El panorama en el hospital de campaña era desolador. Se sentía... como si hubieran pasado por una guerra. A pesar de que acababa de iniciar, el dolor que estaba causando en los más inocentes era devastador. Tenía la sensación de que, por muchos esfuerzos que hicieran, no podría detener el miedo y la violencia contra aquellas personas inocentes que llegarían a Highlands en breves. Tenía miedo. Mucho miedo. Miedo por su hija, tan lejos de ella, y su esposo, tan expuesto al peligro. Tenía miedo por sus compañeros, porque no eran los típicos soberanos que enviaban a los subordinatos a pelear, sino estarían en primera fila en la lucha que se avecinaba. El Consejo seguiría, con o sin todos ellos, pero podría no ser lo mismo nunca más.
Mientras encontraba el espacio que el bosque y los centauros les habían destinado, varios de los miembros de la Guardia estaban mntando el campamento, una tienda a la vez; levantándolas, hechizándolas y marcando las capacidades de cada una en una lista para comenzar a llenarlas con los refugiados que no tardaban en bajar. Sabía que, para poder evacuar sin algo que urgiera a los pobladores como un ataque directo del Sanguis, se tomarían un poco de tiempo ir por sus familias, algunas de sus pertenencias e incluso algunas mascotas. Al menos esas últimas tendrían un espacio amplio para correr que podrían disfrutar.
Recorrió suavemente, a paso lento, aquel lugar, separando mentalmente el lugar donde estarían los cultivos, las tiendas, los servicios como el comedora... Era un lugar tan puro, tan limpio, con un aire que le permitía respirar profundamente. No se había dado cuenta de lo tensa que había estado en la isla, como para sentir en aquel lugar una liberación tan grende que le apetecía incluso quedarse. Incluso su cuerpo tenía movimientos más fluídos, aún cuando no creía que le estuviera afectando tanto. La tierra de la isla se estaba envenenando y no poder hacer algo al respecto le estaba haciendo caer en un profundo caos interno. Su equilibrio, el fino equilibrio de la naturaleza, estaban resquebrajándose mientras aquel depredador acababa con todo. ¿Terminaría por engullir el mundo entero si se lo permitían? Ese era un futuro en el que no podría vivir. La angustia y la oscuridad debajo de sus pies serían su perdición. Se acercó a uno de los soldados que conocía como amigo de Vishous, sonriéndole al llegar hacia él.- ¿Sabes en cuanto tiempo más comenzarán a bajar? - La respuesta fue que en dos minutos exactos bajarían, pues les estaban organizando con rapidez. Agradeció la información y se dedicó a hacer el espacio lo más acogedor posible. No sería la casa de nadie, pero llenó las orillas del bosque con grandes arbustos llenos de flores muy variadas y coloridas. Las hizo crecer al frente de cada tienda, en cada espacio que encontró. Mucha lavanda para tranquilizar con el aroma a los asustados habitantes, y hierbas aromáticas para que las tuvieran a mano para cocinar y hacer remedios. Al final, montó una tienda en compañía de los soldados personalmente, dedicándola a la realización de pociones. Si el hospital estaba tan saturado y comprometido, se empezarían a utilizar los remedios naturales.
Cuando los habitantes llegaron, lo hicieron en grandes grupos, a los que recibió personalmente y se encargó de tratar de solucionar sus dudas. Las preguntas eran tan duras como la realidad, y saber que no tenía respuesta para muchas de ellas era desolador, pero hizo compromisos para obtener información y encontrar la mejor solución para cada problema. Después de una ardua jornada dándole techo y comida a cada uno de los ciudadanos de Ouroboros, se tomó un momento para enviar un mensaje al Consejo informando que se completaba la evacuación. Tras un larguísimo día, desapareció de ahí, con promesas que cumplir.
Mientras encontraba el espacio que el bosque y los centauros les habían destinado, varios de los miembros de la Guardia estaban mntando el campamento, una tienda a la vez; levantándolas, hechizándolas y marcando las capacidades de cada una en una lista para comenzar a llenarlas con los refugiados que no tardaban en bajar. Sabía que, para poder evacuar sin algo que urgiera a los pobladores como un ataque directo del Sanguis, se tomarían un poco de tiempo ir por sus familias, algunas de sus pertenencias e incluso algunas mascotas. Al menos esas últimas tendrían un espacio amplio para correr que podrían disfrutar.
Recorrió suavemente, a paso lento, aquel lugar, separando mentalmente el lugar donde estarían los cultivos, las tiendas, los servicios como el comedora... Era un lugar tan puro, tan limpio, con un aire que le permitía respirar profundamente. No se había dado cuenta de lo tensa que había estado en la isla, como para sentir en aquel lugar una liberación tan grende que le apetecía incluso quedarse. Incluso su cuerpo tenía movimientos más fluídos, aún cuando no creía que le estuviera afectando tanto. La tierra de la isla se estaba envenenando y no poder hacer algo al respecto le estaba haciendo caer en un profundo caos interno. Su equilibrio, el fino equilibrio de la naturaleza, estaban resquebrajándose mientras aquel depredador acababa con todo. ¿Terminaría por engullir el mundo entero si se lo permitían? Ese era un futuro en el que no podría vivir. La angustia y la oscuridad debajo de sus pies serían su perdición. Se acercó a uno de los soldados que conocía como amigo de Vishous, sonriéndole al llegar hacia él.- ¿Sabes en cuanto tiempo más comenzarán a bajar? - La respuesta fue que en dos minutos exactos bajarían, pues les estaban organizando con rapidez. Agradeció la información y se dedicó a hacer el espacio lo más acogedor posible. No sería la casa de nadie, pero llenó las orillas del bosque con grandes arbustos llenos de flores muy variadas y coloridas. Las hizo crecer al frente de cada tienda, en cada espacio que encontró. Mucha lavanda para tranquilizar con el aroma a los asustados habitantes, y hierbas aromáticas para que las tuvieran a mano para cocinar y hacer remedios. Al final, montó una tienda en compañía de los soldados personalmente, dedicándola a la realización de pociones. Si el hospital estaba tan saturado y comprometido, se empezarían a utilizar los remedios naturales.
Cuando los habitantes llegaron, lo hicieron en grandes grupos, a los que recibió personalmente y se encargó de tratar de solucionar sus dudas. Las preguntas eran tan duras como la realidad, y saber que no tenía respuesta para muchas de ellas era desolador, pero hizo compromisos para obtener información y encontrar la mejor solución para cada problema. Después de una ardua jornada dándole techo y comida a cada uno de los ciudadanos de Ouroboros, se tomó un momento para enviar un mensaje al Consejo informando que se completaba la evacuación. Tras un larguísimo día, desapareció de ahí, con promesas que cumplir.
Nikolaos Kirgyakos
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Bando
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Después de hablar largamente con Betsabeth entendió más la situación con Savannah y del clan en general. Comprendió que la joven era una chamana en ciernes y que ambas habían heredado precipitadamente las responsabilidades después de la muerte de las antiguas chamanas. Escribió a Matvey para informarle pero seguramente buscaría a la peliblanca de nuevo. Al menos para conversar, si se lo permitía.
Tras ello bajó a las Highlands con su clan, integrando a sus nuevos lobos. Tenía que estudiar la manera de que no perdieran su historia. Quizás podría encargársela a Betsabeth, para que se sintiera reconocida en su labor.
Las Highlands, o al menos la zona en la que estaban evacuando, bullía de energía. Nikolaos se había hecho un cambio rápido de su traje casual a un jean y camiseta blanca con botas marrones para ponerse a trabajar la tierra junto a su clan. No tenía ensuciarse las manos y menos aún si eso implicaba ayudar a la isla.
Aún así, revisó el PIS para ver el estatus. Aparentemente los portales podrían servir y las mochilas, de las que poco sabía pero había enviado a investigar por uno de su clan a los aprendices del I+D enterandose de que eran una especie de atajo, una mochila evanescente, que les serviría así que las usó y encargó a ese mismo lobo el viaje a Grecia a través de portales.
-Sofía- Saludó nada más llegar junto al clan sonriendo de manera afable -Gracias por contar con nosotros. ¿Dónde nos quieres y qué debemos hacer? - Preguntó con claridad antes de agregar -Suma a los víveres de emergencia lo que llegará desde Grecia. Se han llevado las mochilas evanescentes de Tesla y nos trasladarán alimentos.
Tras ello bajó a las Highlands con su clan, integrando a sus nuevos lobos. Tenía que estudiar la manera de que no perdieran su historia. Quizás podría encargársela a Betsabeth, para que se sintiera reconocida en su labor.
Las Highlands, o al menos la zona en la que estaban evacuando, bullía de energía. Nikolaos se había hecho un cambio rápido de su traje casual a un jean y camiseta blanca con botas marrones para ponerse a trabajar la tierra junto a su clan. No tenía ensuciarse las manos y menos aún si eso implicaba ayudar a la isla.
Aún así, revisó el PIS para ver el estatus. Aparentemente los portales podrían servir y las mochilas, de las que poco sabía pero había enviado a investigar por uno de su clan a los aprendices del I+D enterandose de que eran una especie de atajo, una mochila evanescente, que les serviría así que las usó y encargó a ese mismo lobo el viaje a Grecia a través de portales.
-Sofía- Saludó nada más llegar junto al clan sonriendo de manera afable -Gracias por contar con nosotros. ¿Dónde nos quieres y qué debemos hacer? - Preguntó con claridad antes de agregar -Suma a los víveres de emergencia lo que llegará desde Grecia. Se han llevado las mochilas evanescentes de Tesla y nos trasladarán alimentos.
Tras terminar de evacuar a los habitantes de Ouroboros, pudo descansar un momento su afectado corazón. Había dejado ir a su pequeña criatura a Grecia, con sus padres y la familia de su esposo. A este, le había enviado el mensaje mediante un patronus lo más tranquila que había podido aparentar, mencionándole que estaría más que bien cuidada en aquel lugar. Él había conocido la propiedad en Grecia, o eso creía, pero no sabía si conocía los bosques que su familia cuidaba en el continente, y que le harían muy bien a Aura después de haber pasado tanto tiempo cerca del árbol. A ella misma le haría bien ir de vez en cuando, un poco más seguido que antes al menos. Podría presentar a su pequeña a las deidades del bosque; al menos sería algo que preparar para distraerse un poco.
