Recuerdo del primer mensaje :
Esta es una vieja fabrica abandonada que lleva sin funcionar desde que fue gravemente tocada por la II Guerra Mundial, al igual que ocurrió con los puertos, pero al contrario que estos, no se ha recuperado y nunca lo hará. Es un punto perfecto de reunión para maleantes, mafias, traficantes, y un escondrijo perfecto para los ladrones y todo tipo de gamberros. Cuidado con las ratas y los materiales oxidados
La zona parecia seguir estando despejada, tanto mejor para nosotros. Si no nos llevabamos sorpresas desagradables, concluiriamos mucho antes, que era lo que queriamos, y a lo mejor hasta me daba tiepo de pasarme por casa a ver eso de la ecografia que me habia dicho Erika, que se notaba que le habia picado que yo me fuese de excursion y ella no.
Me detuve por el siseo de Amaya y miré, parecia tan seria que crei que habia encontrado algo interesante hasta que...me acerqué y vi el esqueleto de una bici. Hasta le faltaba una rueda....
- Eso es....una bici...de antes de la revolución industrial - le di una palmadita en el hombroa modo de consuelo. Igual con magia podrian hacer una bonita bici alada, pero la premisa era... efectivo sin magia.
Seguí mi camino, internandome hacia una zona mas profunda de la fábrica, donde las manchas de alquitrán hacian que mis botas se pegasen de modo desagradable al suelo. Olía a podrido, a humedo y a hierro....empezaba a pensar que esta idea no habia sido tan buena cuando vi unas huellas de neumatico en el alquitrán... y....pisadas, que conducían aun mas al interior.
Me puse en guardia, no se oía un alma y el radar seguia silencioso. Segui con la linterna las huellas y las pisadas y finalmente la luz alumbró un coche, todo cubierto de polvo, con el morro abollado y la luna frontal agrietada y perforada. Las huellas del vehiculo correspondian a éste, pero las otras pisadas paraban a cierta distancia frente al coche y luego...daban la vuelta y se perdían por tierra seca. Del interior no se veia nada por lo agrietada y lo sucia que estaba la luna, pero reconocí el modelo....un vehiculo militar, el jankel j10, con su metralleta fija y....
- Bingo. Esperemos que el motor se pueda salvar. - dije al acercame mas y apreciar marcas de disparos en el morro, luna y ruedas delanteras reventadas.
Abrí la puerta del copiloto apuntando hacia adentro...comenzando a entender un poco mejor que hacía ese vehiculo ahí. Al volante estaba el cuerpo sin vida de lo que por su uniforme, había sido un soldado de la alianza. Una, mejor dicho, concluí al quitarle la placa del cuello para leerla.
- Habia estado huyendo pero al final la pillaron. Tuvieron que ser...androides...u otros soldados con la pila.
Tiré del cuerpo para sacarlo del coche, dejandolo apoyado en la pared. Me llevé una desagradable sorpresa al comprobar que no habia huido sola si no que habia llevado a tres civiles consigo, que no habian corrido mejor suerte que ella.
- Me echas una mano? No puedo guardarlo en la cápsula con...cadáveres dentro. Puto Sam, joder.
___
exito y un 7
Me detuve por el siseo de Amaya y miré, parecia tan seria que crei que habia encontrado algo interesante hasta que...me acerqué y vi el esqueleto de una bici. Hasta le faltaba una rueda....
- Eso es....una bici...de antes de la revolución industrial - le di una palmadita en el hombroa modo de consuelo. Igual con magia podrian hacer una bonita bici alada, pero la premisa era... efectivo sin magia.
Seguí mi camino, internandome hacia una zona mas profunda de la fábrica, donde las manchas de alquitrán hacian que mis botas se pegasen de modo desagradable al suelo. Olía a podrido, a humedo y a hierro....empezaba a pensar que esta idea no habia sido tan buena cuando vi unas huellas de neumatico en el alquitrán... y....pisadas, que conducían aun mas al interior.
Me puse en guardia, no se oía un alma y el radar seguia silencioso. Segui con la linterna las huellas y las pisadas y finalmente la luz alumbró un coche, todo cubierto de polvo, con el morro abollado y la luna frontal agrietada y perforada. Las huellas del vehiculo correspondian a éste, pero las otras pisadas paraban a cierta distancia frente al coche y luego...daban la vuelta y se perdían por tierra seca. Del interior no se veia nada por lo agrietada y lo sucia que estaba la luna, pero reconocí el modelo....un vehiculo militar, el jankel j10, con su metralleta fija y....
- Bingo. Esperemos que el motor se pueda salvar. - dije al acercame mas y apreciar marcas de disparos en el morro, luna y ruedas delanteras reventadas.
Abrí la puerta del copiloto apuntando hacia adentro...comenzando a entender un poco mejor que hacía ese vehiculo ahí. Al volante estaba el cuerpo sin vida de lo que por su uniforme, había sido un soldado de la alianza. Una, mejor dicho, concluí al quitarle la placa del cuello para leerla.
- Habia estado huyendo pero al final la pillaron. Tuvieron que ser...androides...u otros soldados con la pila.
Tiré del cuerpo para sacarlo del coche, dejandolo apoyado en la pared. Me llevé una desagradable sorpresa al comprobar que no habia huido sola si no que habia llevado a tres civiles consigo, que no habian corrido mejor suerte que ella.
- Me echas una mano? No puedo guardarlo en la cápsula con...cadáveres dentro. Puto Sam, joder.
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El miembro 'Thalos Draven' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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#2 'Dado opciones' : 7
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#2 'Dado opciones' : 7
-Oh- Soltó cuando le explicó más o menos lo que era y sonrió de lado por su ignorancia -Quizás debí prestar más atención a las clases de estudios muggles- Indicó mientras avanzaba siguiendo un poco la luz de Thalos pero también su propia intuición y lo que el metal llegaba a decirle. Lo cierto es que parecía bastante abandonado y dudaba que fuesen a encontrar algo allí. Preguntó a Vishous por casco qué tal iban.
Observó también las pisadas cuando Thalos las alumbró y mantuvo su guardia atenta, se giró sobre sí misma un momento para mirar hacia atrás revisando que no los seguían y luego miró al castaño cuando llegaron a un lugar. Vio el auto pero, evidentemente, no reconoció mucho hasta que el olor le llegó a las narices.
Con el corazón apretado fue moviéndose hacia allí -No entiendo en qué punto se torció todo…- Confesó realmente afligida ante la muerte de aquellas personas, suspirando al ver el cadáver en descomposición. Tras eso escuchó su solicitud y asintió. Enfundó la espada y luego se puso el escudo en la espalda. Amaya era una mujer musculosa, acostumbrada a llevar peso, no por nada peleaba con un escudo así que pudo transportar los cadáveres con cierta “facilidad” hasta donde estaban los demás.
