Villa Imperiale - Le Fay Pendragon

“Los ancestros blablabla”, dejó escapar el aire borrascosamente -Todo este tema de espíritus es un fastidio. A un espíritu no se le puede destripar o decapitar- Expresó un poco irritada. ¿Cómo se peleaba con un espíritu? Al menos ahora había algo bueno, Charles poseía a Lake y a Lake si podía pegarle. ¿Le dolería al espíritu? Lo dudaba.

El comentario perverso hizo que le mirara con curiosidad para luego sonreír -En eso tienes razón, pero ya no- Iba servida, dentro de todo, y dudaba que Wthyr -con lo tacaño y posesivo que era- tuviera en sus venas lo de ser infiel. No al menos después de la escena que habían mostrado en el Sanguis Ligno en Beltane, lo que le recordó algo divertido -Ahora parece que te gusta más estar por debajo de tus mujeres- Alzó las cejas picándole porque por lo que recordaba la Le Fay había mostrado un poco su actitud en la cama.

“Así que hay que pensar un plan de neutralización”

-Será un trabajo en equipo…Puedo reducir su fuerza-Mencionó pensativa antes de que Neftis apareciera, y desapareciera, al verse apuntada con la espada. La Lothbrock la siguió mientras se acababa la cerveza.

“¿Vestido de novia?” -¿Prometiste a tus hermanas de nuevo?- Lo que decía Neftis dejaba en claro que el asesinato de Pelayo no tenía la firma de Lake, pero aún así. Por Freyja misma, cómo hablaba esa cría. Qué pomposidad.

“Magnánimo encima…El poder de aquella mujer… Dile esa perra de Lake, no te va a pasar nada”, Freyja empezó a impacientarse con el discursito y se golpeó la botella vacía contra el muslo varias veces mientras miraba a Wthyr ignorando a la cría que iba a empezar a llorar otra vez. Pero bueno, al menos ya habían llegado al punto actual.

-¿Tú siempre hablas así? Por Odín, las reuniones van a ser un dolor de cabeza- Dijo echando la cabeza hacia atrás y mirando el techo para luego soltar un suspiro. Bajó la cabeza y le tendió la botella a Wthyr -¿Necesitas algo de mí ahora mismo?- Wthyr le quedó mirando un momento y cuando le sonrió, Freyja supo que la había cagado.

En efecto, así era. Le ordenó que recibiera acogedoramente a los de Keops a sabiendas de que la nueva líder le sacaría las canas verde. La nórdica le regalo una mirada llena de promesas de venganza mientras arreglaba con la mujer su retirada y la de su pueblo.

Catherine había aparecido en casa tras lidiar con otro asunto complicado en Milán. Agotada pero…satisfecha, la morena avanzó  por los pasillos silenciosos de la casa con cuidado de quitarse las botas y no hacer ruido alguno. Verificó que tanto Aedan como sus hermanos estaban dormidos en la habitación compartida y tras ello fue a la propia donde encontró su bebé. Se quedó observándolo con una extraña sensación en el pecho al recordar lo que le había dicho a Ian sobre él… Que no tenía nada de mentira pero el contraste con su nacimiento era tan absolutamente brusco que aún le costaba hacerse la idea de lo que realmente estaba sintiendo. No lo odiaba, no ahora que lo veía como su inocente y vulnerable hijo pero a su cuerpo aún le faltaba mucho para poder recuperarse y el ritual con el árbol no había sido sencillo. Jack no estaba. Aún le costaba encajarlo. Le acomodó suavemente la manta antes de volverse hacia donde estaba Wthyr.

Su cabeza se ladeó lentamente mientras apreciaba cómo los escasos rayos de la luna que penetraban la cortina acariciaban su piel. Ella siempre había sabido que era un hombre atractivo, pero cuando dormía tenía una calma que pocas veces lograba ver en su atribulada cabeza. Cuando estaba así, a Catherine le picaban las manos por ir a buscar papel y carboncillo. No era la primera vez…Ya lo había hecho una vez. Y ahora sentía ese deseo de nuevo, de plasmarlo de alguna forma pero no estaba segura de poder hacerlo en silencio   y con éxito. Era arriesgar las pocas horas de sueño que podían tener.  Se contentó con admirarlo un poco más en silencio mientras permanecía en aquel raro estado de sentimientos y sensaciones.

Salió del trance cuando Wthyr se removió un poco en la cama y entreabrió los ojos, ubicándola como si siempre hubiese sabido que estaba allí. Catherine entrecerró los propios y sonrió de lado pensando en la forma en la que sus ojos brillaban en la oscuridad. Este hombre que había comenzado como una amenaza entera a su vida y que ahora era todo lo contrario. Se acercó a la cama a medio desvestir para dejarle un beso suave en los labios porque… podía y quería, porque tras muchos meses marcando excesivos límites ahora podía ser libre de hacer lo que le había costado horrores reconocer como  un profundo y claro deseo. Ya no sólo a nivel mágico, pues eso siempre había estado allí. Catherine sospechaba que desde el instante del parlamento. Quizás lo que ella había confundido con tensión había sido una sobrecarga mágica, quizás por eso el ataque a Bellatrix había sido tan brutal. Una cosa llevó a la otra y acabaron haciendo caso a ciertas llamadas más físicas.

Ahora, mientras se relajaban en el agua cálida del baño, la morena fue capaz de profundizar un poco más en el ritual. Con la espalda apoyada en el pecho del moreno, la bruja jugó brevemente con el agua pensativa -No estoy segura de cuál es el próximo paso- Ladeó suavemente la cabeza mientras deslizaba las manos por los antebrazos de Wthyr para mantenerlos cálidos con el agua caliente de la tina -El avance no se detiene. Ya tienes el árbol... Pero realmente estamos preparados para enfrentar lo que vamos a encontrar?- Se giró a mirarlo con un gesto preocupado. Sentía aquel instante como el momento de paz previo antes de que todo se fuera a la mierda.

Los últimos meses habían sido bastante turbulentos para Wthyr y su familia. Las intrigas y las traiciones habían complicado aún más la situación desastrosa que ya tenían con el Sanguis, añadiendo luchas internas con las que no esperaba tener que lidiar. Finalmente logró mantener su liderazgo como rey de Ávalon, en detrimento de su hermana Lake, que no logró los apoyos previstos. A pesar de todo ello no podía bajar la guardia, pues su hermana permanecía en esa siniestra simbiosis con el Sanguis, con el alma vengativa de Charles Pendragon.