Bajó a Highlands tan pronto como recibió el mensaje de Nikolaos, preguntándose donde estaría Adael que no había respondido al llamado. Se había puesto un vestido vaporoso tonos verdes que la mantendría fresca aún debajo del incansable sol. Fue la voz de Nik la sacó de sus pensamientos mientras vislumbraba el espacio donde estarían los cultivos.- Nikolaos, hola.- Susurró, acercándose a él y saludándole con un beso en la mejilla, como hacia con todos. Le era tan natural que a veces podía olvidar que para un recién llegado podía parecer extraño.- El trabajo del campo es muy pesado, por eso te agradezco tanto el apoyo.- Podía no parecerlo por la manera tan fresca y femenina en la que ella iba vestida, pero lo era.- Hay que arar, sembrar y luego cosechar. Adael suele apoyarme arando, pero no lo he visto en algunos días y esto ya no puede esperar. Una vez que la tierra esté removida, puedo comenzar a colocar las semillas y dedicarme a hacerlas crecer. Si pongo empeño en ello, creo que pueden estar listas para cosechar el fin de semana.- Era cuestión de estarse horas, prácticamente, cuidando, mimando y dando magia a las plantas para que pudieran crecer; era arduo, pero no complicado.- ¿De verdad? Eso nos será de gran ayuda, Nikolaos, muchas gracias por el apoyo. Podríamos empezar a repartirlas cuanto antes, y así complementar lo que ya tenemos aquí. Qué lástima que llegues al Consejo en medio de esta crisis, pero... también haz sido de gran ayuda y te lo agradezco.
Bajó a Highlands tan pronto como recibió el mensaje de Nikolaos, preguntándose donde estaría Adael que no había respondido al llamado. Se había puesto un vestido vaporoso tonos verdes que la mantendría fresca aún debajo del incansable sol. Fue la voz de Nik la sacó de sus pensamientos mientras vislumbraba el espacio donde estarían los cultivos.- Nikolaos, hola.- Susurró, acercándose a él y saludándole con un beso en la mejilla, como hacia con todos. Le era tan natural que a veces podía olvidar que para un recién llegado podía parecer extraño.- El trabajo del campo es muy pesado, por eso te agradezco tanto el apoyo.- Podía no parecerlo por la manera tan fresca y femenina en la que ella iba vestida, pero lo era.- Hay que arar, sembrar y luego cosechar. Adael suele apoyarme arando, pero no lo he visto en algunos días y esto ya no puede esperar. Una vez que la tierra esté removida, puedo comenzar a colocar las semillas y dedicarme a hacerlas crecer. Si pongo empeño en ello, creo que pueden estar listas para cosechar el fin de semana.- Era cuestión de estarse horas, prácticamente, cuidando, mimando y dando magia a las plantas para que pudieran crecer; era arduo, pero no complicado.- ¿De verdad? Eso nos será de gran ayuda, Nikolaos, muchas gracias por el apoyo. Podríamos empezar a repartirlas cuanto antes, y así complementar lo que ya tenemos aquí. Qué lástima que llegues al Consejo en medio de esta crisis, pero... también haz sido de gran ayuda y te lo agradezco.
Tiempo después, un nuevo día inició con el cielo oscurecido por nubes que anunciaban tormentas de verano. Al amanecer el cálido aire estaba cargado de humedad y el joven maestro podía sentir la electricidad en los huesos. Él evacuó de Ouroboros a todas las criaturas que pudo y llegó a la región montañosa del norte de Escocia trasladando mucho equipaje encantado con hechizos de extensión indetectable que contenía diferentes hábitats.
Luego de dejarlo a buen recaudo, se dirigió a la zona destinada a los cultivos pero se desvió un poco del camino al ver a licántropos que conocía de haber trabajado juntos en los campos. Impulsado por la curiosidad y acompañado por Azlan, su kneazle de pelaje negro salpicado de manchas color miel que descansaba sobre sus hombros con elegante equilibrio, se acercó más hasta llegar junto a Sofía y el que supuso que era la más reciente incorporación al Consejo de los 20. -Hola Sofía, ¿cómo estás?- Le dedicó una respetuosa inclinación de la cabeza y aguardó la respuesta para luego fijar los ojos color café en el hombre al que le hizo el mismo gesto cortés. -Tu debes ser Nikolaos Kirgyakos, yo soy Adael Cohen, Descendiente de Moisés, experto en magia elementarista.- Se presentó extendiendo la mano para estrechar la del nuevo en un amable apretón. -Él es Azlan.- Señaló al felino que levantó la cabeza y las orejas en una postura alerta. -Bien, empecemos con ésto; ustedes por arriba y yo por abajo.- Sentenció bajando al kneazle de sus hombros el cual se fue a buscar un lugar fresco. -Ah, si no es mucha molestia, necesito esencia de díctamo, poción herbovitalizante, poción de Chizpurfles, poción de mandrágora y poción multijugos.- Enumeró agarrando el fertilizante que usaría antes de literalmente ser tragado por la tierra.
Aplicó el preparado nadando como pez en el agua por la zona subterránea de los cultivos, desde arriba podía verse que, allí por donde el joven maestro pasaba, el suelo giraba como si estuviera dentro de una mezcladora. Administró los nutrientes a la tierra y la trabajó metódicamente hasta unir los minerales de forma homogénea, todo en su justa medida. -¿Éste es el terreno que habría que elevar?- Preguntó tras emerger del suelo hasta la cintura, mientras se quitaba una lombriz del cabello.
Luego de dejarlo a buen recaudo, se dirigió a la zona destinada a los cultivos pero se desvió un poco del camino al ver a licántropos que conocía de haber trabajado juntos en los campos. Impulsado por la curiosidad y acompañado por Azlan, su kneazle de pelaje negro salpicado de manchas color miel que descansaba sobre sus hombros con elegante equilibrio, se acercó más hasta llegar junto a Sofía y el que supuso que era la más reciente incorporación al Consejo de los 20. -Hola Sofía, ¿cómo estás?- Le dedicó una respetuosa inclinación de la cabeza y aguardó la respuesta para luego fijar los ojos color café en el hombre al que le hizo el mismo gesto cortés. -Tu debes ser Nikolaos Kirgyakos, yo soy Adael Cohen, Descendiente de Moisés, experto en magia elementarista.- Se presentó extendiendo la mano para estrechar la del nuevo en un amable apretón. -Él es Azlan.- Señaló al felino que levantó la cabeza y las orejas en una postura alerta. -Bien, empecemos con ésto; ustedes por arriba y yo por abajo.- Sentenció bajando al kneazle de sus hombros el cual se fue a buscar un lugar fresco. -Ah, si no es mucha molestia, necesito esencia de díctamo, poción herbovitalizante, poción de Chizpurfles, poción de mandrágora y poción multijugos.- Enumeró agarrando el fertilizante que usaría antes de literalmente ser tragado por la tierra.
Aplicó el preparado nadando como pez en el agua por la zona subterránea de los cultivos, desde arriba podía verse que, allí por donde el joven maestro pasaba, el suelo giraba como si estuviera dentro de una mezcladora. Administró los nutrientes a la tierra y la trabajó metódicamente hasta unir los minerales de forma homogénea, todo en su justa medida. -¿Éste es el terreno que habría que elevar?- Preguntó tras emerger del suelo hasta la cintura, mientras se quitaba una lombriz del cabello.
Nikolaos Kirgyakos
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Saludó a Sofía de forma amable y escuchó sus palabras asintiendo -Lo entiendo, por eso ofrecí nuestra ayuda- Y ahora con el clan Fenrir de su lado tenían mucha más fuerza. Escuchó aquello sobre el arado y asintió -Elora, hay que arar. Empezar por ahí- Señaló una zona que le parecía lo más factible y la licántropa se llevó consigo a varios de su grupo con herramientas y magia.
Dirigió la vista a Sofía mientras se llevaba las manos a las caderas asintiendo brevemente -Así es, de momento la manada de Grecia podrá ayudarnos. Ya llegará el día en el que podamos devolver el favor. Mi idea, en principio, era pedirte ayuda para que las cosechas fueran más fructíferas de forma que el impacto de este nuevo “comercio” no fuese negativo para ellos. Después de todo, se acerca el invierno- Explicó de una forma pausada y tranquila, maravillosamente política.
-¿Has plantado lavanda, verdad?- Preguntó moviendo la cabeza al percibir el aroma en el ambiente. Un muchacho se acercó a ellos y de forma bastante elegante se presentó, aunque Nik no dejó de mirar al animal que tenía en los hombros -Así es, encantado de conocerte Adael- Mejor dicho, de ponerle cara porque el nombre ya lo conocía y la especialidad también. Había hecho su tarea.
Escuchó las peticiones que hizo antes de hacer despliegue de su magia y miró a Sofía con curiosidad -Lo del por favor y gracias en este Consejo no es muy común ¿No?- Inspiró un poco, como reorganizando sus pensamientos. Observó la forma en la que se movía la tierra y frunció el ceño, intercambió una mirada con Elora y alzó una mano para indicarle que parara. Tras ello miró a Sofía y luego a Adael que emergió de esa forma tan pintoresca, miró la lombriz un momento y luego parpadeo -¿Podemos comenzar con el arado o usarás tu magia para preparar el terreno?-
Dirigió la vista a Sofía mientras se llevaba las manos a las caderas asintiendo brevemente -Así es, de momento la manada de Grecia podrá ayudarnos. Ya llegará el día en el que podamos devolver el favor. Mi idea, en principio, era pedirte ayuda para que las cosechas fueran más fructíferas de forma que el impacto de este nuevo “comercio” no fuese negativo para ellos. Después de todo, se acerca el invierno- Explicó de una forma pausada y tranquila, maravillosamente política.