Tragó en seco mientras miraba los cuerpos y no lo dudó mucho antes de quitarse la capa y cubrirlos, aunque no alcanzaba para todos. Hizo una oración propia sobre la paz de sus almas y volvió a mirar a Thalos observando el vehículo. Lo rodeó un poco evaluando la dimensión del mismo para poder desaparecer efectivamente con el humano sin escindirlo. Se subió por el otro lado y empezó a rebuscar en algo que parecían cajones (vamos, la guantera) -¿Y esto?- Preguntó mostrando unos radios. Le avisó a Vishous por casco que habían conseguido uno.
Observó también las pisadas cuando Thalos las alumbró y mantuvo su guardia atenta, se giró sobre sí misma un momento para mirar hacia atrás revisando que no los seguían y luego miró al castaño cuando llegaron a un lugar. Vio el auto pero, evidentemente, no reconoció mucho hasta que el olor le llegó a las narices.
Con el corazón apretado fue moviéndose hacia allí -No entiendo en qué punto se torció todo…- Confesó realmente afligida ante la muerte de aquellas personas, suspirando al ver el cadáver en descomposición. Tras eso escuchó su solicitud y asintió. Enfundó la espada y luego se puso el escudo en la espalda. Amaya era una mujer musculosa, acostumbrada a llevar peso, no por nada peleaba con un escudo así que pudo transportar los cadáveres con cierta “facilidad” hasta donde estaban los demás.
Tragó en seco mientras miraba los cuerpos y no lo dudó mucho antes de quitarse la capa y cubrirlos, aunque no alcanzaba para todos. Hizo una oración propia sobre la paz de sus almas y volvió a mirar a Thalos observando el vehículo. Lo rodeó un poco evaluando la dimensión del mismo para poder desaparecer efectivamente con el humano sin escindirlo. Se subió por el otro lado y empezó a rebuscar en algo que parecían cajones (vamos, la guantera) -¿Y esto?- Preguntó mostrando unos radios. Le avisó a Vishous por casco que habían conseguido uno.
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El miembro 'Amaya Hua' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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#2 'Dado opciones' : 4
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#2 'Dado opciones' : 4
La muchacha morena no le quitaba el ojo de encima y aquello le robaba sonrisas a Vishous. Lo cierto es que después de tantos años de tonteo general, era difícil hacerse el loco. Además, que la mujer era bastante evidente -Lo romántico lo tengo reservado…Igual que todo lo otro, morena- Le respondió mientras seguía observando alrededor, iluminando con la bola de luz que había creado. Si la hubiese conseguido un par de meses atrás probablemente se la habría montado en esa misma moto en un rápidito pero…No era el momento, ni el lugar, ni la mujer. Se rió un poco, pensando en la indignación de Sofía si se la follaba contra una moto sucia.
Ladeó la cabeza, disfrutando del espectáculo femenino para luego reír bajo -Me puedes llamar V- Respondió con voz ronca antes de escuchar a Amaya a través del casco. Respondió que de momento no habían encontrado nada mientras la mujer le rodeaba, se dio la vuelta para mirarla pero no dijo nada porque Amaya lo notaria así que cortó su línea de pensamientos y siguió avanzando.
-¿Tú crees?- Inquirió cuando soltó aquello de que tenía calor mientras se bajaba la chaqueta. Sin duda, era una mujer atractiva y su forma honesta de decir que quería sexo no hacía más que despertar su interés. PERO, NO. Iba a responderle cuando Amaya soltó que había encontrado algo -Han encontrado un coche… - Mencionó acercándose a ella y deslizando una mano por su rostro hasta cogerle la cara con una sola mano. Le giró un poco la cabeza para susurrarle al oído -Si quieres, cuando te toques hoy, puedes pensar en mí. Pero ahora soy propiedad privada- Le dejó un sonoro beso en la mejilla y le soltó la cara antes de devolverse sobre sus pasos hacia el punto donde estaba Amaya para poder irse de allí.
Ladeó la cabeza, disfrutando del espectáculo femenino para luego reír bajo -Me puedes llamar V- Respondió con voz ronca antes de escuchar a Amaya a través del casco. Respondió que de momento no habían encontrado nada mientras la mujer le rodeaba, se dio la vuelta para mirarla pero no dijo nada porque Amaya lo notaria así que cortó su línea de pensamientos y siguió avanzando.
-¿Tú crees?- Inquirió cuando soltó aquello de que tenía calor mientras se bajaba la chaqueta. Sin duda, era una mujer atractiva y su forma honesta de decir que quería sexo no hacía más que despertar su interés. PERO, NO. Iba a responderle cuando Amaya soltó que había encontrado algo -Han encontrado un coche… - Mencionó acercándose a ella y deslizando una mano por su rostro hasta cogerle la cara con una sola mano. Le giró un poco la cabeza para susurrarle al oído -Si quieres, cuando te toques hoy, puedes pensar en mí. Pero ahora soy propiedad privada- Le dejó un sonoro beso en la mejilla y le soltó la cara antes de devolverse sobre sus pasos hacia el punto donde estaba Amaya para poder irse de allí.
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El miembro 'Vishous Royden' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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#2 'Dado opciones' : 9
-Tsk, como veas- Le gruñí, sopesando la posibilidad de que me había rechazado vilmente. Joder estaba perdiendo facultades. O lo mismo es uno de esos capullos fieles. O era gay. En cualquier caso era una pena para todas las mujeres necesitadas del mundo -Vanessa, a tus servicios y necesidades- le soltó después de pasarle el dedo por el pecho y dirigirse al coche.
Al vehículo solo le quedaba el armazón. Todo lo demás lo habían desarmado. Traté de buscar en la guantera pero nada, el contenedor de gasolina estaba vacío, y por la mancha que había en el suelo, parecía que se había vaciado hacía mucho tiempo atrás. Chasqueó la lengua molesta, mientras se colocaba los brazos en jarras a la altura de su cintura insultando en español. -¿Y qué mierda crees que es esto? ¿La carroza de la Cenicienta?- Le gruñí molesta al muchahote cuando me dijo aquello de que habían encontrado un coche. El muy tío bueno no se había ni manchado las manos, que el muy vago solo me hacía trabajar a mí. En fin, allí poco más había que hacer. Me sacudí las manos para quitarme el polvo, indicando precisamente eso, que no había más que hacer allí. El buenorro se me acercó y me puso toda caliente y bajabragas cuando me cogió y me susurró, notando que se me hacía el chichi agua y las piernas de mantequilla. Pues vaya que si pensaba tocarse hoy y mañana, se iba a dejar el conejo irritado. Me dio un beso, el muy cretino. Pero antes de que se me escapara giré la cara, le cogí por las mejillas y le planté un morreo que me quedé más ancha que larga -Tenía que probar que la mercancía era buena. Vamos, “capitalista”. Tenemos que volver-
Le cogí por la muñeca y le dirigí fuera de la fábrica. Cuando salieron los otros dos, montamos en la moto robada y nos largamos de la zona, desapareciéndonos al rato de camino a la isla de nuevo.
