Montañas del dragón

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'Probabilidad' :

asdasd

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'Probabilidad' :

Bajó la montaña a toda velocidad con sus padres a sus espaldas. La alfombra voladora llegó hasta donde Adael se encontraba, viendo el primer intento del corte de la montaña. No fue exitoso, pero no le sorprendía en absoluto, pues estaban demasiado juntos y no habían llegado lo suficientemente profundo para el espacio que tenían debajo. Junto a Adael, acordaron el mejor ángulo para hacer el corte a la montaña, y entonces, tanto sus padres, Adael, aquel elfo extraño y el resto de los maestros de tierra, se desplegaron algunos metros.

Tenían, si acaso, un par de minutos para llevarlo a cabo. Las raíces no habían llegado hasta la falda de la montaña, pero era cuestión de tiempo. Mientras veía el movimiento a lo lejos, desde lo alto de la montaña, entendió que a los Pendragón no les molestaba el árbol. De lo contrario, nunca lo habrían traído a infectar Ouroboros, el lugar que supuestamente era su legítimo hogar. Aquello no era un error, sino algo calculado.- ¡AHORA! - Gritó a Adael y al resto de los maestros tierra, dando aquel último paso con fuerza.

Por un momento, nada pasó, de nuevo. Ya no tenía una conexión con esa montaña, así que hasta que la tierra no comenzó a abrirse y a resquebrajarse bajo sus pies, no entendió que lo habían logrado. Entre todos, comenzaron a alejar la nueva isla de Ouroboros, tratando de alejar el peligro a como diera lugar. Cuando la ruptura entre ambas estructuras fue innegable, dio un par de pasos atrás, relajando aquella tensión tan horrible que había sentido mientras bajaba la ladera de la montaña.- Adael, salgamos de aquí, hay que evacuar al menos hasta el centro de la zona residencial. Debajo de este suelo ya no hay raíces de los árboles de Ouroboros y podría resquebrajarse.- Seguro él había sentido que el terreno ya no era tan firme como antes, así que debían tratar de manejar las cosas con cautela hasta que volvieran a cimentar el suelo bajo sus pies.- Vámonos.

Tras aquello, subió de nuevo a la alfombra, esperando a que el resto de los magos salieran del lugar para alejarse con rumbo a la ciudad.

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Dado 1: ¿Logran separar la montaña de la isla?
Dado 2: ¿Lastiman las ramas a alguien?

Aclaración:

Mientras entrenaba con Adael, me he ido enterando un poco de los acontecimientos recientes, las cosas se están poniendo tensas e incluso me pidieron que fuera a la Guardia, quedaba un día a la fecha límite que El Consejo de los 20 habían impuesto a los Pendragón y estos últimos todavía se mostraban reacios a dar una respuesta clara, aparte de su inactividad a conciencia.

Por suerte ya estoy en mejores condiciones no solo de salud, también con la posibilidad volver al combate. Espero que luego de esto, me permitan salir de la isla para atender mis asuntos, no puedo meterme en problemas ajenos sin una buena razón. Pero volviendo al tema, las tropas fueron convocadas en el día indicado y abrieron un portal que luego se agrandó para que nosotros podamos cruzarlo más rápidamente. El clima cambio bruscamente de la tibia brisa que llegaba en las instalaciones de la Guardia, a la fría tundra que eran las Montañas del Dragón, tendré que aguantarme, que, a pesar de mi gabardina, el frio es intenso.

Una vez terminamos de apilarnos según la formación indicada, los Descendientes (o los que vinieron) pronunciaron sus declaraciones a manera de ultimátum, ya no había forma de aplazar ninguna decisión, era hoy y nada más. La respuesta de los invitados no deseados fue el nacimiento de un gran árbol en medio de la mansión que se cernía en los riscos de la montaña. Puede que uno de los Pendragón sepa magia de plantas. Y viendo el tamaño del árbol, mejor no acercarse sin un plan en mente.

No mucho después de lo acontecido, Amaya nos informa que algunos pelotones deberían vigilar algunos templos en que se ubican en la región. El pelotón en el que estoy está incluido entre los que son dirigidos a uno de los templos, por lo que nos separamos del grueso de la milicia de Ouroboros y nos dirigimos a nuestro nuevo destino. En mi grupo, nos toca el templo que está relativamente cerca, al menos lo suficiente para ver algo en el horizonte. Lo que nos daría cierta oportunidad de ver si los dragones del enemigo se acercan aun desde la lejanía.

Una vez en posición, pregunté si tenían binoculares, y lo más parecido que tenían era un catalejo, que, a pesar de todo, muy bueno. Con esto no solo puedo vigilar a los dragones que ya alzaron el vuelo, también presenciar lo que parece, una inevitable batalla. Puedo observar que al parecer ya empezó, por medio de un hechizo que, a paso lento, movía la mansión donde se encontraba aquel enorme árbol. La reacción del enemigo no se hace esperar y un gran dragón emerge y lanza una llamarada al Descendiente de más edad, quien parece ser el responsable de mover la mansión.

