres y que estás preparado para salir ahí fuera para enfrentarte a lo que sea. Podemos mostrar clemencia por aquellos que se arrepienten, o por los niños que aún podemos educar, pero un líder no debe mostrar debilidad o clemencia por aquellos a los que se ha dado una oportunidad demasiadas veces, por aquellos que la han desaprovechado y que son unos crueles asesinos. Ya sabes lo que hay que hacer.
- Los Blood Keepers acabaron con la vida de los padres de Kyllian, y tú eres esa clase de escoria, Reiv. Vais dejando huérfanos por el mundo. - espeto con asco, apuntándole con la pistola aunque sin disparar todavía, que está muy cerca del feral y podría darle. Por suerte Kyllian consigue librarse de él con cierta presteza, así que le doy un refuerzo positivo en forma de cumplido. -Eres el más fuerte de los dos, puedes acabar con él tan rápido como quieras. Te daré una ayuda...- esta vez si disparo a Reiv, aprovechando que él sigue en el suelo y que no tengo riesgo de darle a Kyllian.
- Cuando acabes con él, iremos a plantar cara a los atacantes que vienen. Demuéstrame que eres tan bueno como creo que que eres y que estás preparado para salir ahí fuera para enfrentarte a lo que sea. Podemos mostrar clemencia por aquellos que se arrepienten, o por los niños que aún podemos educar, pero un líder no debe mostrar debilidad o clemencia por aquellos a los que se ha dado una oportunidad demasiadas veces, por aquellos que la han desaprovechado y que son unos crueles asesinos. Ya sabes lo que hay que hacer.
A cada palabra que suelta Kyllian, menos puedo creerme todo lo que deben haberle hecho para lavarle el coco de esa manera, para hacerle creer que no le han hecho daño y que en realidad le están haciendo un favor. Estoy alucinando mucho con lo que han hecho con él, pues de insultar a Éamon ha pasado a alabarlo como si fuese su dios. - ¡Que no! ¡que nada de eso es verdad! - ni los golpes parecen espabilarle, no consigo hacerle reaccionar ni con eso ni con palabras. Luego el que se queda sin reaccionar soy yo, cuando dice lo de la chica pelirroja que se acaban de llevar. No cabe duda de que es Juliet.
- ¿¡Dónde se la han llevado!? ¡responde! - dejo de dar puñetazos para sacudirlo ahora por la ropa, de modo un tanto enajenado, aunque no puedo evitar que me suene la frase que me suelta de ganarse las lentejas con su cara. Es justo lo que dijo al científico aquel día en el que a los dos nos estaban torturando en el mismo sitio. Luego yo le dije algo sobre las cicatrices, que le harían parecer más interesante. Mucho ha llovido desde entonces, y no estábamos ni la mitad de jodidos que estamos ahora, él por unas cosas, y yo por otras. Repito justo la frase que le dije aquel día, por si le ayuda a recordar, aunque no lo creo, mucho menos con todo lo que empieza a decir Éamon. Sólo busca meter cizaña, aunque lo que diga sobre mí sea cierto. Yo no sabía lo de los padres de Kyllian, tampoco habíamos tenido tiempo para hablar de esas cosas. Mi época como Blood Keeper me pillo en un momento en el que yo sólo era un adolescente bastante gilipollas, no estoy orgulloso de haberme dejado utilizar como un títere. Seguro que Éamon se está vengando por todo lo que desvelé en la fiesta.
- Eso fue hace mucho tiempo...- decido no mentir, que bastante le han mentido ya. - Y ya no tengo nada que ver con ellos.- casi suena a disculpa, aunque yo, por edad, no tuviese nada que ver en lo que les pudiese pasar a sus padres. Trato de deshacerme de él cuando él intenta estrangularme tirándome de la ropa, llevándome después un buen mordisco en el cuello por su parte. Dejo escapar un gruñido de dolor antes de que por fin me suelte, perdiendo de ese modo toda la ventaja que había ganado antes. Me llevo la mano al cuello al ir a incorporarme del suelo, pero no llego a levantarme porque Éamon me dispara a la pierna, un poco por encima de la rodilla. Lo que más me jode no es el dolor, que también, sino que no voy a poder correr en caso de que consigan rescatarnos los que han venido.
- Kyllian...yo no soy el enemigo...es él...no te estoy mintiendo, lo juro...si me ayudas a escapar todo será mejor que aquí, no tendrás que trabajar para nadie, sólo para ti mismo. - hago un esfuerzo más para tratar de convencerle, cerrando los ojos un momento y apretando los dientes antes de seguir. Ojalá supiese algo más de él para hacerle recordar. - No tendremos más oportunidades para intentarlo...ni aguantaremos aquí mucho más tiempo.
------------------------------
disparo de Éamon a...
1- brazo
2- hombro
3- pierna
4- mano
5- costado
6- abdomen
7- antebrazo
8- pecho
9- rodilla
10- ruedo y esquivo (?)
- ¿¡Dónde se la han llevado!? ¡responde! - dejo de dar puñetazos para sacudirlo ahora por la ropa, de modo un tanto enajenado, aunque no puedo evitar que me suene la frase que me suelta de ganarse las lentejas con su cara. Es justo lo que dijo al científico aquel día en el que a los dos nos estaban torturando en el mismo sitio. Luego yo le dije algo sobre las cicatrices, que le harían parecer más interesante. Mucho ha llovido desde entonces, y no estábamos ni la mitad de jodidos que estamos ahora, él por unas cosas, y yo por otras. Repito justo la frase que le dije aquel día, por si le ayuda a recordar, aunque no lo creo, mucho menos con todo lo que empieza a decir Éamon. Sólo busca meter cizaña, aunque lo que diga sobre mí sea cierto. Yo no sabía lo de los padres de Kyllian, tampoco habíamos tenido tiempo para hablar de esas cosas. Mi época como Blood Keeper me pillo en un momento en el que yo sólo era un adolescente bastante gilipollas, no estoy orgulloso de haberme dejado utilizar como un títere. Seguro que Éamon se está vengando por todo lo que desvelé en la fiesta.
