Plaza central

Había caminado un tanto cabizbajo, aun me parecía tan irreal estar hablando sobre ESO con un practicamente, desconocido... Supongo que la necesidad y la desesperación siempre te lleva a cosas que no creias que harías.

Tras la petición de lo que quería a cambio de ese "favor" alcé la mirada observando al nigromante. Mis ojos decían un claro "no". No, no. No cambiaría lo que yo era de nuevo, y menos aun otra vez a causa de ese mismo hombre....en este caso, de la sospecha de su fantasma.

Erika intervino pero no fue necesario, aun así la dejé hablar primero. Pero la decisión ya estaba hecha.

- No me uniré a vosotros coaccionado a causa del miedo a un fantasma. - dije tras Erika, cuya excusa fue que más bien, no me querían a mi de su lado con magia porque era mas util sin ella. Que probablemente tuviera razón,pero esa razón no era por la que me negaba. Tensé la mandíbula. No me convertiría en lo que el hubiese querido que tuviese sólo porque ahora tenía miedo de que pudiese ser él. Quería creer que era más fuerte que eso.

- Gracias de todos modos. - farfullé sin mirar a ninguno de los dos, aunque era un gracias bastante irónico. - Le preguntaré a él directamente. Lo mataré de nuevo si hace falta. - miré a Erika un tanto preocupado, pensando en algo. - Quizá estés mas segura en la Torre con los Soul durante estos días que...en la casa esa. Está un poco apartada de todo...

Ya no sabía que pensar. Al menos, haberle expuesto mis dudas, hacia que comenzase a tener una visión un poco más real de mis paranoias.

Escuché a Erika intervenir acerca de lo que yo quería o no y le lancé una mirada de advertencia. Claramente trataba de librar o salvar a su pareja de lo que parecía que ella consideraba....

- Avísame cuando comiences a considerar tu poder como una carga, Erika, y complacido te liberaré de ella..... - desvié los ojos al hombre cuando expuso sus propias raciones, y parecía que más bien lo que no quería era darle el gusto a ese fantasma suyo, de ceder por el miedo que pudiera tenerle. Solté un sonido por lo bajo, no se sabia si de ironía o aprobación, aparté la vista de él y seguí con mi camino unos cuantos pasos antes de pararme de nuevo. Me costaba aun asi, comprender, que alguien no quisiera más poder, la posibilidad de que la magia corriera por sus venas....

Sus palabras terminaron por confirmarme que su verdugo había sido él. Sentí cierta curiosidad.
- En qué circulo del infierno crees que estará atrapada su alma, en caso de estarlo? - me di la vuelta, una de mis manos habia adoptado la forma demoniaca y mis ojos brillaron con mas intensidad. Me di la vuelta volviendo a ellos, no me habia alejado más de dos o tres pasos, y agarré a Thalos por el cuello. Le clavé aquella garra con tal intensidad que le hice sangre, la cual empapó mi extraña garra ennegrecida de zarpas afiladas. - De nada. - le dije a Thalos con una mueca similar a una sonrisa, cubierta de malicia. Lo solté sin más, ya tenía lo que necesitaba chorreando por mi mano. - Pensaré en mis intereses más tarde. - sonó una risa extraña pese a que mis labios no se despegaron, les hice un gesto de despedida y me desaparecí de alli.

La respuesta de Thalos fue más o menos como esperaba, solo que en vez de negarse por pánico lo hizo por lo que parecía orgullo. La miré con preocupación por unos instantes hasta que Khaled se dirigió a mi y fruncí el ceño pasando la vista hasta el nigromante, con una visible indignación.
-¿Quién ha dicho que lo considere una carga?
"Espera...¿Qué?¿Se puede quitar?"
Me quedé un poco a cuadros porque aquello lo desconocía. Si me lo hubiesen dicho en aquellos primeros momentos tal vez hubiese sido una opción pero ahora, de algún modo, me sentía unida a esa estúpida calavera. Giré el rostro de nuevo a Thalos con la misma indignación.
-No,no, no... tu me enseñas esa casa.
"Claro que está apartada de todo!ES tu casa!"
Era obvio que habría elegido un lugar en el que los vecinos no fuesen a dar porculo a pedir sal y cosas así. Era Thalos. La garra del demonio atrapó el cuello de Draven y miré a ¿Belialt? no, Khaled...no sabía quién mierda era. Fue tan breve su ataque que apenas me dio tiempo de reaccionar.
-¡EY!
Exclamé indignada contra el nigromante llevando una mano al cuello de Draven por si se había pasado con esa herida el puto demonio de las narices.
-¿Pero qué mierdas... ¡Khaled!...
Gruñí cuando se fue así sin más y miré a Draven con preocupación apartando la mano de la herida, que con el calor de mi mano se había cauterizado.
-¿Estás bien?
Gruñí frustrada mirando hacia donde se había largado Khaled.
-Voy a enseñarles a los alumnos a quemarle la ropa.

