Plaza central

Dios-córides.- Recalcó ante el hombre. Era un error muy usual y normalmente no se lo tomaba en cuenta a la gente, pero a él tenía ganas de retarlo. Y tenía ganas de que supiera correcto su nombre. Se sintió tentada a pedirle que le llamara Sofía, pero le gustaba su formalidad, esa manera que tenía de aparentar distancia cuando en realidad demostraba intimidad.- Bellatrix no tiene lenguaje corporal, quizás ese sea el problema. Solo puedo suponer que siempre ha tenido que guardar una apariencia muy forzada.- Para alguien que mostraba cariño tan abiertamente como ella, era difícil el no recibir nada de sus intentos, aunque le guardaba cierto aprecio como a todo el mundo. Era un poco como su relación con Catherine, pues a esta no le gustaba que le tocaran y ella no lo podía evitar. No sabía si un hombre era lo que necesitara (había funcionado con Cath(?) ) pero podría servir. Divagó un rato mientras hacía de casamentera en su mente, buscando potenciales compañeros, aunque tristemente la mayoría de sus opciones estaban en el Consejo.

Soltó un sonido de cansancio de solo pensar en bailar por dieciséis horas, aunque sabía bien que no serían tan insufribles si tenía a cierto personaje a su lado. Él la mantenía en tensión constante, pues sentía que sus palabras iban siempre con un significado distinto al que ella les daría a simple vista. Era emocionante y tortuoso.- No me opongo a enseñar. Esa es mi principal propósito, mas de la fauna también ignoro, no es mi principal rama, aunque sí me es necesario conocer la biología.- Murmuró, aunque luego se quedó pensando en ello. Su mirada se dirigió un segundo a los dragones, viendo en eso a Catherine sentada con W. No le agradó verla sola con aquel hombre, pero ella había llegado por su propio pie.

Puede ser un tema incómodo para algunas personas, pero siempre es grato escuchar a otros hablar de sus intereses. Es ahí donde uno se encuentra con la pasión de la persona. Se ve que es una afición que disfruta. Mucho.- Dijo, aunque no muy convencida, porque no le importaba tanto el por qué (que parecía ser lo que él trataba de responderle) sino que sentía curiosidad por el cómo. A tan corta distancia, era muy fácil interpretar las miradas. Él era directo con todo su ser, con sus palabras, sus gestos, sus ojos; era ella quien no estaba sabiendo interpretar. Sobre todo cuando habló sobre su aparente soltería.- Es bueno saberlo... - Que en realidad solo significaba que, seguramente, iba de 'flor en flor', perdonándose ella misma el haber usado una frase de plantas.- Quizás no sea muy buena forjando cosas ni luchando, pero sería muy interesante saber de sus pasatiempos...- Dejó pasar un momento de silencio, permitiendo que la imaginación del contrario volara un poco en la dirección que él deseara, que sabía perfecto cual sería. A veces se le daba bien adivinarle, y a veces se le daba tan mal...- La cetrería. Podría ser interesante.- Resolvió, buscando algo que le indicara deseos hacia otras actividades.

La atmósfera cambió. Miró alrededor y encontró a la causante con cierto hombre al que no apreciaba. Todo estaba cambiando, desde el intento de arresto que le harían a Bellatrix a la sensación que aquella fiesta le daba. No podía votar a aquello y pensar en que ella podría traicionarles, por lo que guardó silencio hasta conocer que ya había decidido la mayoría. Aprovechó la ilusión de Catherine para lanzar ella misma su hechizo. Comenzó a girar su muñeca en un lento gesto mientras pequeños rosales comenzaban a crecer del suelo fértil en la Plaza Central alrededor de la pista de baile y mucho más allá, además de algunas otras plantas que se escondían entre sus raíces. Se estaban preparando y no había nada que hacer más que lo mismo, aunque sintiera más pesada la carga que hacía un minuto.

El moreno frente a ella le sacó enseguida el peso y la tensión mala del cuerpo cuando su mirada le atrapó de nueva manera. Su sonrisa una vez más se hizo presente de un modo amplio y tranquilo.- ¿Ideas? ¿Qué ideas? - Por más que trataba de darle doble significado a eso, la verdad es que no se las encontraba, aunque sabía que ahí estaban; ocultas, a la espera de la pregunta que ella no quería formular.- Oh... Y crees que tú si reconoces mis gustos.- No era una pregunta. Lo sabía por como lo decía, por como la tocaba, por su cercanía.- O al menos crees poder encontrarlos... Teniente.- Agregó lo último tras escapársele ciertas palabras que sugerían que ya podían tutearse. No le molestaba, solo quería estirar más toda la situación.- ¿Por qué no habla libremente? Si le preocupa que en algo pueda ofenderme, quizás podamos echarle un poco de culpa al alcohol.

- Pero intervenir de qué modo? Modo Conquer and Destroy? Acabo de oir a tu hermano decir que el desastre de la tierra es culpa nuestra por no haber doblegado a los humanos. - debatía con ella, al menos, habiamos descubierto que podíamos hablar entre nosotros.

Claro que dentro del consejo habian algunos miembros más puristas. - Quizá te sorprenda, pero estamos cambiando. Convivimos con humanos.

Tras aquello el baile se habia vuelto rapido e intenso, y no pudimos seguir hablando. Al terminar la chica y yo aquella danza que al final, pese al contacto que en un principio me habia costado mucho, habia terminado disfrutando, me separé de ella y dí un paso atras.
- ¿Y qué hacemos para evitar eso? Cómo queréis que se repare la afrenta esa? - ahí radica el problema. Ningun trato resultaria beneficioso, no hacia falta ser un Tesla para darse cuenta....

Me dijo su nombre y me hizo gracia que empezase por G, asi que me puse de brazos en jarras. Se acercó a mi oido y me eché algo más para atrás. Dijo aquello de que alguien habia matado a la tal Guinevere de la que ella habia sacado el nombre y al bebe que esperaba, alguien del antiguo consejo, supuse. Probablemente algun Le Fay dada la tirria que les tenían.

"Y qué? Yo no voy buscando a los descendientes de Miguel Angel para pegarles mocos en el pelo!!!"

"aunque seria ciertamente divertido"

- Igualmente, mas de lo que esperaba la verdad señorita Guinevere. - me quedé mirando ese ojo mientras decía aquello de poder volver a bailar. Lo veía complicado. - Tienes ojo de gecko, pero en plan bien.  - si aquello iba a ser supuestamente un cumplido, nadie, absolutamente nadie nunca podria saberlo. Al fin y al cabo, no estaba acostumbrado a socializar y ni mucho menos a intimar tanto con practicamente desconocidas. Torpeza social. Me la quedé mirando esperando una respuesta como si no acabase de decirle algo muy raro.

Sete:

Recibí al guardián con una sonrisa complacido por que aceptara ayudarnos o eso esperaba si se había acercado a nosotros, el comentario divertido sobre el pájaro pronto se vio empañado por la mala noticia sobre Bellatrix -Lo sabemos... Mei tiene un palantir y nos ha enseñado algo- jamás habría esperado una traición entre los miembros del consejo a pesar de nuestras diferencias pero era cierto que desde la fiesta del renacer la bruja no había vuelto a ser la misma.