- Eso fue hace mucho tiempo...- decido no mentir, que bastante le han mentido ya. - Y ya no tengo nada que ver con ellos.- casi suena a disculpa, aunque yo, por edad, no tuviese nada que ver en lo que les pudiese pasar a sus padres. Trato de deshacerme de él cuando él intenta estrangularme tirándome de la ropa, llevándome después un buen mordisco en el cuello por su parte. Dejo escapar un gruñido de dolor antes de que por fin me suelte, perdiendo de ese modo toda la ventaja que había ganado antes. Me llevo la mano al cuello al ir a incorporarme del suelo, pero no llego a levantarme porque Éamon me dispara a la pierna, un poco por encima de la rodilla. Lo que más me jode no es el dolor, que también, sino que no voy a poder correr en caso de que consigan rescatarnos los que han venido.
- Kyllian...yo no soy el enemigo...es él...no te estoy mintiendo, lo juro...si me ayudas a escapar todo será mejor que aquí, no tendrás que trabajar para nadie, sólo para ti mismo. - hago un esfuerzo más para tratar de convencerle, cerrando los ojos un momento y apretando los dientes antes de seguir. Ojalá supiese algo más de él para hacerle recordar. - No tendremos más oportunidades para intentarlo...ni aguantaremos aquí mucho más tiempo.
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1- brazo
2- hombro
3- pierna
4- mano
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El miembro 'Reiv Black' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Kyllian Evans
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las palabras de uno y otro se contradecían constantemente, mientras Éamon se reafirmaba en lo que se supone que Kyllian sabía, el chico moreno lo negaba todo y parecía muy convencido de ello lo cual lo confundía aún más, sin embargo la nueva información que aporta Éamon sobre el pasado de Reiv, como lo había llamado el rubio, no ayuda al prisionero, siente como la ira se va apoderando de él tan solo con escuchar ese nombre, blood keepers, esto no lo niega y ojalá lo hubiera hecho porque si antes no deseaba herir a nadie ahora mismo le partiría la cabeza contra el suelo sin dudarlo un segundo.
Antes de liberarse del agarre de Reiv, éste parece bastante interesado por la chica pelirroja de al lado, cuando no le conviene no abre la boca así que omite el detalle de la enfermería, cuando por fin se aparta y queda al fondo de la celda buscando algo para atizarle, Éamon actúa primero disparando desde la puerta al chico frente a él, puede que fuera por el ruido del disparo pero siente una especie de pinchazo en la cabeza, se lleva una mano a la misma entrecerrando los ojos un poco, es en este momento cuando una imagen salta ante él, es casi la misma situación pero se encontraba atado, Reiv intenta liberarlo de sus ataduras pero Éamon le dispara por la espalda. Su respiración empieza a acelerarse, mira a Éamon como si estuviera asustado, después posa la vista en el moreno -¡BASTA! ¿qué me estás haciendo? eso...eso no era real....no...-
Reiv sigue proclamando su inocencia mientras Éamon le incita a acabar con él, aunque algo pasa con las palabras que le dedica para ello, le escucha pero justo en la última frase, dos palabras hacen que el dolor de cabeza vuelva "crueles asesinos" nuevamente otra imagen salta a su cabeza, ésta vez es Éamon, se encuentra frente a él, le está llamando asesino, él replica y lo siguiente que recibe es un latigazo en el pecho, no puede evitar echarse al suelo de rodillas, a pesar de ser un recuerdo o una ilusión, casi pudo sentir el dolor, lo que le hizo llevarse la mano libre al pecho mientras caía ¡PARA JODER! ¡PARA! ES TODO MENTIRA, ÉL NO ME HARÍA DAÑO, NUNCA ME HA PEGADO! NUNCA HE ESTADO AQUÍ!! DEJA DE HACER LO QUE ESTÉS HACIENDO!! se lleva ahora ambas manos a la cabeza, la confusión y el dolor hacen que las lágrimas broten de sus ojos, los cuales estaban abiertos como platos, no sabía que creer, debía tratarse de algún tipo de magia, tenía que ser eso, mira la cara de Éamon, tratando de autoconvencerse de que lo que acababa de ver no era real -Éamon... está... está mintiendo, ¿verdad? tiene que estar mintiendo...
Antes de liberarse del agarre de Reiv, éste parece bastante interesado por la chica pelirroja de al lado, cuando no le conviene no abre la boca así que omite el detalle de la enfermería, cuando por fin se aparta y queda al fondo de la celda buscando algo para atizarle, Éamon actúa primero disparando desde la puerta al chico frente a él, puede que fuera por el ruido del disparo pero siente una especie de pinchazo en la cabeza, se lleva una mano a la misma entrecerrando los ojos un poco, es en este momento cuando una imagen salta ante él, es casi la misma situación pero se encontraba atado, Reiv intenta liberarlo de sus ataduras pero Éamon le dispara por la espalda. Su respiración empieza a acelerarse, mira a Éamon como si estuviera asustado, después posa la vista en el moreno -¡BASTA! ¿qué me estás haciendo? eso...eso no era real....no...-
Reiv sigue proclamando su inocencia mientras Éamon le incita a acabar con él, aunque algo pasa con las palabras que le dedica para ello, le escucha pero justo en la última frase, dos palabras hacen que el dolor de cabeza vuelva "crueles asesinos" nuevamente otra imagen salta a su cabeza, ésta vez es Éamon, se encuentra frente a él, le está llamando asesino, él replica y lo siguiente que recibe es un latigazo en el pecho, no puede evitar echarse al suelo de rodillas, a pesar de ser un recuerdo o una ilusión, casi pudo sentir el dolor, lo que le hizo llevarse la mano libre al pecho mientras caía ¡PARA JODER! ¡PARA! ES TODO MENTIRA, ÉL NO ME HARÍA DAÑO, NUNCA ME HA PEGADO! NUNCA HE ESTADO AQUÍ!! DEJA DE HACER LO QUE ESTÉS HACIENDO!! se lleva ahora ambas manos a la cabeza, la confusión y el dolor hacen que las lágrimas broten de sus ojos, los cuales estaban abiertos como platos, no sabía que creer, debía tratarse de algún tipo de magia, tenía que ser eso, mira la cara de Éamon, tratando de autoconvencerse de que lo que acababa de ver no era real -Éamon... está... está mintiendo, ¿verdad? tiene que estar mintiendo...
