Moulin Noir

He de admitir que Juliet lleva razón en eso de aprovechar para estar más unido a la familia ahora que tengo oportunidad, por mucho que me cueste acostumbrarme después de haber ido siempre por mi cuenta. Lo que no me cuadra mucho es que me aconseje eso pero que ella haga lo contrario con los suyos. Apenas se ha acercado a sus hermanos desde que llegaron, con el único que tiene más relación es con su "tío". - Seguiré tu consejo...y tal vez tú también tendrías que darles una oportunidad a los chalados de tus hermanos en algún momento. - uno es medio normal, pero el otro es un tanto impulsivo. No menciono nada más de sus hermanos, aunque me quedo preguntándome por qué se habrán marchado de esa forma tan precipitada. Se me dibuja en el rostro una leve sonrisa como de vergüenza cuando me dice eso de que valgo, pues una cosa es hacerme el fanfarrón a modo de broma y otra que ella lo crea. Después bajo la cabeza, negando a lo de haberse guardado los secretos. Habría sido más fácil borrar los recuerdos de no haberme contado nada, es cierto, pero también habríamos llegado a conocernos menos.

- Da igual, lo hecho, hecho está. Se nos ocurrirá algo, como siempre, o casi siempre... - el beso que sigue a continuación pone un poco de calma en nuestras pensantes y rayadas cabezas, haciendo que olvidemos por un momento lo complicado del asunto y el jaleo que nos rodea. Su reacción ante el regalo del anillo queda interrumpida por las voces de Lykaios, que hace que me gire un momento cuando me incluye en el brindis. Alzo las cejas sorprendido por ello, o está muy borracho o es así de sociable. O ambas cosas. Alzo mi botella también hacia él, a pesar de que nos habíamos peleado en el pasado por estar en diferentes bandos. Al final hemos acabado luchando por lo mismo. Podría decirse que ya no quedan rencores. - Tenéis bien merecida vuestra fama, Brigada. Fuisteis un jodido grano en el culo en aquellos tiempos...por vosotros. - bebo tras el brindis, rodando los ojos un momento tras ver el lanzamiento de jarra al suelo. Luego vuelvo la mirada hacia Juliet, que de repente hace comentarios propios del capitán Obvious y le sale la voz un tanto extraña.

Al principio no me doy cuenta de lo que ha podido parecer la entrega del anillo, así que me encojo de hombros volviendo a explicar un poco. - Pues es un anillo que ayuda a canalizar mejor la magia sanadora. Quería hacerte un regalo que fuese útil, y localicé un antiguo taller donde los hacen. Espero que te venga. - cojo una de sus manos para probarle el anillo, dándome por fin cuenta de lo que suele simbolizar eso. Seguro que ella ha pensado algo así también y por eso la reacción. - ¿Esto es lo que se supone que hace la gente normal cuando se compromete, no? - acabo murmurando algo cortado por no quedarme callado en un momento así. - Pero nosotros no somos muy normales que digamos. -

Sonríe al saber que Reiv seguirá el consejo. Eso no aclara si se unirá o no a los renegados, pero al menos tiene el corazón para unir a la familia, aunque el pasado no se puede borrar. Aún así, la mención de sus hermanos le hace sacar una mueca. Con la lengua más suelta que de costumbre, terminó por soltar lo que tenía en mente.- ¿Cómo sé que esos son mis hermanos? ¿Por qué no fueron por mamá? ¿Por qué me encontré tan fácil con mi tío y ellos aquí, sentados, sin hacer nada, y tuve que aguantar una década encerrada y huyendo? En lo que a mi respecta, esos dos no tienen nada que ver conmigo. Venga ya, que al menos tu tienes quien te confirme que Johan es tu hermano. No es lo mismo. No es ni cerca de ser lo mismo.- Sentenció duramente, enojada por no tener respuestas, aunque en el fondo solo estaba tratando de trasladar la furia propia que le consumía. Eso y saber que Reiv trataba de unirlos le molestaba demasiado. Al menos hubo un momento bueno cuando Reiv se avergonzó tan lindo por aquella simple afirmación de que valía mucho. Al final, iba a ser que el beso y algunas palabras de cariño borraban todos los malos pensamientos, incluidos aquellos que tenían que ver con borrarle la memoria.