-¿Has plantado lavanda, verdad?- Preguntó moviendo la cabeza al percibir el aroma en el ambiente. Un muchacho se acercó a ellos y de forma bastante elegante se presentó, aunque Nik no dejó de mirar al animal que tenía en los hombros -Así es, encantado de conocerte Adael- Mejor dicho, de ponerle cara porque el nombre ya lo conocía y la especialidad también. Había hecho su tarea.
Escuchó las peticiones que hizo antes de hacer despliegue de su magia y miró a Sofía con curiosidad -Lo del por favor y gracias en este Consejo no es muy común ¿No?- Inspiró un poco, como reorganizando sus pensamientos. Observó la forma en la que se movía la tierra y frunció el ceño, intercambió una mirada con Elora y alzó una mano para indicarle que parara. Tras ello miró a Sofía y luego a Adael que emergió de esa forma tan pintoresca, miró la lombriz un momento y luego parpadeo -¿Podemos comenzar con el arado o usarás tu magia para preparar el terreno?-
Asintió a Niko con una sonrisa encantadora. Tener más manos siempre era mejor, porque así sus estudiantes, quienes normalmente le apoyaban, se podrían enfocar en realizar las pociones necesarias para el Hospital y para los habitantes de Ouroboros. Aquello la tenía preocupada y era imperante. Se sorprendió bastante cuando la primera orden salió de labios del contrario, viendo que eran de armas tomar, por lo que podía ver. De buenas a primeras ya había repartido las tareas en su clan. Sonrió de nuevo al saber del trato que se había hecho con los clanes de Grecia. Ella misma también estaba trayendo semillas de aquel lugar. Asintió ante el favor que le pedía, esperando a que terminara para contarle su plan. Quería detallárselo para que comenzara a conocer el funcionamiento de la isla.- Por lo general, puedo hacer que una semilla vaya mucho más allá de su producción normal, nueve o diez veces al menos. Eso toma más tiempo, pero nos ahorra espacio. Y tiempo es lo que no tenemos. Por eso usaremos más semillas de lo normal. Tomará más magia, pero habrá suficientes para todos. Si por alguna razón, las cosas se complicaran, como ya ha pasado antes por culpa de los Pendragon, solicitaré a mi familia en Grecia, que incremente los cultivos para devolver el favor, Nikolaos.- Colocó por un momento la mano en el brazo del moreno, agradeciendo profundamente el trueque que había logrado, y asegurándole que podrían cumplir con aquella promesa.
Comenzó dando un paso para dirigirlo hacia las semillas y los fertilizantes que habían preparado, deteniéndose en seco. Le miró deleitada, con una gran sonrisa en el rostro. Tenía años perfumando la isla, el bosque, las salas del Consejo, y pocas veces se daban cuenta.- Así es. Pensé que serviría para tranquilizar a los habitantes que podían llegar alterados. ¿Les resulta molesto? Entiendo que su olfato es más sensible.- La verdad le resultaba agradable que alguien lo notara, y no podía esconder su felicidad. Cuando Adael llegó, lo recibió con su saludo usual y esperó a que se presentaran respectivamente antes de seguir caminando hacia las semillas, esperando a que la alcanzaran.- ¿Las pociones las necesitas con urgencia, Adael? Estamos racionando para el Hospital.- Murmuró. Quizás se lo había tragado la tierra, pero la escucharía bien. Se apresuró a mostrar a Niko el plano con el área que tenía planeada por cuadrantes para cada cultivo. Rio suavemente por la falta de modales de su compañero, tratando de excusarlo.- Después de un tiempo, entre nosotros está de más. Todo lo que hacemos es para la isla y sus habitantes. Discúlpanos si te resulta grosero.- Tuvo que también mirar a Elora con una disculpa al ver que los planes habían cambiado de un instante a otro.
Esperó a que emergiera Adael, con esa pregunta, para tratar de ponerse de acuerdo con las tareas.- No, no elevemos esto. Morirá en cuanto toque al Sanguis, no tiene caso arriesgarlo.- Susurró, triste de haber dejado la isla, pero también un tanto divertida de que Adael ya tuviera tan arraigado el proceso que conocía hasta los fertilizantes a usar.- Bueno, Adael ya veo que está aflojando la tierra y colocando el fertilizante que preparamos para la primera capa. Coloca por favor un poco de agua también, no demasiada, ya sabes cómo. Y emparéjalo sin compactarlo, solo un poco.- De la vegetación ya se había encargado ella, así que no habría que quitar raices ni hierba mala.- El espacio que vayas dejando listo, Nikolaos puede trabajarlo como los agricultores solían; labrar el suelo unos 30 cm, esparcir el fertilizante superficial, colocar algunos cristales y amuletos repetidores para que mi magia se reparta de manera homogenea en el suelo y sembrar las semillas, según los cuadrantes del mapa. Comenzaré esta misma noche a canalizar. El fin de semana comenzarían también los trabajos de cosecha, Nikolaos, solicitaremos voluntarios, pero la mayoría de la gente de Ouroboros no está acostumbrada al trabajo del campo, les necesitaremos. ¿Les parece bien a ambos que sigamos este plan?
Comenzó dando un paso para dirigirlo hacia las semillas y los fertilizantes que habían preparado, deteniéndose en seco. Le miró deleitada, con una gran sonrisa en el rostro. Tenía años perfumando la isla, el bosque, las salas del Consejo, y pocas veces se daban cuenta.- Así es. Pensé que serviría para tranquilizar a los habitantes que podían llegar alterados. ¿Les resulta molesto? Entiendo que su olfato es más sensible.- La verdad le resultaba agradable que alguien lo notara, y no podía esconder su felicidad. Cuando Adael llegó, lo recibió con su saludo usual y esperó a que se presentaran respectivamente antes de seguir caminando hacia las semillas, esperando a que la alcanzaran.- ¿Las pociones las necesitas con urgencia, Adael? Estamos racionando para el Hospital.- Murmuró. Quizás se lo había tragado la tierra, pero la escucharía bien. Se apresuró a mostrar a Niko el plano con el área que tenía planeada por cuadrantes para cada cultivo. Rio suavemente por la falta de modales de su compañero, tratando de excusarlo.- Después de un tiempo, entre nosotros está de más. Todo lo que hacemos es para la isla y sus habitantes. Discúlpanos si te resulta grosero.- Tuvo que también mirar a Elora con una disculpa al ver que los planes habían cambiado de un instante a otro.
Esperó a que emergiera Adael, con esa pregunta, para tratar de ponerse de acuerdo con las tareas.- No, no elevemos esto. Morirá en cuanto toque al Sanguis, no tiene caso arriesgarlo.- Susurró, triste de haber dejado la isla, pero también un tanto divertida de que Adael ya tuviera tan arraigado el proceso que conocía hasta los fertilizantes a usar.- Bueno, Adael ya veo que está aflojando la tierra y colocando el fertilizante que preparamos para la primera capa. Coloca por favor un poco de agua también, no demasiada, ya sabes cómo. Y emparéjalo sin compactarlo, solo un poco.- De la vegetación ya se había encargado ella, así que no habría que quitar raices ni hierba mala.- El espacio que vayas dejando listo, Nikolaos puede trabajarlo como los agricultores solían; labrar el suelo unos 30 cm, esparcir el fertilizante superficial, colocar algunos cristales y amuletos repetidores para que mi magia se reparta de manera homogenea en el suelo y sembrar las semillas, según los cuadrantes del mapa. Comenzaré esta misma noche a canalizar. El fin de semana comenzarían también los trabajos de cosecha, Nikolaos, solicitaremos voluntarios, pero la mayoría de la gente de Ouroboros no está acostumbrada al trabajo del campo, les necesitaremos. ¿Les parece bien a ambos que sigamos este plan?
-HOSPITAL-
Tras recibir el patronus de Savannah, Catherine se desvió de su objetivo de aquel día y fue directo al hospital que habían levantado en el campamento tras lavarse la cara y cambiarse, luego le diría a Oscurus que la revisara porque no se sentía del todo bien. Ella particularmente no planeaba quedarse allí sino en la cabaña desde la cual podría elaborar teorías y buscar las posibilidades de morir sin morir.
Al llegar, buscó a una de las enfermeras y preguntó por la familia Hacksaw. Le indicaron que se encontraban en la UCI provisional que tenían hasta que empezaran a trabajar con las medidas sanitarias que Oscurus había solicitado. No sabía cuales eran pero aún así…
No entendía porqué no se lo había dicho Ian y tampoco el rintintin de Savannah, pero aún así le preocupaba. Si ellos estaban ahí, entonces Anteia estaba con los niños. Le envió un mensaje a la rubia diciéndole que iría a buscarlos en un rato y que se encargaría de ellos mientras se acomodaba el crop top que llevaba, era un conjunto que Catherine en otro momento no se pondría pero ahora...Era capaz de llevarlo sin sentir que se veía ridícula.
-¿Ian?- Preguntó al reconocerlo y fue acercándose a él un poco… extrañada. Sin saber bien cómo proceder. Las cosas no habían quedado del todo bien entre ellos pero aún así quería que supiera que podía contar con ella. Luego pensó que quizás no quería contar con ella y por eso no había avisado. Bueno, ya estaba allí, ya se enteraría de lo que quería.
Tras recibir el patronus de Savannah, Catherine se desvió de su objetivo de aquel día y fue directo al hospital que habían levantado en el campamento tras lavarse la cara y cambiarse, luego le diría a Oscurus que la revisara porque no se sentía del todo bien. Ella particularmente no planeaba quedarse allí sino en la cabaña desde la cual podría elaborar teorías y buscar las posibilidades de morir sin morir.
Al llegar, buscó a una de las enfermeras y preguntó por la familia Hacksaw. Le indicaron que se encontraban en la UCI provisional que tenían hasta que empezaran a trabajar con las medidas sanitarias que Oscurus había solicitado. No sabía cuales eran pero aún así…
No entendía porqué no se lo había dicho Ian y tampoco el rintintin de Savannah, pero aún así le preocupaba. Si ellos estaban ahí, entonces Anteia estaba con los niños. Le envió un mensaje a la rubia diciéndole que iría a buscarlos en un rato y que se encargaría de ellos mientras se acomodaba el crop top que llevaba, era un conjunto que Catherine en otro momento no se pondría pero ahora...Era capaz de llevarlo sin sentir que se veía ridícula.