Setelah había recibido mi mensaje y me apenó profundamente saber lo de Lasaña -no lo entiendo... es una buena niña, tan inocente... no puedo comprender que razones la han llevado a unirse a ellos pero es peligroso pues su lealtad no depende de un hechizo- lo que significaba que romperlo no arreglaría nada  nos dejaba con un fuerte aliado menos. La mirada a Altair no me pasó desapercibida, tal vez había notado que estaba descafeinado o de una idea -Ese de ahí es el...em...- "dueño" quedaba muy feo y me tuve que pensar la relación de esos dos hasta dar con una palabra más adecuada -Amigo de Lasaña... ¿Crees que si él le habla entrará en razón?- por su gesto, no era el caso.

El moreno había hecho un minucioso estudio de la fiesta, al menos mucho mejor que yo porque estaba tan nervioso que a duras penas podía decir dónde estaba parado, al fijar mi vista pude ver a Catherine bailando con aquel hombre peligroso del cual había tenido que huir, miré a Mei preocupado y ella tenía casi la misma expresión -Mei, dile que tenga cuidado, ese hombre no es de fiar...- ¿cómo se le había ocurrido bailar con el enemigo? tantos años de amistad y aún me costaba entender a la descendiente de le fay.

Asentí al comentario de Setelah sobre esperar cualquier cosa pero que me sacara a bailar fue una sorpresa nada grata a decir verdad -¿qué!? espera, saca a Mei!- nada, ya era demasiado tarde, el espectáculo de Catherine había distraído a la mayoría de los invitados pero otros si que nos estaban mirando y de inmediato me sentí abochornado, tanto que mis orejas se pusieron rojas y mis pies no parecían responder -¡Soy muy malo bailando! y nos están mirando..- agaché la cabeza y me dejé llevar por el otro en un baile que se me hizo eterno hasta que por fin estuvimos lo suficientemente cerca del dragón, asentí a la advertencia y en cuanto pude me aparté con un hechizo depulso, mirando atentamente la conversación que no parecía ir muy bien por la mirada que le dedicaba el dragón.

Un mensaje del consejo llegó a mi, querían atrapar a Bellatrix y no me parecía bien hacerla prisionera pero si solo era para que pudiera explicarse, estaría de acuerdo al igual que Newton

"Estoy de acuerdo y... tengo nueva información, los dragones están bajo un hechizo constante pero hay algunos que de verdad se han unido a la causa por voluntad propia... lasaña parece haberse unido a ellos, lo siento Altair"

Leila:

No pude ver la mirada que le echó Leila a la rubia buenorra pero sin duda había sido menos disimulada que yo porque el hombre que se acercó a "rescatarla" olía a lagarto enfadado, me retiré y fui arrastrado por la feral para después ver a la pelirroja acercarse a nosotros -Si, le gusta mucho jugar- solté sin pensarlo demasiado pero lo de puerquita me hizo arrugar la nariz -vamos, no la llames así, a mi me gusta como se ríe, es divertido-

Asentí a lo de hablar con la pelirroja pero del líder de la brigada no sabía nada -Mérida se ha encargado de eso, creo que estaba ocupado con algo ¿no os envió un mensaje a todos?- la dejé hacer mientras pasaba sus brazos sobre mi pero me parecía que me estaba distrayendo de la pregunta que le había hecho pero al final tuvo que responder -¿qué te han hecho los de la guardería? son gente maja y encima está en el hospital, no podría estar mejor atendida- no, la mala noticia no me había gustado pero la buena me había sacado una gran sonrisa -¿en serio?- la levanté por la cintura y di un par de vueltas con ella antes de volver a dejarla en el suelo para besar su frente -Lo has hecho bien, ahí estará segura- volví a abrazarla y le di un par de besos más en la mejilla antes de que se pusiera más mimosa.

Sonreí de lado levantando una ceja mientras bajaba mis manos de su cintura hasta su trasero -Me las has dejado tu así ¿recuerdas? más te vale que te guste- sonreí dándole un par de vueltas más antes de que se acabará la música, me separé de ella para poder andar y así acercarnos a Reiv y Juliet que parecían algo tensos -me parece que es hora de echar una pata a esos dos- comenté por lo bajo antes de acercarnos a ellos tirándome sobre Reiv como de costumbre -tu me debes unas cervezas maldito traidor! cómo te atreves a dejar a tu novia sola por un par de tetas saltarinas!?- me encantaba meter mierda pero en realidad quería ayudar -No te preocupes Juliet, solo tu puedes aguantar al idiota este, en realidad quería a este sexy morenazo y no sabía como acercarse- dije haciendo el payaso antes de inclinarme y susurrarle a Reiv en el oído -Vamos por esas cervezas que tengo que decirte algo importante- sin decir mucho más lo pillé del brazo y lo arrastré conmigo dejando a las chicas solas un momento.

Cuando estuvimos lo suficientemente lejos le di un puñetazo en el brazo, no muy fuerte para dejarlo sin él pero si lo justo para darle el toque de atención -¿pero a ti qué te pasa? primero la lias en el torneo apareciendo rollo terminator y ahora te vas con los chungos!? llevate cuidado que esto va a explotar en cualquier momento- miré alrededor modo suricato antes de volver a hablarle de forma más confidencial -¿Juliet está bien? dicen que esa gente está controlando a todos los dragones de la isla, he estado en la sala de reuniones con los descenpalo en el culo, intenta que no os tomen por enemigos, melón- tomé dos jarras grandes de cerveza y le entregué una a Reiv para chocarlas y beberlas de un solo trago, total, la fiesta iba a durar un buen rato.

Volvimos con la feral y la dragona, en mi camino me había molestado en robar comida, sobretoodo fruta, pollo y cosas que serían buenas para Lila "uy! arándanos! seguro que le encantan!" pille toda la bandejita de esas cosas azules y para cuando no me cabía nada más miré al resto -Os dejo un segundito, ya casi es la hora de comer de Lila y le he pillado un montón de arándanos! voy y vuelvo en un periquete, no tardo!- dicho eso me desaparecí hasta el hospital esperando encontrar a la pequeña en la guardería.

Había escuchado todas aquellas palabras pero me había hecho la concentrada en los pasos, respondiendo únicamente con alguna expresión débil en mi rostro que apenas daba significado a ninguna respuesta. Sin embargo había mantenido sus palabras en mi mente.
Cuando comentó que había disfrutado tanto del baile como yo, sonreí sinceramente pero de forma escueta para después borrar la sonrisa ante lo siguiente, quedando mis cejas alzadas. Nunca hacían referencia a mi ojo y menos en tales modos, por lo que esa expresión quedó clavada durante varios segundos. Después llevé una mano a mis labios y simplemente reí haciendo que mis ojos se achinasen vistosamente.
-Nadie se atreve a ...decir nada de mi ojo.
Respondí a aquello aún riendo.
Aparecí una copa de vino en mi mano . Parecía que estaba interesado en solucionar todo el tema con apuro para centrarse en lo que le importaba. Aquel tal SAM.
-Respecto a vuestra pregunta...
Estiré mi espalda dando unos suaves toquecitos al cristal de la copa con mis dedos, miré al líquido ondear mientras pensaba como contestar y finalmente le miré desde mi poca altura con una expresión melancólica.
-Solo queremos volver a casa.
Si, esa frase la había ensayado hasta la saciedad. Tras suspirar desvié la mirada.
-Tal vez... si contásemos con algún tipo de...
Negué como rechazando la idea mientras daba un sorbo a la copa y después solamente sonreí amargamente.
-Es una estupidez...
Volví a mirar a la copa encogiendo un hombro manteniendo mi lado más afligido y triste a flote.
-Ningún miembro del Consejo quiere escuchar....mucho menos nos apoyarán.
Mi mirada regresó a el , aparecí otra copa que le ofrecí y mi cabeza se ladeó.
-Espero que encontréis fortuna en vuestra empresa contra SAM.
Comenté a modo de despedida y tras inclinar mi cabeza confirmando así que abandonaba aquel lugar me dirigí a la mesa donde quedaba relativamente poca gente, tomando el asiento que me correspondía. Desde mi lugar observé a los presentes, bailando, comiendo, el descendiente de Pendragón bailaba con LeFay.
Extendí mi mano a la mesa agarrando una manzana para pegar un buen mordisco mientras miraba distraída la pista de baile.

