Casa Knox Malfoy

La mujer parecio creer que hablaba de las pociones y yo decidí que era mejor no sacarla de su creencia. Un secreto mejor guardado, y una mente que se sentía mas feliz y orgullosa de lo que creia haber conseguido. Asi quizá la proxima vez que tuviese que sanar al borde de la muerte, recordaría que conmigo fue capaz y eso le diera fuerza. La mentalidad es algo realmente importante para segun que retos se nos pongan por delante.

Ella volvió al tema aquel que había captado. Sentí un poco de satisfaccion cuando confesó aquello de que sentía un poco de atraccion ademas de halago, por muy culpable que me hiciese sentir. Ademas pude saber que no mentía. Luego siguió hablando y...claro. Había sido un desliz y una ilusión momentaneos, claro que lo sabía, era muy consciente y no había esperado nada.

Era simplemente que no habia podido evitarlo y tampoco habia esperado que ella fuera a enterarse.
- Lo sé. Nunca habría intentado nada. No esperaba compartirlo... me has pillado desprevenido. - le sonreí un poco, a modo de disculpa. Seguia un tanto avergonzado.

Dejarme conocer? Por mujeres como Adele? Ahora mismo estaría dando palmas pensando que podía erigirse como regente en mi puesto, debido a nuestro hijo. Oh, que creyese eso. Al menos un tiempo.
- Hay cosas que están mejor encerradas en un cofre, bajo llave. - la metáfora y la literalidad de esa frase no se me escapaba a mi. Le sujeté la mano un momento. - Lyran es un hombre muy afortunado. - le dije al poder sentir aquello que ella estaba transmitiendo, aquella sensacion de mutua confianza, férrea e inquebrantable.[color:1c33=#66deepskyblue3300] - Esa...es la mas poderosa de las magias. A veces se nos olvida. - negué y la solté. - Usted no ha hecho nada, tranquila. Simplemente ser como es supongo que ha sido suficiente.

Cortó el puente empático en cuanto empezó a notar desasosiego.
-Puedo. Déjame que me retire toda la sangre de la cara, bajaré y os contaré todo lo que está pasando en Ouroboros. - me puse en pie, mareado. La falta de sangre me afectaba. Era algo asi como medio inmortal, no invencible. Que es distinto. Ya tendría tiempo de hacer un escrito entero dedicado al artefacto. Eso si, sus sanaciones habian curado todas las heridas abiertas y habian restablecido las cosas- Si sus hijos y Aedan están abajo no quiero asustarlos. El baño?

Le pedí indicaciones y cuando me las dio, me reclui en el aseo el tiempo necesario para quitarme la sangre de la cara. Estaba pringándoles el lavabo a base de bien. Me miré en el espejo y resoplé hondamente, apoyandome un instante en el lavabo.

"...que desastre."

Salí cuando mi rostro tenía un aspecto más presentable. Estaba más palido que un muerto, a decir verdad, pero por lo demás, todo bien.

Tras la desaparición de Matvey quedé sin reaccionar algunos segundos más, sin poder asimilar todo lo que estaba pasando. Lo único que me hizo reaccionar un poco fue el acercamiento de Sean a Giordano, algo hostil para lo que estaba acostumbrado en él. Se fue de allí con Zaphira tras revolverse contra los Pendragon, y ni siquiera me dijo nada a mí sobre a dónde iban. Estaba enfadado, tal vez también conmigo. Estaba tratando de digerir aquello cuando de repente apareció Catherine para secuestrarme y desaparecerse conmigo. Enseguida estuvimos en la casa Knox, la cual conocía de haber ido alguna que otra vez a ver a Anteia y a sus mellizos. En cuanto miré al frente me encontré con la mujer rubia bastante ensangrentada, y tardé algunos segundos más en darme cuenta de que el nigromante estaba allí de pie, vivo, recién salido del baño.

Me dio un vuelvo el corazón con la imagen, demasiadas emociones en el mismo día.  - ¡Matvey! Por Merlín...pensé que...Bellatrix...- no terminé la frase, me acerqué a él para cogerlo por los hombros y mirarlo a la cara, intentando creerme que de verdad estuviese vivo. Bajé la mirada hacia la zona en que parecían haberle clavado el puñal, momento en el que mi mente se dio cuenta de la jugada.  Me llevé una mano para taparme parte de la cara, mirando alternativamente a su pecho y a él. - No...¿qué significa esto? ¿por eso decías que no interviniéramos? - hacia meses que él me había pedido que sacase de nuevo el corazón de su pecho, a lo que acabé accediendo porque a la larga era un seguro de vida para él. Así había sido demostrado con lo que acababa de pasar.

- Vas a tener que explicarme todo esto muy despacio. Cuando terminemos de sanarte. - hice un gesto a Anteia para que se acercase y me contase qué sanaciones había hecho, de modo que pudiésemos combinar nuestros poderes.

