Sala de reuniones generales

Hago un gesto claramente negativo a su suposición. Thoren podrá ser muchas cosas, como un terco, un borde, o poco sociable con nosotros, pero dudo mucho que se haya unido a la Alianza. - No, no tendría ningún sentido que colaborase con ellos. - me convenzo a mi mismo mientras me echo otra copa de lo poco que queda ya en la fiesta, poniendo cara de decepción cuando dice que me dieron por perdido a la primera de cambio. No debían tener esperanzas de encontrarme con vida. Me tenso levemente por su acercamiento cuando pone su barbilla sobre mi hombro mientras susurra esa pregunta. - Sabes que yo no te dije que te apartases, tomaste tú la decisión por tu cuenta. - tal vez sabiamente, habría sido complicado lo de convivir todos en el mismo castillo, y yo necesitaba tiempo para estar con Jo y con Nyara después de haber pasado tanto tiempo encerrado. - Te pondría al día sobre los últimos meses, pero...no son historias agradables de escuchar. - ella también tendría sus cosas para contar, sabía que había estado colaborando en varios asuntos.

Centro toda mi atención en seguir las elucubraciones de Victorya, las hipótesis y posibilidades que se desprenden del mensaje. El último mensaje que lancé salió bien al principio, pero después se torció con la manipulación rastrera que hizo la Alianza. - Eso es. El que se está haciendo pasar por mí ha pedido que en el ejército se rebelen contra sus líderes. Ya han perdido líderes otras veces, y han ascendido otros que estaban ansiosos de poder. Debe ser algún enemigo interno que trata de ganar a base de mentiras y manipulación. Quiere quitarnos del medio a nosotros, y a los líderes actuales. Éamon actuará reprimiendo duramente a cualquiera que se alce contra él. Ya lo ha hecho otras veces. Aunque se rebelen contra él...no tendrán muchas opciones. A no ser que los enemigos internos sean más fuertes, o que nosotros ayudemos a descabezar la organización. - aprovechar su crisis interna sería útil, aunque por otro lado también tenemos nuestra propia crisis. - ¿Y si es sólo una trampa para que nos confiemos e intentemos hacer eso de aprovecharnos de la situación? - la paranoia por lo del extraño mensaje es bastante importante, y casi me inquieta más que eso de que se pongan en mi contra. Bebo otro trago más de la copa, señalando a la pantalla del teléfono en el que me había mostrado el vídeo.

- Si se dejan engañar por ese mensaje es que son unos idiotas sin dos dedos de frente. Lo de Thoren me parece una puñalada trapera, y voy a tomar cartas en el asunto. La gente de confianza no se lo creerá, pero tal vez lo hagan los menos cercanos, y no nos conviene. Hay que actuar con cautela, y ver si los de la Alianza empiezan a matarse entre ellos antes de hacer nosotros nada. Yo me comunicaré rápido con los míos, que tengan claro que ese no soy yo. - trato de concentrarme para comunicarme mediante telepatía, aunque me despisto un poco al ver entrar a Reed a la sala. No lo veía desde lo de los campos, y esperaba que Thalos ya hubiese sido capaz de hablar con él. Camino hacia él mientras miro con desaprobación eso de que esté bebiendo, aunque yo esté haciendo lo mismo.

- Reed...¿te has encontrado ya con tu padre? te ha estado buscando desde que regresamos. Supongo que tampoco te has enterado del mensaje. - tanteo a ver qué sabe, aunque no sé muy bien cómo hablarle porque la única vez que lo vi (de mayor) fue ya en el caos de la huida en los campos.

