Torre ACNBH V 1.01

Recuerdo del primer mensaje :

Está torre creada por SAM es el sitio donde los sobrevivientes del éxodo de Londres han encontrado un hogar.
Cada persona cuenta con un espacio habitable, con aseo propio, y algunas comodidades básicas. Luego hay áreas para.compartir exquisitamente decoradas entre las que destacan la cafetería, gimnasio, áreas verdes, etc.

Más detalles en el futuro

Sentí cómo rompió a llorar en mi pecho. Como se agitaba buscando aire. Y yo mismo dejé que el mio se escaparse entre mis labios por un buen rato. Incluso cuando se paró el ascensor no me moví, incapaz de cortar aquel momento que parecía que Arleen necesitaba desde hacía tiempo.

Tal vez no conmigo, tal vez con cualquier otro. Puede que con su hermano o un amigo de los suyos pero ahora era yo el que estaba ahí. Metí los dedos entre su pelo y apreté su cuerpo invitándola al desahogo observando como lo hacía.


Cuándo empezó a hablar supe a lo que se refería. Encogí los dedos en algunas ocasiones, incapaz de no reaccionar y alcé el rostro observando el espejo a la espalda de ella con nuestro reflejo. Conforme hablaba me dedicaba una mirada de desprecio desde el reflejo. Resultaba repulsivo, la persona que estaba consolando a esa mujer era quien había permitido que hicieran todo eso con ella. Todo por intentar no ser lo que había sido siempre.

Encogí mi cuerpo,incapaz de continuar viendo mi cara,intensificando aquel abrazo por toda respuesta. Una petición de perdón sin pronunciar palabra por mi parte. ¿Qué podía responder a todo aquello? ¿Qué podía ofrecerle como consuelo? Yo, que no había sido capaz de matarlos en momento en el que tuve la oportunidad.

Suspiré cerca de su oreja y acaricié su cuero cabelludo cerrando los ojos. Y negué. -Porque estas viva-Murmuré acercando mis labios a su sien, entre su pelo.-y la vida es una putada que nos cambia a todos.-continué apretando mis labios en un beso contra su cabellera, suspirando después.-Ve a descansar Arleen...- No era una orden, sonaba a petición sincera.

Lo cierto es que después de hablar en voz alta y de permitirse sacar todo aquello que había atrapado en su interior por tanto tiempo, Arleen se sentía sólo un poco más ligera. El shock seguía allí, incluso el luto por la mujer que había sido y ya no era.

Podía sentir levemente sus gestos pero no estaba en el mejor momento mental como para identificar cada uno a excepción del abrazo estrecho y su beso en la sien. Se relajó un poco y su respiración se normalizó brevemente. No podía cambiar el pasado, no podía cambiar lo sucedido. Ni siquiera con magia.

- Sí… Pero…- Sí, sí que tenía razón. Emitió otro suspiro frustrado -¿Hasta cuando la vida va a ser una mierda? ¿Por qué no podemos tener un solo puto momento en paz? - Sí, era un lenguaje soez que no solía utilizar pero conocía bien las palabras y creyó que eran idóneas para ese momento – Hace un año me frustraba con pacientes complejos, pero luego tenía noches de karaoke… Todo en la vida es un balance, lo sé. La magia es balance también… Pero… ¿Cuándo me toca a mí la parte positiva? -

Alejó un poco la cabeza para poder mirarlo de frente, la diferencia de alturas era mínima así que podía enfrentarlo sin problemas -¿Cuándo nos toca a nosotros?- Preguntó subiendo su mano hacia la cabeza de Gelion y mirando la placa con suspicacia médica.

No podía cambiar el pasado, lo sabía. Y si se ataba demasiado a él quizás no podría avanzar nunca. Se permitiría su tiempo para recuperarse, pero no intentaría comprender el odio que sentían por su raza porque no lo compartía. Estaba viva… Tenía que contar para algo. Quizás ya no tenía que enfocarse en intentar algo para los demás sino en ayudarse ella misma. Y eso…sonaba como un plan. Una mano. Su mente. Su alma. Podía ser su mejor proyecto.  

Bajó la mano hasta su hombro y trago en seco antes de cerrar los ojos y tomar una respiración profunda -No debí gritarte como te grité todas esas veces…Ni… cuestionar tu autoridad, ni complicar las cosas entre nosotros con mis sentimientos… Ni todo lo que hice. No era yo misma. No… no estoy en mi mejor momento, pero soy más cuerda… Creo- Tensó los labios en una línea estrecha -Debí oírte, debí ir al psicólogo… Debí haber hecho muchas cosas coherentes. Soy mejor que esto- Se pasó la mano por el rostro limpiándose las lágrimas, pese a que esporádicamente hipaba. -No estoy acostumbrada a fracasar y…eh…no lo llevo bien- Hizo una mueca y abrió los ojos pero desvió la mirada hacia el suelo -Lo siento-

Las palabras del capitán parecía que la estaban llevando a algún lado. Un poco brusco, pero al fin y al cabo pareciera que comenzaba a recobrar otro lado de sus memorias. Un lado un tanto… doloroso por lo que podía ver… Se quedó con la boca abierta ahora sí, intentando no sonrojarse ante lo que soltara de sopetón en voz alta mientras a dos personas que no le incumbía eso, lo escuchaban.

El sostén que tenía sobre Arleen se hizo más férreo al ver que enfermaba y miro alrededor buscando la ayuda de los dos hombres en la sala, pero luego pensó que sería mejor acercarse a un mueble, un sofá para auxiliarla puesto que la sentía cada vez más como un peso muerto y con la poca fuerza con la que la podía contener, ya veía que se quedaban las dos tiradas en el suelo.

Sintió un poco de alivio cuando se separó de ella, viendo que realmente se podía contener de pie sin que fuera a tropezar o caer. Si antes la situación era confusa ahora resultaba dramática viendo como Arleen ahora perdía realmente la cabeza, y ella pensando que la Arleen de antes la había perdido. Negó con la cabeza y dio un bote ¿Saluda a la cámara? ¿Qué cámara? Recorrió cada rincón a la espera de ver una cámara.

Cuando Arleen corrió fuera de la habitación, ella también hizo ademan de seguirla, pero sus planes cambiaron drásticamente al ver salir tras ella a uno de los hermanos. Se quedó parada unos segundos, pero miro a Thalos con el ceño fruncido por lo de los cotilleos con sus amiguitas a la hora del té, porque eso había sido un poco... Inesperado.

