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Recuerdo del primer mensaje :
Es la antesala al edificio de Reuniones Generales y Cónclaves del Consejo de los 20.
Arleen Royden
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-Creo que me quedaré con Descendiente- Le dijo Arleen dibujando una sonrisa amable pero comedida, tratando de no reírse al ver su pantomima. Tras eso escuchó los detalles sobre sus preguntas del chip y no pudo evitar pensar en su paciente. No, ya no era su paciente. ¿O sí? Había vuelto por ella. Algo de buena voluntad debía tener. Pero es que era… absolutamente insufrible -Sí, lo haré- Reconoció. Al menos Belle investigaría un poco más sobre las pilas y si SAM ahora era “bueno” podrían buscar a las personas que instalaron esos aparatos y que explicaran mejor su funcionamiento -Seguramente- Indicó con un ligero asentimiento de cabeza cuando mencionó que eran isleños, pensando que para ella los isleños solían tener piel bronceada y otra especie de ritmo en las caderas.
La pregunta sobre los Pendragon, y ese maravilloso pero escabroso tema de la magia de sangre, hizo que le recorriera un escalofrío -No, no. No- Repitió cruzándose de brazos incómoda. No pretendía acercarse a ningún Pendragon sin Sayid. Lo de las “cosas raras” estaba bastante claro -Todo es raro o imposible hasta que se investiga y se hace- Mencionó la morena mordiéndose la mejilla por dentro con cierta inquietud -Sí, me he dado cuenta- Mencionó a lo del enigma pero gracias a quién sabe qué Markus tenía la facultad de saltar de tema en tema y cuando mencionó a Giordano no pudo evitar sonreír de lado asintiendo, aunque le pareció raro eso de los armarios con Sean -¿Los armarios evanescentes? Pensé que eran cosa vuestra…¿Qué tiene que ver el descendiente Eire?- Inquirió arqueando una ceja para después escuchar aquello de la guarida del horror pero no entendió nada.
Las mejillas se le colorearon cuando preguntó si de una paloma -¿Cómo de quién? De mi esposo, del Descendiente Ibn Salah- Dijo mirando a Markus a los ojos a ver si, por casualidad, tenía algún tipo de contusión ¿Habría estado en el laboratorio durante el ataque? -¿Cuándo fue vuestra última revisión?- Devolvió el cuestionamiento para luego escuchar el montón de preguntas que soltó, una más desquiciada que la otra. Arleen movió la mano con bastante rapidez para sacar el dedo de Markus de su cuerpo -Es humano, Markus- Su tono no fue amable (como siempre que perdía un poco los estribos) pero sabía que el Descendiente no lo registraría y vio sus notas, de pronto empezó a sentirse angustiada porque ella …había llevado un libro de anotaciones -Yo…- Pero se fue…y Arleen dejó caer los párpados como si le hubiesen sacado un gran peso de encima.
La discusión de la Descendiente y su esposo no le pasó desapercibida pero no era su lugar decir nada al respecto. Siguió con la mirada al moreno cuando se fue para toparse con una rubia despampanante, la recorrió con la mirada pensando en cómo Sofía y ella podían encontrar la fórmula perfecta entre elegancia y sensualidad sin parecer barriobajeras. La elegancia, de acuerdo, lo entendía…La sensualidad se le quedaba un poco en las puertas. -Markus- Chistó por lo bajo pensando en que debía aprender a callarse la boca pero para entonces ya Shyvanna estaba allí. Arleen forzó una sonrisa mientras Markus titubeaba, la morena fue acercándose y le puso una mano en el hombro recordando que había estado liado por aquellas personas -Y si hay, tiene todo el derecho de rechazarlas, Descendiente. Una propuesta es una propuesta, nada más que eso- Informó Arleen con un tono bastante neutro y entonces la mujer la saludó como si la conociera toda la vida. Hizo una leve reverencia -Arleen Ibn Salah, encantada de conoceros- Dijo de forma cortés antes de que llegara un hombre de pelo blanco a hacerse con la conversación.
Arqueó las cejas con sorpresa y algo de indignación al ver cómo trataba el hombre, a quien por cierto había atendido alguna vez en el hospital, a Markus -Buscaros las bebidas vosotros mismos. Y mostrar un poco de respeto- Expresó en un tono mordaz y desvió la mirada de Thoren con un gesto de indignación profundo -Ya tienen vuestra pizza- Le indicó a Markus antes de retirarse de allí hacia la mesa de los Descendientes donde estaba su asiento reservado. Quería sentarse un rato y …Ella sólo quería escuchar la música un rato. ¿Podían no hacerle preguntas sobre su embarazo, magia de sangre o …cualquier cosa? Fue hasta allí y tomó asiento, abriendo la botella de agua de delante y sirviéndose en una copa para beber un par de tragos y bajar su agobio.
La pregunta sobre los Pendragon, y ese maravilloso pero escabroso tema de la magia de sangre, hizo que le recorriera un escalofrío -No, no. No- Repitió cruzándose de brazos incómoda. No pretendía acercarse a ningún Pendragon sin Sayid. Lo de las “cosas raras” estaba bastante claro -Todo es raro o imposible hasta que se investiga y se hace- Mencionó la morena mordiéndose la mejilla por dentro con cierta inquietud -Sí, me he dado cuenta- Mencionó a lo del enigma pero gracias a quién sabe qué Markus tenía la facultad de saltar de tema en tema y cuando mencionó a Giordano no pudo evitar sonreír de lado asintiendo, aunque le pareció raro eso de los armarios con Sean -¿Los armarios evanescentes? Pensé que eran cosa vuestra…¿Qué tiene que ver el descendiente Eire?- Inquirió arqueando una ceja para después escuchar aquello de la guarida del horror pero no entendió nada.
Las mejillas se le colorearon cuando preguntó si de una paloma -¿Cómo de quién? De mi esposo, del Descendiente Ibn Salah- Dijo mirando a Markus a los ojos a ver si, por casualidad, tenía algún tipo de contusión ¿Habría estado en el laboratorio durante el ataque? -¿Cuándo fue vuestra última revisión?- Devolvió el cuestionamiento para luego escuchar el montón de preguntas que soltó, una más desquiciada que la otra. Arleen movió la mano con bastante rapidez para sacar el dedo de Markus de su cuerpo -Es humano, Markus- Su tono no fue amable (como siempre que perdía un poco los estribos) pero sabía que el Descendiente no lo registraría y vio sus notas, de pronto empezó a sentirse angustiada porque ella …había llevado un libro de anotaciones -Yo…- Pero se fue…y Arleen dejó caer los párpados como si le hubiesen sacado un gran peso de encima.
La discusión de la Descendiente y su esposo no le pasó desapercibida pero no era su lugar decir nada al respecto. Siguió con la mirada al moreno cuando se fue para toparse con una rubia despampanante, la recorrió con la mirada pensando en cómo Sofía y ella podían encontrar la fórmula perfecta entre elegancia y sensualidad sin parecer barriobajeras. La elegancia, de acuerdo, lo entendía…La sensualidad se le quedaba un poco en las puertas. -Markus- Chistó por lo bajo pensando en que debía aprender a callarse la boca pero para entonces ya Shyvanna estaba allí. Arleen forzó una sonrisa mientras Markus titubeaba, la morena fue acercándose y le puso una mano en el hombro recordando que había estado liado por aquellas personas -Y si hay, tiene todo el derecho de rechazarlas, Descendiente. Una propuesta es una propuesta, nada más que eso- Informó Arleen con un tono bastante neutro y entonces la mujer la saludó como si la conociera toda la vida. Hizo una leve reverencia -Arleen Ibn Salah, encantada de conoceros- Dijo de forma cortés antes de que llegara un hombre de pelo blanco a hacerse con la conversación.
Arqueó las cejas con sorpresa y algo de indignación al ver cómo trataba el hombre, a quien por cierto había atendido alguna vez en el hospital, a Markus -Buscaros las bebidas vosotros mismos. Y mostrar un poco de respeto- Expresó en un tono mordaz y desvió la mirada de Thoren con un gesto de indignación profundo -Ya tienen vuestra pizza- Le indicó a Markus antes de retirarse de allí hacia la mesa de los Descendientes donde estaba su asiento reservado. Quería sentarse un rato y …Ella sólo quería escuchar la música un rato. ¿Podían no hacerle preguntas sobre su embarazo, magia de sangre o …cualquier cosa? Fue hasta allí y tomó asiento, abriendo la botella de agua de delante y sirviéndose en una copa para beber un par de tragos y bajar su agobio.
Shyvanna Pendragon
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-La felicidad es difícil de alcanzar y no depende de las personas a tu alrededor, depende de ti mismo- Le respondio Shyvanna al comentario de Markus sobre Catherine, la mujer ya se había ido pero recordaba perfectamente su cara de perra y hastío por la vida. No, ni siquiera el licántropo podía hacerla feliz cuando tenía tanta mierda por dentro. Por eso Shyvanna sí era feliz, porque no necesitaba a nadie (A Darren, sí) para estar tranquila y feliz con quien era. El tartamudeo hizo que frunciera el ceño ante su actitud y entonces vino lo otro, Shyvanna se rió abiertamente -Yo no hago eso, fue mi hermano, Markus…Yo también me vi envuelta en ello ¿recuerdas?- Preguntó y prefirió no seguir con el tema pero entonces la morena decidió hablar y Shyvanna le recorrió el rostro con la mirada, evaluándola -Touché, cariñito- Le respondió con una sonrisita pérfida.
-Oh, la esposa de Sayid. Mi hermano me habló de ti- Mencionó desviando la mirada hacia su vientre con curiosidad pero no ejerció su magia. Sabía que sería mal recibida si no era solicitada -De tu condición- Alzó la vista hacia sus ojos evaluando su reacción y al extender sólo un poco la percepción de su sangre se dio cuenta de que el ritmo se aceleró. Mantuvo la sonrisa que se agrandó en cuanto Thoren llegó. Se llevó una mano a la cintura para posar para él -Así es- Dijo y dio la vuelta sobre sí destilando gracia y elegancia, que para ser un bonito trofeo también había sido educada -No hay nada más interesante en esta fiesta que tú- Le guiñó un ojo, coqueta perdida.
Soltó una carcajada armoniosa al ver su grito y cómo mandoneaba a Markus, pero más aún se rió ante la actitud de la otra -Qué lástima que Ouroboros no tiene sirvientes…En Avalon no se trata así a los héroes- Indicó mirando a la mujer retirarse y entrecerrando los ojos -¡Guárdame pizza Markus!- Le dijo antes de echarle los brazos al cuello y mirarlo a los ojos -Bueno bueno bueno…Hoy tiene que ser una noche para recordar. ¿De acuerdo?- Tras eso se retiró un poco para cogerlo de la mano e ir a la barra, donde vio a Johan a quien saludó con una sonrisita -Moreno- Le guiñó un ojo y luego miró hacia Sofía con otro morenazo al que recorrió con la mirada concienzudamente, deteniéndose en su trasero. Tras eso alzó la mirada encendida hacia la pelirroja y movió la mano con elegancia, en un saludo -Sofía, cariñito, buenas noches. Gracias por la invitación… Cuando celebre la de Avalon serás invitada de honor, con compañero y todo, por supuesto- Así le mostraba cómo se hacían las cosas.
Volvió la vista hacia Thoren, relamiéndose los labios -Hay que ponerse a punto, vamos en desventaja- Le dijo observándolo a los ojos, como pidiéndole que se uniera al reto de bebidas con…¿fantasmas? Se lo había inventado en el momento pero eso no minimizaba su intensa mirada -Y después me llevas a bailar- Alzó la mano por su pecho, acariciándolo descaradamente con una sonrisa ladina.
