Villa Black

Dejó que Johan rabiara un poco. Después de todo, sangrando y todo tampoco era como que le pudiera cambiar las ideas. Intentarlo tampoco era malo, solo que a veces los intentos solían fallar. Sin embargo, que le dejara a ella todo el trabajo, incluso el de enviar el mensaje por la moneda, le sabía mal. Iba a terminar manchando todo de sangre; algo de lo que en realidad no tenía que preocuparse, porque Johan se había cargado el sillón de lo lindo. Tomó la moneda, el tacto resbaloso con aquel líquido en los dedos hacía todo más difícil.- No, no le hemos dicho nada de Ryder. Aunque no puede enojarse con nosotros por no invitarlo al baby shower, ¿verdad? - Desconocía un poco de vampiros, así que esperaba no enfurecerlo. Aún así, quizás no le fuera de gran relevancia tener otro nieto. Bien sabía que de sus nueras no era la favorita. Inconveniente le sería la situación como mucho.

Sintió un poco de alarma por aquello de que veía borroso, pero no entró en pánico, pues la respuesta de Juliet fue rápida y estarían ahí pronto. Mientras hurgaba en sus entrañas para sacar la segunda bala, no le gustó el rumbo que tomó la conversación.- Quizás no necesitan salvadores, sino darse cuenta por sí mismos.- Susurró, pensando en si debía realmente desmayarse o no.- Desmayar no, pero quizás asquear sí, un poco.- Dijo con el rostro desencajado, pero la atención bien fija en lo que hacía. Al final, habría que cocer y eso no sabía si se le daría bien.

Como crónica de una muerte anunciada, el moreno se desmayó justo antes de que Juliet llegara con refuerzos para hacer el trabajo. Cogió algunos tips, sobre todo de cómo no hacer las cosas, y una vez estuvo todo listo, libre de heridas, agradeció y despidió la ayuda para dejar al moreno descansar en el sillón.

Necesitaba un respiro.
Uno solo.

Había intentado aparentar que todo iba bien. Sabía que había fracasado estrepitosamente pero lo que antes podría haberla llevado a usar actitudes correctivas blandiendo el protocolo y las buenas normas como espada y escudo, ahora simplemente no le importaba.

Algunas malas respuestas le habían salido, otras veces había sido un silencio sepulcral. Las sonrisas fáciles de saludo no estaban presentes y le costaba socializar. Por eso necesitaba solo…un poco de aire.

Mágico.

Apareció en la casa de Johan tras un par de días de haber hecho la instalación de la prótesis. En pleno verano inglés, Arleen agradecía que no lloviera pero el clima estaba lo suficientemente cargado para ser intolerable. Iba con un vestido de verano de corte sencillo pero elegante en color zafiro y sandalias de tacón. La prótesis emulaba el zapato, más no el pie en sí así que Arleen era muy consciente de que se veía en color metalizado. Ella lo había querido así… para recordar que no lo tenía. Aún le costaba dominarla a veces pero iba mejorando.

Pese a que estuviese vestida de forma impecable y usará hasta su perfume favorito, carecía de maquillaje… aunque ni kilos de este habrían ocultado las ojeras causadas por el mal dormir. El cabello corto, en mechones tenía un aspecto que ella desconocía, la había atendido una de las soldados para ajustarle el corte como amabilidad y ella había accedido. Aún así la morena no se había parado a mirarse en un espejo desde que había recuperado el conocimiento. Sabía que la imagen que le devolvería el objeto no sería ella.

O sí y no podría aceptarlo.

Tocó la puerta de Johan un par de veces esperando que estuviese en casa. Tras hacerlo dio la espalda a la puerta y se quedó mirando el cielo, estando segura de que tarde o temprano empezaría a llover.

Habían transcurrido los días suficientes desde la misión como para permitirle recuperarse del todo y contactar con Thalos, asegurándose de que también estuviesen bien tras la precipitada huida. Sobre su padre no sabía mucho, pero hacía suposiciones sobre lo que podía haber pasado con el resto de rehenes...aún esperaba su aparición para que le contase mejor lo que sucedió aquella noche. Le había dado muchas vueltas y al final la solución pasaba por tener mano dura con los reales. Aquel día tenía pensado ir al cuartel del ejército para hablar con su amigo, aprovechando que Nyara estaba con Jo y que el pequeño había salido a pasear con su Victorya. Estaba terminando de prepararse cuando llamaron a la puerta, encontrándose a una Arleen bastante cambiada cuando abrió. Sabía por Vishous todo el horror que les había sucedido a ella y a Chloe, así que las ojeras y el corte de cabello le parecía un cambio mínimo para todo por lo que había pasado. Se le encogió el corazón sólo de pensarlo, haciéndole sentir mucha rabia hacia aquella rata de Éamon. Intentó aparentar normalidad al saludarla, puede que ella no estuviese al tanto de lo que había contado V.

-  Me alegro de verte por aquí. ¿Vienes a devolverme el paraguas? mejor otro día. - bromeó mirando hacia el cielo, que amenazaba tormenta de verano. Luego hizo un gesto invitándola a pasar, cerrando la puerta tras ellos. No quería preguntar directamente porque tampoco había la confianza suficiente como para ir al grano, pero no pudo evitar mirarla con cierta preocupación. Vishous no se habría ido de la misión tan rápido si no hubiese sido algo grave.  - En un rato iba a irme a la base, si quieres podemos ir juntos. - se dirigió a la cocina a buscar unas pastas feas que había hecho por la mañana con Nyara, sacando una bandeja para ofrecerle a Arleen. Estaba orgulloso de no haberlas quemado esa vez.

- Pero...si no te apetece ir también podemos quedarnos porque para algo has venido hasta aquí.

Se volvió al escuchar la puerta abrirse, encontrándose con el rostro de Johan. Se forzó a sonreír mínimamente, de forma amable, como señal de cortesía -Hola- Parpadeó un momento, sorprendida cuando mencionó lo del paraguas mirándose las manos vacías un momento antes de recordar de dónde venía -Oh…no- Sonrió de lado, con un poco de vergüenza por no haberle devuelto el paraguas antes. Miró hacia el cielo analizando que la última vez también había llovido a cántaros -Sí…Prometo devolverlo mañana-

Por un instante, cuando le hizo el gesto para pasar dentro observó la casa y sintió que el corazón se le hacía un puño. Miró a Johan evaluando su rostro y trató de recordar esa necesidad de conseguir un ambiente más mágico… Y que Johan, bueno, Thalos confiaba en él. Vishous confiaba en él. Era el líder de la Resistencia mágica, era uno de los que había batallado contra SAM y…No iba a dañarla ¿Verdad? Con el estómago aún revuelto se impulso  a dar el primer paso, el más difícil, para después  dar los siguientes aún así...No le quitó la mirada de encima, como si pudiera prever sus movimientos. Era ella misma evaluando si tenía el estómago para pedirle lo que de verdad venía a pedirle.

