Casa Knox Malfoy

Después de hablar con Lykaios, le explicó que no podía aparecerse y se fueron caminando hacia la casa de Anteia parando para comprar juguitos porque Mérida no podía beber alcohol. Cuando llegamos se podia escuchar la música desde afuera y Mérida sonrió, antes de entrar envió un patronus a Kyllian explicándole que estaría con la Brigada en casa de Anteia, que se cuidaría pero que no le esperara despierto y mañana harían la mudanza.


-Estoy un poco nerviosa ¿sabes?- Le comentó a Lykaios como si nada -Catherine nos ha dado un piso y nos vamos a mudar a algo más oficial...Y... A su manera me dijo que me quería- Sonrió de lado y luego frunció  suavemente el ceño, con los sentimientos revoloteando en su interior -Nunca me había sentido así con nadie- Le explicó a Lykaios, colgada de su brazo como buenos colegas y entonces le miró riéndose -¿tú te sienes así con Gen? Quiero darle un achuchón...- Le soltó al Knox cuando llegó a la puerta viendo a Cleo. No lo dudó, se tiró a su cuello y la abrazó con fuerza -Siento...lo otro- La apretó mucho contra ella -Luego te cuento más-

El paseo hacia la casa nos dio tiempo a seguir hablando un poco mas. La Pyro se habia colado hasta las trancas por el otro y parecía que aun no se había dado cuenta.

- Válgame, un piso y todo? Con romanticismo incluido? - obviamente estaba de coña, porque la entendia perfectamente y así se lo hice ver cuando me preguntó por Gen, asintiendo. - Así es, constantemente. Aunque a ella ha sido dificil convencerla, porque se piensa que eran sus feromonas que me tenían hechizado o algo...como si no fuera real. A ver si se pasa y la ves.

Al llegar estaba alli ya Cleo, Anteia se habia puesto al dia.

- Buenas! echamos una mano en algo? - pero cambie de parecer al divisar a los mocosos de fondo, pegando un grito de guerra.

"oh, primos"

Vi a los enanos y me fui a cazarlos (un pilla pilla), dejando que Cleo y Merida hablasen.

Abrió la puerta a Cleopatra con una emoción evidente. Cómo extrañaba tener visitas y fiestas en casa, eran su píldora de emoción, de amor familiar y de alegría. Le dio un abrazo y luego a los demás que fueron llegando, viendo que Lykaios tenía mejor cara. Tal vez de había enterado de lo de Leila. Esperaba que si

Después ayudó a las chicas derivando las a la parte de ensalada y se olvidó de Lykaios cuando lo vio con los mellizos. Al menos podía encargarse de ellos -Os dejo aquí. Tengo que sacar las magdalenas y cortar los panes... ¿Saben de Ben , Gen o Em?- Pregunto y después frunció el ceño -Muchas E E E... Seguidas. Os faltan L como a los Knox- Bromeó y apretó el brazo de cada una antes de volver sentir de cada y enfriar los jueguitos de Mérida.

Sin embargo, mientras estaba dentro recibió un memorándum y le pareció extraño pero al leerlo arqueó la cejas -Chicas, vuelvo en un momento. Me falta... Me faltan... Mayonesa- Le dijo a las chicas y salió de casa pitando.

-Bueno... no soy muy romántica- Le respondió a Lykaios porque honestamente nunca en vida había visto una pareja normal ni había conocido el amor familiar. Sus padres no se llevaban del todo bien y no habían gestos que declararán realmente aquel amor. No sabía cómo ser romántica. ¿De quien podría aprender? Escucho lo de Gen y sonrió. Tendría sentido. Ella también tendría esa confusión.

Le agradeció a Cleopatra que le devolviera el abrazo tan apretado, lo necesitaba, no sabía cuánto. Pero era cierto que después de hablar con Anteia, Kyllian y Lykaios se sentía profundamente más tranquila -¿Tienes alguna pregunta que quieras que te responda ahora?- le cuestionó a Cleo por si acaso.

-Valep Anteia, nos llamas si necesitas algo- Pensó mirando a la rubia con una sonrisa despampanante. Era tan graciosa y elegante. Y enamorada. Oh! De ella podría aprender a tener gestos románticos. Los señores Knoxes eran la síntesis del amor. -¿Gazpacho?- Le pregunto a Cleo mirando lo que había traído con una sonrisa -He tenido que estar a dieta con todo lo del embarazo. Ahora estoy incorporando algunos lácteos. ¿Que lleva eso? ¿Sólo tomate? - Le pregunto mientras troceaba la lechuga para las hamburguesas.

