Recuerdo del primer mensaje :
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- Le sonrió a Wthyr cuando le dijo que le había copiado la frase, apenas una curvatura de sus labios porque si se centraba demasiado en los recuerdos iba a perder la valentía de lo que estaba haciendo y quizás pedirle que repitiera su diestra habilidad, aunque no tuvieran una escalera a mano. Creyó haber hecho un buen desempeño por la forma en la que Wthyr se expresaba y cuando la tuvo de nuevo entre sus brazos, la frase se lo confirmó. El sonrojo de Catherine incrementó y se encontró, de nuevo, sin palabras.
Tampoco es que pudiera centrarse demasiado porque aunado al placer que ya la estremecía, su esposo había activado el vínculo haciendo que su cálida energía mágica se filtrara en ellas hasta hacer cosquillear su mismísima alma. En un simple jadeo de sorpresa le robó el moreno al alzarla. Con temor de soltar más sonidos de esos que delataban su estado, se mordió el labio inferior mientras mantenía la mirada en él; disfrutando finalmente de su unión física, mágica y dentro de poco…mental. Si lograba poner en orden sus pensamientos. Apoyó la frente en la de él, disfrutando de ese instante en el que se sentía completa y correcta. Podría quedarse allí por siempre.
Le mordió a él el labio inferior siendo incapaz de mantenerse demasiado tiempo lejos de estos, lo que fue el pistoletazo de salida para poder finalmente responder y satisfacer la lujuria que les recorría. Catherine exhaló el aire que no sabía que estaba conteniendo al apoyar la espalda en la pared mientras su cuerpo se balanceaba, acompasando sus movimientos a los de Wthyr. Echó levemente la cabeza hacia atrás mientras deslizaba las uñas por la espalda del moreno, dejando que el rastro de éstas descargara en él su energía mágica de vuelta provocando de nuevo la invocación de aquel poder que compartían y que cargaba el ambiente de algo más que sólo lascivia.
No entendió su frase en ese momento, demasiado distraída en abrir el canal mental entre ellos llegando a compartir sensaciones y sentimientos, todo lo que quizás podía escaparse de una unión física. Al observar sus ojos, tan plateados como la luna, Catherine sólo pudo pensar que sus facciones y la pasión con la que lo hacía todo era perfecta. Subió las manos iluminadas hasta su rostro haciendo un leve esfuerzo por contener la energía mágica entre ellos y no disiparla en el suelo porque…bien sabían lo que podía ocurrir, lo que generó que poco a poco las magia iluminara su interior en pequeñas telarañas que fueron aumentando de intensidad mientras Catherine sólo podía pensar en lo afortunada de haber encontrado a alguien que abrazara su caos y que lo hiciera propio.
Y si eso no era amor. No sabía entonces lo que era. Aquel simple pensamiento la lanzó al abismo del placer y arrastró a Wthyr con ella, dejándose llevar por las oleadas de deleite que hicieron vibrar sus cuerpos mientras la luz de su energía mágica pulsaba con cada latido. Catherine se deshizo en mil pedazos perdiendo brevemente el control de la magia y sintió cómo la energía a su alrededor se condensaba hasta convertirse en una espesa niebla que los rodeaba sin tocar el suelo en el que estaban, suspendida y brillando con leves relámpagos. Una tormenta dispuesta a ser desatada. Aún así, no le dedicó ni una mirada. La tensión acumulada ahora liberada hizo que su cuerpo se relajara y pudiera respirar tranquilamente, acarició con el pulgar el labio inferior de Wthyr y recordando exactamente lo que le había catapultado al clímax lo besó en agradecimiento…por todo.
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El torbellino de magia contenida a su alrededor anunciaba el punto álgido de aquel frenesí pasional entre sus cuerpos enredados, el delirio final de aquella danza lujuriosa entre los dos. Todo su ser se estremeció con un relámpago de placer ante la liberación final, sintiéndose casi fuera de su mente con esa conexión que iba más allá de lo físico. Necesitó buscar su centelleante mirada por un instante para retornar, para ser consciente de la realidad del momento. Con el corazón todavía desbocado trató de retener en su memoria el momento de intimidad entre ambos, acariciando su mejilla mientras ella le acariciaba el labio con el pulgar. Era sorprendente cómo podía transmitirle tanto con un beso, cómo podía leerla incluso de ese modo.
Se fundió con ella besándola de manera cálida y entregada, en ese lenguaje del contacto en el que tan bien se entendían cuando las palabras no eran suficiente. Al separarse tomó aire despacio, apoyando su frente sobre la de Catherine durante algunos segundos mientras su respiración se iba apaciguando y sentía el pecho de ella subiendo y bajando contra el suyo. - Y pensar lo mucho que evitamos todo esto...algo así no puede ser malo. - sonrió negando con la cabeza antes de robarle un último beso en los labios y apartarse definitivamente de ella.
Por lo menos esa vez habían controlado como para no destrozar el lugar, quitando los cojines en los que habían yacido, que ahora estaban con las plumas esparcidas por todos lados. Enseguida pasó un brazo bajo sus piernas y otro tras su espalda para alzarla del suelo, llevándola hacia la cama de su habitación. La brisa nocturna mecía suavemente las cortinas del dormitorio, trayendo el aroma del verano mediterráneo.
- ¿Ves? también he mejorado en esto, ya no parece que te lleve como secuestrada. - comentó con ironía, recordando que alguna que otra vez la había cargado al hombro. Tampoco era la primera vez que la cogía así, podía decir que iban empate. La dejó sobre la superficie mientras iba, ahora sí, a por el vino y las copas que habían dejado olvidados antes por menesteres más importantes. Se acomodó junto a ella en la cama, sentándose con la espalda apoyada en los almohadones mientras le pasaba la copa ya llena. Alzó la suya como si propusiera un brindis, pensando en aquello que se había dejado antes en el tintero. Ahora que volvía a tener claridad de mente lo había recordado.
- Por lo que nos hace más fuertes.
Una risa burbujeante partió de los labios de Catherine al oír lo que le dijo Wthyr, aún intentando recuperar el aliento no pudo detenerla. Tras ello soltó un leve suspiro, sintiendo que algo en su pecho se aflojaba y relajaba entre sus brazos. Una necesaria pausa. Debía recordar que tenía que hacerlo, no siempre estar de un caos a otro intentando apagar fuegos.
Se dejó llevar por él, apoyando la cabeza sobre su hombro mientras cerraba los ojos. Aún con la adrenalina corriéndole en las venas, era inevitable sentir cansancio. ¿Era lo de la isla? ¿O lo mal que había dormido últimamente? Quizás la comodidad y cercanía de Wthyr también le hacía bajar ese estado constante de alerta. Abrió los ojos para oír su frase, sonriendo de lado al recordar el día que la había llevado cual saco de patatas a su habitación. Había sido la primera vez que habían dormido juntos… y Morgana había intentado abrirse paso al mundo de los vivos. Su gesto se turbó un poco pero agitó la cabeza apartando el pensamiento mientras cerraba el canal telepático -¿Quién diría que Wthyr Pendragon tenía espacio para mejorar?- Inquirió con rintintin -Ah, sí, yo- Dijo llevándose una mano al pecho, halagada, mientras se acomodaba en la cama.
Recibió la copa, mirando el licor con curiosidad. Vino de Ávalon supuso. Desvió la mirada hacia él al oír su frase de brindis y se le quedó mirando en silencio durante un rato -Eso también puedes mejorarlo- Le dijo alzando la copa hacia él -Por nosotros y lo que llegaremos a construir juntos- Dijo moviendo la copa y alzando las cejas en un claro desafío. La sonrisa pícara se mantuvo brevemente en sus labios antes de beber un largo trago, soltando un ronroneo de satisfacción cuando el sabor inundó su boca. Cerró los ojos de nuevo y se relajó un poco más mientras suspiraba. Esa era la vida que se merecía y no iba a permitir que, ni por un instante, alguien se atreviera a decirle lo contrario. Catherine trabajaba durante el tiempo que su trágica vida se lo permitía y estaba empezando a reconocer lo importante de momentos así, esos por los que valía la pena trabajar tanto.
-Mataría por una hamburguesa de queso o pizza de pepperoni- Dijo de repente, sintiendo un antojo gigante.
Se dejó llevar por él, apoyando la cabeza sobre su hombro mientras cerraba los ojos. Aún con la adrenalina corriéndole en las venas, era inevitable sentir cansancio. ¿Era lo de la isla? ¿O lo mal que había dormido últimamente? Quizás la comodidad y cercanía de Wthyr también le hacía bajar ese estado constante de alerta. Abrió los ojos para oír su frase, sonriendo de lado al recordar el día que la había llevado cual saco de patatas a su habitación. Había sido la primera vez que habían dormido juntos… y Morgana había intentado abrirse paso al mundo de los vivos. Su gesto se turbó un poco pero agitó la cabeza apartando el pensamiento mientras cerraba el canal telepático -¿Quién diría que Wthyr Pendragon tenía espacio para mejorar?- Inquirió con rintintin -Ah, sí, yo- Dijo llevándose una mano al pecho, halagada, mientras se acomodaba en la cama.
Recibió la copa, mirando el licor con curiosidad. Vino de Ávalon supuso. Desvió la mirada hacia él al oír su frase de brindis y se le quedó mirando en silencio durante un rato -Eso también puedes mejorarlo- Le dijo alzando la copa hacia él -Por nosotros y lo que llegaremos a construir juntos- Dijo moviendo la copa y alzando las cejas en un claro desafío. La sonrisa pícara se mantuvo brevemente en sus labios antes de beber un largo trago, soltando un ronroneo de satisfacción cuando el sabor inundó su boca. Cerró los ojos de nuevo y se relajó un poco más mientras suspiraba. Esa era la vida que se merecía y no iba a permitir que, ni por un instante, alguien se atreviera a decirle lo contrario. Catherine trabajaba durante el tiempo que su trágica vida se lo permitía y estaba empezando a reconocer lo importante de momentos así, esos por los que valía la pena trabajar tanto.
-Mataría por una hamburguesa de queso o pizza de pepperoni- Dijo de repente, sintiendo un antojo gigante.
Después de la tempestad llegaba la calma, aunque se vio empañada un instante con aquel pensamiento de Catherine sobre Morgana. Él también lo recordaba, cuando despertó en la cama tomando el control de ella de aquella manera tan escalofriante. Pudo percibir el miedo que la embargó segundos antes de que cerrase el canal telepático, dirigiéndole una mirada como queriendo decir claramente que se había dado cuenta. No había vuelto a suceder desde entonces, pero entendía que todavía le inquietase. Había muchas más cosas por las que inquietarse, pero se habían prometido que ya hablarían de ello después de dormir. Por lo menos unas horas más antes de tener que volver a enfrentarse a todo. Por ahora se quedaría con sus disputas sin sentido como zona de confort.
- Te podría llevar la contraria al respecto en un par de cosas...- puntualizó a eso de que ella creía que Wthyr Pendragon podía mejorar, entornando levemente los ojos. - No se puede mejorar lo que ya es perfecto. - alzó la barbilla para mirarla desde su posición, sobreactuando el ego. - Y...no siempre creíste en mí. Puedo imaginarlo, pero no sé exactamente lo que pensabas de mi al principio o cuando pensaste que podía mejorar. - movió el vino de la copa con gesto pensativo, observando unos segundos antes de hacer el brindis.
Seguro que no había terminado de entender el significado. Esbozó una ligera y enigmática sonrisa para sí mismo. - Ya. Claro. - Tal vez mejor así, porque se iba a poner insoportable si le remarcaba otra vez eso de que ella tenía razón sobre lo de las "debilidades". Alzó la copa finalmente, chocándola contra la suya mientras le devolvía el gesto de desafío. ¿Se creía que se había olvidado de su visión?
- Por nosotros. Por un futuro mejor del que puedas imaginar. - bebió un largo trago de la copa de vino mientras le sostenía la mirada, terminándose todo el líquido rojo en el proceso. Dejó la copa a un lado para acomodarse mejor con ella, soltando el aire con relajación mientras pasaba un brazo tras su cintura para atraerla hacia él y abrazarla. Tomó una de sus manos con la que tenía libre, comenzando a recorrer de manera distraída las líneas de los tatuajes con el pulgar. Estaba simplemente disfrutando en silencio de su cercanía, pensando que iban a dormir de un momento a otro cuando de repente le soltó eso de la pizza o la hamburguesa. - ¿Tienes hambre ahora? - echó un vistazo al reloj de la mesilla, eran ya pasadas las doce de la noche. La miró un tanto extrañado, aunque tenía sentido lo de que hubiese engordado un poco si a esas horas se ponía a comer pizza o hamburguesa.
- Puedo mirar en la cocina a ve qué hay. Hacerla yo mismo o secuestrar a un pizzero napolitano, que se quejará a su familia mafiosa, la mandarán detrás de mí y no me quedará otro remedio que matarlos. Así que sí...mataríamos literalmente por una pizza. Por qué no. - se removió con la intención de levantarse, echando un vistazo alrededor para buscar algo que pudiera ponerse. Por un momento se le había olvidado que tenían a la niñera en casa...a esas alturas ya lo habría escuchado todo.