El brindis Lykaios-Reiv quedó un poco perdido en su mente mientras contemplaba el anillo. Tenía un color profundo, oscuro, con muchos matices a pesar de las tenues luces del local. Le resultó bonito y se sintió identificada con él enseguida a pesar de que en su mano pasaría a ser bastante llamativo por contraste. Pensó en él como una caricia más duradera. Así que mientras Reiv lo describía, se imaginó usándolo y haciendo como que no era algo que la ilusionaba un tanto.-¿Un anillo mágico? - Más que pregunta, se mostró sorprendida, soltando un poco el cuerpo de alivio. Permitió que Reiv se lo pusiera, teniendo de nuevo el corazón en el puño mientras contemplaba la escena. Quizás ahora que se sabía libre de compromisos podía disfrutar más el detalle en todos sus ángulos. La pregunta de Reiv le hizo intuir que se sentía igual que ella hacía unos instantes, por lo que tomó las manos del moreno compasiva, mirándole con una suave sonrisa.- Muchas gracias. Es muy hermoso, y seguro que me será útil. ¿Cuando hiciste esto? No nos hemos separado en... - Encogió los hombros, tratando de desviar la conversación para que el moreno no se cortara como se veía de desubicado, aún cuando el alcohol le nublaba un poco la memoria y le costaba seguir el hilo de sus propios pensamientos.- No, no somos muy normales. Aunque también me gustaría poder darte algo...  Algo que sea igual de único, y que también te sirva... aunque ignoro qué puedo darte. No creo que haya muchas cosas que un mago no pueda sacar de un sombrero. - Cierto era que todo el tiempo que había pasado con Reiv esos últimos años no compensaban las carencias del encierro. Aún le hacía falta mucho para ponerse al día, sobre todo con cosas mágicas para las que nunca tuvo una propia instrucción. Más aún, ambos sabían que todo lo que tenía lo llevaba consigo en una vieja mochila, y que su inventario no había crecido mucho durante los años. Se tomó un momento para pensar en algo que le hiciera falta a Reiv, que aparte de serenidad no podía haber mucho más. Finalmente, coincidió en que aquella noche no podía darle nada, por lo que se levantó de su silla, cambiando de lugar para estar justo al lado del moreno. No pudo evitar sentir de repente el vodka en su cabeza, tropezando con la mesa, por poco tirando la botella y la silla hasta que logró sentarse sin bajas. No pudo evitar que un ataque de risa le ganara, pues aunque sentía muy despejada la mente ahora sabía que todo estaría mal en cuanto se levantara de nuevo de aquella silla. Terminó por colocar la cabeza en el hombro de Reiv, dejándose caer pesadamente, entrelazando la mano del anillo con la de él, cubriéndola con la otra. Si bien normalmente Reiv era al que se le daba hacer gestos antes que decir palabras, aquella unión de manos significaba para ella algo más que un gesto del momento. Lo tomaría como una promesa de estar junto a él. Por lo menos mientras aún pudiera.-¿Quieres bailar, quieres beber, quieres que subamos a dormir o que nos vayamos? Estaré donde estés.

Los argumentos que da Juliet en contra de sus hermanos me dejan un tanto pensativo, debatiéndome entre lo lógico y lo conspiranoico. Por un lado es de suponer que sí sean sus hermanos, el propio Thranduil lo avala, y además donaron sangre para ella cuando lo necesitó. Por otro también es raro que no la hayan buscado en tanto tiempo y que sean tan fríos con ella. Me quedo con cara de 'tú ganas' a todos esos argumentos, la verdad es que los otros tendrán que ganárselo un poco si quieren tener algo de relación con ella. Tampoco es que yo sea un ejemplo de eso, Johan y yo podríamos tener más relación.

Al menos lo del regalo y lo demás hace que se le olvide un poco el asunto, pareciendo incluso que le ilusiona. Asiento a lo de mágico, aunque me sigue mosqueando eso de que la piedra del anillo no tenga ese brillo característico que tenía cuando la compré. Espero que no me hayan timado los mercaderes que me la vendieron, porque si no tendré que volver y tener un encontronazo con ellos. Cojo su mano para alzarla un poco y ver cómo le queda, haciendo un gesto de aprobación. - Lo compré hace un par de meses, en una de las idas y venidas de la isla. Supongo que tú te quedaste arriba, con Svart. Además, tengo mis negocios secretos y trapicheos... - comento dándomelas de interesante, aunque no sea cierto y últimamente tenga pocos negocios entre manos, al igual que dinero. Necesitamos sacar pasta sea como sea. - No te preocupes, no hace falta. Realmente tengo de todo...de ese tipo de cosas, me refiero. - anillo mágico ya tenía uno, y precisamente también había sido un regalo que me hizo alguien. No es momento de hablar de eso, ni estropear el momento hablando de que somos puto pobres y tenemos que buscar algún modo de ganarnos la vida. No sé de qué se mantienen los renegados, he de informarme para ver si me conviene o no.

