Campamento de Ouroboros - Highlands

Recuerdo del primer mensaje :

El panorama en el hospital de campaña era desolador. Se sentía... como si hubieran pasado por una guerra. A pesar de que acababa de iniciar, el dolor que estaba causando en los más inocentes era devastador. Tenía la sensación de que, por muchos esfuerzos que hicieran, no podría detener el miedo y la violencia contra aquellas personas inocentes que llegarían a Highlands en breves. Tenía miedo. Mucho miedo. Miedo por su hija, tan lejos de ella, y su esposo, tan expuesto al peligro. Tenía miedo por sus compañeros, porque no eran los típicos soberanos que enviaban a los subordinatos a pelear, sino estarían en primera fila en la lucha que se avecinaba. El Consejo seguiría, con o sin todos ellos, pero podría no ser lo mismo nunca más.

Mientras encontraba el espacio que el bosque y los centauros les habían destinado, varios de los miembros de la Guardia estaban mntando el campamento, una tienda a la vez; levantándolas, hechizándolas y marcando las capacidades de cada una en una lista para comenzar a llenarlas con los refugiados que no tardaban en bajar. Sabía que, para poder evacuar sin algo que urgiera a los pobladores como un ataque directo del Sanguis, se tomarían un poco de tiempo ir por sus familias, algunas de sus pertenencias e incluso algunas mascotas. Al menos esas últimas tendrían un espacio amplio para correr que podrían disfrutar.

Recorrió suavemente, a paso lento, aquel lugar, separando mentalmente el lugar donde estarían los cultivos, las tiendas, los servicios como el comedora... Era un lugar tan puro, tan limpio, con un aire que le permitía respirar profundamente. No se había dado cuenta de lo tensa que había estado en la isla, como para sentir en aquel lugar una liberación tan grende que le apetecía incluso quedarse. Incluso su cuerpo tenía movimientos más fluídos, aún cuando no creía que le estuviera afectando tanto. La tierra de la isla se estaba envenenando y no poder hacer algo al respecto le estaba haciendo caer en un profundo caos interno. Su equilibrio, el fino equilibrio de la naturaleza, estaban resquebrajándose mientras aquel depredador acababa con todo. ¿Terminaría por engullir el mundo entero si se lo permitían? Ese era un futuro en el que no podría vivir. La angustia y la oscuridad debajo de sus pies serían su perdición. Se acercó a uno de los soldados que conocía como amigo de Vishous, sonriéndole al llegar hacia él.- ¿Sabes en cuanto tiempo más comenzarán a bajar? - La respuesta fue que en dos minutos exactos bajarían, pues les estaban organizando con rapidez. Agradeció la información y se dedicó a hacer el espacio lo más acogedor posible. No sería la casa de nadie, pero llenó las orillas del bosque con grandes arbustos llenos de flores muy variadas y coloridas. Las hizo crecer al frente de cada tienda, en cada espacio que encontró. Mucha lavanda para tranquilizar con el aroma a los asustados habitantes, y hierbas aromáticas para que las tuvieran a mano para cocinar y hacer remedios. Al final, montó una tienda en compañía de los soldados personalmente, dedicándola a la realización de pociones. Si el hospital estaba tan saturado y comprometido, se empezarían a utilizar los remedios naturales.

Cuando los habitantes llegaron, lo hicieron en grandes grupos, a los que recibió personalmente y se encargó de tratar de solucionar sus dudas. Las preguntas eran tan duras como la realidad, y saber que no tenía respuesta para muchas de ellas era desolador, pero hizo compromisos para obtener información y encontrar la mejor solución para cada problema. Después de una ardua jornada dándole techo y comida a cada uno de los ciudadanos de Ouroboros, se tomó un momento para enviar un mensaje al Consejo informando que se completaba la evacuación. Tras un larguísimo día, desapareció de ahí, con promesas que cumplir.

Se incorporó en la cama junto a Lemoni después de un rato en el que pasaron "cosas", más relajado y cansado que cuando llegó. No había estado mal, pero no estaba seguro de que hubiese mucha diferencia con la primera vez que tuvieron en el lago. Estaba hasta un poco confuso porque no tenía muy claro qué habían acabado haciendo, se había dejado llevar sin más a ver qué le enseñaba. No sabía si mientras tanto había practicado con alguien más. Se fue al borde de la cama para recoger su ropa y empezar a vestirse, no era cuestión de quedarse allí a dormir ahí abrazaditos como si fuesen novios o algo. No, eran simplemente amigos que estaban probando cosas.

- Tengo que irme, se me ha hecho un poco tarde y tengo mucho que hacer. Al menos nos ha venido bien para quitarnos el estrés de unas cuantas cosas, ¿verdad? - terminó de abrocharse el cinturón, poniéndose después la camiseta y luego las zapatillas. - Voy a ir a buscar a mis compañeros a ver en qué mierdas andan, que si no luego no me entero de nada. se puso en pie, cayendo entonces en la cuenta de que no habían tomado ninguna medida de protección, pero ella le dijo que sí que tenía. - Busca lo que te dio Sofía, que no tengamos que ir a buscarla otra vez. - qué vergüenza. Ahora iban a parecer tontos si siempre hacían lo mismo.

- Te informaré de cualquier cosa importante sobre la misión. Cuídate. Hasta la próxima. - se despidió de ella con un pico antes de separarse, retrocediendo unos pasos antes de desaparecer de allí.

Había hecho lo mejor que se le había dado, pero aún con lo que le decía Amnael lo cierto es que ella seguía siendo inexperta... Pero aún así se esforzó, pero eso no evitaba qué estuviera insegura, tal vez debería buscar con quien practicar para hacerlo mejor, no tiene por qué ser alguien que conozca su verdadera cara... Para algo tiene que servir Amnael.

