Recuerdo del primer mensaje :
Los golpes del bastón se ejecutaban de una forma rítmica y contundente. Requería concentración poder impactar en el mismo punto concreto una y otra vez, después de ejecutar diversas maniobras, vueltas y piruetas. Ixión estaba tan concentrado en su entrenamiento que no se había percatado del dragón que le andaba rondando, mucho menos de su jinete. Finalmente terminó por darse cuenta de que estaba acompañado y se apoyó en el nyoibo respirando agitadamente por culpa del ejercicio. Cada bocanada de aire perforaba sus pulmones y cada exhalación creaba pequeñas nubes de vapor al enfrentar el calor del cuerpo del joven con el frío exterior -Mi señora. ¿Disfrutando de un paseo matutino?- No esperó respuesta por parte de la mujer rubia, pues esta, directamente le convidó a desayunar -Como deseéis, mi señora-
Porque fuera de las paredes del Yule, los vasallos debían mostrar pleitesía a los Pendragon y a Avalon. Conjuró una chaqueta marrón de pana con forro de peluche en color crema y se echó el bastón a la espalda, caminando tranquilamente tras la rubia mientras se secaba la frente con una toalla que también había conjurado. Ixión no comentó mucho más, pues esperaba que la hermana le dijera qué es lo que esperaba de su presencia, aunque se lo podría imaginar, solo había que atar los cabos, pero no sería cosa suya la intromisión, dudaba mucho que estuviera mal visto. Los grandes consejos los darían los consejeros, y serían al primogénito de los Pendragon. Así mismo, Ixión tenía una serie de preguntas para los hermanos rubios, pero esperaría a que se solucionara el holmgang y las aguas volvieran a su curso. Andamos por los pasillos de la residencia hasta llegar al comedor, lugar donde estaba la hermana pequeña de los Pendragon, a la que saludó con una leve reverencia -Buenos días, mi señora. Espero que esté disfrutando del desayuno- Sin embargo, por cómo parecía frotarse la cara no parecía que hubiese tenido un buen despertar… si es que se hubiera acostado.
Porque fuera de las paredes del Yule, los vasallos debían mostrar pleitesía a los Pendragon y a Avalon. Conjuró una chaqueta marrón de pana con forro de peluche en color crema y se echó el bastón a la espalda, caminando tranquilamente tras la rubia mientras se secaba la frente con una toalla que también había conjurado. Ixión no comentó mucho más, pues esperaba que la hermana le dijera qué es lo que esperaba de su presencia, aunque se lo podría imaginar, solo había que atar los cabos, pero no sería cosa suya la intromisión, dudaba mucho que estuviera mal visto. Los grandes consejos los darían los consejeros, y serían al primogénito de los Pendragon. Así mismo, Ixión tenía una serie de preguntas para los hermanos rubios, pero esperaría a que se solucionara el holmgang y las aguas volvieran a su curso. Andamos por los pasillos de la residencia hasta llegar al comedor, lugar donde estaba la hermana pequeña de los Pendragon, a la que saludó con una leve reverencia -Buenos días, mi señora. Espero que esté disfrutando del desayuno- Sin embargo, por cómo parecía frotarse la cara no parecía que hubiese tenido un buen despertar… si es que se hubiera acostado.
Shyvanna Pendragon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Asintió con suavidad a la pregunta de Ixión y agradeció que simplemente hiciera lo que ella “pedía”. Era mucho más fácil cuando la gente simplemente le daba lo que quería. Pero lamentablemente, a veces entraba el orgullo en juego. Se preguntó por Lake y Wthyr, el último se había separado del viaje con una promesa. Esperaría que pasara el duelo y dependiendo de lo que ocurriera, entonces tendría que tomar ciertas medidas.
Los pasillos estaban un poco solitarios y al entrar a la sala observó a Gwen con una cara que no reconoció al principio. Es decir, alguna vez la había visto agobiada pero era otra cosa. Caminó hasta tomar un asiento a su lado mirándola con cierta preocupación y haciendo un gesto a la servidumbre para que le pusiera té como le gustaba -Buenos días- Saludó a Gwen y se inclinó un poco hacia ella, extendiendo una mano para coger un mechón de su pelo y mirarla con curiosidad. Se le notaba cansada -¿Qué te pasa?- Preguntó pensando que Ixión estaba un poco disparatado con eso de “disfrutando el desayuno”, no parecía que disfrutara nada.
-Yo sí necesito un buen desayuno, tengo mil cosas que hacer- Suspiró y empezó a llenarse el plato con la comida que había en las bandejas, disfrutando del aroma que aún perduraba dentro de la residencia. Saboreó cada cosa que comió, optando un poco por lo salado porque sospechaba que iba a tener un día demasiado largo y lo dulce…Lo digería muy rápido. No sabía sobre qué hora podría ir a ver a Giordano así que conjuró su patronus con forma de zorra ártica que se fue volando por allí. Recordó, al ver la forma, que Sean tampoco le había respondido así que envió otro -Necesitaré que me acompañes para tomar apuntes Ixión, si Giordano me hará un réquiem…asumo que serán cosas escritas y me aburren soberanamente- Reconoció.
Los pasillos estaban un poco solitarios y al entrar a la sala observó a Gwen con una cara que no reconoció al principio. Es decir, alguna vez la había visto agobiada pero era otra cosa. Caminó hasta tomar un asiento a su lado mirándola con cierta preocupación y haciendo un gesto a la servidumbre para que le pusiera té como le gustaba -Buenos días- Saludó a Gwen y se inclinó un poco hacia ella, extendiendo una mano para coger un mechón de su pelo y mirarla con curiosidad. Se le notaba cansada -¿Qué te pasa?- Preguntó pensando que Ixión estaba un poco disparatado con eso de “disfrutando el desayuno”, no parecía que disfrutara nada.
-Yo sí necesito un buen desayuno, tengo mil cosas que hacer- Suspiró y empezó a llenarse el plato con la comida que había en las bandejas, disfrutando del aroma que aún perduraba dentro de la residencia. Saboreó cada cosa que comió, optando un poco por lo salado porque sospechaba que iba a tener un día demasiado largo y lo dulce…Lo digería muy rápido. No sabía sobre qué hora podría ir a ver a Giordano así que conjuró su patronus con forma de zorra ártica que se fue volando por allí. Recordó, al ver la forma, que Sean tampoco le había respondido así que envió otro -Necesitaré que me acompañes para tomar apuntes Ixión, si Giordano me hará un réquiem…asumo que serán cosas escritas y me aburren soberanamente- Reconoció.
Gwen Pendragón
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Ignoré la presencia de Shyvanna y el vasallo de Hipatia al principio. Estaba sumida en mis pensamientos y mi mente se encontraba nublada. En esos momentos a pesar de lo que pareciese, me encontraba en un momento de paz, que sabía dudaría poco en cuanto alguien me sacase del trance.
Un pequeño respingo me devolvió a la tierra y dejé de remover el té, soltando la cuchara que sonó al chocar contra la taza de porcelana. Miré a mi hermana. Ella parecía estar bien, incluso enérgica diría.-Em...- En ese momento Ixion habló y desvié la mirada a él sonriendo brevemente inclinando la cabeza a modo de saludo.-Buen día mi Señor de Hipatia.-apresuré a decir de la forma más convincente que podía en ese momento.
Negué a mi hermana sonriendo. No iba a contarle nada delante de un vasallo. Dudaba que pudiese expresar todos mis sentimientos, pesares y preocupaciones estando ella sola tampoco. -Estaba...pensando en...un ritual que se ha empeñado en hacer nuestra prima y...-Agité mi mano como restándole importancia y procedí a tomar la taza en mis manos para beber de ella.
En el proceso dos patronus de mi hermana abandonaron el comedor. Continué en silencio y dejé la taza en su plato cuando la rubia solicitó la presencia de Ixion en su encuentro con DaVinci.-A propósito de eso...debo viajar a Ávalon para consultar con el Árbol Sagrado sobre...-suspiré-Todo lo propuesto ayer.-Terminé por decir frunciendo mis labios segundos antes de volver a recuperar la taza para dar un sorbo.
Miré al heredero de Hipatia, en un momento dado un pequeño click en mi cerebro me dió una idea. Sujeté la taza haciéndome atrás en la silla hasta topar mi espalda con el respaldo.-Tras ayudar a mi hermana ¿me haríais el favor de acudir en busca de Wthyr?Creo que podríais ayudar con otro asunto.Decidle que le buscáis de mi parte.
Mi hermano no era estúpido, seguramente caería en la cuenta de que había rondado mi cabeza al mandar a Ixion en su busca. Miré a mi hermana de nuevo.
-DaVinci debe estar hecho un amasijo de nervios aunque seguramente le supere su enfado con nosotros. Tened cuidado.
Un pequeño respingo me devolvió a la tierra y dejé de remover el té, soltando la cuchara que sonó al chocar contra la taza de porcelana. Miré a mi hermana. Ella parecía estar bien, incluso enérgica diría.-Em...- En ese momento Ixion habló y desvié la mirada a él sonriendo brevemente inclinando la cabeza a modo de saludo.-Buen día mi Señor de Hipatia.-apresuré a decir de la forma más convincente que podía en ese momento.
Negué a mi hermana sonriendo. No iba a contarle nada delante de un vasallo. Dudaba que pudiese expresar todos mis sentimientos, pesares y preocupaciones estando ella sola tampoco. -Estaba...pensando en...un ritual que se ha empeñado en hacer nuestra prima y...-Agité mi mano como restándole importancia y procedí a tomar la taza en mis manos para beber de ella.
En el proceso dos patronus de mi hermana abandonaron el comedor. Continué en silencio y dejé la taza en su plato cuando la rubia solicitó la presencia de Ixion en su encuentro con DaVinci.-A propósito de eso...debo viajar a Ávalon para consultar con el Árbol Sagrado sobre...-suspiré-Todo lo propuesto ayer.-Terminé por decir frunciendo mis labios segundos antes de volver a recuperar la taza para dar un sorbo.
Miré al heredero de Hipatia, en un momento dado un pequeño click en mi cerebro me dió una idea. Sujeté la taza haciéndome atrás en la silla hasta topar mi espalda con el respaldo.-Tras ayudar a mi hermana ¿me haríais el favor de acudir en busca de Wthyr?Creo que podríais ayudar con otro asunto.Decidle que le buscáis de mi parte.
Mi hermano no era estúpido, seguramente caería en la cuenta de que había rondado mi cabeza al mandar a Ixion en su busca. Miré a mi hermana de nuevo.
-DaVinci debe estar hecho un amasijo de nervios aunque seguramente le supere su enfado con nosotros. Tened cuidado.