Éamon O'Connell
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No digo ni una palabra sobre a dónde se han llevado a Juliet, obviamente. Tampoco es que lo sepa seguro, pero no lo diría aunque así fuese. Intuyo que han debido trasladarla en esa camilla hasta la enfermería, pues tenía pinta de requerir atención médica urgente. Borro mi sonrisa jactante del rostro en cuanto Kyllian se gira hacia mí, empezando a desestabilizarse mentalmente por culpa de Reiv. Otra vez él, con sus putas frases fuera de lugar para intentar convencer a otros. Finjo lástima mirando a Kyllian, como preocupándome por su estado mental. - ¿Si era real el qué? Kyllian...ya hemos pasado por eso otras veces. Ya sabes lo que dijimos sobre lo que era real o no. Confía en mí. - intento hacerle creer que esto ya ha pasado, pues intuyo que ha debido venirle alguna imagen no relacionada con lo que le hemos metido en la cabeza. Es el momento perfecto para probar si la reeducación se ha completado con éxito, porque todavía estamos a tiempo de dar marcha atrás antes de permitirle salir de aquí.
Mantengo la pistola lista por si de repente le da por atacarme a mí, no me quedaría más remedio que quitarme la máscara de lo que él cree que soy. Por el momento le da por revolverse contra Reiv, al que jura y perjura que yo nunca le haría daño. Iluso... - ¿No te das cuenta? sólo quiere utilizarte para que le ayudes a salir de aquí. Cree que puede hacer contigo lo que quieras, pretende que abandones el buen camino que has iniciado para así arrastrarte con él hacia el desastre absoluto. Acaba el trabajo de una vez y podremos irnos de aquí, a seguir protegiendo la seguridad de la base. Déjalo de tal manera que no pueda ni moverse, ni seguir envenenándote con sus palabras. Hazlo, demuéstrame que puedo confiar en ti. - mi tono de voz es firme pero todavía paternal, tratando de transmitirle seguridad. Me acerco a él un poco más, poniendo sobre su hombro la mano en la que no llevo la pistola. Busco que me mire a los ojos, hablando despacio y de manera convincente.
- Miente...miente porque está desesperado y sabe que va a perder. Yo no te haría daño. Te protegeré, como señal de que la reintegración es posible si hacen lo que tú has hecho, creer en nosotros. Cree en ti mismo y cumple con tu papel de defensor de la paz. Yo creo en ti, Kyllian.
Mantengo la pistola lista por si de repente le da por atacarme a mí, no me quedaría más remedio que quitarme la máscara de lo que él cree que soy. Por el momento le da por revolverse contra Reiv, al que jura y perjura que yo nunca le haría daño. Iluso... - ¿No te das cuenta? sólo quiere utilizarte para que le ayudes a salir de aquí. Cree que puede hacer contigo lo que quieras, pretende que abandones el buen camino que has iniciado para así arrastrarte con él hacia el desastre absoluto. Acaba el trabajo de una vez y podremos irnos de aquí, a seguir protegiendo la seguridad de la base. Déjalo de tal manera que no pueda ni moverse, ni seguir envenenándote con sus palabras. Hazlo, demuéstrame que puedo confiar en ti. - mi tono de voz es firme pero todavía paternal, tratando de transmitirle seguridad. Me acerco a él un poco más, poniendo sobre su hombro la mano en la que no llevo la pistola. Busco que me mire a los ojos, hablando despacio y de manera convincente.
- Miente...miente porque está desesperado y sabe que va a perder. Yo no te haría daño. Te protegeré, como señal de que la reintegración es posible si hacen lo que tú has hecho, creer en nosotros. Cree en ti mismo y cumple con tu papel de defensor de la paz. Yo creo en ti, Kyllian.
Trato de retroceder sentado hasta dar de espaldas contra la pared, presionando con fuerza con la mano la herida sangrante de la pierna. Creo que he tenido suerte y no me ha dañado la femoral, porque de lo contrario no tardaría más de unos minutos en desangrarme. Algo parece romperse en la mente de Kyllian durante un instante, como si de repente se hubiese dado cuenta de que lo que dice no se corresponde con la realidad. Empieza a dudar de qué es verdad y qué no, y eso quiere decir que puede que haya un resquicio. No es la primera vez que los de la Alianza hacen algo así, pues el programa de reeducados estuvo mucho tiempo en funcionamiento, haciendo este tipo de cosas con las mentes de los de raza mágica. El gusano de Éamon se apresura en hacerle creer que se está volviendo loco y tiene imaginaciones, por lo que le lanzo una mirada de rabia. A cada cosa que le decimos uno y otro no hacemos más que confundir al pobre feral, que acaba cayendo al suelo de rodillas en medio de una especie de crisis de ansiedad, o algo así. No puedo evitar que sienta pena al verlo así, y que incluso llegue a pensar que yo he tenido suerte porque me han herido el cuerpo pero no la mente, al menos no hasta ese punto.
Me apoyo en la pared para intentar ponerme en pie y acercarme a Kyllian, aunque sea cojeando. Éamon también se ha acercado a él para seguir comiéndole el tarro en mi contra, haciendo difícil cualquier intento de que Kyllian se de cuenta de lo que realmente pasa. Si sigo hablándole no lograré nada, sólo confundirlo más. Si ataco a Éamon puede que Kyllian haga lo de antes, ir a protegerle. Necesitamos ir los dos contra él, y Éamon todavía sujeta la pistola en la mano. Incluso aunque trate de salir por esa puerta, no llegaré lejos sin poder correr y dándole la espalda a alguien con un arma. Todos los escenarios que dibujo en mi mente son desfavorables. Me dejo caer al suelo de rodillas frente a él, tratando de captar su atención para que deje de escuchar a Éamon, cogiéndole por la barbilla un momento para que me mire. Después pego un tirón a los ropa harapienta de preso que llevo, haciendo que se rompa para dejar el pecho al aire. La intención de eso es que se fije en todas las marcas y cicatrices que han ido quedando desde que estoy aquí, ya que al curar sin magia no desaparecen. Hay una de un zarpazo en el pecho, del día de la arena, además de marcas de disparos y quemaduras por las descargas eléctricas repetidas.
- Kyllian. Mírate y dime que tú no llevas también las mismas marcas que yo. Todo esto me lo han hecho aquí. Somos iguales...hemos pasado por lo mismo. - espero a que sea el mismo el que se mire el cuerpo para darse cuenta, pues seguro debe tener tantas marcas como yo. - Que te enseñe él lo que tiene. Yo te lo diré. Nada. - miro a Éamon de manera desafiante, bajando después la mirada hasta la pistola que porta. Podría intentar quitársela aprovechando la posición...