Ella por su parte se quedó acostada mientras él se levantaba, perezosa y con poca energía mental, y también un poco triste de que se fuera, porque para ella nunca es suficiente, solo estaría contenta si pudiera pegarse a él en todo momento.

Ojalá te vaya bien.~

Aún así, habló con tono dulzón, pues realmente quería que estuviera bien, aún todo lo mal que pueda encontrarse no cambia eso.

Sí, ya me siento mejor.

Cosa que era cierta, luego calentarse un poco, todo es mejor...

Se despidió con la manita de Khan, supone que sigue teniendo cosas de descendiente qué hacer, a pesar de que él mismo haya dicho que no sabe que hacer, pero ella no es del tipo que se pone a cuestionar a la gente, aunque luego...

O-Oh... No dudaré en hacerlo, no te preocupes.~

Sí, tenía que escribirle una carta o algo, para que le de más té de Luna, para que le prepare una olla completa si es posible, porque... De ahora en adelante le va a hacer mucha falta, sin un maestro o propósito de nada... Tiene mucho tiempo libre.

Cuídate también, por favor...

Ojalá que la próxima vez que lo vea no sea en un hospital, ah.

">Mucha suerte tendrías que tener... Pero ahora.~<"

Si, si... Lo sé...

Se puso de pie, y aunque le generaba un hastío enorme se vistió también, la región es fría y ya no es verano, en fin, abrió un portal... Directo a la tienda trasera del establecimiento donde lo que le recibieron al cruzar fueron rostros expectantes, supone que es hora de otorgar algunas bendiciones, y una vez terminado le mandará una carta a la descendiente Dioscorides.

El miembro 'Lemóni Cefiadis' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Embarazo' :

Llego tan rápido como pudo al campamento, hacia su familia que en esos momentos era lo más importante. La comunicación y la advertencia que le habían dado dejaba poco a la imaginación sintiendo el peligro que se les venía. Su pueblo, su gente. Suponía que ya su alfa tenia algún plan para todos, aunque de todas maneras el también tomaría los resguardos y se comunicaría con él, siendo lo mejor cubrir todos los campos y pecar de sobre alerta.

Tenía que admitir que había pasado un buen momento, como una compensación luego del mal momento que había pasado. Pensar que lo habían secuestrado esos sujetos miserables, le hizo negar con la cabeza, aunque podría haber sido peor, como, por ejemplo, que Hacksaw no viviera para contarlo o que él no viviera para contarlo. Se sintió culpable de no haber podido ser de mucha ayuda. Por unos momentos se detuvo a contemplar el brazalete bajo la escasa luz que había en los alrededores. Soltó un bufido de risa negando con la cabeza antes de ponerse en marcha nuevamente perdiéndose en el campamento.

Sofía había pasado una prueba sumamente compleja a nivel emocional. Vishous, al oírla, sabía bien lo mucho que le había costado y explicaba porqué habían recogido a Aura casi inmediatamente. Amaya la había cuidado bien y sus dos damas preferidas habían pasado la noche durmiendo juntas mientras el mantenía un ojo en la puerta por si el desgraciado del Pendragon que dormía al otro lado le daba por matarlos.

La pelirroja lo había defendido, había explicado de nuevo que eran aliados y más argumentos. Pero Sofía no lo había visto en Roma como lo había hecho él. Estaba tan bien entrenado como sus hermanos aunque carecía de la mirada frustrada y enojada de los otros dos. Eso podía concederlo.

Había salido temprano a entrenar fuera de la carpa. Apenas dos metros. Todo después de dejar el escudo activado en Sofía y Aura. Después había ingresado para bañarse y asearse. Se dejó los pantalones de abajo porque hoy… dudaba que pudiera darle los buenos días a su mujer como siempre hacia así que debía buscar otra forma y empezó con el desayuno.

Lamentablemente, el Pendragon se despertó primero y Vishous se vio obligado a tirar de algo que le costaba casi siempre: Educación. No le apetecía tenerlo de invitado en casa -Buenos días- había estado preparando el desayuno favorito de Sofía y haciendo su té. Para él, café. Para Cedric no sabía así que se obligó a preguntar -¿Desayunas con café o té? - inquirió en tono neutral apartándose el pelo húmedo de la cara para después coger una taza.

Me habían encomendado la parte de la misión en la que tenía que buscar asesorar a la descendiente de Dioscórides en el asunto de los árboles de ávalon, y quizá hacer un ensayo de todo lo que estuvimos "hablando" previo a lo ocurrido con las pruebas de los de Ouroboros. Supuse que Sofía seguia dispuesta a seguir adelante con el plan, pero sinceramente esperaba que Lake me respondiera antes y nos ayudara con lo de Excalibur y la protección frente al velo de la muerte. A ver si regresaba Falkor con la respuesta...

Pese a todo, había dormido más o menos bien en aquel lugar, un poco de incomodidad social nada más. Me parecía gracioso el modo en el que Vishous me miraba, como si fuera a convertirme en dragon de un momento a otro para tragarmelos, o algo asi. Sí, la verdad es que yo me lo tomaba un poco a chiste.

Cuando empezaron a rugirme las tripas me desperté y me desperecé en silencio, intentando bostezar de igual modo, aunque para alguien con cuerdas vocales funcionales esto es un poco complicado y las lonas de la tienda vibraron un poco. Por lo silencioso que estaba todo pensaba que no habría nadie todavia despierto y tras ponerme mi camisa y vestirme adecuadamente (los Pendragon no andábamos en cueros cuando estabamos de visita) salí hacia esa zona de la carpa destinada a la cocina. Me encontré que Vishous ya estaba ahi despierto trasteando, muy poco vestido por su parte. Algo típico en los soldados, a decir verdad. Subí la vista rapidamente de su torso a su cara. Café o té?

"ninguno"

Estaba siendo educado por obligación y no quería imponer ni mucho menos mis preferencias. Además seguro que no tenían cacao o sucedáneo, que era lo que más me gustaba en realidad.

