Esta es una vieja fabrica abandonada que lleva sin funcionar desde que fue gravemente tocada por la II Guerra Mundial, al igual que ocurrió con los puertos, pero al contrario que estos, no se ha recuperado y nunca lo hará. Es un punto perfecto de reunión para maleantes, mafias, traficantes, y un escondrijo perfecto para los ladrones y todo tipo de gamberros. Cuidado con las ratas y los materiales oxidados
—¡Mira Sayo! Este es un buen lugar donde conseguir chatarra— Exclamo mientras entro a la fábrica junto a mi compañero de acero.
—No me gusta este lugar. Demasiado oscuro y abandonado— El sintetizador de voz de Sayo no era muy sofisticado. Su voz era grave y se notaba que era artificial por lo poco fluido que sonaba.
—¡Venga! Ya se que el único lugar que te gustaría es una cueva aislada de todo para que no me pase nada, pero al menos podrías alegrarte un poco de que encontremos algo útil.
Me pongo a mirar por el lugar dando saltitos con una sonrisa marcada en el rostro, intentando esquivar los trozos grandes y puntiagudos de metal oxidados que estaban por el suelo como si fuera un campo de minas. Sayo, por su parte, hacía crujir todo el material que osara interponerse en su camino con sus potentes patas hidráulicas.
—No parece que haya nadie por aquí. Tampoco te hagas muchas ilusiones con que haya mucha chatarra, está todo muy oxidado y me va a costar procesarlo con mi transmutador.
—Si, definitivamente no puedes alegrarte por nada. Que he hecho mal contigo... Eras más mono cuando todavía ni siquiera sabías andar bien y te caías con frecuencia.
A Sayo pareció molestarle ese comentario, ya que ahora hacía mas ruído al caminar disfrutando de destrozar los escombros bajo sus patas.
—Los arácnidos suelen tener más de cuatro patas por una razón. Para caminar tengo que ir levantando una pata delantera y su reflejo en la trasera, lo que hace que quede solamente sobre dos patas y deba tener mucho equilibrio para no caerme. Además de que tengo que volver a poner las dos levantadas rápidamente en el suelo que si no...—
—Bla bla bla bla— Digo divertida para interrumpir a Sayo—. Yo soy bípeda y no tengo ningún problema. Y ya le he puesto goma en los extremos de tus patas para que no te resbales y mantengas mejor el equilibrio, no tienes de qué quejarte.
"En realidad no le puse la goma desde un principio porque me parecía gracioso verlo caerse e intentado aprender".
—No me gusta este lugar. Demasiado oscuro y abandonado— El sintetizador de voz de Sayo no era muy sofisticado. Su voz era grave y se notaba que era artificial por lo poco fluido que sonaba.
—¡Venga! Ya se que el único lugar que te gustaría es una cueva aislada de todo para que no me pase nada, pero al menos podrías alegrarte un poco de que encontremos algo útil.
Me pongo a mirar por el lugar dando saltitos con una sonrisa marcada en el rostro, intentando esquivar los trozos grandes y puntiagudos de metal oxidados que estaban por el suelo como si fuera un campo de minas. Sayo, por su parte, hacía crujir todo el material que osara interponerse en su camino con sus potentes patas hidráulicas.
—No parece que haya nadie por aquí. Tampoco te hagas muchas ilusiones con que haya mucha chatarra, está todo muy oxidado y me va a costar procesarlo con mi transmutador.
—Si, definitivamente no puedes alegrarte por nada. Que he hecho mal contigo... Eras más mono cuando todavía ni siquiera sabías andar bien y te caías con frecuencia.
A Sayo pareció molestarle ese comentario, ya que ahora hacía mas ruído al caminar disfrutando de destrozar los escombros bajo sus patas.
—Los arácnidos suelen tener más de cuatro patas por una razón. Para caminar tengo que ir levantando una pata delantera y su reflejo en la trasera, lo que hace que quede solamente sobre dos patas y deba tener mucho equilibrio para no caerme. Además de que tengo que volver a poner las dos levantadas rápidamente en el suelo que si no...—
—Bla bla bla bla— Digo divertida para interrumpir a Sayo—. Yo soy bípeda y no tengo ningún problema. Y ya le he puesto goma en los extremos de tus patas para que no te resbales y mantengas mejor el equilibrio, no tienes de qué quejarte.
"En realidad no le puse la goma desde un principio porque me parecía gracioso verlo caerse e intentado aprender".
Estuvimos un buen rato intentando encontrar piezas no demasiado oxidadas para transmutarlas. Sayo no estaba poniendo mucho de su parte, simplemente se quedó en un lugar sin moverse dejando que yo hiciera todo el trabajo de búsqueda. Obviamente aún estaba molesto por lo de antes. Ya habíamos transmutado bastante escombro en diodos, transistores y cables, pero eso era muy poco y yo quería más materiales, no obstante ya me estaba cansando.
—¡Ya podrías ayudarme un poco! ¿Qué pasa si llego a cortarme con algo sin querer, cojo una infección y muero? En las religiones se suele adorar a los Dioses que han sido los que nos han creado, tu tienes la suerte de estar con tu Diosa y creadora—. Digo intentando apelar a la parte emocional de Sayo para que se digne a ayudarme.
—La Diosa mas fría y sin corazón de las que han habido. No te importa la vida de nadie, ni siquiera la tuya propia.
—¡Qué cruel! Vas a romper mi corazón inexistente. Sí que me importa mi vida. Lo que no tengo es eso llamado "instinto de supervivencia". Tengo un objetivo por el que vivir, pero no me da ningún miedo morir por si algún día me llega la hora. Por eso siempre te digo que mates por las dudas a las personas que se interponen en nuestro camino, pero solamente los reduces sin acabar con sus vidas, ¿por que te importan si la vida en sí no tiene ningún valor? Hemos nacido de la entropía para generar más entropía, no somos más que eso. La vida es la mejor herramienta que la naturaleza ha creado para ello. Tú mismo has nacido del caos, al igual que nosotros.
—La vida sí tiene valor. Si nuestra razón de existencia es generar más entropía, ¿para qué matar a seres que también pueden contribuir a ello? Matar va en contra de nuestra propia razón de ser, a menos que nuestra vida dependa de ello. Por eso debe de ser que me desagrada acabar con la vida de cualquier ser biológico, mientras la mía o la tuya no corra peligro. Además, es irónico que para ti la vida no tenga ningún valor, pero que tu mayor ambición sea crearla.
Eso último que dijo Sayo llamó mi atención. Dejo lo que estaba haciendo y me acerco a la criatura metálica, me pongo de cuclillas y miro fijamente su ojo artificial con una gran sonrisa.
—Me gusta jugar a ser la madre naturaleza. No, soy mejor que la madre naturaleza. Los seres biológicos tenemos cuerpos imperfectos. Enfermamos, nos dañamos con facilidad, tenemos fecha de caducidad, no tenemos un gran abanico para modificar nuestros cuerpos... Pero tú no, tu cuerpo puede ser modificado y reparado con facilidad, o incluso ser transferido a otros cuerpos con otros formatos. Crearé un tipo de vida artificial con mayor capacidad de adaptabilidad que cualquier ser vivo, que puedan autorreplicarse y perdurar mucho más en el tiempo que lo que dure mi vida. Y con el tiempo, substituirá a la vida biológica. Y tú, vas a ayudarme.
"Hará lo que yo le diga. Depende de mí, con su cuerpo no puede repararse a sí mismo ni aunque quisiese, con sus pinzas solo puede coger objetos. Por eso no le he dado proporciones antropomórficas, necesito que esté limitado para que dependa de mí. Aún no puedo crear máquinas lo suficientemente autosuficientes como para darles el lujo de la independencia, solo se preocuparán por su propia existencia y no por crear más vida artificial autosuficiente".