Llegué a la casa de los Knox bastante más tarde de lo esperado. Tras el encuentro con la chica del clan tendría que haber tomado la poción y haberse largado a casa. Si, eso debería haber pasado aunque claramente no fue lo que sucedió.
Al menos sabía que a aquel cacharro que tenía en su nuca no le afectaba la transformación. Eso o había tenido suerte esta vez. Se sentía culpable por haberlo hecho pero por alguna razón fue inevitable, lo necesitaba.
Tal vez tenía que ver con querer dejar espacio al General, con todo lo que tenía en su cabeza tener a una licantropa revolucionada por la luna llena y por la sola presencia de él en la habitación no debía ser lo más tranquilizante ni sereno si quería aclarar su mente.
O tal vez aquello de ser un chisme de metal insertado en un cuerpo. No sabía definirlo en si era ser o era estar. Aquello le hacía dar vueltas a su pelimorada cabeza más de la cuenta desde que lo había oído en el taller, tras su operación, aunque no lo había comentado con nadie.
Eran las dos razones principales entre un sinfín de pequeñas preocupaciones. Pero fuese por lo que fuese se había transformado. Y la luna llena le había sentado de maravilla. Excepto por la culpa, claro...y por haber tenido que ducharse tres veces para quitar el olor del fangoso barro con el que había aparecido al despertar y bueno... también por haber perdido la moneda comunicadora.
Así que marchó en su busca varias veces durante esos días hasta que por fin la encontró en una pequeña escapada antes de la barbacoa que habían preparado en casa de los Knox.
Le fastidió ver el mensaje de Mérida, la necesitaba y no había podido responder. Otra cosa más para la lista de las culpas.
Cuando llegó a la casa esperaba más gente, puede que no llegase tan tarde después de todo. De un rápido vistazo encontró al general jugando a lo bruto con los críos al fondo. Se le escapó una sonrisa antes de continuar buscando a su gente y por fin dio con Cleo y Mérida.
-EY!
Se acercó hacia ellas pasando los brazos por encima de los hombros de ambas para darles un abrazo un poco burro, últimamente se notaba un poco más fuerte. Las apretó un poquejo y después aflojó separándose.
-¿Dónde andan los demás?esperaba más gente...
Murmuré mirando alrededor para después mirar a Mérida con una evidente cara de arrepentimiento máximo.
-Mer, he visto el mensaje cuando ya venía para acá. ¿Que...todo bien?- chasqueó la lengua cruzando los brazos y entornó los ojos- Perdí la moneda...soy un desastre

Asiento asiduamente a lo de que el gazpacho prácticamente solo tenía tomate, sirviéndole un vaso para que lo probara, esperando que le gustara. Asiento a lo de la pregunta, respondiendo con un conciso -¡Kyllian!- Y la señalé a ella. ¿Cómo? ¿Cúando? Por favor, que se lo contara todo.

Empezaron a preparar cosas cuando Anteia se despidió de ellas, haciendo lo propio. Mientras, se preparaban una hamburguesa con su carnecita, su lechuguita, su tomatito, sus salsitas…

Espachurro entre mis brazos cuando llega Gen con nosotras y nos abraza. ¡Hacía mucho que no la veía y me hacía mucha ilusión! Me encojo de hombros ante la pregunta de dónde podría estar el resto de la tropa, pareciéndome terriblemente extraño que se pierdan una fiesta… y más si hay comida gratuita -¿En el país feliz de la casa de la gominola en la calle de la piruleta?- Respondí encogiéndome de hombros, cogiendo una de esas hamburguesas que estaba preparando Merida, de esta forma, Gen podría preguntar más fácilmente y Mer podría responder. Uff… la pelimorada se ha perdido un gran follón.



