Recuerdo del primer mensaje :
Estas montañas son el punto más alto de la isla Ouroboros. El pico más alto mide 7000 metros, y se encuentran permanentemente cubiertas por la nieve.
Su nombre se debe a los templos erigidos en honor a los dragones, durante los primeros tiempos de la isla. Cayeron en el olvido tras la expulsión del linaje Pendragon, y tan sólo volvieron a recuperar cierta relevancia y uso con la incorporación del linaje de Vlad Tepes, relacionado también con los dragones.
Aquí se han realizado varios torneos Ouroboros, por lo que cabe la posibilidad de encontrar a algún antiguo participante congelado en las montañas.
Estas montañas son el punto más alto de la isla Ouroboros. El pico más alto mide 7000 metros, y se encuentran permanentemente cubiertas por la nieve.
Su nombre se debe a los templos erigidos en honor a los dragones, durante los primeros tiempos de la isla. Cayeron en el olvido tras la expulsión del linaje Pendragon, y tan sólo volvieron a recuperar cierta relevancia y uso con la incorporación del linaje de Vlad Tepes, relacionado también con los dragones.
Aquí se han realizado varios torneos Ouroboros, por lo que cabe la posibilidad de encontrar a algún antiguo participante congelado en las montañas.
Abandoné las mazmorras de nuestra residencia en cuanto uno de mis guardias fue a informarme de lo que sucedía en el exterior. La voz de alarma la había dado Adele, y al parecer teníamos un atacante a las puertas del castillo. Mucho había tardado es chusma en mostrar su verdadera cara. Desde el patio de armas dispuse todo para que se encargasen del fuego localizado en uno de los aposentos del piso superior. Los vasallos del linaje de Cleopatra se encargaron rápidamente de conjurar una lluvia que utilizaron para sofocar el incendio.
Los problemas no quedaban ahí. Al salir al exterior me encontré con dos de los guardias tirados en la nieve, asfixiándose dentro de unas armaduras estrujadas. Algún demente había deformado las corazas para aprisionarlos dentro. Aquello me indignó mucho más que un burdo intento de incendio a través de unas cortinas. Esta vez ordené que se personasen de inmediato los vasallos del linaje de Midas, para que se encargasen de transformar ese metal para así poder liberarlos. Era como si hubiesen tratado de replicar lo que hicimos al poco de entrar en la isla. El mismo patrón. Pedí que trajesen al sanador que teníamos en el castillo, que se encargó de llevarse al castillo a los dos heridos para intentar ayudarles.
Con aquello "solucionado" pude fijarme en Setelah y Smaug, que se encontraban a unos cuantos metros de la zona de entrada al castillo. El dragón negro parecía amenazante con Setelah, como si él hubiese tenido algo que ver en aquello. Caminé hacia ellos con paso decidido, lanzándole una mirada de animadversión al mago.
- ¿Tan impacientes estáis por iniciar otra guerra? ¿Qué parte del parlamento o de "derrotaremos al enemigo común" no os ha quedado clara? - me detuve junto al dragón más joven, el hijo de Smaug. Aquel ejemplar había sido particularmente fácil de vincular debido a su corta edad.
Los problemas no quedaban ahí. Al salir al exterior me encontré con dos de los guardias tirados en la nieve, asfixiándose dentro de unas armaduras estrujadas. Algún demente había deformado las corazas para aprisionarlos dentro. Aquello me indignó mucho más que un burdo intento de incendio a través de unas cortinas. Esta vez ordené que se personasen de inmediato los vasallos del linaje de Midas, para que se encargasen de transformar ese metal para así poder liberarlos. Era como si hubiesen tratado de replicar lo que hicimos al poco de entrar en la isla. El mismo patrón. Pedí que trajesen al sanador que teníamos en el castillo, que se encargó de llevarse al castillo a los dos heridos para intentar ayudarles.
Con aquello "solucionado" pude fijarme en Setelah y Smaug, que se encontraban a unos cuantos metros de la zona de entrada al castillo. El dragón negro parecía amenazante con Setelah, como si él hubiese tenido algo que ver en aquello. Caminé hacia ellos con paso decidido, lanzándole una mirada de animadversión al mago.
- ¿Tan impacientes estáis por iniciar otra guerra? ¿Qué parte del parlamento o de "derrotaremos al enemigo común" no os ha quedado clara? - me detuve junto al dragón más joven, el hijo de Smaug. Aquel ejemplar había sido particularmente fácil de vincular debido a su corta edad.
Adam la lió aun mas si cabía, pero quien sabe. Aquello en el fondo me gustó, darle un empujoncito al dragón para que saliera de su guarida, en otras palabras. Prender la mecha. Me dio una advertencia o consejo, ante el cual sonreí de medio lado y me crucé de brazos asintiendo.
- Tranquilo, entro en calor rápido.
Coincidí con Adele en el asunto de que habia que ser muy despreciable para hacer daño a un niño, fuera quien fuera el que habia intentado aquello. Adele marchó tras aquello a chivarse pero ahora tenía el miedo metido y la duda tambien.
No me sorprendió ver llegar a Smaug, aunque el muy cretino lo primero que hizo fue acusarme del incendio. Alcé mis hombros, aquellas llamas no eran mías.
- Eh...no he sido yo. El mío arde de color negro, ya lo sabes. - estuve por decirle "negro como el color de tus escamas" con un tono de voz romántico, pero supuse que no le haría gracia. - Por qué te crees que estoy aquí? Para cumplir mi promesa.
Vi llegar al imponente lider de los Pendragon y le eché un vistazo de arriba abajo.
-Claro como el agua de rocío. Le explicaba a Smaug que no he iniciado ninguna accion violenta, Adele podrá confirmarlo...si es que no le da por mentir, claro. De todos modos, mirad. - dije una palabra en la lengua de los dragones, tal como Lasaña me habia enseñado también a pronunciar mejor, y mi mano se rodeó de llamas, pero de color negro. Luego las extinguí. - He venido porque el vínculo que me ata a Smaug es mayor que le que me ata a los Descendientes. - estaba usando mi oclumancia en todo momento, pues por supuesto, mis palabras eran solo verdades a medias. Si era cierto que el vínculo era mayor y mas importante para mi, pero no era el único motivo. De todos modos, el truco estaba siempre en creerse al 100% las palabras que salian de mi boca.
- Tranquilo, entro en calor rápido.
Coincidí con Adele en el asunto de que habia que ser muy despreciable para hacer daño a un niño, fuera quien fuera el que habia intentado aquello. Adele marchó tras aquello a chivarse pero ahora tenía el miedo metido y la duda tambien.
No me sorprendió ver llegar a Smaug, aunque el muy cretino lo primero que hizo fue acusarme del incendio. Alcé mis hombros, aquellas llamas no eran mías.
- Eh...no he sido yo. El mío arde de color negro, ya lo sabes. - estuve por decirle "negro como el color de tus escamas" con un tono de voz romántico, pero supuse que no le haría gracia. - Por qué te crees que estoy aquí? Para cumplir mi promesa.
Vi llegar al imponente lider de los Pendragon y le eché un vistazo de arriba abajo.
-Claro como el agua de rocío. Le explicaba a Smaug que no he iniciado ninguna accion violenta, Adele podrá confirmarlo...si es que no le da por mentir, claro. De todos modos, mirad. - dije una palabra en la lengua de los dragones, tal como Lasaña me habia enseñado también a pronunciar mejor, y mi mano se rodeó de llamas, pero de color negro. Luego las extinguí. - He venido porque el vínculo que me ata a Smaug es mayor que le que me ata a los Descendientes. - estaba usando mi oclumancia en todo momento, pues por supuesto, mis palabras eran solo verdades a medias. Si era cierto que el vínculo era mayor y mas importante para mi, pero no era el único motivo. De todos modos, el truco estaba siempre en creerse al 100% las palabras que salian de mi boca.
Smaug
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Hundí las garras en la nieve al agachar más la cabeza para dejarla a la altura del mago, clavando en él mi reptiliana pupila. Aspiré con tanta fuerza que la ropa se le movió en mi dirección, y después le devolví todo ese aire en la cara, con humo incluido. Parecía decir la verdad. Recordé que era cierto aquello de que sus llamas eran de color negro. - ¿Y cómo piensas cumplir tu promesa? dime qué has hecho hasta ahora para llevarla a cabo. - le di un empujón hacia atrás con el hocico, obligándole a retroceder.
- Ya te lo dije, mago...quiero que nuestra especie vuelva a ser lo que era. Que pueble el mundo entero sin tener que recluirse en ninguna isla...- Percibí la presencia de Wthyr incluso antes de que llegase hasta donde estábamos nosotros, así que alcé la cabeza para girarla hacia él cuando habló. Svart se mostró alegre por verle, frotando la cabeza contra su hombro. Yo permanecí impasible, escuchando y observando la repetición de las acusaciones.