- MENSAJE PATRONUS:
- "En cuanto esteis disponible podemos reunirnos. Acude a i+D, os estaré esperando"
Acompañe a la hermana mayor hasta la sala comedor, sin mediar ninguna gran conversación. Tampoco estaba seguro de qué es lo que querría, pero supuse que tendría que ver con el duelo y todo lo que había ocurrido la noche anterior. Si aquello había sido consultado con el consejo, Ixión no era consciente de ello. Y lo del holmgang se había salido de todo lo esperado, pero los vikingos no eran de los típicos que agachaban las orejas y obedecían sin rechistar, y más después de lo que había pasado con Alric. Había una especie de frágil tranquilidad que podía romperse en cachitos. No añadió ningún gesto ni palabra nueva a la presentación, permaneciendo en segundo plano mientras las dos hermanas hablaban. La respuesta de Gwen no le llamó especialmente la atención, y sabía perfectamente que, de pasar algo, no sería verbalizado delante de un vasallo. Si pasaba algo, que pasaba, no era algo que al vasallo le concerniese. Ixión no era el consejero de la familia, lo sabía, al igual que el poder de aquella información que, mal o bien usada, según se viera, podría ser de gran valor y terriblemente poderosa.
Cuando alguien le fue a preguntar por sus necesidades de comida, rechazó con la mano abierta haciendo un leve gesto de negación. Podría haber aprovechado la invitación de Shyvanna, pero dada la presencia de la hermana pequeña no estaría bien visto que se sentara en la mesa con ambas presentes, salvo que haya una invitación formal. De modo que permaneció detrás de la silla de Shyvanna, en silencio y con las manos detrás, a la espera de indicaciones de aquella que le había reclamado su presencia.
-Por supuesto, mi señora. Y deberían pensar las condiciones del holmgang. Le recuerdo que será usted quien deba imponer las reglas del torneo. Habrá que meditarlas, porque, en base a ellas, la balanza del triunfo pueda caer de un lado o al otro- Le explicó y le recordó a la hermana mayor -Y son sus propios intereses los que están en juego, porque, si me lo permite, dudo que Viggo se contente solo con su mano, mi señora, lo mismo pide la cabeza del italiano servida en bandeja de plata en caso de ganar. Metafóricamente. Y no tan metafóricamente- Espero unos segundos para ambas Pendragon supieran de qué estaba hablando. Igualmente esperaba que la hermana pequeña diera el visto bueno a todo aquello, porque como había dicho la hermana rubia, aquellas cosas a ella le aburrían. Y de todos era aquello sabido.
La hermana pequeña planteó aquello de que debía de hablar con el árbol. Tendría que contentarlo de alguna manera, o explicarle lo que había pasado. Nunca sabía bien cómo funcionaba todo aquello, sin embargo fue reclamado. -Claro, mi señora. Sin mayor problema- Añadió con una leve inclinación de cabeza. Tenía pinta que el desayuno se le iba a demorar…
Cuando alguien le fue a preguntar por sus necesidades de comida, rechazó con la mano abierta haciendo un leve gesto de negación. Podría haber aprovechado la invitación de Shyvanna, pero dada la presencia de la hermana pequeña no estaría bien visto que se sentara en la mesa con ambas presentes, salvo que haya una invitación formal. De modo que permaneció detrás de la silla de Shyvanna, en silencio y con las manos detrás, a la espera de indicaciones de aquella que le había reclamado su presencia.
-Por supuesto, mi señora. Y deberían pensar las condiciones del holmgang. Le recuerdo que será usted quien deba imponer las reglas del torneo. Habrá que meditarlas, porque, en base a ellas, la balanza del triunfo pueda caer de un lado o al otro- Le explicó y le recordó a la hermana mayor -Y son sus propios intereses los que están en juego, porque, si me lo permite, dudo que Viggo se contente solo con su mano, mi señora, lo mismo pide la cabeza del italiano servida en bandeja de plata en caso de ganar. Metafóricamente. Y no tan metafóricamente- Espero unos segundos para ambas Pendragon supieran de qué estaba hablando. Igualmente esperaba que la hermana pequeña diera el visto bueno a todo aquello, porque como había dicho la hermana rubia, aquellas cosas a ella le aburrían. Y de todos era aquello sabido.
La hermana pequeña planteó aquello de que debía de hablar con el árbol. Tendría que contentarlo de alguna manera, o explicarle lo que había pasado. Nunca sabía bien cómo funcionaba todo aquello, sin embargo fue reclamado. -Claro, mi señora. Sin mayor problema- Añadió con una leve inclinación de cabeza. Tenía pinta que el desayuno se le iba a demorar…
Shyvanna Pendragon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
-Ummm…Vale- Murmuró Shyvanna como si no se lo creyera mucho, pero tampoco iba a meter las narices en los asuntos del árbol. La última vez que estuvo ante él…La mirada se le perdió un momento mientras los recuerdos fluían en ella. Si se concentraba, podía recordar el sabor de la sangre de Alric. La voz de Ixión le trajo de vuelta y lo miró, girándose hacia él con el ceño fruncido -¿No vas a desayunar?...Si… Es lo que me preocupa, no sé que plan tiene Da Vinci pero…- Hizo una mueca con los labios, no muy convencida -Y sé cosas de los Lothbrock pero en el ámbito de la guerra pues soy un poco ignorante, por eso necesito tu ayuda- Le explicó al moreno y le señaló insistentemente el asiento a su lado, moviendo la silla para que desayunara -Si no se contenta con mi mano va a tener que encontrar la manera- No iba a dejar que Giordano perdiera la vida por su culpa. Nunca…Nunca nadie volvería a pasar por lo que pasó Alric.
-Y con la abuela…¿O crees que lo sepa?- Le preguntó a su hermana mientras cogía la tostada y empezaba a comer, pensando en lo bien que le vendría estar en Avalon con los pequeñajos de su brigada. Sonrió de lado de sólo pensarlo e intercambió una mirada con Artamir que acababa de entrar en el salón con su regio porte, saludando en una breve reverencia a Gen, y colocándose un poco alejado de Shyvanna pero a rango de reaccionar por si acaso.
El patronus de Da Vinci volvió y Shyvanna se quedó mirando la imagen con una sonrisa. Eran tan bonitos los patronus. Extendió la mano con la cucharita de té para atravesar el bicho y éste se desvaneció -Oh…¿Qué dijo?- Arrugó la nariz inocentemente por haberse perdido la parte importante de la respuesta. Tras eso escuchó a Gen y asintió con suavidad -Igual que Markus. Iré a verlo a ver si me recibe. No creo que 1000 pizzas sean suficientes. Quizás le llevaré café…- Suspiró -¿Sabes algo de Lake?- Preguntó, recordando que Markus había quedado prometido con la pelirroja, antes de volver la vista hacia Ixión -A que tú si que has oído a dónde tenemos que ir…¿Verdad que sí?- Le hizo un leve pucherito.
-Y con la abuela…¿O crees que lo sepa?- Le preguntó a su hermana mientras cogía la tostada y empezaba a comer, pensando en lo bien que le vendría estar en Avalon con los pequeñajos de su brigada. Sonrió de lado de sólo pensarlo e intercambió una mirada con Artamir que acababa de entrar en el salón con su regio porte, saludando en una breve reverencia a Gen, y colocándose un poco alejado de Shyvanna pero a rango de reaccionar por si acaso.
El patronus de Da Vinci volvió y Shyvanna se quedó mirando la imagen con una sonrisa. Eran tan bonitos los patronus. Extendió la mano con la cucharita de té para atravesar el bicho y éste se desvaneció -Oh…¿Qué dijo?- Arrugó la nariz inocentemente por haberse perdido la parte importante de la respuesta. Tras eso escuchó a Gen y asintió con suavidad -Igual que Markus. Iré a verlo a ver si me recibe. No creo que 1000 pizzas sean suficientes. Quizás le llevaré café…- Suspiró -¿Sabes algo de Lake?- Preguntó, recordando que Markus había quedado prometido con la pelirroja, antes de volver la vista hacia Ixión -A que tú si que has oído a dónde tenemos que ir…¿Verdad que sí?- Le hizo un leve pucherito.
Rechacé suavemente la oferta de desayuno por parte de Shyvanna con un lento movimiento de cabeza, ya había tenido que reestructurar sus planes y, francamente, tampoco le iba a importar ayunar después de la cena copiosa de la noche anterior. -DaVinci no quiere desposaros, estoy casi seguro. Le ha perdido el orgullo. Pero no va a ser el orgullo lo que le lleve a ganar la contienda, está claro- Me encogí de hombros y tomé el asiento que me ofrecía la hermana rubia. -Tampoco va a ganar con fuerza bruta- Traté de explicarle a Shyvanna sobre cuáles deberían ser las medidas que ella debería tomar para hacer que el Descendiente tuviera algunas ventajas sobre el Vasallo. Si ganaba DaVinci podría hacer callar muchas bocas, y el orgullo de los vikingos se vería tan heridos que seguramente se retirasen a la isla. Dos problemas resaltos. -Seo será si gana, mi señora…- Traté de hacerle recordar que, por el momento, todas las cartas estaban sobre la mesa y la partida no había comenzado.
Rodé los ojos con un leve suspiro camuflado, insignificante. Tras ello sonreí a Shyvanna con cierta ternura -Para eso estoy aquí- Le recordó con cierto tono de empoderamiento -El descendiente le ha citado, lo antes posible en el edificio de I+D de la isla. Supongo que será para tratar el tema que nos ha traído hasta aquí- Las hermanas hablaron un rato más sobre algunos de sus planes, con cierta precaución y reticencia por el vasallo que estaba delante, hablaron de Lake y de su estado de humor al finalizar la noche. Nadie sabía dónde deparaba y podían figurarse cómo estaba. Shyvanna hizo algunos planes sobre cómo tratar de reconquistar al científico del bigote. Una vez que ambas acabaron el desayuno una mesera bien linda retiró los platos y las hermanas se dispusieron para salir, cada una con sus planes correspondientes. Eché a andar hacia la salida, para adelantarme a la salida, y en algún momento Shyvanna se me echó encima para cogerme del brazo, y aprovechando tal efecto, nos desaparecí hacia el I+D.
Rodé los ojos con un leve suspiro camuflado, insignificante. Tras ello sonreí a Shyvanna con cierta ternura -Para eso estoy aquí- Le recordó con cierto tono de empoderamiento -El descendiente le ha citado, lo antes posible en el edificio de I+D de la isla. Supongo que será para tratar el tema que nos ha traído hasta aquí- Las hermanas hablaron un rato más sobre algunos de sus planes, con cierta precaución y reticencia por el vasallo que estaba delante, hablaron de Lake y de su estado de humor al finalizar la noche. Nadie sabía dónde deparaba y podían figurarse cómo estaba. Shyvanna hizo algunos planes sobre cómo tratar de reconquistar al científico del bigote. Una vez que ambas acabaron el desayuno una mesera bien linda retiró los platos y las hermanas se dispusieron para salir, cada una con sus planes correspondientes. Eché a andar hacia la salida, para adelantarme a la salida, y en algún momento Shyvanna se me echó encima para cogerme del brazo, y aprovechando tal efecto, nos desaparecí hacia el I+D.