Los pocos momentos de calma que tenía los encontraba en aquella villa italiana en la que vivía con Catherine y sus hijos. Eran su refugio. En ese lugar alejado de todo parecía que los problemas nunca llegarían, que la maldad de aquel ente no les alcanzaría. Sabía que se equivocaba, y que pronto no habría lugar seguro. Por eso sabía que el tiempo apremiaba, y que cada día que pasaba estaban un paso más cerca de su propia destrucción. Inspiró profundamente ante ese pensamiento, estrechando un poco más a Catherine entre sus brazos. - El siguiente paso debe ser el final. - mantuvo la vista al frente mientras reflexionaba sobre los pormenores de ese paso final, bajando finalmente la mirada hacia la de ella.

- No podemos retrasarlo más. Si esperamos a estar preparados, nunca lo haremos. ¿O acaso alguna vez te has sentido completamente preparada para enfrentar algo que no querías o que temías? ¿Has dejado de hacer algo por creer que no estabas preparada?- suponía lo que diría, pero quería más detalles de aquellas partes de su vida que no conocía lo suficiente.

Sonaba bien. “El final”. Como si realmente pudieran dar cierre a ese capítulo de su vida e iniciar otro, pero Catherine ya no se mentía. Sus vidas no eran fáciles y actualmente tenían muchos problemas que resolver, pero el Sanguis Ligno era el que realmente ameritaba toda la atención porque si éste seguía existiendo pronto no habría nada más que siniestras tumbas. Le recorrió un escalofrío por la espina dorsal al pensar en un panorama como ese.

La pregunta de Wthyr, como era de esperarse, la hizo pensar. Catherine nunca se había sentido preparada para nada. Todo había iniciado cuando heredó su puesto en el Consejo de los 20 y, desde allí, fue dando tumbos hacia lo que era hoy en día. Pese a todo, si lo analizaba… -Una vez- Murmuró relajando la cabeza contra el pecho de Wthyr mientras cerraba los ojos y recordaba todo lo que había sucedido esa noche.

-Cuando fui a Ávalon- Había pasado horas despierta, en un estado depresivo por la actitud de Ian y cómo su vida se había derrumbado. Había tocado fondo…del bueno pero en ese tiempo también había pensado tanto… Que había acabado con ciertas resoluciones que habían cambiado su perspectiva. Se había dado cuenta de que había construido su identidad alrededor de Ian y su hijo, sí, también había crecido como bruja pero eran la base clave para su estabilidad y cuando Ian se apartó sintió que todo se desmoronaba. Se había prometido que no volvería a pasar y había tomado las riendas de su propia vida desde otro punto de vista. Su felicidad no podía depender de nadie más, eso se lo había enseñado Ian. No había sido a propósito, pero era una lección que valoraba.

El amor no se trataba de adorar a la persona que eras cuando estabas con otro, o de buscar a alguien que te complementara. El amor era apoyarse, retarse y sacar lo mejor del otro manteniendo su individualidad, su identidad, su poder. Y si bien, ahora contaba con Wthyr para muchas cosas y su ausencia era un daga que se clavaba en el centro del pecho… Sabía que podría seguir siendo ella sin él.

Al recorrer Ávalon se había sentido nueva, con una actitud distinta y se sentía preparada para estar en terreno enemigo y enfrentarse a los dragones. No temía parecer estúpida, ya no lo era. Había trabajado mucho en sí misma y quería usar su arsenal para asegurar la isla donde vivía su hijo, necesitaba darle seguridad -Me sentía preparada para todo lo que pudieras tirarme en cara… Sentía que todo lo que había pasado en mi vida me había dado la sabiduría para enfrentar ese momento y jugar mi papel como Descendiente. Me sentía…bien- Murmuró pensando en lo poco que le importó encontrarse con Lake y luego sonrió de lado…

-Pero tú tienes una pequeña y tóxica obsesión conmigo… Te encanta ver cómo me pones nerviosa- Ladeó la cabeza para poder mirarlo con cierta picardía -¿No es así?- Asintió suavemente, varias veces para luego alzar la mano y mirar aquella herida fantasma en la que Wthyr había hurgado con sus dedos. Catherine extendió y luego flexionó los dedos, recordando la escena con sentimientos encontrados. Parecía que había pasado demasiado tiempo de aquel momento…pero en realidad sólo era un año. Esa misma mano ahora tenía un anillo de matrimonio  -Física, mágica o psicológicamente-

No esperaba que la confesión de Catherine sobre el momento en que se había sentido totalmente preparada fuese sobre aquella vez que fue a Ávalon. Wthyr arqueó una ceja levemente. Lo recordaba bastante bien, podría decirse que fue un poco el principio de todo lo que fue llegando después. Había sido algo tenso, pero interesante. Le había servido para plantearle aquella teoría a la que tantas vueltas le había dado y que después resultó ser cierta.

- Tuviste la osadía de acudir a territorio hostil, y te salió bien la jugada. Fui hasta amable y educado. - había algo de sorna en sus palabras, puesto que lo primero estaba en duda, y lo segundo...tal vez fuese correcto, pero no precisamente buen anfitrión. Fingió indignación por lo que dijo después, pero finalmente puso sonrisa de "culpable".

- Lo admito. No era simplemente fastidiar a uno de esos inútiles Descendientes, contigo era algo más. Un divertido vicio eso de retarte, o tóxica obsesión como tú lo llamas. - le salpicó una poca agua con la mano al escuchar ese ¿no es así?, dándole a entender que llevaba razón. - Pero quedamos empate porque a ti te encanta descolocarme con tus preguntas y sacarme de quicio. - le dedicó una media sonrisa y luego se removió un poco, observando momentáneamente cómo se miraba ella la mano del anillo de matrimonio.

Sabía de sobra que hubo un tiempo en el que ese mismo anillo había representado una condena, algo que ella que no quería. Deslizó la mano hacia la suya para entrelazarla, alzando su mentón con la otra para buscar sus ojos. Después bajó de manera breve la mirada hacia los labios de ella, acariciándolos con el pulgar. - Imagina la de veces que miré de arriba a abajo sin poder hacer nada... - no contaba la breve época en la que estuvieron bajo el influjo del Sodoma, sino en las que ya era plenamente consciente de lo que sucedía.

Sonrió de lado -Creo que... tenemos diferentes recuerdos de ese día- Mencionó alzando la mano donde había hurgado en la herida que se había hecho, ofreciendo sangre para poder acceder a Avalon como descendiente de Morgana. Pero entendió su tono y se rió finalmente. Todo aquello parecía tan lejano, como si le hubiese pasado a otra persona. Aquel pensamiento resonó un poco con ella. Quizás sí le había pasado a otra persona, a la Catherine que había sido antes de descubrir que estaba maldita.

