Recuerdo del primer mensaje :
Las Tierras Altas de Escocia (en inglés: Highlands o Scottish Highlands), es una región montañosa del norte de Escocia. Es un área con baja densidad de población y con un relieve muy variado, por lo que es un buen lugar donde refugiarse.
A Noligma no le gustaba el cambio de situación que había tenido ese evento, cambiando a una buena ejemplar de hembra elfa por lo que parecía el exponencial del atractivo varonil de un Centauro, Noligma sentía que había sido perdido de vista por toda mujer de la sala quienes ahora se centraban en ese adonis equino. Noligma no le gustaba la competencia, especialmente la competencia con la cual no podía competir.
Por que todos sabemos lo que piensan las mujeres cuando vez un ejemplar de semental de Centauro, atractivo varonil y gentil... ¡En ponis! pequeños y adorables ponys! Greed era pequeño, pero no tenia la gracia y agilidad de un pony, ni podía volverse dulce y rosado, haciendo cosas para salvar al mundo con el poder de la magia de la amistad.
Tal vez por eso el trato de Noligma fue un tanto hosco en esta situación.
-Ni a mi, ni a nadie nos gustan los Spoilers, pero ya que las estrellas se lo han dicho ¿le han dicho de paso como acaba esto?... aparte de convertirse todo esto en un erial cuando Uroboros no sepa de su emisarios y manden a tomar por culo toda esta tierra en fuego mágico radiactivo.
dejando esa visión en el aire Noligma espero que las negociaciones se volvieran mas fructíferas y menos amenazantes, y eliminar cualquier imaginación sobre ponis... espera... ¿Y si "my little pony" resulta que era en un futuro postapocaliptico? ¡Mierda!
-Pero por favor, explíquenoslo con pelos y coces, ... como si fuéramos tontos y no entendiéramos, tenemos en el grupo gente no ilustrada.
No señalo a nadie, pero era evidente que el dragon destacaba por no tener paciencia, una señal de una deficiente educación, cualquiera que haya ido a un colegio, aprende a esperar hasta 8 horas de sufrimiento.
Por que todos sabemos lo que piensan las mujeres cuando vez un ejemplar de semental de Centauro, atractivo varonil y gentil... ¡En ponis! pequeños y adorables ponys! Greed era pequeño, pero no tenia la gracia y agilidad de un pony, ni podía volverse dulce y rosado, haciendo cosas para salvar al mundo con el poder de la magia de la amistad.
Tal vez por eso el trato de Noligma fue un tanto hosco en esta situación.
-Ni a mi, ni a nadie nos gustan los Spoilers, pero ya que las estrellas se lo han dicho ¿le han dicho de paso como acaba esto?... aparte de convertirse todo esto en un erial cuando Uroboros no sepa de su emisarios y manden a tomar por culo toda esta tierra en fuego mágico radiactivo.
dejando esa visión en el aire Noligma espero que las negociaciones se volvieran mas fructíferas y menos amenazantes, y eliminar cualquier imaginación sobre ponis... espera... ¿Y si "my little pony" resulta que era en un futuro postapocaliptico? ¡Mierda!
-Pero por favor, explíquenoslo con pelos y coces, ... como si fuéramos tontos y no entendiéramos, tenemos en el grupo gente no ilustrada.
No señalo a nadie, pero era evidente que el dragon destacaba por no tener paciencia, una señal de una deficiente educación, cualquiera que haya ido a un colegio, aprende a esperar hasta 8 horas de sufrimiento.
Volteó el gesto en dirección al dragón, escuchando con total atención lo que comentaba de los bosques europeos: no solo el cambio climático, sino que la sobreexplotación, las olas de calor, los incendios habían cambiado el dosel forestal. A ello había que sumarle la guerra. La IA había restaurado parte de ellos, sí, pero el daño ya era cuantioso y de difícil retroceso. Y Daniel se había centrado en los bosques europeos, pero no contaba con el maltrato de las selvas y bosques tropicales, las tundras, los casquetes polares mermados a niveles nunca antes visto, los bosques de montaña, los ríos y los océanos sobrecalentados, acidificados y contaminados. El plástico campaba a sus anchas por doquier. Y por supuesto los movimientos poblacionales, como decía Daniel: se decía que parte de la guerra de Siria que asoló aquella zona se debía a olas de calor que habían destrozado las plantaciones de pimienta. Y es que, la magia que allí bullía iba a ser necesaria para poder sanar a Gaia y el bosque de Ouroboros ya no iba a poder ayudar. -Incluso, nuestros bosques, están enfermos- Informó a la elfa, recordando aquella sustancia negra de significado incierto, que absorbía la magia de la isla flotante. Miró a Amaya buscando su aprobación para tratar el tema.
Los susurros del bosque parecieron empezar a cambiar el tono. Captó movimiento de entre los bosques y apareció un ejemplar de centauro como hacía mucho tiempo atrás que no había visto. Le mostró sus respetos en cuanto apareció delante del grupo, de la misma manera que lo hiciera el resto de la naturaleza. Aquel era un porte regio, quizás fuera Orynth. Así lo esperaba, estaba un poco harta de mediadores que no llevaban a ninguna parte, que lo único que hacían era cerrarse en banda y mostrarse discordante con todas las ofertas. Y eso que iban por las buenas, llegan a ir de malas…
Lanzó una mirada significativa a sus compañeros y comenzó a andar, detrás del centauro. Ya había sido Amaya la que les había presentado, de modo que no insistió -Mi señor, confío en que las estrellas le han confiado en que nuestra visita no es a mala fe y que buscamos la colaboración y la comunión entre las distintas partes, después de haber sucumbido a los efectos de la máquina que arrasó la tierra. Gaia está herida- Lanzó una mirada reprobatoria a Noligma cuando soltó aquello del erial, o lo de la tierra radioactiva, o una confrontación… y cuando soltó lo de las coces… cogió aire y se llevó la mano a las sienes, apretándolas con fuerza. Maldijo para sí misma, esperando que aquellas palabras no hirieran el orgullo, ya de por sí grande y sensible, del centauro. Con todo, había preguntas que podrían resultar de respuesta interesante.
Los susurros del bosque parecieron empezar a cambiar el tono. Captó movimiento de entre los bosques y apareció un ejemplar de centauro como hacía mucho tiempo atrás que no había visto. Le mostró sus respetos en cuanto apareció delante del grupo, de la misma manera que lo hiciera el resto de la naturaleza. Aquel era un porte regio, quizás fuera Orynth. Así lo esperaba, estaba un poco harta de mediadores que no llevaban a ninguna parte, que lo único que hacían era cerrarse en banda y mostrarse discordante con todas las ofertas. Y eso que iban por las buenas, llegan a ir de malas…
Lanzó una mirada significativa a sus compañeros y comenzó a andar, detrás del centauro. Ya había sido Amaya la que les había presentado, de modo que no insistió -Mi señor, confío en que las estrellas le han confiado en que nuestra visita no es a mala fe y que buscamos la colaboración y la comunión entre las distintas partes, después de haber sucumbido a los efectos de la máquina que arrasó la tierra. Gaia está herida- Lanzó una mirada reprobatoria a Noligma cuando soltó aquello del erial, o lo de la tierra radioactiva, o una confrontación… y cuando soltó lo de las coces… cogió aire y se llevó la mano a las sienes, apretándolas con fuerza. Maldijo para sí misma, esperando que aquellas palabras no hirieran el orgullo, ya de por sí grande y sensible, del centauro. Con todo, había preguntas que podrían resultar de respuesta interesante.
