Torre Londres del núcleo de S.A.M- 9917. Nivel 1

Miró a Eámon con asco y miedo cuando le acercó el cuchillo y empezó a temblar un poco, sintiendo que su vida pendía de un hilo de cordura en aquel loco. Y…y eso le calló la boca.

El grito de Ben hizo que le temblara el labio, intentando contener las lágrimas porque su desesperación se le había contagiado e intensificado la propia. Era frustrante no poder hacer nada. Desvió su vista a Chloe mientras observaba el charco de sangre ir creciendo. El tiempo se les acababa -¡NO SÉ QUIEN ES TU MALDITA BLAIR!- Le gritó a Eámon porque…porque quería, porque sentía que debía hacerlo y no le importaba.

-¡Está con alguien INFINITAMENTE MEJOR QUE TÚ!- Terminó por escupir -¡Y NO TE VAMOS A DECIR NADA!- Y menos sabiendo que de allí sólo saldrían hechos pedacitos. Alzó la cara hacia Ben cuando empezó a decir todo lo que estaban haciendoles y cerró los ojos después, dejando caer la cabeza alicaída y agotada de pelear y de resistir. Le dolía todo el cuerpo, las quemaduras y la herida de la mano, toda la parte inferior del maltrato anterior por esos asquerosos y lo cierto es que su voluntad ya estaba menguando.

Es por ello que gritó hasta que le dolió la garganta y se quedó sin voz cuando Eámon le cortó el pie. La primera impresión le robó aquel grito desesperado y fue la gota que derramó el vaso, el cuerpo de Arleen se dio por vencido y su mente también, quedando en el piso inconsciente.


¿Se mantiene consciente? Noup.

El miembro 'Arleen Royden' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

El hecho de que encima estuvieran grabando toda aquella escabechina delataba el nivel moral de aquellos dos, el hecho de la luz del flash había tocado una fibra especialmente sensible. No les iba a regalar el divertimento de una forma tan gratuita, no sin pagar un mínimo precio. Al menos se llevó la nariz por delante del chico, que se joda aquella carita bonita de niño pijo, así se lo llevaran todos los demonios. Hubiera respondido a las sandeces de Éamon, pero ya se encargó de hacerlo Arleen, por un momento disfruté de aquella nariz rota sangrante, una pequeña victoria frente a Collins, al que le dedicó una mirada cargada de odio.

Sin embargo, el traqueteo de Arleen se cobró un precio. Otra vez. Saldrían en pedacitos de allí, serían pasto de los peces o, peor, de las ratas de Londres. El grito de Arleen fue tan desgarrador que me encogió las tripas. Y el siguiente era yo, era, como que, mi cuerpo no me respondía. Yo negaba, suplicaba, pero el resto de los músculos no respondían, estaban petrificados por la tetania de saber que vendría después. Quizás la muerte, quizás el dolor. No quería más dolor. Solo podía refugiarme en otro lugar, en otro sitio. Solo que ya no había otro sitio ni ninguna esperanza que no estuviera nublada por el odio que empezaba a tornarse irracional.

No, no quería morir. Luché con todas las fuerzas que tenía, multiplicadas por las ansias de sobrevivir. Quería salir de allí para acabar con ellos, les destrozaría la cara. Luché con el agarre moviendo la cabeza de lado a lado, tensando y apretando los dientes para evitar que el rubio se hiciera con lo que custodiaban. ¿Por qué, sencillamente, no le cortaba el cuello? Lo siguiente no lo recordaría con claridad: unas manos ásperas y frías entrando dentro la boca como aquellas pesadillas, los dientes cerrándose como cepos contra osos, ladeando la cabeza de lado a lado como los perros que desgarran carne, el chasquido de lo que podría haber sido cualquier cosa metálica o humana, mis propios dientes, quizá. El dolor nublaba toda la cara después de lo que, posiblemente fuese el último grito que el órgano fonador pudiera ayudar a emitir.