Tragó en seco, sintiendo que las manos le temblaban un poco, pero intentó concentrarse en lo positivo. No respondió a su primer comentario mientras miraba alrededor, reconociendo algunas cosas que sólo un hogar mágico tendría. Inspiró brevemente. ¿Estaría Jo? Volvió la mirada hacia Johan cuando preguntó asintiendo un poco -Necesitaba algo menos… humano sin magia. Algo más mágico- Explicó preguntando con una mano si podía sentarse -No es que me lo prohiban o que no la estemos usando desde que no hay energía pero…- Se sentó y dejó su cartera en el regazo mientras veía las pastas, observándolas con una muy leve sonrisa y cogiendo una -Necesitaba un descanso y ya conoces la situación de Ouroboros- Susurró muy bajo, pensando que era una mentira. Era ella la que no quería dar la cara a la gente de la isla.

Mordisqueó la galleta y tragó un poco antes de volver a mirarlo con duda -¿Puedo hacer el té esta vez?- Inquirió -Mientras me cuentas lo que sucedió en la misión- Dijo incorporándose mientras intentaba ubicar la tetera con la mirada antes de levitarla, sintiéndose infinitamente bien al hacerlo.

- Nah, no tengas prisa. En realidad aquí nunca usamos paraguas. Puedes volver de visita aunque no lo traigas. - le dio la impresión de que Arleen dudó un momento al entrar, aunque finalmente pareció vencer esa reticencia y le acompañó. Supuso que le costaría volver a confiar en la gente, así que le dio espacio suficiente, quedándose de pie cuando ella se sentó en el sofá.

- Hm... entonces necesitabas cambiar un poco de aires, hacer magia sin que te estén mirando. Quédate lo que necesites. ¿Te están tratando bien por allí? ¿Eres la única de sangre mágica en la base? - hizo un gesto afirmativo con la cabeza cuando le preguntó lo del té, siguiéndola hasta la cocina contigua al salón. - Hazlo, a mí me queda aguachado. - admitió encogiéndose de hombros, dejando que se pusiera manos a la obra. Adoptó un gesto algo más serio cuando le preguntó por la misión, sobre todo sabiendo que había sido la misma noche que le habían hecho todo eso a ella. Cruzó los brazos, apoyándose de espaldas en la pared de la cocina.

- No logramos el objetivo. Ni desenmascararlos, ni atraparlos, ni salvar a la mayoría de rehenes...fue un fracaso. ¿Por qué quieres saberlo?

-Lo tendré en cuenta- Dijo asintiendo, agradeciendole aquel gesto pero aún así algo había quedado… dandole vueltas en la cabeza. Se detuvo a mirarlo y entrecerró los ojos con suavidad -¿Por qué no lo usáis?- Le parecía un invento de lo más idóneo para no mojarse…Y se dio cuenta de que estaba pensando como muggle. Parpadeó de sorpresa ante ello. Claro, con un buen hechizo que repeliera la lluvia o algún encantamiento impermeable - No me respondas- Dijo avergonzada, sintiendo que se le coloreaban un poco las mejillas.

-Sí…Eso, eres muy perspicaz, Johan- Le advirtió y supuso que sí, que para liderar a las personas debías ser así…con el gramo de empatía suficiente. Lo miró de nuevo, evaluándolo. ¿Sayid había tenido ese gramo de empatía? ¿Lo tenía Amaya? ¿O alguno de sus hermanos? La pregunta sobre si la estaban tratando bien la hizo quedarse un momento en silencio antes de asentir. Desde que los traidores habían sido asesinados no sentía que le respiraban en la nuca, pero… pero… No era lo mismo que estar en Ouroboros -Sí, aunque mis hermanos suelen venir a menudo- Explicó con aparente tranquilidad.

-Lo sé- Indicó, esta vez su sonrisa se amplió un poco porque le hacía gracia. No se podía ser perfecto en la vida ¿verdad? Inspiró lentamente mientras se disponía a hacer el té de la forma más mágica posible, levitando hasta las cucharillas y dejó calentándose el agua para oír el resumen de Johan, aunque ya se lo veía venir.  Rehuyó un momento su mirada al oír la pregunta. No era estúpida, sabía que Johan probablemente estaba enterado de lo que había sucedido. Quizás no los pormenores, aunque la prótesis era visible, pero lo sabía -Debí estar ahí- Dijo finalmente observándolo a los ojos  con un gesto un poco críptico -Iba a ser la sanadora de la misión... También iba a daros las pastillas inhibidoras de magia- Se contuvo de decir algo como “pero quisieron seguir aunque no estuviera”.

Se giró hacia la tetera para vigilarla, procurando que Johan no viera ese comentario en su mirada -Los reales son enemigos del hospital y, por ende, propios. Quería solucionarlo antes de ponerlo en marcha… Pero ya veo que no será posible. No seguiré esperando- Advirtió cruzándose de brazos un momento antes de percatarse de que debía ir a por las tazas, así que empezó a buscarlas junto con sus platitos y cucharillas, incluso el azucarero -Hay gente que no merece seguir sufriendo por culpa de ese odio-

Pasó de responderle a lo de la lluvia porque ella misma lo dijo, y porque tampoco era cuestión de ponerse a explicarle que los de la Resistencia eran duros y les daba igual mojarse. Luego acentuó un poco la sonrisa cuando le llamó perspicaz, poniendo cara de "lo sé". No se le daba mal leer a la gente, pero por el momento no quería incomodarla con preguntas, al menos no sin que ella diera señales de querer hablar. Asintió a la mención de sus hermanos, recordando de nuevo el mensaje de Vishous. - Mejor. Aunque ahora vivas en la base siempre es bueno tener a la familia cerca. Tienes suerte de tener a tus hermanos. - se separó de la pared para acercarse a la mesa de la cocina en la que tomarían el té, notando cómo ella le desviaba la mirada con el resto de preguntas. No pudo evitar fijarse en la prótesis que llevaba ahora, pero no hizo ningún comentario. Negó con la cabeza al escuchar el tono de culpa con el que dijo que debió estar ahí.