Café?

Hice aparecer las letras en el aire con un gesto de la mano, señalando una de las tazas y asintiendo.

¿Cómo está Sofía?
Escribí a continuación, queriendo ser educado yo también pero sin resultar demasiado avasallador .

Vishous miró hacia las paredes de la tienda con los ojos entrecerrados. Aquello no era común así que decidió mantener todos sus sentidos en alerta. Cedric no tardó mucho más en aparecer y pasó de mirar a la cara a Cedric hacia las letras con el ceño levemente fruncido. No preguntó porque no le apetecía hablar.

Se concentró en servirle café y luego tenderle la taza, tras eso movió mágicamente la leche, el azúcar y la cucharita hacia él para que se lo preparara como quisiera. Luego pasó la bandeja de “extras” con vainilla, canela, etc. Sofía tenía muchas cosas y a V le había cogido el gusto.

Después de tomar un trago de café negro lo dejó a un lado y siguió cortando fruta para todos. Sin embargo, las letras volvieron a aparecer y V se debatió entre responderle un “A ti qué te importa?” y la respuesta cordial. Optó por la segunda después de recordar lo que Sofía le había dicho la noche anterior -Mejor, estar con Aura la ha dejado más tranquila- Guardó silencio un poco más mientras dejaba la fruta en dos platos -Gracias por cuidar de ella durante la prueba- Mencionó levantando la mirada y acercando un plato hacia él.

Tras eso cogió un paño y se secó las manos lentamente -¿Por qué no hablas?- Soltó sin ningún tipo de educación -Sé que puedes hablar- Le advirtió como para que no se pusiera con juegos mentales como les gustaba a los políticos y que, no dudaba ni por un momento, seguro sabía manejar bien.

El teniente frunció su ceño al leer aquellas letras. Era porque le incomodaba la lectura o porque le incomodaba el contenido? Los de Ouroboros parecían reacios a leer. Ya lo sabía yo por Catherine. Pero ella tenía excusa... cual sería la de este? Alergia a la palabra escrita?

"parece más estilo Darren...o Freyja."

Me ahorré las gracias escritas porque al hombre parecía molestarle la lectura a tempranas horas de la mañana. Y dudaba mucho que supiera lenguaje de signos. Quise suspirar mientras agarraba el vaso de café pero me limité a fruncir un poco los labios, mirandolo mientras agarraba el azucar con la otra mano. Se le veía muy comodo y confiado al estar descamisado ahi, a pesar de su cara de perro constante. Debía de seguir con la guardia alta, pese a todas sus muestras de educación.

"Sofía te tiene bien adiestrado"

Sonreí un poco de lado por mi pensamiento, negué y sin ser capaz de deshacerme de esa sonrisa me empecé a echar cantidades ingentes de azucar en el café, tras un primer trago que me amargó un poco el gesto. Leche y azucar, eso lo arreglará. Y canela. Fruta? Parecía demasiado poco protocolario. Gwen tendría unas cuantas instrucciones al respecto, estaba seguro.

No hay de qué

Acompañé las letras con un gesto de la mano para restar importancia, al tiempo que las hacía desvanecerse. Claro que él no tardó en ser tremendamente directo con su pregunta, la cual provocó que lo mirase extrañado. No lo sabía? Creía que...estaban informados de nuestras habilidades. De la mia no?

Mi expresión de confusión inicial cambió a una de leve molestia al recordar por qué decía eso. Debía de haberme oido en Roma cuando hablé con Wthyr en aquella pequeña zona de antimagia.

Puedo.

Escribí finalmente, tomando el vaso de café para acercarlo a mis labios. Una demostración le bastaría?

Pero no debo.

No iba a hacer ninguna clase de demostración, solo lo miré con expresión afable antes de darle un poco más de lectura al teniente.

Creía que la guardia de ouroboros conocería todas las habilidades de los supuestos enemigos

No se perdió la cantidad de azúcar que le echó al café y se preguntó si en Avalon no tenían azúcar o se la prohibían. Quizás le apetecía concederse cosas. Como era de esperarse a V le importaba tres vergas el protocolo y cogió un pedazo de melón y se lo llevó a la boca masticando mientras apoyaba la cadera en la barra de la cocina. O en la mesa. Era más o menos robusta…a fin de cuenta, tenía que aguantar sus…travesuras.

Vishous no cambió su expresión mientras el Pendragon le miraba extrañado. ¿Qué? ¿Cuál era su puto problema? Vio el cambio y se dio cuenta de que le había molestado. Ok, aquello era divertido. Se inclinó en la mesa para mirarlo más de cerca pero al leer aquello de “no debo”...La diversión pasó a curiosidad. Le miró la garganta a ver si es que le había crecido algo ahí que se lo impedía o tenía alguna especie de advertencia. El pensamiento hizo que flexionara los dedos de la mano derecha por inercia.

-De ti hay poco. No apareces a dar por culo, cortar penes o asesinar escuadrones como el resto de tus hermanos- Respondió directamente sin moverse de su sitio. Luego alzó brevemente el mentón -¿Por qué no debes?- Esta vez frunció el ceño por pura incomprensión -Y si te lo prohiben. ¿Por qué no te ponen una advertencia? ¿un encantamiento que te lo impida? Es una puta mierda tener la tentación ahí…- Se incorporó finalmente y se miró la mano mientras la abría y volvía a cerrar en un puño -Yo al menos sé que si lo intento, me revienta el cuerpo-

Probé por fin ese café extremadamente azucarado y alcé las cejas con expresión de aprobación. Así si. Aproveché que tenia la mirada bajada a la taza para fijarme en el movimiento que hizo de apoyo en la barra de la cocina, y bebí de nuevo mas despacio subiendo la vista por el amplio tatuaje que le iba desde el brazo hasta el hombro, parte del pecho, cuello y finalmente sien. Unos gustos muy macarras, podría pensar cualquiera. Pero aquellos a ojos de alguien con más lectura, eran a todas luces simbolos arcanos.