- Dice la verdad. - arrastré las palabras de manera lenta, con tono cavernosa. Con eso debería ser suficiente para que el Pendragon lo asumiese. Al parecer querían unir fuerzas con la gente de Ouroboros contar ese enemigo común que no era ningún ser vivo, el mismo por el que habíamos tenido que abandonar nuestro refugio para dragones. Entorné los ojos con desconfianza cuando Setelah habló de sus motivos para estar allí. El supuesto vínculo que tenía conmigo, el mismo que nadie había logrado establecer durante siglos. Sin embargo era diferente al de la magia de los Pendragon. Hice brillar la joya de mi pecho como prueba de que era cierto, haciendo que la suya brillase también en ese momento.
- Ya te lo dije, mago...quiero que nuestra especie vuelva a ser lo que era. Que pueble el mundo entero sin tener que recluirse en ninguna isla...- Percibí la presencia de Wthyr incluso antes de que llegase hasta donde estábamos nosotros, así que alcé la cabeza para girarla hacia él cuando habló. Svart se mostró alegre por verle, frotando la cabeza contra su hombro. Yo permanecí impasible, escuchando y observando la repetición de las acusaciones.
- Dice la verdad. - arrastré las palabras de manera lenta, con tono cavernosa. Con eso debería ser suficiente para que el Pendragon lo asumiese. Al parecer querían unir fuerzas con la gente de Ouroboros contar ese enemigo común que no era ningún ser vivo, el mismo por el que habíamos tenido que abandonar nuestro refugio para dragones. Entorné los ojos con desconfianza cuando Setelah habló de sus motivos para estar allí. El supuesto vínculo que tenía conmigo, el mismo que nadie había logrado establecer durante siglos. Sin embargo era diferente al de la magia de los Pendragon. Hice brillar la joya de mi pecho como prueba de que era cierto, haciendo que la suya brillase también en ese momento.
Posé la mano sobre el cuello del dragón más joven cuando éste restregó su cabeza contra mi hombro, devolviéndole así la muestra de afecto. No debía tener más de 5 o 6 años, era uno de los ejemplares más jóvenes que había visto en mucho tiempo y se notaba que había socializado desde que nació. El dragón adulto se mantuvo sereno, incluso salió al paso para "defender" al intruso. La relación previa con ese mago debía ser poderosa para que intercediese por él. - Adele sólo ha mencionado un atacante, no ha especificado. Estaba alterada por el ataque a su hijo. - desconocía lo que había sucedido, pero tanto Setelah como Smaug aseguraban que él no había sido. - ¿Entonces qué haces aquí observando el desastre que ha creado otro malnacido? - ya comprobaría más tarde la versión con la Blood Keeper, por el momento decidí sacar más información.
Su afirmación me pareció interesante, la mención al vínculo del dragón. Tal vez hubiese adivinado el modo en que funcionaba nuestra magia, aunque no pudiese realizarla. - Nadie te ha privado de ese vínculo. El dragón es libre para decidir si quiere continuarlo o no. Desconozco qué relación tienes con los Descendientes, y tus intenciones respecto a ellos y respecto a nosotros. Habla claro, no estamos en ningún parlamento con protocolos de por medio. - tanteé el terreno para ver qué quería exactamente el estrafalario mago, pues tal vez fuese un espía enviado de parte del Consejo. Puede que viniese desde la boda la que habíamos enviado a Juliet, o que se hubiesen tomado mal los presentes realizados.
Su afirmación me pareció interesante, la mención al vínculo del dragón. Tal vez hubiese adivinado el modo en que funcionaba nuestra magia, aunque no pudiese realizarla. - Nadie te ha privado de ese vínculo. El dragón es libre para decidir si quiere continuarlo o no. Desconozco qué relación tienes con los Descendientes, y tus intenciones respecto a ellos y respecto a nosotros. Habla claro, no estamos en ningún parlamento con protocolos de por medio. - tanteé el terreno para ver qué quería exactamente el estrafalario mago, pues tal vez fuese un espía enviado de parte del Consejo. Puede que viniese desde la boda la que habíamos enviado a Juliet, o que se hubiesen tomado mal los presentes realizados.
Aric Lothbrok
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Se mantuvo callado durante toda la conversación, concentrado en sus pensamientos y ahogando la conversación de fondo que realmente no le interesaba. Su prioridad era catalogar todas las cosas que tenía pendiente entre sus soldados, entrenamientos, nuevas armas, nuevas amenazas. Que alguien se hubiera colado en plena residencia Pendragon a prender fuego decía mucho de la seguridad y de en quien se podía confiar. Cuando le dijo a S sobre Avalon no había mentido, recuperar una posición en el Consejo, ¿garantizaba exactamente que?¿Poder? Si algo había aprendido Aric durante sus lecturas sobre la historia en general, era que mientras más arriba estabas, más fuerte era la caída.
Finalmente el comentario de S lo sacó de sus pensamientos y apenas asintió cuando ya ella los sacaba del lugar. El tirón desagradable de la desaparición le retorcía el estómago cada vez, prefería caminar de una punta de la isla a la otra honestamente. Aparecieron en medio de la nieve y…una discusión. El grupo de personas debatía sobre la culpabilidad del fuego, o al menos eso parecía. Aric, que se había aferrado a la cintura de S durante los segundos en que se movieron, escuchó el argumento y llegó a la conclusión de que no tenían idea de quien había sido el responsable.
Se preguntó una vez más la necesidad de tanto protocolo, o de tener que pasar un período de prueba. Cierto que debían derrotar un enemigo común y estaban unidos por el momento, pero no le parecía que los Descendientes iban a dar entrada al Consejo tan fácil y no veía el punto de pedirla. A veces la no diplomacia resultaba mejor. Por el momento él se concentraba en la boda y dejaba al resto lidiar con el caos, mejor dicho, se concentraba en todo menos la boda.
A efectos, ambos llevaban mucho tiempo compartiendo como un matrimonio, en ocasiones tumultuoso, pero matrimonio al fin. La boda solo serviría para confirmar lo que ya sabía y para convertirla en una Lothbrok finalmente. A diferencia de los Pendragon, apreciaba a S como la guerrera que era y también su conocimiento sobre los dragones. No era simplemente un adorno, como muchas veces sabía se sentía y Aric tenía intenciones de potenciar todo su talento y darle la libertad necesaria.
-Creo que sería mas sencillo que reúnas a todos y hagas un anuncio familiar que esto.- se acomodó las ropas contra el frío y estudió los alrededores, esperando a que S transmitiera la noticia a su otro hermano.
Finalmente el comentario de S lo sacó de sus pensamientos y apenas asintió cuando ya ella los sacaba del lugar. El tirón desagradable de la desaparición le retorcía el estómago cada vez, prefería caminar de una punta de la isla a la otra honestamente. Aparecieron en medio de la nieve y…una discusión. El grupo de personas debatía sobre la culpabilidad del fuego, o al menos eso parecía. Aric, que se había aferrado a la cintura de S durante los segundos en que se movieron, escuchó el argumento y llegó a la conclusión de que no tenían idea de quien había sido el responsable.
Se preguntó una vez más la necesidad de tanto protocolo, o de tener que pasar un período de prueba. Cierto que debían derrotar un enemigo común y estaban unidos por el momento, pero no le parecía que los Descendientes iban a dar entrada al Consejo tan fácil y no veía el punto de pedirla. A veces la no diplomacia resultaba mejor. Por el momento él se concentraba en la boda y dejaba al resto lidiar con el caos, mejor dicho, se concentraba en todo menos la boda.
A efectos, ambos llevaban mucho tiempo compartiendo como un matrimonio, en ocasiones tumultuoso, pero matrimonio al fin. La boda solo serviría para confirmar lo que ya sabía y para convertirla en una Lothbrok finalmente. A diferencia de los Pendragon, apreciaba a S como la guerrera que era y también su conocimiento sobre los dragones. No era simplemente un adorno, como muchas veces sabía se sentía y Aric tenía intenciones de potenciar todo su talento y darle la libertad necesaria.
-Creo que sería mas sencillo que reúnas a todos y hagas un anuncio familiar que esto.- se acomodó las ropas contra el frío y estudió los alrededores, esperando a que S transmitiera la noticia a su otro hermano.
Estaba acostumbrado, mas o menos, a los examenes de Smaug, a sus miradas y sus indicios de ir a chamuscarme de un momento a otro. Su empujon con el hocico me hizo retroceder, obviamente. Qué había hecho...?
