Recuerdo del primer mensaje :
-Descanso, tranquilidad- Enumeró Anna haciendo una leve mueca -Generalmente se recomienda dejar pasar dos años entre embarazo y embarazo. Lo mejor será que se tome un respiro- Sugirió aunque no veía a la pelinegra muy por la labor, pero ella no podía obligar a nadie a hacer lo que no querían. Esperaba que ahora que tenía la información no fuera tan… imprudente. Miró a los dos cuando Wthyr preguntó lo de extraño, mientras Catherine la observaba de vuelta con el gesto enturbiado -Porque está más avanzado de lo que debería- Resumió.
Catherine escuchaba las palabras pero parecía no procesarlas demasiado. En su mente no paraba de darle vueltas a la realidad. Iba a quedarse en el banquillo de nuevo y para bien. Movió la cabeza hacia Wthyr al oír lo del Sanguis, reconectando otra vez con la conversación -¿Crees que el ritual tendría que ver?- Frunció el ceño y Anna se movió hacia un lado, llevándose una mano a la barbilla con gesto pensativo como si intentara recordar algo -Es posible- Catherine la miró con cara de sorpresa -¿Cómo que es posible?- Anna se quedó en silencio un momento y luego se giró a ellos -En mis años de experiencia han sido pocos, contados con una mano, pero he tratado algunos embarazos de brujas que no se comportan de manera normal- Explicó -Un ritual poderoso puede influir. No olvidéis que sois una bruja, estás vinculada a tu magia. Todos tus procesos biológicos lo están- Añadió y Catherine la miró con la boca abierta por primera vez en, quizás, toda su vida.
Al escuchar el comentario de Wthyr de Roma frunció el ceño sin comprender -¿Qué? ¡Hablo de cuando casi te mueres!- Le dijo y le golpeó el pecho con un manotazo. Lo siguiente que dijo Anna también la dejó un poco sorprendida y ante las órdenes de Wthyr se fue rápidamente a preparar todo. Él también se alejó y Catherine torció el gesto, mirando el cielo. Le estaba pidiendo paciencia a algún ente superior, porque ya no podía ni mentar a Morgana. Sólo paciencia y sabiduría para poder llevar ese embarazo que no esperaba. Soltó un largo suspiro e iba a comenzar a caminar hacia la cocina cuando lo sintió.
Se llevó las manos al pecho, cogiéndose del vestido como si quisiera arrancárselo mientras emitía un gruñido de dolor que pronto se convirtió en un grito mientras caía de rodillas al piso. Algo dentro de ella se estaba rompiendo, haciéndose trizas. Un vínculo, su vínculo con… ¿Con qué? Jadeó mientras alejaba las manos para ponerlas en el piso y tratar de respirar, de meter aire en los pulmones pero le era imposible. El intenso dolor había empezado en el pecho y ahora le recorría todo el cuerpo haciéndola temblar hasta lo más profundo del alma. El dolor empezó a enfocarse en una zona en particular y dejó de ser eso para convertirse en quemazón. El sello de Ouroboros, otorgado a Catherine tras la muerte de su hermana, empezó a emitir un brillo dorado cada vez más intenso. La morena intentó arrancárselo del dedo pensando que quizás explotaría, pero la magia fue más rápida y en un haz de luz que la cubrió entera, el anillo desapareció de su mano con un grito. Segundos después la luz remitió y sólo diminutas esquirlas de magia y partículas quedaron suspendidas en el aire a su alrededor como únicas testigos del vínculo desaparecido de la última Descendiente de Morgana Le Fay con la isla mágica de Ouroboros.
Catherine escuchaba las palabras pero parecía no procesarlas demasiado. En su mente no paraba de darle vueltas a la realidad. Iba a quedarse en el banquillo de nuevo y para bien. Movió la cabeza hacia Wthyr al oír lo del Sanguis, reconectando otra vez con la conversación -¿Crees que el ritual tendría que ver?- Frunció el ceño y Anna se movió hacia un lado, llevándose una mano a la barbilla con gesto pensativo como si intentara recordar algo -Es posible- Catherine la miró con cara de sorpresa -¿Cómo que es posible?- Anna se quedó en silencio un momento y luego se giró a ellos -En mis años de experiencia han sido pocos, contados con una mano, pero he tratado algunos embarazos de brujas que no se comportan de manera normal- Explicó -Un ritual poderoso puede influir. No olvidéis que sois una bruja, estás vinculada a tu magia. Todos tus procesos biológicos lo están- Añadió y Catherine la miró con la boca abierta por primera vez en, quizás, toda su vida.
Al escuchar el comentario de Wthyr de Roma frunció el ceño sin comprender -¿Qué? ¡Hablo de cuando casi te mueres!- Le dijo y le golpeó el pecho con un manotazo. Lo siguiente que dijo Anna también la dejó un poco sorprendida y ante las órdenes de Wthyr se fue rápidamente a preparar todo. Él también se alejó y Catherine torció el gesto, mirando el cielo. Le estaba pidiendo paciencia a algún ente superior, porque ya no podía ni mentar a Morgana. Sólo paciencia y sabiduría para poder llevar ese embarazo que no esperaba. Soltó un largo suspiro e iba a comenzar a caminar hacia la cocina cuando lo sintió.
Se llevó las manos al pecho, cogiéndose del vestido como si quisiera arrancárselo mientras emitía un gruñido de dolor que pronto se convirtió en un grito mientras caía de rodillas al piso. Algo dentro de ella se estaba rompiendo, haciéndose trizas. Un vínculo, su vínculo con… ¿Con qué? Jadeó mientras alejaba las manos para ponerlas en el piso y tratar de respirar, de meter aire en los pulmones pero le era imposible. El intenso dolor había empezado en el pecho y ahora le recorría todo el cuerpo haciéndola temblar hasta lo más profundo del alma. El dolor empezó a enfocarse en una zona en particular y dejó de ser eso para convertirse en quemazón. El sello de Ouroboros, otorgado a Catherine tras la muerte de su hermana, empezó a emitir un brillo dorado cada vez más intenso. La morena intentó arrancárselo del dedo pensando que quizás explotaría, pero la magia fue más rápida y en un haz de luz que la cubrió entera, el anillo desapareció de su mano con un grito. Segundos después la luz remitió y sólo diminutas esquirlas de magia y partículas quedaron suspendidas en el aire a su alrededor como únicas testigos del vínculo desaparecido de la última Descendiente de Morgana Le Fay con la isla mágica de Ouroboros.
Las palabras descanso y tranquilidad les eran demasiado ajenas a ambos, y no fue hasta que se metieron en las cuevas encantadas que tuvieron un poco de eso. Ahora ya estaban fuera de su alcance, tendrían que buscar la tranquilidad por sus propios medios. Asintió resignado a las palabras de la elfa, todavía sin comprender cómo podía ser tan avanzado el estado que tenía. Al menos le tranquilizaba un poco saber que opinaba como él, que era posible que el ritual hubiese influido en el momento de la concepción. No tenía por qué ser nada malo, sólo...diferente, poco habitual. En realidad el anterior embarazo también había sido extraño, con dos hijos cada uno de un padre y con semanas de diferencia. El único normal debió haber sido el de Aedan, e incluso ese se lo fastidiaron en el momento del parto. Wthyr se prometió que haría que el nacimiento del que venía fuese sin sobresaltos.
El manotazo en el pecho de ella tras hablar de lo de Roma le sacó de sus cavilaciones, dándose cuenta de que estaba pensando en algo completamente diferente a lo que estaba pensando ella. Claro, el día que retornó de Roma prácticamente muerto, tras enviarla a ella de vuelta. - Ah, ya sé por dónde ibas. Qué agresiva. Se ve que decidí bloquear ese mal recuerdo...lo del estanque de sangre, las visiones, la discusión de después... - su expresión se oscureció levemente, sobre todo por la parte de las visiones...
Algunas eran cosas que habían sucedido, otras que podían suceder, y otras que tal vez no sucederían nunca, pero le estremeció darse cuenta de que dos de ellas se habían hecho reales. El árbol había tratado de engullir a Gwen, y Matvey había desaparecido. Todavía siguió absorto en aquello tras marcharse y alejarse de Catherine, guardando de manera casi autómata los pergaminos y libros en su bolsa extensible. Alzó la cabeza de manera repentina al escuchar un gruñido de dolor que provenía de fuera de la cocina, seguido del sonido de alguien cayendo al suelo. Un escalofrío desagradable le recorrió la espalda, percibiendo que algo no iba bien. Se dio la vuelta de inmediato, echando a correr hacia el exterior justo donde la había dejado. Le dio un vuelvo al corazón al encontrarla en el suelo de rodillas y con las manos apoyadas, como si luchase por respirar. Lo primero que se le pasó por la cabeza es que estaba relacionado con el embarazo, que quizás era incluso más problemático de lo que le había dicho la elfa.
- ¡Catherine! - al alzar la voz sonó más alarmado de lo que pretendía, pero es que no entendía nada de lo que estaba pasando así sin motivo aparente. Se arrodilló a su lado poniendo una mano sobre su espalda, notando ese temblor que le recorría el cuerpo como espasmos de dolor. - ¿Qué te duele, qué sientes? - bajó rápidamente la mirada al anillo que había comenzado a emitir un brillo exagerado, comprendiendo que tenía que ver con eso. Una maldición, un hechizo malintencionado...lo que fuera, pero tenía que quitárselo rápido. Le pareció que era el sello de Ouroboros, pero en cuestión de segundos y con esa tensión no le daba para hacer teorías. Fue a tirar casi a la par que ella, pero antes de poder hacer nada la luz se intensificó de tal manera que pareció quemar el anillo hasta reducirlo a la nada, a un simple eco en forma de esquirlas que volaron a su alrededor.