Mantuve mi espacio cuando se inclinó hacia delante, nos habian enseñado bien a mantener el espacio y no ceder y esa era una lección que sí podía poner en práctica. Pude apreciar un pequeño cambio en su expresión provocado probablemente por mi manifiesta incomodidad y luego su curiosidad.

"como suponía"

Pensé al verlo flexionar la mano del tatuaje. Tomé asiento en uno de los taburetes, rebajando así un poco mi altura, pero invadiendo también el espacio que él se había encargado de marcar.

"claro que hay poco....al fin y al cabo según Charles no debería ni llevar el apellido. Con el historial de infidelidades familiares me pregunto incluso si no seré medio adoptado"

Aquel pensamiento me provocó una sonrisa y me rasqué el cuello un poco. La verdad no me importaba ni me afectaba la duda. Con mas o menos sangre de por medio mi familia era la que era. Lo demás...sabía qué obra pertenecía a cada uno de mis hermanos. Limpiarse al escuadron: Gwen. Cortar penes: Darren...por su romance con Shy...

Encogí mis hombros cuando me preguntó que por qué no debía. No era obvio?

"Si piensas un poco lo mismo lo deduces"

No me lo prohiben.

Hice aparecer rapidamente las letras, recolocandolas despues y haciendo aparecer algunas nuevas.

Pero nadie quiere que se derrumbe un ala del castillo por oirme decir buenos dias.

Desvié la mirada mientras las letras se iban extinguiendo. Quizá ahora el teniente redoblaría sus esfuerzos por mirarme de ese modo desconfiado como si fuera el dragon que iba a zamparse a su mujer y su hija.

Habló de marcas y tentaciones y posé la vista en su brazo tatuado, despues en la sien y finalmente en sus ojos.

¿Como a tí?

"vamos a darle la vuelta a la conversación, teniente"

No perdía dato de lo que me contaba. Era...interesante. Alguien había decidido inscribir esos simbolos para sellar un poder que evidentemente el mago no podía o sabía controlar. A costa de su vida si lo usaba? Lo suyo debía ser infinitamente peor que lo mío, entonces.

Estaba más que acostumbrado  a que lo miraran, era parte de su día a día porque solía entrenar de esa misma manera muchas veces…Y en la guardia tampoco había demasiada intimidad. Vaya si lo sabían los baños de la antigua isla. Aquello le hizo sonreír con picardía porque tenía muchos recuerdos de ello.

No se movió cuando él se acercó. Putos Pendragon. Cedric era de su misma altura y resultaba imponente por si sólo, pero algo en su rostro hacía que bajaras las defensas. Era eso lo que le más preocupada de su cercanía con Sofía. Lo había visto pelear. Sabía bien que estaba entrenado. Y tenía un dragón más todas las habilidades de mago de sangre. El dragón aunque se vista de oveja, dragón se queda.

Vio su gesto de rascarse la nuca y se preguntó si realmente estaba incómodo, su lenguaje corporal parecía enviar señales confusas.  Leyó aquello de que no se lo prohibían y la aclaración de después, luego volvió la mirada a su rostro -¿Y pretenden que te pases la vida callado? ¿No hay nada que puedas hacer para matizar tu poder?-

Le sostuvo la mirada asintiendo cuando preguntó -Exactamente. Me permiten usarlo en cosas… pequeñas- Abrió un portal pequeño, lo cerró luego. Movió la mano y un aura de color blanco empezó a cubrirlo…-Pero…Llega un momento en el que se activa- Expresó concentrándose en canalizar aún más magia mientras extendía el escudo. Pocos segundos después los símbolos arcanos empezaron a encenderse y V dejó de canalizar su poder. Como si nada se llevó la taza a los labios ignorando el dolor, a fin de cuentas, estaba acostumbrado y no había llegado ni a la mitad de su límite-Me sirve para proteger lo que quiero- Expresó volviendo a recuperar su sitio en la barra en aquella silenciosa batalla de espacios -¿Cuál es tu verdadero rango de destrucción?

Fruncí un poco mi ceño porque según Vishous todo parecían imposiciones puestas desde afuera.

¿Callado?

Pregunté con lengua de signos, antes de seguir con las letras que sí podría entender.

Hablo bastante, no crees?

Asentí porque evidentemente había algo que poder hacer y habia estado a mi alcance hacía muy poco. Pero no merecía la pena. Como estaría Lake? Deseaba que Falkor volviera con noticias suyas cuanto antes.

Antimagia, como viste en el Vaticano. Merece la pena?

Por mi gesto, le indiqué que yo no lo creía. Al escucharlo decir "me permiten" pensé en el Consejo. Quien habria diseñado los simbolos? Le Fay? Merlin? Pero ellos eran mas jovenes. Debía de haber sido alguno de sus antecesores. Me resultó curioso encontrar ciertas similitudes muy diferentes entre ambos.

¿Cual es el alcance de los portales?

Escribí al verlo hacer aquello, con la curiosidad por dentro. Por un momento me preocupó que él si fuera a hacer una demostración pero...con su hija alli? No, era mas inteligente. Los tatuajes se iluminaron color blanco como el hierro cuando está a temperatura maxima, y juraria que pude oir el chirrido de la piel chamuscandose pero él pareció no inmutarse.

"Umbral alto de dolor?"

Dudaba que en mi caso eso sirviera, pues se activaría  a la minima palabra aun fuera susurrada. La idea de ir por ahi con un tatuaje que brillase cada vez que susurraba algo me resultó hasta graciosa. HAbía dicho proteger...me quedé pensativo, observándolo. Su poder creaba portales, escudos...era destructivo sí, pero tambien versátil. Le permitía proteger. Era tan devastador que habian creado una marca que si se propasaba, lo eliminaba. Mi poder sin embargo no llegaba a tanto, estaba seguro, y por otra parte, solo servía para destruir sin más.