- Te podría llevar la contraria al respecto en un par de cosas...- puntualizó a eso de que ella creía que Wthyr Pendragon podía mejorar, entornando levemente los ojos. - No se puede mejorar lo que ya es perfecto. - alzó la barbilla para mirarla desde su posición, sobreactuando el ego. - Y...no siempre creíste en mí. Puedo imaginarlo, pero no sé exactamente lo que pensabas de mi al principio o cuando pensaste que podía mejorar. - movió el vino de la copa con gesto pensativo, observando unos segundos antes de hacer el brindis.
Seguro que no había terminado de entender el significado. Esbozó una ligera y enigmática sonrisa para sí mismo. - Ya. Claro. - Tal vez mejor así, porque se iba a poner insoportable si le remarcaba otra vez eso de que ella tenía razón sobre lo de las "debilidades". Alzó la copa finalmente, chocándola contra la suya mientras le devolvía el gesto de desafío. ¿Se creía que se había olvidado de su visión?
- Por nosotros. Por un futuro mejor del que puedas imaginar. - bebió un largo trago de la copa de vino mientras le sostenía la mirada, terminándose todo el líquido rojo en el proceso. Dejó la copa a un lado para acomodarse mejor con ella, soltando el aire con relajación mientras pasaba un brazo tras su cintura para atraerla hacia él y abrazarla. Tomó una de sus manos con la que tenía libre, comenzando a recorrer de manera distraída las líneas de los tatuajes con el pulgar. Estaba simplemente disfrutando en silencio de su cercanía, pensando que iban a dormir de un momento a otro cuando de repente le soltó eso de la pizza o la hamburguesa. - ¿Tienes hambre ahora? - echó un vistazo al reloj de la mesilla, eran ya pasadas las doce de la noche. La miró un tanto extrañado, aunque tenía sentido lo de que hubiese engordado un poco si a esas horas se ponía a comer pizza o hamburguesa.
- Puedo mirar en la cocina a ve qué hay. Hacerla yo mismo o secuestrar a un pizzero napolitano, que se quejará a su familia mafiosa, la mandarán detrás de mí y no me quedará otro remedio que matarlos. Así que sí...mataríamos literalmente por una pizza. Por qué no. - se removió con la intención de levantarse, echando un vistazo alrededor para buscar algo que pudiera ponerse. Por un momento se le había olvidado que tenían a la niñera en casa...a esas alturas ya lo habría escuchado todo.
Tras observar el gesto de Wthyr sobre su pensamiento, Catherine bajó la mirada levemente avergonzada por la capacidad que tenía para arruinar cualquier momento con uno de sus recuerdos o pensamientos intrusivos. Y quizás en otro momento se habría agarrado a aquel sentimiento de pena y se habría regodeado en él, hundiéndose a sí misma en un bucle sin fin. Pero ahora no, ahora sabía que podía decidir NO hacerlo y centrarse en otras cosa.
Como él.
-Si crees que eres perfecto es porque distas de serlo- Dijo alzando las cejas siguiendo aquella tonta batalla verbal. Sin embargo, su siguiente comentario la dejó un poco pensativa. No podía elegir un momento específico para definir cuándo le empezó a importar que Wthyr pudiera mejorar, habían sido un cúmulo de cosas que se habían sucedido con tanta facilidad que aún le costaba determinarlo. Pero… -¿Recuerdas cuando hablamos de la maldición en el salón del trono?- Inquirió pensativa. Ese día había llegado a Ávalon a través del camino de Morgana y los había sorprendido. También había sido la primera vez que había encontrado respuestas…sobre él -Tuve un ataque de ansiedad- Le dijo, aunque sabía bien que él lo había percibido -Fue breve. Pero fue una muestra de debilidad. No te burlaste- Frunció suavemente el ceño -No lo usaste en mi contra- Le comentó, observando de nuevo su rostro las líneas angulosas que le daban un aspecto rudo y fiero a su rostro. A veces cuando lo observaba así podía ver ese pequeño atisbo a su ascendencia dracónica -Te vi- Dijo, refiriéndose a él, en sí, a lo profundo de su ser -No tu fachada, no tu juego, no tu estrategia política. Te vi a ti…Y no pude evitar sentir esperanza- Alzó suavemente el hombro.
La respuesta a su brindis le robó otra sonrisa y asintió porque le gustaba -¿Ves? Siempre se puede mejorar- Se acabó la copa también, dejandola en otro lado y cuando la atrajo hacia él acomodó su cuerpo para acoplarse al de Wthyr, deslizando una de sus piernas entre las de él mientras apoyaba su cabeza en su pecho. Escuchar su latido rítmico y sentir el ronroneo de la magia recorriendo su vínculo era mucho mejor que una canción de cuna. Pero también sentía hambre -Sí- Respondió y luego frunció el ceño -¿Tú no?- Alzó la cabeza para mirarlo con curiosidad.
Su respuesta… su respuesta no fue para nada lo que esperaba así que enseguida empezó a reírse pensando que, sin duda, Wthyr no iba a dejar pasar su antojo. Escondió la cabeza en su pecho para atenuar el ruido de su risa aunque se detuvo un poco al sentirlo moverse. Le miró y luego a la puerta, como evaluando qué podían hacer, aunque la verdad es que estaban muy bien en la cama -No te vayas… Mejor dime cómo le dirías al pizzero que queremos una pizza de pepperoni- Catherine movió una mano levemente y sus lobos aparecieron, no dijo nada, un pensamiento fue suficiente para que fueran a la cocina y trajeran en el hocico una bolsa de patatas fritas y otro unos snacks de pizza. La niñera mantenía la lista de la compra al día y con muchos snacks aparentemente-Gracias- Susurró a los elementales que se fueron hasta la cuna de Zephyr, custodiándolo mientras Cath se sentaba y abría la bolsa de patatas -Esto servirá-
Como él.
-Si crees que eres perfecto es porque distas de serlo- Dijo alzando las cejas siguiendo aquella tonta batalla verbal. Sin embargo, su siguiente comentario la dejó un poco pensativa. No podía elegir un momento específico para definir cuándo le empezó a importar que Wthyr pudiera mejorar, habían sido un cúmulo de cosas que se habían sucedido con tanta facilidad que aún le costaba determinarlo. Pero… -¿Recuerdas cuando hablamos de la maldición en el salón del trono?- Inquirió pensativa. Ese día había llegado a Ávalon a través del camino de Morgana y los había sorprendido. También había sido la primera vez que había encontrado respuestas…sobre él -Tuve un ataque de ansiedad- Le dijo, aunque sabía bien que él lo había percibido -Fue breve. Pero fue una muestra de debilidad. No te burlaste- Frunció suavemente el ceño -No lo usaste en mi contra- Le comentó, observando de nuevo su rostro las líneas angulosas que le daban un aspecto rudo y fiero a su rostro. A veces cuando lo observaba así podía ver ese pequeño atisbo a su ascendencia dracónica -Te vi- Dijo, refiriéndose a él, en sí, a lo profundo de su ser -No tu fachada, no tu juego, no tu estrategia política. Te vi a ti…Y no pude evitar sentir esperanza- Alzó suavemente el hombro.
La respuesta a su brindis le robó otra sonrisa y asintió porque le gustaba -¿Ves? Siempre se puede mejorar- Se acabó la copa también, dejandola en otro lado y cuando la atrajo hacia él acomodó su cuerpo para acoplarse al de Wthyr, deslizando una de sus piernas entre las de él mientras apoyaba su cabeza en su pecho. Escuchar su latido rítmico y sentir el ronroneo de la magia recorriendo su vínculo era mucho mejor que una canción de cuna. Pero también sentía hambre -Sí- Respondió y luego frunció el ceño -¿Tú no?- Alzó la cabeza para mirarlo con curiosidad.
Su respuesta… su respuesta no fue para nada lo que esperaba así que enseguida empezó a reírse pensando que, sin duda, Wthyr no iba a dejar pasar su antojo. Escondió la cabeza en su pecho para atenuar el ruido de su risa aunque se detuvo un poco al sentirlo moverse. Le miró y luego a la puerta, como evaluando qué podían hacer, aunque la verdad es que estaban muy bien en la cama -No te vayas… Mejor dime cómo le dirías al pizzero que queremos una pizza de pepperoni- Catherine movió una mano levemente y sus lobos aparecieron, no dijo nada, un pensamiento fue suficiente para que fueran a la cocina y trajeran en el hocico una bolsa de patatas fritas y otro unos snacks de pizza. La niñera mantenía la lista de la compra al día y con muchos snacks aparentemente-Gracias- Susurró a los elementales que se fueron hasta la cuna de Zephyr, custodiándolo mientras Cath se sentaba y abría la bolsa de patatas -Esto servirá-
Poco pudo rebatir al argumento de que alguien que se creía perfecto distaba de serlo, reconociéndolo con un gesto de leve inclinación de cabeza mientras alzaba un poco la copa antes de apurar las últimas gotas de vino que quedaban. Luego la miró con sumo interés mientras le desvelaba cuándo comenzó a creer que podía sacar de él algo que valiese la pena. Asintió a la mención de aquella primera conversación en el trono, reviviendo aquel momento en su mente. - Lo recuerdo. Pude notar el momento en que se te aceleraba el corazón. Temías por tu hijo. Yo no iba a burlarme de aquello después de haberte dejado entrever mis pérdidas. - incluso en ese entonces tenía claro que habría sido rastrero aprovechar esa debilidad. Ya por aquella época empezaba a pensar que Catherine podía ser lo único salvable del Consejo de los 20.
- He de reconocer que yo tampoco te dejaba ver mucho de mí, que incluso me arriesgué con cada cosa que iba contando. Pero lograste ver por ti misma...- incluso cosas que ni siquiera él conocía de sí mismo, o que creía inexistentes o enterradas. Él también se había equivocado con ella, le había sorprendido para bien en muchos sentidos, con todas las facetas que había ido conociendo. Además, mientras la observaba en el brindis pensó en que probablemente tenía más fortaleza que él. Y un poder exagerado para tratarse de alguien de tan poca estatura.
El momento de relajación se acabó con lo de tener hambre. Wthyr negó porque él a esas horas no tenía, pero si ella quería...podían hacer lo del secuestro express o poner el horno. Al final no se removió de la cama porque ella le retuvo, con la "condición" de que le dijese en italiano lo de pedir la pizza. No usaba el idioma desde todo el asunto de la misión del Papa, pero enseguida se puso a ello, sin pensárselo demasiado.
- Ma che cosa stai dicendo? Ah...capricci...- negó con la cabeza después de decir lo de los caprichos, soltando finalmente la frase en cuestión con la entonación correcta. - Mia moglie e regina vuole una pizza ai peperoni, portamela subito.- puso un especial énfasis más grave y lento en las palabras "esposa" y "reina", quería que se entendieran perfectamente. Aunque...legalmente ya no eran esposos. Puso cara de no estar muy conforme con la comida que habían traído los elementales, pero para esas horas tendría que servir. - Mañana buscaré otras cosas. Esto no sería digno en la corte. - al pensar Ávalon y el exilio sintió una punzada de rabia en el pecho, pero lo ocultó echando mano a esas indignas patatas de bolsa para comer unas cuantas.
- He de reconocer que yo tampoco te dejaba ver mucho de mí, que incluso me arriesgué con cada cosa que iba contando. Pero lograste ver por ti misma...- incluso cosas que ni siquiera él conocía de sí mismo, o que creía inexistentes o enterradas. Él también se había equivocado con ella, le había sorprendido para bien en muchos sentidos, con todas las facetas que había ido conociendo. Además, mientras la observaba en el brindis pensó en que probablemente tenía más fortaleza que él. Y un poder exagerado para tratarse de alguien de tan poca estatura.
El momento de relajación se acabó con lo de tener hambre. Wthyr negó porque él a esas horas no tenía, pero si ella quería...podían hacer lo del secuestro express o poner el horno. Al final no se removió de la cama porque ella le retuvo, con la "condición" de que le dijese en italiano lo de pedir la pizza. No usaba el idioma desde todo el asunto de la misión del Papa, pero enseguida se puso a ello, sin pensárselo demasiado.
- Ma che cosa stai dicendo? Ah...capricci...- negó con la cabeza después de decir lo de los caprichos, soltando finalmente la frase en cuestión con la entonación correcta. - Mia moglie e regina vuole una pizza ai peperoni, portamela subito.- puso un especial énfasis más grave y lento en las palabras "esposa" y "reina", quería que se entendieran perfectamente. Aunque...legalmente ya no eran esposos. Puso cara de no estar muy conforme con la comida que habían traído los elementales, pero para esas horas tendría que servir. - Mañana buscaré otras cosas. Esto no sería digno en la corte. - al pensar Ávalon y el exilio sintió una punzada de rabia en el pecho, pero lo ocultó echando mano a esas indignas patatas de bolsa para comer unas cuantas.
-Pero hay quienes sí, Wthyr. Allí está la diferencia… Y me agarré a eso como a un clavo ardiendo- Alzó la mano para quitarle un par de mechones de la cara pero sin ningún éxito, peleó con uno incluso e hizo un leve mohín para luego dejarlo en paz. Era un poco duro, como su dueño. Bajó la mirada hacia él y recorrió la cicatriz -Luego hubo muchos otros momentos- Dijo alzando suavemente el hombro pensando en cuando había ido a contarle que creía que estaba embarazada, su sorpresa al pedirle que estuviera allí, lo que había percibido en él ante las palabras de la matrona…Como se había comportado cuando ella estuvo envenenada, cómo había confiado en ella cuando estuvo enfermo. Y sí, también hubo muy malas situaciones pero nadie era blanco y negro. Nadie.