Shyvanna Pendragon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Aparecieron en la cámara de Shyvanna. Las instalaciones del castillo eran antiguas con lo cual las habitaciones eran absolutamente grandes. No se trataba sólo del lugar donde reposaba la cama con sus cuatro postes y aquella suave tela en color celeste, sino que tenía un salón aparte, un baño propio de grandes dimensiones y una sala de juegos.
Soltó el hombro de cada uno y sonrió mientras iba hasta las dos puertas de su habitación (las que daban a los saloncitos) y las cerraba. Privacidad, privacidad, privacidad. Después de eso se quitó el abrigo, la chimenea estaba encendida y mantenía la habitación a buena temperatura. Lanzó el abrigo contra el sofá y se acercó entonces a los dos hombres, deslizando su mirada por la fisionomía de ambos con un gesto pícaro en el rostro.
-De acuerdo… Normas…- Mencionó, poniendo las manos en jarras al acercarse a ellos -Primero que nada…- Agarró la cara de Ixión con una mano y apretó los dedos en su piel para que le mirara -Ixión, como mi vasallo te ordeno que mantengas en absoluto secreto lo que sucederá aquí. Por ende, te prohíbo hablar fuera de estas cuatro paredes a cualquier ser viviente sobre nuestro encuentro. Especialmente, a cualquiera de mis hermanos y mi abuela- Se le quedó mirando mientras pasaba el pulgar por sus labios de una forma bastante impúdica. Su boca sólo evocaba una palabra en ella: Pecado. Y por todos los Dioses como le gustaría pecar una y otra vez con él. Sonrió ante su imaginación y luego soltó su cara con suavidad y volvió la vista a Giordano.
-Nadie mete nada en el agujero de nadie sin consentimiento…- Eso no estaba demás aclararlo -Y comunicación…- Se acercó a Giordano y subió las manos, pasando las uñas por su abdomen hasta sus pectorales mientras acortaba la distancia entre ellos. Dio la vuelta y fue hasta su espalda con la intención de girarlo hasta que quedara entre Ixión y ella. En el fondo, sospechaba que Giordano era bisexual o algo por el estil. Le podía más la curiosidad que el deseo y no estaba realmente atraído hacia ella así que quizás la clave había sido el griego. Se inclinó sobre su oído para susurrarle -Si quieres más, pídelo. Si quieres más fuerte, dilo… Si quieres parar, hazlo. Si quieres juguetes…sírvete-
Inspiró el perfume de Giordano y soltó un ronroneo mientras las manos bajaban hasta la zona sur -Tenemos…Tanta ropa- Se quejó en voz baja, sintiendo una tensión deliciosa entre las piernas, mientras maniobraba para deshacerse del botón y el amarre del pantalón de Giordano con la intención de llegar hasta su ropa interior y acariciarlo…Si se dejaba, por supuesto -Desvístete, Ixión...Déjanos contemplarte- Le guiñó un ojo pícaro mientras con la mirada le pedía paciencia.
Soltó el hombro de cada uno y sonrió mientras iba hasta las dos puertas de su habitación (las que daban a los saloncitos) y las cerraba. Privacidad, privacidad, privacidad. Después de eso se quitó el abrigo, la chimenea estaba encendida y mantenía la habitación a buena temperatura. Lanzó el abrigo contra el sofá y se acercó entonces a los dos hombres, deslizando su mirada por la fisionomía de ambos con un gesto pícaro en el rostro.
-De acuerdo… Normas…- Mencionó, poniendo las manos en jarras al acercarse a ellos -Primero que nada…- Agarró la cara de Ixión con una mano y apretó los dedos en su piel para que le mirara -Ixión, como mi vasallo te ordeno que mantengas en absoluto secreto lo que sucederá aquí. Por ende, te prohíbo hablar fuera de estas cuatro paredes a cualquier ser viviente sobre nuestro encuentro. Especialmente, a cualquiera de mis hermanos y mi abuela- Se le quedó mirando mientras pasaba el pulgar por sus labios de una forma bastante impúdica. Su boca sólo evocaba una palabra en ella: Pecado. Y por todos los Dioses como le gustaría pecar una y otra vez con él. Sonrió ante su imaginación y luego soltó su cara con suavidad y volvió la vista a Giordano.
-Nadie mete nada en el agujero de nadie sin consentimiento…- Eso no estaba demás aclararlo -Y comunicación…- Se acercó a Giordano y subió las manos, pasando las uñas por su abdomen hasta sus pectorales mientras acortaba la distancia entre ellos. Dio la vuelta y fue hasta su espalda con la intención de girarlo hasta que quedara entre Ixión y ella. En el fondo, sospechaba que Giordano era bisexual o algo por el estil. Le podía más la curiosidad que el deseo y no estaba realmente atraído hacia ella así que quizás la clave había sido el griego. Se inclinó sobre su oído para susurrarle -Si quieres más, pídelo. Si quieres más fuerte, dilo… Si quieres parar, hazlo. Si quieres juguetes…sírvete-
Inspiró el perfume de Giordano y soltó un ronroneo mientras las manos bajaban hasta la zona sur -Tenemos…Tanta ropa- Se quejó en voz baja, sintiendo una tensión deliciosa entre las piernas, mientras maniobraba para deshacerse del botón y el amarre del pantalón de Giordano con la intención de llegar hasta su ropa interior y acariciarlo…Si se dejaba, por supuesto -Desvístete, Ixión...Déjanos contemplarte- Le guiñó un ojo pícaro mientras con la mirada le pedía paciencia.
El acercamiento de Ixion en el taller había sido lo más raro del mundo, no es que me asustara la idea de un trio, es que no lo conocía de nada! Al menos a Shyvanna si. No lo suficiente, pero era algo. Sin embargo, no me había negado ni tampoco rechacé el venir a este lugar. La impulsión por borrar de mi mente un imposible, aunque solo fuera por unos instantes, resultaba superior a mis dudas sobre las consecuencias, que tampoco estimé tan graves si lograba lo que quería.
No iba a negar que al llegar alli empecé a ponerme algo...nervioso. Era yo quien solía controlar ese tipo de situaciones.
- Bueno, la norma de la confidencialidad me gusta. Y yo añadiría tampoco hablarlo a ningun ser no-viviente, que sabemos que hay muchos.... - maticé a lo que dijo Shy, que si se ponia picaro el otro, encontraba lagunas, y yo no entendía muy bien aun como iba eso del vasallaje porque mira los vikingos como habian salido de discolos... luego su aclaracion siguiente me pareció graciosa, pero seguro que tambien necesaria.
- Aun no me puedo creer que vaya a hacer esto. - le dije mientras sus manos pasaban por mi abdomen hasta los pectorales, mirandole a ella, bueno, mas concretamente, la punta de su nariz. Era muy bonita, habia que reconocerlo. Parecía cincelada por Miguel Angel.
"Estupido Miguel Angel"
Cuando se giró para situarse tras mi espalda sin cortar el contacto, Ixión quedó frente a mi y posé mis ojos sobre él. Lo estaba evaluando con la mirada cuando las manos de Shyvanna bajaron mas allá del ombligo y mis musculos se tensaron al sentir su tacto. No iba a negarlo....tenía curiosidad por ver lo que habia debajo de la ropa del griego, seguro que podía hacer un estudio anatómico muy interesante. Si, si me centraba en lo físico, por que no...? Sujeté un momento la muñeca de Shyvanna, con una mezcla perfecta entre delicadeza y firmeza, antes de que se aventurase dentro de la ropa interior. La retuve ahi unos instantes antes de ser yo mismo quien terminase de guiarla. Me mordí los labios para ahogar un suspiro de alivio.
- Antes se me ha olvidado preguntar una cosa.... - si, del duelo. - hay numero maximo de armas? - no parecía que hablase de asuntos practicos, por mi tono de voz y el modo en el que miraba al moreno.
No iba a negar que al llegar alli empecé a ponerme algo...nervioso. Era yo quien solía controlar ese tipo de situaciones.
- Bueno, la norma de la confidencialidad me gusta. Y yo añadiría tampoco hablarlo a ningun ser no-viviente, que sabemos que hay muchos.... - maticé a lo que dijo Shy, que si se ponia picaro el otro, encontraba lagunas, y yo no entendía muy bien aun como iba eso del vasallaje porque mira los vikingos como habian salido de discolos... luego su aclaracion siguiente me pareció graciosa, pero seguro que tambien necesaria.
- Aun no me puedo creer que vaya a hacer esto. - le dije mientras sus manos pasaban por mi abdomen hasta los pectorales, mirandole a ella, bueno, mas concretamente, la punta de su nariz. Era muy bonita, habia que reconocerlo. Parecía cincelada por Miguel Angel.
"Estupido Miguel Angel"
Cuando se giró para situarse tras mi espalda sin cortar el contacto, Ixión quedó frente a mi y posé mis ojos sobre él. Lo estaba evaluando con la mirada cuando las manos de Shyvanna bajaron mas allá del ombligo y mis musculos se tensaron al sentir su tacto. No iba a negarlo....tenía curiosidad por ver lo que habia debajo de la ropa del griego, seguro que podía hacer un estudio anatómico muy interesante. Si, si me centraba en lo físico, por que no...? Sujeté un momento la muñeca de Shyvanna, con una mezcla perfecta entre delicadeza y firmeza, antes de que se aventurase dentro de la ropa interior. La retuve ahi unos instantes antes de ser yo mismo quien terminase de guiarla. Me mordí los labios para ahogar un suspiro de alivio.
- Antes se me ha olvidado preguntar una cosa.... - si, del duelo. - hay numero maximo de armas? - no parecía que hablase de asuntos practicos, por mi tono de voz y el modo en el que miraba al moreno.
Salir de aquel taller fue una verdadera lástima, pues el lugar tenía su morbo y a Ixión le hubiera gustado poder experimentar allí un poco más. Sabía que los aprendices que podrían molestarles no lo iban a hacer y si alguien abría la puerta y le gustaba lo que estaba viendo siempre podría unirse. Pero los otros preferían ser más escuetos y todos aparecieron en el cuarto de Shyvanna. No había color ni comparación con los que los vasallos tenían en aquella residencia, pero tampoco podría quejarse, al menos tenía la libertad suficiente como para hacer lo que quisiera dentro de aquellas cuatro paredes que podrían haber visto de todo.
