Castillo de Stirling

Tras haber dejado la cabaña de Imram y haber pateado un rato, intenté usar la desaparicion. Logré realizarla sin escindirme, pero su uso me dejó agotado nuevamenete. Apareci por las inmediaciones del castillo.

Hacia más de un año que lo habia perdido a manos de la Alianza. Soldados y Centinelas nos atacaron, produciendo que tuvieramos que evacuar a los magos y a las familias de sangre mágica que habiamos acogido alli. Nada se habia sabido de ellos tras aquella batalla, tras aquella evacuacion. Disgregados, suponia.

Tuvimos que ceder el lugar. Pero ahora seguiria ocupado? Me acerqué cautelosamente .Conforme avanzaba hacia mi antiguo castillo me di cuenta de que...no. No habia nadie alli. Nada, quiza solamente las ratas. Los destrozos seguían tal como los dejaron, tal como los vi dejarlos al tener que huir. Ni se hbian molestado en tomarlo, reconstruirlo, darle otro uso

"no, solamente nos lo arrebataron. Como hicieron con mi magia...."

Me embargó la ira nuevamente, fiel compañera, aquella de la que nunca me deshacia y nunca me abandonaba. Crucé la puerta principal llegando a ver aquella desolacion...tierra, polvo, ruinas. Poco podia hacer. Nadie alli, ni vigilantes, nada por el estilo. Volvería a alzar ese sitio, cuando recuperase mis fuerzas. Era probable que necesitase la ayuda de la gente de Ouroboros...tendria que acudir allí. No me quedaba mas remedio. Caminé, dirigiendome a mis antiguas dependencias. Con magia en un gesto de mi mano (bendita magia) aparté unos cuantos escombros que estaban en mi camino, atascando la puerta. Entré a la polvorienta estancia y cogí algunas cosas, las necesarias para escribir una misiva. Si no habia habido presencia de la Alianza alli, los cuervos habrian vuelto a su torre de mensajería. Asi que tras terminar aquello...sali y recorrí el castillo para ir a uno de los torreones. Efectivamente alli seguian algunos de los cuervos. Habian retornado a sus nidos al concluir la batalla, hacia cuanto, no podia saberlo. Pero até la carta a la pata de uno de ellos y le encargué que se la llevase a Adele. Ahora me faltaba esperar....quería noticias de los Bood Keepers y las quería ya.

Finalmente decidí aparecer en Stirling antes que en Ouroboros, poniendo primero la visita a Rybar que la visita al nigromante del Consejo de los 20. No sé si me arrepentiré de ello, pero creo que corre más prisa acudir aquí en primer lugar. El cuevo que he enviado será ya inútil, utilizando la aparición he llegado yo antes que él. Atravieso la puerta principal del otrora majestuoso castillo, que sigue prácticamente igual que tras el ataque que lanzó aquí la Alianza hace algún tiempo.

Durante más de 20 minutos recorro el lugar a solas, comenzando a preguntarme si se trata de una broma de Rybar al hacerme venir a un lugar abandonado. Puede que incluso lo hayan suplantado y sea una trampa. Historias de fantasmas vengativos vienen a mi mente mientras me adentro más y más en el lugar. Comienzo a impacientarme y a molestarme por haberme arreglado tanto para venir a un sitio así, pero mis intenciones esta noche estaban más destinadas a tratar de seducir a Matvey que ha jugar al escondite con el líder desaparecido. Comienzo a subir al torreón en el que tenían los cuervos, por si acaso sigue allí desde que me ha mandado el mensaje. Me recojo la capa y el vestido hacia arriba para no pisarlo y resbalar con los escalones, ascendiendo hacia donde creo que puedo encontrarlo. Su solitaria figura en aquel lugar bien podría confundirse con la de un fantasma, pero es él. Él con peor aspecto y brazos de menos.

- Rybar.- pronuncio su nombre en un susurro mientras me acerco a él, sintiendo curiosidad hacia lo que tiene que decir. - He venido en cuanto he recibido tu carta. ¿Dónde has estado todo este tiempo? - en la creciente oscuridad de la torre no me es posible observar claramente su expresión, cosa también difícil por el metal de su cara. - Todo el mundo te daba por muerto. Aliados y enemigos. ¿Fueron los humanos, ellos te hicieron eso?- pregunto en tono agresivo señalando a su nuevo estado, más mutilado que antes.

Permanecí en lo alto de la torre lo que me parecieron largas horas, mirando hacia el exterior y a la destrozada figura del Castillo de Stirling. Asi como la propia Stirling. No parecia que hubiesen cobrado interés en esta ciudad, pues ni se veian patrullas, y por el momento, ni rastro de algun Centinela o cualquier otro elemento de vigilancia. Escocia...siempre olvidada para aquellos del sur, salvo cuando habia que darle por saco.

Me preguntaba cuanto mas duraria esta calma, y cuanto tiempo tendria que invertir para reforzar el castillo, cuando oí pasos y escuché la voz de Adele. Me recorrió un escalofrio de angustia y odio al oirla, algo que no habia esperado sentir. Porque recordé todos aquellos meses en las dependencias de la Alianza, el ataque de los Renegados y la ausencia de los Blood Keeper. Todo lo que ellos podian haber evitado y no evitaron.

Me gire hacia ella, por instantes decidido a emplear mi recuperada magia y torturarla mentalmente. Pero yo, al contrario que ella, estaba debil. Y no habia sobrevivido a la muerte para caer ante un rival como Gaultier. Asi que el odio de mi mirada pasó entre nosotros dos como un espectro, dejando un frio vacio.

-En las dependencias del ejército de la Alianza. En sus cámaras, siendo objeto de sus mofas y experimentos. ¿Dónde habéis estado vosotros, me pregunto yo...?