No tardó mucho entre el discursito y que el centauro apareciera, por lo que asumió lo que debía asumirse. Se levantó lentamente, pues entendía de cierta manera la energía de respeto que el bosque tenía hacia él, y que no podía estar tan desenfadado frente a él. Al menos les habían quitado las luces del suelo, que ya era ganancia al no saber lo que significaban. Comenzaron a andar detrás del centauro. Casi hubiera esperado que su participación fuera menos elocuente, porque entonces significaba que tenía que seguir haciéndola de mediador y no solo de guarda espaldas. Se le daba mejor destruir relaciones que construirlas. Tanto así que si Noligma no le fuera tan divertido, hasta lo pateara. Tenía cara de ser aerodinámico.
Mientras caminaban por el bosque tratando de adular al centauro gigante, se preguntó si las druidas también responderían a él, o i solo lo habían aceptado como medio para un fin. Decidió tomar a Sarah por el brazo para atrasarla un paso del grupo y preguntarle en el oído con su voz baja y decadente.- ¿También escuchas al bosque? - Necesitaba saber si era el único que percibía cosas por ahí, por si había que advertirles si algo pasaba o se darían cuenta por sí solos. Tras aquello, el aroma de la pelirroja le llegó al pecho y, definitivamente, no olía a vainilla. Dejó ir a la mujer tras acomodarle un mechón tras la oreja, volviendo con el grupo. No quería atosigar al centauro con preguntas, así que se mantuvo alerta.
Mientras caminaban por el bosque tratando de adular al centauro gigante, se preguntó si las druidas también responderían a él, o i solo lo habían aceptado como medio para un fin. Decidió tomar a Sarah por el brazo para atrasarla un paso del grupo y preguntarle en el oído con su voz baja y decadente.- ¿También escuchas al bosque? - Necesitaba saber si era el único que percibía cosas por ahí, por si había que advertirles si algo pasaba o se darían cuenta por sí solos. Tras aquello, el aroma de la pelirroja le llegó al pecho y, definitivamente, no olía a vainilla. Dejó ir a la mujer tras acomodarle un mechón tras la oreja, volviendo con el grupo. No quería atosigar al centauro con preguntas, así que se mantuvo alerta.
--Así es, General. Estaba esperándoos, sí, pero no así el resto de residente del bosque. A veces, un alma ignorante es más feliz que una conocedora- Advirtió el centauro con aquel paso firme, pero tranquilo. El bosque a su alrededor se movía en sintonía a sus pasos, como si respondiera a su presencia y abriera el camino para que pasara tanto él como su grupo. Tuvo que bajar la mirada desde toda su altura hacia Noligma cuando advirtió que aquel lugar podía haber quedado reducido a cenizas gracias a Ouroboros -Aprecio vuestra advertencia pero dudo que la verdadera Descendiente del grupo quiera acabar con el bosque, no es eso lo que dice- Y con esa frase guardó un poco más de silencio mientras caminaban. ¿Era consciente Noligma de lo fácil que sería para Orynth simplemente...pisarlo con uno de sus cascos? El menosprecio a alguno del grupo sobre ser "letrado" hizo que el centauro frunciera el ceño -Apreciaría que no abrierais más el pico- Una advertencia hecha en tono neutral pero en el que se dejaba entrever que tampoco se lo pensaría mucho para cerrárselo él mismo.
Sarah, sin embargo, la verdadera líder -Colaboración y comunión ya hay, Sarah Darwin pero el desequilibrio es palpable y acabará afectando por completo bosques, ríos y criaturas por igual- Tras unos 20 minutos de caminata, finalmente llegaron a un claro lo suficientemente amplio para ver el cielo estrellado. Era allí donde solía reunirse con el resto de las razas habitantes del bosque. Apoyó su lanza en el piso y con gesto pensativo vio a los cuatro para luego dirigirse nuevamente a la pelirroja -¿Qué está sucediendo en Ouroboros? ¿Tiene algo que ver vuestro experto en artes oscuras con lo que ocurre en vuestros bosques?- Inquirió y tras eso desvió la mirada a Amaya, ignorando a Noligma.
Escocia► Febrero 2.042► Anochecer► Misión 3Sarah, sin embargo, la verdadera líder -Colaboración y comunión ya hay, Sarah Darwin pero el desequilibrio es palpable y acabará afectando por completo bosques, ríos y criaturas por igual- Tras unos 20 minutos de caminata, finalmente llegaron a un claro lo suficientemente amplio para ver el cielo estrellado. Era allí donde solía reunirse con el resto de las razas habitantes del bosque. Apoyó su lanza en el piso y con gesto pensativo vio a los cuatro para luego dirigirse nuevamente a la pelirroja -¿Qué está sucediendo en Ouroboros? ¿Tiene algo que ver vuestro experto en artes oscuras con lo que ocurre en vuestros bosques?- Inquirió y tras eso desvió la mirada a Amaya, ignorando a Noligma.
El discurso de Noligma la hizo parpadear con sorpresa. ¿Aquel de qué iba amenazando a diestra y siniestra? Nada más volver iba a revisar su ciudadanía en Ouroboros. Quizás era refugiado y podía patearle el culo de la isla por hablar sin autorización -¿Quién? ¿No es eso lo que dice quién?- Insistió Amaya porque eso de las estrellas y la energía y … Todo eso siempre le parecía ajeno. No es que no creyera en ello, bastantes cosas había vivido con Sarah y otras tantas con Vishous pero…
No le pasó desapercibido que Daniel se retrasó con Sarah y le echó un vistazo al dragón que en ese momento le acomodaba un mechón de pelo. La irritación que le recorrió hizo que apretara con demasiada fuerza los dientes, soltando un "tsk" obstinado. Alejó la vista de Sarah, sinceramente, no podía verla en ese instante. Quería que acabaran esa misión y salir de allí, ir a entrenar y pegarle cuatro derechazos a Vishous por alentar sentimientos que no iban a ningún lado.
¿Por qué decía que ya había colaboración? ¿De qué hablaba? ¿Había bajado alguien de Ouroboros antes? Amaya frunció el ceño y volvió a concentrarse en el centauro -¿Qué os hace creer que está pasando algo en Ouroboros?- No iba a regalar información a un tipo que acababan de conocer y no le importaba lo que opinara Sarah. Podía ser el mandamás pero aquello olía fatal. Y le sentó aún peor cuando vinculó a Noligma y la miró. Era cierto que el Descendiente Cohen iba a trabajar con Rasputín porque sospechaban que lo que afectaba la zona inexplorada era algo oscuro. La General se cuadró en su posición con el gesto mortalmente serio -No- No mintió realmente -Vinimos aquí por un crecimiento inusitado de magia y no sabíamos si sería oscura o blanca así que cubrimos todos los escenarios posibles- Chúpate esa – General precavida vale por dos-
No le pasó desapercibido que Daniel se retrasó con Sarah y le echó un vistazo al dragón que en ese momento le acomodaba un mechón de pelo. La irritación que le recorrió hizo que apretara con demasiada fuerza los dientes, soltando un "tsk" obstinado. Alejó la vista de Sarah, sinceramente, no podía verla en ese instante. Quería que acabaran esa misión y salir de allí, ir a entrenar y pegarle cuatro derechazos a Vishous por alentar sentimientos que no iban a ningún lado.
¿Por qué decía que ya había colaboración? ¿De qué hablaba? ¿Había bajado alguien de Ouroboros antes? Amaya frunció el ceño y volvió a concentrarse en el centauro -¿Qué os hace creer que está pasando algo en Ouroboros?- No iba a regalar información a un tipo que acababan de conocer y no le importaba lo que opinara Sarah. Podía ser el mandamás pero aquello olía fatal. Y le sentó aún peor cuando vinculó a Noligma y la miró. Era cierto que el Descendiente Cohen iba a trabajar con Rasputín porque sospechaban que lo que afectaba la zona inexplorada era algo oscuro. La General se cuadró en su posición con el gesto mortalmente serio -No- No mintió realmente -Vinimos aquí por un crecimiento inusitado de magia y no sabíamos si sería oscura o blanca así que cubrimos todos los escenarios posibles- Chúpate esa – General precavida vale por dos-
Noligma se fue percatando de como todo el mundo lo miraba con gesto cada vez mas odioso, Noligma lo vio claro ¡EL EFECTO PONY! por que claramente sus palabras sin sentido y amenazantes no tenían nada que ver, aunque reconocerlo no le calmaría, por que es curioso como el centauro claramente lo amenazaba con su "politico tono neutral" pero claramente amenazaba con matarlo allí mismo, pero nadie salía a defenderlo, como si lo apoyaran. ¡HIPOCRESIA!