Extendí las manos y negué con la cabeza, con un leve gesto, queriendo decir que por mi parte mis labios estarían sellados. Nadie se enteraría, al menos de forma directa, de lo que pasase en esa habitación. No había nada más que añadir a aquello. Aprovechó que su suave dedo estaba pasando por sus labios para introducírselo suavemente en la boca, solo la punta del mismo, y después lo empujó suavemente hacia el exterior. La indicación de los agujeros le hizo su gracia, pero era verdad que no estaba de más recordarlo, aquí si jodían, lo hacían todos. -Y ahora que todos conocemos las normas…- Dejé tirada por ahí la sudadera a los pies de la cama, dejando ver la excitación que Shyvanna había provocado en el miembro eréctil. Se subió de rodillas a la cama y quedó en uno de los extremos, enfrente tenía al italiano, y mientras tanto Shyvanna jugueteaba a su derecha y por encima del italiano. Se quitó la camiseta, dejando ver el esculpido torso moreno por los entrenamientos, bajé la mirada hacia la cara del italiano y capté que me observaba, le sonreí de medio lado, con picardía. Gateé para acortar el espacio que quedaba entre él y yo, como una pantera que se aproxima a su presa. Me acerqué desde abajo hasta subir la cabeza a la altura de su cara, cogiendo aire con fuerza para poder oler su personal perfume. Aquel olor todavía me excitaba más. Acabé enganchado en su cuello, mordisqueando suavemente el lóbulo de su oreja.
Separé mi cara de su cuello cuando soltó aquella ocurrencia del trabajo. Le puse un dedo sobre los labios y le hice callar. -En el amor, como en la guerra, puedes utilizar todas las armas que te apetezca- Aquello era un doble sentido, estaba claro. Pero no por ello falto de verdad. -Solo tienes que tener manos para poder manejarlas todas- El dedo paso a un agarre, y le tomé por la barbilla para enfrentar su cara a la mía. Cogí aire y no pude contener más las ganas que tenía de poder atacar aquellos labios.
Extendí las manos y negué con la cabeza, con un leve gesto, queriendo decir que por mi parte mis labios estarían sellados. Nadie se enteraría, al menos de forma directa, de lo que pasase en esa habitación. No había nada más que añadir a aquello. Aprovechó que su suave dedo estaba pasando por sus labios para introducírselo suavemente en la boca, solo la punta del mismo, y después lo empujó suavemente hacia el exterior. La indicación de los agujeros le hizo su gracia, pero era verdad que no estaba de más recordarlo, aquí si jodían, lo hacían todos. -Y ahora que todos conocemos las normas…- Dejé tirada por ahí la sudadera a los pies de la cama, dejando ver la excitación que Shyvanna había provocado en el miembro eréctil. Se subió de rodillas a la cama y quedó en uno de los extremos, enfrente tenía al italiano, y mientras tanto Shyvanna jugueteaba a su derecha y por encima del italiano. Se quitó la camiseta, dejando ver el esculpido torso moreno por los entrenamientos, bajé la mirada hacia la cara del italiano y capté que me observaba, le sonreí de medio lado, con picardía. Gateé para acortar el espacio que quedaba entre él y yo, como una pantera que se aproxima a su presa. Me acerqué desde abajo hasta subir la cabeza a la altura de su cara, cogiendo aire con fuerza para poder oler su personal perfume. Aquel olor todavía me excitaba más. Acabé enganchado en su cuello, mordisqueando suavemente el lóbulo de su oreja.
Separé mi cara de su cuello cuando soltó aquella ocurrencia del trabajo. Le puse un dedo sobre los labios y le hice callar. -En el amor, como en la guerra, puedes utilizar todas las armas que te apetezca- Aquello era un doble sentido, estaba claro. Pero no por ello falto de verdad. -Solo tienes que tener manos para poder manejarlas todas- El dedo paso a un agarre, y le tomé por la barbilla para enfrentar su cara a la mía. Cogí aire y no pude contener más las ganas que tenía de poder atacar aquellos labios.
- +18:
- Le besé en la boca con avidez, guiando con la mano derecha la cabeza del italiano, entrecruzando mis dedos con el pelo del italiano, la otra mano comenzó a bajar: se colocó sobre el ombligo del hombre y fue subiendo hasta el pectoral más cercano. La camisa del italiano estaba abierta, de modo que dejaba ver sus pezones. Apreté aquel músculo perfecto mientras separaba mi boca de la suya, dejando entre mis dientes su labio inferior. Luego fue el turno de la barbilla, clavícula y terminando en el pezón, donde jugué con él con mi boca: la lengua recorría su circunferencia, los dientes se cerraban suavemente sobre la turgente y excitado pezón.
Shyvanna Pendragon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Aquella aclaración de Giordano la hizo sonreír y asintió suavemente, aunque después frunció el ceño pensando que no debía hablar con el árbol hasta que pasara todo el holmgang, que como los espíritus le fueran con el chisme a Wiwi seguro que le obligaba a Giordano a desposarla. Qué aburrimiento. Pero volvió a tierra con ese pequeño movimiento de Ixión y su cálida lengua, que le descargó un torrente de energía por la médula espinal que se desplegó por todo su cuerpo. Se mordió el labio con una sonrisa.
Shyvanna ralentizó un poco sus movimientos cuando Giordano soltó aquella frase y le miró a los ojos, dándose cuenta de que no la estaba observando a ella -Puedes parar cuando quieras- Le dijo, pero no hubo ronroneo alguno. Le buscó la mirada esperando encontrarla y volvió a hablar con seguridad -Cuando quieras- Repitió pero como no dijo nada continuó y desde su lugar acarició con la nariz el cuello de Giordano percibiendo su aroma y sonriendo un poco. Café...Algo más. Un trabajo diferente al de Ixión. Un guerrero y un inventor. Menudo cuadro pintoresco. ¿Cómo encajaba ella ahí?
Shyvanna ralentizó un poco sus movimientos cuando Giordano soltó aquella frase y le miró a los ojos, dándose cuenta de que no la estaba observando a ella -Puedes parar cuando quieras- Le dijo, pero no hubo ronroneo alguno. Le buscó la mirada esperando encontrarla y volvió a hablar con seguridad -Cuando quieras- Repitió pero como no dijo nada continuó y desde su lugar acarició con la nariz el cuello de Giordano percibiendo su aroma y sonriendo un poco. Café...Algo más. Un trabajo diferente al de Ixión. Un guerrero y un inventor. Menudo cuadro pintoresco. ¿Cómo encajaba ella ahí?
- +18:
- Miró a Ixión con ojos golosos, como no, y le recorrió el torso que ya había visto entrenando con deseo. ¡Cuánto poder en aquellos músculos! Se dio cuenta de que Giordano e Ixión se miraban en un momento que a ella pareció subirle la tensión pero se contuvo de hacer comentario porque en ese instante le sujetó la muñeca. La Pendragon no presionó, se quedó esperando, antes de morder suavemente el hombro del Descendiente por encima de la camisa justo cuando él terminó de llevarla hacia donde quería. Notó su dureza y soltó un suspiro, cerró los ojos apoyando la cabeza de lado en su hombro y se concentró solamente en acariciarlo mientras su mente se iba lejos pensando en todas las opciones, todas las posiciones, todo lo que quería probar pero primero tenía que liberarlo de tantas restricciones y eso sólo podía hacerlo al liberar su placer, su otra mano subió por la espalda… Quería quitarle la camiseta pero Ixión tenía otros planes, abrió sus ojos para observarlo ir directamente hacia su presa. Si le asustaba a Giordano iba a matarlo.
La pregunta hizo que alzara la cabeza pero Ixión se encargó de responderla y ella sonrió por aquel doble sentido que pilló en seguida y contempló la forma en la que el griego lo besaba. Apretó suavemente la virilidad de Giordano, manteniendo aquel ritmo firme pero profundo… ¿Y ella para cuándo? Lo dejó hacer porque no se quitaba de la cabeza que era la presencia de él lo que había desencadenado todo pero ella se había aburrido de jugar en segunda división. Necesitaba responder a ese latente deseo en su interior, retiró la mano de donde se encontraba y las metió por debajo de la camiseta para quitársela finalmente dejándola tirada a un lado, besó su cuello y allí donde besó, mordió conteniéndose de no hacerle daño antes de empujarlo leve pero firmemente contra el pecho de Ixión para que se montara en la cama.
Tenía dos hombres semidesnudos en su cama, dispuestos a hacer cosas aunque no parecía que con ella. Pero era su puta cama. Sonrió de lado ante esa idea y empezó a quitarse la túnica que llevaba puesta, las botas las tiró de una patada a un lado y luego se quitó la camiseta y los pantalones mientras los contemplaba, sinceramente, no estaba vanagloriándose de su cuerpo simplemente quería sacarse la ropa de encima. Por si quedaba alguna duda, la piel de Shyvanna no era impoluta. Siendo jefa de la Brigada Brisingr y trabajando con numerosos dragones de todas las edades una que otra cicatriz tenía de cuando no sabía cómo elaborar una buena curación, pero no era algo que la acomplejara. Quedó “vestida” con un body de lencería negra, porque ella siempre iba preparada para la acción. La delicada tela dejaba poco a la imaginación y mostraba bastante de su curvilíneo cuerpo. Si estimaba correctas sus suposiciones, Giordano no le gustaba perder el control e Ixión también era dominante así que…probablemente el body quedaría hecho trocitos en algún momento de aquel encuentro. Así que iba bien…Ella también quería romper cosas…
Se subió a la cama, quedándose a los pies, y cogió los pantalones ya desabrochados de Da Vinci por los tobillos para retirarlos con un par de jalones. Acabaron en el piso…le permitió quedarse en ropa interior por si aún tenía algo de vergüenza. Repitió la estrategia con Ixión, así ya estaban en igualdad de condiciones. No esperó demasiado y acortó la distancia entre Da Vinci y ella, sentándose encima de él y permitiendo que sus intimidades se rozaran a través de la tela, lo que hizo que le robara un gemido. Si, en efecto…La expectativa siempre le subía la libido. Le observó el rostro y luego los ojos con curiosidad, preguntándole qué tal iba, preguntándole si quería seguir… Tras eso se fijó en los labios, la llamaban…Desde la sonrisita perversa hasta las muecas de enojo. Se adivinaban suaves y cálidos. Descendió hasta atraparlos en un beso largo, lento y profundo. Deseaba saborearlo, deseaba recordar su sabor y lo transmitió así. Una descarga de divino placer recorrió su columna y movió involuntariamente la cadera sobre él robándose a sí misma otro gemido. Si no quería seguir… al menos le había robado un beso.
Mientras lo besaba extendió la mano hacia Ixión, no se había olvidado de él, y acarició su excitada intimidad con su mano percibiendo su grosor y su longitud con cierta…reserva. Ambos tenían poderosas herramientas… Se separó de Giordano y en un momento juguetón, le acarició la nariz con la propia antes de incorporarse batiendo su cabello hacia un lado. Posó sus ojos en el griego con picardía. Dejó de retozarse con Giordano y se deslizó entre ambos hombres para alcanzar a Ixión y atraerlo hacia ella -Mmm…Sois pecado- Le dijo contra los labios antes de besarlo también. Sabía distinto, diferente, pero cada uno le había hecho tener un tirón en el estómago. Subió una pierna por su costado, acariciándolo antes de estrecharlo contra ella.