Sayo parecía estar pensando la forma de llevarme la contraria, pero no iba a esperar sentada a ello. Me levanto alegre de un salto, me pongo detrás suya y le meto en la cámara de transmutación todo el material que había cogido.
—¡Una de transistores mosfet de canal N please!.
Sayo, obediente, cerró la cámara y se puso manos a la obra. De mientras, para descansar me siento encima suya y me agarro a una de sus patas delanteras para sostenerme.
"Es incómodo, pero es mejor que estar parada".
—¡Ya podrías ayudarme un poco! ¿Qué pasa si llego a cortarme con algo sin querer, cojo una infección y muero? En las religiones se suele adorar a los Dioses que han sido los que nos han creado, tu tienes la suerte de estar con tu Diosa y creadora—. Digo intentando apelar a la parte emocional de Sayo para que se digne a ayudarme.
—La Diosa mas fría y sin corazón de las que han habido. No te importa la vida de nadie, ni siquiera la tuya propia.
—¡Qué cruel! Vas a romper mi corazón inexistente. Sí que me importa mi vida. Lo que no tengo es eso llamado "instinto de supervivencia". Tengo un objetivo por el que vivir, pero no me da ningún miedo morir por si algún día me llega la hora. Por eso siempre te digo que mates por las dudas a las personas que se interponen en nuestro camino, pero solamente los reduces sin acabar con sus vidas, ¿por que te importan si la vida en sí no tiene ningún valor? Hemos nacido de la entropía para generar más entropía, no somos más que eso. La vida es la mejor herramienta que la naturaleza ha creado para ello. Tú mismo has nacido del caos, al igual que nosotros.
—La vida sí tiene valor. Si nuestra razón de existencia es generar más entropía, ¿para qué matar a seres que también pueden contribuir a ello? Matar va en contra de nuestra propia razón de ser, a menos que nuestra vida dependa de ello. Por eso debe de ser que me desagrada acabar con la vida de cualquier ser biológico, mientras la mía o la tuya no corra peligro. Además, es irónico que para ti la vida no tenga ningún valor, pero que tu mayor ambición sea crearla.
Eso último que dijo Sayo llamó mi atención. Dejo lo que estaba haciendo y me acerco a la criatura metálica, me pongo de cuclillas y miro fijamente su ojo artificial con una gran sonrisa.
—Me gusta jugar a ser la madre naturaleza. No, soy mejor que la madre naturaleza. Los seres biológicos tenemos cuerpos imperfectos. Enfermamos, nos dañamos con facilidad, tenemos fecha de caducidad, no tenemos un gran abanico para modificar nuestros cuerpos... Pero tú no, tu cuerpo puede ser modificado y reparado con facilidad, o incluso ser transferido a otros cuerpos con otros formatos. Crearé un tipo de vida artificial con mayor capacidad de adaptabilidad que cualquier ser vivo, que puedan autorreplicarse y perdurar mucho más en el tiempo que lo que dure mi vida. Y con el tiempo, substituirá a la vida biológica. Y tú, vas a ayudarme.
"Hará lo que yo le diga. Depende de mí, con su cuerpo no puede repararse a sí mismo ni aunque quisiese, con sus pinzas solo puede coger objetos. Por eso no le he dado proporciones antropomórficas, necesito que esté limitado para que dependa de mí. Aún no puedo crear máquinas lo suficientemente autosuficientes como para darles el lujo de la independencia, solo se preocuparán por su propia existencia y no por crear más vida artificial autosuficiente".
Sayo parecía estar pensando la forma de llevarme la contraria, pero no iba a esperar sentada a ello. Me levanto alegre de un salto, me pongo detrás suya y le meto en la cámara de transmutación todo el material que había cogido.
—¡Una de transistores mosfet de canal N please!.
Sayo, obediente, cerró la cámara y se puso manos a la obra. De mientras, para descansar me siento encima suya y me agarro a una de sus patas delanteras para sostenerme.
"Es incómodo, pero es mejor que estar parada".
Los transistores eran de las cosas que más le costaba a Sayo transmutar, ademas de que el metal que le había puesto era de mala calidad, por lo que iba a tardar un buen rato en dejarlo listo. De mientras, miro mi reflejo en la coraza de mi compañero para acomodarme un poco el pelo, dado que se me había descolocado después de haber hecho ejercicio físico. Hay que estar siempre presentable, nunca se sabe cuando puede aparecer alguien que pueda ofrecerte un trabajo con una substanciosa recompensa.
Me había decepcionado la fábrica. Al principio parecía que había encontrado un gran tesoro que se extendía por todo el suelo como un campo de flores en primavera, pero al final resultaba ser casi todo basura inservible.
"No me extraña que nadie haya saqueado esto, no hay nada que saquear. A lo mejor si hubiera venido algunos meses antes no estaría todo tan oxidado".
Se había hecho de noche y podía contemplar el cielo estrellado al estar el techo derrumbado. Me parecía relajante contemplar ese océano de puntitos brillantes. Las nubes eran el techo del cielo diurno, pero las estrellas eran el techo de nuestro sistema solar. Cualquier estrella era visible desde cualquier punto de la via Láctea. A lo mejor, hay alguien ahí fuera viendo nuestra estrella preguntándose si el azar había conseguido que surgiera vida aquí.
"Lástima que la fisica impide que nunca podamos vernos, ni siquiera comunicarnos fluidamente. Aunque quizás ellos si puedan si han concebido a la física de una forma diferente a la nuestra. O a lo mejor somos la única raza inteligente de la galaxía, también puede ser. El azar es caprichoso y todo es posible. Qué ingenuas son algunas personas que intentan ordenar el mundo. Cuanto más lo intentan, más desordenan otras partes. No se puede ir en contra de nuestra Diosa la entropía."
La ventaja de que el manto nocturno cubriera este hemisferio del cuerpo celeste, era que Sayo tuviera que iluminar toda la fábrica con su gran foco de luz ubicado en su cefalotórax. Esta luz focalizada permitía que pudiera ver a simple vista el metal de buena calidad tirado por el suelo, dado que reflejaba la luz como una pequeña chispa de vida en medio de todo el óxido inerte.
—¡Venga Sayo! Acercame a esas chispas brillantes—Digo mientras me muevo alegre en mi posición encima suya como si lo estuviera galopando.
—Sabes perfectamente que no puedo moverme mientras uso el transmutador. Ya bastante tengo con procesar metal de mala calidad.
—Qué aburrido, me hacia ilusión cabalgar una araña mecánica. Tendría que haberte puesto un asiento o algo aquí arriba para que estuviera más cómoda.
Me había decepcionado la fábrica. Al principio parecía que había encontrado un gran tesoro que se extendía por todo el suelo como un campo de flores en primavera, pero al final resultaba ser casi todo basura inservible.
"No me extraña que nadie haya saqueado esto, no hay nada que saquear. A lo mejor si hubiera venido algunos meses antes no estaría todo tan oxidado".
Se había hecho de noche y podía contemplar el cielo estrellado al estar el techo derrumbado. Me parecía relajante contemplar ese océano de puntitos brillantes. Las nubes eran el techo del cielo diurno, pero las estrellas eran el techo de nuestro sistema solar. Cualquier estrella era visible desde cualquier punto de la via Láctea. A lo mejor, hay alguien ahí fuera viendo nuestra estrella preguntándose si el azar había conseguido que surgiera vida aquí.