“Ni una palabra” Le habían advertido los dos, pestañeo un segundo después de que el hombre hubiera salido por la puerta y suspiro, procediendo a hacer lo mismo asegurándose de cerrar la habitación antes de seguir por el pasillo y perderse en lo que era ahora un hogar temporal.

Parecía...su cuerpo parecía más ligero entre mis brazos. Parecía que al menos había superado aquel episodio de lo que parecía ansiedad psicótica o algo así. Extendió un brazo a los botones del ascensor, pulsando el piso de la doctora, esperando que el ascensor respondiese y entonces empezó a hablar.

No respondí. No sabía cómo podía responder a aquello. Apreté los labios mirando aún los botones del ascensor. -No...-Alcé la vista cuando preguntó aquello y volví a mirarla. ¿Nosotros? Desvié la mirada al reflejo del espejo, a mi. ¿Cómo que nosotros? ¿Cómo podía decirle que no... no había un nosotros?-No lo sé.-Terminé por decir sin mirarla. No podía decírselo, no ahora.

Continué sin mirarla, observando al hipócrita del reflejo mientras se disculpaba. Se disculpaba por acciones consecuencia de algo que YO podía haber evitado perfectamente. Y ahí estaba, hablando demasiado, como siempre, pero disculpándose por tantas cosas que no... -Yo tampoco lo llevo bien.-Terminé por decir justo antes de esa última disculpa. En ese momento la busqué con la mirada, ella ahora la agachaba al suelo. Apreté los labios y elevé su mentón con una de mis manos, mirándola con un gesto fuerte y serio.-No pidas disculpas.-Gruñí molesto. No con ella en realidad.

Y entonces...parpadeé unas cuantas veces aturdido. Aparté la mano, las manos de ella y miré alrededor. El ascensor... ¿Qué demonios hacía en un ascensor? Miré mi mano. ¿Y mi puto cigarro?¿Y ...¿Y Thalos? La miré confuso. Otra vez la mierda de la memoria momentánea pero... Carraspeé cruzando mis brazos. -Doctora Royden.- Saludé...como si no hubiese estado abrazándola o levantándole el mentón ¿Para qué o por qué estaba haciendo eso?. Desvié la mirada a una de las paredes del ascensor, la de la botonera. Tenía marcado el piso de ella. ¿Por qué?.-Han dicho que va a mejorar el tiempo. -Fruncí el ceño negando levemente, ¿Y ese comentario estúpido a qué venía?. Gruñí por lo bajo pasando una mano por la superficie rapada de mi cabeza. Imbécil...

La respuesta de Gelion fue directa  y escueta, pero llena de verdad, como siempre que hablaba con ella.  Por cierto, todas ellas sin mirarla. Inspiró profundo y dejó salir el aire silenciosamente. Escuchó su confesión  y lo miró -Y no hemos parado de fracasar ni un segundo- Miró de nuevo hacia abajo con un gesto algo incómodo tras sus propias palabras. No porque fuera mentira, sino porque estaba realmente arrepentida de cómo había actuado en muchos casos y, en el fondo, decepcionada de la sociedad en la que vivía.  

Alzó la cabeza tras su gesto, sintiendo un cosquilleo en el estómago que, seguramente, se expandiría como un suave sonrojo en sus mejillas que era…inevitable. Sin embargo, no encontró lo que buscaba sino un gruñido. Decidió no responder… Y luego observó su gesto transformarse en uno de confusión. Perdido. Había visto esa mirada en sí misma en numerosas ocasiones.

Sintió el distanciamiento entre ellos como si le hubiese empujado de forma literal. El sonrojo se difuminó y el latido de su corazón volvió a su ritmo.  Cada vez que la llamaba de aquella manera… Sabía lo que quería decir, ella en el pasado lo había hecho poniendo su rango por delante de su apellido. Resistió el deseo de decirle que volviera, resistió las ganas de buscar un giratiempos. Arleen apartó la mirada en silencio y miró hacia las puertas del ascensor, ignorando su comentario sobre el clima -Hay muchas cosas que no recuerdo. Pero algo que tengo grabado en los huesos…- Inspiró profundo, sabiendo que quizás estaba cometiendo un nuevo error. No obstante, quería ser sincera -Odio cuando colocas esa barrera entre nosotros porque tienes miedo-

Ladeó la cabeza cuando el ding del ascensor hizo saber que habían llegado al piso. Las puertas se abrieron lentamente y Arleen contempló el pasillo pensativa -Una vez me presionaste tanto que grité todo lo que tenía en mi interior-  Recordó mientras se cruzaba de brazos – Me criticaste lo mucho que me escondía en protocolos- Añadió -Tú tampoco eres tan diferente. Es difícil aceptar lo que llevamos dentro- Tomó aire de nuevo, con quizás una nueva certeza sobre los hombros y un gesto profundamente serio – No voy a llamarte capitán de nuevo. Y no puedes obligarme a hacerlo…Pero eres libre de poner los límites que consideres entre nosotros y, de ahora en adelante los respetaré, aunque no recuerdes esta conversación después- Alargó la única mano que le quedaba para bloquear la puerta cuando empezó a cerrarse, salió  y se giró a mirarlo con un gesto si bien entristecido, determinado. -Voy a ponerme bien, voy a descansar y a cuidarme. Gracias por todo lo que hiciste para tratar de centrarme. No seré una carga más para nadie- No esperó una respuesta, simplemente se dio la vuelta -Adiós, Gelion. Descansa-  Dijo alzando la mano para despedirse antes de girar por el pasillo hacia su habitación con una nueva y concreta visión.

La miré de reojo cuando empezó a hablar. Gruñí por lo bajo molesto, primero porque podía asumir por lo que decía y porque estaba puto abrazándola antes que efectivamente yo me había acercado. ¿Cuánto? No tenía ni idea. Y segundo ... fruncí el ceño y me pasé la mano apretándolo con los dedos, porque aunque no sabía si lo que había sentido era miedo y si por eso me había dado un yuyazo de los de la memoria a corto plazo sí que sabía que no era miedo lo que pasaba por mi cabeza cuando pensaba en ella.

El sonido del ascensor me alertó que ya habíamos llegado y mientras se abrían las puertas, como siempre, Arleen continuaba hablando. Giré la cabeza hacia ella cuando dijo que no sabía aceptar lo que llevaba dentro. Claro que lo hacía, lo aceptaba de sobra. Y precisamente por eso no era bueno que me acercase a ella.