- Te reuní con Svart. A parte de eso...poco, lo reconozco. - miré tras el, a los muros de la residencia de los nuevos invitados. - Si quiero observar el devenir de los hechos no puedo hacerlo desde la sala de espera.
"no hay bandos correctos, solo decisiones adecuadas"
- Estás aquí y por lo tanto yo también. - concluí. Me faltó decir que no me fiaba de esos domadores de Dragones. Tenían buenas intenciones para con esas criaturas, y sin duda Smaug encajaba con ellos. Pero era todo demasiado oscuro y quería echar un vistazo. Qué mas?
Whytr (que no se si se como se llama aun) dijo que por qué simplemente estaba mirando el desastre y estiré mis labios en una mueca de disculpas.
- No esperarias que arriesgase mi cuello a traspasar vuestros muros con la excusa de ir a apagar un fuego. Hasta yo me habria atravesado con una flecha o algo asi. Ademas es un incendio menor, sois perfectamente capaces.
La joya del pecho de Smaug comenzó a brillar, y así hizo el fragmento que habia instalado yo tambien en el centro del mio, que se traslució a través de la ropa, aunque no se veia. La miré notando aquella calidez y despues miré al dragón. Era un vínculo extraño, a decir verdad, un pacto y una promesa igualmente extrañas. A veces lo que sentía es que los dos eramos bichos al borde de la extinción, solitarios pese a rodearnos de gente, pero siempre sedientos de más. Me preguntaba si esa idea solo estaba en mi cabeza o tambien en la suya.
Desvié nuevamente la mirada a W.
- Mi relación con los Descendientes es algo dificil de definir. Buena, mala? No diría que mala. He colaborado con ellos, los he ayudado en ciertos asuntos. Fuera de eso, soy un refugiado más. Por mi propia comodidad creí que podría disuadir a Smaug de unirse a vuestras filas, pero me he dado cuenta de que eso no es posible y ademas es absurdo asi que....soy yo el que tiene que cambiar. - me encogí de hombros mirando al alto hechicero. - Las cartas sobre la mesa.
- Te reuní con Svart. A parte de eso...poco, lo reconozco. - miré tras el, a los muros de la residencia de los nuevos invitados. - Si quiero observar el devenir de los hechos no puedo hacerlo desde la sala de espera.
"no hay bandos correctos, solo decisiones adecuadas"
- Estás aquí y por lo tanto yo también. - concluí. Me faltó decir que no me fiaba de esos domadores de Dragones. Tenían buenas intenciones para con esas criaturas, y sin duda Smaug encajaba con ellos. Pero era todo demasiado oscuro y quería echar un vistazo. Qué mas?
Whytr (que no se si se como se llama aun) dijo que por qué simplemente estaba mirando el desastre y estiré mis labios en una mueca de disculpas.
- No esperarias que arriesgase mi cuello a traspasar vuestros muros con la excusa de ir a apagar un fuego. Hasta yo me habria atravesado con una flecha o algo asi. Ademas es un incendio menor, sois perfectamente capaces.
La joya del pecho de Smaug comenzó a brillar, y así hizo el fragmento que habia instalado yo tambien en el centro del mio, que se traslució a través de la ropa, aunque no se veia. La miré notando aquella calidez y despues miré al dragón. Era un vínculo extraño, a decir verdad, un pacto y una promesa igualmente extrañas. A veces lo que sentía es que los dos eramos bichos al borde de la extinción, solitarios pese a rodearnos de gente, pero siempre sedientos de más. Me preguntaba si esa idea solo estaba en mi cabeza o tambien en la suya.
Desvié nuevamente la mirada a W.
- Mi relación con los Descendientes es algo dificil de definir. Buena, mala? No diría que mala. He colaborado con ellos, los he ayudado en ciertos asuntos. Fuera de eso, soy un refugiado más. Por mi propia comodidad creí que podría disuadir a Smaug de unirse a vuestras filas, pero me he dado cuenta de que eso no es posible y ademas es absurdo asi que....soy yo el que tiene que cambiar. - me encogí de hombros mirando al alto hechicero. - Las cartas sobre la mesa.
Shyvanna Pendragon
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Al aparecer escuchó la voz de Aric a su lado y puso los ojos en blanco -¿Sabes lo difícil que es? El único que tiene algo de poder así es W…- Shyvanna entonces miró alrededor y analizó la situación. Estaba el mismo mago que había visto en el parlamento hablando con Smaug, entrecerró los ojos. ¿El dragón no le había dado plantazo? No quería meterse mucho en el tema porque W tenía mayor vínculo con la Última Sombra que ella. “Las cartas sobre la mesa”, llegó a escuchar pero no dijo nada más.
-Permiso- Dijo soltando a Aric y acercándose a W, apartando la vista de Setelah con un gesto bastante neutral. Se acercó a su hermano para ponerse frente a él con una sonrisa breve -La abuela me ha dicho que ponga fecha para la boda. La celebramos el jueves en Avalon y me ha sugerido que tomes decisiones sobre la gente de la isla que te gustaría invitar- Ella tenía alguna relación con Tesla y Da Vinci pero Avalon era su hogar y no tenía ganas de que alguien exterior a este conocería la isla. Lo de la entrega prefería no decírselo a él ahora pero sí había otra cosa. Se puso de puntillas para hablarle hacia el oído en un tono más bajo -Vi a este mago en el parlamento, dijo que el vínculo que le ata a Smaug es más fuerte que el que le ata a los Descendientes. Y Smaug usó una palabra particular al pedirle que se marchara. “Amistad”. Lo que sí hizo énfasis es que nosotros podíamos darle lo que él quería pero él no-
Se alejó del espacio personal de su hermano, observando a los ojos de W con algo de intensidad. Esperaba que la información sirviera de algo. Esperaba ver en él, quizás, un gesto de aprobación -El jueves. No lo olvides- Indicó y sonrió de lado, acomodándole un poco el abrigo antes de irse por donde había venido. Deslizó su mirada azul sobre Setelah con interés antes de sonreír y desaparecer de ahí con Aric.
-Permiso- Dijo soltando a Aric y acercándose a W, apartando la vista de Setelah con un gesto bastante neutral. Se acercó a su hermano para ponerse frente a él con una sonrisa breve -La abuela me ha dicho que ponga fecha para la boda. La celebramos el jueves en Avalon y me ha sugerido que tomes decisiones sobre la gente de la isla que te gustaría invitar- Ella tenía alguna relación con Tesla y Da Vinci pero Avalon era su hogar y no tenía ganas de que alguien exterior a este conocería la isla. Lo de la entrega prefería no decírselo a él ahora pero sí había otra cosa. Se puso de puntillas para hablarle hacia el oído en un tono más bajo -Vi a este mago en el parlamento, dijo que el vínculo que le ata a Smaug es más fuerte que el que le ata a los Descendientes. Y Smaug usó una palabra particular al pedirle que se marchara. “Amistad”. Lo que sí hizo énfasis es que nosotros podíamos darle lo que él quería pero él no-
Se alejó del espacio personal de su hermano, observando a los ojos de W con algo de intensidad. Esperaba que la información sirviera de algo. Esperaba ver en él, quizás, un gesto de aprobación -El jueves. No lo olvides- Indicó y sonrió de lado, acomodándole un poco el abrigo antes de irse por donde había venido. Deslizó su mirada azul sobre Setelah con interés antes de sonreír y desaparecer de ahí con Aric.
El dragón negro mantuvo un sepulcral silencio ante las palabras de Setelah, pero pude sentir que les daba más importancia de lo que parecía. El dragón más joven permaneció aquello a eso, enroscando la cola sobre su cuerpo al escuchar eso de que Setelah los había reunido. Tenían un pasado, estaba claro. No me suponía problema, mientras no se metiesen en nuestros asuntos. Me dispuse a encarar a Setelah, que siguió defendiendo su inocencia. Sería estúpido de haber intentado eso, mucho más quedándose allí plantado. - Adele será interrogada para revelar la identidad del idiota que ha hecho esto. - el resplandor de la joya del dragón no me era desconocido, pero me resultó de sumo interés el hecho de que intercambiasen miradas en ese momento. Después de eso ambos dragones decidieron que era momento de retirarse, aunque no alzaron el vuelo y simplemente se alejaron caminando sobre la nieve. Parecía haberse quedado conforme y tranquilo.
