Recuerdo del primer mensaje :
El chico parecía buena persona estaba demasiado nervioso -No me des las gracias, es mi trabajo- le expresé mientras empezaba a beber mi té. Lucio me explicó lo que el peliblanco quería hacer, unir la sanación y la protección, aunque Lucio podría encargarse de ambas cosas, sus barreras eran tan buenas como las mías. Justin corroboró lo que decía el mayor y escuché atentamente, había pasado un mal momento en el ataque de apenas medio mes atrás -Comprendo, pues no se hable más, tienes dos nuevos profesores, eso si, tendrás que estudiar mucho, primero te haré una evaluación de tu control de la magia, necesitas mucho para las curaciones y las barreras, empezaremos trabajando eso y cuando lo domines seguiremos avanzando, poco a poco para que también puedas organizarte con la medimagia-
Miré a Lucio.. la verdad es que me dio mucha pena cuando dijo que era ingenuo pensar bien, hice n amago de estirar la mano hacia la suya al notarlo algo triste pero me detuve y en ese momento Aedan hizo flotar unas pastas desde la mesa de al lado para llevárselas a la boca -No, Aedan ,eso no se hace cariño, no son tuyas- miré a la mesa de al lado y me disculpé, entonces hice flotar nuestro propio plato de pastas hacia él para que pillara de ahí si quería, con todo ese azúcar tendría que hacerlo jugar toda la mañana para que hiciera siesta -Está bien, ya nos apañaremos- dije finalmente a mi prometido queriendo acabar con el tema, no era adecuado con Justin ahí sentado a la mesa.
-Oh, no Justin, tranquilo. Aedan no es muy bueno con los desconocidos y no es ningún problema, además, su madre me mata si se entera que lo he dejado con otra persona sin consultarle, pero gracias por ofrecerte, eres muy amable- Me terminé el té y le limpié la cara al pequeño que la tenía manchada de chocolate... y las manos porque le había metido la zarpa para pillar las nubes, por no hablar de las migas de pastas que le caían a la chaqueta, pero con un movimiento de mano todo desapareció con un encantamiento y ya estaba listo para volver a mancharse.
-Bueno Justin, como alumno de un descendiente tienes libre acceso a la biblioteca, muchos de mis alumnos trabajan allí así que si necesitas ayuda con algo no dudes en preguntarles...y... - sujeté con una mano a Aedan y metí la otra en mi bolsa, casi hasta el codo buscando algo, se lo tendí al chico, era un carnet de la biblioteca que en cuanto tocara se rellenaría con sus datos guardados en la base de Ouroboros, que para eso yo me pasaba el día entre papeles, además de un pequeño pin que lo identificaba como alumno -con esto podrás sacar libros de la biblioteca, ve allí cuanto antes a que te hagan la foto, pero por favor, recuerda devolverlos a tiempo. Como comprenderás por la situación actual no podemos empezar de inmediato pero la semana que viene preséntate en la biblioteca a las nueve de la mañana y empezaremos tu entrenamiento... y creo que eso es todo, bienvenido- dije con una sonrisa y tendiéndole una vez más la mano para formalizarlo todo.. solo esperaba que esta vez si me la diera
Miré a Lucio.. la verdad es que me dio mucha pena cuando dijo que era ingenuo pensar bien, hice n amago de estirar la mano hacia la suya al notarlo algo triste pero me detuve y en ese momento Aedan hizo flotar unas pastas desde la mesa de al lado para llevárselas a la boca -No, Aedan ,eso no se hace cariño, no son tuyas- miré a la mesa de al lado y me disculpé, entonces hice flotar nuestro propio plato de pastas hacia él para que pillara de ahí si quería, con todo ese azúcar tendría que hacerlo jugar toda la mañana para que hiciera siesta -Está bien, ya nos apañaremos- dije finalmente a mi prometido queriendo acabar con el tema, no era adecuado con Justin ahí sentado a la mesa.
-Oh, no Justin, tranquilo. Aedan no es muy bueno con los desconocidos y no es ningún problema, además, su madre me mata si se entera que lo he dejado con otra persona sin consultarle, pero gracias por ofrecerte, eres muy amable- Me terminé el té y le limpié la cara al pequeño que la tenía manchada de chocolate... y las manos porque le había metido la zarpa para pillar las nubes, por no hablar de las migas de pastas que le caían a la chaqueta, pero con un movimiento de mano todo desapareció con un encantamiento y ya estaba listo para volver a mancharse.
-Bueno Justin, como alumno de un descendiente tienes libre acceso a la biblioteca, muchos de mis alumnos trabajan allí así que si necesitas ayuda con algo no dudes en preguntarles...y... - sujeté con una mano a Aedan y metí la otra en mi bolsa, casi hasta el codo buscando algo, se lo tendí al chico, era un carnet de la biblioteca que en cuanto tocara se rellenaría con sus datos guardados en la base de Ouroboros, que para eso yo me pasaba el día entre papeles, además de un pequeño pin que lo identificaba como alumno -con esto podrás sacar libros de la biblioteca, ve allí cuanto antes a que te hagan la foto, pero por favor, recuerda devolverlos a tiempo. Como comprenderás por la situación actual no podemos empezar de inmediato pero la semana que viene preséntate en la biblioteca a las nueve de la mañana y empezaremos tu entrenamiento... y creo que eso es todo, bienvenido- dije con una sonrisa y tendiéndole una vez más la mano para formalizarlo todo.. solo esperaba que esta vez si me la diera
Miré extrañado a Justin porque prefiriese encargarse de la guardería cuando llegasen los heridos, pues era poco habitual que los adolescentes de su edad aguantasen a los mocosos. Normalmente les rehuían y pasaban de ellos. Seguí observando atentamente el intercambio de palabras entre él y Sean, satisfecho de que ambos estuviesen de acuerdo en la mayoría de cosas. Además, iba a ser aprendiz de ambos, así que podríamos hablar del progreso de nuestro alumno. Negué a lo de que se encargase de Aedan, no porque no me fiase, sino porque no podíamos decidir sobre el hijo de otra persona.
- Muy amable, pero no es necesario. Serán solo unas horas. Luego se quedará con Sean o me lo llevaré yo a la guardería del hospital cuando vaya a atender a los heridos. - me acabé el té de una vez por todas, sonriendo al ver a Aedan hacer magia a su favor para tener más pastas. Cada vez tenía más la impresión de que Sean tenía mano con los niños, ya no era sólo que no llorasen con él, sino que le hacía caso a lo que le decía. - Eso, obedece al tío Sean. - le pasé una mano por la cabeza al niño, fijándome después en el pin que Sean le dio a Justin. Seguro que eso le hacía ilusión. Necesitaba algo parecido para mis alumnos.
- Creo que Sean ya te lo ha dicho casi todo. Nos vemos en unos días para empezar. Lo del hospital pues...eso, piénsatelo. Tampoco quiero que acabes traumado con lo de hoy. - estaba seguro de que vendrían bastantes heridos, y ya tuvo bastante con lo de la invasión a la isla. Me levanté de la mesa para ir a pagar lo mío y lo de los demás a la barra, mientras esperaba que Justin y Sean se diesen la mano para despedirse. No sabía si Sean querría que hablásemos en el salón de té, o si preferiría ir a pasear. El caso es que estaba poniéndome ya un poco nervioso por la expectativa de lo que íbamos a decirnos.
- Muy amable, pero no es necesario. Serán solo unas horas. Luego se quedará con Sean o me lo llevaré yo a la guardería del hospital cuando vaya a atender a los heridos. - me acabé el té de una vez por todas, sonriendo al ver a Aedan hacer magia a su favor para tener más pastas. Cada vez tenía más la impresión de que Sean tenía mano con los niños, ya no era sólo que no llorasen con él, sino que le hacía caso a lo que le decía. - Eso, obedece al tío Sean. - le pasé una mano por la cabeza al niño, fijándome después en el pin que Sean le dio a Justin. Seguro que eso le hacía ilusión. Necesitaba algo parecido para mis alumnos.
- Creo que Sean ya te lo ha dicho casi todo. Nos vemos en unos días para empezar. Lo del hospital pues...eso, piénsatelo. Tampoco quiero que acabes traumado con lo de hoy. - estaba seguro de que vendrían bastantes heridos, y ya tuvo bastante con lo de la invasión a la isla. Me levanté de la mesa para ir a pagar lo mío y lo de los demás a la barra, mientras esperaba que Justin y Sean se diesen la mano para despedirse. No sabía si Sean querría que hablásemos en el salón de té, o si preferiría ir a pasear. El caso es que estaba poniéndome ya un poco nervioso por la expectativa de lo que íbamos a decirnos.