Me apoyo en la pared para intentar ponerme en pie y acercarme a Kyllian, aunque sea cojeando. Éamon también se ha acercado a él para seguir comiéndole el tarro en mi contra, haciendo difícil cualquier intento de que Kyllian se de cuenta de lo que realmente pasa. Si sigo hablándole no lograré nada, sólo confundirlo más. Si ataco a Éamon puede que Kyllian haga lo de antes, ir a protegerle. Necesitamos ir los dos contra él, y Éamon todavía sujeta la pistola en la mano. Incluso aunque trate de salir por esa puerta, no llegaré lejos sin poder correr y dándole la espalda a alguien con un arma. Todos los escenarios que dibujo en mi mente son desfavorables. Me dejo caer al suelo de rodillas frente a él, tratando de captar su atención para que deje de escuchar a Éamon, cogiéndole por la barbilla un momento para que me mire. Después pego un tirón a los ropa harapienta de preso que llevo, haciendo que se rompa para dejar el pecho al aire. La intención de eso es que se fije en todas las marcas y cicatrices que han ido quedando desde que estoy aquí, ya que al curar sin magia no desaparecen. Hay una de un zarpazo en el pecho, del día de la arena, además de marcas de disparos y quemaduras por las descargas eléctricas repetidas.
- Kyllian. Mírate y dime que tú no llevas también las mismas marcas que yo. Todo esto me lo han hecho aquí. Somos iguales...hemos pasado por lo mismo. - espero a que sea el mismo el que se mire el cuerpo para darse cuenta, pues seguro debe tener tantas marcas como yo. - Que te enseñe él lo que tiene. Yo te lo diré. Nada. - miro a Éamon de manera desafiante, bajando después la mirada hasta la pistola que porta. Podría intentar quitársela aprovechando la posición...
Kyllian Evans
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Éamon se apresura en consolarlo, en decirle que lo que ha visto no es real, por la forma de decirlo que tiene al parecer ya le ha pasado otras veces y puede ser factible, muchas partes de su mente están en blanco, lo único que recuerda es la muerte de sus padres, la muerte de la gente que le crió, la alianza, todo en un bucle infinito, pero al menos Éamon estaba ahí, como el gran líder que era, levanta la cabeza y mira sus ojos violáceos, le miraba fijamente mientras seguía explicando las verdaderas intenciones de ese ser mágico que solo pretendía confundirlo, sigue azuzando el fuego del odio contra el moreno y poco a poco lo va consiguiendo, se gira con intención de atacarlo -Ya estoy harto de tus mentiras, no conseguirás que me desvíe de mi camino...- dice antes de ver como el chico se rasga la ropa, la verdad es que semejante acto de hombría lo deja un poco loco, podría habersela quitado pero prefirió rasgarla, las palabras del moreno lo sacan de su pequeño debate interno al enseñarle aquellas cicatrices, algo en ellas le llamaba la atención, algo le decía que tenía razón, pero no era suficiente.
mira las cicatrices, está la del brazo, justo uno de los lugares en los que Éamon había disparado en ese extraño recuerdo o imagen que había tenido antes, eso era muy raro, el resto de marcas no podía reconocerlas pero el zarpazo... ¿quizás habría sido él? al igual que con sus padres adoptivos, podría haberle hecho daño a ese chico, es en ese momento cuando se da cuenta de algo, las marcas que ha estado viendo en su piel mientras tomaba duchar en aquella sala blanca, las había estado viendo cada día en el espejo del baño, se parecían mucho a las marcas que tenía el chico y algunas de ellas, las del pecho, coincidían con su visión del latigazo que le había propinado Éamon.
Se lleva las manos a la cabeza muy desconcertado, Éamon está a su lado, consolándolo como se supone que siempre hace, hablando calmado, tomando su hombro con firmeza mientras por el otro lado se encuentra Reiv, todo lo que dice ahora parece tener fundamento pero no está seguro de ello, todo se contradice y en ese momento lo que parece más real es la esperanza de tener un futuro mejor, toma una decisión, no está seguro de ella pero aunque fuera por muy poco era la que más le convencía, le arrebata la pistola a éamon al tenerlo muy cerca, se levanta de golpe y apunta con ella a los dos hombres, los mira a ambos y finalmente da un golpe a Reiv con la culata lo más fuerte que puede en su cabeza, no sin antes susurrar un "lo siento".
No puede soltar la pistola, solo puede ver el cuerpo de Reiv tendido en el suelo, preguntándose a si mismo si realmente estaba haciendo lo correcto, no dudaba de Éamon, pero ahora no tenía tan claro si los métodos eran los adecuados o si los mágicos eran tan malos como le habían hecho pensar.
mira las cicatrices, está la del brazo, justo uno de los lugares en los que Éamon había disparado en ese extraño recuerdo o imagen que había tenido antes, eso era muy raro, el resto de marcas no podía reconocerlas pero el zarpazo... ¿quizás habría sido él? al igual que con sus padres adoptivos, podría haberle hecho daño a ese chico, es en ese momento cuando se da cuenta de algo, las marcas que ha estado viendo en su piel mientras tomaba duchar en aquella sala blanca, las había estado viendo cada día en el espejo del baño, se parecían mucho a las marcas que tenía el chico y algunas de ellas, las del pecho, coincidían con su visión del latigazo que le había propinado Éamon.
Se lleva las manos a la cabeza muy desconcertado, Éamon está a su lado, consolándolo como se supone que siempre hace, hablando calmado, tomando su hombro con firmeza mientras por el otro lado se encuentra Reiv, todo lo que dice ahora parece tener fundamento pero no está seguro de ello, todo se contradice y en ese momento lo que parece más real es la esperanza de tener un futuro mejor, toma una decisión, no está seguro de ella pero aunque fuera por muy poco era la que más le convencía, le arrebata la pistola a éamon al tenerlo muy cerca, se levanta de golpe y apunta con ella a los dos hombres, los mira a ambos y finalmente da un golpe a Reiv con la culata lo más fuerte que puede en su cabeza, no sin antes susurrar un "lo siento".
No puede soltar la pistola, solo puede ver el cuerpo de Reiv tendido en el suelo, preguntándose a si mismo si realmente estaba haciendo lo correcto, no dudaba de Éamon, pero ahora no tenía tan claro si los métodos eran los adecuados o si los mágicos eran tan malos como le habían hecho pensar.