Trató de escudarse del agua pero no llegó a tiempo y volvió a reírse de nuevo. Parecían dos niños…y aquello era raro, ver a Wthyr tan relajado. Pero le gustaba, cuando sólo eran ellos dos y podían quitarse máscaras, dejar coronas y títulos de lado y ser sólo ellos – De acuerdo… Admito que soy un poco…preguntona- Paseó la mano por el agua pensativa -Quizás porque me cansé de estarme callada por muchos años-

Chasqueó la lengua, sacando a Elise de su mente, no permitiéndole ensuciar este momento con Wthyr. Esa mujer ya no tenía espacio en su vida.

De alguna manera, Wthyr debió haber percibido algo de la dirección de sus pensamientos porque atrajo su mirada hacia él tras entrelazar sus dedos. Escuchó sus palabras y algo en ellas hizo que se le erizara la piel desde los pies a la cabeza. Se quedó un momento en silencio, observándolo a los ojos con intensidad -Debí haberte besado el día de la coronación- Sabía de sobra que Wthyr sabría de qué momento estaba hablando. Se inclinó un poco hacia él hasta que sus labios estuvieron sobre los de él -Pero de nada vale arrepentirse o pensar en el pasado- Rozó suavemente sus labios con una sonrisa -Cuando tenemos lo que queremos hoy y siempre- Y aunque sabía que la última palabra podía ser un peligro decirla en voz alta a sabiendas de que el futuro era impredecible, Catherine decidió seguir dejando el miedo atrás. Cerró los ojos y lo besó nuevamente, con más intensidad.

Tras unos segundos perdida en las sensaciones, la morena se alejó con una leve mueca mientras se llevaba su mano, entrelazada con la de él, hacia uno de sus pechos -Zarek está por despertarse- Sabía que Wthyr no lo sentiría tan bien como ella, pero la hinchazón previa a la hora de amamantar era difícil de pasar por alto.

No tuvo que pararse a pensar para recordar el momento de la coronación que estaba hablando Catherine, justo después de hacer aquel vuelo en dragón. Ahora le quedaba algo lejana la frustración y confusión que había sentido al no suceder lo que esperaba. - Sí que lo hiciste. Aquí. - se señaló la mejilla con el índice un momento, poniendo cara de "eso fue aún peor". Una especie de premio de consolación o algo así fue lo que interpretó ese día.

- Menos mal que luego nos hemos tomado en serio la revancha. - al besarla puso todas esas ganas por las oportunidades perdidas, dejando que hablase por él ese lenguaje del contacto en el que tan bien habían logrado entenderse. Podía decirse que les había funcionado desde antes que las palabras lo hiciesen. Dejó que ella guiase su mano hasta cubrir su pecho, presionando suavemente y notando a lo que se refería. La reacción instintiva que le pedía su cuerpo era la de tener una segunda ronda como la que habían tenido esa mañana, cuando todo estaba aún en calma. Esta vez no hubo tiempo de nada, dos llantos al unísono le dieron la razón a Catherine casi al instante de haber nombrado al más pequeño de los Pendragon. Wthyr cerró los ojos un momento, soltando un suspiro después para esbozar media sonrisa. - Juraría que ya tienen telepatía o que quieren que su madre lleve siempre razón. - dejó un beso entre su cuello y su hombro antes de separarse para salir del agua, poniéndose después una toalla alrededor de la cintura antes de echarle una mano para salir también.

Al llegar a la habitación se encontraron a los hermanos en la misma cuna, llorando y dándose con las piernas el uno al otro. Esperaba que en un futuro no se llevasen como Darren y él, que no hubiese rencores del uno al otro. Cogió a ambos en brazos para intentar calmarlos, aunque lo que querían estaba claro. La necesitaban a ella, y eso le llevó a pensar de nuevo en la misión. No podían ir los dos, no podían exponerse a no regresas y dejarlos solos.

Miró aquel gesto tan típico de él y pensó que sí, ella también se había sentido fuera de lugar en ese momento. Bajó la mirada un instante para luego apartarla, mirando hacia la distancia. Pero tuvo poco tiempo de “regodearse” en ese sentimiento porque Wthyr, con aquella habilidad particular que tenía, la trajo al momento presente. Y aquí sí se permitió disfrutar lo que no había hecho en otras ocasiones. Se dejó llevar por las sensaciones que le embargaban y estremecían de pies a cabeza. Sí, sí que se habían cogido la revancha y ahora todo estaba… bueno. Mejor no pensar demasiado en ello.

Escuchar el llanto y el posterior suspiro de Wthyr hizo que se riera por aquel gesto tan “humano” de su esposo medio dragón. O un cuarto. Catherine apoyó brevemente la cabeza en él mientras oía su teoría -Cualquiera de las dos opciones me hace quedar bien, así que elije la que prefieras- Bromeó aún con la sonrisa en los labios mientras se incorporaba para dejarle salir – Lo importante sigue siendo que yo tenía razón…Para “variar”- Hizo comillas con los dedos con el único objetivo de buscarle pelea.

Catherine se secó de camino al cuarto y tras dejar la toalla se puso encima una bata negra de seda suave, si iba a darles pecho no iba a servir de mucho pero así no perdía calor corporal. Recorrió con la vista la escena que veía frente a ella y un cálido sentimiento, que reconoció rápidamente como amor, se extendió por ella. Había una pizca de orgullo, al ser ella quien finalmente le había dado descendencia a Wthyr.

Se acercó finalmente y cogió a Zarek después de darle un beso en la cabeza a Zephyr, no podía ponerse a los dos juntos de golpe, tenía que acomodarse con uno. Aún así no se perdió el gesto del moreno -¿En qué estás pensando?- Preguntó mientras se sentaba en la cama y usaba las almohadas para apoyarse mejor, tomando posición para colocar a Zarek, tras hacerlo alargó la mano indicando a Wthyr que le ayudar a hacerlo con Zephyr.

De momento Aelin seguía tranquila, pero seguramente en dos horas o así ya se despertaría para alimentarse también.

Sabía de sobra que ella no le había "leído" la mente de la manera que podía hacerlo, pero había adivinado que algo incómodo de decir se le pasaba por la cabeza. Su expresión había sido suficiente para averiguarlo. Se hizo el distraído durante algunos segundos, demorando la respuesta mientras se sentaba junto a ella en el borde de la cama llevando a Zephyr entre sus brazos. Después lo acomodó también en el regazo de Catherine, evitando su mirada en el intercambio. Era consciente de que podía ser una de las últimas ocasiones en que pudiera contemplar esa escena y la paz que le transmitía.

- No te va a gustar saberlo. - apartó la vista de los pequeños, alzándola hacia ella con gesto más serio. - Pero no podemos ignorarlo y hacer como que no pasa nada. Apenas quedan unos días para la misión, apenas tenemos tiempo. Sabemos lo que puede pasar. Ya ha muerto demasiada gente, y morirán más. - la baja más reciente era la del viejo idiota de Newton, y no sería la última. - Míralos. - señaló a sus hijos con pesar, negando con la cabeza. - Si vamos los dos y sucede lo peor...se quedarán solos. Dime que no lo has pensado. Por mucho que quieras creer que lo vamos a conseguir. - porque tenían que ser realistas, cualquier cosa podía suceder. El silencio que hizo esta vez fue mucho más pesado que el anterior, cuando había remoloneado para decirle qué estaba pensando.