Escuché ilusionado las buenas noticias, dibujando una amplia sonrisa. -Sí. Eso no es problema. Me encanta estudiar- Luego asintió a lo de la magia, no estando del todo seguro si pasaría aquella prueba. Generalmente controlaba magia básica como mover objetos y cosas así, pero ni siquiera había aprendido a defenderse. Eso sí, por culpa de su padre entendía a las aves a la perfección ¿Aquello era magia? -Sí. Tengo que prepararme un horario… bastante apretado, la verdad- Reconocí ante el descendiente de Merlín. ¡Pero aquello eran buenísimas noticias! Eso sí, se acabaría su vida personal. Sonreí por la travesura del pequeño que cargaba Sean, pensando en las que hacía Nyara eran algo más… artísticas.
-Oh. Vale- Añadí un poco disgustado por aquello de no poder ayudarles con el niño -Pero, de verdad, si necesitáis ayuda con cualquier cosa… Sé dónde venden unos dulces y tienen juguetes bastante que les suele gustar mucho. Lo digo por experiencia- Bromeé porque mi experiencia de niñero era bastante larga, porque además de estar con Nyara, a veces también ayudaba a Nicho con Sophie e Iberio. Volvió a posar la mirada en Sean cuando éste empezó a explicarle lo de la biblioteca, asintiendo a cada frase para que supiera que le estaba entendiendo. Cogí el carnet con una mano y enseguida se rellenó con letra de mi puño, casi como… ¡magia! El pin era el mejor regalo que le habían hecho nunca. -Claro. Perfecto. Lo entiendo. A las 9 en la biblioteca- Dibujé una grandísimas sonrisa mientras le apretaba la mano y devolví la mirada a Lucio para hacerle partícipe de lo que acababa de pasar, ya que él también había tenido que ver con todo esto. El medimago fue a apagar y di por finalizada la conversación. -Estupendo, nos vemos pronto- Di un trago al té, que por culpa de la conversación casi no le había prestado atención y me lo bebí de a una. Estaba calentito, pero no ardía. Cogí mi abrigo y les hice una reverencia -Gracias, otra vez- Y tras ello me despedí de ellos alzando la mano y salí al exterior.
-¡SÍ!- Di un salto de alegría, sin darme cuenta que el cristal del mostrador y que se me podría ver desde dentro. Me abrigué mientras me marchaba de allí, camino de la casa del bosque a contarle las buenas noticias a Nichollas
-Oh. Vale- Añadí un poco disgustado por aquello de no poder ayudarles con el niño -Pero, de verdad, si necesitáis ayuda con cualquier cosa… Sé dónde venden unos dulces y tienen juguetes bastante que les suele gustar mucho. Lo digo por experiencia- Bromeé porque mi experiencia de niñero era bastante larga, porque además de estar con Nyara, a veces también ayudaba a Nicho con Sophie e Iberio. Volvió a posar la mirada en Sean cuando éste empezó a explicarle lo de la biblioteca, asintiendo a cada frase para que supiera que le estaba entendiendo. Cogí el carnet con una mano y enseguida se rellenó con letra de mi puño, casi como… ¡magia! El pin era el mejor regalo que le habían hecho nunca. -Claro. Perfecto. Lo entiendo. A las 9 en la biblioteca- Dibujé una grandísimas sonrisa mientras le apretaba la mano y devolví la mirada a Lucio para hacerle partícipe de lo que acababa de pasar, ya que él también había tenido que ver con todo esto. El medimago fue a apagar y di por finalizada la conversación. -Estupendo, nos vemos pronto- Di un trago al té, que por culpa de la conversación casi no le había prestado atención y me lo bebí de a una. Estaba calentito, pero no ardía. Cogí mi abrigo y les hice una reverencia -Gracias, otra vez- Y tras ello me despedí de ellos alzando la mano y salí al exterior.
-¡SÍ!- Di un salto de alegría, sin darme cuenta que el cristal del mostrador y que se me podría ver desde dentro. Me abrigué mientras me marchaba de allí, camino de la casa del bosque a contarle las buenas noticias a Nichollas
La idea de dejar a Aedan en la guardería no me gustaba, no porque yo no confiara en el personal sino porque sabía que Catherine prefería tenerlo con gente de confianza, además, el pobre crío había pasado por tanto que yo tampoco quería dejarlo solo, como si me lo tenía que llevar en una mochila, no me iba a despegar de él hasta que volvieran sus padres y le eché una mirada de desaprobación a Lucio antes de pestar atención a Justin -Oh, Aedan tiene muchos juguetes, algunos especiales, su madre es muy partidaria de desarrollar su mente así que los consigue ella misma, pero te llamaré si ella necesita saber de ese sitio de dulces- aunque Aedan podía hacer de las suyas y pillar alguno sin que no diésemos cuenta.
Resolvimos un par de temas más sobre las clases de Justin además de darle sus credenciales y lo que necesitaría para poder empezar su formación, parecía muy ilusionado y contento, solo esperaba que no se aburriera a mitad de camino, Lucio se levantó a pagar y el chico por fin me dio la mano -Nos vemos pronto Justin- dije con una sonrisa en el rostro, obviamente no tan grande como la suya. El chico se bebió el té de un trago y se despidió dando las gracias otra vez, era bonito ver a alguien con tanta ilusión por estudiar, lo seguí con la mirada y vi aquel salto de alegría que dio fuera y no pude evitar reírme.
Terminé mi té y el pequeño su chocolate, le puse su chaqueta, el gorro y todo lo demás para poder salir del lugar, pues si Lucio ya estaba pagando quería decir que no nos íbamos a quedar mucho tiempo. En la puerta pillé el carrito de Aedan y al ver su mochila empezó otra vez a decir "Giyo, Giyo" varias veces, tenía buena memoria. Abrí la mochila y le di uno de los juguetes animándolo para que fuera a enseñárselo a Lucio, el pequeño enseguida dio varios pasos hasta el medimago y levantó los bracitos con su juguete en las manos, Lucio podría agacharse para verlo o tomar a Aedan en brazos, hiciera lo que hiciera ambos acabaríamos con purpurina encima - Vamos a dar una vuelta Aedan, a jugar en la nieve, así el tío Sean puede hablar con Lucio- dicho eso salimos del lugar para ir a uno con menos ojos, más discreto para nuestra conversación privada.
Resolvimos un par de temas más sobre las clases de Justin además de darle sus credenciales y lo que necesitaría para poder empezar su formación, parecía muy ilusionado y contento, solo esperaba que no se aburriera a mitad de camino, Lucio se levantó a pagar y el chico por fin me dio la mano -Nos vemos pronto Justin- dije con una sonrisa en el rostro, obviamente no tan grande como la suya. El chico se bebió el té de un trago y se despidió dando las gracias otra vez, era bonito ver a alguien con tanta ilusión por estudiar, lo seguí con la mirada y vi aquel salto de alegría que dio fuera y no pude evitar reírme.
Terminé mi té y el pequeño su chocolate, le puse su chaqueta, el gorro y todo lo demás para poder salir del lugar, pues si Lucio ya estaba pagando quería decir que no nos íbamos a quedar mucho tiempo. En la puerta pillé el carrito de Aedan y al ver su mochila empezó otra vez a decir "Giyo, Giyo" varias veces, tenía buena memoria. Abrí la mochila y le di uno de los juguetes animándolo para que fuera a enseñárselo a Lucio, el pequeño enseguida dio varios pasos hasta el medimago y levantó los bracitos con su juguete en las manos, Lucio podría agacharse para verlo o tomar a Aedan en brazos, hiciera lo que hiciera ambos acabaríamos con purpurina encima - Vamos a dar una vuelta Aedan, a jugar en la nieve, así el tío Sean puede hablar con Lucio- dicho eso salimos del lugar para ir a uno con menos ojos, más discreto para nuestra conversación privada.
Kyle Franklin
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El lugar que había escogido para reaparecer era una antigua tienda de discos abandonada, justo enfrente del restaurante japonés. Uno de verdad, no una imitación china de lo más descarada.
-Voy vigilando que no la reabran o la tiren al suelo y puedan pillarme un día al aparecerme. Imagina la cara de la cuadrilla de obreros si me vieran estropearles el cemento recién puesto.