OFF: ODIO ESTE RETO

Se despidió de Anteia y sonrió ante la expresión de Cleopatra, una sonrisa dulce se dibujó en los labios de Mérida y se lo pensó un momento -Después de Francia fui a ver al jefazo y lo conseguí en la habitación de Gen…Hablamos un rato y cuando me fui me di cuenta que habían muchos chicos que se me pegaban. Pero Kyllian no se me pegó, me secuestró y me encendió todo el cuerpo con sus labios- Le recorrió un escalofrío al recordar aquellas palabras “Eres tú”. Fue armando su propia hamburguesa mientras los recuerdos caían en ella -Tuvimos sexo salvaje gracias a las feromonas de Gen. Rompimos una cama, incendié sábanas…Pero después de eso, después de que se fueran, volvimos a hacerlo… Es como que… No lo sé, conectamos- Le quiso explicar a Cleo mientras le ponía salsa a su comida cuidando de no pasarse para no pasarlo mal en la noche.

-Lo cierto es que no sabía que Leila se había. Bueno ellos nunca estuvieron juntos pero aparentemente había algo porque Lila estaba legalmente con su apellido. Yo no sabía nada y presencié el momento en el que Leila le hizo una llave rara en el cuello porque preguntó donde estaba la niña. Fue raro…Pero la defendí. Después de eso él hizo un break  y la verdad es que en ese mes estuvimos juntos…Varias veces. Me divierto con él, está tan loco como yo – Se rió  un rato, haciendo esos sonidos de cerdito hasta que llegó Gen a la que abrazó de vuelta. Cogió la bebida de Cleo y fue bebiéndola poco a poco, estaba buena y le sentaba bien al estómago o eso le parecía -La cosa es que ayudando en los campos me olvidé de ir con Aldaron y …aquí estamos- Dijo acariciándose el vientre con cierta ilusión. Estaba plano aún -Y él me dijo que haríamos lo que yo quisiera y yo dije que no iba a hacer pagar a un bebé por haberme olvidado una cita-

-Anteia acaba de preguntar lo mismo…- Mencionó en cuando Gen, observando raramente a Cleopatra cuando soltó semejante referencia… Y cuando se disculpó, Mérida alzó un hombro -Ya estoy bien, no te preocupes…- Le sonrió abiertamente y luego miró a Cleo -Entonces…Me dijo que me cuidaría y me mudé con él. La he pasado bastante mal con el embarazo, las náuseas  y la comida y él está muy atento a todo…Hasta que pasó lo que pasó- Bajó la mirada con el ceño levemente fruncido y cara de agobio. Terminó la hamburguesa y la dejó apartadita para luego mirarlas a ambas – Tuvo un muy mal momento, pero estuve con él y ahora estamos mucho mejor. Ahora… Estamos…juntos. O sea… Somos como… más que “es el padre de mi hijo”  y menos que “es oficialmente mi novio”. No sé…No somos mucho de etiquetas- Alzó los hombros como restándole importancia aunque era muy consciente de que su "mini yo" era absolutamente de ella. Se rió por ello.

Cogió su hamburguesa para ir a sentarse en una mesa. Se sentó allí y al ver a Lykaios con los niños recordó su visión con Kyllian y luego la de Gen, miró a la pelimorada con curiosidad -Gen… ¿Tú te controlas en luna llena?-  Sabía que era una pregunta muy extraña pero el miedo que había sentido ante la visión de Gen con aquella manada junto a ella, observándola con hambre, se le había metido bajo la piel .

Me habia pasado la mañana moviendo mesas al jardin, preguntandole a Anteia que a cuanta gente habia invitado, y quejandome, por supuesto, porque la iban a liar parda, y mi mision era quejarme.

- Anteia, el fuego!! que se me apaga!! - el fuego no era lo mio, sin duda, y no habia manera de que esa barbacoa cogiese fuerza.

Entonces empezó a llegar gente, empecé a oir voces varias y reconocí la de mi primo, y en un momento lo vi haciendo rallys con los mellizos.

- Lykaios que tienen los jerseys limpios de esta mañana! TE MATO! - lo amenacé y le tiré la espatula de darle la vuelta a la carne, que le rebotó en el cabezote.

Entonces Anteia se piró por cosas del trabajo, esa se la guardaba, organiza una fiesta y se pira? Ya podía estar preñada la reina de inglaterra para que mereciese la pena que se fuese en este momento, no, que digo! ni la reina de inglaterra!

Me quedé con mi delantal de "kiss de cook" con cara de disgusto mientras miraba a los jovenzuelos. Estaba asando un...que era eso? Que carne mas rara venden en Ouroboros, en fin, no sabia lo que estaba asando, cuando oi "sexo salvaje" por ahi en una conversacion y me giré, viendo que era la pelirroja bajita la que lo habia dicho.