Éamon O'Connell
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Mantengo mi posición de superioridad junto a Kyllian, permaneciendo de pie a su espalda, con una mano sobre su hombro. Al ver que Reiv se acerca preparo el arma, aunque al final no llego a usarla porque se deja caer de rodillas frente al feral. Le lanzo una mirada de asco cuando empieza se rasga sus ropas de mierda para utilizar sus cicatrices como alegato, pues me parece una estupidez como una catedral. Eso no prueba nada, al igual que no prueba nada que yo las tenga o no. Imito la cara de hastío de Andreas, que de tanto verla me la he aprendido muy bien, y ya casi me sale sola. Aplaudiría sarcásticamente a su discursito si no tuviese la pistola en la otra mano. Empiezo a sospechar porque Kyllian tarda en reaccionar y me da la impresión de que está dudando, de que lo que le ha dicho ha hecho algo de mella en él.
- Acabemos de una vez, Kyllian, no tenemos tiempo para esto. - mi voz denota cierta impaciencia esta vez, y a continuación me llevo una desagradable sorpresa cuando el chico decide que es buena idea arrebatarme el arma de la mano sin decir nada, sin pedir permiso. Por un momento pienso que me va a disparar a mí, aunque finalmente le pega a Reiv en la cabeza con la culata del arma. Muy blando para mi gusto, un simple golpe. Eso debe ser porque duda, porque si no habría atacado con toda su furia. Al menos el golpe ha debido ser fuerte, ya que ha dejado al otro sin conocimiento por el porrazo. Desvío la mirada lentamente de Reiv a Kyllian, y después a la pistola. Niego con la cabeza, a modo de advertencia. A continuación recupero el arma, sin pedirle que me la de ni nada por el estilo. Yo no pido las cosas, las tomo.
- Veo que has olvidado las normas de jerarquía...nunca arrebatarás el arma de un superior, y tampoco de un igual. No arrebatarás lo que no te pertenezca. Si lo necesitas, pídelo, puedo proporcionarte un arma a tu medida. - concluyo en calculado tono paternalista, tras el áspero inicio de frase. Podría soltarle unos cuantos exabruptos aquí mismo, pero no me interesa perder una posible fiera de ataque en este momento, menos cuando está recién salido del horno. Puede que haya que darle alguna sesión más de reeducación, o hacer la prueba definitiva comprobando si me sigue defendiendo del resto. - Y ya que estabas podrías haber hecho algo más que desmayarlo. ¿Acaso te da pena o qué? es un peligro, no es buena persona. Si tanta pena te da, ya lo haré yo, que no tengo problema. Espero que en la siguiente prueba no me decepciones... - apunto a Reiv con el arma, disparando en repetidas ocasiones hasta que la herida de la pierna sea el menor de sus problemas. Así ya no se moverá de ahí. Después vuelvo a poner la mano en el hombro de Kyllian, haciendo que se gire para salir de la celda. Cierro nuevamente con la llave maestra, dejando al preso ahí dentro. - A tomar por culo. A otra cosa. Siguiente nivel, es donde tenemos que detener los altercados. Ven conmigo, no podemos permitir que pasen de ahí. - echo a andar junto a Kyllian, sin quitarle la mano del hombro para que siga delante de mí. De ese modo abandonamos el sector, dirigiéndonos al siguiente, al sector I.
- Acabemos de una vez, Kyllian, no tenemos tiempo para esto. - mi voz denota cierta impaciencia esta vez, y a continuación me llevo una desagradable sorpresa cuando el chico decide que es buena idea arrebatarme el arma de la mano sin decir nada, sin pedir permiso. Por un momento pienso que me va a disparar a mí, aunque finalmente le pega a Reiv en la cabeza con la culata del arma. Muy blando para mi gusto, un simple golpe. Eso debe ser porque duda, porque si no habría atacado con toda su furia. Al menos el golpe ha debido ser fuerte, ya que ha dejado al otro sin conocimiento por el porrazo. Desvío la mirada lentamente de Reiv a Kyllian, y después a la pistola. Niego con la cabeza, a modo de advertencia. A continuación recupero el arma, sin pedirle que me la de ni nada por el estilo. Yo no pido las cosas, las tomo.
- Veo que has olvidado las normas de jerarquía...nunca arrebatarás el arma de un superior, y tampoco de un igual. No arrebatarás lo que no te pertenezca. Si lo necesitas, pídelo, puedo proporcionarte un arma a tu medida. - concluyo en calculado tono paternalista, tras el áspero inicio de frase. Podría soltarle unos cuantos exabruptos aquí mismo, pero no me interesa perder una posible fiera de ataque en este momento, menos cuando está recién salido del horno. Puede que haya que darle alguna sesión más de reeducación, o hacer la prueba definitiva comprobando si me sigue defendiendo del resto. - Y ya que estabas podrías haber hecho algo más que desmayarlo. ¿Acaso te da pena o qué? es un peligro, no es buena persona. Si tanta pena te da, ya lo haré yo, que no tengo problema. Espero que en la siguiente prueba no me decepciones... - apunto a Reiv con el arma, disparando en repetidas ocasiones hasta que la herida de la pierna sea el menor de sus problemas. Así ya no se moverá de ahí. Después vuelvo a poner la mano en el hombro de Kyllian, haciendo que se gire para salir de la celda. Cierro nuevamente con la llave maestra, dejando al preso ahí dentro. - A tomar por culo. A otra cosa. Siguiente nivel, es donde tenemos que detener los altercados. Ven conmigo, no podemos permitir que pasen de ahí. - echo a andar junto a Kyllian, sin quitarle la mano del hombro para que siga delante de mí. De ese modo abandonamos el sector, dirigiéndonos al siguiente, al sector I.
Kyllian Evans
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Pensaba largarse solo en el ascensor pero al parecer Johan había conseguido seguirlo evitando que las puertas se cerraran con su espada, lo raro es que había arrastrado a la chica del pelo negro, la verdad es que le daba mal rollito, estaba ahí, callada como un fantasma, parecía un vídeo de esos que hacían de bromas en los ascensores, decidió que lo mejor era no pensar en ello y centrarse en el plan, gritó y golpeó las puertas siguiéndole el rollo a Johan para después darle algo más de información -Escucha, ahora voy a pillar a tu novia de rehén, te llevaré hasta la celda de tu hermano y una vez ahí tienes que golpearme y noquearme, no finjas o Éamon se dará cuenta, hazlo de verdad porque cómo me levante pienso perseguiros... después de eso estáis solos-
Tal y como había dicho tomó a la chica de cabello negro por la espalda, sujetándole los brazos con fuerza y con el cuchillo en su cuello, tampoco pensaba fingir pues era lo mejor si no quería perder la confianza de Éamon, se echó hacia atrás y salió del ascensor con ella como escudo -Cómo te muevas le rajo el cuello a tu novia y tendrás dos cadáveres que enterrar!- cuando pensó que era más o menos oportuno, empujó a la chica contra Johan y así salir corriendo hasta la celda de Reiv, asegurándose de que vieran por dónde iba para que le siguieran.