Lo comenté con una sonrisa maliciosa, dándole a entender que no sería la primera vez que me pasaba algo así. Aunque eso fue hace mucho tiempo, cuando era un adolescente alocado. Caminamos hasta la entrada rememorando travesuras de cuando éramos niños, y pedimos una mesa para dos. Nos pusieron junto a una ventana, y cogimos las cartas, para empezar a pedir.
-Yo adoro los sushi maqui mixto, sobre todo, los de salmón y atún. Aunque hacen un pollo picante de vicio. Si quieres, podemos compartir varios platos y picar de todo un poco.
Hacia tiempo que no salía a comer fuera con alguien, y Rosse era una amiga con la que me sentía realmente muy a gusto. Visitar mi nuevo restaurante favorito con ella mas veces de ahora en adelante, si le apetecía, iba a ser una experiencia que nos vendría muy bien a los dos. Seguro que ella también tenía algún sitio preferido donde comer o cenar.
-Voy vigilando que no la reabran o la tiren al suelo y puedan pillarme un día al aparecerme. Imagina la cara de la cuadrilla de obreros si me vieran estropearles el cemento recién puesto.
Lo comenté con una sonrisa maliciosa, dándole a entender que no sería la primera vez que me pasaba algo así. Aunque eso fue hace mucho tiempo, cuando era un adolescente alocado. Caminamos hasta la entrada rememorando travesuras de cuando éramos niños, y pedimos una mesa para dos. Nos pusieron junto a una ventana, y cogimos las cartas, para empezar a pedir.
-Yo adoro los sushi maqui mixto, sobre todo, los de salmón y atún. Aunque hacen un pollo picante de vicio. Si quieres, podemos compartir varios platos y picar de todo un poco.
Hacia tiempo que no salía a comer fuera con alguien, y Rosse era una amiga con la que me sentía realmente muy a gusto. Visitar mi nuevo restaurante favorito con ella mas veces de ahora en adelante, si le apetecía, iba a ser una experiencia que nos vendría muy bien a los dos. Seguro que ella también tenía algún sitio preferido donde comer o cenar.
Rosse McGonagall
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A la hora de aparecer, lo primero que hizo Rosse fue mirar alrededor, notablemente mucho más animada ahora, Kyle realmente se había tomado enserio lo de aparecer en un sitio donde no los vieran... Era particular... No había estado demasiado en la superficie, las veces más recientes fueron durante la misión y cuando la torturaron...
Pero ahora mismo decidió alejar esos pensamientos de su mente.
Me lo imagino.~
Y se permitió reír con ese pensamiento... Y en parte también recuerdo, porque con ella no es sorprendente, pero también hizo muchas travesuras siendo más joven... Y aún ahora, no le ha perdido el gusto a jugarle tretas a la gente por muy miembro del consejo qué pueda ser.
En fin, ya de camino le contaría alguna de esas cosas por el camino a Kyle, la verdad que su fama de irresponsable y liante no existe por nada...
Y una vez llegado al sitio, se pondría a ver de nuevo, la verdad que incluso la estética del sitio le llama la atención, el sitio es muy acogedor, y muy... ¿Oriental? No sabe si decirlo, porque no conoce de esas cosas... A pasado mucho tiempo en su propio mundo donde todo le aplaudían y todo le pasaban, nunca se dió el tiempo de viajar o algo similar.
Umm... Seh, mejor un poco de todo, que igual no tengo mucha idea de lo que sirven aquí más allá de lo que puedas decirme, así que probar todo será lo mejor.~
Reconoció encogiendose de hombros, ya sentada en la mesa, aunque por supuesto, estaba más que dispuesta a experimentar, es de hecho una de sus cosas favoritas para hacer, y además, se moría de hambre aún seguro que aunque le sirvan todo, se lo come tan tranquila.
Y además, aunado a todo... Esto es algo que necesita, y tiene que admitirlo, quizás tratar de tomarse enserio todas sus responsabilidades de golpe no ha sido algo inteligente, solo ha conseguido exacerbar emociones qué son demasiado típicas de ella, y ahora... ahora está más relajada, y con alguien que aprecia, es así como realmente quiere estar.
Pero ahora mismo decidió alejar esos pensamientos de su mente.
Me lo imagino.~
Y se permitió reír con ese pensamiento... Y en parte también recuerdo, porque con ella no es sorprendente, pero también hizo muchas travesuras siendo más joven... Y aún ahora, no le ha perdido el gusto a jugarle tretas a la gente por muy miembro del consejo qué pueda ser.
En fin, ya de camino le contaría alguna de esas cosas por el camino a Kyle, la verdad que su fama de irresponsable y liante no existe por nada...
Y una vez llegado al sitio, se pondría a ver de nuevo, la verdad que incluso la estética del sitio le llama la atención, el sitio es muy acogedor, y muy... ¿Oriental? No sabe si decirlo, porque no conoce de esas cosas... A pasado mucho tiempo en su propio mundo donde todo le aplaudían y todo le pasaban, nunca se dió el tiempo de viajar o algo similar.
Umm... Seh, mejor un poco de todo, que igual no tengo mucha idea de lo que sirven aquí más allá de lo que puedas decirme, así que probar todo será lo mejor.~
Reconoció encogiendose de hombros, ya sentada en la mesa, aunque por supuesto, estaba más que dispuesta a experimentar, es de hecho una de sus cosas favoritas para hacer, y además, se moría de hambre aún seguro que aunque le sirvan todo, se lo come tan tranquila.
Y además, aunado a todo... Esto es algo que necesita, y tiene que admitirlo, quizás tratar de tomarse enserio todas sus responsabilidades de golpe no ha sido algo inteligente, solo ha conseguido exacerbar emociones qué son demasiado típicas de ella, y ahora... ahora está más relajada, y con alguien que aprecia, es así como realmente quiere estar.
Kyle Franklin
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Me dejó elegir qué podríamos ir picando de varios platos para compartir, así que pedí de todo un poco.
Arroz tres delicias, los sushi maqui, pedí unas giozas para que las probara, y el pollo picante. Le comenté en qué consistían mis elecciones, por si prefería no probar algunos de esos manjares de entrada, y pedimos las bebidas mientras nos preparaban la comida.
-Venga, cuenta, seguro que cuando eras adolescente hiciste alguna que otra travesura mágicamente hablando. Yo no solo acabé con cemento hasta las rodillas en mis tiempos de juventud, hubo muchos más momentos divertidos.
Saboreé mi bebida mientras la miraba con una sonrisa traviesa, recostándome contra la silla, apoyando un brazo sobre el respaldo. Con ella me sentía muy a gusto, y bajé mis muros completamente, algo que ya había ido haciendo mientras estábamos en el laboratorio.
-Ya veo… Fuiste todo culo inquieto, ¡y eso no ha cambiado! Y que siga siendo así, tenemos mucha caña que dar.
Mientras nos traían el sushi con su salsa de soja, la dejé servirse primero, esperando que le gustara.
-Es lo único crudo que como, y eso que yo y el pescado, siquiera frito, nos llevamos bien. Si, ya lo sé, soy toda contradicción, y me encanta. ¿qué tal te gusta?
Cogí un rollito, lo mojé por todos lados y a conciencia en la salsa para que quedara bien rebozado, y me lo metí enterito en la boca, masticando como si no hubiera un mañana.
Arroz tres delicias, los sushi maqui, pedí unas giozas para que las probara, y el pollo picante. Le comenté en qué consistían mis elecciones, por si prefería no probar algunos de esos manjares de entrada, y pedimos las bebidas mientras nos preparaban la comida.
-Venga, cuenta, seguro que cuando eras adolescente hiciste alguna que otra travesura mágicamente hablando. Yo no solo acabé con cemento hasta las rodillas en mis tiempos de juventud, hubo muchos más momentos divertidos.
Saboreé mi bebida mientras la miraba con una sonrisa traviesa, recostándome contra la silla, apoyando un brazo sobre el respaldo. Con ella me sentía muy a gusto, y bajé mis muros completamente, algo que ya había ido haciendo mientras estábamos en el laboratorio.
-Ya veo… Fuiste todo culo inquieto, ¡y eso no ha cambiado! Y que siga siendo así, tenemos mucha caña que dar.
Mientras nos traían el sushi con su salsa de soja, la dejé servirse primero, esperando que le gustara.