El Descendiente recibe de lleno la llamarada, debido a que estaba más al frente sin la protección que le pudieron dar los soldados de la Guardia. Cuyos escudos individuales parece que se conectaron para protegerse del fuego. Algo que no había visto en un inicio ni en las instalaciones, son unas enormes maquinas las cuales llaman escorpiones que contratacaron a su propia manera…la guerra ha empezado.

Otro de los Descendientes inicia una invocación en el que aparecen 2 seres, que pueden ser demonios, pero todavía no puedo asegurar nada, todavía me falta familiarizarme con el bestiario de este mundo. De pronto el dragón que atacó al Descendiente Newton cayó dejando a su jinete expuesto, presa predilecta para los seres invocados. Un rugido se alza sobre el resto de los dragones. Es uno que supera en tamaño a la mayoría y luce exponencialmente más intimidante que un dragón común. Debido a su tamaño y poder, no le fue difícil crear un escenario dantesco con su potente llamarada hacia las filas principales y los escorpiones.

La mansión o castillo, también tenía movimiento en su interior, posiblemente inicien su ataque de infantería en masa. No tarde en ver que tenía razón, el caos empezó a extenderse aún más. El dragón derrumbado volvió a alzar vuelo sin su jinete, pero fue evidente que tenía un objetivo, eran los escorpiones. La jugada le salió mal y terminó estacado, volviendo a tener un brusco aterrizaje. Por lo que veo, es la primera baja importante, más importante aún, es una baja enemiga, cosa que puede jugar a nuestro favor si lo aprovechan. Esto provocó que el resto de dragones subieran más allá de las nubes, supongo que para evitar tenerlos a la vista dificultando tenerlos a distancia de ataque.

A pesar de su tamaño y numero, una vez entrados en las nubes el silencio en el aire se hizo presente. Guardé el catalejo—hay que ponernos en guardia, se nos viene un ataque sorpresa—no podía asegurarlo, al menos no contra nosotros en específico, pero es obvio que la estrategia es usar las nubes tal cual bomba de humo para evitar percibir de donde provendrá el siguiente ataque hasta que sea muy tarde. Luego de lo que parece ser un eterno silencio, una hilera de dragones en picada aparecen justo encima del ejército de Ouroboros pillándoles en un ángulo difícil de contraatacar. Lograron derribar a uno de los escorpiones, volviendo más difícil nuestra misión de defender la isla. Pero a su vez, otro par de dragones fueron víctimas del ejército de Ouroboros debido al grueso de gente que había sobrevivido al reciente ataque y que aun podía responder. Pero el mayor peligro todavía seguía presente, ese enorme dragón que cada ataque suyo, significaba otro pelotón muerto.

No debo quedarme de manos cruzadas, entonces recito una invocación, son mis fae de fuego. Ellas aparecen del círculo mágico que formulo lo más pronto posible, que con una risita coqueta flotan esperando instrucciones.

Fae de Fuego:

—Vuelen lo más alto posible, más allá de las nubes, sírvanme de atalaya y avísenme si se acercan dragones—sin más rodeos alzan vuelo y yo la mirada para discurrir en las cercanías por si las nubes revelan pistas de la presencia de los alados reptiles. Sorpresivamente aparece uno después que las hadas hubieran entrado al mar de nubes. Pequeñas perturbaciones en el resto de ese blanco mar indican que otros dragones van hacia el resto de templos—alerta al resto, van a tener visitas—uno de los guardias informa mediante los comunicadores en su casco.

Ahora es momento de preocuparnos por nuestros asuntos, y ese asunto es un maldito dragón que viene en caída. Por lo que alcanzo a ver, las hadas de alguna manera están en contacto con el dragón y sus acompañantes, haciéndoles el viaje más molesto que un mocoso causando berrinche en un avión con 8 horas de vuelo. Algunas de ellas incluso rasgaron con su fuego algunas partes delgadas de las alas disminuyendo su vuelo, siendo una de las razones por la que están teniendo un aterrizaje forzoso. No voy a mentir, me siento algo orgulloso, han improvisado sobre la marcha, a pesar de que no les he ordenado combatir.

¡¡Prepárense!!—grito mientras saco mi katana. A pesar de la altura, y los problemas con pequeños polizones llameantes, logran reducir en cierta medida el impacto de la caída, salvando al jinete y sus acompañantes. Estos no dudan en abalanzarse una vez se recuperan del tropezado vuelo. Los guardias salen en defensa del templo. La batalla ha comenzado para nosotros.