-Oh, la esposa de Sayid. Mi hermano me habló de ti- Mencionó desviando la mirada hacia su vientre con curiosidad pero no ejerció su magia. Sabía que sería mal recibida si no era solicitada -De tu condición- Alzó la vista hacia sus ojos evaluando su reacción y al extender sólo un poco la percepción de su sangre se dio cuenta de que el ritmo se aceleró. Mantuvo la sonrisa que se agrandó en cuanto Thoren llegó. Se llevó una mano a la cintura para posar para él -Así es- Dijo y dio la vuelta sobre sí destilando gracia y elegancia, que para ser un bonito trofeo también había sido educada -No hay nada más interesante en esta fiesta que tú- Le guiñó un ojo, coqueta perdida.
Soltó una carcajada armoniosa al ver su grito y cómo mandoneaba a Markus, pero más aún se rió ante la actitud de la otra -Qué lástima que Ouroboros no tiene sirvientes…En Avalon no se trata así a los héroes- Indicó mirando a la mujer retirarse y entrecerrando los ojos -¡Guárdame pizza Markus!- Le dijo antes de echarle los brazos al cuello y mirarlo a los ojos -Bueno bueno bueno…Hoy tiene que ser una noche para recordar. ¿De acuerdo?- Tras eso se retiró un poco para cogerlo de la mano e ir a la barra, donde vio a Johan a quien saludó con una sonrisita -Moreno- Le guiñó un ojo y luego miró hacia Sofía con otro morenazo al que recorrió con la mirada concienzudamente, deteniéndose en su trasero. Tras eso alzó la mirada encendida hacia la pelirroja y movió la mano con elegancia, en un saludo -Sofía, cariñito, buenas noches. Gracias por la invitación… Cuando celebre la de Avalon serás invitada de honor, con compañero y todo, por supuesto- Así le mostraba cómo se hacían las cosas.
Volvió la vista hacia Thoren, relamiéndose los labios -Hay que ponerse a punto, vamos en desventaja- Le dijo observándolo a los ojos, como pidiéndole que se uniera al reto de bebidas con…¿fantasmas? Se lo había inventado en el momento pero eso no minimizaba su intensa mirada -Y después me llevas a bailar- Alzó la mano por su pecho, acariciándolo descaradamente con una sonrisa ladina.
Vishous Royden
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- Spoiler:
- Sofía Dioscórides escribió:Tuvo que soltar una suave risa de felicidad al ser recordada de la vida que se estaba formando dentro suyo. Tuvo muchas ganas de llevarse las manos al vientre, pero las mantuvo sobre el moreno para evitarse escándalos, regresando el beso del moreno con uno un poco más cerca de la comisura de los labios. Le encantaba tentarlo cuando se estaba portando como un perfecto caballero. Le gustaba estirar de a poco las situaciones tensas.
Discutir la boda iba a ser todo un tema y apreciaba que el moreno se involucrara. Terminó por asentir.- Quizás podríamos ver los invitados.- Se paró en seco. Él tenía a su familia en la isla, pero ella no...- O cosas generales que quisiéramos tener en la boda. Mañana lo veremos.- El tema iba a ser más difícil de lo que esperaba. ¿Qué harían? ¿Una boda griega, una ouroboriana, una pagana? Trataría al menos de lograr un ritual con la naturaleza para que reconociera la unión, eso iba a ser importante. Terminó por asentir a lo del tiempo. Eso mismo pensaba ella pero a veces era bueno escuchar confirmaciones de otra persona. A lo de Sayid, sonrió pero le tomó de la barbilla para que la mirara.- ¿Por qué querría usar una técnica que sirvió para retrasar una boda? ¿Qué tal si también nos retrasa? - Tuvo que sonreír ampliamente porque le pareció gracioso el comentario del moreno. Esperaba que no quisiera él alargar la espera más allá de lo posible.
En temas diversos, asintió cuando habló de no querer dejar su piso, aunque la iban a tener complicada si ninguno quería dejar su espacio para hacer vida juntos. Le sirvió mucho la aclaración, pues entendió que lo que no quería era deshacerse de él.- No tienes que venderlo. Y no quiero que te mudes conmigo por sentido común. No son las únicas opciones, podemos buscar otro espacio.- Aunque ella sí que prefería no dejar su casa. Se sentía bastante desganada cuando dejaba el bosque y vivía en la ciudad.- Aún no les pongo el precio así que puedes persuadirme, ¿Qué ofreces? Pero me refiero a las que están en el piso central. Puedes hacer una oficina, un gimnasio... lo que quieras.- Le tentó con una sonrisa que claramente implicaba juego entre ellos.
Sonrió entonces a Vishous mientras hablaban en confidencia ante el discurso de Catherine.- Ella se ha ofrecido a darlo. Creo que salió muy bien y que está tratando de vencer sus miedos. Es valiente.- Tenía tiempo viendo a Catherine como un punto de enfoque y aquello le llenaba el corazón de un orgullo por su valentía, aunque tenía sus reservas por cierta familia recién llegada. Esperó a que el moreno enviara sus bolas de luz, que habían sido bastantes, y se tomó de él con cariño, procurando reconfortarle al ver la profundidad de su pérdida en tantas esferas. El cielo de la carpa le recordó un poco a la propuesta de matrimonio que el moreno había ideado para ella, y se encontró en un instante contemplando absorta el anillo que tenía en la mano hasta que llegaron al bar.
Cambió el agua que el moreno pidió para ella por agua mineral a uno de los meseros y le sonrió con alegría. Así se veía más festiva la cosa. El brazalete recibió un mensaje mientras el contrario hablaba, así que esperó a que terminara para dar su opinión mientras leía.- Debe haber una manera para que la confusión sea menos para ellos. Supongo que quienes transitaron por su voluntad estarán menos confundidos, pero el resto... ¡Oh, por Dios! - Se detuvo al instante para responder a Giordano con premura, esperando que se encontrara bien porque de lo contrario le daría algo. Menos mal que tenía algunas dosis importantes en el invernadero y en sus reservas. Estaba a punto de retomar la conversación cuando los dragones llegaron. Ese era el problema de la invitación abierta al público, pero desde un inicio sabía que era una posibilidad. Mientras vio a las mujeres desfilar, soltó un suspiro.- No sé cómo sentirme respecto a... ellos.- Susurró. No podía decir lo que se hablaba en el cónclave. Iba en en contra de todo pues no habían tomado decisión alguna. Sin embargo, le habría gustado saber si Sayid compartía con su esposa ese tipo de cuestiones. Tendría que preguntarle también cuando lo viera.
Le gruñó bajo, instintivo, cuando le devolvió el beso de esa manera. Pero bueno ¿Eso era lo que le encantaba de aquella mujer, no? Mantuvo la sonrisa y escuchó sus palabras asintiendo con suavidad -Es una opción…Aunque creo que a mi me gusta más la tradición de probar 15 pasteles a ver cuál es mejor- Confesó, no lo había hecho con la de Arleen pero sí en la de Amaya. Su hermano y él se habían hinchado de glotones. Frunció el ceño negando con la cabeza cuando atrajo su mirada -No por retrasar, sino por la fecha que sea más perfecta para nosotros- Le indicó, él mismo había esperado por las constelaciones para proponerse.
Bueno, no iba a venderlo -¿Otro espacio? ¿Dejarías tu casa y vivir al lado del invernadero?- No se lo creía ni él, entrecerró los ojos como haciéndole ver que sabía que aquello sería una decisión de lo más difícil. Lo de la oficina pensó que no sería buena idea, no le gustaba llevarse el trabajo a su casa. Su hogar era… libre de obligaciones, un santuario por decirlo de alguna manera -Lo del gimnasio es necesario- Le dijo con total sinceridad porque aunque tenía una buena piscina su energía no podía quemarse sólo con natación -Mañana negociaremos, tendrá mi propuesta por la tarde- Le dijo de forma impersonal, planchándose la chaqueta como un abogado.
La confidencia sobre Le Fay hizo que frunciera el ceño. Él tampoco era bueno con las palabras pero de allí a dar un discurso, no, va a ser que no -Sí, eso creo. Arleen seguramente trabajará en… ¿Qué pasa?- Inquirió aunque sabía que no podía mirar el brazalete pero al darse cuenta de que estaba tipeando algo esperó. Volvió la vista para ver la entrada de los dragones y rodó los ojos, no se podía estar en paz. Suspiró y volvió la mirada hacia su trago para beber un poco -Ni tú ni mucha gente- Le respondió con cierto tono neutral -No lo sé, Sofía. Yo estaba allí cuando mi escuadrón se cayó alrededor y pude escuchar sus pensamientos hasta que se callaron. La morena no me da buena espina y ésta… Dicen que estuvo curando en el hospital- Dijo mirando hacia Shyvanna que se acercaba a su hermana. Les miró con atención y reconoció el apuro de Arleen, pero al menos escapó de ahí. Ya no se le veía de la misma forma en la que había reaccionado con el otro rubio. Se rascó la barbilla -Son demasiados- Reconoció -¿Cuántos hermanos son? ¿Qué tan gruesas son sus filas? La Guardia de Ouroboros ocasionó muchas bajas en la misión y aunque Amaya ha estado trabajando incansablemente en herramientas no sé si podemos…- Le miró a los ojos esperando que comprendiera a lo que se refería. No podían permitirse otra guerra.
Tras eso la rubia se acercó a la barra y Vishous reconoció muy bien cómo le estaba mirando pero mantuvo su gesto adusto. Hace unos meses atrás, sin la muerte de sus compañeros, quizás habría metido a aquella mujer a su cama pero ahora, no tanto. El saludo hacia Sofía hizo que sonriera de lado, pasándole una mano por la cintura -Lo siento, tenemos la agenda llena. De aquí hasta el próximo milenio- Respondió y tomó su trago y atrajo a Sofía hacia sí mismo para retirarse de la barra, no quería a ninguno de sus conocidos cerca de aquel linaje.
Sean Eire
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Después del ataque el trabajo con las reparaciones y demás papeleo fue intenso, aún así tuve tiempo para mi y para Lucio, habían pasado demasiadas cosas desde la misión de Francia, las navidades habían sido un desastre pero por el momento se veía la luz al final del tunel. Me sentía algo cansado y lo cierto es que prefería pasar mi tiempo libre en casa con mi prometido pero no acudir a la fiesta seguramente nos traería más problemas que solo pasarnos un ratito. Me puse mi túnica de gala y arreglé mi cabello lo justo antes de abrazar a Lucio para quejarme por no querer ir, cuando ambos estábamos preparados llamé a Rubi para que nos acompañara y aparecimos en la plaza para el evento.
-¿Te parece si robamos unos canapés y volvemos a casa? tal vez alguna bebida de esas dulces, pero esta vez pasamos la borrachera en casa- le dije bromeando mientras andábamos por el lugar saludando a unos y otros, a lo lejos pude ver a Markus con Arleen y en medio una melena rubia que me sonaba mucho... suspiré pesadamente y le hice un gesto a Lucio para acercarnos a ellos y saludar. -Buenas, ¿Qué tal la velada? espero que no haya pasado nada importante, nos hemos retrasado un poco- dije de forma amable dirigiéndome a todos los presentes en ese momento.