-Es lo único crudo que como, y eso que yo y el pescado, siquiera frito, nos llevamos bien. Si, ya lo sé, soy toda contradicción, y me encanta. ¿qué tal te gusta?
Cogí un rollito, lo mojé por todos lados y a conciencia en la salsa para que quedara bien rebozado, y me lo metí enterito en la boca, masticando como si no hubiera un mañana.
Rosse McGonagall
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Una cosa es cierta, y es que más que para elegir, Rosse estaba para comer, para probar cosas buenas, y para pasárselo bien, que al menos lo último ya lo estaba haciendo, y con todo lo que Kyle pedía, ya estaría lo demás, por supuesto, ella está de acuerdo con probar todo.
Incluso desde que era niña y empezaba a dominar la magia de transformación, una vez hice qué todos los libros de papá tuvieran la tapa equivocada, cuando se dió cuenta estaba furioso y orgulloso al mismo tiempo.~
Ella siempre ha sido cosa seria, considerando qué siempre ha tenido un talento especial para la magia de transformación, y lo mucho que eso se presta para bromas.
Ella fue la siguiente en beber de su bebida, que como todo lo demás del restaurante, era algo que ella no había probado jamás, pero estaba realmente buena.
Y vaya que sí, cuando todo esto se termine podré ocuparme de divertirme otra vez, y está vez sin culpa.~
O al menos eso esperaba... No quiere pensar lo malo que podría ser lo que venga después de los pendragon, mejor quitarse eso de la cabeza por su bien...
Pero todo eso pasó fácilmente a segundo plano cuando llegó a la comida, como siempre el sentir de Rosse fue bastante evidente, estaba super emocionada y hambrienta... Por lo cual no requirió señal alguna, procedió a tomar los palillos qué le habían dejado y empezar a comer... De forma divertida, pues cabe destacar qué nunca ha usado un utensilio semejante, y leguas se nota que no tiene demasiado interés en ver una forma correcta de hacerlo ahora mismo, por el momento solo le importa que todo está delicioso, mientras empieza a comer como si protagonizara algún anime genérico.
¡Mmn!~
Tragó.
¡Está excelente!, y bueno a mí sí me gusta el pescado frito... Aunque nunca fui muy exigente con la comida.~
Sorprendentemente, puede haber nacido en cuna de oro, pero realmente no tiende a menospreciar las cosas en general.
Incluso desde que era niña y empezaba a dominar la magia de transformación, una vez hice qué todos los libros de papá tuvieran la tapa equivocada, cuando se dió cuenta estaba furioso y orgulloso al mismo tiempo.~
Ella siempre ha sido cosa seria, considerando qué siempre ha tenido un talento especial para la magia de transformación, y lo mucho que eso se presta para bromas.
Ella fue la siguiente en beber de su bebida, que como todo lo demás del restaurante, era algo que ella no había probado jamás, pero estaba realmente buena.
Y vaya que sí, cuando todo esto se termine podré ocuparme de divertirme otra vez, y está vez sin culpa.~
O al menos eso esperaba... No quiere pensar lo malo que podría ser lo que venga después de los pendragon, mejor quitarse eso de la cabeza por su bien...
Pero todo eso pasó fácilmente a segundo plano cuando llegó a la comida, como siempre el sentir de Rosse fue bastante evidente, estaba super emocionada y hambrienta... Por lo cual no requirió señal alguna, procedió a tomar los palillos qué le habían dejado y empezar a comer... De forma divertida, pues cabe destacar qué nunca ha usado un utensilio semejante, y leguas se nota que no tiene demasiado interés en ver una forma correcta de hacerlo ahora mismo, por el momento solo le importa que todo está delicioso, mientras empieza a comer como si protagonizara algún anime genérico.
¡Mmn!~
Tragó.
¡Está excelente!, y bueno a mí sí me gusta el pescado frito... Aunque nunca fui muy exigente con la comida.~
Sorprendentemente, puede haber nacido en cuna de oro, pero realmente no tiende a menospreciar las cosas en general.
Kyle Franklin
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Reí divertido al imaginar al padre de Rosse intentando leer el libro que realmente quería con los títulos cambiados.
-Es a la vez… diabólico y una genialidad. A mí nunca se me habría ocurrido algo así, mi más sincera admiración.
Le hice un gesto con la mano como si fuera de la nobleza, mirándola con una sonrisa mientras intentaba ingeniárselas para usar los palillos para poder comer. Iba a pedir un tenedor para ella, pero no tardó nada en hacerse con la técnica correcta.
-En eso, estaré encantado de ayudarte. Divertirse es algo que nos han negado demasiado tiempo. Propongo dejarlo todo listo en el laboratorio y salir por ahí esta noche a liarla un rato. ¿qué me dices?
Comía como si no hubiera un mañana, recordándome los dibujos de series japonesas donde los protagonistas, literalmente, devoraban platos enteros sin despeinarse.
-Deja sitio para el postre, o tendré que llevarte de vuelta rodando cual bola pelirroja.
Imaginarla como a una bola de bolera con su intensa melena roja dando vueltas, llena de comida, me hizo reír internamente. Me había venido bien venir a pedirle consejo, estaba dejándome de muchos malos rollos, y ella parecía estar disfrutando enormemente de algo tan sencillo como comer.
-Creo que puedo perdonarte que te guste el pescado.
Mientras ella devoraba, y yo saboreaba de todo un poco, regándolo con una bebida dulce, iba tratando de disfrutar de este momento como algo completamente normal pese a lo que estaba pasando realmente en Ouroboros. Nos éramos los únicos preparándonos para lo peor, así que podíamos tomarnos un mas que merecido respiro o dos.
-Estoy lleno, no puedo más. Veo que te ha gustado el japonés, deberíamos probar otro día un italiano o un Kentucky, ese pollo es un vicio, comería cada día de ese sitio.
No estaba seguro si había pisado algún Kentucky, pero si era negativo, le pondría remedio rápidamente. Incluso podría hacerle una pizza con los ingredientes que mas le gustasen. Era uno de mis fuertes, saber cocinar bastante decentemente.
-Uno de estos días, cocinaré para ti, si quieres. Lasaña, berenjenas asadas rellenas, una rica pizza al gusto… todo al horno de leña. Le da a la comida un sabor exquisito.
Mientras se lo comentaba, nos trajeron los chupitos de sake, cogí el mío, lo alcé para brindar con ella, y me lo tragué de una sola vez, incitándola a probarlo.
-Es a la vez… diabólico y una genialidad. A mí nunca se me habría ocurrido algo así, mi más sincera admiración.
Le hice un gesto con la mano como si fuera de la nobleza, mirándola con una sonrisa mientras intentaba ingeniárselas para usar los palillos para poder comer. Iba a pedir un tenedor para ella, pero no tardó nada en hacerse con la técnica correcta.
-En eso, estaré encantado de ayudarte. Divertirse es algo que nos han negado demasiado tiempo. Propongo dejarlo todo listo en el laboratorio y salir por ahí esta noche a liarla un rato. ¿qué me dices?
Comía como si no hubiera un mañana, recordándome los dibujos de series japonesas donde los protagonistas, literalmente, devoraban platos enteros sin despeinarse.
-Deja sitio para el postre, o tendré que llevarte de vuelta rodando cual bola pelirroja.
Imaginarla como a una bola de bolera con su intensa melena roja dando vueltas, llena de comida, me hizo reír internamente. Me había venido bien venir a pedirle consejo, estaba dejándome de muchos malos rollos, y ella parecía estar disfrutando enormemente de algo tan sencillo como comer.
-Creo que puedo perdonarte que te guste el pescado.
Mientras ella devoraba, y yo saboreaba de todo un poco, regándolo con una bebida dulce, iba tratando de disfrutar de este momento como algo completamente normal pese a lo que estaba pasando realmente en Ouroboros. Nos éramos los únicos preparándonos para lo peor, así que podíamos tomarnos un mas que merecido respiro o dos.
-Estoy lleno, no puedo más. Veo que te ha gustado el japonés, deberíamos probar otro día un italiano o un Kentucky, ese pollo es un vicio, comería cada día de ese sitio.
No estaba seguro si había pisado algún Kentucky, pero si era negativo, le pondría remedio rápidamente. Incluso podría hacerle una pizza con los ingredientes que mas le gustasen. Era uno de mis fuertes, saber cocinar bastante decentemente.
-Uno de estos días, cocinaré para ti, si quieres. Lasaña, berenjenas asadas rellenas, una rica pizza al gusto… todo al horno de leña. Le da a la comida un sabor exquisito.