Al vehículo solo le quedaba el armazón. Todo lo demás lo habían desarmado. Traté de buscar en la guantera pero nada, el contenedor de gasolina estaba vacío, y por la mancha que había en el suelo, parecía que se había vaciado hacía mucho tiempo atrás. Chasqueó la lengua molesta, mientras se colocaba los brazos en jarras a la altura de su cintura insultando en español. -¿Y qué mierda crees que es esto? ¿La carroza de la Cenicienta?- Le gruñí molesta al muchahote cuando me dijo aquello de que habían encontrado un coche. El muy tío bueno no se había ni manchado las manos, que el muy vago solo me hacía trabajar a mí. En fin, allí poco más había que hacer. Me sacudí las manos para quitarme el polvo, indicando precisamente eso, que no había más que hacer allí. El buenorro se me acercó y me puso toda caliente y bajabragas cuando me cogió y me susurró, notando que se me hacía el chichi agua y las piernas de mantequilla. Pues vaya que si pensaba tocarse hoy y mañana, se iba a dejar el conejo irritado. Me dio un beso, el muy cretino. Pero antes de que se me escapara giré la cara, le cogí por las mejillas y le planté un morreo que me quedé más ancha que larga -Tenía que probar que la mercancía era buena. Vamos, “capitalista”. Tenemos que volver-
Le cogí por la muñeca y le dirigí fuera de la fábrica. Cuando salieron los otros dos, montamos en la moto robada y nos largamos de la zona, desapareciéndonos al rato de camino a la isla de nuevo.
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El miembro 'Vanessa Montenegro' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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#2 'Dado opciones' : 5
#1 'Probabilidad' :
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#2 'Dado opciones' : 5
Pasó horas sentado a solas en unas cajas de la fábrica, escuchando el sonido de las ratas correteando y el sonido de la misma gota de agua golpeando de manera repetitiva sobre una viga metálica. Había acudido allí con la determinación de usar el disco de Morgana para comunicarse con ella, pero una vez que lo había puesto delante de él...habían comenzado las dudas. En su cabeza el plan tenía sentido, era una manera de ir a por los Pendragon usando a una de sus enemigas. Aún así tenía miedo. Sabía lo poderosa que era Morgana, y que quería un cuerpo. Él podía ofrecerle uno, pero necesitaba pactar con ella. Era arriesgado, eso estaba claro. Por eso permaneció absorto en el objeto durante más tiempo del que sería normal.
Finalmente tomó una respiración larga antes de estirar la mano hacia el disco, cerrando los ojos antes de canalizar su magia sobre el objeto. El portal oscuro se abrió ante sus ojos a los pocos segundos de transferirle su energía mágica, permitiéndole el paso a ese mundo. Pocas personas sabían dónde iba a estar y lo que iba a hacer, entre ellas Jarkko y Savannah. A ellos sí se lo había contado. Atravesó el portal con cierta sensación de vértigo, entrando así en el laberinto de Morgana en el que estuvo una vez con Catherine. Ella tampoco sabía nada, pero no era extraño porque desde hacía algún tiempo se habían distanciado. Tampoco le habría permitido hacerlo, suponía.
- Morgana. - llamó en voz alta mientras su cuerpo se acostumbraba a estar en aquel lugar. - Quiero hacerte una propuesta.
Finalmente tomó una respiración larga antes de estirar la mano hacia el disco, cerrando los ojos antes de canalizar su magia sobre el objeto. El portal oscuro se abrió ante sus ojos a los pocos segundos de transferirle su energía mágica, permitiéndole el paso a ese mundo. Pocas personas sabían dónde iba a estar y lo que iba a hacer, entre ellas Jarkko y Savannah. A ellos sí se lo había contado. Atravesó el portal con cierta sensación de vértigo, entrando así en el laberinto de Morgana en el que estuvo una vez con Catherine. Ella tampoco sabía nada, pero no era extraño porque desde hacía algún tiempo se habían distanciado. Tampoco le habría permitido hacerlo, suponía.
- Morgana. - llamó en voz alta mientras su cuerpo se acostumbraba a estar en aquel lugar. - Quiero hacerte una propuesta.
PNJ
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032042
MORGANA LE FAY
Espíritu/Alma/Horrocrux
Espíritu/Alma/Horrocrux
El tiempo era una cosa complicada dentro del laberinto pero Morgana había sentido que los días en aquel fatídico sitio donde la magia no existía, habían alargado los días y extenuado gran parte de su energía…Pero en aquel tiempo había demostrado que su paciencia era infinita. Todo caía por su propio peso, en el tiempo destinado.
Cuando la voz de Ian la llamó, lo hizo esperar. El chucho que vuelve con la cola entre las patas, la frase le robó una sonrisa mientras percibía su incomodidad. Quizás también estaba reuniendo la energía para aparecerse apropiadamente, después de esos días desconectada del mundo.
Ahora volvía de las tinieblas.
Morgana apareció delante de Ian, sentada en su trono mientras detalle a detalle el salón a su alrededor tomaba forma. A imagen y semejanza de Morgana -No- Murmuró mientras clavaba sus ojos en él y estudiaba sus facciones nuevamente. La negativa era fácil de dar. Ellos se la habían dado antes. Pobres almas que aún confiaban en que sus acciones benévolas tendrían el mismo resultado.
-Estás aquí para aceptar la mía porque te has dado cuenta que soy la única aliada que tienes. Catherine es demasiado conformista, es su garrafal defecto. Tú, sin embargo... - Corrigió con aquel tono de voz que evocaba una caricia en la oscuridad. Morgana había sido una mujer de belleza inigualable pero que acompañaba su imagen con una entonación en la que parecía que cada palabra tomaba vida propia y atraía la atención. Ladeó la cabeza hacia un lado -Estás aquí para abrazar la oscuridad- Sonrió entonces, de lado, como quien conoce todas las verdades del mundo y es dueña de la razón -¿Has estado entrenando tu magia de almas, Ian?
