Recuerdo del primer mensaje :
Es una plataforma circular al borde de la isla, en la cual los Descendientes entrenan a sus aprendices.
El rodillazo de Altair me reventó las licantrópicas narices, dejándome de nuevo aturdido por la fuerza que tenía. Al menos conseguí probar su sangre, había logrado herirlo en el muslo de un mordisco. Sentía que no tenía la situación bajo control, y que estaba decepcionando a mi rival por no estar a su altura. Él mismo me lo hizo saber, lo que me hizo sentir la humillación al ser consciente de lo que estaba sucediendo. Gruñí furioso por su declaración, mostrando los colmillos en un gesto hostil, pegando las orejas al cráneo.
Su actitud condescendiente provocó que mi ira fuese en aumento, haciéndome perder parte del control que tenía sobre mi transformación. Él cambio su forma a una más amenazante, lo que me hizo actuar como un animal acorralado, sin pensar. No quería imitarle, sólo tratar de herirle todo lo posible para que me tomase en serio. No habría actuado así de no estar transformado, pero en esta forma no lograba ser muy racional, me picaba fácilmente. Retrocedí hacia atrás como buscando espacio, tomando distancia suficiente para después saltar hacia su cuello, directo a la yugular.
---------------------------------------------------------------------------------
ataque
10 dado + 12 ataque o defensa sí es luna llena (transformados en licántropo) + 40 stat ataque físico = 62 a ALTAIR
defensa
25 dado + 12 ataque o defensa sí es luna llena (transformados en licántropo)+ 30 def.física= 57
daño recibido: 82 - 57= 25
PS: 150 - (15 sangrado brutal + 25)= 110 + 5 regeneración lican= 115
POST 3 de 8 con piedra
Su actitud condescendiente provocó que mi ira fuese en aumento, haciéndome perder parte del control que tenía sobre mi transformación. Él cambio su forma a una más amenazante, lo que me hizo actuar como un animal acorralado, sin pensar. No quería imitarle, sólo tratar de herirle todo lo posible para que me tomase en serio. No habría actuado así de no estar transformado, pero en esta forma no lograba ser muy racional, me picaba fácilmente. Retrocedí hacia atrás como buscando espacio, tomando distancia suficiente para después saltar hacia su cuello, directo a la yugular.
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ataque
10 dado + 12 ataque o defensa sí es luna llena (transformados en licántropo) + 40 stat ataque físico = 62 a ALTAIR
defensa
25 dado + 12 ataque o defensa sí es luna llena (transformados en licántropo)+ 30 def.física= 57
daño recibido: 82 - 57= 25
PS: 150 - (15 sangrado brutal + 25)= 110 + 5 regeneración lican= 115
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El miembro 'Ian Hacksaw' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Ataque Físico' :
--------------------------------
#2 'Defensa Física' :
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--------------------------------
#2 'Defensa Física' :
Altair Kirgyakos
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Respondí a su gruñido con una mirada severa. Eso de que quería ir con todo creí que se refería también a estratégicamente, pero nada, solo fuerza bruta. Le mandé un mensaje telepático:
”Lo siento, Ian, pero esto acaba aquí”
Di un salto lateral para esquivar su mordisco claramente homicida. Hice un gran gruñido hacia su dirección, tan potente que dudaba que hubiese escuchado uno así es su vida con la intención de dominarlo y asustarlo. En ese momento aproveché para darle un golpe en su piedra, esta voló de su cuello y acabó a un par de metros nuestra. Yo también me quité la mía, destranformándonos.
-Oye chaval, estás bien? -
Di un paso hacia adelante para asegurar su estado físico, pero en el intento mis piernas cederion, provocando que cayese de bruces contra el suelo, no pude ni apoyar los brazos.
-JODER -
Fue lo único que salió de mi boca cuando estaba en el suelo, me era difícil moverme. Más que dolor era una tirantéz en los músculos la que me impedía moverme, ya que era cuando te movías que notaba como agujas en las articulacions. Intenté relajarme y a los pocos minutos ya fui capaz de ponerme en pie, aunque con una sensación muy fuerte de agujetas y un dolor bastante molsto.
-Vaya, esto no me lo esperaba, será mejor que vayamos a la enfermería.
---------------------
Defensa
25 base + 20 dado + 10 hab ficha + 12 transformación = 67 defensa
Vida
62 daño Ian 67 def = supera la defensa
185PS - 5 sangrado = 180PS → 150 / 2 = 75PS
”Lo siento, Ian, pero esto acaba aquí”
Di un salto lateral para esquivar su mordisco claramente homicida. Hice un gran gruñido hacia su dirección, tan potente que dudaba que hubiese escuchado uno así es su vida con la intención de dominarlo y asustarlo. En ese momento aproveché para darle un golpe en su piedra, esta voló de su cuello y acabó a un par de metros nuestra. Yo también me quité la mía, destranformándonos.
-Oye chaval, estás bien? -
Di un paso hacia adelante para asegurar su estado físico, pero en el intento mis piernas cederion, provocando que cayese de bruces contra el suelo, no pude ni apoyar los brazos.
-JODER -
Fue lo único que salió de mi boca cuando estaba en el suelo, me era difícil moverme. Más que dolor era una tirantéz en los músculos la que me impedía moverme, ya que era cuando te movías que notaba como agujas en las articulacions. Intenté relajarme y a los pocos minutos ya fui capaz de ponerme en pie, aunque con una sensación muy fuerte de agujetas y un dolor bastante molsto.
-Vaya, esto no me lo esperaba, será mejor que vayamos a la enfermería.
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Defensa
25 base + 20 dado + 10 hab ficha + 12 transformación = 67 defensa
Vida
62 daño Ian 67 def = supera la defensa
185PS - 5 sangrado = 180PS → 150 / 2 = 75PS
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El miembro 'Altair Kirgyakos' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Defensa Física' :
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Mi furia animal no encontró la sangre que buscaba en el cuello de Altair, que me esquivó fácilmente tras enviarme aquel mensaje mental que me llegó medio distorsionado por mi estado alterado. Su potente gruñido de licántropo logró intimidarme lo suficiente como para dejarme quieto unos segundos, con las orejas pegadas al cráneo por el susto. En ese momento justo le pegó una patada a mi piedra de Fenrir, con lo que se acabó el efecto luna llena y por tanto la transformación.