Sobre todo ella.
-Aprendí a leer el lenguaje corporal de la gente para evitar problemas innecesarios- Le explicó a Wthyr, ladeando suavemente la cabeza -Podía predecir el humor de mi madre por el ritmo de su taconeo o si había superado bien las pruebas por el rictus de la sonrisa de mi padre- Bajó la mirada con el ceño fruncido, dándose cuenta de que su niñez había sido realmente una mierda y la base de todos los traumas que se habían desarrollado después. Menudos padres los suyos. Esperaba hacer un trabajo mínimamente mejor. Miró hacia Zephyr y luego pensó en Aedan y Aelin. Tenía que llevarle los documentos a Ian y darles la libertad que se merecían, a los tres. A sus hijos que no tendrían el peso del Consejo y a su padre que no tendría que lidiar más con sus mierdas. Se merecía una vida plena, mucho mejor de la que ella realmente podía darle cuando sólo vivía de tragedia en tragedia.
Se reacomodó de nuevo, sintiendose mejor consigo misma porque pese a reconocer que le había lastimado sabía que era lo mejor. Aquello le trajo un raro pensamiento -Si pudieras viajar en el tiempo… ¿a dónde irías y por qué?- Inquirió pensando en la piedra de los portales.
Sin embargo, el tema de la pizza los desvió y Catherine observó a Wthyr mientras le hablaba en italiano, con aquel acento que hizo que una oleada de excitación le recorriera. Alzó la mano para volver a acariciarle la mejilla percibiendo lo que había dicho por la entonación -No tienes ni idea…- Se rió brevemente mientras se inclinaba más hacia él y sus labios -Lo mucho que me gusta cuando hablas italiano- Aseveró con una leve sonrisa -Y lo difícil que fue para mí contener las ganas de besarte después de destruir las estatuas… Joder, estaba tan excitada…- Recordó con el ceño fruncido antes de robarle un beso pausado y lento, como permitiéndose disfrutar eso que no pudo en el barco de la Brigada de las Mil Grullas hace un par de meses.
Tras eso se separó dispuesta a satisfacer su otro antojo y se llevó un par de snacks con sabor a pizza a la boca, masticando mientras veía Wthyr comer patatas con aquel gesto tan …tan él -No estamos en la corte- Le recordó acomodándose en las almohadas mientras lo miraba a los labios, pensando en que daba igual que sólo le dijera pepperoni mil veces, no se cansaría de oírlo -Estamos en Italia, lejos de su alcance. Podemos comer y hacer lo que nos plazca sin que nos juzguen- Le recordó y agarró un puñado de patatas descomunal, a propósito, y se lo metió en la boca sin mucho protocolo. Después de masticar y tragar se chupó los dedos de forma lenta y ciertamente poco educada, muy deliberadamente para ver la reacción de su esposo.
Sobre todo ella.
-Aprendí a leer el lenguaje corporal de la gente para evitar problemas innecesarios- Le explicó a Wthyr, ladeando suavemente la cabeza -Podía predecir el humor de mi madre por el ritmo de su taconeo o si había superado bien las pruebas por el rictus de la sonrisa de mi padre- Bajó la mirada con el ceño fruncido, dándose cuenta de que su niñez había sido realmente una mierda y la base de todos los traumas que se habían desarrollado después. Menudos padres los suyos. Esperaba hacer un trabajo mínimamente mejor. Miró hacia Zephyr y luego pensó en Aedan y Aelin. Tenía que llevarle los documentos a Ian y darles la libertad que se merecían, a los tres. A sus hijos que no tendrían el peso del Consejo y a su padre que no tendría que lidiar más con sus mierdas. Se merecía una vida plena, mucho mejor de la que ella realmente podía darle cuando sólo vivía de tragedia en tragedia.
Se reacomodó de nuevo, sintiendose mejor consigo misma porque pese a reconocer que le había lastimado sabía que era lo mejor. Aquello le trajo un raro pensamiento -Si pudieras viajar en el tiempo… ¿a dónde irías y por qué?- Inquirió pensando en la piedra de los portales.
Sin embargo, el tema de la pizza los desvió y Catherine observó a Wthyr mientras le hablaba en italiano, con aquel acento que hizo que una oleada de excitación le recorriera. Alzó la mano para volver a acariciarle la mejilla percibiendo lo que había dicho por la entonación -No tienes ni idea…- Se rió brevemente mientras se inclinaba más hacia él y sus labios -Lo mucho que me gusta cuando hablas italiano- Aseveró con una leve sonrisa -Y lo difícil que fue para mí contener las ganas de besarte después de destruir las estatuas… Joder, estaba tan excitada…- Recordó con el ceño fruncido antes de robarle un beso pausado y lento, como permitiéndose disfrutar eso que no pudo en el barco de la Brigada de las Mil Grullas hace un par de meses.
Tras eso se separó dispuesta a satisfacer su otro antojo y se llevó un par de snacks con sabor a pizza a la boca, masticando mientras veía Wthyr comer patatas con aquel gesto tan …tan él -No estamos en la corte- Le recordó acomodándose en las almohadas mientras lo miraba a los labios, pensando en que daba igual que sólo le dijera pepperoni mil veces, no se cansaría de oírlo -Estamos en Italia, lejos de su alcance. Podemos comer y hacer lo que nos plazca sin que nos juzguen- Le recordó y agarró un puñado de patatas descomunal, a propósito, y se lo metió en la boca sin mucho protocolo. Después de masticar y tragar se chupó los dedos de forma lenta y ciertamente poco educada, muy deliberadamente para ver la reacción de su esposo.
Hasta el momento no había tenido ni idea de que lo que sucedió en aquel encuentro en la sala del trono hubiese abierto la puerta para que Catherine intentase verle de otra manera, aunque sí que que era consciente de algunos de los momentos posteriores que fueron importantes. Ella misma se lo había confesado el día que rompieron. Apartó de su mente el recuerdo de la sensación de frío y vacío que había tenido, volviéndose a centrar en el presente, en que la tenía allí. - Entre que sabes leer el lenguaje corporal y la mente a ti es imposible esconderte nada. Aunque a veces...estabas un poco lenta pillando las señales. O no querías verlas. - le tiró esa pequeña pulla sobre no darse cuenta de las cosas, como ciertos gestos y miradas. Siguió la suya para fijarse en que estaba observando a Zephyr en su cuna, suponiendo que debía estar pensando en algo relacionado con sus padres. No sería muy difícil superarlos, ni a los suyos ni a los propios.
La pregunta repentina que planteó Catherine le sacó un poco de juego porque tenía que entender los engranajes que se habían activado en ella para proponerla. Seguro que no era algo aleatorio, y le hizo ponerse a pensar como cada vez que le retaba con alguna de esas cosas. - A varios momentos, cada uno por un motivo. - No tardaron en surgirle varias ideas, pero se esperó para explicarse porque con todo el asunto de hablar italiano y demás le desconcentró. Eso de que le gustase tanto el acento le hizo gracia, sobre todo el efecto que producía en ella. Desde luego que lo que sucedió en el barco tras destruir las estatuas había sido raro. Aquel beso fue como quedarse a medias, como si ella en esa ocasión lo hubiese hecho por resignación. Ahora podía darle una interpretación diferente, se estaba conteniendo. - Distruggere statue era la nostra luna di miele. Ma anche questo non è male- susurró cerca de sus labios antes de subir la mano a su rostro y besarla despacio, sin apresurarse como tomándose su recompensa por todo.
Se relajó aún más mientras "discutían" el tema del decoro y las patatas fritas en la corte, mirándola con una sonrisa ladeada al pensar que lo mismo le hablaba del destino que le rebatía si había que comerse las cosas con ketchup o no. Desde luego que no se iba a aburrir con ella. Prefirió no decir nada de eso de que los juzgasen porque con él ya lo iban a hacer con todo lo de Ávalon. Puto desastre. Iba a costarle dormir pensando en aquello. Hizo de nuevo el esfuerzo de dejar todo eso para mañana, siguiéndole el juego a Catherine. - Qué modales. Malditos salvajes libertinos del Consejo. - la acusó de modo fingido y digno al ver que se chupaba los dedos tras terminar de comer tal cantidad de patatas. Se las había comido todas. - Menuda mezcla con el vino y las patatas ahora para dormir. Ven aquí. - dejó todo lo de comer a un lado y la abrazó para echarla con él en la cama, tirando de la sábana para echarla por encima de ambos ahora que la brisa que entraba era más fresca.
Desvió la mirada de nuevo hacia la cuna del niño, que dormía tranquilo. - Sobre lo de antes...iría al momento en el que crearon el Sanguis. Evitaría todo lo malo que ha traído. - habría evitado también casarse con Dana, con Awen. Evitarles el sufrimiento. - Pero no cambiaría nada de lo que nos ha traído hasta aquí ahora. Tú no estarías aquí, ni él tampoco. -
La pregunta repentina que planteó Catherine le sacó un poco de juego porque tenía que entender los engranajes que se habían activado en ella para proponerla. Seguro que no era algo aleatorio, y le hizo ponerse a pensar como cada vez que le retaba con alguna de esas cosas. - A varios momentos, cada uno por un motivo. - No tardaron en surgirle varias ideas, pero se esperó para explicarse porque con todo el asunto de hablar italiano y demás le desconcentró. Eso de que le gustase tanto el acento le hizo gracia, sobre todo el efecto que producía en ella. Desde luego que lo que sucedió en el barco tras destruir las estatuas había sido raro. Aquel beso fue como quedarse a medias, como si ella en esa ocasión lo hubiese hecho por resignación. Ahora podía darle una interpretación diferente, se estaba conteniendo. - Distruggere statue era la nostra luna di miele. Ma anche questo non è male- susurró cerca de sus labios antes de subir la mano a su rostro y besarla despacio, sin apresurarse como tomándose su recompensa por todo.
Se relajó aún más mientras "discutían" el tema del decoro y las patatas fritas en la corte, mirándola con una sonrisa ladeada al pensar que lo mismo le hablaba del destino que le rebatía si había que comerse las cosas con ketchup o no. Desde luego que no se iba a aburrir con ella. Prefirió no decir nada de eso de que los juzgasen porque con él ya lo iban a hacer con todo lo de Ávalon. Puto desastre. Iba a costarle dormir pensando en aquello. Hizo de nuevo el esfuerzo de dejar todo eso para mañana, siguiéndole el juego a Catherine. - Qué modales. Malditos salvajes libertinos del Consejo. - la acusó de modo fingido y digno al ver que se chupaba los dedos tras terminar de comer tal cantidad de patatas. Se las había comido todas. - Menuda mezcla con el vino y las patatas ahora para dormir. Ven aquí. - dejó todo lo de comer a un lado y la abrazó para echarla con él en la cama, tirando de la sábana para echarla por encima de ambos ahora que la brisa que entraba era más fresca.
Desvió la mirada de nuevo hacia la cuna del niño, que dormía tranquilo. - Sobre lo de antes...iría al momento en el que crearon el Sanguis. Evitaría todo lo malo que ha traído. - habría evitado también casarse con Dana, con Awen. Evitarles el sufrimiento. - Pero no cambiaría nada de lo que nos ha traído hasta aquí ahora. Tú no estarías aquí, ni él tampoco. -
Que le llamase lenta hizo que le mirase al rostro durante un rato, arrugando la nariz lentamente -No podía creer tu interés. No entiendo... qué es lo que ves- Le reconoció directamente antes de negar con la cabeza, pensando que su autoestima la ayudaba a negarse cosas aunque eran evidentes -Así que buscaba excusas…O me…negaba a verlas- Le reconoció mientras miraba a su hijo. Entonces escuchó su respuesta y asintió, pensando que ella haría lo mismo. ¿Cuántas veces había pensado en rehacer sus acciones? ¿Qué hubiese sido diferente para Rhaegar? ¿Para Desmond? ¿Para Ian o Wthyr? Eran infinitos los escenarios y podría perder la cabeza al pensar en ello.
Así que gracias a Merlín, Wthyr volvió a hablarle en italiano centrando su atención en él. No tenía ni idea de qué le estaba diciendo pero lo de luna de miel lo reconoció, así que le regaló otra sonrisa pensando que sí…Que el efecto de su tono al hablar hacía cosas perversas a su cuerpo, pero estaba demasiado cansada y adormilada como para centrarse en eso.
Se quedó mirando su sonrisa y quiso saber por qué había sonreído. No había soberbia en ese gesto y siempre le suavizaba un poco las facciones. Eran poco comunes y por eso Catherine las apreciaba. Se rió por su comentario -Y eso que no me has visto bebiendo del pico de la botella con Gio- Le dijo moviendo levemente la barbilla para señalar la botella de vino, pensando en que debía hablar con él. Joder, se le acumulaban las cosas -Por lo menos no tengo hambre- Rebatió mientras se acomodaba contra él, otra vez apoyando la cabeza en su pecho para centrarse en el latido de su corazón. Cerró los ojos disfrutando de su cercanía y esa leve energía que se trasladaba allí donde su piel hacia contacto con la de él.