Hubo un instante de oscuridad. No sé si realmente perdí el conocimiento o la sobreestimulación sensorial dolorosa , la pérdida de sangre habían sencillamente cortocircuitado. Con la cabeza gacha, la sangre recorría y bañaba cada encía dándole un sabor a herrumbre especialmente desagradable, y caía más espesa por la saliva en un charco bajo mi boca. Ya no permanecía en pie, no tenía fuerzas para ello, quizás estuviera de rodillas sobre mi propia sangre. Empecé a hacer ruidos, como gorgoteos, que podrían confundirse con estertores, con el atragantamiento de mi propia sangre o, cualquier demente podría decir que me estaba riendo.

Ahora ya no podrían saberlo nunca. No saldría de nuestros labios la ubicación de la niña. Ni quién la tenía. Si les mataban no lo sabrían. Si les leían la mente tendrían que sacarles de la zona de antimagia y todavía podría explotarles el corazón. Si le desataban para escribirlo usaría mis manos muy alegremente y no precisamente para escribirles un agradecimiento o palabras bonitas. Sí, habían ganado, de alguna manera. Y sabía que era un pensamiento tan patético... Pero aquello me producía gracia, tal vez la desesperación, el nerviosismo o la pérdida de sangre. Tosí, atragantándome con la sangre, porque ahora necesitaba volver a aprender a tragar ante la ausencia del músculo de la deglución. Y tenía miedo por un estúpido djinn que con cuatros palabras bien colocadas tenía marcha atrás.

Pero esto no tenía solución. Y habían ganado.
Tic Tac.

Solo sabía que si moría en aquel momento quería grabar en su delirante mente los dos rostros a los que acompañaría en sus peores pesadillas. Los seguiría y acabaría con ellos y con todo su linaje. Empezando con la niña y lo verían. Sí. Estaba convencido de ello, eso le daba fuerzas para aguantar un poco más.


Mientras tanto, al otro lado, junto al grupo de mercenarios, uno de los hombres se removía con incomodidad, observando por el rabillo del ojo a los compañeros de su derecha y su izquierda. ¿No habían tenido suficiente? ¿Por qué debían seguir viendo aquel grotesco espectáculo? Tenía los huevos vacíos de haberse trabajado a las dos chicas, las manos llenas de mierdas que valdrían un pico en el mercado negro. Aquella saña era innecesaria y de seguir así, vomitaría y él solo quería volver a casa para volvérsela a cascar pensando en el coño rojizo de la muchacha muerta. Con ellas dos tendría sueños húmedos durante una larga temporada.

Finalmente lograron encontrar la ubicación exacta del sitio en donde los tenían de rehenes, aunque se avergonzaba un poco de no haber podido ser de ayuda. Entre las formas sutiles que tuvo Adam de interrogar a los pobres demonios de China town y los avances tecnológicos que los ayudaran a entender lo que estaba realmente pasando, primero como una conjetura hasta que finalmente pudieron dar con la realidad. Así que con su grupo de búsqueda se desplazaron inmediatamente hacia las inmediaciones de la Torre de Sam comenzando con la otra búsqueda. No sabía si tendrían la ubicación exacta de en qué piso o en que habitación estarían, pero a él le daba lo mismo, ya que algo era algo. El recuerdo de que tampoco podían usar magia en aquel lugar tampoco le hizo mucha mella, pues no necesitaba de magia mientras estuviera uniformado y armado. También estuvo de acuerdo en tener a la fuerza lupina de su lado, pues era un lugar en el que no se les tenia permitido hacer magia y la fuerza de los Licántropos nunca estaba demás.