Me río por lo bajo al ver el modo borrachil en que se levanta Juliet para cambiarse de sitio, ayudándola a sentarse mientras le da ese ataque de risa. Por una vez no soy yo el primero que acaba borracho, se me hace nueva la situación. - ¿Al final he ganado yo la competición de beber? - . he bebido bastante poco para lo que acostumbro en otras ocasiones, así que digamos que no cuenta. Aprieto un poco la mano que entrelaza con la mía, ladeando un poco la cabeza para mirarla cuando ella se apoya sobre mi hombro. Permanezco en silencio durante varios segundos, simplemente disfrutando de la compañía y la tranquilidad, a pesar del jaleo que siguen montando los de la Brigada. Ni siquiera la presencia de Tobías, de la cual me acabo de dar cuenta, logra cabrearme lo suficiente como para estropearme el momento. Todavía no me he resarcido con él por todo lo que me hizo en el pasado, pero lo de robarle aquella cura del SPM compensó un poco la balanza y fue satisfactorio. Ya me reiré de él algún día. Vuelvo la atención a Juliet, barajando las opciones que me da.

- Beber más no, al menos tú. Y creo que aquí arriba no podremos dormir con en escándalo que trae esta gente. Creo que será mejor que nos vayamos, podemos volver al piso andando y así bajamos un poco el vodka - me pongo en pie despacio, notando ligeramente el alcohol en la cabeza, pero bastante menos que ella. Después le echo una mano para levantarse de la silla, con la intención de empezar a alejarnos de la mesa para marcharnos. Me despido de la los de la Brigada en general, alzando la voz para que me escuchen. - Nosotros nos vamos ya, seguid celebrando la victoria. Si volvéis a organizar algo contra la Alianza contad conmigo. - dejo la declaración de intenciones hecha para que me cuenten entre los aliados, pasando después delante de Tobías y su desconocido acompañante. Los miro bastante mal a los dos, a uno porque me cae mal, y el otro por estar con alguien que me cae mal. Después llegamos a la puerta del local, tomando unos segundos para comprobar que no hay peligro en los alrededores.

El enojo momentáneo por lo de sus hermanos llegó a su fin tan pronto como inició. El alcohol hacía maravillas con eso de olvidar, y por tanto siguió bebiendo a tragos largos, hasta que la botella llegó un poco más de la mitad. No sabía que tanto había bebido Reiv, que se veía más fresco que ella, pero en su mente estaba segura de que iban parejos. Ahora, con su anillo nuevo, no podía negar que todos los tragos amargos habían quedado atrás, al menos de manera momentánea.- Ah, bajas sin mí. Y tienes negocios sin mí. ¿Eres rico y no me haz dicho? - Bromeó con el rostro serio, tratando de picarlo un tanto, terminando por sonreír con soltura, pues con tanto alcohol en el cuerpo ya no podía estarse seria ni un segundo.- No, no, nooo... Quiero darte algo. Tira algo de las cosas esas que te sirven para poder comprarte una igual.- Dijo encontrando rápidamente la solución a sus problemas. Comenzó a reír por lo bajo, echando de vez en cuando una miradilla al anillo para no perderlo de vista. No quería que desapareciera o se perdiera por culpa del alcohol.

Escuchar a Reiv reír al verle tambalear le hizo reír junto a él, dejándole un besillo en los labios, uno pequeño a manera de sello.- Pero si no haz bebido nada. Seguro que hasta la piña dejaste entera.- Murmuró, recordando que le quedaba un poco de alcohol en la piña. Mientras se debatía entre combinar la piña con el vodka o no, tuvo un momento de paz junto al moreno. Cuando este decidió entre las opciones, impidiéndole beber más, agarró la botella y la sostuvo lejos de él, impidiendo que se la quitara, comenzando a tararear en voz alta la canción que sonaba en la rockola, que se repetía tanto el coro que ya se había aprendido la tonada.- ¡Pues nos iremos caminando, que por la calle también hay fiesta!- Aceptó plantándole un nuevo beso, ignorando si había o no peligro afuera. Terminó por abrazarse a él para caminar, terminándose la botella y dejándola por el camino en alguna mesa. La dificultad que tenía para caminar se acrecentaba al no poder parar de reír cada vez que se tropezaba con algo. Ante la despedida de Reiv de la Brigada, levantó las manos para decir adiós, comenzando a reír de nuevo cuando casi se cae por soltar al moreno. Cuando logró recomponerse, alcanzó a escuchar a Cleopatra pidiendo un beso de los tortolitos... que si bien no se equivocaba eran ellos dos. Se mordió el labio inferior, mirando a Reiv con picardía...

No tardó mucho en decidirse. Dio un salto para quedar sobre Reiv, abrazando su cintura con las piernas, tomando el rostro del moreno con ambas manos. El beso se fue rápido y a trompicones al inicio, pero se convirtió con los segundos en algo lento y sensual, cargado de deseo. Para cuando abrió los ojos tras el beso, un rato después, se encontraban ya fuera del local, caminando con rumbo conocido, dejando atrás el barullo del Moulin y comenzando de nuevo a reír por la travesura que acababa de hacer, saliendo finalmente del lugar.