Acarició su pecho mientras escuchaba su voz relatar a dónde iría -Sin el Sanguis quizás nunca te habría interesado…- Murmuró un poco adormilada -Me dijiste que me pidió a mí- Susurró -Y fue la traición de mi..De… ¿Uther? ¿Uriel? ¿Utiel?- Nunca podía acordarse, se rió en voz baja contra su pecho antes de reacomodar su posición -Él fue quien finalmente condenó a tu linaje y acabó llevándolos a Ávalon. Creo que no podrías resolverlo, Wthyr- Susurró pensando que… era complicado pensar en el pasado, en resolver algo. ¿Afectaría el presente? ¿Construirían otro? ¿Si estaban destinados, igualmente se encontrarían? Empezó a dolerle un poco la cabeza de tanto forzar pensamientos y teorías mientras el cansancio hacía mella. Quería decirle algo más, debatir con él los peligros de cambiar el pasado, pero no tardó mucho en perder el hilo de pensamientos y dormirse profundamente en casi un parpadeó.
Así que gracias a Merlín, Wthyr volvió a hablarle en italiano centrando su atención en él. No tenía ni idea de qué le estaba diciendo pero lo de luna de miel lo reconoció, así que le regaló otra sonrisa pensando que sí…Que el efecto de su tono al hablar hacía cosas perversas a su cuerpo, pero estaba demasiado cansada y adormilada como para centrarse en eso.
Se quedó mirando su sonrisa y quiso saber por qué había sonreído. No había soberbia en ese gesto y siempre le suavizaba un poco las facciones. Eran poco comunes y por eso Catherine las apreciaba. Se rió por su comentario -Y eso que no me has visto bebiendo del pico de la botella con Gio- Le dijo moviendo levemente la barbilla para señalar la botella de vino, pensando en que debía hablar con él. Joder, se le acumulaban las cosas -Por lo menos no tengo hambre- Rebatió mientras se acomodaba contra él, otra vez apoyando la cabeza en su pecho para centrarse en el latido de su corazón. Cerró los ojos disfrutando de su cercanía y esa leve energía que se trasladaba allí donde su piel hacia contacto con la de él.
Acarició su pecho mientras escuchaba su voz relatar a dónde iría -Sin el Sanguis quizás nunca te habría interesado…- Murmuró un poco adormilada -Me dijiste que me pidió a mí- Susurró -Y fue la traición de mi..De… ¿Uther? ¿Uriel? ¿Utiel?- Nunca podía acordarse, se rió en voz baja contra su pecho antes de reacomodar su posición -Él fue quien finalmente condenó a tu linaje y acabó llevándolos a Ávalon. Creo que no podrías resolverlo, Wthyr- Susurró pensando que… era complicado pensar en el pasado, en resolver algo. ¿Afectaría el presente? ¿Construirían otro? ¿Si estaban destinados, igualmente se encontrarían? Empezó a dolerle un poco la cabeza de tanto forzar pensamientos y teorías mientras el cansancio hacía mella. Quería decirle algo más, debatir con él los peligros de cambiar el pasado, pero no tardó mucho en perder el hilo de pensamientos y dormirse profundamente en casi un parpadeó.
Al escuchar aquello de que no sabía qué era lo que veía en ella le hubiese gustado tener algún tipo de poder para hacer que se viese a través de sus ojos. Así entendería mejor por qué le atraía tanto. - Hay cosas que podría explicarte...y otras que no atienden a la lógica. No es algo que elijamos. - La poca confianza que tenía en sí misma explicaba, en parte, el motivo de que se hubiese negado a ver las señales veladas que lanzaba el Pendragon. Pasaron acomodados y abrazados un rato más, mientras le rebatía eso de los modales y la elegancia. - Lo de beber a morro de la botella sí que no me lo esperaba. No sé quién es peor influencia, si Da Vinci o tú. Aunque ahora que lo pienso...creo que no he llegado a verte borracha nunca. Ni tú a mí. - ni probablemente lo vería, hacía siglos que no se emborrachaba, no desde que era un muchacho.
Quedó pensativo ante la mención del Sanguis, que sin él probablemente no se hubiese interesado en ella. - Tal vez...pidió que te fueses Pendragon por algún motivo. Pudo ser por la maldición, para que desapareciese, o por algo que aún no sabemos. - él se decantaba porque fuese lo primero, tenía más sentido. Era complicado pensar en las posibilidades que hubiesen tenido sin el Sanguis Ligno en la ecuación. Puede que hubiese acabado llegando hasta ella por sus propios medios, o puede que no. - Urien...- corrigió cuando les cambió los nombres por enésima vez, pero se lo aceptaba porque se hacía reír a sí misma con eso. - No, no podríamos resolver nada. Sólo cuenta lo que hagamos a partir de ahora...- murmuró cada vez más adormilado, notando al poco rato la respiración acompasada de ella al quedarse dormida. Él tardó un poco más al darle vueltas a todo lo que traían entre manos, pero al final logró relajarse lo suficiente como para dormir unas horas, incluso en medios de sueños extraños de islas colisionando.
.
.
.
A la mañana siguiente se despertó bastante temprano, con los primeros rayos de sol entrando en la alcoba. En ese momento estaba abrazado a ella por la espalda. Se quedó allí algunos minutos más con los ojos cerrados, recreándose en la paz del momento. La vio tan profundamente dormida que decidió no despertarla, así que salió despacio de la cama. Se acercó a la cuna Zephyr, que ya se había abierto los ojos y empezaba a gimotear. - ¿Tienes hambre? ven. - Lo alzó en brazos, sacándolo de la cuna y después de la habitación para ir a cambiarle el pañal en primer lugar, dándole después uno de los biberones que encontró en el frigorífico. Un rato después volvió a mecerlo en brazos hasta que se durmió de nuevo, dejándolo nuevamente en su cuna. Como ella seguía durmiendo le dio tiempo hasta para ducharse, asearse y ponerse algo de ropa fresca. Hasta se puso a ordenar el desastre de habitación que habían dejado el día anterior. Eran ya pasadas las 11 cuando regresó a la cama, echándose a su lado para empezar a despertarla con un beso en el hombro y luego otro en el cuello. - Siento decirte que se nos acabó la tregua.
Quedó pensativo ante la mención del Sanguis, que sin él probablemente no se hubiese interesado en ella. - Tal vez...pidió que te fueses Pendragon por algún motivo. Pudo ser por la maldición, para que desapareciese, o por algo que aún no sabemos. - él se decantaba porque fuese lo primero, tenía más sentido. Era complicado pensar en las posibilidades que hubiesen tenido sin el Sanguis Ligno en la ecuación. Puede que hubiese acabado llegando hasta ella por sus propios medios, o puede que no. - Urien...- corrigió cuando les cambió los nombres por enésima vez, pero se lo aceptaba porque se hacía reír a sí misma con eso. - No, no podríamos resolver nada. Sólo cuenta lo que hagamos a partir de ahora...- murmuró cada vez más adormilado, notando al poco rato la respiración acompasada de ella al quedarse dormida. Él tardó un poco más al darle vueltas a todo lo que traían entre manos, pero al final logró relajarse lo suficiente como para dormir unas horas, incluso en medios de sueños extraños de islas colisionando.
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A la mañana siguiente se despertó bastante temprano, con los primeros rayos de sol entrando en la alcoba. En ese momento estaba abrazado a ella por la espalda. Se quedó allí algunos minutos más con los ojos cerrados, recreándose en la paz del momento. La vio tan profundamente dormida que decidió no despertarla, así que salió despacio de la cama. Se acercó a la cuna Zephyr, que ya se había abierto los ojos y empezaba a gimotear. - ¿Tienes hambre? ven. - Lo alzó en brazos, sacándolo de la cuna y después de la habitación para ir a cambiarle el pañal en primer lugar, dándole después uno de los biberones que encontró en el frigorífico. Un rato después volvió a mecerlo en brazos hasta que se durmió de nuevo, dejándolo nuevamente en su cuna. Como ella seguía durmiendo le dio tiempo hasta para ducharse, asearse y ponerse algo de ropa fresca. Hasta se puso a ordenar el desastre de habitación que habían dejado el día anterior. Eran ya pasadas las 11 cuando regresó a la cama, echándose a su lado para empezar a despertarla con un beso en el hombro y luego otro en el cuello. - Siento decirte que se nos acabó la tregua.
Había dormido como hacía semanas no lo hacía. No tuvo sueños, tampoco pesadillas, simplemente cayó rendida a los brazos de Morfeo de una forma profunda y sin interrupción. Al menos hasta que la cercanía de Wthyr y la descarga de energía allí donde sus labios habían tocado su piel la despertaron. Catherine se removió suavemente soltando un gruñido muy bajo dando a entender que no estaba muy de acuerdo con que aquello acabara así. Había sido sólo una noche…
Suspiró brevemente porque pese a todo sabía que no podía hacer la vista gorda a las numerosas cosas que tenían que poner en orden. Alargó una mano, entrelazando con el cabello de Wthyr mientras se giraba hacia él, atrayéndolo para besarlo lentamente a modo de buenos días. La sensación de su cercanía, su perfume, y su sola presencia la reconfortaba y le hacía sentir más despejada. O quizás fuese el descanso. Se separó de sus labios, sonriendole brevemente antes de esconder la cabeza entre su hombro y cuello -¿Zephyr?- Preguntó notando que olía…muy bien. Seguro se había bañado. ¿Qué hora era?
Se incorporó un poco mientras le respondía, asintiendo aún con gestos perezosos y se incorporó llevándose las sábanas con ella para ir hacia el baño, cogiendo algo de ropa de camino -Ahora vuelvo- Aprovechó y se hizo cargo de sus necesidades, dándose cuenta de que Wthyr tenía razón y el vino y las patatas fritas le habían sentado fatal porque el estómago lo tenía algo revuelto. Se dio una ducha rápida y se puso uno de los vestidos de Madame Eleonore que parecía bastante fresco y un poco más arriba de la rodilla, algo más corto de lo que le gustaba. Se miró a la cara y aunque se había propuesto empezar a maquillarse, pasó de lleno y sólo se la estrujó un poco a lo bruto.
Salió del baño descalza pasandose las manos por el cabello para apartarlo de la cara y se detuvo en medio de la habitación con un leve puchero -Si nos quedamos aquí…no se yo si vamos a ser productivos- Le dijo con una leve sonrisa antes de notar que había recogido todo el cuarto -¿Cuánto llevas despierto? - Preguntó yendo a buscar sus anotaciones porque no quería perder la oportunidad de nada, pero al acercarse recordó algo que le corría un poco más de prisa -¿Qué le sucede a un huevo de dragón cuando le ponen un hechizo congelante?- Inquirió mientras cogía los pergaminos, los libros y los levitaba porque no quería cargar peso.
Suspiró brevemente porque pese a todo sabía que no podía hacer la vista gorda a las numerosas cosas que tenían que poner en orden. Alargó una mano, entrelazando con el cabello de Wthyr mientras se giraba hacia él, atrayéndolo para besarlo lentamente a modo de buenos días. La sensación de su cercanía, su perfume, y su sola presencia la reconfortaba y le hacía sentir más despejada. O quizás fuese el descanso. Se separó de sus labios, sonriendole brevemente antes de esconder la cabeza entre su hombro y cuello -¿Zephyr?- Preguntó notando que olía…muy bien. Seguro se había bañado. ¿Qué hora era?
Se incorporó un poco mientras le respondía, asintiendo aún con gestos perezosos y se incorporó llevándose las sábanas con ella para ir hacia el baño, cogiendo algo de ropa de camino -Ahora vuelvo- Aprovechó y se hizo cargo de sus necesidades, dándose cuenta de que Wthyr tenía razón y el vino y las patatas fritas le habían sentado fatal porque el estómago lo tenía algo revuelto. Se dio una ducha rápida y se puso uno de los vestidos de Madame Eleonore que parecía bastante fresco y un poco más arriba de la rodilla, algo más corto de lo que le gustaba. Se miró a la cara y aunque se había propuesto empezar a maquillarse, pasó de lleno y sólo se la estrujó un poco a lo bruto.
Salió del baño descalza pasandose las manos por el cabello para apartarlo de la cara y se detuvo en medio de la habitación con un leve puchero -Si nos quedamos aquí…no se yo si vamos a ser productivos- Le dijo con una leve sonrisa antes de notar que había recogido todo el cuarto -¿Cuánto llevas despierto? - Preguntó yendo a buscar sus anotaciones porque no quería perder la oportunidad de nada, pero al acercarse recordó algo que le corría un poco más de prisa -¿Qué le sucede a un huevo de dragón cuando le ponen un hechizo congelante?- Inquirió mientras cogía los pergaminos, los libros y los levitaba porque no quería cargar peso.
Siguió intentando despertarla mientras remoloneaba, inclinándose sobre ella para darle ese beso de buenos días que apenas habían tenido tiempo de experimentar entre unas cosas y otras. Le apartó un poco el pelo de la cara mientras ella se incorporaba preguntándole por el niño, señalando levemente con la barbilla en dirección a la cuna en la que dormía. - Está bien, ya ha comido y lo he cambiado. No se me da mal del todo lo de dormirlo. - Se fue a sentarse al borde de la cama a la par que ella salía de la cama llevándose las sábanas, cosa que le hizo gracia porque le recordaba a cuando al principio se cubría con toda la ropa posible. Inclinó un poco la cabeza hacia un lado para verla por detrás mientras se marchaba, aunque iba demasiado tapada y no alcanzó a ver nada.