Mientras se lo comentaba, nos trajeron los chupitos de sake, cogí el mío, lo alcé para brindar con ella, y me lo tragué de una sola vez, incitándola a probarlo.
Rosse McGonagall
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Ella le acompañó en la risa con todo gusto, recordar esos días era algo que le alegraba, y no sólo porque fue divertido, si no también porque le hace recordar cuando su padre... Aún estaba, no lo había visto desde que perdió la cabeza y ella tuvo que tomar su lugar.
Lo quería demasiado, y había tenido qué ver como se deterioraba lentamente por algún motivo qué hoy por hoy para ella es desconocido, pero ahora mismo procuraba sacar ese pensamiento de su mente, no era hora de ponerse melancólica, es momento de divertirse y volver a sentirse como ella misma.
Oh, que amable caballero.~
Hizo un gesto como si fuera una dama de la alta sociedad, cosa que hacía un gracioso contraste con ella, puesto que la verdad es que come con la misma delicadeza con la que habla, osea con ninguna en absoluto.
Sin dudas es un sí, eres justo la persona con quien necesito estar.~
Ahí está de nuevo su costumbre de sacar por la boca todo aquello que le recorre la mente, tanto es así que ni siquiera se acaba de percatar de lo que dijo.
Ante lo siguiente que oyó, tuvo que tragar de golpe y empezar a reír después para no atragantarse.
Bueno, si pasa siempre podría usar un hechizo para volver a ser delgada.~
Comentó a modo de broma, y quizás no tanto, porque en verdad sí que podría hacerlo, pero ese de momento no es el tema.
Ay vamos, apenas has picado un poco, pareces un pajarito.~
Sí no se mete aunque sea un poco con él dejaría de ser ella, es una manía qué le va a acompañar toda la vida con casi toda seguridad.
Será un gusto comer en algún otro sitio, todo sea por compensar lo mal que comí estos días y pasarla bien de paso.~
Afirmó con una sonrisa mientra daue ella literalmente se terminaba lo que había sobrado de los platos, hasta que no quedara nada más...
Luego con lo de la cocina ladeó un poco la cabeza.
Vaya no sabía que cocinaras... ¡Genial!, será todo un gusto, podría incluso cazar a algún animal para que lo cocines, haríamos un gran equipo.~
Tenía por hobby cazar, así que lo sugirió como si tal cosa y con una gran sonrisa...
Y así pasaron un largo rato, tan largo qué de verdad podría decirse que se ha ido el tiempo.
Eventualmente terminaron dejando ambos el recinto, seguramente de mucho mejor humor los dos, tanto así que es posible que hayan salido un poco más después de eso, pero eso solo ellos lo saben con seguridad.
Lo quería demasiado, y había tenido qué ver como se deterioraba lentamente por algún motivo qué hoy por hoy para ella es desconocido, pero ahora mismo procuraba sacar ese pensamiento de su mente, no era hora de ponerse melancólica, es momento de divertirse y volver a sentirse como ella misma.
Oh, que amable caballero.~
Hizo un gesto como si fuera una dama de la alta sociedad, cosa que hacía un gracioso contraste con ella, puesto que la verdad es que come con la misma delicadeza con la que habla, osea con ninguna en absoluto.
Sin dudas es un sí, eres justo la persona con quien necesito estar.~
Ahí está de nuevo su costumbre de sacar por la boca todo aquello que le recorre la mente, tanto es así que ni siquiera se acaba de percatar de lo que dijo.
Ante lo siguiente que oyó, tuvo que tragar de golpe y empezar a reír después para no atragantarse.
Bueno, si pasa siempre podría usar un hechizo para volver a ser delgada.~
Comentó a modo de broma, y quizás no tanto, porque en verdad sí que podría hacerlo, pero ese de momento no es el tema.
Ay vamos, apenas has picado un poco, pareces un pajarito.~
Sí no se mete aunque sea un poco con él dejaría de ser ella, es una manía qué le va a acompañar toda la vida con casi toda seguridad.
Será un gusto comer en algún otro sitio, todo sea por compensar lo mal que comí estos días y pasarla bien de paso.~
Afirmó con una sonrisa mientra daue ella literalmente se terminaba lo que había sobrado de los platos, hasta que no quedara nada más...
Luego con lo de la cocina ladeó un poco la cabeza.
Vaya no sabía que cocinaras... ¡Genial!, será todo un gusto, podría incluso cazar a algún animal para que lo cocines, haríamos un gran equipo.~
Tenía por hobby cazar, así que lo sugirió como si tal cosa y con una gran sonrisa...
Y así pasaron un largo rato, tan largo qué de verdad podría decirse que se ha ido el tiempo.
Eventualmente terminaron dejando ambos el recinto, seguramente de mucho mejor humor los dos, tanto así que es posible que hayan salido un poco más después de eso, pero eso solo ellos lo saben con seguridad.
Al adentrarse en el peculiar salón de té-sauna, el ambiente es una mezcla intrigante de serenidad y caos. El aire está cargado de una cálida humedad, impregnada con el tenue aroma de hierbas y hojas de té, mezclado con el suave y penetrante olor de los aceites esenciales de la sauna.
La estructura del lugar es el resultado del colapso de dos edificios que, al fusionarse, han creado un espacio único y algo desordenado. Las raíces que anteriormente invadían el área han sido cortadas por los descendientes, pero aún quedan rastros de su presencia: pequeñas marcas en las paredes y en el suelo de madera pulida, y restos de raíces secas apiladas en un rincón.
El salón de té, aunque en desorden, conserva su encanto. Las mesas bajas de madera oscura están dispersas de manera irregular, algunas con juegos de té de porcelana fina todavía intactos. Los cojines, en una variedad de colores apagados, están esparcidos alrededor de las mesas, invitando a sentarse y relajarse. En las paredes, estanterías inclinadas sostienen una colección de teteras, tazas y frascos de vidrio llenos de hojas de té, creando un contraste pintoresco con las paredes de madera clara.
A medida que se avanza, el calor aumenta, y se llega a la parte de la sauna. Las paredes están recubiertas de madera de cedro, y bancos anchos rodean el perímetro, algunos de ellos inclinados o desplazados por el impacto del colapso. En una esquina, un calentador de piedras sigue emitiendo un calor reconfortante, con un cubo de agua y un cucharón de madera a su lado, listo para crear vapor. La luz es suave, filtrada a través de pequeños tragaluces en el techo que permiten la entrada de un tenue resplandor natural.
Hay varias puertas que llevan a diferentes partes del salón de té-sauna. Una puerta de madera maciza conduce a una pequeña cocina, donde se pueden ver utensilios de cocina, teteras más grandes y frascos de hierbas medicinales. Otra puerta, más ligera y de bambú, da acceso a un vestuario con perchas, toallas de lino y albornoces colgados de manera desordenada.
Las ventanas, grandes y con marcos de madera, están en su mayoría intactas. Ofrecen vistas al entorno exterior, aunque las cortinas de gasa están deshilachadas y algunas ventanas están entreabiertas, permitiendo la entrada de una brisa fresca que alivia el calor del interior.
El lugar, aunque en caos, conserva un encanto rústico y acogedor, ofreciendo un refugio donde relajarse y recuperarse de las batallas recientes. La combinación del salón de té y la sauna crea un ambiente único, donde la tranquilidad y el calor se mezclan en un espacio que invita al descanso y la reflexión.
La primera salida se encuentra hacia el lado izquierdo del salón de té, enmarcada por dos grandes ventanales que dejan entrever una zona verde. Al acercarse, se puede ver que la puerta está atrancada con varios muebles: mesas de té, cojines amontonados y una estantería volcada. A través de las ventanas se distingue un exuberante jardín exterior, lleno de vegetación densa y flores de colores vibrantes que asoman tímidamente, prometiendo un respiro natural y sereno más allá de la caótica fusión de edificios.
La puerta en sí es de madera maciza, decorada con tallados delicados de motivos florales y naturales, que apenas se vislumbran entre los muebles apilados. La luz que entra por los ventanales rojiza, proyectando sombras danzantes en el suelo del salón y creando una atmósfera casi mágica.
La segunda salida se encuentra al lado derecho del salón, destacándose por un camino de baldosas que se divisa claramente a través de una gran puerta de cristal. Las baldosas están pulidas y reflejan la luz de las lámparas de aceite que aún están encendidas, proporcionando un brillo cálido y acogedor. Alrededor del camino, se pueden ver varias estatuas de piedra que los descendientes pueden reconocer como ancestros. Las estatuas, aunque antiguas, están bien conservadas sin embargo están torcidas y hundidas por el colapso de las islas.