- Y nosotros debimos acabar con el culpable cuando pudimos. - sentenció con rotundidad, arrepintiéndose de no haberlo eliminado después de lo de S.A.M. Tendrían que haberlo hecho, en lugar de meterlo a esas celdas en Ouroboros. La gente así no cambiaba nunca, siempre acababan dañando a otros. Ahora Chloe y Arleen habían pagado las consecuencias. Se removió incómodo en la silla por esa sensación de haber cometido un error, como sucedió también en la misión. Acabó por levantarse para ayudarla a buscar las tazas y demás, sosteniendo unas cucharillas delante de ella para señalarla.

- Tú no te preocupes por eso. Los reales no volverán a aparecer por el hospital. Ya he visto demasiado como para saber lo que hay que hacer. Se lo dije a Gelion y a Thalos, que ir con planes de sigilo en vez de atacar no saldría bien. Pero fui imbécil y quise ver si era posible desenmascararlos. - encima había demasiada gente estúpida y desagradecida que ni siquiera sabía quiénes les habían librado de la IA, que seguían eligiendo gobernantes idiotas mientras les dieran fiesta y drogas.

- ¿Qué es lo que quieres hacer ahora, Arleen? ¿qué necesitas? - no era una pregunta sobre lo que iban a hacer en ese momento, sino lo que quería para el futuro.

El gesto de Johan le robó una sonrisa un poco más genuina. Así como Giordano se dio cuenta de que no hubo un “gracias” por el halago, sino la seguridad de saber que así era. Apartó la mirada hacia otro lado pensando en el Descendiente con curiosidad por saber cuándo sería un “buen día”. Debería ir al hospital…a ayudar. Pero había venido aquí en su primera salida porque aún carecía del valor para ir allí.

-Sí, en eso tienes razón- Mencionó pensando en Fred y V que habían sido muy diligentes con el tema de los materiales y su ayuda, intentando aún así respetar su espacio. Percibía la tensión en ellos, como si de pronto no supieran cómo comportarse a su alrededor o cuestionando cada movimiento a su alrededor. Sabía que era por sus palabras, por lo que les había gritado y no sabía cómo echar el tiempo atrás para borrar el daño que había hecho a su relación.

Las palabras de Johan hicieron que le recorriera un escalofrío por el cuerpo, lo observó en silencio por un rato como tratando de comprender qué le despertaba aquella oración. Quiso darle la razón pero no pudo porque no se sentía bien pensando en el asesinato de alguien más. Ella…solía abogar por otro tipo de medidas y aún le costaba discernir cómo se sentía respecto a Collins. No se dio cuenta de que se había abstraído, pensando en Eámon y perdiendo poco a poco el color del rostro. Los recuerdos se sucedían uno tras otro y aún no podía creerse que estuviese muerto, no cuando lo llevaba impregnado en la piel.

El pitido de la tetera la hizo reaccionar y Arleen dio un respingo volviendo a la realidad. Fue a por la tetera tratando de borrar las sensaciones de asco que la estaban envolviendo y volvió hacia donde estaban las tazas. Vio cómo la señalaba y frunció suavemente el ceño para luego alzar la vista hacia él -¿Cómo puedes estar tan seguro?- La mención de Gelion la puso en movimiento y sirvió el té para tratar de no pensar en el capitán al que había evitado a diestra y siniestra… Luego al oír que se insultaba a sí mismo, alzó la mirada hacia él -¿Fuiste imbécil o es que guardabas la esperanza de que, de alguna forma, todo pudiera arreglarse de una buena vez?- Alzó suavemente una ceja, estudiándolo intensamente con la mirada. Porque entonces quizás ella también era imbécil.

Fue a sentarse en la silla recuperando la galletita de antes y mordiendo para comer antes de escuchar la pregunta tan directa de Johan.

“Y después…”

“Después, ya veremos”

La morena no le respondió sino que fue a coger el azúcar para endulzar el té pensando en todo lo que se disponía delante de ella, porque su cabeza ahora mismo era un lienzo en blanco en el que estaba colocando todo: La situación de Ouroboros, la propia, la de la base, del hospital, de Londres… Revolvió lentamente el té -Eres muy incisivo, Johan-  Alzó la vista hacia él por si se le ocurría poner un gesto soberbio -No te lo estoy diciendo como un halago- Se lo aclaró dejando la cucharita de lado antes de alzar la taza de té y beber un sorbo, disfrutando de él mientras finalmente afuera la lluvia finalmente azotaba aquel día de verano. Arleen alargó la mano y cogió una servilleta que extendió perfectamente sobre la falda de su vestido para evitar ensuciarse con migas -Y perspicaz- Insistió -En realidad he venido aquí a preguntarte si estás dispuesto a entrenarme- Se removió incómoda por la petición y después de mirar el té con un gesto ausente, pensando en lo mucho que había tardado en tomar esa decisión…Y si lo hubiese hecho antes, quizás las cosas habrían sido distintas -En defensa- Aclaró -No usaré mi magia ni mi cuerpo para atacar a nadie-

Supo que debería haber sido menos directo en cuanto vio palidecer a Arleen, quedándose como ausente durante algunos segundos. La sola mención del culpable le estaría evocando todos esos horribles recuerdos. Inspiró lentamente por la nariz antes de volver a hablar, tanteando el terreno porque quería tener cuidado con ella. No quería que pensase que le tenía lástima, ni quería tratarla bruscamente. Era complicado. - Estoy seguro porque hay gente que jamás cambia, porque la maldad existe. Porque a lo largo de estos años lo he visto una y otra vez...y el único enemigo que ha acabado siendo amigo ha sido Thalos. No todo el mundo merece una segunda oportunidad, Arleen. Si volviese a encontrarme con mi yo idealista del pasado le diría eso. - bajó la mirada al té un instante mientras ella lo servía, esbozando una sonrisa nostálgica cuando preguntó si él albergaba alguna esperanza.

- Tal vez sí...tal vez no he terminado de matar a ese joven idealista...- divagó pensando en lo mucho que había evolucionado en su forma de ver las cosas a lo largo de la guerra, en las partes de él que habían empeorado o las que había mejorado. - O tal vez sólo quería ver cómo fracasaban sus planes para tener una excusa y hacer las cosas a mi modo, demostrar que se equivocaban. - añadió con una nota de rencor en la voz, alzando la mirada hacia ella y sosteniéndosela con la misma intensidad. La segunda vez que le dijo lo de incisivo y perspicaz no le hizo reaccionar con orgullo, sino analizando qué era exactamente lo que le había molestado a Arleen. Probablemente fuese que intentase leerla sin que ella se lo hubiese pedido. Se dio cuenta de que no le había respondido directamente a la pregunta, demasiado personal.