¿Y él te dio el mismo beneficio? - Murmuró, sabiendo clara la respuesta, pues el mensaje había sido enviado a todos menos a Johan. La semilla ya estaban plantada. Con Johan solo faltaba ver si florecería. Escuchó de nuevo la misma oración que en el castillo Le Fay. El "yo no te aparté". Posó un dedo de la mano libre en su rostro, recorriendo su mandíbula hasta dar a su barbilla, girándole el rostro hasta que sus miradas se conectaron, dejando solo unos centímetros entre ellos.- Creí que era lo mejor, pero ahora veo que me equivoqué. Yo no cometo el mismo error dos veces.- Susurró sin apartar su mirada de la del moreno, pasando después el índice por su labio inferior, girando después el rostro, alejándose un par de pasos para quedar de frente a él.- Josephine estuvo en todas las reuniones que yo estuve. Vio como te dieron por muerto, como te dieron la espalda, el memorial por los caídos. Ella también sabía lo de los Tolstoi. Me sorprende un poco que no te lo dijera. Quizás no quiso...- Se encogió de hombros con un aire pensativo, tratando de llegar a conclusiones que no veía claras. La pasividad de esa mujer le era misteriosa.- No te preocupes, me imagino ya muchas de las cosas que ocurrieron.- Terminó, dejando una mano sobre las suyas, a signo de compasión.

Al parecer, las posibilidades habían abierto la mente de Johan a otras tantas.- ¿Quieres colaborar contra el enemigo de la Alianza que, probablemente, se beneficia políticamente de un asunto que crear un caos en la población? El enemigo de mi enemigo es mi amigo... pero, ¿cuánto tiempo será mi amigo? Ayudar a sacar a Éamon puede abrir un hoyo negro aún más grande. En efecto, puede ser una trampa de alguien que quiere subir, o de alguien que quiere que los de abajo caigan... pero dado el caso, ¿por qué no solo un atentado? Éamon tuvo un accidente provocado hace algo de tiempo, parece ser más humano de lo que se cree. Están tirando dos pájaros de un tiro, solo no entiendo quien puede ser si nos da a nosotros y a la Alianza.- Su mirada se fijó en el teléfono que aún sostenía Johan, tratando de pensar más allá. Tratando de volver su mente a ese tiempo que estuvo en la Alianza para ubicar los planes, cuando recordó los comandos fallidos que le dio a aquel androide en la base de la Alianza tras rescatar a Johan.

Johan, los menos cercanos deben ser más que en los que confías. Si se vuelven contra ti, poco podremos hacer sino esconderte...- Apuntó finalmente ante su plan de desmentir las fake news, a sabiendas de que podía salir tan bien como tan mal. El momento en el que Johan se va con aquel chico con cara de pocos amigos le toma un poco por sorpresa. Aprovechó para, mientras caminaba en dirección del par, escanear un poco la sala. Quedaban los borrachos, los que no se enterarían en un día o dos de las noticias, y la mayor parte de los asistentes se había ido. Vaya fiesta, casi mejor habría sido quedarse con Ian, pues había quedado un poco intrigada con el licántropo. Al acercarse al par, alcanzó a escuchar lo del padre del chico, que había estado en los campos. Por un momento, la curiosidad pudo con ella.

Niego con la cabeza a la pregunta de si Thoren me dio el mismo beneficio. No lo había hecho, claramente, aunque no sé si por cabeza hueca o por maldad. Ladeo levemente el rostro en su dirección cuando ella pasa su dedo desde mi mandíbula hasta la barbilla, devolviéndole una mirada un tanto confusa porque no comprendo eso de que piense que se equivocó. - Tampoco lo llamaría error. Llámalo falta de entendimiento. Tú creíste que yo quería que te alejases o que sería problemático, pero no veo por qué debería serlo. - o tal vez sí, porque juraría que eso de tanto acercamiento y eso del labio son señales de coqueteo, por muy discreto y misterioso que sea. Sabe cómo hacer para dejarme dándole vueltas al asunto. Ella se aleja antes de que pueda reaccionar a eso, aunque mi gesto se vuelve un poco serio cuando menciona lo de Josephine en el memorial aquel.