-Hace un momento nos amenazaron con encerrarnos, creo que una amenaza así no es desproporcionada, para que se lo piensen dos veces antes de volver a amenazar nuestras vidas ¿No crees?
No obstante estaba claro que incluso con esa Respuesta Amaya parecía haberle perdido el respeto.
(MIERDA! las estoy perdiendo... bueno, seamos honestos, no es solo las chicas lo que estas perdiendo... este plan se me esta llendo al garete.)
Noligma no era un ser altruista, y aunque estaba contratado para ayudar, lo cierto es que pretendía sacar mayores beneficios, conocer como ayudar a los bosques, secuestrar ese fantástico medio mágico, esa solución y luego venderla al mejor postor, todo el mundo necesita recursos, agua, madera, metales, telas, ganado... controlar las fuentes primarias, monopolizarlas, es lo que realmente hace a uno rico, ayudar a Greenpeace, es de ingenuos.
No obstante si el centauro ayuda, y contribuye al crecimiento de los bosques de uroboros, no solo perdería una oportunidad única de dinero, sino una mejor contribución económica, la guerra o el conflicto. Si este centauro ayuda, las relaciones diplomáticas entre seres fantásticos, y magos, implicaría la caída en bolsa de los productos obtenidos de estas criaturas, polvo de hadas, pelo de ninfa, cuerno de centauro, orejas de elfo... ect. ¿Y adivináis quien vende alguno de esos productos? Si, Noligma.
Uroboros podría convertir a Orynth en un héroe por salvar sus bosques, y eso desbarataría todo por cuanto hacia este trabajo.
(O bien busco la manera de matar a ese maldito centauro o bien, de que Sara y Amaya se enemisten con él)
Ambas soluciones se veían claramente difíciles de ejecutar, por un lado matar a Orynth y provocar una guerra estaba bien, pero hacerlo sin quien se supiera que fue Noligma seria difícil, y no quería enemistarse con elfos, magos, brujas, enanos y demás criaturillas del bosque el mismo día, por otro... aun no era tan Buen mago, así que probablemente cualquier intento de asesinato que no fuera hacerle tragar directamente un veneno mortal, simplemente fracasaría, y lo dejaría como principal sospechoso.
Sarah parecía incapaz de querer tomar ninguna decisión belicosa, ya lo había demostrado por activa y por pasiva, así que con ella no podía contar, Amaya parecía algo impetuosa, especialmente a la hora de defender a Sarah, así que el único escenarios que se le ocurrió, fue usar algún conjuro de control sobre Orynth, para atacar a Sarah, que Amaya interviniera y hiriera de gravedad a Orynth, relaciones rotas, guerra y por tanto beneficios. Una lastima que se saltara la clase de practicas del conjuro "imperio" en la facultad de Uroboros. ¡Maldita sea!
Tendiendo en cuenta que no veía ninguna forma de ganar algo de forma inmediata, Noligma dio por echo que se trataba de una mala inversión haber venido a este lugar, aunque todo buen comerciante busca la forma de convertir una perdida en un beneficio, aun no encontraba su beneficio, de todas formas si quería obtener un beneficio en un momento dado, necesitaba contar de nuevo con sus aliados. Noligma había actuado impulsivamente y se había enemistado con todos, de golpe y porrazo.
Si quería, siquiera una oportunidad cuando llegara el momento, necesitaba aliados, no tenerlos a todos en su contra, debía volver a ganárselos a todos, pero para empezar a subir, debes empezar por el eslabón mas bajo, el único con el que no había tratado, por su miedo visceral a una criatura que podía ser mas codiciosa que su oscura y enfermiza alma.
Ya que Orynth le mando a cerrar el pico, Noligma se alejo de él, Sarah y Amaya, que claramente no querían verlo cerca de nuevo, y las jóvenes estaban ocupadas con él, después de haber mediado durante todo el camino, ahora le dan la espalda, pues se buscaría nuevos amigos, Noligma dirigió su atención al joven de pelo negro, el único que además de él estaba haciendo poco o nada en aquel lugar mientras trataban con el centauro. El dragón. Así que se acerco a Daniel Bennett, y le hablo en voz baja, como queriendo no interrumpir a los "importantes", y no mantener una charla en privado que otros quisieran conocer.
-Entonces...- dijo como quien no quería la cosa, como si fuera de lo mas natural hablar con su amigo pelinegro- ¿A ti también ter contrataron para ayudar a esta misión ¿Es por el dinero o tienes algún interés en especial?
No es que no le hubiera hablado por que no fuera alguien social, Noligma tenia miedo de aquello que tenia especial potencial en matarlo, y los dragones... no son muy conocidos por ser sociables con las razas humanoides, precisamente, así que técnicamente arriesgaba el pellejo al tratar con él, pero quería saber que tan puesto estaba por la causa, y por supuesto, su opinión y que tan manejable seria si intentara incentivarlo a hacer algo, si la oportunidad llegaba.
-Primero confiamos en los enanos, y nos traicionaron, luego en los elfos, y nos traicionaron ¿crees que es buena idea ahora confiar en el centauro? No insinuó nada, solo quiero saber tu opinión profesional.
-Hace un momento nos amenazaron con encerrarnos, creo que una amenaza así no es desproporcionada, para que se lo piensen dos veces antes de volver a amenazar nuestras vidas ¿No crees?
No obstante estaba claro que incluso con esa Respuesta Amaya parecía haberle perdido el respeto.
(MIERDA! las estoy perdiendo... bueno, seamos honestos, no es solo las chicas lo que estas perdiendo... este plan se me esta llendo al garete.)
Noligma no era un ser altruista, y aunque estaba contratado para ayudar, lo cierto es que pretendía sacar mayores beneficios, conocer como ayudar a los bosques, secuestrar ese fantástico medio mágico, esa solución y luego venderla al mejor postor, todo el mundo necesita recursos, agua, madera, metales, telas, ganado... controlar las fuentes primarias, monopolizarlas, es lo que realmente hace a uno rico, ayudar a Greenpeace, es de ingenuos.
No obstante si el centauro ayuda, y contribuye al crecimiento de los bosques de uroboros, no solo perdería una oportunidad única de dinero, sino una mejor contribución económica, la guerra o el conflicto. Si este centauro ayuda, las relaciones diplomáticas entre seres fantásticos, y magos, implicaría la caída en bolsa de los productos obtenidos de estas criaturas, polvo de hadas, pelo de ninfa, cuerno de centauro, orejas de elfo... ect. ¿Y adivináis quien vende alguno de esos productos? Si, Noligma.
Uroboros podría convertir a Orynth en un héroe por salvar sus bosques, y eso desbarataría todo por cuanto hacia este trabajo.
(O bien busco la manera de matar a ese maldito centauro o bien, de que Sara y Amaya se enemisten con él)
Ambas soluciones se veían claramente difíciles de ejecutar, por un lado matar a Orynth y provocar una guerra estaba bien, pero hacerlo sin quien se supiera que fue Noligma seria difícil, y no quería enemistarse con elfos, magos, brujas, enanos y demás criaturillas del bosque el mismo día, por otro... aun no era tan Buen mago, así que probablemente cualquier intento de asesinato que no fuera hacerle tragar directamente un veneno mortal, simplemente fracasaría, y lo dejaría como principal sospechoso.
