Villa Imperiale - Le Fay Pendragon

Mis labios se apretaron dedicando una mirada de preocupación y duda a Wthyr. -Quién sabe qué más recuerdos excepcionales hemos tenido durante estos años para querer borrarlos de nuestra mente.-Sugerí, incluyéndome a mi misma a pesar de que Hipatia nunca me había parecido digno de tener mi confianza.-Nuestros padres, nuestra abuela...-Él mismo. Una familia con demasiado secretismo a saber desde cuándo.-No es algo que podamos descartar.

Capté el orgullo en el tono de Wthyr al hablar de Catherine y suspiré con preocupación desviando la mirada por unos segundos. Era un rasgo poderoso y útil pero también podía cegar a cualquiera. -No sé si deseo hacerlo pero lo haré si es necesario. -Me consideraba hábil en la magia de sangre y la incapacidad de control de los poderes mentales resultaba frustrante. Había mejorado algo en Delfos pero no significaba que lo disfrutase.

Clavé los ojos en Wthyr cuando soltó aquella pregunta.-No fallé por falta de poder o fuerza física Wthyr.-Aclaré dejándole ver que precisamente no podía porque no quería hacerlo.-Pero creo que debemos ser conscientes de que tal vez no tengamos más remedio.-O eso habían sugerido aquellas sombras de espíritus en el bosque.

Cerró el anillo en mi palma y esbocé una pequeña sonrisa cuando captó aquello, una que se esfumó tan rápido como llegó a mis labios.-Envía una misiva entonces al señor de Hipatia que tranquilice su rabia.-Abrí la mano tomando el anillo con la contraria.-No echemos más leña a la hoguera que ya está en llamas.-Lo deslicé por uno de los dedos.-Ya encontraremos la forma de quemar ese tronco cuando solo queden cenizas.-No era algo que fuese a suceder hoy, mañana ni dentro de una semana. De un modo u otro habría una solución y tal como había mencionado, si no se encontraba una, podría soportarlo.

Escuché con atención las noticias nuevas sobre el velo, más avanzado de lo que creía. Crucé los brazos al escuchar mi nuevo cometido desviando la mirada hacia el lugar donde había perdido el rastro de Catherine. Ella pertenecía al Consejo, era más racional que ella diese el aviso. Sin embargo asentí volviendo a mirar a mi hermano. Tal vez no quería enfrentarse al orgullo de la morena en estos momentos.-¿El árbol de Ouroboros está listo?-Ese era otro tema. No sabía qué alma habían usado para germinarlo pero esperaba que fuese una que nos dejase cruzar el umbral a nosotros. Aunque había pocos de los miembros del Consejo que nos tuviesen en estima.

Tras acordar el lugar de la cita para reunir a todos marché del lugar.

Los Hipatia podían resultar unos aliados incómodos si lo miraban desde ese punto de vista que sugería Gwen, como guardianas de posibles secretos de los Pendragon y manipuladores resentidos. Asintió como queriendo decir que lo sabía, y que lo tendría en cuenta. Al menos no se cerraba a mejorar sus habilidades con Catherine. Respecto a Lake le confirmó lo que sospechaba, que el "fallo" se debía a que no podía. Él tampoco estaba seguro de ser capaz de hacerlo llegado el momento, pero debían asumir que tal vez fuese la única salida. - No tendrás que llevar también esa carga. - aseguró con tono grave, sabiendo que esa sería su obligación.

Hizo un gesto de fastidio por lo de la misiva a Hipatia, aunque tampoco suponía un gran problema inventarse un escrito diciéndole que Gwen podía reconsiderar lo de hablar con su supuesto prometido para ver qué podían hacer. Lo que fuese, afrontar ese problema lo veía como algo lejano.

- Los de Ouroboros por fin hicieron su parte, les ha costado. - criticó la lentitud que habían tenido para llevarlo a cabo, estaba informado de todo eso por medio de Catherine. Se despidió de su hermana después de que se fuese para cumplir su cometido, quedándose después durante las siguientes horas ultimando preparativos para la misión, además de enviando mensajes antes de abandonar el lugar.