"Lástima que la fisica impide que nunca podamos vernos, ni siquiera comunicarnos fluidamente. Aunque quizás ellos si puedan si han concebido a la física de una forma diferente a la nuestra. O a lo mejor somos la única raza inteligente de la galaxía, también puede ser. El azar es caprichoso y todo es posible. Qué ingenuas son algunas personas que intentan ordenar el mundo. Cuanto más lo intentan, más desordenan otras partes. No se puede ir en contra de nuestra Diosa la entropía."
La ventaja de que el manto nocturno cubriera este hemisferio del cuerpo celeste, era que Sayo tuviera que iluminar toda la fábrica con su gran foco de luz ubicado en su cefalotórax. Esta luz focalizada permitía que pudiera ver a simple vista el metal de buena calidad tirado por el suelo, dado que reflejaba la luz como una pequeña chispa de vida en medio de todo el óxido inerte.
—¡Venga Sayo! Acercame a esas chispas brillantes—Digo mientras me muevo alegre en mi posición encima suya como si lo estuviera galopando.
—Sabes perfectamente que no puedo moverme mientras uso el transmutador. Ya bastante tengo con procesar metal de mala calidad.
—Qué aburrido, me hacia ilusión cabalgar una araña mecánica. Tendría que haberte puesto un asiento o algo aquí arriba para que estuviera más cómoda.
Entro en la fábrica buscando a Krix por alguna parte, con la idea que tal vez el chaval esté practicando sus habilidades con el control del metal.
"Aunque bueno, hoy en día puedes practicar esas habilidades en cualquier lado"
Sale una rata de entre los escombros y del susto casi me caigo, quedando en equilibrio con la punta del pie. Vuelvo a mi posición original y escucho dos voces hablando. Una parece sacada de aquellos vídeos de loquendo cuando era joven y la otra parecía ser de una mujer que repelería las avispas. Me acerco un poco siguiendo las voces y veo a la mujer repelente y a un robot que de primeras me parece un perro descabezado y mutilado.
"Anda que menudos personajes se encuentra una estos días"
-Buenas tardes
"Aunque bueno, hoy en día puedes practicar esas habilidades en cualquier lado"
Sale una rata de entre los escombros y del susto casi me caigo, quedando en equilibrio con la punta del pie. Vuelvo a mi posición original y escucho dos voces hablando. Una parece sacada de aquellos vídeos de loquendo cuando era joven y la otra parecía ser de una mujer que repelería las avispas. Me acerco un poco siguiendo las voces y veo a la mujer repelente y a un robot que de primeras me parece un perro descabezado y mutilado.
"Anda que menudos personajes se encuentra una estos días"
-Buenas tardes
Tengo que agarrarme bien fuerte a Sayo para no caerme, dado que hace un movimiento brusco para girarse hacia Paula en cuanto la escucha.
—¡Hey! ¿No era que no podías moverte? Casi me tiras y me clavo esas piezas de óxido.
—¿Quién eres tú?
Al ver que Sayo ignoraba completamente mi queja, bufo y le doy un golpe en el cefalotórax para luego bajarme de un salto de él. Mi compañero no había sacado sus cuchillas, pero seguramente estaría apuntando a Paula con su cañón de riel.
—No hace falta que seas tan hostil, al menos espera a que nos ataque. Luego ya puedes descuartizarla si te apetece.
—Estamos muy lejos de la ciudad, cualquier persona puede ser peligrosa.
—Está bien, está bien, haz lo que quieras. Por cierto— digo ahora dirigiéndome a la presente— Buenas tardes, aunque en realidad ya está muy oscuro, ¿Quién eres?
—¡Hey! ¿No era que no podías moverte? Casi me tiras y me clavo esas piezas de óxido.
—¿Quién eres tú?
Al ver que Sayo ignoraba completamente mi queja, bufo y le doy un golpe en el cefalotórax para luego bajarme de un salto de él. Mi compañero no había sacado sus cuchillas, pero seguramente estaría apuntando a Paula con su cañón de riel.
—No hace falta que seas tan hostil, al menos espera a que nos ataque. Luego ya puedes descuartizarla si te apetece.
—Estamos muy lejos de la ciudad, cualquier persona puede ser peligrosa.
—Está bien, está bien, haz lo que quieras. Por cierto— digo ahora dirigiéndome a la presente— Buenas tardes, aunque en realidad ya está muy oscuro, ¿Quién eres?
Hago una pequeña inclinación de cabeza mientras les sonrío a ambos, aunque la verdad estaba luchando internamente por no empezar a reír tras el pequeño espectáculo que estaban dando.
-Creo que has pasado mucho tiempo en la fábrica, muchacha. Yo solo soy una mujer en plena misión de búsqueda. Me llamo María. ¿Y vosotros?
Le respondo usando mi segundo nombre porque por ahora no me gustaría que esta extraña pareja quisiera encontrarme si algo sale mal.
-Creo que has pasado mucho tiempo en la fábrica, muchacha. Yo solo soy una mujer en plena misión de búsqueda. Me llamo María. ¿Y vosotros?
Le respondo usando mi segundo nombre porque por ahora no me gustaría que esta extraña pareja quisiera encontrarme si algo sale mal.
Escucho con interés a la que se hace llamar María en cuanto dice que estaba buscando a alguien.
—¿Ves Sayo? No es hostil, solamente está buscando a alguien seguramente para asesinarlo. Espero que no sea a nosotros...
En cuanto digo eso, Sayo se pone aún mas tenso y despliega sus cuchillas delanteras, como si con eso consiguiera intimidarla más.
—No hagas caso de su despliegue de arsenal. Es débil, no mataría ni a una mosca, solamente se siente amenazado. Por curiosidad, ¿a quién estás buscando? Podríamos ayudarte si ofreces algo que nos interese.
—¿Ves Sayo? No es hostil, solamente está buscando a alguien seguramente para asesinarlo. Espero que no sea a nosotros...
En cuanto digo eso, Sayo se pone aún mas tenso y despliega sus cuchillas delanteras, como si con eso consiguiera intimidarla más.
—No hagas caso de su despliegue de arsenal. Es débil, no mataría ni a una mosca, solamente se siente amenazado. Por curiosidad, ¿a quién estás buscando? Podríamos ayudarte si ofreces algo que nos interese.
Me encojo de hombros mientras la miro sin saber muy bien qué pensar de la chica.
-No es mi cometido asesinarlo. Aunque no sé que harán con mi objetivo cuando me lo lleve
"Tal vez Zayra lo quiera matar por haber desaparecido y no dar señas de vida. Tal vez debería matarlo yo para ahorrarle el sufrimiento. Aunque tal vez le haga más daño..."
Para resolver mi duda, me agacho un poco hasta quedar a la altura de Sayo, percatándome de las cuchillas.
"O el robot no ha entendido el sarcasmo o esta chica se cree que soy idiota. Ya veremos quién ríe la última cuando se encuentre a su robot chamuscado"
-Dime Sayo, que es peor, ¿morir congelado o incinerado?
Me incorporo un poco para atender a la muchacha, hablándole mientras me recoloco la ropa, sin perder de vista al robot.
-No es muy alto, tiene el pelo marrón y los ojos verdes. Parece un Robin Hood moderno y siempre lleva un azor con él. Si por casualidad lo encontrases, no te aconsejaría usar tu robot contra él. Tiene la capacidad de controlar el metal y tal vez podría despedazarlo con su magia
-No es mi cometido asesinarlo. Aunque no sé que harán con mi objetivo cuando me lo lleve
"Tal vez Zayra lo quiera matar por haber desaparecido y no dar señas de vida. Tal vez debería matarlo yo para ahorrarle el sufrimiento. Aunque tal vez le haga más daño..."