- +18:
- No estaba seguro de si Shyvanna seguía obrando su magia en mi cuerpo, pero la tensión entre las piernas no hacía mas que aumentar contra la ropa interior. Me aflojé un poco al notar el tacto de su mano en mi zona viril, y cerré los ojos, intentando concentrarme, o desconcentrarme, no lo tenía del todo claro. De pronto me veia pensando en cosas que no debería de estar pensando. Y empezaba a tener calor, mucho calor. Por si con Shyvanna no fuese poco, el otro tampoco me lo ponía facil, practicamente escalando por mi torso hasta llegar a la oreja, lugar que atacó con fiereza.
"eh, ohh...bueno, no está mal del todo... oh dios mio está pasando, que he hecho, que voy a hacer?!"
El corazón me iba rapidisimo. Volví a cerrar los ojos y me mordí los labios, inspirando de modo entrecortado. Concentración. Me sujetó por la barbilla. Armas, que armas? Ah si, mi pregunta. Abri los ojos y eché el aire que había estado conteniendo, alzando la punta de una ceja. Manos?
- Soy un virtuoso, puedo manejar varias a la vez... os lo demostraré. - y no precisamente en el hom...monglang...tch, como se decia? Me quedé con los ojos abiertos cuando me estampó ese beso tan pasional. Vale, eso no era como lo habia imaginado... pero no me desagradó en ese instante, debia reconocerlo. Habia algo tremendamente arisco en aquel beso que me gustó, porque quizá lo que buscaba ahora mismo no era ternura si no todo lo contrario. La mano de Shyvanna seguía haciendo de las suyas y cuando Ixion bajó, eché mi cabeza hacia atrás apoyandola en el hombro de ella.
- No. Sigamos. - la verdad es que Shyvanna sabía bien lo que hacía. Una de mis manos fue atrás, hacia sus caderas....pero entonces me pegó un leve empujón. Emití un sonido entre de queja y sorpresa, cayendo encima de Ixion por un instante, que ya se habia dejado al descubierto el cuerpo y yo no me habia podido fijar bien hasta ahora. Vale, si, cuerpo de dios griego, estupendo... asentí para mi mismo. Volví a mirarlo, con una expresión extraña en los ojos, quiza parecia que le pedia permiso. Sin duda era atractivo pero me faltaba mucha confianza con él como para probar esos abdominales, y no me atreví por el momento.
Ladeé la cabeza mirando hacia Shyvanna, que se quitó la ropa quedandose solo con un conjunto muy evocador. Me fijé en todo su cuerpo rapidamente, sus cicatrices inclusive, preguntandome la historia de cada una de ellas...al fin y al cabo era una jinete de dragones... y me gustaron, a decir verdad. El contraste de unas formas delicadas con aquellas cicatrices era encantador. La chica no tardó mucho en dejarnos sin pantalones a ambos y en subirse encima de mi. Empujé un poco hacia ella, a traves de la poca ropa que nos quedaba, pero no, aun no llegaba el momento. La expectativa era mejor. Respondí a su gemido con una breve sonrisa ladeada, bastante pícara. Capté su mirada y levanté un poco la barbilla, indicandole que podia seguir. Este beso fue diferente al de Ixion, un contraste en si mismo. Sus labios eran suaves y cálidos, pero los correspondí despacio, explorando sus movimientos con lentitud y acariciando de modo lujurioso y lento uno de sus muslos.
Se apartó para girarse hacia Ixión. Aproveché para tomar aire...si, vale. Concentración.
"no, no te concentres, no, que piensas de más. Ugh, por eso es mas facil con vino.... espera, que hacen?"
Los miré tendido en la cama, vale, no hacian nada del otro mundo. Fruncí mi ceño y me acerqué a Shyvanna por detrás, que decia que eramos pecado o algo asi.
- Reza tres ave marias por cada uno, y pecado perdonado - tiré de una de las tiras del body de Shyvanna, y luego, arranqué la atadura de la otra, liberando su espalda. Pasé mis labios por su columna hasta su cuello mientras ella seguía entretenida con Ixion, juntando mi cadera contra sus firmes glúteos, rozando y presionando con mi dureza aquella zona de su cuerpo todavia cubierta por poca ropa. Colé una de las manos dentro de su aun apretado body, recorriendo la zona baja de su abdomen con dedos curiosos, que se entretuvieron en dibujar circulos en su ombligo, en acariciar sus ingles.... la empujé con mi cadera un poco más, aproximandola a Ixión mas si cabe, al tiempo que mis labios recorrian su cuello, mis dedos empezaron a recorrer sus labios inferiores, separándolos despacio, antes de acariciar levemente la entrada arriba y abajo, recorriendolos. Cerré los ojos nuevamente, tentando aquella zona pero haciéndola esperar aun.
- +18:
- Ixión se encaramó a la cama, gateando suavemente. Se descalzó usando una bota contra la otra, para que ambas quedasen como testigos mudos de todo lo que iba a ocurrir en aquella habitación (ejemejem que luego me regañan). Estaba ya sobre el lecho, muy entretenido con los primeros acercamientos con Shyvanna, a la que pareció no molestarle que sus dedos se colaran dentro de la boca del moreno. Luego me entretuve con el italiano, y por supuesto su frase no se me pasó por alto. Le devolví una sonrisa ladeada, ya que, con gusto probaría aquel virtuosismo. Siguió con aquel beso al italiano durante unos segundos más, entre lo pasional y lo ligeramente arisco, hasta que me centré en otra de las zonas de su cuerpo. Aquellos pectorales parecían cincelados por los artistas de la mitología grecorromana, y no le hubiese importado perderse en ellos.
“Sigamos” era la palabra clave, muy típica de los juegos eróticos. De nuevo fue la rubia la que tuvo que indicar que en ese momento no había problema para poder avanzar a campos más y más profundos, personales e íntimos. El griego no tenía miedo a seguir avanzando, pero no estaba de más comprobar que el italiano quería seguir jugando. Ixión prefería más las miradas que verbalizar nada, aquello le sacaba de situación. Por eso le había puesto antes el dedo en la húmeda boca del italiano. Las palabras sobran ahora y deben ser sustituidas por gemidos, gruñidos y placer. Sin embargo, no parecía que el italiano estuviese incómodo con aquella situación, de modo que eso era todavía más placentero y podrían seguir. Habían conseguido establecer una especie de juego y trato de no agresión que, por el momento, parecía contentar a los tres. Aún con todo, ninguno de ellos se había aventurado a tocar ninguna de las zonas más bajas de ninguno de otros, dado que no estaba del todo seguro de haber podido llegar al clímax en ese momento. Aquellos dos partener tenían un cuerpo que quitaba el hipo y le era terriblemente fácil perderse en sus instintos más bruscos. Capté algunas de las miradas de soslayo de Shyvanna, interpretando que, no había que espantar a la presa italiana y por tanto trató de controlar sus instintos más profundos.
No se esperó el empujón que hizo la rubia al italiano hacia el cuerpo del griego, pero una vez que le había caído, como agua de mayo, le envolvió con sus trabajados brazos y le dejó caer sobre el colchón despacio. Ahora el italiano estaba boca arriba en el colchón y el griego sobre él, separados ambos por la distancia de los brazos de Ixión, que sostenían el tórax del griego como torres hercúleas. Desde esa posición era más fácil poder estudiar al italiano y recorrió su cuerpo con la mirada, inclinando levemente la cabeza hacia un lado. Captó e interpretó la mirada del italiano. Ixión dobló los codos para disminuir la distancia que los separaba y se aproximó a su oído para susurrarle que podía hacer con su cuerpo todo cuando se le antojase y le apeteciese. Le habló de una forma suave, aspirada y caliente, debido a la temperatura que su cuerpo estaba alcanzando. Aprovechó aquella posición y situación, y frotó suavemente su barbilla con la del italiano, rozando nuestras barbas hasta acabar con la punta de mi nariz en el lóbulo de la oreja del italiano, lamer suavemente el contorno del trago de la oreja y morder suavemente el lóbulo. El roce de las barbas, le excitaba todavía más, y le recordaba la masculinidad que tenía entre sus brazos en ese momento.
Como él también quería contemplar el maravilloso espectáculo que iba a acontecer delante de ellos en ese momento, Ixión giró y cayó sobre uno de los lados de la cama, al lado de Giordano y enfrentado a Shyvanna. Estudió el cuerpo de la rubia. El cuerpo de aquella mujer era la personificación del pecado original, Lilith en toda su reencarnación. Noté cómo mi respiración se aceleraba y se acompasaba con mi corazón, en lo que estudiaba cada una de las curvas perfectas de la Pendragon, salpicada por pequeñas cicatrices que, lejos de hacerla imperfecta, le hacían dibujarse como la guerrera y la jinete de dragones que era. Aquello la daba incluso más poder si cabía, tanto como mujer como por ser su señora. Quiso tocar aquella perfección y hacerla suya, pero ella tenía otros planes para ambos, y aprovechando que estaban ya tumbados, la rubia se deshizo de los pantalones de los varones que terminaron lejos de la cama, aquella prenda no molestaría más.
Tras aquello se subió sobre el italiano, y una punzada de celos le recorrió, dado que él también quería participar. Lejos de quedarse apartado, se aproximó por detrás a la Pendragón y recorrió su espalda, todavía con el body puesto, con la nariz y la barbilla hasta llegar al cuello de la rubia, besando suavemente aquel perfecto ángulo que dibujaba su trapecio, y que se encontraba libre de los tirantes de la parte de arriba de la lencería. Ascendió despacio, con suaves besos desde esa posición hasta la raíz del pelo, en sentido ascendente, acabando en la parte de atrás de la oreja, mordiendo con suavidad el hélix de la oreja. Era ese momento el idóneo para deshacerse con cuidado del collar de la mujer, y dejarlo apartado en la mesilla de noche. Volvió a hacerse un hueco en el cuello de la rubia, besando con suavidad toda aquella zona mientras que las manos del griego recorrían en sentido ascendente, hasta poco antes de alcanzar el hombro, los impolutos brazos de Shyvanna. Subía rozando la piel con la yema de sus dedos, descendía, hasta la muñeca, con el borde de las uñas.
Se retiró cuando ella se vertió sobre el italiano, dejándoles hacer pero sin apartarles la vista, sintiéndose terriblemente excitado de aquella imagen. Se llevó la mano a su miembro, todavía tapado por la ropa interior. Lo notaba palpitante, caliente, con claras ganas de salir de aquella funda y participar de una forma más activa. Se sentía mojado, gracias al lubricante natural que él mismo estaba generando, avecinando lo que podría venirse a continuación. El frotamiento de su miembro con la tela le excitó el grande, y un escalofrío le recorrió la espalda y sin querer emitió un gemido silencioso. Aquello, por alguna razón que no tenía claro, llamó la atención de la mano perdida de Shyvanna y se dejó hacer. Se mordió el labio, emitiendo un gruñido de placer, cogió la mano de Shyvanna y la dirigió por debajo de la goma de la ropa bóxer: si ella extendía bien los dedos podía notar el rizado vello público del griego justo por encima de su sínfisis púbica, y que dirigían hacía su zona genital, mientras que su dedo pulgar podía rozar el pelo que circundaba el ombligo del mismo.