-¿Te parece si robamos unos canapés y volvemos a casa? tal vez alguna bebida de esas dulces, pero esta vez pasamos la borrachera en casa- le dije bromeando mientras andábamos por el lugar saludando a unos y otros, a lo lejos pude ver a Markus con Arleen y en medio una melena rubia que me sonaba mucho... suspiré pesadamente y le hice un gesto a Lucio para acercarnos a ellos y saludar. -Buenas, ¿Qué tal la velada? espero que no haya pasado nada importante, nos hemos retrasado un poco- dije de forma amable dirigiéndome a todos los presentes en ese momento.
Sayid Ibn Salah
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Los días de recuperación los pasé en el hospital, podría haber salido pero mi casa.. en fin, parecía el foco de los ataques porque daba igual el enemigo siempre acababa con mi hogar chamuscado, congelado o destruido. Por suerte para mi Sofía se encargó de acoger a Arleen y venían de visita de vez en cuando, mis hermanas me mantenían informado al igual que me cuidaban en el hospital, la abuela traía de comer a veces y para el día de la fiesta me sentía con las fuerzas suficientes para asistir. Arleen se había adelantado para prepararlo todo con Sofía y esperarme, eso me motivaba a salir de la cama porque aún no me sentía del todo bien, según Aldaron debía dejar a mi cuerpo recuperarse por si mismo debido a mis heridas que se iban acumulando de una misión a otra así que me habían cortado el suministro de pociones y solo podía contar con mi propia habilidad regenerativa que para mi gusto era demasiado lenta.
Zaida me trajo la ropa para el evento, tradicional como siempre pero elegante, era un traje en tonos dorados y rojos además de un bastón tallado exquisitamente que me ayudaría a apoyarme. en cuanto estuve preparado salimos del hospital para desaparecernos hasta la plaza -¿Te has encargado de la casa? me gustaría que estuviera lista para esta semana, tengo que hablar con Sean sobre las barreras y demás, no quiero que mi nuevo hogar sufra la misma suerte que mi piso- comenté a mi hermana que asintió entre risas, le sonreí y le pasé un brazo por los hombros para a cercarla y darle un beso en la mejilla -Perfecto-
Al llegar lo primero que hice fue buscar a mi mujer, estaba sentada en una mesa y se acercaba Sean a ella, Zaira me dejó e hice uso de mi bastón para a cercarme, caminando todo lo elegante que podía -Buenas noches caballeros- dije a los presentes mientras me acercaba a mi mujer para tomar su mano y besarla -estás preciosa, como siempre-
Zaida me trajo la ropa para el evento, tradicional como siempre pero elegante, era un traje en tonos dorados y rojos además de un bastón tallado exquisitamente que me ayudaría a apoyarme. en cuanto estuve preparado salimos del hospital para desaparecernos hasta la plaza -¿Te has encargado de la casa? me gustaría que estuviera lista para esta semana, tengo que hablar con Sean sobre las barreras y demás, no quiero que mi nuevo hogar sufra la misma suerte que mi piso- comenté a mi hermana que asintió entre risas, le sonreí y le pasé un brazo por los hombros para a cercarla y darle un beso en la mejilla -Perfecto-
Al llegar lo primero que hice fue buscar a mi mujer, estaba sentada en una mesa y se acercaba Sean a ella, Zaira me dejó e hice uso de mi bastón para a cercarme, caminando todo lo elegante que podía -Buenas noches caballeros- dije a los presentes mientras me acercaba a mi mujer para tomar su mano y besarla -estás preciosa, como siempre-
- modelito:
Azahar Knox Malfoy
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Lo de Cathian no pudo terminar de un peor modo. Ambos se fueron, dejandome plantada, y ademas, preocupada. Me masajé las sienes farfullando cosas por lo bajo, quien los entendia?
Y sí, Ian estaba rarisimo .No parecía él, sinceramente. Tenía....tenía que hablar seriamente con él. En privado. Y a ser posible, lejos de Ouroboros. Creía firmemente que eso le despejaría la mente.
Esperaría un rato y le mandaría un mensajito...
Mientras tanto....
Agoté mi bebida de piña y ....piña colada....? no se, el zumito ese. Miré a la gente, de pronto Thoren me dijo felicidades, le sonreí de modo incómodo agitando una mano en plan "si, lo que tu digas" y lo vi irse a bailar con una rubia curvosa embutida en un traje rojo.
Por ahi estaba el señor siniestro Svensson roba poderes al que miré mal, puto. Me alejé lo mas que pude de su zona y me puse a beber a mi rollo, buscando mas gente con la que poder socializar, que no fueran adultos descendénticos.... o parejas en plena crisis.....
Y sí, Ian estaba rarisimo .No parecía él, sinceramente. Tenía....tenía que hablar seriamente con él. En privado. Y a ser posible, lejos de Ouroboros. Creía firmemente que eso le despejaría la mente.
Esperaría un rato y le mandaría un mensajito...
Mientras tanto....
Agoté mi bebida de piña y ....piña colada....? no se, el zumito ese. Miré a la gente, de pronto Thoren me dijo felicidades, le sonreí de modo incómodo agitando una mano en plan "si, lo que tu digas" y lo vi irse a bailar con una rubia curvosa embutida en un traje rojo.
Por ahi estaba el señor siniestro Svensson roba poderes al que miré mal, puto. Me alejé lo mas que pude de su zona y me puse a beber a mi rollo, buscando mas gente con la que poder socializar, que no fueran adultos descendénticos.... o parejas en plena crisis.....
Matvey Rasputín
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Llegué a la fiesta de modo un poco tardío, había que hacer acto de presencia para homenajear a los combatientes que habían sufrido tanto y tenido exito en esta ultima misión clave. Me había ataviado de modo suficientemente digno para la ocasión, había que mantener el tipo.
Nada mas aparecer en la plaza, en la zona de la carpa, pude sentir que Lyosha estaba tambien alli. Apuesto a que ella debió notarlo tambien...pese a que por la cantidad de gente alli reunida, no era capaz de verla.
A la que tampoco vi fue a Catherine, durante mi camino hacia las mesas donde estaban el resto de miembros del Consejo.
"tenia entendido que ella iba a dar el discurso...me lo he perdido?"
Divisé a Sean, con Sayid, Arleen, Markus..... Observé que alli también habian Pendragon. Claro, era de esperar. Aquello no me hacia ninguna gracia. A saber qué empezarían a tramar a partir de ahora, que se habia terminado la unica cosa que....nos ponía del mismo lado.
"van a ser tiempos convulsos en Ouoboros"
Pero que no se notara. Con gesto tranquilo y "casi" una sonrisa, me acerqué a mis compañeros del Consejo.
- Enhorabuena a todos por el éxito en la misión. - miré a Sayid, que de los presentes, era uno de los pocos del Consejo que había estado alli desde el principio. - cómo va la recuperación? necesitas que vaya preparando algún ritual de resurrección, o no será necesario?
Nada mas aparecer en la plaza, en la zona de la carpa, pude sentir que Lyosha estaba tambien alli. Apuesto a que ella debió notarlo tambien...pese a que por la cantidad de gente alli reunida, no era capaz de verla.
A la que tampoco vi fue a Catherine, durante mi camino hacia las mesas donde estaban el resto de miembros del Consejo.
"tenia entendido que ella iba a dar el discurso...me lo he perdido?"
Divisé a Sean, con Sayid, Arleen, Markus..... Observé que alli también habian Pendragon. Claro, era de esperar. Aquello no me hacia ninguna gracia. A saber qué empezarían a tramar a partir de ahora, que se habia terminado la unica cosa que....nos ponía del mismo lado.
"van a ser tiempos convulsos en Ouoboros"
Pero que no se notara. Con gesto tranquilo y "casi" una sonrisa, me acerqué a mis compañeros del Consejo.
- Enhorabuena a todos por el éxito en la misión. - miré a Sayid, que de los presentes, era uno de los pocos del Consejo que había estado alli desde el principio. - cómo va la recuperación? necesitas que vaya preparando algún ritual de resurrección, o no será necesario?
Giordano Da Vinci
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Un enorme barco volador comenzó a aparecer en el cielo nocturno de la plaza de Ouroboros. Pronto, comenzó el espectáculo de fuegos artificiales, que salían desde los mismismos cañones de babor y estribor. La buena noticia? Ya funcionaba a la perfección. El vuelo de prueba había ido maravillosamente bien.
La mala noticia? que entre los efectos secundarios del mareo, y la levitación, no habia pasado por mi casa para cambiarme y vestirme adecuadamente. Así que seguía en el barco, flotando, agarrado a mi autómata que conducía el barco por mi, para no irme flotando hasta los confines del universo.
Esperaba sinceramente que Sofía hubiese leido mi mensaje....ah, no habia comprobado si tenía respuesta.
"ya no se que es abajo y que es arriba!"
El barco detuvo su viaje sobre la carpa, lanzando todo tipo de fuegos mágicos marca "Eire", yo solo los había instalado para su posterior SHOW.
"ahora vamos a ver que tal funciona el estacionamiento y piloto automático"
- Gio, dale a la palanca esa! muy bien! Si, tira el ancla! -el autómata imitó mis movimientos, haciendo lo de la palanca al lado del timon.
Un ancla salió del casco del barco, cayendo a tierra donde quedó anclada. Menos mal que iba con lag asi no machaca la cabeza de nadie.
El espectaculo de fuegos artificiales se prolongó por algunos minutos mas, y cuando terminó, bajamos por la cadena del ancla hacia tierra. Oteé el lugar, tratando de buscar una melena pelirroja, pues necesitaba ese antídoto. El autómata avanzó, llevandome por el interior de la carpa como si fuese su globo de helio de pikachu da vinci.
Ahi estaba, en la barra, con Vishous Royden que le manoseaba la cintura.
- SOFIA! QUE ALEGRIA VERTE AQUI! - mi automata se detuvo a la altura de la pareja, y los miré a ambos alternativamente levantando las cejas intentando no flotar boca abajo. - Leíste mi mensaje verdad? Dame algo antes de que Markus me vea
Victorya Blanc
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Creo que no me di a entender o que no me quieres entender. No me refiero al poder como lo que antes tenían los O'Connell. Que haya sido accidental no quita que haz hecho un buen papel o que no tengas las cualidades necesarias. Y claro que puedes tener tus momentos de debilidad. No me sorprende que hayas querido abandonar después de todas las frustraciones que he tenido a tu lado y eso que llegué bien empezada la guerra. Lo que pasa es que hay algo valioso en ti, yo lo veo muy claro. Quizás eres tú el que no quiere ver sus cualidades o el que no cree ser digno de afecto. Y no necesitas hacerte el fuerte, nos complementamos bien en los momentos jodidos, estoy segura que eso no solo pasaría en batalla.- Recordaba bien cómo les había ido en la primera misión al núcleo de SAM. La cosa se había puesto difícil pero habían podido confiar el uno en el otro.
¿Por qué me dices esto? - Preguntó a su intento de... de... ¿deprimirla? ¿despertarla a una realidad? Su tono seguía suave y sedoso pero su confusión era real. - Las sombras me lo dicen todo el tiempo, Johan, si no soy yo misma la que me obligo a levantarme cada día voy a quedar tirada en el suelo. No soy perfecta, sé que me voy a romper algún día, ha sido más real estos últimos meses y aún faltan otros tantos. Si no creo en mi nadie va a hacerlo.- Puntualizó, siendo muy clara al respecto.- ¿Qué va a ser de mi si te creo eso de aceptar las decepciones? Seré una madre horrible que no lucha ni por su propia descendencia. Ya no voy a tener el privilegio de equivocarme.- Antes tener la razón y certeza era por gusto. Un error con un pequeño podía desencadenar demasiadas cosas. Al menos había sido sincera, como él decía. Soltó el aire que había estado deteniendo. Verlo molesto también le había dado algo de brío a ella.- Es niño.- Susurró acomodándose un mechón detrás de la oreja mientras veía la pista de baile con los brazos cruzados bajo el pecho. Asumía que no lo sabría y que no le importaba si ni siquiera había preguntado por él cuando mencionó la revisión con Anteia, pero quizás debía saberlo.