"wtf"

Me quedé mirando a las chicas con cara de poker a causa de sus conversaciones, saqué un chuleton o algo asi, de las brasas, y lo dejé en la mesa en la que estaban ellas, hablandoles con una sonrisa amable.
- Como digais alguna palabra fea delante de los crios os tiro un ascua, bastante demonios son ya!

Justo en ese instante Lykaios atravesó unos matorrales con los crios a cuestas, se cayeron y se rebozaron en la tierra que estaba recien regada.

- Lykaios JODE-no, MIERD... !! - tacos no. - TE AHOGO! - fui a por los crios y los levanté en volandas del barro, se habian metido en las matas de habas mágicas, y ahora la mata de habas intentaba estrangular a Lykaios, pero le dejé a la plantita hacer lo suyo (total era muy endeble, solo le haría cosquillas, es que tiene mal genio)

Al final decidí acudir a la barbacoa que habían organizado los Knox en su casa, aunque no hubiese muchas ganas. Los últimos tiempos habían sido raros para la Brigada. Desde la última misión todo había ido a peor. Habíamos perdido a un miembro del equipo, lo de Leila y la niña, todo lo de Lykaios, casi todos los miembros de la Brigada desperdigados...muy raro todo.

Por eso se me hizo extraña la estampa cuando aparecí en el jardín, donde había una aparente normalidad. Lykaios parecía enretenido jugando con los niños, y su primo le reñía de modo majo. Por lo menos parecían animados. Luego localicé a las chicas, que estaban juntas hablando de cosas de novios y etiquetas, o algo así. Solté un suspiro antes de acercarme, saludando en general a las tres. No recordaba con claridad si le había dado ya la enhorabuena a Mérida, pero por si acaso lo hice otra vez.

- Bueeeno...cuánto tiempo. - raro, todo raro. - ¿Cómo estáis? - pregunta un poco absurda, pero que contasen. Miré significativamente a Gen y luego a Lykaios, como preguntando por él.

Volvió caminando hacia la casa, sin mayonesa, y con la cabeza con mil revoluciones y la fiesta no iba a ayudar. Necesitaba contarle a Lyran muchas cosas. Bueno una cosa pero que era sumamente importante. Ay por todo lo más querido.... Menudo baby boom.

Al llegar vio a Ben y a Gen que habían llegado en su ausencia y se acercó a cada uno para apretujarlos con fuerza maternal a cada uno -Ya os echaba de menos- Miro a Mérida y a Ben intermitentemente -Cuidsdo con el ping pong y los mellizos- Advirtió con una sonrisa y fue a servir bebidas para todos, levitando una para cada uno y un zumo para Mérida.

Luego fue donde estaba Lyran que están asoló, echando un vistazo a los enanos asquerosos -Haraaaaas la colada Lykaioooossss- Anuncio hasta llegar a su pelo azul favorito y besarlo como decía el delantal -Si te hiciera adivinar porque me han llamado del hospital que sería lo más sórdido que te imaginarias??

Miré a Cleo encogiendo mis hombros dando por válida su respuesta sobre el paradero de nuestros colegas. Seguramente estarían bebiendo por ahí, si. Me puse a ayudar con la cocina tal y como andaban haciendo ellas tranquilizándome que Mer dijera que ya estaba bien.
-¿Seguro?
Lo pregunté por afianzar, ya que la pobre mía había pasado por muchas cosas últimamente y si Lykaios estaba rarito pues para ella no podía llegar a imaginarme lo que había sido todo el jaleo de Leila añadido a su estado. Seguí picando ingredientes aunque paré al escuchar que le había se habían ido a vivir juntos, miré por un segundo a Cleo y luego a la pelirroja.
-Wow...¿vivir?¿Aquí?
Señalé con el cuchillo al suelo antes de continuar picando. A ver...ahora mismo no se podía vivir ahí abajo pero generalmente nuestra "casa" estaba en movimiento. Claro que pensándolo bien tal vez el ritmo de vida de la brigada no era el más adecuado para un crío.
-Tiene lógica...si.
Aunque me fastidiase perder a Mérida supongo que era lo mejor. Seguí a lo mío mientras oía los gritos de los críos, Lykaios y de Lyran al fondo mientras Mérida nos ponía al día. El peliazul llegó abroncándonos y puse cara de ups... No estabamos acostumbrados a los criajos no.
Entonces Mer me preguntó aquello y paré de picar para mirar algo confusa a la pelirroja.
-em...
Miré a Cleo y luego a Mer y tras dudar un poco me puse a picar con mas insistencia.
-Puees... JE...no sé...no...bueno...no, no me controlo pero...- Solté una risa nerviosa-¿Por... ¿Por qué?no es como si la última luna hubiese desobedecido y no me haya tomado la matalobos para correr y aullar a la luna y... -Una nueva risa nerviosa , ¿y si había hecho algo malo? hasta que llegó Ben. Solté el cuchillo.
-BEN!-Le apretujé contra mi plantando un beso apretado en su mejilla-¿Donde estabas?eh?eh?Seguro que bebiendo por ahí y... - Si, era obvio que estaba algo nerviosa pero me quedé algo seria al captar su mirada, desviándola al general que la estaba liando parda con los niños. Encogí un hombro-Le he dejado algo de espacio durante la luna llena...ya sabes como me pongo y...no quería molestarle.
Aunque ahora parecía normal, con los críos jugando a lo bruto.
-Está un poco...diferente.
Al llegar Anteia la apretujé tal como ella hizo de vuelta y no pillé muy bien lo que le soltó a Mérida y a Ben.
-¿Ping Pong?