- ... en el de los torturadores y asesinos. Traidores a su propia familia. - le respondí, no sabía cual era ese, pero esos eran sus pecados.

No me había percatado de que habia transformado una de sus manos hasta que la tuve agarrandome el pescuezo y apretando con saña. Aquellas garras hacian tanta presion que noté como llegaban a clavarse en la carne, de modo desagradable. Miré al nigromante mientras mi mano se habia ido a la pistola, valorando muy en serio el meterle un tiro en las tripas como siguiera apretando....

Pero por suerte paró y la herida del cuello no era grave, aunque me habia hecho sangre era solo superficial. Me llevé una mano al cuello, pero no salía sangre a borbotones. Eso era bueno. Hice una mueca cuando la mano de Erika que parecía un tizón ardiendo me cerró las heridas con unas quemaduras.

- Genial...gracias pelirroja, me van a quedar preciosas.... - tosi un poco, el aire si que me lo habia sacado. - Intereses ha dicho. Eso es que lo va a comprobar? - había soltado mi pistola, hice una mueca de asco por la sensacion anterior y sacudí la cabeza. - Enséñales. Será divertido...

Giré el rostro con rapidez hacia él lanzándole una mala mirada.
-Vaya...siento haber mancillado tu cuerpo inmaculado y sin cicatrices, Draven.
Solté con ironía y bastante mala leche por la actuación de Khaled, volví a mirar por donde había ido el maldito demonio y fruncí mi ceño.
-Eso quiere decir que lo va a comprobar y después te pedirá algo de su elección a cambio.
Suspiré volviendo a girar para mirarle y alcé ambas cejas.
-Enhorabuena, has hecho un trato con un demonio.
Le di un par de palmadas en el hombro, cabreada porque primero me parecía una idea descabellada, por mucho que cuadrasen los indicios con que pudiese ser su padre y segundo...se le había ocurrido pedir ayuda a un demonio. YO era la que hacía eso, no ÉL.Comencé a andar asintiendo a eso de que sería divertido.
-Anda... enséñame ese sitio que has encontrado.¿Estás seguro de que no se lo has robado a nadie?
Pregunté pareciéndome extraño por eso de que la okupación era algo muy suyo y seguimos andando para salir del lugar.

Cualquiera que me viese haciendo de abuelo diría que era una persona normal, ni se imaginarían que días atrás estaba estrangulando guardias o intentando quemar castillos. Aquellos que no me conociesen tampoco verían nada más que un abuelo paseando a su nieto en el carrito. También iba cargado con el bolso de los pañales, juguetes y biberones, completando el aspecto de niñero a tiempo completo. Ya había hecho aquello con mis propios hijos, así que lo tenía dominado a pesar de todo el tiempo que había pasado. Aquella imagen de pasear a niños en carrito me daba mucha nostalgia. Lo que más lamentaba era no poder compartir aquello con Victoria.

El crío iba parloteando y señalando todo lo que le llamaba la atención. Me enorgullecía lo guapo y lo espabilado que era, y mentiría si dijese que no era mi debilidad actual. - ¿Dónde quieres que vayamos ahora, Aedan? - La plaza estaba bastante concurrida, con grupos de gente socializando, yendo y viniendo, sentados en bancos. Me dirigí a uno de ellos para sentarme, dándole un juguete al niño para que jugase. Al remover en la bolsa de los juguetes le enseñé uno de los pañales. - Esto ya hay que dejar de usarlo, que pronto es tu cumpleaños. - volví a guardarlo en la mochila y después le dejé bajar del carrito para que pudiese corretear un rato, siempre bajo mi atenta mirada.