Voz baja con un matiz acusador. Si, no habian movido un dedo por descubrir mi paradero.

-Pero no he muerto, que es lo importante. He conseguido sobrevivir y aqui estoy. Deberia preguntar si te sorprende...pero por tu cara veo que sí. Me he enterado de que habeis roto el pacto con los Renegados en mi ausencia. No debisteis hacer tal cosa. Aunque en verdad era algo que nos beneficiaba mas a nosotros que a ellos....

Pocas ganas tenia de hablar de mi decadente estado fisico ahora mismo, y ni mucho menos, de como habia logrado sobrevivir, llegar hasta aqui, y librarme del chip antimagia aquel. La organizacion era ahora mas importante.
-Responde a mi primera pregunta, Adele. - empleé una voz curiosamente suave. Queria que me respondiera a qué habian estado haciendo todo este tiempo, y en parte, aunque ya lo supiera, que me dijera por qué no habian movido un dedo por quien se suponia era su lider.

La mirada que me echa Rybar no deja lugar a dudas, destila odio y rencor a partes iguales. Parece que hace un esfuerzo en mudar ese gesto a otro de indiferencia y frialdad, pero no cuela. Eso me hace ponerme algo tensa, temiendo un posible ataque a traición ahora que estamos solos. En parte tiene razón para odiarme, pasé de él y de intentar buscarlo exhaustivamente. Por fin responde dónde ha estado, aunque me lo imaginaba, por el estado en el que viene.

- Lo suponíamos...por eso no pensábamos que estuvieses vivo a estas alturas. Casi nadie sale vivo de allí.

¿Una excusa? algo así, no esperaría que nos arriesgásemos a entrar allí sin saber si estaba vivo o no. Habría sido una completa locura hacer eso, no puede reprocharnos nada en realidad. Me acerco un poco más a él, pero todavía a una distancia prudencial para que no le de por arrojarme por la ventana del torreón. El viento gélido que entra por ésta hace que me estremezca un poco, haciendo que la capa se mueva ligeramente. Asiento a lo de romper el pacto, de eso no voy a avergonzarme.

- Tú no estabas, no tenía sentido mantener un pacto que hiciste tú. Además, no nos beneficiaba tanto, de todas maneras están atacando más a la Alianza. Si no nos metemos en su terreno no nos harán nada. Tampoco creo que nos beneficiase evitar atacar a esos traidores. - dejo de hablar casi al instante cuando me insiste en que responda a la pregunta usando ese tono suave pero de amenazante coacción. La respuesta que le de, sea cual sea, no le va a gustar.

- Estuvimos reclutando gente, encontrando una nueva base, tratando de hacer contactos...no hemos luchado activamente contra la Alianza, pero eso no quiere decir que hayamos estado quietos. Además, estamos buscando más poder por medio de los Descendientes. Tú también ganaste el torneo, deberías regresar a la isla. Puede que...deba ponerte al día. - no sé hasta que punto puedo confiar en Rybar para hablarle de lo que pretendemos hacer, pero prefiero tantear primero. - No te buscamos por eso, era una locura ir allí sin saber nada. ¿Qué quieres que te diga? es la verdad. Ahora que has vuelto supongo que querrás algo más que explicaciones,¿ no?

-Te equivocas, Adele. Junto a mi habian otros presos, magos tambien, que salieron vivos. Y mucho antes de alli. Es lo que tienen los Renegados, que parecen cuidar los unos de los otros. - Aparté la mirada de ella, soltando una especie de bufido cansado. Hastiado. Me giré dandole la espalda, poniendo mi mano sobre el frio pollete de piedra del ventanal de la torrecilla, mirando hacia afuera. Pero cerré los ojos, intentando hacer un esfuerzo.

-No los estoy defendiendo a ellos, no te confundas. Me dejaron alli tirado como el enemigo que para ellos represento. Salí de alli de otra manera.Los Renegados coordinaron un ataque a la base muggle, sacando a los que tenian de los suyos presos alli. Yo tuve que hacer un estupido pacto con un lider politico muggle para que me dejaran salir... que por supuesto no cumplí. Aunque casi muero por aquello.

Me daba igual que intentase excusarse, en parte, sabia que tenia razon. La sentí acercarse, pero no me movi de mi posicion. Volvi a abrir los ojos al anochecer que se observaba desde el torreon. Era en cierto modo...bello. Una recondita parte de mi interior, volvia a disfrutar de su insulsa libertad.

-Si lo tiene, Adele. Lo tiene y lo vamos a reestablecer y a mantenerlo. No podemos luchar a dos enemigos a la vez y veo lejano el momento en el que la caida de la Alianza venga de nuestra parte, asi que un poco de astucia, por favor. O la organizacion morirá en la mas absoluta soledad.

La invito a acercarse a mi lado junto a la ventana cuando prosigue hablando, para que me cuente que han estado haciendo. Lo de reclutar suena hasta satisfactorio...asi como lo de aquella pequeña base de operaciones.

- Lo sé. Debo volver a Ouroboros y conseguir ciertos apoyos. Como mago aun tengo un largo camino por delante. Y la Descendiente de Le Fay fue quien elegí como mi maestra. Espero que tenga en verdad algo que aportarme... -mis ojos entornados y mi modo de hablar pausado demostraban precaucion. Aquella maestra era otra de las personas que me habian dejado de lado.

- Exacto. Háblame de esos nuevos reclutas, y de ese refugio que dices. Respecto a la isla, en qué exactamente debes ponerme al dia?

Su modo de excusarse, como si hubiesen hecho lo correcto en no venir a por mi, causan que me gire a ella, perdida mi frialdad anterior, como un gato erizado. - YO habria ido a por cualquiera de vosotros. Locura? Locura? La locura fue permitir que tomaran algo vuestro! Yo habria ido a por vosotros, solamente porque sois MIOS. Entiendes? Y ellos no tienen derecho alguno.