Mantuve una mirada inquisitiva sobre Setelah mientras ponía "las cartas sobre la mesa", según sus propias palabras. Por lo que pude entender era alguien que siempre jugaba a su propia conveniencia, de moral difícil de calificar. No parecía estar atado a nadie, a ningún grupo en concreto. Lo que sí parecía interesarle era conservar su amistad con el dragón Smaug. - Ya veo, otro mercenario. De esos que probablemente traicionen a la mínima oportunidad. Sí...he visto gente como tú. No sois de fiar. - era diferente al vasallaje. Nosotros procurábamos el bienestar de nuestros vasallos, y ellos, mediante su juramento, prometían cumplir sus obligaciones. Era un tipo de relación diferente.
- Estás aquí porque no puedes estar en ningún otro lado. Tu amistad con ese dragón te ha hecho venir hasta aquí hoy. Nosotros los consideramos familia, y parece que tú también lo haces. No seré yo quien se oponga a ello, pero debes saber que no toleramos a aquellos que juegan a dos bandas. A los espías les drenamos hasta la última gota de sangre. - añadí amenazante avanzando un par de pasos más hacia él. Ya había salido mal el plan de conseguir que Bellatrix nos fuese útil. Estropeó el plan asesinando en público a aquel nigromante. Si aceptaba a este tipo tendría que comprobar que al menos era inteligente. - El hediondo Consejo rezuma falsedad por los cuatro costados. Están podridos hasta las entrañas y se niegan a una renovación. Ni siquiera nos aceptan en la isla, a pesar de que hemos ofrecido nuestra ayuda contra la IA.- crucé los brazos sobre el pecho manteniéndome firme frente al visitante, valorando qué podía sacar de él teniendo en cuenta el perfil de persona que tenía frente a mí.
- Los Descendientes están desunidos, y tal vez mucho más de lo que pensamos, porque hemos visto muy poco. Es cuestión de tiempo que se despellejen vivos entre ellos. Alguien que ha estado en medio del caos muchas veces puede ver esas cosas. Puedo ofrecerte un lugar aquí, podrás llevar rumores a los Descendientes, verdaderos o falsos, nunca lo sabrás. Puedes hacer lo mismo con ellos, tampoco lo sabremos. Lo realmente importante es saber qué crees que puedes ofrecernos para que esto sea una asociación ventajosa para ambos. ¿Qué habilidades mágicas tienes? ¿historial delictivo?
Desvié la mirada un instante cuando el vasallo Lothbrok apareció con Shyvanna. Él no dijo palabra alguna, pero ella se acercó rápidamente a darme información. No era nada preocupante. - La boda...ya era hora. En ese caso no hagas esperar a la abuela. - negué con calma, eso no era asunto mío. - No, las decisiones sobre las invitaciones corresponden a los novios. Sabes que yo detesto las bodas. - mi historial no era bueno, y tampoco me gustaba asistir a ellas después de haber enviudado dos veces. - La gente de la isla no nos invitó a nosotros, así que sería ridículo invitarlos a ellos. Yo no lo haría, pero es tu boda. - repliqué con seriedad. Con las familias vasallas ya teníamos suficiente. Escuché su comentario en tono confidencial sobre Setelah y Smaug, asintiendo a los datos. Claro que él no podía darle lo que los Pendragon ofrecíamos. Dediqué una mirada respetuosa a Shyvanna cuando hicimos contacto visual durante un momento antes de que ella se alejase para marcharse con su prometido. Habría sido mucho más interesante establecer matrimonio con alguien del Consejo, eso desde luego. Tal vez podríamos haber ganado un Da Vinci para nuestras filas. Volví a centrarme en Setelah, esperando su respuesta. - ¿Y bien?
Mantuve una mirada inquisitiva sobre Setelah mientras ponía "las cartas sobre la mesa", según sus propias palabras. Por lo que pude entender era alguien que siempre jugaba a su propia conveniencia, de moral difícil de calificar. No parecía estar atado a nadie, a ningún grupo en concreto. Lo que sí parecía interesarle era conservar su amistad con el dragón Smaug. - Ya veo, otro mercenario. De esos que probablemente traicionen a la mínima oportunidad. Sí...he visto gente como tú. No sois de fiar. - era diferente al vasallaje. Nosotros procurábamos el bienestar de nuestros vasallos, y ellos, mediante su juramento, prometían cumplir sus obligaciones. Era un tipo de relación diferente.
- Estás aquí porque no puedes estar en ningún otro lado. Tu amistad con ese dragón te ha hecho venir hasta aquí hoy. Nosotros los consideramos familia, y parece que tú también lo haces. No seré yo quien se oponga a ello, pero debes saber que no toleramos a aquellos que juegan a dos bandas. A los espías les drenamos hasta la última gota de sangre. - añadí amenazante avanzando un par de pasos más hacia él. Ya había salido mal el plan de conseguir que Bellatrix nos fuese útil. Estropeó el plan asesinando en público a aquel nigromante. Si aceptaba a este tipo tendría que comprobar que al menos era inteligente. - El hediondo Consejo rezuma falsedad por los cuatro costados. Están podridos hasta las entrañas y se niegan a una renovación. Ni siquiera nos aceptan en la isla, a pesar de que hemos ofrecido nuestra ayuda contra la IA.- crucé los brazos sobre el pecho manteniéndome firme frente al visitante, valorando qué podía sacar de él teniendo en cuenta el perfil de persona que tenía frente a mí.
- Los Descendientes están desunidos, y tal vez mucho más de lo que pensamos, porque hemos visto muy poco. Es cuestión de tiempo que se despellejen vivos entre ellos. Alguien que ha estado en medio del caos muchas veces puede ver esas cosas. Puedo ofrecerte un lugar aquí, podrás llevar rumores a los Descendientes, verdaderos o falsos, nunca lo sabrás. Puedes hacer lo mismo con ellos, tampoco lo sabremos. Lo realmente importante es saber qué crees que puedes ofrecernos para que esto sea una asociación ventajosa para ambos. ¿Qué habilidades mágicas tienes? ¿historial delictivo?
Desvié la mirada un instante cuando el vasallo Lothbrok apareció con Shyvanna. Él no dijo palabra alguna, pero ella se acercó rápidamente a darme información. No era nada preocupante. - La boda...ya era hora. En ese caso no hagas esperar a la abuela. - negué con calma, eso no era asunto mío. - No, las decisiones sobre las invitaciones corresponden a los novios. Sabes que yo detesto las bodas. - mi historial no era bueno, y tampoco me gustaba asistir a ellas después de haber enviudado dos veces. - La gente de la isla no nos invitó a nosotros, así que sería ridículo invitarlos a ellos. Yo no lo haría, pero es tu boda. - repliqué con seriedad. Con las familias vasallas ya teníamos suficiente. Escuché su comentario en tono confidencial sobre Setelah y Smaug, asintiendo a los datos. Claro que él no podía darle lo que los Pendragon ofrecíamos. Dediqué una mirada respetuosa a Shyvanna cuando hicimos contacto visual durante un momento antes de que ella se alejase para marcharse con su prometido. Habría sido mucho más interesante establecer matrimonio con alguien del Consejo, eso desde luego. Tal vez podríamos haber ganado un Da Vinci para nuestras filas. Volví a centrarme en Setelah, esperando su respuesta. - ¿Y bien?
Smaug se retiró, y por otra parte, la muchacha Pendragón se aproximó. Recaí entonces en su presencia y la de su acompañante, que hasta ahora habian permanecido en segundo plano. Me acordaba de ella de la fiesta aquella que hicieron en la plaza. Les di su espacio, para sorpresa mia andaban preparando una boda...en Avalon. Que interesante.
Desvié la mirada cuando habló en susurros de lo que debia ser algo que no tenia que ser oido. MIré a Shyvanna cuando cruzó a mi lado y dediqué un gesto de despedida con mi cabeza.
- Como queráis. Pero quien ha hecho esto se llama Adam Hacksaw, no tiene mucho misterio. Él mismo se presentó....vino por su cuenta. Hacksaw es demasiado temperamental y estúpido y a veces no piensa antes de actuar. Adele te dirá lo mismo. Sí, también te dirá que no soy de fiar. - Sí, era un mercenario, pero no le dije que probablemente los otros mercenarios que había conocido no eran como yo, para nada. - Pero tampoco estoy pidiendo que confiéis en mi, verdad? Solo que aceptéis mi colaboración....para con Smaug. Seguro que sabes bien que no hay que decepcionar a un dragón, verdad?
Hice una mueca rara cuando me dijo que ellos consideraban a Smaug familia y que si yo a él lo consideraba igual, pensando automáticamente en mi familia biologica, y luego en mi maestro, individuos a cada cual mas raros. - tengo un extraño concepto de familia, pero sí? - también pensé en Mónica y los niños pero rapidamente aparté mi cabeza de aquello. Nunca sabias quien podia estar intentando mirar, aunque fueses oclumente...