Se dejó caer a un lateral, devolviéndole la mirada y la sonrisa a la rubia, mostrando sus blancos y perfectos dientes. La recibió con ansia, jugando en sus bocas lengua con lengua, mordiendo con suavidad el labio inferior de la Pendragon cuando era necesario respirar, de aquella forma tan profunda y caracterízala de la excitación. Ella le había colocado una pierna sobre su lateral, él cogió con fuerza ese muslo ascendente y apretó su mano en la carne de ella. Aquella posición tumbados le molestaba, de modo que les hizo girar para él quedar boca arriba sobre el colchón de la cama, y Shyvanna sentada sobre el abdomen del griego.
Cogió con una de las manos la nuca de la rubia y el griego acercó su boca a la de ella, besándose, buscándose, y él le dirigió a su cuello, ya que aquella zona le era especialmente erógena. Con la otra mano, la que le quedaba libre, fue buscando el límite inferior del body, recorriendo todo el perímetro del mismo. Metió el dedo pulgar debajo de la tela, empezó el viaje por la parte anterior, próxima al monte de Venus, y viajó lentamente hacia atrás, hacia la nalga, ascendiendo previamente por la cadena de Shyvanna. La mano de Ixión era tan grande como el glúteo de ella, de modo que pudo abarcarla fácilmente, apretarla y empujarla hacia él, hacia arriba. Mientras, Giordano se colocaba detrás de Shyvanna y jugaba con su espalda.
Dejó que el italiano jugara un poco más con el cuello y espalda de la mujer, sus manos viajaban por la parte delantera de ella podía comprobar cómo viajaban entre la tela y la piel de Shyvanna. Llegado un punto Ixión decidió que aquella prenda ya sobraba, de modo que cogió a la mujer en brazos, cogiéndola por los muslos y la dio la vuelta, quedando ahora ella tendida boca arriba sobre la cama. Viajó, con un movimiento felino hacia el rostro de ella y fue a buscar sus labios, sin embargo, no llegaron a tocarse e Ixión apartó la boca con una exhalación. Casi se besan, pero no. Quedó sentado sobre sus gemelos -A sus pies, mi señora- Aquello tenía gracia, porque, literalmente, ahora los dos hombres estaban a los pies de Shyvanna. Ixión cogió con suavidad la pierna de la mujer y la estiró por delante de él. Fue besando despacio empezando por el empeine hasta subir al tobillo, la espinilla, la cara interna de la rodilla y la cara interna del muslo, cerca, muy carca de la zona genital de ella. Aspiró profundo, saboreando aquel perfume. Desde aquella posición buscó la mirada de Shyvanna, buscaba el lenguaje no verbal, pidiendo permiso para avanzar y quitarse aquella tela de en medio. Molestaba.
Shyvanna Pendragon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
- +18:
- De acuerdo…Seguir era buena idea. Contempló a Ixión depositar a Giordano en la cama y la curiosidad latió en su interior. Estaba claro que el griego tenía experiencia con el otro sexo pero Giordano…¿O era falta de confianza? Se humedeció los labios con un gesto pícaro. Tenía que sacarlo de su zona de confort, obligarlo…Grrrr. Sonrió con casi ternura cuando los dos la miraron e intercaló sus ojos zafiro entre los dos antes de ir a por su primera presa. Las manos de Ixión y sus labios por su espalda la hicieron apretarse contra Giordano, disfrutando de la sonrisita pícara que le regaló porque le dio un tirón en el estómago. Le gustaban más esas muecas que el constante ceño fruncido, quizás necesitaba más sexo. Le devolvió una igual que se borró cuando tuvo que morderse el labio mientras toda su piel se erizaba. La espalda…Y el cuello, sí, puntos erógenos fáciles pero que Shyvanna tenía particularmente sensibles y con los labios de Ixión torturándola y mordiéndola, la tensión se acumulaba en su interior y encontraba liberación en pequeños suspiros que empezaban a cargar el ambiente. Miró de reojo cómo dejaba el collar y apoyó la cabeza hacia atrás en el cuerpo fornido del moreno -Ese cajón tiene sus secretos- Lo dejó caer, por si le apetecía alguno. Ella por ahora iba servida.
Shyvanna adoró cuando Giordano le invitó a seguir con aquel gesto silencioso y disfrutó del beso correspondido y de las sensaciones que le dejaban mientras enredaba una mano en el pelo castaño y tiraba suavemente de él para guiar aquel beso hacia donde ella quería para satisfacer su curiosidad y deseo. La mano libre, guiada por Ixión, se aventuró dentro de la ropa y la calidez y dureza de su virilidad la sedujo lo suficiente para bajarse de Giordano. Se relamió los labios con cierta hambre, un gesto puramente sexual, mientras él le sonreía. Pronto estuvieron liados en besos mientras Giordano finalmente se accionaba, un pequeño gemido de satisfacción se escapó de los labios de la dragona cuando se acercó pero no pudo contener la risa que le entró cuando soltó lo del Ave María. Tuvo que alejar la cara de Ixión y para ver encima de su hombro a Giordano -Que me crucifiquen por pecadora- Murmuró guiñándole un ojo antes de volver a besar a Ixión pero antes de atrapar sus labios Giordano hizo aquello de la columna que volvió a estremecerla entera, sintiendo su cuerpo contra ella apretó las muelas y llevó una mano al trasero del italiano y le clavó las uñas para que se apretara más -Gio…Otra vez- Le pidió sintiendo se aventuraba por dentro del body.
La presión en su muslo volvió su atención a Ixión y le miró a los ojos un instante antes de volver a besarlo. Él era mucho más exigente que Giordano, sabía distinto, era más demandante y quizás menos cohibido. Tuvo que morderle el labio con fuerza cuando el italiano empezó a acariciarla íntimamente, podía sentir su propia lujuriay humedad incrementarse. Sin duda, ya se encontraría absolutamente preparada para ellos pero el castaño era bueno jugando a la expectativa lo que la calentaba aún más. Liberó el agarre en su trasero para acariciar el antebrazo e ir bajando hacia la mano entre sus piernas, invitándolo a que satisficiera su deseo más profundamente. Pero Ixión tenía otra idea y hubo un cambio de posiciones. Shyvanna lo agradeció brevemente pero le lanzó una mirada a Giordano de “malvado” antes de observar a Ixión y ponerle las manos en los pectorales tan marcados para mover su cadera contra la de él y continuar con el delicioso ritmo que había marcado el italiano.
Se inclinó para besarlo, sintiendo una especie de división entre dejarle todo el poder del beso o no, y más de una vez se resistió a que la dirigiera. Acabó mordiéndole el labio cuando su mano empezó a curiosear por el body y ella descendió sus besos hacia la línea de la mandíbula, mordiéndole suavemente antes de seguir bajando hasta su cuello y se permitió succionar un poco su piel para dejarle una visible marca de aquel encuentro. Sólo lo soltó cuando volvió a cambiarla de posición y se quedó en la cama rebotando brevemente, contuvo el aire cuando Ixión se acercó a ella de esa forma porque…Joder, sí, quería que la devorara enteramente…Pero no ocurrió, la dejó con las ganas igual que Giordano. Malditos los dos.
Se mordió el labio al verlos a los dos allí, para ella. Si antes había estado caliente, ahora literalmente era una dragona en celo. Era el momento de ponerse serios. Alzó las manos hasta sus pechos, la tela del body sobraba y se la restregó suavemente en los pezones antes de apretarse los pechos mientras paseaba su mirada por el cuerpo de Giordano y luego el de Ixión, su respiración se aceleraba y el corazón ya no sabía a qué ritmo iba. Los ojos zafiro de la mujer se fijaron en el griego mientras iba avanzando por su cuerpo deseando que llegara de una vez a donde debía, contuvo un par de suspiros mientras sus labios reptaban -Destrózalo- Murmuró en un ronroneo y liberó sus manos para que terminara de deshacerse de la ropa de una vez pero en sus ojos brillaba algo más que aquella orden -Y tómame de una vez- Gimió con frustrado deseo antes de pasar la mirada hacia Giordano, se incorporó un poco para quedar sobre un brazo y con la mano libre lo llamó con el índice para que se acercara. Esperó a que lo hiciera (asumiendo que se quedara de rodillas) y le sonrió, mirándolo desde abajo, quedando a la altura de su virilidad, maniobró con una mano para bajar la tela de su ropa interior y dejarlo expuesto ante ella, no tardó demasiado en relamerse los labios y guiar su virilidad a la calidez de su boca. Dicen que la práctica hace al maestro y Shyvanna tenía más de 10 años de práctica continua así que fue adecuando la intensidad, el ritmo y la presión a las deliciosas respuestas físicas de Giordano, unas que no se perdía porque tenía sus ojos clavados en él. En determinado momento, le cogió la mano y la dirigió a sus dorados cabellos enterrando sus dedos en ellos, por si quería enseñarle exactamente cómo le gustaba.
- +180:
- Al parecer había descubierto que la espalda de Shyvanna era mas reactiva de lo que habia esperado, asi que no escatimé en besos y caricias en aquella parte tan amplia de su cuerpo, y en algun momento la presión de mis dedos hacia que se tornase mas en suaves arañazos que en caricias en si mismas. Tocando las teclas adecuadas, podría sacar una sinfonía de sus cuerdas vocales....
Tras un rato, Ixión provocó un cambio, dejándola a ella boca arriba en el colchon y cada uno de nosotros a un lado. Volví a cuestionarme que puñetas estaba haciendo con mi vida en general, yo habia quedado para hablar sobre el duelo que era....mañana? y habia acabado en la cama con un llamemoslo desconocido y una Pendragon... si se enteraban lo mismo no era Viggo quien reclamaría mi puesto en el Consejo si no el resto de mis compañeros, se me iba la cabeza por momentos.
Pero bipolar como estaba, sonreí con malicia al ver lo que hacia Ixión. Ella lo pidió claramente, la habíamos provocado demasiado, aunque quizá aun pudieramos provocarla un poco mas. Me acerqué a ella desde uno de sus laterales, mientras él se encargaba de la parte inferior, y ella terminaba de librarse de mi ropa interior. Tenía la sensación de que ella ya me había visto desnudo del todo, de aquella vez que casi provoco un alud yo solito y acabé en su templo con una manta por toda ropa....