Chasqueo la lengua con disgusto cuando parece echarme en cara que no sabemos cuidar tan bien de nosotros mismos como hacen los renegados, cruzándome de brazos en actitud cada vez menos receptiva. Justo lo que me imaginaba, no es una visita de cortesía lo que ha planeado para mí. Creo que yo también estaría enfadada si me hubiesen "abandonado" a mi suerte. Tampoco voy a a flagerlarme ni a disculparme en exceso por mi falta de actuación, si espera eso va listo.

- ¿Envidia de los renegados? ya sé que no los estás defendiendo, pero sí que detecto cierta envidia...- dejo que siga explicando cómo salió de allí, el pacto que tuvo que hacer con los humanos para que lo dejasen. Seguro que eso había herido su orgullo profundamente, casi tanto como las heridas físicas.

- Al menos tuviste al entereza para negarte a finalizarlo. No debes avergonzarte de ello.- intento acercarme un poco a él de ese modo, haciendo ver que admiro que haya sobrevivido. Me sitúo a su lado, junto a la ventana, mirándolo a pesar de que él esté absorto en el paisaje exterior. Tal vez necesite otro tipo de acercamiento para suavizarse un poco, aunque con lo rancio y amargado que es no sé si funcionará. Me molesta su idea de querer reestablecer el pacto, me causan bastante aversión los renegados en su totalidad, pero no creo que sea momento de discutir por eso.

- Como gustes, encárgate de eso. Si es que lo aceptan...no sé yo. Tengo mis reservas, pueden ser muy rencorosos también. Respecto a lo de Ouroboros no sé qué decirte. Andan con problemas propios. Hubo un asesinato, murió una del Consejo. Pero puedes probar, no te vendrá mal volver a entrenar tus habilidades después de tanto tiempo encerrado. - insisto en mi tono conciliador, prefiero tener a Rybar de aliado que de enemigo. Mientras pueda serme útil lo mantendré al lado. Ya tengo experiencia en eso, puesto que me casé con Franz Boas sólo por poder aspirar al trono de Francia, aunque he de reconocer que prefiero a Rybar, tiene algo que hace que no me caiga tan mal como el otro.

- Ah, los reclutas. Hay dos que son más interesantes, los hermanos Birdwhistle. Son bastante jóvenes, pero prometen. Sobre todo el hermano mayor, ya anda haciendo misiones. Luego hay soldados más básicos, magos que procedían de familias de sangre limpia pero que no son demasiado buenos. Podemos llamarlos para que te ayuden a reparar el castillo, y mientras marcharnos al refugio...o a Ouroboros a descansar, ¿vamos? - le ofrezco la posibilidad de marcharnos ahora, pero entonces estalla con una furia que me deja sorprendida, casi tanto o más que ese afán de posesión hacia su grupo. Al principio no sé cómo reaccionar, si soltándole una bofetada por ese arrebato o si tirándolo por la ventana. Me dan ganas de ambas, aunque puedo entender en parte su reacción, y lo mucho que de verdad le importa nuestro grupo y su causa. Puede que nos vea como algo más que un instrumento, cosa que no he sabido hacer yo. Me quedo un tanto parada mientras me debato entre las opciones anteriores, aunque al final opto por una tercera que creo que no se espera. Aprovecho la poca distancia que nos separa ahora para abrazarlo con fuerza, en parte para descolocarlo, en parte porque creo que eso lo callará unos segundos. Y otra pequeña parte porque me está dando algo de pena, después de todo resulta que sí tengo algo de empatía. Si protesta demasiado siempre estoy a tiempo de la opción de arrojarlo de la torre.

- ¿Envidia? No me hagas reir....

"pero está claro que algo tienen, cuando han aguantado tanto tiempo pese a ser unos sangres impuras que aceptan a los debiles entre su filas"

-No me avergüenzo. Pero sigue siendo despreciable que tuviese que rebajarme a ese nivel para poder sobrevivir. Al menos me queda el consuelo de que en ultima instancia traicioné a sus planes

No le cuento nada de aquel renegado que me ayudó, y ni mucho menos, de Imram, de mi hermana Katrina y de los dias que he pasado refugiado con ellos. No es que haya cometido algun acto de traicion por ello, al contrario. Con mi hermana fui una maldita tumba. Pero era algo que preferia reservar para mi.... Adele habia terminado por acercarse a mi, y aunque me lleva la contra en el asunto del pacto, accede a que lo maneje yo. Asentí con la cabeza, pues de sobra sabia lo rencorosos que podian llegar a ser tambien los Renegados. No eran ningunas hermanitas de la caridad....

El asunto del asesinato de una miembro del Consejo en Ouroboros, me pilla por sorpresa, la verdad. Pensaba que esos hechiceros estaban bastante mas "blindados" al ser, o al menos, parecer tan poderosos...
-¿A quien asesinaron? - pregunté con un tono de voz tirando a neutro, aunque no dejaba de entreverse cierta sorpresa. -¿ y cómo? - en ese instante no se me ocurrio sospechar de ella.

"Birdwhistle". Al parecer, una pareja de jovenes y prometedores hermanos. Eso habria que verlo. Supuse que ella estaba teniendo mas contacto con el par de dos para conocerlos asi, pero llegaria el momento en el que yo desearia conocerlos a ambos. Por otro lado, aquello de enviar a nuevos reclutas menos validos para la batalla a ayudar con la reconstruccion del castillo me parecio bien. No llegué a contestar a aquello, claro, porque fue entonces cuando tuve mi acceso de ira y se me olvidaron todos los planes.