- Jamás dudaría de la lealtad de Josephine, por mucho que Yaroslav sea uno de sus mejores amigos. Si no me dijo nada fue porque confía en él por completo, y sobre Thoren...seguro que lo consideró una bravuconada propia de él. Prefiero verlo cara a cara. Y enviar el maldito mensaje cuanto antes para que todos sepan que esa copia de mierda no era yo. - suelto cabreado al pensar en el vídeo que he visto, agradeciendo internamente a Victorya por no tener que ponerme a contar ahora lo que sucedió en mi encierro. - El problema es que no sabemos quién es el amigo enemigo ese. No sabemos quién está detrás de esa copia, androide o lo que sea. No sabemos quién más busca sacar beneficio de esto. Supongo que un atentado no es suficiente, querrán asegurarse de eliminar a los tres gobernantes, no sólo a uno. - me echo otro trago más de la copa para ver si me ayuda a pensar con más claridad, pero siento que hay muchas cosas que se me escapan. - Hmm...Los Blood Keepers solían ir contra nosotros y contra la Alianza, pero no sé. Los veo en una posición un tanto débil como para intentar algo así. Tampoco creo que sean los Soul Reaper, ahora son algo así como unos aliados. Podrían ir contra la Alianza, o los Blood, pero no creo que contra nosotros. Está claro que es alguien de dentro de la Alianza, de este país o de otros. Están usando androides, como los que había en la ciudad aquella en la que estuve encerrado. Quieren desarticular nuestra lucha...y pensar en un autogolpe de Éamon y compañía sería muy enrevesado, aunque no me extrañaría después de lo que hicieron en Ministerio de la Paz. - a partir de ahora pueden darse múltiples situaciones, difíciles de predecir en el tablero de eventos. Miro a Victorya como pidiendo su opinión de lo que hacer ahora, aunque antes sugiero una idea que se me pasa por la cabeza. - Tal vez deberíamos empezar por tantear a los soldados de la Alianza que no son del todo fieles al gobierno. Contactar con los posibles disidentes, si es que los hay. Es arriesgado, pero deberíamos darnos una vuelta por la ciudad durante los próximos días. - poco podemos hacer aquí ya, así que el acercamiento a Reed y la conversación con él tendrán que desarrollarse después.

Espero un momento por la respuesta de Reed, pero decido que es mejor hablar en otro sitio o momento al ver que somos los últimos que faltan por abandonar el salón del festejo. Todos los demás se habían ido marchando, aunque no me di cuenta de cuándo salieron muchos de ellos. Les hago una indicación tanto a Victorya como a Reed para decir que es hora de irnos, saliendo de allí los tres para seguir en otro lado, o tal vez para descansar de esta noche tan intensa.

La reunión se acabó después de demasiadas copas y ya me tenía que ir a mi casa. Había sido una reunión entretenida, más de una chica me había tomado por interesante. Todo un galán y además guapo, inteligente y sencillo, me jugaba a favor. Conquisté a más de una, pero yo, un elfo noble y honorable no andaba con cosas mundanas. Me doy a respetar, como siempre, como debe de ser.

Tras intercambiar direcciones con algunos cuantos borrachos más para iniciar una ronda de juegos de poker los jueves, me retiré del círculo que habíamos formado. Para cuando lo hice, ya casi todos se habían ido. Encendí un cigarrillo que disfruté mientras caminaba por el salón hacia la puerta, saliendo de ahí. En el aire frío de la noche, de repente se me ocurrió que me habían traido en teletransporte y no había quien me regresara. Ciertamente no iba a irme con los borrachos.- Agh... tendré que llamar a Aiden. Con lo que le molesta que le hable a último momento. Malcriado, malagradecido, aparte de que lleva a las chicas a mi casa el muy descarado. Quizás si me tirara al vacío se molestaría menos a que lo saque de la cama... Si es que ya llegó a ella. A la cama.- Rodé los ojos marcando por el teléfono un número conocido. Menos mal que esos idiotas ya tenían tecnología. Malditos dragones y su resistencia al progreso. Siempre querían cosas de hace dos mil años. Ni siquiera vivían hace tanto.

Tras despotricar un rato, tiré la colilla del cigarro en algún basurero. No se me ocurrió apagarla antes así que me tuve que ir a paso rápido de ahí, perdiéndome por la isla antes de que otra cosa sucediera.