Al llegar a la celda abre la puerta y entra, ahí estaba el chico moreno, tendido en un charco de sangre aún inconsciente pero no sabía si era por el golpe o por la pérdida de sangre, cerró los ojos un momento, hasta que escuchó a los otros dos correr hacia él, esperando que Johan pudiera cumplir con su parte del trato.
Tal y como había dicho tomó a la chica de cabello negro por la espalda, sujetándole los brazos con fuerza y con el cuchillo en su cuello, tampoco pensaba fingir pues era lo mejor si no quería perder la confianza de Éamon, se echó hacia atrás y salió del ascensor con ella como escudo -Cómo te muevas le rajo el cuello a tu novia y tendrás dos cadáveres que enterrar!- cuando pensó que era más o menos oportuno, empujó a la chica contra Johan y así salir corriendo hasta la celda de Reiv, asegurándose de que vieran por dónde iba para que le siguieran.
Al llegar a la celda abre la puerta y entra, ahí estaba el chico moreno, tendido en un charco de sangre aún inconsciente pero no sabía si era por el golpe o por la pérdida de sangre, cerró los ojos un momento, hasta que escuchó a los otros dos correr hacia él, esperando que Johan pudiera cumplir con su parte del trato.
Una vez dentro del ascensor ya podemos cruzar más palabras que fuera de él, ahora que no hay nadie mirando ni manera de que puedan saber lo que sucede aquí dentro. Me extraña mucho que el chico esté actuando a espaldas de Éamon, por eso quiero saber más sobre él, si es de raza mágica o si por el contrario sólo es una especie de matón de los jefes de la Alianza. - ¿Por qué haces esto? ¿sólo porque no te parece justo lo que le han hecho? no parece motivo suficiente para jugártela...¿quién eres, trabajas como ejecutor? No pareces muy contento con tu trabajo... - decido aprovechar los pocos segundos que tenemos en el ascensor para tratar de averiguar algo más sobre el muchacho, aunque no creo que obtenga mucho. Cuando empieza con su idea de plan no me molesto en aclarar si Victorya y yo somos novios o no porque no es relevante teniendo en cuenta el lío en el que estamos. Pongo cara de no estar muy convencido con lo de usarla de rehén, pasando después a una de sorpresa cuando me pide tan alegremente que le noquee. Me sería más útil si sigue consciente, pero es cierto que eso llamaría demasiado la atención.
- Como quieras, pero ni se te ocurra jugárnosla ahora. - advierto segundos antes de que la puerta del ascensor se abra, momento en el que empieza de nuevo el teatro. Espero que Victorya sepa seguir el rollo, a pesar de la parte que le toca cumplir. - ¡Suéltala ahora mismo! - vocifero de manera furiosa saliendo tras él, sujetando a Victorya cuando la lanza contra mí. Ha cumplido con lo que ha dicho y no le ha hecho ningún daño durante la breve representación. - Lo siento, no teníamos muchas más opciones para encontrarle rápido. Sígueme en cuanto puedas. - susurro a Victorya antes de salir corriendo detrás de Kyllian. A partir de ahora tenemos que ser creíbles y darnos prisa, así que no pierdo ni un segundo para alcanzar al moreno hasta llegar a la puerta de la celda. Él ya la ha abierto, así que no tengo ni que usar la tarjeta que le dio Sayid a Ben, la que le quité antes.
En cuanto llego me encuentro con Kyllian plantado frente a la puerta, así que lo empujo para poder entrar a la celda. No era una mentira, el chico decía la verdad. Han dejado a Reiv tirado en una celda, solo y desangrándose. Mi primer impulso es el de ir hacia él, pero antes recuerdo que sería sospechoso que ignorase a Kyllian tras entrar a la celda, así que me dirijo a él volviendo a increparle como cuando salí del ascensor. - ¡Le ibais a dejar morir aquí solo como a un perro! ¡ahora serás tú el que muera de ese modo! - le doy un primer golpe en la sien con la empuñadura de mi espada, aunque todavía no lo suficientemente fuerte para desmayarlo. Después lo empujo para derribarlo contra el suelo, justo en el charco de sangre de Reiv. Me abalanzo sobre él, pareciendo que voy a atraversarlo de lado a lado con la espada, aunque en realidad uso ese instante para susurrar algo en voz muy baja. En esa posición las cámaras no podrían leerme los labios, ni tampoco captar lo que digo porque es prácticamente inaudible, excepto para la persona a la que se lo digo.
- Gracias por traerme hasta él. Lo tendré en cuenta en futuras ocasiones. Suerte.- después de eso le propino otro golpe en la cabeza, esta vez más contundente para que quede desmayado, aunque procurando que no pase de eso. Suelto algún golpe más de efectos especiales que otra cosa, aprovechando que hay sangre alrededor para que haga el resto del espectáculo. Vuelvo a envainar la espada y enseguida me separo de Kyllian, corriendo por fin hacia Reiv. - Mierda...demasiada sangre...- Me arrodillo a su lado con cara de desesperación, no sé si habré llegado a tiempo, ni qué hacer ahora que lo he encontrado. Cojo los restos de ropa rota que hay a su lado, intentando taponar las heridas que sangran más, pero son demasiadas y me faltan manos. No sobreviviría ni aunque lográsemos sacarlo de aquí, no resistiría ni media hora de viaje, pues apenas le encuentro el pulso. - Aguanta un poco más, hermano, por favor...- si ya me sentía culpable antes por tardar en venir, ahora mucho más. He esperado demasiado tiempo para acudir a intentar rescatarlo, incluso a sabiendas de que no hay muchas posibilidades de éxito. Lo único que se me ocurre es que lo atiendan en la enfermería que hay en los propios campos, que según las informaciones que tenemos están en el sector 5. No me lo pienso más, lo levanto en brazos del suelo y salgo con él de la celda rápidamente, de vuelta hacia el ascensor, esperando que Victorya también venga conmigo para que no se quede atrás. Abandonamos así el sector 2, dejando atrás al misterioso muchacho que me ha llevado hasta Reiv.