- ¿Quieres que yo te entrene? - alzó una ceja bastante extrañado por la petición, sobre todo porque sabía que ella era una bruja bastante capaz con la magia. - Te vi aguantar contra S.A.M sin ser una guerrera, tiene bastante mérito. Hasta cuando te saqué de allí con el cuerpo medio rajado pensé que habías sido muy valiente o que estabas muy loca para haber ido. O ambas cosas. - cogió la taza de té entre las manos con gesto pensativo mientras que ella añadía las condiciones, defensa sin dañar a nadie. Eso le hizo hacer un sonido entre irónico y amargo. ¿En serio, después de todo lo que le había pasado no quería dañar a nadie?

- Está bien. Estoy dispuesto, si me dejas entrenar también tu mente. Con la magia eres buena, y muy inteligente por lo que sé. Con eso no necesitarías el físico, pero la cabeza...nos puede jugar malas pasadas. Y la tuya ahora es un campo de batalla. ¿Tú aceptas mis métodos?

-Pero eso no tiene porqué impregnar nuestra alma, Johan- Advirtió cuando mencionó que la gente no cambiaba. Ella no estaba tan segura de eso. ¿O sí? Un hombre de cabello castaño y gesto adusto le volvía constantemente a la cabeza y ella no hacía más que agarrar el recuerdo, echarle gasolina y luego tirarlo a una hoguera -¿Ha valido la pena?- Preguntó cuando escuchó que Thalos era el único que había cambiado -Porque si ha valido la pena, Johan, entonces … ¿Por qué habríamos de negarle la oportunidad a otros de tener su arco de redención?- Inquirió pensativa.

-Idealista- Masticó la palabra con un gesto pensativo. Sí, quizás es que Arleen tenía un ideal demasiado alto para lo que la sociedad estaba dispuesta a dar -No lo mates, Johan- Susurró y luego le vino otra frase a la cabeza que no tuvo el estómago de decir en voz alta, así que tomó la taza de té y bebió otro trago. Su siguiente frase y la forma en la que se miraron durante esos momentos hizo que algo extraño ocurriera en el ambiente, o quizás era que la lluvia empeoraba por momentos. La morena le recorrió el rostro -Quieres restregarles en la cara que tenías razón y quieres que todo te sirva de excusa para que no te juzguen cuando vean tus manos llenas de sangre- Expresó todo en un tono de voz algo tenso y entrecerró los ojos, no sabía bien como sentirse al respecto -Quieres una justificación para que la gente no te llame asesino si no salvador- Parpadeó una vez -Pero tú sabrás lo que eres y qué tan dispuesto estás a llevar el título de juez y ejecutor- Advirtió manteniendo la mirada durante un rato más para que fuera bien consciente del peso de sus palabras antes de volver la vista hacia la galleta. Si él era incisivo, ella también podía.

-Así es- Mencionó aún pensativa escuchando su relato, pero algo hizo que alzara la vista hacia él con el ceño fruncido -¿Tú me sacaste?- Siempre había pensado que había sido Giordano, porque había sido él quien le había ayudado con las pociones y quien había estado a su lado al perder el conocimiento. Parpadeó ligeramente sorprendida… -Gracias- Murmuró antes de escuchar aquello de que estaba loca, la risa que soltó fue absolutamente amargada -Según Sayid soy una impulsiva que toma decisiones estúpidas. Una payasa- Advirtió sintiendo que aquello que tanto daño le había hecho seguía hiriéndola con la misma fuerza -Podría pasar por loca- Mencionó callándose luego para comer la galleta.

Pero cuando empezó a hablar de la mente, Arleen alzó la cabeza hacia él negando ante su pregunta. Esquivó su aseveración como una elegante cobra -¿Cómo vas a entrenar mi mente? Dame más información- No diría que no le daba curiosidad, era un arma más para no permitir que nadie nunca jugara con ella como lo habían hecho con Giordano. Y si ella aprendía quizás Giordano podía aprender con ella y así no se preocuparía de nuevo por esos demonios que le asediaban.

-  ¿Y por qué no? Se llama aprender de los errores. Lo contrario es actuar como si no hubiese sucedido nada. - replicó de manera serena, llevándole la contraria sobre aquello de no dejar que que impregnase su alma. Le dieron ganas de intentar sacudirla emocionalmente, pero se contuvo. Lo de Thalos parecía contradecir su argumento, lo que le hizo fruncir el ceño tratando de encontrar las palabras para explicárselo. No pudo evitar preguntarse qué habría sucedido entre ellos si en vez de encontrarse hace años se lo hubiese encontrado ahora. El resultado podría haber sido bien distinto. A lo mejor habrían acabado matándose el uno al otro.

- Hay varias diferencias. Él no estaba podrido por dentro, ni había cruzado límites para los que no hay retorno. Eso del arco de redención es un puto mito, ¿sabes? no te creas la salvadora de nadie dando "oportunidades".  - entornó los ojos un poco como intuyendo que lo que le sucedía a Arleen era un poco eso. Al ser sanadora seguramente había desarrollado un complejo de querer salvar a todo el mundo. No la culpaba, pues él mismo también había tenido ese afán, aunque no dirigido a los enemigos. Bebió un poco de té antes de volver a hablar, tomándose algunos segundos para lo que iba a decir.  - Los Draven no son ningunos santos, eso lo sabes bien, pero no tienen que ver nada con el indeseable que ya está muerto ni con otros desgraciados como Termeritus o Bertram. Lo único que le dije a Thalos es que mandase al carajo a su hermano porque no tenía sentido que uno de los esbirros de la Alianza siguiese al mando. Pero al parecer el tuerto le ha cogido cariño a la única familia que le queda. En fin...- si en el fondo lo entendía, él también había acabado cogiéndole cariño al idiota de su medio hermano Reiv, a pesar de todas las fechorías que había cometido siendo un crío.