Para resolver mi duda, me agacho un poco hasta quedar a la altura de Sayo, percatándome de las cuchillas.
"O el robot no ha entendido el sarcasmo o esta chica se cree que soy idiota. Ya veremos quién ríe la última cuando se encuentre a su robot chamuscado"
-Dime Sayo, que es peor, ¿morir congelado o incinerado?
Me incorporo un poco para atender a la muchacha, hablándole mientras me recoloco la ropa, sin perder de vista al robot.
-No es muy alto, tiene el pelo marrón y los ojos verdes. Parece un Robin Hood moderno y siempre lleva un azor con él. Si por casualidad lo encontrases, no te aconsejaría usar tu robot contra él. Tiene la capacidad de controlar el metal y tal vez podría despedazarlo con su magia
Me decepciono un poco cuando dice que su objetivo no es el asesinato.
"Entonces no podemos hacer nada por ella".
Para mi sorpresa, Sayo ni se inmuta cuando la chica le da esas dos opciones que son lo más parecido a una amenazada que he visto en mucho tiempo.
—¿Qué importa lo que sea peor si la condición de morir va a estar de todas formas? Lo único que lo diferencia es el tipo de dolor, pero yo no siento ni padezco por si me estás amenazando.
No hago otra cosa más que partirme de la risa ante la contestación de mi compañero.
"Tendría que haberle puesto receptores de dolor, aunque fuera solo temporalmente para ver cómo se comporta".
Escucho atenta a la descripción que me da María del individuo, aunque no me suena de nada haber visto a alguien así.
—Sí, eso de la magia es un problema. Aunque dudo que su capacidad de reacción sea suficiente como para parar un proyectil que se dirige hacia él dos veces la velocidad del sonido."
"Y aunque fuera capaz de reaccionar a tiempo, dudo que tenga tal fuerza como para parar un proyectil que puede atravesar el blindaje de un tanque".
—Y lo siento, no recuerdo haber visto a nadie que encaje con esa descripción que me das. Si que suena bastante raro como para llamar mi atención si lo veo.
"Entonces no podemos hacer nada por ella".
Para mi sorpresa, Sayo ni se inmuta cuando la chica le da esas dos opciones que son lo más parecido a una amenazada que he visto en mucho tiempo.
—¿Qué importa lo que sea peor si la condición de morir va a estar de todas formas? Lo único que lo diferencia es el tipo de dolor, pero yo no siento ni padezco por si me estás amenazando.
No hago otra cosa más que partirme de la risa ante la contestación de mi compañero.
"Tendría que haberle puesto receptores de dolor, aunque fuera solo temporalmente para ver cómo se comporta".
Escucho atenta a la descripción que me da María del individuo, aunque no me suena de nada haber visto a alguien así.
—Sí, eso de la magia es un problema. Aunque dudo que su capacidad de reacción sea suficiente como para parar un proyectil que se dirige hacia él dos veces la velocidad del sonido."
"Y aunque fuera capaz de reaccionar a tiempo, dudo que tenga tal fuerza como para parar un proyectil que puede atravesar el blindaje de un tanque".
—Y lo siento, no recuerdo haber visto a nadie que encaje con esa descripción que me das. Si que suena bastante raro como para llamar mi atención si lo veo.
Alzo las cejas divertida ante la respuesta del robot, pero me muestro un poco más respetuosa que su dueña.
-Tienes razón. Entonces me lo pensaré más
Suspiro cuando la niña se pone arrogante y a presumir de su robot. Y, aunque ahora que los pillos con la guardia baja me dan ganas de quemarle los circuitos al robot, prefiero guardarme ese as bajo la manga.
"Tal vez esta muchacha me puede servir para algo más que para buscar a un aprendiz... Por lo que parece, no es una maga, y si no es una maga, podrá ganarse a los muggles..."
Le dedico una media sonrisa, y con un brillo juguetón en mis ojos procedo a explicarle mi idea -¿Sabes? Estoy bastante segura de que tú puedes hacer un mejor trabajo para mí...
-Tienes razón. Entonces me lo pensaré más
Suspiro cuando la niña se pone arrogante y a presumir de su robot. Y, aunque ahora que los pillos con la guardia baja me dan ganas de quemarle los circuitos al robot, prefiero guardarme ese as bajo la manga.
"Tal vez esta muchacha me puede servir para algo más que para buscar a un aprendiz... Por lo que parece, no es una maga, y si no es una maga, podrá ganarse a los muggles..."
Le dedico una media sonrisa, y con un brillo juguetón en mis ojos procedo a explicarle mi idea -¿Sabes? Estoy bastante segura de que tú puedes hacer un mejor trabajo para mí...
La chica vuelve a captar mi atención en cuanto me ofrece un posible trabajo.
—Sayo, baja las armas, es de mala educación apuntar con un cañón a alguien que te trata mejor que yo.
La criatura aún parecía reticente a ello, pero consigo que vuelva a plegar sus cuchillas delanteras.
—Mientras no le hagas nada a Sasha no pasará nada malo.
Sonrío por su intento de proteger a la única persona de la que depende.
"Aunque casi me tira de cabeza al suelo".
—Me interesa ese trabajo que tengas para mí, siempre y cuando la recompensa valga la pena.
—Sayo, baja las armas, es de mala educación apuntar con un cañón a alguien que te trata mejor que yo.
La criatura aún parecía reticente a ello, pero consigo que vuelva a plegar sus cuchillas delanteras.
—Mientras no le hagas nada a Sasha no pasará nada malo.
Sonrío por su intento de proteger a la única persona de la que depende.
"Aunque casi me tira de cabeza al suelo".
—Me interesa ese trabajo que tengas para mí, siempre y cuando la recompensa valga la pena.
Saco mi cartera del bolso y empiezo a juntar varios billetes para después dárselos a Sasha. En total eran unas 800£.
-Es solo es un pago por adelantado. Recibirás más proporcionalmente a tu trabajo. Quiero que te infiltres en la base de la alianza humana y recopiles datos de las cosas que te vaya pidiendo –Le explico brevemente. Esto iba a ser un trabajo complicado, pero estaba segura que la muchacha podría lograrlo. Además, con ese robot podría defenderse. –Te daré una identidad falsa y un expediente para que puedas trabajar allí. Pero dentro, no puedo garantizar tu seguridad. Aunque supongo que con Sayo no te será difícil salir de los problemas, ¿verdad?
“Aunque el robot no te sirva contra los souls si tu misión sale mal”
-Bueno, qué me dices. ¿Trato? –le pregunto poniendo la mano para que me la estreche.
-Es solo es un pago por adelantado. Recibirás más proporcionalmente a tu trabajo. Quiero que te infiltres en la base de la alianza humana y recopiles datos de las cosas que te vaya pidiendo –Le explico brevemente. Esto iba a ser un trabajo complicado, pero estaba segura que la muchacha podría lograrlo. Además, con ese robot podría defenderse. –Te daré una identidad falsa y un expediente para que puedas trabajar allí. Pero dentro, no puedo garantizar tu seguridad. Aunque supongo que con Sayo no te será difícil salir de los problemas, ¿verdad?
“Aunque el robot no te sirva contra los souls si tu misión sale mal”
-Bueno, qué me dices. ¿Trato? –le pregunto poniendo la mano para que me la estreche.
Me sorprendo gratamente en cuanto veo que extiende hacia mí una gran cantidad de dinero.
"Encima me paga por adelantado. Con esto puedo matar dos pájaros de un tiro, igualmente iba a ir tarde o temprano allí por un asunto".