- Te necesitarán durante mucho tiempo.

Había pasado aquellos 3 meses en Delfos, tratando la herida que Excalibur había dejado en mi. Al parecer sí que eran ciertas las leyendas y la espada confería algo más que un título o tal vez la tardanza se debía a la mezcla con el poder del Sanguis Ligno.

Aún podía recordar la mirada de Lake, las ramas del Sanguis surcando su piel. Y lo inútil que había sido, incapaz de herirla o arrebatarle la espada.

En cualquier caso, la gente en Grecia me había tratado bien, como a una aliada al menos aunque sí sentía cierto cambio de estatus frente a algunos gestos de los de Hipatia. Se acercaba sin mostrar tanto respeto y sus palabras, aunque amables, denostaban cierta sensación de control sobre la situación. No creía que ahora consideraran a los Pendragon en tan alta estima como antes , ni a Whytr su rey. Al menos no a cambio de nada.

En aquellos meses a falta de poder entrenar el cuerpo sí que lo había hecho con la mente. Los discípulos de Hipatia habían ayudado con ello por lo que podía notar algunos avances en mi control sobre ese nuevo poder. También me había interesado por los ritos de su oráculo, tal vez en la búsqueda de alguna fe en la que apoyarme tras perder la mía.

Mandé sangre en viales hechizados para DaVinci, suponiendo que los necesitaría. En el primero añadí una carta explicando que no haría el mismo efecto que un ritual instantáneo pero esperaba que calmase sus síntomas. No recibí respuesta.

Para cuando llegó el tiempo de volver a casa me percaté de que realmente no tenía un lugar al que llamar de ese modo. Podría haber ido junto a Wthyr pero ese era SU hogar. Simplemente decidí quedarme en Delfos estudiando más tiempo hasta que faltaran pocos días para la misión.
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Se abrió un portal en el salón y pasé acompañada del señor de Hipatia. Había insistido en acompañarme. No había nadie. Apreté los labios girando hacia él después.

-Gracias por acompañarme, mi señor de Hipatia.-Incliné mínimamente la cabeza, no pensaba ceder más que eso.-Y por la hospitalidad de vuestro pueblo.-Alcé la vista hacia él y miré al portal que había a su espalda por un segundo. Era claramente una despedida, una invitación para marcharse.

Pero avanzó.-Creía que tu hermano estaría aquí esperando tu llegada.-Apreté los labios por un segundo. Pequeños matices en sus palabras.-El rey estará ocupado con asuntos de la misión, recordad que quedan pocos días.-Añadí amablemente.

Hipatia sonrió correspondiendo a mi amabilidad en apariencia, surqué su mirada buscando algo más y alzó un dedo negando.-No estás preparada para entrar en mi mente, no sigas intentándolo. -Aquello me incomodó y aparté la vista. Apenas me había percatado de que eso es lo que estaba intentando.-Pero me gusta que sigas cultivando tu poder.-Continuó casi como si algo le divirtiese y caminó al sofá donde tomó asiento. SIN SER INVITADO. -Esperaré.-Inspiré tratando de no parecer molesta justo en el instante en el que la elfa apareció en el salón, miró a ambos y comentó algo de que iría a buscar a los señores, abandonando la sala.

Tomé asiento frente a Hipatia que no estaba sentado en una postura para nada formal, para nada de estar en la casa de su rey. -Puede que tarde y estoy segura de que mi señor de Hipatia tiene que atender asuntos en Delfos. -Un juego de té caliente apareció en la mesa y procedí a servir.-Va a verle en unos días así que no... -Alcé la vista cuando pareció escapársele una risa tras esa mirada socarrona, se inclinó al frente.-Ya he encontrado ese algo que beneficia mi posicionamiento y tengo que negociarlo antes de partir.

Demorar la respuesta impliaba que lo qu evendría aontinuación era una profunda batalla. Ya se conocían lo suficiente. Le dedicó una mirada breve, con el gesto irritado y los ojos entrecerrados, cuando le advirtió que no le gustaría. Lo tenía claro. Ahora necesitaba saber bien qué nivel de obstinación iba a tener.

Cerró un instante los ojos cuando sintió a ambos bebes empezar a alimentarse y la sensación de ligera satisfacción en el vaciado de pechos. Eran incómodo, y doloroso, ir por ahí con ellos hinchados y desde que Zarek había nacido los sentía aún más activos por el aumento de consumo.

El preámbulo de su discurso hizo que Catherine supiera por donde venía antes de tener que oírle. No necesitó que le dijera que los mirara, ya lo estaba haciendo, y el sabor agridulce en su boca no evitó que su rabia se hiciera presente.

“Me estás dejando atrás. Otra vez”

Intentó sonar tan molestia como debería estar, quiso que su voz mental estuviera llena de irritación y de reproche pero carecían de esa fuerza porque no podía mentirle. Sí lo había pensado. No quería enfrentar las respuestas. Si bien no habló, dejó que el puente mental abierto enseñándole la realidad y su propia línea de pensamiento. No se trataba de que no entendiera el porqué debía ir solo. Lo que detestaba era ser la que se quedaba atrás, esperando noticias, esperando…algo…a sabiendas de que mente conjuraría los peores escenarios una y otra y otra vez.

El recuerdo de la extraña sensación que sintió en su pecho cuando Wthyr estuvo en Roma y recibió aquel golpe de “gracia” vino a su mente. En ese instante no era ni la mitad de consciente de lo que sentía por él. Ese recuerdo luego le trajo otro, de la zozobra que había sentido cuando Ian también la había dejado atrás por Aedan. Días llenos de ansiedad mirando el cielo de Ouroboros esperando lo peor.

“No puedo perderte… y tú no te mereces perdernos”

Finalmente, alzó la vista hacia él y redujo el puente mental a sólo comunicación directa. “Pero no es justo que traigas esta conversación a colación cuando no puedo pegarte un poco o perder los estribos”, esta vez el tono era molesto, sí, pero con un poco de juego en medio. Inspiró profundo. “La próxima vez que vengas con este tipo de temas haz que tu apertura sea en italiano, así suavizas el go…”

Movió los ojos hacia la puerta de la habitación. “Gwen está aquí. Y alguien la acompaña”. Entrecerró los ojos suavemente. “Levanta tu escudo mental”, le ordenó poniéndose en alerta y preguntó a la elfa quienes eran pidiéndole que no entrara a la habitación y fuera con Aedan y Aelin. Deslizó la vista hacia él -Ve, yo me encargo-

El tono de voz que sonó en su cabeza era el que había esperado, de ninguna manera esperaba que ella se lo tomara bien. Al menos sí que le pareció una reacción tranquila, aunque tampoco podía hacer o decir mucho con los dos críos encima. Wthyr era consciente, y en parte también había elegido ese momento para minimizar reacciones. Se removió algo incómodo, esperó que hablara, pero no lo hizo. En lugar de eso mantuvo el canal mental abierto con él. Esperó hasta que volvió a hacer contacto visual con él, negando con la cabeza.