La estructura del lugar es el resultado del colapso de dos edificios que, al fusionarse, han creado un espacio único y algo desordenado. Las raíces que anteriormente invadían el área han sido cortadas por los descendientes, pero aún quedan rastros de su presencia: pequeñas marcas en las paredes y en el suelo de madera pulida, y restos de raíces secas apiladas en un rincón.
El salón de té, aunque en desorden, conserva su encanto. Las mesas bajas de madera oscura están dispersas de manera irregular, algunas con juegos de té de porcelana fina todavía intactos. Los cojines, en una variedad de colores apagados, están esparcidos alrededor de las mesas, invitando a sentarse y relajarse. En las paredes, estanterías inclinadas sostienen una colección de teteras, tazas y frascos de vidrio llenos de hojas de té, creando un contraste pintoresco con las paredes de madera clara.
A medida que se avanza, el calor aumenta, y se llega a la parte de la sauna. Las paredes están recubiertas de madera de cedro, y bancos anchos rodean el perímetro, algunos de ellos inclinados o desplazados por el impacto del colapso. En una esquina, un calentador de piedras sigue emitiendo un calor reconfortante, con un cubo de agua y un cucharón de madera a su lado, listo para crear vapor. La luz es suave, filtrada a través de pequeños tragaluces en el techo que permiten la entrada de un tenue resplandor natural.
Hay varias puertas que llevan a diferentes partes del salón de té-sauna. Una puerta de madera maciza conduce a una pequeña cocina, donde se pueden ver utensilios de cocina, teteras más grandes y frascos de hierbas medicinales. Otra puerta, más ligera y de bambú, da acceso a un vestuario con perchas, toallas de lino y albornoces colgados de manera desordenada.
Las ventanas, grandes y con marcos de madera, están en su mayoría intactas. Ofrecen vistas al entorno exterior, aunque las cortinas de gasa están deshilachadas y algunas ventanas están entreabiertas, permitiendo la entrada de una brisa fresca que alivia el calor del interior.
El lugar, aunque en caos, conserva un encanto rústico y acogedor, ofreciendo un refugio donde relajarse y recuperarse de las batallas recientes. La combinación del salón de té y la sauna crea un ambiente único, donde la tranquilidad y el calor se mezclan en un espacio que invita al descanso y la reflexión.
La primera salida se encuentra hacia el lado izquierdo del salón de té, enmarcada por dos grandes ventanales que dejan entrever una zona verde. Al acercarse, se puede ver que la puerta está atrancada con varios muebles: mesas de té, cojines amontonados y una estantería volcada. A través de las ventanas se distingue un exuberante jardín exterior, lleno de vegetación densa y flores de colores vibrantes que asoman tímidamente, prometiendo un respiro natural y sereno más allá de la caótica fusión de edificios.
La puerta en sí es de madera maciza, decorada con tallados delicados de motivos florales y naturales, que apenas se vislumbran entre los muebles apilados. La luz que entra por los ventanales rojiza, proyectando sombras danzantes en el suelo del salón y creando una atmósfera casi mágica.
La segunda salida se encuentra al lado derecho del salón, destacándose por un camino de baldosas que se divisa claramente a través de una gran puerta de cristal. Las baldosas están pulidas y reflejan la luz de las lámparas de aceite que aún están encendidas, proporcionando un brillo cálido y acogedor. Alrededor del camino, se pueden ver varias estatuas de piedra que los descendientes pueden reconocer como ancestros. Las estatuas, aunque antiguas, están bien conservadas sin embargo están torcidas y hundidas por el colapso de las islas.
Estaba claro que Gwen estaba fuera de sus cabales porque por lo general venía con sus mierdas de reina y educación, pero ahora finalmente le hablaba como…una persona normal. Ladeó la cabeza cuando preguntó “¿Cómo tú?” -La única viva de 5 hermanos- Le respondió en tono sereno.
Se quedó un poco patitiesa cuando soltó lo de Wthyr porque…Lake había dicho algo parecido y quería pensar que…¿Que qué? Apartó la mirada sintiendo un horrible remordimiento en el pecho que cada vez estuvo más potenciado.
Tras ello subió en silencio y se unió a los demás sin mirar a Wthyr a la cara, estaba ensimismada. Misma actitud que mantuvo hasta llegar al salón… y mientras avanzaba por él.
-¿Hm?- Preguntó cuando Desmond la llamó y le señaló uno de los caminos. El de las estatuas. Caminó hacia allí y luego alzó los hombros -Es tan buen lugar como cualquiera para comenzar. ¿Cuál es el otro?- Al ver hacia donde señalaba, Catherine caminó hacia ese sitio y notó la puerta…Curioso que estuviera tan bloqueada cuando afuera todo parecía calmo y hasta bonito.
“hmmm y las criaturas más bonitas son las más jodidas …y las plantas más bonitas son las más venenosas”
Conectó mentalmente con Sofía y envió una imagen mental del jardín, fijándose en algunos detalles. “¿Algo de lo que debamos preocuparnos?”, inquirió eligiéndola a ella como nexo al otro grupo.
Se quedó un poco patitiesa cuando soltó lo de Wthyr porque…Lake había dicho algo parecido y quería pensar que…¿Que qué? Apartó la mirada sintiendo un horrible remordimiento en el pecho que cada vez estuvo más potenciado.
Tras ello subió en silencio y se unió a los demás sin mirar a Wthyr a la cara, estaba ensimismada. Misma actitud que mantuvo hasta llegar al salón… y mientras avanzaba por él.
-¿Hm?- Preguntó cuando Desmond la llamó y le señaló uno de los caminos. El de las estatuas. Caminó hacia allí y luego alzó los hombros -Es tan buen lugar como cualquiera para comenzar. ¿Cuál es el otro?- Al ver hacia donde señalaba, Catherine caminó hacia ese sitio y notó la puerta…Curioso que estuviera tan bloqueada cuando afuera todo parecía calmo y hasta bonito.
“hmmm y las criaturas más bonitas son las más jodidas …y las plantas más bonitas son las más venenosas”
Conectó mentalmente con Sofía y envió una imagen mental del jardín, fijándose en algunos detalles. “¿Algo de lo que debamos preocuparnos?”, inquirió eligiéndola a ella como nexo al otro grupo.
La división de grupos no le dejaba del todo tranquilo, tomando en cuenta que su mujer volvía a estar en el sitio donde fueron atacados ayer. Lo mismo que Cedric. Pero aún así siguió con todos llegando al salón de té que en más de una ocasión había usado. Es más, era cliente asiduo. Menudas escenitas se había montado en el sauna a horas poco comunes.
Sonrió de lado ante esa idea y caminó detrás de los mellizos, hasta que Desmond se movió. Siguió los pasos de los dos Descendientes, ignorando de lleno a Wthyr pero manteniéndolo en la periferia visual. No confiaba en él ni un pelo, por mucho que Le Fay dijera que formaba ahora parte del Consejo.
¿Hubo ceremonia? No
¿Hubo votos? No
¿Le interesaba una mierda la gente de Ouroboros? No
Entonces no era un puto Descendiente.
Se quedó mirando el pasillo con cierta suspicacia y después vio a Le Fay irse a otro sitio -¿Nos dividiremos o iremos juntos?- Inquirió observando a Lucio -Tenemos un solo sanador y me gustaría protegerlo a toda costa- Expresó con claridad su objetivo allí. Si alguno de ellos moría, lo sentía, pero si Lucio vivía podía ser la clave para que el resto de los integrantes tuvieran un chance. Se acercó a él otra vez y se puso a su lado modo perro guardían -Cuando decidamos, activaré mi aura sobre ti. Gran parte del daño se desviará hacia mí. Eso debería ayudar-
Sonrió de lado ante esa idea y caminó detrás de los mellizos, hasta que Desmond se movió. Siguió los pasos de los dos Descendientes, ignorando de lleno a Wthyr pero manteniéndolo en la periferia visual. No confiaba en él ni un pelo, por mucho que Le Fay dijera que formaba ahora parte del Consejo.
¿Hubo ceremonia? No
¿Hubo votos? No
¿Le interesaba una mierda la gente de Ouroboros? No
Entonces no era un puto Descendiente.