Dejo el combate con la infantería enemiga a mis compañeros, doy un salto más grande de lo usual propulsándome con el fuego, para tener de contendiente principal al jinete, cuyo dragón ha tardado en recuperarse, pero ya está listo y aun sin su presencia en los cielos, es un enemigo de incomensurable peligro. Para este momento las fae ya están a mi lado y me acompañan en esta pelea donde todo está en mi contra.

El dragón inicia con su característico aliento, por lo que yo tasajeo ese fuego con mi espada dividiéndola y mis hadas hacen uso de sus poderes para dispersar el fuego para que así no llegue a afectar a mis aliados en la retaguardia. Su siguiente acción es evidente, es la de intentar devorarme y yo evito esos mordiscos lo más rápido que puedo, pues todavía mantiene buena parte de su integridad física. También lanza varios zarpazos con sus patas delanteras. Lo poco que puedo hacer además de entretenerlo al evitar sus ataques, es respondiendo con mis bolas de fuego. Obviamente esto no le afecta en lo más mínimo, pero centra su atención en mí. Hace un barrido con su cola y yo aprovecho para saltar a su espalda, para dirigirme directamente a su jinete. Este, reacciona rápidamente y ordena al dragón alzar vuelo. Que, pese a sus alas algo rasgadas, aún pueden aletear con la suficiente fuerza para impulsarlo, pero esto retrasará cualquier sanación que pudiera estar activa.

Esto me desequilibra, obligándome a recostarme en su lomo mientras intento sujetarme con alguna de sus escamas. Como podrán adivinar, este hace una serie de maniobras para quitarme de encima, y no son pocas las ocasiones en que estuve a punto de caer. Una vez llegamos a una altura considerable, el jinete se levanta, manteniendo un equilibrio natural, y es comprensible, ha de haber entrenado para esta clase de situaciones. Yo apenas logro levantarme, el viento es oponente formidable por sí solo. Ahora los dos blandimos nuestras espadas con el fuego y humo del horizonte como telón de fondo. El dragón se sacude de nuevo de tal forma que afecta mi equilibrio, pero no el de su jinete. Deben ser movimientos previamente entrenados. Esto evita que pueda atacar y solo me concentro a la defensiva, esquivando y deteniendo sus tajos. En cierto momento quedo en el suelo escamado con poca maniobrabilidad con mi katana, por lo que saco mi pistola y le doy en el pecho. Están tan acostumbrados al combate antiguo de la espada y con magia que no han mejorado sus armaduras para resistir proyectiles superiores a las flechas. El cuerpo del jinete cae al borde y su dragón trata de salvarlo, pero sus alas han quedado tan desgastadas por la sobreexigencia de un vuelo dificultoso que vuelve a sufrir un aterrizaje forzoso, y el impacto me lanza al suelo cercano del templo.

He quedado magullado, pero vivo y aun puedo seguir en la batalla. Las hadas me proporcionan algo de calor perdido por lo anterior y al llegar al templo, veo que los soldados de la guardia han realizado su trabajo de forma encomiable.

Una vez superado el peliagudo percance de hace un momento, vuelvo a centrar mi atención a la batalla principal, no sin antes enviar una advertencia a los demás templos por medio de otro compañero que pudiera ser más rápido con el dispositivo de comunicación mágica integrada en su casco. Una vez reincido mi vista al campo de batalla me sorprende que ahora está cubierto de una espesa niebla—vuelvo a necesitarlas, pero esta vez no deberán involucrarse en combate, solo necesito informe de lo que ocurre en batalla que se está librando allá—les indico el sitio a las fae de fuego que prestan atención a mis comandos. Asienten a mis dictados y se van sin mayor dilación.

Con el catalejo mi visión del panorama es muy limitado, llamaradas por aquí, lanzas por allá, algún hechizo de rayos por acuyá, pero nada que pudiera precisar. Tendré que conformarme con lo que puedan recopilar las hadas. Pero he aquí, una misteriosa sombra figura en las cercanías de la batalla, ¿acaso es el héroe que llega a ultimo segundo para salvar el día?. El rugido que le sucede a dicha aparición me hace cuestionar si no es la misma Muerte en persona. La figura hace su jugada, recita un hechizo que se hace evidente con unas runas flotantes. Esto provoca un ligero viento que dispersa un poco el área del conflicto, permitiéndome observar los estragos que el combate ha dejado en este corto lapso de tiempo.

Lo que sucede a continuación es más que preocupante, los cuerpos evidentemente sin vida, se levantan…la misteriosa figura es un nigromante, ¿es el Descendiente de Rasputín?, solo espero que sea él y no otro enemigo. El rugido volvió a hacerse presente en el gélido aire, se acercaba a cada vendaval y por fin apareció, en la cima de la montaña que servía de base para el castillo de los Pendragón, una entidad cadavérica cuyos huesos pertenecieron al dragón enemigo, y por su accionar, ahora nuestro aliado en los cielos.