La verdad es que aquella reaccion por parte de ella no me la estaba en absoluto, y de hecho podria decirse que consigue lo que ella queria: que me quede callado al momento unos instantes y deje de abroncar o alzar la voz, y dejarme descolocado al mismo tiempo. Lo cierto es que a parte de lo inesperado, es una sensacion rara. Soy -500% dado al contacto fisico, y mas cuando me encuentro debil. Me pone bastante nervioso que puedan notarlo. Pero aunque al principio me retraigo un poco sobre mi mismo, termino quedandome en el sitio. Por un momento puedo apreciar el agradable aroma del perfume de la mujer. No me doy cuenta de la fuerza que está imprimiendo a su abrazo hasta que me falta el aire y toso un poco.

- Para, Adele, está bien...no hace falta que me consuelen. - alzo mi brazo hasta su hombro, deshaciendo un poco el abrazo pero no de modo brusco. - Y ni mucho menos inspirar lastima a nadie, ni a ti. Lo que no te mata te hace mas fuerte.

"Y ya llevo dos de esas"

-Avisa a esos blood keepers a que vengan aqui a comenzar con el trabajo. Y vayamos a Ouroboros, lo primero. El refugio puede esperar un poco aún.

Es buena señal que no me haya apartado al instante tras mi acercamiento y posterior abrazo, aunque se note que no termina de estar cómodo por el modo en que intenta retraerse en un primer momento. Después parece quedarse algo más tranquilo, hasta que parece que le falta el aire y empieza a toser un poco. Aflojo un poco el abrazo y me aparto de él despacio, retrocediendo un único paso. Después de todo no ha salido mal, parece que se ha calmado y no me ha respondido como un cretino, haciendo aspavientos o algo por el estilo. Parece que no me va a tocar tirarlo por la ventana. Me da la sensación de que al pobre no le han dado muchos abrazos y que después de todo tampoco le ha disgustado tanto que yo lo haga.

- No te estaba consolando. Tómalo como tu saludo de bienvenida al mundo de los vivos. - prefiero callarme que un poco de lástima (pero un poco nada más) me ha dado, aunque es obvio que a nadie le gusta dar lástima, y menos a él que por su condición lo habrá inspirado más de una vez a lo largo de su vida. - Y tal vez como una pequeña disculpa por nuestra relajada actitud respecto a tu desaparición. - algo hice yo al principio para buscarlo, incluso me entretuve haciendo un pacto con un grupo de orcos del bosque para que nos ayudaran en diversas tareas. Lo reprochable es que dejé muy pronto de buscarlo, cuando las posibilidades de que estuviese vivo comenzaban a ser escasas. Reconociendo parte de "culpa" es más probable que podamos seguir relacionándonos dentro del grupo de los Blood Keepers, hay que tener cierta astucia para sacar adelante los planes y que sean viables. No quiero a Rybar de enemigo, no es conveniente.

- Claro que te hará más fuerte. Hay que arreglar lo del brazo primero. Supongo que en Ouroboros podrán ayudarte rápidamente. Enviaré cuervos para que unos cuantos subordinados vengan aquí mientras nosotros estamos en la isla. Respecto a lo que has preguntado antes sobre el asesinato... - no, no es momento para decir nada. Ni creo que convenga, creo que no lo aprobaría, al igual que desaprueba lo de la ruptura del pacto de no agresión con los renegados. Me encojo de hombros, fingiendo muy bien el papel de desinformada. - Kira Mandela. Por lo visto apareció asesinada en una fiesta que hicieron. Tampoco han dado muchos detalles, pero bueno...ya se sabrá algo. - espero que no lo descubran, pero si lo hacen....cuanto más tarde mejor. Dicho esto pongo una mano en el hombro de Rybar, murmurando un 'nos vamos' antes de desaparecernos ambos en dirección a Ouroboros.

Friederich y yo habiamos hecho una breve expedicion a los alrededores del parlamento de Londres. No habiamos podido acercarnos mucho porque alli habia un cordon de seguridad montado bastante impresionante, aparentemente, estaban recobrando la calma tras algun tipo de ataque .Yo apenas pude acercarme porque mi rostro no es lo que se diga alguno "vulgar" y a nadie le gusta ver al hombre del saco paseandose por ahi con su metálica faz. Pero aunque alli ya no vimos batalla alguna, y podria decirse que hasta reinaba la "paz", logramos algo de informacion al hacernos de modo ilegal con unos periodicos de la prensa humana. Llevaba el periodico en mi unica mano cuando aparecí alli, llevando a Fried conmigo, al que le habia pedido que se agarrase a mi hombro para poder teletransportarnos a la vez rumbo a las ruinas del castillo de Stirling. Lo primero que hice al aparecer fue un comentario sobre aquel periodico que tenia entre manos.

- Romper la tregua así. No suena como algo que harían los Renegados. - aquello era raro.

Indiqué a Fried con mi cabeza que echase a andar, aunque por fuera el castillo era ruinoso, por dentro albergaba salas arregladas. Habia pedido que lo dejasen destrozado por fuera en las tareas de reparacion para no llamar la atencion sobre nosotros. Digamos que por el momento, seguiriamos un poco aquel perfil bajo sobre el que Von Hammer habia hablado.

-Deberiamos aprovecharnos de esto, si hay una batalla inminente entre la Alianza y los Renegados puede ser nuestra oportunidad. No sé si esto será cosa de alguien de la organización...pero puede ser un buen comienzo. Me gustaría dar con los autores. - le decía mientras con un gesto de mi mano, moví unas piedras que se apartaron para descubrir una puerta que dirigía a una gruta subterranea del castillo alumbrada por antorchas. Cuando entramos, volvi a dejar la puerta cerrada. Caminaríamos por ahi y acabariamos llegando a una sala igualmente subterranea tras bajar algunas escaleras, del mismo estilo que el pasadizo, con antorchas, una mesa vieja en el centro, y algun estandarte con el escudo de la organizacion. Chasqueé la lengua al comprobar que Adele no habia llegado aun, y dejé el periodico sobre la mesa, mandando un mensaje a los blood keeper de confianza que deseaba que acudiesen hoy aqui.