Continué sin decir palabra y crucé mis brazos después de pulsar mi piso mientras salía del ascensor. ¿Indignada?¿Dolida?Trataba de averiguarlo cuando soltó lo último. Aquellas palabras a pesar de que aseveraban que pensaba cuidarse me sonaban...me sonaban como una despedida. La imagen de Marleen , los tubos cruzando mi casa...se cruzaron en mi cabeza. Gruñí y yo mismo bloqueé la puerta cuando estaba a punto de cerrarse.

Salí andando tranquilo pero con paso acelerado y cuando llegué a su altura metí las manos en los bolsillos de mi pantalón mirando todavía hacia el fondo del pasillo.-Tengo fallos de memoria a corto plazo, lo último que recuerdo es que me estaba fumando un cigarro mientras hablaba con Thalos de la cagada monumental del puerto.-Comenté con voz neutra. -No sé qué mierda ha pasado, ni sé por qué te estaba abrazando, ni si he... -No continué, inspiré.-Y no digo que fuese un error, quiero decir...estuvo de puta madre.-Solté mucho más casual alzando ambas cejas.-Simplemente no creo que sea lo que necesites ahora. Ya te dije que no era un príncipe de cuento de hadas y no me vas a convertir en uno.-Negué. Además todo el mundo había dicho que mejor si se alejaba de mi y yo estaba de acuerdo.

Si se tomaba aquello como su especialidad médica, quizás podía encararse a ello de la misma manera. Dividiendo todo en pequeñas partes y aprendiendo cómo lidiar con todo. Suspiró brevemente, era mejor hacerlo así aunque reestructurar su vida…sonaba fácil. Se miró el brazo donde antes había tenido una mano.

Tenía que problemas físicos, problemas psicológicos y mucho más. Estaba perdida en ese mundo postapocalíptico. No sabía quién podía ser… lo que…abría las posibilidades ¿No? Un lienzo en blanco.

Estaba metida en sus pensamientos cuando Gelion llegó a su altura, sacándola de su momento de concentración y sorprendiéndola. Se detuvo, era educado hacerlo, aunque él no quisiera mirarla. Se quedó en silencio y evaluó su perfil de nuevo, la placa que tenía y las cicatrices – Necesitaría leer tu archivo antes de saber si puedo ayudarte. Necesito saber cuán invasiva es esa placa y en qué ha quedado tu conexión con la pi…-
Se cortó porque se dio cuenta de que no iban por allí los tiros y bajó un momento la mirada -Recordé cosas. Lo del secuestro y…- Movió las manos suavemente -Perdí los papeles- Acabó por abrazarse se nuevo y escucharle hablar sin entender al principio, pero al escuchar que estuvo “de puta madre” supo exactamente de lo que estaba hablando y se sonrojó inmediatamente de una forma casi violenta.

“Concuerdo”, el pensamiento luego la llevó a un momento de pánico. ¿Pensó que estaban intimando en el ascensor? No...No. Seguro que no. ¿Cómo podían hacerlo en un ascensor? Bueno, habría dicho lo mismo de su despacho. Frunció el ceño confundida por sus pensamientos encontrados.

No le sorprendió su frase y se le quedó mirando en silencio durante un momento. Curioso que ella había tenido no un príncipe, pero sí un Descendiente y aquello… Avanzó un paso -Tuve un príncipe. Tuve una casa llena de gardenias, todas las tiaras que quisiera. Una jaula inmensa para mis pájaros. La mejor comida y los mejores lujos. Era esposa de un Descendiente- Alzó el mentón con cierta irritación pero también soberbia -¿Sabes a dónde me llevó eso? Al alcoholismo, a la destrucción de mi autoestima e incluso la confianza en mi como mujer ante la incapacidad de tener hijos. Y todo eso pasó porque dejé que otros dijeran lo que yo necesitaba-

Ladeó la cabeza después de quedarse un momento en silencio -Ya no estoy buscando un príncipe- Sonrió de lado señalando hacia su puerta con el muñón -Te invito a mirar mi biblioteca para que veas que ya no leo sobre damiselas en peligro y príncipes al rescate. Lejos de eso- Reconoció con el sonrojo aún quemándole las mejillas pues nunca lo había reconocido en voz alta - ¿Qué es lo que quieres que te diga Gelion? Yo no puedo ser más clara… Pero tampoco puedo estar constantemente en un hilo porque no sé qué es lo que quieres. Porque buscas cualquier excusa para poner barreras o alejarte… Déjame a mí decidir si me haces bien o no.

Negué mientras hablaba. No, definitivamente no iba a andar leyendo en mi archivo, tendría que hablar con la privacidad de los archivos por cierto. -Es algo temporal. Dijeron que no va a durar más de un mes.-Y obviamente no quería que viese todo lo que me había hecho. Ni de coña.

Arleen me explicó lo que había pasado...más o menos. -Hmmmm-Aún no sabía como había pasado de hablar con Thalos a estar en ese ascensor. Arqueé una ceja. -Y fui a intentar controlar la crisis, supongo. -Desvié la mirada, mirando al vacío más bien mientras me preguntaba cómo. -¿No te he besado, verdad? No quiero confundirte.-Pregunté dudando realmente si lo había hecho o no, sonando bastante sincero por lo siguiente.

En ese momento se ruborizó.-¿Lo he hecho?-Pregunté y al ver esos gestos, en los que parecía bastante alterada... me acerqué un poco bajando la voz .-¿Hemos follado en el ascensor?-Pregunté muy confidencialmente y me alcé mirando hacia el lugar frunciendo el ceño.-Joder... qué putada no recordarlo.-Sonreí de medio lado cruzando mis brazos aún mirando aquel lugar . Lo había dicho en voz alta sin pensar en ello aunque tampoco me molestaba que lo escuchase.

Estaba sumido en esos pensamientos cuando se puso tan seria, mis ojos se desviaron a su muñón durante un segundo para posarlos después en sus ojos de nuevo.-No es una excusa.-Murmuré entornando los ojos y negué de nuevo bajando la cabeza.-Decidirás...-Asentí y alcé la vista para clavarla en ella.-Cuando tengas claras las cosas.-Mi mano se elevó para dar un par de toquecitos en su cabeza.-Entonces podré contarte que he hecho cosas peores que eso.-Señalé su muñón sin mirarlo.-Y que eso-Señalé a su pie.-Y te contaré que me he criado en el mismo sitio que ese psicópata que te hizo todo eso y que ahora mismo está muerto. Y que seguramente he hecho cosas que te harían vomitar. Entonces...podré contártelo y decidirás. Pero hasta entonces nada de... -Nos señalé y alcé ambas cejas preguntando de ese modo si teníamos un pacto.