No le respondí a sus ironías del puesto de investigador, pero sí que le eché una mirada de fastidio cuando me quiso picar con lo de bailar con otros.  Me mordí la lengua para no recordarle lo del beso a Johan que tanto me jodió, por mucho que en ese momento no estuviésemos saliendo. Quedaba feo sacarlo ahora, ya lo habíamos hablado en alguna ocasión.  Me acabé la tercera copa, la del vino raro...todavía seguía con mosqueo y cada vez más calor. - Pues no, mientras no te quieras tirar al tipo con el que bailas... por mí bien.  - zanjé aquello para dejarle claro que ella podía bailar con otro si quería, que ya tenía que ser algo muy descarado para que me diese celos. Tendría que verme en la situación. Solté otro sonido de fastidio porque daba la impresión de que yo le decía que se inventaba las cosas, o que la había llamado loca.  Eso no era así.
- Claro que me tratas bien. Yo hablaba del pasado, antes de conocernos. - hice una pequeña pausa, negando lentamente a lo que dijo.  - Deja de dudar...- solté un suspiro cuando vino a sentarse encima de mí como arrepentida, abrazándola por la cintura para sujetarla mientras ella ocultaba el rostro en mi cuello.  Así nos quedamos en silencio unos segundos, mientras ella se calmaba mirando hacia la pista. Ya habíamos discutido otras veces, pero el modo explosivo en que ella había saltado esta vez me había sorprendido. Moví ligeramente la espalda al sentir las cosquillas por los círculos que estaba haciendo en mi nuca con sus dedos,  terminando por darle un beso en la cabeza cuando dijo eso de que me extrañó.  - Yo también. Menuda semana de mierda. Nos merecemos una sin líos. - la tranquilidad no nos duró mucho porque llegó el gato en modo hiperactivo, tirándose encima. - ¿pero qué dices tú? - le miré con cara de "¡calla!" cuando soltó lo de las tetas saltarinas, que no estaba el horno para bollos. Me vi arrastrado por él y tuve que acompañarlo a por las cervezas, aunque yo ya empezaba a ir a tono con las anteriores. Justo al levantarme de la silla lo noté.

Lo miré mal cuando me soltó ese puñetazo en el brazo acompañado de bronca, aunque llevaba razón en parte. - Así que te acuerdas de lo del torneo. Siento lo que te dije.  - miré de reojo hacia donde habían quedado las chicas, a Juliet en particular. - Ella no recuerda nada. Sé que la cagué, pero no hablaba yo. No del todo. Fue una posesión de un demonio que...- como era una historia muy larga lo dejé a medias, para otro rato. - ¿Los chungos son los Pendragon? qué radical...no lo veo así. Tienen algunos puntos interesantes.  - me quedé rayado con lo de Juliet al escuchar que controlaban dragones, algo que no sabía. Tal vez la euforia de antes y el cabreo de ahora tenían que ver con eso.  - No lo sé. Hoy está muy rara. - pegué un buen trago a la cerveza para ver si me relajaba un poco alcoholizándome un rato. - Tampoco sabía eso...la vigilaré. Joder, así no se puede. - solté un gruñido de protesta por eso de que los Descendientes nos podían tomar por enemigos, como si no pudiésemos hablar con quien quisiéramos. - Puto gobierno dictador  opresor...Termeritus al menos te lo decía a la cara- solté entrando ya en fase de que se me iba la lengua, regresando con Kyllian hasta Juliet y Leila. Él se fue a por la niña, no sé para qué.  - Pues vaya coñazo tener que ir a darle de comer a una cría que ni es tuya. - solté antes de que se fuera, bajando la jarra de cerveza a más de la mitad.

Se enfurruñó cuando dijo lo de tirarse tipos.- ¿Y cómo vas a saber si me lo quiero tirar? No voy a avisarte de antemano.- Así, enojada como estaba, lo único que escuchó fue que el moreno se tiraría a la rubia y que le iba a dar hasta para llevar. Ella, por otro lado, tardaba bastante en quererse tirar a alguien, así que no tenía mucha preocupación por aquello.

Cruzó las manos debajo del pecho, escuchándole ya sin tantas ganas de pelear hasta que le pidió que dejara las dudas de lado. Fue ahí cuando volvió un poco en sí, buscando la protección de sus brazos al acurrucarse con él. El beso en la cabeza le reconfortó muchísimo más de lo que quería admitir, ocultándose de nuevo en su cuello al escuchar que él también le había echado de menos. Él entendía, o eso esperaba. Sabía bien, en el fondo, que dejaba los celos de lado porque él no la necesitaba tanto como ella a él. Él podía alejarse de la relación, pero para ella eso era todo lo que tenía. La tranquilidad les duró un segundo, pues ahora no sabía si ver mal a Reiv por lo de las tetas de la rubia o no verle por lo sonrojada que se ponía cada vez que el gato la llamaba su "novia". Hizo ambas, sin tener opción de ocultarlo.

Se tuvo que levantar de mala gana, pues el gato quería llevarse a Reiv a como diera lugar. Hubiera deseado que no se fuera, no en ese momento que necesitaba con ansias su abrazo para saber si el moreno le había perdonado por todo. Se sentó de nuevo, mirando a Leila a lo lejos con rostro de disculpa. Ella había visto desde el inicio todo lo malo y le había reconfortado. Y ella solo le había echado en cara su rubiez a Reiv, que aunque ella no lo escuchó, tampoco se lo merecía. No era muy buena iniciando conversaciones, así que de un gesto la invitó a sentarse un rato en lo que Reiv volvía. Cuando este volvió, le ofreció espacio en la silla donde ella estaba, dándole un par de palmadas a la madera.

Spoiler:

-Mi prometido- Respondió con una sonrisa amplia. De repente, de esa manera podía probar rapidito su valía y así desposarse de una vez. Quería tener hijos...Y enseñarles a volar. Su mirada celeste se fue en seguida hacia donde había estado Alud, sin ubicarla; entonces miró hacia Artamir y sonrió -Hay que ser creativos -  Respondió cuando le dijo de forma tan seria lo de aquel paso. Mientras más viejos eran menos se divertían. Suspiró brevemente mientras la música volví a ser lenta. Reconoció a su hermano bailando con la Descendiente Le Fay, qué curioso.