No pude sostenerme en pie al volver a mi forma humana, caí al suelo de rodillas completamente exhausto y con los músculos temblando. También seguía sangrando por varias heridas, aunque esperaba que la regeneración fuese suficiente para que eso se detuviese. Alce levemente la mirada hacia Altair, que también estaba sufriendo los efectos más intensos del fin de la transformación. - Mierda...lo siento, Altair. - murmuré con voz entrecortada por la respiración alterada. Mi mente dejó de estar nublada por la rabia del licántropo, así que me di cuenta de que había pasado de seguir sus indicaciones porque me había picado al ver que no me consideraba rival, que le aburría la pelea.
- No sé qué me ha pasado. Normalmente me controlo lo suficiente para no atacar a amigos, pero...me ha dado mucha rabia ver que no estaba a la altura. - intenté ponerme en pie para ir hacia él, pero tenía el cuerpo bastante agarrotado. Era como una resaca mala multiplicada por 100. - Es que ni podía responderte...yo no logro comunicarme en esa forma. - añadí frustrado y con el ego bastante fastidiado. Sabía que no iba a ganar al gran Altair, pero no pensé que quedase tan mal. Menuda vergüenza. - Sí, pasemos por la enfermería que nos den una poción al menos. Y a dormir a casa. Espera...dame un par de minutos más. - pedí alzando la mano al segundo intento de levantarme. Tras descansar un poco conseguí ponerme en pie, desapareciéndome de allí con Altair en dirección a la enfermería.
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PS: 115 - 10 sangrado brutal= 105/2 (efecto piedra)= 52
Al despertar, la mañana siguiente a la luna llena, me encontré completamente inmovilizada en una camilla de hospital.
"Finalmente pasó, estoy encerrada en un psiquiátrico." Pensé al ver frascos levitar a mi alrededor creyendo que estaba teniendo alucinaciones. Poco a poco todo fue llegando a mi memoria, recordé que estaba en la isla, que Lyka me había traído, que había venido porque…
"¡LILA!" Tenía que sacarla de allí cuanto antes. Cuando me empecé a remover una enfermera se acercó a mi.
-¿Dónde están Lila y Kyllian?- Me respondió que la niña se encontraba bien en la guardería del hospital cerca a la recepción y que Kyllian se encontraba en observación de terapia intensiva porque le había atravesado la tráquea y aún estaba regenerandose. En ese momento recordé toda la secuencia de los ataques y los que intervinieron. En ése momento estaba furiosa, dispuesta a matarlos a todos, pero ahora solo quería ver a Lila, comunicarme con los de la Brigada para saber en qué andaban y salir de aquella isla. Pero no me dejaron ir inmediatamente, me administraron calmantes y me tuvieron un par de horas en observación para que los primeros efectos de las sustancias se mitigen un poco y pueda caminar sin parecer drogada, no puse mucha resistencia porque yo también me sentía algo débil por la transformación. Odio las batas de hospital, afortunadamente encontraron algo de mi talla, una musculosa y unos jeans sorprendentemente cómodos y que hacían ver mi trasero como esculpido a mano, éso se lo tenía que mostrar a Altair como venganza por esa vez que dijo que tenía un trasero enorme, el mismo día que conocí a Kyllian. Recuperé mis efectos personales y dudé en si visitar al feral o no, me sentía algo avergonzada así que decidí ir con mi hija, ella no me juzgaba, por ahora. Me hizo gracia una vez cuando la tenía alzada y frente al espejo, verla tan entusiasmada con el reflejo de éste. En esa misma ocasión vi que mi reflejo me dejaba ver algo que antes no estaba allí, unas marcas de grandes colmillos rodeaban mi hombro derecho, parecía ser una herida que no se había regenerado correctamente y recordé el momento en el que Kyllian me la hizo. Lo que me dijeron los especialistas fue que eso pasaba porque ella intuía que la imagen que veía reflejada era la suya y que estaba tomando conciencia de sí misma, que ya se reconocía y podía reconocer a otras personas e identificarlas en su mente, del mismo modo que veía en sus padres la imagen a la que buscaba aspirar. Eso último me dió pánico, no quería que aspirara a ser como yo. Era el peor ejemplo que podía tomar. La guardería parecía ser un lugar seguro así que decidí que podría quedarse allí. Todos los días la visitaba unas cuantas horas hasta que me acordaba de que buscaba ser como sus padres, eso me angustiaba así que me iba. Así pasó un mes mientras me informaba más sobre el tan famoso Consejo de los 20, dos miembros me interesaron en particular; Altair y Sayid. Parecía que éste último tenía fama de gran estratega así que me propuse encontrarlo para pedirle que me enseñara estrategias de batallas. Mientras, al que sí encontré fue al cara de perro así que aproveché para pedirle unas clases, como respuesta conseguí un gruñido inentendible. Me encontraba boca arriba en una roca alta cercana al campo de entrenamiento. Ya había hecho mi visita a Lila en la guardería y me fui temerosa de que me tome como ejemplo así que me puse a buscar algo para ocupar mi mente, ver como otros entrenaban era una opción.
-Yo Ho, Yo Ho, a pirate's life for me
We pillage, we plunder we rifle and loot
Drink up me hearties, yo ho
We kidnap and ravage and don't give a hoot
Drink up me hearties, yo ho
Yo Ho, Yo Ho, a pirate's life for me…- Cantaba mientras cada tanto le daba un sorbo a la cerveza. Creo que sentirme segura durante tanto tiempo estaba empezando a volverme loca, más loca de lo que ya estaba.
"Finalmente pasó, estoy encerrada en un psiquiátrico." Pensé al ver frascos levitar a mi alrededor creyendo que estaba teniendo alucinaciones. Poco a poco todo fue llegando a mi memoria, recordé que estaba en la isla, que Lyka me había traído, que había venido porque…
"¡LILA!" Tenía que sacarla de allí cuanto antes. Cuando me empecé a remover una enfermera se acercó a mi.