Se calmó un poco mientras comentaban los rumores concernientes a los Pendragon. Eran muchos y muy variados aunque en su mayoría rozaban lo negativo. Mientras Johan hablaba, observó a la chica y vio claro que reconoció a Johan. Le tuvo que alzar una ceja inquisitiva a este por la familiaridad.- ¿Tan pronto cambiaste de compañera de misiones? - Al menos sabía que la chica tenía mal gusto si estaba con Thoren. O que le faltaba un hemisferio del cerebro.- Mmmm sabes lo mucho que me gusta conocer las noticias de primera fuente, pero no sé qué tanto te agrade cruzarte con ese.- Lo dijo al final por Thoren, aunque en realidad tenía una curiosidad malsana por la chica ahora que la veía un poco más de cerca.
¿Por qué me dices esto? - Preguntó a su intento de... de... ¿deprimirla? ¿despertarla a una realidad? Su tono seguía suave y sedoso pero su confusión era real. - Las sombras me lo dicen todo el tiempo, Johan, si no soy yo misma la que me obligo a levantarme cada día voy a quedar tirada en el suelo. No soy perfecta, sé que me voy a romper algún día, ha sido más real estos últimos meses y aún faltan otros tantos. Si no creo en mi nadie va a hacerlo.- Puntualizó, siendo muy clara al respecto.- ¿Qué va a ser de mi si te creo eso de aceptar las decepciones? Seré una madre horrible que no lucha ni por su propia descendencia. Ya no voy a tener el privilegio de equivocarme.- Antes tener la razón y certeza era por gusto. Un error con un pequeño podía desencadenar demasiadas cosas. Al menos había sido sincera, como él decía. Soltó el aire que había estado deteniendo. Verlo molesto también le había dado algo de brío a ella.- Es niño.- Susurró acomodándose un mechón detrás de la oreja mientras veía la pista de baile con los brazos cruzados bajo el pecho. Asumía que no lo sabría y que no le importaba si ni siquiera había preguntado por él cuando mencionó la revisión con Anteia, pero quizás debía saberlo.
Se calmó un poco mientras comentaban los rumores concernientes a los Pendragon. Eran muchos y muy variados aunque en su mayoría rozaban lo negativo. Mientras Johan hablaba, observó a la chica y vio claro que reconoció a Johan. Le tuvo que alzar una ceja inquisitiva a este por la familiaridad.- ¿Tan pronto cambiaste de compañera de misiones? - Al menos sabía que la chica tenía mal gusto si estaba con Thoren. O que le faltaba un hemisferio del cerebro.- Mmmm sabes lo mucho que me gusta conocer las noticias de primera fuente, pero no sé qué tanto te agrade cruzarte con ese.- Lo dijo al final por Thoren, aunque en realidad tenía una curiosidad malsana por la chica ahora que la veía un poco más de cerca.
Sofía Dioscórides
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El gruñido del contrario le deleitó tanto que decidió repetir el beso antes de alejarse un poco de su rostro. Con una mirada coqueta, dejó que pasara de temas mientras buscaba mentalmente maneras de ser descarada sin que el resto lo notara.- ¿No tienes un favorito? - Se guardó su risa y su sensación de que terminaría con un par de kilos arriba que no serían exactamente líquido amniótico.- De acuerdo, dile a Charles que se luzca con 15 propuestas. 20 para estar seguros.- Susurró, buscando hacerlo feliz. Si aquello le agradaba, estaba en sus manos y lo tendría. Asintió después de su explicación a lo de la fecha, sonriéndole con cariño y mirándole con amor.- Encontraré el día perfecto.
Tras eso, la pregunta le hizo cambiar el rostro a uno de preocupación. No se veía lejos del lado, lejos del bosque. Vivía entre árboles desde que tenía memoria y él era tan... urbano. Además, estaba la cuestión de que justo en ese bosque habían asesinado a sangre fría a sus compañeros. Tragó con dificultad después de unos momentos de introspección. Ella tampoco se desharía de su casa, y le dolía mucho dejarla, pero al menos tenía que ofrecerlo.- Si no puedo hacer que te sientas cómodo en mi casa, creo que lo mejor sería cambiar de aires.- Aunque soltó un suspiro después, decía todo con sinceridad. Al menos sabía que necesitaba un espacio para gimnasio y fuera de la terraza, no creía que lo tuviera en su piso. Terminó por asentir muy formalmente con la cabeza ante la futura negociación. Su sonrisa era grande pues si se lo tomaba en serio había mucho que negociar. Estaba emocionada por todo lo que se venía.
Fue entonces cuando el tema de Giordano ocurrió y perdió el hilo de sus pensamientos hasta que comenzaron de nuevo a hablar de los Pendragon. La forma en la que el moreno relató como callaron cada una de las voces la llenó de una profunda tristeza que contuvo con desgana.- Son seis.- Respondió a su pregunta primera, dejando de lado la segunda porque no quería preocuparle. El ejército era grande. Lo habían preparado con mucha anticipación seguramente. Ouroboros, en general, no había necesitado tanta protección hasta que tenía frente a ellos la amenaza. Le supo mal ver sus ojos tras aquello. Colocó la mano en la mejilla del moreno. No quería dar su brazo a torcer y aceptar lo que Catherine decía, pero aquel hombre le importaba de sobremanera y no le gustaba ver la melancolía en sus ojos. Estaba a punto de abrazarle sin importarle nada cuando Shyvanna llegó hasta ellos. No se había dado cuenta de que se había acercado tanto. Abrió entonces la boca para respirar y posteriormente responder.- Oh, gra...- pero Vishous la dejó sin habla al momento y la atrajo hacia él. Quedó tan pasmada por la respuesta que apenas alcanzó a encoger los hombros a Shyvanna y decirle adiós moviendo los dedos como la rubia solía hacerlo. Esperó a que se alejaran un poco para soltar la respiración y hablarle por lo bajo al moreno.- Vishous, necesito que seas más hipócrita si no sabes ser más cortés.- Dijo con una sonrisa incrédula hacia él. La verdad es que la había sorprendido para bien y lo disfrutó, pero aquellas actitudes no iban. Le explicaría después lo mal visto que era dejar a una descendiente sin palabras.
No pasó mucho tiempo antes de que el primer estallido la sobresaltara. Su rostro de sorpresa cambió a uno de alegría cuando vio los colores que se asomaban en el cielo. No conocía ese barco, pero era impresionante. La manera tan grácil con que derrotaba el paradigma. Disfrutó pegada al Teniente de los fuegos artificiales, colgándose con ambas manos de su hombro con una sonrisa en los labios. Sonrisa que decayó al momento de escuchar su nombre en un grito unos minutos después.
¿¡Giordano!? - Exclamó sorprendida por su entrada y por verlo flotando, y por su atrevimiento de no resguardarse bajo techo mientras sufría de aquel veneno. No le había contado la verdad acerca de la poción que requería, así que debía ir a buscarla.- ¡Si, cariño, lo he leído! Solo necesito ir a buscar la pócima, aguántame un poco. Vishous, por favor intenta ayudarle a que no... se vaya al espacio. Vengo en un instante.- Afortunadamente, tenía un poco de todo su arsenal en la sala de reuniones generales, por lo cual pudo ir por la poción necesaria y traerla consigo en pocos minutos, aunque le parecieron eternos por el apuro que tenía.- Bebe esto, cariño, no es la poción más dulce, pero te lo quitará en unos instantes.- Quiso regañarlo por no decirle directamente que necesitaba la poción, pero primero se la tendió y le ayudó a beberla.- ¿Qué te ha pasado? Creí que no había billywigs en la isla. ¿Cuánto tiempo haz pasado así? - Cuando comenzó a descender, se acercó para abrazarle con cuidado y reconfortarle por un par de segundos antes de separarse de él.- A la próxima solo dime las cosas más directas. Pude haberte tenido la poción en seguida.
Tras eso, la pregunta le hizo cambiar el rostro a uno de preocupación. No se veía lejos del lado, lejos del bosque. Vivía entre árboles desde que tenía memoria y él era tan... urbano. Además, estaba la cuestión de que justo en ese bosque habían asesinado a sangre fría a sus compañeros. Tragó con dificultad después de unos momentos de introspección. Ella tampoco se desharía de su casa, y le dolía mucho dejarla, pero al menos tenía que ofrecerlo.- Si no puedo hacer que te sientas cómodo en mi casa, creo que lo mejor sería cambiar de aires.- Aunque soltó un suspiro después, decía todo con sinceridad. Al menos sabía que necesitaba un espacio para gimnasio y fuera de la terraza, no creía que lo tuviera en su piso. Terminó por asentir muy formalmente con la cabeza ante la futura negociación. Su sonrisa era grande pues si se lo tomaba en serio había mucho que negociar. Estaba emocionada por todo lo que se venía.
Fue entonces cuando el tema de Giordano ocurrió y perdió el hilo de sus pensamientos hasta que comenzaron de nuevo a hablar de los Pendragon. La forma en la que el moreno relató como callaron cada una de las voces la llenó de una profunda tristeza que contuvo con desgana.- Son seis.- Respondió a su pregunta primera, dejando de lado la segunda porque no quería preocuparle. El ejército era grande. Lo habían preparado con mucha anticipación seguramente. Ouroboros, en general, no había necesitado tanta protección hasta que tenía frente a ellos la amenaza. Le supo mal ver sus ojos tras aquello. Colocó la mano en la mejilla del moreno. No quería dar su brazo a torcer y aceptar lo que Catherine decía, pero aquel hombre le importaba de sobremanera y no le gustaba ver la melancolía en sus ojos. Estaba a punto de abrazarle sin importarle nada cuando Shyvanna llegó hasta ellos. No se había dado cuenta de que se había acercado tanto. Abrió entonces la boca para respirar y posteriormente responder.- Oh, gra...- pero Vishous la dejó sin habla al momento y la atrajo hacia él. Quedó tan pasmada por la respuesta que apenas alcanzó a encoger los hombros a Shyvanna y decirle adiós moviendo los dedos como la rubia solía hacerlo. Esperó a que se alejaran un poco para soltar la respiración y hablarle por lo bajo al moreno.- Vishous, necesito que seas más hipócrita si no sabes ser más cortés.- Dijo con una sonrisa incrédula hacia él. La verdad es que la había sorprendido para bien y lo disfrutó, pero aquellas actitudes no iban. Le explicaría después lo mal visto que era dejar a una descendiente sin palabras.
No pasó mucho tiempo antes de que el primer estallido la sobresaltara. Su rostro de sorpresa cambió a uno de alegría cuando vio los colores que se asomaban en el cielo. No conocía ese barco, pero era impresionante. La manera tan grácil con que derrotaba el paradigma. Disfrutó pegada al Teniente de los fuegos artificiales, colgándose con ambas manos de su hombro con una sonrisa en los labios. Sonrisa que decayó al momento de escuchar su nombre en un grito unos minutos después.