- ¿Por dónde? - Aunque no había sido para nada necesario preguntar porque automáticamente se giró en una dirección en concreto, los olores que llegaban a su nariz eran como una desagradable mezcla además de los ruidos y con los gritos que había alcanzado a captar. La imagen que se presentó ante sus ojos lo hizo apretar los labios y soltar un gruñido que vino desde el fondo de su pecho hasta su garganta, observo de un lado a otro, primero a las dos chicas que no sabía si estaban vivas o muertas, a su camarada Benjamín que no estaba en la mejor de sus formas y luego sus ojos se posaron en aquellas dos personas, las causantes de todo aquel desastre. –Tenemos a dos ratas atrapadas en la ratonera. - Se burló dirigiéndose a los demás. -Como les gusta hacer las cosas difíciles. Sera mejor que estén preparados para lo que se les viene. - Difíciles entre comillas por el hecho de que les habían hecho pasar un mal momento en la búsqueda cuando se quedaron prácticamente sin un rastro al que seguir, pero, después de todo el que los delato de antemano había sido aquel video que se había subido a la red y del que habían sido testigos oculares. Dio unos pasos más dentro de la sala en donde estaban a la espera y sobre todo en posición de ataque, aunque se preguntaba ¿Por qué esperar? Una de sus funciones como guardia eran esperar las instrucciones de sus mayores, pero… Bah. Otra de sus funciones como guardia y como alfa era no preguntar y atacar ante situaciones que le ameritaban, esa era una de ellas. Lo que hizo a continuacion fue cargar contra el mayor de los dos rubios en un intento de darle un puñetazo en la cara.

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0 + 10 ataque físico + 5 dados de ataque bonus por raza: 15 de ataque a Eamon

El miembro 'Lorcan' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque' :

Había podido mirar apenas un poco de los vídeos, lo poco que pudo soportar, para no devolver el té que se había tomado. Era… brutal y a diferencia de muchos magos ella no temía la zona antimagia, no había entrenado toda su vida para depender únicamente del metal. De camino envió un patronus esperando que un escuadrón de Ouroboros se les uniera. Además le pidió a Belle que le dijera al de la camioneta que se quedara fuera esperando refuerzos de las malditas fuerzas humanas. Se supone que aquella misión iba en conjunto para atrapar a los ministros.

Avanzó con el grupo hasta llegar al sótano asqueroso donde Eámon O’Connell y su crío estaban haciendo aquellas torturas. Ver a Arleen en el piso, a Chloe tirada y a Benjamín ensangrentado convirtió el asco y la molestia por haber defendido aquellos seres en el juicio en IRA y Amaya no dudó mucho en ir a por el adulto porque ese precisamente influía en lo que hacía su hijo.

La general sacó su escudo y su espada, quería ir a por Arleen pero no podía, tenía que pensar bien cómo proceder. Vio los cuchillos y a los mercenarios, estudiando el terreno -Oscurus, las chicas - Eran las que en peor estado estaban - Simon, ve con Lytta- Esta vez se olvidó de protocolos y organizó a la gente -Lorcan, el crío- Dijo después de verlo ir a por Eámon, a quien ella misma apunto procurando golpearle de lleno con el escudo en la cabeza para dejarlo fuera de juego mientras mantenía su flanco cubierto con la espada.

AF: 10 + 10 hab + 29 de stat + 5 guantes = 54 a Eámon.

El miembro 'Amaya Hua' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque' :

El cabezazo que se llevó Collins en la nariz le pareció una enseñanza por la estupidez de ponerse a grabar todo, algo que no les aportaba nada en absoluto. Al contrario, los metía en problemas y haría que los localizasen más rápido. Los gritos de Arleen no le importaron lo más mínimo porque su Blair, como ella decía, le daba mil vueltas. Además, a ella le habría gustado que se vengase de quienes no lograron salvar su vida. Sí que odió que dijese que Erin estaba con alguien mejor que él, porque no dejaba de ser el robo de una hija. Le daba igual que estuviese con la persona más apta del mundo, se la habían robado y no querían devolverla. Tal vez mintiesen, tal vez Erin ya ni estaba viva. Pronto las brujas tampoco lo estarían...las dos estaban para el arrastre. El guardia no estaba mucho mejor, menos después del corte de lengua. Menudo descanso de gritos y voces había quedado. Para rematar cogió el pie cortado de Arleen, metiéndoselo en la boca a Ben a modo de recochineo final antes de rematarlos. Eso si tenían tiempo, porque con la estupidez de su hijo estaban en riesgo.