Puso cara de estar poco convencido cuando le pidió que no matase a su parte de idealista, aunque en realidad se sintió algo agradecido de que no desdeñase aquella cualidad que aún formaba parte de él. Ese agradecimiento pronto se tornó en indignación por el atrevimiento de sus palabras. La había subestimado considerándola modosita y callada en exceso. Apartó el té a un lado, apoyando ambos codos en la mesa. - No. No te equivoques. No necesito una excusa para hacer lo que creo que es mejor ni para evitar que volvamos a estar tan mal como durante la guerra. Hemos pasado ya demasiado. Me da igual cómo me llamen o lo que piensen mientras que consiga mis objetivos. - supuso que Arleen podría irle con la historia a Thalos o a Gelion, pero no le importó. Ya era hora de que hablasen claramente del rumbo que querían tomar. Luego asintió a lo de sacarla de China Town, relajando un poco el gesto.

- Sí, modo princesa. - comentó con la intención de rebajar un poco la tensión entre ambos por el choque de puntos de vista, haciendo un gesto de quitarle importancia cuando se lo agradeció. Se acordó también de Thalos y lo que hizo ese día, quedándose con él con el riesgo de la bomba que podía estallar. Definitivamente merecía la pena no haberse matado años atrás. Hizo una mueca cuando dijo lo de Sayid, pues al final había resultado ser un gilipollas si le decía esas cosas.  - Bah...¿y tú le das importancia? yo creo que simplemente no encajabas entre esa gente y ahora estás encontrando tu sitio. Te has pasado la vida siguiendo las normas de la isla. Claro que cualquier decisión les parece impulsiva, porque seguramente hasta ahora te hayan dejado tomar muy pocas.- se reclinó un poco en la silla ante la negativa de Arleen a confiar ciegamente en él, lo cual le pareció más inteligente que decir que sí sin más. Un punto de desconfianza era necesario.

- Chica lista. - afirmó mientras la evaluaba, sin intentar todavía nada con su mente porque quería su permiso en primer lugar.  - Podría intentar borrar de tus recuerdos aquello que te hace daño...pero no sé si quieres eso. También podría hacer que desarrollases tu fortaleza mental y tu equilibrio, para no depender de nadie y que fueses capaz de controlar tu mente, de evitar paralizarte con los recuerdos.

-¿Y por qué sí?- le devolvió la pregunta tras escuchar su argumento -Una cosa es tener experiencia y otra dejar que esa maldad haga un hogar en tu corazón. Saber que existe no te convierte en alguien malvado. ¿Disfrutarías torturando a un humano sin magia, Johan? ¿Sólo por su raza? ¿Disfrutarías torturando en sí? No te veo como un hombre malvado y es por eso, en primera instancia, por lo que tuve el valor de aparecerme aquí - porque había tenido que pensar y repensar para poder salir de la base. Había hecho acopio de toda su fuerza de voluntad, envalentonada por todo lo que sabía de Johan, desde los comentarios en el hospital hasta la calidez con la que le había recibido aquella horrible noche de lluvia.

Lo dejó estar, para que analizará sus palabras. Le sostuvo la mirada con tranquilidad al escuchar como hablaba de Thalos pero ante su siguiente frase arqueó una ceja -¿Y quien eres tú para decirme lo que puedo o no puedo ser? - Frunció el ceño de nuevo -¿Qué manía tenéis los de tierra de querer arrastrarnos la realidad por la cara hasta que apagáis cualquier resquicio de esperanza? - Espetó un poco contrariada. Gelion también lo había hecho. Thalos a su manera. Jo también y quizás… es que no debería haber hecho oídos sordos. Se removió incómoda ante aquel pensamiento porque si le quitaban la esperanza…¿Con qué fuerza iba a ser directora de un hospital abocado al fracaso? Escuchó atenta a lo de los Draven confirmando ese desprecio que tenía hacia Gelion en cosa de dos segundos. No tenía mucho más que agregar…aunque… -¿Cómo habrías podido saber del buen fondo de Thalos si no le hubieses dado una oportunidad?- meditó.

El gesto de agradecimiento no le pasó desapercibido pero no… parecía que su cabeza no era el único campo de batalla. Ella no apartó el té sino que lo alzó para beber mientras miraba a Johan defendiendo lo indefendible… aquello le robó una pequeña sonrisa -Hace nada has dicho que, tal vez, querías una excusa para trabajar a tu modo- Ladeó la cabeza con curiosidad -¿Me estás diciendo que no te importaría convertirte en el próximo Termeritus?- Alzó la cabeza y negó -Lo dudo. No te creo…no cuando me has visto de esa forma al hablar de idealismo- Continuó -¿Qué es lo que realmente quiere Johan el idealista? - Alargó la mano para reposicionar el té, invitándolo a meditar.

Aquella frase de como una "princesa" la hizo sonreír un poco más para luego sonrojarse brevemente. Princesa…desvalida. Se sorprendió de sus palabras y alzó ambas cejas -¿Cómo no?- aspiró aire con fuerza para luego negar con la cabeza -Era mi esposo, la persona con la que compartiría mi vida y… tenía en alta estima su opinión - Le sorprendió otro poco que Johan diera en el clavo con el tema de las normas, analizando que seguramente era eso. Simplemente… se comportaba al revés que muchas mujeres de la isla. Le recorrió el rostro con curiosidad porque ese punto de vista… bueno, supuso que Gelion se lo había repetido hasta el hartazgo pero siempre con su "dulzura Draven".

Cuando se echó hacia atrás Arleen apartó la mirada de inmediato ante un fugas recuerdo pero… recordó que ahora estaba vestido normal. Aún así, tampoco le gustaba el brillo de su mirada… pero se quedaría con el halago -No- negó, no quería que le borrara los recuerdos. Cómo él decía, era experiencias y no quería olvidar la maldad que realmente latía en los corazones de muchos. Su última frase le ganó. Estaba harta de bloquearse en un bucle y perder tiempo o partes de su día por ello -Adelante. ¿Qué hay que hacer!?- preguntó… aunque sospechaba por donde iría las cosas y…echó en falta su yelmo. Era… complicado y extraño permitirle a un casi desconocido que ahondara en su cabeza. Se apartó el cabello rebelde el rostro y lo miró sintiendo que se le acumulaba la tensión en los hombros.

- No se responde con una pregunta a otra. - evitó contestarle porque no le gustaba cuando le hacían eso,   enarcando después una ceja cuando se atrevió a cuestionar si disfrutaría torturando a un ser humano sólo por su raza.  - ¿En serio me estás diciendo eso a mí? ¿Después de estar tantos tiempo enfrentándome a los que sí disfrutaban haciendo eso? apenas me conoces entonces. Nunca disfrutaría torturando a alguien por algo tan ridículo como poder hacer magia o no. Lo ves todo muy blanco o negro, como si la gente como los Draven o yo no supiésemos ver más allá. -  ahora sí que estaba algo molesto con ella por tener esa visión, por mucho que le hubiese dicho después que no lo veía como alguien malvado. Como si lo contrario de ser ingenuo fuese directamente ser "malvado". Muy simplista.