Escuchó claramente lo que dijo Cleopatra al pobre de Lyran y le miró frunciendo el ceño porque, definitivamente, estaba expresándose muy raro. Lo de las igualdades… -Él es feral… Aunque es elemental del rayo, yo podría hacer rayos-…Ahora lo de mística…profunda, le hizo mirarse la mano y sonreír de lado, gesto que fue ampliándose para recordar lo que se habían dicho en la consulta de Anteia. Tal vez…Tal vez así era. Mérida arrugó la nariz cuando Lyran vino a regañarlas y sonrió luego tratando de parecer adorable pero más a modo de disculpa luego miró a Ben llegar y le sonrió cuando le dio el enhorabuena, pero lo notó algo…raro -Bien bien, les contaba a las chicas un poco lo del feral… - Le dijo al pelirrojo porque siempre había confianza, no había algo que le contara exclusivamente a las chicas. Bueno, tal vez el tamaño de las virilidades conocidas. U otros detalles que sólo las mujeres entenderían.

Le aseguró a Gen que estaba bien y al escuchar aquella pregunta se sintió incómoda. Miró a Lykaios porque…Él lo entendía, casi mejor que ella. Miró su hamburguesa, con sentimientos encontrados. Pero…en el fondo, sabía que era lo correcto. Pero no habló, sólo asintió. Lo de que tenía lógica la hizo sonreír -Me han dado baja maternal y Kyllian ha conseguido un puesto en la guardia así que… Estoy buscando trabajo también. Si sabéis de algo que no me ponga mucho en peligro…Kyll está un poco sobreprotector desde que pasó lo de...Lila- Mencionó, diciendo lo último en un hilillo de voz.

La risa rarísima de Gen hizo que la mirara con el ceño fruncido. ¿Qué coño le pasaba a todos los de la Brigada? ¿O sería ella la que los percibía raros? -Porque tuve una visión extraña por una aquamarina y tú estabas convertida, estabas con una manada y me estabais acechando...Pero no estaba Lykaios... Fue extraño. Aunque también tuve visiones de Kyllian. Y Kyll mías, pero distintas... No lo sé, es una cosa rara- Le informó sin pelos en la lengua y cuando le gritó a Ben escuchó todo y miró a Lykaios. Había ido ella a llorarle cuando tal vez era él quien tenía que llorarle a ella. Ah, maldita sea. Mordió la hamburguesa para callarse un poco y comer  porque le apetecía mucho.

Cuando Anteia llegó con el tema del ping pongo ella sonrió y miró a Ben con picardía. Se incorporó y dejó la hamburguesa a un lado para lanzarle una bola de fuego al pelirrojo. ¿Cómo podían haberlo olvidado? Esperó a que se la devolviera… -Aunque podemos jugar a las cartas… Anteiaaaa ¿Tienes cartas de Uno?- Preguntó en voz alta.

Le estaba cantando la leccion a Lykaios acerca de las matas de habas estranguladoras, modo profesor aburritivo, hasta que me dio pena, le hice cosquillas a la planta y lo dejó en paz.