- Se ha volatilizado...¿por qué? ¿Era el anillo de Ouroboros? - No tardó ni dos segundos en alzarla en volandas del suelo para llevarla a la habitación, dejándola sobre la cama para revisar que no hubiese heridas sangrantes que tuviese que cerrar. Apoyó una mano sobre su frente un momento, fijándose después en las pupilas y comprobando después el ritmo cardíaco obviamente acelerado.
El manotazo en el pecho de ella tras hablar de lo de Roma le sacó de sus cavilaciones, dándose cuenta de que estaba pensando en algo completamente diferente a lo que estaba pensando ella. Claro, el día que retornó de Roma prácticamente muerto, tras enviarla a ella de vuelta. - Ah, ya sé por dónde ibas. Qué agresiva. Se ve que decidí bloquear ese mal recuerdo...lo del estanque de sangre, las visiones, la discusión de después... - su expresión se oscureció levemente, sobre todo por la parte de las visiones...
Flashback en el tempo de sangre escribió:El murmullo de la magia en el Templo de Sangre comenzó a infiltrarse poco a poco en todo su ser, intentando recuperar su maltrecho cuerpo, ocupando los resquicios de su mente aún dormida. Todavía no era capaz de despertar, inmerso en una sucesión de escenas e imágenes inconexas, reales o no. La cara de sorpresa y decepción de Catherine al cruzar el portal. Valqar y Behemoth tomando salvajemente el control...Rasputín desapareciendo. Traiciones. La derrota en las montañas...él asesinando allí a Shyvanna. Alucinaciones en el laberinto. Gwen engullida por el árbol.
Un muerto viviente corriendo. Una biblioteca, un candil y libros por el suelo. Una conjura de su propia sangre...tres figuras difusas. El llanto de un bebé en una cuna vacía. La sala del trono, y él muriendo en brazos de Catherine.
Sangre roja, sangre negra. Sangre en la nieve. Sacrificios. Gritos. Sangre, sangre, y más sangre...
Algunas eran cosas que habían sucedido, otras que podían suceder, y otras que tal vez no sucederían nunca, pero le estremeció darse cuenta de que dos de ellas se habían hecho reales. El árbol había tratado de engullir a Gwen, y Matvey había desaparecido. Todavía siguió absorto en aquello tras marcharse y alejarse de Catherine, guardando de manera casi autómata los pergaminos y libros en su bolsa extensible. Alzó la cabeza de manera repentina al escuchar un gruñido de dolor que provenía de fuera de la cocina, seguido del sonido de alguien cayendo al suelo. Un escalofrío desagradable le recorrió la espalda, percibiendo que algo no iba bien. Se dio la vuelta de inmediato, echando a correr hacia el exterior justo donde la había dejado. Le dio un vuelvo al corazón al encontrarla en el suelo de rodillas y con las manos apoyadas, como si luchase por respirar. Lo primero que se le pasó por la cabeza es que estaba relacionado con el embarazo, que quizás era incluso más problemático de lo que le había dicho la elfa.
- ¡Catherine! - al alzar la voz sonó más alarmado de lo que pretendía, pero es que no entendía nada de lo que estaba pasando así sin motivo aparente. Se arrodilló a su lado poniendo una mano sobre su espalda, notando ese temblor que le recorría el cuerpo como espasmos de dolor. - ¿Qué te duele, qué sientes? - bajó rápidamente la mirada al anillo que había comenzado a emitir un brillo exagerado, comprendiendo que tenía que ver con eso. Una maldición, un hechizo malintencionado...lo que fuera, pero tenía que quitárselo rápido. Le pareció que era el sello de Ouroboros, pero en cuestión de segundos y con esa tensión no le daba para hacer teorías. Fue a tirar casi a la par que ella, pero antes de poder hacer nada la luz se intensificó de tal manera que pareció quemar el anillo hasta reducirlo a la nada, a un simple eco en forma de esquirlas que volaron a su alrededor.
- Se ha volatilizado...¿por qué? ¿Era el anillo de Ouroboros? - No tardó ni dos segundos en alzarla en volandas del suelo para llevarla a la habitación, dejándola sobre la cama para revisar que no hubiese heridas sangrantes que tuviese que cerrar. Apoyó una mano sobre su frente un momento, fijándose después en las pupilas y comprobando después el ritmo cardíaco obviamente acelerado.
-No soy agresiva- Le dijo con el ceño fruncido aunque mientras lo hacía llevó su mano hacia la espalda y se la cogió con la otra, un poco irritada de haber reaccionado de esa manera y que encima él se diera cuenta. Se percató de que finalmente cayó en lo que le estaba diciendo y le recorrió un escalofrío al recordar lo que habían hablado en las cuevas sobre las visiones que había tenido en el estanque. Una vez más encontraba incomprensible cómo el Sanguis Ligno podría haberle salvado la vida a ambos…y ahora le exiliaba, a él y a todos los Pendragon. Tensó suavemente los labios pero prefirió no ahondar en el tema y seguir con la revisión del embarazo.
-N-No puedo…- No podía respirar bien, ni tampoco soportar el dolor que le estaba recorriendo. Ambos se dieron cuenta de que el anillo era el culpable pero llegaron tarde a hacer algo al respecto. Catherine sintió un enorme vacío en el cuerpo mientras el dolor menguaba. Un… silencio extraño. La ausencia de…un vínculo. Parpadeó tratando de alejar las lágrimas mientras se abrazaba a Wthyr, tratando de que sus pensamientos estuviesen en orden y poder decir algo…coherente.
No respondió al principio, se recostó en la cama mirando hacia el frente con el ceño fruncido. Se llevó una mano al pecho, como buscando algo que no iba a encontrar -Eso es todo- Susurró mientras la extraña sensación se mantenía. La morena recordó que algo parecido le había ocurrido durante su incorporación al Consejo, durante la juramentación. Tal como había dicho Gio, una parte de su esencia formaba un vínculo con la isla. La existencia de ese vínculo se había mimetizado con ella, convirtiéndose en su propia esencia y ahora que le había sido arrancado se sentía…hueca.
Catherine se miró las manos y luego observó a Wthyr -Sí…era el sello. Mi vínculo con la isla se ha roto- Susurró extrañada, como si aún le estuviera costando procesarlo. Parpadeó un poco mientras su cabeza empezaba a hacer las conexiones correspondientes y atrajo su brazalete para colocárselo, abriéndolo para ver los mensajes recientes sorprendiendose del de Ian. Confirmó la fecha y suspiró, no había sido en ese instante. Tras ello uno de Rosse que la dejó pensativa. Cerró el brazalete tras enviar un mensaje largo y decidió que luego hablaría con Ian, para pedirle disculpas por si Giordano le había ido a buscar a su casa o algo. Era raro pensar en ellos juntos.
Se llevó las manos a la cara, estrujándosela un poco -Dice Rosse que se han unido. Aparentemente, está rodeado de un velo o algo por el estilo. Y supuestamente hay personas o algo moviéndose. ¿Quedó gente en Ávalon?- Preguntó alzando la mirada hacia él
-N-No puedo…- No podía respirar bien, ni tampoco soportar el dolor que le estaba recorriendo. Ambos se dieron cuenta de que el anillo era el culpable pero llegaron tarde a hacer algo al respecto. Catherine sintió un enorme vacío en el cuerpo mientras el dolor menguaba. Un… silencio extraño. La ausencia de…un vínculo. Parpadeó tratando de alejar las lágrimas mientras se abrazaba a Wthyr, tratando de que sus pensamientos estuviesen en orden y poder decir algo…coherente.
No respondió al principio, se recostó en la cama mirando hacia el frente con el ceño fruncido. Se llevó una mano al pecho, como buscando algo que no iba a encontrar -Eso es todo- Susurró mientras la extraña sensación se mantenía. La morena recordó que algo parecido le había ocurrido durante su incorporación al Consejo, durante la juramentación. Tal como había dicho Gio, una parte de su esencia formaba un vínculo con la isla. La existencia de ese vínculo se había mimetizado con ella, convirtiéndose en su propia esencia y ahora que le había sido arrancado se sentía…hueca.
Catherine se miró las manos y luego observó a Wthyr -Sí…era el sello. Mi vínculo con la isla se ha roto- Susurró extrañada, como si aún le estuviera costando procesarlo. Parpadeó un poco mientras su cabeza empezaba a hacer las conexiones correspondientes y atrajo su brazalete para colocárselo, abriéndolo para ver los mensajes recientes sorprendiendose del de Ian. Confirmó la fecha y suspiró, no había sido en ese instante. Tras ello uno de Rosse que la dejó pensativa. Cerró el brazalete tras enviar un mensaje largo y decidió que luego hablaría con Ian, para pedirle disculpas por si Giordano le había ido a buscar a su casa o algo. Era raro pensar en ellos juntos.
Se llevó las manos a la cara, estrujándosela un poco -Dice Rosse que se han unido. Aparentemente, está rodeado de un velo o algo por el estilo. Y supuestamente hay personas o algo moviéndose. ¿Quedó gente en Ávalon?- Preguntó alzando la mirada hacia él
El momento de tensión se fue diluyendo poco a poco cuando por fin comprobó que lo que fuese que había sucedido no le había dejado secuelas. - ¿Mejor? - Ya en la cama intentó comprender el motivo de lo sucedido, llevando su mano a la de ella cuando dijo lo del sello de Ouroboros. Se había extinguido, como si nunca hubiese existido. - ¿Tan fuerte es vuestro vínculo con Ouroboros? - en parte le sorprendía, y en parte le daba cierta envidia porque ni él ni los suyos habían sentido nada así por la pérdida de Ávalon. Ni siquiera había notado una disminución de su poder, al menos por el momento. La observó con inquietud mientras leía todos los mensajes del brazalete, los que le habían enviado los miembros del Consejo.