En un momento dado se le acercó otro niño que le quería quitar el juguete, así que entorné la mirada con molestia. Me levanté del banco para recorrer el par de metros que me separaba de Aedan, deteniéndome a su lado. - No se lo des. Que se busque su propio juguete. ¿Qué espera conseguir si no da nada a cambio? Si se meten contigo les empujas. - el otro criaturo, que tendría dos o tres años más que Aedan, se rió estúpidamente y volvió a intentar quitarle el juguete a mi nieto. El pequeño Hacksaw empezó a enfurruñarse, escondiéndose detrás de mi pierna con su juguete bien agarrado. - Tsch, largo. Tira con tus padres. - eché al otro niño de allí, cogiendo después a Aedan en brazos para consolarle. Minutos más tarde volví a llevarlo al carrito, marchándome de allí con él.

Después de echarnos muchas muchas muchas risas por el efecto del casco telepático, Mérida se había relajado y había comido algo suavecito. Iba mordisqueando una manzana mientras se iba a la Plaza Central, Kyllian se había ido a ver Catherine a quien tenía que agradecerle lo del piso aunque el fondo se sentía fatal porque ...Estaba dejando la Brigada, se alejaba del barco hipótetico que tenían. Desde Francia se sentía que se alejaba cada vez más. Primero el Torneo, aunque luego lo dejó y fue con ellos pero...Fue poseída y se sacó mierda de encima. ¿Era eso lo que se había guardado todo el tiempo o tonterías de los demonios?

Decidió que la manzana ya no estaba tan apetitosa y dejó de comer. Fue hasta uno de los bancos de la plaza y se sentó, esperando al jefazo. Sonrió de lado, recordando brevemente el sueño que había tenido. Lykaios nunca había aprendido mucho de béisbol pero lo había intentado por ella. Lo quería mucho y lo extrañaba aún más. Gen no le había respondido y le preocupaba Leila. ¿Y Cleo? Debería escribirle. Se llevó una mano a la cabeza masajeándose la sien con preocupación.

Despues del paseo con Cleo por el mercado, de explicarlo todo y de decirle que nos veriamos en casa de Anteia para la reunion brigadil, habia comprado unos cuantos barriles de whisky y los habia mandado enviar a casa de la Malfoy.

Llegué a la plaza, encontrandome alli con Mérida. Le sonreí mientras avanzaba hacia ella, levantando mi mano a modo de saludo.
- Pyro! - al llegar a su lado me senté, dandole una palmada en la espalda pero mas floja de lo que era en costumbre en mi porque, estaba embarazada y eso. - cómo lo llevas?

Busqué sus ojos, andaba preocupado por ella, como era normal.
- Yo...vengo de hablar con Cleo. Le he estado explicando todo, le faltaba mucha información.

-Fatal- Por lo menos con el jefazo podía ser sincera. Sintió su palmada y sonrió de lado, se giro hacia él apoyando una pierna en el banco y mirándolo con un gesto algo agobiado -Lyka... Tengo un sentimiento muy extraño en el cuerpo desde que volví de Francia. Pensé que podría dejarlo de lado pero me persigue todo el rato-

Le cogió de la mano y lo atrajo hacia él -Os quiero con toda mi alma pero siento que os he abandonado... Me quedé en el torneo, llegue tarde y cuando volví me dejé poseer... Quería ser más poderosa para protegerlos pero le hice daño a Em, a Cleo, a Ben...- Soltó el aire bastante preocupada -Te pise cuando estabas inconsciente- Luego de eso arrugó el ceño bastante contrariada y se acercó a él -Y luego lo de Kyllian

Alzó la mirada y le observó largamente -Yo no sabía que tenía algo con Leila ... Siento que le robe el novio, luego la cagué con mantenerme sin críos... No baje a Londres y luego... Luego... - Los morros se le curvaron hacia abajo al pensar en todo lo que había pasado y lo peor era que... -Leila... leila... Yo... ¿Donde esta mi familia? ¿Cuál es? Siento que todo el rato debo elegir y no me gusta, Lykaios... La última vez que tuve que elegir me abandonaron...- Le susurró pensando en su padre y entonces lo sintió de nuevo. Las lágrimas, otra vez, empezaron a brotarle rápidamente y Mérida maldijo las hormonas.

- Mmmm.....hay algo que pueda hacer para que te sientas mejor? - le pregunté, no sabia como era eso de ser primeriza "fatal", pero si podia hacer algo, pues lo haria. Comprarle chuches?