-¿Ian?- Preguntó al reconocerlo y fue acercándose a él un poco… extrañada. Sin saber bien cómo proceder. Las cosas no habían quedado del todo bien entre ellos pero aún así quería que supiera que podía contar con ella. Luego pensó que quizás no quería contar con ella y por eso no había avisado. Bueno, ya estaba allí, ya se enteraría de lo que quería.
- HOSPITAL-
Después de haber pasado por el hospital para recoger del sótano unas cuantas cosas importantes y guardarlas a buen recaudo, Catherine y yo habiamos ido hasta las Highlands donde ya se habia creado un hospital de campaña y un pequeño campamento o asentamiento. No me gustaba estar ahi, era como fracasar, como rendirse, pero...sabia que era un punto por el que habia que pasar para poner a salvo a la gente.
Me habia despedido de Cath y después me habian derivado hacia una de las zonas habilitadas para las urgencias. Lo mio no requeriría mucho, solo reposo, transfusiones, pociones y algo de curacion para las heridas internas pero....aquello me hizo plantearme en caso de batalla, ibamos a andar escasos de recursos. Escasos de pociones, de sanadores, de todo...
"no, no estan las cosas como para precipitarse..."
Seguia dandole vueltas a la conversacion con ella, sobre cómo se posicionaría en caso de batalla. Eso y nada, era lo mismo, a decir verdad. Lamentablemente, ella sola queria abanderarse como traidora. Por el momento, me dedicaría a recuperar algo las fuerzas en ese hospital improvisado, y a anotar las posibles ideas, hechizos y posibilidades para llevar a cabo nuestro plan. Tambien pedí que me trajeran a Ivanov, al que llevaba demasiado tiempo sin verlo....a este paso, no iba a reconocer a su padre. Cuando estuve con el pequeño por fin sentí otra clase de rabia, de ira, y era la de tener que verlo aqui en este sitio, desplazado de su hogar. Y sabía que como yo, muchos padres y madres de Ouroboros estarían pensando lo mismo. Estos sitios no eran seguros para nuestros hijos.
__
Off: dejo aqui a matvey con 5 PS (LOL) para recuperación pasiva.
- HOSPITAL-
Habían sido unos días muy oscuros para él, tanto que ni siquiera recordaba muy bien el momento en que habían decidido hacer el traslado de heridos desde Ouroboros a ese lugar de hospital de campaña en las Highlands. Algo de las raíces del árbol de los putos Pendragon. Estaba agotado de odiar a unos y a otros, empezando por quienes le habían hecho aquello a su hermana y a su padre. Durante esos días no se separó de su lado, esperando noticias sobre su evolución. Se mantenían estables, pero no mejoraban tan rápido como él hubiese querido. Tanto Jarkko como Savannah estuvieron acompañándole todo lo que era posible, así que por el momento no había pensado en decirle nada a Catherine. Al principio porque ni siquiera lo había pensado, y después...porque todo entre ellos era ahora confuso y no sabía ni en qué punto estaban.
Por eso le extrañó escuchar su voz allí llamándole, tanto que al principio pensó que se lo había imaginado. En ese momento estaba sentado en una de las sillas de la zona de espera del pasillo de aquel improvisado hospital de campaña, de modo que las camas de Chloe y Adam no estaban a la vista. Alzó la mirada hacia ella, con el rostro cansado y los ojos un tanto enrojecidos. A ella se la veía bien, incluso le sorprendió el modo en que iba vestida...mostrando mucho más de lo que solía. - Te lo ha dicho todo Savannah...¿verdad? - preguntó con voz algo ronca por llevar sin usarla en todo el día. Tampoco sabía cuánto le había contado la peliblanca. - Los niños están con Anteia...- Se pasó un mano por la cara antes de suspirar lentamente, sin levantarse de la silla porque era como si le pesase mucho todo el cuerpo.
- A veces creo que alguien se divierte castigándonos sin cesar... - y él al menos tenía pecados por los que podían hacerle pagar, pero...¿qué había hecho su hermana? ¿cómo podría seguir adelante después de todo lo que le había pasado?
Habían sido unos días muy oscuros para él, tanto que ni siquiera recordaba muy bien el momento en que habían decidido hacer el traslado de heridos desde Ouroboros a ese lugar de hospital de campaña en las Highlands. Algo de las raíces del árbol de los putos Pendragon. Estaba agotado de odiar a unos y a otros, empezando por quienes le habían hecho aquello a su hermana y a su padre. Durante esos días no se separó de su lado, esperando noticias sobre su evolución. Se mantenían estables, pero no mejoraban tan rápido como él hubiese querido. Tanto Jarkko como Savannah estuvieron acompañándole todo lo que era posible, así que por el momento no había pensado en decirle nada a Catherine. Al principio porque ni siquiera lo había pensado, y después...porque todo entre ellos era ahora confuso y no sabía ni en qué punto estaban.
Por eso le extrañó escuchar su voz allí llamándole, tanto que al principio pensó que se lo había imaginado. En ese momento estaba sentado en una de las sillas de la zona de espera del pasillo de aquel improvisado hospital de campaña, de modo que las camas de Chloe y Adam no estaban a la vista. Alzó la mirada hacia ella, con el rostro cansado y los ojos un tanto enrojecidos. A ella se la veía bien, incluso le sorprendió el modo en que iba vestida...mostrando mucho más de lo que solía. - Te lo ha dicho todo Savannah...¿verdad? - preguntó con voz algo ronca por llevar sin usarla en todo el día. Tampoco sabía cuánto le había contado la peliblanca. - Los niños están con Anteia...- Se pasó un mano por la cara antes de suspirar lentamente, sin levantarse de la silla porque era como si le pesase mucho todo el cuerpo.
- A veces creo que alguien se divierte castigándonos sin cesar... - y él al menos tenía pecados por los que podían hacerle pagar, pero...¿qué había hecho su hermana? ¿cómo podría seguir adelante después de todo lo que le había pasado?
Se quedó en el sitio cuando la miró, tenía los ojos enrojecidos y se le notaba cansado lo que le revolvió el estómago. Y ahí estaba, una vez más, fallando al estar ausente. Negó con la cabeza ante la pregunta de Ian. No iba a aclarar con él el rintintin de Savannah, ya hablaría con ella en persona -No realmente- Le dijo con sinceridad mientras se recomponía de la impresión que le había dado y caminó hacia su lado, sentándose y mirándolo de reojo.
-Lo supuse. Le he dicho que los iré a buscar después, me los llevaré a la cabaña- Allí al menos podía tenerlos más controlados y se encargaría de ellos mientras todo esto pasaba. Si Emerald podía desaparecer por sus hijos, ella también. Tendría que ubicar a la elfa que les ayudaba para que, cuando tuviera que irse, pudiera cuidar de ellos.
Alargó la mano hasta la de Ian y tomó la de él, apretándola con suavidad al escuchar sus palabras. Miró hacia el resto del pasillo preguntándose qué había pasado pero no estaba segura de que Ian quisiera contarlo así que simplemente tiró un poco de su mano para atraerlo hacia ella y dejar que apoyará la cabeza en su hombro. Ella sabía lo que se sentía la pérdida de un ser querido. Stavron, Altaïr, Layla y Elise (por lo que conllevaba para ella), y luego los mellizos. Acarició su mano en silencio porque, pese a eso, lo cierto es que nunca había estado en ese lugar… simplemente deseando o esperando que todo se solucionará. Las muertes en su familia habían sido fulminantes. Un día estaban y al siguiente no. Pero analizó qué es lo que le habría gustado que los demás le dijeran, que los demás hicieran -No sé qué sucedió pero estoy segura de que saldrán adelante-
Sin embargo, ella en efecto había tenido una maldición a sus espaldas. Ian…lo dudaba. Aunque… ¿Morgana le habría hecho algo? La desazón en el corazón se incrementó. Luego… luego lo revisaría.
-Lo supuse. Le he dicho que los iré a buscar después, me los llevaré a la cabaña- Allí al menos podía tenerlos más controlados y se encargaría de ellos mientras todo esto pasaba. Si Emerald podía desaparecer por sus hijos, ella también. Tendría que ubicar a la elfa que les ayudaba para que, cuando tuviera que irse, pudiera cuidar de ellos.
Alargó la mano hasta la de Ian y tomó la de él, apretándola con suavidad al escuchar sus palabras. Miró hacia el resto del pasillo preguntándose qué había pasado pero no estaba segura de que Ian quisiera contarlo así que simplemente tiró un poco de su mano para atraerlo hacia ella y dejar que apoyará la cabeza en su hombro. Ella sabía lo que se sentía la pérdida de un ser querido. Stavron, Altaïr, Layla y Elise (por lo que conllevaba para ella), y luego los mellizos. Acarició su mano en silencio porque, pese a eso, lo cierto es que nunca había estado en ese lugar… simplemente deseando o esperando que todo se solucionará. Las muertes en su familia habían sido fulminantes. Un día estaban y al siguiente no. Pero analizó qué es lo que le habría gustado que los demás le dijeran, que los demás hicieran -No sé qué sucedió pero estoy segura de que saldrán adelante-
Sin embargo, ella en efecto había tenido una maldición a sus espaldas. Ian…lo dudaba. Aunque… ¿Morgana le habría hecho algo? La desazón en el corazón se incrementó. Luego… luego lo revisaría.
Asintió con aire ausente a aquello de que Savannah no le había contado todo, suponiendo que había omitido todo lo de la tortura y el resto de atrocidades. Tampoco dijo nada con lo de llevarse a los niños a la cabaña...seguramente estarían mejor con ella. Él era culpable de lo de Aelin, y nada iba a cambiar eso ya. Matvey tenía razón, y Cath también. Su odio había provocado algo aún peor.