Sarah parecía incapaz de querer tomar ninguna decisión belicosa, ya lo había demostrado por activa y por pasiva, así que con ella no podía contar, Amaya parecía algo impetuosa, especialmente a la hora de defender a Sarah, así que el único escenarios que se le ocurrió, fue usar algún conjuro de control sobre Orynth, para atacar a Sarah, que Amaya interviniera y hiriera de gravedad a Orynth, relaciones rotas, guerra y por tanto beneficios. Una lastima que se saltara la clase de practicas del conjuro "imperio" en la facultad de Uroboros. ¡Maldita sea!
Tendiendo en cuenta que no veía ninguna forma de ganar algo de forma inmediata, Noligma dio por echo que se trataba de una mala inversión haber venido a este lugar, aunque todo buen comerciante busca la forma de convertir una perdida en un beneficio, aun no encontraba su beneficio, de todas formas si quería obtener un beneficio en un momento dado, necesitaba contar de nuevo con sus aliados. Noligma había actuado impulsivamente y se había enemistado con todos, de golpe y porrazo.
Si quería, siquiera una oportunidad cuando llegara el momento, necesitaba aliados, no tenerlos a todos en su contra, debía volver a ganárselos a todos, pero para empezar a subir, debes empezar por el eslabón mas bajo, el único con el que no había tratado, por su miedo visceral a una criatura que podía ser mas codiciosa que su oscura y enfermiza alma.
Ya que Orynth le mando a cerrar el pico, Noligma se alejo de él, Sarah y Amaya, que claramente no querían verlo cerca de nuevo, y las jóvenes estaban ocupadas con él, después de haber mediado durante todo el camino, ahora le dan la espalda, pues se buscaría nuevos amigos, Noligma dirigió su atención al joven de pelo negro, el único que además de él estaba haciendo poco o nada en aquel lugar mientras trataban con el centauro. El dragón. Así que se acerco a Daniel Bennett, y le hablo en voz baja, como queriendo no interrumpir a los "importantes", y no mantener una charla en privado que otros quisieran conocer.
-Entonces...- dijo como quien no quería la cosa, como si fuera de lo mas natural hablar con su amigo pelinegro- ¿A ti también ter contrataron para ayudar a esta misión ¿Es por el dinero o tienes algún interés en especial?
No es que no le hubiera hablado por que no fuera alguien social, Noligma tenia miedo de aquello que tenia especial potencial en matarlo, y los dragones... no son muy conocidos por ser sociables con las razas humanoides, precisamente, así que técnicamente arriesgaba el pellejo al tratar con él, pero quería saber que tan puesto estaba por la causa, y por supuesto, su opinión y que tan manejable seria si intentara incentivarlo a hacer algo, si la oportunidad llegaba.
-Primero confiamos en los enanos, y nos traicionaron, luego en los elfos, y nos traicionaron ¿crees que es buena idea ahora confiar en el centauro? No insinuó nada, solo quiero saber tu opinión profesional.
Como estaba centrada en el movimiento de la naturaleza bailando al son de los pasos del centauro, no fue consciente del resto de los compañeros de misión hasta que el moreno le tomó por el brazo. Le barrió con la mirada, desde la mano que le asía el brazo hasta el rostro del mismo, pasando por el cuerpo cuidado del dragón. Asintió con dejadez, sin saber muy bien la intención de aquella pregunta. Entrecerré los ojos para tratar de dilucidarlo. -Siempre- Otra cosa distinta es que supiera qué es lo que quería pues no le hablaba claro, como si hubieran miles de voces a la vez y se sumaran y se interfirieran las unas a las otras -¿Tú las oyes? ¿Qué te dicen?- Le preguntó, ahora más seria y desafiante, quería saber por qué con él se comunicaban y con ella no. Que le colocara el mechón de pelo le dejó un poco descolocada, le devolvió una especie de sonrisa incómoda, sintió que se ruborizaba y se unió de nuevo al grupo principal, boqueando una frase que no sabía construir, mientras su mente se nublaba por el pálpito de la, quizás, excitación.
Las estrellas le habían indicado la llegada del grupo, era obvio. Lo que no era tan obvio es por qué el centauro no se había presentado antes ante ellos, hubiera ahorrado muchas confusiones o el alzamiento de las armas innecesarios. Lancé una mirada reprobatoria a Noligma cuando el centauro empezó a recriminarle por sus palabras, esperando que a partir de aquel momento vigilara un poco más su lengua mordaz. Chasqueó la lengua con aquello de que había colaboración. -¿Sofía Dioscorides?- Pensó enseguida cuando hablaban de colaboración. A ella no se lo parecía (o de haberlo no lo conocía), después del recibimiento que habían dado al grupo, pero sí, si el equilibrio no es restaurado, traería problemas. Se unió a Amaya, que encabezaba la marcha, y dejó a los dos hombres atrás. Le di un codazo amistoso cuando se puso la medalla de general precavida, guiñándole el ojo, y esperé a que el centauro respondiera, no quería entorpecer el discurso de Amaya. ¿Iban a jugar a la poli buena poli mala? ¡Qué divertido! Aquello le animó un tanto, aunque sabía que aquello no era un juego.
Las estrellas le habían indicado la llegada del grupo, era obvio. Lo que no era tan obvio es por qué el centauro no se había presentado antes ante ellos, hubiera ahorrado muchas confusiones o el alzamiento de las armas innecesarios. Lancé una mirada reprobatoria a Noligma cuando el centauro empezó a recriminarle por sus palabras, esperando que a partir de aquel momento vigilara un poco más su lengua mordaz. Chasqueó la lengua con aquello de que había colaboración. -¿Sofía Dioscorides?- Pensó enseguida cuando hablaban de colaboración. A ella no se lo parecía (o de haberlo no lo conocía), después del recibimiento que habían dado al grupo, pero sí, si el equilibrio no es restaurado, traería problemas. Se unió a Amaya, que encabezaba la marcha, y dejó a los dos hombres atrás. Le di un codazo amistoso cuando se puso la medalla de general precavida, guiñándole el ojo, y esperé a que el centauro respondiera, no quería entorpecer el discurso de Amaya. ¿Iban a jugar a la poli buena poli mala? ¡Qué divertido! Aquello le animó un tanto, aunque sabía que aquello no era un juego.
A veces, un alma ignorante es más feliz que una conocedora. O al menos eso había dicho el centauro. Prefirión no alertar al bosque de la llegada de un grupo de extraños, pues aquello podía ponerles nerviosos. Al menos eso lo respetaba. Y mientras Noligma hablaba, tenía cada vez más ganas de meterle el pie o patearlo hacia los arbustos. Aparentemente, la falta de atención a su persona lo volvía menos miel y más hojuelas.
Al menos tuvo su pequeño acercamiento con Sarah, asintiendo al confirmar que ella también podría detectar peligro mucho antes que el resto del grupo. El silencio en un bosque tan mágico sería la clave de todo.- Solo hablaron de Orynth... Y un poco de la dulce pelirroja fascinante que les trata bien.- Susurró aún en su oído justo antes de erguirse de nuevo, sonriendo ante el rubor que alcanzaba a ver en su rostro. Además, estaba a la distancia perfecta para escuchar su pulso acelerarse. Sin embargo, no pudo hacer demasiado al respecto, puesto que el pequeño enano ya estaba a su lado.
Sonrió de lado, escuchando a Noligma a pesar de la altura. No se iba a poner a agacharse para que le susurrara al oido. Bien podía acostarse en el suelo y quizás no lo alcanzaba.- Favores. Chantajes. Velo como quieras. Mi opinión profesional es que a la próxima trates de hacer migas antes de insultar a tus aliados. Se aprende una cosa o dos sobre lealtad con el paso de los siglos.
Continuó caminando con el grupo en silencio, hasta llegar al claro. Entre las preguntas que el centauro planteaba, la verdad es que no tenía mucho aporte. Había estado bastante poco en Ouroboros, pero había algo en el bosque de ese lugar que tampoco terminaba de estar correcto.- Hay un viejo libro que dice que hay que para vivir hay que morir. Eso está haciendo el mundo y tratamos de ponerle el freno.