Miro la placa momentánea pero no dijo nada más. Tema cerrado. Ya tenía especialistas, que seguro que no acababan de salir de un coma después de una misión fallida después de un ataque de una Pendragon loca.

“Me atacó. La rubia”, el recuerdo hizo que parpadeará desubicada un momento.

-¿Hmmm? Ah, si. Gracias- Sí, son duda lo necesitaba. Sin sus hermanos allí para darle un abrazo y confortarla habría sido un poco más complicado salir de aquel momento -¿Qué? - Preguntó estupefacta por si cuestionamiento mientras su sonrojo se acentuaba. No ayudó que se acercará a ella y luego se inclinará para hablarle en voz baja… y… sonriera. Su estómago hizo cosas raras y le costó hilar un poco sus pensamientos porque, de forma muy vivida, paso a recordar su encuentro y la forma en la que su cuerpo… y el de él -No- Dijo en un hilo de voz ahogado mientras se abrazaba a si misma tratando de que no notara nada raro. Tenía algo mal en la cabeza. No debería sentirse así después de recordar lo del secuestro.

Lo dejó hablar porque realmente quería su respuesta, necesitaba claridad. Y se la dio, en parte, pero le puso ciertas pautas que Arleen… prf, Arleen no estaba dispuesta a aceptar. El sonrojo y el calor pasaron lenta pero progresivamente a la ira y no ayudó sus golpecitos en la frente. Se sintió… la hizo sentir como Sayid en una de sus tantas discusiones en las que dudaba de que pudiera cuidarse de si misma. Y quizás tenía razón pero había formas… y formas.

-Vete a la mierda con tu espera- Ostras, qué bien se sentía -Por lo que tú y yo sabemos, en la siguiente misión nos matan. Somos un maldito fracaso y ya me quedan menos partes para que me corten - alzó los hombros dándose por vencida - Todo el mundo me advirtió de ti, en mi comunidad eres prófugo. ¿Y a donde acudí cuando todo mi mundo se caía?- Iba a continuar y decir mil y un cosas más pero de pronto se calló, se pasó una mano con cierta frustración por la cara y luego negó -Si no confías en mí para aceptar tu pasado, alguien que creo que ya no eres, mejor lo dejamos hasta aquí. No es algo que puedas cambiar y quizás quien debe empezar a perdonarse por eso eres tú y no yo - Se dio la vuelta para retomar el camino a su habitación.

-¿Ah no?-Pregunté cuando capté su hilillo de voz mirándola un momento y después mirando el ascensor de nuevo simplemente chasqueé la lengua. No añadí más que eso.

Y mientras hablaba yo parecía...demasiado callada. Demasiado tensa. Tenía esos ojos que... Alcé la vista al cielo cuando saltó. -Vete a la mierda tú¿O ahora o nada? Tu estás destrozada mentalmente y yo también-Solté entre sus palabras enervándome un poco mientras ella seguía hablando como si fuese obvio que no éramos capaces de tomar decisiones ninguno de los dos. ¿Acaso no lo veía?- Si hubieses tenido otra opción fuera de tu islita de cristal hubieses acudido a ella! Acudiste a ella cuando te fuiste la base¿no?-Continué entre sus palabras. Ahí los dos hablando sin parar en mitad de un pasillo. Sería interesante para SAM al menos.

-¡Claro que confío en ti! Pero si siquiera yo mismo estoy seguro de no ser esa persona!-Fruncí el ceño mirándola con rabia mientras se iba a su habitación y gruñí acoplándome rápidamente a su paso-Y deja de huir coño, no vas a quedarte sola después de soltar mierdas de que ya no vas a ser una carga para nadie.-Paré en la puerta de su habitación porque sí, maldita sea sabía cuál era, lo había mirado.-Abre.-Señalé la puta puerta con cara de mala hostia.-¿Qué quieres que haga Arleen?¿Quieres escucharlo todo para que te des cuenta de que es una putísima mierda de idea?¿Eh?-Bajé la vista a mi mano y empecé a enumerar.-Cuando te presiono me mandas a la mierda, cuando intento que lo comprendas me mandas a la mierda, cuando me sincero me mandas a la mierda ¡DIME QUE QUIERES QUE HAGA!-Alcé la voz más de lo normal al volver a clavar la vista en ella.

-Desde que me conoces estoy destrozada mentalmente Gelion, ahora solo no recuerdo cosas- Y eso volvería, la mente era una maravilla y encontraría la forma de repararse. Alzó las manos al techo con un gesto exasperado - TENÍA OPCIONES, CREES QUE JOHAN O JO ME HABRÍAN CERRADO LA PUERTA EN LA CARA? Jo me quedarme con ellos pero yo te elegí a TI en un ambiente CERO por ciento mágico - Grito finalmente agitada.

Inspiró profundo cuando dijo que confiaba en ella, pero la verdad es que no estaba 100% segura de lo que le decía -Entonces no es mi trabajo, Gelion. Es tuyo… ¿Quieres seguir siendo esa persona o no?- Preguntó mientras paraba en su puerta y lo veía a su lado. ¿Por qué no se iba? ¿No quería alejarla? ¿Que se reparara? - ¿Qué tiene eso que ver con nada?- No entendía a que venía su comentario sobre ser una carga. Pensó que se alegraría de no tener que lidiar con ella. Y ahora aquello…

Abrió la puerta y entró. La habitación estaba bastante recogida y arreglada excepto por torres de libros por doquier pues había sacado su ropa y sus libros de los baúles. Es una esquina estaba Smiley en su cojín. Arleen lo dejó pasar y fue a por un vaso de agua. Maldijo interiormente cuando intento coger un vaso con la mano que no tenía mientras Gelion hablaba. Qué nerviosa le estaba poniendo.

-Mira, SÍ. Siéntate y cuéntamelo todo. Ahora. AHORA- Le mostró el sofá, una silla, la cama, la mesa como mostrándole todos los sitios donde podía sentarse. Frunció el ceño y bajó la mirada un instante, dándole la espalda después mientras bebía el vaso de agua para calmarse, controlar su temblor y ordenar su mente. Doespués de eso se giró para hablar en un tono más calmado -Ya te pedí disculpas por eso, pero no lo recuerdas - Movió la cabeza para señalar hacia fuera haciendo referencia al ascensor. -Te dije que debí oírte pero que no estaba en un buen sitio en el momento y que no debí haberte irrespetado ni cruzado tus límites. Por todo lo que hice y cómo lo hice- Cerró los ojos y se masajeó la sien -Ojala recuerdes esto-

-¡Bueno pues ahora somos dos!-Respondí con más razón para no meternos en una movida que solamente iba a jodernos más la vida.-Ohhh-Asentí frunciendo mi ceño, muy irónico.-Y la cosa salió de maravilla Arleen, como para repetir.-MUY irónico.