¿¡Giordano!? - Exclamó sorprendida por su entrada y por verlo flotando, y por su atrevimiento de no resguardarse bajo techo mientras sufría de aquel veneno. No le había contado la verdad acerca de la poción que requería, así que debía ir a buscarla.- ¡Si, cariño, lo he leído! Solo necesito ir a buscar la pócima, aguántame un poco. Vishous, por favor intenta ayudarle a que no... se vaya al espacio. Vengo en un instante.- Afortunadamente, tenía un poco de todo su arsenal en la sala de reuniones generales, por lo cual pudo ir por la poción necesaria y traerla consigo en pocos minutos, aunque le parecieron eternos por el apuro que tenía.- Bebe esto, cariño, no es la poción más dulce, pero te lo quitará en unos instantes.- Quiso regañarlo por no decirle directamente que necesitaba la poción, pero primero se la tendió y le ayudó a beberla.- ¿Qué te ha pasado? Creí que no había billywigs en la isla. ¿Cuánto tiempo haz pasado así? - Cuando comenzó a descender, se acercó para abrazarle con cuidado y reconfortarle por un par de segundos antes de separarse de él.- A la próxima solo dime las cosas más directas. Pude haberte tenido la poción en seguida.
Allen Dushambe
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Por la noche sentí revuelo en la Plaza Central, si el enorme barco volador no era suficientemente llamativo, los fuegos artificiales hicieron el resto del trabajo. Seguí al barco de Garfio y entre en la carpa para abrigarme del frío. La gente se veía de lo más variopinta pero la mesa de bebidas me atrajo como un imán.
Me sentía frustrado por lo que había pasado en los calabozos y quería meter alcohol en mi metabolismo para dañar mis neuronas, mi hígado y para tener disfunción eréctil, no vaya a ser que siga dejando más hijos violentos por ahí. Allí estaba Johan Black y más renegados. Se ve que la guerra hacía atractiva a la gente, porque, si me dejaban, yo les daba a todos.
Dormir en la cama de alguien esa noche sonaba bien para olvidar lo de los calabozos. Ya que había cosas finas aproveché y fuí por los licores, uno que tenía el dulce olor a frutilla. Me giré al detectar un aroma conocido, era la de las garras y estaba con el renegado ruso. -Por la victoria.- Dije alzando mi vaso hacia ellos para hacer un brindis.
Me sentía frustrado por lo que había pasado en los calabozos y quería meter alcohol en mi metabolismo para dañar mis neuronas, mi hígado y para tener disfunción eréctil, no vaya a ser que siga dejando más hijos violentos por ahí. Allí estaba Johan Black y más renegados. Se ve que la guerra hacía atractiva a la gente, porque, si me dejaban, yo les daba a todos.
Dormir en la cama de alguien esa noche sonaba bien para olvidar lo de los calabozos. Ya que había cosas finas aproveché y fuí por los licores, uno que tenía el dulce olor a frutilla. Me giré al detectar un aroma conocido, era la de las garras y estaba con el renegado ruso. -Por la victoria.- Dije alzando mi vaso hacia ellos para hacer un brindis.
Lucio Galenus
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Convencí a Sean para venir a la fiesta de celebración de la victoria, asegurándole que nos arrepentiríamos si no asistíamos a un acontecimiento histórico de tal calibre. Me aseguré de arreglarme con el traje de gala que ya había usado para otras fiestas, la verdad es que no tenía mucha variedad ni estaba muy puesto en moda. Agarré a Sean por el brazo antes de que nos desapareciese su fénix, llegando a la plaza casi de inmediato. La decoración y el ambiente invitaban a la diversión, y los gestos de la gente eran relajados, distendidos. Su idea de robar canapés y volver a casa me hizo reír, pero no era esa mi intención.
- En otra ocasión te diría que sí, aunque hoy es un día especial. Ya seremos osos de cueva otro día. - le guiñé el ojo al cogerle de la mano, recordando el bochornoso incidente con la borrachera. - Podemos divertirnos sin beber mucho, que no sabemos. - me moví con él en dirección a Markus, Arleen, y Sayid.
- Me alegro de que por fin podamos vernos en circunstancias felices, y de veros a todos ya recuperados. - cogí una copa de champán de la bandeja de un camarero, bebiendo un sorbo porque quería controlar. - Ya nos tocaba poder tener una fiesta en paz. ¿Han dado ya los discursos? - normalmente se daban en circunstancias especiales, pero desconocía quién estaba al cargo. - Ahora habrá que decidir muchas cosas...pero eso se lo dejo a compañeros más aptos para esos campos. - miré de soslayo a Sean, que era el que solía actuar en relaciones diplomáticas. La entrada triunfal de Giordano captó mi atención, entre barco enorme y fuegos artificiales. Lo raro es que él iba del revés, aunque no era tan raro siendo él. - ¡Gio! ¿¿Qué te ha pasado?? - pregunté asombrado, aunque también intentando no reírme.
- En otra ocasión te diría que sí, aunque hoy es un día especial. Ya seremos osos de cueva otro día. - le guiñé el ojo al cogerle de la mano, recordando el bochornoso incidente con la borrachera. - Podemos divertirnos sin beber mucho, que no sabemos. - me moví con él en dirección a Markus, Arleen, y Sayid.
- Me alegro de que por fin podamos vernos en circunstancias felices, y de veros a todos ya recuperados. - cogí una copa de champán de la bandeja de un camarero, bebiendo un sorbo porque quería controlar. - Ya nos tocaba poder tener una fiesta en paz. ¿Han dado ya los discursos? - normalmente se daban en circunstancias especiales, pero desconocía quién estaba al cargo. - Ahora habrá que decidir muchas cosas...pero eso se lo dejo a compañeros más aptos para esos campos. - miré de soslayo a Sean, que era el que solía actuar en relaciones diplomáticas. La entrada triunfal de Giordano captó mi atención, entre barco enorme y fuegos artificiales. Lo raro es que él iba del revés, aunque no era tan raro siendo él. - ¡Gio! ¿¿Qué te ha pasado?? - pregunté asombrado, aunque también intentando no reírme.
Johan Black
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Creía haber comprendido que a ella no le gustaban las muestras de debilidad, pero el argumento que me dio me hizo dudar y me confundió un poco mientras lo analizaba. No estaba seguro de si se estaba contradiciendo o si no estábamos entendiendo lo mismo. Dejé la jarra de cerveza sobre la mesa, regresando la mirada hacia ella mientras decía aquello de que había algo valioso en mí. Me costaba verlo de esa manera. Tenía la impresión de que me sobrestimaba, y de que así sería más fácil decepcionarse cuando me viese en momentos malos. Aún así me agradó que pensase aquello, tener su apoyo en cierto modo. Suspiré por lo bajo, reflexionando sobre lo que había dicho.
- Sí...claro que ha habido frustraciones. Cuando estás al mando no todos están de acuerdo contigo, o tienes mucho en contra, o a veces fallas. Eso desgasta. Aún así no podría haber abandonado. Rendirse hubiese sido peor. Además, también hemos tenido logros y victorias. - daba cierto vértigo echar la vista atrás y ver hasta dónde habíamos llegado desde que todo comenzase años atrás en la base subterránea de la Resistencia. Por primera vez en mucho tiempo la posibilidad de dejar la guerra atrás era más tangible que nunca.
Enseguida noté que lo de decir que no éramos imbatibles o que cometíamos errores le había molestado o afectado más de la cuenta, así que negué rápidamente para decir que no iba por ahí la cosa. - ¿Vas a escuchar a esos poderes tuyos descontrolados? no hagas ni caso. Es que nadie ha dicho que tengas que ser perfecta. Lo que quiero decir es... - fruncí el ceño confuso, alzando las manos y tratando de explicarme para no hacerle más lío. - Que no pasa nada si te equivocas, y que eso no está reñido con creer en uno mismo, aunque suene contradictorio. Diría que es un equilibrio entre el intentar hacer las cosas lo mejor posible y el asumir que a veces no podemos con todo. - No supe muy bien qué decir a eso de que sería una madre horrible. Me parecía una exageración, pero tampoco quería decirle ninguna frase típica de todo saldrá bien ni nada de eso. - Menos mal que no hay nadie que reparta los carnets de buena o mala madre. Cuando llegue ya se verá, te presionas antes de tiempo. Además no está sola en eso, ya lo sabes. - por si se le olvidaba que yo también quería hacerme cargo de la criatura. Sonreí sorprendido por la noticia de que era niño, no tenía ni idea de cuándo se lo habían dicho. - ¿En serio? ¿desde cuándo lo sabes? - me acerqué un poco más a ella, moviendo por inercia la mano para posarla sobre la curvatura que ya se apreciaba en su vientre. - Y...está todo bien hasta ahora, ¿verdad? - era inevitable pensar en lo que le pasó a Jo cuando quedaba tan poco para el nacimiento, por eso no dejaría de temer que pasase lo mismo. Bajé la mano lentamente, como si no quisiese hacerme todavía muchas ilusiones por si acaso.
Pude distraerme de ese pensamiento cuando Shyvanna me saludó a cierta distancia, así que le devolví el saludo con una leve inclinación de cabeza muy estilo Black y una sonrisa. El comentario de Victorya me hizo gracia, como si reclamase su lugar de compañera de misiones. - En ese caso deberías ponerte celosa de Thalos, él es siempre el compañero de misión preferido. - bromeé antes de recuperar mi jarra de cerveza, poniendo cara de que pasaba de acercarme a donde estaba Thoren. La entrada del barco de Giordano y sus fuegos artificiales captaron toda mi atención durante un momento, y también me dieron ganas de aprender a hacer chismes de esos. Más tarde le preguntaría. En realidad había varios en la fiesta con los que quería cruzar palabras. - Venga, elige grupo para ir a hablar. Me dejo llevar, y como voy a empezar a ir algo borracho puees...tendrás que llevar tú la conversación. - cogí una nueva jarra para mí, y una bandeja de comida con cosas variadas para ella. Ya que no podía beber al menos que disfrutase de la comida.
- Sí...claro que ha habido frustraciones. Cuando estás al mando no todos están de acuerdo contigo, o tienes mucho en contra, o a veces fallas. Eso desgasta. Aún así no podría haber abandonado. Rendirse hubiese sido peor. Además, también hemos tenido logros y victorias. - daba cierto vértigo echar la vista atrás y ver hasta dónde habíamos llegado desde que todo comenzase años atrás en la base subterránea de la Resistencia. Por primera vez en mucho tiempo la posibilidad de dejar la guerra atrás era más tangible que nunca.
Enseguida noté que lo de decir que no éramos imbatibles o que cometíamos errores le había molestado o afectado más de la cuenta, así que negué rápidamente para decir que no iba por ahí la cosa. - ¿Vas a escuchar a esos poderes tuyos descontrolados? no hagas ni caso. Es que nadie ha dicho que tengas que ser perfecta. Lo que quiero decir es... - fruncí el ceño confuso, alzando las manos y tratando de explicarme para no hacerle más lío. - Que no pasa nada si te equivocas, y que eso no está reñido con creer en uno mismo, aunque suene contradictorio. Diría que es un equilibrio entre el intentar hacer las cosas lo mejor posible y el asumir que a veces no podemos con todo. - No supe muy bien qué decir a eso de que sería una madre horrible. Me parecía una exageración, pero tampoco quería decirle ninguna frase típica de todo saldrá bien ni nada de eso. - Menos mal que no hay nadie que reparta los carnets de buena o mala madre. Cuando llegue ya se verá, te presionas antes de tiempo. Además no está sola en eso, ya lo sabes. - por si se le olvidaba que yo también quería hacerme cargo de la criatura. Sonreí sorprendido por la noticia de que era niño, no tenía ni idea de cuándo se lo habían dicho. - ¿En serio? ¿desde cuándo lo sabes? - me acerqué un poco más a ella, moviendo por inercia la mano para posarla sobre la curvatura que ya se apreciaba en su vientre. - Y...está todo bien hasta ahora, ¿verdad? - era inevitable pensar en lo que le pasó a Jo cuando quedaba tan poco para el nacimiento, por eso no dejaría de temer que pasase lo mismo. Bajé la mano lentamente, como si no quisiese hacerme todavía muchas ilusiones por si acaso.