Al menos tuvo su pequeño acercamiento con Sarah, asintiendo al confirmar que ella también podría detectar peligro mucho antes que el resto del grupo. El silencio en un bosque tan mágico sería la clave de todo.- Solo hablaron de Orynth... Y un poco de la dulce pelirroja fascinante que les trata bien.- Susurró aún en su oído justo antes de erguirse de nuevo, sonriendo ante el rubor que alcanzaba a ver en su rostro. Además, estaba a la distancia perfecta para escuchar su pulso acelerarse. Sin embargo, no pudo hacer demasiado al respecto, puesto que el pequeño enano ya estaba a su lado.
Sonrió de lado, escuchando a Noligma a pesar de la altura. No se iba a poner a agacharse para que le susurrara al oido. Bien podía acostarse en el suelo y quizás no lo alcanzaba.- Favores. Chantajes. Velo como quieras. Mi opinión profesional es que a la próxima trates de hacer migas antes de insultar a tus aliados. Se aprende una cosa o dos sobre lealtad con el paso de los siglos.
Continuó caminando con el grupo en silencio, hasta llegar al claro. Entre las preguntas que el centauro planteaba, la verdad es que no tenía mucho aporte. Había estado bastante poco en Ouroboros, pero había algo en el bosque de ese lugar que tampoco terminaba de estar correcto.- Hay un viejo libro que dice que hay que para vivir hay que morir. Eso está haciendo el mundo y tratamos de ponerle el freno.
---El bosque- Le respondió a Amaya mientras la miraba de reojo. Por lo que podía apreciar la mujer se encontraba de mal humor y su conexión con la naturaleza era más bien poca. De toscas maneras y en una posición a la defensiva no iba a ayudar su cometido en aquel encuentro. Al menos, de momento, el pajarraco o lo que sea que fuese se había callado.
-No, no se trata de Dioscórides- Negó con la cabeza porque no conocía ese apellido pero no iba a soltar un “quien quiera que sea esa”. Evidentemente, aquellas personas que habían llegado allí parecían no querer colaborar demasiado con ellos así que Orynth intentó nuevamente -¿Conocéis el principio del balance mágico? La magia blanca nació para combatir a la oscura ¿O al revés? – Inquirió en un tono casi filosófico -Como habréis podido ver el crecimiento aquí nada tiene que ver con algo oscuro. Es natural y puro. Animales, criaturas y el bosque conviven en armonía entre ellos-
Volvió la mirada hacia Sarah -¿Dónde está su contraparte?- La intervención de Daniel le vino bastante bien y volvió su mirada antigua hacia él -Si esta parte vive… ¿Qué otra parte está muriendo? ¿Conocéis la causa de este desbalance?-
Escocia► Febrero 2.042► Anochecer► Misión 3-No, no se trata de Dioscórides- Negó con la cabeza porque no conocía ese apellido pero no iba a soltar un “quien quiera que sea esa”. Evidentemente, aquellas personas que habían llegado allí parecían no querer colaborar demasiado con ellos así que Orynth intentó nuevamente -¿Conocéis el principio del balance mágico? La magia blanca nació para combatir a la oscura ¿O al revés? – Inquirió en un tono casi filosófico -Como habréis podido ver el crecimiento aquí nada tiene que ver con algo oscuro. Es natural y puro. Animales, criaturas y el bosque conviven en armonía entre ellos-
Volvió la mirada hacia Sarah -¿Dónde está su contraparte?- La intervención de Daniel le vino bastante bien y volvió su mirada antigua hacia él -Si esta parte vive… ¿Qué otra parte está muriendo? ¿Conocéis la causa de este desbalance?-
¿El bosque? Tensó los labios. ¿Y si mejor hubiese venido Dioscórides? Miró hacia los lados como tratando de percibir alguna cosa pero lo cierto es que para ella eran sólo árboles, sólo... Naturaleza. A menos que los animales estuviesen sirviéndole de informantes, que la verdad lo veía bastante factible y un pájaro podría haber estado espiándolos desde hace rato. Pero él ¿Se comunicaba con los animales? ¿Como Sarah? Ladeó la cabeza hacia ella como preguntándoselo pero estaba ocupadita sonrojandose.
Siguió adelante porque parecía la única centrada. Desvió la vista hacia la pelirroja cuando la codeó de forma amistosa pero tenía el ceño fruncido y no estaba para juegos cuando no sabía si podría solucionar la misión o sacarla viva de allí... Si ella tenía tiempo para tonteos, Amaya no; sus hijos la estaban esperando de vuelta y viva. Volvió el gesto hacia Orynth cuando empezó a filosofar sobre la magia negra y blanca. Sin embargo, algo en Amaya se tensó cuando dijo armonía -Armonía la justa porque la elfa estaba dispuesta a atravesar con la espada a Sasha y mira... - Intentó no perder los estribos, muy Royden era aunque su apellido legal fuera Hua. No obstante se cayó cuando el dragón habló y cuando Orynth le respondió entrecerró los ojos pensando en Ouroboros y en la zona inexplorada. Sacó el mapa que tenía encima y se acercó al centauro mostrándoselo -¿Me puedes indicar exactamente donde estamos en este mapa? - Empezaba a sospechar que la sustancia negra que habían traído sus soldados tenía algo que ver con aquello pero quería ubicar Beinn Dearg, las ruinas de Ouroboros.
Siguió adelante porque parecía la única centrada. Desvió la vista hacia la pelirroja cuando la codeó de forma amistosa pero tenía el ceño fruncido y no estaba para juegos cuando no sabía si podría solucionar la misión o sacarla viva de allí... Si ella tenía tiempo para tonteos, Amaya no; sus hijos la estaban esperando de vuelta y viva. Volvió el gesto hacia Orynth cuando empezó a filosofar sobre la magia negra y blanca. Sin embargo, algo en Amaya se tensó cuando dijo armonía -Armonía la justa porque la elfa estaba dispuesta a atravesar con la espada a Sasha y mira... - Intentó no perder los estribos, muy Royden era aunque su apellido legal fuera Hua. No obstante se cayó cuando el dragón habló y cuando Orynth le respondió entrecerró los ojos pensando en Ouroboros y en la zona inexplorada. Sacó el mapa que tenía encima y se acercó al centauro mostrándoselo -¿Me puedes indicar exactamente donde estamos en este mapa? - Empezaba a sospechar que la sustancia negra que habían traído sus soldados tenía algo que ver con aquello pero quería ubicar Beinn Dearg, las ruinas de Ouroboros.
Noligma miro al chico dragón de forma penetrante, no quedaba claro del todo debido a la mascara pero cuando hablo quedo bastante clara su intención.
-Si claro... un dragón me va a hablar a mi de LEALTAD...- ¿Quién se había creído que era? si era una feroz criatura, pero ¿Quién se creía para dar sermones? ¿opinión profesional? ¿Cuál era su profesión? ¿quemar ciudades y raptar princesas en torres? ¿O es que acaso que un Dragon trabajara para los descendientes no era el mayor símbolo de deslealtad? ¿O acaso no eran los dragones leales a los Pendragón? ¿acaso no era su espía en esta farsa de misión?- De todas formas Agradezco el consejo... lo tendré en cuenta.
Noligma se alejo nuevamente del dragón, estaba claro que había perdido el tiempo con él, para volver a escuchar al centauro. No es que le fuera mejor con él pero bueno al menos se estaba enterando de algo importante he interesante.
-Hum... ¿Un desbalance?
Entonces se quedo observando a la descendiente como si esperara que ella diera la respuesta que estaban buscando mientras el mismo hacia su propia investigación interna ¿habría algo que provocara un desbalance mágico como aquel? aunque de saberlo, a lo mejor se lo guardaba para si.