- Es justo lo que suponíamos. Lo que el Sanguis pidió. Unir Ávalon con Ouroboros. Está cumpliendo sus objetivos poco a poco, y probablemente su poder sea mucho mayor ahora. - puso cara de extrañeza a la pregunta de si quedaron personas en Ávalon, negando pero sin estar convencido del todo. - Nos aseguramos de sacarlos a todos. A no ser que...algunos decidieran regresar más tarde. Las sacerdotisas no parecían nada convencidas con todo aquello. Incluso me costó apaciguar a los de Atila. De no ser porque tenemos muchas tierras conquistadas habría sido aún peor el reubicarnos. - no quiso decirlo, pero le frustraba tremendamente no haber conseguido evitar el exilio. Además sabía que muchos le culpaban.
Esperaron un poco más hasta que ella estuvo recuperada como para moverse, pero al final decidieron que no tenía sentido trasladarse a otro lado porque ya no había donde ir. Prepararon lo justo, además de pedir a la elfa que los acompañase para quedarse con el niño mientras acudían al hospital. Finalmente hicieron el portal que les llevaría allí, aunque Wthyr se ofreció a "guardar" la piedra con él tras haber cruzado.
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visiones de lo que sucede? nop
- Es justo lo que suponíamos. Lo que el Sanguis pidió. Unir Ávalon con Ouroboros. Está cumpliendo sus objetivos poco a poco, y probablemente su poder sea mucho mayor ahora. - puso cara de extrañeza a la pregunta de si quedaron personas en Ávalon, negando pero sin estar convencido del todo. - Nos aseguramos de sacarlos a todos. A no ser que...algunos decidieran regresar más tarde. Las sacerdotisas no parecían nada convencidas con todo aquello. Incluso me costó apaciguar a los de Atila. De no ser porque tenemos muchas tierras conquistadas habría sido aún peor el reubicarnos. - no quiso decirlo, pero le frustraba tremendamente no haber conseguido evitar el exilio. Además sabía que muchos le culpaban.
Esperaron un poco más hasta que ella estuvo recuperada como para moverse, pero al final decidieron que no tenía sentido trasladarse a otro lado porque ya no había donde ir. Prepararon lo justo, además de pedir a la elfa que los acompañase para quedarse con el niño mientras acudían al hospital. Finalmente hicieron el portal que les llevaría allí, aunque Wthyr se ofreció a "guardar" la piedra con él tras haber cruzado.
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El miembro 'Wthyr Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Retiró a los niños de la casa Hacksaw en una escena un poco incómoda. No supo bien cómo gestionar la actitud de Chloe y aunque le costó acabó diciéndole que indiferentemente de su situación con Ian, seguía considerándola alguien importante para ella y si necesitaba ayuda con lo que fuera, le avisara. No sabía si lo haría. No sabía si Chloe también pecaba de orgullo Hacksaw, esperaba que no.
Al llegar a Italia, Aedan en seguida se alejó del grupo corriendo y Anna fue tras él mientras Catherine le observaba con el ceño levemente fruncido. No solía comportarse así pero quizás…¿Tenía hambre? Aelin estaba descansando en el cochecito así que de momento no había problemas y Zephyr tenía hora de amamantar, así que Catherine le dio el mando del cochecito a Wthyr y le cambió a Zephyr mientras iban hacia la habitación.
-Mei me está esperando en el Muro de Adriano. Haremos una proyección astral para ingresar a las islas y ver cuál es la situación. Rosse intentó enviar uno de sus… de sus…cosos- Dijo por no encontrar una mejor palabra -Pero perdió la conexión telepática y Markus sospecha que ha muerto, supongo que yo también- Suspiró mientras se sentaba en la cama, empezando a sacarse una de las mangas para descubrirse el pecho y acomodar a Zephyr.
-Habrá una reunión en las ruinas de Ouroboros, iremos juntos. Ya les he dicho que estamos juntos… y esperan la presencia de los Pendragon en la reunión- Le dijo mientras cerraba los ojos un momento y echaba la cabeza hacia atrás para apoyarla en el respaldo -También debo hablar con Khaled para tener más información sobre el ritual- Suspiró brevemente y luego abrió los ojos para observarlo -¿Quién te escribió?
Rela Wiwi - Aedan
Rela Wiwi - Aelin
Al llegar a Italia, Aedan en seguida se alejó del grupo corriendo y Anna fue tras él mientras Catherine le observaba con el ceño levemente fruncido. No solía comportarse así pero quizás…¿Tenía hambre? Aelin estaba descansando en el cochecito así que de momento no había problemas y Zephyr tenía hora de amamantar, así que Catherine le dio el mando del cochecito a Wthyr y le cambió a Zephyr mientras iban hacia la habitación.
-Mei me está esperando en el Muro de Adriano. Haremos una proyección astral para ingresar a las islas y ver cuál es la situación. Rosse intentó enviar uno de sus… de sus…cosos- Dijo por no encontrar una mejor palabra -Pero perdió la conexión telepática y Markus sospecha que ha muerto, supongo que yo también- Suspiró mientras se sentaba en la cama, empezando a sacarse una de las mangas para descubrirse el pecho y acomodar a Zephyr.
-Habrá una reunión en las ruinas de Ouroboros, iremos juntos. Ya les he dicho que estamos juntos… y esperan la presencia de los Pendragon en la reunión- Le dijo mientras cerraba los ojos un momento y echaba la cabeza hacia atrás para apoyarla en el respaldo -También debo hablar con Khaled para tener más información sobre el ritual- Suspiró brevemente y luego abrió los ojos para observarlo -¿Quién te escribió?
Rela Wiwi - Aedan
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El miembro 'Catherine Le Fay' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Dado (20)' :
'Dado (20)' :
Retornaron a Italia con la confirmación de un nuevo Pendragon en camino y dos niños más de los que tenían cuando se fueron, algo que todavía estaba asimilando cuando uno de los pequeños se escapó corriendo nada más llegar. Podía ser que fuese el comportamiento normal de un crío de esa edad, o simplemente no le había parecido bien que lo sacasen de su casa. Dejó que la elfa se encargase de Aedan, mientras que él se hacía cargo del carro de la Aelin. Así dormida nadie diría que era cierto lo del alma de Morgana, hasta el momento no parecía haber problema alguno. La miró un instante con gesto pensativo, recordando el agobiante momento del nacimiento en el que intentaron reanimarla por todos los medios. El Sanguis no quiso salvarla...y ahora ellos también habían perdido su favor. Ya no podían recurrir a él en casos de extrema necesidad.
Volvió a conectarse de nuevo al escuchar la voz de Catherine comentando lo de Mei y la proyección astral, comprendiendo en parte lo que quería hacer. Pisar ese sitio no era una opción, menos con lo que sabían hasta el momento. - Eso es zona hostil ahora mismo. Lo más probable es que cualquier ser viviente vea su alma arrancada si cruza esas fronteras. Gwen cree que podría tener que ver con algo que nos decía Aelle sobre un velo de la muerte. - así que volvían a estar un poco en las mismas, sin saber cómo atacar a la raíz del problema sin morir a la primera de cambio. Si antes era difícil, ahora lo era el doble. Dejó el carro de la niña junto a la cama, sentándose él en el borde mientras Catherine comenzaba a amamantar a Zephyr. ¿Cómo iba a hacer luego para arreglárselas así con dos casi de la misma edad? o más bien tres, si contaba a Aelin. Se quedó observando a su hijo en silencio durante unos segundos, acabando por alzar la mirada hacia Catherine arqueando una ceja tras escuchar todas las tareas que supuestamente iba a hacer.
- Frena un poco. No es por llevarte la contraria, que sabes que no me gusta nada...- añadió de con tono irónico, apoyándose también en el respaldo para quedar junto a ella. - pero ahora te toca descansar. Una proyección de ese tipo consume demasiada energía. No es el mejor momento para que te adentres mentalmente en la isla. Me quedo con tus tareas, y haré otras tantas que tengo pendientes. Podría buscar a alguien para que haga lo de la proyección con Mei, o intentarlo yo mismo robándole sus poderes. - ya había probado esa habilidad varias veces, así que no debería ser tan complicado para hacerlo de manera breve. - Sobre la reunión...delega en mí. Si les molesta que vaya yo solo no es asunto mío. Es más, hasta me divierte irritarlos. - de lo de Khaled si que no tenía ni idea, pero no hacía falta reunirse para que le diese información. Ese ritual que le mencionó no le parecía de fiar. - Invítalo a la piscina. Seguro que los nigromantes se deshacen si se meten con bañador en una. Piénsatelo. no se lo imaginaba en absoluto en ese contexto, ni quemado por el sol. Se subió las mangas de la camisa hasta el codo ahora que habían vuelto a un sitio de calor, aunque no se quedaría mucho de todos modos.
- Era una carta de Gwen, me dijo lo que había visto de lejos con las dos islas unidas. Iré a reunirme con ella en una hora. - por mucho que le apeteciese quedarse ahí ignorando todo, no debía ni podía. En ese momento entró Aedan a la habitación, gritando "cojones ya" con cara de enfado mientras le arrojaba las ceras de colores a Wthyr a la pierna. Después de eso se fue corriendo otra vez, yendo a saltar en los sofás de la casa. Estaba claro que lo odiaba igual que hacía el padre. Ahora era un niño, pero tenían que solucionar eso antes de que creciese. - Vas a tener que enseñarme cómo se trata con un crío. Parece mil veces más complicado que un dragón. - al menos a Zephyr ya sabía manejarlo, dormirlo y todas esas cosas, pero ahora empezaba a hacerse una idea de lo que venía después.