- Tú puedes intentar ser lo que quieras, pero desgraciadamente ya sabes lo que hay. Con lo que te he dicho no quiero apagar tu esperanza, sino hacer que tomes las decisiones que haya que tomar para que dejen de pisotearla. Sólo con desearlo y buenas intenciones no vas a conseguir lo que quieres. -  se quedó mirando una de las pastas feas que había horneado antes, como si fuese una prueba de que desear hacer buenas pastas no había servido. Hacía falta más. Después la mojó en el té y se la zampó, reflexionando mientras sobre la pregunta de Thalos y las segundas oportunidades.

 - Hmm...creo que él también me dio una oportunidad a mí, porque podría haberme matado si hubiese querido. Quién sabe, tal vez te pueda decir por qué no lo hizo. Yo creo que no lo hice porque al principio él tenía respuestas que me interesaban, sabía cosas de mi madre desaparecida. Luego...es una larga historia. - acabó soltando un sonido entre ironía y sorpresa sobre lo de ser el próximo Termeritus, pareciéndole una locura la comparación. Eso sería convertirse en todo contra lo que lucharon tanto tiempo y por lo que murieron muchos de los suyos.  

- El idealista querría que todos esos imbéciles de la ciudad dejasen de pelearse entre sí y trabajasen juntos, que se diesen cuenta de la oportunidad que tienen. Pero eso no va a pasar...así que habría que tomar medidas más drásticas para impedir que todo se vaya a la mierda de nuevo. luego la dejó hablar del tema de Sayid, comprendiendo que se sintiese dolida porque confiaba en él como marido. Cómo decirle que era lo que solía pasar con los matrimonios concertados en los que ni siquiera se conocían ni habían elegido.  - Te va a sonar a frase hecha, pero mereces alguien mejor.  - aunque seguramente ahora lo que menos quería era tener contacto con hombres, como era de entender. Por un momento hubiese preferido que ella le dijese que quería que le borrase los recuerdos traumáticos, así que suspiró con algo de resignación. Había elegido enfrentarlo. Se levantó de la silla y rodeó la mesa para quedar de pie al lado de Arleen, instándola a hacer lo mismo.

- Voy a entrar en tu mente, en tus recuerdos. Así podrás reaccionar a ellos, verlos desde fuera para tener la oportunidad de hacer las cosas de otra manera. Será complicado, así que si en algún momento te ves al límite...avísame. Puedes confiar en mí. - le hizo un gesto como pidiendo permiso para llevar el dedo índice y corazón hacia la sien de ella, cerrando los ojos mientras establecía la conexión con ella y se adentraba en su turbulenta mente.

-----------

off: tira dado de 10 con 10 opciones posibles de recuerdos

Johan le hablaba molesto porque… -No, Johan…- Arrugó el ceño al darse cuenta de que había malinterpretado sus palabras -Precisamente, a lo que voy, es que no has dejado que esa maldad afecte quién eres. Qué conocerla no te ha llevado a ser partícipe de esos actos- Aclaró sintiéndose un poco fuera de lugar porque en ningún momento había querido insultarlo. Bajó la mirada levemente avergonzada porque hubiese interpretado eso.

¿Por qué acababa peleando con todo el mundo?

Apartó la mirada y se concentró en el té escuchándolo hablé pero sin llegar a dirigirle la mirada de nuevo mientras oía lo que decía. Se terminó la galleta y bebió del té un largo sorbo -Vale- Le respondió, cansada ya de pelear con Gelion, con Oscurus, con Jo, con sus hermanos y ahora con él. Decidió ella sola simplemente dejar de hablar de ello. No compartiría ni sus ideales ni su verdadera intención sino eso que querían oír, así evitaría más discusiones.

"De acuerdo, no le demos oportunidad a nadie más. Seamos jueces y ejecutores solo con la portada del libro", pensó de forma irónica -No es necesario, Thalos tiene más o menos vuestra misma opinión. Igual que Gelion, Jo, Oscurus y cualquier persona con la que me cruzo- Si es que al final, la loca sí que era ella.

Se concentró en coger otra galleta y partirla por la mitad antes de morderla, fijando su atención en el sabor antes de volver a oír lo que Johan, el idealista, quería. Le duró un par de palabras y ella compartía esa visión. ¿Realmente habían hecho lo que había estado de su mano para lograrlo? Ella no había hecho una mierda más que ser la muñeca de torturas de un viejo enemigo. Terminó la galleta y fue a por el otro pedazo pensando que esas medidas más drásticas sólo hablaban de sangre y ella no quería formar parte de eso -Haced lo que consideréis, me mantendré concentrada en el hospital y así aportaré mi granito de arena -

Aquello sobre Sayid hizo que le mirada un momento con el gesto serio. Mucho antes de que le sucediera lo de Eámon ya para ella era complicado encontrar pareja. Además, se sentía atraída hacia Gelion y tenía sentimientos por Giordano. Suspiró quedamente y negó con la cabeza. No quería hablar de ello porque ahora no se planteaba nada. Si antes nadie había mostrado su interés en ese sentido…ahora menos.

Lo vio pararse de la silla y se movió inquieta, siguiéndolo con la mirada mientras oía sus palabras y se incorporaba. Tardó un momento en darle luz verde para que la tocara y aunque él cerró los ojos, ella no pudo. No al menos durante un momento, necesitaba observar que no… tuviera ningún movimiento raro.

Sin embargo, cuando el recuerdo se hizo presente Arleen no supo cómo reaccionar y apretó las manos sobre la falda de su vestido, atrapando la tela entre sus dedos con dolor. ¿Por qué, de todo lo que pasaba por su cabeza, tenía que vivir otra vez eso?

Se encontraba en el comedor desayunando, el plato ya casi vacío y la mirada perdida en algún punto de la decoración. Olía a flores. En esa casa siempre olía bien porque Sayid la colmaba de ramos de flores como si aquello pudiese paliar su ausencia, una a la que se había enfrentado después de volver del secuestro.

Arleen no sabía muy bien como proseguir, su horario iba en base  a las comidas del día y rellenaba los huecos con siestas, lectura y poco más. Había hecho  un parón en TODO tratando de que la actividad física fuera mínima para evitar lo que pronto ocurriría.