- Sí... - ya no sabía si lo de irse a la cabaña lo incluía a él, pero suponía que no. De todos modos no tenía ganas de preguntar en ese momento. Se sintió algo reconfortado por el contacto de la mano de Catherine y el modo en que le ofreció su hombro para apoyarse, aunque el nudo constante que tenía en la garganta se apretó un poco más. Dejó descansar su cabeza sobre ella, cerrando los ojos un momento mientras entrelazaba su mano con la suya. La había echado mucho de menos, pero sentía que había perdido su oportunidad y que no conseguirían que fuese todo como antes. Volvió a abrir los ojos de nuevo, quedándose con la mirada al frente durante varios segundos pero sin estar fijándose en nada realmente.
- Sobrevivirán...pero Chloe no volverá a ser la misma. - le costaba decirlo en voz alta, cada vez que pensaba en lo que le habían contado...la rabia le comía por dentro. Ni siquiera podía desquitarse con los culpables porque estaban muertos. Podrían haberlo evitado si le hubiesen dado caza antes a ese malnacido de O'Connell. Tuvo que levantar la cabeza de su hombro y soltar su mano porque estaba empezando a hacer fuerza con los puños cerrados y no quería hacerle daño. - Ese monstruo...secuestró a mi hermana y a Arleen...las torturó. Las violó. - la voz le temblaba de rabia, y se imaginaba lo que tenía que haber sentido su padre al ver la escena. Le contaron que pensó que Chloe estaba muerta, y que enloqueció por completo ante la idea.
- Y yo no he podido hacer nada, como tampoco podré hacer nada por Aelin o por nosotros. Estoy harto de todo. -
- Sí... - ya no sabía si lo de irse a la cabaña lo incluía a él, pero suponía que no. De todos modos no tenía ganas de preguntar en ese momento. Se sintió algo reconfortado por el contacto de la mano de Catherine y el modo en que le ofreció su hombro para apoyarse, aunque el nudo constante que tenía en la garganta se apretó un poco más. Dejó descansar su cabeza sobre ella, cerrando los ojos un momento mientras entrelazaba su mano con la suya. La había echado mucho de menos, pero sentía que había perdido su oportunidad y que no conseguirían que fuese todo como antes. Volvió a abrir los ojos de nuevo, quedándose con la mirada al frente durante varios segundos pero sin estar fijándose en nada realmente.
- Sobrevivirán...pero Chloe no volverá a ser la misma. - le costaba decirlo en voz alta, cada vez que pensaba en lo que le habían contado...la rabia le comía por dentro. Ni siquiera podía desquitarse con los culpables porque estaban muertos. Podrían haberlo evitado si le hubiesen dado caza antes a ese malnacido de O'Connell. Tuvo que levantar la cabeza de su hombro y soltar su mano porque estaba empezando a hacer fuerza con los puños cerrados y no quería hacerle daño. - Ese monstruo...secuestró a mi hermana y a Arleen...las torturó. Las violó. - la voz le temblaba de rabia, y se imaginaba lo que tenía que haber sentido su padre al ver la escena. Le contaron que pensó que Chloe estaba muerta, y que enloqueció por completo ante la idea.
- Y yo no he podido hacer nada, como tampoco podré hacer nada por Aelin o por nosotros. Estoy harto de todo. -
Cuando apoyó su cabeza, ella hizo lo mismo. Quería que supiera que estaba allí para ayudarlo a pasar ese mal trago, independientemente de cómo estuvieran ellos ahora, no quitaba que lo quisiera y que odiara verlo de esa forma. Se quedó en silencio junto a él, los silencios siempre eran fáciles y Catherine hubiese odiado que algún parlachín estuviese dándole la lata en un momento así.
La frase que dijo hizo que la Descendiente sintiera un tirón en el estómago. Le parecía que lo que había sucedido era más grave de lo que imaginaba pero no quería preguntar, dejaría que compartiera lo que quisiera así que sólo le acarició la mano y apretó suavemente sus dedos, haciéndole saber que le había oído.
Lo dejó alejarse cuando notó el cambio en él, bastante acostumbrada estaba a leerlo como para saber que ese aumento de tensión en sus hombros era un arranque de rabia. Ella sólo lo contempló en silencio mientras oía lo que había pasado Chloe. Se le fue el alma al piso. ¿A la Royden también? ¿Quién había hecho eso? …Y ¿por qué? Dudaba que Chloe hubiese hecho nada para ganarse semejante represalia. Era la mujer más… neutral que conocía, hasta con los Pendragon se había comportado neutral. No, era imposible imaginarlo pero sí que, tal como decía él, no volvería a ser la misma -¿Quién hizo eso, Ian?- Inquirió con la voz afectada por el horror, sabiendo que querría vengarse y ella le ayudaría a hacerlo.
La siguiente frase hizo que apartara la vista, que dejara de verle para observar al frente porque lo cierto es que ella tampoco sabía qué hacer por ellos. Le había elegido a él, sí, pero antes de saber que había destruido el futuro que tenía la mínima esperanza de construir. Y de camino, había condenado a Aelin. -Puedes estar, para ella. De mi infancia recuerdo más las veces en las que mi padre no estaba, que las que sí- Murmuró desviando la mirada hacia él -Va a necesitarte, de la misma forma que lo hará Aedan. Matvey se encargará de entrenarla y yo investigaré lo necesario para deshacernos de Morgana. En principio, destruiré lo que resta de ella para que no pueda hacer más daño. Tú también puedes entrenar tu magia, de forma que puedas… Manejarte mejor. - Mantuvo el tono neutro, ya se había tranquilizado después de lo del Sanguis y había decidido ir poco a poco y sobre seguro para evitar empeorar a su hija. Decisiones sabias, no impulsivas.
Sin embargo, el otro asunto hizo que volviera la vista al frente realmente incómoda porque, en ese instante, no podía concebir ser su pareja. Podía ser su amiga, podía ser el padre de sus hijos pero por mucho que le quisiera, había traicionado su confianza y había condenado a sus hijos, lo único suyo realmente en esa vida y por quienes se sacrificaría una y otra vez. Además, no dejaba de pensar en lo que le había dicho Matvey. Ian la amaba por quien era. ¿Y qué si ya no era esa persona que él amaba? ¿Y si era otra? ¿La aceptaría? Lo dudaba, Ian no se llevaba bien con los cambios. El dolor en el pecho se había mantenido desde que Shyvanna la había molestado y la cabeza aún le dolía pero sólo pensar en esa conversación acrecentaba los síntomas -En cuanto a nosotros, no creo que sea el momento de hablar de ello- El tono seguía neutral aunque en el fondo le irritaba la situación -¿Has dormido bien? ¿Has comido? ¿Por qué no vienes a la cabaña unas horas y descansas?- Estaba absolutamente segura de que diría que no, pero... Le haría bien despejarse -O puedo buscar una tienda para nosotros, si te es más cómodo y estás más tranquilo- No iba a dejarlo solo en un momento así.
La frase que dijo hizo que la Descendiente sintiera un tirón en el estómago. Le parecía que lo que había sucedido era más grave de lo que imaginaba pero no quería preguntar, dejaría que compartiera lo que quisiera así que sólo le acarició la mano y apretó suavemente sus dedos, haciéndole saber que le había oído.
Lo dejó alejarse cuando notó el cambio en él, bastante acostumbrada estaba a leerlo como para saber que ese aumento de tensión en sus hombros era un arranque de rabia. Ella sólo lo contempló en silencio mientras oía lo que había pasado Chloe. Se le fue el alma al piso. ¿A la Royden también? ¿Quién había hecho eso? …Y ¿por qué? Dudaba que Chloe hubiese hecho nada para ganarse semejante represalia. Era la mujer más… neutral que conocía, hasta con los Pendragon se había comportado neutral. No, era imposible imaginarlo pero sí que, tal como decía él, no volvería a ser la misma -¿Quién hizo eso, Ian?- Inquirió con la voz afectada por el horror, sabiendo que querría vengarse y ella le ayudaría a hacerlo.
La siguiente frase hizo que apartara la vista, que dejara de verle para observar al frente porque lo cierto es que ella tampoco sabía qué hacer por ellos. Le había elegido a él, sí, pero antes de saber que había destruido el futuro que tenía la mínima esperanza de construir. Y de camino, había condenado a Aelin. -Puedes estar, para ella. De mi infancia recuerdo más las veces en las que mi padre no estaba, que las que sí- Murmuró desviando la mirada hacia él -Va a necesitarte, de la misma forma que lo hará Aedan. Matvey se encargará de entrenarla y yo investigaré lo necesario para deshacernos de Morgana. En principio, destruiré lo que resta de ella para que no pueda hacer más daño. Tú también puedes entrenar tu magia, de forma que puedas… Manejarte mejor. - Mantuvo el tono neutro, ya se había tranquilizado después de lo del Sanguis y había decidido ir poco a poco y sobre seguro para evitar empeorar a su hija. Decisiones sabias, no impulsivas.
Sin embargo, el otro asunto hizo que volviera la vista al frente realmente incómoda porque, en ese instante, no podía concebir ser su pareja. Podía ser su amiga, podía ser el padre de sus hijos pero por mucho que le quisiera, había traicionado su confianza y había condenado a sus hijos, lo único suyo realmente en esa vida y por quienes se sacrificaría una y otra vez. Además, no dejaba de pensar en lo que le había dicho Matvey. Ian la amaba por quien era. ¿Y qué si ya no era esa persona que él amaba? ¿Y si era otra? ¿La aceptaría? Lo dudaba, Ian no se llevaba bien con los cambios. El dolor en el pecho se había mantenido desde que Shyvanna la había molestado y la cabeza aún le dolía pero sólo pensar en esa conversación acrecentaba los síntomas -En cuanto a nosotros, no creo que sea el momento de hablar de ello- El tono seguía neutral aunque en el fondo le irritaba la situación -¿Has dormido bien? ¿Has comido? ¿Por qué no vienes a la cabaña unas horas y descansas?- Estaba absolutamente segura de que diría que no, pero... Le haría bien despejarse -O puedo buscar una tienda para nosotros, si te es más cómodo y estás más tranquilo- No iba a dejarlo solo en un momento así.