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Dado de interacción con Aedan (1, mal)
Dado de tareas a resolver (10)
Volvió a conectarse de nuevo al escuchar la voz de Catherine comentando lo de Mei y la proyección astral, comprendiendo en parte lo que quería hacer. Pisar ese sitio no era una opción, menos con lo que sabían hasta el momento. - Eso es zona hostil ahora mismo. Lo más probable es que cualquier ser viviente vea su alma arrancada si cruza esas fronteras. Gwen cree que podría tener que ver con algo que nos decía Aelle sobre un velo de la muerte. - así que volvían a estar un poco en las mismas, sin saber cómo atacar a la raíz del problema sin morir a la primera de cambio. Si antes era difícil, ahora lo era el doble. Dejó el carro de la niña junto a la cama, sentándose él en el borde mientras Catherine comenzaba a amamantar a Zephyr. ¿Cómo iba a hacer luego para arreglárselas así con dos casi de la misma edad? o más bien tres, si contaba a Aelin. Se quedó observando a su hijo en silencio durante unos segundos, acabando por alzar la mirada hacia Catherine arqueando una ceja tras escuchar todas las tareas que supuestamente iba a hacer.
- Frena un poco. No es por llevarte la contraria, que sabes que no me gusta nada...- añadió de con tono irónico, apoyándose también en el respaldo para quedar junto a ella. - pero ahora te toca descansar. Una proyección de ese tipo consume demasiada energía. No es el mejor momento para que te adentres mentalmente en la isla. Me quedo con tus tareas, y haré otras tantas que tengo pendientes. Podría buscar a alguien para que haga lo de la proyección con Mei, o intentarlo yo mismo robándole sus poderes. - ya había probado esa habilidad varias veces, así que no debería ser tan complicado para hacerlo de manera breve. - Sobre la reunión...delega en mí. Si les molesta que vaya yo solo no es asunto mío. Es más, hasta me divierte irritarlos. - de lo de Khaled si que no tenía ni idea, pero no hacía falta reunirse para que le diese información. Ese ritual que le mencionó no le parecía de fiar. - Invítalo a la piscina. Seguro que los nigromantes se deshacen si se meten con bañador en una. Piénsatelo. no se lo imaginaba en absoluto en ese contexto, ni quemado por el sol. Se subió las mangas de la camisa hasta el codo ahora que habían vuelto a un sitio de calor, aunque no se quedaría mucho de todos modos.
- Era una carta de Gwen, me dijo lo que había visto de lejos con las dos islas unidas. Iré a reunirme con ella en una hora. - por mucho que le apeteciese quedarse ahí ignorando todo, no debía ni podía. En ese momento entró Aedan a la habitación, gritando "cojones ya" con cara de enfado mientras le arrojaba las ceras de colores a Wthyr a la pierna. Después de eso se fue corriendo otra vez, yendo a saltar en los sofás de la casa. Estaba claro que lo odiaba igual que hacía el padre. Ahora era un niño, pero tenían que solucionar eso antes de que creciese. - Vas a tener que enseñarme cómo se trata con un crío. Parece mil veces más complicado que un dragón. - al menos a Zephyr ya sabía manejarlo, dormirlo y todas esas cosas, pero ahora empezaba a hacerse una idea de lo que venía después.
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Dado de interacción con Aedan (1, mal)
Dado de tareas a resolver (10)
Dados
Raza
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Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Wthyr Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Dado (20)' :
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#2 'Dado (10)' :
#1 'Dado (20)' :
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#2 'Dado (10)' :
-Por eso haremos una proyección astral. No es lo mismo que ir físicamente. Me parece una opción idónea y Mei es diestra en ese aspecto- Le dijo aunque luego frunció suavemente el ceño. ¿La proyección astral era sólo mental o también viajaba el alma? ¿Había peligros de sufrir el mismo destino? -¿Velo de la muerte? - Se le quedó mirando en silencio durante un momento y entonces movió la cabeza con brusquedad hacia su escritorio. Con la mano libre movió suavemente los dedos y abrió el cajón superior, sacando de allí un libro con una portada negra y pequeños detalles en dorado. Estaba gastado, viejo, uno de los pocos que había logrado recuperar -Hay…- Susurró y cuando llegó hasta su regazo se lo tendió a Wthyr -Busca uno de los últimos capítulos- Dijo moviendo los dedos como “apúrate, anda”
Aquel frena un poco y su posterior comentario hicieron que arqueara la ceja -No…- Soltó con un poco de irritación porque ya lo veía poniéndose del lado de Anna. Aún así, suavizó el gesto al escuchar su tono irónico y puso los ojos en blanco para mirar al frente. Tras eso su sugerencia hizo que le mirara con las cejas arqueadas -No vas a robarle nada a Mei- Primero que nada, porque no le quería tocando a otra mujer haciendo lo que hacía CON ELLA. Ok… Se sorprendió del nivel de posesividad que le recorrió como un relámpago y entonces, analizó sobre sus conocidos y luego cayó en cuenta de que sí había alguien con un nivel elevado en telepatía y poderes mentales -Johan Black, el líder de las fuerzas de la resistencia. Aunque no sé cómo se llaman ahora. Él conoce de esto y puede ayudarnos-
Lo de la reunión y eso de “delegar”... Catherine sonrió de lado con una soberbia que le era imposible de contener. Luego intentó morderse el labio para ocultar la sonrisa -¿Wthyr Pendragon hará lo que comanda su reina?- Trató de todas las maneras posibles no reírse ante la cara de Wthyr pero acabó fallando para luego negar con la cabeza -No, yo quiero irritarles también. Ir a una reunión no me pasará factura…Y si lo hace, me voy- Reconoció y esperó a que la negociación fuese suficiente para que Wthyr no la dejara de lado.
No se esperó, en lo absoluto, la broma de Wthyr sobre los nigromantes y Catherine se le quedó mirando entre estupefacta y divertida porque la imagen… Es que de sólo pensar en Khaled o Matvey en una piscina… Joder, es que no podía. Soltó una risa baja mientras lo miraba alzarse las mangas como si tal cosa y, sin embargo, a ella aquella faceta de Wthyr no paraba de revolverle las hormonas. -¿Puedes parar?- Le preguntó negando con la cabeza y apartando la mirada al frente tratando de rebajar el sonrojo que le subió a las mejillas …y que no bajó, sino que se acrecentó tanto como el latido de su corazón, cuando sus ojos fueron a parar a la puerta del baño.
-Debería venir a la reunión- Dijo carraspeando para poner en orden su cabeza, aprovechando para cambiar a Zephyr de pecho cuando Aedan vino gritando con una actitud que nunca le había visto y tiró las ceras a Wthyr. El gesto de Catherine se volvió un poco turbio y el sentimiento de haberle fallado a sus hijos fue tan fuerte que no reaccionó a tiempo y el pequeño ya se había ido. Tardó un poco más de la cuenta en volver la mirada hacia el moreno con gesto serio -Lo es…- Inspiró profundo, llevándose la mano a los ojos para presionárselos buscando evitar que la humedad en ellos se transformara en lágrimas -No podemos esperar que se adapte a esto de la misma forma que nosotros. Es un niño y no entiende lo que ha sucedido…y por mucho que se lo explique… Da igual, sigue siendo un niño.
¿Tiene info del velo de la muerte? 9/10
Aquel frena un poco y su posterior comentario hicieron que arqueara la ceja -No…- Soltó con un poco de irritación porque ya lo veía poniéndose del lado de Anna. Aún así, suavizó el gesto al escuchar su tono irónico y puso los ojos en blanco para mirar al frente. Tras eso su sugerencia hizo que le mirara con las cejas arqueadas -No vas a robarle nada a Mei- Primero que nada, porque no le quería tocando a otra mujer haciendo lo que hacía CON ELLA. Ok… Se sorprendió del nivel de posesividad que le recorrió como un relámpago y entonces, analizó sobre sus conocidos y luego cayó en cuenta de que sí había alguien con un nivel elevado en telepatía y poderes mentales -Johan Black, el líder de las fuerzas de la resistencia. Aunque no sé cómo se llaman ahora. Él conoce de esto y puede ayudarnos-
Lo de la reunión y eso de “delegar”... Catherine sonrió de lado con una soberbia que le era imposible de contener. Luego intentó morderse el labio para ocultar la sonrisa -¿Wthyr Pendragon hará lo que comanda su reina?- Trató de todas las maneras posibles no reírse ante la cara de Wthyr pero acabó fallando para luego negar con la cabeza -No, yo quiero irritarles también. Ir a una reunión no me pasará factura…Y si lo hace, me voy- Reconoció y esperó a que la negociación fuese suficiente para que Wthyr no la dejara de lado.
No se esperó, en lo absoluto, la broma de Wthyr sobre los nigromantes y Catherine se le quedó mirando entre estupefacta y divertida porque la imagen… Es que de sólo pensar en Khaled o Matvey en una piscina… Joder, es que no podía. Soltó una risa baja mientras lo miraba alzarse las mangas como si tal cosa y, sin embargo, a ella aquella faceta de Wthyr no paraba de revolverle las hormonas. -¿Puedes parar?- Le preguntó negando con la cabeza y apartando la mirada al frente tratando de rebajar el sonrojo que le subió a las mejillas …y que no bajó, sino que se acrecentó tanto como el latido de su corazón, cuando sus ojos fueron a parar a la puerta del baño.