Pude distraerme de ese pensamiento cuando Shyvanna me saludó a cierta distancia, así que le devolví el saludo con una leve inclinación de cabeza muy estilo Black y una sonrisa. El comentario de Victorya me hizo gracia, como si reclamase su lugar de compañera de misiones. - En ese caso deberías ponerte celosa de Thalos, él es siempre el compañero de misión preferido. - bromeé antes de recuperar mi jarra de cerveza, poniendo cara de que pasaba de acercarme a donde estaba Thoren. La entrada del barco de Giordano y sus fuegos artificiales captaron toda mi atención durante un momento, y también me dieron ganas de aprender a hacer chismes de esos. Más tarde le preguntaría. En realidad había varios en la fiesta con los que quería cruzar palabras. - Venga, elige grupo para ir a hablar. Me dejo llevar, y como voy a empezar a ir algo borracho puees...tendrás que llevar tú la conversación. - cogí una nueva jarra para mí, y una bandeja de comida con cosas variadas para ella. Ya que no podía beber al menos que disfrutase de la comida.
Lyosha Svensson
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Había poco menos que nada de información en la mesa de los Descendientes, lo que evidentemente le frustraba enormemente porque necesitaba hacer algo con su existencia en aquella fiesta y sin Sirius que la transportara abajo para lidiar con humanos poco aceptables pues… Suspiró, dejó escapar el aire sonoramente. Miró hacia la mesa cuando una morena de rizos se acercó con cara de agobio y, más tarde, se movió mucha gente hacia ella como si fuera el centro de atención. La observó largamente pero no despertó más que desinterés. Era una mujer común. Bruja.
Tras eso llegó el maravilloso crío, con quien tenía relación política, pero eso no evitaba que pudiera asustarlo ¿No? Sonrió para sí misma y a medida que se acercaba algo cambió a su alrededor. Una ondulación que pronto descubrió se trataba de Matvey. Le siguió con la mirada pero él no la ubicó. Más allá estaba Khaled y temía que la cercanía entre ambos volviera a producir dolor, pero su hermano estaba ocupado con la peliblanca con la que había cruzado miradas antes.
Agh. Habría que tirar de ¿Cómo lo llamaba Khaled? ¿Política? Sí… Empezó a caminar hacia el grupo de Descendientes mirando al que estaba en silla de ruedas, movió con suavidad la mano haciendo que la rueda dejara de ser tan…Rueda y fuera más cuadrada, de forma particularmente silenciosa. Caótica, un alma caótica, eso era -Buenas noches…Estoy buscando al descendiente Altaïr- Ronroneó a su llegada y sus ojos azules se enfocaron en Matvey exactamente 3 segundos antes de mirar a Sean, le recorrió el rostro con un gesto indescriptible pero entonces los fuegos artificiales llegaron.
Lo cierto es que Lyosha en cuanto escuchó el primer bombazo pensó que era un ataque y sus brazaletes dejaron de serlo para convertirse en garras y, de necesitarlo, un escudo. Su energía cambió y sus hombros se tensaron a la espera de la batalla. Pero… El cielo se llenó de colores y la revenant simplemente lo contempló, cambiando su peso de un alto tacón al otro. No era lo suficientemente desgraciada para no reconocer la belleza en ciertas cosas. El aire olía a fiesta y a libertad, los aplausos y las risas eran casi contagiosas, pero ella no se dejó llevar por aquello. Cuando finalizó, miró a los demás un instante antes de retirarse sin decir palabra bebiendo de su vaso, estaba segura de que nadie le daría la información. Mientras avanzaba, hacia lo que creía era un guardia, retrocedió sus garras y se convirtieron de nuevo en brazaletes. A punta de golpes, seguro que alguno le soltaba prenda.
Tras eso llegó el maravilloso crío, con quien tenía relación política, pero eso no evitaba que pudiera asustarlo ¿No? Sonrió para sí misma y a medida que se acercaba algo cambió a su alrededor. Una ondulación que pronto descubrió se trataba de Matvey. Le siguió con la mirada pero él no la ubicó. Más allá estaba Khaled y temía que la cercanía entre ambos volviera a producir dolor, pero su hermano estaba ocupado con la peliblanca con la que había cruzado miradas antes.
Agh. Habría que tirar de ¿Cómo lo llamaba Khaled? ¿Política? Sí… Empezó a caminar hacia el grupo de Descendientes mirando al que estaba en silla de ruedas, movió con suavidad la mano haciendo que la rueda dejara de ser tan…Rueda y fuera más cuadrada, de forma particularmente silenciosa. Caótica, un alma caótica, eso era -Buenas noches…Estoy buscando al descendiente Altaïr- Ronroneó a su llegada y sus ojos azules se enfocaron en Matvey exactamente 3 segundos antes de mirar a Sean, le recorrió el rostro con un gesto indescriptible pero entonces los fuegos artificiales llegaron.
Lo cierto es que Lyosha en cuanto escuchó el primer bombazo pensó que era un ataque y sus brazaletes dejaron de serlo para convertirse en garras y, de necesitarlo, un escudo. Su energía cambió y sus hombros se tensaron a la espera de la batalla. Pero… El cielo se llenó de colores y la revenant simplemente lo contempló, cambiando su peso de un alto tacón al otro. No era lo suficientemente desgraciada para no reconocer la belleza en ciertas cosas. El aire olía a fiesta y a libertad, los aplausos y las risas eran casi contagiosas, pero ella no se dejó llevar por aquello. Cuando finalizó, miró a los demás un instante antes de retirarse sin decir palabra bebiendo de su vaso, estaba segura de que nadie le daría la información. Mientras avanzaba, hacia lo que creía era un guardia, retrocedió sus garras y se convirtieron de nuevo en brazaletes. A punta de golpes, seguro que alguno le soltaba prenda.
Vishous Royden
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Negó a lo de tener un favorito, podía comer prácticamente cualquier cosa que le pusieran al frente. Lo de los 20 pasteles le gustó un poco más y sonrió, tenía que buscar a Charles por allí. Seguro que estaba en la fiesta así que oteó un poco pero no lo encontró a la primera así que luego le enviaría un patronus. Tras ello siguieron hablando de la casa y Vishous se inclinó para dejarle un beso en la frente -No te agobies- le dijo con sinceridad porque aunque podía parecer fuerte, sabía que ese suspiro guardaba muchos más pensamientos de los que estaba diciendo.
Tras ello el tema Pendragon tomó un momento y asintió con suavidad a eso de que eran seis. Muchos, eso quería decir que aunque uno muriera por casualidades del destino quedaban otros 5 para hacer el reclamo de sus “derechos”. Le sonrió tristemente a Sofía cuando le puso la mano en la mejilla, lo cierto es que aquellos recuerdos le perseguían de la misma forma que el rostro de Gwen cuando había preguntado si no los habían atendido. ¿Por qué, entonces, había atacado? Ellos sólo habían solicitado que se fuera de forma pacífica y ella…Inspiró profundo y disfrutó del espectáculo de los fuegos artificiales por un momento pero luego… Luego a Sofía contemplándolos.
Tras dejar a la rubia se alejó con Sofía escuchando lo otro y puso los ojos en blanco - ¿Por qué? ¿Pretendías ir? - Preguntó arqueando una ceja, evidentemente sorprendido. Eso de ser muy amable e hipócrita no iba con él. Si pretendía que fallara a su esencia estaba muy equivocada -Si la respuesta es sí, entonces tenemos otro tema de negociación en manos- Y por no decir que si tenía que atarla a la cama lo haría. Pero de pronto el grito de Sofía hizo que mirara hacia el Descendiente y tuvo que contener la risa, que se presentó sólo con una sonrisa de lado evidentemente jocosa. ¿Arleen lidiaba con ese tipo? ¿Este era el tipo de la mazmorra sexual? -Vale- Dijo con tranquilidad y cogió a Giordano con cierta facilidad, después de todo, el Teniente Royden tenía músculo y fuerza para rato. Fue tirando hacia abajo hasta que lo puso a su lado y le pasó un brazo por los hombros -Le habéis robado el show a la rubia Pendragon. Mejor entrada de la noche- Le dijo con cierta picardía y luego vio a Sofía regresar.
Mantuvo el agarra en el Descendiente mientras bebía la poción, como si fueran colegas de toda la vida. O bueno, Arleen hablaba tanto de Giordano que casi le conocía como amigo íntimo. No sabía muy bien qué decir o qué hacer así que simplemente miró alrededor mientras Da Vinci se explicaba. Miró hacia Lucio, que estaba con el grupo de Descendientes que rodeaba a Arleen así que le dedicó una sonrisa a su hermana que no tenía tan buen rostro como cabría esperarse, o eso percibía él que le conocía bien.
Tras ello el tema Pendragon tomó un momento y asintió con suavidad a eso de que eran seis. Muchos, eso quería decir que aunque uno muriera por casualidades del destino quedaban otros 5 para hacer el reclamo de sus “derechos”. Le sonrió tristemente a Sofía cuando le puso la mano en la mejilla, lo cierto es que aquellos recuerdos le perseguían de la misma forma que el rostro de Gwen cuando había preguntado si no los habían atendido. ¿Por qué, entonces, había atacado? Ellos sólo habían solicitado que se fuera de forma pacífica y ella…Inspiró profundo y disfrutó del espectáculo de los fuegos artificiales por un momento pero luego… Luego a Sofía contemplándolos.
Tras dejar a la rubia se alejó con Sofía escuchando lo otro y puso los ojos en blanco - ¿Por qué? ¿Pretendías ir? - Preguntó arqueando una ceja, evidentemente sorprendido. Eso de ser muy amable e hipócrita no iba con él. Si pretendía que fallara a su esencia estaba muy equivocada -Si la respuesta es sí, entonces tenemos otro tema de negociación en manos- Y por no decir que si tenía que atarla a la cama lo haría. Pero de pronto el grito de Sofía hizo que mirara hacia el Descendiente y tuvo que contener la risa, que se presentó sólo con una sonrisa de lado evidentemente jocosa. ¿Arleen lidiaba con ese tipo? ¿Este era el tipo de la mazmorra sexual? -Vale- Dijo con tranquilidad y cogió a Giordano con cierta facilidad, después de todo, el Teniente Royden tenía músculo y fuerza para rato. Fue tirando hacia abajo hasta que lo puso a su lado y le pasó un brazo por los hombros -Le habéis robado el show a la rubia Pendragon. Mejor entrada de la noche- Le dijo con cierta picardía y luego vio a Sofía regresar.
Mantuvo el agarra en el Descendiente mientras bebía la poción, como si fueran colegas de toda la vida. O bueno, Arleen hablaba tanto de Giordano que casi le conocía como amigo íntimo. No sabía muy bien qué decir o qué hacer así que simplemente miró alrededor mientras Da Vinci se explicaba. Miró hacia Lucio, que estaba con el grupo de Descendientes que rodeaba a Arleen así que le dedicó una sonrisa a su hermana que no tenía tan buen rostro como cabría esperarse, o eso percibía él que le conocía bien.