Se acercó lanzando aquellas amenazas sobre lo que le hacian a los que jugaban a dos bandas. Llevaba toda mi vida haciéndolo. Alcé ambas cejas, nada intimidado por su acercamiento. - Y que tal si solo espío lo que a vosotros os convenga? - si era listo seguro que lo pillaba.
Lo escuché, no estaba de acuerdo con el asunto de la corrupcion , falsedad, putrefaccion y todas esas palabras feas que dedicó al Consejo. Para ellos la renovación era implantarse en ese trono, y a mi no me gustaban los tronos de nadie....
- Historial delictivo dice... - sonreí y negué con la cabeza, terminé hasta riendome un poco. - Si soy un santo. - cerré mi puño, alzandolo a la altura de mis ojos y mirándolo. En su interior había hecho aparecer una canica negra de zona de antimagia. - Habilidades? - ese hombre parecía de los que no dejaban pasar una afrenta, de los que no reculaban ni se echaban atrás ante ningun ataque. También parecía de los difíciles de impresionar. Si juntábamos ambas cosas....
Con el puño que habia estado mirando como pensando en mis habilidades le pegué un puñetazo en la mejilla. Estabamos cerca, y ejecuté el movimiento como una vibora que salta de pronto, fue rapido pero no tan fuerte. Supuse que un mago de su estatus, respondería con magia pero por si acaso....tras dar el golpe me aparté para no estar tan facilmente a rango de hostia fina. El hombre debía creer que le habia tomado el pelo y que mis habilidades eran pegar puñetazos.
Desvié la mirada cuando habló en susurros de lo que debia ser algo que no tenia que ser oido. MIré a Shyvanna cuando cruzó a mi lado y dediqué un gesto de despedida con mi cabeza.
- Como queráis. Pero quien ha hecho esto se llama Adam Hacksaw, no tiene mucho misterio. Él mismo se presentó....vino por su cuenta. Hacksaw es demasiado temperamental y estúpido y a veces no piensa antes de actuar. Adele te dirá lo mismo. Sí, también te dirá que no soy de fiar. - Sí, era un mercenario, pero no le dije que probablemente los otros mercenarios que había conocido no eran como yo, para nada. - Pero tampoco estoy pidiendo que confiéis en mi, verdad? Solo que aceptéis mi colaboración....para con Smaug. Seguro que sabes bien que no hay que decepcionar a un dragón, verdad?
Hice una mueca rara cuando me dijo que ellos consideraban a Smaug familia y que si yo a él lo consideraba igual, pensando automáticamente en mi familia biologica, y luego en mi maestro, individuos a cada cual mas raros. - tengo un extraño concepto de familia, pero sí? - también pensé en Mónica y los niños pero rapidamente aparté mi cabeza de aquello. Nunca sabias quien podia estar intentando mirar, aunque fueses oclumente...
Se acercó lanzando aquellas amenazas sobre lo que le hacian a los que jugaban a dos bandas. Llevaba toda mi vida haciéndolo. Alcé ambas cejas, nada intimidado por su acercamiento. - Y que tal si solo espío lo que a vosotros os convenga? - si era listo seguro que lo pillaba.
Lo escuché, no estaba de acuerdo con el asunto de la corrupcion , falsedad, putrefaccion y todas esas palabras feas que dedicó al Consejo. Para ellos la renovación era implantarse en ese trono, y a mi no me gustaban los tronos de nadie....
- Historial delictivo dice... - sonreí y negué con la cabeza, terminé hasta riendome un poco. - Si soy un santo. - cerré mi puño, alzandolo a la altura de mis ojos y mirándolo. En su interior había hecho aparecer una canica negra de zona de antimagia. - Habilidades? - ese hombre parecía de los que no dejaban pasar una afrenta, de los que no reculaban ni se echaban atrás ante ningun ataque. También parecía de los difíciles de impresionar. Si juntábamos ambas cosas....
Con el puño que habia estado mirando como pensando en mis habilidades le pegué un puñetazo en la mejilla. Estabamos cerca, y ejecuté el movimiento como una vibora que salta de pronto, fue rapido pero no tan fuerte. Supuse que un mago de su estatus, respondería con magia pero por si acaso....tras dar el golpe me aparté para no estar tan facilmente a rango de hostia fina. El hombre debía creer que le habia tomado el pelo y que mis habilidades eran pegar puñetazos.
El apellido Hacksaw me hizo asociarlo rápidamente al marido de Catherine, encajando rápidamente que pudiese ser él quien hubiese venido a "vengarse" por lo del ataque a su casa. Me pareció tremendamente estúpido, pero me pareció muy creíble la versión de Setelah. - Como sea. Esa acción no va a quedar en el anonimato. Las normas del parlamento siguen estando vigentes. - y se lo haríamos saber, les gustase más o menos. Debían estar buscando una provocación para hacernos actuar. Por suerte él no quería colaborar de modo demasiado intenso, sólo mantener relación con el dragón. - Ya te he dicho que no la negaremos, mientras no vaya con nuestros intereses. Seguro que tú también quieres colaborar para mejorar las condiciones de los dragones, para restaurar lo que una vez fueron. En Ávalon llevamos siglos haciéndolo. - en el resto del mundo los dragones habían disminuido, pero en Ávalon seguían teniendo su lugar seguro.
No indagué sobre su extraño concepto de familia, tampoco me interesaba. Yo tenía muy claro el sentido de la mía. Podían caerme mejor o peor, estar más o menos de acuerdo, pero eran sangre de mi sangre y habíamos crecido juntos. Podíamos estar en contra de todo el mundo y a la vez estar rodeados de mucha gente como los vasallos, pero al fin y al cabo sólo nos teníamos a nosotros mismos. Sólo podíamos confiar por completo en la familia.
Entorné los ojos antes la sugerencia de Setelah sobre espiar sólo lo que conviniese, comprendiendo rápidamente que proponía sembrar falsos rumores para distraer. - Puede ser un estudio de población interesante...por qué no. La información es poder, y la desinformación el caos. - no me esperaba para nada lo que sucedió después, el puñetazo me pilló desprevenido, aunque con los reflejos suficientes para que no me golpease de lleno en la mejilla. Esquivé lo justo para ello, pero me llevé el golpe de refilón. Aquella falta de respeto me indignó, no quedaría sin respuesta tal afrenta gratuita. - Qué estúpido...no hago más que toparme con tarados inútiles. - extendí la palma de la mano hacia él para tratar de usar mi magia de sangre con la intención de abrirle múltiples heridas por todo el cuerpo, pero algo extraño sucedió. No sólo no sangraba, sino que el tipo no parecía sentir ningún tipo de dolor. Jamás me había pasado algo así. Apenas pude ocultar un gesto de extrañeza con lo que pasaba, mirando al mago que tenía enfrente con más indignación todavía. Si aquello no funcionaba pasaría a lo físico. Llevé mi mano hacia su cuello de manera repentina, con la intención de estrangularlo mientras le hablaba.
- ¿Eres tú el culpable de lo que acaba de pasar? - y esta vez no me refería al incendio, sino a esa especie de bloqueo extraño. - Habla mientras puedas.
No indagué sobre su extraño concepto de familia, tampoco me interesaba. Yo tenía muy claro el sentido de la mía. Podían caerme mejor o peor, estar más o menos de acuerdo, pero eran sangre de mi sangre y habíamos crecido juntos. Podíamos estar en contra de todo el mundo y a la vez estar rodeados de mucha gente como los vasallos, pero al fin y al cabo sólo nos teníamos a nosotros mismos. Sólo podíamos confiar por completo en la familia.
Entorné los ojos antes la sugerencia de Setelah sobre espiar sólo lo que conviniese, comprendiendo rápidamente que proponía sembrar falsos rumores para distraer. - Puede ser un estudio de población interesante...por qué no. La información es poder, y la desinformación el caos. - no me esperaba para nada lo que sucedió después, el puñetazo me pilló desprevenido, aunque con los reflejos suficientes para que no me golpease de lleno en la mejilla. Esquivé lo justo para ello, pero me llevé el golpe de refilón. Aquella falta de respeto me indignó, no quedaría sin respuesta tal afrenta gratuita. - Qué estúpido...no hago más que toparme con tarados inútiles. - extendí la palma de la mano hacia él para tratar de usar mi magia de sangre con la intención de abrirle múltiples heridas por todo el cuerpo, pero algo extraño sucedió. No sólo no sangraba, sino que el tipo no parecía sentir ningún tipo de dolor. Jamás me había pasado algo así. Apenas pude ocultar un gesto de extrañeza con lo que pasaba, mirando al mago que tenía enfrente con más indignación todavía. Si aquello no funcionaba pasaría a lo físico. Llevé mi mano hacia su cuello de manera repentina, con la intención de estrangularlo mientras le hablaba.