Cuando la voz de Ian la llamó, lo hizo esperar. El chucho que vuelve con la cola entre las patas, la frase le robó una sonrisa mientras percibía su incomodidad. Quizás también estaba reuniendo la energía para aparecerse apropiadamente, después de esos días desconectada del mundo.
Ahora volvía de las tinieblas.
Morgana apareció delante de Ian, sentada en su trono mientras detalle a detalle el salón a su alrededor tomaba forma. A imagen y semejanza de Morgana -No- Murmuró mientras clavaba sus ojos en él y estudiaba sus facciones nuevamente. La negativa era fácil de dar. Ellos se la habían dado antes. Pobres almas que aún confiaban en que sus acciones benévolas tendrían el mismo resultado.
-Estás aquí para aceptar la mía porque te has dado cuenta que soy la única aliada que tienes. Catherine es demasiado conformista, es su garrafal defecto. Tú, sin embargo... - Corrigió con aquel tono de voz que evocaba una caricia en la oscuridad. Morgana había sido una mujer de belleza inigualable pero que acompañaba su imagen con una entonación en la que parecía que cada palabra tomaba vida propia y atraía la atención. Ladeó la cabeza hacia un lado -Estás aquí para abrazar la oscuridad- Sonrió entonces, de lado, como quien conoce todas las verdades del mundo y es dueña de la razón -¿Has estado entrenando tu magia de almas, Ian?
OFF: ¿Le pegamos?
Éxito sí, fallo no.
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El miembro 'PNJ' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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'Probabilidad' :
Un escalofrío le recorrió la espalda en el momento en que Morgana se materializó delante de él, orgullosa sobre su trono en aquel mundo vacío. Ni ahora quería abandonar esa necesidad de aparentar. Ian disimuló la sensación que le producía volver a verla, avanzando incluso un paso hacia ella sin apartar la mirada. La negativa que le dio le hizo tensarse, pero tampoco esperaba que lo recibiese con los brazos abiertos, no después de haberle rechazado y haberle recalcado lo sola que estaba.
- Tampoco es que tengas otras muchas opciones. La eternidad aquí debe ser muy aburrida. - no pudo evitar arquear una ceja ante el modo en que trató de darle la vuelta a lo de la propuesta, sin ni siquiera escuchar la suya. Mentiría si dijese que no le imponía, pero ya no era momento de echarse atrás.
- Qué mala anfitriona, déjame que te cuente primero la mía, que seguro que te va a gustar. No lo llamaría ser aliados. Simplemente puedes resultarme útil, y lo que quiero ofrecerte puede satisfacerte. - aquello de abrazar la oscuridad hizo que su mente le gritase que estaba yendo demasiado lejos, que debería haberse estado quieto antes de sacar el disco de Morgana de donde estaba. Tal vez debería haberlo hecho, pero...el odio a los Pendragon le cegaba, y ese punto lo tenía en común con el antepasado de Catherine.
- Sí. Lo suficiente como para intentar algunos trucos. Pero no he venido a hablar de lo que he aprendido, sino de lo que tú puedes hacer. Te puedo ofrecer a los Pendragon y Ávalon en bandeja. Podrás vengarte de ellos por quedarse con tu isla. ¿Y qué mejor manera que ocupar alguno de sus cuerpos? Son poderosos, a pesar de ser imbéciles. No vas a tener una oportunidad así nunca más. Así que...evitemos dar rodeos y vayamos a por el objetivo común. - clavó la mirada con fiereza en ella, apostando todas sus cartas de negociación en esa primera declaración de intenciones. Sabía que no iba a ser fácil, y por eso mismo no iba a introducir el tema de manera sutil.
- Tampoco es que tengas otras muchas opciones. La eternidad aquí debe ser muy aburrida. - no pudo evitar arquear una ceja ante el modo en que trató de darle la vuelta a lo de la propuesta, sin ni siquiera escuchar la suya. Mentiría si dijese que no le imponía, pero ya no era momento de echarse atrás.
- Qué mala anfitriona, déjame que te cuente primero la mía, que seguro que te va a gustar. No lo llamaría ser aliados. Simplemente puedes resultarme útil, y lo que quiero ofrecerte puede satisfacerte. - aquello de abrazar la oscuridad hizo que su mente le gritase que estaba yendo demasiado lejos, que debería haberse estado quieto antes de sacar el disco de Morgana de donde estaba. Tal vez debería haberlo hecho, pero...el odio a los Pendragon le cegaba, y ese punto lo tenía en común con el antepasado de Catherine.
- Sí. Lo suficiente como para intentar algunos trucos. Pero no he venido a hablar de lo que he aprendido, sino de lo que tú puedes hacer. Te puedo ofrecer a los Pendragon y Ávalon en bandeja. Podrás vengarte de ellos por quedarse con tu isla. ¿Y qué mejor manera que ocupar alguno de sus cuerpos? Son poderosos, a pesar de ser imbéciles. No vas a tener una oportunidad así nunca más. Así que...evitemos dar rodeos y vayamos a por el objetivo común. - clavó la mirada con fiereza en ella, apostando todas sus cartas de negociación en esa primera declaración de intenciones. Sabía que no iba a ser fácil, y por eso mismo no iba a introducir el tema de manera sutil.
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062042
MORGANA LE FAY
Espíritu/Alma/Horrocrux
Espíritu/Alma/Horrocrux
-Opciones me sobran. Hay juegos, Ian, que pueden durar milenios. Pero solo los elegidos saben jugarlo- Ella era la viva imagen de aquello. Estaba segura de que Arturo Pendragon y Merlín estarían retorciéndose en su tumba de saber que ella había encontrado la manera de perdurar por siglos y siglos, guiando a sus descendientes y dotándolos de poder y conocimiento. Pero no esperaba que una mente como la del joven cachorro lo comprendiera.
Lo más bonito de jugar a ese juego era plantar la sombra de una idea en alguien y esperar, ver cómo tiempo después echaba raíces y se desarrollaba hasta que el peón se creía algo más que una simple pieza. Morgana admiró las narices que tenía el chiquillo para insultarla en su propia casa. Movió una mano y un sillón de terciopelo negro apareció tras Ian, se movió con brusquedad hasta clavarse en la parte trasera de las rodillas obligándolo a sentarse. Y una vez allí encontraría que no podía levantarse -Tienes valor, Ian. Te concedo eso- Murmuró lentamente mientras uno de los cuervos que estaba en la punta del trono y que parecía de piedra, de pronto graznó y clavo sus ojos dorados en él -Tu elección de palabras deja entrever que planeas usarme como un arma- Subió lentamente la mano para apoyar su cabeza allí, con un gesto aburrido -No tengo por costumbre permitirlo pero a ti …- Movió suavemente las uñas contra su piel de porcelana - Te concederé esa libertad- Mencionó dibujando una sonrisa perversa y llena de oscuridad.