Al llegar observó a Anteia limpiando el piso y Matvey entrando por la puerta, la pelinegra sintió casi de inmediato una paz interna increíble y mantuvo su mirada en el nigromante durante un largo tiempo mientras Lucio le hablaba y lo tocaba, supuso, que para ver cómo había hecho su trabajo con Anteia.

"Ian estamos en casa de Anteia. Bellatrix intento matar a Matvey. Ven"

Dirigió ese pensamiento a su esposo y se fue acercando hacia el nigromante cuando Lucio llamo a la rubia un poco aparte. Observó la palidez de su rostro y trato de buscar en el respuestas -¿Oíste mi advertencia y decidiste espabilar? - Pregunto tratando de contener sus emociones bajo llave pero cuando estuvo cerca de él sintió sus defensas caerse -Pense que te había perdido a ti también- Musitó con la voz quebrada, llevándose la mano a la boca para taparla y que no saliera ni un sollozo más. No le importó su estado y le abrazó, apoyando su cabeza en el un momento para sentir que era real y que estaba allí. Disfruto de ese momento apenas un par de segundos porque ninguno de los dos era muy puesto a demostrar afecto.

Cuando se alejó lo miro a los ojos y negó con la cabeza -¿Como pudiste pedirme que no interviniera? ¿Estas demente? La voy a matar con mis propias manos-  se llevó las manos a la cadera y contacto con Jack para informarle que Matvey estaba bien y que Bellatrix no había salido triunfante. También intento contactar con Sean... Pero no pudo. Aquello hizo que diera un paso hacia atrás y empezará a palidecer. Tardó un poco más en reaccionar porque intento, insistentemente, crear un lazo.

- algo va mal..... Algo .. hay ...- Sentía que empezaba a faltarle la respiración y sus ojos buscaron a Lucio -No puedo contactar con Sean ... ¿A d-donde fue? ¡¿A donde se...FUE SEAN?!!! - Grito empezando a histerizarse. No se lo podía creer. ¿Había salvado a Matvey para perder a Sean? Intento contactar con Zaphira pero al principio no pudo. Hubo una rara resistencia

"Zaphira... ¿Donde está Sean? ¿DONDE ESTA SEAN?"

-Fue una bonita sorpresa- Le confesó a Matvey con una sonrisa dulce aunque la metáfora no le gustó nada. La mujer le miró a los ojos con profundidad para luego negar con la cabeza -Tú ya sabes que puedes sentirlo y si esto fue sin querer, Matvey, entonces tal vez lo necesitas más de lo que crees. Le apretó suavemente la mano cuando mencionó a Lyran, sonrojándose levemente porque no siempre le decían aquel tipo de halagos. Antes de que la soltara, Anteia se inclinó y le dejó un suave beso en la mejilla porque sabía que torpe, optimista e inestable como ella no había nadie. Suerte con encontrar a una coincidencia de esas rarezas en una sola persona.

Le mostró el camino hacia el baño y se puso a limpiar todo para que los niños cuando subieran no se encontraran con tal desastre. Ella también necesitaba asearse y cuando terminó de limpiarse fue hacia otro baño y se aseó las manos, tras eso también se cambió de ropa colocándose un vestido de algodón azul y nuevas zapatillas de estar por casa porque no pretendía salir. Habían sido suficientes emociones. Cuando volvió a salir Matvey ya estaba aseado y ella cambiada, sonrió de lado y le señaló hacia las escaleras cuando aparecieron Lucio y Catherine de pronto. Se dio un susto de la muerte y se llevó una mano al corazón esperando que no trajeran más víctimas pero no era así. Se quedó un poco apartada cuando llegó Lucio porque sabía que él era mucho mejor que ella -Creo que necesitará una poción reabastecedora. Pero no tengo en stock, me las gasté en Francia- Le mencionó a Lucio y miró a Catherine que parecía…Bueno, lo de siempre: intensa. Pero al menos esta vez si la había podido ayudar. Sonrió para sí misma y se acercó a Lucio para informarle lo de la esencia de díctamo, las curaciones realizadas e hizo énfasis en que había percibido algo raro pero no había podido descifrar el qué.

Pero las noticias malas no tardaron en llegar y la rubia miró a Catherine con las cejas arqueadas. Evidentemente ella no sabía dónde estaba el muchacho pero el estrés de Catherine no era bueno -No grites. Los niños están abajo…- Se acercó a ella y le tomó una mano, estableciendo un puente empático con ella para que se calmara -En serio… - Y miro a Matvey con el ceño fruncido -¿Qué está pasando?-

Al poco de salir del aseo, me encontré a Lucio llegando al lugar. Lo dejé que se acercase a mi y me quedé bastante pasivo aun cuando me sujetó por los hombros. Él reconocería perfectamente bien las viejas cicatrices, y donde estaba la otra mas reciente. Cuando me miró alcé una ceja, bajé la barbilla, y le dije "significa justo lo que estás pensando" con mi expresión.
- Justamente. - Lucio insistió en seguir con las curaciones pero la verdad era que Anteia ya habia hecho un buen trabajo. - Reserva tus energías, Lucio...solo necesito reponer sangre.