"No puedo dejarte atrás de ninguna manera, ni siquiera así. Estarás presente de un modo u otro en la misión, aunque no sea presencialmente. Claro, lo he calculado todo para que no puedas cabrearte mucho"

El último pensamiento era claramente con sorna, para quitarle algo de peso al asunto de la misión y lo incierto que era todo en ese momento. Después se pasó una mano por la barba, con gesto pensativo mientras la miraba de reojo. - Además, no hagas como que te obligo a hacer cosas porque siempre acabas haciendo lo que te da la gana. ¿O no recuerdas cuando liaste todo lo del rescate de Giordano? - en aquella ocasión tuvieron una discusión bastante fuerte por no estar de acuerdo, pero se acabó presentando también en el rescate en Italia. Soltó el aire por lo bajo, rodando los ojos un momento antes de soltarle la frase de la misión de otro modo. - Sto partendo per una missione mortale, preferisci così, mia regina? - pronunció las últimas dos palabras con una sonrisa ladeada, aunque le duró poco al escuchar eso de que Gwen venía acompañada. Últimamente ya no tenían tan claro de quién podían fiarse y de quiénn no. Se levantó despacio de la cama, echándoles un último vistazo antes de salir. Preparó las barreras mentales tal y como le había recomendado. Enseguida se encontró con Gwen, reunida con el vasallo de la casa de Hipatia. Les dirigió un saludo formal, casi a la par que escuchaba esa última frase de la conversación.

- ¿Y cuál es ese beneficio del que hablabas con mi hermana? Sea lo que sea no podremos beneficiarnos nadie hasta que no aseguremos nuestra supervivencia, la de todos. La sombra del Sanguis avanza rápido, reclama sangre cada día que pasa.

La llegada de Wthyr cortó todo gesto con el que podría haber reaccionado ante las palabras de Hipatia. Me puse en pie inclinándome en un saludo completamente formal hacia mi hermano. Hacía un rey. Sin embargo Hipatia no se incorporó, aunque si que mostró cierto respeto inclinando brevemente la cabeza.

Apreté brevemente los labios, incómoda por aquello, además de que una de mis manos acabó en el abdomen por el pequeño dolor que aún sentía debido a las heridas. -Espero que vuestros días y los de la reina hayan sido buenos, mi rey. -Me incorporé extendiendo mi mano para mostrar a Hipatia.-Trataba de comentarle al Señor de Hipatia que tal vez no sea necesario ocupar su valioso tiempo.

-Oh...creo que no nos tomará mucho tiempo. -Soltó Axón muy seguro de ello acomodándose un poco en el sofá. -Durante estos meses la familia de Hipatia y Delfos ha acogido a su hermana con todo el gusto del mundo. Más aún cuando descubrimos sus poderes mentales. -Sonrió alzando ambas cejas hacia mí.-Que creo hemos ayudado a potenciar.¿No es así? -Asentí mientras volvía a tomar asiento en el sofá y cogía la taza de té que había servido con anterioridad.-Por eso me gustaría tomarla como alumna protegida de la casa de Hipatia.-Inspiré tratando de disimular el alivio llevando la taza a mis labios mientras miraba de reojo a mi hermano. Tomé un sorbo diminuto y la aparté sonriendo educadamente.-Y aceptaré con gusto si mi hermano lo considera oportuno mi Señor.-Para aquello no necesitaba permiso de Wthyr pero no estaba de más hacerle ver a Hipatia quién era su hermano.

Axón asintió conforme y se incorporó un poco en el sofá.-Además, creo que conoce el estado de mi hijo.-Se dirigió a Wthyr.-Lamentablemente no hay signos de mejoría por el momento. Como comprenderá necesito asegurar el legado de mi descendencia...por supuesto haciendo antes todo lo posible por nuestra supervivencia, claro.-Añadió tranquilamente.-Por eso creo que debido a sus poderes y linaje vuestra hermana es la solución perfecta para formalizar nuestra amistad y apoyo.-Volví a mirar a mi hermano de reojo aún con la taza en el aire. Sabía lo que estaba proponiendo.-No me malinterpretéis-Aseguró alzando la mano durante un segundo.-En el caso de que mi querido hijo se recupere no sería necesario. En ese caso el trato podría implicarles a ambos, Ixion también necesita asegurar una línea de linaje aún.-Y simplemente llevé la taza a mis labios mirando a la mesa, porque no sabía qué podía contestar a aquello.

“No puedo dejarte atrás de ninguna manera, ni siquiera así.”

Aquellas palabras hicieron que su corazón diera un brinco y se vio obligada a cerrar un poco el canal mental para que no se diera cuenta del increíble efecto que podían tener sus palabras en ella. Del poder que ejercía con un par de frases dichas. Siempre había sabido que Wthyr era una persona… intensa, pasional, pero que lo dirigiera hacia ella desde una perspectiva distinta a la venganza o a la puesta en común para un objetivo era… abrumador y hacía cosas a su corazón, a su cabeza y a su alma.

Su siguiente frase, con aquel tono de sorna le robó una leve sonrisa.  Estaba claro que lo tenía preparado.  Tras eso le escuchó y la sonrisa se ensanchó un poco más -Recuerdo cuando me empujaste por un portal y, sin mí, casi te mueres. Lo recuerdo perfectamente- Dijo con rintintin – Está claro que no puedes controlarme Wthyr, nunca has podido así que… ¿Para que te gastas?- Preguntó alzando las cejas levemente.

Sin embargo, cuando le soltó aquellas palabras en italiano mientras le veía a los ojos con clara sorna por su petición, sintió que su voz era una pecaminosa caricia que le derretía los huesos. Maldita sea. Podría recitarle una receta de macarrones e igualmente sentiría el calor extenderse por su cuerpo.  Como clara venganza volvió a abrir el puente entre ellos y rememoró su encuentro más reciente, cada detalle, cada suspiro, cada momento… En otrora Catherine habría estado más que avergonzada de ello, pero en la intimidad con su esposo había ido mutando a una persona con mucha más autoconfianza y no le tenía miedo a reconocer lo mucho que lo deseaba.  Le enseñó exactamente lo que haría en ese momento si se quedaba en la cama. Lo rápido que se desharía de toda la ropa que llevaba encima y cómo le daría la bienvenida en su cuerpo.