Después lo dejó hablar. Así que quería empezar a jugar como los adultos. Morgana apartó la vista de él para observar el salón del trono alrededor de ella. Si poseía a un Pendragon entonces tendría también su conexión con el Sanguis. Además de la magia de sangre de la que Catherine no era experta. Aún así, su conexión con la morena siempre sería mejor que el de cualquier Pendragon -Hay condiciones- Puntualizó y entonces volvió su mirada de citrinos hacia él -Cuando Avalon sea mía, recolocaras mi alma en Catherine. No es un punto negociable. Mi alma tendrá mejor conexión con una Descendiente propia- Se incorporó y bajó los escalones que le separaban de Ian sin hacer ruido porque iba descalza, casi parecía que su vestido formaba parte de la oscuridad que rondaba el piso de aquel salón -Si no me quieres de aliada, Ian, entonces quizás te guste más de enemiga- Soltó una risita perturbadora que hizo eco a través del salón -Cuando nuestro objetivo en común haya sido concretado, estarás destinado a servirme. Si me traicionas, tu linaje y tú pagarán las consecuencias- Amplió un poco la sonrisa -No te preocupes, recuperarás a Catherine. Al menos físicamente…- Alzó la mano para acomodarle un mechón de pelo oscuro -No me importaría compartir tu cama. Después de todo, no soy ajena a la necesidad de tener hijos-
Lo más bonito de jugar a ese juego era plantar la sombra de una idea en alguien y esperar, ver cómo tiempo después echaba raíces y se desarrollaba hasta que el peón se creía algo más que una simple pieza. Morgana admiró las narices que tenía el chiquillo para insultarla en su propia casa. Movió una mano y un sillón de terciopelo negro apareció tras Ian, se movió con brusquedad hasta clavarse en la parte trasera de las rodillas obligándolo a sentarse. Y una vez allí encontraría que no podía levantarse -Tienes valor, Ian. Te concedo eso- Murmuró lentamente mientras uno de los cuervos que estaba en la punta del trono y que parecía de piedra, de pronto graznó y clavo sus ojos dorados en él -Tu elección de palabras deja entrever que planeas usarme como un arma- Subió lentamente la mano para apoyar su cabeza allí, con un gesto aburrido -No tengo por costumbre permitirlo pero a ti …- Movió suavemente las uñas contra su piel de porcelana - Te concederé esa libertad- Mencionó dibujando una sonrisa perversa y llena de oscuridad.
Después lo dejó hablar. Así que quería empezar a jugar como los adultos. Morgana apartó la vista de él para observar el salón del trono alrededor de ella. Si poseía a un Pendragon entonces tendría también su conexión con el Sanguis. Además de la magia de sangre de la que Catherine no era experta. Aún así, su conexión con la morena siempre sería mejor que el de cualquier Pendragon -Hay condiciones- Puntualizó y entonces volvió su mirada de citrinos hacia él -Cuando Avalon sea mía, recolocaras mi alma en Catherine. No es un punto negociable. Mi alma tendrá mejor conexión con una Descendiente propia- Se incorporó y bajó los escalones que le separaban de Ian sin hacer ruido porque iba descalza, casi parecía que su vestido formaba parte de la oscuridad que rondaba el piso de aquel salón -Si no me quieres de aliada, Ian, entonces quizás te guste más de enemiga- Soltó una risita perturbadora que hizo eco a través del salón -Cuando nuestro objetivo en común haya sido concretado, estarás destinado a servirme. Si me traicionas, tu linaje y tú pagarán las consecuencias- Amplió un poco la sonrisa -No te preocupes, recuperarás a Catherine. Al menos físicamente…- Alzó la mano para acomodarle un mechón de pelo oscuro -No me importaría compartir tu cama. Después de todo, no soy ajena a la necesidad de tener hijos-
OFF: ¿Le pegamos?
Éxito sí, fallo no.[/quote]
Ya, claro. Lo que quisiera decir...llevaba encerrada siglos sin tener una vida, pero iba de sobrada. Demostró lo que pensaba con media sonrisa, pero no dijo nada. El truquito del sillón para sentarse obligatoriamente no le gustó nada, por lo que gruñó por lo bajo. No podía levantarse, pero no sabía si por orden mental o por qué. Al fin y al cabo se suponía que su cuerpo real estaba dentro de esa dimensión o lo que cojones fuese el laberinto. - ¿Ves? hasta sientes necesidad de retener a la única compañía. - lo de tener valor no le hizo sentir mejor, porque en el fondo eso no era valor, era una temeridad. Lo sensato habría sido dejar el disco donde estaba, aunque no podía evitar pensar que era una oportunidad perdida.
- No es usarte. Es...mutualismo. - al menos le dejó explicarse y contarle en qué consistía su idea, aunque le dio la impresión por un momento de que no le estaba escuchando, a juzgar por el modo en que apartó la vista de él para observar el salón del trono en el que se encontraban. Algo se le retorció por dentro cuando mencionó a Catherine en las condiciones. Seguía obsesionada con ella...ni siquiera le servía que le pusiese Ávalon a sus pies. - No. ¿Tú te crees que he venido a buscarte para que poseas a Catherine? ¿Crees que soy gilipollas o algo así? Te quedarás con el cuerpo de un Pendragon. Gwen, Shyvanna, Lake...incluso cualquiera de los hermanos. Puedes probar todos sus cuerpos. No es negociable.- repitió sus palabras mientras la observaba descender los escalones en su dirección, intentando no mantener el control dentro de lo posible. Claro que no la quería de enemiga, pero ni loco le concedía eso.
- ¿¿Servirte?? - esta vez si que soltó una risa irónica. ¿Qué se creía? - Mira, si te vas a poner así...ya los mataré yo a la vieja usanza aunque me lleve años. Y a Ávalon y al Sanguis que le den. - volvió a negar con la cabeza. De nada le servía tener a Catherine físicamente si el alma no era la suya, si era Morgana ocupando su cuerpo. Se mantuvo rígido mientras Morgana le apartaba un mechón de pelo de la cara, sintiendo un escalofrío ante lo que le proponía. - No quiero hacer eso. O lo hacemos como te he dicho, o no hay trato.