El nivel de borrachera alcanza proporciones épicas con el paso del tiempo, llegando a su punto máximo con el discurso que dirige Lykaios a todos los presentes, especialmente a la Brigada. - Qué bonito, joer... - hipo con la botella en la mano, limpiándome una lagrimilla de la mejilla con la otra mano. Bebo otro trago de mi botella de vete a saber qué, pues también he perdido la cuenta del número. - ¡Lykaios Knox for president! ¡os quiero tíooos! - les voy soltando besos de abuela a todos en los meloncios que tienen por cabeza, empezando por Lykaios, siguiendo por Emily y Ares, y acabando por Cleopatra, que ha acabado uniéndose a la fiesta para dejarse de preocupaciones por lo que pueda pasar. - Eso es...hoy es hoy y mañana ya veremos. - me río de mi mismo porque acabo de sonar como M.Rajoy, es una frase digna de aquel personaje. Y sí, le doy toda la razón a Cleo de que la perturbación en la fuerza que noto es por culpa de todo el alcohol en vena.

Me uno al que 'que se besen' de Cleopatra, aplaudiendo y todo como si estuviésemos de boda. - ¡Una boda! ¡me encantan las bodas! siempre y que no sea yo el que se comprometa...podemos casarte a ti con Lykaios, y así tenemos más fiesta. Y luego Emily con yo. Cada uno con una, que una vez nos liamos con la misma y la liamos muyyy parda. - aplaudo más cuando la pareja contenta a su público, aunque antes de que Juliet se marche con Reiv les grito que los pelirrojos nos estamos extinguiendo, que ya saben lo que tienen que hacer. Por eso yo siempre que puedo voy dejando mini bens por el mundo, espero que ya haya unos cuantos por ahí. Me apoyo de espaldas en la barra porque todo me da vueltas, mañana tendré resaca seguro, y ya no me recupero como antes. Con el paso de los minutos el bar se va vaciando poco a poco, la fiesta va terminando. Apenas quedamos unos cuantos ya, los de la Brigada y poco más. Acabo por escurrirme por la barra hasta el suelo, quedando sentado con mi botella en la mano y medio grogui, capaz de quedarme ahí dormido si no me molestan.

Terminé mi brindis y me bebi dos jarras mas de lo que fuera, me rei con lo que dijo Reiv acerca de nosotros, y le aseguré que contariamos con él en caso de preparar alguna nueva escaramuza, cosa que sin duda, ocurriria....

Vitoreé por el morreo que le pegó Juliet a Reiv antes de que salieran, asi se jugaba, di que si dragoncilla. Mis compis iban cada vez mas pedo y aunque la musica seguia sonando los cuerpos ya iban cansandose, bueno, yo no, yo no me canso de fiestejar- al final Leila no habia aparecido, ni Johan, ni Vyka. Se les habia echado de menos por aqui. Ben empezó a hablar de bodas...
y de lios de faldas. Ah, si, Genievre. Me quedé un momento pensando si sentía aun lo mismo por ella que habia sentido antes, ahora que Ben hacia mencion a aquello que nos ocurrió. Me encontré a mi mismo incapaz de dar con una respuesta clara. Permaneci en silencio durante ese tiempo que estuve pensando, mirando al techo y con la boca algo ladeada. Meh. Mejor no pensar demasiado en una misma cosa. Le hice pat pat en la cabeza a Ben cuando se escurrió por la barra.

- Lo siento Ben, ni tu ni yo somos buenos partidos aun para poder casarnos con semejantes mozas. Ea, duerme. Emily, Cleo, vosotras podeis descansar tambien.

Yo iba a recoger un poco. Aun no estaba tan pedo como para dormir, metabolismo acelerado de licantropo, que se le va a hacer. Y habiamos dejado todo manga por hombro. Asi que me puse a entonar una cancion tipica de marineros, pensando en Benjamin ademas, se me vino a la cabeza la de "what will we do with the drunken sailor?" En esto que iba barriendo el suelo con mi escoba y mi cantinela me di cuenta de otro cliente que estaba alli. Vaya. Tobias. Me acerqué a él, no estaba solo pero me dio igual. Si interrumpia algo, ea.

- Vaya Tobias - dije con una sonrisa apoyadome en la escoba, inclinado hacia él e invadiendo un tanto su espacio personal. - Debo preocuparme por tu presencia aqui?

Suelto un suspiro de desinterés ante la mudez de mi interlocutor, centrándome en beber la cerveza que me han traído y en observar las celebraciones de unos y otros. El discurso alentador de Lykaios me hace soltar una risa irónica por lo bajo, me parece de lo más absurdo. Más repelús me da eso del pasteleo del beso entre Juliet Y Reiv. - Pues se ha quedado buena noche para largarse...- comento al aire separándome del tipo con el que había intentado entablar conversación, acabándome la cerveza de un trago. Mi intención era venir aquí para sacar información, pero están todos demasiado borrachos o son muy callados. Dejo el vaso sobre la barra y un par de monedas como pago, dispuesto a marcharme ya. Lo único que lo impide es el acercamiento de Lykaios y su invasión de mi espacio personal. Retrocedo un paso por inercia, no me apetece coger una intoxicación etílica con todo con todo el alcohol que emana su respiración.