“Me lo cobraré”, dijo cuando lo vio salir de la habitación mientras ella acababa con los niños. Le había pedido a la elfa que cuando saliera Wthyr entrara con Aelin y Aedan y saludó a ambos con tranquilidad, lo cierto es que aún estaban medio dormidos y Aedan no tardó mucho en acurrucarse en la cama y volver a retomar el sueño. Catherine se incorporó y acostó a Zarek y Zephyr, mientras Aelin estaba en la otra cuna.

-Quédate aquí con ellos… No salgas- Murmuró mientras convocaba a sus lobos y los dejaba allí. Se cambió rápidamente por un vestido negro sencillo y se calzó antes de salir, acercándose al salón mientras escuchaba la conversación. Este no era el Castillo Pendragon… Así que oía todo.

Entró al salón con tranquilidad e intercambió una leve mirada con Gwen mientras entrelazaba sus dedos con Wthyr, luego miró al Señor de Hipatía y movió suavemente la cabeza a modo de saludo -Bueno…Hmmm. Esto es incómodo- Murmuró

“Más te vale que me sigas la puta corriente. Gwen no va a ser casada con un bicho cuando la shippeamos con Giordano”

Alzó la vista hacia Wthyr con un gesto inocente -¿Por qué no le dijiste nada?-  

“Gio. Te he liado. Luego hablamos”

-Te juro que no entiendo cómo se te puede olvidar algo así- Volvió la vista hacia el Señor de Hipatía con un gesto sereno y calmo -Lo siento, pero Gwen  está prometida- Se recostó suavemente del costado de Wthyr -Lamento mucho el estado de Ixion y entiendo perfectamente vuestro interés en mi pupila- Soltó aquello como si nada, pero se sintió como un perro que marca su zona – Pero hemos tenido que asegurarnos las armas que podrán vencer al Sanguis Ligno, espero que pueda comprender las circunstancias. A fin de cuentas, si no vencemos al Sanguis Ligno es sólo cuestión de tiempo para que drene al mundo. Y nuestras barreras mentales no podrán detenerlo- Dijo moviendo la mano entre el señor de Hipatía , Gwen y ella - No habrá sitio en donde esconderse, por ende, es nuestra prioridad.

Dirigió la atención a su hermana cuando le hizo aquel recibimiento, sin pasarle desapercibida la pasividad de Hipatia ante su llegada. - Han sido días de preparativos y reuniones, hermana. No podemos olvidar lo que tenemos pendiente, y por ello también es necesario que el resto de linajes sepan en qué estado se encuentra todo. -
Aunque le daba la impresión de que se estaban desentendiendo y no eran conscientes de que por mucho que se alejasen jamás estarían a salvo.

No le gustó en absoluto lo que comenzó a plantear el viejo vasallo, porque a sus ojos seguía siendo eso. Un vasallo que encima le doblaba la edad por mucho a Gwen. Sabía que los poderes mentales de Gwen podían mejorar mucho si le enseñaba más alguien de ese linaje, pero no tenían por qué comprometerse con ellos simplemente por eso. Catherine podría guiarla si era necesario. Evitó mostrar con el gesto lo mucho que le desagradaba la idea, manteniéndose con expresión seria pero neutra. Obviamente no iba a prometer a su hermana con ese hombre, ya había hecho esa jugada de prometerles con dos Descendientes una vez sin contar con ellas. - Estoy al tanto del estado de Ixión, y no hay que descartar que pueda mejorar con alguna intervención que no se ha intentado aún. - esa mente medio fundida sólo podría intentar arreglarla alguien con poderes mentales avanzados, y tenía claro quién podía ser. Precisamente fue su aparición la que cambió el rumbo de la conversación, pero de una manera que le irritó porque ahora tenía que improvisar una mentira. La miró brevemente de reojo mientras ella le cogía de la mano, fingiendo normalidad.

"¿¿Qué haces?? Esto nos mete en un lío mayor"

- No, no se me ha olvidado, simplemente no considero cuestiones matrimoniales en la situación en la que estamos. Es algo que había quedado en un segundo plano. Supongo que Gwen tampoco ha pensado en ello, ¿no es así? - esperó que su hermana captase el intento de ayuda que le había lanzado Catherine, o que sirviese lo suficiente para desviar la conversación. - Cuando todo finalice podremos volver a dedicarnos a asuntos que van más allá de la propia supervivencia. Si logramos el objetivo, se encontrará el modo de que todos los linajes permanezcan.

Asentí conforme a las palabras de mi hermano. -No le niego que extrañamos la falta de noticias por su parte en Delfos, espero que el resto de linajes estén mejor informados.-Comentó el señor de Hipatia en tono tranquilo pero aquello obviamente se trataba de un reproche.

-¿Alguna intervención que no se ha intentado aún? ¿Insinúa que el linaje de Hipatia no puede desenredar una mente dañada?-Aquello había parecido ofenderle.-Estoy segura de que mi hermano no se refería a eso mi señor... solo trata de ofrecerle algunas...-Pero su mano se alzó indicando que dejase de hablar. No con un gesto rudo, es más, sonrió.-Tenemos controlada la situación con mi hijo, solamente necesita tiempo para sanar. Hay que saber hasta que punto puedes manipular una mente.- Continuó.-Pero le agradezco su interés.

La interrupción de Catherine hizo que me pusiese de nuevo en pie para ofrecerle una inclinación como saludo formal. Al incorporarme crucé la vista con ella antes de volver a clavarla en Hipatia. Breve inclinación de cabeza por su parte. Mis labios se apretaron nuevamente con disconformidad mientras tomaba asiento una vez más.

Tomé la taza de nuevo en mis manos mientras Catherine comenzaba a hablar. ¿De qué hablaba? Traté que no se notase que desconocía por completo de lo que hablaban. Sobre todo cuando Catherine indicó que estaba comprometida, momento en el que llevé la taza a mis labios para beber el té evitando así hacer cualquier mueca de sorpresa o duda. ¿Me había comprometido? .La vista se clavó en Hipatia, parecía calmado, apenas había reaccionado mientras Catherine y Wthyr continuaban hablando. -¿hmmm?-Pregunté mirando a mi hermano. ¿Qué yo no había pensado en ello? No sabía ni de lo que estaban hablando.

La mirada de Wthyr me hizo entender que aquello se trataba de una mentira. Le respondí con otra mirada , la mía indicaba preocupación.-No, mis disculpas.- Comenté dirigiéndome a Hipatia. No era prudente perder la alianza con su clan, tener un linaje que manipulaba mentes en nuestra contra o a favor de nuestra hermana era lo último que necesitábamos.