Eché la cabeza hacia atrás al notar la calidez de su boca envolverme, en una reacción fisica al placer que aquello me provocó, emitiendo un jadeo y posteriormente mordiendome el labio inferior. Ella hizo algo, yo que se, no tengo ni idea de que hizo, pero me tuve que tapar la boca porque si no iba a acabar gritando antes de tiempo. La miré a los ojos como preguntandole "qué tecnica es esa?" pero sin destaparme la boca, hasta que pude controlar mis impulsos y dejé ir un suspiro, llevando mi mano guiada por la suya a su cabello, donde al principio seguí su ritmo pero luego marqué el mio, profundizando al final más en el recorrido que hacía con su boca. Se me ocurrió que, ya que estabamos en estas, podiamos añadir algo más.
Intenté concentrarme para hacer un hechizo de atracción pero con Shyvanna asi era algo complicado... oh, mierda, claro, me habia dejado mis brazaletes en el taller...asi como iba a atarla? Rodé la mirada y con un gesto algo exasperado de mi mano (concentracion) abrí el baul ese que ella mencionó antes. Si se preciaba en lo mas minimo, ese baul tendría lo que queria. Con un "accio cuerdas" mental, alcé la ceja al ver como lo que quería volaba hasta mi mano.
- Que traviesa. - dije cuando tenía lo que quería a mano, saliendo de ella con un quejido ahogado. La interrogué brevemente con un gesto de mi cara, por eso del consentimiento...pero algo me decía que no iba a parecerle mal. Amarré sus manos por encima de su cabeza, y estas al cabecero de la cama. Mientras Ixión seguía a lo suyo entre las piernas de Shyvanna, me acerqué a sus tobillos (de ella), y les di un beso a cada uno antes de atarlos, pero no juntos como las manos, separados con dos cuerdas distintas que amarré a los travesaños traseros de la cama. Tras dejarla asi, volvi a mi posicion de antes, junto al cabecero, pasando nuevamente mis dedos por el cabello rubio, tomando uno de sus pechos con la otra mano. - Por donde lo habiamos dejado?
- +18:
- Se mordió el labio al comprobar la excitación de Shyvanna al cambiar de compañero y pasar a entrar en mi territorio. Le cogí por el pelo mientras nos besábamos con fiereza, tal y como la jinete de dragones lo estaba pidiendo. Con cada gemido aprovechaba y atacaba el cincelado cuello de la dama, succionando por el músculo y subiendo por el cuello hasta la oreja, volviendo al estado anterior, cada vez con más ansia. Aguanté un gemido sonoro, que quedó en un jadeo, cuando la mano se la Pendragon se perdió se su camino marcado y fue a buscar la sexualidad de Ixión. Tenía el corazón rebotando a mil por hora en el pecho y su respiración se aceleraba, caliente, jadeante.
Con cada acercamiento a las zonas más íntimas de Shyvanna, Ixión alzaba la mirada para comprobar cómo la excitación de la Pendragon iba cada vez en aumento, haciendo que él mismo se calentara más, teniendo que contenerse para no tomarla allí mismo, a pesar de la orden clara que llegaría algunos instantes más adelante. Pasé suavemente la punta de la nariz por aquella zona tan excitada y levanté la vista por encima de la carne de Shyvanna. Sonreí con malicia ante su orden de destrozar el body, relamiéndome los dientes impolutos. Toda aquella tela estaba sobrando. Necesité incorporarme para poder ejercer fuerza correctamente, quedando de rodillas y me situé entre las dos piernas de la rubia. Cogí la prenda con ambas manos y, tal como indicó, lo rasgué con fuerza hasta que el roto recorrió toda la tela y pudo deshacerse de ella, lanzándola a un lado. Ahora él cayó sobre el cuerpo de Shyvanna, que se encontraba totalmente expuesto, y nuestras húmedas pieles entraron en contacto, y nuestras zonas erógenas también, a pesar de la tela que todavía estaba cubriendo la mía, como dos piezas perfectas de un puzle.
Me acerqué a su cara despacio, buscando sus labios, sonriéndole con picardía. Iba a ser un sirviente desobediente en ese momento, y le mordí un labio para luego empezar a descender, de nuevo, besando su cuello, mordiendo con suavidad su clavícula, saboreando de sus turgentes senos, jugando con la lengua en su ombligo y llegando finalmente al destino final. Dándole total libertad para que ella pudiera hacer con el castaño todo lo que le placiese. Ante Ixión ahora se encontraba el tesoro más preciado de la mujer y el que él tanto ansiaba. Ascendió suave con la puta de su nariz y sus labios orales recorriendo por los labios carnosos que le daban la bienvenida al monumento al placer y se centró en la parte superior con la que jugó primero con su respiración exhalando aire húmedo y cálido. Luego se unió a la lengua y recorrió aquella zona en círculos, notando las contracciones involuntarias de los músculos que recorrían aquella zona. Necesitó hacer uso de sus dedos para abrir la cueva del deseo y poder internarse más profundamente, cada vez con más ansia de poder tomar aquello. Se lamió el dedo índice y corazón y los incluyó en el juego, intercambiándolos con su lengua según esta se iba cansando, y las yemas de sus falanges no tardaron en humedecerse con la excitación de la rubia.
Siguió trabajando en la excitación y lubricación de aquella zona de la rubia mientras ella hacía lo propio con la de Giordano. En efecto, la virilidad de aquel hombre era otro trozo de pecado que al griego tampoco le importaría probar, sin embargo, dejaría que el castaño fuese el que se acercarse, a diferencia de ocasiones anteriores, pues no quería cortarle su propio placer y mucho menos espantarle, aunque, dada la situación, dudaba que fuera a hacerlo. Ixión necesitaba sentirlo cerca y escucharle gemir al oído. Era algo que le estaba pidiendo su cuerpo, era algo físico y visceral. Necesitaba sentirlos a los dos. Se incorporó nuevamente para quitarse su ropa interior y dejar su masculinidad al aire, a fin de poder saciar los impulsos de ella y del moreno. Ella ya lo había pedido antes y ahora quería poder satisfacerla completamente. Tomó su virilidad con una de sus manos y se inclinó levemente hacia delante. Frotó la punta de su órgano con el orificio de ella y con sus labios y sus fluidos lubricantes se mezclaron entre ellos. Jadeó en silencio mientras paseaba el glande por los labios de Shyvanna, notando la excitación que le estaba produciendo aquel tacto húmedo y caliente, pero sin llegar a introducir ningún órgano dentro de cualquier otro, simplemente, tanteando la excitación. Alzó la mirada, al igual que las cejas, buscando la súplica de Shyvanna para que me adentrara en el placer de ella. Quería escucharla pedir, quería oír a su señora pedir a su vasallo, alterando las tornas que habían cambiado en la cama, a diferencia de lo que ocurría en los pasillos de la residencia Pendragon. Que le pudiera le excitaba todavía más.
Cuando Gio empezó a jugar con las cuerdas le dejó hacer, y tuvo la necesidad de apartarse. Ahora era el griego el que cambiaba de posición y dejaba al italiano trabajar en aquella zona inferior con las cuerdas y yo pasaba a la parte superior de la cama. Mordí con ansia los suaves senos de Shyvanna, libres por las telas, y me detuve un poco más de tiempo con los pezones de la misma, jugando en círculos con mi lengua para recorrer toda la aureola, quedando mi excitada virilidad cerca de su rostro, por si le apetecía probar cosas diferentes. Ixión, por su parte, estaba abierto a que ella explorara aquella zona sin ningún tipo de miramiento.
Indiqué al dragón sobre el que volaba que iniciase una aproximación lenta a la entrada del castillo, haciendo que tirase a los tres licántropos a la nieve cuando estábamos a un par de metros del suelo. Tras eso aleteó para aterrizar despacio, permitiéndome bajar antes de volver a elevar el vuelo para marcharse. - Guardias. - ordené a los de la puerta que se acercasen, señalándoles con la cabeza a los del suelo. - Cubrid su impúdica desnudez de licántropos y llevadlos al ala de sanación del castillo. No aviséis a los sanadores todavía, quiero entrar yo primero para interrogarlos. - y tal vez alguna cosa más. Los guardias obedecieron, sacando unas camillas y unas sábanas para cubrir a los licántropos antes de llevarlos dentro.
Los seguí segundos después, pero antes de eso fui hacia las mazmorras para coger tres pequeños frascos de mi sala de prácticas con la magia de sangre. Guardé los frascos en el bolsillo interior de mi capa, regresando arriba y caminando después hacia la sala en la que habían dejado a los tres intrusos de la montaña. Éstos yacían sobre camastros, tapados con sábanas hasta los hombros. Aún no habían avisado a los sanadores, tal y como les había pedido. Estábamos solos en ese momento, tampoco había ningún otro herido más. Aproveché que seguían sangrando para acercarme a ellos uno a uno y obtener una muestra de sus sangres, guardando una poca cantidad de cada uno en los frascos que había cogido. La cicatrización de los licántropos era rápida, pero las heridas eran bastante numerosas y profundas, lo cual me dio tiempo para obtener muestras decentes de sangre. Del Hacksaw ya tenía un par, pero no me venía mal tener otra. Ya hablaría más tarde con Ixión para lo que tenía en mente. Tras eso me guardé las muestras y me aparté de ellos, cruzándome de brazos mientras esperaba a los sanadores. Los observé con cierto desprecio, como si fuesen un subproducto fallido de la raza mágica. Nada que ver con los majestuosos dragones.
Los seguí segundos después, pero antes de eso fui hacia las mazmorras para coger tres pequeños frascos de mi sala de prácticas con la magia de sangre. Guardé los frascos en el bolsillo interior de mi capa, regresando arriba y caminando después hacia la sala en la que habían dejado a los tres intrusos de la montaña. Éstos yacían sobre camastros, tapados con sábanas hasta los hombros. Aún no habían avisado a los sanadores, tal y como les había pedido. Estábamos solos en ese momento, tampoco había ningún otro herido más. Aproveché que seguían sangrando para acercarme a ellos uno a uno y obtener una muestra de sus sangres, guardando una poca cantidad de cada uno en los frascos que había cogido. La cicatrización de los licántropos era rápida, pero las heridas eran bastante numerosas y profundas, lo cual me dio tiempo para obtener muestras decentes de sangre. Del Hacksaw ya tenía un par, pero no me venía mal tener otra. Ya hablaría más tarde con Ixión para lo que tenía en mente. Tras eso me guardé las muestras y me aparté de ellos, cruzándome de brazos mientras esperaba a los sanadores. Los observé con cierto desprecio, como si fuesen un subproducto fallido de la raza mágica. Nada que ver con los majestuosos dragones.
Shyvanna Pendragon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
- +18:
- Una pizca de diversión brillo en los ojos zafiro de Shyvanna al ver a Giordano taparse la boca. Aún libre de sus manos se esmeró no sólo en atenderle sino que uso sus manos y, por supuesto, uñas para acariciar la piel de sus muslos. Pero poco a poco Ixión robaba su atención y tuvo que parar sólo un poco cuando se posicionó sobre ella para cumplir su orden, deshaciéndose de su ropa. Le recorrió un escalofrío divino de placer que la hizo arquearse entre ellos para luego recibir el roce del fornido cuerpo de Ixión contra ella. Le gruñó un poco cuando le mordió y lo dejó descender para volverse hacia Giordano con una sonrisa complacida.