-Debería venir a la reunión- Dijo carraspeando para poner en orden su cabeza, aprovechando para cambiar a Zephyr de pecho cuando Aedan vino gritando con una actitud que nunca le había visto y tiró las ceras a Wthyr. El gesto de Catherine se volvió un poco turbio y el sentimiento de haberle fallado a sus hijos fue tan fuerte que no reaccionó a tiempo y el pequeño ya se había ido. Tardó un poco más de la cuenta en volver la mirada hacia el moreno con gesto serio -Lo es…- Inspiró profundo, llevándose la mano a los ojos para presionárselos buscando evitar que la humedad en ellos se transformara en lágrimas -No podemos esperar que se adapte a esto de la misma forma que nosotros. Es un niño y no entiende lo que ha sucedido…y por mucho que se lo explique… Da igual, sigue siendo un niño.
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El miembro 'Catherine Le Fay' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Negó con la cabeza poco convencido de que Catherine fuera a hacer eso con Mei precisamente ahora, era un riesgo innecesario. Esperaba que terminase descartando la idea por ella misma. - Sí, creo que el nombre "velo de al muerte" lo dice todo. - Después miró con curiosidad el libro que sacó de la mesilla, pasando las páginas rápido para llegar al último capítulo. Leyó por encima, pero eran cosas que le sonaban. Hacia referencia a una especie de arco con una superficie ondulante y extraña a través de la cual se escuchaban sonidos como si hubiese almas atrapadas en el interior, y que si alguien vivo intentaba cruzarlo desaparecía. - En resumen, que si cruzamos estamos muertos. No nos dice nada nuevo. - sólo cosas que ya se suponían. No cerró el libro por el momento, pero tenía poca esperanza de que aportase nueva información.
Ya se esperaba que le sentase mal eso de que iba a "robarle" a Mei sus poderes, pero le hizo un gesto de que tampoco era para tanto. - Es algo breve, y no le sucede nada malo. No le haría daño, si es lo que temes. Mándale un mensaje para avisarle que voy y me abres un portal directo. Será rápido. - al principio no asoció el nombre de Johan Black con su cara, hasta que acabó recordando que era el tipo con el que compartieron una de las misiones en el núcleo de S.A.M., la misión final. - Pues contacta con él. Aunque esos van a su aire, no sé podréis contar con ellos. - esbozó una media sonrisa por eso de hacer lo que comandase su reina, dejando que se inflase un poco el ego de ella. - Tal vez...todas las misiones interesantes que me propongas. - sobre lo de la reunión tal vez cambiaba de idea, puesto que no era ese mismo día y tenían algo de tiempo de margen. Además, siempre le gustaba escuchar las respuestas cortantes de Catherine a aquellos que le soltaban estupideces.
- ¿Parar qué? no hice nada. - preguntó arqueando una ceja mientras ella apartaba la mirada de él y la ponía al frente, claramente sonrojada. Siguió la dirección en la que fueron sus ojos y enseguida entendió el comentario. Además, en cuanto se centró un poco en su pulso captó que se le había acelerado el corazón. - Te veo descentrada. Juraría que te has puesto nerviosa y todo. - comentó en tono intencionadamente sugerente y algo burlón, aunque lo dejó estar porque realmente necesitaban centrarse los dos.
El ambiente cambió después de que Aedan entrase y saliese del cuarto hecho un torbellino, provocando que a Catherine también le cambiase el semblante radicalmente. Podía imaginarse lo difícil que tenía que ser, que probablemente se sintiese "culpable" por los cambios en la vida de su hijo. En muchas ocasiones le había repetido que no quería ser como sus padres, que quería una familia como la que no había podido tener. Ahora parecía ver todo eso amenazado. Bajó la mirada un momento hacia Zephyr, acariciando un poco su mejilla con el pulgar. Esperaba que cuando creciera tampoco hiciese distinciones con sus hermanos. - Por eso mismo, es muy pequeño para entender explicaciones. Dale tiempo para acostumbrarse. - alzó el brazo para rodearla por los hombros y atraerla ligeramente hacia él, dejando un beso en su cabeza. - No eres tus padres, a ellos no les importaba la familia de la forma que te importa a ti. - puso énfasis en las primeras palabras para que calasen en ella, permitiéndose algunos segundos más de paz antes de tener que moverse de esa posición porque debía hacer cosas. - Deja que te haga unos rollos bélicos, que al final no has comido nada en todo el día y Beltane crece por momentos. - sí, así le iba a llamar hasta que tuviesen un nombre mejor que ponerle, le gustase o no. Se levantó de la cama finalmente, yendo a la cocina para ver si podía preparar aquella comida con la que se las habían arreglado en las cuevas.
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Ya se esperaba que le sentase mal eso de que iba a "robarle" a Mei sus poderes, pero le hizo un gesto de que tampoco era para tanto. - Es algo breve, y no le sucede nada malo. No le haría daño, si es lo que temes. Mándale un mensaje para avisarle que voy y me abres un portal directo. Será rápido. - al principio no asoció el nombre de Johan Black con su cara, hasta que acabó recordando que era el tipo con el que compartieron una de las misiones en el núcleo de S.A.M., la misión final. - Pues contacta con él. Aunque esos van a su aire, no sé podréis contar con ellos. - esbozó una media sonrisa por eso de hacer lo que comandase su reina, dejando que se inflase un poco el ego de ella. - Tal vez...todas las misiones interesantes que me propongas. - sobre lo de la reunión tal vez cambiaba de idea, puesto que no era ese mismo día y tenían algo de tiempo de margen. Además, siempre le gustaba escuchar las respuestas cortantes de Catherine a aquellos que le soltaban estupideces.
- ¿Parar qué? no hice nada. - preguntó arqueando una ceja mientras ella apartaba la mirada de él y la ponía al frente, claramente sonrojada. Siguió la dirección en la que fueron sus ojos y enseguida entendió el comentario. Además, en cuanto se centró un poco en su pulso captó que se le había acelerado el corazón. - Te veo descentrada. Juraría que te has puesto nerviosa y todo. - comentó en tono intencionadamente sugerente y algo burlón, aunque lo dejó estar porque realmente necesitaban centrarse los dos.
El ambiente cambió después de que Aedan entrase y saliese del cuarto hecho un torbellino, provocando que a Catherine también le cambiase el semblante radicalmente. Podía imaginarse lo difícil que tenía que ser, que probablemente se sintiese "culpable" por los cambios en la vida de su hijo. En muchas ocasiones le había repetido que no quería ser como sus padres, que quería una familia como la que no había podido tener. Ahora parecía ver todo eso amenazado. Bajó la mirada un momento hacia Zephyr, acariciando un poco su mejilla con el pulgar. Esperaba que cuando creciera tampoco hiciese distinciones con sus hermanos. - Por eso mismo, es muy pequeño para entender explicaciones. Dale tiempo para acostumbrarse. - alzó el brazo para rodearla por los hombros y atraerla ligeramente hacia él, dejando un beso en su cabeza. - No eres tus padres, a ellos no les importaba la familia de la forma que te importa a ti. - puso énfasis en las primeras palabras para que calasen en ella, permitiéndose algunos segundos más de paz antes de tener que moverse de esa posición porque debía hacer cosas. - Deja que te haga unos rollos bélicos, que al final no has comido nada en todo el día y Beltane crece por momentos. - sí, así le iba a llamar hasta que tuviesen un nombre mejor que ponerle, le gustase o no. Se levantó de la cama finalmente, yendo a la cocina para ver si podía preparar aquella comida con la que se las habían arreglado en las cuevas.
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El miembro 'Wthyr Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Lo observó ojear el libro sin recibir mucha información relevante, sólo confirmando lo de la muerte. Tensó suavemente los labios, lo avisaría par que ningún Descendiente se le ocurriera cruzar por ahí.
-Que no- Espetó con el ceño fruncido -Que no quiero que lo hagas…- Tensó suavemente la mandíbula y decidió, finalmente, hablar -Mei se ha recuperado de lo de Roma hace poco. Y no confía en los Pendragon, no la expondré a tu presencia sólo por ello. Prefiero que lo haga sola…Además, no quiero que andes tocando y robándole poderes a nadie- Alzó brevemente la barbilla esperado que no se le ocurriera la genial idea de hacerle más preguntas al respecto porque le estaba costando un poquito lidiar con la sensación de celos. Era nueva. Tanto con Ian como con Wthyr y…no estaba gestionándola bien.
-Lo haré. Y tienes razón, va a su aire pero le presté apoyo cuando pude y podría ver si puede hacer lo mismo por mí ahora- Ladeó la cabeza con una leve sonrisa pensando que Black no era un amigo, lejos estaba de serlo pero sí lo podía considerar un aliado. No sabía si del Consejo o, en este caso, de sí misma pero jugaría todas las cartas que tuviera en su mano para solucionar ese problema.
Retomó la conversación cuando habló de misiones interesantes y eso le hizo sonreír brevemente. Habría que ver si los dos consideraban “interesantes” las mismas cosas. Quería decir que sí, pero sospechaba que no siempre coincidirían en los mismo…lo que abriría un debate. Ahora.. se preguntaba si sería un debate “bélico” o un debate que retaba el intelecto. Se maldijo cuando Wthyr preguntó qué debía parar porque… ¿Cómo le iba a decir lo que tenía que parar sin exponerse? Pero se dio cuenta igualmente… Catherine volvió la mirada hacia él sabiendo que su sonrojo seguía siendo evidente y su tono… Bajó la vista hacia sus labios, sintiendo una revolución hormonal increíble. Tragó en seco -Quizás un be…-
Pero Aedan interrumpió el momento con aquella muestra de desprecio que destruyó la entereza de Catherine. Miró a Zephyr que se había quedado dormido prendado al pecho mientras Wthyr lo acariciaba. Asintió a aquello de darle tiempo… ¿Qué otra cosa podía hacer? Se recostó de él después de acomodar al bebé, cerrando los ojos para oír sus palabras. Se las repitió mentalmente, pensando que tenía que aprovechar las oportunidades que tenía para hacer feliz a Aedan. Asintió con suavidad a lo de la comida, sabiendo que el nombre de aquello era para mejorarle un poco el humor -No…Wthyr, no le llames así, por favor… Es niño…Podemos buscar otro nombre igual de hermoso que Zephyr. No lo sé, Xander? ¿Zadkiel?-
Se acomodó en la cama con Zephyr cuando Wthyr se fue y leyó los mensajes, respondió a varios y decidió enviar los mensajes a Mei y Khaled.