Cogió mi mano y afiancé mis dedos alrededor de los suyos, mirandola atentamente y dejandola hablar. Tenia a mi Brigada medio destrozada, cada cual con sus problemas y todos con los de todos, y yo mismo habia sido negligente y lo habia dejado estar porque no habia estado en condiciones. Pero eso debia acabarse hoy.

- Yo también siento que os he abandonado, Pyro... - confesé - desde que volvimos de Francia también. El paso por el infierno me dejó.... - me llevé un dedo a la sien como indicando que me habia afectado al coco. - Pero quiero que sepas que ningun demonio, nunca, logrará hacer que nos abandonemos. No de modo permanente, eh? Siempre volvemos. Y si te soy sincero, de lo del pisotón no me acuerdo.

Oí el nombre de Kyllian. Claro. Kyllian no era ningun demonio.

Traté de sacar la situacion de lo personal, de lo mucho que me habia dolido lo que me dijo Kyllian sobre Mérida. Aquella sensacion de que la apartaría de nosotros.
- A ver, Mérida, tú no has robado nada a nadie. En cualquier caso, los que tenían una relacion eran ellos, no? Y para entonces, ya ni eso. Que mas da? Yo me cabree con Ben porque estaba celoso cual perro de verlo con Genievre....pero al final lo arreglamos entre nosotros... - seguía dandole vueltas a lo de habernos abandonado. - Tener crios está bien si te hace feliz. Como ibas a bajar a Londres? Tienes que cuidar de él, o de élla.... Te necesita. Y en la misión anterior viniste, cuando te necesitamos. Dejaste de lado ese estupido torneo.

Rompió a llorar, pero en silencio, era como si las lagrimas la hubiesen traicionado.  Con mi mano libre la acerqué un poco a mi, para abrazarla.
- Ey, para. Nunca te haría elegir. - elegir...sonaba a que tenia que dejar algo? -  Se lo que es sentirse abandonado por alguien a quien estimas. Se que ahora te sientes dividida. Por un lado Kyllian y vuestro bebé. Por otro lado, nosotros, la Brigada. Sabes lo que somos nosotros....una familia rara. No tenemos otra, verdad? - encogí mis hombros con una sonrisa, separandome un poco. - Somos un barco que va de puerto en puerto. Puede ser que tú hayas encontrado aquí el tuyo, uno en el que si te gustaría echar amarres? No es tan malo, no...? Y eso no quiere decir que no puedas seguir subiendote al barco cuando te apetezca.  

-Necesito a la Brigada…Pero no a toda…- Murmuró, no sabía si lo llegaba a entender pero ella iba a tener que hablar. Lo del infierno hizo que bajara la vista y negara con la cabeza -A todos- Mérida había sido poseída en alguna ocasión pero no había pasado nada por el estilo, aquello había sido veneno puro; una maldad horrorosa -Pues porque estabas muriéndote en el piso, Knox- Le soltó  volviendo a recrear la escena y haciendo puchero.

Escuchó todo lo que tenía que decirle a lo que ella le había dicho y la pelirroja elevó la mirada para verlo, parecía tan centrado como siempre.  Era cierto que aquel triángulo amoroso había acabado bien y eso le había gustado, le agradaba que Lykaios fuera feliz con Gen; se sentía correcto -Yo sí…- Dejó caer y frunció suavemente el ceño -Porque la Brigada es mi familia, no Ouroboros  ni sus reconocimientos- La advirtió y aunque su corazón latía con fuerza por lo que le iba a decir no podía evitarlo -Debí haberlo visto…Que algo iba mal cuando Leila se quedó en la isla en vez de ir conmigo. Intenté llevármela Lykaios… Tuve que ver que allí fue su primera traición- Le explicó al peliazul, sintiendo que el nudo que tenía no terminaba de aflojarse -La familia está para apoyarse, no para traicionar la confianza. La defendí…La defendí a capa  y espada Lykaios, con Catherine, con Kyllian, con Anteia; con todos. Le pregunté si estaba todo bien, yo…Y ahora Lila no está. La familia no se miente… Leila…Yo no... Yo no puedo verla… Le dije que no se me acercara, ni a mi, ni a Kyllian ni a mi bebé…En realidad, le grité- Le dijo, ciertamente afectada por lo que había hecho -Le grité…- Repitió como sin poder creérselo y se llevó una mano al rostro -Me traicionó, traicionó mi confianza y en familia no se hace eso…No… No es de la Brigada, ya no; no sé en quien se ha convertido…No confío en ella y no confío en ella para que tú estes con ella, ni tú, ni Gen, ni Ben, ni Em, ni Cleo ni nadie… Yo… Yo…Quiero que se vaya- No sabía muy bien si había un protocolo de exilio pero estaba por pedirlo.