Cuando llegó Cat me acerqué a ella. Se detuvo unos instantes antes de aproximarse a mi, y extendí mis brazos rodeandola en un cálido y estrecho abrazo. Nos separamos al poco, y entendí perfectamente sus demandas. Pero no me sentía con mucha libertad para hablar de eso delante de Anteia.... Aun asi debia ponerlos a todos ne conocimieto de los hechos.

- Lo que voy a decir es bastante importante. Despues de oirme, podreis retransmitirselo al resto del Consejo, y ya decidiréis. - esperé unos segundos a que estuviesen preparados para escuchar

- Me encontraba en mi sótano cuando Mei nos desveló lo que sabía de Bellatrix gracias al Palantir. Ella vino a verme, como sabréis... yo también creía que nos había traicionado. Quería informarme de lo que iba a hacer y por qué. Obviamente, me había mentido una vez y no me fiaba de ella asi que la hipnoticé.... no es tan poderoso como el poder mental de Cat pero me permite obtener confesiones sinceras. - dije mirando a la morena, ella era mucho mejor que yo en eso. - Dijo que había contactado con los Pendragon en un intento por infiltrarse en sus filas para actuar desde dentro, ya que habia buscado en el futuro y en ninguno salíamos bien parados, a menos que se actuase desde adentro. El Pendragon, como prueba de fidelidad, le había pedido que asesinara a uno de nosotros. Actuó muy al margen del Consejo, lo sé.

Ahi me detuve, pues llegaba lo peliagudo. - Ella estaba dispuesta a hacerlo. A sabiendas de que eso la dejaba fuera del Consejo, piensa que la proteccion de Ouroboros está por encima de todas esas cosas. Había venido a confesarme lo que iba a hacer, y por qué. Entonces le propuse el plan. - hice la cruz en forma de equis con un gesto de mi indice, señalandome el pecho y mirando a Lucio, el lo entendería. - Es mejor que sigan creyendo que me ha matado, y que pueden confiar en ella, que crean que está de su lado...además me interesaría comprobar la actitud de la blood keeper, Adele, en esto. Si ellos han comprado agentes entre nuestras filas nosotros podemos hacer lo mismo. Ella solo hizo lo que yo le pedí. Su fidelidad recae conmigo, y la mia en vosotros. Sé que lo que ha hecho supone su expulsión....y quizá también la mia..puesto que tambien he tomado iniciativas al margen de vuestras decisiones y he desobedecido un par de...ordenes. Sayid es un poco pesado...

Lo dije no sin pesar,pero si era lo que tenía que pasar pasaría.
- Pero quizá entre tanta treta logremos

De pronto Cath pareció perder los estribos, Sean, algo le habia pasado.
- Los Pendragon lo han atacado? - desvié la mirada a Lucio y le hice un gesto. - Vete. Yo estoy bien.

Seguí durante algunos minutos más entre el alivio de verlo vivo y el ataque de nervios por lo que me habían hecho creer, incluso hice un sonido de incredulidad cuando dijo que sólo necesitaba sangre.  - Me vais a matar a disgustos un día de estos, lo juro. - Antea me informó de los cuidados que había recibido Matvey de su parte, así que lo más esencial ya estaba hecho. - Está bien, pero tienes que ir al hospital. Allí tenemos reabastecedoras. O que pida Anteia que le traigan alguna si prefieres quedarte aquí descansando. - levité una silla de la habitación para acercarla a él y que así se sentase, escuchando después cada palabra de aquella retorcida historia para hacer parecer que había muerto. Mi cara de sorpresa se hizo más evidente cuando dijo que necesitaba fingir que seguía muerto.

- Qué locura...no sé por qué te has prestado a eso, Matvey. Deberías haber ido al Consejo para hablarlo. Bella no está bien, y tú...tú tampoco. - no sabía ni qué decir de aquella locura de plan, ahora era cómplice. - Tenemos que contarlo. Tienes que contarlo, mejor dicho. - en ese momento Catherine tuvo una reacción que me asustó. De repente no podía contactar con Sean, y empecé a ponerme en lo peor.  - ¡No sé dónde ha ido! se fue de la plaza con Zaphira, sin decirme nada. ¿Y si la han controlado? ¿y si ella le ha hecho algo? ¡No sé ni dónde empezar buscar! - Matvey comprendió que debía irme, así que dejé todo en manos de Anteia.  - Catherine, avísame si sabes algo nuevo. Voy a regresar a la plaza...por si alguien le hubiese seguido la pista. - me desaparecí de allí tras un par de intentos, pues estaba tan nervioso que me costó concentrarme.