-Que no- Espetó con el ceño fruncido -Que no quiero que lo hagas…- Tensó suavemente la mandíbula y decidió, finalmente, hablar -Mei se ha recuperado de lo de Roma hace poco. Y no confía en los Pendragon, no la expondré a tu presencia sólo por ello. Prefiero que lo haga sola…Además, no quiero que andes tocando y robándole poderes a nadie- Alzó brevemente la barbilla esperado que no se le ocurriera la genial idea de hacerle más preguntas al respecto porque le estaba costando un poquito lidiar con la sensación de celos. Era nueva. Tanto con Ian como con Wthyr y…no estaba gestionándola bien.
-Lo haré. Y tienes razón, va a su aire pero le presté apoyo cuando pude y podría ver si puede hacer lo mismo por mí ahora- Ladeó la cabeza con una leve sonrisa pensando que Black no era un amigo, lejos estaba de serlo pero sí lo podía considerar un aliado. No sabía si del Consejo o, en este caso, de sí misma pero jugaría todas las cartas que tuviera en su mano para solucionar ese problema.
Retomó la conversación cuando habló de misiones interesantes y eso le hizo sonreír brevemente. Habría que ver si los dos consideraban “interesantes” las mismas cosas. Quería decir que sí, pero sospechaba que no siempre coincidirían en los mismo…lo que abriría un debate. Ahora.. se preguntaba si sería un debate “bélico” o un debate que retaba el intelecto. Se maldijo cuando Wthyr preguntó qué debía parar porque… ¿Cómo le iba a decir lo que tenía que parar sin exponerse? Pero se dio cuenta igualmente… Catherine volvió la mirada hacia él sabiendo que su sonrojo seguía siendo evidente y su tono… Bajó la vista hacia sus labios, sintiendo una revolución hormonal increíble. Tragó en seco -Quizás un be…-
Pero Aedan interrumpió el momento con aquella muestra de desprecio que destruyó la entereza de Catherine. Miró a Zephyr que se había quedado dormido prendado al pecho mientras Wthyr lo acariciaba. Asintió a aquello de darle tiempo… ¿Qué otra cosa podía hacer? Se recostó de él después de acomodar al bebé, cerrando los ojos para oír sus palabras. Se las repitió mentalmente, pensando que tenía que aprovechar las oportunidades que tenía para hacer feliz a Aedan. Asintió con suavidad a lo de la comida, sabiendo que el nombre de aquello era para mejorarle un poco el humor -No…Wthyr, no le llames así, por favor… Es niño…Podemos buscar otro nombre igual de hermoso que Zephyr. No lo sé, Xander? ¿Zadkiel?-
Se acomodó en la cama con Zephyr cuando Wthyr se fue y leyó los mensajes, respondió a varios y decidió enviar los mensajes a Mei y Khaled.
Le pareció que Catherine estaba pillando un mosqueo interesante por lo de Mei, pero le dio la impresión de que no era tanto por proteger a su amiga como por lo de andar "tocando" y robando poderes. Sonrío de manera enigmática al creer darse cuenta de lo que era, pero se guardaría el as en la manga para otro momento u otra situación que surgiera. No conocía esa faceta suya, pero ella si conocía la de él porque la había visto con el asunto de su ex. - Pues entonces que trabaje sola y nos pase la información. Así abreviamos y vamos más rápido, que no nos sobra el tiempo precisamente. - acabó reconduciendo el tema porque habían llegado a vía muerta y tampoco quería andar perdiendo el tiempo yendo a ver a Mei si era para nada.
El tema de su aliado el tal Black también podía serle útil, así que la instó a escribirle, o mandarle un mensaje mental. - Ponlo a tu disposición. Para algo deben servir las alianzas. - había deber en ellas, y ninguno de los dos contaba con amigos a los que buscar sin pedir nada a cambio. Bueno, tal vez Catherine sí que tenia amigos, pero él...si acaso contaba con uno. No los necesitaba al fin y al cabo, o de eso se había intentado convencer siempre. Igual que se había tratado de convencer de que no necesitaba querer a nadie de verdad ni era para él, y ahí estaba abrazando a Catherine con su hijo en brazos y otro en camino. Se había tenido que tragar sus palabras.
Mientras se marchaba puso cara rara por lo de los nombres que propuso Catherine, respondiéndole ya en voz alta desde el pasillo mientras iba a la cocina. - ¿Zephyr y Zadkiel? ¿Quieres que los nombres de nuestros hijos juntos suenen a onomatopeya para dormir? - Zzz...si es que no tenía sentido. - Y el otro tampoco me gusta. Habrá que seguir buscando. - terminó de responder ya mientras que estaba cocinando los rollos aquellos. Era algo sencillo de hacer, un poco básico, pero a ella le gustaban. Regresó al terminar de hacerlos, dejando el plato en la mesilla de noche para coger a Zephyr ya dormido en brazos para llevarlo a su cuna. Después cogió también a su melliza del carrito, dejándola también en la misma cuna. Por un lado necesitaba ver si realmente había algún tipo de reacción extraña cuando estaban juntos, y por otro pensaba que tenía sentido permitir que crecieran como lo que eran, hermanos. Él mismo tenía que ir a encargarse un poco de los suyos.
- Debo marcharme ya a ver a Gwen. El viaje en dragón hasta donde está son unas cuantas horas. - volvió a girarse hacia Catherine, con la intención de empezar a despedirse y darle unas últimas instrucciones antes de irse. - Nos veremos directamente el día de la reunión con los Descendientes. - con un gesto de la mano hizo levitar hacia él un saco con lo que había traído el día que vino de viaje con el dragón, sentándose en el borde de la cama para comenzar a sacar algunos libros, deteniéndose en aquel diario que encontraron en las cuevas encantadas.
- Rescaté todo lo que pude el día que abandonamos Ávalon. No he tenido mucho tiempo de mirarlo, pero por lo poco que he podido ver podría tener claves relacionadas con investigaciones de nuestros antepasados. Si estaba escondido en las cuevas es porque no querrían que se encontrase, porque podían ser acusados de buscar formas de oponerse al Sanguis. Te lo dejo por si descubres algo. Tiene más esquemas y dibujos que letras. - remarcó, sabiendo que a ella lo de leer rápido no se le daba demasiado bien. Después la tomó de la mano, delineando despacio con el pulgar los tatuajes que tenía en ella para hacerlos brillar levemente a su paso mientras canalizaba magia. Alzó la mirada hacia su rostro y terminó de acortar la distancia para buscar sus labios, encontrando en el beso la mejor manera para despedirse de Catherine sin más palabras. No lo alargó demasiado, en parte porque si no le costaría más irse y en parte porque si se quedaba más ella le acabaría preguntando cosas del diario y prefería dejarle las labores de averiguar a ella. Cuando por fin salió de la habitación se dirigió hacia el dragón, montando en él para alzar el vuelo y alejarse de aquel lugar.
El tema de su aliado el tal Black también podía serle útil, así que la instó a escribirle, o mandarle un mensaje mental. - Ponlo a tu disposición. Para algo deben servir las alianzas. - había deber en ellas, y ninguno de los dos contaba con amigos a los que buscar sin pedir nada a cambio. Bueno, tal vez Catherine sí que tenia amigos, pero él...si acaso contaba con uno. No los necesitaba al fin y al cabo, o de eso se había intentado convencer siempre. Igual que se había tratado de convencer de que no necesitaba querer a nadie de verdad ni era para él, y ahí estaba abrazando a Catherine con su hijo en brazos y otro en camino. Se había tenido que tragar sus palabras.
Mientras se marchaba puso cara rara por lo de los nombres que propuso Catherine, respondiéndole ya en voz alta desde el pasillo mientras iba a la cocina. - ¿Zephyr y Zadkiel? ¿Quieres que los nombres de nuestros hijos juntos suenen a onomatopeya para dormir? - Zzz...si es que no tenía sentido. - Y el otro tampoco me gusta. Habrá que seguir buscando. - terminó de responder ya mientras que estaba cocinando los rollos aquellos. Era algo sencillo de hacer, un poco básico, pero a ella le gustaban. Regresó al terminar de hacerlos, dejando el plato en la mesilla de noche para coger a Zephyr ya dormido en brazos para llevarlo a su cuna. Después cogió también a su melliza del carrito, dejándola también en la misma cuna. Por un lado necesitaba ver si realmente había algún tipo de reacción extraña cuando estaban juntos, y por otro pensaba que tenía sentido permitir que crecieran como lo que eran, hermanos. Él mismo tenía que ir a encargarse un poco de los suyos.
- Debo marcharme ya a ver a Gwen. El viaje en dragón hasta donde está son unas cuantas horas. - volvió a girarse hacia Catherine, con la intención de empezar a despedirse y darle unas últimas instrucciones antes de irse. - Nos veremos directamente el día de la reunión con los Descendientes. - con un gesto de la mano hizo levitar hacia él un saco con lo que había traído el día que vino de viaje con el dragón, sentándose en el borde de la cama para comenzar a sacar algunos libros, deteniéndose en aquel diario que encontraron en las cuevas encantadas.