Había una gran distancia para llegar al castillo, pero dado que era de noche fui a la máxima velocidad que mis vampíricas piernas pudieron permitirme. Lo que se resumió en 15minutos de viaje. Entré en el castillo y seguí las instrucciones que me habían enviado para llegar a la sala, y por el camino me encontré a Friederich y le saludé sonriente, ya que estaba de buen humor por alimentarme hacía poco tiempo.

Fried me guió hacia la gruta subterránea del castillo hasta la sala. La decoración era increíble, el contraste del ruinoso exterior con el estilo del interior me sorprendió gratamente. Llegamos a la sala y vi a Rybar en la habitación, le había visto en la sede un par de veces, pero no habíamos hablado directamente. Me acerqué a él y le ofrecí mi mano como saludo con la intención de que la besara - Muy buenas, ¿qué tal? Tengo una lista de bastantes personas y muchas cosas que contar, ¿quién falta por llegar? - Dije mientras me sentaba en una de las sillas y poniendo los informes encima de la mesa.

Acudo a la reunión planeada por Rybar en el castillo de Stirling usando el grifo invocado gracias a la estatuilla, volando desde Ouroboros hasta Escocia. Creo que no volveré por allí en una buena temporada, a ver si la puñetera Descendiente, sea quien sea, se olvida de mi y no le da por indagar más. Me ha estropeado un poco los planes de acercamiento a Matvey, con ella rondando no puedo intentar más reuniones con él o intentar que me haga su aprendiz. He de encontrar algún modo de envenenarla y quitarla del medio, antes de que de más problemas. Aterrizo en el patio interior del castillo, haciendo desaparecer el grifo que vuelve a ser una simple estatuilla con esa forma. Podría haber usado la desaparición, pero he preferido evitarlo porque puede ser contraproducente y tengo ya bastantes sospechas de haber quedado embarazada tras el encuentro con Matvey hace cosa de un mes. Me vendrá bien alejarme de aquello, por mi propia seguridad.

Recorro los gélidos pasillos del castillo hasta dar con la sala en la que se escuchan los murmullos propios de la gente reunida, entrando a la estancia mientras me bajo la capucha de la capa negra que llevo puesta. Saludo a los presentes mientras me aproximo a ellos, examinando uno a uno a todos los que han acudido. A Rybar lo conozco desde hace bastante, para bien o para mal, y ya sé por dónde cogerlo. A los otros dos no los conozco demasiado, a ella sólo de vista, y con él creo que he cruzado alguna palabra en algún momento, o tal vez me falle la memoria. Tomo asiento en una de las sillas libres, cruzándome de piernas.

- Creo que ya estamos todos los fieles que todavía seguimos en la batalla, ¿no? los que faltan deben ser tan pusilánimes que no consideran mover un dedo para venir hasta aquí- sentencio con dureza, refiriéndome con estas palabras a antiguos aurores desertores. Estaban cuando las cosas iban bien, pero al dejar de ir bien desaparecieron, muchos de ellos cobardemente, fingiendo una actitud que no era la suya. Los otros que faltan murieron por la causa.

- Espero que en este reunión consigamos llegar a montar un buen plan de acción. Tenemos que contar lo que hemos estado moviendo durante este tiempo, las cartas con las que jugamos, los posibles aliados. Necesitamos recuperar la gloria de los días pasados, que nunca debieron irse. Rybar, ¿en qué has pensado para esta reunión? - cuestiono a mi compañero, que ha sido quien ha mandado el mensaje, así que supongo que querrá empezar contando de qué va el asunto. Apoyo los brazos sobre la mesa, cruzando uno sobre otro, manteniendo la posición erguida.

La gente fue llegando con el tiempo...bueno...decir la gente...es mucho decir. Realmente, Shinobu y Adele eran las dos unicas que habian aparecido. Y para qué más? Mas vale poca gente, pero de confianza. Y eso era por ahora todo lo que necesitaba. Asi que no dejé que aquello bajase mi moral ni un poco.

"La paja es innecesaria en este mundo"

-Me alegra verte. - le dije a Shinobu, la vampira. Conocia el poder y ambicion de aquellas criaturas.  Tomé su mano, aquella que me ofreció, y la alcé gentilmente al tiempo que inclinaba un poco mi cabeza. La acerqué a mis labios pero no llegué a besarla, aquello me parecía un exceso de confianza o de contacto, aunque no por ello dejé de mostrar mis elaborados modales de caballero.

- Solo Adele. No espero que Maxwell Blake aparezca por ahora.

Pero la francesa aparecio pronto, hablando y tomando asiento. Yo mismo me senté, e invité a Shinobu y a Fried a hacer lo mismo en los asientos que teniamos alrededor de la mesa.
-Expandir un poco nuestros horizontes, somos demasiado pocos. Pero ultimamente han habido algunos sucesos que podrian beneficiarnos - dejé el periodico con lo de aquel ataque al London Eye sobre la mesa para que todos pudieran verlo. - Creo que ahi podemos tener aliados potenciales. - Shinobu  habia traido tambien muchos papeles, diciendo que tenia reportes que hacer, asi que dirigí mi mirada hacia ella.

-Puedes empezar.

Empecé a pensar por donde debería empezar, pero tenía tantos planes que simplemente escuché a Rybar, y cuando vi el periódico que también había traído yo me recordó un buen plan.