Los crios seguian manchados y asi seguirian hasta que me los llevase a dormir, total ya para que....vi llegar a Anteia y le puse cara de cordero degollado, perro abandonado, gato con botas, todo, cuando se acercó a mi para hacerle caso a mi delantal.
- por que me has abandonado?- dije tras su beso. Una adivinanza? No se....Mire a la loca de cleopatra que me llamó coyote intergalactico. Sonaba guay.

- no lo se, un murcielago con la rabia manticoroide ha mordido a algun niño? Uf, no me digas que hay plaga de eso....no estoy preparado para los eructos de llamas que produce esa fiebre.

Le puse un plato de comida a mi esposa entre las manos y la mire con el ceño fruncido.
- tu estás bien? Te hacen echar horas extra, y estando embarazada! Voy a tener que hablar con el Lucio ese....

A mi llegada todos fueron abrazos, como el de Anteia y su maternal advertencia con no jugar a cosas de fuego con los mellizos en medio. - Gracias por la invitación, Anteia. Vaaale, no quemaremos niños ni jardines, tranqui. - me separé de ella tras el abrazo, estando a punto de acusar a Lykaios de estar también liándola. Luego apretujé bastante a Gen, era costumbre darnos ese tipo de abrazos. Me encogí de hombros a la pregunta de dónde había estado, habían sido unos días bastante raros. - Pss... por ahí. Nada interesante. Ni siquiera he bebido, así que imagínate. - ella me comprendió enseguida con respecto a lo de Lykaios, pero tampoco me dio mucha información con eso de que estaba diferente. A simple vista parecía normal, pero seguro que si nos poníamos a hablar notaría algo distinto. - Ay...espero que puedas animarle un poco. Ya sabes... - comenté en tono confidencial antes de separarme de ella, atendiendo a Mérida mientras me ponía al día.

- ¿Pero sobreprotector en modo bien o agobiante que no te deja hacer nada? - pregunté entornando los ojos, por si había que vigilar. Ahora estaba un poco paranoico con todo, y la mención de Lila me provocó sentimientos encontrados. Era horrible pensar lo sucedido, y el que había tenido que verlo era el jefe. Hice levitar un chuletón de la barbacoa hasta donde yo estaba, empezando a comer con ganas. Cuando tragué seguí hablando, pero algo más relajado. - Llevas razón, ahora tienes que hacer cosas tranquilas. Puedes...regar los jardines. O... - no se me ocurrían muchos empleos para gente como nosotros que quemaba cosas. - Encendedora de antorchas de la ciudad. - mordí otro buen pedazo de carne, flipando un poco con lo de las visiones. Yo no solía prestar mucha atención a esas cosas. - Eso tiene que ver con tus miedos y tus deseos. Es simple, creo. Deseas estar con Kyllian y por eso lo ves en visiones, pero a la vez tienes miedo de la Brigada por lo que pasó con Leila, y por eso ves a Gen acechando. Es un asunto que nos ha tocado a todos de un modo u otro. Ha afectado a la Brigada, es absurdo negarlo. - me lamenté yendo directo al tema, acabándome el chuletón en unos cuantos mordiscos más. - Después miré raro a Cleo por lo que dijo de que sin tele ni cerveza yo perdía la cabeza. - Ahora que lo dices, dame una cerve. - alcé la mano a tiempo para detener la bola de fuego que me lanzó Mérida, pero no me atreví a enviársela de vuelta por si acaso la quemaba, que ahora no podía jugar con ella siendo bruto.

- Por cierto, Imram me ha dicho que vendría más tarde, pero no creo que baje a la misión que se está preparando. - era su decisión, pero se estaba alejando un poco del grupo. Una lástima. Hice un gesto con la mano para levitar una bandeja de perritos calientes hasta nuestro grupo, dejándola en una silla en el centro. También unas cuantas cervezas que había por el jardín, comenzando a beber aunque sin mucha esperanza de emborracharme sólo con eso. - Las cartas me dan sueeeeño, ¿y si jugamos a lanzar gnomos de jardín por los aires? ¡LYKAIOS! - grité de manera repentina para que nos hiciera caso. - ¡ENSEÑA A ESTA GENTE LO DEL LANZAMIENTO DE GNOMOS!

Miré mal a mi primo por burlarse de mi incultura con las plantas. Y yo que sabia! las plantas me interesaban entre cero y menos cero. Igual que las mates.