- Te ha costado reparar en mi presencia, muy mal eso de bajar la guardia aunque se esté en una fiesta. - una sonrisa ladeada acompaña mi reproche, dándole a entender que de llevar yo malas intenciones ya habría pasado algo en la fiesta. Tampoco podría haber hecho mucho, no sólo por mi pérdida de poderes, sino por el hecho de que está rodeado de los suyos. - Por esta noche no. Hoy no debes preocuparte por mi presencia aquí, a pesar de todo nuestro historial pasado. - el caso es que quisiera saber si a él le está sucediendo lo mismo con el bloqueo de poderes, pero no me atrevo a mostrar primero mi debilidad, por si acaso a él no le pasa nada y decide aprovechar la situación. Si al menos pudiese usar las habilidades mentales para leerle el pensamiento...

- Pero quizás debamos preocuparnos por cosas externas a lo que está sucediendo aquí. Tal vez todos, tal vez unos cuantos...- dejo caer crípticamente, sin desvelar mucho con el gesto. No he observado a nadie haciendo magia en la posada por ahora, aunque al estar tan borrachos supongo que tampoco es de extrañar. - Sea lo que sea, esta vez no he sido yo. - o eso creo, al menos conscientemente. Necesito averiguar más. Una cosa es tener yo la sartén por el mango y controlar, por ejemplo, quiénes se transforman en licántropos cuando yo quiera, o quienes pierden sus poderes a consecuencia de un virus o de un aparato bloqueador. Otra cosa bien distinta es acabar afectado por alguna de esas armas que se pueden volver en mi contra si pierdo el manejo de ellas. El juego se acaba cuando deja de divertirme o beneficiarme.

- No como aquella vez que os usé como vulgares chuchos bajo mi mando. Fue un recadito de Bertram, creo, pero fue entretenido lo de crear esa máquina. - se me ocurre tratar de provocarlo un poco para ver si así reacciona atacando con magia o algo, aunque lo más probable es que me lleve un golpe directo a la cara.

- El caso es que me olía a rata muerta, no esperaba que esa peste viniese de un humano, será eso lo que me ha distraido - le dije con una sonrisa de mala leche a su primer comentario sobre bajar la guardia o tardar en reparar en su presencia.

- Ah...asi que esta noche no. Y dentro de unas cuantas, debo preocuparme? - aunque mantenia una sonrisa casi agresiva en mi cara, en mis ojos se notaba que iba subiendo la rabia desde el estomago. Quiza debia acabar con él ahora, simplemente por prevenir males mayores en un futuro....

- Por supuesto, siempre están pasando cosas. Y algunos colaboramos mas que otros a ponerles fin, no es asi, Tobias? Mientras que tú solo te lucras y dejas las cosas mas en la mierda. Eres un parásito...

Cada vez entendia menos y menos por qué le permitia vivir. Quiza fuera el alcohol en sangre? Quiza fuera otra cosa? Lo ultimo que dijo fue la gota que colmó el vaso. Me eché las manos a la cintura y me incliné hacia atras para alejarme de él, mirando a otro sitio y sonriendo en plan "jeh, que gracioso eres, mejor no te miro para no..."

Pero dio igual. Me giré subitamente a él y le pegué un puñetazo en la mandibula con todas mis fuerzas.

________________
25 dados+ 3 brazaletes+ 26 base+5 bonus lobico= 59 dño fisico a Tobi

El miembro 'Lykaios Knox' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Ataque Físico' :

Ya sabía yo que el licántropo se soltaría a la mínima provocación, desde el principio empieza con tono agresivo, buscando pelea. Sonrío de manera leve ante la pregunta de si debe preocuparse dentro de unas noches, dándole a entender que sería de lo más fácil del mundo. - Es probable...depende de la situación. No soy vuestro enemigo declarado, ni tampoco vuestro aliado. Pero podría estar cerca de lo segundo si las circunstancias lo requieren. - lo cierto es que no me importaría una alianza temporal si me viniese bien, otra cosa sería convencerles para que lo aceptaran.

- ¿Qué tiene de malo lucrarse? cobro por mi trabajo, es lo lógico. Que lo que yo hago no convenga a tus intereses no quiere decir que no sea bueno para otros, olvidas el punto de vista. Supongo que no se puede esperar mucho más de un licántropo estúpido.