Observó hacia donde estaban Reiv y la dragona tras ello volvió su mirada hacia Goth con una sonrisa amplia -No necesitamos su corazón. Todo jugador necesita peones, Goth- Respondió alzando los hombros. Si conseguía algo positivo, genial, pero sino...Que formara parte de la estrategia y aquello sería suficiente. La reverancia de despedida la bajoneo profundamente y aunque la invitó a seguir bailando miró alrededor sin encontrar con quien. Se agobió...Se agobió profundamente y se llevó una mano hacia la joya que decoraba su ropa en el centro de su escote. Inspiró profundamente y fue caminando hacia donde se encontraban los dragones. Allí se sentiría cómoda.

Antes de llegar a Artamir que la reconoció y movió la cola con suavidad, fue donde estaba la dragona dorada que habían adoptado en las Montañas. Le acarició suavemente la cabeza y le habló en lengua dragón -Eres preciosa... ¿Lasaña era, no?- Inquirió con curiosidad mientras la miraba a sus reptilianos ojos -Estás comenzando una nueva vida. Si lo deseas podemos llamarte como prefieras. Algo más honorable, más épico que un plato de comida italiano- Susurró antes de que Artamir le comunicara algo, al hacerlo, Shyvana se giró hacia el dragón negro que Wthyr había estado volando. Caminó con elegancia hasta allí observando a un hombre desconocido y al Descendiente de Merlin en la lejanía -Smaug- Sonrió y se acercó al dragón con cierta confianza -¿Te están molestando?- Preguntó y desvió sus ojos celestes hacia Setelah mientras, detrás de ella, Artamir y Lasaña miraban atentos a sus posible futura presa. Le parecería divertido poner a prueba a la dragona dorada.

OFF: Interactúa con Goth, luego con Lasaña, y finalmente con Smaug y Setelah.
En cursiva, lengua dragón

Terminó de comerse los rollitos de primavera y otras cosas deliciosas más. Se había quedado en la comida asiática por casi todo la parte del baile porque le interesaba más llenarse la panza. Con comida y con alcohol. Mucho alcohol. Menos mal que confía en el elfo porque si sabía que estaba en cinta le iba a dar un infarto por lo que estaba haciendo pero bueno... Después de que se encuentra con la panza llena pensó en ir a buscar a Leila para darle a probar los rollitos de primavera que estaban muy buenos. Cogió un plato y se lo llenó a tope  y empezó a buscarlos por varios sitios.

Finalmente la encontró al lado de unas personas que creía que conocía pero no estaba segura. Llegó hasta ellos con una sonrisa en el rostro y se sentó al lado de Leila -Holi- Saludó y le tendió el plato con los rollitos de primavera -Están deliciosos ¿Queréis?- Le preguntó a los demás para luego levantarse y extenderle la mano a cada uno de ellos -Soy Mérida Pyro, miembro de la Brigada de las Mil Grullas- Le estrechó la mano a cada uno con una sonrisa contagiosa antes de volver a sentarse. Golpeó su hombro con el de la rubia -Venga a comer que después estamos de resaca dos días- Se había dado cuenta de que los otros dos estaban un poco con cara larga pero no había nada que no se pudiera solventar con mucho alcohol y comida. Tal vez lo que necesitaban era una noche de pasión como estaba teniendo el jefe. Sólo de pensarlo rió de manera pícara, soltando aquel ruidido de cerdo al final. Tras ello cogió su moneda y estudió a ver si Lykaios había pasado algún mensaje general pero estaba segura de que no había visto ni el suyo, así que como aún faltaba gente allí como Em y demás, envió un mensaje global.

"Gente que los Descendientes nos necesitan en la fiesta porque aparentemente los invitados son enemigos y tenemos que estar dispuestos a pelear. Pero mientras tanto ¡comida, baile y bebida gratis!"

Tras eso miró a Dyospiros a su lado y tiro de su brazo -El es Dyospiros, y también es de la Brigada- lo zarandeo un poquito para desempanarlo y que se presentara

-Dioscórides, perdonad- Reconoció su error y asintió suavemente comprendiendo la corrección  e interiorizándola para el futuro. Cuando el tema rondó otra vez sobre Bellatrix, Vishous decidió no ahondar el tema porque realmente no le interesaba.  Al oír el tema de la fauna asintió, entonces sus poderes iban íntimamente relacionados con la flora -Pues os puedo enseñar sobre halcones- Respondió con una sonrisa, esta vez sincera sin ningún tipo de doble sentido. Sabía sobre ese tipo de animales, también sobre los caballos porque al principio solía usarlos para desplazarse dentro de la isla. O los grifos, cuando las misiones incorporaban descender de Ouroboros.

Al volver a los hobbies, Vishous sonrió al estar de acuerdo con lo que ella decía -¿Cuáles son vuestros hobbies?- Preguntó con interés por saberlo. Dudaba que fuera a ser muy directa como él, después de todo; tenía una imagen que proteger peor no estaba demás seguir manteniendo la conversación. Soltó una risa baja  y socarrona cuando Sofía le dijo que estaría interesada en saber de sus pasatiempos pensando en cómo podría mostrárselo todo -Por supuesto, Onyx estará encantado de conoceros- Respondió, siguiendo aquella línea de delicada inocencia en un intercambio de palabras que era obvio que significaban otras cosas -Aparte no os podría asegurar que se le diera bien forjar o hacer el resto de mis hobbies a mi manera. Digamos que soy un poco…- Así como ella, dejó correr un poco de silencio, como si estuviera pensando en la palabra idónea para describirse -Intenso- Expresó y elevó la mano donde llevaba el guante que ocultaba su diestra. No sabía si ella sabía quién era él, pero la pista había sido evidente.

Observó cómo la Descendiente era capaz de añadir un toque más romántico y precioso a la pista de baile y sonrió al respecto. Aún con miedo de desconcentrarla la movió hasta mantenerse algo cerca de la pareja Pendragon Le Fay, después de todo, no confiaba en ellos y prefería tener un rango de acción donde actuar.  Se lo hizo saber a Sofía -Con vuestro permiso, tendré que vigilarlos un poco- Expresó ladeando la cabeza en un gesto bastante sutil pero que esperaba que la pelirroja pudiera entender. También observó que el Descendiente de Da Vinci ya no bailaba con la otra Pendragon  y la rubia se había retirado de la pista. La buscó con la mirada, encontrándola con los dragones. No le daba buena espina. Rastreó la zona para mirar a Amaya que parecía tensa y ocupada con algo, estaba seguro de que estaba pasando algo y él no se enteraba. Cerró y abrió la mano del guante lentamente, le picaba.