Me llevé ambas manos a la cabeza gruñendo y las aparté en un gesto brusco.-¡No es algo que pueda elegir!-Entré tras ella bastante cabreado.-Tiene que ver con todo.-Respondí sin pensar porque claro, para mi tenía sentido. Cerré de golpe entrando del todo y crucé los brazos con la ira recorriendo mi cuerpo. Tenso. Miré todos los sitios que ella señalaba. Frunciendo más el ceño hacia ella cuando señaló la cama. -BIEN-Me moví por el salón buscando algo.-Me lo acabas de decir en el puto ascensor y de aquello hace meses. BOURBON.-Solté en voz alta y bajó la mierda esa de entretenimiento de SAM. Rebusqué la maldita botella entre varias cosas mientras negaba.-Que sientas asco hacia mi no es precisamente lo que querría provocarte pero...-

Cuando la encontré fui a la cocina cogiendo un vaso y llenándolo para después beberlo rápidamente. La dejé en la superficie volviendo a llenarla.-He torturado magos y brujas hasta hacerles rogar por sus vidas y me ha importado una mierda.-Comenté antes de tirar de su vaso para llenarlo también, lanzándole una mirada furiosa.-He tocado y abusado del cuerpo de brujas estando en prisión, y lo he disfrutado.-Me puse frente a ella y le empujé el vaso contra el pecho mientras hablaba.-Y luego las he rematado sin culpa alguna. He matado niños y bebés mágicos y luego le he dado besos de buenas noches a los míos sin remordimiento.-Me acerqué un poco.-Encontré a Collins y a su padre y los dejé ir libres.-Continué enumerando, apoyando la mano en la superficie, encerrándola entre mi cuerpo y la misma.-Y cuando te pasó a ti...disparé a cada uno de los soldados que tenía en la lista de sospechosos infiltrados...hace tan solo unos meses. -Solté muy serio y despacio antes de beber de nuevo todo el contenido y dejar mi vaso en la encimera.

Volví a mirarla de frente.-No es algo que pueda elegir, Arleen.-Y me quedé esperando su asco y su rabia. Estaba seguro que iba a aparecer.

-No lo has entendido- Expresó finalmente con el tono irónico. ¿Era que ella se comunicaba mal? Quizás era eso. Repasó sus palabras. “Te elegí a ti”. Lo miró un momento con ganas de repetírselo pero no lo hizo. Se humedeció los labios

-Claro que puedes elegirlo…- Expresó negando con la cabeza pensando en su caso. Ella había dejado de elegir y eso era lo que le había llevado a cambiar su forma de ser, a forzarse a entrar en esa figura que Sayid y su madre querían. Sin embargo, ahora tomaba otras decisiones.

“No entiendo nada”, pensó sin entender la frase de Gelion pero sólo le hizo un gesto cuestionándolo antes de poner los ojos en blanco. ¿Cómo podían gritarse tan fácilmente? ¿Iba a recordar esta conversación? ¿Y si le daba otro ataque de ansiedad? Aquello la hizo sentir culpable y junto a sus disculpas empezó a bajar un poco la oleada de sentimientos.

-Lo otro ya lo provocas, así que adelante- Dijo finalmente mientras le veía coger la botella, había estado tan concentrada en sus cosas que el comentario no le pareció vergonzoso. No sabía que el alcohol estaba tan…fácilmente alcanzable. No le costó distinguir las botellas de vino pero desvió la mirada de Gelion hacia

“¿Sólo tengo que gritar VINO y me lo da?”, pensó  y una voz mecánica le dijo que “Sí” y Arleen miró alrededor desubicada porque…Bueno, Gelion estaba bebiendo y no era telépata. Frunció el ceño contrariada antes de volver la vista hacia él escuchando cada frase hasta que mencionó que había abusado de las brujas y luego las había matado… Palideció un poco porque… Ella había estado allí, en el mismo lugar que esas brujas.  Y Eamon la habría matado si no hubiesen llegado refuerzos. Es más…quizás se habría desangrado. ¿Niños? ¿Había…¿Por eso siempre le restó importancia a su embarazo? Se le revolvió el estómago. ¿Cómo podía asesinar a niños inocentes y no sentir remordimiento?

"Es que el perfil es de..."

-¿Qué?- Preguntó en un hilo de voz al oír lo de Collins y su padre. Pero aquello sólo trajo un recuerdo vago que había olvidado. Tan ofuscada por la situación que no había logrado vincularlo -Me preguntaste por la niña- Se echó hacia atrás pero al tener la mesada atrás no podía seguir apartándose y su presencia física, en ese instante, no era lo que necesitaba. ¿Por qué los había dejado libres? ¿Si los hubiese capturado no le habría pasado aquello? ¿U otros enfermos la habrían atrapado? ¿Era cosa del destino? Le estaba costando encontrar alguna... parte positiva de lo que decía.

-Porque te importo- Asintió -Porque si no te importara, habría sido un número más. Una bruja más del montón… Quizás hasta te habrías divertido conmigo como lo hizo él - Le dijo mirándolo a los ojos para luego apartar la cara y cerrar los propios con un gesto entristecido, era… terriblemente triste. Recordó las palabras de Eámon, aquello de la confianza y esta vez sí sintió náuseas. Dejó que las lágrimas fluyeran, le daba igual que la viera -¿Por qué nos odias tanto? Yo…no lo entiendo- Dijo sin poder controlar el temblor de su labio inferior - ¿Por qué quieren hacernos daño? No lo entiendo… Yo no lo entiendo- Repitió constantemente. De la misma forma que no había entendido como Andreas había pasado de su cara, de sus palabras y de su bondad para mostrarle realmente de lo que estaba hecho.