Cada uno de los estudiados movimientos de Ixión hacían que un gemido vibrara en la garganta de Shyvanna y, por ende, en Giordano. Finalmente, lo vio concentrándose en algo y cuando vio las cuerdas le brillaron los ojos con cierta expectativa. Sí, excelente idea amarrar alguien a su cama. A él por ejemplo. Así no se escaparía. Se relamió los labios riendo apenas brevemente -No tienesss… Ahhh…- El pensamiento quedó en ello cuando su vasallo se empeñó un poco más en ella. Cerró los ojos, dejándose llevar por el placer y concentrándose exclusivamente en sí misma, tanto que Giordano hábilmente la dejó maniatada. La Pendragon apretó los dedos contra la cuerda que ahora mantenía sus manos en un sitio y abrió los ojos para observar al Descendiente con una sonrisita -Sabía…Que te gustaba jugar- Soltó una risita femenina que quedó en el aire tras convertirse en un gemido que inundó la habitación.
Centró los ojos en Ixión cuando empezó a tentarla pese a que le había dado una orden, una orden justa y necesaria. Su cuerpo ardía, su corazón latía con fuerza y necesitaba todo de ellos. Se mordió los labios y dejó que su propio cuerpo se moviera contra el de él en una petición silenciosa pero entonces… La miró y lo notó. Supo lo que quería y Shyvanna entreabrió los labios y se pasó la lengua por estos de una forma muy lenta y sexual antes de sonreírle abiertamente, iba a incorporarse en un movimiento fluido para comerle la boca y tirarlo contra la cama. Ella iba a tomar lo que quería…cuando sintió el tirón de las cuerdas en sus muñecas y en las piernas. Estaba inmovilizada… Había estado tan concentrada en vengarse de Ixión por torturarla que Giordano había hecho de las suyas -Da Vinci…- Murmuró en un ronroneo de advertencia pero no podía evitar sentir que su lívido crecía aún más.
De acuerdo, no estaba demasiado acostumbrada a eso. Intentó controlar su respiración agitada pero entre la calentura que tenía y volver a sentir los labios malditos de Ixión sobre ella se olvidó -momentáneamente- de lo que quería hacer. Observó a Giordano con una sonrisita cuando volvió hasta ella buscando lo que quería. Movió suavemente la cabeza contra su mano cual gata en celo antes de volver a envolverlo con sus labios y lengua. Lo cierto es que mantuvo su vista fija en el Descendiente sintiendo un increíble morbo al verlo complacido por ella. Con una última y larga lamida se echó hacia atrás y, siendo consciente de la cercanía de Ixión…Iba a enseñarle una lección -Gio…Por favor…- Suplicó mordiéndose el labio inferior mientras se removía entre las sábanas, evidentemente inquieta y profundamente excitada como delataban sus ojos brillantes y sus mejillas sonrosadas -Por favor…- Pidió de nuevo, como nunca en su puta vida había pedido, tirando suavemente de las cuerdas antes de cerrar los ojos y tomar un par de respiraciones. No sabía si la complacería, aparentemente, le gustaba la lenta tortura pero… Bueno, al menos su orgullo seguiría intacto.
Pero no dispuesta a cortar la magia del momento, porque de que iba a tenerlo a los dos, iba a hacerlo, volvió la cara hacia Ixion y no el fue difícil regalarle las mismas atenciones que él le había proporcionado a ella. Era distinto, diferente pero igual de satisfactorio y quería, por todos los dragones, oírlo gemir su nombre así que se ocupó de estimular con su lengua cada terminación nerviosa de su virilidad. Iba a hacerlo desear ocupar el puesto que, más le valía al italiano, Giordano iba a ocupar.
- +18:
- Le dediqué una sonrisa traviesa a Shyvanna cuando dijo que sabia que me gustaba jugar, encogí un hombro mirando hacia a un lado como diciendo "pues si, para que negarlo", era evidente. Me divertía verla en una posicion en la que al parecer no solía encontrarse, es decir, sin ser ella quien manejase el asunto, dirigiera o diese las ordenes. Entre Ixión y yo nos habiamos encargado de ello.
Tras atarla y recorrer su cuerpo con mi mano diestra, tanteando su piel con mis yemas hasta volver a su lado, me recibió de nuevo con sus labios, provocando que largase un cálido suspiro de placer. Apreté los dientes hacia el final, por su ultima maniobra, altamente tentadora. Luego me suplicó, ansiosa. Ixion ahora estaba frente a mi, al otro lado de la cara de alla. Lo miré y torcí un poco la cara, pero con aquella sonrisa picara mia de antes, entornando los ojos.
"le has hecho que me acabe rogando a mi"
Con Shyvanna ahora ocupada con la virilidad de Ixion, y yo al otro lado de ella, y frente a él, me incliné hacia delante, agarrando al moreno por el pelo de la nuca. Tiré de él hacia mi, juntando nuestros labios por encima de Shyvanna, tendida sobre la cama como estaba. Cerré los ojos. Busqué averiguar el modo que tenía de besar él, lo diferente que era... su sabor, mezclado con el de Shyvanna. Dejé volar mis pensamientos, no así el pelo de él, pues mi mano seguia sobre su nuca. Me separé solo cuando tuve que tomar aire, tras haber saciado mi curiosidad respecto a aquel beso. Nada mal. Subía la temperatura. Alcé ambas cejas brevemente antes de separarme de Ixion y colocarme entre las caderas de Shyvanna, haciendo que mis genitales rozaran los suyos.... Él la había dejado bien preparada y...tras intercambiar unas miradas con ambos, entré en ella, profundamente y con fuerza, tomándola por los glúteos y levantando levemente sus caderas, para que el ángulo fuese el indicado...preciso.... aquel en el cual mi contacto dentro de ella le produciría un placer mas extremo. A mi mismo se me escapó un jadeo por aquel brusco contancto, por estar subitamente atrapado por ella. Tras aquella primera penetración me quedé dentro de Shyvanna, moviendo mi cadera lentamente hacia su interior, mientras estudiaba su rostro y mis manos apretaban con firmeza y experticia sus gluteos, pudiendo así dirigirla. Y aunque había empezado brusco, continué lentamente, buscando que ella tambien pudiese encontrar su ritmo con la cadera en aquel baile.
Savannah
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
- Puto Wiwi:
- Wthyr Pendragon escribió:Indiqué al dragón sobre el que volaba que iniciase una aproximación lenta a la entrada del castillo, haciendo que tirase a los tres licántropos a la nieve cuando estábamos a un par de metros del suelo. Tras eso aleteó para aterrizar despacio, permitiéndome bajar antes de volver a elevar el vuelo para marcharse. - Guardias. - ordené a los de la puerta que se acercasen, señalándoles con la cabeza a los del suelo. - Cubrid su impúdica desnudez de licántropos y llevadlos al ala de sanación del castillo. No aviséis a los sanadores todavía, quiero entrar yo primero para interrogarlos. - y tal vez alguna cosa más. Los guardias obedecieron, sacando unas camillas y unas sábanas para cubrir a los licántropos antes de llevarlos dentro.
Los seguí segundos después, pero antes de eso fui hacia las mazmorras para coger tres pequeños frascos de mi sala de prácticas con la magia de sangre. Guardé los frascos en el bolsillo interior de mi capa, regresando arriba y caminando después hacia la sala en la que habían dejado a los tres intrusos de la montaña. Éstos yacían sobre camastros, tapados con sábanas hasta los hombros. Aún no habían avisado a los sanadores, tal y como les había pedido. Estábamos solos en ese momento, tampoco había ningún otro herido más. Aproveché que seguían sangrando para acercarme a ellos uno a uno y obtener una muestra de sus sangres, guardando una poca cantidad de cada uno en los frascos que había cogido. La cicatrización de los licántropos era rápida, pero las heridas eran bastante numerosas y profundas, lo cual me dio tiempo para obtener muestras decentes de sangre. Del Hacksaw ya tenía un par, pero no me venía mal tener otra. Ya hablaría más tarde con Ixión para lo que tenía en mente. Tras eso me guardé las muestras y me aparté de ellos, cruzándome de brazos mientras esperaba a los sanadores. Los observé con cierto desprecio, como si fuesen un subproducto fallido de la raza mágica. Nada que ver con los majestuosos dragones.
Cuando la conciencia de Savannah volvió en sí lo primero que sintió fue dolor. Mucho dolor. En todo el cuerpo pero sobre todo en la cara y al costado. Se removió un poco y se llevó la mano hacia su rostro para tocarse verificando que, en efecto, tenía sendas heridas en proceso de cicatrización. Siseó un poco y abrió los ojos, encontrándose con una lámpara que no era la de la cabaña. Eso quería decir… Inspiró profundamente y reconoció el aroma de Ian y de Jarkko, pero no el de Lorcan. Esa lámpara…No era del hospital tampoco.
De acuerdo, no sabía donde estaba pero sí que estaba acompañada. El aroma era distinto y había algo que no le había costado mucho descifrar: Dragones. Y si sumaba 1+1: El resultado era malo. Se incorporó con un siseo, importándole tres cominos que se le cayera la sábana, y sus ojos dorados panearon la estancia encontrando a un hombre de cabello oscuro mirándole ceñudo. La loba le dedicó una larga mirada de estudio antes de bajarse lentamente de la camilla. Sintió un latigazo de dolor en todo el cuerpo y se observó el costado. Tenía una herida punzante que aún sangraba. ¿Garras? Quizás…Estaban profundas. Demasiado profundas. Se llevó la mano ahí para contener la hemorragia.
Sabía que Ian seguiría inconsciente porque pertenecían a la otra facción y Jarkko…Ni idea, la verdad. Empezó a caminar hacia Ian sin quitar la mirada del hombre -Supongo que os debo agradecimientos varios...¿Sr Pendragon?- Expresó dubitativa siendo cuidadosa a la hora de moverse porque no se sentía con fuerzas para encarar una batalla ahora. Llegó hasta Ian y confirmó que estaba respirando, tras eso le quitó la sábana sin ningún remordimiento estúpido y empezó a evaluar sus heridas manteniendo sus sentidos en alerta -Ian…Maldita sea, despierta- Dijo muy bajito inclinándose hacia su oído como si tuviera una herida muy interesante en el cuello y pellizcándole un fornido bíceps. Malditos lobos. Levantó la vista hacia Jarkko que parecía estar en peores condiciones aún. Tenía que ir al hospital ya. Se incorporó mirando de nuevo al Pendragon mientras intentaba concentrarse en hacer un patronus para avisar a Lorcan...Sin éxito alguno. Estaba demasiado agotada aún.
Contenido patrocinado
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.