- No debiste hacer eso. ¿Quieres que nos encuentren o qué? - a Éamon le daba un poco igual porque tal vez pudiese llevarse por delante a unos cuantos más antes de irse al infierno. No es que quisiera morir ese día, pero la perspectiva de torturar y dañar a unos cuantos más hacían que no tuviese miedo. Si acaso lo tenía por Collins. Su hora no había llegado aún. Iba a dar la orden a los mercenarios de darles el golpe de gracia antes de irse, pero los refuerzos no tardaron en aparecer en las ruinas de la torre. Eran demasiados... - Collins, vete. Ganaremos tiempo para que te vayas. No se te ocurra desobedecerme, por una vez en tu vida. - murmuró en voz baja antes de que fuesen entrando los demás. Pudo contar unos seis, aproximadamente. Le devolvió el cuchillo láser a Collins para que se defendiese, quedándose él con su propio sable. Finalmente sacó la pistola de la cartuchera, apuntándoles mientras retrocedía unos pasos de espaldas.

- Llegáis tarde. Ya han muerto. Y todo es culpa vuestra por la muerte de Blair y por el rapto de Erin. Con vuestra podredumbre moral habéis provocado esto. - tal vez no, pero jugar a la desesperación les haría cometer más errores. Y también irían a comprobar si era cierto, dando tiempo de escape. Siguió retrocediendo de espaldas, al menos hasta que el rubio trató de abalanzarse contra él para dispararle. No dudó en disparar en dirección a sus tripas, esperando quitárselo del medio. Trató de esquivar el ataque de Amaya, pero el escudo llegó a rozarle en un hombro, desestabilizándole un poco.



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At. tecno:

dado 30 + 51 stat + 10 hab. + 5 bonus humano= 96 a LORCAN

Def. física:

dado 10 + 32 stat + 10 hab. + 5 chaleco antibalas= 57

daños: 15 Lorcan + 54 Amaya= 69-57 def= 12

PS: 150-12= 138

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Mercenarios:

dado 30 + 10 stat base= 40*5(porque un mercenario se lo ha ganado Ben y los otros dos huyen)= 200 (50 a Yvonne, 50 a Amaya, 50 a Adam, 50 a Belle)

El miembro 'Éamon O'Connell' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Ataque' :


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#2 'Defensa' :

No necesité ni más de dos segundos de aquella repugnancia de vídeo para poder hacerme una idea de a qué eran a lo que se enfrentaban las y el herido. Y no era el daño físico lo que me preocupaba realmente, sino cómo de destrozados quedarían después. Joder, ¿cómo era posible que la hubiera cagado con tres personas diferentes en tres momentos distintos y que las tres estuvieran en aquella sala junto a aquel sociópata? La visión de Eamon era claramente repugnante, su saña y el cómo parecía estar disfrutando de aquello. Definitivamente no era de aquellas personas que merecieran una segunda oportunidad, en su caso, una tercera. Recriminaba lo de la hija, de la que tampoco sabía más, que se la había llevado Lucio. Mejor.

Antes de entrar en la torre conjuró armas y, por supuesto, el botiquín. Igualmente mandó un mensaje con extrema urgencia al personal del hospital para que preparasen todo lo necesario para una asistencia de urgencia. Con suerte podrían volver a unir aquellas partes cercenadas a sus respectivos dueños. Con suerte si es que no llegaba demasiado tarde y los órganos no se habían echado a perder.

Según bajaban aquellas escaleras la sensación de culpabilidad era un nudo en el estómago que hacía que no pudiera ni hablar. Solo vomitar. Necesitaba concentrarse, ya se sentiría en la mierda más tarde, con una botella de whisky cerca. O varias. La imagen del pie en la boca era la guinda del pastel. Aquel hombre no merecía ningún tipo de piedad. Pero yo no era juez ni verdugo de nadie, yo solo sanaba. Y en aquellos momentos tan delicados solo podía concentrarme en no vomitar, porque aquello era de las peores cosas que había visto en mucho tiempo.

Las órdenes de Amaya me parecieron las más indicadas para la situación, asintiendo por la lógica, esperando que la general cubriera al sanador. Aunque poco pude hacer con la lluvia de perdigones de los mercenarios, de los nadie parece haberse acordado. La niña lo dijo: 10 contra 6. Niña a la que tuvo que apartar de aquellos disparos casi de un empujón antes de instalarla de nuevo a ir a por el guardia, con un pack básico de pociones. Por el amor de Dios, que le sacara el pie de Arleen de la boca.