-Zona de cultivos-
- Sofía:
- Sofía Dioscórides escribió:Asintió a Niko con una sonrisa encantadora. Tener más manos siempre era mejor, porque así sus estudiantes, quienes normalmente le apoyaban, se podrían enfocar en realizar las pociones necesarias para el Hospital y para los habitantes de Ouroboros. Aquello la tenía preocupada y era imperante. Se sorprendió bastante cuando la primera orden salió de labios del contrario, viendo que eran de armas tomar, por lo que podía ver. De buenas a primeras ya había repartido las tareas en su clan. Sonrió de nuevo al saber del trato que se había hecho con los clanes de Grecia. Ella misma también estaba trayendo semillas de aquel lugar. Asintió ante el favor que le pedía, esperando a que terminara para contarle su plan. Quería detallárselo para que comenzara a conocer el funcionamiento de la isla.- Por lo general, puedo hacer que una semilla vaya mucho más allá de su producción normal, nueve o diez veces al menos. Eso toma más tiempo, pero nos ahorra espacio. Y tiempo es lo que no tenemos. Por eso usaremos más semillas de lo normal. Tomará más magia, pero habrá suficientes para todos. Si por alguna razón, las cosas se complicaran, como ya ha pasado antes por culpa de los Pendragon, solicitaré a mi familia en Grecia, que incremente los cultivos para devolver el favor, Nikolaos.- Colocó por un momento la mano en el brazo del moreno, agradeciendo profundamente el trueque que había logrado, y asegurándole que podrían cumplir con aquella promesa.
Comenzó dando un paso para dirigirlo hacia las semillas y los fertilizantes que habían preparado, deteniéndose en seco. Le miró deleitada, con una gran sonrisa en el rostro. Tenía años perfumando la isla, el bosque, las salas del Consejo, y pocas veces se daban cuenta.- Así es. Pensé que serviría para tranquilizar a los habitantes que podían llegar alterados. ¿Les resulta molesto? Entiendo que su olfato es más sensible.- La verdad le resultaba agradable que alguien lo notara, y no podía esconder su felicidad. Cuando Adael llegó, lo recibió con su saludo usual y esperó a que se presentaran respectivamente antes de seguir caminando hacia las semillas, esperando a que la alcanzaran.- ¿Las pociones las necesitas con urgencia, Adael? Estamos racionando para el Hospital.- Murmuró. Quizás se lo había tragado la tierra, pero la escucharía bien. Se apresuró a mostrar a Niko el plano con el área que tenía planeada por cuadrantes para cada cultivo. Rio suavemente por la falta de modales de su compañero, tratando de excusarlo.- Después de un tiempo, entre nosotros está de más. Todo lo que hacemos es para la isla y sus habitantes. Discúlpanos si te resulta grosero.- Tuvo que también mirar a Elora con una disculpa al ver que los planes habían cambiado de un instante a otro.
Esperó a que emergiera Adael, con esa pregunta, para tratar de ponerse de acuerdo con las tareas.- No, no elevemos esto. Morirá en cuanto toque al Sanguis, no tiene caso arriesgarlo.- Susurró, triste de haber dejado la isla, pero también un tanto divertida de que Adael ya tuviera tan arraigado el proceso que conocía hasta los fertilizantes a usar.- Bueno, Adael ya veo que está aflojando la tierra y colocando el fertilizante que preparamos para la primera capa. Coloca por favor un poco de agua también, no demasiada, ya sabes cómo. Y emparéjalo sin compactarlo, solo un poco.- De la vegetación ya se había encargado ella, así que no habría que quitar raices ni hierba mala.- El espacio que vayas dejando listo, Nikolaos puede trabajarlo como los agricultores solían; labrar el suelo unos 30 cm, esparcir el fertilizante superficial, colocar algunos cristales y amuletos repetidores para que mi magia se reparta de manera homogenea en el suelo y sembrar las semillas, según los cuadrantes del mapa. Comenzaré esta misma noche a canalizar. El fin de semana comenzarían también los trabajos de cosecha, Nikolaos, solicitaremos voluntarios, pero la mayoría de la gente de Ouroboros no está acostumbrada al trabajo del campo, les necesitaremos. ¿Les parece bien a ambos que sigamos este plan?
Como siempre, la cálida bienvenida de la experta en pociones fue un bálsamo para la angustiada alma del mago y se lo agradeció. -Lo mismo digo.- Respondió a las amables palabras de Nikolaos asintiendo. Desde debajo de la tierra pudo sentir las vibraciones de la contestación de Sofía sobre el tema de los brebajes. “Cuando puedas, pero cuanto antes, mejor. Si faltan ingredientes, se puede salir a buscar.” Apareció tallado por un momento en una gran roca cercana a sus compañeros mientras llevaba a cabo el tratamiento de los suelos designados a los cultivos, la misión de ir a buscar los componentes podía ser encargada a alguien o también cabía la posibilidad de que lo hiciera él mismo.
“Si, lo que ella dijo.” Escribió en la piedra gracias a la magia elementarista de la tierra dándole la razón a la bruja, había cierta confianza entre ellos y eso les permitía entenderse, además era de público conocimiento que el joven maestro tenía prisa, no era excusa para ser descortés, pero debía seguir buscando soluciones para el cambio de rumbo de Ouroboros porque lo que había logrado era parchear un poco la situación. -Disculpa, Sofía, ¿podrías hablar más alto, por favor? Es que...- Se señaló la oreja, con su problema auditivo le era difícil escucharla si hablaba en susurros. -Aquí dice que hay que elevar tierra para los nuevos cultivos, libre de raíces, la idea sería que no toque a la sanguinaria planta.- Comentó revisando la imagen del panel en la pantalla desplegada, le había sacado una foto con el brazalete comunicador para tenerlo a mano.
-Me parece bien, denme un momento para humedecer y emparejar esas primeras secciones así ya pueden arar esa tierra mientras yo me encargo de los cuadrantes restantes.- Dijo sacando las piernas del suelo y cerrando la pantalla del aparato tecnomágico. Se acuclilló, apoyó las manos en la tierra, respiró profundamente con los ojos cerrados y se levantó gradualmente, esto hizo que el agua que corría por un acuífero ascendiera a través de las porosidades del suelo para humedecer la tierra que se oscureció un poco. Extendió los brazos hacia adelante e hizo que esas secciones de la tierra vibraran brevemente dejándolas llanas como quien sacude el arenero del gato para emparejarlo. -Listo.- Anunció alzando el pulgar hacia sus compañeros.
-Otra cosa; hay que reunirnos con la Descendiente Darwin, hubo un secuestro en una casa del bosque de la Isla Flotante, la víctima apareció pero la identidad del mago oscuro que perpetró el crimen y su forma de acceder a Ouroboros siguen siendo desconocidas. Podemos intentar extraer información de las pistas que nos brinde la naturaleza.- Les propuso mientras se dirigía hacia los siguientes cuadrantes. Eso era inaceptable, el culpable debía enfrentar las consecuencias. -¿Se les ocurre alguna forma para solucionar el cambio de rumbo de la isla? He estado intentando empujarla pero hace falta algo más efectivo.- Aclaró para luego volver a sumergirse en el suelo y repetir todo el proceso de aflojar y nutrir a la tierra dejándola lista para ser labrada.
Nikolaos Kirgyakos
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Escuchó la explicación de Sofía asintiendo brevemente. Los cultivos en Grecia, al menos los de los Kirgyakos no llevaban tanta magia, pero confiaba en que Dioscórides supiera que hacer. No le empequeñecía seguir las sugerencias o planes de una mujer -De acuerdo- No tenía mucho más que decir, ella llevaba las de cantar, ellos estaban ahí para dar mano de obra.
Le devolvió la sonrisa porque aquello parecía haberla hecho feliz, él solo asintió con suavidad después -Es… un poco abrumador. ¿Podrías procurar que en las tiendas de los nuestros no hubiese tanto? Como dices, somos más sensibles. Las plantas están bien pero las aromáticas en su justa medida. Ya de por sí…- Estaban rodeados de mucha gente y, la verdad… -Athan, supervisa nuestras tiendas para que estén en el perímetro exterior y luego organiza las guardias junto a los de la guardia de Ouroboros- Iban a tener que convertirse durante la noche así que tenían que seleccionar a los lobos que podían hacerlo -Creo que el Descendiente Ibn Salah es el encargado, hazles saber de nuestro deseo de colaborar- Movió la cabeza despachándolo y volvió su atención a Cohen y Dioscórides.
Observó a su grupo captando una melena blanca reconocible que confirmó tras inspirar profundamente. Entrecerró los ojos pero luego volvió su vista a Cohen cuando salió hacia arriba. ¿Estaba sordo? Escuchó la conversación entre ellos sobre qué pedazos elevar y cuales no. Bajó la vista y desplegó su brazalete leyendo la conversación de Sarah y de Giordano -Cohen, este sitio ha sido cedido por centauros para el campamento no para que nos aprovechemos de su gentileza y le robemos la tierra. Según veo, DaVinci estaba estudiando coger una de las islas de la zona. Probablemente alguna que no tenga población…- Y que al subir no impactará al ecosistema.
Después del “listo” de Adael hizo una NUEVA seña a su gente para que se pusiera a arar y a preparar para la instalación de semillas, si es que Cohen no podía hacerlo solo como había demostrado todo lo demás. La verdad se sentía un poco fuera de lugar pero se guardó aquello y escuchó lo de Darwin -¿Ese no es trabajo de la Guardia?- Frunció el ceño. Sabía que era nuevo y estaba aprendiendo muchas cosas, pero tenían bastante cosas en su plato y…
Y Savannah se estaba yendo.