- Como quieras, pero ni se te ocurra jugárnosla ahora. - advierto segundos antes de que la puerta del ascensor se abra, momento en el que empieza de nuevo el teatro. Espero que Victorya sepa seguir el rollo, a pesar de la parte que le toca cumplir. - ¡Suéltala ahora mismo! - vocifero de manera furiosa saliendo tras él, sujetando a Victorya cuando la lanza contra mí. Ha cumplido con lo que ha dicho y no le ha hecho ningún daño durante la breve representación. - Lo siento, no teníamos muchas más opciones para encontrarle rápido. Sígueme en cuanto puedas. - susurro a Victorya antes de salir corriendo detrás de Kyllian. A partir de ahora tenemos que ser creíbles y darnos prisa, así que no pierdo ni un segundo para alcanzar al moreno hasta llegar a la puerta de la celda. Él ya la ha abierto, así que no tengo ni que usar la tarjeta que le dio Sayid a Ben, la que le quité antes.
En cuanto llego me encuentro con Kyllian plantado frente a la puerta, así que lo empujo para poder entrar a la celda. No era una mentira, el chico decía la verdad. Han dejado a Reiv tirado en una celda, solo y desangrándose. Mi primer impulso es el de ir hacia él, pero antes recuerdo que sería sospechoso que ignorase a Kyllian tras entrar a la celda, así que me dirijo a él volviendo a increparle como cuando salí del ascensor. - ¡Le ibais a dejar morir aquí solo como a un perro! ¡ahora serás tú el que muera de ese modo! - le doy un primer golpe en la sien con la empuñadura de mi espada, aunque todavía no lo suficientemente fuerte para desmayarlo. Después lo empujo para derribarlo contra el suelo, justo en el charco de sangre de Reiv. Me abalanzo sobre él, pareciendo que voy a atraversarlo de lado a lado con la espada, aunque en realidad uso ese instante para susurrar algo en voz muy baja. En esa posición las cámaras no podrían leerme los labios, ni tampoco captar lo que digo porque es prácticamente inaudible, excepto para la persona a la que se lo digo.
- Gracias por traerme hasta él. Lo tendré en cuenta en futuras ocasiones. Suerte.- después de eso le propino otro golpe en la cabeza, esta vez más contundente para que quede desmayado, aunque procurando que no pase de eso. Suelto algún golpe más de efectos especiales que otra cosa, aprovechando que hay sangre alrededor para que haga el resto del espectáculo. Vuelvo a envainar la espada y enseguida me separo de Kyllian, corriendo por fin hacia Reiv. - Mierda...demasiada sangre...- Me arrodillo a su lado con cara de desesperación, no sé si habré llegado a tiempo, ni qué hacer ahora que lo he encontrado. Cojo los restos de ropa rota que hay a su lado, intentando taponar las heridas que sangran más, pero son demasiadas y me faltan manos. No sobreviviría ni aunque lográsemos sacarlo de aquí, no resistiría ni media hora de viaje, pues apenas le encuentro el pulso. - Aguanta un poco más, hermano, por favor...- si ya me sentía culpable antes por tardar en venir, ahora mucho más. He esperado demasiado tiempo para acudir a intentar rescatarlo, incluso a sabiendas de que no hay muchas posibilidades de éxito. Lo único que se me ocurre es que lo atiendan en la enfermería que hay en los propios campos, que según las informaciones que tenemos están en el sector 5. No me lo pienso más, lo levanto en brazos del suelo y salgo con él de la celda rápidamente, de vuelta hacia el ascensor, esperando que Victorya también venga conmigo para que no se quede atrás. Abandonamos así el sector 2, dejando atrás al misterioso muchacho que me ha llevado hasta Reiv.
Kyllian Evans
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No responde a las preguntas que le hace Johan en el ascensor, no eran amigos, no eran conocidos, solo estaba haciendo lo que le parecía lo correcto respecto a su hermano y además, ni él mismo conocía la respuesta a todas esas preguntas, no sabía nada y simplemente se estaba limitando a seguir su instinto. Parece que Johan sigue el plan, le sigue el rollo gritando y todo eso aunque la chica parece un maniquí siendo llevada de un lado a otro por los dos, cuando por fin llegó a la celda de Reiv y abrió la puerta, el momento que tuvo que quedarse quieto viendo aquella imagen fue suficiente para que el mago llegase a la escena, se pone en guardia y se dispone a atacar.
Entra en la celda para que Johan haga lo mismo sin bajar los cuchillos -¿Un perro? no sois ni eso, pero reconozco que hasta las ratas merecen morir de una forma más bonita- dice como si intentara provocar a aquel hombre, dependiendo de para que abriera la boca se comportaba como dos personas distintas, eso no podía ser demasiado bueno y aún así no pudo pensar mucho más en ello pues Johan ya se estaba abalanzando sobre él.
Lucha y gruñe contra el mago pero el muy desgraciado tiene bastante fuerza y él seguía un poco débil por el efecto de lo que fuera que le inyectaran una hora antes de que todo eso empezara, al salir de su burbuja blanca. Lucha y forcejea como si de verdad quisiera liberarse pero llega el primer golpe en la cabeza, lo deja atontado y lanzando cuchilladas al aire -co...como has hecho eso? estaos quietos los dos... mago de mierda serás tramposo, no vale hacer clones!- cualquiera lo llamaría loco pero con semejante golpe hasta pudo ver a dos Johan sobre él, las palabras que le susurró al oído no las entendió, ni falta que le hacía pues con el segundo golpe quedó ahí, tendido en el suelo, inconsciente pero al menos con la consciencia tranquila.