Agradeció aquellos segundos de “familia” con Matvey antes de oír todo lo que tenía que decir. La morena mantuvo los brazos cruzados, fiel gesto de que no se tragaba un ápice de lo que decía Bellatrix. No dejaba de recordar las palabras de Wthyr sobre que ella lo había dejado entrar. Si no fuera por Sayid habría disfrutado mucho atravesarla con sus látigos pero aquello era algo que no pretendía confesar -Concuerdo con Lucio. En vez de cantar modo drama podría haber informado a través de la conexión mental entre todos cuáles eran sus planes. Habría sido mucho más fácil ¿Por qué tiene que complicarlo todo?- Espetó rodando la vista pero después intentó concentrarte -Entonces si queremos que esto funcione tienes que “seguir muerto”- Se rascó el cuello pensando en la siguiente fase de ese plan porque no le parecía tan descabellada la idea.

Ya le había informado a Jack y a Mei que Matvey estaba vivo pero debería… Les volvió a informar que debían mantener eso en secreto  y que iría a lo largo del día a informarles porqué -Tenemos que enterrarte- Soltó mirándolo a los ojos -Hay que seguir con ese plan. Yo puedo elevar la ilusión de tu cuerpo de ser necesario. Aunque hay una poción que hace ese tipo de efecto ¿No?- Preguntó y miró a Anteia y luego a Lucio -Y debes quedarte aquí. No puedes volver a tu sótano o algún lugar común para ti porque te buscarán y te podrán ver. Anteia mantiene este sitio escondido, por eso Aedan está aquí. Es el lugar más seguro por ahora. Yo tengo relación con los Knox pero tú no. ¿Qué opinas?-

Y todo iba bien. Todo estaba bien hasta que intentó hablar con Sean. Tras sus primeras novedades Lucio se fue y Catherine finalmente recibió un mensaje de Zaphira que le erizó lo piel -¡¿QUÉ?! ¡¿QUÉ LE HAN HECHO?!- Gritó mientras temblaba y miraba a Anteia con un gesto de miedo en el rostro aunque pronto se disipó cuando ella empezó a elaborar su magia -No…No hagas eso Anteia…Es que…- Cerró los ojos con fuerza tratando de rebatir aquella paz que le daba la bruja pero no pudo, era demasiado poderosa. De pronto, pareció relajar el rostro y se llevó una mano a la sien -Fue SAM. Está…Está mal. Está en el hospital. Eh…Iré allí, intentaré informarme y traeré las pociones…- Alzó la mirada hacia Matvey y luego hacia Anteia -No te vayas…No dejes que se vaya, Anteia…Y gracias por salvarlo- Tras decir eso se desapareció.

Anteia escuchó todo lo que tenía que decir Matvey pero intentó quedarse apartadita y no decir nada porque era evidente que aquello era discusión de Descendientes. Cuando Catherine sugirió lo de la poción para mantenerlo “muerto”, la rubia asintió -El filtro de los muertos. Podría hacerla si tengo los ingredientes. Dudo que en el hospital tengan stock de eso- A fin de cuentas, el hospital era para la gente viva, porqué habrías de falsificar una muerte. Aunque…Miró de nuevo a Matvey, con aquellas movidas tal vez sí que tenían.

La sugerencia de que Matvey se quedara en al casa la pilló desprevenida y, en realidad, le mosqueó un poco que Catherine actuara de esa forma pero le daba vergüenza decir algo. Era su casa… Sí, y sabía que era por una buena obra pero no quería traer la guerra aquí. Se acomodó el pelo tras las orejas. Y por no decir la incómoda situación que podría producirse si Lyran se llegaba a enterar de los sentimientos de Matvey porque...Ella se lo iba a decir, claro que sí. Pero...pero guardó silencio. El anillo se lo había regalado ella, la protección de la isla había sido gracias a ella. Sus mellizos estaban protegidos gracias a ella. Estaba segura de que Lyran diría que sí. Pero… Podría haber preguntado ¿No? Aunque sabía que la educación no era el fuerte de los Le Fay, al menos desde que Desmond falleció. Bueno, tenían un cuarto de invitados disponible. No sería un problema. Ella lo arreglaría y les demostraría lo que una familia "no Descendiente" podía ofrecer.

Cuando la muchacha empezó a gritar ni siquiera le preguntó y utilizó su empatía para tranquilizarla. Había avanzado mucho desde que la conoció pero cuando su familia estaba de por  medio… Perdía los estribos con facilidad. De la nada desapareció y se volvió a quedar sola con Matvey. Sonrió de lado con humildad -¿Avena? Tienes que reponer fuerzas. Vamos- Expresó y empezó a caminar hacia las escaleras guiándole.

No respondí más a las insistencias del sanador acerca de ir al hospital, puesto que no entraba en mis planes ahora mismo. Pero tenia razon en algo, habia salido todo...un poco al revés. Por que me habia prestado a ello? Por amistad, supongo.

- Era la ultima oportunidad... solo lamento haber llegado segundos despues de que sellaseis ese pacto. No tendré ningun problema en compartirlo con el Consejo. Dejaré que Mei compruebe todo lo que queráis comprobar aqui adentro. - dije dandome unos toques en la sien.