Volvió la vista a Sofía -Considero prudente una asamblea con los ciudadanos de Ouroboros para explicarles a fondo el porqué de la evacuación y lo que se precisará de ellos de aquí en adelante. En este campamento las cosas han cambiado y deben comprenderlo- Aunque estaba aquel revoltoso… Debería buscarlo a él primero -Sofía, mi clan continuará aquí. Elora es una de mis betas, se quedará encargada. Yo debo hacer algo que me ha pedido el Descendiente de Rasputín- Desvió la mirada hacia Cohen y tensó brevemente los labios -Lo siento, no tengo idea- Movió brevemente la cabeza como despidiendose y apretó el paso para alcanzar a la peliblanca y empezar a caminar a su lado.
-Savannah, si tienes un minuto, me gustaría hablar contigo-
Le devolvió la sonrisa porque aquello parecía haberla hecho feliz, él solo asintió con suavidad después -Es… un poco abrumador. ¿Podrías procurar que en las tiendas de los nuestros no hubiese tanto? Como dices, somos más sensibles. Las plantas están bien pero las aromáticas en su justa medida. Ya de por sí…- Estaban rodeados de mucha gente y, la verdad… -Athan, supervisa nuestras tiendas para que estén en el perímetro exterior y luego organiza las guardias junto a los de la guardia de Ouroboros- Iban a tener que convertirse durante la noche así que tenían que seleccionar a los lobos que podían hacerlo -Creo que el Descendiente Ibn Salah es el encargado, hazles saber de nuestro deseo de colaborar- Movió la cabeza despachándolo y volvió su atención a Cohen y Dioscórides.
Observó a su grupo captando una melena blanca reconocible que confirmó tras inspirar profundamente. Entrecerró los ojos pero luego volvió su vista a Cohen cuando salió hacia arriba. ¿Estaba sordo? Escuchó la conversación entre ellos sobre qué pedazos elevar y cuales no. Bajó la vista y desplegó su brazalete leyendo la conversación de Sarah y de Giordano -Cohen, este sitio ha sido cedido por centauros para el campamento no para que nos aprovechemos de su gentileza y le robemos la tierra. Según veo, DaVinci estaba estudiando coger una de las islas de la zona. Probablemente alguna que no tenga población…- Y que al subir no impactará al ecosistema.
Después del “listo” de Adael hizo una NUEVA seña a su gente para que se pusiera a arar y a preparar para la instalación de semillas, si es que Cohen no podía hacerlo solo como había demostrado todo lo demás. La verdad se sentía un poco fuera de lugar pero se guardó aquello y escuchó lo de Darwin -¿Ese no es trabajo de la Guardia?- Frunció el ceño. Sabía que era nuevo y estaba aprendiendo muchas cosas, pero tenían bastante cosas en su plato y…
Y Savannah se estaba yendo.
Volvió la vista a Sofía -Considero prudente una asamblea con los ciudadanos de Ouroboros para explicarles a fondo el porqué de la evacuación y lo que se precisará de ellos de aquí en adelante. En este campamento las cosas han cambiado y deben comprenderlo- Aunque estaba aquel revoltoso… Debería buscarlo a él primero -Sofía, mi clan continuará aquí. Elora es una de mis betas, se quedará encargada. Yo debo hacer algo que me ha pedido el Descendiente de Rasputín- Desvió la mirada hacia Cohen y tensó brevemente los labios -Lo siento, no tengo idea- Movió brevemente la cabeza como despidiendose y apretó el paso para alcanzar a la peliblanca y empezar a caminar a su lado.
-Savannah, si tienes un minuto, me gustaría hablar contigo-
Savannah
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Después de enviarle el patronus a Catherine se había alejado hacia donde había visto a sus padres, ahora miembros del clan de Ouroboros. Todavía no se podía creer cómo todos habían renunciado a su clan para unirse a Nikolaos. ¿Qué es lo que habían visto en él? ¿O lo habían hecho por miedo? ¿Por qué Lorcan cedía su mandato?
Conversó con ellos un rato mientras de lejos Sofía junto con Nikolaos y otro Descendiente estaban con sus cosas. Querían saber qué iba a hacer con su vida y la verdad es que Savannah no lo tenía nada claro, tenía que hablar con Jarkko…Pero es que tanto Ian como ellos estaban bastante perdidos. Suspiró y se despidió de ellos para ir a ver a Ian de nuevo antes de volver a la casa Hacksaw y ayudar con los niños.
Iba de camino cuando el aroma de Nikolaos le llegó antes de que se pusiera a su lado. Ella no respondió, siguió caminando un rato hacia una zona lejos del hospital y luego se detuvo -¿Qué?- ¿Para qué querían su ayuda? -¿Qué es lo que quieres conmigo?-
Conversó con ellos un rato mientras de lejos Sofía junto con Nikolaos y otro Descendiente estaban con sus cosas. Querían saber qué iba a hacer con su vida y la verdad es que Savannah no lo tenía nada claro, tenía que hablar con Jarkko…Pero es que tanto Ian como ellos estaban bastante perdidos. Suspiró y se despidió de ellos para ir a ver a Ian de nuevo antes de volver a la casa Hacksaw y ayudar con los niños.
Iba de camino cuando el aroma de Nikolaos le llegó antes de que se pusiera a su lado. Ella no respondió, siguió caminando un rato hacia una zona lejos del hospital y luego se detuvo -¿Qué?- ¿Para qué querían su ayuda? -¿Qué es lo que quieres conmigo?-
Nikolaos Kirgyakos
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Se dio cuenta de que desvió el camino y le siguió en silencio pensando que aquella muchacha tenía demasiada actitud y que debía enseñarle a comportarse delante de un alfa con evidente superioridad, pero no podía hacerlo ahora. Se detuvo a una distancia prudente y la miró a los ojos cuando soltó aquel “Qué” con ese tono irritado.
-El Descendiente Rasputín no me especificó para qué requiere tu ayuda, sólo que te ubicara y pidiera tu colaboración- Expresó con total sinceridad porque no tenía mucha más información -Supongo que se trata de algo del árbol. Tiene que ver con espíritus- Era cosa de sumar 1 + 1 pero con Savannah no sabía bien…
-Pero aparte de eso, necesito limar las asperezas entre Ouroboros y tú- Caminó hasta ponerse a su lado, hombro con hombro pero sin tocarla, sino para contemplar el campamento y lo evaluó -Es la primera vez que Ouroboros se ve desplazada de su hogar, si no me equivoco. Muchos de ellos se están sintiendo de la misma forma que tú cuando tuviste que dejar Llangoed- Expresó con algo de solemnidad en su tono de voz -Siento lo que los Hijos de Fenrir han pasado, Savannah. Pero no me culpes por pecados que no he cometido-
-El Descendiente Rasputín no me especificó para qué requiere tu ayuda, sólo que te ubicara y pidiera tu colaboración- Expresó con total sinceridad porque no tenía mucha más información -Supongo que se trata de algo del árbol. Tiene que ver con espíritus- Era cosa de sumar 1 + 1 pero con Savannah no sabía bien…
-Pero aparte de eso, necesito limar las asperezas entre Ouroboros y tú- Caminó hasta ponerse a su lado, hombro con hombro pero sin tocarla, sino para contemplar el campamento y lo evaluó -Es la primera vez que Ouroboros se ve desplazada de su hogar, si no me equivoco. Muchos de ellos se están sintiendo de la misma forma que tú cuando tuviste que dejar Llangoed- Expresó con algo de solemnidad en su tono de voz -Siento lo que los Hijos de Fenrir han pasado, Savannah. Pero no me culpes por pecados que no he cometido-
Catherine Le Fay escribió:Cuando apoyó su cabeza, ella hizo lo mismo. Quería que supiera que estaba allí para ayudarlo a pasar ese mal trago, independientemente de cómo estuvieran ellos ahora, no quitaba que lo quisiera y que odiara verlo de esa forma. Se quedó en silencio junto a él, los silencios siempre eran fáciles y Catherine hubiese odiado que algún parlachín estuviese dándole la lata en un momento así.
La frase que dijo hizo que la Descendiente sintiera un tirón en el estómago. Le parecía que lo que había sucedido era más grave de lo que imaginaba pero no quería preguntar, dejaría que compartiera lo que quisiera así que sólo le acarició la mano y apretó suavemente sus dedos, haciéndole saber que le había oído.
Lo dejó alejarse cuando notó el cambio en él, bastante acostumbrada estaba a leerlo como para saber que ese aumento de tensión en sus hombros era un arranque de rabia. Ella sólo lo contempló en silencio mientras oía lo que había pasado Chloe. Se le fue el alma al piso. ¿A la Royden también? ¿Quién había hecho eso? …Y ¿por qué? Dudaba que Chloe hubiese hecho nada para ganarse semejante represalia. Era la mujer más… neutral que conocía, hasta con los Pendragon se había comportado neutral. No, era imposible imaginarlo pero sí que, tal como decía él, no volvería a ser la misma -¿Quién hizo eso, Ian?- Inquirió con la voz afectada por el horror, sabiendo que querría vengarse y ella le ayudaría a hacerlo.
La siguiente frase hizo que apartara la vista, que dejara de verle para observar al frente porque lo cierto es que ella tampoco sabía qué hacer por ellos. Le había elegido a él, sí, pero antes de saber que había destruido el futuro que tenía la mínima esperanza de construir. Y de camino, había condenado a Aelin. -Puedes estar, para ella. De mi infancia recuerdo más las veces en las que mi padre no estaba, que las que sí- Murmuró desviando la mirada hacia él -Va a necesitarte, de la misma forma que lo hará Aedan. Matvey se encargará de entrenarla y yo investigaré lo necesario para deshacernos de Morgana. En principio, destruiré lo que resta de ella para que no pueda hacer más daño. Tú también puedes entrenar tu magia, de forma que puedas… Manejarte mejor. - Mantuvo el tono neutro, ya se había tranquilizado después de lo del Sanguis y había decidido ir poco a poco y sobre seguro para evitar empeorar a su hija. Decisiones sabias, no impulsivas.