El enorme dragón de antes vuelve a manifestarse, y se dirige al nigromante. Sorpresivamente alguien más se interpone salvándolo, pero dejando al salvador empalado en las garras del inmenso dragón que se dirige a las alturas. Este logra zafarse de alguna manera y milagrosamente es salvado a su vez.

Un temblor se hizo presente en toda la región, ¿un terremoto en esta isla flotante?, no, algo más debe estar provocando esto. Mientras me sigo cuestionando las razones de este inquietante estremecimiento, algo en la marea aérea se hace evidente, pues los dragones dejaron de atacar y se retiran llevando a cuantos Pendragón y sus aliados pudiesen. La niebla ya ha desaparecido para este momento, dejándonos ver el alcance de la contienda. También pude apreciar como el ejército de no muertos improvisado es dispuesto en filas y devueltos a su descanso. Excepto el dragón esquelético, que se dirigió al camino contrario de los demás.

Las tropas de Ouroboros hicieron lo mismo, dirigiéndose a la ciudad o la base de la Guardia. El encargado de las comunicaciones efectúa su reporte y anuncia que el templo había sido protegido como es debido. Mis hadas vuelven confirmándome no solo lo visto, también que los Descendientes se han quedado discutiendo en vez de volver. Es posible que se deba a ese inmenso árbol que emergió sobrenaturalmente al inicio del encuentro.

Otro temblor y una especie de…¿rugido?, constatan que el nuevo problema es el árbol, pero según cuentan las hadas, parece ser que Los Descendientes tienen un plan ya formulado y yo…no puedo ayudar, no con mis capacidades actuales. Entonces prosigo a regresar a un área segura con el pelotón con el que fui integrado.

Leroy se dirigió hacia las montañas para ver con sus propios ojos aquel árbol diabólico del que tanto hablaban. Llegó allí utilizando su poder de levitación, lo que le dio una panorámica interesante desde las alturas. La copa del árbol tenía tonalidades rojizas, y no cabía duda de que daba la sensación de irradiar magia. Por algo se estaba armando tanto revuelo por un árbol. Descendió hasta tocar suelo, pisando la nieve removida que había en la zona de las raíces. Todavía quedaban restos de sangre por la nieve, a pesar de que hubiesen recogido a los caídos.

- Así que los Pendragon te han traído aquí como arma contra el Consejo.-   apoyó el báculo en el suelo, inclinándolo hasta tocar con la piedra en el tronco. Por supuesto, un hechizo de petrificación ni funcionaba. Tal vez fuese más una especie de gran mente a modo de contenedor de almas, como habían mencionado en la reunión. Aún así arrancó con la uña un pequeño trozo de corteza para analizarlo con más calma, aunque suponía que no sería de mucha utilidad. Era más cuestión de conectar con las almas aquellas.

- ¿Está el alma del primer rey Pendragon ahí? - el árbol reaccionó en ese momento, haciendo  que se estremeciese desde la copa hasta las raíces. Retrocedió varios pasos por precaución, bastante fascinado por lo que creía que era una respuesta.


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¿Reacciona el árbol?
éxito: sí
fallo: no

El miembro 'Leroy Merlín' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Merlín me llevó junto con él hacía el árbol. El lugar estaba totalmente… bueno, muerto. El suelo, los alrededores… como si lo hubieran calcinado. El ambiente también estaba enrarecido, y la presencia el árbol era intimidante. Daba la sensación de ir a engullirte en cualquier momento. Los rastros de sangre por doquier tampoco ayudaba a que me relajara, pero no era algo nuevo para mí. Había visto el suelo lleno de cadáveres y sangre en otras ocasiones. Simplemente, me era incomodo volver a vivir una situación parecida.

Dejé que Merlín se acercara primero e hiciera algunas comprobaciones. Cogió una muestra del mismo, y le imité, cogiendo algunas mas grandes, arrancándolas de la corteza. El tacto era desagradable. Y el árbol era como si respirara igual que un ser vivo, pero retorcido y oscuro, tal cual era su propósito.

Y cuando Merlín le lanzó una pregunta, la reacción de ese ser fue bastante concluyente, provocando que nos alejáramos por puro instinto, de él.

-No creo poder conseguir nada usando la genética, pero haré todo lo posible. Es producto de magia retorcida, y por cómo se alimenta…

Traté de hacer unas cuantas teorías rápidas. Quizá su vinculo con la sangre era la clave, y si la magia aun, no conseguía hacer nada contra él, si usábamos otra táctica…

-Puedo tratar de usar la sangre que tanta ansia contra él, quizá logremos debilitarlo de algún modo y podáis atacarle con la magia de modo más eficiente.

No sabia si Merlín querría hacer o intentar algo más, pero yo ya estaba dándole vueltas a como iba a proceder con las primeras muestras. Quizá algo parecido a enfermedades sanguíneas en los humanos podría servirme para aplicarlo de algún modo, con las pertinentes modificaciones.