No resbalé con la sangre en el suelo por poco, pero no había posición segura para apoyarse. El charco de Chloe mezclado con el de Arleen era inmenso, y a mis ojos, parecía un mar horrible, tan desagradable como el templo de sangre. Otra vez estaba rodeado de aquello y bañado en ella. Tensó los labios y a la primera que evaluó fue a Chloe que era la que peor estaba. -Vamos pequeña puedes con esto- Le supliqué, esperando que me pudiera escuchar allá donde estuviera su mente, sosteniendo su cabeza para aplicar el pegamento quirúrgico por ambos secciones, aunque luego necesitase un pleurovac, esto haría que no se desangrarse hasta que llegara a Ouroboros. No era justo que perdiera otra vez… no era justo para ella. No era justo para Arleen, ella solo quería ser libre. ¿Por qué el mundo no se lo permitía? En aquel fatídico momento solo podía disculparme con ella en un hilo de voz por haber sido lo suficiente cretino con ella mientras envolvía con cuidado su pierna cauterizada por el láser, la capelina protegería las gasas hidratadas. Por desgracia, y de nuevo, ellas pagarían su hostilidad. La imagen de la mujer y la cría llenas de sangre me retrotrajo a una situación desagradablemente familiar. En aquel momento luché por no derrumbarme porque no era el lugar y tenía tres vidas que dependían de él. Al final, lo mejor, era no querer a nadie y poner millas de distancia. Así no habría dolor, así no había culpabilidad, así no tendrías que luchar por no derrumbarse en aquellas situaciones. Pero, por mucho que trataba de parecer un monstruo sin emociones…

Que solo dejaba un hilo de voz y ojos vidriosos. Aquello no ayudaba. Me sequé los ojos con la manga, posiblemente de las pocas cosas que me quedasen limpias.  'Compórtate, Oscurus', me recordé-Amaya. No puedo llegarme a los tres a la vez. Y Chloe no puede esperar más- Gruñí a la General mientras la espada chocaba con el metal de las cadenas y liberaba a Chloe de la pared que la tenía presa. -Está todo listo para recibirnos-




Dados de no morir mucho (luego hago cuentas y reviso objetos que desde móvil mal) Pero creo que: Sangre 0- para Chloe y Arleen, pegamento quirúrgico para Chloe. Kit SAMta para Ben.

Curación a Chloe y Arleen (por proximidad)
Hab - Curación sin magia
Hab - Curación grupal

Defensa a Belle (sin objetos)

EDITADO POR ADMIN:

CURACIÓN
25 dado + 15 stat + 10 habilidad = 50 a repartir: 25 Chloe y 25 Arleen
Sangre 0-: gastadas las tres
Pegamento Qx: gastado
Kit Médico SAMta

Curación Ben: 150PS de la sangre + herbo + díctamo para detener sangrado + reabastecerora /curación y cesado de sangrados/

DEFENSA
10 dado + 13 stat = 23 a Belle

El miembro 'Oscurus Galenus' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Curación' :


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#2 'Defensa' :

Ascender por aquellas escaleras era como volver a ver el mismo edificio de Turín. Era como si SAM estuviera allí, que su núcleo tendría que volver a ser hackeado. ¿Y si en verdad todo era una trampa de la máquina? En realidad, en realidad podría, perfectamente. Sacudí la cabeza, para quitarme aquel pensamiento, dándome cuenta de que me había quedado atrás. ¿Y si todo era real y Arleen en verdad estaba allí? No me lo perdonaría la inacción, quería recordar su frase en la que decía aquello de que pequeñas personas podrían hacer grandes cosas. Subí a la carrera las escaleras con aquella conversación en mente, y tendría preparadas mis cosas, por si la IA estaba allí. Ya habían acabado con ella una vez, pues habría otra. Y además estaba acompañada de parte de los miembros de la misión anterior, aunque faltaba Iroh y Gio.