FIESTA DE INAUGURACIÓN DEL TORNEO FÉNIX DE OUROBOROS

Todos los habitantes e invitados de la isla han recibido la siguiente invitación:

Consejo de los 20 Por la presente quedan convocados durante el mes de septiembre de 2041 a la ceremonia de inauguración del Primer Torneo Fénix de la historia de Ouroboros. Este torneo se realiza para conmemorar la alianza de todos los bandos mágicos y la vuelta de la magia. Esta fiesta pretende estrechar lazos entre las diferentes razas y favorecer la hermandad y colaboración entre las mismas. Tras la fiesta, al día siguiente, iniciará el torneo con los elegidos para participar en él. La duración del torneo será de 5 días, y podrá seguirse desde las gradas.

Llegué junto al cámara hasta la sala de reuniones generales, la seguridad era densa pero había conseguido pos pases para poder estar ahí. Avisé al cámara que empezase a rodar con sus artilugios mágicos y me micrófono en mano para comenzar.

-¡Hola magiadictos! Aquí Katya mostrando las noticias más significativas en el mundo mágico. Tal vez me recuerden de reportajes como “Desvelando colmillos falsos” o “Altaïr: el lobo porreta”. Nos encontramos en la sala de reuniones generales, donde muy pronto empezarán a llegar los participantes y organizadores del primer Torneo Fénix en la historia de la magia. Somos de los primeros en llegar pero ya se nota el olor a colonia barata y comida precocinada.

La sala consta de una zona de cena, una pista de baile y la zona de descendientes, en la que hay un atril para escuchar otros de los inaguantables dramas de nuestros queridos descendientes.

Oh! Aquí llega nuestro primer concursante!
¿Qué le ha traído hasta aquí?
¿Qué opina de que ha firmado con sangre un contrado de que la isla no se hace responsable de los daños y las muertes?
¿Tendrá a gente apoyándolo desde las gradas?-

Me había puesto mi arcaico uniforme del ejército rojo ruso porque en la carta que me enviaron hace unos días ponía no sé qué de un torneo, y de una fiesta y no sé qué más. La verdad es que no entendía una mierda de la letra de la carta, parecía escrita por un vejestorio medieval. El caso es que me presenté allí con mis mejores galas, esperando que hubiese buen vodka y diversión. También esperaba que Sayid y Thalos no estuviesen allí, que al final me escabullí de la conversación aquella. Mi puntualidad me había hecho llegar demasiado pronto, tanto que era prácticamente de los primeros en entrar. Lo que no me esperaba era encontrarme allí a la loca aquella, la de las tarjetas de presentación en Comic Sans.

- ¡Tú! ¿¿qué haces aquí, quién te ha trraído?? ¡¿Dónde se va a emitir esto?! - pregunté al ver que iba con equipo de grabación, y que comenzaba a hacerme preguntas por ser el primero en llegar. Me aparté un poco del micro, mirando con desconfianza. A lo mejor todo era una cámara oculta y me estaban timando.

- Me han trraído mis pies. ¡He firrmado cosas mucho peorrres que eso! - en realidad no recordaba ni lo que había firmado, si es que lo había hecho. Debía estar borracho. Lo de las gradas tampoco sabía de qué iba, pero sonaba bien. - Eh...¿los animales cuentan? - pregunté a eso de la gente animándome, porque creo que nadie más estaría interesado. Tal vez Yaroslav, pero últimamente no hablábamos demasiado.

Me brillaron los ojos al ver que el entrevistado iba vestido conforme la patria rusa lo indicaba para estos eventos, pero se me descolocó la cara cuando me di cuenta que se trataba del hombre del huevo que conocí en la posada, pero ya no había vuelta atrás.

-Disculpa pero yo a ti no te conozco de nada - Dije sonriendo forzosamente, no me interesaba que dijera en público nuestro anterior encuentro. -Yo he venido a codearme con los mejores influencers y cargos de todo el panorama mágico, porque creo que estoy en el sitio que me merezco. Si me seguís en mis redes sociales sabréis que soy una Story Queen y que aquí la que lo peta soy yo- Aquello último lo dije mirando a la cámara, poniendo esa sonrisa con la postura exacta que pongo siempre en mis fotos. -Todo esto se va a emitir en todo espejo mágico o reflejo encantado. Recordad que estas entrevistas estás patrocinadas porMagiespejos, siempre al día de la actualidad en el mundo mágico - Guiñé un ojo mirando a la cámara.