Pensé su ultima pregunta...lo sabía? En realidad nunca lo había usado a maxima potencia. La epoca donde no podía controlar mi habla había quedado atrás y entonces era muy pequeño. La magia en mi sin duda habia crecido, mucho.

No lo sé. esperé un poco, y añadí: Tampoco tengo ganas de descubrirlo

Como seguramente, Ouroboros podía haberse dado cuenta de aquel hecho.

Quizá el problema es que lo ves como una tentación.

Escribí, desviando la mirada y señalando su pecho, en referencia a lo que habia dicho antes de que era una mierda la tentación de tener ese poder y... en fin, quizá por eso necesitaba la marca.

Vishous se llevó otro pedazo de melón a la boca para comerlo mientras Cedric se ponía filosófico con la interpretación de la palabra callado. Él sin embargo no se lo tragó y lo miró con un gesto de “Es una mierda de respuesta” -Te comunicas bastante, es distinto- Replicó el teniente para luego coger una fresa y comerla.

“Así que tienes formas”

Sin embargo, cuando leyó la palabra antimagia hizo un gesto de rechazo evidente -No, no me refería a eso- La verdad es que tanto el tiempo que habían pasado sin magia por culpa de SAM como las sensaciones de vacío recreadas en Roma le dejaban un agrio sabor de boca. No le gustaba pensar en eso.

-El universo- Respondió con tranquilidad. La gente solía preguntarle constantemente por ello porque el otro lado se veía como un cielo nocturno.

-Así que tampoco te dejaron explorar tu poder- Expresó pensativo mientras volvía a tomar del café, un largo trago esta vez, viendo en Cedric algunas de las cosas que decía Sofía. De momento, no bajaría la guardia pero era…tolerable -¿Por qué no? Si no practicas o descubres tu poder ¿Cómo puedes saber cómo matizarlo o controlarlo?- Era esa cuestión lo que le llevaba a querer quitarse la marca de encima.

-Lo veo como una puta prisión- Dijo mirando su mano con un gesto molesto -Decidieron por mí lo que debía hacer y no me permitieron descubrir de lo que era capaz- Alzó la mirada hacia él -El universo no puede habernos otorgado este poder si no tuviéramos la capacidad para controlarlo- Eso lo había comentado con Sofía infinitas veces. Esa marca no era más que una muestra del temor del linaje de Merlín ante su incapacidad para entrenarlo.

"Lo sé"

Pensé cuando dijo que no se refería a eso. A veces echaba de menos poder hablar porque...como habia dicho, me gustaba comunicarme. Y a veces no lo hacía por el simple hecho de que mis interlocutores acababan cansandose de la lectura. Con mis hermanos era diferente, claro está. Entendian el lenguaje de signos a la perfección. Me limité a encoger un poco mis hombros con cara de leve resignación.

Un monton de dudas me asaltaron cuando dijo que el alcance era el universo. Eso era imposible. El universo era infinito. Como elegía el lugar? Era puro azar? Nadie tenía conocimientos tan vastos como para poder elegir el lugar. Habia cruzado alguna vez algo más que su  mano? Sobreviviría si lo hacia? Cómo funcionaba? Eso debía alterar el espacio y el tiempo con solo cruzarlo. El universo. Como sabía cuan lejos podía llegar, o si quiera que eran los confines del universo?

Cómo lo sabes?

Escribí despues de un largo silencio de reflexiones internas. Removi un poco el azucar del café que se habia quedado al fondo. Lo otro sonaba a imposición aunque solía pensar que era yo mismo quien me habia colocado ese freno. Sonreí porque sí sabía controlarlo, y podía darle matices pero aun asi podia ser problemático.

Al contrario. No hay magia tabú o prohibida en Avalon. Nadie me prohibió practicar.

Era yo quien habia decidido dedicarme más a otras habilidades, magicas, fisicas o de erudición. Lo miré y alcé las cejas como insinuandole...que quizá le interesaría ese punto de vista que podía ofrecerle. Pero fue una insinuación tan vaga que hasta yo mismo dudaba de estar lanzándosela.

Yo a lo mejor podría convertir el Everest en una llanura o despertar al krakatoa pero lo tuyo parece diferente. Mas amplio.

"mucho texto"

Relajé un tanto la postura, apoyando los codos sobre la barra de la cocinilla. Asi que el teniente se sentía aprisionado por esos tatuajes que limitaban sus poderes. Empezaba a sospechar que lo que decía sobre practicar, matizar o controlar iba más por él que por mi. En momentos asi era cuando me sentía limitado a la hora de comunicar, como él habia dicho.

"Típico del Consejo"

Pensé cuando habló de las limitaciones impuestas y que decidieron por él. La pregunta era entonces...por qué los había obedecido? Pero qué quería él?

Discrepo. El universo hace lo que le da la gana

Escribí cuando habló de los "dones" del universo.  El universo no otorgaba nada... nosotros eramos meros accidentes del caos del mismo. Con Vishous se planteaba el problema de un arma de doble filo, algo que podría ser extremadamente util, y al segundo siguiente extremadamente destructivo. De momento le servía para proteger lo que quería pero...al tiempo...no le parecía suficiente. Deseaba más.

Te noto confuso, teniente.

Dejé las letritas unos segundos mas de los necesarios, para que tuviera algo de tiempo para digerirlo.

"Falkor tarda demasiado"

Casi podía ver su mente trabajar, no pudo contener la sonrisa que se le dibujó en los labios. Tenía el mismo gesto de Fred y Arleen cuando se le presentaba algo curioso delante. Era gracioso verlo en los demás, sobretodo en aquellos que no eran nacidos en Ouroboros. Aunque hacía mucho tiempo que no le explicaba a alguien de lo que era capaz.