-¿Dónde están Lila y Kyllian?- Me respondió que la niña se encontraba bien en la guardería del hospital cerca a la recepción y que Kyllian se encontraba en observación de terapia intensiva porque le había atravesado la tráquea y aún estaba regenerandose. En ese momento recordé toda la secuencia de los ataques y los que intervinieron. En ése momento estaba furiosa, dispuesta a matarlos a todos, pero ahora solo quería ver a Lila, comunicarme con los de la Brigada para saber en qué andaban y salir de aquella isla. Pero no me dejaron ir inmediatamente, me administraron calmantes y me tuvieron un par de horas en observación para que los primeros efectos de las sustancias se mitigen un poco y pueda caminar sin parecer drogada, no puse mucha resistencia porque yo también me sentía algo débil por la transformación. Odio las batas de hospital, afortunadamente encontraron algo de mi talla, una musculosa y unos jeans sorprendentemente cómodos y que hacían ver mi trasero como esculpido a mano, éso se lo tenía que mostrar a Altair como venganza por esa vez que dijo que tenía un trasero enorme, el mismo día que conocí a Kyllian. Recuperé mis efectos personales y dudé en si visitar al feral o no, me sentía algo avergonzada así que decidí ir con mi hija, ella no me juzgaba, por ahora. Me hizo gracia una vez cuando la tenía alzada y frente al espejo, verla tan entusiasmada con el reflejo de éste. En esa misma ocasión vi que mi reflejo me dejaba ver algo que antes no estaba allí, unas marcas de grandes colmillos rodeaban mi hombro derecho, parecía ser una herida que no se había regenerado correctamente y recordé el momento en el que Kyllian me la hizo. Lo que me dijeron los especialistas fue que eso pasaba porque ella intuía que la imagen que veía reflejada era la suya y que estaba tomando conciencia de sí misma, que ya se reconocía y podía reconocer a otras personas e identificarlas en su mente, del mismo modo que veía en sus padres la imagen a la que buscaba aspirar. Eso último me dió pánico, no quería que aspirara a ser como yo. Era el peor ejemplo que podía tomar. La guardería parecía ser un lugar seguro así que decidí que podría quedarse allí. Todos los días la visitaba unas cuantas horas hasta que me acordaba de que buscaba ser como sus padres, eso me angustiaba así que me iba. Así pasó un mes mientras me informaba más sobre el tan famoso Consejo de los 20, dos miembros me interesaron en particular; Altair y Sayid. Parecía que éste último tenía fama de gran estratega así que me propuse encontrarlo para pedirle que me enseñara estrategias de batallas. Mientras, al que sí encontré fue al cara de perro así que aproveché para pedirle unas clases, como respuesta conseguí un gruñido inentendible. Me encontraba boca arriba en una roca alta cercana al campo de entrenamiento. Ya había hecho mi visita a Lila en la guardería y me fui temerosa de que me tome como ejemplo así que me puse a buscar algo para ocupar mi mente, ver como otros entrenaban era una opción.
-Yo Ho, Yo Ho, a pirate's life for me
We pillage, we plunder we rifle and loot
Drink up me hearties, yo ho
We kidnap and ravage and don't give a hoot
Drink up me hearties, yo ho
Yo Ho, Yo Ho, a pirate's life for me…- Cantaba mientras cada tanto le daba un sorbo a la cerveza. Creo que sentirme segura durante tanto tiempo estaba empezando a volverme loca, más loca de lo que ya estaba.
Altair Kirgyakos
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Tras el combate con Ian me di cuenta que tenía ante mí una oportunidad enorme como profesor de Control para Seres Influenciables a la Luna. CSIL. Sonaba de puta madre. Volví al clan de Fenrir para comunicarlo y llegamos a la conclusión de que me podrían ir dando piedras de Fenrir para darlas a mis alumnos más aventajados. El problema era la dificultad de crearlas, exige un ritual bastante “mágico” por no decir asqueroso, casi me daba un poco de asco tocar la piedra por lo que intentaba no pensar mucho en eso.
Cuando Alabi concertó una sesión de entrenamiento gruñí. No me importaba dar clases a novatos, eso me gustaba, pero los ferales, especialmente los felinos, nos creaban a los hombre lobo una ganas enormes de perseguirlos sin un objetivo concreto, y más en aquella ocasión que iban a ser dos de ellos.
Aquella vez solo llevaba un chándal viejo, el parche del ojo, mi piedra de fenrir y una maletín con otras dos, sin camiseta ni zapatos. Cuando llegué Leila estaba sobre una roca, cantando, mientras bebía.
”De la Brigada tenías que ser…”
Pense mientras rodaba los ojos, poniendo una mueca de cansancio por es estrés general.
-¿Hola? Alabi puedo escucharte pero pero no te veo. Espero no haberla pisado sin querer -
Dije mientras me miraba la suela del zapato y soltaba una sonora carcajada, un clásico.
-¿Sabes cuánto le queda a tu amigo? Espero que ya hayais hecho vuestras cosas en el arenero, el entrenamiento va a ser duro.
Cuando Alabi concertó una sesión de entrenamiento gruñí. No me importaba dar clases a novatos, eso me gustaba, pero los ferales, especialmente los felinos, nos creaban a los hombre lobo una ganas enormes de perseguirlos sin un objetivo concreto, y más en aquella ocasión que iban a ser dos de ellos.
Aquella vez solo llevaba un chándal viejo, el parche del ojo, mi piedra de fenrir y una maletín con otras dos, sin camiseta ni zapatos. Cuando llegué Leila estaba sobre una roca, cantando, mientras bebía.
”De la Brigada tenías que ser…”
Pense mientras rodaba los ojos, poniendo una mueca de cansancio por es estrés general.
-¿Hola? Alabi puedo escucharte pero pero no te veo. Espero no haberla pisado sin querer -
Dije mientras me miraba la suela del zapato y soltaba una sonora carcajada, un clásico.
-¿Sabes cuánto le queda a tu amigo? Espero que ya hayais hecho vuestras cosas en el arenero, el entrenamiento va a ser duro.
Kyllian Evans
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Vaya nochecita... La luna llena había sido una locura y a Leila parecía que le había afectado bastante, estaba como loca por alguna razón que aún desconocía, solo me había quedado con eso de "ladrón" y "mordido" además de muchos otros insultos que me tenían bastante mosqueado. Cuando desperté a la mañana siguiente en el hospital me habían puesto un collarín y me habían operado para cerrar mi traquea adecuadamente pues con la regeneración eso podía quedar de cualquier modo, el maldito elfo hasta hizo la coña de que me iba a quedar voz de pito, eso me tenía un poco acojonado pero al menos no me habían puesto un cono de la vergüenza.