-Supongo que es posible que dos fuerzas contrarias se balanceen para mantener un equilibrio equidistante la una de la otra. Es parte de los principios básicos mágicos, las energías siempre tienden a estar en equilibrio para mantenerse de forma estable.
Ya que la muerte no existe sin la vida, ni el bien sin el mal, ni el mar sin la tierra. Todo tenia un equilibrio en este mundo, un equilibrio que el humano podía … no, debía alterar en su beneficio, pues esa es la herencia del hombre, tomar el poder y los recursos por la mano y la fuerza.
-Si claro... un dragón me va a hablar a mi de LEALTAD...- ¿Quién se había creído que era? si era una feroz criatura, pero ¿Quién se creía para dar sermones? ¿opinión profesional? ¿Cuál era su profesión? ¿quemar ciudades y raptar princesas en torres? ¿O es que acaso que un Dragon trabajara para los descendientes no era el mayor símbolo de deslealtad? ¿O acaso no eran los dragones leales a los Pendragón? ¿acaso no era su espía en esta farsa de misión?- De todas formas Agradezco el consejo... lo tendré en cuenta.
Noligma se alejo nuevamente del dragón, estaba claro que había perdido el tiempo con él, para volver a escuchar al centauro. No es que le fuera mejor con él pero bueno al menos se estaba enterando de algo importante he interesante.
-Hum... ¿Un desbalance?
Entonces se quedo observando a la descendiente como si esperara que ella diera la respuesta que estaban buscando mientras el mismo hacia su propia investigación interna ¿habría algo que provocara un desbalance mágico como aquel? aunque de saberlo, a lo mejor se lo guardaba para si.
-Supongo que es posible que dos fuerzas contrarias se balanceen para mantener un equilibrio equidistante la una de la otra. Es parte de los principios básicos mágicos, las energías siempre tienden a estar en equilibrio para mantenerse de forma estable.
Ya que la muerte no existe sin la vida, ni el bien sin el mal, ni el mar sin la tierra. Todo tenia un equilibrio en este mundo, un equilibrio que el humano podía … no, debía alterar en su beneficio, pues esa es la herencia del hombre, tomar el poder y los recursos por la mano y la fuerza.
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La cara pecosa de Sarah se iluminó como un farolillo bermejo en la oscuridad de la noche ante el susurro del dragón. Normalmente, cuando jugaba con el teniente a las frases salidas de tono no se ponía tan colorada, pero con ese dragón era distinto. Quizás era porque no se conocían apenas, o por la adrenalina de la misión, o por el ligero olor a azufre y el saber del poder del dragón y del fuego, que todo lo podía. Quizás fuera todo, o quizás fuera nada. Agradeció al bosque que les hiciera separarse de alguna forma, porque no le gustaba parecer estúpida de aquella manera tan tonta ante un desconocido. Maldita fuera, ella era una Descendiente del mismísimo Charles Darwin, tenía que controlarse y no parecer una chiquilla de 15 años en pleno celo pubescente. Así pues, siquiera pude corresponder a las preguntas mudas de la general, estaba tratando de recobrar la compostura, al menos, hasta que pude alcanzarla pero su gesto osco me detuvo en seco. Descendió la mirada y se mordió el labio hasta que alcanzaron el claro del bosque.
Si no había sido Sofía, tampoco tenía claro quién podría haber sido la persona que hubiera ido con anterioridad. Bueno, claro, si dejamos lo de ser vivo a un lado, las posibilidades podrían ser infinitas, abarcando incluso al propio SAM o a sus descendientes. Pero no, pensó en la colaboración de Gaia, en alguna de sus formas: la diosa madre que ahora les rodeaba, que florecía con fuerza después de haber sido herida después de tantos años. -Pero para que aquí crezcan criaturas y naturaleza en estado puro, se le está robando a otro lado- Entonces se dio cuenta, con aquella pregunta y aquella reflexión. Abrió mucho los ojos y se centró en Amaya. Ella también se había dado cuenta. -La zona inexplorada-
Sí, tenía sentido, ¿no? Si parte de Ouroboros se había quedado aquí, bajo el suelo que estaban pisando en ese momento, floreciendo, mientras que la otra parte de la isla, arrancada de la superficie, estaba muriendo. -Conocemos una parte del mundo que se está muriendo. Ahora, necesitamos reestablecer el equilibrio para poder conseguir la estabilidad- O quizás la sustancia negra absorbería todo Ouroboros y el bosque se haga indómito por toda la superficie del planeta. Y cuando dejase seca a la isla, iría a por cualquier otro establecimiento mágico. -Estamos trabajando con dos extremos ¿Y cómo conseguimos reestablecer el equilibrio? Ya lo conseguimos una vez, con los satélites, ¿y ahora?- Alzó la mirada pensativa al centauro -La naturaleza sabrá cómo podemos restablecer el equilibrio, colaborando entre las dos partes- Eso sí, ¿estaría Orynth dispuesto a sacrificar parte del desbalance mágico que estaba dando fuerza a su bosque y a los seres que habitan en él? Ahogó un gruñido, imperceptible, pensando que, ahora sí, y quizás, empezase la verdadera negociación.
Buscó con la mirada al centauro, luego a Amaya, su apoyo, y luego un sitio donde pudiera sentarse en aquel claro, a la luz de las estrellas, y poder comunicarse con la naturaleza en primera persona. Ella tendría las respuestas. El bosque tendría que hablar.
Si no había sido Sofía, tampoco tenía claro quién podría haber sido la persona que hubiera ido con anterioridad. Bueno, claro, si dejamos lo de ser vivo a un lado, las posibilidades podrían ser infinitas, abarcando incluso al propio SAM o a sus descendientes. Pero no, pensó en la colaboración de Gaia, en alguna de sus formas: la diosa madre que ahora les rodeaba, que florecía con fuerza después de haber sido herida después de tantos años. -Pero para que aquí crezcan criaturas y naturaleza en estado puro, se le está robando a otro lado- Entonces se dio cuenta, con aquella pregunta y aquella reflexión. Abrió mucho los ojos y se centró en Amaya. Ella también se había dado cuenta. -La zona inexplorada-
Sí, tenía sentido, ¿no? Si parte de Ouroboros se había quedado aquí, bajo el suelo que estaban pisando en ese momento, floreciendo, mientras que la otra parte de la isla, arrancada de la superficie, estaba muriendo. -Conocemos una parte del mundo que se está muriendo. Ahora, necesitamos reestablecer el equilibrio para poder conseguir la estabilidad- O quizás la sustancia negra absorbería todo Ouroboros y el bosque se haga indómito por toda la superficie del planeta. Y cuando dejase seca a la isla, iría a por cualquier otro establecimiento mágico. -Estamos trabajando con dos extremos ¿Y cómo conseguimos reestablecer el equilibrio? Ya lo conseguimos una vez, con los satélites, ¿y ahora?- Alzó la mirada pensativa al centauro -La naturaleza sabrá cómo podemos restablecer el equilibrio, colaborando entre las dos partes- Eso sí, ¿estaría Orynth dispuesto a sacrificar parte del desbalance mágico que estaba dando fuerza a su bosque y a los seres que habitan en él? Ahogó un gruñido, imperceptible, pensando que, ahora sí, y quizás, empezase la verdadera negociación.
Buscó con la mirada al centauro, luego a Amaya, su apoyo, y luego un sitio donde pudiera sentarse en aquel claro, a la luz de las estrellas, y poder comunicarse con la naturaleza en primera persona. Ella tendría las respuestas. El bosque tendría que hablar.
Una criatura tan perspicaz y habilidosa como un dragón podía, fácilmente, detectar un humor distinto en la gente. Como la generala molesta, el pequeñín reculando y la excitación tan palpable de la pelirroja. No había manera de ignorar la última, por lo que aún poniendo atención a sus entornos, no alcanzaba a percibir gran cosa. Al menos no de algo que no fueran sus compañeros.