-Es lo que le dijeron a mis padres- Movió la mano y abrió un portal a su lado y otro del lado de Cedric, metió una mano y le tocó el hombro -Aparentemente estudiaron los portales y el resto de mis poderes antes de la advertencia y lo llamaron “energía cósmica”. Siendo un torrente tan grande… - Sacó la mano y cerró los portales -Se acobardaron- Expresó resolutivamente.

Es decir, que se había vetado él mismo. Vishous se quedó mirándolo en silencio un instante para luego indagar más -Te pusiste límites tú mismo…¿Por miedo o por falta de conocimiento?

“¿Qué habrías hecho tú en mi caso? O… ¿Qué habría hecho yo en Ávalon?”

El Everest le sonaba porque había querido escalarlo siempre, lo otro… -¿Qué es un krakatoa?- Preguntó para luego asentir vagamente a que era amplio porque era verdad, podía hacer más cosas sólo que se enfocaba en lo que le era útil.

Esta vez se rió al leer lo del universo -Estamos de acuerdo en estar en desacuerdo- Alzó suavemente un hombro para luego alzar la taza y tomarse el café que le quedaba en un sorbo -El universo y la magia siempre tiene un porqué y un para qué pero nosotros no siempre lo interpretamos como él quiere-

“O quizás es que yo soy tonto y ya”

Ladeó la cabeza cuando le dijo que estaba confuso -No- Negó -No estoy confuso. Quiero librarme de esto para poder entrenar el poder que me fue otorgado. ¿Por qué te doy esa impresión?- Frunció el ceño -Estoy limitado a elegir en el campo de batalla a quienes puedo proteger. ¿Por qué tengo que elegir? ¿ O por qué no puedo elegir más? Quizás si no me hubiesen puesto esto podría haber protegido Ouroboros de vuestro Sanguis y mi mujer y mi hija no estarían sufriendo por su conexión con los bosques-

¿Y ahora por qué sonreía? Era mejor cuando miraba con cara de perro, al menos eso si sabía por qué lo hacía. Lo mismo le resultaba gracioso ver como me devanaba los sesos por culpa de lo extraño de su poder.

"O sea que no lo ha probado. Lo sabe de segunda mano"

Hablando de manos. Ladeé la cabeza cuando aquella mano atravesó un portal en dirección a otro de mi hombro, saliendo por ahi para darme un toque. Desvié de nuevo la mirada a él.

"más parece que está usando el espacio del vacío para sus transportes que el universo en sí...quizá con cósmico se refiere al origen de esa magia. Eso si sería factible, y tendría sentido."

"Bueno, sentido hasta cierto punto. Factible al menos sí"

Como siempre, eran dialogos en forma de monólogos. Quizá a V le interesaría algun dia escuchar mi opinión al respecto.

Sabes la magia de qué otros seres proviene de fuera de este sistema?

No, seguro que no.

La de los primeros dragones.

Escribí tan campante con una sonrisa muy amable, terminandome yo tambien el café. Claro que se acobardaron. Después me tocó a mi reflexionar...miedo o falta de conocimiento? Pecaría de orgulloso si no dijera que falta de conocimiento, que se podía hacer? Algo tenia que haber, no? Algun filtro. No lo había investigado suficiente, me quedé con el extremo de la antimagia. Es que ni si quiera sentía inclinación por mejorar o aprender o limitar lago que era tan destructivo sin mas. Tenía el autocontrol. Eso ahora porque...Me acordé de aquella pobre niñera a la que me dijeron que había dejado manca al reventarle la mano, me la habia cruzado alguna que otra vez por el castillo ya de adulto. La pobre señora. No había tenido mucha suerte conmigo. Pero más que ese cachorro de pastor de shetland si....

Me abstraje un momento en ese desagradable recuerdo con cara de disgusto y mirando a algo delante mio como si lo tuviera delante. Luego levanté un dedo para indicar que principalmente, era la primera causa que habia mencionado.  

Su pregunta tan simple sobre "que es un krakatoa" me sacó un poco las imagenes de la cabeza  y lo miré aguantandome la risa, haciendo un esfuerzo para que no se me notara.

"protocolo, Cedric"

No salió un solo sonido de mis labios, si quiera un pitido de aguantar la risa. Lo miré con los labios fruncidos en una sonrisa compasiva.

Un volcán en Indonesia que...estalló en 1883 y mató a unas 36.000 personas. Desaparecieron las islas de alrededor y todo.

Era una historia maravillosa, como no la conocía? Encogí levemente un hombro porque él seguiría creyendo en el universo y sus planes, y en el por qué.

¿Y si el por qué del universo al entregarnos ese poder que dices es la autodestrucción? Como has dicho, no tenemos ni idea.

"Y la verdad, no somos para tanto"

Quiero decir, claro, si el quería creer que todo tenía un porqué y el universo se lo habia concedido....por qué era tan optimista para pensar que era para bien? O quizá es que habia decidido pensar eso y ya, porque lo otro daba demasiados dolores de cabeza.

Lo dejé explayarse, escuchándolo sin más. Al final, asentí, levantándome.

Pues tienes razón. Podrías haber mandado al Sanguis a través de  uno de esos portales, a los confines del espacio.

Empecé a pensar entonces un plan C para llegar al otro lado sin necesidad del poder de Excalibur o de los arboles o si quiera de morir. Pero para eso tenía que saber bien cual era el funcionamiento de base de los escudos de Vishous.  Para entonces, se escuchó el sonido inconfundible del viento bajo unas enormes alas membranosas.

Es Falkor.

Escribí para que no se precipitara, dirigiendome a la salida de la tienda para otear su silueta en el cielo aun algo lejana, pero acercandose sin duda.