Eché un ojo a los papeles que llevaba para asegurarme de que estaba todo en orden, y dado que le habían dado la palabra extendió los distintos archivos que traía sobre la mesa con un cierto orden. Los archivos estaban separados por Bandos Y por encima sobresalía los nombres de Aares Kylee, Sook, Corvo Attano, Lykaios Knox, Ellyos Kakumei, Yaroslav Tolstoi, Emily Kaldwin, Silver The Free y Chloe Hacksaw.  Se puso de pie y comenzó:

- Dado que hoy había una reunión con los líderes del Consejo, he estado investigando el resto de Bandos y archivando la información de algunos de los integrantes de otros Bandos -

Señalé el que estaba encima del periódico y lo acerqué a mis acompañantes.

- Precisamente también he traído ese periódico y el archivo de Kathi, dado que la conocí brevemente, y aunque parece no pertenecer a ningún bando fue ella la que ocasionó, junto con otro, el incidente del Big Ben. Nada más conocerla noté su potencial... y su sangre sucia, nada más verla olí la magia en las venas pero al caer que fue ella la dragona que ocasionó el incidente me fue obvio saberlo. Sin embargo podríamos utilizarla para nuestras tropas, ya que comparte nuestra ambición por el poder y nuestras aptitudes, o... *Shinobu se transforma en Kathi* podríamos utilizar su apariencia para nuestro beneficio, de momento puedo transformarme en el nombre de estas personas, dado que Corvo a ayudado a proporcionar información. -

Dije con una sonrisa de prematura victoria en la cara, de momento esperaría a ver que les parecía, pero por supuesto no era el único plan que tenía. En los informes había mucha información que podía dar paso a decenas de planes.[/color]

Me cruzo de piernas mientras cojo con interés el periódico que me muestra Rybar, leyendo sobre un ataque en Londres que fue supuestamente en nombre de los renegados. Las fotos que acompañan a la noticia me hacen levantar una ceja con escepticismo, pues los atacantes no me recuerdan a ninguno de esos idiotas de los renegados. Es más, a uno de ellos lo conocemos por haber sido un antiguo auror. - Odio que causen problemas y no ser nosotros los culpables.- termino de leer la noticia, dejando el periódico a un lado para volver a mirar a Rybar. Obviamente me parece bien que causen problemas a la Alianza, pero deberíamos ser nosotros los que los pusiésemos en apuros.

- Tal vez sean aliados, pero necesitamos gente que no desaparezca ante la mínima dificultad, Rybar. Gente comprometida con la causa. - presto atención a Shinobu cuando empieza a sacar tantos papeles, señal de que se ha preparado bien la reunión. La información siempre es poder, llegando a ser un arma muy poderosa en numerosas ocasiones.  - ¿Alguna cosa de esas personas que podamos utilizar contra ellos o que nos pueda beneficiar? ¿qué fichado te parece más interesante? - cuestiono con interés para saber la opinión de la vampira, entornando levemente los ojos al escuchar el nombre que menciona. No, creo que no me suena, al menos de primeras.

- Una dragona podría ser útil como aliada, pero hay que tener en cuenta lo impetuosos que son. Ya hubo una traición por parte de un dragón al antiguo Ministerio, hay que andar con cuidado. - suelto un leve 'oh' de sorpresa al ver la transformación de Shino, una habilidad bastante útil para infiltrarse entre magos, al menos de manera temporal, pues si permanece mucho tiempo podrían captar comportamientos que la delatasen.  - Suplantación de identidad, ¿cuando empezamos? - sonrío de manera ambiciosa, pues por mucho tiempo he pensado que nos vendría bien alguien con ese tipo de habilidades, como otros que he conocido pero no estaban en nuestro bando. - Tu informador, el tal Corvo... ¿es de fiar? ¿no será un doble agente, no? - mejor aclararlo antes de empezar. Por mi parte tengo alguna información que dar, algunas ideas y planes que tengo en mente.

- Si queremos aliados o mejorar nuestra posición también pueden interesarnos el grupo conocido como Los Descendientes, y su isla Ouroboros. Si consiguiésemos ese lugar para nosotros sería una fortaleza casi inexpugnable, pero para ello deberíamos o bien conseguir que comulgasen con nuestra forma de actuar o bien purgar el Consejo de modo que eliminásemos a los que se nos oponen, a los que no quisieran vernos como "compañeros". En el fondo no perseguimos cosas tan distintas, deseamos preservar el legado mágico y seguir transmitiéndolo a las próximas generaciones, sólo que no comparten la idea de la supremacía sobre la raza humana. Detalles... - hago un gesto de desinterés con la mano, ya a punto de finalizar. - Ganaríamos gente poderosa para nuestras filas. - todavía no le cuento a Rybar el "pequeño" lío en el que me he metido por el asesinato de una de las componentes del Consejo, todavía queda noche para contarlo.

Observé todos los papeles que Shinobu extendió por la mesa. A algunos ya los conocia, como al lider de la brigada de las mil grullas, o a la joven Hacksaw, pero la mayoria eran fichajes nuevos.... No pude evitar sentirme complacido por la diligencia de la vampira. Asi que la dragona se llamaba Khati y ya habian entrado en contacto.

-Así que dragón...podemos hacer que se decante hacia nuestro favor. La prefiero en nuestro bando que en el de los otros

Coincidía con Adele en lo impetuosos que eran aquellos enormes reptiles, pero de modo adecuado se podia tratar con uno de ellos. La vi mutar de aspecto, al que decia era el de la dragona. Sonreí de lado al escuchar que podria hacer eso con cualquier fisico de la lista que nos habia dado.... aquello era un mundo de posibilidades.