- No es usarte. Es...mutualismo. - al menos le dejó explicarse y contarle en qué consistía su idea, aunque le dio la impresión por un momento de que no le estaba escuchando, a juzgar por el modo en que apartó la vista de él para observar el salón del trono en el que se encontraban. Algo se le retorció por dentro cuando mencionó a Catherine en las condiciones. Seguía obsesionada con ella...ni siquiera le servía que le pusiese Ávalon a sus pies. - No. ¿Tú te crees que he venido a buscarte para que poseas a Catherine? ¿Crees que soy gilipollas o algo así? Te quedarás con el cuerpo de un Pendragon. Gwen, Shyvanna, Lake...incluso cualquiera de los hermanos. Puedes probar todos sus cuerpos. No es negociable.- repitió sus palabras mientras la observaba descender los escalones en su dirección, intentando no mantener el control dentro de lo posible. Claro que no la quería de enemiga, pero ni loco le concedía eso.
- ¿¿Servirte?? - esta vez si que soltó una risa irónica. ¿Qué se creía? - Mira, si te vas a poner así...ya los mataré yo a la vieja usanza aunque me lleve años. Y a Ávalon y al Sanguis que le den. - volvió a negar con la cabeza. De nada le servía tener a Catherine físicamente si el alma no era la suya, si era Morgana ocupando su cuerpo. Se mantuvo rígido mientras Morgana le apartaba un mechón de pelo de la cara, sintiendo un escalofrío ante lo que le proponía. - No quiero hacer eso. O lo hacemos como te he dicho, o no hay trato.
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062042
MORGANA LE FAY
Espíritu/Alma/Horrocrux
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Soltó una risa que evocaba peligrosas cosas en la oscuridad, la misma que alrededor de él empezó a moverse suavemente -¿Única compañía? Ian, pequeño ignorante, yo nunca estoy sola- Alrededor de Morgana y del salón cada uno de los cuervos que habían parecido meramente decorativos empezaron a tomar forma humana. Todos y cada uno de ellos eran una pequeña parte del alma de sus Descendientes. Algunas ofrecidas de forma voluntaria, otras robadas descaradamente. Una de las grandes razones por las que su magia no se había rendido con el tiempo. Todos aportaban lo suyo para que ella fuera la gran protagonista del despliegue de poderes del que Ian era testigo. Tras un par de segundos, las formas humanas se desvanecieron en el aire dejando plumas de obsidiana cayendo lentamente hacia el piso.
“Mutualismo”
Su rostro permaneció neutral, no caía en gestos tan básicos como poner los ojos en blanco, pero eso era más o menos lo que pensaba de su “mutualismo”. La negativa de Ian era de esperarse -Has venido a buscarme porque quienes te rodean no tienen el poder suficiente, o las agallas, para ayudarte- Le aclaró -Ah… el amor está sobrevalorado… En fin, si Catherine está fuera de discusión- Mencionó dejándole creer que concedía aquello - Tienes que ofrecerme algo tú- Le dio una palmadita en el rostro.
-¿Crees que eres el primer niñato en venir a pedirme favores, Ian?- Inquirió pensando que la paciencia se le estaba acabando -Estás acostumbrado a lidiar con gente como Catherine, que está dispuesta a encontrarte a mitad del camino. Yo no- Se inclinó hacia él para observarlo a los ojos -¿Años? ¿Tienes tanto tiempo? ¿Qué perderás en el proceso? ¿Después de acabar con ellos, Catherine te seguirá viendo de la misma manera o la perderás para siempre?- Con cada pregunta, Morgana fue acercando su mano al cuello de Ian hasta atraparlo con una sorprendente fuerza para aquella figura tan femenina, delicada y delgada. Lo alzó del sofá en un gesto -Crees que tienes lo que se requiere para desaparecerlos de la faz de la tierra pero odiarías convertirte en tu padre- Sonrió abiertamente y apretó más los dedos en el cuello del licántropo -¿Estoy equivocada? - Era una pregunta retórica.
Lo acercó a ella y apoyó sus labios sobre la oreja del moreno -¿Crees que puedes venir a mi reino y decirme qué hacer?- Procuró que las uñas se le clavaran en la carne hasta provocarle heridas sangrantes - Vas a darme acceso a una Pendragon y voy a matarlos a todos, me apoderaré de su Sanguis Ligno y tú me darás un pedazo de tu alma a cambio. Lo que haga con ella es asunto mío- Lo estampó de nuevo en el sofá para que le mirara a la cara -Cuando estés dispuesto a aceptar mis condiciones podrás irte- Sino, se quedaría allí sentado hasta morirse. Se dio la vuelta en un susurro de oscuridad antes de empezar a subir los escalones hacia su trono.
“Mutualismo”
Su rostro permaneció neutral, no caía en gestos tan básicos como poner los ojos en blanco, pero eso era más o menos lo que pensaba de su “mutualismo”. La negativa de Ian era de esperarse -Has venido a buscarme porque quienes te rodean no tienen el poder suficiente, o las agallas, para ayudarte- Le aclaró -Ah… el amor está sobrevalorado… En fin, si Catherine está fuera de discusión- Mencionó dejándole creer que concedía aquello - Tienes que ofrecerme algo tú- Le dio una palmadita en el rostro.
-¿Crees que eres el primer niñato en venir a pedirme favores, Ian?- Inquirió pensando que la paciencia se le estaba acabando -Estás acostumbrado a lidiar con gente como Catherine, que está dispuesta a encontrarte a mitad del camino. Yo no- Se inclinó hacia él para observarlo a los ojos -¿Años? ¿Tienes tanto tiempo? ¿Qué perderás en el proceso? ¿Después de acabar con ellos, Catherine te seguirá viendo de la misma manera o la perderás para siempre?- Con cada pregunta, Morgana fue acercando su mano al cuello de Ian hasta atraparlo con una sorprendente fuerza para aquella figura tan femenina, delicada y delgada. Lo alzó del sofá en un gesto -Crees que tienes lo que se requiere para desaparecerlos de la faz de la tierra pero odiarías convertirte en tu padre- Sonrió abiertamente y apretó más los dedos en el cuello del licántropo -¿Estoy equivocada? - Era una pregunta retórica.
Lo acercó a ella y apoyó sus labios sobre la oreja del moreno -¿Crees que puedes venir a mi reino y decirme qué hacer?- Procuró que las uñas se le clavaran en la carne hasta provocarle heridas sangrantes - Vas a darme acceso a una Pendragon y voy a matarlos a todos, me apoderaré de su Sanguis Ligno y tú me darás un pedazo de tu alma a cambio. Lo que haga con ella es asunto mío- Lo estampó de nuevo en el sofá para que le mirara a la cara -Cuando estés dispuesto a aceptar mis condiciones podrás irte- Sino, se quedaría allí sentado hasta morirse. Se dio la vuelta en un susurro de oscuridad antes de empezar a subir los escalones hacia su trono.