-No te preocupes. Debe ser olvidar los compromisos con tu pareja. Últimamente pasa mucho.-Soltó con cierta ironía, mirando a Catherine por un segundo. Axón sonrió en una mueca al escuchar que las barreras mentales no eran rival para el Sanguis Ligno y asintió conforme a que derrotarle era nuestra prioridad. Parecía incluso estar divirtiéndose.

Después suspiró, cansado. -Temo entonces que cierra en banda la negociación con mi linaje, no quiero nada más que Wthyr Pendragon pueda ofrecerme.-Se incorporó metiendo la mano en el interior de su capa buscando algo.-Volveré a escuchar las propuestas de lady Lake, a menos que encontremos una forma de cancelar ese compromiso. -Sacó un vial, con un hilo brillante en su interior que flotaba y lo dejó frente a Wthyr.-Le devuelvo parte de lo que le quitó mi hijo, como le he dicho hemos investigado su mente-Sonrió inclinando brevemente su cabeza a ambos y se dirigió a mi que había permanecido callada y atenta en ese intercambio bastante amenazante.-Habéis visto lo que es capaz de hacer mi linaje y sé que comprendéis, aparentemente mejor que su hermano, que no os interesa perder nuestra alianza o tenernos en contra. -Sacó otro objeto de la capa, dejando un anillo con su sello sobre la mesa, cerca de la tetera.-Espero que le hagáis entrar en razón.- Y tras inclinarse de nuevo como despedida fue hacia el portal abandonando el lugar.

Instantanéamente dejé la taza sobre la mesa con el sonido estridente pertinente mirando a mi hermano y a Catherine con alarmismo.-¿Qué hacéis?-Sonó casi como una regañina de una madre hacia un hijo.

hilo:

“Nada que ver, es Gio”

Le explicó a Wthyr sin cambiar el gesto, pensando que se refería de nuevo a lo de Gio. Además, a diferencia de él, Catherine y Gio se conocían mejor y quizás momentáneamente podía aparentar odiar el compromiso. Ya lo había hecho antes, conocía el sentimiento y estaba segura de que podría replicarlo. Aquello la hizo sonreír para sí misma momentáneamente antes de que Wthyr le cerrara la puerta en la cara y el otro imbécil hablara.

“Bueno, gracias por el apoyo”

Necesitó de todos esos años de entrenamiento frente a Jack y al Consejo para mantener el rostro sereno ante la ironía del tipo. No sabía a qué se refería pero… le dio mala espina.

La forma en la que posteriormente echó por la borda todo hizo que le hirviera la sangre pero, se quedó quieta, serena y “tranquila” mientras se imaginaba lo fácil que sería degollarlo como había hecho con aquellos que habían atacado a Ian. Un enemigo menos y, quizás, miles más. Sin embargo, su magia respondió a la “amenaza” y sintió un cosquilleo particular en los dedos.

“Ummm… Prepara a los niños, por favor “

“Si tan fácil es su lealtad, no lo quiero de aliado. Que vaya y escuche a Lake, y que se la folle también. Dos manipuladores, tal para cual”

Observó el recuerdo que le entregó a Wthyr y frunció suavemente el ceño. ¿Qué recuerdo quiso Wthyr que le quitaran? ¿Si odiaba que entraran en su mente? Desvió la mirada hacia él arqueando una ceja con curiosidad pero no abrió el puente mental. Seguía…irritada.

Escuchó de fondo al tipo y se preguntó si él también sabía de lo que ella era capaz. O de lo que ambos eran capaces. Quizás sería bueno recordárselo. Se mordió el labio inferior pensativa cuando Gwen le habló en ese tono. Catherine tardó unos segundos en controlar su temperamento y su magia para no reaccionar como quería.

-Intentaba mostrarte un ápice de la amabilidad que tú, de todos tus hermanos, me mostraste desde el inicio y otorgarte la libertad que te mereces. Liberarte de un destino del que ni tú misma sabes que te estás atando porque harías lo que fuera por protegerlos- Soltó a Wthyr conun gesto despectivo -Pero haced lo que os dé la gana. Son vuestros vasallos, no los míos…- Miró hacia donde se había ido el tipo con un gesto -Yo no necesito vasallos cuando tengo amigos o aliados…- Alzó la vista hacia Wthyr. Era curioso, pero en ese instante, nunca había querido tanto al Consejo actual -Como la Brigada o los renegados. Incluso el propio Consejo- No tenía ni puta idea de si los Renegados seguían vivos, pero de la Brigada lo sabía por Shyvanna y sabía que si ellos veían lo que pretendían hacer se unirían sin parpadear.

-Llevaré a los niños a desayunar con Ian- Apartó la mirada de Wthyr y se fue sin despedirse de ninguno, ahorrandose decirle a Gwen que Aedan había preguntado por ella, para ir a cumplir con los pequeños acuerdos que había hecho con su ex esposo para evitar que los niños los echaran mucho de menos. Tomando en cuenta que Zarek y Zephyr estaban descansando, suponía que tenía una hora o así y si Ian no quería que se quedara podía ir a ver a Giordano.

Al ingresar a su habitación Aedan y Aelin le esperaban y Catherine sonrió abrazando al mayor -¿Le llevas a papá el dibujo que hiciste?- El niño asintió y Catherine cogió su bolso y el de los niños -Esperad un momento- Se despidió de los bebés y dejó instrucciones a la elfa antes de irse con los otros dos pequeños.

El puñetero viejo le estaba tocando la moral con sus frases de estilo pasivo-agresivo como por ejemplo la de que esperaba que los demás linajes estuviesen mejor informados. Se armó de paciencia para no responderle de cualquier manera. - Y lo estaréis todos por igual, evidentemente, cuando tengamos finalizada la estrategia final para el día de la misión. Contamos con vosotros. - alzó lentamente una ceja de manera escéptica cuando el otro pareció ofenderse por lo de la posible intervención con Ixión que aún no se había intentado. - Alguien que quiere ver a su hijo despertar se aferraría a cualquier esperanza. Es tan simple como eso. Yo no hago insinuaciones. - lo dejó estar ahí porque el Axon también lo había hecho con lo de agradecerle el interés, aunque claramente la visita se estaba volviendo tensa por segundos. Que Gwen hiciese su parte de dócil y educada, aunque algo le decía que todo se había torcido con el vasallo desde que no le habían dado su mano sin más.

- ¿Quién es entonces el que cierra la negociación? Tú mismo dices que no quieres nada más que pueda ofrecerte. - comentó con cierto tono de decepción, negando al escuchar lo de Lake. - Te ofreceré un consejo más, aunque no lo quieras. No te acerques a Lake, por tu propio bien. Ya no es ella, no es su voluntad, sino la del Sanguis. - frunció levemente el ceño con extrañeza mientras cogía el pequeño vial brillante que le ofrecía el hombre, aunque suponía que si era un recuerdo suyo custodiado por Ixión no podía tratarse de nada bueno. Lo observó durante un instante antes de alzar la cabeza, mirando con frialdad al vasallo por sus últimas palabras. Amenazando porque no le daba lo que quería.