Se encogió entre sus brazos, subiendo ambas piernas al banco, escuchando aquello de que no la haría elegir y eso la tranquilizó. Cerró los ojos escuchando sólo su voz -No, no hay otra- Le confirmó Mérida abrazándose a él con fuerza escuchando aquella metáfora del barco y analizándola. ¿Era eso lo que iba a hacer con Kyllian? ¿Echar los amarres? Movió la cabeza, para situarla en su hombro pensando en lo que estaba diciendo -Lo primero que me dijo es que si yo quería bajar a pelear una vez el bebé naciera él se quedaría cuidándolo… Sé que nunca en la vida me pediría elegir entre la Brigada y ellos…- Empezó a suspirar, tratando de regular su respiración y como últimamente estaba muy llorona ya iba preparada con pañuelos. -Y nunca os dejaría aunque me mata, me mata lentamente no estar con ustedes, no poder ir a las misiones, me deprime y encima...Aún no sabes nada de beisbol… Os extraño-

Cuando dijo "no a todos" sabia que pensaba en Leila. Hice un gesto con mi mano quitandole importancia a eso de que estuviera muriendome en el suelo cuando me pegó la patada.

De todos modos, me alegraba de que se lo estuviera sacando todo, que siguiera confiando en mi como para contarme esas cosas. Me di cuenta de que me necesitaban, Cleo tambien habia estado hecha un lio....no iba a permitir otra vez que mi propia debilidad se pusiera en medio.

Evalué aquello, cuando convoqué a la Brigada en la misión de Francia ellos estaban en el Torneo, y Leila no apareció. No había caido en esa asociacion que ahora hacia Mérida.
- Sabes por qué no quiso venir? Algun buen motivo? Todos podemos acojonarnos llegado un momento. Lo cual...no me cuadra con que ahora esté tan deseosa por bajar a la proxima mision. O sí, bien pensado. Detecto instintos suicidas en eso ahora, porque ahora, no tiene a Lila. Es por eso que está retenida en su domicilio hasta que un medimago hable con ella y luego se haga el juicio.

Respìré hondo cuando terminó de soltar todo lo de Leila, que la quería fuera.
- Restablecer la confianza cuando se rompe es muy dificil. Exige mucho. Nunca he tenido que echar a nadie de la Brigada, Pyro. Ni si quiera cuando Ares hizo que me metiesen a un calabozo. - en aquel caso hubo una segunda oportunidad y salió bien. - Pero...ahi era mi vida. Cuando es la vida de otros quien se lleva los daños colaterales.... Sea como sea, lo decidiremos juntos, Anteia me ha dicho que nos pasemos por su casa a cenar. Creo que sería una buena ocasion para que la Brigada se decida.

Dijo eso de Kyllian, pero claro, eso fue antes de lo de Lila y nuestro encuentro ante las puertas de los juzgados.
- Me alegra oir eso, Pyro... pero no me queda otro remedio mas que darte la baja por maternidad. Ea! Si has llorado mas hoy que desde que nos conocemos! Y sé mucho de beisbol, al tercer strike te vas a la puta, verdad? - y un homerun era la polla. - Hablando de confianza....Creo que Kyllian ya no confía en mi para cuidarte.

Intentó recordar lo que decía Lykaios -Decía algo de que no había suficiente información para encontraros…Pero joder, a mi no me importó. Yo tenía fe en que iba a encontraros y si no pues lo habría intentado igual. Ese es el espíritu de la Brigada ¿No?- Suspiró y después escuchó lo demás, frunciendo el ceño y no dudando en preocuparse con ella, bajó la mirada -O evadirse. Hay muchas opciones pero sí…creo que un medimago le ayudará. O al menos eso espero, pero mi posición es sólida- Le explicó al jefazo, aunque suspiró cansada.