Había llegado a casa después de aquella horrible prueba a abrazar a su hija con toda el alma, a recorrer de punta a punta Highlands y a buscar las memorias del bosque de infancia de su pequeña Aura. Lo hizo todo sin parar, y solo hasta que estuvo segura de que todo estaba en orden, de que todo estaba bien, fue entonces que regresó a casa, abrazó a su marido y se permitió un momento de vulnerabilidad.

Vishous había entendido perfectamente por lo que había pasado a pesar de que a veces no entendía todo lo místico de su magia. No dejó que la soltara, no dejó que dejara de abrazarla hasta que él le prometió que protegería a Aura de todo, inclusive de ella misma. Fue entonces cuando se permitió descansar, después de una corta plática donde Vishous entendió que debían tener a Cedric como invitado en casa. No se lo había impuesto, ni mucho menos, pero la verdad es que estaba más seguro ahí que en otro lugar donde cualquier soldado podría encontrarlo y terminar con la fragil alianza que habían logrado.

Durmió plácidamente, abrazando a su pequeña y tomando fuertemente a Vishous de la mano. Cuando fue tiempo de despertar, lo hizo gentilmente, sonriéndole a su pequeña, tomándose el tiempo de bañarla con agua tibia, de vestirla mientras jugaban y reían juntas, de alimentarla y memorizar sus gestos atesorando el momento. A pesar de que escuchaba ya a V en la cocina, le dedicó todo el tiempo que le fue necesario, y una vez estuvieron ambas listas, salieron a la cocina donde un delicioso aroma a té la esperaba. Soltó un suspiro porque acababa de darse cuenta de que le hacía falta un buen té, mientras Cedric se levantaba de la mesa con la noticia de que su halcón había llegado. Bien. Eso le daba oportunidad de llegar hasta su esposo y saludarlo como se debía. Insistía en que el primer beso que se dieran por la mañana fuera dulce, suave y prolongado; lleno de amor. Pero ese día en especial se tomó su tiempo para probar el café de su boca.- Buenos días.- Susurró cuando se separó, haciendo que Aura también lo saludara. Encontró su té esperándola en la mesa y vio a V con amor profundo en su corazón por cuidar de ella. Agradeció y bebió un sorbo que le supo a gloria. Ese día estaba disfrutando todo de una manera inimaginable. Le gustaba.- ¿Todo bien? Parece que estaban siendo cordiales.

La pregunta de Cedric hizo que negara con la cabeza, realmente no tenía mucha idea. La respuesta hizo que V se quedara mirándolo con cara de póker. ¿Los primeros dragones? ¿Y esos cuáles eran? Sinceramente no tenía mucha idea pero si había alguna investigación al respecto quizás… Quizás podía aprender un poco más -¿Tienes algo que pueda leer?- La verdad no era un aficionado de la lectura excepto para cosas muy puntuales y generalmente estaban vinculados a temas de la guardia.

Le pareció humilde que reconociera que era por miedo que no había conseguido una manera de matizar su poder. Sin embargo, le hizo preguntarse de qué servía tanta libertad cuando tenías miedo de ti mismo.

No le gustó su sonrisa por su pregunta. Le hizo sentir…tonto. Como cuando Arleen se ponía con sus cosas médicas o tecnomagas específicas o cuando los humanos querían ponerse a explicarle cosas de los móviles u ordenadores -¿Me vas a responder?- Inquirió con un poco de dureza. V no era tonto, simplemente habían cosas que no le interesaban en lo más mínimo.

-Entonces que así sea- Dijo aunque frunció levemente el ceño ante la idea. No le hizo sentir cómodo pero no iba a admitirlo tan rápidamente -Habrá razones para ello- Se quedó en silencio después mientras encantaba la taza para lavar. Luego siguió leyendo lo demás asintiendo con suavidad por el tema del Sanguis, era la realidad.

Volvió la cabeza cuando percibió un cambio en el viento y también la llegada de algunos sonidos que le alertaron. Las letras de Cedric hicieron que asintiera pero eso no implicaba que estuviera tranquilo. Más le valía que estuviera en su forma élfica porque si no el campamento se agitaría.

Iba a ir hacia el cuarto para cambiarse cuando salió Sofía con Aura. Se detuvo, se colocó el guante en la mano derecha y sonrió contemplándolas a ambas. Recibió a su mujer para darle un beso sentido, a falta de sus “buenos días”. Le abrazó por la cintura, atrayéndola hacia él, apretando suavemente su cuerpo femenino contra el suyo mientras su mente vagaba a otros asuntos. Bajó las manos por su cuerpo hasta apretar sus glúteos con fuerza. Pero se contuvo al verla separarse y luego giró la vista hacia Aura, a quién cogió en brazos para dejar que Sofía desayunara en paz -Sí… Tenía que averiguar porque tenías un punto débil por él, además de su atractivo- Le reconoció abiertamente mientras apretaba levemente

-Pero un dragón aunque se vista de oveja, dragón se queda, Sofía- Le advirtió -Comprendo…Es amable a diferencia de sus hermanos pero no bajes la guardia. Voy a cambiarme- Le dijo mientras dejaba a Aura en la sillita encantada e iba a vestirse correctamente, con algunas piezas de armaduras incluso.

Todo lo que tenía estaba en Avalon

Respondí a V acerca de las lecturas sobre las leyendas de los primeros dragones. No se había podido salvar.

Pero si te interesa...

Señalé mi sien, indicándole que ahí aun había algo de ese conocimiento que había leido. Traducido a medias, claro. No eran idiomas sencillos.

Eso fue lo ultimo que le dije antes de salir de alli al oir la llegada de Falkor, aunque para nada me habia pasado desapercibida su incomodidad por mis ultimas palabras. Me parecía que el teniente se estaba esforzando demasiado por darle un sentido místico a sus poderes, una misión u objetivo que fueran buenos. Contrariado, pese a todo...habia sentenciado "que así sea". Insinuaba acaso que cargaría con las consecuencias de lidiar con destruccion a gran escala, siempre que eso le permitiera desarrollar y entrenar sus poderes? Que implicaciones tenía esa frase? Entendía demasiado bien las ganas que tenía por controlarlo por si mismo sin necesidad de sellos, eso si. Sería interesante estudiarlo.