Pasa el rato sumido en la oscuridad, no puede ver ni oír nada hasta que empieza a despertarse poco a poco con el paso del tiempo, lo primero que escucha son las dichosas alarmas, cualquiera se volvería loco con esas cosas sonando todo el tiempo. se va incorporando poco a poco, no sabe cuanto tiempo ha pasado desmayado pero le duele bastante la cabeza por aquel golpe, aún así se sentía un poco mejor que antes gracias a esa "siesta" posiblemente las drogas ya empezaran a abandonar su cuerpo, eso era bueno, espera unos instantes un poco desorientado y sin saber que hacer, entonces recuerda que Éamon estaba en la planta de arriba, debería ir con él o eso piensa así que se dirige al ascensor, el cual no funciona obligandolo a ir por la escalera, se escuchaba bastante jaleo desde abajo, parecía que había gente luchando pero arriba también, por no hablar del dichoso gas, se queda un rato pensando que hacer hasta que toma una decisión, abandonando así el sector II
Entra en la celda para que Johan haga lo mismo sin bajar los cuchillos -¿Un perro? no sois ni eso, pero reconozco que hasta las ratas merecen morir de una forma más bonita- dice como si intentara provocar a aquel hombre, dependiendo de para que abriera la boca se comportaba como dos personas distintas, eso no podía ser demasiado bueno y aún así no pudo pensar mucho más en ello pues Johan ya se estaba abalanzando sobre él.
Lucha y gruñe contra el mago pero el muy desgraciado tiene bastante fuerza y él seguía un poco débil por el efecto de lo que fuera que le inyectaran una hora antes de que todo eso empezara, al salir de su burbuja blanca. Lucha y forcejea como si de verdad quisiera liberarse pero llega el primer golpe en la cabeza, lo deja atontado y lanzando cuchilladas al aire -co...como has hecho eso? estaos quietos los dos... mago de mierda serás tramposo, no vale hacer clones!- cualquiera lo llamaría loco pero con semejante golpe hasta pudo ver a dos Johan sobre él, las palabras que le susurró al oído no las entendió, ni falta que le hacía pues con el segundo golpe quedó ahí, tendido en el suelo, inconsciente pero al menos con la consciencia tranquila.
Pasa el rato sumido en la oscuridad, no puede ver ni oír nada hasta que empieza a despertarse poco a poco con el paso del tiempo, lo primero que escucha son las dichosas alarmas, cualquiera se volvería loco con esas cosas sonando todo el tiempo. se va incorporando poco a poco, no sabe cuanto tiempo ha pasado desmayado pero le duele bastante la cabeza por aquel golpe, aún así se sentía un poco mejor que antes gracias a esa "siesta" posiblemente las drogas ya empezaran a abandonar su cuerpo, eso era bueno, espera unos instantes un poco desorientado y sin saber que hacer, entonces recuerda que Éamon estaba en la planta de arriba, debería ir con él o eso piensa así que se dirige al ascensor, el cual no funciona obligandolo a ir por la escalera, se escuchaba bastante jaleo desde abajo, parecía que había gente luchando pero arriba también, por no hablar del dichoso gas, se queda un rato pensando que hacer hasta que toma una decisión, abandonando así el sector II
Había acabado en las celdas tras la persecución en nuestro último refugio, que acabó siendo pasto de las llamas. No pude evitar que me atrapasen, pero sí que esperaba haberles hecho ganar algo de tiempo para huir. La descarga eléctrica que me dieron hizo que no me enterase de nada de lo sucedido en el trayecto, así que cuando desperté ya estaba metido en una de las celdas de la Alianza. No tardaron en llevarme a las salas de interrogatorios, lugar donde por fin se darían cuenta de que me estaba marcando un farol con eso de que sabía el paradero de su maldito ministro. De poco servía ahora seguir con la mentira en la que yo solo me había metido. También sería peor si les decía que probablemente lo hubiesen matado ellos mismos con esos ataques.
Entre tortura y tortura grité una y otra vez que yo no sabía nada, que no nos habíamos llevado al ministro, y que si alguien lo había hecho no era uno de los nuestros. No me creyeron, por supuesto. Querían recuperar a toda costa a O'Connell, no era como cuando desaparecía algún soldado, esos daban igual. Cuando desaparecía alguien con poder siempre había alguien que movía los hilos para que fuese encontrado. Con el paso de los días se cansaron de no sacar nada de los interrogatorios, y decidieron pasar a medidas más drásticas.
- ¿No estáis cayendo ya en clichés de malos de mierda? ¿qué es eso de mandar al secuestrado en trocitos para amenazar? - jadeé dolorido al abrir los ojos, poco después de haberme desmayado cuando cercenaron mi mano un poco por encima de la muñeca. Sólo quedaba un muñón sangrante. Que la iban a usar como amenaza para conseguir lo que querían, pero seguro que los muy estúpidos ni siquiera sabían a dónde enviarla. Qué más daba...seguro que era más que una excusa. Lo único que querían era poner el cebo, y tenían gente capturada más que de sobra. Lo de "ejecución pública" era algo que se comentaba de tanto en tanto, aunque ellos mismos debían saber que era un modo arriesgado de intentar recuperar a Éamon. Después de aquello me volvieron a tirar a la celda, a la espera de a saber qué cosa.
Días después me sacaron de allí, rumbo al Ministerio de la Paz.
------------------------
dado probabilidad
¿le cortan algo?
éxito: sí
fallo: no
Entre tortura y tortura grité una y otra vez que yo no sabía nada, que no nos habíamos llevado al ministro, y que si alguien lo había hecho no era uno de los nuestros. No me creyeron, por supuesto. Querían recuperar a toda costa a O'Connell, no era como cuando desaparecía algún soldado, esos daban igual. Cuando desaparecía alguien con poder siempre había alguien que movía los hilos para que fuese encontrado. Con el paso de los días se cansaron de no sacar nada de los interrogatorios, y decidieron pasar a medidas más drásticas.
- ¿No estáis cayendo ya en clichés de malos de mierda? ¿qué es eso de mandar al secuestrado en trocitos para amenazar? - jadeé dolorido al abrir los ojos, poco después de haberme desmayado cuando cercenaron mi mano un poco por encima de la muñeca. Sólo quedaba un muñón sangrante. Que la iban a usar como amenaza para conseguir lo que querían, pero seguro que los muy estúpidos ni siquiera sabían a dónde enviarla. Qué más daba...seguro que era más que una excusa. Lo único que querían era poner el cebo, y tenían gente capturada más que de sobra. Lo de "ejecución pública" era algo que se comentaba de tanto en tanto, aunque ellos mismos debían saber que era un modo arriesgado de intentar recuperar a Éamon. Después de aquello me volvieron a tirar a la celda, a la espera de a saber qué cosa.
Días después me sacaron de allí, rumbo al Ministerio de la Paz.
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¿le cortan algo?
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El miembro 'Lucio Galenus' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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