Leroy no estuvo mucho rato a solas con el árbol, no tardaron en llegar Franklin y Tesla. En cierto modo habría preferido que no apareciesen por allí, pues estaba más tranquilo él solo. Se apartó para dejar que el otro hiciese lo suyo, haciendo un gesto de desaprobación por Tesla. No le había caído en gracia. Después se fijó en el más joven, asintiendo a lo de la genética.

- Es complejo. Diría que el árbol es más un contenedor para almas, pero no puedo afirmarlo. - guardó la muestra en el bolsillo de su túnica, más tarde probaría encantamientos sobre la corteza arrancada.

- ¿Cómo usarás la sangre para debilitarlo? - preguntó con curiosidad, pensando que la sangre mágica era lo que le daba fuerza. Absorbía magia, según había entendido en la reunión. - Tal vez pueda intentar acercarme a los Pendragon para descubrir más cosas sobre el árbol. A mí aún no me conocen, no saben que soy un nuevo miembro del Consejo. Podría fingir querer ser su consejero... - barruntó la idea, imaginándose retornar a aquellas ruinas de Tintagel y a la cueva de Merlín de sus antepasados. Luego hizo otro intento de hechizo sobre el árbol, utilizando un aura defensiva alrededor de ellos para evitar que las raíces pudiesen alcanzarlos en caso de enfurecer.

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dado éxito: la barrera funcionará si el árbol los ataca

El miembro 'Leroy Merlín' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

La salida de la reunión volando en silla de ruedas había sido todo un éxito y, sin lugar a duda, lo más espectacular del evento. Markus siempre marcaba la diferencia, por muchos esquemas que hiciera Rosse o chiribitas del merlinoso pedante ese. Durante el viaje, y desde las nubes, Markus le describió a Kyle todo tipo de tonterías que a nadie le parecería interesante salvo a él, como cuál era el árbol preferido de Entropía para posarse o dónde colocó el control de la isla después de la caída (el templete del jardín, como lo hicieran los fundadores), aprovechando que el asiático viajaba con él. Aterrizó con bastante (poca) elegancia a pies del árbol, rodeando la copa desde el aire para contemplar de cerca las hojas de color carmesí.

A nuestra llegada el nuevo Merlín estaba por ahí y a Markus le dio mazo de pereza su presencia, de modo que liberó al compañero de viaje y se fue en otra dirección, atisbando a lo lejos de la montaña a los soldados de la guardia de Ouroboros que debían estar custodiando la planta… bien lejos de toda aquella zona mermada. Se encogió de hombros y lo dejó estar, de la misma manera que la conversación que Kyle había decidido tomar con el descendiente de Merlín. Rodeó los ojos para ponerlos en blanco y rodeó al otro extremo del árbol, estudiando con curiosidad la superficie. Se cruzó de piernas en su silla de ruedas, y estudió, en primer lugar las pocas plantas que habían conseguido brotar tras las nevadas del invierno que debían dejar paso a la primavera. El científico arrancó una de las briznas y la espachurró entre sus dedos, haciendo que los polvillos ennegrecidos se volaran con la fresca brisa. Markus empezó a teorizar mientras los otros dos cacareaban, apartando la mano de golpe cuando el árbol reaccionó a la pregunta. ¿Les escuchaba, cómo?

Finalmente, Markus acercó su mano a la corteza del árbol, conectando con su energía vital, en todas sus reacciones metabólicas, en aquello que le daba vida y parecía quitarle a lo que le rodeaba. ¿Reaccionaría de la misma manera con su cuerpo que con la planta? Cuando Markus tocó con su mano la corteza del árbol, este pareció repelerla de alguna manera, casi como polos opuestos de un imán, pero no de la misma manera…. Sino diferente. No como una ley física universal, o sí, pero distinta, a él no le había mermado su magia energética, como la del entorno. -Esta plantita esconde más secretos de los que Markus pensaba, lo vamos a pasar bien, cacho de leño-

Ah, el siguiente experimento era el divertido, el que tenía que ver con la cubertería de plata robada en todas las bodas….



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Dado para saber si el árbol quiere un poco de la energía de Markus.
Éxito: Sí
Fallo: Nope

El miembro 'Markus Tesla' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Mientras Leroy tomaba precauciones por el árbol nos atacaba, yo seguía observándolo de cerca, intentando teorizar algo mas sobre él. Que trasteara su genoma, sin más, no serviría de mucho, si realmente, era algo más que un árbol. Y ante las palabras sobre sus sospechas, Leroy me hizo pensar aún más en otras posibilidades.