Volvió la vista a Sofía cuando la pieza comenzó, intentando concentrarse en que estaba “de baja” por orden de Amaya, pero su molestia al perder el control era algo con lo que lidiaba muy mal. La pregunta de Sofía le hizo sonreír cual lobo cuando ve a su presa caer en la trampa. Él no estaba con mucha paciencia porque sabía que había algo sucediendo y él no se enteraba y ella lo estaba presionando. La mano izquierda que mantenía extendida y entrelazada con la de Sofía la recogió un poco hasta llegar a sus labios, tiró suavemente de su mentón mientras ella sonreía, observó su boca -Dicen que las mujeres tienen los labios menores de igual color que las encías- Susurró antes de dejar de tocar su mentón y volver a extender su brazo, la hizo dar un par de pasos más antes de escuchar lo que le decía -Nunca rechazo un reto, Srta. Dioscórides- Hizo énfasis en el apellido correcto antes de oír aquello del alcohol, él negó con la cabeza -No voy a culpar al alcohol porque sólo he tenido una copa.  Este soy yo, si os ofendo me puedo retirar. Pero no olvidéis que habéis sido vos quien ha dado permiso- A él no le iban a echar el muerto si esta venía a jugar alguna especie de carta inocente, porque de inocente tenía lo que V de virgen. La atrajo suavemente hacia sí mismo para que lo que fuese a decir quedara entre ellos dos -Pero tenéis razón, me gustaría saber cómo os escucháis cuando gemís, me gustaría saber cuál zona de vuestro cuerpo es la más erógena – Susurró mientas movía suavemente la mano por su espalda, no estaba bajando hacia su derrier sino que simplemente se movía arriba y abajo para sentirla – Quiero  saber  a  qué saben vuestros labios…Si os dejaríais vendar para llevaros a experimentar con el resto de vuestros sentidos… Cómo os arqueáis cuando llegáis al clímax… Y, por supuesto…- Detuvo la mano – Si mi teoría sobre vuestras encías es cierta… mientras os saboreo- O se ganaba una cachetada, o Sofía se iba y le quitaba la palabra por siempre o…Podía resultar bien. O muchas opciones más. Se preparó para la primera, era generalmente la reacción de la mujer común.

Amaya Hua escribió:Amaya se quedó mirando a Sayid con un gesto neutral, al menos, hasta que se dio cuenta que estaba haciendo otra cosa. Si hubiese sido por ella no la habría ni dejado ir, la habría agarrado del cuello, le habría puesto esposas y al puto calabozo. Se distrajo cuando le informaron del ghoul, Amaya puso los ojos en blanco tan bruscamente que le dolieron.

-Dice Rasputin que no quiere ser interrumpido- Le informó a Sayid mientras se cruzaba de brazos con hastío por tanta fiesta, tanta burocracia y politiqueo. Frederic era mejor en eso. Entonces escuchó a Zaphira y dejo escapar el aire lentamente. Informó de lo mismo a Sayid y comunicó a Zaphira que intentara mantenerla informada aunque no tuviera un casco.

-De acuerdo- Retransmitió el mensaje a los Guardias para que cumplieran su misión mientras observaba nuevamente la fiesta, ubicando estrategicamente a sus guardias y a los que había dicho Sayid que formaban parte de la Brigada. Luego miró a todos los Descendientes y analizó a Altair, se inclinó levemente hacia Sayid -¿Hay algo que podamos hacer respecto...- Dejó la frase a medias mientras miraba el licántropo.

Aquello estaba siendo un completo desastre, yo era el primero en lamentar los hechos pero no estábamos en condición de permitirnos licencias con cosas como una posible traición, la votación se llevó a cabo y pudimos dar la orden de captura contra Bellatrix, obviamente no pretendíamos hacerle daño pero debía explicarnos lo que habíamos visto.

Suspiré y me llevé una mano a la frente mientras suspiraba, estaba agotado y apenas habíamos llegado al medio día, la general me comunicó el deseo de Rasputín pero era algo fuera de discusión, tenían cinco minutos y nada más.

Al menos todo parecía ir a mejor en la sala, aparentemente, Giordano había acabado de bailar con la chica pendragon y al igual que otros sacaron nueva información, Sean había descubierto que la influencia sobre los dragones era constante y que la dragona de Altair ya no estaba con nosotros, miré al licántropo cuando la general lo señaló y la verdad es que había estado muy tranquilo

"Déjalo, así está mejor, al menos está tranquilo... prefiero que me informes lo del sótano, tomará la decisión adecuada, estoy seguro, preparad una habitación para la señorita Alghieri y ponedle cadenas para que no huya"

- No pretendía importunarte, Smaug. - le dediqué una breve pero resuelta reverencia al dragón. - Si no todo lo contrario, ya que me ha extrañado verte como...montura de ese mago... creí que quizá estaban usando algun tipo de magia mental contigo. Sois viejos amigos? - sabía que no, pero a ver que me decía él.

Solo gruñía y estaba en modo pasota. Hice una mueca y mi pie empezó a hacer "tap tap". Otro como Lasaña? O el hechizo era demasiado fuerte, o se desvanecía demasiado lento, o éste era otro que prefería a los Pendragon. Bueno, le daría algo mas de tiempo de zona antimagia, quiza era eso, cuestion de tiempo. Si la magia era muy poderosa podia costar de anular.

- Oh sin duda os habeis juntado muchos dragones, pero no bajo tu mando si no bajo el de unos magos. Qué cosas. - ahora si podría considerarse que estaba siendo inoportuno. - No es mas que la verdad. Habló de un vínculo muy antiguo, imposible de comprender para mi. - Eso dijiste de la lengua de los dragones. ¿Por qué no lo intentas?- le respondí en su propio idioma. Me había fijado en como me había mirado al centro del pecho, como regruñon y poco convencido.

Pero fuimos interrumpidos por la muchacha hiperactiva y su pregunta. Podía notar los ojos de los otros dos dragones clavados en mi espalda. Entedí a la muchacha a la perfeccion,algo que quiza le sorprendiese o quizá no. Seguí cerca de Smaug con la antimagia activa. Evalué a la chica con una rapida mirada antes de responderle.
- Eso parece, señorita, que mis dialogos ahora le resultan inoportunos, cosa que antes no. Sinceramente, me siento como a un niño al que han venido a robarle a  su segundo mejor amigo, y si mis propias lagrimas no me causasen alergia, me estarias viendo llorar. Lo siento Smaug, el primero siempre será ADN.

Obviamente, Sean no podría contactarme mentalmente ahora. Pero se habría dado cuenta perfectamente de que la estrategia no había resultado.

Catherine demostró saber al menos algo sobre la historia de Mordred, y que aquello tuvo algo que ver en el código del Consejo que impedía casarse entre miembros de los 20, o los 21, como era antes.  - Mordred fue anterior a la fundación, pero aquella historia tuvo algo que ver. Estupideces en mi opinión...la mezcla de linajes hace más poderosa la sangre y la magia. Sólo temían perder sus puestos aquellos con especialidades menos relevantes. - había muchos que ni siquiera deberían tener un puesto, así lo pensaba mi familia desde siempre. La conversación no nos hizo perder el paso, adecuado a la música y a los tiempos. Se notaba que había recibido la típico educación de la nobleza mágica para saber desenvolverse en este tipo de situaciones.