Las molestias me hacían toser y tenía la voz un poco ronca cuando pude volver a hablar "al menos no soy una ardilla" , aprovechaba para ir a ver a Lila de vez en cuando evitando las horas en las que iba Leila, podía olerla, sin embargo se comportaba de forma extraña, apenas pasaba unas horas con la niña pero eso me dejaba a mi más tiempo porque tal vez en cuanto salieran de la isla no la volvería a ver. pasé varios días jugando con ella, yo si que la dejaba mirarse al espejo porque parecía pasarlo bien viendo su reflejo y cuando por fin sus palabras pasaron de "bababa" a "apapa" y "mamama" corrí como loco con ella a enseñárselo a Reiv todo orgulloso.
Pasó un mes en esa dinámica, Leila visitaba a la niña unas horas y yo estaba con ella unas cuantas más, paseandola y enseñándosela a la gente que pasaba, una isla mágica era un gran estímulante para un bebé y por suerte ya le habían salido algunos dientecitos y lloraba menos por eso.
A pesar de controlar mi feralismo aún no era suficiente el tiempo que tardaba en calmarme, en media hora podía clavarle los dientes a alguien conocido y debía reducir ese tiempo y solo había una persona en toda la isla que podía ayudarme con eso, Altair. Dejé a Lila en la guardería y me fui a la plataforma de entrenamiento para encontrarme con el licantropo y por suerte o por desgracia Leila había tenido la misma idea -He levantado la patita y he meado un árbol, ¿Te vale?- dije en modo coña al llegar escuchando las últimas palabras de Altair -Vamos allá, también tengo clase con Adael así que cuanto antes empecemos mejor- extendí mi mano para que me dejara una de las piedras y así poder empezar el entrenamiento.
Las molestias me hacían toser y tenía la voz un poco ronca cuando pude volver a hablar "al menos no soy una ardilla" , aprovechaba para ir a ver a Lila de vez en cuando evitando las horas en las que iba Leila, podía olerla, sin embargo se comportaba de forma extraña, apenas pasaba unas horas con la niña pero eso me dejaba a mi más tiempo porque tal vez en cuanto salieran de la isla no la volvería a ver. pasé varios días jugando con ella, yo si que la dejaba mirarse al espejo porque parecía pasarlo bien viendo su reflejo y cuando por fin sus palabras pasaron de "bababa" a "apapa" y "mamama" corrí como loco con ella a enseñárselo a Reiv todo orgulloso.
Pasó un mes en esa dinámica, Leila visitaba a la niña unas horas y yo estaba con ella unas cuantas más, paseandola y enseñándosela a la gente que pasaba, una isla mágica era un gran estímulante para un bebé y por suerte ya le habían salido algunos dientecitos y lloraba menos por eso.
A pesar de controlar mi feralismo aún no era suficiente el tiempo que tardaba en calmarme, en media hora podía clavarle los dientes a alguien conocido y debía reducir ese tiempo y solo había una persona en toda la isla que podía ayudarme con eso, Altair. Dejé a Lila en la guardería y me fui a la plataforma de entrenamiento para encontrarme con el licantropo y por suerte o por desgracia Leila había tenido la misma idea -He levantado la patita y he meado un árbol, ¿Te vale?- dije en modo coña al llegar escuchando las últimas palabras de Altair -Vamos allá, también tengo clase con Adael así que cuanto antes empecemos mejor- extendí mi mano para que me dejara una de las piedras y así poder empezar el entrenamiento.
-¡Vaya suerte la mía! Encontré un profesor payaso.- Dije irónicamente mientras él reía, apartando mi mirada de el licantropo y dándole el último sorbo a mi cerveza. Bajé de la gran roca de un ágil salto cuando dijo que el entrenamiento sería duro. Esperaba que lo fuera, necesitaba ocupar mi mente en algo. La voz de Kyllian me sorprendió, se escuchaba más ronca, le quedaba sexy, pero nunca lo diría en voz alta ¿Qué le diría? ¿"Linda voz"? Si yo misma le hice eso, parecería como si me burlara de él.
-Otro payaso.- Dije en cambio y con desgana a lo de mear un árbol.
-Agradece el tiempo que Kyllian te regala, Altair, es un hombre ocupado y su tiempo vale oro.- Dije molesta cruzandome de brazos. Miré al feral extender su brazo para tomar una piedra.
-¿Qué es eso?- Pregunte refiriéndome a la piedra.
-Otro payaso.- Dije en cambio y con desgana a lo de mear un árbol.
-Agradece el tiempo que Kyllian te regala, Altair, es un hombre ocupado y su tiempo vale oro.- Dije molesta cruzandome de brazos. Miré al feral extender su brazo para tomar una piedra.
-¿Qué es eso?- Pregunte refiriéndome a la piedra.
Altair Kirgyakos
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-Muy buenas Kyllian, así me gusta - Dije mientras intentaba ignorar los comentarios de Leila, dado que ya me acostumbraba a sus insultos de niña pequeña. -Otra clase después? Eso si consigues mover las piernas al terminar!- Me reí por lo bajo, parecía no saber los efectos secundarios de la piedra al desactivarla.
-Lo que sí le tengo que agradecer es que se ha informado antes de venir a clase sobre la piedra. Llevo todo el mes investigándola junto con Curie y Kyllian ha sido de los primeros en leerlo. Eso sí que vale oro - Me crucé de brazos mirando a Leila, con cara de no entender a qué se debían tantas pullitas hacia su compañero, aunque en el fondo me daba bastante igual. saqué del maletín ambas piedras y se las ofrecí a cada uno de ellos.
-Leila Alabi, Kyllian Evans, esta es la Piedra de Fenrir, la cual te da el poder de tranformaros cuando lo deseeis. De momento solo la podréis usar en los entrenamientos, una vez terminemos me las tendréis que devolver, pero puede que algún día sean vuestras. Puedo confiar en vosotros?-
Mi mirada era bastante seria. Debía confiar en ellos porque mi poder solo lo podría usar una vez hecho el crimen, no antes, y ese gesto era realmente importante para mí.
-En esta ocasión no me transformaré de primeras, no os viene bien tener a un perro gigante cuando os queréis concentrar. Para empezar necesitáis la postura apropiada para la transformación: arquear la espalda, doblar ligeramente las rodillas e intentar relajarse pese al dolor de la tranformación es la clave para empezar, después se tiene una mente más clara. Para activar la piedra repetid conmigo:
Sköll heitir ulfr,
er fylgir inu skírleita goði
til varna viðar,
en annarr Hati,
hann er Hróðvitnis sonr,
sá skal fyr heiða brúði himins-
-Lo que sí le tengo que agradecer es que se ha informado antes de venir a clase sobre la piedra. Llevo todo el mes investigándola junto con Curie y Kyllian ha sido de los primeros en leerlo. Eso sí que vale oro - Me crucé de brazos mirando a Leila, con cara de no entender a qué se debían tantas pullitas hacia su compañero, aunque en el fondo me daba bastante igual. saqué del maletín ambas piedras y se las ofrecí a cada uno de ellos.