Según avanzaban empezaron a escuchar voces con mayor claridad. Y, al entrar en la zona hubiera esperado que en verdad SAM estuviera allí esperándoles en lugar de la dantesca escena que se había dibujado delante. El olor de la sangre y de la carne quemada se me hacía tan penetrante que, claramente, no podía ser una ficción de la IA. De la misma manera que la presencia de los humanos. Collins. Le llamó por su nombre, estupefacta porque, de verdad, estaba metido en aquello, con la nariz ensangrentada y aquella arma en las manos -¿Collins?- No esperó respuesta, aunque por un breve segundo sí quería que justificara su presencia allí. Mi gesto, al verle, pasó de la incredulidad a la más profunda decepción, pero no al odio.

Aunque quería correr hacia Arleen, el empujón de Oscurus me devolvió al tiempo real y obedecí a la General para ir hacia el chico, lanzándoles cuchillos a los mercenarios a ver si podía darle a alguno en el brazo o entretenerlo lo suficiente como para ir hasta Ben y sacarle el pie de la sangrante boca. Al menos estaba vivo. En el camino me llevé algún disparo, fruto del cruce de disparos. -¿Por qué? ¿Por qué haces esto?- Le pregunté a Collins, de verdad que necesitaba escucharlo de sus labios. No le había visto como alguien que pudiera hacer eso, qué mal le había juzgado en la boda de Arleen o durante las pruebas del chip. Una chispazo doloroso me recordó que todavía estábamos en peligro. Me apreté el brazo herido soltando a Ben mientras las tintineantes cadenas dejaban el surco de sangre y me lo llevaba a cubierto para ponerle los fármacos que Oscurus me había dado. -¿Saldréis de esta, ok?- Traté de infundir algún tipo de esperanza a Ben -Os hemos venido a rescatar y enseguida volveremos a casa- Noté la mano ensangrentada de Ben tomarme del antebrazo, apretando la herida del disparo, con una venda. Busqué su mirada cansada tratando de interpretar aquello que me decía -¿Seguro?- Asintió -Volveremos a por ti- Con mucho asco comedido recogí lengua, pie y dedo.

Busqué con la mirada a Amaya para indicarle que se encargase del guarda para ayudar a Oscurus a trasladar a las chicas que, claramente estaban mucho peor. Cargué a Chloe a mi espaldas, para emprender la salida, Oscurus hizo lo propio con Arleen -Volved todos- Le pedí a la General y a Yvonne antes de salir de aquella jaula de muerte y desparecernos una vez que la zona de antimagia no nos afectaba.



Defensa: 5 dado + 14 stat + 23 Oscurus + 5 yelmo + 5 peto + 5 guantes = 57 (NO TIENES PUPA IDIOTA)
Supera los 50 de los mercenarios

Ataque: 5 dado + 14 stat + 10 habilidad + 5 guantes = 34 a mercenarios

El miembro 'Belle Simon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Ataque' :


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#2 'Defensa' :

Los cinco centinelas habían salido de los hangares de la base militar de la alianza. Llevaban tiempo sin entrar en combate directo desde....bueno, desde entonces. Se habian realizado pruebas con ellos, se habian cambiado cosas, simplificado otras muchas.....

Sin duda su vuelo levantaría el miedo en los corazones de más de un londinense al verlos ir directos a la zona de la torre destruida de S.A.M, por los recuerdos que evocaban.

Aterrizaron en la base de la torre localizando con sus escáneres en el interior de la torre donde estaba la gente, en qué posiciones, biometrías y niveles de magia...aunque claro, alli no había magia de nadie.

Dos mercenarios habian salido corriendo, debían de ser los dos que habian intentado huir. Los centinelas los escanearon e identificaron. No eran los rehenes a salvar ni tampoco ningun aliado. Atacaron lanzándoles redes electrizantes y paralizantes, no permitiéndoles escapar para dejarlos ahi inconscientes.

A continuación escanearon a unos que en cuanto se alejaron un poco de la torre dieron señales de magia, y ademas, fueron identificados como...ahora...aliados. No levantaron fuego luego de mirarles, mas bien escanearles, con aquellos ojos.