Se dedicó a hacer la cama y a ordenar cojines de menor a mayor durante el rato que ella se duchaba, dejándolo todo en su sitio de manera aceptable, aunque posiblemente no pasase el nivel organización máxima de su abuelo Goth. A saber dónde estaba ahora. Resopló frustrado al pensar en que cada uno de la familia estaba repartido por un territorio diferente, y que para ese momento seguramente Ávalon ya se hubiese unido a Ouroboros. Estaba dándole vueltas a eso cuando Catherine por fin salió del baño con aquel vestido veraniego que probablemente no se hubiese puesto si no estuviesen en la calurosa Italia. Le dio un repaso con la mirada de arriba a abajo, sin llegar a decir nada en italiano pero haciendo el gesto de llevarse los dedos a la boca como con una comida sabrosa. No le apetecía ponerse serio, y a pesar de ello no le quedaba más remedio...
- Este sitio está hecho para que no seamos productivos, pero no queda más remedio que ponernos. Debo contarte algunas cosas que no te van a gustar. Vamos a desayunar y te voy explicando. - le dijo mientras caminaban hacia la cocina, echando un vistazo a un reloj de pared cuando le preguntó desde qué hora llevaba despierto. - Pues...hará o cuatro horas. Te dejé dormir, parecías buena y todo. - le lanzó la pequeña pulla, aunque en realidad la había dejado dormir porque parecía bastante cansada. Incluso ahora recién despertada lo parecía. Puso cara de perplejidad por la pregunta que le hizo después, ya que recordaba que se lo había dicho antes. A saber por qué la repetía. Se puso a rebuscar en los armarios algo que pudiesen comer, algo de café y bollería que había por ahí.
- Eso del huevo de dragón ya me lo preguntaste, y te dije que el dragón moriría...a no ser que fuese un dragón de hielo. O tienes resaca por el vino de ayer o pérdidas de memoria. No, eres muy joven para eso...será que me ignoraste cuando lo conté. - cruzó los brazos sobre el pecho un momento, con cara de que estaba convencido de que no le había hecho ni caso. Luego puso la cafetera italiana a calentar, abriendo más armarios en los que había cosas tan raras como aceite de oliva.
Se dedicó a hacer la cama y a ordenar cojines de menor a mayor durante el rato que ella se duchaba, dejándolo todo en su sitio de manera aceptable, aunque posiblemente no pasase el nivel organización máxima de su abuelo Goth. A saber dónde estaba ahora. Resopló frustrado al pensar en que cada uno de la familia estaba repartido por un territorio diferente, y que para ese momento seguramente Ávalon ya se hubiese unido a Ouroboros. Estaba dándole vueltas a eso cuando Catherine por fin salió del baño con aquel vestido veraniego que probablemente no se hubiese puesto si no estuviesen en la calurosa Italia. Le dio un repaso con la mirada de arriba a abajo, sin llegar a decir nada en italiano pero haciendo el gesto de llevarse los dedos a la boca como con una comida sabrosa. No le apetecía ponerse serio, y a pesar de ello no le quedaba más remedio...
- Este sitio está hecho para que no seamos productivos, pero no queda más remedio que ponernos. Debo contarte algunas cosas que no te van a gustar. Vamos a desayunar y te voy explicando. - le dijo mientras caminaban hacia la cocina, echando un vistazo a un reloj de pared cuando le preguntó desde qué hora llevaba despierto. - Pues...hará o cuatro horas. Te dejé dormir, parecías buena y todo. - le lanzó la pequeña pulla, aunque en realidad la había dejado dormir porque parecía bastante cansada. Incluso ahora recién despertada lo parecía. Puso cara de perplejidad por la pregunta que le hizo después, ya que recordaba que se lo había dicho antes. A saber por qué la repetía. Se puso a rebuscar en los armarios algo que pudiesen comer, algo de café y bollería que había por ahí.
- Eso del huevo de dragón ya me lo preguntaste, y te dije que el dragón moriría...a no ser que fuese un dragón de hielo. O tienes resaca por el vino de ayer o pérdidas de memoria. No, eres muy joven para eso...será que me ignoraste cuando lo conté. - cruzó los brazos sobre el pecho un momento, con cara de que estaba convencido de que no le había hecho ni caso. Luego puso la cafetera italiana a calentar, abriendo más armarios en los que había cosas tan raras como aceite de oliva.
Sintió que se le calentaban las mejillas al ver aquel gesto de Wthyr y apartó la mirada con rapidez porque aún le era muy raro recibir ese tipo de atenciones, así que se centró en lo “importante” aunque la sonrisa tonta y nerviosa que tenía en el rostro se mantuvo -En eso estoy de acuerdo… pero podemos tener un par de horas intensas y luego relajarnos un poco ¿No?- Propuso, pensando que le apetecía compartir un rato con Zephyr y con él solo centrados en ellos.
La advertencia de Wthyr hizo que tensara un poco los labios -Pues yo más de lo mismo… y tengo muchas preguntas que creo que tampoco te van a encantar- Mencionó mientras se acercaba a la cuna de Zephyr para revisarlo y ver que todo estuviese bien. Se inclinó para dejarle un beso en la frente y luego siguió a Wthyr hacia la cocina -A mi no me apetece desayunar- Hizo un gesto de asco sacando la lengua como si el solo pensamiento la hiciera vomitar -Tenías razón con eso de las patatas y el vino- Mencionó por darle una victoria temprana y quizás así paliaban el humor de liarse con asuntos de estado.
Iba a decirle que era buena pero tras lo que había sucedido en Londres… No lo creía. Había dado tantas vueltas a esa situación. No se arrepentía. Es más, lo volvería a hacer. Pero sabía que no estaba bien. Se mordió la parte interna de la mejilla con el gesto algo atormentado y se perdió en sus pensamientos por lo que no le respondió.
-¿Sí?- Inquirió dejando los papeles sobre la mesa. No recordaba haberlo hecho -Pensé que te había preguntado por Nekros, pero no por su hermana- Se removió un poco incómoda -No tengo resaca ni pérdidas de memoria, pero no puedo mantener en mi mente todo lo que me dices- Suspiró quedamente apoyando la cadera sobre la barra de la cocina mientras le veía mover cosas. Ella estaría bien con un vaso de agua, lo cogería en un momento -Antes de que los Pendragon hicieran su aparición, Nekros me dio el huevo de dragón de su hermana y fue a Francia a conocer el estado de la misión contra SAM. Poco tiempo después desapareció… Cuando supe de vuestra existencia, por alguna razón, pensé que Nekros estaba vinculado con ustedes y me puse histérica pensando que el Consejo creería que era una traidora- Catherine soltó un “tsk” pensando en lo irónica que era la vida -Sean le puso un hechizo al huevo y lo escondió- Inspiró profundo para resumirle -Lyosha me pidió un huevo de dragón a cambio del asilo, no quería pedírtelo porque sé lo que significa para ti. Así que fui a por Sean a pedirle el huevo. Puedo deshacer el hechizo sólo… me preocupa lo que pueda ocurrir- Le explicó finalmente a Wthyr mientras se movía hacia la nevera para buscar la jarra y luego ponerse un vaso de agua -¿Qué estás buscando? Anna seguro ha salido a traernos algo-
La advertencia de Wthyr hizo que tensara un poco los labios -Pues yo más de lo mismo… y tengo muchas preguntas que creo que tampoco te van a encantar- Mencionó mientras se acercaba a la cuna de Zephyr para revisarlo y ver que todo estuviese bien. Se inclinó para dejarle un beso en la frente y luego siguió a Wthyr hacia la cocina -A mi no me apetece desayunar- Hizo un gesto de asco sacando la lengua como si el solo pensamiento la hiciera vomitar -Tenías razón con eso de las patatas y el vino- Mencionó por darle una victoria temprana y quizás así paliaban el humor de liarse con asuntos de estado.
Iba a decirle que era buena pero tras lo que había sucedido en Londres… No lo creía. Había dado tantas vueltas a esa situación. No se arrepentía. Es más, lo volvería a hacer. Pero sabía que no estaba bien. Se mordió la parte interna de la mejilla con el gesto algo atormentado y se perdió en sus pensamientos por lo que no le respondió.
-¿Sí?- Inquirió dejando los papeles sobre la mesa. No recordaba haberlo hecho -Pensé que te había preguntado por Nekros, pero no por su hermana- Se removió un poco incómoda -No tengo resaca ni pérdidas de memoria, pero no puedo mantener en mi mente todo lo que me dices- Suspiró quedamente apoyando la cadera sobre la barra de la cocina mientras le veía mover cosas. Ella estaría bien con un vaso de agua, lo cogería en un momento -Antes de que los Pendragon hicieran su aparición, Nekros me dio el huevo de dragón de su hermana y fue a Francia a conocer el estado de la misión contra SAM. Poco tiempo después desapareció… Cuando supe de vuestra existencia, por alguna razón, pensé que Nekros estaba vinculado con ustedes y me puse histérica pensando que el Consejo creería que era una traidora- Catherine soltó un “tsk” pensando en lo irónica que era la vida -Sean le puso un hechizo al huevo y lo escondió- Inspiró profundo para resumirle -Lyosha me pidió un huevo de dragón a cambio del asilo, no quería pedírtelo porque sé lo que significa para ti. Así que fui a por Sean a pedirle el huevo. Puedo deshacer el hechizo sólo… me preocupa lo que pueda ocurrir- Le explicó finalmente a Wthyr mientras se movía hacia la nevera para buscar la jarra y luego ponerse un vaso de agua -¿Qué estás buscando? Anna seguro ha salido a traernos algo-
Se quedó como pensándose lo de descansar tras dos horas intensas, viniéndole a la mente la vocecita de Shyvanna modo conciencia con la conversación que habían tenido. Claro que aquello había sido antes de todo el desastre de la isla. Aún así asintió, tomarse un rato de descanso no iba a suponer una gran diferencia después de todo el caos que se venía encima. Suspiró con resignación por eso de que Catherine también tenía cosas que contarle que no le iban a gustar.
- Ya me lo imaginaba. - algo sabía por los mensajes que se habían intercambiado, pero seguro que se quedaba corto todo. Arqueó la ceja extrañado al escuchar eso de que no le apetecía desayunar, sobre todo porque con las horas que eran ya debería tener hambre. - ¿Te sentó mal? se puede buscar otra cosa. - cuestionó por saber si era mejor buscar en los cajones alguna infusión o algo por el estilo. No le pasó desapercibido que no le negó la pulla de parecer buena, bien porque no le había molestado o bien porque de verdad lo pensaba. Demasiado pensativa...
El sonido de la cafetera lo distrajo cuando empezó a subir hacia arriba, apagando el fuego de inmediato mientras iba a la mesa donde ella había puesto los papeles. - Es bastante irrelevante el tal Nekros ese. Apenas lo conocimos. Lo único que necesitas saber es que si congelas el huevo, adiós dragón. - frunció el ceño un poco irritado por eso de que no podía mantener en su mente todo lo que le decía, que sonaba a que la abrumaba con información. Pues nada, seguiría explicándole pero modo molesto. Eso sí, lo del Consejo pensando que era una traidora le hizo poner cara de "te lo dije", porque muchas veces le había mencionado que no la valoraban y el tiempo le había acabado dando la razón con unos cuantos bordes imbéciles de los Descendientes.
- Sean fue un idiota si le hizo eso al huevo. Demuestra saber muy poco. En serio...compite en estupidez con el tal Leroy. Que por cierto, le hizo algo a Lake. - como lo encontrase le iba a hacer ahogarse en su propia sangre, por dañar a su hermana y por amenazar a su hijo con aquello de que le pertenecía el primogénito Pendragon-Le Fay. Estaba echando el café en su taza cuando terminó de escuchar lo de Lyosha, quedando tan indignado que hasta derramó algo de café fuera. La misma que se atrevió a montar a Tauren profanado. Encima tenía esa desfachatez.
- ¿Pero qué se ha creído esa aberración de la naturaleza? un dragón no es algo que se pueda regalar alegremente, y menos a esa gente. Si quiere uno que lo consiga por sí misma, que lo críe, que haga vínculo aunque sea de otro modo. - negó a lo de estar buscando algo, al final acabó echándose el aceite ese en un croissant con mermelada. Lo probó, y aunque no estaba muy allá tenía tanta hambre que le servía. - No. Y lo que necesitamos resolver no es eso. El Sanguis...- inspiró profundamente, cerrando el puño sobre la mesa mientras pensaba cómo soltarlo. Rápido y sin anestesia. - Ávalon y Ouroboros deben haberse unido en este momento. Tuvimos que abandonar la isla, el maldito exilio.
- Ya me lo imaginaba. - algo sabía por los mensajes que se habían intercambiado, pero seguro que se quedaba corto todo. Arqueó la ceja extrañado al escuchar eso de que no le apetecía desayunar, sobre todo porque con las horas que eran ya debería tener hambre. - ¿Te sentó mal? se puede buscar otra cosa. - cuestionó por saber si era mejor buscar en los cajones alguna infusión o algo por el estilo. No le pasó desapercibido que no le negó la pulla de parecer buena, bien porque no le había molestado o bien porque de verdad lo pensaba. Demasiado pensativa...