Tragó un poco y negó con la cabeza tomándose un momento. Alzó la vista al techo y suspiró para luego hablar con la voz quebrada -Sí puedes elegir. No puedes cambiar el pasado pero puedes tomar mejores decisiones ahora… La pregunta es ¿Quieres hacerlo?- Preguntó aún sin poder controlar del todo las lágrimas. Se había esperado varias cosas... pero ponerse al mismo nivel de Eámon...Esos niños inocentes. Era difícil conciliar tanto nivel de odio en la persona que la había ayudado en varias ocasiones. En la persona que la salvó de un grupo de locos antimagos, o que buscó a alguien que mirar el tema de su embarazo -Porque ese hombre que cometió todas esas atrocidades también organizó el exilio de Londres, sin diferenciar razas- Alzó brevemente los hombros tratando de dar un ejemplo más objetivo-No entiendo tu odio, no entiendo por qué hiciste todo eso  a gente inocente y cómo fuiste tan…tan… - No podía ni decirlo, no tenía palabras para describirlo más que...  -…malo- Mencionó como si fuera un grave insulto -Dame espacio- Murmuró poniendo la mano en su pecho y apartándolo un poco. Necesitaba respirar y alejarse de él, de su perfume, del licor y de todo. Le apetecía estar sola para poder procesar la información pero lo cierto es que había algo aún que...-¿Lo volverías a hacer?- Terminó por preguntar -Si tuvieras la oportunidad, ahora mismo, hoy ¿lo volverías a hacer todo?- Temía la respuesta que iba a darle. Con todo su corazón. Pero no podía evitar hacer esa pregunta y permanecer ciega.

Había estado observando sus gestos conforme le contaba la realidad, la palidez que poco a poco asomaba en ella, aquellos gestos que me indicaban que posiblemente se le estaba encogiendo el estómago de algún modo. Aún así, continué hablando, soltando todo lo que tenía de manera muy resumida.

Gruñí por lo bajo, molesto cuando pareció querer apartarse. Asentí. -Me preguntaron por ella cuando les dije que se marcharan del país.- Mis labios se apretaron con fuerza porque realmente había sido un acto estúpido, uno por el que internamente me culpaba y también a ella. Seguramente les habría pegado un tiro de no ser por eso o tal vez...tal vez si había sido un acto de camaradería humana. No lo tenía claro.

Mi expresión continuaba siendo seria mientras decía que ella me importaba. Mierda. Los ojos muy fijos en ella. -Muy posiblemente.-Confirmé. No podía mentir en eso. Si hubiese caído en prisión ... Su expresión, el evidente disgusto en ella y sus lágrimas hicieron que apartase la mirada. Simplemente negué al escuchar sus preguntas. Llené de nuevo el vaso. ¿Por qué? suponía que por su poder. El miedo que provocaba saber que existían y que podían acabar con nosotros con tan solo unas palabras, manipular nuestras mentes... pero eso ya se lo había dicho.-No os odio. No ahora.-Murmuré cansado llevando el vaso a mis labios. -Seguramente maté inocentes entre mis propias filas. Da igual lo que quiera hacer. Simplemente sigue ahí, lo que sea que me hace hacer ese tipo de cosas.-De un modo u otro, era así.

Bebí de golpe frunciendo el ceño al bajar el vaso volviendo a Arleen a los ojos, continuaba llorando mientras intentaba buscar un calificativo para mi. Casi solté una risa que fue más bien un resoplido por la nariz al escuchar ese insulto tan simple con una intensidad tan fuerte. Negué de nuevo. -Malo... -Sin embargo al sentir su mano en mi pecho miré hacia abajo con la mandíbula tensa, antes de alzar la vista a ella. El rictus serio cambió a una ligera mueca sonriendo de medio lado, consciente de que yo tenía razón. Tristemente. Era obvio.-Te lo dije.- Llené de nuevo el vaso antes de apartarme.

Caminé por la habitación apartándome del todo, alejándome hasta la ventana. -¿Todo?...no-Miré el contenido del vaso, una buena resaca...no podría tomarme las pastillas hoy. Froté uno de mis ojos.-Pero no puedo decir que me arrepienta de matar a según qué gente. -la miré desde ahí. Tomé el último trago y lo dejé en alguna mesa. -Ya tienes lo que quieres. ¿Ahora qué?-Mi voz sonaba algo monótona, carente de emoción alguna, si acaso cansada o apática.-¿Quieres que me largue para que vomites y llores tranquila? Puedo hacer eso si me aseguras que no acabarás en un ciclo de autodestrucción por mi culpa cuando salga por esa puerta.-Dejé ambas manos en los bolsillos de mi pantalón esperando.

Arleen apenas asintió con suavidad cuando confirmó sus sospechas, de dónde había venido la pregunta. En ese momento le había sorprendido pero lo había dejado pasar. Quizás tendría que haber estado más atenta.

Le sostuvo la mirada cuando volvió a confirmar sus sospechas y, tal vez, si no estuviera tan removida habría sentido mariposas en el estómago al recibir una confirmación verbal de que… le importaba. Pero las náuseas mataron las mariposas. Se quedó en silencio dejando que respondiera a sus preguntas. Ahora no nos odiaba. Quería tomar eso como una victoria. Quizás no tenía nada que ver con ella pero era al menos un humano más que no les odiaba.

“Eso…es cierto”, reflexionó al pensar en sus últimos asesinatos y frunció suavemente el ceño. Quizás no todos habían sido traidores pero… Posó la mirada en sus labios con un gesto pensativo mientras oía el resto de lo que decía -Gelion…- Murmuró pensando en Yaroslav, a quien sí recordaba, y que lo había torturado. A Johan, a Sayid… -¿Quién tiene las manos limpias en este mundo destrozado?- Preguntó y alzó la vista hacia él -Podré ser sanadora…Pero los suicidios el día de la inauguración del hospital están en mis manos. La gente que murió de la mano de personas que yo salvé…- Alzó los hombros porque quizás ella nunca había asesinado directamente, también podía ser que estuviera buscando excusarlo o cogerse cargas ajenas pero…

“Fred y V también han asesinado. Quizás no con tu facilidad pero ellos no vivieron la guerra como tú”. Seguía confundida y pensativa. El vaso seguía llenándose todo el rato y Arleen estaba empezando a preocuparse. – Lo sé- Murmuró mientras se apartaba y ella, libre de su cercanía, se giró hacia la mesada y agarró la botella para voltearla sobre el lavaplatos y deshacerse del alcohol antes de servirse un vaso de agua de nuevo y beberlo lentamente en silencio dándole la espalda.

Analizó su respuesta y recordó aquel momento en su casa cuando le había mostrado lo que los magos habían hecho…La destrucción del London Eye -Porque mi raza tampoco es inocente ¿Verdad? Y mucha de esa gente que mataste tampoco tenía las manos limpias- Estaba empezando a dolerle la cabeza y bajó el vaso de agua vacío hacia la mesa. Se giró hacia él y observó su gesto y su rostro, su lenguaje corporal y también sus palabras.