- Rescaté todo lo que pude el día que abandonamos Ávalon. No he tenido mucho tiempo de mirarlo, pero por lo poco que he podido ver podría tener claves relacionadas con investigaciones de nuestros antepasados. Si estaba escondido en las cuevas es porque no querrían que se encontrase, porque podían ser acusados de buscar formas de oponerse al Sanguis. Te lo dejo por si descubres algo. Tiene más esquemas y dibujos que letras. - remarcó, sabiendo que a ella lo de leer rápido no se le daba demasiado bien. Después la tomó de la mano, delineando despacio con el pulgar los tatuajes que tenía en ella para hacerlos brillar levemente a su paso mientras canalizaba magia. Alzó la mirada hacia su rostro y terminó de acortar la distancia para buscar sus labios, encontrando en el beso la mejor manera para despedirse de Catherine sin más palabras. No lo alargó demasiado, en parte porque si no le costaría más irse y en parte porque si se quedaba más ella le acabaría preguntando cosas del diario y prefería dejarle las labores de averiguar a ella. Cuando por fin salió de la habitación se dirigió hacia el dragón, montando en él para alzar el vuelo y alejarse de aquel lugar.
Aquello de la onomatopeya para dormir le hizo sonreír, no había caído en eso así como no había caído que sus hijos con Ian comenzaban con A y ella buscaba nombres con Z para sus hijos con Wthyr. Qué raro. Cogió el plato cuando volvió, después de que acostara a Zephyr, mirando con curiosidad cómo ponía a los dos bebés juntos. A ella…le daba mala espina, pero Aelin se comportaba como cualquier bebé así que sólo debía estar atenta.
Mientras comía escuchó que debía irse a ver a Gwen y masticó un poco más lento. ¿Por qué el tiempo siempre se les escurría entre las manos? Habían pasado semanas separados y apenas un par de horas juntos en los que poco espacio fuera de drama y obligaciones habían tenido. Pero… ¿Ellos eran así, no? Les…gustaba el caos. Les gustaba el poder de cambiar las cosas para mejor, para lo que ELLOS consideraban que era mejor…Se quedó mirando su sien, recordando el aspecto de la corona que portaba como Rey y el peso que tenía en los hombros al ver a su pueblo exiliado. Supuso que ahora vivía el mismo nivel de ansiedad que ella.
El sabor a fracaso en la boca le quitó gusto a la comida.
Silencio a su frase, el dictamen de que se verían directamente en la reunión. Otros días más separados. ¿Qué iba a responderle? ¿Qué no? ¿Podría ser abiertamente egoísta y ponerse en modo capricho para que se quedara con ella? El sentimiento que le removía por dentro aún era nuevo… Era extraño y no lograba identificarlo del todo. Siguió comiendo por obligación mientras veía lo que tenía en el saco, oyendo sus palabras.
Dejó el plato de lado finalmente cuando reconoció los diarios que habían encontrado en las cuevas. Así que la dejaba con tarea. Tres críos. Un embarazo extraño. Un ritual que descubrir. Y en el maldito calor de Italia. -¿Sabes?... Aquella costumbre que tenían antes en las que las Reinas estaban en su torre y el Rey en otra y sólo la visitaba para copular y buscar hijos…- Alzó la mirada hacia él -Siento que estamos haciendo eso- Apretó su mano para que se callara la boca y no la interrumpiera -Sé que te vas porque tienes que hacerlo y entiendo tu posición, eso no quita que me sienta como me siento. Espero que puedas entenderlo y si no, como mínimo, respetarlo- De acuerdo…Había encontrado las palabras para sacárselo del pecho y… No se sentía mejor, para nada. Se sentía tal como había pensado: Egoísta y caprichosa. Bajó la vista a la unión de sus manos, sintiendo el familia recorrido de su magia alimentar la propia y fortalecerla. La luz de sus tatuajes emitía un leve brillo y Catherine sabía lo que percibiría en el instante en el que se fuera… Y tenía que evitarlo, como fuera. No quería deprimirse. No, corrección, no podía deprimirse. Sintiera lo que sintiera.
Se acercó a él para besarlo de vuelta. No solían decirse mucho más porque a veces las palabras… Les jugaban en contra, así que se despidió de él y lo vio marcharse, quedándose observando el hueco en la puerta mientras percibía cómo su lejanía afectaba el vínculo que les unía. Finalmente, se incorporó para llevar el plato a la cocina mientras terminaba de comer. Envió un patronus a Johan preguntando por su disponibilidad y luego fue a jugar con Aedan, para averiguar un poco más sobre la actitud de su hijo. Ya luego cuando durmiera siesta se pondría con el diario…Había hecho suficiente por hoy.
Mientras comía escuchó que debía irse a ver a Gwen y masticó un poco más lento. ¿Por qué el tiempo siempre se les escurría entre las manos? Habían pasado semanas separados y apenas un par de horas juntos en los que poco espacio fuera de drama y obligaciones habían tenido. Pero… ¿Ellos eran así, no? Les…gustaba el caos. Les gustaba el poder de cambiar las cosas para mejor, para lo que ELLOS consideraban que era mejor…Se quedó mirando su sien, recordando el aspecto de la corona que portaba como Rey y el peso que tenía en los hombros al ver a su pueblo exiliado. Supuso que ahora vivía el mismo nivel de ansiedad que ella.
El sabor a fracaso en la boca le quitó gusto a la comida.
Silencio a su frase, el dictamen de que se verían directamente en la reunión. Otros días más separados. ¿Qué iba a responderle? ¿Qué no? ¿Podría ser abiertamente egoísta y ponerse en modo capricho para que se quedara con ella? El sentimiento que le removía por dentro aún era nuevo… Era extraño y no lograba identificarlo del todo. Siguió comiendo por obligación mientras veía lo que tenía en el saco, oyendo sus palabras.
Dejó el plato de lado finalmente cuando reconoció los diarios que habían encontrado en las cuevas. Así que la dejaba con tarea. Tres críos. Un embarazo extraño. Un ritual que descubrir. Y en el maldito calor de Italia. -¿Sabes?... Aquella costumbre que tenían antes en las que las Reinas estaban en su torre y el Rey en otra y sólo la visitaba para copular y buscar hijos…- Alzó la mirada hacia él -Siento que estamos haciendo eso- Apretó su mano para que se callara la boca y no la interrumpiera -Sé que te vas porque tienes que hacerlo y entiendo tu posición, eso no quita que me sienta como me siento. Espero que puedas entenderlo y si no, como mínimo, respetarlo- De acuerdo…Había encontrado las palabras para sacárselo del pecho y… No se sentía mejor, para nada. Se sentía tal como había pensado: Egoísta y caprichosa. Bajó la vista a la unión de sus manos, sintiendo el familia recorrido de su magia alimentar la propia y fortalecerla. La luz de sus tatuajes emitía un leve brillo y Catherine sabía lo que percibiría en el instante en el que se fuera… Y tenía que evitarlo, como fuera. No quería deprimirse. No, corrección, no podía deprimirse. Sintiera lo que sintiera.
Se acercó a él para besarlo de vuelta. No solían decirse mucho más porque a veces las palabras… Les jugaban en contra, así que se despidió de él y lo vio marcharse, quedándose observando el hueco en la puerta mientras percibía cómo su lejanía afectaba el vínculo que les unía. Finalmente, se incorporó para llevar el plato a la cocina mientras terminaba de comer. Envió un patronus a Johan preguntando por su disponibilidad y luego fue a jugar con Aedan, para averiguar un poco más sobre la actitud de su hijo. Ya luego cuando durmiera siesta se pondría con el diario…Había hecho suficiente por hoy.
Muy contraria al despertar espiritual de su esposo, la presencia de Gaia la había sacudido. La había tomado por los hombros y la obligaba a entrar en acción más que a mantenerse al margen de las circunstancias. A V, por el contrario, lo tenía contemplativo, absorto y pensativo. Aquella mañana había hecho el desayuno para ambos, le había plantado un beso magnánimo, lo había invitado a bailar por toda la cocina y luego le había dado su espacio para que asimilara a su manera la presencia de aquella deidad, asegurándole que todo iría bien en adelante. A pesar del críptico mensaje, la personificación de Gaia se había hecho presente y era un honor que pocos en su familia habían tenido en su vida. Tenía el espíritu de la fe y de la tierra en la sangre.
Por si acaso, antes de que se fuera de casa, le avisó del mensaje de Catherine y se enfrascó en la creación de pociones para ella. Le creó una infusión de jengibre, manzanilla, hojas de frambuesa para ayudarle con el parto, ortiga y diente de león. Le creó un aceite esencial de menta y lavanda. Se aseguró de balancearlos perfectamente antes de enfrascarlos con cuidado e hizo una mezcla con las mismas hierbas para que pudiera hacer los tés por ella misma una vez se terminaran los que le llevaba. Sabía que no era visita social, pero ya que estaba embarazada, le empacó un poco de mermelada fresca de frutos rojos de su huerto y algunas galletas que le habían obsequiado por el campamento.
Solicitó entonces el portal que la llevaría a Catherine y lo cruzó con confianza. Sabía bien que a Catherine no le gustaban los abrazos, así que ni siquiera lo intentó. Lo primero que la recibió al cruzar el portal fue el calor de Italia, tan incomparable con la frescura de Inglaterra. Era como estar en un horno y ni sus precauciones de llevar un vestido fresco la hicieron librarse. Puso su mejor cara y dejó el portal atrás, aún cargando la caja.- Hola, querida.