Adele Gaultier
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Acudí a la fiesta de la plaza tras dejar mis compras e ir al castillo de los Pendragon para arreglarme. Tenían ropa de sobra, así que escogí un vestido negro y largo con detalles rojos, llevando a juego una capa de color vino. En mi estrategia entraba también llevarme al pequeño Ivanov, así que ordené a su hermano que lo preparase para irnos los tres a la fiesta. Esos estúpidos Descendientes habían ignorado mi petición de inscribir al crío como heredero, y tampoco habían hecho efectivo lo de ponerme como regente. Mucho menos mi sugerencia de la creación de un gobierno mágico. Estaba claro que por las "buenas" no iba a obtener nada de ellos.
Aparecimos en el lugar con nuestras mejores galas, y yo sin duda era la que mejor iba de todos los presentes, ellos y ellas. Envié a los niños a jugar por allí, sin alejarse mucho pero sin estar pegados. Que les vieran. Mientras me dediqué a mirar alrededor para ubicar al personal, llevándome una enorme sorpresa al ver al mismísimo Matvey Rasputín con vida. ¿No lo había matado la loca de Bellatrix? ¿Qué era eso? - Nigromantes...qué desgraciado. - murmuré por lo bajo con una sonrisa ladina, pensando en las posibilidades para verle allí. No me acerqué a él porque estaba con más gente del Consejo, inspirando profundamente para contenerme las ganas de ir hacia ese sitio. Ya le interceptaría más tarde, cuando se alejase de ellos.
Aparecimos en el lugar con nuestras mejores galas, y yo sin duda era la que mejor iba de todos los presentes, ellos y ellas. Envié a los niños a jugar por allí, sin alejarse mucho pero sin estar pegados. Que les vieran. Mientras me dediqué a mirar alrededor para ubicar al personal, llevándome una enorme sorpresa al ver al mismísimo Matvey Rasputín con vida. ¿No lo había matado la loca de Bellatrix? ¿Qué era eso? - Nigromantes...qué desgraciado. - murmuré por lo bajo con una sonrisa ladina, pensando en las posibilidades para verle allí. No me acerqué a él porque estaba con más gente del Consejo, inspirando profundamente para contenerme las ganas de ir hacia ese sitio. Ya le interceptaría más tarde, cuando se alejase de ellos.
Giordano Da Vinci
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- La sensación de no gravidez es curiosa, pero no me gustaría irme al espacio, la verdad - reconocí a Sofía, que se marchó muy rapidamente a por la pocion porque como yo no habia especificado, no la traia encima.
Royden, el hermano fuertaco de Arleen, me ayudó a bajar un poco y poner los pies en tierra, sujetandome con el brazo por encima de los hombros.
"Que situación tan incómoda y cercana"
Miré al teniente, literalmente me tenía apresado por su brazo para que volviese a salir flotando. Carraspeé y reí de modo incómodo, por la cercanía, cuando dijo que le habia robado el show a Shyvanna. Me atreví a estudiarle un poco el rostro, puro interés de dibujante, el mio.... compartía ciertas facciones con Arleen, lineas suaves y proporcionadas pero en su versión masculina, lo que hacía comprensible el exito que tenía entre la gente. Asi, en general. Estreché los ojos preguntandome si se reiría igual que ella cuando acababa borracho.
Luego volví a la conversación...,habia dicho algo de robar entradas....?
- No se por quien me ha tomado teniente Royden, pero no me jacto de ser un ladrón... los profesionales lo llevamos en secreto. Si me preguntan, diré que fue sin querer. - le guiñé un ojo y luego volvió Sofía, di gracias a Merlin y me tomé la poción de un trago.
Al instante el mareo se fue y el efecto de levitación tambien. Mi cuerpo se vio afectado de nuevo por la gravedad (menos mal) y acabé con los pies en el suelo por fin.
- Si que hay! En el bosque de Darwin encontré una colonia, no los he matado! estan en unos tarros....debería devolverlos al bosque antes de que Sarah se de cuenta de que he secuestrado a sus insectos para explotarlos. Metafóricamente hablando...Eh, no se, un rato. Unas horas? No me acuerdo. El tiempo pasa raro.
Me pasé una mano por la cabeza, peinandome sin mucho exito y mirando alrededor. La gente estaba toda arregladisima! Sean estaba por ahi....Lucio tambien, al igual que Shyvanna, y Arleen. Y sin duda a la que llevaba mas tiempo queriendo ver era a Arleen. Pero antes inspeccioné los alrededores.
- No ha venido ningun miembro de la Brigada? - y ahora como les iba a dar el encargo? Porque... - serán...se han perdido el estreno!!! Eso no es bueno...no aprenderán a pilotarlo nunca! Además tengo que informarles de las retribuciones y... el barco tiene una misión.
"Ah, bueno, ya hablaremos mas tarde"
- voy a hablar con Arleen, hace un monton que no hablamos. Ciao! - me despedí de V y de Sofía tras darle las gracias a la dama de las plantas, yendo hacia donde estaban los demás, ya caminando normal. Se me habia olvidado desactivar al automata asi que la armadura me seguia alli a donde iba, y mientras del barco seguian saliendo las ultimas bengalas de los fuegos artificiales, en forma de dragones, fuentes, aves, caballos alados, fenix....y muchos bichos del estilo
Royden, el hermano fuertaco de Arleen, me ayudó a bajar un poco y poner los pies en tierra, sujetandome con el brazo por encima de los hombros.
"Que situación tan incómoda y cercana"
Miré al teniente, literalmente me tenía apresado por su brazo para que volviese a salir flotando. Carraspeé y reí de modo incómodo, por la cercanía, cuando dijo que le habia robado el show a Shyvanna. Me atreví a estudiarle un poco el rostro, puro interés de dibujante, el mio.... compartía ciertas facciones con Arleen, lineas suaves y proporcionadas pero en su versión masculina, lo que hacía comprensible el exito que tenía entre la gente. Asi, en general. Estreché los ojos preguntandome si se reiría igual que ella cuando acababa borracho.
Luego volví a la conversación...,habia dicho algo de robar entradas....?
- No se por quien me ha tomado teniente Royden, pero no me jacto de ser un ladrón... los profesionales lo llevamos en secreto. Si me preguntan, diré que fue sin querer. - le guiñé un ojo y luego volvió Sofía, di gracias a Merlin y me tomé la poción de un trago.
Al instante el mareo se fue y el efecto de levitación tambien. Mi cuerpo se vio afectado de nuevo por la gravedad (menos mal) y acabé con los pies en el suelo por fin.
- Si que hay! En el bosque de Darwin encontré una colonia, no los he matado! estan en unos tarros....debería devolverlos al bosque antes de que Sarah se de cuenta de que he secuestrado a sus insectos para explotarlos. Metafóricamente hablando...Eh, no se, un rato. Unas horas? No me acuerdo. El tiempo pasa raro.
Me pasé una mano por la cabeza, peinandome sin mucho exito y mirando alrededor. La gente estaba toda arregladisima! Sean estaba por ahi....Lucio tambien, al igual que Shyvanna, y Arleen. Y sin duda a la que llevaba mas tiempo queriendo ver era a Arleen. Pero antes inspeccioné los alrededores.
- No ha venido ningun miembro de la Brigada? - y ahora como les iba a dar el encargo? Porque... - serán...se han perdido el estreno!!! Eso no es bueno...no aprenderán a pilotarlo nunca! Además tengo que informarles de las retribuciones y... el barco tiene una misión.
"Ah, bueno, ya hablaremos mas tarde"
- voy a hablar con Arleen, hace un monton que no hablamos. Ciao! - me despedí de V y de Sofía tras darle las gracias a la dama de las plantas, yendo hacia donde estaban los demás, ya caminando normal. Se me habia olvidado desactivar al automata asi que la armadura me seguia alli a donde iba, y mientras del barco seguian saliendo las ultimas bengalas de los fuegos artificiales, en forma de dragones, fuentes, aves, caballos alados, fenix....y muchos bichos del estilo
Khaled Svensson
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- Khaled Svensson- le dije a la mujer, tras terminar con mi analisis visual de su ser, que llegaba a mucho más de lo que el ojo humano a simple vista podía apreciar. Si sus espíritus querían hablar conmigo...ahora yo había decidido que quería hablar con ella, pues podía sacarle una utilidad dado lo que había descubierto.
Pero antes la escuché. Habían habido otras profecías en mi vida, aquellas que guiaron el destino de los soul reaper, aquellas pronosticadas por un demonio, o por los ancianos de las hermandades en siglos antiguos....convertidas mas tarde en acertijos y en pistas.
- A menudo una profecía es una pista...una migaja de pan que podemos seguir. Eternidad, dicen tus espíritus. - se me ocurrían unas cuantas cosas respecto a sus palabras, comparaciones y símiles. Para mi estaba bastante claro. - Hay pocos seres eternos y no han sido forjados en este mundo, si no en otros planos. En unos muy oscuros.... - quizá si sus espiritus eran algunos sabios, pudieran decirle quien era yo. De donde venía.
Sin embargo, al contrario que ese "Pendragon egocéntrico", sabía ver más alla y saber que no se refería a mi. No sabía que tenía que ver yo con los Pendragon, en realidad, nada nos relacionaba....nada salvo....
Alguien....
En ese momento sentí la presencia de Zaphira. Mi mirada se alzó, mi rostro dejó de estar pensativo para mostrar un ceño algo fruncido. Si algo me vinculaba a los Pendragon, en cualquier caso, pasaba por ella, por la dragona.
- Es posible.... - "que quiera verlo desaparecer". Respondí a Savannah, arrastrando las palabras, el tono de mi voz no hacia falta revelar la parte final de la frase pues se intuía. - Te lo mostraré. Lo que vi más allá del tiempo. - la miré un momento, enviandole a su mente una visión de aquello que pude observar, aquel horizonte confuso, sumido en llamas y oscuridad, plagado de criaturas aladas en el cielo.... un horizonte conocido, con la isla de fondo, se intuia la silueta de esta ciudad.
Parpadeé, el tema seguía en una nube, pero necesitaba volver a cosas mas terrenales... despues de aquello...
- Hay alguien en mi familia a quien necesito que conozcas. Ha sido convertido hace poco.
Pero antes la escuché. Habían habido otras profecías en mi vida, aquellas que guiaron el destino de los soul reaper, aquellas pronosticadas por un demonio, o por los ancianos de las hermandades en siglos antiguos....convertidas mas tarde en acertijos y en pistas.
- A menudo una profecía es una pista...una migaja de pan que podemos seguir. Eternidad, dicen tus espíritus. - se me ocurrían unas cuantas cosas respecto a sus palabras, comparaciones y símiles. Para mi estaba bastante claro. - Hay pocos seres eternos y no han sido forjados en este mundo, si no en otros planos. En unos muy oscuros.... - quizá si sus espiritus eran algunos sabios, pudieran decirle quien era yo. De donde venía.
Sin embargo, al contrario que ese "Pendragon egocéntrico", sabía ver más alla y saber que no se refería a mi. No sabía que tenía que ver yo con los Pendragon, en realidad, nada nos relacionaba....nada salvo....
Alguien....
En ese momento sentí la presencia de Zaphira. Mi mirada se alzó, mi rostro dejó de estar pensativo para mostrar un ceño algo fruncido. Si algo me vinculaba a los Pendragon, en cualquier caso, pasaba por ella, por la dragona.