-Cuando me hablas así siento que estoy delante de él de nuevo y que en cualquier momento me vas a decir que soy estúpida o una payasa- Le dijo con profunda sinceridad mientras se acercaba a él -¿Crees que no soy lo suficientemente inteligente para discernir que mucho de lo que hiciste fue el resultado de la vida que viviste, de cómo fuiste criado y de lo que te hizo tu padre?- Porque sí, lo recordaba claramente aunque no se lo  hubiese dicho de forma directa -Me cuesta conciliar al Gelion que conozco con el Gelion que fuiste. Sí…- Dijo alzando la mano para que, si iba a interrumpirla, se callara -Fuiste. Tú mismo lo has dicho… No lo harías todo. Podemos sentarnos aquí si quieres y desglosar todo lo que hiciste paso por paso y que me digas qué harías y que no. Se paró frente a él, con una distancia respetable – Yo ahora sólo veo al Gelion que trató de salvar a todo Londres de morir, independientemente de la raza. Veo al Gelion que quizás se pensará dos veces hacer algunas cosas y que no está del todo cómodo con lo que hizo, no al menos con la visión que tienes ahora- Inspiró profundo y miró a la distancia durante un momento, pensando bien que quizás estaba muy loca o que había leído muchos libros cuestionables. O que finalmente quizás entendía un poco la locura de Julieta – No puedo cambiar que tengas gatillo fácil, como tú no puedes cambiar que yo no pueda matar una mosca- Eso sí, había una realidad que no podía cambiar -Pero mañana puede llegar el árbol de los Pendragon y matarnos de una vez por todas mientras seguimos perdiendo el tiempo. ¿Vamos a seguir viviendo en el pasado que no podemos cambiar o aprovechamos el presente que es lo único que tenemos?- Volvió la mirada hacia él. La pelota estaba en su tejado.

Mi ceño se frunció por aquello de que todo el mundo tenía las manos manchadas e hice un gesto, alzando una mano y llevando el mentón al techo entornando los ojos mientras daba el ejemplo de ella misma.-No es comparable. ¡No me jodas! Solo te faltaba cargarte con mierdas que no has hecho tu.-Me señalé.-Yo SÍ las he hecho.-Alcé ambas manos mostrándoselas.-Con mis propias manos. Así que NO te atrevas a decir que esa mierda es tu culpa.-Dije algo rabioso señalándola porque si empezaba por ahí acabaría otra vez haciendo cualquier cosa.

-No sé decirte el porcentaje de gente que he matado que merecía o no morir según tu clasificación de buenos y malos. -Comenté sin mirarla en respuesta a su pregunta. Sabía lo que estaba intentando, justificarme de algún modo. darle sentido. Le lancé una mala mirada desde donde estaba, con el rostro completamente arrugado en indignación. -Nunca he dicho que fueses estúpida ni nada parecido, por mucho que tu cabecita te lo diga. -Aparté la vista de ella de nuevo mirando a través de la ventana.-Tienes la puta manía de tergiversar cualquier mierda que digo.-Murmuré molesto y ante la mención de mi padre sonreí de medio lado.-¿Mi padre? Mi padre sólo me abandonó, lo jodido es haberme criado con mi madre.-Pero esa era otra historia.

Continué mirando al exterior hasta que fui a corregirla. Un breve instante de reojo para encontrarme ella confirmando y evitando de ese modo que yo replicase.-No eres mi psicóloga, gracias.- Dije entre sus explicaciones y dejé que hablase y hablase, con sus mil justificaciones sobre mi comportamiento. Negaba. Estaba negando a todo aquello. -Sigues sin comprenderlo...-Susurré por lo bajo. Llené mis pulmones de aire en una inspiración soltándolo al instante con molestia.

Permanecí más tiempo del debido en silencio, observando por la ventana. Androides, humanos, magos...parecían llevarse bien. Pero aquello no era Londres. Gruñí por lo bajo antes de moverme de nuevo acercándome apoyé la palma de mi mano en la parte trasera de su cabeza y la acerqué. .-Puedes decidir...y yo también. Por mucho que me joda.-Sin embargo deposité de nuevo un beso en su sien.-Descansa Arleen.-Murmuré pegado a su pelo, apreté un poco la mano con la que la sujetaba.

Se encogió  un poco cuando alzó las manos y le gritó. Era, quizás, la primera vez que su exasperación y rabia se había sentido…personal. Ella siempre le había hecho frente pero quizás era todo lo que habían hablado y la ruleta de emociones de aquella mañana que la hizo contraerse.  “Si no hubiese hecho el hospital…”, el pensamiento no dudó en colarse en su cerebro pero decidió no responder. No quería que le gritara de nuevo.

-Claro que no- Dijo en reprimenda cuando le soltó aquello de que tergiversaba sus palabras pero ya hablaban sobre otros temas y no pudo profundizar. ¿Su madre? De ella, la verdad, es que nunca hablaba. En realidad… En realidad es que no le conocía demasiado. Porque nunca hablaba de sí mismo excepto hasta ese momento.

La frase sobre que no era su psicóloga la calló. Arleen cerró los labios rápidamente  sin entender porqué le estaba dando un creciente, profundo e ilógico ataque de…celos. Apostaba a que a ella si le contaba cosas -No necesito ser psicóloga para decirte que tienes el perfil de un psicópata- Le espetó -¿Eso te lo dicho tu maravillosa psicóloga?- Soltó, por primera vez en su vida, con lo que era un tono de lo más odioso e iracundo. Era…horrible sentir celos. Era… Joder le faltaba el aire.

Le había dado un poco de ultimátum en su pregunta, porque, una vez más estaba agotada de esperar. Miró hacia él que observaba en silencio la ciudad, probablemente valorando o discutiendo consigo mismo. Mientras más tiempo pasaba, Arleen estaba más serena porque sabía en qué acabaría todo.

En nada.

Desvió la mirada cuando se giró hacia ella y le dejó hacer lo que le diera la gana mientras controlaba las inmensas ganas de llorar que tenía. ¿Para que le daba oportunidades cuando ya tenía la decisión tomada? Se sintió pequeña cuando habló de que él también podía decidir. Sí, era cierto. Pero eso no quitaba que decidiera NO estar con ella. Se sentía como rechazo.  Y le sentaba tan  mal como en su momento lo hizo la burla de Oscurus.