La reacción de Lykaios no se hace esperar, en lugar de largarse va y me suelta un puñetazo que me arroja de espaldas contra el suelo de la fuerza que lleva. Casi me revienta la mandíbula con el golpe, además de dejarme bastante aturdido. Sin mis poderes no me veo en condiciones de plantar una buena batalla, nunca he sido de los que destacan en lucha física. Me levanto torpemente cuando consigo recomponerme del golpe, agradeciendo internamente que la compañera de Lykaios trate de frenarlo un poco. Por ahora ninguno ha usado la magia para tratar de detenerme, pero tampoco es que les haya hecho falta. Empiezo a pensar que no es buena idea quedarme para comprobarlo, al menos hasta que no me consiga una buena arma que supla mi falta de magia.

- Lo que dije...un bruto que no razona. - me quejo tocándome la mandíbula y sangrando por la boca, comenzando a caminar hacia la puerta para marcharme. - Búscate otro saco de boxeo, yo tengo cosas más importantes que hacer. Ya vendrás más tarde pidiendo favores...-
me largo de allí antes de que decida que quiere seguir pegándome, perdiéndome rápidamente por alguna de las callejuelas cercanas.

-----------------------------------------------

defensa física:

0 + 5= 5

daño: 59 - 5= 54

PS: 150 - 54= 96

El miembro 'Tobías Gutenberg' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Defensa Física' :

Luego de largas horas de viaje y algunas paradas para mear al fin llegué a Inglaterra, concretamente a uno en particular. El Moulin, no lo recordaba, pero me importaba muy poco, necesitaba ponerme ebrio otra vez luego de mucho tiempo. Aparque la motocicleta, me baje de esta y me saque el pantalón que se me había metido en el culo, además de acomodarme la entrepierna de forma bastante vulgar.

-Una cerveza.

Le dije seriamente al cantinero mientras me sentaba en uno de los taburetes de la barra mirando a la gente que había en el lugar. Buscaba a alguien pero no tenía idea a quien. Rei me dijo que no me esforzara pero era imposible no hacerlo en esta situación. En verdad me ponía de mal humor no saber a quién esperaba o buscaba.

Lleno de hartazgo busque entre mis bolsillos y encontré una cajetilla de cigarros nueva. Agradecí mentalmente a Rei por haberlos guardado. Saque uno y lo encendí intentando poner mi memoria en otro lado, bajando de a poco el nivel de cerveza dentro de la botella.

‘’De nada’’

Recibí un mensaje de Rei respondiendo a que le había agradecido recién. En verdad algunas veces odiaba que algunos mensajes se enviaran involuntariamente, por el hecho de nombrar a alguna persona que estaba conectada a mi mismo servidor. Como si de un chat se tratara. Al menos agradecía que los únicos conectados en ese servidor fuéramos Rei y yo.

Quedarme sin poderes nunca fue un problema, fue mi día a día con la Alianza y con el caos que se originó entre eso y el robot ese raro hablando por las teles me pude ganar el pan de cada día fácilmente robando, a estas alturas ya no importaba si era un ciudadano ejemplar o no, ni importaba para los demás ni para mi mismo.

En ciertos momentos extrañaba la vida en mi celda, tanta incertidumbre en el futuro me estaba matando, nunca nadie me explico que la libertad conllevaba tanta duda, no saber que hacer, no saber que pasara el día de mañana, ni que debo hacer. Al menos mientras estaba en la Alianza tenía mis misiones y cuando no, mi reposo, una vida más sencilla y fácil. Ugh, Bram me mataría si me escuchara, no es que no le este agradecido por querer luchar por mi, pero estar solo ahora mismo en esta jungla que es la vida, pues hace que eches de menos ciertas comodidades... bueno, quitando las veces que Eamon me inoportunaba y sus aires... Andreas... bueno Andreas tenia un polvo, pero era raro que me pidiera nada, creo que era más fácil tenerlo contento.

Llegué al Moulin, creo que por hoy me merecía una botella de whisky o dos, entré por la puerta, no sabía que clase de gente habría dentro, pero una silueta me sorprendió, hizo que se me anudara la garganta y sintiese como si me ahogaba, imposible... imposible, imposible, imposibleimposibleimposible... No podía dar crédito a mis ojos, era el cansancio, el alcohol vaporizado en el aire del local, algo que comí en mal estado, tenía que ser jodidamente ALGO pero él no debería estar ahí.

Me acerqué a él y le di un zape en la cara como hacen las novias celosas, solo que yo no estaba celoso, sino confuso
- Nadie deja solo y abandona a Erebo! NADIE! - dije muy serio, aunque en mi cabeza una voz me rectifico diciendo que fue un poco al revés... Cogí a Bram por las solapas de su abrigo y lo empujé hacía mi besándole y después dejándolo suavemente en la silla, dándole un abrazo - No me vuelvas a dejar.... - dije ya casi sin voz para hablar, el paso de aire se me había cerrado por completo de la emoción mientras mi corazón latía a mil y yo no sabía que cojones pasaba por dentro del circo que era ahora mi cabeza.