La revelación del crímen de Urien Le Fay la dejó sin réplica,  llevando incluso a un pequeño tropiezo que solventé sin más. mantuve el gesto serio al igual que ella, sin apartar mi mirada de  la suya. Su expresión dejaba entrever que de verdad no sabía nada y que no era de su agrado la noticia. Hubiese pensado que era un monstruo de haberse alegrado de aquella tragedia, aunque hubiesen pasado siglos desde entonces. No cayó en la trampa de mentir sobre su hijo, a lo que asentí sabiéndome en cierta superioridad sobre ella.  - Entonces imaginarás lo doloroso que puede ser perderlos...- susurré acercándola un poco más con la mano en su cintura, quedando un instante cerca de su oído. Podía interpretarlo como una amenaza hacia su progenie, o como algo que había experimentado la persona con la que bailaba. Podía tomarlo como cualquiera de ellas. Al separarnos volví a mirarla con un gesto un tanto indescifrable, soltando un 'hm' al escuchar que no se hacía cargo de los errores que su linaje hubiese cometido en el pasado.

- ¿Desentenderse es motivo para no buscar una solución en el presente? ¿la Historia debe ser borrada y olvidada para volver a cometer una y otra vez los mismos errores? sólo queremos reparar el agravio cometido, cerrar heridas abiertas durante siglos. - conocía bien la frase, al igual que Gwen sabía la suya sobre volver a casa. - El peso del linaje...- hice una pausa mientras le daba otra vuelta antes de volverla a acercar. La pieza musical ya estaba cercana a su fin.  - Hay muchas maneras de borrar un linaje sin derramar sangre mágica. Hay muchas maneras de proteger aquello que quieres. Tú misma has dicho que la sombra del linaje te pesa. Tú misma estás dando con parte de la solución. - dejó la frase flotando en el aire con las últimas notas de la orquesta.  - Hay muchas soluciones posibles para quien quiere encontrarlas. Abandona el Consejo y vivirás en paz, aunque...hay otras opciones...- la pieza había terminado, así que solté a Catherine para separarme de ella tras el saludo protocolario. Después me di la vuelta, dispuesto a regresar a la mesa tras haber sembrado el germen de la idea.

Asintió ante la orden de Sayid y volvió a mirar alrededor. Se encontró con los ojos de su primo y reconoció su ansiedad. Tenso los labios. Eso no era bueno. Vishous ansioso no era bueno. Iba a acercarse hasta el para informarle cuando recibió un par de gritos y un resumen de lo que había ocurrido en el piso de Matvey.

-Han desaparecido del sótano- Informo a Sayid para luego recibir el patronus de Zaphira y mirar al bicho de forma bastante cabreada. Se le juntaban los invasores en la isla. Miro a Sayid -¿Habéis escuchado? - Pregunto antes de volver a hablar -Un grupo de guardias está yendo a la residencia de la Descendiente Allighieri para verificar si están allí. Espero órdenes en ambos casos -

Los halcones son seres fascinantes, importantes para el equilibrio. Me encanta aprender, sobre todo cuando es de primera mano.- Susurró, aceptando la invitación con gracia, que en realidad le resultaba emocionante conocer de criaturas de otra manera que leyendo sobre ellas. Con Sarah y Adael había estrechado un vínculo, pues los ecosistemas mismos tenían como elementos básicos el entorno, la flora y la fauna.

Temo que mis hobbies son terriblemente aburridos a comparación de los suyos. Y creo que muy predescibles.- Aceptó de buenas a primeras, no había caso en hacerse la interesante. En realidad, poco tiempo libre había tenido desde su juventud.- Yo también estoy deseando conocer a Onyx.- Murmuró con una mirada listilla, sabedora de que las palabras de aquella conversación estaban siendo tergiversadas y jugando con la idea. La palabra con la que terminó por describirse le obligó a contener la sonrisa.- Soy de la idea de que las cosas deben hacerse al menos una vez. Será usted el experto, pero seguro podemos encontrar mejores maneras... Recuerde sus palabras: caja de sorpresas.- O al menos así se sentía hasta que el contrario le mostró el guante. En realidad no tardó demasiado en encontrar la relevancia de aquel gesto, pues su mente ya estaba ocupada en ello de manera subconsciente. Fue muy evidente cuando su mirada paseó de su mano al tatuaje de su sien. Le conocía.

Después del intercambio y de lograr su cometido en los alrededores de la Plaza Central, aceptó con tranquilidad al cambio de posición en la pista, pues a ella también le había tomado por sorpresa aquella pareja. Quería estar cerca por lo que pudiera sucederle a Catherine; y sobre todo no podía negarse en tensión por todo lo que sucedía, especialmente entorno a Bellatrix. Era casi como estar en paralelo, pues a la vez se sentía jalada hacia la realidad debido al hombre que estaba frente a ella. Su sonrisa satisfecha fue suficiente para entender que las intenciones eran oscuras y que las palabras que daría serían todo menos contenidas. Su mirada se mantuvo conectada con sus ojos mientras tocaba su mentón; ni siquiera se desconectó cuando dijo sus primeras palabras, tan intensas como directas. La advertencia la dio después de soltar la primera bala, pero la aceptaba, pues iba exactamente en la dirección que había esperado, solo con más velocidad de la que planeaba. Permitió la cercanía que vino después. No se alejó ni un milímetro; no era de las que solían arrepentirse, por lo que le miraba con tranquilidad, tomando en serio sus palabras y sus gestos. Parecía impasible, pero había algo dentro suyo que se removía con cada sonido que salía de su boca.

Dejó que la tensión creciera entre ellos. Se mantuvo con la mirada fija en él mucho tiempo después de que el contrario dejara de hablar. Su respiración estaba bien controlada, aunque era más profunda de lo habitual. La cercanía hacía imposible respirar cerca del otro sin sentir la embriagadora atmósfera que les rodeaba. Alargó el silencio. Lo alargó y lo alargó por infernales segundos, acercándose a su oído para por fin emitir sonido. Le habló con una voz tranquila, suave, que contenía el tono justo de deseo e interés; el reto implícito en sus palabras era una realidad.- ¿Y eso sería... todo? - No iba con decepción, sino con un reto implícito interesante. Cuando alejó un poco su rostro del suyo, acercó tanto sus labios a los del contrario que sintió claramente el roce contra su piel justo antes de alejarse sin contacto. En lugar de eso, elevó su mano hasta que los nudillos tocaron el tatuaje en la sien, leyendo de nuevo las palabras permanentes en silencio.- Tengo la sensación de que esa teoría ya la haz comprobado antes. Me atrevo a afirmar que eres un experto en ella. No me gusta alardear de sabiduría; en eso quizás sea usted mejor que yo, pero... Hmmm, ¿cómo decirlo...? ¿Es realmente el placer físico lo que le motiva o... es solo el medio para un fin? Quizás sea yo una idealista, pero mi gusto por la intimidad va mucho más allá que lo que el sexo puede ofrecerme; como este momento, por ejemplo. ¿Es capaz de ser tan íntimo sin la necesidad del acto... Vishous?

Las palabras de Setelah eran atrevidas, como era costumbre en él, pero en esta ocasión la paciencia del dragón era más limitada de lo que ya solía ser. No le agradó que le llamase montura, ni que usase la palabra amigo para referirse al otro mago. - Aliados...no te molestaba tanto cuando eras tú al que llevaba volando. - gruñó acercando más las fauces al mago, aspirando hasta el punto de poder moverle la ropa y el pelo. - Somos parte de lo mismo, todos formamos parte la sangre del dragón. Resurgiremos y poblaremos de nuevo el mundo. - a Smaug le estaba costando contenerse para no dañar a Setelah por su insolencia. El vínculo que habían mantenido era lo único que le protegía de la ira del dragón, alimentada en parte por sus ansias de dominio y en parte por el descaro del mago. El dominio de los Pendragon sobre él no había sido excesivamente costoso porque la predisposición del dragón era la necesaria.