Cuando acabó de comer se incorporó para ir hacia la cocina, levitando el plato y los tenedores con el firme propósito de encantarlos para lavar. La casa estaba impoluta y era comprensible, a fin de cuentas, escasa vida hacía ella ahí. Simplemente, existía…y con miedo de que incluso una respiración profunda o recoger algo del piso desencaderana un final doloroso.

Pese a todo, un par de pasos dentro de la cocina una puntada de dolor ocupó sus entrañas y Arleen perdió la concentración. El plato y los tenedores acabaron en el piso, pero ella ignoró el estruendo para llevarse las manos al vientre -No…No…no, no, no, no- Repitió una y otra vez, teniendo sumo cuidado al moverse hacia la isla para buscar el taburete y poder sentarse a descansar pero antes de hacerlo otra puntada de dolor y una familiar sensación hizo que la morena soltara un gemido en el que parecía sollozar. Se tapó la boca, pese a que estaba sola, no quería que ni siquiera la casa fuese testigo.

Porque ella sabía lo que ocurría, sabía perfectamente lo que estaba sucediendo.

La tercera puntada hizo que le fallaran las rodillas y acabó en el piso, recostando la espalda contra la pared y poniendo las manos en los muslos mientras se deshacía en llanto -No…Quédate, por favor- Murmuró en un hilo de voz aunque Anteia le había advertido que una vez que se iniciara…No había manera de echarlo hacia atrás -No puedo fallar así...He hecho todo... he hecho todo- Se dijo a sí misma, llevándose las manos al vientre porque aquello no hacía más que confirmar las sospechas de Anteia respecto a esa condición de su sangre. En ese instante, ni siquiera pensaba en Sayid.

Siendo consciente de que aquello era una sentencia de vida empezó a llorar por lo que perdía ahora y lo que no obtendría en el futuro, algo que creía como un sueño propio fuera de las tribulaciones de su madre. Y allí se quedó, sentada en el piso de la cocina, llorando durante horas mientras perdía a su primer hijo.

-No hay otra forma de hacer eso- Murmuró en un hilo de voz al abrir los ojos, lo miró un momento antes de apartar la vista y observar por la ventana pensando que aparentemente concebir no le era difícil, lo difícil era mantenerlo. Bajó la cabeza lentamente y se dio cuenta, entonces, de lo que hacía con las manos. Soltó el vestido y alisó suavemente las arrugas.

D10

Misión de SAM.
Misión de Francia.
Aborto 1
Secuestro con Gelion y encuentro con los de la Misericordia
Reencuentro con Giordano
Tortura de Eámon
Pelea con Oscurus en el hospital La Paz
Indignación con RENA
Momentazo hot con Gelion
Pelea con sayid

El miembro 'Arleen Royden' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Dado (10)' :

Acabó por hacer un gesto de entendimiento cuando Arleen le explicó bien lo que quería decir, pues la había malinterpretado. De todos modos no estaba tan seguro de que aquella maldad no hubiese afectado a su forma de proceder, porque quería aprovechar el momento para asestar un golpe a los reales sin contar con los Draven. Lo único que tenía que decidir era cómo exactamente. Le dio la impresión de haberla desmoralizado, a juzgar por ese "vale" que sonaba a "déjame en paz, no quiero discutir."  - Así que todos tenemos la misma opinión...pero no te gusta nuestra opinión. Eres terca, habrías encajado en la Resistencia. - comentó sin esperar respuesta por su parte, más como una observación. Si no quería escuchar a quienes intentaban aconsejarla era cosa suya.  - Trato. Contaremos entonces con tu hospital, y lo defenderemos. - tampoco podía obligarla a luchar si no quería. No lo había logrado con Jo, así que menso aún con Arleen, con quien apenas tenía relación hasta el momento.

Después de haber llegado más o menos a acuerdo se dispuso a adentrarse en su mente, dejándose llevar sin buscar nada específico en un principio. Probablemente lo primero que apareciera sería uno de los recuerdos que la atormentasen. La escena en la que se sumergieron parecía tranquila al principio, aunque se apreciaba tristeza y melancolía en su rostro. Dejó que siguiese su curso hasta comenzar a entender qué era lo que sucedía. Entonces casi se arrepintió de haber encontrado ese recuerdo. No debería estar viendo eso. Se tensó de manera notoria al darse cuenta de que estaban justo en el momento en el que perdía al que podría haber sido su primer hijo.  Aquello le trajo amargos recuerdos de cuando él y Jo también perdieron al suyo cuando estaba casi a punto de nacer, lo que le hizo empatizar mucho con Arleen. Encima estaba sola, ni rastro del estúpido Sayid.  Se le hizo un nudo en el pecho ante aquello, susurrando un "lo siento" cuando ambos volvieron a abrir los ojos, saliendo de ese recuerdo.

- Tienes razón. No había otra forma. Muchas veces no está en nuestra mano... - la dejó respirar unos segundos antes de volver a repetir el procedimiento, pero esta vez hizo un pequeño cambio para permitir que las figuras de Arleen y él se materializasen dentro del recuerdo, como si fuese espectadores invisibles de la escena. Le sorprendió la presencia de Gelion en el recuerdo, y el modo en el que la siguió bajo la lluvia para darle unas botas porque iba descalza. Ahora iba a resultar que era servicial y todo.

Siguió observando con curiosidad hasta que aparecieron unos tipejos que resultaron ser los de la "misericordia", y hasta alzó las cejas con el teatrillo de Gelion haciendola pasar por su mujer. Tenía sentido, para salvarse el pellejo ambos. Arleen parecía traumada por el odio hacia magos y androides, como si no se lo esperase.  

"Son unos fanáticos. ¿Crees que podrías haber hecho algo diferente ahí? ¿Matarlos? te quedaste paralizada, Gelion te salvó el culo." negó con la cabeza mientras la escena proseguía, esta vez en la supuesta casa de Gelion. Esos dos habían estado más veces juntos y a solas de lo que parecía. El modo en que él la trataba le daba pistas, no se lo imaginaba dejándole una manta a nadie ni ofreciendo su casa, ni ninguna otra cosa que implicase ser "amable". Decidió hurgar un poco más, pues no parecía un recuerdo malo o traumático. Hasta casi hubo beso. Al final la arrastró fuera de aquel recuerdo, volviendo a abrir los ojos frente a ella con una leve sonrisa de saber algo que ella no.