Estaba tranquilo en mi mundo, ya iba por mi tercera cerveza cuando un golpe medio me giró la cara. Un guapo peliblanco con cuernos acababa de golpearme sin razón alguna y a decir que nadie lo abandona..

-Pero qué cojo…

Algo me interrumpió, y fue el beso que me planto. Algunos flashes me pasaron por la cabeza haciendo que el dolor volviera. Con que de esto hablaba Rei. Aun estaba callado cuando me abrazo, sin saber que hacer, mire hacia todos lados buscando ayuda. Algunos que estaban ahí nos miraban para luego volver a lo suyo. desesperado le pedí ayuda a Rei

‘’Mira, es una larga historia, intenta explicarle tu situación, del coma, de lo de Andreas y bla… Él era tu pareja, lo salvaste de la alianza antes de que te indujeron al coma…’’

Algunos flashes de el peliblanco con una correa pasaron por mi mente, otros estando en un lo que parecía un burdel, incluso flashes de ambos teniendo relaciones, incluso flashes de uno de los jefes electrocutandome mientras le decía a Erebo que huyera.

‘’Mierda’’

-Em… Erebo ¿No? -Pregunte tomándolo de los hombros y alejándolo un poco de mi, aun sosteniéndolo.- Mira, te lo resumo… Apenas recuerdo algunas cosas… Recuerdo que eres un dragón y que fuimos pareja… No puedo decirte mucho mas, me mantuvieron en coma desde la última vez que nos vimos, desperté hace apenas algunas horas...Lo lamento, Lamento haberte abandonado, lamento lo que sufriste, en verdad lo lamento… Lamento no recordarte… -Dije aunque algo en mi me decía que él era a quien estaba esperando.- Pero algo sí puedo asegurarte, algo en mi estaba esperando que aparecieras… Me gustaría que me ayudaras a recordar...

Bram durante un tiempo se quedo en silencio, mirando a todas partes confuso para luego soltarme un discurso sobre que no recordaba nada, o más bien pequeños detalles.
- Menos mal que te acuerdas de que soy un dragón, poruqe si mis cuernos o aspecto exótico no te lo recordase, sería para matarte. Y deja de lamentarte y disculparte, estoy vivo, ¿no? No te negaré al principio lo pasé mal y hasta cometí la locura de intentar irte a buscar, pero he sobrevivido, soy un jodido dragón de 1500 tacos y se dice pronto, las depresiones por amor adolescentes hace varios siglos que se quedaron desfasadas para mi.

Me pidió ayuda para recordar, la pregunta es ¿cómo coño haces que una persona recuerde? Suelen decir que un buen golpe en la testa a veces hace que las neuronas se reinicien y funcionen otra vez, como cuando golpeabas el televisor viejo y la señal volvía, aunque siendo sinceros, las terapias de choque no es que sean mi punto más fuerte, bueno, sí, de echo es tan fuerte que lo más probable es que ya directamente no se levante de nuevo si le meto una ostia de las mías.

- Bueno, tenemos varias opciones, ahora que puedo usar mis poderes de dragón indiscriminadamente puedo transformarme en dragón y llevarte a sitios que hayas visto anteriormente a ver si recuerdas algo, o quizás también buscar ayuda profesional y que alguien me diga qué debo hacer para ayudarte, porque lo más seguro es que ni un médico hayas visitado, normalmente después de un coma se suele estar más débil y se suele perder peso, dependiendo del tiempo empleado en coma, y en tu caso como fue bastante, sería recomendable que alguien te diera el visto bueno a que tu salud está en pefectas condiciones o si necesitas algún tipo de cuidado especial.

La gracia está en que no conozco a ningún médico salvo la tarada de Chloe y los renegados, ¿o era la resistencia? bah el nombre es lo de menos, pero quizás podría buscarlos, después de todo no fueron malos conmigo y podrían ayudarme si les pidiera ayuda, solo por verificar que Bram está bien de verdad.

Una pequeña y rasposa risa se escapo de mis labios al escuchar lo que decía sobre su físico, en verdad tenia razón, seria un idiota si no supera eso.

-Oye, que tal vez mi memoria se daño de forma que pensaba que podrían ser decoraciones estéticas y ya. -Dije intentando excusarme aunque sonriendo un poco. - En verdad me alegro que sigas vivo y libre de la Alianza. -Aquellas palabras salieron solas de mis labios, mirando al dragón a los ojos, y poniendo mi mano en su mejilla suavemente, moviendo mi pulgar lentamente, acariciándole la mejilla. Era algo que me salio de adentro hacer, totalmente sin pensar, mientras algunos flashbacks más pasaban por mi cabeza mientras miraba aquellos ojos que había extrañado.