—Me atrae mucho tu propuesta. Solo dime qué datos necesitas y te los daré en un pendrive la próxima vez que nos veamos.
—¿Estás segura Sasha? No recuerdas la última vez que...
—Ssshhhh, calla. Trato hecho María.
Le extiendo también la mano a ella dando como cerrada la propuesta de infiltración.
"Encima me paga por adelantado. Con esto puedo matar dos pájaros de un tiro, igualmente iba a ir tarde o temprano allí por un asunto".
—Me atrae mucho tu propuesta. Solo dime qué datos necesitas y te los daré en un pendrive la próxima vez que nos veamos.
—¿Estás segura Sasha? No recuerdas la última vez que...
—Ssshhhh, calla. Trato hecho María.
Le extiendo también la mano a ella dando como cerrada la propuesta de infiltración.
Asiento sonriendo. Por fin los souls tendríamos una manera de llevar la delantera.
-En tres días nos reuniremos aquí de nuevo y te daré tu nueva identidad. Estoy segura de que podrás aprovechar esta oportunidad
Dicho esto me marcho de la fábrica, mandando un patronus a Zayra para que convoque una reunión de souls,
-En tres días nos reuniremos aquí de nuevo y te daré tu nueva identidad. Estoy segura de que podrás aprovechar esta oportunidad
Dicho esto me marcho de la fábrica, mandando un patronus a Zayra para que convoque una reunión de souls,
Asiento descontenta en cuando me dice que me dará las instrucciones en tres días.
"No pienso quedarme quieta este tiempo. Ya verá lo eficaz que soy".
Luego de que María se fuera, saco mi libreta de mi mochila para escribir una pequeña notita. Le pido a Sayo que limpie de escombros una pequeña zona de un metro cuadrado de superficie para que sea visible y dejo allí la nota.
—Solamente es un seguro por si no vuelvo a tiempo. Vámonos Sayo.
Obviamente, me subo encima del robot para que me lleve como mi montura.
—Vas a hacerme llevarte encima hasta la base, ¿Verdad?
—Venga no te quejes, que tienes bastante fuerza en las patas.
Luego de echar un último vistazo al lugar por si nos olvidábamos algo, nos vamos definitivamente de la fábrica.
"No pienso quedarme quieta este tiempo. Ya verá lo eficaz que soy".
Luego de que María se fuera, saco mi libreta de mi mochila para escribir una pequeña notita. Le pido a Sayo que limpie de escombros una pequeña zona de un metro cuadrado de superficie para que sea visible y dejo allí la nota.
—Solamente es un seguro por si no vuelvo a tiempo. Vámonos Sayo.
Obviamente, me subo encima del robot para que me lleve como mi montura.
—Vas a hacerme llevarte encima hasta la base, ¿Verdad?
—Venga no te quejes, que tienes bastante fuerza en las patas.
Luego de echar un último vistazo al lugar por si nos olvidábamos algo, nos vamos definitivamente de la fábrica.
- Nota:
- Si no estoy es que me ha llevado más tiempo del que pensaba. Deja mis instrucciones escondidas por aquí y ya vendré a buscarlas.
S.
La sucia, asquerosa y destrozada Londres me iba pareciendo cada vez mucho más sucia, asquerosa y destrozada que nunca, demasiados años ya conociendo sus miseras y cada uno de sus rincones, sólo que el mundo cada vez iba teniendo menos encanto para mí. La noche comenzaba a caer y estoy bastante lejos de la casucha a las afueras en la que vivo, así que tras conseguir alcohol barato en la zona de China Town me encamino hacia una vieja fábrica abandonada de los alrededores de Londres, en la que ya he dormido más de una vez. En un brazo mi mascota, Groundhog, o mi única compañera en los últimos años, en el otro brazo una botella de sake de la que voy dando buena cuenta. Así es todo mucho más llevadero.
- ¿Tú te crees, Ground? ¡¡¡7 malditas libras por una puñetera botella de saque del malo, siete!! en mis tiempos, que como sabes han sido muy largos, pero tú no digas nada de lo viejo que soy, te comprabas casi la comida de dos semanas con eso, de dos semanas!! y todavía te sobraba. - gruño y regruño al entrar al helado y desangelado lugar, buscando mi habitual rincón entre cajas. La humedad del sitio no me sienta nada bien, así que no puedo evitar toser unas cuantas veces hasta que consigo acomodarme entre las cajas de madera junto a las que suelo dormir. Pego un buen trago a mi botella de sake, limpiándome después la barba con la manga. Después le embucho la botella a mi mascota, que hace ruidos extraños pero que después se queda tan tranquila, durmiéndose sobre mi panza. Acaricio el lomo del bicho, aunque con la mirada perdida en el frente, como si estuviese muy lejos, en otro lugar, o mejor dicho, en otro tiempo. El pasado siempre era un lugar mejor al que volver, sobre todo si el presente no era el mejor que podría esperarse. Pero ahora debo pensar en un futuro inmediato, tengo pendiente seguir eliminando a esos putos cazadores que acabaron con la vida de Ysuran, seguirles la pista hasta dar con ellos. Es casi mi única meta ahora mismo, aunque eso sea un poco triste. ¿Qué más me quedaba por hacer?. Poca cosa ya, el único hijo que había querido proteger era precisamente el que habían matado. No lo he hecho muy bien. Poco a poco voy quedando dormido, eso sí, sin soltar mi botella de sake. Al cabo de un rato los sonoros ronquidos resuenan por toda la fábrica.
- ¿Tú te crees, Ground? ¡¡¡7 malditas libras por una puñetera botella de saque del malo, siete!! en mis tiempos, que como sabes han sido muy largos, pero tú no digas nada de lo viejo que soy, te comprabas casi la comida de dos semanas con eso, de dos semanas!! y todavía te sobraba. - gruño y regruño al entrar al helado y desangelado lugar, buscando mi habitual rincón entre cajas. La humedad del sitio no me sienta nada bien, así que no puedo evitar toser unas cuantas veces hasta que consigo acomodarme entre las cajas de madera junto a las que suelo dormir. Pego un buen trago a mi botella de sake, limpiándome después la barba con la manga. Después le embucho la botella a mi mascota, que hace ruidos extraños pero que después se queda tan tranquila, durmiéndose sobre mi panza. Acaricio el lomo del bicho, aunque con la mirada perdida en el frente, como si estuviese muy lejos, en otro lugar, o mejor dicho, en otro tiempo. El pasado siempre era un lugar mejor al que volver, sobre todo si el presente no era el mejor que podría esperarse. Pero ahora debo pensar en un futuro inmediato, tengo pendiente seguir eliminando a esos putos cazadores que acabaron con la vida de Ysuran, seguirles la pista hasta dar con ellos. Es casi mi única meta ahora mismo, aunque eso sea un poco triste. ¿Qué más me quedaba por hacer?. Poca cosa ya, el único hijo que había querido proteger era precisamente el que habían matado. No lo he hecho muy bien. Poco a poco voy quedando dormido, eso sí, sin soltar mi botella de sake. Al cabo de un rato los sonoros ronquidos resuenan por toda la fábrica.