Luego apuntaron a través de las paredes y ventanas rotas de la ruinosa torre, estableciendo a los objetivos hostiles. Asegurandose que sus rutas de disparo fueran optimas, dispararon sus ametralladoras contra el grupo de mercenarios.



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AT
35+25= 60 * 5= 300 de daño a los mercenarios restantes

El miembro 'Robot Centinela' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Centinela ataque' :

El miembro 'Adam Hacksaw' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque' :

Tardó varios segundos en reaccionar y procesar que las imágenes que salían en aquellos móviles correspondían a su hija. No quería creerlo, no podía ser real. Sintió como si un cuchillo helado se le clavara en las tripas, revolviéndole todo el cuerpo. Lo que vio en China Town le hizo perder por completo su escasa estabilidad mental, todo lo que le había costado conseguirla. Sin perder un minuto más corrió como una exhalación en dirección a las ruinas de la torre, ignorando todo lo que le rodeaba, casi ajeno a la realidad.

No supo cuánto tiempo tardó en llegar, ni quién fue el primero que entró al lugar. Lo único que existía en ese instante era el charco que de sangre que se extendía bajo el cuerpo inerte de su hija. Muerta. Su pequeña Chloe, su única luz durante los momentos más oscuros, la única que siempre había confiado en él a pesar de todo, la que jamás se había apartado. Quedó con el rostro desencajado y completamente paralizado, incapaz de mover un músculo ante aquella escena, como si todo transcurriese a cámara muy lenta mientras el sanador y la otra corrían hacía allá para atenderlas. Hasta las voces y los gritos le llegaban lejanos, con una especie de eco que apenas era reconocible entre el zumbido que se había instalado en sus oídos. Comenzaron a temblarle los puños mientras apretaba hasta el punto de hacerse sangre. Todo su mundo se había vuelto rojo de repente.

Un relámpago de ira lo cegó al ver al culpable, Éamon O'Connell. Apartó a todos los demás en su camino para ir a por el culpable, para destrozarlo con sus propias manos y reducirlo a un amasijo de carne y sangre. No hizo caso a nada más, ni a las balas de los mercenarios, ni a lo que hacían sus aliados. Lo agarró con brusquedad por el cuello para estamparlo contra el suelo, comenzando a golpearle en la cara y en la cabeza a puñetazo limpio y de manera brutal.


Sacó la daga para apuñalarlo repetidas veces en el cuello, en el pecho, en cualquier lugar en que acertase en ese macabro frenesí. No había lugar para palabra alguna, sólo quería una carnicería. Asesinar a ese hijo de puta no era suficiente, ni el castigo eterno en el infierno lo sería. Jamás podría hacerle sentir una ínfima parte del dolor que le había causado a su hija, ni a él mismo. Un desgarrado gruñido animal salió de su garganta en el momento en que alzó un trozo de muro caído en el suelo para comenzar a machacar el cráneo de Éamon, salpicando sangre por todos lados a cada golpe que le propinaba.


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at. físico: 15 dado + 22 stat + 10 habilidad + 5 guanteletes= 52*3 (golpe de suerte)= 156 a ÉAmon
daños: 50 - (25 cota + 20 stat)= 5
PS: 150 - 5= 145

Cuando empezó a escuchar movimiento fuera, el mercenario sabía, que de una manera u otra, aquel era su final. Tres de ellos trataron de escapar, el resto empezó a disparar a diestro y siniestro. Por su parte, él no se inmutó, solo apuntó con el arma y, al ver toda la tropa entrar, extendió las manos en señal de rendición. Quizás de aquella manera le perdonasen de alguna manera la vida y se apiadaran de él. O quizás tenía que hacer un último recado antes de largarse de allí.

Dio con el culo de la escopeta a uno de los mercenarios que estaba siendo masacrado por las balas que venían desde el exterior. Aquello quizá fuera una recompensa del karma. Esquivó con movimientos fluidos y perfectamente milimetrados hasta la salida, interponiéndose delante del joven hijo del ministro y le atestó un golpe con la culata de la escopeta en la rota nariz. Trataría de forcejear lo mínimo posible para cogerle del cuello, ponerle de rodillas y encañonarlo.