Despues vino todo el caos de Sean, la noticia, y Lucio no tardó en marcharse. Antes, Catherine había hecho una extraña propuesta, pero claro, ella no conocia los detalles....miré a la morena con las cejas alzadas y negué lentamente. Después pasé mi mirada a Anteia con claro gesto de escepticismo. No, de ningun modo. Ambos, como adultos responsables que eramos, sabiamos perfectamente que eso no era buena idea.

- Lo del entierro está genial y lo del filtro de los muertos también. Pero...no me gusta....el color de.... las rallas del suelo de esta casa. Buscaré un lugar mejor, Cat, descuida. Ouroboros es grande, seguro que hay mas opciones con rallas de suelos mas adecuadas.


La noticia de que SAM habia sido el culpable del estado de Sean nos golpeó bastante, habia supuesto que fueron los Pendragon. Pero la amenaza real seguia ahi afuera, como acababamos de recordar. Cat se fue rapido pidiendole a Anteia una serie de cosas. Miré a la mujer, no habia que ser adivino para percibir su incomodidad.

- Va muy acelerada. No lo ha pensado bien. Obviamente no residiré aqui. Como bien he dicho, Ouroboros es grande. Sobre el filtro de los muertos...no sería necesaria realizarla, yo mismo poseo una dosis que adquirí hace algun tiempo. Pero quizá poción multijugos me vendría bien. Seria posible? - le dije a Anteia mientras bajaba las escaleras, siguiendola. Conforme lo hacia empecé a oir chillidos infantiles, caos, guerra. Me quedé quieto en las escaleras sorprendido de que un gaznate infantil pudiese proferir chirridos mas agudos que los de las criaturas del infierno. - Que está pasando? Hay algun problema ahi abajo? - pregunté seriamente preocupado.

La rubia no pudo evitar arquear las cejas cuando Matvey mencionó su suelo. Miró hacia el suelo con algo de escepticismo porque ¿Perdona? ¿Más adecuado? Aquello hizo que se le pusieran las mejillas rojas. Agradeció que Catherine se fuera porque iba a soltarle un par de cositas a los creídos de los Descendientes -Mi suelo es perfecto y si está como está es porque en esta casa mi familia es muy feliz y tiene mucha libertad de hacer lo que quieran- Expresó con profunda indignación, llevándose una mano al pecho.

Cuando hizo la segunda aclaración ella se indignó un poquito más -Por supuesto que no te vas a quedar aquí porque sería muy incómodo q…- Se quedó en silencio mirándolo al caer que aquella estúpida excusa de su suelo precioso había sido eso, una excusa, para que Catherine se quedara tranquila. Anteia se ruborizó bastante más, hasta la línea del cabello -Perdón- Intentó recomponer su orgullo herido por una confusión, negó suavemente con la cabeza -No será problema. Pero creo que tenemos que conseguir…otro… ingrediente básico- Expresó apartando la mirada mientras seguía bajando las escaleras -No creo que quieras ir como Lyran por ahí- Dijo con un tono que era perfectamente reconocible como incómodo -Digo… Es una buena cobertura porque no nos conocen tanto pero…-Dejó de hablar al ver su gesto preocupado.

-¿Qué?- Arqueó una sola ceja para luego echarse a reír a carcajadas cantarinas -Están desayunando- Le cogió del antebrazo y le obligó a salir del pasillo hacia donde estaba la cocina señalando a todos -Aedan, mira quien está aquí- El chiquillo en seguida reconoció a Matvey y empezó a aplaudir mientras los mellizos se unían -Daryl y Kyla, decir hola señor Martvey- Les ordenó mientras se acercaba a ellos y les revolvía un poco el cabello. Tras eso intercambió una mirada con Lyran que fue suficiente comunicación para decirle que todo estaba bien…Al menos dentro de casa. Fue a por un plato y sirvió algo de avena para Matvey, después lo puso sobre la mesa y levitó una cucharilla para que empezar a comer -Y os va a dar un buen ejemplo de cómo se desayuna avena sin tirarla fuera del plato…Mirad, mirad como come- Lo obligó con palabras por si se mostraba reticente a desayunar. Aprovechó la distracción para acercarse a Lyran y susurrarle bajito que necesitaban preparar una poción multijugos.

Apareció en el piso de arriba donde no había nadie. Miró alrededor un poco confundida pero al oír las voces abajo supo donde se ubicaban. Pero no bajo. Cerró los ojos y se dejó caer un momento en una silla, una de sus manos se apoyó en su sien y cortó toda conexión telepática con todo el mundo. Sólo necesitaba unos minutos. Unos segundos para si misma. Había vivido demasiadas emociones desde el día de ayer y el cansancio estaba pasándole factura. De pronto sintió que las lágrimas le caían por las mejillas como gesto físico de lo que estaba pasando por su mente. Confiaba en Lucio pero si Sean… No, no había posibilidades a un “ Y si…” Sean, por las buenas o por las malas, estaría con ella. Tragó en seco y deseó…Deseó estar haciéndose un tatuaje, volver a aquel vicio doloroso para evitar sentir lo que estaba sintiendo. Pero se había prometido no volver a hacerlo, se había prometido madurar así que atravesó aquellos sentimientos de confusión, miedo y tristeza como buenamente podía. Aquello le superaba, había aparentado tranquilidad durante el parlamento pero sus pensamientos iban una y otra vez a la propuesta de Wthyr sin remedio alguno; iban a las palabras de Ian.