-Magnífico. - miré nuevamente a los papeles de la mesa. - No creo que para empezar una alianza beneficiosa con un dragón el primer y mejor paso a tomar sea robarle su identidad, ya sabemos como de celosos de sus cosas son los dragones.... pero sin embargo eso puede servirnos muchísimo de cara a inculpar a los renegados de actos sanguinarios y terribles, para volver a los humanos mas en su contra y así obligar a la faccion magica a abrir los ojos. Podremos causar actos de terror y que la culpa se la lleven ellos. De momento, ningun bando nos tiene en cuenta como enemigos reales, creen que estamos demasiado debiles asi que...usemos eso a nuestro favor.

Volví a sentarme, me encontraba algo cansado. Me pasé una mano por la barbilla mientras las escuchaba hablar.
-A mi tambien me gustaria saber quien es ese tal Corvo...

Anuncié con mi habitual frialdad y desconfianza en la voz. Escuché a Adele sus pretensiones para con Ouroboros, y negué con cierta levedad.
-No se como planteas derrotarlos o robarles la fortaleza. No deberiamos ponerlos de nuestra contra, purgar a los que se nos oponen.... - yo habia comenzado a atar cabos ya, con eso que decia ella ahora, y comentarios previos. Lo que me contó aquel dia en la torre....- ¿En qué problemas te has metido ya con los magos del consejo, Adele? ¿La muerte de la joven....?

- Corvo... nuestra relación es algo complicada, incluso para los vampiros. Yo le enseño Disciplinas y él me alimenta con su sangre, ya que la sangre de su clan es de las más deliciosas. Sin embargo es un neófito, no tiene las cosas claras, pero de mientras hace misiones para nuestro bando y nunca se le da más información que necesita para cumplir la misión, seguramente lo reconoceréis de vista -

*Shinobu se transforma en Corvo*

- ¿Os sueno? Sí, ¿verdad? De todas formas no os preocupéis por él... osea, por mi... ya que puedo borrar, robar y crear recuerdos con mi disciplina, y dado que la he usado muchas veces con él me bastaría con mirarle a los ojos -

*Shinobu se transforma en ella de niña* mientras reordena los papeles que había escampado y escucha a sus compañeros... Un fortaleza inexpugnable... Allí podía incluso enseñar a vampiros para nuestras filas... pero eso en caso de que consigamos tal fortaleza.

- La verdad es que suena bien lo de la fortaleza, incluso podríamos aliarnos con ellos fingiendo un cambio de mentalidad y reservar nuestra obvia superioridad para nuestras reuniones... - Puse una maliciosa sonrisa.

- Además, otra posible forma de infiltración es la transmutación de ahora, ya que los bandos como la Alianza o la Brigada tienen debilidad por los débiles, valga la redundancia

Concuerdo con Rybar en que no es buena idea cabrear a un dragón suplantándolo, pero no estoy tan de acuerdo en que sea efectivo atacar en nombre de los renegados. Suspiro con cierto aburrimiento, negando con la cabeza. - Rybar, a la Alianza le da igual de quién vengan los ataques. Para ellos todos somos lo mismo. Y aunque vayan a cebarse contra los renegados...¿ acaso no lo han hecho ya antes? y ellos han respondido atacando. Ellos también luchan contra la Alianza casi como nosotros, digamos que nos diferencia el hecho de que nosotros queremos arrasar y esclavizar a los no mágicos porque son claramente inferiores y durante siglos hemos tenido que escondernos por su culpa, más para protegerlos a ellos que a nosotros. Los renegados...supongo que sólo quieren acabar con la Alianza como tal. Matices.- sonrío de manera sutil a Rybar, esperando que capte que eso de atacar en nombre de otros no me atrae demasiado. El sigilo está bien hasta cierto punto, cuando puede traer beneficios, pero no le veo muchos.

- Que crean que somos débiles tampoco sé si nos beneficia. Es cierto que nos falta mucha gente válida, pero parecer débiles ante los renegados tampoco sé si nos serviría de mucho, ahora mismo no somos su enemigo principal. Los tiempos en los que éramos uno de sus principales azotes quedan algo lejos. Puede que sea mejor así, primero encargarnos de los humanos y ya luego nos encargaremos de esos estúpidos renegados buenistas defensores de los no mágicos. Sólo porque algunos no lleven armas y ataquen no quiere decir que sean de fiar o merezcan un lugar entre los magos. - cruzo los brazos bajo el pecho en actitud defensiva ante el comentario de Rybar sobre mi propuesta de los Descendientes, como si fuese una mala idea. No hace falta que le diga nada, él mismo da en el clavo con lo del asesinato de Kira.

- Sí. Yo la maté.- confieso con frialdad y sin ningún tipo de remordimiento, pues si formaba parte de mi plan no iba a detenerme por pena o algo así. Temo que la mentalista aquella vuelva a acceder a mi mente, pues es cuestión de tiempo que me encuentren si finalmente obtienen pruebas de que he sido yo. - Quería que hubiese crisis entre ellos, que desconfiasen...y dejar libres puestos en el Consejo, tal vez pudiéramos ocupar algunos. - dejo caer mi idea, aunque ahora que sospechan de mi no creo que sea factible. Por eso, hay que eliminar evidencias, y la primera en caer debería ser la mentalista aquella. Muchos frentes abiertos, por eso cuantos más aliados mejor.

Escucho lo del tal Corvo, que me suena como a una especie de mercenario para la vampira, según los datos que da. Estos vampiros y sus vínculos siempre me han dado escalofríos, pero pueden ser aliados poderosos, justo lo que necesitamos. Trato de reconocer al vampiro varón en el que se transforma Shinobu, que puede que me suene de vista. Lo que sí que reconozco es que me resulta bastante atractivo, por lo que hago el instintivo gesto de morder ligeramente mi labio inferior mientras le pego un repaso de arriba a abajo.