El sonido de la cafetera lo distrajo cuando empezó a subir hacia arriba, apagando el fuego de inmediato mientras iba a la mesa donde ella había puesto los papeles. - Es bastante irrelevante el tal Nekros ese. Apenas lo conocimos. Lo único que necesitas saber es que si congelas el huevo, adiós dragón. - frunció el ceño un poco irritado por eso de que no podía mantener en su mente todo lo que le decía, que sonaba a que la abrumaba con información. Pues nada, seguiría explicándole pero modo molesto. Eso sí, lo del Consejo pensando que era una traidora le hizo poner cara de "te lo dije", porque muchas veces le había mencionado que no la valoraban y el tiempo le había acabado dando la razón con unos cuantos bordes imbéciles de los Descendientes.
- Sean fue un idiota si le hizo eso al huevo. Demuestra saber muy poco. En serio...compite en estupidez con el tal Leroy. Que por cierto, le hizo algo a Lake. - como lo encontrase le iba a hacer ahogarse en su propia sangre, por dañar a su hermana y por amenazar a su hijo con aquello de que le pertenecía el primogénito Pendragon-Le Fay. Estaba echando el café en su taza cuando terminó de escuchar lo de Lyosha, quedando tan indignado que hasta derramó algo de café fuera. La misma que se atrevió a montar a Tauren profanado. Encima tenía esa desfachatez.
- ¿Pero qué se ha creído esa aberración de la naturaleza? un dragón no es algo que se pueda regalar alegremente, y menos a esa gente. Si quiere uno que lo consiga por sí misma, que lo críe, que haga vínculo aunque sea de otro modo. - negó a lo de estar buscando algo, al final acabó echándose el aceite ese en un croissant con mermelada. Lo probó, y aunque no estaba muy allá tenía tanta hambre que le servía. - No. Y lo que necesitamos resolver no es eso. El Sanguis...- inspiró profundamente, cerrando el puño sobre la mesa mientras pensaba cómo soltarlo. Rápido y sin anestesia. - Ávalon y Ouroboros deben haberse unido en este momento. Tuvimos que abandonar la isla, el maldito exilio.
-Eso creo… tengo el estómago revuelto- Le respondió a Wthyr asintiendo ante lo primero, pero después negando. No le apetecía nada de comida en ese momento y menos cuando tenían que hablar asuntos un tanto peliagudos.
El tono en el que empezó a hablar era … molesto, irritado. Lo miro largamente mientras iba preparando todo -Entonces descongelaré mi huevo- Mencionó pensando que Lyosha no tenía porque saber la historia de ese huevo y, además, según había intuido con los Pendragon no todos los huevos de dragón eclosionaban. Quizás la mujer no sabía ese detalle y esperaría toda la vida por algo que no iba a pasar. Alzó los hombros respecto a su comentario sobre Sean -Yo tampoco sabía mucho de dragones, Wthyr- Y había estado tan nerviosa que no había pensado en nada. Le regaló una sonrisa de labios apretados cuando le hizo aquel gesto sobre el Consejo de los 20. ¿Qué iba a decirle? Nada. Pero eso no impedía que se sintiera profundamente incómoda.
-¿A Lake? ¿Está bien?- Frunció el ceño, sorprendida de que el estúpido de Leroy tuviera las agallas de hacer algo por el estilo. No lo soportaba. Y tampoco soportaba a Lake pero sabía que Wthyr quería a su hermana y su bienestar era importante para él, y por ende, para ella. Lo vio derramar el café tras la información de Lyosha y tragó en seco, sabía que la situación iba a sentarle mal… se acercó a él y le apoyo la mano en el antebrazo para que se centrará en ella -Le daré mi huevo. Cumpliré el trato y ella nunca sabrá que ese huevo no eclosionará- le acarició suavemente para ver si se tranquilizaba.
Luego lo dejó hacer con su croissant y se alejó para buscar su vaso de agua porque la mezcla de Wthyr para desayunar acrecentaba sus náuseas -¿Qué pidió ahora?- Preguntó cuando mencionó lo del Sanguis pero no sé esperó que la noticia fuera tan… brusca. Catherine sintió como si alguien le hubiese quitado la alfombra bajo los pies. De pronto, la certeza de que se le había acabado el tiempo fue como una tenaza en la garganta. Se agarró con fuerza de la isla de la cocina y cerró los ojos tratando de controlar lo que, sabía, el principio de un ataque de ansiedad.
"Necesitas respirar. Con la técnica…"
Inspiró por cuatro tiempos, sostuvo y exhaló por el mismo control. Eso le duró tres respiraciones hasta que el escaso contenido de su estómago decidió abandonarlo así que fue hasta el cesto de basura para devolverlo. Al acabar se incorporó y fue a enjuagarse la boca en el lavaplatos, luego cogiendo algo de agua para echarse en la cara mientras negaba -No puedo perderlo también - Se susurró más a sí misma que a Wthyr y se estrujó la cara de nuevo, ahora un poco más asentada. Se giró hacia su esposo con el gesto desencajado -Matvey estaba en el Sanguis de Ouroboros… estaba perdiendo. Es… - Cerró los ojos de nuevo para controlar la humedad en su mirada -Se me acabó el tiempo y no sé cómo ayudarlo-
El tono en el que empezó a hablar era … molesto, irritado. Lo miro largamente mientras iba preparando todo -Entonces descongelaré mi huevo- Mencionó pensando que Lyosha no tenía porque saber la historia de ese huevo y, además, según había intuido con los Pendragon no todos los huevos de dragón eclosionaban. Quizás la mujer no sabía ese detalle y esperaría toda la vida por algo que no iba a pasar. Alzó los hombros respecto a su comentario sobre Sean -Yo tampoco sabía mucho de dragones, Wthyr- Y había estado tan nerviosa que no había pensado en nada. Le regaló una sonrisa de labios apretados cuando le hizo aquel gesto sobre el Consejo de los 20. ¿Qué iba a decirle? Nada. Pero eso no impedía que se sintiera profundamente incómoda.
-¿A Lake? ¿Está bien?- Frunció el ceño, sorprendida de que el estúpido de Leroy tuviera las agallas de hacer algo por el estilo. No lo soportaba. Y tampoco soportaba a Lake pero sabía que Wthyr quería a su hermana y su bienestar era importante para él, y por ende, para ella. Lo vio derramar el café tras la información de Lyosha y tragó en seco, sabía que la situación iba a sentarle mal… se acercó a él y le apoyo la mano en el antebrazo para que se centrará en ella -Le daré mi huevo. Cumpliré el trato y ella nunca sabrá que ese huevo no eclosionará- le acarició suavemente para ver si se tranquilizaba.
Luego lo dejó hacer con su croissant y se alejó para buscar su vaso de agua porque la mezcla de Wthyr para desayunar acrecentaba sus náuseas -¿Qué pidió ahora?- Preguntó cuando mencionó lo del Sanguis pero no sé esperó que la noticia fuera tan… brusca. Catherine sintió como si alguien le hubiese quitado la alfombra bajo los pies. De pronto, la certeza de que se le había acabado el tiempo fue como una tenaza en la garganta. Se agarró con fuerza de la isla de la cocina y cerró los ojos tratando de controlar lo que, sabía, el principio de un ataque de ansiedad.
"Necesitas respirar. Con la técnica…"
Inspiró por cuatro tiempos, sostuvo y exhaló por el mismo control. Eso le duró tres respiraciones hasta que el escaso contenido de su estómago decidió abandonarlo así que fue hasta el cesto de basura para devolverlo. Al acabar se incorporó y fue a enjuagarse la boca en el lavaplatos, luego cogiendo algo de agua para echarse en la cara mientras negaba -No puedo perderlo también - Se susurró más a sí misma que a Wthyr y se estrujó la cara de nuevo, ahora un poco más asentada. Se giró hacia su esposo con el gesto desencajado -Matvey estaba en el Sanguis de Ouroboros… estaba perdiendo. Es… - Cerró los ojos de nuevo para controlar la humedad en su mirada -Se me acabó el tiempo y no sé cómo ayudarlo-
Se anotó mentalmente lo de no dejarle hacer mezclas raras de comida por la noche, aunque no le dijo nada porque seguía algo molesto por lo de regalar el huevo de dragón, por mucho que fuese suyo. Además, probablemente ese huevo ni se abriría. - Se lo puede tomar como una afrenta, piénsalo bien. Puede pensar que la estás engañando. Que solucione sus frustraciones de otro modo. Aún así el huevo no me pertenece, te lo dieron a ti. - le dio a entender que era su decisión, aunque dejando claro que no estaba de acuerdo con ese intercambio. Esa mujer no se merecía un dragón. Bajó la mirada hacia su mano cuando trató de apaciguarlo con el contacto, cosa que consiguió a medias, al menos hasta que hablaron de Lake.
- Algún ritual de daño a distancia. Tenía dolores y estaba muy cansada, como si la estuvieran atacando desde lejos. Diría que es magia de sangre si no fuera porque sé que ese hombre no tiene. Tuvieron un encuentro en la cueva de Merlín. El imbécil le propuso matrimonio para meterse en Ávalon y hacer que Lake nos traicionase...quería una especie de golpe de Estado. - puso cara de desprecio, haciendo un gesto de desdén. - Obviamente Lake no quiso, y él se enfadó. - pero claro, ese problema se había puesto a la cola con todo lo del Sanguis. Su cuerpo se tensó al recordar el modo en que casi engulle a Gwen, cuando tuvo que tirar de ella con las raíces que la atacaban.
- No pidió nada...Gwen fue a preguntarle, igual que nosotros. Y se enfureció. Quiso herirla. Más aún porque Shyvanna la atacó. Ahí comenzó la destrucción. - mantuvo la mirada fija en ella al ver la reacción que le produjo saber aquello, el modo en que se agarró a la encimera de la cocina como si intentase respirar hondo. Se puso en pie y dejó a un lado el desayuno en cuanto la vio pálida, sorprendiéndose un poco en cuanto se acercó al cubo para vomitar apenas nada. Avanzó hacia ella de inmediato, un tanto alarmado por la reacción exagerada a la noticia.
Tomó su rostro entre sus manos para centrarla, porque claramente le había afectado la noticia del Sanguis, le había desestabilizado. - Mírame. Respira despacio...no vamos a perder a nadie más por el Sanguis. Vamos a ponernos a solucionarlo y hasta que no demos con algo no vamos a parar. - por mucho que detestase a Matvey, que desapareciese de ese modo tampoco le satisfacía. No era una revancha en condiciones. Además había algo de orgullo personal en querer superar el reto de solucionarlo todo, de romper con aquello que sus antepasados no pudieron. Se la llevó con él al exterior para que le diese un poco el aire, tomando asiento en una de las hamacas mientras tiraba de su mano para sentarla en su regazo.
Allí se tomó algunos segundos, pasando un par de veces la mano por su espalda mientras que dejaba reposar la otra sobre el vientre de ella como si intentase calmar el mal cuerpo que le habría quedado. Fue entonces cuando cayó en la cuenta de algo que el día anterior había medio pasado por alto...Catherine solía estar bastante plana y ahora había cierta curva más evidente. Entornó los ojos mientras unía cabos que hasta el momento había obviado, como el cambio de figura, el cansancio, el sueño, lo de vomitar sin motivo aparente, el antojo de la noche anterior...- Catherine...¿no estarás...embarazada? - negó con la cabeza para sí mismo, teniendo en cuenta que lo de Beltane había sido un mes y unos días atrás. - ¿No puede ser, no? quiero decir...apenas ha pasado tiempo suficiente desde que nació Zephyr.
-No la estoy engañando- Le respondió un poco irritada -Me pidió un huevo de dragón, no un huevo de dragón que eclosione. O vivo. Quizás así aprende a negociar la próxima vez- Mencionó aunque en el fondo se sentía un poco incómoda y apartó la mirada contrariada, pensando en la otra opción que le dijo Lyosha -Puedo darle la piedra de los portales- Agregó mirándolo de nuevo -Me dijo que si se la daba, daba por zanjado el tema- Se metió la mano por debajo del vestido y sacó la piedra, mirándola con curiosidad -Hace más cosas de las que pensaba, sabes?- Y ahora no quería dejársela a nadie. ¿Podría encontrar otra?
El asunto de Lake y Leroy era más peliagudo de lo que pensaba y Catherine frunció el ceño -¿Es que es estúpido? Esa si es una afrenta directa, podeis declararnos la guerra- Dijo alzando las cejas con sorpresa. Iba a reclamarlo ante el Consejo a través del grupo…en cuanto cogiera su brazalete. ¿Dónde lo había dejado? Miró por sus papeles y en la cocina, pero nada, supuso que estaba en la habitación. Lo buscaría luego para informar lo que había descubierto -Espero que Lake se lo devuelva- Espetó un poco hastiada del tipo.
-¿La qué?- La palabra destrucción no había ayudado en nada a su ansiedad. ¿Acaso Ávalon estaba destruido? ¿O Ouroboros? Centró su mirada en Wthyr cuando le cogió el rostro con las manos, batallando las lágrimas para no ponerse a llorar en ese momento y concentrándose en respirar con él tratando de tranquilizarse y no ser víctima de ese espiral de autodestrucción que siempre estaba al acecho. Le cogió de las muñecas mientras se sentía un poco más segura por sus palabras. No iban a parar, igual que no lo habían hecho con la maldición porque los dos eran unos tercos caóticos soberbios. No iba a ganarles un árbol. Se negaba a pensar en ello.