Se rio por lo bajo de Noligma por lo de la lealtad. Tenía razón, demasiada, porque él poca lealtad tenía hacia alguien que no fuera él mismo. Le dio una patadita como quien da un codazo juguetón, aunque podía verse de peor manera por la diferencia de estaturas.- Eres gracioso.- Y solo por eso, lo arrastraría aprisionándolo en una garra si lo del centauro salía mal. Ya tendría tiempo de agradecérselo después.
Mientras pensaba en lo que decían las chicas... una idea muy alocada se le vino a la mente. Por lo que entendía entonces, Ouroboros era la contraparte de aquel bosque tan... tan... ¿mágico? Sin esperar gran cosa a cambio, pensó en voz alta:- ¿Qué pasaría si juntáramos las dos partes? ¿Qué pasa cuando juntamos la vida con la muerte? - Tenía la sensación de que ambas morirían o ambas vivirían, pero que aquel bosque tan puro dejaría de existir.
Se rio por lo bajo de Noligma por lo de la lealtad. Tenía razón, demasiada, porque él poca lealtad tenía hacia alguien que no fuera él mismo. Le dio una patadita como quien da un codazo juguetón, aunque podía verse de peor manera por la diferencia de estaturas.- Eres gracioso.- Y solo por eso, lo arrastraría aprisionándolo en una garra si lo del centauro salía mal. Ya tendría tiempo de agradecérselo después.
Mientras pensaba en lo que decían las chicas... una idea muy alocada se le vino a la mente. Por lo que entendía entonces, Ouroboros era la contraparte de aquel bosque tan... tan... ¿mágico? Sin esperar gran cosa a cambio, pensó en voz alta:- ¿Qué pasaría si juntáramos las dos partes? ¿Qué pasa cuando juntamos la vida con la muerte? - Tenía la sensación de que ambas morirían o ambas vivirían, pero que aquel bosque tan puro dejaría de existir.
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Una sonrisa apareció en los labios del centauro, pequeña, pero aún así sabia. La general de Ouroboros tenía cierta razón sobre las asperezas entre razas -¿Puede la magia cambiar la naturaleza de una raza entera, General?- Entrecerró suavemente los ojos -Eso habría evitado la guerra- Dejó aquella píldora para analizar. Vio el mapa y señaló exactamente la zona donde estaban: Las antiguas ruinas de Ouroboros -El epicentro-
Guardó silencio mientras Noligma y la Descendiente de Darwin hablaban y llegaban a sus propias conclusiones -Exactamente- Le respondió a Noligma y entonces volvió su mirada hacia Sarah – Colaboración encontrareis de mi parte, Descendiente pero no puedo abandonar este bosque porque…- Alzó la ceja miró hacia Amaya inclinando la cabeza -Alguien tiene que evitar que esas asperezas escalen.
La pregunta del dragón lo hizo soltar un “hmmm” pensativo -Ni siquiera yo tengo todas las respuestas- Expresó y entonces movió lentamente el bastón para descubrir detrás de él una especie de cúpula no más grande que la mitad de Noligma, por poner una medida de conocimiento común. Las hojas poco a poco fueron abriéndose para dejar ver una flor de pétalos blancos que brillaba con luz propia. Por su tallo descendían pequeños hilos de luz que iban directo hacia la tierra, alimentándola -Encontrareis la contraparte en esa zona de la que habéis hablado, pero no estoy seguro de su naturaleza, tampoco de su rango… Ni de su aspecto. Sólo sé que ambas están conectadas – Añadió. La flor poco a poco quedó cerrada y el centauro volvió a cubrirla con su cuerpo para mirar a los cuatro -Confío en que podréis resolverlo-
OFF: Esta parte de la misión está finalizada con éxito. Contais con su apoyo para cualquier situación en tierra. Ahora os queda la segunda parte en la zona inexplorada.
Debido a que sé que Daniel no le interesa mucho subir, puede quedarse en Escocia como invitado especial y conexión con los de la misión en Ouroboros. Un nexo, por decirlo de alguna forma.
Podéis daros por sacados o postear. Amaya particularmente toma la información y empieza a retirarse.
Escocia► Febrero 2.042► Anochecer► Misión 3Guardó silencio mientras Noligma y la Descendiente de Darwin hablaban y llegaban a sus propias conclusiones -Exactamente- Le respondió a Noligma y entonces volvió su mirada hacia Sarah – Colaboración encontrareis de mi parte, Descendiente pero no puedo abandonar este bosque porque…- Alzó la ceja miró hacia Amaya inclinando la cabeza -Alguien tiene que evitar que esas asperezas escalen.
La pregunta del dragón lo hizo soltar un “hmmm” pensativo -Ni siquiera yo tengo todas las respuestas- Expresó y entonces movió lentamente el bastón para descubrir detrás de él una especie de cúpula no más grande que la mitad de Noligma, por poner una medida de conocimiento común. Las hojas poco a poco fueron abriéndose para dejar ver una flor de pétalos blancos que brillaba con luz propia. Por su tallo descendían pequeños hilos de luz que iban directo hacia la tierra, alimentándola -Encontrareis la contraparte en esa zona de la que habéis hablado, pero no estoy seguro de su naturaleza, tampoco de su rango… Ni de su aspecto. Sólo sé que ambas están conectadas – Añadió. La flor poco a poco quedó cerrada y el centauro volvió a cubrirla con su cuerpo para mirar a los cuatro -Confío en que podréis resolverlo-
OFF: Esta parte de la misión está finalizada con éxito. Contais con su apoyo para cualquier situación en tierra. Ahora os queda la segunda parte en la zona inexplorada.
Debido a que sé que Daniel no le interesa mucho subir, puede quedarse en Escocia como invitado especial y conexión con los de la misión en Ouroboros. Un nexo, por decirlo de alguna forma.
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Pasaron varios días desde el encuentro del grupo con el centauro en el interior del bosque y con ello, se consideró la misión finalizada. No por mi parte, a disgusto claro de Amaya. Estaba empecinada en que había que subir a la isla, a hacer… ¿a hacer qué? Nada de interés o nada en lo que ella pudiera ayudar. Sin embargo, aquel bosque estaba lleno de magia, de flor ay fauna, conocida y todavía por conocer. De modo que, a desgana de la general, decidí quedarme con algunos de los estudiantes a druida e incluso bajaron al campamento algunas de las estudiantes de plantas de Sofía. Ella estaba muy atareada con su boda con Vishous. Se alegraba por la pareja, pero también había algo en el enlace que le molestaba, suponiendo que quizás era sobreprotección hacia cualquiera de los dos. La excusa de conocer el bosque, de mapearlo, de conocer todas las razas y sus recién adquiridas nuevas costumbres se abría como un libro de aventuras que devorar. Así, si conseguía desdeñar las causas de la explosión de la magia de aquel lugar, quizás podría solventar el problema de la mugre negra de la isla. No parecía que hubiera avances por parte de Adael o de Matvey.
Ella había vuelto alguna vez al interior del bosque, a veces sola, otras en compañías más o menos agradables. Había ido a visitar al centauro y aquella flor llena de vida. Había cogido pequeños esquejes de árboles y los sembraba con cuidado. Cierto día se encontró con una rosa, todavía sin terminar de abrir, roja como el cabello de Sofía. Era de un color que no había visto hasta ahora y resplandecía de una manera especial. Al instante pensó en su compañera y guardó con mimo aquella flor en una urna de cristal que conservaría su frescor. El regalo de boda para la pareja.
Supuso que, por la posición del mapa, debía estar cerca de Ouroboros. Ya había caído la noche, de modo que dejó la expedición para el día siguiente ya que, las siguientes horas, las pasaría contemplando la belleza de la cúpula celestial, acurrucada bajo una manta a la luz de la hoguera. ¿Vendría Ornyth a contarle las historias de las que hablaban las estrellas?