- Juraría que nuestro amigo Geli en el fondo es un tierno y está colado por ti, y diría que tú por él. Ya me parecía a mí que había algo cuando te mudaste a la base. - separó los dedos de su sien, tomándose otro pequeño descanso para poder hablar con ella.  - Supongo que sois dos personas complicadas para hablar claro. No soy la persona más apropiada para hablar de esos temas porque yo mismo soy un desastre, pero...debes tener en cuenta que hay más gente que se preocupa por ti de lo que crees.

El miembro 'Johan Black' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Dado (10)' :

“No, sólo me junto con gente diferente y tengo tolerancia… No quiero convencerlos persé de mis ideales pero es que no se puede ni debatir, sólo recibo martillazos”, se guardó aquel pensamiento para sí misma también. Lo de la Resistencia no supo cómo encajarlo así que sólo frunció brevemente el ceño como única respuesta.

El recuerdo del aborto le había dejado comovida y emocionada y volvió la vista hacia él cuando le habló, se le quedó mirando en silencio cuando soltó que a veces no estaba de su mano -Mi condición no ayudó pero… Anteia y Sayid fueron prestos en culparme por no saber cuidarme. Me atormenta saber que lo perdí por… Por impulsiva y porque…- Negó con la cabeza, no quería repetir lo que le había dicho a sus hermanos. Miró hacia otro lado e hizo un nuevo gesto para que continuaran.

Al aparecer en el nuevo recuerdo, inmediatamente se cruzó de brazos. Recordaba todo pero sus sensaciones ahora respecto a Gelion eran distintas, encontradas y complicadas. El pensamiento de Johan le llegó alto y claro “Lo sé”, mencionó y tragó en seco “Fue después de la pelea con Sayid y no estaba muy segura de cómo proceder sin ponerme en peligro. Quizás…podría haberles demostrado que hay brujas y magos que no son agresivos. ¿Podrían haberlo comprendido? No lo sé, quizás hubiese acabado muerta pero al menos lo habría intentado”. Lo siguiente… La canción de Hakuna Matata hizo que Arleen se relajara un poco. La música siempre había sido una forma de drenar el estrés y ese día le había servido. Fue consciente de la carga “erótica” que había tenido esos momentos con Gelion al ver su recuerdo como un narrador omnisciente.

Le miró a la cara cuando salieron, esta vez tenía el gesto contrariado que se afianzó más al ver su sonrisa -¿Él? ¿Por mí? Imposible. Soy una bruja- Negó con la cabeza de forma tajante -Yo sí estuve atraída hacia él. Pero ahora forma parte del pasado- Arrugó el ceño respecto a lo de la base, recordando lo que había pensado de eso -Quizás quería tenerme cerca para luego entregarme a Eámon- Espetó finalmente una de sus teorías. Lo siguiente le hizo caer en cuenta de que este era el Johan del harén, el Johan que había sido infiel a Jo. Arleen frunció el ceño, preocuparse…preocuparse. Una persona preocupaba por otra por lo menos mostraba interés. No, aquello iba de otra cosa. Ya torturada, pero viva, no le servía. Quizás estaba buscando otra bruja, qué sabía ella. Pero luego estaba el tema del asesinato a los guardia y Arleen se removió incómoda sin saber cómo encajarlo tampoco.

Pero DABA IGUAL.
DABA IGUAL.
No le gustaban las brujas y ella era una bruja, fin de la historia.

-Sigamos- Murmuró volviendo a cerrar los ojos. Había estado tan empeñada en pasar de sus sentimientos por Gelion que casi inmediatamente su mente recordó a Giordano y el instante en el que lo había visto volver finalmente a Ouroboros después de aquella horrible carta y la zozobra que había vivido desde que Le Fay le dijo que se encargaba. Al verlo había sido un cúmulo de emociones que había escondido bajo protocolo pero cuando Gio le abrazó…

Arleen se apartó del contacto de Johan -Eso es privado- Negó varias veces -Busca otra cosa-

El miembro 'Arleen Royden' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Dado (10)' :

Le extrañaba que Anteia la hubiese culpado porque ella no era así. Al contrario, siempre se preocupaba por todos y había sido la madre por excelencia para casi todos los de la Resistencia. Tal vez Arleen lo había entendido mal, pero no quiso echar más leña al fuego. - No fue tu culpa. - fue lo único que añadió antes de proseguir con el recuerdo de Gelion. Los datos que le dio le ubicaron un poco sobre el momento en que sucedió todo, tras un encontronazo con Sayid. Tenía sentido que se hubiese refugiado en Gelion, que la había tratado bien y la había defendido. Al salir del recuerdo rodó los ojos por el comentario de Arleen, chasqueando los dedos delante de sus ojos como queriendo decir que espabilase.

- Pensaba que eras más lista, pero para algunas cosas relacionadas con los sentimientos eres un tanto obtusa, Arleen. Gelion no trata así de bien a nadie. Lo que he visto ahí es que le importa un bledo que seas una bruja. ¿Crees que a Thalos le importó eso para enamorarse de Erika? ¿Qué más da? es una visión muy simplista esa. Es la historia que has decidido montarte en tu cabeza. Eres una mujer que al parecer le atrae, y si encima le has estado ayudando desde que estuvo en Ouroboros pues...mira, no tiene a nadie más y tú le has caído en gracia. Si no hubiese pasado de tu cara...- asintió cuando dijo que a ella también le atraía, y no se creyó que ya no fuese así. Puso cara de "claro, claro". A lo mejor estaba haciendo conjeturas, pero cuando no eran sus propios asuntos amorosos no se le daba mal resolverlos.


- Bueno, da la impresión de que te lo niegas a ti misma para protegerte de que crees que a él no le importas. Supongo que no has hablado con él desde lo que sucedió...y me atrevo a pensar que Gelion tampoco se ha atrevido a acercarse a ti porque es un estreñido emocional y no saber cómo comportarse a tu alrededor después de la putada que te ha pasado. Si yo me siento culpable por no haber matado a Éamon...imagino que él más. - hizo un gesto de "vosotros veréis", dejando que reflexionase antes de meterse en el siguiente recuerdo. Ahora tocaba Giordano...¿también le importaba él?

- Privado...ya veo. - torció un poco el gesto antes de proseguir, esta vez presenciando una pelea con un Sayid bastante insufrible y una Arleen que en su opinión no había hecho lo que tenía que hacer. No pudo evitar meterse a opinar, todavía estando dentro del recuerdo como espectadores. "Vamos a modificar esto un poco. Lección número 1. Ve y mándalo a la mierda. Te vas a quedar más a gusto. "