Por si acaso, antes de que se fuera de casa, le avisó del mensaje de Catherine y se enfrascó en la creación de pociones para ella. Le creó una infusión de jengibre, manzanilla, hojas de frambuesa para ayudarle con el parto, ortiga y diente de león. Le creó un aceite esencial de menta y lavanda. Se aseguró de balancearlos perfectamente antes de enfrascarlos con cuidado e hizo una mezcla con las mismas hierbas para que pudiera hacer los tés por ella misma una vez se terminaran los que le llevaba. Sabía que no era visita social, pero ya que estaba embarazada, le empacó un poco de mermelada fresca de frutos rojos de su huerto y algunas galletas que le habían obsequiado por el campamento.
Solicitó entonces el portal que la llevaría a Catherine y lo cruzó con confianza. Sabía bien que a Catherine no le gustaban los abrazos, así que ni siquiera lo intentó. Lo primero que la recibió al cruzar el portal fue el calor de Italia, tan incomparable con la frescura de Inglaterra. Era como estar en un horno y ni sus precauciones de llevar un vestido fresco la hicieron librarse. Puso su mejor cara y dejó el portal atrás, aún cargando la caja.- Hola, querida.
Ahora que sabía “lo que le pasaba”, Catherine se tomaba el tiempo de descansar. Y si no lo hacía, Wthyr le obligaba. Tenía la mano adolorida a causa de esforzarse con los tatuajes de todos, incluido el de Aedan que la dejó sumamente afectada porque sabía cuánto daño le había hecho. Ese día había vuelto a casa y no había salido de la cama. Con aquel embarazo estaba siendo todo extraño y sentía que pasaba de un humor a otro en un parpadeo. A veces estaban sumamente excitada, otras quería pegarle a la gente, otras estaba ausente y le costaba muchísimo regularse a sí misma…Tampoco servía que Wthyr y ella estuvieran en una situación extraña en su relación.
¿Alguna vez volverían a tener un momento normal?
¿Quién sabía?
Quizás se morían los dos en aquella misión
Con aquel pensamiento sumamente oscuro y depresivo recibió a Sofía que venía, como siempre, hermosa…perfecta, delgada, radiante. La envidia suplió rápidamente el desasosiego del incierto futuro. Catherine la miró de arriba abajo y asintió a modo de saludo, tras eso se fijó en la caja, supuso que serían las pociones para las que le pidió tiempo.
-Necesito tu sangre- Dijo volviendo la mirada hacia sus ojos con un gesto neutro y vacío -Para tatuarte y evitar que Charles te posea y le dé por matar gente- Le dijo señalando los implementos que tenía sobre la mesa, incluida la daga que le había dado Freyja. Ese día, a diferencia de, por ejemplo, cuando le tocó tatuar a Rosse, no quería usar la daga para clavársela entre pecho y espalda. Simplemente miró el arma sin que ningún sentimiento saliera a flote. Se encontraba un poco…hastiada.
¿Alguna vez volverían a tener un momento normal?
¿Quién sabía?
Quizás se morían los dos en aquella misión
Con aquel pensamiento sumamente oscuro y depresivo recibió a Sofía que venía, como siempre, hermosa…perfecta, delgada, radiante. La envidia suplió rápidamente el desasosiego del incierto futuro. Catherine la miró de arriba abajo y asintió a modo de saludo, tras eso se fijó en la caja, supuso que serían las pociones para las que le pidió tiempo.
-Necesito tu sangre- Dijo volviendo la mirada hacia sus ojos con un gesto neutro y vacío -Para tatuarte y evitar que Charles te posea y le dé por matar gente- Le dijo señalando los implementos que tenía sobre la mesa, incluida la daga que le había dado Freyja. Ese día, a diferencia de, por ejemplo, cuando le tocó tatuar a Rosse, no quería usar la daga para clavársela entre pecho y espalda. Simplemente miró el arma sin que ningún sentimiento saliera a flote. Se encontraba un poco…hastiada.
El aura de aquel lugar, la que desprendía Catherine y la que emanaba de la casa en ese mismo instante le pegaron de la misma manera que el calor del verano en la Toscana. La miró mirarla, y conocía esa mirada, pero no la había visto nunca en ella. Era como una rabia mezclada con envidia de la mala que solía provocar mucho. Por eso cambiaba cada luna de amuletos de protección. La cosa es que viniendo de Catherine, y en su estado general, no era tan agradable de ver.
¿¿Cómo?? - Preguntó estupefacta cuando le pidió su sangre antes siquiera de devolverle el saludo. Su primer pensamiento fue que su sangre no le ayudaría a mantener la energía que ella necesitaba. El extasis en el que estaba desde Gaia era un estado mental. Cuando se lo explicó, se tomó un momento para asentir y entender. Se imaginaba que no sería la primera a la que le pedía aquello. Asintió suavemente, aún con la sorpresa inicial, pero había algo que hacer primero.- Antes que nada, por favor toma un poco de la infusión que te traje. Permíteme.- Susurró, acercándose a la cocina y buscando por una taza. Colocó la caja en la encimera y abrió una de las botellas. Aún estaba caliente, así que lo vertió rápidamente y regresó con Catherine para ofrecerle la taza. Volvió para sacar el frasquito con aceite y, como vio algo de algodón, tomó un poco y lo impregnó también para pasárselo.- Tienes cara de que necesitas descansar, Catherine.
¿¿Cómo?? - Preguntó estupefacta cuando le pidió su sangre antes siquiera de devolverle el saludo. Su primer pensamiento fue que su sangre no le ayudaría a mantener la energía que ella necesitaba. El extasis en el que estaba desde Gaia era un estado mental. Cuando se lo explicó, se tomó un momento para asentir y entender. Se imaginaba que no sería la primera a la que le pedía aquello. Asintió suavemente, aún con la sorpresa inicial, pero había algo que hacer primero.- Antes que nada, por favor toma un poco de la infusión que te traje. Permíteme.- Susurró, acercándose a la cocina y buscando por una taza. Colocó la caja en la encimera y abrió una de las botellas. Aún estaba caliente, así que lo vertió rápidamente y regresó con Catherine para ofrecerle la taza. Volvió para sacar el frasquito con aceite y, como vio algo de algodón, tomó un poco y lo impregnó también para pasárselo.- Tienes cara de que necesitas descansar, Catherine.
La sorpresa de Sofía hizo que frunciera. ¿Hola? ¿No había visto al resto de los compañeros? -Duele- Le advirtió con un tono un poco sombrío, a ver si quizás sus palabras lograban sacarle esa aura tan pura y feliz.
No lo hicieron.
La dejó hacer porque no parecía muy contenta con moverse con aquella facilidad por todos lados mientras ella estaba gorda como un elefante, harta del calor y de tener los tobillos hinchados. Bajó la mirada hacia el sigilo de Sofía sintiéndose una pequeña paria y también un poco desgraciada como futura madre. No debería sentirse como se sentía.
-El descanso es para la gente normal, los anormales como yo y mi embarazo no disfrutamos de eso- Le dijo mirando el té y finalmente tomando un sorbo, habría suspirado de gusto por el sabor del té si no fuera una bebida caliente en verano. Pero, aún así, la bebida sirvió para aliviar un poco su ánimo. Acarició con la punta del dedo el asa de la taza
-Tienes trabajo que hacer. Necesitamos algo… especial y les dije que podías hacerlo- Alargó la mano para coger un pergamino en el que había escrito con mucho cuidado, por miedo a que notara su dislexia, todos los puntos más importantes de la investigación de Cedric y, en resumen, lo que tenía que hacer -Pero…- Carraspeó un poco y se acomodó en el asiento, incómoda de que viera que le prestaba atención a sus palabras aunque no pareciera -Les advertí que existía la posibilidad de que no quisieras hacerlo- Apartó la mirada del papel para luego observarla a ella -Sé que tu magia no funciona como la mía y que… hay una voluntad general que te gusta respetar-
Un poco irritada de mostrar aquella faceta, bajó la mirada a la daga y la cogió del filo con cuidado para pasársela por el mango -Sangre- Dijo esperando que tomara la daga y, con la otra mano, volviendo el recipiente de la tinta hacia ella -Un par de gotas bastarán.
No lo hicieron.
La dejó hacer porque no parecía muy contenta con moverse con aquella facilidad por todos lados mientras ella estaba gorda como un elefante, harta del calor y de tener los tobillos hinchados. Bajó la mirada hacia el sigilo de Sofía sintiéndose una pequeña paria y también un poco desgraciada como futura madre. No debería sentirse como se sentía.
-El descanso es para la gente normal, los anormales como yo y mi embarazo no disfrutamos de eso- Le dijo mirando el té y finalmente tomando un sorbo, habría suspirado de gusto por el sabor del té si no fuera una bebida caliente en verano. Pero, aún así, la bebida sirvió para aliviar un poco su ánimo. Acarició con la punta del dedo el asa de la taza
-Tienes trabajo que hacer. Necesitamos algo… especial y les dije que podías hacerlo- Alargó la mano para coger un pergamino en el que había escrito con mucho cuidado, por miedo a que notara su dislexia, todos los puntos más importantes de la investigación de Cedric y, en resumen, lo que tenía que hacer -Pero…- Carraspeó un poco y se acomodó en el asiento, incómoda de que viera que le prestaba atención a sus palabras aunque no pareciera -Les advertí que existía la posibilidad de que no quisieras hacerlo- Apartó la mirada del papel para luego observarla a ella -Sé que tu magia no funciona como la mía y que… hay una voluntad general que te gusta respetar-
Un poco irritada de mostrar aquella faceta, bajó la mirada a la daga y la cogió del filo con cuidado para pasársela por el mango -Sangre- Dijo esperando que tomara la daga y, con la otra mano, volviendo el recipiente de la tinta hacia ella -Un par de gotas bastarán.
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