"me habría gustado poder hacerle más preguntas"

Alcé los ojos hacia el cielo, donde la silueta del dragon se hacia cada vez mas grande. Se levantó cierto revuelo pero es que tenía que aterrizar, maldita sea. Le hice una señal con los brazos desde donde estaba para que viniera a mi, y a unos metros del suelo aun en bajada, usó su magia para adoptar la forma elfica. Falkor terminó aterrizando de un salto en el suelo y vino a mi con una cara un tanto...

¿Por qué no me avisaste de que habias dejado Italia? Sabes la vuelta que me he tenido que pegar? Estoy muerto de hambre!!

Lo siento. Dentro hay fruta. Ven conmigo. Encontraste a Lake?

Le signé , viendo la cara de asco que puso al oir lo de la fruta, haciendole un gesto para que viniera conmigo y me siguiese dentro lo más rapido posible. Le hice un gesto tambien para que me entregase la carta con la respuesta de Lake, y mientras pasabamos a la tienda, me la dio en mano. Vi entonces que el teniente ya no estaba por ahi, si no que en su lugar estaba Sofia desayunando.

Buenos dias. Teneis buen aspecto, Sofía. Falkor puede-?

Pero dejé de escribir mirando a Falkor abrirse camino hacia la fruta y comersela como si no hubiese comido en un mes. Intercambiamos silenciosas miradas pero que entre nosotros decían bastante. Un reproche por mi parte y por la suya un ni se te ocurra, esto es culpa tuya. Negué con la cabeza y desplegué la carta, para leer la respuesta de Lake.

"Stonehenge...pilla un poco lejos pero vale."

Mi ceño se frunció con preocupacion y tuve que releerlo varias veces. Podía ser un modo de expresarse de Lake, solia decir que iba a matar a todo el mundo. Fue lo de "quitarme mis poderes" lo que me advirtió de que era más que una simple frase. Evidentemente, Falkor no habia leido la carta. Si desde que escribió eso Falkor habia ido, y luego venido de vuelta...no iba a llegar a tiempo de disuadirla de que no hiciera locuras. No tenía magia! En qué estaba pensando? Iba a meterse en un lío. Miré a la descendiente, y me acerqué a Falkor para enseñarle la carta y que la leyera. Éste tragó un trozo de manzana rapidamente.

Sofía, tengo que marchar por mi hermana Lake y Excalibur. Como puedo comunicarme con vosotros de manera rápida?

Por mi parte el patronus quedaba un tanto descartado, y las lechuzas o los dragones llevaban demasiado tiempo. Pero sabia que era posible que tuviera que contactarlos segun como fuese el escenario.

Aún con bebé en brazos, recibió con gusto la sonrisa que su esposo le dedicó recién las vio. Volver a esa pequea rutina especial le llenaba el alma de felicidad. Dejó que su esposo tomara de ella lo que necesitó, incluídas caricias y un beso profundo antes de dejarle a la niña en brazos cuando se la pidió para dejarla desayunar. La vida de madre con V al lado era muy fácil, pues se adelantaba a toda necesidad y era incansable. Era muy afortunada, lo sabía y se lo agradecía diario. Aún así lo miró extrañada cuando dijo lo del 2punto débil", y se sorprendió aún más cuando le habló de que era atractivo.- Es buena persona.- Alcanzó a susurrar antes de que le soltara aquellas advertencias antes de irse. Había quedado en shock y con la cara larga mientras trataba de evaluar si su esposo estaba celoso de él. Si aquello era todo el problema que tenía contra el Pendragón. Y evaluándose a sí misma. Antes de casarse había sido muy enamoradiza, pero desde el día de su matrimonio habría jurado que solo tenía ojos para él.

El revuelo afuera le llamó la atención. Se escuchó aire arremolinarse, sonidos como de alas y algunos gritos. Cogió su té en manos y se dispuso a salir cuando Cedric y un elfo entraban por la puerta. Se sintió extraña por un segundo al ver a aquel extraño, acercándose a Aura de manera instintiva. No bajes la guardia, le había dicho V. Pero al ver a Falkor ir por la fruta en aquel modo tan desesperado y hambriento, solo pudo sonreír.- Claro, claro. Buenos días. Me siento mejor.- Dijo, acercándole a Falkor un tazón con frutas sueltas, fresas, uvas y bayas que ella misma había cosechado.- ¿Gusta algo aparte de fruta? ¿Un té? ¿Algo más... consistente? - Preguntó, saltando en modo anfitriona rápidamente.

Entendió que los dos hombres se traían algo entre manos con aquella carta que veía, pero no quiso indagar al respecto. Sin embargo, al leer las palabras de Cedric, balbuseó por un momento.- Estará bien con un pat...- No podía hablar para el patronus.- No, un men...- Él no tenía brazalete.- Una llam...- No tenía celular y quizás él tampoco.- Si vienes aquí, los soldados de V pueden...- matarte.- Oh, ya lo tengo.- Dijo con una sonrisa. Se alejó de la mesa hacia un armario encantado que tenía con un montón de cosas mágicas en cajas. La mayoría eran piedras encantadas, especias raras, cosas con las que hacía sus pociones, sus rituales y sus encantos. No dejó a Aura fuera de su vista ni un minuto, y en cuanto encontró la caja que necesitaba, la tomó en brazos y se la llevó hasta la mesa. Deshizo el moño que la cerraba y la abrió para sacar de ella un espejo que luego le entregaría a Cedric con una suave sonrisa.- Con esto. Solo ponme la imagen de tus letras y la veré al instante. ¿Quieres que te acompañemos? Quizás te podríamos ser de ayuda de alguna manera.