Asintió, era todo cierto lo de reestablecer la confianza. No sabía si alguna vez podría confiar de nuevo en ella, por lo pronto no la quería ni siquiera cerca de sí misma. Mucho menos de Kyll. -Ya lo sé… Pero siempre hay una primera vez- Insistió Mérida, frunciendo el ceño y su análisis posterior hizo que asintiera. Tenía todo el sentido del mundo que lo eligieran entre todos y debatieran -Anteia me ha ayudado mucho, claro que iré- Sonrió de lado alegrándose un poco de que pudieran reunirse de nuevo. Quería jugar al ping pong de llamas con Ben.

-Baja por maternidad. ¡Menudo protocolo!- Se quejó Mérida, moqueando y mirándolo con el ceño fruncido pero cuando reconoció lo del strike sonrió abiertamente -¡Eso! ¡Sí! ¿Estudiaste?- Preguntó riéndose brevemente aunque el otro comentario le hizo mirarle con confusión. No sabía si ellos habían hablado, pero Mérida se quedó en silencio un momento antes de morderse el labio. Le cogió entonces las manos a Lykaios y le miró a los ojos -Os quiero a los dos y sois muy monos con eso de querer protegerme pero aunque lo aprecio, no os necesito. Me he protegido yo solita desde muy joven así que más os vale meteros el orgullo macho por donde no os pegue el sol porque esta Pyro, es la pirómana más pro de todo el mundo- Se rió y luego le echó los brazos en el cuello, apretándolo con fuerza en un abrazo estrecho -Y sé que harías lo que fuera por protegerme porque es lo que yo haría por ti- Y él lo sabía…Lo sabía muy bien. Después de eso, no quedaba mucho que hablar así que se fueron juntos a la BBQ.

La plaza en la que muchos esperaban el regreso de los héroes se convirtió en el lugar de apertura del portal espacial abierto por Bellatrix desde la Ciudadela. El espacio se rasgó para dejar paso a un ondulante agujero por el que comenzaron a entrar numerosos androides, además de los drones de combate, los humanos trascendidos y los Centinelas. La mente colmena que les unía a todos no necesitaba dar órdenes verbales para que actuasen.

El primer ataque vino del cielo en forma de disparos a la gente de la plaza por parte de los drones. S.A.M se mantuvo en su forma de nube de nanobots, abandonando la zona para recorrer todo el espacio que pudiese en el menor tiempo posible. Los Centinelas también salieron volando para cubrir más terreno. Algunos androides avanzaron a pie, y otros se propulsaron para ir volando hacia otras zonas. Los trascendidos permanecieron allí, comenzando a atacar indiscriminadamente a la población.

Seguía durmiendo mal, las pesadillas eran recurrentes y repetitivas. Asistió a la despedida en la Plaza Central para darle ánimos y elevar la moral de los estudiantes que se aventuraban en ella, a los miembros del Consejo les dedicó una mirada en la que expresaba lo mucho que deseaba que se quedaran pero, en caso contrario, que se cuiden mucho y que vuelvan. Aprovechó cada oportunidad que tuvo para expresar su desacuerdo con que los descendientes participen de la misión, pero sabía que no podía detenerlos.

Supuso que el primer lugar donde reaparecerían sería en el hospital así que dejó atrás la plaza central, haría algo de tiempo trabajando en el campo y luego planeaba ir al hospital para prestar su ayuda ya que tenía conocimientos de primeros auxilios. Estaba arreando el ganado cuando los disparos atravesaron el aire, los mensajes comenzaron a llover y los gritos los siguieron. Se encontraban bajo ataque de seres tecnológicos de acuerdo a la Guardia de Ouroboros, robots gigantes asediaban la zona residencial según Markus mientras Catherine pedía saber de la situación de los miembros del Consejo y un punto de reunión.

El siguiente mensaje le hizo fruncir suavemente el ceño en una expresión de confusión. Llegó desde el brazalete de Matvey comunicando que depositaba a Altaïr en el hospital y preguntando por el lugar por el que los robots entraron a la isla flotante. La respuesta de Sayid le hizo alzar las cejas, decía que ingresaban por la plaza central a través de un portal y que el hospital estaba asegurado. Remontó el aire gracias a su traje y voló en dirección al centro de la isla, lugar en el que aterrizó para ver el portal, a gente batallando e intentó separarlos. Era confuso lo que veía así que tecleó un mensaje en el brazalete para enviarlo.