- ¿Eres tú el culpable de lo que acaba de pasar? - y esta vez no me refería al incendio, sino a esa especie de bloqueo extraño. - Habla mientras puedas.
No pude evitar reirme un poco cuando a Wthyr se le quedó esa pequeña mueca de sorrpesa en la cara. Y no por mi hostia, si no porque como supuse, había tratado de usar magia contra mi y no habia sido capaz, por aquel gesto de la palma de la mano extendida hacia mi sin mas.
- Tranquilo, no te preocupes. Suelo causar ese efecto en la gente. - como supuse, tras la magia, el hombre pasó al ataque físico.
Me agarró del cuello y no se quedó corto en apretar. Uy, que problema mas grande de contencion de la ira. Por un momento supe que si sacaba la katana podría cortarle la mano lo suficientemente rapido, pero tambien supe que eso no sería mucho mas inteligente que lo que habia hecho Adam, y yo no estaba ahi para eso. Perfil bajo, asi pues.
- Has preguntado por mis habilidades mágicas, y yo te he hecho una demostración práctica. Perdón por el puñetazo, si me pegas uno a mi equilibramos el karma. No te he robado tu magia, pero mientras me tengas delante no vas a poder usarla. Qué te parece? Interesado? - le alcé las cejas, y miré a su mano, como diciéndole que ya era momento de soltarme. Mi otra mano había empezado a dirigirse a la empuñadura de la katana de modo muy, muy sutil.
- Tranquilo, no te preocupes. Suelo causar ese efecto en la gente. - como supuse, tras la magia, el hombre pasó al ataque físico.
Me agarró del cuello y no se quedó corto en apretar. Uy, que problema mas grande de contencion de la ira. Por un momento supe que si sacaba la katana podría cortarle la mano lo suficientemente rapido, pero tambien supe que eso no sería mucho mas inteligente que lo que habia hecho Adam, y yo no estaba ahi para eso. Perfil bajo, asi pues.
- Has preguntado por mis habilidades mágicas, y yo te he hecho una demostración práctica. Perdón por el puñetazo, si me pegas uno a mi equilibramos el karma. No te he robado tu magia, pero mientras me tengas delante no vas a poder usarla. Qué te parece? Interesado? - le alcé las cejas, y miré a su mano, como diciéndole que ya era momento de soltarme. Mi otra mano había empezado a dirigirse a la empuñadura de la katana de modo muy, muy sutil.
El comentario irónico del hombre me hizo apretar su cuello con más fuerza, pero él no reaccionó violentamente ante eso. Había hecho algo, eso estaba claro, pero resultaba una provocación absurda estando tan rodeado de potenciales enemigos. Enseguida mencionó algo de sus habilidades mágicas, como queriendo decir que aquello había sido una demostración. Solté su cuello de manera brusca, propinándole un puñetazo en la cara antes de apartarme de él. Acababa de confirmarme que había hecho algo para que no pudiese usar magia.
- Incluso Ávalon se vio afectado por aquel bloqueo de magia. ¿Acaso tienes tú algo que ver con eso? ¿algún objeto que bloquee la magia? No tengo paciencia ni tiempo para juegos, así que habla o serás la cena de cualquiera de los dragones que hay aquí, excluyendo a tu querido Smaug. - solté con desdén, aunque también con impaciencia por saber lo que sucedía. Apreté los puños sin apartar la vista de él, muy dispuesto a avisar a cualquiera de los dragones cercanos como no me convenciese su respuesta. Era un peligro tenerle cerca si de verdad poseía una habilidad así .
- ¿Sugieres que tu supuesta habilidad puede sernos de ayuda en la isla? - desde luego contra una máquina era inútil, pero podía ser interesante contra los Descendientes si llegaba a ser necesario. Tampoco podíamos fiarnos de alguien que podía bloquearnos a nosotros mismos.
- Incluso Ávalon se vio afectado por aquel bloqueo de magia. ¿Acaso tienes tú algo que ver con eso? ¿algún objeto que bloquee la magia? No tengo paciencia ni tiempo para juegos, así que habla o serás la cena de cualquiera de los dragones que hay aquí, excluyendo a tu querido Smaug. - solté con desdén, aunque también con impaciencia por saber lo que sucedía. Apreté los puños sin apartar la vista de él, muy dispuesto a avisar a cualquiera de los dragones cercanos como no me convenciese su respuesta. Era un peligro tenerle cerca si de verdad poseía una habilidad así .
- ¿Sugieres que tu supuesta habilidad puede sernos de ayuda en la isla? - desde luego contra una máquina era inútil, pero podía ser interesante contra los Descendientes si llegaba a ser necesario. Tampoco podíamos fiarnos de alguien que podía bloquearnos a nosotros mismos.
Me insté a mi mismo a la calma aunque W apretaba aun un poco más mi cuello. Cinco segundos. Cuenta hasta cinco, aguanta la respiracion, y si no te suelta, sacas la katana y....
Pero me soltó antes de que fuese necesario hacer eso. Y con un puñetazo de propina que me hizo trastabillar en la nieve hacia atrás.
- bueno, estamos en paz - dije masajeandome la parte en la que me habia golpeado. - No, no tuve nada que ver, eso fue la Alianza humana y su tecnologia. Lo mio es distinto. - mentira, pero verdad. En serio esperaba una disertación? No. - Crees que estoy jugando, Pendragon? - le dije alzando mis cejas . - No juego arriesgando mi vida. .- le insinué con mi tono de voz que mal me había estimado si creia que estaba jugando.
- Eso mismo sugiero. Si vuestro parlamento al final no funciona y las cosas se tienen que poner violentas....piensa de qué lado preferirías que yo estuviese. Es verdad que ahora la guerra es con el robot ese psicokiller de abajo, pero luego, qué? En fin, tú has preguntado... - alcé ambas manos, como diciéndole que fue él quien pidio que demostrase mi utilidad. - Quiero colaborar con aquellos que benefician a Smaug. Si lo consentís, claro... - agaché un poco mi barbilla pero sin dejar de mirarlo. - Yo ya he dicho todo lo que había venido a decir.
Pero me soltó antes de que fuese necesario hacer eso. Y con un puñetazo de propina que me hizo trastabillar en la nieve hacia atrás.
- bueno, estamos en paz - dije masajeandome la parte en la que me habia golpeado. - No, no tuve nada que ver, eso fue la Alianza humana y su tecnologia. Lo mio es distinto. - mentira, pero verdad. En serio esperaba una disertación? No. - Crees que estoy jugando, Pendragon? - le dije alzando mis cejas . - No juego arriesgando mi vida. .- le insinué con mi tono de voz que mal me había estimado si creia que estaba jugando.
- Eso mismo sugiero. Si vuestro parlamento al final no funciona y las cosas se tienen que poner violentas....piensa de qué lado preferirías que yo estuviese. Es verdad que ahora la guerra es con el robot ese psicokiller de abajo, pero luego, qué? En fin, tú has preguntado... - alcé ambas manos, como diciéndole que fue él quien pidio que demostrase mi utilidad. - Quiero colaborar con aquellos que benefician a Smaug. Si lo consentís, claro... - agaché un poco mi barbilla pero sin dejar de mirarlo. - Yo ya he dicho todo lo que había venido a decir.
Devolverle el puñetazo dejó las cosas relativamente calmadas por el momento, aunque ninguno de los dos fuese a bajar la guardia. Mi gesto dejaba entrever que no me creía del todo eso de que no tuviese nada que ver con lo que hizo la Alianza Humana con el bloqueo de magia. Debía estar relacionado de algún modo, aunque no fuese voluntario. - Jugando tal vez no, pero sí estás tanteando el terreno. - repliqué con frialdad, pues era obvio lo que hacía. El golpe había sido para hacer la demostración, quería ver a dónde le llevaba eso. Él también veía que lo del parlamento al final no llevaría a ningún lado, estaba claro que al final se inventarían alguna excusa para expulsarnos. Lo único que estábamos haciendo todos ahora era ganar tiempo. Ya habían empezado con sus provocaciones, y era evidente que la relación con los Descendientes era tensa.
- He de decirte que los Descendientes no están del lado de nadie, así que cuando todo esto pase probablemente os echen de aquí a patadas al igual que quieren hacer con nosotros. Aspiramos a que los dragones recuperen todo el espacio que un día tuvieron, a hacer justicia por el pasado, y cambiar el decadente Consejo. Sus antepasados se avergonzarían de ellos. No son ni la sombra de lo que fueron, ni son lo que deberían ser. - se me pasaron por la mente unos cuantos, eran rídiculos. Decidí que me interesaba el tipo, aunque el primer intento con aquella médium no había salido como esperaba. Me aproximé nuevamente a él, pues tras el puñetazo lo había hecho retroceder.