-Mmm.. Era idea no esta mal… la de viajar… -Escuche lo de ir a ver algún medico negando con la cabeza mientras los recuerdos de los laboratorios de la alianza rondaban mi mente.- Detesto los médicos, suficiente tuve con los que soporte en la alianza. Rei me ayudo en todo este tiempo mientras estuve dormido… Me dijo que los recuerdos volverían de a poco. -Lo mire extrañado notando que tenia razón, dos años y mi peso no había disminuido, aunque suponía que era por mi parte robotica, pero no tenia explicación ante el haberme despertado bien, sin problemas, ni nada.

-En verdad apenas desperté tome la motocicleta de Rei y vine hasta aquí. Supongo que tienes razón… Tal vez deberíamos ver algún medico o algo… -Dije suspirando y vaciando en fondo blanco mi nueva botella de cerveza intentando conseguir agallas para ver a un medico.

-Pero antes… -Habían vuelto los suficientes recuerdos a mi mente por lo que tome a Erebo de la nuca, otra por la cintura pegándolo a mi para besarlo con ganas.

- ¿¡Estéticos!? ¿Qué clase de friki llevaría unos cuernos de dragón falsos, orejas falsas y un bronceado que no es natural por la calle? Tienes una imaginación más desbocada que el dúo dinámico que forma el alto mando de la Alianza. ¡Ja! - me reí. Se alegraba verme vivo y libre de la Alianza... Ironia en estado puro, pues nunca he dudado que quizás esto no sea realmente una vida - Bram, ¿realmente hicimos bien escapando? Teníamos una vida ahí dentro, quizás no muy buena, pero una vida, podíamos hacer lo que quisieramos, ahora solo hay incertidumbre, no creo que nadie quiera arriesgar su pellejo por nosotros dos y no vayamos a pintar las cosas de rosa putón diciéndo que lo conseguiremos, porque para empzar no tenemos ni donde caernos muertos.

Sentí su mano en mi mejilla y su pulgar acariciándomela, puse mi mano encima de la suya. Fue un instante extraño, había pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvimos así de melosos y dentro de mi pecho se peleaban dos sentimientos, la mascarada que había vuelto para protegerme y guardar todo bajo llave para mantenerme a salvo y por el otro mi verdadero yo, suspiré.

Al principio Bram no quería ver a ningún médico, realmente no sabía todo lo que había pasado dentro de la Alianza cuando le hicieron sus implantes salvo lo poco que me había comentado, así que no entendía muy bien el miedo por los médicos. Pero bueno, al final aceptó y también lo de viajar, antes de que le pudiera decir nada me agarró por la cintura y me besó, me sorprendió la reacción y continué con el beso. Me separé de él suavemente después de un rato y miré en dirección de la puerta.
- Acaba y paga, te espero afuera que iré a transformarme en dragón y nos vamos por ahí, sinceramente no sé donde hay médicos, pero ya veremos.

-Yo que sé, hay gente rara y loca en este mundo. Cualquier cosa podría pasar. Tal vez toman a alguien como yo y lo modifican y le agregan cuernos, orejas puntiagudas y eso para hacerse pasar por alguien mágico, o algo así…-Se reí un poco ya que ni sabía lo que estaba diciendo. Mi mirada cambió al escucharlo cuestionarse si realmente habíamos hecho bien en huir de la Alianza humana.

-Bueno, no se mucho que decirte.. Acabo de despertar luego de dos años, en verdad aun no me entero de mucho. Pero creo que no va a ser fácil, nadie dijo que lo sería, y creo que todos sabemos que las guerras no se ganan en solitario, debemos ir a un bando, en el cual sepamos que no volveremos a ser esclavizados, en la que además de tener una vida tranquila no debamos depender de las órdenes que recibamos. Tal vez hasta podríamos vivir en otro país, o recorrer algunos países. Ver como están las cosas por otros lados. Pero si así lo deseas podrías volver, pero nada te salva de los castigos que recibirás.

Dije mirándolo a los ojos, prácticamente le estaba diciendo que yo no volvería a aquel lugar, no después de todo lo que sufrí ahí. Si, me habían salvado, pero también había recibido torturas, me habían dejado en coma y no me sorprendería que la amnesia me la causarán ellos.

Por más que había sido mi hogar por mucho tiempo, también fue donde me quitaron y pusieron piezas sin yo poder hacer nada. Fue el lugar donde revisaban mi memoria siempre que volvía, y llegaban a torturarme y algo de las grabaciones estaba cortado o lo que sea. Tenía muy claro que no era nada más que mi prisión, pero si Erebo quería volver a aquel lugar no se lo pensaba impedir.

Asentí con la cabeza ante sus palabras, deje el dinero sobre la barra, debajo de la botella que acababa de vaciar y camine a la salida, al mismo tiempo que enviaba un mensaje a Rei, avisándole que su motocicleta quedaba sola, que me iría con Erebo un tiempo, algo a lo que recibí un insulto por su parte y nada más. Termine de salir del lugar para encontrarme con el dragón y era cuestión de ver dónde iríamos a que me revisaran.