Estoy en la Plaza Central, hay personas peleando entre sí y… estoy viendo el portal, ¿Si muevo la isla con la magia sobre el aire, el portal se moverá junto a ella? Podría alejarla del portal lo suficiente como para volver a esconderla.
PD: Al que está utilizando el brazalete de Matvey Rasputín, muchas gracias por su ayuda y predisposición pero por favor consiga un medio de comunicación alternativo.

No le pareció respetuoso usar el brazalete de un fallecido. El joven maestro no sabía distinguir a un trascendido, ni siquiera sabía lo que era un trascendido. Podía sentir el metal en los cuerpos ajenos pero eso no era una prueba definitiva para ubicarlos, había gente que tenía prótesis o implantes, así que se buscó detener a aquellos que atacaban, aquellos que se notaba que no eran ataques en defensa propia, buscó a los que iban contra los que no podían defenderse, porque un invasor se defendería, no? -El hospital es seguro, vayan ahí, corran.- Les decía a los que intentaba defender.

Me costó llegar a la plaza porque era  muy complicado saber dónde aparecerse con todos aquellos centinelas en la isla con sus dispositivos antidesparición, volé con el genio pero aquello no era mucho mejor pues si podían vernos podían atacarnos. Esquivamos los ataques como pudimos y cuando por fin pude divisar la plaza a lo lejos también vi el portal.

Los enemigos seguían llegando sin descanso alguno mientras la guardia y algunos más se encargaban de proteger a la población pero no parecía suficiente. Adael ya había llegado al lugar y me bajé cerca de él tocando tierra con los pies, aquello era una locura porque parecía que se atacaban unos a otros pero al fijarme mejor pude ver que no sólo salían máquinas del portal, había personas pero no lograba diferenciar entre androides y trascendidos -Adael, ¿hay trascendidos entre las tropas de la IA o son todo androides? - Pregunté ya que él descendiente probablemente pudiera sentir el metal en los cuerpos.

Usé el casco de la guardia para preguntar por la situación en los otros lugares y la cosa no pintaba bien "Evacuad a todos los ciudadanos que podáis, intentaremos cerrar el portal cuanto antes, solo os pido que aguantéis un poco más" dije a través del casco mientras evaluaba la situación y solo se me ocurría un plan, había que recuperar a Bellatrix así que teníamos que atravesar el portal si o si - Tenemos que ir al otro lado- dije a mi compañero que estaba cerca, no sabía si me seguiría o no pero comuniqué mi plan al resto por el brazalete

"voy a entrar al portal, de nada nos sirve cerrarlo si tienen a Bellatrix para abrir otro"

La intervención de Zaphira me habia dejado mosqueado, su cambio en la voz, el destello de sus ojos al llamarme "nigromante", esas pequeñas cosas que a un nigromante pues si, le mosquean, y luego aquel otro cambio subito. Ademas que me di cuenta su modo de acercarse a ese otro nigromante, Khaled Svensson. Casualidad? No lo creo.

Pero no era momento de conspiranoias. Era el momento de salvar Ouroboros, o de morir en el intento.

Al llegar a la plaza nos apeamos, alli ya estaban Sayid y Adael, y un portal por el cual no dejaban de salir enemigos. De las tareas de evacuacion se encargaba la guardia, tratando de poner a salvo a la mayor cantidad de civiles posibles. No ibamos a poder salvar a todos.

"Da igual lo que hagas, al final la guerra alcanza a todos los rincones"

- Anda, Adael, benditos los ojos. - dije con algo de mofa e ironía en la voz. Luego carraspeé. No era quien para hablar. Luego miré al portal y a Sayid.  - Qué? Ir alli? Es la unica estrategia que se te ocurre?  Y que capture a más de nosotros?

Me parecia un plan demasiado suicida...quizá estaria bien como ultima opcion pero....hice un gesto, pidiendo un par de segundos para reconsiderar el plan de Sayid.
- Bella está al otro lado de ese portal. Y si envío un demonio a poseerla?  Puedo luchar por el control. Y ninguno tendríais que cruzar...ni si quiera yo. - esta vez queria consensuar mis planes con ellos antes de llevarlos a cabo, que luego me pasaba lo que me pasaba y acababa travestido por una pocion multijugos. Ademas este plan entrañaba algunos riesgos y eso de realizar posesiones a compañeros del Consejo podia sonar algo inmoral a los mas ....puristas.