-... ¿Sabes, Dyospiros? Estuve pensando en eso. Lo del diario… Supongo que los matan. O los interrogan y después los matan. O que los… esclavizan, vete tu a saber. No lo sé. O ya que los tienen que meter en un quirófano… pues… hacen otras cosas. Pero yo nunca he visto a nadie con… eso puesto. Quizás no se distinguen a simple vista.- Quizás estaban entre nosotros. No quería ponerme paranoico, pero… Tampoco recordaba a mucha gente que no hubiera usado magia. Incluso él, que tenía pintas de todo menos de mago, había utilizado el fuego fatuo. -Yo… No debería preguntar esto, lo siento, pero… ¿Cómo te libraste de ello? Imagino que saberlo me podrá ser útil. Si alguna vez veo a alguien con él… No debería costarme sacarlo, con el bastón, algo de maña y curación lista.- Hacía fresco porque ya era época de fresco. La capa ondeaba con fuerza. La armadura no estaba hecha para soportar aquello, pues los drows muy pocas veces vivían vendavales, pero más o menos me permitía estar a una temperatura decente. Pero tenía la punta de la nariz congelada.
Llevaba el bastón partido en varios cachos que me seguían flotando. Por comodidad y porque en cualquier caso de amenaza no me costaría nada arrojarlos directamente. Aún no me sentía un maestro en aquello y consideraba oportuno aprovechar para practicar. De vez en cuando, al hablar, alguno se iba quedando atrás o volaba como un poco más tuerto, pero ya lograba que la concentración que tuviera que dedicar a cada uno de ellos fuera mínima.
De vez en cuando consultaba el mapa y por milagro no nos perdimos demasiado, aunque yo no comenté nada a mi compañero de mis incertidumbres. Tampoco estaba muy lejos. -... Tanto caminar, tanto caminar… Algún día de estos creceré, ¿No? Joder macho.- Fue un comentario muy de pasada, que buscaba quitar tensiones al camino. -¿Sabes? Hoy… Hoy he soñado que era adulto. Alto, muy alto. Más que tu. Llevaba mucha ropa encima, marrón, así, apagada. Deprimente. Y tenía una pistola, ¡La pistola molaba un cojón! Pero todo era algo deprimente. Mucho sol. Todo hecho mierda. No me acuerdo muy bien que hacía, aparte de ser un gruñón cascarrabias.- Aquel día estaba parlanchín. Pero en mis palabras se notaba cierto nerviosismo, como si solo fueran una tapadera para mis desasosiegos.
Pronto vimos algo que parecía una fábrica hecha polvo. Bien, eso encajaba con la descripción. Un lugar de mala muerte. Justo como nos gustaba a los nuestros. Oscuro. Putamente perfecto. -Si algún día hacemos un Partido Drow Independiente, esta será nuestra base. Es… Es perfecta. Mírala tu que oscura. Pondremos en la entrada algo como “porno gratis” y mataremos a todo humano que se arrime.- Dije con un brillo de ilusión inocente en mis ojos, como un crío que está sorprendido e inspirado ante un juguete nuevo. Uno de los caros.
Ya había entrado para cuando traté de trepar un poco entre algunos trozos de chatarra, de un par de saltos ágiles. Miraba alrededor con ojillos curiosos, escuchaba, intentaba identificar algo. Tenía la ventaja allí. Aunque tan minuciosa escucha fue interrumpida por un sonido en absoluto discreto, casi… como si se burlara de mi. Un ronquido putamente descarado. -WTF?- Gruñí en inglés. -¿Estás escuchando eso? Joder. Eso es un dragón como mínimo. Créeme, he vivido treinta y seis años en cuevas. Sé identificar todo bicho existente por sus sonidos. Y eso... Algo de diez metros de envergadura debe ser, si... Olvida lo de hacer esto nuestra base
Llevaba el bastón partido en varios cachos que me seguían flotando. Por comodidad y porque en cualquier caso de amenaza no me costaría nada arrojarlos directamente. Aún no me sentía un maestro en aquello y consideraba oportuno aprovechar para practicar. De vez en cuando, al hablar, alguno se iba quedando atrás o volaba como un poco más tuerto, pero ya lograba que la concentración que tuviera que dedicar a cada uno de ellos fuera mínima.
De vez en cuando consultaba el mapa y por milagro no nos perdimos demasiado, aunque yo no comenté nada a mi compañero de mis incertidumbres. Tampoco estaba muy lejos. -... Tanto caminar, tanto caminar… Algún día de estos creceré, ¿No? Joder macho.- Fue un comentario muy de pasada, que buscaba quitar tensiones al camino. -¿Sabes? Hoy… Hoy he soñado que era adulto. Alto, muy alto. Más que tu. Llevaba mucha ropa encima, marrón, así, apagada. Deprimente. Y tenía una pistola, ¡La pistola molaba un cojón! Pero todo era algo deprimente. Mucho sol. Todo hecho mierda. No me acuerdo muy bien que hacía, aparte de ser un gruñón cascarrabias.- Aquel día estaba parlanchín. Pero en mis palabras se notaba cierto nerviosismo, como si solo fueran una tapadera para mis desasosiegos.
Pronto vimos algo que parecía una fábrica hecha polvo. Bien, eso encajaba con la descripción. Un lugar de mala muerte. Justo como nos gustaba a los nuestros. Oscuro. Putamente perfecto. -Si algún día hacemos un Partido Drow Independiente, esta será nuestra base. Es… Es perfecta. Mírala tu que oscura. Pondremos en la entrada algo como “porno gratis” y mataremos a todo humano que se arrime.- Dije con un brillo de ilusión inocente en mis ojos, como un crío que está sorprendido e inspirado ante un juguete nuevo. Uno de los caros.
Ya había entrado para cuando traté de trepar un poco entre algunos trozos de chatarra, de un par de saltos ágiles. Miraba alrededor con ojillos curiosos, escuchaba, intentaba identificar algo. Tenía la ventaja allí. Aunque tan minuciosa escucha fue interrumpida por un sonido en absoluto discreto, casi… como si se burlara de mi. Un ronquido putamente descarado. -WTF?- Gruñí en inglés. -¿Estás escuchando eso? Joder. Eso es un dragón como mínimo. Créeme, he vivido treinta y seis años en cuevas. Sé identificar todo bicho existente por sus sonidos. Y eso... Algo de diez metros de envergadura debe ser, si... Olvida lo de hacer esto nuestra base
-Es posible que sea como una trampa, sabes? Para cazar moscas. Tienden la tela de araña y....eh, araña, que ironico, te has dado cuenta? Ellos tambien son como las arañas.... Estoy harto de ser una mosca, maldita sea.
Camino mas o menos a su altura, hace un fresco de cojones, para que mentir. Asi que intento cerrarme el abrigo. Roac vuela varios metros por delante de nosotros, a veces se para y vuelve.
-Eso no se nota, no se ve a simple vista. Quiza si dejan una pequeña cicatriz donde lo han metido. Por el dibujo parece que el cuello. Que listos. Esa zona....es muy jodida de tocar.
Lo miro sonriendo cuando me pregunta que como me lo quité. Pero es una s de "no quieras saber". -Hay que hurgar, cortar la carne, tirar. No es muy grande, cuesta dar con el. Si encuentras alguien con eso, dale un bastonazo en la cabeza antes. Cuando llegas a la zona en la que hay más nervios....
Obviamente se volvia más doloroso. Yo tuve que hacer varios intentos. Y estuve a punto de rendirme varias veces, y otras tantas lo estuve de desmayarme. Tardé horas, y en eso se me fue bastante sangre
-Hace mucho viento, no?
Comento asi como de la nada. Lo miro alzando una ceja con los ojos entornados. -Y tu, por qué ibas a ser tan alto? Mas que yo? Si eres un enano. Y con pistola? Antes tendrás que aprender a usarla. Por qué sueñas cosas raras? Y si es tu futuro? En tu futuro aprenderás a vestir mejor. El marrón es un buen color.