Pero otra parte de ella se decía que ya habían perdido.
Salió junto a él con el corazón agitado, apretándole la mano con fuerza mientras mil pensamientos se peleaban en su cabeza para convertirse en protagonista. Se sentó en su regazo, apoyándose en él con la cabeza en su pecho mientras pensaba y retomaba un hilo de lo que había dicho -¿Destrucción? ¿Exilio? ¿Ha destruido Ávalon para unirse a Ouroboros?- Preguntó con el ceño fruncido incorporándose para mirarlo mientras le respondía, pero la pregunta que le hizo la pilló fuera de juego. Tanto que soltó una risa -¿Qué dices?- Sin embargo, su gesto era bastante más serio de lo que esperaba y la sonrisa de la morena se detuvo. El semblante volvió a cambiarle -Sí…y estoy dando pecho. No…es…- Negó con la cabeza tratando de recordar lo que Ian y ella habían hecho tras Aedan. Y lo que Wthyr y ella habían hecho. Y había un fallo gigante al que Catherine no había caído y…mientras tanto, la voz de Anteia parecía colarse en su cabeza robándole el aliento y un poquito el alma.
Se llevó la mano al pecho y luego a la garganta mirándolo con confusión mientras se incorporaba pensando en ese cansancio acumulado, en los antojos…Miró hacia la casa conectando mentalmente con Anna mientras sentía que su cuerpo se dejaba vencer por la frustración y el miedo con un ligero temblor. La elfa salió para observarla con los ojos muy abiertos -Pensé que lo sabíais- A Catherine aquellas palabras le hicieron el mismo efecto que un cachetazo -No…No…- Negó varias veces como si con eso pudiera convertir la frase de Anna en otra cosa. La elfa fue acercándose mirando a Wthyr con cara de circunstancia -Por eso intento que en la comida siempre haya alimentos con ácido fólico…Y trato de que vuestros snacks sean más o menos saludables dentro de lo que puedo encontrar- La morena le dio la espalda cubriéndose la cara con las manos -¡No puedo estar embarazada! ¡Tengo demasiadas cosas que hacer!- Espetó y después miró a Wthyr señalando acusadoramente con un dedo -¡Y TÚ TIENES QUE DEJAR DE SER TAN…TAN…. TAN PUTO IRRESISTIBLE!- Soltó una palabra malsonante porque le estaba pudiendo la situación. ¿Cómo iba a ayudar a Matvey? ¿A Wthyr? ¿A su isla?... Si tenía que cuidarse. -¡NO ME VUELVAS A HABLAR EN ITALIANO!- Soltó de la nada dando un patadón al piso con el que descargó energía mágica, sin querer, y acabó abollándolo. Soltó un grito de frustración antes de empezar a llorar desconsoladamente -¿Cómo voy a ayudarte a resolver nada?- Dijo limpiándose las lágrimas con rabia -No puedo hacer nada-
El asunto de Lake y Leroy era más peliagudo de lo que pensaba y Catherine frunció el ceño -¿Es que es estúpido? Esa si es una afrenta directa, podeis declararnos la guerra- Dijo alzando las cejas con sorpresa. Iba a reclamarlo ante el Consejo a través del grupo…en cuanto cogiera su brazalete. ¿Dónde lo había dejado? Miró por sus papeles y en la cocina, pero nada, supuso que estaba en la habitación. Lo buscaría luego para informar lo que había descubierto -Espero que Lake se lo devuelva- Espetó un poco hastiada del tipo.
-¿La qué?- La palabra destrucción no había ayudado en nada a su ansiedad. ¿Acaso Ávalon estaba destruido? ¿O Ouroboros? Centró su mirada en Wthyr cuando le cogió el rostro con las manos, batallando las lágrimas para no ponerse a llorar en ese momento y concentrándose en respirar con él tratando de tranquilizarse y no ser víctima de ese espiral de autodestrucción que siempre estaba al acecho. Le cogió de las muñecas mientras se sentía un poco más segura por sus palabras. No iban a parar, igual que no lo habían hecho con la maldición porque los dos eran unos tercos caóticos soberbios. No iba a ganarles un árbol. Se negaba a pensar en ello.
Pero otra parte de ella se decía que ya habían perdido.
Salió junto a él con el corazón agitado, apretándole la mano con fuerza mientras mil pensamientos se peleaban en su cabeza para convertirse en protagonista. Se sentó en su regazo, apoyándose en él con la cabeza en su pecho mientras pensaba y retomaba un hilo de lo que había dicho -¿Destrucción? ¿Exilio? ¿Ha destruido Ávalon para unirse a Ouroboros?- Preguntó con el ceño fruncido incorporándose para mirarlo mientras le respondía, pero la pregunta que le hizo la pilló fuera de juego. Tanto que soltó una risa -¿Qué dices?- Sin embargo, su gesto era bastante más serio de lo que esperaba y la sonrisa de la morena se detuvo. El semblante volvió a cambiarle -Sí…y estoy dando pecho. No…es…- Negó con la cabeza tratando de recordar lo que Ian y ella habían hecho tras Aedan. Y lo que Wthyr y ella habían hecho. Y había un fallo gigante al que Catherine no había caído y…mientras tanto, la voz de Anteia parecía colarse en su cabeza robándole el aliento y un poquito el alma.
Se llevó la mano al pecho y luego a la garganta mirándolo con confusión mientras se incorporaba pensando en ese cansancio acumulado, en los antojos…Miró hacia la casa conectando mentalmente con Anna mientras sentía que su cuerpo se dejaba vencer por la frustración y el miedo con un ligero temblor. La elfa salió para observarla con los ojos muy abiertos -Pensé que lo sabíais- A Catherine aquellas palabras le hicieron el mismo efecto que un cachetazo -No…No…- Negó varias veces como si con eso pudiera convertir la frase de Anna en otra cosa. La elfa fue acercándose mirando a Wthyr con cara de circunstancia -Por eso intento que en la comida siempre haya alimentos con ácido fólico…Y trato de que vuestros snacks sean más o menos saludables dentro de lo que puedo encontrar- La morena le dio la espalda cubriéndose la cara con las manos -¡No puedo estar embarazada! ¡Tengo demasiadas cosas que hacer!- Espetó y después miró a Wthyr señalando acusadoramente con un dedo -¡Y TÚ TIENES QUE DEJAR DE SER TAN…TAN…. TAN PUTO IRRESISTIBLE!- Soltó una palabra malsonante porque le estaba pudiendo la situación. ¿Cómo iba a ayudar a Matvey? ¿A Wthyr? ¿A su isla?... Si tenía que cuidarse. -¡NO ME VUELVAS A HABLAR EN ITALIANO!- Soltó de la nada dando un patadón al piso con el que descargó energía mágica, sin querer, y acabó abollándolo. Soltó un grito de frustración antes de empezar a llorar desconsoladamente -¿Cómo voy a ayudarte a resolver nada?- Dijo limpiándose las lágrimas con rabia -No puedo hacer nada-
El tema de los tratos con Lyosha quedó un poco al margen con todo lo que vino después, pero le advirtió que ni de broma le diese la valiosa piedra de los portales que en tantas ocasiones les había salvado. Menos aún si todavía quedaba potencial por investigar. Con lo de Lake y Leroy lo veía más como una venganza de tipo personal, porque a estas alturas...las relaciones con Ouroboros ya daban igual. - La guerra se ha ido declarando paso a paso, de manera silenciosa. - comentó en voz baja y casi para él mismo, antes de que a Cath le entrara todo el ataque de nervios y que su estómago hiciera de las suyas. Por eso pensó que lo mejor sería hacer una pausa y seguir fuera, cuando se calmase un poco.
- Exilio. Ahora mismo estamos todos repartidos por los lugares conquistados. Ni siquiera sé en qué estado han quedado. Las raíces de Ávalon se volvieron locas y se elevaron al cielo...para este momento ya debe haber culminado la unión. - la pregunta era qué pasaría cuando eso sucediese. Era uno de los objetivos de Charles, recuperar Ouroboros, unir las islas. La risa breve de Catherine ante la pregunta de sospecha de Wthyr le hizo darse cuenta de que ella ni siquiera se lo había planteado. O pensaba que era imposible o estaba muy despistada.
- Ya, sería muy raro que estuvieses, y menos que se te notase algo si sólo ha pasado un mes desde que nos encontramos por primera vez. - cierto era que le habían puesto todas las ganas acumuladas a lo largo de meses y meses de tensión, que la magia de ritual de Beltane tampoco ayudó a que se contuvieran, pero...algo no cuadraba por tiempos. ¿Podría ser de antes? ¿Del poco tiempo que retornó con el licántropo? la sombra de la duda pasó un momento por su cabeza, pero la aparición de Anna hizo que reaccionase rápidamente. - ¿Lo sabías y no dijiste nada? ¿Es que le has hecho alguna prueba? ayer le di vino...no le habría dado si lo hubiese sabido. - puso la misma cara de circunstancia que la elfa, inspirando hondo al escuchar los "no, no" de Catherine que dejaban ver que para nada estaba en sus planes quedarse otra vez tan pronto. - ¿Hay algún peligro para ella por ser tan seguido? joder...Zephyr nació en junio, y estamos en septiembre. - Desde luego que no era el mejor momento con todos los peligros que tenían que enfrentar, y por eso entendía su frustración. Le tocaba quedarse en segunda línea.
- ¿¿Yo?? - se señaló con el pulgar mientras fruncía el ceño un poco indignado por la acusación. - ¡Deja de serlo tú, es lo que pasa cuando estás cerca! Además...no fue solo culpa mía. - en realidad tanto él como ella se emplearon a fondo en el ritual, de eso no había duda. - Capisci. - acabó asintiendo diciendo que le quedaba claro eso de no hablarle en italiano, alzando ambas cejas sorprendido al ver el patadón que pegó al suelo descargando energía mágica. Aquel embarazo parecía intenso en todos los sentidos. Se levantó para rodearla entre sus brazos cuando empezó a llorar con esa rabia, apretándola un poco contra su pecho mientras asimilaba que seguramente la elfa esa estaba en lo cierto. Zephyr había sido un hijo muy deseado, y este era más bien inesperado.
- Te equivocas. Sí que puedes seguir ayudando. Todavía hay muchos planes que trazar, hipótesis que probar, documentos que leer e ideas que descartar. Sigo contando contigo. Te necesitaré. Además...- la tomó por los hombros para separarse un poco y hacer que alzase la cabeza. Lo mismo se tomaba bien lo que iba a decirle o lo mismo lo mandaba a la mierda. - ¿Cuántos niños dices que había en aquella visión que creaste?
- Exilio. Ahora mismo estamos todos repartidos por los lugares conquistados. Ni siquiera sé en qué estado han quedado. Las raíces de Ávalon se volvieron locas y se elevaron al cielo...para este momento ya debe haber culminado la unión. - la pregunta era qué pasaría cuando eso sucediese. Era uno de los objetivos de Charles, recuperar Ouroboros, unir las islas. La risa breve de Catherine ante la pregunta de sospecha de Wthyr le hizo darse cuenta de que ella ni siquiera se lo había planteado. O pensaba que era imposible o estaba muy despistada.
- Ya, sería muy raro que estuvieses, y menos que se te notase algo si sólo ha pasado un mes desde que nos encontramos por primera vez. - cierto era que le habían puesto todas las ganas acumuladas a lo largo de meses y meses de tensión, que la magia de ritual de Beltane tampoco ayudó a que se contuvieran, pero...algo no cuadraba por tiempos. ¿Podría ser de antes? ¿Del poco tiempo que retornó con el licántropo? la sombra de la duda pasó un momento por su cabeza, pero la aparición de Anna hizo que reaccionase rápidamente. - ¿Lo sabías y no dijiste nada? ¿Es que le has hecho alguna prueba? ayer le di vino...no le habría dado si lo hubiese sabido. - puso la misma cara de circunstancia que la elfa, inspirando hondo al escuchar los "no, no" de Catherine que dejaban ver que para nada estaba en sus planes quedarse otra vez tan pronto. - ¿Hay algún peligro para ella por ser tan seguido? joder...Zephyr nació en junio, y estamos en septiembre. - Desde luego que no era el mejor momento con todos los peligros que tenían que enfrentar, y por eso entendía su frustración. Le tocaba quedarse en segunda línea.
- ¿¿Yo?? - se señaló con el pulgar mientras fruncía el ceño un poco indignado por la acusación. - ¡Deja de serlo tú, es lo que pasa cuando estás cerca! Además...no fue solo culpa mía. - en realidad tanto él como ella se emplearon a fondo en el ritual, de eso no había duda. - Capisci. - acabó asintiendo diciendo que le quedaba claro eso de no hablarle en italiano, alzando ambas cejas sorprendido al ver el patadón que pegó al suelo descargando energía mágica. Aquel embarazo parecía intenso en todos los sentidos. Se levantó para rodearla entre sus brazos cuando empezó a llorar con esa rabia, apretándola un poco contra su pecho mientras asimilaba que seguramente la elfa esa estaba en lo cierto. Zephyr había sido un hijo muy deseado, y este era más bien inesperado.