Se levantó, porque no tenía más tiempo que perder, y se limpió la cara con la manga. Esperó un momento porque sabía que si Matvey le veía la nariz como la tenía sabría que estuvo llorando. Y Anteia…Anteia con sus poderes. Hasta Lyran con su…sabiduría. Se agitó el cabello, revolviéndolo porque no podía…aunque quisiera, convertirse en Desmond y hacerlo feliz porque ella no era así, no era la Le Fay que él esperaba que fuera y ni siquiera en la muerte podría estar orgulloso de ella. Se mordió el labio y decidió avanzar, enfrentarse con lo que le quedaba de día. Bajó las escaleras y se encontró ante una pintoresca escena.

Dejó la bolsa al lado del plato de avena de Matvey y no emitió comentario aunque hubiese podido. Tras ello se acercó a Aedan que ya había terminado de comer y lo atrajo hacia ella, lo abrazó con fuerza mientras él jugueteaba con su cabello y los bordes dorados de la túnica que llevaba puesta. Le llenó de besos el cuello lo que le hizo chillar de emoción y aquello la hizo sonreír. Eso era lo único que quería. Quería vivir allí, entre los brazos de Ian y Aedan, sin preocupaciones -Gracias- Murmuró hacia los Knox con una sonrisa -Por cuidarlo. Hola Daryl, Kyla- Saludó con la mano cortésmente y tras ello bajó la vista al piso, pensativa, y volvió a ver a Matvey -Tenemos que hablar- Tenía un nudo en el estómago pero tenía que liberarse a sí misma. Dejó a Aedan otra vez en la silla y sonrió de lado hacia los Knox para luego salir al patio y esperar a que viniera el nigromante.

Despues de que Anteia se diese cuenta que no habia criticado su suelo porque si, descarté su segundo ofrecimiento. Menuda locura, no.
- Le pediré a Catherine algo de ayuda en ese asunto, para no tener que meter a su esposo en todo esto.

Una vez en el comedor, saludé al pequeño Aedan y después me senté en la mesa. Largué un prolongado suspiro de cansancio y luego me quedé mirando aquellas caras infantiles que me miraban como esperando algo. Miré a la rubia como suplicando ayuda pero se fue a hablar con su marido. Asi que tuve que desayunar ante la atenta mirada de aquellos brillantes y multiples ojos.

Por fortuna al poco llegó Cat, y a mi no me engañaba. Había estado llorando. Sería por el descendiente de Merlin? Estaban muy unidos....

Asentí a su petición y tras agradecer a la señora Malfoy la ayuda y la comida, me levanté para hablar con ella alejados. Tomé la bolsa de pociones antes. Estuvimos intercambiando palabras e información un rato, antes de retirarnos de alli.... habían muchas cosas por hacer todavía.

Durante aquel mes había seguido con la baja médica y se encargaba de ayudar a Catherine con Aedan de vez en cuando. Pero a medida que pasaban las semanas algunos síntomas se le hacían familiares. Las ganas de comer chocolate con mentas o las leves náuseas mañaneras. Pero sobretodo que su período no había bajado. Se había hecho la prueba y, en efecto, esperaba un cuarto bebé…Era una noticia preciosa. Había llorado por lo menos media hora encerrada en el baño pensando en lo bonito que sería tener otro bebé, en lo feliz que iba a ser de decírselo a Lyran. Aquellos pequeños rayos de luz es lo que la hacían mantenerse cuerda.

La última semana se había obligado a sí misma a controlar sus caprichos porque si ella reconocía síntomas, él también. Al final, se lo dijo a Azahar y organizó con ella la sorpresa para Lyran. Él estaría entrenando con ella aquella mañana en el jardín de enfrente mientras Anteia ayudaba a Daryl y Kyla a hacer unas pequeñas pizarras que decían “Me han ascendido a hermano/a mayor”. Los había vestido muy monos y ella también, como no. Quería celebrar. En el jardín trasero, del lado izquierdo había una mesa de madera que había llenado con muchas magdalenas con coberturas que asemejaban escarpines. Había tenido que tener cuidado de que Lyran no la viera pero la pastelería era muy común en ella…

Finalmente cuando las pizarras estuvieron listas, Anteia limpió la cara de los mellizos con un trapo húmedo y amenazó a un par de trols para que los dejaran en paz. Aunque sospechaba que le tenían más miedo a los mellizos que a ella misma -Azahaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaar- Gritó con fuerza, como cualquier madre. A ella también le había hecho una pizarra preciosa que decía algo como “¿Y ahora yo que soy? ¿Hermana súper mega mayor? #MeSientoVieja”. Trató de mantener a los mellizos con las pequeñas pizarras hacia la puerta de la casa para que fuera lo primero que Lyran viera, sintiendo que en cualquier momento se iba a echar a llorar y arruinar la sorpresa.