Lo miro como si se le fuese la olla cuando dice que ese cuchitril seria la base de ¿el partido independentista drow? A mi me gustaba mas mi cueva aquella, a la que yo llevaba caza, en la que me pasaba el dia elaborando venenos y sospechando hasta de las sombras. Esa fabrica era....
-Demasiada maquina vieja y rota.
Vor escucha algo antes que yo. Que recordemos que soy un poco durete de un oido. Oriento el otro, el bueno, hacia la fuente del sonido. Si que se oye un ruido raro.
-Dragones? Ni de coña, un bicho tan grande...lo habriamos visto ya.
Roac emite su caracteristico chirrido metalico y repetitivo y echa a volar tras unas cajas. Alli, encuentra al drow borracho y a su marmota. A la cual empieza a inspeccionar. Y se pone a graznarnos mucho, mucho mas fuerte y rapido.
-Si fuera un dragon, Roac habria salido por patas. -por alas, perdón. Desenvaino entonces mi espada, caminando en la ya oscurecida fábrica hacia la fuente del sonido, esperando que Roac se callase por su propio bien. Preparado para atacar, y adelantandome a Vor, simplemente me quedo paralizado al ver lo que el pajarraco habia descubierto.
Camino mas o menos a su altura, hace un fresco de cojones, para que mentir. Asi que intento cerrarme el abrigo. Roac vuela varios metros por delante de nosotros, a veces se para y vuelve.
-Eso no se nota, no se ve a simple vista. Quiza si dejan una pequeña cicatriz donde lo han metido. Por el dibujo parece que el cuello. Que listos. Esa zona....es muy jodida de tocar.
Lo miro sonriendo cuando me pregunta que como me lo quité. Pero es una s de "no quieras saber". -Hay que hurgar, cortar la carne, tirar. No es muy grande, cuesta dar con el. Si encuentras alguien con eso, dale un bastonazo en la cabeza antes. Cuando llegas a la zona en la que hay más nervios....
Obviamente se volvia más doloroso. Yo tuve que hacer varios intentos. Y estuve a punto de rendirme varias veces, y otras tantas lo estuve de desmayarme. Tardé horas, y en eso se me fue bastante sangre
-Hace mucho viento, no?
Comento asi como de la nada. Lo miro alzando una ceja con los ojos entornados. -Y tu, por qué ibas a ser tan alto? Mas que yo? Si eres un enano. Y con pistola? Antes tendrás que aprender a usarla. Por qué sueñas cosas raras? Y si es tu futuro? En tu futuro aprenderás a vestir mejor. El marrón es un buen color.
Lo miro como si se le fuese la olla cuando dice que ese cuchitril seria la base de ¿el partido independentista drow? A mi me gustaba mas mi cueva aquella, a la que yo llevaba caza, en la que me pasaba el dia elaborando venenos y sospechando hasta de las sombras. Esa fabrica era....
-Demasiada maquina vieja y rota.
Vor escucha algo antes que yo. Que recordemos que soy un poco durete de un oido. Oriento el otro, el bueno, hacia la fuente del sonido. Si que se oye un ruido raro.
-Dragones? Ni de coña, un bicho tan grande...lo habriamos visto ya.
Roac emite su caracteristico chirrido metalico y repetitivo y echa a volar tras unas cajas. Alli, encuentra al drow borracho y a su marmota. A la cual empieza a inspeccionar. Y se pone a graznarnos mucho, mucho mas fuerte y rapido.
-Si fuera un dragon, Roac habria salido por patas. -por alas, perdón. Desenvaino entonces mi espada, caminando en la ya oscurecida fábrica hacia la fuente del sonido, esperando que Roac se callase por su propio bien. Preparado para atacar, y adelantandome a Vor, simplemente me quedo paralizado al ver lo que el pajarraco habia descubierto.
-Te juro que haré matar a TODAS LAS ARAÑAS. Algún día. No sé, cuando tenga poder, y sea glorioso. Morirán. Todas, ¡TODAS!- Le respondí casi olvidándome de la comparación que acababa de hacer. Yo iba caminando, duramente luchando con las inclemencias del tiempo. Pero había visto temporales peores. Él me explicó que no se nota mucho, que… Podía dejar algo de cicatriz. Y a juzgar por su comentario no lo tuvo él en el cuello. -Por detrás. Uno mismo no se lo puede quitar así.- Sentencié con más severidad de lo normal.
Me dirigió una sonrisa ciertamente perturbadora tras preguntarle. Algún día le vería hacer BUENA CARA, sin ironías, sin reírse del mal ajeno, sin sarcasmo, sin cinismo, sin… No, sonriendo como un idiota. Los idiotas eran los más felices. Fue describiendo lo que fue su operación: Una mierda. Sonaba doloroso de narices. Y poco efectivo. ¿Pero había mejor forma? Él tampoco debió tener más manera de conseguir sacarse eso. Fruncí el ceño, dolido… Molesto por escuchar aquello. La sangre no me daba asco. Ni la imagen mental, pero… Debió haberlo pasado mal.
-En mi caso cortar no me da miedo. Puedo hacer algo para que eso no se desangre rápido. Pero… En el cuello, es una zona demasiado delicada como para hurgar así como así. Y si cierran la herida…- Me llevé instintivamente la mano a la nuca, como un poco ausente, pensativo. No, no debía ser pesimista. No iba a ocurrir nada de eso. Cambió de tema casi brusco. -Si, viento. Pero prefiero eso a la calor. Me gusta el frío… Aunque tendré que hacer cosas para vencerlo. Lana. Gorritos. Tejer.- Le miré con ojo de buen cubero, intentando calcular el diametro de su cabolo. Se había abrochado el abrigo. Si, estaba muerto de frío. Algún día cogería un ovillo de lana, haría unos cuantos nudos, lo llamaría gorro y se lo encasquetaría. Hice una sonrisa satisfecha para mi mismo. Quizás a él le pudo parecer siniestra.
Me asaltó con mil preguntas en cuanto le hablé del sueño. ¡Enano! -¡No soy un enano! No tanto… ¡Y te recuerdo que soy medio elfo! Los elfos son altos. No como TU. Algún día te sacaré tres o cuatro palmos. ¿ENTENDIDO?- Le comenté como enfadado. Pero se notaba mucho que realmente… Bromeaba. -Aprenderé a usar la pistola. Sueño con cosas raras porque… Bueno, no lo sé. Prefiero eso a tener pesadillas. A veces sueño con mi hermano, y al despertarme me acuerdo de que está muerto. Eso… Es peor. ¡Y ahora visto mejor! Todo azul y lila. No marrón. Marrón es aburrido.- Oye, pero que a mi su chaqueta me molaba. Algún día se la volvería a robar.
Gruñó al explicarle mi glorioso plan. -¡Mejor! Haremos un robot con todo eso.- Si, claro. Ahora me había metido a mecánico. Él insistió en que era un dragón, que se vería y que Roac habría salido por patas. Aunque no me imaginaba yo al pajarraco corriendo. Se adelantó a mi con un porte hostil. Yo no saqué el estoque de mi funda… Pero el bastón, que por ahí iba flotando, si que estaba preparado para hacer un pinchito moruno de lo que fuera. Pero él se paró en seco. Ya empezaba a pensar en algo grotesco… ¿Pero qué podría asustar al tan sangriento compañero que tenía ahí? Me costaba imaginarlo. Habían pocas cosas que fueran a sorprenderle…
… Pero ni mis más extraños pensamientos pudieron imaginar aquello. Un mendiguillo roncante. Un mendigaco. Bueno, no tan alto. Más bajo que yo, casi. O tal vez si. A ojo no lo sabía. Un drow de pellejo purpúreo poco saturado. Arrugado como una pasa arrugada. Me llevé una mano a la boca intentando resistir una risita. -Es una señal, tenemos que fundar aquí una nueva patria drow. Aunque si Lloth hubiera sido piadosa me habría dejado a mi príncipe azul esperando en un trono de oro… No… Esto. Míralo, un borracho. Parece que es un poco colgado de la fauna, ¿Eh? Seguro que con eso conectáis.