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Traté de gruñir todo cuanto pude cuando el ministro me metió el pie dentro de la boca. Pero poco o ningún sonido salía de aquella boca, tan solo toses espasmódicas. En verdad, como siguiera en aquella posición, se atragantaría con su propia sangre debido a la imposibilidad de poder empujar el pie con la lengua, carente de ella en aquel momento. Sin embargo, no podía no dejar de mirar a padre e hijo, a ambos por igual, entre lo que sonaba como un bufido al tratar de escupir la sangre por la boca.  Por mi imaginación todo tipo de maltratos dedicados a uno y a otro. Ya no había otro pensamiento en mi nublada e iracunda mente. De nuevo, empecé a removerme desde mi posición haciendo sonar las cadenas chocando una contra otra cuando el ministro soltó su discursito triunfalista a la llegada de los refuerzos, en otra ocasión lloraría de felicidad, ahora solo podía morder de rabia aquel pie. No tenía ningún triunfo del que presumir: estaban encerrados y no habían conseguido información alguna sobre la niña. Si no fuera porque el pie ocultaba parte de las comisuras, podrían haber visto una desequilibrada sonrisa.

Seguido de la General y de Lorcan se incorporaron el resto de las fuerzas, a las que dispararon sin piedad. Pidió que lo soltaran con un tintineo de cadenas, tratando de zafarse de ellas. Sabía que le quedaría poco tiempo de consciencia, pero el poco que le quedase no iba a desperdiciarlo. Fue la chica de pelo morado la que me ayudó con el pie y las cadenas. Una vomitona sanguinolenta salió para hacer hueco a una bocanada de aire. Pude apoyarme patéticamente sobre cuatro patas mientras jadeaba por un poco de aire. La chica me dio pociones, que bebí como si fueran agua. Cualquier sabor era mejor que el del metálico de la sangre. Pero esto hizo que casi me atragantara. Me apoyé sobre la pared para tratar de recobrar las fuerzas mermadas mientras las pociones surtían efecto. Y no solo las pociones, parte de la esperanza y el odio visceral. La sangre bombeaba adrenalina después de aquel secuestro y las imágenes de la tortura a las atendidas chicas estaban demasiado presentes. Asentí a aquellas esperanzas, esperando que los muggles no salieran de allí. Llamé la atención de Belle apretando su herido brazo, porque era imposible articular palabra, aunque lo intentara aquello sonaba como un ronquido o un murmullo gorgoteante.  Le indiqué con la mirada que se encargara de las chicas, que estaban mucho peor, y que se hiciera mirar el disparo. Yo todavía tenía algo con lo que jugar, porque, quizás, cuando vuelva la pelimorada, no volvamos a vernos de la misma manera.


No esperé orden ninguna de Amaya. Ahora su rango era indiferente. Rodeé las cadenas por mis puños, creando un puño americano improvisado y, no sin esfuerzo, conseguí ponerme en pie, tanteando el equilibrio al principio. Me retiré la sangre que todavía manaba de la lengua cercenada y clavé la mirada en los ministros: padre e hijo. Cegado por el odio me lancé a por el rubio mayor al que traté de romperle la boca llena de mierda que tenía golpe tras golpe, aprovechando los pocos huecos que el moreno dejaba. Adam se encargó del padre con el cuchillo, una pena, porque le hubiera podido hacerlo a él. Bien, pues el niñato sería para mi. Le dediqué un gesto tristemente burlón, haciendo el gesto de una cámara. ¿No quería? Porque esto era parte del espectáculo grotesco que ellos mismos habían empezado.  Me acerqué a él para tratar de cogerle del pelo y alzarle la cabeza como me había hecho su padre a mi.






AF a Collins: 30 stat + 0 dado = 30 (mercenario)
AF a Collins: 0 dado (PUTO!!!!!) + 23 stat + 5 guantes (en teoría no me han quitado nada) = 28

El miembro 'Benjamin Lytta' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque' :