Se quedó mirando el pasillo con cierta suspicacia y después vio a Le Fay irse a otro sitio -¿Nos dividiremos o iremos juntos?- Inquirió observando a Lucio -Tenemos un solo sanador y me gustaría protegerlo a toda costa- Expresó con claridad su objetivo allí. Si alguno de ellos moría, lo sentía, pero si Lucio vivía podía ser la clave para que el resto de los integrantes tuvieran un chance. Se acercó a él otra vez y se puso a su lado modo perro guardían -Cuando decidamos, activaré mi aura sobre ti. Gran parte del daño se desviará hacia mí. Eso debería ayudar-
MENSAJE TELEPATICO DE MOMENTO SOLO PARA LOS DESCENDIENTES (LUCIO Y CATH AQUI)
"Hola compañeros, ya estoy aquí. Kahn y Sayid también, de momento... Hay muchas raíces"
"Estoy estableciendo una red mental entre vosotros. Cuando este lista os avisaré. Hay problemas aqui y no puedo hacerlo con calma. De momento, solo tenéis conexión conmigo y yo con todos. Los pensamientos que dirijais a mi, pensad en amarillo. Me será mas facil asi aunque os pueda parecer raro. Es un truquito mental"
"Hola compañeros, ya estoy aquí. Kahn y Sayid también, de momento... Hay muchas raíces"
"Estoy estableciendo una red mental entre vosotros. Cuando este lista os avisaré. Hay problemas aqui y no puedo hacerlo con calma. De momento, solo tenéis conexión conmigo y yo con todos. Los pensamientos que dirijais a mi, pensad en amarillo. Me será mas facil asi aunque os pueda parecer raro. Es un truquito mental"
Durante el trayecto se dio cuenta de que Catherine no le miró ni una sola vez, y que tampoco dijo palabra alguna. Estaba claro que también debía ser por lo que había hablado con Gwen, ninguna de las dos había acabado esa conversación en buenos términos. De haberlo sabido no las habría dejado solas. Lo que menos necesitaban ahora era distraerse con rencillas personales. Le dirigió alguna que otra mirada por si quería hablarle mentalmente, pero prefirió dejar las preguntas para luego, al menos hasta llegar al salón de té aquel. No sabía si podía compararse con el anterior porque nunca había estado allí cuando asaltaron la isla. Tampoco lo habría visitado, las saunas le parecían algo inútiles. Sudar por sudar. Dirigió una mirada a los originarios de Ouroboros por si tenían algo que decir respecto al lugar, dedicándose a observar las dos opciones de caminos que parecían tener. Royden parecía tener claro que su decisión iba a ser la de proteger al sanador, fuese donde fuese.
- Nada de dividirse. Si lo hacemos perdemos fuerza y además podemos abrir dos posibles vías con problemas en lugar de una. Los problemas mejor por separado. - ya habían hecho antes lo de dividirse y la mitad habían acabado mal, aunque era cierto que habían obtenido más información.
- No tiene que ser mejor camino sólo porque parezca más fácil. Me recuerda demasiado a las estatuas a las que nos enfrentamos en Roma. - interrumpió a Catherine cuando sugirió el de las estatuas torcidas. Después hizo un gesto hacia la salida que estaba como "protegida" - Puede ser alguien que quiso encerrarse dentro. O que esconda algo. O que sea una trampa preparada para que caigamos. - demasiadas posibilidades. Se aproximó a investigar más de cerca, centrándose en su magia de sangre por si percibía alguna presencia al otro lado. No resultaba demasiado evidente, pero...tampoco podía asegurar que no hubiese nada.
----------
percepción de sangre para detectar presencias al otro lado de la puerta
Dados
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Wthyr Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Dado (20)' :
'Dado (20)' :
Rhaegar Le Fay
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Aparcimos alli junto con los polizones, que se tomaron solo algunos minutos para inspeccionar la zona.
- Yo no movería esta puerta si no estais preparados para luchar contra sus extraños moradores. - advertí a Catherine cuando pareció querer curiosear a través de la barricada. - Por ahi se va a los jardines Dioscórides, y....bueno, no se si os lo hemos dicho ya, pero no son seguros.
"tampoco podemos estar seguros todo el rato"
Resolví asi las muchas conjeturas de Wthyr y probablemente, preguntas que los demás tambien se estaban haciendo.
No, no convenía separarse. Asentí a eso levemente, que tampoco se notara que estaba demasiado de acuerdo con Pendragon. Que grima.
- Que parte os interesa? No sabemos que hay mas alla de los jardines, no hemos conseguido atravesarlos nunca. Y el pasillo de las estatuas, por otra parte.... -
- Yo no movería esta puerta si no estais preparados para luchar contra sus extraños moradores. - advertí a Catherine cuando pareció querer curiosear a través de la barricada. - Por ahi se va a los jardines Dioscórides, y....bueno, no se si os lo hemos dicho ya, pero no son seguros.
"tampoco podemos estar seguros todo el rato"
Resolví asi las muchas conjeturas de Wthyr y probablemente, preguntas que los demás tambien se estaban haciendo.
No, no convenía separarse. Asentí a eso levemente, que tampoco se notara que estaba demasiado de acuerdo con Pendragon. Que grima.
- Que parte os interesa? No sabemos que hay mas alla de los jardines, no hemos conseguido atravesarlos nunca. Y el pasillo de las estatuas, por otra parte.... -
De repente, la puerta que daba a la plaza se abrió con un golpe, y un hombre entró apresuradamente. Era el Descendiente de Pendragón que algunos de los héroes habían encontrado previamente en el mercado. Su rostro estaba cubierto de sudor, y respiraba con dificultad. Sangraba del brazo y tenía una herida en la cabeza, de la cual un hilo de sangre corría por su rostro. Con un movimiento rápido y desesperado, cerró la puerta tras de sí, asegurándose de que nadie le había seguido.
Al volverse, se encontró con la mirada sorprendida de los que ya estaban en el salón: Catherine, Wthyr, Lucio, V, y los hermanos de Catherine. Los reconoció de inmediato, especialmente a los hermanos de Catherine, con quienes había tenido tratos anteriormente. También vio a Lucio, a quien había visto en el mercado.
-Rasputín y Merlín han caído en una ronda de reconocimiento- anunció, con la voz cargada de cansancio y dolor. -Charles ha fortificado aún más los alrededores del Sanguis Ligno. No he tenido noticias de Lothbrock desde la noche anterior. Eso significa que solo quedamos nosotros.-
Los ojos del Descendiente de Pendragón se fijaron en Lucio, a quien reconoció claramente. -¿Habéis encontrado a Morgana o a los huesos de Arturo?-preguntó, con una mezcla de esperanza y desesperación en su voz.
El silencio que siguió a sus palabras era pesado, lleno de la gravedad de la situación y la incertidumbre del futuro. La tensión en la sala era palpable, y todos los presentes sabían que cada decisión y cada acción que tomaran a partir de ese momento podría significar la diferencia entre la vida y la muerte.
El descendiente de Pendragón se tambaleó ligeramente y se apoyó en una mesa, respirando hondo. Con una mueca de dolor, presionó su mano contra la herida de su brazo y cerró los ojos, murmurando un hechizo. La sangre que fluía se detuvo lentamente, y la herida comenzó a cerrarse.
-¿Y el resto de vuestros compañeros que vi ayer en el mercado?-dijo, mirando a Lucio y luego a los demás.-Necesitamos toda la ayuda que podamos conseguir.-
Se enderezó y, con esfuerzo, se limpió la sangre del rostro. -¿Alguno de vosotros tiene alguna otra idea de cómo podemos terminar con él? No podemos permitirnos más pérdidas. Cada minuto cuenta.-
Al volverse, se encontró con la mirada sorprendida de los que ya estaban en el salón: Catherine, Wthyr, Lucio, V, y los hermanos de Catherine. Los reconoció de inmediato, especialmente a los hermanos de Catherine, con quienes había tenido tratos anteriormente. También vio a Lucio, a quien había visto en el mercado.
-Rasputín y Merlín han caído en una ronda de reconocimiento- anunció, con la voz cargada de cansancio y dolor. -Charles ha fortificado aún más los alrededores del Sanguis Ligno. No he tenido noticias de Lothbrock desde la noche anterior. Eso significa que solo quedamos nosotros.-
Los ojos del Descendiente de Pendragón se fijaron en Lucio, a quien reconoció claramente. -¿Habéis encontrado a Morgana o a los huesos de Arturo?-preguntó, con una mezcla de esperanza y desesperación en su voz.