-Déjamelo a mi, Dyos. Yo lo despierto.- No sabía ni porqué iba a hacerlo. -Sabes que eso de presentarme a drows se me da muuuuuuy bien… Así que por si el caso, cúbreme. PERO no de forma hostil. Haz cara de buen tío. Ya sabes, tu sonrisita, la que practicamos.- Estaba preguntándome qué podría ir mal y me di cuenta que era más fácil preguntarse qué no iba a ir mal. Me agaché al lado de viejo sin mucho miedo. Si no se había despertado aún ya podía o estar drogado o muerto. Le zarandeé un poco, hice cara de preocupación -se me daba bien actuar- y con voz muy preocupada le solté…
-¡Perdone, señor! No hay tiempo para preguntas… ¡Estás en peligro! ¿No te has enterado? Unos miembros de…- La palabra mágica, unificadora, aquello con lo que todo el mundo concordaba. -... la ALIANZA HUMANA van a hacer una redada por la fábrica… En un rato. Estábamos aquí para advertirlo a cualquier posible víctima, ¡Y te hemos encontrado! Deberíamos salir de aquí, ¡Nosotros ayudamos! Que los drows nos entendemos mucho mejor entre nosotros, ¿Si?- Esperé que no tuviera asco a nuestra raza. Que confiara en un adolescente de piel demasiado poco oscura, con una cara inocente… Con un drow altajo con muy malas pulgas y mala cara -aunque buena cara, a su misma vez- y un pajarraco armando jaleo. Le di un espacio al viejo para que no se me alarmara demasiado ni para que el bicho aquel, cuya raza desconocía, no se me fuera a tirar encima, ni morderme, ni cagarse encima, ni pegarme un picotazo, ni graznarme en la oreja...
Me dirigió una sonrisa ciertamente perturbadora tras preguntarle. Algún día le vería hacer BUENA CARA, sin ironías, sin reírse del mal ajeno, sin sarcasmo, sin cinismo, sin… No, sonriendo como un idiota. Los idiotas eran los más felices. Fue describiendo lo que fue su operación: Una mierda. Sonaba doloroso de narices. Y poco efectivo. ¿Pero había mejor forma? Él tampoco debió tener más manera de conseguir sacarse eso. Fruncí el ceño, dolido… Molesto por escuchar aquello. La sangre no me daba asco. Ni la imagen mental, pero… Debió haberlo pasado mal.
-En mi caso cortar no me da miedo. Puedo hacer algo para que eso no se desangre rápido. Pero… En el cuello, es una zona demasiado delicada como para hurgar así como así. Y si cierran la herida…- Me llevé instintivamente la mano a la nuca, como un poco ausente, pensativo. No, no debía ser pesimista. No iba a ocurrir nada de eso. Cambió de tema casi brusco. -Si, viento. Pero prefiero eso a la calor. Me gusta el frío… Aunque tendré que hacer cosas para vencerlo. Lana. Gorritos. Tejer.- Le miré con ojo de buen cubero, intentando calcular el diametro de su cabolo. Se había abrochado el abrigo. Si, estaba muerto de frío. Algún día cogería un ovillo de lana, haría unos cuantos nudos, lo llamaría gorro y se lo encasquetaría. Hice una sonrisa satisfecha para mi mismo. Quizás a él le pudo parecer siniestra.
Me asaltó con mil preguntas en cuanto le hablé del sueño. ¡Enano! -¡No soy un enano! No tanto… ¡Y te recuerdo que soy medio elfo! Los elfos son altos. No como TU. Algún día te sacaré tres o cuatro palmos. ¿ENTENDIDO?- Le comenté como enfadado. Pero se notaba mucho que realmente… Bromeaba. -Aprenderé a usar la pistola. Sueño con cosas raras porque… Bueno, no lo sé. Prefiero eso a tener pesadillas. A veces sueño con mi hermano, y al despertarme me acuerdo de que está muerto. Eso… Es peor. ¡Y ahora visto mejor! Todo azul y lila. No marrón. Marrón es aburrido.- Oye, pero que a mi su chaqueta me molaba. Algún día se la volvería a robar.
Gruñó al explicarle mi glorioso plan. -¡Mejor! Haremos un robot con todo eso.- Si, claro. Ahora me había metido a mecánico. Él insistió en que era un dragón, que se vería y que Roac habría salido por patas. Aunque no me imaginaba yo al pajarraco corriendo. Se adelantó a mi con un porte hostil. Yo no saqué el estoque de mi funda… Pero el bastón, que por ahí iba flotando, si que estaba preparado para hacer un pinchito moruno de lo que fuera. Pero él se paró en seco. Ya empezaba a pensar en algo grotesco… ¿Pero qué podría asustar al tan sangriento compañero que tenía ahí? Me costaba imaginarlo. Habían pocas cosas que fueran a sorprenderle…
… Pero ni mis más extraños pensamientos pudieron imaginar aquello. Un mendiguillo roncante. Un mendigaco. Bueno, no tan alto. Más bajo que yo, casi. O tal vez si. A ojo no lo sabía. Un drow de pellejo purpúreo poco saturado. Arrugado como una pasa arrugada. Me llevé una mano a la boca intentando resistir una risita. -Es una señal, tenemos que fundar aquí una nueva patria drow. Aunque si Lloth hubiera sido piadosa me habría dejado a mi príncipe azul esperando en un trono de oro… No… Esto. Míralo, un borracho. Parece que es un poco colgado de la fauna, ¿Eh? Seguro que con eso conectáis.
-Déjamelo a mi, Dyos. Yo lo despierto.- No sabía ni porqué iba a hacerlo. -Sabes que eso de presentarme a drows se me da muuuuuuy bien… Así que por si el caso, cúbreme. PERO no de forma hostil. Haz cara de buen tío. Ya sabes, tu sonrisita, la que practicamos.- Estaba preguntándome qué podría ir mal y me di cuenta que era más fácil preguntarse qué no iba a ir mal. Me agaché al lado de viejo sin mucho miedo. Si no se había despertado aún ya podía o estar drogado o muerto. Le zarandeé un poco, hice cara de preocupación -se me daba bien actuar- y con voz muy preocupada le solté…
-¡Perdone, señor! No hay tiempo para preguntas… ¡Estás en peligro! ¿No te has enterado? Unos miembros de…- La palabra mágica, unificadora, aquello con lo que todo el mundo concordaba. -... la ALIANZA HUMANA van a hacer una redada por la fábrica… En un rato. Estábamos aquí para advertirlo a cualquier posible víctima, ¡Y te hemos encontrado! Deberíamos salir de aquí, ¡Nosotros ayudamos! Que los drows nos entendemos mucho mejor entre nosotros, ¿Si?- Esperé que no tuviera asco a nuestra raza. Que confiara en un adolescente de piel demasiado poco oscura, con una cara inocente… Con un drow altajo con muy malas pulgas y mala cara -aunque buena cara, a su misma vez- y un pajarraco armando jaleo. Le di un espacio al viejo para que no se me alarmara demasiado ni para que el bicho aquel, cuya raza desconocía, no se me fuera a tirar encima, ni morderme, ni cagarse encima, ni pegarme un picotazo, ni graznarme en la oreja...
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