Azahar me había, literalmente, arrastrado a un entrenamiento afuera, al jardin de la casa. Yo había accedido de buen grado pero mi hija me estaba dando una paliza en lo que a la esgrima se refería. Terminé por mirarla indignado, dejando de lado mi espada de madera.

- No te voy a dejar que te juntes mas con Erika! En qué momento te has vuelto mejor que yo? - en realidad, me alegraba mucho de que fuera asi . Sin embargo aun tenía que aprender. - Ahora, deberias centrarte un poco en tu magia.... muy pocos de tus ataques han superado mis barreras.

Habíamos acabado medio empapados (cosas del control del elemento agua) pero cuando Anteia llamó a Azahar, sequé a mi hija con un simple gesto de mi mano y le hice un movimiento con la cabeza, en plan, "ve".

Me dirigí a la casa poco después que ella, parandome un poco extrañado al vermelos a los cuatro ahi plantados en formacion, sujetando algo. Entorné los ojos para enfocar y ver mejor pero hasta que no saqué las gafas y me las puse, nada. Entonces pude leer las pizarritas que tenian los pequeños, y Azahar.

Me quedé con la boca medio abierta y luego levanté la vista hacia Anteia. Claro, si, era...muy posible. Reaccioné por fin tapandome la boca haciendo ruido de sorpresa. Luego bajé las manos lentamente, sin dejar de mirarla a ella.

- Nooo. - era el tipico "no" que dices cuando te dan una noticia muy buena, tan buena que aun no puedes creertela. - No? Siii? SIIII?! SI! - miré sus caras que se ensanchaban con sonrisas de emocion y terminé de recorrer el espacio que me quedaba para ir a abrazar a Anteia y besarla en los labios. Al separarme empecé a darle besos por toda la cara sujetandola por las mejillas.

Las gafas, por supuesto, las gafas. La rubia se mordió el labio para no gritar de la exasperación mientras Lyran leía pero en seguida notó en sus gestos que estaba absolutamente asombrado y empezó a reírse. Cuando su padre se adelantó ya los mellizos dejaron caer las pizarritas y se fueron a la mesa a devorar las magdalenas mientras tanto ella le rodeaba el cuello a Lyran con los brazos -Sí…- Murmuró antes de besarlo y luego disfrutar de aquellas muestras de amor riéndose.

-¡He tenido que ocultar muy bien lo de comer menta con chocolate! Pensé que te ibas a dar cuenta…Lo sé hace dos semanas pero quería darte la sorpresa- Sonrió angelicalmente antes de abrazarlo con fuerza -Otro bebé, mi amor- Murmuró con un tono de ilusión que pocas personas sobrevivientes a la guerra podían expresar. Tras ello se alejó para mirarlo y acariciarle la melena azul -Otro Knox- Dijo complacida antes de escuchar unos chillidos interminables, cuando giró el rostro vio a los mellizos encima de le mesa comiendo mientras Azahar también comía pero mirándolos nada más.

-¡KYLA, DARYL, BAJAROS DE AHÍ!- Gritó, tirando hacia la mesa y arrastrando con ella a Lyran. Anteia soltó un grito ahogado al verlos hasta el pelo de la cobertura de magdalenas -Pero…A ver…- Dijo e iba a regañaros pero... terminó echándose a reír. Logró rescatar uno que tenía un escarpín amarillo  y se lo dio a Lyran -¿Lo hacemos interesante y apostamos?- Le preguntó, cogiéndose uno para ella con un escarpín del mismo color -Yo creo que será….Niño…Para que estén a pares…- Miró a los pequeños y luego a su hija mayor y le guiñó un ojo.

Después de comérmela a besos volví a abrazarla pero con cuidado, soltando una carcajada por aquello que dijo del chocolate con menta. Debía ser que estaba empanadísimo, porque no me había coscado para nada.
- Pues lo has hecho muy bien....te han hecho alguna revision ya? Cómo está el bebé? Y tú? - la emoción era clara en mis ojos y en mi sonrisa, era la mejor noticia entre tanto caos. - Otro knox

"por Merlín, voy por el camino de mi padre.... no, no, a mi no se me van a mezclar los nombres, verdad?"

Fui con Anteia a la mesa para ver a los mellizos todo pringados y a Azahar pasando del asunto. Anteia con toda la paciencia que la caracterizaba acabo riéndose y dandome una de las magdalenas que habian preparado, a la que le di un par de vueltoas valorandola positivamente. Los miniknox estaban locos y no se podía remediar.

- Niño....nada sugiere que esta vez puedan ser mellizos tambien? - me rei pegandole un bocado al dulce, emitiendo un sonido de gusto por lo rico que estaba. - Yo diría niño también... Pero entonces no tiene gracia la apuesta. Será chica!