-Leila Alabi, Kyllian Evans, esta es la Piedra de Fenrir, la cual te da el poder de tranformaros cuando lo deseeis. De momento solo la podréis usar en los entrenamientos, una vez terminemos me las tendréis que devolver, pero puede que algún día sean vuestras. Puedo confiar en vosotros?-
Mi mirada era bastante seria. Debía confiar en ellos porque mi poder solo lo podría usar una vez hecho el crimen, no antes, y ese gesto era realmente importante para mí.
-En esta ocasión no me transformaré de primeras, no os viene bien tener a un perro gigante cuando os queréis concentrar. Para empezar necesitáis la postura apropiada para la transformación: arquear la espalda, doblar ligeramente las rodillas e intentar relajarse pese al dolor de la tranformación es la clave para empezar, después se tiene una mente más clara. Para activar la piedra repetid conmigo:
Sköll heitir ulfr,
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til varna viðar,
en annarr Hati,
hann er Hróðvitnis sonr,
sá skal fyr heiða brúði himins-
Kyllian Evans
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-Por fin te veo Altair, no hay quien te pille- dije levantando mi mano a modo de saludo al licano, desde atrás ignoré completamente el comentario de Leila al igual que Altair, no se me había pasado el enfado con ella pues ni tan siquiera se había acercado a mi para hablar o disculparse -Esperemos que si porque Adael es muy especialito con sus clases, al menos iré a meditar o alguna cosa de esas hippies mientras esnifo incienso- la broma sin duda alguna solo la iba a entender Altair que se reía por lo bajo bastante convencido de que no me iba a poder mover.
Encogí mis hombros con los halagos del profe enrollado -Necesitaba controlar mi feralismo así que estudié un poco por mi cuenta, tenía que visitar a una pequeña señorita a la que le están creciendo los dientes aunque parece que si le da fiebre llevarla a un hospital es un crimen- no me pude contener y solté la primera pulla mirando siempre al frente, y nunca a la rubia, tomando la piedra que me daba el lobo. La explicación sobre la piedra me la sabía, más o menos, no con tanto detalle y seguro que faltaban muchos, la piedra de fenrir no era común y casi no había estudios sobre sus efectos.
Correspondí a la mirada seria del licántropo con una igual, llena de decisión pues ya me había propuesto no volver a convertirme en una bestia salvaje aunque el propósito era no morder a la niña en un principio y ahora lo más seguro es que no volviera a verla en un tiempo cuando Leila se marchara de la isla.
La explicaciones del profesor eran claras pero solo si sabías de lo que hablaba, cerré los ojos y respiré de forma profunda, la garganta estaba casi curada pero aún me daban ataques de tos a ratos, por suerte conseguí concentrarme, tomé la postura correcta, abrí las piernas alineando mis pies con los hombros para tener mejor estabilidad, espalda arqueada y rodillas flexionadas y las palabras mágicas:
Sköll heitir ulfr,
er fylgir inu skírleita goði
til varna viðar,
en annarr Hati,
hann er Hróðvitnis sonr,
sá skal fyr heiða brúði himins
El dolor se hizo presente, mis huesos empezaron a cambiar con un gran dolor mientras la piedra brillaba en mi mano y me iba convirtiendo aunque de forma un poco más lenta que con la luna llena, tal vez por las palabras o porque no era la luna, el caso es que la agonía de la transformación se hacía más larga.
Encogí mis hombros con los halagos del profe enrollado -Necesitaba controlar mi feralismo así que estudié un poco por mi cuenta, tenía que visitar a una pequeña señorita a la que le están creciendo los dientes aunque parece que si le da fiebre llevarla a un hospital es un crimen- no me pude contener y solté la primera pulla mirando siempre al frente, y nunca a la rubia, tomando la piedra que me daba el lobo. La explicación sobre la piedra me la sabía, más o menos, no con tanto detalle y seguro que faltaban muchos, la piedra de fenrir no era común y casi no había estudios sobre sus efectos.
Correspondí a la mirada seria del licántropo con una igual, llena de decisión pues ya me había propuesto no volver a convertirme en una bestia salvaje aunque el propósito era no morder a la niña en un principio y ahora lo más seguro es que no volviera a verla en un tiempo cuando Leila se marchara de la isla.
La explicaciones del profesor eran claras pero solo si sabías de lo que hablaba, cerré los ojos y respiré de forma profunda, la garganta estaba casi curada pero aún me daban ataques de tos a ratos, por suerte conseguí concentrarme, tomé la postura correcta, abrí las piernas alineando mis pies con los hombros para tener mejor estabilidad, espalda arqueada y rodillas flexionadas y las palabras mágicas:
Sköll heitir ulfr,
er fylgir inu skírleita goði
til varna viðar,
en annarr Hati,
hann er Hróðvitnis sonr,
sá skal fyr heiða brúði himins
El dolor se hizo presente, mis huesos empezaron a cambiar con un gran dolor mientras la piedra brillaba en mi mano y me iba convirtiendo aunque de forma un poco más lenta que con la luna llena, tal vez por las palabras o porque no era la luna, el caso es que la agonía de la transformación se hacía más larga.
-Hubiera sido útil saber que había que leer bibliografía antes de asistir, pero no entendí ese gruñido que tuve por respuesta cuando pedí la clase.- Alcé una ceja mientras mis párpados bajaban hasta media asta en mis ojos ante la mención a la investigación del licántropo, no me lo imaginaba investigando mucho más que cómo mostrarle al mundo sus genitales. Resople ante el estudiante tan aplicado que era Kyllian mirando al frente también. Observé con desconfianza las piedras aquellas, era algo reacia a tomar la posion matalobos ¿y ahora venían con otro cachivache mágico?