-¿Entonces significa que tu tortuga ha nacido? Felicidades papá - Ya hasta me había olvidado de que pretendía hacer como que no le conocía. -Y cuéntanos, ¿qué es lo que más te preocupa de este torneo? ¿Alguna fobia que confesar? - Le hice una mirada pillina mientras que con los brazos me apretaba y agitaba las tetas.

La señalé indignado con el dedo, a ella primero y a la cámara después. - ¡Claro que me conoces, me pegaste una patada voladora en la taberna aquella! - también recuerdo que estaba el drow, y un desconocido al que no volví a ver jamás. Me quedé con cara de póker cuando me dijo eso de los influencers y las stories, no tenía ni idea de lo que me estaba contando, además me estaba estresando con tanto término desconocido. Además se puso a hacer publicidad, eso lo entendí, y entendí que debería pagarme por salir en pantalla. - Dame mi comisión. - le extendí la mano para que soltase la pasta, entornando los ojos con cara de rencor infinito. Después puse cara algo más sonriente cuando me habló de la tortuga. Fue bonito que se acordase de mi huevo.

- AAhh sí, hija de Aplastaneitorra ya nació. Le presenté a mi lobo huarrgo, se llevar bien. ¿Querrer ver foto? - saqué una del bolsillo de la chaqueta, cual padre orgulloso de sus criaturas. Después la mostré a los que grababan, plantándola en todo el medio de la imagen. Volví a guardar la foto con cuidado, agarrando después el micro que ella tenía en la mano para tener más protagonismo. Ya se me había olvidado lo mucho que me daba dar discursos en la Plaza Roja de Moscú, qué tiempos aquellos. Estaba bien, menos cuando te atacaban a traición y caías a la multitud.

- Si tuviese fobias no las iba a decir, ¡ja! el enemigo no debe saber. No me prreocupa nada, pero no quierro tener que aguantar a gente que me caiga mal. Que no me harten. Y que me den bien de comer. Y dinero.

Pasó un mes desde los incidentes en el hospital donde había tenido que poner a raya al personal, sobretodo a los dos gatos que después de todo el jaleo acabaron para el arrastre pero al menos se estarían quietos un par de días, entre tanto yo me estaba preparando para emprender un nuevo negocio, los gatuzos con su discusión por la cria me dieron el empujón que hacía falta para decidirme y es que teniamos mucha magia pero no métodos anticonceptivos, si hubieran usado una gomita no me habrían montado todo ese espectáculo en el hospital y si teníamos guantes de latex... porqué no hacer otra cosa? "me voy a forrar" pensé para mis adentros poniendome manos a la obra.

Para final de mes ya tenía algo de mercancía, no había sido nada fácil pero era en método más efectivo que la poción para el aborto, por no decir menos doloroso y sin traumas de perder un hijo o cosas de esas de las que tenían que preocuparse los heteros, además de ahorrarme trabajo que con tanta guerra y revolcones en el pajar había cada uno que estaba para incinerar vivo. Entonces llegó mi momento de brillar, un nuevo evento en Ouroboros, una fiesta inaugural y cinco días de torneo -POR FIN!!! oh, los gladiadores con esos ondulantes pectorales brillando al sol con el sudor de su hombría!!! - estaba emocionado, podía hacer de todo!! así que empecé los preparativos sin demora alguna y cuando por fin llegó el día de la fiesta iba con todo el arsenal, preparado y bien vestido con mi traje y pajarita con unas gafas de sol y una gabardina en los hombros, todo un hombre de negocios seguido de mi fiel sirviente que iba como un pincel, bien vestido con uno de esos trajes que le resaltaban el trasero y por su puesto una máscara por si se liaba parda.