- Aprendiste la lengua y algunos secretos de los dragones, pero esto escapa a tu comprensión. - insistió en mi propia lengua ante la insistencia del mago, que no se rendía. Ni siquiera el propio Smaug sabría explicar con claridad de qué se trataba aquel vínculo, aquella magia antigua. Desde luego no era un control mental cualquiera, su base no era un simple control de las mentes. - Eres guardián de los pozos de magia, y tu poder desató de algún modo la tragedia de la pérdida de magia que acabó con la vida de muchos dragones. La oportunidad se presenta ante nosotros...- el gran dragón había colaborado en aquella empresa de la recuperación de magia, aunque sabía que el extravagante mago había tenido parte de la culpa. Exhaló el aire antes de girar la cabeza hacia otro lado, algo menos alterado que unos segundos antes.

- El alma, la esencia, el espíritu... vínculos más allá de las mentes... - las divagaciones cesaron cuando apareció Shyvanna, preguntando si le estaban molestando. Los ojos del dragón se entornaron reconociendo a la mujer, tras lo que irguió la cabeza ante Setelah. Su esclavo humano le había llamado amigo, algo que hizo otra persona importante en su vida. Habían pasado ya demasiados siglos desde aquello, pero el recuerdo aún permanecía en su memoria. - Márchate...si de verdad consideraste alguna vez nuestra amistad. Yo ya te di suficiente...tú nunca podrías darnos lo que queremos. Ellos sí. - sentencié de modo orgulloso, girándome para darle la espalda y probablemente un coletazo, tanto a Setelah como a Shyvanna si seguía en medio.

Desde que encontré a Mer en la fiesta no habíamos hecho más que saquear el alcohol y la comida de los Descendientes, aprovechando que todo era gratis. Lo de la fiesta ayudaba a que dejase de pensar en el fracaso de misión, tocaba animarse para solucionarlo todo. Además, teníamos que socializar con nuestro nuevo drow adoptado. Era tan borrachillo como nosotros, encajaba bien. Mérida se lo llevó con el grupo en el que estaban Leila, Reiv y Juliet, aunque yo no me acerqué porque si me sentaba en una silla luego me daría pereza moverme del sitio. Sólo me acerqué a ellos un momento, sacudiendo primero a Dyos por los hombros, a Leila y después a Mérida.

- ¿OS LO ESTÁIS PASANDO BIEN? - les llené las manos con más comida de la que había ido rapiñando de las bandejas, mirando alrededor como preguntándome dónde estaba el resto. - Qué raro que no estén por aquí Lykaios y Gen... si normalmente no se pierden una. Espero que no estén depres por lo de la misión...- suspiré y después me tiré un eructo encadenado con el suspiro, mirando de nuevo a la pista. - Me aburro, voy a ver si puedo ligarme a alguna. - las invitadas no estaban mal, pero iban muy a su aire. Estarían haciendo chanchullos de algún tipo. Del grupo Descendientes había opciones, aunque no veía por ningún lado el genial culo de Zaphira. Luego recordé que me había rechazado y se me pasó. Mei...estaba como pensando fuertemente y tampoco. Sarah, un poco pocha, Rosse, que era un poco traumas y no me apetecía que me contase nada. Catherine, que estaba pillada...me fijé después en Sofía, que bailaba con el del tatu en la cara. Me sonaba que era un guardia de Ouroboros, uno de los jefazos, y me reí para mi mismo al acordarme de cómo se llamaba. Decidí divertirme un rato, acercándome a la pareja que coqueteaba.

- Eh, tú. Visioso, o como te llames. Que dicen que te pongas a trabajar en la seguridad de la fiesta, que están pasando cosas secretas. Cosas. Sieeeempre tenemos que ser los de la Brigada los que nos encarguemos de estas cosas. Mu mal...- negué con la cabeza, copa de vino en mano.

Escuchó atentamente la respuesta de Sofía y asintió brevemente con aquello de la “caja de sorpresas” pero entonces se dio cuenta de algo y sonrió con calma -No habéis respondido sobre vuestros hobbies- Era muy atento a los detalles, o al menos cuando deseaba saber algo. Y si la pelirroja creía que estaba hecho para la política con sus respuestas a medias estaba equivocado -No importa lo predecibles que sean, deseo saberlos- Expresó y esta vez no había ningún tono que diera a entender que iba con segundas intenciones; después de todo conocer a los Descendientes era una de sus tareas y si tenía información de primera mano mejor.

Comprendió, en menos de lo que esperaba, que la situación también estaba afectando a Sofía y estaba sintiéndose un poco fuera de lugar al tenerla atada a la danza si podía estar haciendo alguna cosa más productiva. Pero claro…¿Qué iba a hacer? Todos estaban muy por la labor de “celebrar”.  Mantuvo la danza con cuidado esmero para que fuera amena y continua, al menos la liberaría un rato del estrés, y después podía volver al ruedo. La mujer le mantuvo la mirada a medida que hablaba y no parpadeó, aquello le gustó a Vishous. Determinada, orgullosa, atenta. ¿Por qué no le había tirado los tejos  a la pelirroja antes?  Tal vez porque había muchas pelirrojas en el Consejo. No obstante, mantuvo un gesto sereno, no se sorprendió, no se echó aire en el rostro y su rubor se mantenía controlado después del baile. Misterio, mujer, misterio.

Y aún más misterio al mantener el silencio. Estaba evaluándolo, era evidente pero él siguió mirándola con tranquila intensidad. Sí, existe una mirada así. Y es de Vishous (¿?). De haber sido cualquier otra mujer le habría marcado la cara. Sofía parecía disfrutar de aquella tensión que crecía entre ellos. Se preguntó si lo mantendría hasta finalizar la danza para no hacer ningún espectáculo. De pronto, se inclinó hacia él y Vishous bajó suavemente la cabeza ya que le superaba en altura; escuchó sus palabras y una corriente se descargó directo en sus pantalones. Sonrió con un poco más de amplitud y la miró a los ojos cuando se alejó, controlando el impulso de comerle la boca en ese momento -¿Todo? Oh, Sofía, eso es el comienzo de una larga, larga historia de descubrimiento-  Tras ello guardó silencio porque ella quería decir algo más.

-Las dos cosas. Como bien sabéis es uno de mis hobbies pero …- Se señaló el tatuaje de la sien -También sirve para controlarme, descargar un poco- Expresó con honestidad antes de oír sus preguntas. Sabía que lo estaba poniendo a prueba y aunque la miró a los ojos, no la vio a ella sino a su madre gritándole histérica o con uno de sus dramas anuales de “Mis hijos no saben lo que es importante”.  Pero bueno, que su madre no dijera que no lo había intentado y sino que le leyera la cabeza. No, espera, eso no -Soy como la descendiente Allighieri y, temo, que como tú misma. Aún no encuentro a la mujer que me ate a tierra, Sofía. Generalmente lo que buscan en mí es exactamente lo que busco yo en ellos- Esta vez alzó suavemente el hombro. Estaba siendo crudamente honesto  y no le importaba -¿Qué si puedo permitírmelo? Como dije antes, nunca le digo que no a un reto- Añadió antes de que la pieza terminara. Se detuvo un momento con ella entre sus brazos, disfrutando de esos segundos en los que había sido sincero hasta consigo mismo, tras ello tomó su mano para separarse un poco y miró hacia la banda justo cuando un conocido pelirrojo vino hasta ellos.