-¿Confiar en nosotros para qué? ¿Para devolverla cuando los entrenamientos terminen? Yo sé de alguien en quien no deberías confiar cosas preciadas o seres queridos porque se los lleva sin tu consentimiento y sabiendo que no quieres que lo lleves a un lugar específico, adivina qué, va y lo lleva justo a ese lugar pasandose por el culo tus deseos o preocupaciones, incluso cuando le abriste tu casa a él, el único lugar en el que te sientes a gusto, y estabas empezando a abrile tu corazón. Te lo roba, básicamente.- Dije eso último dándole una mirada de reojo a Kyllian.
-¿Vamos a entrenar con eso? Y ¿cómo hacían antes de tener esta piedrita?¿Entrenaban solo durante las noches de luna llena?¿Esto nos va a permitir transformarnos en el momento que queramos? ¿Los días en los que no es luna llena? ¿Durante el día?- Pregunte con desconfianza mientras Kyllian tomaba la suya con total naturalidad. Al final asentí con seguridad a Altair algo resignada y tomé la piedra. Fruncí las cejas, no había que hacer todo ese tramite cuando era luna llena. Doblé ligeramente las rodillas y arquee un poco la espalda.
Sköll heitir ulfr,
er fylgir inu skírleita goði
til varna viðar,
en annarr Hati,
hann er Hróðvitnis sonr,
sá skal fyr heiða brúði himins
Dije dudosa después de Kyllian. Nada paso. Mientras la piedra de Kyllian brillaba en sus manos y sus huesos comenzaron a agrandarse y a cambiar. Miré a Altair molesta.
-A ver, esto no tiene sentido ¿Cómo una piedra nos va a permitir transformarnos? Yo nací en una colonia de ferales y nunca, en los 10 años que viví allí, escuché algo como esto.-
-¿Confiar en nosotros para qué? ¿Para devolverla cuando los entrenamientos terminen? Yo sé de alguien en quien no deberías confiar cosas preciadas o seres queridos porque se los lleva sin tu consentimiento y sabiendo que no quieres que lo lleves a un lugar específico, adivina qué, va y lo lleva justo a ese lugar pasandose por el culo tus deseos o preocupaciones, incluso cuando le abriste tu casa a él, el único lugar en el que te sientes a gusto, y estabas empezando a abrile tu corazón. Te lo roba, básicamente.- Dije eso último dándole una mirada de reojo a Kyllian.
-¿Vamos a entrenar con eso? Y ¿cómo hacían antes de tener esta piedrita?¿Entrenaban solo durante las noches de luna llena?¿Esto nos va a permitir transformarnos en el momento que queramos? ¿Los días en los que no es luna llena? ¿Durante el día?- Pregunte con desconfianza mientras Kyllian tomaba la suya con total naturalidad. Al final asentí con seguridad a Altair algo resignada y tomé la piedra. Fruncí las cejas, no había que hacer todo ese tramite cuando era luna llena. Doblé ligeramente las rodillas y arquee un poco la espalda.
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Dije dudosa después de Kyllian. Nada paso. Mientras la piedra de Kyllian brillaba en sus manos y sus huesos comenzaron a agrandarse y a cambiar. Miré a Altair molesta.
-A ver, esto no tiene sentido ¿Cómo una piedra nos va a permitir transformarnos? Yo nací en una colonia de ferales y nunca, en los 10 años que viví allí, escuché algo como esto.-
Altair Kirgyakos
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Miré de forma crítica y furiosa a Leila, harto ya de sus comentarios.
-Mira, Alabi, no sé de qué va todo esto pero o paras o te puedes despedir de esta clase -
Sonó bastantante a amenaza, pero incluso los novatos de 13 años se comportaban mejor que ella en aquel momento, incluso dudé de si era buena idea o no aquel entrenamiento.
-Efectivamente. Hemos entrenado las noches de luna llena, pero me parece que con las piedras voy a tener mucho más trabajo a partir de ahora -
Observé que la piedra de Leila no se estaba activando. Me acerqué a ella y le toqué los hombros con cuidado mirándole a los ojos.
-Leila, relájate. Piensa en los momentos antes de transformarte, la luz de la luna bañando tu piel y convirtiéndola en tu otro yo, uno más fuerte -
Intenté transmitirle toda la confianza que pude. Quería ayudarla pero me lo estaba poniendo complicado y teníamos a un feral convirtiéndose en nuestras narices. Me puse frente a Kyllian para que no viese a Leila en su transformación, no quería añadir más leña al fuego.
-Ahora repite el encantamiento, ahora recita detrás de mí otra vez:
Sköll heitir ulfr,
er fylgir inu skírleita goði
til varna viðar,
en annarr Hati,
hann er Hróðvitnis sonr,
sá skal fyr heiða brúði himins-
Me acerqué a Kyllian lentamente con posición relajada y hablándole suavemente.
-Kyllian, me reconoces? Asiente si puedes-
Quería probar su nivel de consciencia antes que nada, para saber desde dónde empezar.
Kyllian Evans
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Las excusas de Leila y el echarme en cara cosas me ponían de más mala leche todavía, Altair también parecía mosqueado así que lo dejé estar, más o menos - no te jode con la marquesa de las pulgas... - dije por lo bajo, aún no entendía que lo primero era la salud de la pequeña, esa había sido mi razon de llevarla al único hospital que yo conocía, el barco estaba desierto, ni un alma que me pudiera ayudar -Vaya, me parece que no entiendo nada, no hablo feral puro, será porque soy un mordido-
La chica solo preguntaba, tenía un nivel de desconfianza descomunal incluso con gente que ya se había jugado el culo por ella. Mi piedra resplandecio y empezó mi transformación al contrario que la rubia, por lo visto no conseguía canalizar la magia "chupate esa sangre limpia" pensé mientras el dolor era cada vez más intenso.
La respiración era más pesada, apretaba los dientes con fuerza mientras soportaba aquel dolor infernal una vez más, las uñas fueron creciendo y al final un rugido desgarrador cuando la transformación se completó. Sacudi la cabeza confuso, estaba entre la consciencia y el desenfreno pero tenía que centrarme y dominarlo, moví la cabeza de un lado a otro como si intentara quitarme algo de encima, al Alzar la mirada Altair estaba obstruyendo mi camino, le gruñi de primeras pero mi consciencia iba ganando la batalla poco a poco, me alejé para no atacar a ninguno de los dos y a una distancia de seguridad me fui calmando mientras paseaba erraticamente de un lado a otro, al final me acerqué al licantropo y asentí con la cabeza, podía entenderlo y reconocerlo, podía hacerlo con ambos.