- Entonces contamos con cambios de apariencia y posibles modificaciones de recuerdos y memoria, ¿no es así? - pregunto cuando vuelve a su forma de niña para asegurarme de que lo voy siguiendo, agradeciendo que muestre apoyo en eso de usar Ouroboros como lugar seguro. - Tocará fingir por ahora, sí...aunque yo estoy en su punto de mira por ahora. Tengo que deshacerme de una con control mental que me ha localizado. Evitaré subir demasiado por la isla, por ahora. Shinobu, si Rybar te lleva allí tendrás que adoptar otro aspecto, pues tras el asesinato de esa chica no permiten la entrada de nadie nuevo. Respecto a la infiltración...creo que a la Alianza sólo le interesan los débiles para poder usarlos en sus experimentos, como carnaza en los campos. Y está el problema de que detectan a los seres mágicos con sus escáneres, por mucho que uses una apariencia diferente - trato de ordenar mis ideas para poder ir sacando algo en claro, ordenando las piezas que tenemos.

- De acuerdo, sobre el dragón...averigüemos qué quiere para que se una a nuestro bando, todo el mundo quiere algo. Shinobu podría intentar contactar para hacerle la oferta. Rybar, tú todavía tienes el beneplácito de los Descendientes, tratemos de ponerlos de nuestro lado, por ahora. Ya nos haremos hueco más tarde, por no echarnos más enemigos encima. Si te preguntan por mi no sabes nada. La infiltración podría funcionar para algo puntual, como suplantar a algún líder para conducir a los suyos a alguna batalla trampa.

-No me meteré en vuestros asuntos de clanes. Si sois capaces de controlarlo entre vosotros, entonces, está bien. Vuestros pactos son vuestros - la vampira cambió de nuevo de aspecto, esta vez, supuse que a la de aquel neófito del cual nos estaba hablando. Ladeé levemente mi cabeza, tratando de recordar si el aspecto del joven me sonaba o no.

-Una disciplina util. - yo mismo tenia algo similar, no tan desarrollado, claro está, pero podia hundirme en los recuerdos de la gente y robarlos o alterarlos. Asi que si decia que era util, lo decia con uso de razon. - Encárgate entonces de que tu...neófito siga por el buen camino, entonces.

Seguía con mis ojos las transformaciones de la vampira, ahora era una infantil version de si misma. Yo seguia sentado en mi silla, acusando el frio que hacia en este lugar, pero sin demostrarlo, mientras que volvi a observar los papeles de la mesa con aire abstraido.

-Son muy poderosos. Necesitariamos aliados dentro de la isla. Hay demasiados...legerementes alli. Podrian descubrir en seguida cuales son nuestras intenciones. Sin embargo, puede hacerse. Una falsificacion de identidad, Shinobu, podría sernos muy util allá arriba. Si creamos la suficiente discordia entre ellos....

Escuchaba a ambas valorando en mi cabeza sus posiciones y habilidades. Que yo fuese terco no queria decir que no escuchase las opiniones del resto de la orden, no era ningun tirano. Asi que Adele habia matado a la chica...por que seria que ya lo estaba sospechando?
-No va a ser tan facil como matar a uno de ellos y que te ofrezcan su puesto, Adele. Asi que tu la mataste...y por eso dices que estabas en un lio. Supongo que habrán leido tu mente. - la miré a los ojos y lancé un vistazo de reojo a la vampira antes de mirar nuevamente a la francesa. - Puedo eliminar esos recuerdos de tu mente, aquellos en las que conspirabas para matar a kira, y todo lo relacionado. Si no dejaste pruebas, y las unicas pruebas son tus recuerdos, entonces eso podemos arreglarlo. Borrarlo. No volveriamos a hablar de ello. A todas luces...serias inocente. Y la bruja con control mental que te ha identificado... podemos intentar algo con ella tambien. Si vuelve a hurgar en tu mente no verá nada y no tendrá pruebas.

Me puse en pie nuevamente, me encantaba la idea de poder perpetrar una infiltracion. Adele dejó claro que de todos modos, infiltrarse en la Alianza era directamente imposible, puesto que poseian escaneres por doquier para identificar a los seres con magia. La escuché y terminé asintiendo.

-Está bien. Iré a Ouroboros. Shinobu vendrá conmigo...te llevaré para que puedas verlos. Si queremos ganarnos adeptos entre ellos o causar que se debiliten y se abran brechas, creo que podrías...adoptar el aspecto de alguien interesante y propiciar otro asesinato. Pero con testigos, claro está.... Por un lado podemos empezar con eso.

Mientras mantenían su conversación, recordé tener un par de libros en mi biblioteca sobre Auspex, una disciplina que podría aprender para comunicarnos telepática-mente e impedir que a Adele le leyeran el pensamiento. Pero tardaría casi un mes en aprenderlo hasta ese nivel, por lo que descarté esa posibilidad para ahora, pero en un futuro...

- Me parece bien empezar por ahí, supongo que el plan será que al infiltrarnos tenga que hablar con alguien con cierta reputación, veo su forma de ser y sus gestos durante un rato, después a las horas lo secuestramos, me hago pasar por el cometiendo alguna locura mientras tú le robas la memoria. Será fácil escapar de allí si de noche, salimos por una ventana y volver a donde estemos aposentados - Dije mientras dibujaba un plan de huida.

- En el caso de que algo salga MUY mal siempre podemos escapar volado. A menos que tengan conjuros protectores como Protego máxima, Fianto duri e Repello inimicum - Dejé de dibujar, guardé todo en la bolsa y sonreí.

Hacía tiempo que no utilizaba mi transformación de batalla - Y, Adele, no te preocupes por lo de la chica que mataste, miles de vidas han sido tomadas por nuestras manos, ya se nos ocurrirá algo -