Sin embargo, el otro asunto hizo que volviera la vista al frente realmente incómoda porque, en ese instante, no podía concebir ser su pareja. Podía ser su amiga, podía ser el padre de sus hijos pero por mucho que le quisiera, había traicionado su confianza y había condenado a sus hijos, lo único suyo realmente en esa vida y por quienes se sacrificaría una y otra vez. Además, no dejaba de pensar en lo que le había dicho Matvey. Ian la amaba por quien era. ¿Y qué si ya no era esa persona que él amaba? ¿Y si era otra? ¿La aceptaría? Lo dudaba, Ian no se llevaba bien con los cambios. El dolor en el pecho se había mantenido desde que Shyvanna la había molestado y la cabeza aún le dolía pero sólo pensar en esa conversación acrecentaba los síntomas -En cuanto a nosotros, no creo que sea el momento de hablar de ello- El tono seguía neutral aunque en el fondo le irritaba la situación -¿Has dormido bien? ¿Has comido? ¿Por qué no vienes a la cabaña unas horas y descansas?- Estaba absolutamente segura de que diría que no, pero... Le haría bien despejarse -O puedo buscar una tienda para nosotros, si te es más cómodo y estás más tranquilo- No iba a dejarlo solo en un momento así.
Tuvo que levantarse de la silla en la que estaba porque la rabia que tenía por dentro no le permitía quedarse quieto, teniendo que contenerse para no ponerse a gritar en aquel lugar que ahora era un hospital. Siguió con los puños apretados, hasta el punto de hacerse daño con las uñas en las palmas de las manos. - Esa escoria desgraciada de Éamon O'Connell y el asqueroso de su hijo...ellos estaban allí. Ellos...ellos les hicieron todo eso. - siempre eran ellos. Los que le habían encerrado en su día, los que habían hecho lo de los campos de concentración, y los que habían creado a la maldita inteligencia artificial que casi se carga al mundo entero. Si los hubiesen eliminado a tiempo nada de eso hubiese pasado.
Al estar frente a Catherine se dio cuenta de que le apartó la mirada al hablar de ellos y de sus hijos, dándole a entender que estaba en lo cierto al pensar que todo se había ido al traste por lo de Aelin. - Nunca voy a desaparecer de su vida, si es eso lo que estás pensando. Pero cada vez que la miro...me recuerdo que le he fallado, que Morgana está en ella por mi culpa. - de todos los errores que había cometido, ese le parecía el más grande de todos. Podía entrenar su magia todo lo que quisiera, que el daño ya estaba hecho. - ¿Se puede destruir lo que resta del alma de Morgana? - preguntó al cabo de unos segundos, un tanto reticente porque ya todo lo que tuviese que ver con eso le daba mucho respeto. Suspiró pesadamente mientras se sentaba de nuevo a su lado, sintiendo una punzada de dolor en el pecho por lo que implicaba la frase de no hablar sobre ellos.
- No vas a poder perdonarme. - las palabras le salieron con certeza, aunque en voz bastante apagada. Ya se lo había dicho su padre cuando le contó lo sucedido. Había firmado su sentencia con aquello. Al lado de eso el resto de preguntas le parecieron banales, y tardó un poco en contestarlas. Negó a las dos primeras, apenas había comido y dormido, pero lo necesitaba. - Los sanadores dicen que por ahora no parece que vayan a despertar...tal vez pueda ir a descansar un poco a la cabaña.
Savannah
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¿Rasputín? ¿No era él el que necesitaba algo de ella? Savannah lo miró con suspicacia -¿Y por qué no viene él?- Inquirió con sospecha porque no entendía para qué mandaba a Nikolaos a atender asuntos que no le correspondían directamente. La mención del árbol hizo que se removiera incómoda, estar alrededor de esas raíces la habían puesto histérica no quería ni imaginarse estar más cerca.
-No necesitamos limar nada- Porque ella ya no tenía asuntos con Ouroboros. Le siguió con la mirada cuando se movió para luego observar el campamento, analizando sus palabras y lo que podía percibir de la gente. Se tomó su tiempo para mirar los rostros de las personas y recordó lo mal que se había sentido cuando… le había tocado reunir a los pocos Fenrir que habían sobrevivido.
Metió las manos en los bolsillos del short y reacomodó su peso y frunció brevemente el ceño cuando mencionó a Llangoed. ¿Cómo se había enterado del nombre? Y más allá de eso… ¿Podía dejar sufrir a aquellas personas sólo porque detestaba a Altaïr? -A los Descendientes os encanta haceros los humildes para pedir ayuda, pero luego cuando las cosas importantes nos pasan a nosotros…No están presentes- Por ejemplo, Catherine con Ian. Días… Días habían pasado y no se había apersonado allí -Porque lo importante es solo lo que os pasa a ustedes, lo que impacta en vuestras vidas-
-No necesitamos limar nada- Porque ella ya no tenía asuntos con Ouroboros. Le siguió con la mirada cuando se movió para luego observar el campamento, analizando sus palabras y lo que podía percibir de la gente. Se tomó su tiempo para mirar los rostros de las personas y recordó lo mal que se había sentido cuando… le había tocado reunir a los pocos Fenrir que habían sobrevivido.
Metió las manos en los bolsillos del short y reacomodó su peso y frunció brevemente el ceño cuando mencionó a Llangoed. ¿Cómo se había enterado del nombre? Y más allá de eso… ¿Podía dejar sufrir a aquellas personas sólo porque detestaba a Altaïr? -A los Descendientes os encanta haceros los humildes para pedir ayuda, pero luego cuando las cosas importantes nos pasan a nosotros…No están presentes- Por ejemplo, Catherine con Ian. Días… Días habían pasado y no se había apersonado allí -Porque lo importante es solo lo que os pasa a ustedes, lo que impacta en vuestras vidas-
Nikolaos Kirgyakos
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-Porque yo soy el encargado de los lobos en Ouroboros- Le respondió manteniendo el tono neutral. La delegación de tareas era importante para ello, por eso había tantos en el Consejo con diferentes especialidades. Así llegaban a todo.
-Difiero- Maldita terca. Es que tenía que ser un rasgo muy licántropo por eso es que era tan difícil trabajar con ellos. Se quedó en silencio, viendola evaluar a los demás. De pronto vio a Athan que se acercaba hacia él y le hizo un leve gesto con la mano para que esperara. No era el momento para interrumpir aquella conversación.
La respuesta de Savannah los pintaba como profundos egoístas y mentirosos, aquello le hizo fruncir el ceño. ¿Qué imagen estaba dando realmente el Consejo? Sabía que era nuevo, no paraba ni paraban de recordárselo, pero se estaba dando cuenta que lo estudiado era muy distinto a la práctica.
No sabía bien de dónde venía el comentario de Savannah pero tenía que reconducirlo -Si esa es tu percepción siempre estamos a tiempo de cambiarla. En este momento estamos trabajando por la gente de la isla, no por nuestros egoístas intereses. Buscamos su protección y bienestar y te estoy pidiendo ayuda porque eres clave para ello-
-Difiero- Maldita terca. Es que tenía que ser un rasgo muy licántropo por eso es que era tan difícil trabajar con ellos. Se quedó en silencio, viendola evaluar a los demás. De pronto vio a Athan que se acercaba hacia él y le hizo un leve gesto con la mano para que esperara. No era el momento para interrumpir aquella conversación.
La respuesta de Savannah los pintaba como profundos egoístas y mentirosos, aquello le hizo fruncir el ceño. ¿Qué imagen estaba dando realmente el Consejo? Sabía que era nuevo, no paraba ni paraban de recordárselo, pero se estaba dando cuenta que lo estudiado era muy distinto a la práctica.
No sabía bien de dónde venía el comentario de Savannah pero tenía que reconducirlo -Si esa es tu percepción siempre estamos a tiempo de cambiarla. En este momento estamos trabajando por la gente de la isla, no por nuestros egoístas intereses. Buscamos su protección y bienestar y te estoy pidiendo ayuda porque eres clave para ello-
Savannah
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-No pertenezco a Ouroboros- Le señaló. Había ido…porque… Porque Lorcan se lo había dicho, por nada más. O quizás porque quería seguir creyendo que formaba parte de los hijos de Fenrir aunque estuviera lejos. De nada había servido, había subido perteneciendo a un clan y bajó junto a dos personas que odiaban ser lobos.
Se le hizo un nudo en el estómago al pensar en eso -No me importa- Sabía que estaba siendo mezquina y arisca pero no podía evitarlo. Quizás en otro momento sí,ahora no.
Se quedó en silencio escuchando las palabras de Nikolaos durante un rato, e ignorando la cercanía de otro lobo. ¿Qué creían? ¿Que iba a aruñarle o algo? Miró de nuevo a las personas y supo que…sus padres pertenecían a esa gente de Ouroboros a la que ayudaría y que…No quería que volvieran a vagar sin un hogar. Ellos se habían adaptado a algo que ella no.
-Lo haré- Le dijo, pero sacaría algo a cambio -En cuanto tomes a Jarkko para entrenarlo y que aprenda a controlarse- Volvió la mirada hacia él y extendió la mano como esperando que la estrechara. Alzó las cejas esperando que accediera, ya había dicho que los cogería pero ahora era lo que necesitaba para avanzar. No quería que Jarkko siguiera odiando esa parte de él, que lo haría, pero estaría más tranquilo si se controlaba.
Se le hizo un nudo en el estómago al pensar en eso -No me importa- Sabía que estaba siendo mezquina y arisca pero no podía evitarlo. Quizás en otro momento sí,ahora no.
Se quedó en silencio escuchando las palabras de Nikolaos durante un rato, e ignorando la cercanía de otro lobo. ¿Qué creían? ¿Que iba a aruñarle o algo? Miró de nuevo a las personas y supo que…sus padres pertenecían a esa gente de Ouroboros a la que ayudaría y que…No quería que volvieran a vagar sin un hogar. Ellos se habían adaptado a algo que ella no.
-Lo haré- Le dijo, pero sacaría algo a cambio -En cuanto tomes a Jarkko para entrenarlo y que aprenda a controlarse- Volvió la mirada hacia él y extendió la mano como esperando que la estrechara. Alzó las cejas esperando que accediera, ya había dicho que los cogería pero ahora era lo que necesitaba para avanzar. No quería que Jarkko siguiera odiando esa parte de él, que lo haría, pero estaría más tranquilo si se controlaba.
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