La chica solo preguntaba, tenía un nivel de desconfianza descomunal incluso con gente que ya se había jugado el culo por ella. Mi piedra resplandecio y empezó mi transformación al contrario que la rubia, por lo visto no conseguía canalizar la magia "chupate esa sangre limpia" pensé mientras el dolor era cada vez más intenso.
La respiración era más pesada, apretaba los dientes con fuerza mientras soportaba aquel dolor infernal una vez más, las uñas fueron creciendo y al final un rugido desgarrador cuando la transformación se completó. Sacudi la cabeza confuso, estaba entre la consciencia y el desenfreno pero tenía que centrarme y dominarlo, moví la cabeza de un lado a otro como si intentara quitarme algo de encima, al Alzar la mirada Altair estaba obstruyendo mi camino, le gruñi de primeras pero mi consciencia iba ganando la batalla poco a poco, me alejé para no atacar a ninguno de los dos y a una distancia de seguridad me fui calmando mientras paseaba erraticamente de un lado a otro, al final me acerqué al licantropo y asentí con la cabeza, podía entenderlo y reconocerlo, podía hacerlo con ambos.
Miré a Altaïr molesta cuando me amenazó de esa forma.
-Botobata, ayampi vɛks- Fue lo último que le dije a Kyllian en mi lengua natal, Krio. Mi expresión molesta cambió a una más receptiva cuando Altaïr se acercó a mí de ese modo tan inusualmente comprensivo. Me pasaba por dos cabezas así que yo quedé a la altura de su desnudo pecho peludo cuando me tomó de los hombros. Dí un paso hacia atras para tener un poco de espacio personal, me saqué el jean y la musculosa que tanto me gustaron para que no se rompan quedando en ropa interior frente al descendiente que me cubría de Kyllian. Al principio me encontraba algo cohibida y trataba de taparme o de encogerme para que no me viera, pero luego pensé que era como ir al doctor, probablemente él ya vio a muchos y no había nada en mí que no conociera ya, con esa idea en mente tomé la piedra, cerré los ojos, relajé el cuerpo, respiré profundo y adopté la postura que señaló para luego repetir las palabras.
Sköll heitir ulfr,
er fylgir inu skírleita goði
til varna viðar,
en annarr Hati,
hann er Hróðvitnis sonr,
sá skal fyr heiða brúði himins
La piedra se elevó en el aire por encima de mi cabeza, iluminándose intensamente hasta lograr la apariencia de una gran esfera mágica que emulaba la influencia de la luna llena. Los dolores comenzaron a sentirse. Los huesos de mis pies se alargaron y se engrosaron dejándome apoyada solamente en los dedos de mis, ahora, patas, sin apoyar la articulación del talón, el pelaje rubio con motas más oscuras creció en todo mi cuerpo, los huesos de mis piernas fueron los siguientes en transformarse, aumentando su tamaño y rompiendo las bragas de power rangers, fueron apareciendo las vértebras caudales formando la larga cola peluda que me ayudaba a mantener el equilibrio de mi cuerpo, mientras mi nueva anatomía me obligaba a inclinar hacia adelante de la parte superior de mi cuerpo, los huesos de mis vértebras y costillas se agradaron, ahí también fue mi sujetador, al igual que los huesos de mis brazos, mis pulgares se transportaron a través de mis brazos, el resto de mis manos se convirtieron en patas peludas y surgieron las garras, a eso siguió la transformación de mis mandíbulas, mis dientes, la estructura de todo mi cráneo y la aparición de los bigotes y las puntiaguda y peludas orejas acompañado por gruñidos y sonidos lastimeros. La transformación a mi forma hispo fue más rápida que durante la luna llena, así que los efectos del intenso dolor los sufrí más en mi otra forma. La anti natural conversión y su tan acelerada velocidad me produjeron dolores terribles que hacían que apenas me pueda mantener de píe en mis cuatro patas. Gruñí y regruñí. Estaba incómoda en mi propia piel. Algo no estaba bien. Así no era como ésto venía sucediéndome desde hace 20 años. Algo andaba mal. Me puse a olfatear mi entorno, a buscar con la mirada al culpable. Encontré a dos opciones. Les mostré los colmillos a ambos amenazante. Quería que dejaran de hacer lo que sea que estuvieran haciendo, aquello que me hacía sentir mal. Mis orejas estaban retraídas hacia atrás, claramente molesta. Les bufé una y otra vez mientras me acercaba a ellos amenazante. Quería que se detuvieran. El dolor seguía allí, retumbando como un eco, incesante, persistente. Los obligaría a detenerse. Me lance a por el de forma humana con las garras listas para clavarlas en su piel y los colmillos listos para desgarrar su carne con un rugido.
Traducción: Basura, ladrón trastornado.
PS: 150 + 50 PS si es luna LLENA = 200
Ataque físico: 12 por luna llena + 23 stat + 5 dado = 40
-Botobata, ayampi vɛks- Fue lo último que le dije a Kyllian en mi lengua natal, Krio. Mi expresión molesta cambió a una más receptiva cuando Altaïr se acercó a mí de ese modo tan inusualmente comprensivo. Me pasaba por dos cabezas así que yo quedé a la altura de su desnudo pecho peludo cuando me tomó de los hombros. Dí un paso hacia atras para tener un poco de espacio personal, me saqué el jean y la musculosa que tanto me gustaron para que no se rompan quedando en ropa interior frente al descendiente que me cubría de Kyllian. Al principio me encontraba algo cohibida y trataba de taparme o de encogerme para que no me viera, pero luego pensé que era como ir al doctor, probablemente él ya vio a muchos y no había nada en mí que no conociera ya, con esa idea en mente tomé la piedra, cerré los ojos, relajé el cuerpo, respiré profundo y adopté la postura que señaló para luego repetir las palabras.