“Suficiente”

Arleen se separó de Gelion sin decir palabra y se dirigió a la puerta de su habitación abriéndola, tras eso fue a su mesita de noche para apoyar la pinza de pelo que se había quitado de camino. Tras eso se sacó el ligero abrigo que traía encima, dejándolo en la cama.  Intentó quitarse uno de los anillos de su  mano, pero sin otra ayudante era más complicado que colocárselos. Tenía que diseñar su mano…Y solía tener buenas ideas cuando se bañaba.

Usó toda su fuerza para que el tono no le saliera ahogado. Estaba insegura de lograrlo-Y yo dije que respetaría tus límites- Se inclinó para coger una libreta y boli del segundo cajón de su mesa -Espero que estés fuera de mi habitación cuando salga de bañarme y, de camino, llévate todo el alcohol que puedas. No lo quiero- Expresó sin mirarlo, yendo hacia el baño y cerrando la puerta echando el pestillo. Puso a llenar la bañera y, no sabía cómo, pero  SAM había logrado conseguir bombas de baño así que tiró dos. Tras eso se puso a trastear el baño para buscar unas velas aromáticas o algo más para poner ambiente. Lo necesitaba.

-Es obvio que sí.-Respondí sin cortarme y molesto. Siempre lo hacía, ella escuchaba y luego su mente divagaba en cualquier cosa que fuese un drama.

La fulminé con la mirada cuando me llamó psoicópata, además de por el término por el tono en que lo dijo. Pero no contesté ni una palabra, volví a posar mi mirada al frente, a la ciudad mientras por dentro rumiaba aquellas palabras y aquella rabia en ella. Sabía que no era un psicópata, o eso le había dicho la doctora pero si ella lo creía así...

Dejé que se escapara de mi agarre sin oponer resistencia y mi brazo se deslizó en el aire hasta quedar colgando a mi lado. Por un momento había deseado que ella no se apartase, que insistiera un poco más, pero aún así estaba seguro de que finalmente la hubiese apartado yo a ella de todos modos. Inspiré soltando aire por la nariz observando hacia donde se dirigía.

¿Simplemente había decidido no hablar más? No. Ahí estaba de nuevo. Apreté los labios con desagrado y gruñí cuando se metió al baño y escuché el clic del pestillo. Fui hacia el centro de entretenimiento de SAM y , con bastante mala hostia y poco cuidado, saqué las botellas de alcohol que vi para dejarlas en la encimera.-Nada de alcohol en este apartamento SAM.-Murmuré. Un brazo robótico que apareció desde dentro de la superficie empezó a encargarse de ellas.

Fui hacia la puerta rumiando mil cosas en mi mente pero antes de marcharme giré sobre mi mismo, rescaté una de las botellas de alcohol en mi camino hacia su habitación. Me asomé por la puerta.-¡En realidad Beatrice dice que tengo estrés post traumático!-Aclaré por fin y me giré para marcharme pero...arrugué toda la frente muy indignado y volví a asomarme.-Resulta muy esclarecedor ¿Sabes?! TE LO RECOMIENDO! -Volví a girar pero agarré el marcho de la puerta y me asomé de nuevo.-A VER SI TE AYUDA CON TU TRANSTORNO HISTRIÓNICO Y TU ENSOÑACIÓN DE MIERDA!-Grité enervado antes de marcharme de una vez por todas.

No consiguió velas ni nada, pero daba igual. Empezó a desvestirse con movimientos lentos y calculados. Eso no era sano ¿Verdad? Siempre acababa así después de sus encuentros. Una única vez había sido distinto y SAM había llegado a…

Dejó escapar el aire mientras se metía en la bañera mientras sus sentidos estaban atentos a escuchar la puerta. Del baño. Quería que la rompiera, que la abriera y le dijera que se lo había pensado mejor. Pero no, sólo escuchó botellas.

Se quedó mirando la espuma con gesto casi ausente sin entender nada. La verdad. Volvió el rostro hacia la puerta cuando escuchó su voz, sintiendo un retorcijón en el estómago cuando mencionó a Beatrice. ¿Estrés post traumático? ¿Eso le había hecho perder la empatía? ¿Olvidarse del remordimiento? ¿Qué le había pasado de niño? ¿Qué lo llevaba a hacer eso?

“Bueno no soy especialista”, pensó y de alguna extraña manera sentía cómo empezaba a desligarse de él. No podía hacer nada por él y, aún más importante, él no lo quería. Ella lo intentó, el decidió que no. Probablemente por su “bien” porque su me… El grito de Gelion traspasó la puerta del baño como si fuera una cachetada y Arleen sintió que su labio empezaba a temblar de nuevo. No tardó nada en llevarse la mano al rostro y tapárselo para llorar en silencio.

Se deslizó hacia el agua hasta hundirse, como si la sensación de ingravidez pudiera alejar todo lo que sentía. Sin embargo, por mucho que se mantuvo en el agua hasta que los pulmones le dolieron, nada pasó. Salió de allí y apoyó la cabeza en la tina durante un largo rato mirando al techo repasando toda la conversación.

“Apuesto a que esto si lo recuerda. No cuando es especial conmigo…No, sólo cuando nos peleamos”

Salió de la tina con rabia y se secó como pudo, dejó la toalla en el piso para luego tirarse en la cama bocabajo sin ánimos de pensar en nada, pero seca de tanto llorar. Al poco rato acabó durmiéndose y “descansando”.

Aquello de de acabar de refugiado en Francia y encima en la torre de los androides lo llevaba bastante mal. No era agradable volver a aquel sitio en el que lo habían tenido secuestrado durante un tiempo, y menos después de que la misión de Londres fracasase. Sabía que podía considerarse afortunado por haber podido salir de allí con su familia sin grandes daños, pero lo sucedido no dejaba de ser una derrota, y no le gustaba nada perder. Por eso no estaba del mejor humor y estaba menos comunicativo, casi rehuyendo los lugares muy concurridos de la torre como la cafetería o el gimnasio.

Esa mañana se dirigió hacia una de las zonas verdes en la parte baja de la torre, distraído con un teléfono móvil que le había dejado SAM con una app creada por él para seguir el avance de la zona muerta. Ya no se distribuía de manera regular, sino que parecía formar tentáculos que sea cercaban más a unos países que a otros. Esos imbéciles de los Pendragon la habían liado bien y ahora pagaban todos. Encima tenían que quedarse allí esperando, sin poder hacer nada porque no tenían ni puta idea de lo que . Le ponía de los nervios.