Ella había vuelto alguna vez al interior del bosque, a veces sola, otras en compañías más o menos agradables. Había ido a visitar al centauro y aquella flor llena de vida. Había cogido pequeños esquejes de árboles y los sembraba con cuidado. Cierto día se encontró con una rosa, todavía sin terminar de abrir, roja como el cabello de Sofía. Era de un color que no había visto hasta ahora y resplandecía de una manera especial. Al instante pensó en su compañera y guardó con mimo aquella flor en una urna de cristal que conservaría su frescor. El regalo de boda para la pareja.
Supuso que, por la posición del mapa, debía estar cerca de Ouroboros. Ya había caído la noche, de modo que dejó la expedición para el día siguiente ya que, las siguientes horas, las pasaría contemplando la belleza de la cúpula celestial, acurrucada bajo una manta a la luz de la hoguera. ¿Vendría Ornyth a contarle las historias de las que hablaban las estrellas?
Si bien parecía que todo había terminado, su misión no estaba aún concluida. Mientras quedara gente en los alrededores del bosque el favor otorgado a Thranduil no estaba pagado.
Parecía que la misión había sido, cuando menos, satisfactoria, porque la Generala había tomado sus cosas y se había ido a la primera. Ahora solo quedaban un puñado de estudiantes y cierta pelirroja. Y por culpa de ella, el instinto no le dejaba alejarse demasiado de ahí. Aquella noche la había seguido a paso sigiloso por el bosque, pero sin realmente ocultarse. Había algo en la manera en que se interesaba por el bosque y por las criaturas que le fascinaba, aunque las plantas le resultaran de todo menos entretenidas, por muy bonitas que fueran. Le recordaban a cierta historia que contaban los dragones blancos añejos, en que habían ganado su fuego por inhalar el humo de los bosques cuando ardían. Era un resurgir entre las cenizas que hasta los fénix envidiaban. Eran solo historias, pero en un mundo de magia ese tipo de pactos energéticos solo podían ser verdades.
Se acercó entonces, en paso silencioso hasta donde la chica estaba, quedando a unos pocos metros de ella. Había algo especial en su aura ese día, por lo que hubo poco qué decir al respecto.- Te sienta bien la luz de la luna.- Murmuró, recargando el hombro en uno de los árboles cercanos, con la mirada fija en ella. Había un deseo oscuro en él que no quería que saliera a la luz, pero de noche no podía ocultarlo tanto. Incluso en sus palabras se notaba. Por más que fueran dulces, iban con ciertas intenciones. Comenzó entonces a deshacerse la corbata como quien llega a casa después de un largo día de trabajo, deshaciéndose un par de botones de la camisa y enrollando la fina tela para guardársela en el bolsillo. De verdad esperaba poder usarla ese día.
Parecía que la misión había sido, cuando menos, satisfactoria, porque la Generala había tomado sus cosas y se había ido a la primera. Ahora solo quedaban un puñado de estudiantes y cierta pelirroja. Y por culpa de ella, el instinto no le dejaba alejarse demasiado de ahí. Aquella noche la había seguido a paso sigiloso por el bosque, pero sin realmente ocultarse. Había algo en la manera en que se interesaba por el bosque y por las criaturas que le fascinaba, aunque las plantas le resultaran de todo menos entretenidas, por muy bonitas que fueran. Le recordaban a cierta historia que contaban los dragones blancos añejos, en que habían ganado su fuego por inhalar el humo de los bosques cuando ardían. Era un resurgir entre las cenizas que hasta los fénix envidiaban. Eran solo historias, pero en un mundo de magia ese tipo de pactos energéticos solo podían ser verdades.
Se acercó entonces, en paso silencioso hasta donde la chica estaba, quedando a unos pocos metros de ella. Había algo especial en su aura ese día, por lo que hubo poco qué decir al respecto.- Te sienta bien la luz de la luna.- Murmuró, recargando el hombro en uno de los árboles cercanos, con la mirada fija en ella. Había un deseo oscuro en él que no quería que saliera a la luz, pero de noche no podía ocultarlo tanto. Incluso en sus palabras se notaba. Por más que fueran dulces, iban con ciertas intenciones. Comenzó entonces a deshacerse la corbata como quien llega a casa después de un largo día de trabajo, deshaciéndose un par de botones de la camisa y enrollando la fina tela para guardársela en el bolsillo. De verdad esperaba poder usarla ese día.
Sabía que el dragón la había estado rondando lo que le había durado la marcha. En verdad debía reconocer que no le molestaba, incluso le agradaba, le hacía sentirse deseada, de alguna forma, le hacía sentirse mujer y sí, quizás un poco excitada. Había algo en aquellos seres tan maravillosos que la absorbían. Ya lo hacían cuando volaba sobre ellos cuando Tepes vivía. Y por supuesto, aquella sensación tan visceral no se había apagado, al contrario, las ascuas seguían vivas. Sin embargo, no era tonta, y sabía perfectamente cómo pararle los pies al moreno si se ponía tonto. Estaba rodeada de naturaleza, su medio, y con ello se sentía segura y protegida.
Me reacomodó en su sitio cuando le dijo que aquella luz le sentaba bien. Sonrió tímidamente mientras se recolocaba un mechó por detrás de la oreja mientras continuaba observando la llama del fuego en silencio, como si ésta fuera su confidente. La misma que le calentaba las mejillas y le daba color a su cara. No se giró hacia el chico, pero se recolocó, haciéndose hacia un lado, para que este tomara asiento, si quería -Ahora se está bien, pero cuando baje la humedad, hará frío- Y de esta forma le invitó a su lado, ahora sí, ladeando la cara para poder verle por el rabillo del ojo, mientras parte de la manta que le cubría el hombro se deslizaba en silencio, dejando ver la casaca y el peto, ese que atraía dragones…
-Todavía no sé qué es lo que se te perdió por estos lares. Un dragón negro, ambicioso… ¿Cuál es tu tesoro, Daniel?- Preguntó, dejando caer el peso sobre uno de sus brazos, mientras que con la otra mano, jugueteaba interesada con su pelo. Estudió la forma humana del dragón entrecerrando los ojos y perdiendo la mirada verde en aquel recoveco que hacían sus clavículas en la oscuridad del cuello abierto de la camisa. Se preguntó, qué habría más debajo de aquellas telas, con un pensamiento fugaz. No había tratado el tema todavía, pero era posible que aquel dragón fuera un aliado de los Pendragon. Aquello era un enigma que no se resolvió días atrás, por mucho que el muchacho les ayudara.
Me reacomodó en su sitio cuando le dijo que aquella luz le sentaba bien. Sonrió tímidamente mientras se recolocaba un mechó por detrás de la oreja mientras continuaba observando la llama del fuego en silencio, como si ésta fuera su confidente. La misma que le calentaba las mejillas y le daba color a su cara. No se giró hacia el chico, pero se recolocó, haciéndose hacia un lado, para que este tomara asiento, si quería -Ahora se está bien, pero cuando baje la humedad, hará frío- Y de esta forma le invitó a su lado, ahora sí, ladeando la cara para poder verle por el rabillo del ojo, mientras parte de la manta que le cubría el hombro se deslizaba en silencio, dejando ver la casaca y el peto, ese que atraía dragones…
-Todavía no sé qué es lo que se te perdió por estos lares. Un dragón negro, ambicioso… ¿Cuál es tu tesoro, Daniel?- Preguntó, dejando caer el peso sobre uno de sus brazos, mientras que con la otra mano, jugueteaba interesada con su pelo. Estudió la forma humana del dragón entrecerrando los ojos y perdiendo la mirada verde en aquel recoveco que hacían sus clavículas en la oscuridad del cuello abierto de la camisa. Se preguntó, qué habría más debajo de aquellas telas, con un pensamiento fugaz. No había tratado el tema todavía, pero era posible que aquel dragón fuera un aliado de los Pendragon. Aquello era un enigma que no se resolvió días atrás, por mucho que el muchacho les ayudara.
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