Anteia llegó diciendome que tendría que hacer la colada, me temia que si...aunque seguro que al final lograba escaquearme. Ante el grito de Ben no pude menos que ponerme en pie por fin, y sonreir malignamente de lado.

- El deporte nacional! Hay gnomos en el jardin? Claro que debe de haber...solo hay que saber encontrarlos...

Me agaché a cuatro patas y me puse a escarbar entre las plantas de Anteia. Patata, patata, patata....oh! ese no era patata! Tiré de los tres pelillos y efectivamente, salió un gnomo, la parte superior de su cabeza parecia una patatilla, habia estado ahi enterrado.

Empezó a resistirse y a intentar treparme por los antebrazos, a oponer resistencia, pero tal como se prepara un lanzador de balones medicinales, hice lo mismo, poniendo al gnomo a volar por encima de la la verja del jardin de los knox.... el lanzamiento fue perfecto.

- No he perdido facultades. Quereis intentarlo?

Me fui a la mesa, pero no sin antes llenarme de whisky una jarra, que me bebi al hilo. La dejé sobre la mesa y luego miré a mis compañeros.
- Vamonos ya de mision! - me llené el vaso de nuevo, antes, me emborracharía

Ay la carita del esposo. Le besó de nuevo porque se lo merecía -Porque me solicitaban en el hospital modo top secret- Le dijo, inclinándose hacia él en modo marujeo. Le recogió un par de mechones de pelo azul mientras él le respondía y a la rubia escuchaba haciendo un gesto de preocupación y luego una mueca con eso de la plaga para negar con la cabeza -Pero ahora que lo dices, no sé si ya se ha creado la vacuna para eso. Menuda pandemia nos podríamos montar en la isla, imagínate, como la del Covid-19- Le recorrió un escalofrío.

Cogió el plato y se llevó el perrito caliente a la boca para darle un mordisco y luego asintió a aquello de si estaba bien -Perfecta… Todo en orden. .. Es que no te lo vas a creer…Hay como un boom de embarazadas, tengo que presentarle un proyecto de un departamento de . educación sexual y también un curso para pre mamás. Todas son muy jóvenes…- A excepción de la licántropa a la que tenía que ir a atender -Bueno…- Se inclinó hacia su oído -La Descendiente Sofía está embarazada…¡Y no sabes! ¡Se me ha puesto a llorar la pobre! …No se lo esperaba…- Dijo haciendo un pucherito.

Tras eso escuchó el grito de Mérida y negó. Pero pronto se fue hasta el salón y cogió los dos paquetes de baraja española, entregándoselos a Mérida -Podemos jugar al chinchon- Le dijo a la pelirroja pero en seguida Ben cambió de idea y de pronto el deporte favorito de los Knox comenzó. Anteia miró volar el gnomo mientras los mellizos se reían e intentaban hacer lo mismo destruyendo más sus patatas que encontrando gnomos.

Durante los últimos tiempos había permanecido bastante al margen de las misiones de la Brigada, quitando la última en la que acabamos regular tras pasar por el infierno al salir de la Ciudadela. Desde entonces me había mantenido en contacto con ellos, pero había priorizado estar con mi hijo de modo más tranquilo, en una pequeña cabaña en el bosque. Eso no quería decir que no supiese lo que sucedía con ellos. Me había enterado de que Lykaios estaba pasando por momentos difíciles, de lo de Leila y la tragedia con la niña, y de la buena noticia del embarazo de Mérida. Por eso quise acudir a la barbacoa a la que nos había invitado la Malfoy, para felicitar a la pelirroja y pasar un rato con todos los demás.

Llegué allí tras una buena caminata con Rhados, que tenía ganas de jugar con los críos de los Knox. Los conocía de la guardería, aunque era un poco mayor que ellos. El crío salió corriendo en cuanto llegó al jardín, yendo hacia sus amigos. Aparentemente parecía estar todo como siempre, con Lykaios y Ben gritando. Me dirigí directamente hacia el grupo en el que estaban las chicas, saludando en general y poniendo una mano en el hombro de Mérida al alcanzarlas.  - No podía perderme la quedada, quería darte la enhorabuena. - apreté un poco su hombro al decir aquello, sonriendo un poco.  - Siento haber estado un tanto ausente últimamente, y no bajar a la misión que se está preparando, pero...necesito quedarme con el niño. - me disculpé con Gen y Cleo, esperando que me contasen con más detalle cómo estaban después de tantos cambios y asuntos problemáticos.