-Estoy de acuerdo contigo. Las retiene por algún motivo que puede ir más allá de hacerse más fuerte, no solo engullendo almas, si no alimentándose de sangre, pero algo me dice que eso es solo una parte de su propósito, no se… Es como si fuera un castigo, una especie de reclusión. Como si la sangre fueran los barrotes que necesitan reforzarse contras más almas engulle. Y si en algún momento las liberara… imagina estar ahí atrapado. Seguramente, esas almas están sufriendo una agonía enorme, y a saber cómo será la percepción del tiempo, del sufrimiento que están soportando. Si saliera algo de ahí en algún momento… puede que no fueran las almas de los que fueron engullidos. Si no algo oscuro y retorcido.

Obviamente, estaba teorizando, y no me gustaba nada lo que salía de mis labios, porque si una ínfima parte de ello fuera realidad… bueno, seria una autentica catástrofe.
Me agazapé, estudiando a tierra a los pies del árbol, y me preguntaba cómo iba a proceder con las muestras.

-Aún no estoy muy seguro, sigo dándole vueltas a tratar de debilitarlo usando contra él lo de, supuestamente, estar alimentándose de sangre, o intentando contener esas almas todo lo posible. Si es lo que está haciendo, por supuesto. Pero si me equivoco, y en vez de debilitarlo, lo hago más fuerte, o libero lo que haya ahí dentro, aunque sea antes de tiempo, y acaba por destruirnos a todos…

Parar algo así sería muy complicado. Y no me apetecía nada ser el culpable de exterminar a todo bicho viviente. Merlín expuso entonces una idea, la de infiltrarse.

-Es una muy buena opción. Yo no creo que pudiera, seguramente, em reconocieran de alguna de las batallas que tuve contra ellos en el pasado. Sería una gran ventaja si te acogieran en su círculo.

No conocía a Leroy Merlín en absoluto, pero era de los nuestros, y por supuesto, me fiaba… todo lo que podía hacerlo de un desconocido. No había luchado junto a él, no tenia ni idea de cuáles eran sus verdaderas motivaciones… pero estábamos metidos en un buen lio, y debería conformarme con lo que había.

Markus tocó al árbol entonces, y por su reacción, estuvo claro que reaccionó a él tal como lo había hecho a la pregunta de Leroy. Cada vez estaba más convencido que no era un árbol como tal, si no más bien, la representación de la magia retorcida que le había dado vida. Alguien unido a la naturaleza sí, pero de un modo maligno y oscuro.

Leroy no estaba especialmente comunicativo en ese momento, así que no le dirigió la palabra a Markus. Sin embargo, sí que tuvo que hablar con Kyle porque al parecer tenía numerosas teorías sobre el árbol. Tenía cierto sentido verlo de ese modo. - Probablemente la sangre Pendragon las vincule a ese árbol. No sé si están prisioneras o no, o si fue por voluntad propia. A lo mejor el árbol sólo sigue los designios de las almas que lo habitan. En mi opinión sí es magia oscura, casi todo lo que tiene que ver con sangre y almas lo es. - no era su campo de especialidad, pero sí era capaz de purificar algunas maldiciones, dependía de lo poderosas que fueran.

- Si se le mantiene en restricción de sangre mágica, tomará la energía mágica de otro sitio. Eso creí entender...que se alimentaba de magia. Tal vez me distraje, mucha conversación en la reunión. - se alejó del árbol unos pasos, apoyándose en su báculo. Le agradó que su interlocutor aprobase su idea de intento de infiltración, aunque sabía de alguien que podía fastidiárselo.

- Le Fay tiene conexión con ellos, abriría la boca y desvelaría la sorpresa. Creo que no es posible convencerla de mi maniobra. Pero ya veremos. Hay otros modos de hacerse pasar por diferentes personas. - comentó de manera enigmática, haciendo un gesto a Kyle y a Markus para retirarse. Era hora de irse. Los tres se marcharon de allí, comentando las teorías.

El mensaje de Catherine que había recibido como respuesta no le dejaba especialmente tranquilo, sobre todo porque no tenía muy claro de qué iba el tema de Giordano en Italia. Parecía algún asunto del Consejo, así que supuso que habría ido con ellos. De cualquier modo, ya quedaba fuera de su alcance. Decidió aprovechar que Aedan se quedaba con Adam para así ir al piso de Ouroboros en el que habían vivido. Tenía cosas suyas por recoger, y además quería recoger algunos recuerdos en forma de fotos y objetos. También quería recuperar los regalos que se hicieron por Navidad, era una lástima que todo se quedase allí sin uso. Lo guardó todo en la bolsa mágica extensible, abandonando el piso con un sentimiento de añoranza, de nostalgia, tal vez también resignación.

No quería irse de la isla sin pasar antes por las montañas en las que crecía aquel puto árbol que habían plantado los Pendragon. En realidad no estaba seguro de lo que quería hacer allí, pero necesitaba acercarse al Sanguis Ligno para intentar algo. Apenas había entrenado su habilidad de fragmentación del alma, y cuando lo había hecho había sido con escasa ayuda de su padre, que accedía un poco a regañadientes porque temía que Ian no pudiese dominar ese poder. Las palabras que Morgana dijo en el laberinto no le habían dejado indiferente...había insinuado que con su poder podría hacer algo contra aquel árbol repleto de almas. No es que la creyese del todo, pero debía admitir que lo mínimo que podía hacer era aprovechar que había un Sanguis en Ouroboros para así intentar comprenderlo mejor.