En aquel mundo nada era lo que parecía, y precisamente por eso no supo qué pensar sobre los cuervos que se transformaban en personas durante un breve instante. Bien podía ser una ilusión creada dentro del laberinto, lo que significaba que tenía suficiente poder como para recrear cualquier ilusión en aquel lugar. También podía ser que hubiese atrapado ahí más pobres almas en desgracia. Cualquier opción era mala. - ¿Te parece poco lo que te estoy ofreciendo? ¿A tus enemigos y tu isla en bandeja? - preguntó indignado cuando le tocó la cara, molestándose más aún cuando lo llamó niñato que iba a pedirle favores.
- ¿Quién más ha venido y para qué? - al principio pensó en Catherine, pero...podría ser cualquier otro a lo largo de los siglos. - Sí, tengo tiempo. Y si no lo acabo yo, lo acabará Aedan. A él también le afecta todo esto. - llevó su mano a la que ella había puesto sobre su cuello para apretarlo, sorprendido de la fuerza que tenía Morgana. Empezó a faltarle un poco el aire, pero intentó convencerse de que eso tampoco era real, un espíritu no podía dañar físicamente.
- A Cath...no le importa...lo que les haga. La liberaría...- consiguió responder de manera ahogada, sin apartar una agresiva mirada de Morgana. Se atrevía a hablar de su padre y creía conocer sus propios miedos. - Te equivocas...odié a mi padre por abandonarnos. - no por lo otro, o al menos no tanto. Y ni siquiera era lo mismo. Gruñó por lo bajo cuando le clavó más las uñas en el cuello, sintiendo cosquillas en el oído cuando le habló tan cerca. Tenía que apartarla, plantarle cara antes de que se creciera más. La primera parte del plan, eliminar Pendragon y hacerse con el Sanguis, era la que esperaba. Pero ni de coña le daba un pedazo de su alma para hacer lo que quisiera. - No. - replicó nuevamente cuando lo soltó por fin, estampándolo contra el sofá. La situación pintaba muy mal. No le iba a dejar moverse si no aceptaba sus abusivas condiciones, a menos que...intentase sacarla de su reino. Inspiró hondo para intentar concentrarse mientras le daba la espalda. Era una maniobra arriesgada, pero la opción de tratar de convencerla con palabras no parecía viable. Extendió la mano hacia ella comenzando a canalizar una magia que en todos sus años de vida apenas había tocado, a excepción de lo hecho durante los últimos meses mientras entrenaba con su padre. Dibujó unas líneas en el aire que dejaron tras de sí jirones negros volátiles, mientras comenzaba a susurrar unas palabras.
- Animam e labyrintho expellit, vinculum ejus frangit; animam e labyrintho expellit, vinclum frangit;
Los lazos se lanzaron a por Morgana para tratar de atarla, intentando romper su vínculo con el laberinto para sacar el alma de allí, de su refugio. Con un poco de suerte podría atarla a un ser o a otra cosa. Había intentado lo de desplazar almas de animales a otros, o a objetos, aunque esto era muy diferente. Necesitaba atraparla para sacarla de allí. Siguió repitiendo las palabras con más vehemencia, aunque la mano y el brazo comenzaban a quemarle cuanta más energía empleaba.
----------------
éxito: logra hacer cosas con su magia de almas
fallo: nada
- ¿Quién más ha venido y para qué? - al principio pensó en Catherine, pero...podría ser cualquier otro a lo largo de los siglos. - Sí, tengo tiempo. Y si no lo acabo yo, lo acabará Aedan. A él también le afecta todo esto. - llevó su mano a la que ella había puesto sobre su cuello para apretarlo, sorprendido de la fuerza que tenía Morgana. Empezó a faltarle un poco el aire, pero intentó convencerse de que eso tampoco era real, un espíritu no podía dañar físicamente.
- A Cath...no le importa...lo que les haga. La liberaría...- consiguió responder de manera ahogada, sin apartar una agresiva mirada de Morgana. Se atrevía a hablar de su padre y creía conocer sus propios miedos. - Te equivocas...odié a mi padre por abandonarnos. - no por lo otro, o al menos no tanto. Y ni siquiera era lo mismo. Gruñó por lo bajo cuando le clavó más las uñas en el cuello, sintiendo cosquillas en el oído cuando le habló tan cerca. Tenía que apartarla, plantarle cara antes de que se creciera más. La primera parte del plan, eliminar Pendragon y hacerse con el Sanguis, era la que esperaba. Pero ni de coña le daba un pedazo de su alma para hacer lo que quisiera. - No. - replicó nuevamente cuando lo soltó por fin, estampándolo contra el sofá. La situación pintaba muy mal. No le iba a dejar moverse si no aceptaba sus abusivas condiciones, a menos que...intentase sacarla de su reino. Inspiró hondo para intentar concentrarse mientras le daba la espalda. Era una maniobra arriesgada, pero la opción de tratar de convencerla con palabras no parecía viable. Extendió la mano hacia ella comenzando a canalizar una magia que en todos sus años de vida apenas había tocado, a excepción de lo hecho durante los últimos meses mientras entrenaba con su padre. Dibujó unas líneas en el aire que dejaron tras de sí jirones negros volátiles, mientras comenzaba a susurrar unas palabras.
- Animam e labyrintho expellit, vinculum ejus frangit; animam e labyrintho expellit, vinclum frangit;
Los lazos se lanzaron a por Morgana para tratar de atarla, intentando romper su vínculo con el laberinto para sacar el alma de allí, de su refugio. Con un poco de suerte podría atarla a un ser o a otra cosa. Había intentado lo de desplazar almas de animales a otros, o a objetos, aunque esto era muy diferente. Necesitaba atraparla para sacarla de allí. Siguió repitiendo las palabras con más vehemencia, aunque la mano y el brazo comenzaban a quemarle cuanta más energía empleaba.
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MORGANA LE FAY
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-Qué mente tan pequeña tienes, Ian, que consideras una isla y un par de niños un gran premio- Puso los ojos en blanco. Los críos de esta generación eran demasiado moralistas para ver más allá de sus narices. Les faltaba ambición, deseo de crecer, expectativas. Les faltaba probar lo que había más allá de sus límites.
No respondió a sus preguntas y sólo sonrió de lado ante la mención de Aedan, una promesa de que su sangre seguía latiendo en el linaje y si, además, aquel chiquillo heredaba las habilidades del padre sería imparable. Sí… Ese niño tenía que ser suyo también.