Asintió con suavidad cuando preguntó si había hecho revisiones -Cuando fui a buscar algunos ingredientes al hospital para la multijugos de Matvey. Todo en orden… Un corazón muy chiquitito latiendo de amor por y para nosotros- Le soltó moñisimas a su esposo. Tras todo el quilombo de las magdalenas escuchó la apuesta de Lyran -¡Tenemos que equilibrar!- Le dijo con una risotada cuando soltó lo de que tenía que quería apostar a que era niño. Se llevó la magdalena a la boca y comió con mucha avidez porque le apetecía descubrir el relleno de chocolate suave que llevaba en el medio.

Miró a Azahar y a los enanos con una sonrisita antes de que un patronus en forma de paloma llegara hasta ella. Aquello le extrañó, hace mucho tiempo no era convocada al hospital y esperaba que no fuera nada grabe. Cogió una servilleta y se limpió las manos -Voy a ir a ver qué necesitan… Vuelvo en un periquete. ¡Azahar está encargada de la comida!...Y a ti te toca bañar a los niños- Le ensució la punta de la nariz a Lyran con merengue antes de irse hacia la puerta, caminando tan pancha hacia el hospital -Os quierooooooooooo- Les gritó antes de irse.

La forma en la que le abrazó Ian, sonriendo orgulloso por ella, la había derretido absolutamente. Había reído, porque se le antojaba gracioso, pero si algo había querido desde el primer momento era demostrarle que podía estar a su lado peleando si era necesario, que podía ser su compañera aunque era muy consciente de que era débil en comparación a otros compañeros. Tras decirle a Adael que iba a por Aedan se desaparecieron a la casa Knox.

Aparecieron en la parte trasera porque era generalmente el sitio en donde encontraban a los pequeños. Probablemente sucios, pero felices. En efecto consiguieron a Aedan y a toda la familia Knox -Hola...- Sonrió de lado aunque no encontró a Anteia, aquello le extrañó pero era probable que estuviera en el baño. Su niño caminó hasta ellos con los brazos hacia arriba gritando algo ininteligible

Ella se rió un poco mientras Ian lo alzaba, Catherine le revolvió el pelo con suavidad -Gracias por todo...- Miró a Azahar y le sonrió afectuosamente antes de desaparecerlos a todos hacia su casa.

Ya me habia terminado de jalar todos los pastelillos que pude. Había evitado una guerra civil entre los mellizos sin que mis padres se dieran cuenta al comerme el unico pastel que codiciaban ambos.
- La vida es dura, mocosos, madurad. Mwehehehe. - me rei maliciosamente pero luego me hice la persona normal, pensando en que pronto habria un hermano o hermana mas a la que adoctrinar. Acabaria teniendo mi propio ejército.....de babas. Por no contar a Aedan, que tambien era otra maquina de babas. Y llantos y gritos.

Mi madre se tuvo que ir porque tenia trabajo. Debía de haber pasado algo interesante por alli abajo.
- Está bien, cuidate. - me despedí de ella y luego miré a mi padre. - Sinceramente? Prefiero cocinar.

A él le habia tocado la peor parte. Me fui a la cocina e hice algo de comer, asi ligerito, con lo que pillé. Despues de alimentar a las bestias se quedaron jugando un rato y fue cuando llegaron Cat e Ian a llevarse a su minibestia. Me eché un paño de cocina al hombro y le sonreí a Cath
- Nah, un placer. La proxima vez avísame para algo mas divertido y ya. - yo se lo solté ahi, sin vaselina. Me despedí de ellos y luego mi padre fue a capturar a los mellizos para darles un baño, pero seguian hiperactivos.

"creo que mañana tengo clase...creo...."

- Voy a dar una vuelta por la ciudad! nos vemos! mocosos si os portais bien os traigo regalos!- me despedí de mi padre, que habia logrado la captura del dia, y despues me fui de la casa. Ouroboros por la noche era preciosa....y si mañana tenia que madrugar...bueno, mi yo del futuro se encargaria de eso.

Después del escalofriante encuentro con Dyospiros, Anteia se fue a casa a darse una buena ducha y hacer terapia de familia lo que le ayudó a estar de nuevo feliz. Recibió los barriles de whisky mientras esperaba a que las magdalenas estuvieran hechas. Fuera, en la zona del jardín estaba Lyran preparando las carnes para las hamburguesas y ella dentro vigilando a los mellizos con los postres y demás asuntos porque…

Era la Brigada.
Iban a comer. Y a beber
Mucho.

Debería tener más colchones. Acabó poniendo varios bols llenos de cosas para picar que colocó en las mesas que Lyran había movido en la mañana junto con las sillas. Puso música de fondo lo que hizo que los mellizos empezaran a bailar a su manera. Le mandó un mensaje de moneda a Azahar comentándole de la fiesta, por si se quería pasar a ver a su primo -En cualquier momento empiezan a llegaaaaaaar…- Le avisó Anteia a Lyran mientras trasladaba torres de vasos. Estaba fresco afuera así que volvió a cambiarles el jersey a los mellizos por unos limpios y más gruesitos, para que estuvieran más limpitos y presentables aunque sabía que acabarían hechos un desastre.