-Si se te enreda la lengua con el alcohol puedes llamarme V, Ben. Es más corto y menos complicado- Le guiñó el ojo para luego soltar una risa socarrona -Sospechaba que me iban a convocar en cualquier momento. Hay algo que tiene a Amaya tensa- Miró a Ben y a Sofía  al notar sus gestos muy neutrales -Si, parece que es su gesto de siempre pero no, está más tensa- Añadió con mucho énfasis, pero claro, era su prima; le conocía. Creía que Sofía sabría algo pero prefirió no ponerla en evidencia -¿Puedes cuidar a la Descendiente mientras estoy ausente? Baila muy bien- Indicó y se giró hacia ella, conectando con su mirada y sonriendo, atrajo su mano hacia sus labios, más de lo que debería, para poder percibir su perfume y el calor de su cuerpo femenino -El deber llama, mi señora. Un placer conoceros un poco más- Tendió la mano de Sofía hacia Ben antes de guiñarle un ojo, y darle una palmada en la espalda -Gracias por el aviso, palomita mensajera- Se despidió de él por eso de ser una “grulla” y llevar “recados”  y yendo directo hacia su prima.

-General, Descendiente- Saludó de forma mucho más militar, ya metido en el “traje de guardia”. Sabía que Amaya no había mandado a Ben a decir nada pero no le apetecía seguir ahondando en cosas con la pelirroja que le escocían por dentro -¿Te he dicho que me dieron el alta? Estoy en perfectas condiciones para seguir trabajando. ¿Dónde se me necesita?- Inquirió a Sayid y luego miró a Amaya, preguntándole a ambos.

OFF: Interactúa con Sofía, luego con Ben. Después con Amaya y Sayid.

G. Pendragón escribió:Había escuchado todas aquellas palabras pero me había hecho la concentrada en los pasos, respondiendo únicamente con alguna expresión débil en mi rostro que apenas daba significado a ninguna respuesta. Sin embargo había mantenido sus palabras en mi mente.
...

Al parecer mi cumplido super educado sobre su ojo de gecko pero en plan bonito causó una extraña reaccion en la mujer, igual mi eleccion de palabras no habia sido lo mas apta. Que nadie solia atreverse a comentar nada acerca de su ojo?
- No todo el mundo tiene la misma visión que yo. -comenté sencillamente, mirandome las unas de una mano y poniendo la otra en jarras.

La chica parecía triste, o cansada, cuando dijo eso de que querian volver a casa. Igual era el vino que no les gustaba. O que le molestaba  el calzado. Quizá solo queria ir a mear. La verdad habia elegido uno de los peores miembros del Consejo si lo que quería era un poco de empatía o piedad.

"sin duda debe de estarse meando, hemos bailado mucho"

- Guenivere, estoy seguro de que si vuestras cláusulas son razonables, los miembros del Consejo escucharemos. Aunque habria ayudado empezar con esto y no con la pira y los dragones intentando quemarnos. - mostré una sonrisa de oreja a oreja cual niño, y le hice un gesto de "ciao" cuando me deseó suerte contra Sam. Negociaciones cerradas, negociaciones falladas.

Me di la vuelta, de momento todo parecia seguir yendo "normal". Sean no estaba con Lucio? Que raro. Lo que me extrañaba mucho era aquello del asesinato con bebe incluido de la Pendragon alla por el tiempo de Matusalén.

Sacudí los brazos tratando de despejarme y me golpeé las mejillas varias veces, habia sido un baile extraño.

"Giordano a centralita Mei. Nada, no les interesa Sam, solo quieren volver a casa, su casa es esta, ellos tenian otra casa pero es fea y por eso quieren volver, y esta chica morena se llama Guenivere y otra que tenia su nombre antes la mataron con un bebé dentro, se dice asi? Un bebé dentro. O es preñada? Bueno para el caso, que me han dado ganas de mear"

"ESPERA ESO NO LO RETRANSMITAS"

"Solo hasta preñada, Mei."

Resoplé, harto de la situación.  Volví a mi puesto con la banda antes de haberme ido a bailar con ella. En realidad, el baile me habia relajado, va a ser cierto eso de que el ejercicio fisico es bueno. Cuando volví a mi cello, inicié una melodía mucho más relajada.

Me di cuenta demasiado tarde de que había hablado de más con lo de cuidar a una cría que no era suya, así que esperaba que ni Kyllian ni Leila se hubiesen dado cuenta. El alcohol había hecho que el filtro se fuese al carajo, así que intenté callarme un rato, yendo a sentarme en el hueco de la silla que me dejó Juliet. Casi me caigo al suelo por la falta de equilibrio, pero al final logré acoplarme sin que nos cayésemos ninguno de los dos, pasando una mano tras su cintura. Parecía que se le había pasado un poco el mosqueo anterior, y a mi también, aunque no tenía claro si se nos había quedado la conversación a medias o no. - ¿Ya no estás enfadada? - apoyé la barbilla en su hombro para mirarla, como si quisiera adivinarlo. Después levante la cara para girarme a quienes se acercaban. Saludé a Mérida alzando mi jarra de cerveza cuando se acercó, negando con la cabeza a lo del rollito. - No me gustan las cosas chinas, pero gracias.- me acordé de eso de ser amable con la gente y tal. Menos mal que no habían chinos cerca, Mei y Ling estaban lejos. Me acabé lo que quedaba de cerveza, levitando después otro par de copas. Las dos eran de vodka, una se la di al drow y otra me la quedé yo. Tras unos cuantos tragos me quedé un tanto empanado mirando a la pista, fijándome en la gente que bailaba, y también en que Smaug estaba rechazando a Setelah con un coletazo. Era raro...tal vez Kyllian llevaba razón con lo de controlados.

- Deberíamos irnos. Tú sobre todo. - murmuré a Juliet porque podía ser blanco fácil, aunque no expliqué el motivo. El problema es que no había donde ir lejos de la isla. Ya había pasado más de una semana desde que fracasamos en la Ciudadela. Me dio por pensar en Sirius, que debía estar en su fortaleza. Empecé a preocuparme por si lo habían encontrado. Lo de mi madre era aún peor, hacia años que no sabía nada de ella, pero con esto de los androides era muy probable que no hubiese encontrado donde esconderse. Me acabé el vodka en otro par de tragos. Empezó a entrarme el agobio, así que me levanté de la silla un tanto borracho mientras me pasaba una mano por la cara. - Un momento...tengo que preguntar más cosas. - fui hacia Setelah con toda la dignidad posible para andar más o menos en línea recta. Estaba con el dragón que no me tragaba, pero no podía esperar.

- ¿Por qué no te hace caso? ¿es verdad eso de que controlan dragones? - solté sin rodeos a Setelah y a Shyvanna, que estaban juntos en ese momento.