- Vienes aquí, a mi morada, con ínfulas y amenazas por no ofrecerte de inmediato el capricho en un momento oscuro en el que el futuro es más incierto que nunca. No soy yo el que debe entrar en razón. Sé lo que me conviene. ¿Lo sabes tú? Espero que el buen juicio retorne a tu mente. - Gruñó cabreado por lo bajo cuando el tipo se fue y Gwen soltó el reproche, apretando un poco más el vial aquel que le había entregado.

- ¿Acaso te parece normal esa reacción por no darle tu mano sin más? Ya, ya lo sé, podíamos haberle despachado con una mentira y luego ya se vería. - iba a seguir hablando con Gwen, pero la reacción de mosqueo de Catherine lo distrajo. ¿A qué venía eso? encima que la había liado sin contar con él. - Ahora también son tus vasallos, pero por culpa de cómo lo lleváis todo en el Consejo no tienes ni idea de lo que suponen esas relaciones políticas. - entornó los ojos molesto cuando presumió de amigos, siempre con esa superioridad que le irritaba porque él carecía de ese tipo de relaciones.

- Muy buen momento para irse. - comentó de manera sarcástica cuando decidió irse de visita de divorciados con el otro. No dijo nada más antes de que se fuera, yendo hacia la mesa más cercana para abrir el dichoso vial que tanto le intrigaba. Lo acercó a su sien para que la hebra brillante entrase en su cabeza, cerrando los ojos un momento mientras el recuerdo robado volvía nítido a su mente. La jugarreta que hizo con el lobo...por eso había pedido que se lo robasen. Tampoco le extrañó el plan, era muy suyo. En cierto modo se alegró de que Catherine se hubiera marchado sin preguntar nada al respecto, y dudaba que fuera a sacarle el tema.

Era obvio que mi hermano no iba a dar su brazo a torcer, no al menos en esta conversación. Entorné los ojos visiblemente cuando respondió a mi regaño.-Parece que no conozcas a los Hipatia y sus caprichos.-Comenté soltando aire por la boca en un suspiro tratando de despejar así la tensión acumulada.

Cosa que no ocurrió dado que Catherine parecía aún más molesta que Wthyr. Mis labios se apretaron dejando ver una fina línea. -Protegeros Catherine. No te olvides de ti y tus hijos.-Solté en mitad de su reprimenda con tono serio. Miré a mi hermano mientras ella hablaba y negué cuando empezó un intercambio entre ellos dos. Por suerte Catherine no parecía dispuesta a continuar y se marchó antes de tener que presenciar una lucha por ver quién era mejor que el otro. Ouroboros o Avalon.

Me relajé en el respaldo mientras ella se marchaba del salón observando su cabellera negra perderse tras el pasillo.-Creía que ya le habías explicado cómo nos relacionamos y que aquí no hay amigos.-Murmuré mirando la mesa con el juego de té y el anillo con el sello de Hipatia. Iría a buscar a Lake. Lake....Wthyr había dicho que ya no era ella. Los ojos de mi hermana pasaron por mi mente durante un segundo. Aunque yo no lo creía así.

Desvié la vista para enfocar a mi hermano mientras recuperaba su recuerdo. Fuese lo que fuese si Ixion lo había conservado no podía ser nada bueno. Claramente era un chantaje. La familia de Hipatia desde hacía tiempo había sido considerada la consejera de los Pendragón.-Seguramente tengan más recuerdos de nuestra familia.-Comenté para que lo tuviese presente. No iba a preguntarle qué era lo que había visto. Eso pertenecía a la intimidad de mi hermano.

Inspiré profundamente mirando al techo.-Catherine es poderosa y juntos parece que no tenéis límite...pero dudo que su poder pueda compararse a una familia de magos manipuladores de mentes.-Y a veces Catherine parecía que no tenía en cuenta eso. Daba la sensación de que creía que podría con todo y con todos.-Siento no haber podido acabar con Lake. Debí haberme apartado y dar aviso. Fui imprudente al pensar que podía manejar la situación.-Parecía que yo también tenía que trabajar en aquel defecto.

Me incorporé cazando el anillo para acercarme a él.-Mi destino era morir por vosotros, creo que puedo soportar esto.-Abrí la palma mostrándole el anillo.-Y en cualquier caso tenemos una lucha por delante en la que podría ocurrir cualquier cosa, como por ejemplo que Hipatia se parta el cuello.-Alcé ambas cejas preguntando.-No quieres a Hipatia en contra de tu familia Wthyr.

Negó despacio sobre el tema de los Hipatia y la suposición de estar en posesión de más recuerdos relevantes de su familia, aunque entendía el punto que refería Gwen. - Por mi parte lo dudo. Hacerle custodiar aquel recuerdo fue algo excepcional por la situación. No estoy tan seguro con respecto a nuestros padres, puede que ocultasen más de lo que suponemos. - ya les habían ocultado su verdadero origen, y si no fuese por la abuela ni se habrían enterado. Hizo un sonido de reproche por lo bajo ante ese pensamiento, echando una mirada de reojo a Gwen por el comentario de Catherine. Era cierto lo del poder, y también que había ganado confianza en él con el paso del tiempo. Puede que en ocasiones fuese temeridad.

- Lo es, poder y ego compiten a menudo. - afirmó de manera segura, con un punto de orgullo en la voz porque esa faceta de Catherine siempre le había atraído y molestado a la vez. - Además, no es la única con poderes mentales. Los tuyos están por desarrollar, y podrías entrenar con ella. - el asunto de Lake hizo que su gesto se volviese más serio. Había dicho acabar con ella, claramente. No quería tener que llegar a acabar con su propia sangre, pero Gwen lo había soltado como si tal cosa. - Y si hubieses podido...¿lo habrías hecho? ¿Habrías llegado hasta el final? - si estaba decidida a morir, tal vez también lo estaba a acabar con la vida de Lake.

Observó el anillo en la palma de la mano de Gwen, cerrándola después con su mano. Visto de ese modo parecía el mal menor. - Sería muy conveniente que se partiese el cuello, sí. Los accidentes ocurren. - esbozó media sonrisa maliciosa imaginando esa posibilidad. Si se volvían enemigos no permitiría que tuviesen en jaque a los Pendragon. - Entonces jugaremos bien nuestras cartas. Hasta que llegue ese momento...tenemos una batalla más importante por delante. Según los últimos reportes el velo ha avanzado ya hasta la zona de Cerdeña. Busca a Da Vinci para que reúna a lo que quede del Consejo. No nos quedan muchos días para actuar.