El silencio que siguió a sus palabras era pesado, lleno de la gravedad de la situación y la incertidumbre del futuro. La tensión en la sala era palpable, y todos los presentes sabían que cada decisión y cada acción que tomaran a partir de ese momento podría significar la diferencia entre la vida y la muerte.
El descendiente de Pendragón se tambaleó ligeramente y se apoyó en una mesa, respirando hondo. Con una mueca de dolor, presionó su mano contra la herida de su brazo y cerró los ojos, murmurando un hechizo. La sangre que fluía se detuvo lentamente, y la herida comenzó a cerrarse.
-¿Y el resto de vuestros compañeros que vi ayer en el mercado?-dijo, mirando a Lucio y luego a los demás.-Necesitamos toda la ayuda que podamos conseguir.-
Se enderezó y, con esfuerzo, se limpió la sangre del rostro. -¿Alguno de vosotros tiene alguna otra idea de cómo podemos terminar con él? No podemos permitirnos más pérdidas. Cada minuto cuenta.-
Dirigió la vista a Wthyr cuando habló de las estatuas -Entonces destruyámoslas a medida que avanzamos- Mencionó alzando suavemente el hombro y sus ojos se quedaron un segundo más en su rostro antes de desviarse a la parte del jardín. Sofía no tardó en responder mientras Rhaegar le daba la misma información. Sin embargo, cuando pidió que hablara… Catherine hizo una mueca.
Pero se detuvo.
Escucho. Sofia se lo había dicho con la misma devoción que, quizás, ella hubiese usado para sus hijos. Carraspeó un poco antes de acercarse más a la ventana. Se sentía profundamente estúpida pero… -Sofía está aquí- ¿Qué le hubiese gustado decirle a sus hijos? -Viene a por vosotros…- Querría hacerlos sentir seguros pero también… -Y ha dicho que liberéis todas las plantas del invernadero y matéis a todos los enemigos que se interponen entre vosotros- No tenía ni idea si las plantas tenían algún tipo de voluntad, pero había visto a Sofía hacer cosas que no podría ni imaginar. Y el jardín aún se veía verde, no rojo ni negro como el bosque Darwin.
De pronto escuchó a Mei en su cabeza y decidió dejar de parecer una puta loca hablando con plantas para sonreír brevemente -Mei está aquí, Khan y Sayid- Eran pocos… Miró hacia Lucio con cierta…tranquilidad en la mirada. El Consejo volvía a unirse por un objetivo en común. Ocho de 20. Algo debían poder hacer. Convocó al elemental que faltaba y lo mandó al pasillo de las estatuas a explorar para que reportara justo antes de que apareciera un tipo que no conocía de nada. Sin embargo, al percibir peligro o algo inesperado se quedó en su sitio cual estatua vigilando al recién llegado, negándose a cumplir la orden.
Catherine se movió con rapidez hacia Wthyr mientras convocaba su piel de ébano y luego miró a Rhaegar con perspicacia -Tú no lo has atravesado- Frunció el ceño con un gesto de desconfianza antes de mirar al tipo que venía. Ni siquiera dubitó, rebuscó en su cerebro lo que estaba narrando primero que nada. Buscó los detalles cerca del Sanguis Ligno y el camino que habían tomado para guardar ese pedazo de información en su cerebro. Tras ello iba a retroceder pero la pregunta sobre Morgana y sus huesos le recordó lo que había comentado Gio ayer.
Se quedó en silencio observando al hombre mientras mantenía la conexión mental. Él consideraba que era la solución. Sí, pero por qué? -No- Respondió con total claridad y un tono particularmente firme -Este es nuestro problema, no el de Arturo ni el de Morgana. Nosotros lo creamos, nosotros lo solucionaremos. El tiempo de Arturo y Morgana ya ha pasado y no volverá. Es hora de que sus Descendientes tomen el mando- Mintió descaradamente mientras lo veía ¿curarse? Dirigió la mirada hacia Wthyr con un gesto de duda y luego extendió el campo mental.
“Esta obsesión por Arturo me parece un poco insana. Gio dijo que Lothbrock le advirtió que no confiaramos en el Pendragon, que por cierto, creo que es un Pendragon y dice encima que no ha recibido información de Lothbrock. ¿Por qué puede ser? ¿Por muerto o porque no quiere darle más información?”
“O necesitas saber cuántos somos y dónde estamos”, pensó para la red mental de su grupo antes de mostrarle una silla al Pendragon -Siéntate, deberías descansar. Lucio quizás sea buena idea sanarle…Ah! Perdonad. Soy Catherine Le Fay… ¿Tú eres? - Sonrió ampliamente de una forma que no daba ningún tipo de seguridad a nadie -¿Cuántas personas quedan de vuestro grupo y dónde están exactamente? Convócalos aquí. Ahora-
D20: Exploración del elemental al pasillo de las estatuas
Lo verde es red mental del grupo en el salón de té
Pero se detuvo.
Escucho. Sofia se lo había dicho con la misma devoción que, quizás, ella hubiese usado para sus hijos. Carraspeó un poco antes de acercarse más a la ventana. Se sentía profundamente estúpida pero… -Sofía está aquí- ¿Qué le hubiese gustado decirle a sus hijos? -Viene a por vosotros…- Querría hacerlos sentir seguros pero también… -Y ha dicho que liberéis todas las plantas del invernadero y matéis a todos los enemigos que se interponen entre vosotros- No tenía ni idea si las plantas tenían algún tipo de voluntad, pero había visto a Sofía hacer cosas que no podría ni imaginar. Y el jardín aún se veía verde, no rojo ni negro como el bosque Darwin.
De pronto escuchó a Mei en su cabeza y decidió dejar de parecer una puta loca hablando con plantas para sonreír brevemente -Mei está aquí, Khan y Sayid- Eran pocos… Miró hacia Lucio con cierta…tranquilidad en la mirada. El Consejo volvía a unirse por un objetivo en común. Ocho de 20. Algo debían poder hacer. Convocó al elemental que faltaba y lo mandó al pasillo de las estatuas a explorar para que reportara justo antes de que apareciera un tipo que no conocía de nada. Sin embargo, al percibir peligro o algo inesperado se quedó en su sitio cual estatua vigilando al recién llegado, negándose a cumplir la orden.
Catherine se movió con rapidez hacia Wthyr mientras convocaba su piel de ébano y luego miró a Rhaegar con perspicacia -Tú no lo has atravesado- Frunció el ceño con un gesto de desconfianza antes de mirar al tipo que venía. Ni siquiera dubitó, rebuscó en su cerebro lo que estaba narrando primero que nada. Buscó los detalles cerca del Sanguis Ligno y el camino que habían tomado para guardar ese pedazo de información en su cerebro. Tras ello iba a retroceder pero la pregunta sobre Morgana y sus huesos le recordó lo que había comentado Gio ayer.
Se quedó en silencio observando al hombre mientras mantenía la conexión mental. Él consideraba que era la solución. Sí, pero por qué? -No- Respondió con total claridad y un tono particularmente firme -Este es nuestro problema, no el de Arturo ni el de Morgana. Nosotros lo creamos, nosotros lo solucionaremos. El tiempo de Arturo y Morgana ya ha pasado y no volverá. Es hora de que sus Descendientes tomen el mando- Mintió descaradamente mientras lo veía ¿curarse? Dirigió la mirada hacia Wthyr con un gesto de duda y luego extendió el campo mental.
“Esta obsesión por Arturo me parece un poco insana. Gio dijo que Lothbrock le advirtió que no confiaramos en el Pendragon, que por cierto, creo que es un Pendragon y dice encima que no ha recibido información de Lothbrock. ¿Por qué puede ser? ¿Por muerto o porque no quiere darle más información?”
“O necesitas saber cuántos somos y dónde estamos”, pensó para la red mental de su grupo antes de mostrarle una silla al Pendragon -Siéntate, deberías descansar. Lucio quizás sea buena idea sanarle…Ah! Perdonad. Soy Catherine Le Fay… ¿Tú eres? - Sonrió ampliamente de una forma que no daba ningún tipo de seguridad a nadie -¿Cuántas personas quedan de vuestro grupo y dónde están exactamente? Convócalos aquí. Ahora-
D20: Exploración del elemental al pasillo de las estatuas
Lo verde es red mental del grupo en el salón de té
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El miembro 'Catherine Le Fay' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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