- Te equivocas. Sí que puedes seguir ayudando. Todavía hay muchos planes que trazar, hipótesis que probar, documentos que leer e ideas que descartar. Sigo contando contigo. Te necesitaré. Además...- la tomó por los hombros para separarse un poco y hacer que alzase la cabeza. Lo mismo se tomaba bien lo que iba a decirle o lo mismo lo mandaba a la mierda. - ¿Cuántos niños dices que había en aquella visión que creaste?
La frase de Wthyr hizo que le mirará con un gesto algo derrotado, a fin de cuentas, no le faltaba razón pese a todo lo que Cath había intentado mediar entre ambos gobiernos. Recordó que habían demasiadas personas en el asunto y que, lamentablemente, no podía obligarlas a hacer nada. No TODO era su responsabilidad y eso aligeraba la carga y la culpa pero no la eliminaba del todo.
La escena que comentaba Wthyr le partía el corazón pues supuso que se parecía a como Ouroboros estaba la última vez que lo vio -Lo siento - Murmuró acariciándole suavemente la mano al pensar que el "exilio" era una sensación horrorosa. Al menos habían logrado conquistar algunos sitios y tener un hogar -¿Tus hermanos están todos bien?- Supuso que si, dudaba que estuviera con ella así de relajado si fuese diferente -¿Dónde están?- Sin embargo, esa pregunta quedó sin contestar.
Anna arqueó una delicada ceja ante la respuesta del moreno -¿Tengo que asumir que la Descendiente después de ser madre de tres hijos desconoce el resultado de las relaciones sexuales sin precaución?- Inquirió con un tono suave pero asertivo. Negó con la cabeza -No necesito pruebas. Es mi don. Puedo percibir la vida que se desarrolla en su interior - Le explicó al hombre mientras veía a la Descendiente perder los papeles. Se sintió sumamente incómoda al oír aquello del vino, como si la estuvieran culpando a ella. Pero no iba a asumir culpa alguna. Miró a Wthyr con un gesto serio y precavido cuando Catherine se dio la vuelta, pero aún así habló en voz alta -Hay muchos peligros- Indicó -Su cuerpo aún se está recuperando del embarazo de los mellizos y le supone un esfuerzo extra volver al proceso. El niño…podría sufrir cierto retraso en el crecimiento pero…- Miró hacia el vientre de Catherine entrecerrando los ojos -No parece el caso. Es más… ahora que os acabáis de enterar me veo en la necesidad de informar que vuestro embarazo es extraño- Advirtió y se acercó a ambos -¿Cuando creéis que pudo haber sido concebido?- Preguntó con curiosidad y preocupación - Es que… no me dan los tiempos y por lo que percibo… parece que… - No terminaba de convencer de que aquello pudiese ocurrir.
Catherine por su parte miró mal a Wthyr cuando le soltó eso de "capisci" ¡¿Qué le acababa de decir?! Se contuvo de morderse el labio porque tenía que centrar su atención en lo que le estaba diciendo mientras se refugiaba en sus brazos tratando de calmar el ataque de rabia y ansiedad -No lo entiendes- Murmuró alejando la cara para observarlo -No tienes ni idea de lo que sentí cuando estuviste en Roma- Esperaba que supiera de qué le hablaba. De pronto… lo de la visión hizo que parpadeará quedándose en blanco un momento. Recordaba poco en ese instante pero aún así… entendía por dónde venía. Catherine soltó un suspiro y volvió a refugiarse en sus brazos, quedándose en silencio mientras respiraba -Debe haber sido en Beltane- Les dijo a ambos -Fue la primera vez después de dar a luz- No se movió de donde estaba porque en el fondo estaba un poco avergonzada de no haberse dado cuenta y la pregunta de Anna la hizo sentir un poco tonta -¿Qué es lo que pasa Anna? ¿Por qué dices que es extraño?- La elfa se acercó un poco más -¿Hace cuánto fue Beltane?- Catherine se alejó de Wthyr para mirarlo con una mueca -¿Un mes y medio? Más o menos…- Contestó la morena finalmente fijándose en la elfa que la miro, de nuevo, con un gesto preocupante -No tiene sentido. Es ilógico - Insistió la niñera negando con la cabeza -¿El qué?- Preguntó Catherine empezando a ponerse nerviosa porque… por mucho que odiara estar en el banquillo, no quitaba que quería a sus hijos -Está muy desarrollado, Catherine. Por lo que puedo percibir… por mi experiencia diría que estás de tres meses y medio. Deberías ir a un chequeo lo antes posible-
La escena que comentaba Wthyr le partía el corazón pues supuso que se parecía a como Ouroboros estaba la última vez que lo vio -Lo siento - Murmuró acariciándole suavemente la mano al pensar que el "exilio" era una sensación horrorosa. Al menos habían logrado conquistar algunos sitios y tener un hogar -¿Tus hermanos están todos bien?- Supuso que si, dudaba que estuviera con ella así de relajado si fuese diferente -¿Dónde están?- Sin embargo, esa pregunta quedó sin contestar.
Anna arqueó una delicada ceja ante la respuesta del moreno -¿Tengo que asumir que la Descendiente después de ser madre de tres hijos desconoce el resultado de las relaciones sexuales sin precaución?- Inquirió con un tono suave pero asertivo. Negó con la cabeza -No necesito pruebas. Es mi don. Puedo percibir la vida que se desarrolla en su interior - Le explicó al hombre mientras veía a la Descendiente perder los papeles. Se sintió sumamente incómoda al oír aquello del vino, como si la estuvieran culpando a ella. Pero no iba a asumir culpa alguna. Miró a Wthyr con un gesto serio y precavido cuando Catherine se dio la vuelta, pero aún así habló en voz alta -Hay muchos peligros- Indicó -Su cuerpo aún se está recuperando del embarazo de los mellizos y le supone un esfuerzo extra volver al proceso. El niño…podría sufrir cierto retraso en el crecimiento pero…- Miró hacia el vientre de Catherine entrecerrando los ojos -No parece el caso. Es más… ahora que os acabáis de enterar me veo en la necesidad de informar que vuestro embarazo es extraño- Advirtió y se acercó a ambos -¿Cuando creéis que pudo haber sido concebido?- Preguntó con curiosidad y preocupación - Es que… no me dan los tiempos y por lo que percibo… parece que… - No terminaba de convencer de que aquello pudiese ocurrir.
Catherine por su parte miró mal a Wthyr cuando le soltó eso de "capisci" ¡¿Qué le acababa de decir?! Se contuvo de morderse el labio porque tenía que centrar su atención en lo que le estaba diciendo mientras se refugiaba en sus brazos tratando de calmar el ataque de rabia y ansiedad -No lo entiendes- Murmuró alejando la cara para observarlo -No tienes ni idea de lo que sentí cuando estuviste en Roma- Esperaba que supiera de qué le hablaba. De pronto… lo de la visión hizo que parpadeará quedándose en blanco un momento. Recordaba poco en ese instante pero aún así… entendía por dónde venía. Catherine soltó un suspiro y volvió a refugiarse en sus brazos, quedándose en silencio mientras respiraba -Debe haber sido en Beltane- Les dijo a ambos -Fue la primera vez después de dar a luz- No se movió de donde estaba porque en el fondo estaba un poco avergonzada de no haberse dado cuenta y la pregunta de Anna la hizo sentir un poco tonta -¿Qué es lo que pasa Anna? ¿Por qué dices que es extraño?- La elfa se acercó un poco más -¿Hace cuánto fue Beltane?- Catherine se alejó de Wthyr para mirarlo con una mueca -¿Un mes y medio? Más o menos…- Contestó la morena finalmente fijándose en la elfa que la miro, de nuevo, con un gesto preocupante -No tiene sentido. Es ilógico - Insistió la niñera negando con la cabeza -¿El qué?- Preguntó Catherine empezando a ponerse nerviosa porque… por mucho que odiara estar en el banquillo, no quitaba que quería a sus hijos -Está muy desarrollado, Catherine. Por lo que puedo percibir… por mi experiencia diría que estás de tres meses y medio. Deberías ir a un chequeo lo antes posible-
Dejó de responder cualquier pregunta anterior sobre paradero de hermanos y demás cuando les saltó la bomba de confirmación por parte de la elfa. Parecía callada y discreta, pero lo que le soltó a Catherine sonó casi a frase de reprimenda de madre, como queriendo decirle que ya era mayorcita para saber lo que hacía. Los dos lo eran, pero en medio de su inconsciencia, el no pensar en nada más y la necesidad acumulada ni se habían parado a pensar con la cabeza.
- Así que tu don...entonces sin pruebas. - de todos modos ni tenían allí a la matrona de Ávalon ni nada para comprobarlo, era la palabra de la elfa y las otras evidencias que tenían. Trató de disimular el gesto de preocupación cuando dijo aquello de que sí que era peligroso quedarse embarazada tan seguido, sobre todo porque el cuerpo de ella aún estaba recuperándose del anterior. - ¿Y qué se puede hacer para disminuir esos riesgos? - encima eso, la iba a poner en peligro por no haber sabido estarse quieto o hacer las cosas como las tenía que hacer. - ¿Y por qué dices que es extraño? - frunció el ceño entre molesto y tenso, haciendo memoria porque de verdad no le cuadraban las fechas.
- Ritual de Beltane. Y...los días que siguieron. Hará más de un mes, pero no mucho más. - se pasó la mano hacia atrás, apartándose el pelo de la cara un poco agobiado porque igual habían hecho algo mal. - Ese día había mucha carga de energía mágica...el Sanguis, nosotros, el ritual...no sé si tendrá algo que ver en lo que dices. - si se ponía a pensar en ello podía encontrarle algo de sentido. El comentario sobre Roma le hizo sonreír mínimamente, suponiendo que venía por lo de hablar italiano tras romper las estatuas. - Pues como te cuente la maldita mezcla de cosas que sentí yo en Roma...pero eso es historia para otro día. - al menos no se tomó a mal lo de recordarle la visión, aunque en ese preciso instante tampoco pareció que le hiciese demasiada ilusión. Acabó por apretarla otro poco más entre sus brazos, dejando que fuese respondiendo ella también a las preguntas de la elfa, cada vez más confusa y poniéndoles más confusos a ellos. Tres meses y medio...¿De qué iba? estaba alucinando.
- Pues nos vamos. No sé si con la sanadora que te atendió la otra vez o al otro hospital de Londres del que hablaste, donde prefieras. Anna, ve a por el niño y prepáralo para marcharnos. Yo iré a recoger el resto de cosas y en una hora estaremos listos. - se separó de ella para ir hacia la cocina, donde habían dejado todo lo que tenían que estudiar. Habría que posponerlo al menos hasta que le aclararan lo que le estaba pasando. Todo lo que había dicho la elfa lo había dejado con muy mala sensación, pero no quería transmitírselo a Catherine para no ponerla más nerviosa.
- Así que tu don...entonces sin pruebas. - de todos modos ni tenían allí a la matrona de Ávalon ni nada para comprobarlo, era la palabra de la elfa y las otras evidencias que tenían. Trató de disimular el gesto de preocupación cuando dijo aquello de que sí que era peligroso quedarse embarazada tan seguido, sobre todo porque el cuerpo de ella aún estaba recuperándose del anterior. - ¿Y qué se puede hacer para disminuir esos riesgos? - encima eso, la iba a poner en peligro por no haber sabido estarse quieto o hacer las cosas como las tenía que hacer. - ¿Y por qué dices que es extraño? - frunció el ceño entre molesto y tenso, haciendo memoria porque de verdad no le cuadraban las fechas.
- Ritual de Beltane. Y...los días que siguieron. Hará más de un mes, pero no mucho más. - se pasó la mano hacia atrás, apartándose el pelo de la cara un poco agobiado porque igual habían hecho algo mal. - Ese día había mucha carga de energía mágica...el Sanguis, nosotros, el ritual...no sé si tendrá algo que ver en lo que dices. - si se ponía a pensar en ello podía encontrarle algo de sentido. El comentario sobre Roma le hizo sonreír mínimamente, suponiendo que venía por lo de hablar italiano tras romper las estatuas. - Pues como te cuente la maldita mezcla de cosas que sentí yo en Roma...pero eso es historia para otro día. - al menos no se tomó a mal lo de recordarle la visión, aunque en ese preciso instante tampoco pareció que le hiciese demasiada ilusión. Acabó por apretarla otro poco más entre sus brazos, dejando que fuese respondiendo ella también a las preguntas de la elfa, cada vez más confusa y poniéndoles más confusos a ellos. Tres meses y medio...¿De qué iba? estaba alucinando.
- Pues nos vamos. No sé si con la sanadora que te atendió la otra vez o al otro hospital de Londres del que hablaste, donde prefieras. Anna, ve a por el niño y prepáralo para marcharnos. Yo iré a recoger el resto de cosas y en una hora estaremos listos. - se separó de ella para ir hacia la cocina, donde habían dejado todo lo que tenían que estudiar. Habría que posponerlo al menos hasta que le aclararan lo que le estaba pasando. Todo lo que había dicho la elfa lo había dejado con muy mala sensación, pero no quería transmitírselo a Catherine para no ponerla más nerviosa.
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