- Colaboremos pues. Necesitaré pruebas por tu parte para ver que no se trata de un doble juego. Algunas te las pediré luego. Por el momento puedes moverte libremente por la isla con Smaug. Que sepan que no obligamos a los dragones a nada, que dejen sus absurdas paranoias. A cambio quiero que me traigas toda información que pueda ser de interés para nosotros. Qué planean, sus reuniones, movimientos...ya están desunidos, pero deben estarlo más todavía. También tienen algo que nos robaron. Excalibur. Hace siglos que se quedó en la familia del descendiente de Merlín. Quiero saber dónde la tienen. - recordé que había mencionado el apellido Hacksaw al inicio de la conversación, como el culpable del ataque. Había que hacerle desaparecer temporalmente, pero de eso me encargaba yo. Caí entonces en lo útil que me resultaría la habilidad de Setelah para cierto momento. - Catherine Le Fay desea unirse a nosotros. Todavía no lo sabe, pero en el fondo de su corazón lo desea. Representamos las ganas que tiene de romper con el Consejo. Estamos unidos de un modo u otro. Te avisaré para que estés cerca cuando sea necesario. Smaug y el joven Svart serán nuestros intermediarios, y cualquier reunión será en este lugar.- terminé las condiciones a cumplir, esperando por ver si aceptaba de buen grado antes de marcharse.
- He de decirte que los Descendientes no están del lado de nadie, así que cuando todo esto pase probablemente os echen de aquí a patadas al igual que quieren hacer con nosotros. Aspiramos a que los dragones recuperen todo el espacio que un día tuvieron, a hacer justicia por el pasado, y cambiar el decadente Consejo. Sus antepasados se avergonzarían de ellos. No son ni la sombra de lo que fueron, ni son lo que deberían ser. - se me pasaron por la mente unos cuantos, eran rídiculos. Decidí que me interesaba el tipo, aunque el primer intento con aquella médium no había salido como esperaba. Me aproximé nuevamente a él, pues tras el puñetazo lo había hecho retroceder.
- Colaboremos pues. Necesitaré pruebas por tu parte para ver que no se trata de un doble juego. Algunas te las pediré luego. Por el momento puedes moverte libremente por la isla con Smaug. Que sepan que no obligamos a los dragones a nada, que dejen sus absurdas paranoias. A cambio quiero que me traigas toda información que pueda ser de interés para nosotros. Qué planean, sus reuniones, movimientos...ya están desunidos, pero deben estarlo más todavía. También tienen algo que nos robaron. Excalibur. Hace siglos que se quedó en la familia del descendiente de Merlín. Quiero saber dónde la tienen. - recordé que había mencionado el apellido Hacksaw al inicio de la conversación, como el culpable del ataque. Había que hacerle desaparecer temporalmente, pero de eso me encargaba yo. Caí entonces en lo útil que me resultaría la habilidad de Setelah para cierto momento. - Catherine Le Fay desea unirse a nosotros. Todavía no lo sabe, pero en el fondo de su corazón lo desea. Representamos las ganas que tiene de romper con el Consejo. Estamos unidos de un modo u otro. Te avisaré para que estés cerca cuando sea necesario. Smaug y el joven Svart serán nuestros intermediarios, y cualquier reunión será en este lugar.- terminé las condiciones a cumplir, esperando por ver si aceptaba de buen grado antes de marcharse.
"claro que tanteo el terreno"
No respondí, para que gastar saliva en lo obvio. Lo miré con un gesto indescifrable mientras me hablaba, traducía sus palabras a lenguaje Setelah. No creía que los Descendientes se pusieran a echar de la isla a todo el mundo cuando la guerra contra Sam concluyese, si lo hacía, claro. Quizá si se librasen del exceso de poblacion, pero muchos nos iriamos por nuestra cuenta, permanecer mucho rato en un mismo sitio amuerma. Pero si ganaban los Pendragon, mi opinión era que echarian a todos los que se les hubiesen opuesto, Pendragon no daba garantia de ser mejor. No que me importase, desde luego...tan a la larga no.
Fingí que no me aburría que buscasen justicia por sus agravios del pasado, de todos modos, al fin y al cabo, era importante para la trama. Mas me llamó la atencion lo de recuperar para los dragones el espacio que antes tenían. Con la cantidad de nuestra especie que habian muerto por culpa del a IA, seguro que encontraban vastas llanuras que poblar.
Asentí. Libertad de movimientos por la isla con Smaug. Check.
- Eso está hecho. Me acercaré a Sean Eire, quiza pueda averiguar algo acerca de vuestra espada. - encontrar reliquias! por favor, me encanta! Lo que dijo sobre Catherine me intrigó más y se lo hice ver, porque ahi solo me habia contado la mirad, o menos. - Trato. Ha sido un placer. - le dediqué una profunda reverencia, y despues en el interior de mi puño cerrado, acabé con la pequeña esfera que anulaba la magia. Tras eso, me desaparecí de alli.
No respondí, para que gastar saliva en lo obvio. Lo miré con un gesto indescifrable mientras me hablaba, traducía sus palabras a lenguaje Setelah. No creía que los Descendientes se pusieran a echar de la isla a todo el mundo cuando la guerra contra Sam concluyese, si lo hacía, claro. Quizá si se librasen del exceso de poblacion, pero muchos nos iriamos por nuestra cuenta, permanecer mucho rato en un mismo sitio amuerma. Pero si ganaban los Pendragon, mi opinión era que echarian a todos los que se les hubiesen opuesto, Pendragon no daba garantia de ser mejor. No que me importase, desde luego...tan a la larga no.
Fingí que no me aburría que buscasen justicia por sus agravios del pasado, de todos modos, al fin y al cabo, era importante para la trama. Mas me llamó la atencion lo de recuperar para los dragones el espacio que antes tenían. Con la cantidad de nuestra especie que habian muerto por culpa del a IA, seguro que encontraban vastas llanuras que poblar.
Asentí. Libertad de movimientos por la isla con Smaug. Check.
- Eso está hecho. Me acercaré a Sean Eire, quiza pueda averiguar algo acerca de vuestra espada. - encontrar reliquias! por favor, me encanta! Lo que dijo sobre Catherine me intrigó más y se lo hice ver, porque ahi solo me habia contado la mirad, o menos. - Trato. Ha sido un placer. - le dediqué una profunda reverencia, y despues en el interior de mi puño cerrado, acabé con la pequeña esfera que anulaba la magia. Tras eso, me desaparecí de alli.
Finalmente logramos llegar a un acuerdo sobre esa posible relación beneficiosa para ambos, aunque aún estaba por ver si funcionaría o no. El intento de negocio hecho con Bellatrix fue bastante irrelevante, sólo me sirvió para comprobar lo desunidos que estaban los Descendientes. - Paciencia y cautela. Recuerda también lo de la información. - añadí antes de devolverle el ligero movimiento de cabeza que hizo él a modo de despedida. Se desapareció tras haber quedado aparentemente satisfecho con el trato, sobre todo por la parte concerniente al dragón.
Tras eso me dispuse a retomar mis asuntos, que habían sido interrumpidos por el imbécil de turno queriendo quemarnos la casa, por el anuncio de una boda y por un potencial aliado. Cumplir los designios del árbol no iba a ser fácil, especialmente cuando ni siquiera estaba especificado qué era exactamente lo que se pretendía. Catherine Pendragon...se me ocurrían muchos posibles escenarios para ello, pero desconocía cuál era el correcto. Gwen debería haber sido más explícita o haber interpretado mejor las señales. Exhalé el aire lentamente, haciendo que se formase una pequeña nube de vaho por el contraste con el aire frío de la montaña. Aparentemente todo estaba tranquilo, pero nada era como debería.
Mis pasos se dirigieron de vuelta al interior del castillo, donde ahora se encontraban otros dos soldados de la guardia, sustituyendo a los heridos por Hacksaw. - Id y buscad a Catherine Le Fay. Decidle que su marido ha venido hasta aquí para herir a soldados de la guardia Pendragon, actuando de manera traicionera. Decidle que si se cree por encima de lo acordado en el parlamento como para enviar aquí al tal Hacksaw, o si acaso tiene miedo de venir ella misma a hablar. Pacta sunt servanda. - ambos guardias obedecieron, comenzando a alejarse de la puerta para iniciar el camino hacia la ciudad, en busca de Catherine. Después atravesé la puerta de piedra, dejando atrás el frío de las montañas para dirigirme de vuelta a las mazmorras.