- Es posible.... - "que quiera verlo desaparecer". Respondí a Savannah, arrastrando las palabras, el tono de mi voz no hacia falta revelar la parte final de la frase pues se intuía. - Te lo mostraré. Lo que vi más allá del tiempo. - la miré un momento, enviandole a su mente una visión de aquello que pude observar, aquel horizonte confuso, sumido en llamas y oscuridad, plagado de criaturas aladas en el cielo.... un horizonte conocido, con la isla de fondo, se intuia la silueta de esta ciudad.
Parpadeé, el tema seguía en una nube, pero necesitaba volver a cosas mas terrenales... despues de aquello...
- Hay alguien en mi familia a quien necesito que conozcas. Ha sido convertido hace poco.
Thoren Tolstoi
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Miré de arriba a abajo a Arleen cuando se dirigió hacia mí, pues hasta el momento me había pasado desapercibida. Que mostrase respeto, dijo. - Si clarro, porque tú lo digas. Que se defienda el solo si le molesta. - me encogí de hombros, me importaba poco si Markus se había disgustado con lo de mandarlo a por bebidas. - Adiós, defensorra cursi. - me di la vuelta soltando una sonora carcajada, yéndome con mi rubia Pendragon que era mucho más interesante e intensa, al menos para mí.
- Pues me vas a tener que enseñar cómo se trrata en Ávalon a los hérroes. ¿Me vas a llevar allí? - pregunté enganchándola por el brazo para alejarnos un poco más del grupo. - Los descendénticos me ponen de los nervios a veces. - me quejé antes de rodearla por la cintura cuando ella me echó los brazos al cuello. Aproveché y la bajé las manos al culo un momento, sin ningún disimulo. No sabía si la noche sería para recordar, pero al menos lo pasaríamos bien. Me hizo mucha gracia cuando pasó cerca de Sofía y le dijo eso de cariñito, porque según recordaba decían que casi la quema en una pira. - Esta vez la barbacoa la ponen ellos. - añadí sin bajar la voz mientras seguimos avanzando, llegando por fin a la mesa con más vodka de todas. Cogí una copa para mí y otra para ella, chocándolas violentamente antes de beber.
- ¡NASDROVIA! - probablemente se derramase algo, pero el resto de la bebida fue hacia mi garganta, bebiéndome el resto en pocos segundos. Me fijé en que el tipo de la misión que nos había atacado estaba por allí también, brindando por la victoria mientras nos miraba. - Ah, es verdad, que ya no quierres matarnos. Somos tus salvadorres, esperro que nos admirres mucho. Ahora aprrovecha la vida que te hemos regalado y diviértete. ¡QUIERRO VERTE CANTAR!- grité a Allen en un tono que podía interpretarse tanto como una orden agresiva como una invitación amistosa a pasarlo bien. Shyvanna quería que la llevase a bailar, pero no iba a ser un baile muy apropiado para lo que ella estaba acostumbrada. Ordené a los de la orquesta magicosa lo que quería que tocasen, y enseguida se pusieron a ello.
- Quiero dedicar esta canción a Rasputín, que siemprre estuvo conmigo apoyándome. - mentira todo, pero a mi me apetecía que la pusiesen. Tiré de la mano de Shyvanna nuevamente, empezando a bailar y a cantar con ella al ritmo de la canción.
- Pues me vas a tener que enseñar cómo se trrata en Ávalon a los hérroes. ¿Me vas a llevar allí? - pregunté enganchándola por el brazo para alejarnos un poco más del grupo. - Los descendénticos me ponen de los nervios a veces. - me quejé antes de rodearla por la cintura cuando ella me echó los brazos al cuello. Aproveché y la bajé las manos al culo un momento, sin ningún disimulo. No sabía si la noche sería para recordar, pero al menos lo pasaríamos bien. Me hizo mucha gracia cuando pasó cerca de Sofía y le dijo eso de cariñito, porque según recordaba decían que casi la quema en una pira. - Esta vez la barbacoa la ponen ellos. - añadí sin bajar la voz mientras seguimos avanzando, llegando por fin a la mesa con más vodka de todas. Cogí una copa para mí y otra para ella, chocándolas violentamente antes de beber.
- ¡NASDROVIA! - probablemente se derramase algo, pero el resto de la bebida fue hacia mi garganta, bebiéndome el resto en pocos segundos. Me fijé en que el tipo de la misión que nos había atacado estaba por allí también, brindando por la victoria mientras nos miraba. - Ah, es verdad, que ya no quierres matarnos. Somos tus salvadorres, esperro que nos admirres mucho. Ahora aprrovecha la vida que te hemos regalado y diviértete. ¡QUIERRO VERTE CANTAR!- grité a Allen en un tono que podía interpretarse tanto como una orden agresiva como una invitación amistosa a pasarlo bien. Shyvanna quería que la llevase a bailar, pero no iba a ser un baile muy apropiado para lo que ella estaba acostumbrada. Ordené a los de la orquesta magicosa lo que quería que tocasen, y enseguida se pusieron a ello.
- Quiero dedicar esta canción a Rasputín, que siemprre estuvo conmigo apoyándome. - mentira todo, pero a mi me apetecía que la pusiesen. Tiré de la mano de Shyvanna nuevamente, empezando a bailar y a cantar con ella al ritmo de la canción.
Noligma
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LO cierto es que no tenia unas altas expectativas en esa "fiesta", no obstante, hacia mucho tiempo que trabajaba sin descanso, así que una pequeña fiesta publica, parecía el perfecto lugar para desinhibirse por fin, pero no bajaría la guardia, no en la isla de Uroboros, donde los magos depredan a los magos, por diferentes razones o cuestiones, los poderosos sostienen el poder, haciéndose llamar "descendientes" cuando simplemente acumulan poder para si mismos, aunque Noligma no podría criticarlos por ello, al fin y al cabo si fuera descendiente de un poderoso mago, el haría lo mismo... y seguía planificando para acumular mas poder para si mismo.
Quien sabe, tal vez algún día encontrara la forma de ser uno de esos "descendientes" inventándose un árbol genealógico que nadie pudiera rebatir, defendiéndolo con puño de hierro a bases de golpes de su propio poder. Uno que, con suerte, seria el mas grande y poderoso del que jamás se hubiera visto …
Pero todo ello era absurdo estar considerándolo de momento ¿Qué herencia, poder o respeto iba a conseguir cuando aun parecía un pingüino con la capacidad de hacer trucos de feria?
Noligma llego tirando de las riendas de la mula, mientras los guardias le estaban haciendo el alto antes de acceder a la plaza, algo que le sorprendió, aunque no era de extrañar, ya que esta plaza es la que accede a la sede del conclave, pensándolo así, si tenia mucho sentido.
-¡Oye tu! No puedes entrar con esa carroza...
Dijo uno de los guardias tras un breve examen de lo que era su vehículo, algo que sorprendió a Noligma no se esperaba registros de vehículos de tracción mula de ese tipo.
-¡Espera! ¿Qué no puedo entrar la carroza?
-despide un aura magica un poco extraño
-¡Oh! puede ser por que tiene un espacio dimensional en su interior.
-Precisamente... podrías tener ahi dentro algún tipo de portal mágico o similar que permitiera a fuerzas enemigas acceder a la fiesta.
Aquello hizo a Noligma meditar ¿tenia realmente algo así en su tienda? no le sonaba tener algo tan "valioso" en su interior, pero aun así entendía el punto de no dejar entrar algo que podía contener cualquier cosa peligrosa., una pena pensaba aprovechar para vender cosas, al fin y al cabo las fiestas estaban llenas de "pobres almas en desgracia" que querrían que Noligma les hiciera "felices".
Tras dejar la carroza en buen recaudo y a la mula en su cuadra, pudo y se le permitió finalmente acceder a la plaza Central del reino de Uroboros, un lugar que ahora mismo era muy mágico y vivaracho ¿o era solo por la música de Rasputín que sonaba de fondo? Aquello le trajo recuerdos de su amada patria Rusia ... ¡NO! malditas secuelas de la vacuna Rusa del covid. Igualmente Noligma consiguió meterse entre la gente con mayor o menor sigilo, por que no quería llamar la atención por su aspecto, pero era imposible evitar que la gente se fijara en el, sobre todo cuando intentaba pasar entre el gentío.
-¡Perdón! dejen paso... ¡Cuidado no me pise!.... bonitos zapatos... ¡HE, sin empujar! ... perdón .... dejen paso... ¡Me encanta ese color! ... cuidado con el enano.
Así el pequeñín empezó a cruzar la plaza entre la gente, buscando algún lugar desde el cual observar o tal vez mantener una agradable conversación con alguien, en estos sitios nunca se sabe que gente puedes llegar a conocer, y las sorpresas siempre son bienvenidas a su frio y oscuro mundo animado.
Quien sabe, tal vez algún día encontrara la forma de ser uno de esos "descendientes" inventándose un árbol genealógico que nadie pudiera rebatir, defendiéndolo con puño de hierro a bases de golpes de su propio poder. Uno que, con suerte, seria el mas grande y poderoso del que jamás se hubiera visto …
Pero todo ello era absurdo estar considerándolo de momento ¿Qué herencia, poder o respeto iba a conseguir cuando aun parecía un pingüino con la capacidad de hacer trucos de feria?
Noligma llego tirando de las riendas de la mula, mientras los guardias le estaban haciendo el alto antes de acceder a la plaza, algo que le sorprendió, aunque no era de extrañar, ya que esta plaza es la que accede a la sede del conclave, pensándolo así, si tenia mucho sentido.
-¡Oye tu! No puedes entrar con esa carroza...
Dijo uno de los guardias tras un breve examen de lo que era su vehículo, algo que sorprendió a Noligma no se esperaba registros de vehículos de tracción mula de ese tipo.
-¡Espera! ¿Qué no puedo entrar la carroza?
-despide un aura magica un poco extraño
-¡Oh! puede ser por que tiene un espacio dimensional en su interior.
-Precisamente... podrías tener ahi dentro algún tipo de portal mágico o similar que permitiera a fuerzas enemigas acceder a la fiesta.
Aquello hizo a Noligma meditar ¿tenia realmente algo así en su tienda? no le sonaba tener algo tan "valioso" en su interior, pero aun así entendía el punto de no dejar entrar algo que podía contener cualquier cosa peligrosa., una pena pensaba aprovechar para vender cosas, al fin y al cabo las fiestas estaban llenas de "pobres almas en desgracia" que querrían que Noligma les hiciera "felices".
Tras dejar la carroza en buen recaudo y a la mula en su cuadra, pudo y se le permitió finalmente acceder a la plaza Central del reino de Uroboros, un lugar que ahora mismo era muy mágico y vivaracho ¿o era solo por la música de Rasputín que sonaba de fondo? Aquello le trajo recuerdos de su amada patria Rusia ... ¡NO! malditas secuelas de la vacuna Rusa del covid. Igualmente Noligma consiguió meterse entre la gente con mayor o menor sigilo, por que no quería llamar la atención por su aspecto, pero era imposible evitar que la gente se fijara en el, sobre todo cuando intentaba pasar entre el gentío.
-¡Perdón! dejen paso... ¡Cuidado no me pise!.... bonitos zapatos... ¡HE, sin empujar! ... perdón .... dejen paso... ¡Me encanta ese color! ... cuidado con el enano.
Así el pequeñín empezó a cruzar la plaza entre la gente, buscando algún lugar desde el cual observar o tal vez mantener una agradable conversación con alguien, en estos sitios nunca se sabe que gente puedes llegar a conocer, y las sorpresas siempre son bienvenidas a su frio y oscuro mundo animado.
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