Sköll heitir ulfr,
er fylgir inu skírleita goði
til varna viðar,
en annarr Hati,
hann er Hróðvitnis sonr,
sá skal fyr heiða brúði himins
La piedra se elevó en el aire por encima de mi cabeza, iluminándose intensamente hasta lograr la apariencia de una gran esfera mágica que emulaba la influencia de la luna llena. Los dolores comenzaron a sentirse. Los huesos de mis pies se alargaron y se engrosaron dejándome apoyada solamente en los dedos de mis, ahora, patas, sin apoyar la articulación del talón, el pelaje rubio con motas más oscuras creció en todo mi cuerpo, los huesos de mis piernas fueron los siguientes en transformarse, aumentando su tamaño y rompiendo las bragas de power rangers, fueron apareciendo las vértebras caudales formando la larga cola peluda que me ayudaba a mantener el equilibrio de mi cuerpo, mientras mi nueva anatomía me obligaba a inclinar hacia adelante de la parte superior de mi cuerpo, los huesos de mis vértebras y costillas se agradaron, ahí también fue mi sujetador, al igual que los huesos de mis brazos, mis pulgares se transportaron a través de mis brazos, el resto de mis manos se convirtieron en patas peludas y surgieron las garras, a eso siguió la transformación de mis mandíbulas, mis dientes, la estructura de todo mi cráneo y la aparición de los bigotes y las puntiaguda y peludas orejas acompañado por gruñidos y sonidos lastimeros. La transformación a mi forma hispo fue más rápida que durante la luna llena, así que los efectos del intenso dolor los sufrí más en mi otra forma. La anti natural conversión y su tan acelerada velocidad me produjeron dolores terribles que hacían que apenas me pueda mantener de píe en mis cuatro patas. Gruñí y regruñí. Estaba incómoda en mi propia piel. Algo no estaba bien. Así no era como ésto venía sucediéndome desde hace 20 años. Algo andaba mal. Me puse a olfatear mi entorno, a buscar con la mirada al culpable. Encontré a dos opciones. Les mostré los colmillos a ambos amenazante. Quería que dejaran de hacer lo que sea que estuvieran haciendo, aquello que me hacía sentir mal. Mis orejas estaban retraídas hacia atrás, claramente molesta. Les bufé una y otra vez mientras me acercaba a ellos amenazante. Quería que se detuvieran. El dolor seguía allí, retumbando como un eco, incesante, persistente. Los obligaría a detenerse. Me lance a por el de forma humana con las garras listas para clavarlas en su piel y los colmillos listos para desgarrar su carne con un rugido.
Traducción: Basura, ladrón trastornado.
PS: 150 + 50 PS si es luna LLENA = 200
Ataque físico: 12 por luna llena + 23 stat + 5 dado = 40
Dados
Raza
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Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Leila Alabi' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Ataque Físico' :
'Ataque Físico' :
Altair Kirgyakos
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Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Aproveché que Kyllian estaba dando vueltas para ayudar a Leila con su transformación, y cuando la piedra empezó a brillar comprobé que Kyllian ya iba mostrando signos de consciencia humana.
-Sigue así, intenta subirte a una roca -
Le dije con tranquilidad para que se distrajera de la horrible transformación de Leila. Esta tenía la mirada perdida, estaba bastante ida de sí misma, incluso me atacó de primeras. Por suerte fue a lo bruto, mi especialidad, y pude ponerme en una buena posición de bloque para resistir el golpe, y una vez estuvo cerca aproveché para cogerle del cuello con mis brazos e inmobilizarla, ahí comencé a acariciarle detrás de la oreja para ver si se tranquilizaba.
-Leila, soy yo, Altaïr, vuelve en ti misma -
Le dije con mucha calma mientras estaba inmovilizada.
-No te voy a hacer daño -
------
DADOS→ Defensa superada por ataque
-Sigue así, intenta subirte a una roca -
Le dije con tranquilidad para que se distrajera de la horrible transformación de Leila. Esta tenía la mirada perdida, estaba bastante ida de sí misma, incluso me atacó de primeras. Por suerte fue a lo bruto, mi especialidad, y pude ponerme en una buena posición de bloque para resistir el golpe, y una vez estuvo cerca aproveché para cogerle del cuello con mis brazos e inmobilizarla, ahí comencé a acariciarle detrás de la oreja para ver si se tranquilizaba.
-Leila, soy yo, Altaïr, vuelve en ti misma -
Le dije con mucha calma mientras estaba inmovilizada.
-No te voy a hacer daño -
------
DADOS→ Defensa superada por ataque
Dados
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El miembro 'Altair Kirgyakos' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Defensa Física' :
'Defensa Física' :
Kyllian Evans
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Edad
Nacionalidad
Mi control era cada vez mejor o tal vez al no tener la influencia de la luna esta vez calmarme no estaba siendo un problema a diferencia de la chica feral. Altair me instó a subirme a una roca, miré alrededor y subí a una de las más altas dando saltos entre las que eran más bajas hasta llegar a la cima dónde me eché a tomar el sol, la roca estaba tibia y era agradable, además tenía espectáculo.
Miré a Leila desde mi altura, me daba lástima verla sufrir así pero el orgullo me impedía demostrar cualquier muestra de preocupación por lo que bufé mientras esperaba a que terminara pero una vez lo hizo se puso como loca a intentar atacar, yo estaba en lo alto así que el objetivo más cercano era Altair que la redujo en un abrir y cerrar de ojos, la miré con altanero mientras un par de roncos sonidos salían de mi garganta, como si me burlara de ella mientras Altair intentaba amanzarla rascándole las orejas.
Esperé a que se le pasara la locura, moviendo la cola de un lado a otro hasta que fue seguro volver a bajar y así poder recibir las siguientes instrucciones del licántropo.
Miré a Leila desde mi altura, me daba lástima verla sufrir así pero el orgullo me impedía demostrar cualquier muestra de preocupación por lo que bufé mientras esperaba a que terminara pero una vez lo hizo se puso como loca a intentar atacar, yo estaba en lo alto así que el objetivo más cercano era Altair que la redujo en un abrir y cerrar de ojos, la miré con altanero mientras un par de roncos sonidos salían de mi garganta, como si me burlara de ella mientras Altair intentaba amanzarla rascándole las orejas.
Esperé a que se le pasara la locura, moviendo la cola de un lado a otro hasta que fue seguro volver a bajar y así poder recibir las siguientes instrucciones del licántropo.
El ataque resultó un fracaso, el de forma humana terminó agarrado mi cabeza, intenté zafarme de su agarre retrocediendo y sacudiendo la cabeza, nada, empujandolo para que retroseda, nada, al final terminé cediendo a las caricias detrás de mi oreja y manteniendo la cabeza pegada a su pecho. Los gruñidos se fueron transformando en resoplidos lastimeros, quejidos y lloriqueos. Había dolido mucho y mi cuerpo aún se encontraba tembloroso de dolor. Mis orejas se hecharon hacia atrás al oír la risa burlona del otro, pero no hice mucho más.
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