Se apareció a unos cuantos metros del tronco principal del árbol, sorteando algunas raíces que sobresalían para aproximarse un poco más. No era la primera vez que lo veía, pero igualmente resultaba imponente. Supuso que el de Ávalon sería mucho más, aunque no había llegado a verlo. Avanzó despacio hasta llegar a apoyar la mano sobre el tronco, inspirando profundamente antes de cerrar los ojos. Intentó proceder como había estado practicando, intentando fragmentar una parte de su esencia para moverla hacia un ser vivo u otro objeto. Al hacer eso se pretendía ligarla para asegurar la supervivencia, pero también se pretendía desplazar un alma por otra para anular la voluntad del invadido. Su padre y el viejo Ian Foster le habían explicado y contado su historia en el pasado, pero no era tan sencillo de llevar a cabo.

Inició el proceso, incluso le pareció escuchar un cúmulo de voces confusas y mezcladas que decían cosas que ni se entendían. En cuanto su energía quiso transferirse al árbol se encontró con una especie de muro infranqueable, que terminó por repelerlo como si de un corrientazo se tratase. Aquella especie de empujón hacia atrás lo hizo alejarse del tronco, alzando la cabeza para mirar a la copa del árbol con cabreo y frustración. Era demasiado para él, mucho para su poder actual.

"Que te jodan. Os voy a usar tarde o temprano."

Se dio media vuelta sin esperar a que aquello le diese un ramazo u otro posible "empujón", desapareciéndose de allí rumbo a su casa en tierra firme.

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dado probabilidad
éxito/fallo para ver si logra usar su poder de fragmentación de alma
fallo, no lo logra

El miembro 'Ian Hacksaw' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Un enorme portal apareció en el cielo y el dragón no muerto, con toda su imponente figura, lo atravesó, momento en el que lo cerrre.

Ouroboros seguia ahi, con todos sus altos edificios, sus montañas, su....ese maldito arbol habia crecido y se habia reprocido rapidamente desde la ultima vez que lo vi.

- Hasta aqui llega el viaje, teniente. Descanse.

El dragón aterrizó y V pudo desaparecerse rumbo al hospital, a ver a su hermana o a su mujer o lo que mas le placiera a él. Bajé de Tauren y caminé hasta su cabeza, observando aquel ojo velado por la muerte, con la magia brillando desde el fondo en tonos azulados....revolviendose....como si su propia alma se retorciese reducida a tan pequeño espacio.

- Duerme. - toqué su hocico y ordené al no-muerto, y el dragón se recostó cerrando los ojos, quedando inmovil...con esa quietud que solo la muerte confiere. Despues espiré con fuerza, cansado, enviando un mensaje por brazalete a Cath. Tantas cosas por hacer aun. Pero lo primero, era ir al hospital. Tras dejar alli a Tauren, me desaparecí del lugar.

A lo tonto a lo tonto se habían pasado un mes en Italia de borrachera, comiendo pizza y bocatas de lomo, además de reconstruyendo todos los desperfectos que habían dejado en la misión. El caso es que necesitaba ir a la isla porque estando de resaca le entró ansia de comerse una de las tartas de queso del comedor de allí. Era como quien se lía de fiesta y acaba comiéndose una paella en Valencia. Le cogió prestada la estatuilla de montura de grifo a Mérida, y en unas cuantas horas se plantó en Ouroboros. Le daba igual que los hubiesen expulsado de allí, él quería su tarta especial y no se iba a ir del lugar sin ella. Se disfrazó de vieja para entrar al comedor, y después se fue a la zona de las montañas a comérsela.

Allí flipó con el arbolaco que habían plantado, sentándose a comer entre sus raíces tan a gusto. Comió empanadamente mirando el paisaje del lugar, y cuando acabó le entró un arrebato hippie de sentir la naturaleza. - Miraa como fluye la madre naturalesaa...- En el fondo aún estaba algo borracho. Se abrazó al árbol y se restregó contra él, mejilla incluida. Pero claro, había bichos en el tronco. No tardaron en subirle por las mejillas, hasta que empezaron a picarle y comenzó a chillar.  - ¡AAAAAHHHHHHh! ¡HORMIGAS EN LOS OJOSS! ¡TENGO HORMIGAS EN LOS OJOS!! - echó a correr en círculos antes de rebozarse por la nieve de las montañas para quitárselas de encima, saliendo escarmentado de su experiencia religiosa con el árbol.