-Iluso- Soltó -Catherine rechazó mi oferta. No está preparada para poner sus intereses por encima de los de los demás si eso implica causar daño a otros. Te lo dije…Moralista. Todo es culpa de Stavron. La crió para ser débil aunque su potencial supera el de sus antecesores- Soltó un suspiro cansado y exasperado al recordar al padre de la Descendiente. Un tipo terco. Eso sin duda. Igual que su hija.
-¿No?- Preguntó en un susurro en el que se percibía una clara diversión. No tardó demasiado en darse cuenta de lo que estaba haciendo Ian. Nada en aquella zona de espacio-tiempo ocurría sin que ella lo supiera, por eso se detuvo en las escaleras con la espalda hacia el licántropo. Dejó que los lazos la ataran como él quisiera y ladeó la cabeza, mirándole por encima del hombro con ojos tan incandescentes como las llamas del infierno -Ian Hacksaw…Has cometido un garrafal error- Sentenció antes de que todo explotara en zarcillos de oscuridad, fundiendose a negro con el eco de los graznidos de los cuervos llevándolo a la inconsciencia.
No respondió a sus preguntas y sólo sonrió de lado ante la mención de Aedan, una promesa de que su sangre seguía latiendo en el linaje y si, además, aquel chiquillo heredaba las habilidades del padre sería imparable. Sí… Ese niño tenía que ser suyo también.
-Iluso- Soltó -Catherine rechazó mi oferta. No está preparada para poner sus intereses por encima de los de los demás si eso implica causar daño a otros. Te lo dije…Moralista. Todo es culpa de Stavron. La crió para ser débil aunque su potencial supera el de sus antecesores- Soltó un suspiro cansado y exasperado al recordar al padre de la Descendiente. Un tipo terco. Eso sin duda. Igual que su hija.
-¿No?- Preguntó en un susurro en el que se percibía una clara diversión. No tardó demasiado en darse cuenta de lo que estaba haciendo Ian. Nada en aquella zona de espacio-tiempo ocurría sin que ella lo supiera, por eso se detuvo en las escaleras con la espalda hacia el licántropo. Dejó que los lazos la ataran como él quisiera y ladeó la cabeza, mirándole por encima del hombro con ojos tan incandescentes como las llamas del infierno -Ian Hacksaw…Has cometido un garrafal error- Sentenció antes de que todo explotara en zarcillos de oscuridad, fundiendose a negro con el eco de los graznidos de los cuervos llevándolo a la inconsciencia.
La ambición de Morgana le sorprendió, pues no esperaba que aspirase a más que recuperar su isla y vengarse de los Pendragon. Estaba claro que quería un cuerpo...pero bajo ningún concepto aceptaría que fuese el de Catherine. Estaba equivocada si pensaba que cedería. No le dijo nada sobre lo de ser moralista y la culpa de Stavron, le daba igual lo que pensase Morgana de Catherine. Visto lo visto...sólo quería centrarse en intentar atraparla para poder salir de allí, ya que la negociación no había ido como esperaba. El tono divertido en que le dijo aquel "no" fue suficiente para hacerle temer una represalia, pero ya era tarde, demasiado tarde. Tal vez si que fuese un error.
- ¡Eso lo decidiré yo!
El proceso de intentar atrapar su alma estaba en marcha, con el consiguiente desgaste de energía por parte de Ian. No sabía si ella se estaba dejando atrapar o si él lo estaba consiguiendo, pero le estaba haciendo llegar al límite de sus fuerzas. Notaba todo el cuerpo ardiendo, como si los ojos incandescentes de Morgana le estuviesen prendiendo fuego. La nariz comenzó a sangrarle, como le sucedía a Catherine cuando la conoció. No dominaba del todo el poder, debía ser eso. No era lo mismo que las prácticas que había hecho.
Giró la mano para terminar de atar el alma con aquellos jirones negros, haciendo un esfuerzo por permanecer consciente mientras remataba la tarea. Tenía que atarla a algún objeto propio, y no se le ocurrió otra cosa que hacerlo con el anillo de bodas que aún llevaba. No aguantó mucho más...lo último que escuchó fue el graznido de los cuervos antes de aquella explosión que le hizo desplomarse inconsciente en el suelo, reapareciendo en la fábrica tras liberarse del laberinto de Morgana.
No supo cuántos minutos pasó alli tirado boca abajo, pero la voz de Savannah fue la que le despertó. Por un momento pensó que estaba allí, pero en cuanto abrió los ojos vio la figura brillante de un patronus. Su cerebro volvió a reconectar en cuando entendió que Aedan y Catherine estaban en peligro. Se levantó tan rápido que se le nubló la vista momentáneamente, y le llevó un par de intentos desaparecerse de alli para ir hacia la zona antimagia.
--------------------
Del 1 al 10, ¿cómo de chungo se queda después de hacer lo de Morgana?
- ¡Eso lo decidiré yo!
El proceso de intentar atrapar su alma estaba en marcha, con el consiguiente desgaste de energía por parte de Ian. No sabía si ella se estaba dejando atrapar o si él lo estaba consiguiendo, pero le estaba haciendo llegar al límite de sus fuerzas. Notaba todo el cuerpo ardiendo, como si los ojos incandescentes de Morgana le estuviesen prendiendo fuego. La nariz comenzó a sangrarle, como le sucedía a Catherine cuando la conoció. No dominaba del todo el poder, debía ser eso. No era lo mismo que las prácticas que había hecho.
Giró la mano para terminar de atar el alma con aquellos jirones negros, haciendo un esfuerzo por permanecer consciente mientras remataba la tarea. Tenía que atarla a algún objeto propio, y no se le ocurrió otra cosa que hacerlo con el anillo de bodas que aún llevaba. No aguantó mucho más...lo último que escuchó fue el graznido de los cuervos antes de aquella explosión que le hizo desplomarse inconsciente en el suelo, reapareciendo en la fábrica tras liberarse del laberinto de Morgana.
No supo cuántos minutos pasó alli tirado boca abajo, pero la voz de Savannah fue la que le despertó. Por un momento pensó que estaba allí, pero en cuanto abrió los ojos vio la figura brillante de un patronus. Su cerebro volvió a reconectar en cuando entendió que Aedan y Catherine estaban en peligro. Se levantó tan rápido que se le nubló la vista momentáneamente, y le llevó un par de intentos desaparecerse de alli para ir hacia la zona antimagia.
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Del 1 al 10, ¿cómo de chungo se queda después de hacer lo de Morgana?
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