Tras eso me dispuse a retomar mis asuntos, que habían sido interrumpidos por el imbécil de turno queriendo quemarnos la casa, por el anuncio de una boda y por un potencial aliado. Cumplir los designios del árbol no iba a ser fácil, especialmente cuando ni siquiera estaba especificado qué era exactamente lo que se pretendía. Catherine Pendragon...se me ocurrían muchos posibles escenarios para ello, pero desconocía cuál era el correcto. Gwen debería haber sido más explícita o haber interpretado mejor las señales. Exhalé el aire lentamente, haciendo que se formase una pequeña nube de vaho por el contraste con el aire frío de la montaña. Aparentemente todo estaba tranquilo, pero nada era como debería.
Mis pasos se dirigieron de vuelta al interior del castillo, donde ahora se encontraban otros dos soldados de la guardia, sustituyendo a los heridos por Hacksaw. - Id y buscad a Catherine Le Fay. Decidle que su marido ha venido hasta aquí para herir a soldados de la guardia Pendragon, actuando de manera traicionera. Decidle que si se cree por encima de lo acordado en el parlamento como para enviar aquí al tal Hacksaw, o si acaso tiene miedo de venir ella misma a hablar. Pacta sunt servanda. - ambos guardias obedecieron, comenzando a alejarse de la puerta para iniciar el camino hacia la ciudad, en busca de Catherine. Después atravesé la puerta de piedra, dejando atrás el frío de las montañas para dirigirme de vuelta a las mazmorras.
Había decidido marcharme del hospital por mi cuenta y riesgo, de manera impulsiva tras agobiarme allí más de la cuenta. No sabía ni cuánto tiempo había estado allí, pero sí tenía claro que no estaba recuperado por completo y que lo que había hecho no era correcto. El primer punto en el que aparecí fue la habitación que tenía en el edificio común de refugiados, pues fue lo primero que se me ocurrió al marcharme. Nada más llegar tuve que sentarme unos minutos en la cama, mareado por la desaparición. Normalmente no me pasaba, así que me fastidió aquello. Volví a ponerme en pie cuando me recompuse un poco, quitándome la bata de hospital para lanzarle fuego y quemarla de manera controlada. No iba a ir por ahí con esa cosa, con el culo al aire. Me fui hacia el armario para coger mi ropa, yendo al baño para darme una ducha. Allí pude observar con más detenimiento las cicatrices que habían quedado tras la operación de los nanobots, aunque no se notaban tanto como deberían gracias a las sanaciones mágicas. Salí del baño tras un rato, ya vestido y bastante cansado a pesar de haber hecho poca cosa. Al menos había recuperado algo de dignidad al llevar ropa normal.
Podría haberme quedado allí tirado, pero necesitaba asegurarme de que Svart estaba bien. No tenía noticias suyas desde hacía demasiado. Hice un esfuerzo más, esta vez para desaparecerme en dirección a las montañas del dragón, donde se suponía que debía estar él. Cerré los ojos para visualizar el destino, pero en cuanto me desaparecí supe que no me había salido bien. Grité de dolor nada más aparecer, cayendo al suelo de rodillas de manera casi inmediata. La sangre comenzó a escurrir de mi brazo medio partido hasta la nieve, tiñendo su blancura de rojo. Se me nubló la vista al mirar lo que había me había pasado por gilipollas, por irme por mi cuenta. El brazo estaba prácticamente separado a la altura del codo, pendiendo únicamente de un tendón. Escisión. Una maldita escisión. No me atreví a tocar aquello, ni sabía qué hacer. Una tercera desaparición podría ser mucho peor. No quería avisar a Juliet, se iba a enfadar y con razón. Tampoco serviría de mucho llamar a Svart, pero era la única opción aunque no supiese si podría oírme. Pedí ayuda en la lengua de los dragones, gritando su nombre por si pudiese escucharme.
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probabilidad: ¿Le sale bien la segunda desaparición?
Podría haberme quedado allí tirado, pero necesitaba asegurarme de que Svart estaba bien. No tenía noticias suyas desde hacía demasiado. Hice un esfuerzo más, esta vez para desaparecerme en dirección a las montañas del dragón, donde se suponía que debía estar él. Cerré los ojos para visualizar el destino, pero en cuanto me desaparecí supe que no me había salido bien. Grité de dolor nada más aparecer, cayendo al suelo de rodillas de manera casi inmediata. La sangre comenzó a escurrir de mi brazo medio partido hasta la nieve, tiñendo su blancura de rojo. Se me nubló la vista al mirar lo que había me había pasado por gilipollas, por irme por mi cuenta. El brazo estaba prácticamente separado a la altura del codo, pendiendo únicamente de un tendón. Escisión. Una maldita escisión. No me atreví a tocar aquello, ni sabía qué hacer. Una tercera desaparición podría ser mucho peor. No quería avisar a Juliet, se iba a enfadar y con razón. Tampoco serviría de mucho llamar a Svart, pero era la única opción aunque no supiese si podría oírme. Pedí ayuda en la lengua de los dragones, gritando su nombre por si pudiese escucharme.
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probabilidad: ¿Le sale bien la segunda desaparición?
Dados
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Reiv Black' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Probabilidad' :
'Probabilidad' :
Svart
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puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El influjo de los Pendragon había mantenido a Svart en las montañas desde que ellos llegaron, viviendo allí con Smaug y con el resto de dragones de la colonia de la isla de Wight. Desde entonces no se había alejado de allí, había encontrado un hogar al que pertenecer. Sentía que el linaje de los Pendragon era como una familia para todos ellos, y cuando estaban cerca se sentía protegido y en paz. Había aprendido a cazar con el grupo, y se había vuelto muy bueno en vuelos en picado. Ese día ya llevaba zampados seis o siete rapaces de las grandes.
Comenzó a descender en círculos cuando el olor de una sangre conocida llegó a sus fosas nasales, y apresuró todavía más el vuelo cuando escuchó la voz de aquel que le había criado. El aterrizaje fue suave y medido, mucho mejor que cuando era más pequeño. Movió la cabeza hacia un lado con curiosidad al ver a Reiv de rodillas en la nieve, acercándose lentamente para olfatear. Cuando estuvo lo suficientemente cerca le echó humo en la cara, restregando después su cara contra él. La sangre hizo que intentase curarle de manera instintiva, sacando su lengua para intentar lamer la herida, igual que hacía con las suyas.
Comenzó a descender en círculos cuando el olor de una sangre conocida llegó a sus fosas nasales, y apresuró todavía más el vuelo cuando escuchó la voz de aquel que le había criado. El aterrizaje fue suave y medido, mucho mejor que cuando era más pequeño. Movió la cabeza hacia un lado con curiosidad al ver a Reiv de rodillas en la nieve, acercándose lentamente para olfatear. Cuando estuvo lo suficientemente cerca le echó humo en la cara, restregando después su cara contra él. La sangre hizo que intentase curarle de manera instintiva, sacando su lengua para intentar lamer la herida, igual que hacía con las suyas.
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El influjo de los Pendragon había mantenido a Svart en las montañas desde que ellos llegaron, viviendo allí con Smaug y con el resto de dragones de la colonia de la isla de Wight. Desde entonces no se había alejado de allí, había encontrado un hogar al que pertenecer. Sentía que el linaje de los Pendragon era como una familia para todos ellos, y cuando estaban cerca se sentía protegido y en paz. Había aprendido a cazar con el grupo, y se había vuelto muy bueno en vuelos en picado. Ese día ya llevaba zampados seis o siete rapaces de las grandes.
Comenzó a descender en círculos cuando el olor de una sangre conocida llegó a sus fosas nasales, y apresuró todavía más el vuelo cuando escuchó la voz de aquel que le había criado. El aterrizaje fue suave y medido, mucho mejor que cuando era más pequeño. Movió la cabeza hacia un lado con curiosidad al ver a Reiv de rodillas en la nieve, acercándose lentamente para olfatear. Cuando estuvo lo suficientemente cerca le echó humo en la cara, restregando después su cara contra él. La sangre hizo que intentase curarle de manera instintiva, sacando su lengua para intentar lamer la herida, igual que hacía con las suyas.
Comenzó a descender en círculos cuando el olor de una sangre conocida llegó a sus fosas nasales, y apresuró todavía más el vuelo cuando escuchó la voz de aquel que le había criado. El aterrizaje fue suave y medido, mucho mejor que cuando era más pequeño. Movió la cabeza hacia un lado con curiosidad al ver a Reiv de rodillas en la nieve, acercándose lentamente para olfatear. Cuando estuvo lo suficientemente cerca le echó humo en la cara, restregando después su cara contra él. La sangre hizo que intentase curarle de manera instintiva, sacando su lengua para intentar lamer la herida, igual que hacía con las suyas.
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