- ¡Te odio, Ouroboros! ¡Hemos terminado! - tras eso volvió a coger el grifo astral, marchándose de allí.

Con un sonido motorizado una pequeña aeronave fue dibujando círculos desde el taller de I+D+i hasta las montañas, rodeando la isla empezando desde las capas más profundas de tierra hasta alcanzar la altura del “ras del suelo” y siguieron subiendo para viajar por el aire por encima de las montañas, los castillos Pendragonianos, la academia, el hospital y la desaprovechada arena. De todo aquello, lo que peor pinta tenía era la caliptra de la raíz del árbol atravesando el subsuelo. ¿Cómo era posible que nadie la hubiera visto antes? Pues allí estaba, dando problemas y dirigiendo la isla como si fuera el timón de un barco en la dirección que el árbol deseaba, es decir, hacia tierra firme en las tres direcciones.

-¡Vamos a aterrizar!- Gritó Markus buscando a Giordano a través de sus gafas de piloto especiales y señalando a la distancia la copa rojiza del árbol. Con esta, ya era la tercera vez que lo visitaba. La anterior había sido con Leroy y ya habían visto lo que el poder del árbol había conseguido. -Ryanair les desea un buen aterrizaje y una buena estancia. Gracias por confiar en nosotros- Gritó de nuevo el científico volador después de describir un último círculo por encima del árbol para ver la extensión de la hierba pocha que ya alcanzaba a parte de los campos de cultivo. Había apañado otro asiento para el copiloto, es decir, para Gio, detrás del de Markus, que hacía el rol de piloto.

Y con elegancia, algo muy raro en Markus porque es lo diamentralmente diferente de la elegancia, la pequeña aeronave mágica tomó tierra y fue lentamente replegándose en la silla de ruedas habitual. Hasta que se le calló la rueda de atrás, eso era nuevo. De la misma manera que dejara de funcionar el vuelapluma o la esfera de Newton cayera al suelo. Miró aquello con cara de pocos amigos y la cogió con desconfianza -Estableceremos el tronco principal como el punto céntrico de las raíces. Sabemos que han perforado hacia abajo, y seguramente en la horizontal. Los árboles, cuando van bien nutridos, no suelen buscar agua en las profundidades y se mueven a ras del suelo, para abarcar más espacio y por tanto son más difíciles de arrancar. Los que las pasan mal se entierran. Como la Welwitschia mirabilis que tiene una raíz pivotante- Indicó el científico que se había estado informando sobre plantas cuando investigaba la especie que era perejil. Se movió alrededor del tronco, que daba la sensación de ser cada vez más grueso. Añadió un “uhum pensativo” y empezó a sacar las cosas del macuto a pies del árbol, pero sin atacarle, que ya sabemos cómo se pone -Además de tener tropismo. Geotropismo positivo, concretamente, y, en caso de nuestro amiguito, Pendragonismo positivo también. Indicativo científico recién descubierto, patente en trámite. Dale un poquito de tu sangre, ya verás qué risa-

Lo último que el científico Markus hizo fue extender el mapa de Ouroboros de lienzo sobre el suelo grisáceo y marchito. La vuelapluma dejó de funcionar definitivamente y ahora permanecía estática, en pos de los deseos del viento.


Posto de encontrar material 3/3 (el tercer material es el árbol jijijiji)

Markus me habia casi secuestrado del departamento de investigacion con su silla, pero tampoco me habia quejado mucho, no tenia ganas después de leer el mensaje de Arleen. Observé, eso si, con preocupacion, la raiz principal que habia perforado la profundidad completa de la isla y hacia abajo. Recordé tambien como Gwen no habia querido decirme nada del arbol ni yo a ella de lo que ocurrió en Tintagel con Ian. Esperaba que no llegase nunca el momento, pero si llegaba...ella tenía su familia, y yo la "mia". Aunque la mia, no era de sangre.

Bajé de la silla de Markus sujetandome el pinchazo de la mano que me habia hecho al partir le puto lapiz. Ofrecerle sangre de virgen?

- Ya puedes ir ofreciéndote como sacrificio al arbol, Markus. Follar con palomas no te quita la virginidad asi que tu sirves. - entendí a que se refería Markus con aquella referencia en latin a esa planta porque, sí, tambien sabía algo de botánica. Caminé hacia los pies del arbol que a decir verdad, parecía inofensivo ahora mismo. Nada similar a lo vivido en Tintagel.

Markus comenzó a desplegar su arsenal de cosas y me acerqué mas al tronco, mirando con una ceja alzada.
- Estas seguro de eso?

Darle un poco de sangre, a ver que hacia. Pero para variar, me podía la curiosidad, asi que terminé poniendo la mano en la que me habia cortado (en toda la palma) que estaba bastante ensangrentada, sobre el tronco del arbol. Apreté la mano contra la corteza esperando algun tipo de reaccion...pero nada reseñable ocurrió.