Markus sobrevoló la isla para buscar el lugar desde donde la IA estaba mandando los emisarios. Él, que se había propuesto como voluntario para acabar con los centinelas en plan Katniss por su hermana tonta del culo en los Juegos del Hambre, sacrificando los PS de Markus para que los chavales pelirrojos salieran corriendo con todos esos churumbeles. ¡Cuán majo es Markus y qué poco lo valoran!

La pulsera comunicadora no dejaba de piar y eso estaba poniendo de los nervios a Markus, SIN EMBARGO, había un mensaje que llamó la atención de Markus. Aquel que de Adael que decía que el portal estaba en la plaza, de modo que Markus voló hacia allá, porque, dado que las máquinas debieron de considerar que Markus se había ido, pues ahora Markus se niega a hacer post chorra de salida.

Aterricé en la plaza, reconstruyendo mi silla de ruedas como si fuera el maravilloso profesor Xavier, pero con más pelo y otros poderes, observando a algunos de los compañeros -Uh… Markus observa un campo de nabos. Gente….- Resolvió a saludar Markus a los presentes, que estaban viendo cómo hacer lo del tema del portal -Si estáis hablando de apagar maquinitas, Markus sabe cómo quitarle las pilas- Y con un giro sencillo de muñeca uno de esas maquinitas que nos había descubierto sufrió un cortocircuito, lo que se externalizño como una minúscula convulsión del androide, y este cayó al suelo, frito -Juego de niños. Lo que a Markus le preocupa es la ubicación de la IA SAM. ¿Alguno sabe dónde caracoles se ha metido? Esa cosa está pisoteando la paz de Ouroboros. Y nadie ni nada debería destruir la paz de Ouroboros. ¡Es sagrada! Markus maldice a todo aquello que atente contra Ouroboros- Y alzó su científico puño al cielo, clamando venganza.

Giordano decidió acompañarnos pero no lo veía yo demasiado bien como para levantarse, al menos me eché unas risas cuando se despertó por las provocaciones y no por las curaciones. Me despedí de Lucio y todos salimos de allí sobre Zaphira rumbo a la plaza no sin antes hacer una barrera para intentar que no nos vieran y así llegar cuanto antes.

Una vez tomamos tierra pillé a Gio del brazo para detenerlo un momento y poder darle un abrazo aunque sabía que no le gustaban -Gracias por ayudar a Lucio- dije entes de separarme y sonreírle -también te pegaría por hacer una estupidez como esa, pero como no te gustan los abrazos te aguantas... tu también tienes que volver Gio, ya no lo somos tanto pero somos un pack de tres del mercadona-  porque él lo había dicho a malas antes, pero a mi no me parecía tan malo ir en pack.

Nos unimos a los demás y al parecer el plan era pasar por el portal para traer a Bellatrix -Sayid tiene razón, si no recuperamos a Bellatrix los portales podrán encontrarnos allá dónde nos escondamos- sin embargo Matvey también tenía un punto y es que si capturaban a otro de los nuestros sería fatal por lo que la idea del demonio no me parecía tan mala -si envías al demonio intentaré protegerlo hasta que cruce pero tenemos que hacer algo ya... - y no hacía falta decir por qué, solo había que mirar a nuestro alrededor , toda esa gente que ya había muerto y los que quedaban solo podían huir de los soldados que seguían entrando.

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Botas 3/8
Capa 3/6
Potenciador M: 2/5
Nerya: 1/5

2x Hulkbuster (500 PS, ataque de área de 2x90 PS para todos los personaje)
500/500    

500/500


Los trascendidos, como las hormigas obreras, no habian venido solos, traian sus soldados de élite, solo que estos iban algo mas atras.

El ruido de los Hulkbuster, las maquinas de guerra de Sam, se escucha de modo amortiguado. De pronto, dos de esas moles cruzan el portal, escaneando el area de batalla, prestas para unirse a ella.

Al llegar alli, comienzan a atacar a los guardias , civiles y demas contenientes, primero arrollándolos como si de una estampida de animales salvajes se tratara, y despues desplegando sus poderosas ametralladoras.

Estos dos se quedaran aquí para proteger a toda costa el portal por el cual los ejércitos de la i.A tienen acceso libre a su santuario.... nada ni nadie debe atravesar ese portal...