Llegué al gran salón y ordené a mi hijo compartido con Giordano que esperara con la caja y una pizarra, porque si, pensaba hacer apuestas y llevarme un pellizco, por suerte no entramos por la puerta principal pues a lo lejos pude ver al autentico Thoren hablando con una chica, hice pose de vieja indignada para después entornar los ojos -Traidor heteropatrialcal! y yo que le sobé su huevo!- me acerqué a ellos y una vez tuve un mejor ángulo pude ver la cámara, Thoren estaba comentando algo y me acerqué a él con total confianza -Thoren querido! cuanto tiempo, tengo un regalito para ti!!- dije sacando un condón de mi bolsillo enseñándolo como quien no quiere la cosa pero que se viera bien en el chisme mágico.

Había estado en esa isla en la que me habían dejado hacía unos meses. La conocía de antes pero solamente había rondado por ahí en forma de dragón.
Puff era un fastidio eso de tener patas de alambre y manos raras y tenía mogollón de frío con esa piel tan fina. Pero me habían explicado que justo cuando aprendí a hacerme humano así de casualidad pues habían quitado la magia o algo así, y claro...pues ahí estaba yo, con unas telas que tenía que ponerme por el cuerpo escombro que tenían los humanos. No era nada práctico.
Esos meses había tenido la oportunidad de meterme dentro de los edificios de la isla. El primer día me llevaron a un lugar y me dijeron que era mi habitación, no entendía ese lugar. Había un chisme blando con más telas en el que me dijeron que tenía que dormir. ¿Como iba a dormir en un sitio así? Los humanos son muy raros.
Otro día fui a los lagos a pillar algo de comida. Una de las señoras que había por ahí me gritó cuando me vio metido en el lago con el pescado en la boca. Me explicó que eso no se hace... y me llevó a un sitio que se llama comedero en el que me pusieron pescado pero... sabía mal. Estaba dorado y no era fresco así que por las noches me voy al lago a por pescado, aunque ya quedan pocos.
Estuve llamando a Thalos a gritos desde el borde de la isla pero nada, que pasa de mí, no viene a verme ni nada. Vaya mascota de mierda.
Hace unos días había revuelo por ahí y me acerqué a mirar, un montón de humanillos estaban mirando un papel muy bonito con garabatos. Un señor me dijo que si quería apuntalarme. No sé que quería decir pero bueno, me lo dijo sonriendo y como me pareció un tío majo le dije que sí, así que me dijo que pusiese mi nombre. Y lo puse.

Ahora mismo me he encontrado con un montón de gente que me ha dicho que tenía que ir a un lado, que me esperaban. Creo que la señora del lago se ha enterado de que me sigo comiendo sus peces. Jo, espero que no me abronque demasiado. Así que nada voy a entrar al sitio, hay un montón de gente y sus trajes brillan y son bonitos, yo llevo la ropa esa de telas que me prestaron, no es bonita como la de los demás pero es calentita.
Giré un par de veces mirando al techo, era muy alto, seguro que cuando vuelva a poder ser dragón puedo seguir entrando a estos sitios, soy grande pero no tanto y aquí fijo que puedo volar.
Me choqué con un par de señores que andaban por ahí que me dijeron algo de que andase con cuidado. ¿Pero como voy a andar con cuidado con las patas estas que me han puesto?ufff, son muy difíciles estos humanos.

Recibí una carta invitación para un torneo en la isla de Ouroboros, miré varias veces el sobre y la carta. Hacía tiempo que no pisaba ese lugar desde la última vez que me presentaron el lugar, me lo pienso varias veces, quizás esta sea una buena oportunidad de probar mis poderes y mi entrenamiento... o de dejarme completamente en ridículo. Saqué la moneda comunicadora del bolsillo del pantalón, jugué con ella entre mis dedos pensando si enviar un mensaje, así que la lancé al aire recogiéndola después en la palma de la mano, no sé apra que lo hago si total no lo voy a hacer igualmente... he estado un poco distante ultimamente, supongo que alguno lo habrán invitado o algo y ya los vería ahí, me daba cierta cosa decir "holi, estoy vivo y voy a un torneo".

Me concentré cerrando los ojos, la marca lunar en mi frente empezó a brillar, mi pelo se volvió momentaneo tan blanco como la fase lunar del día, pequeñas luces se empezaron a emitir desde el suelo y una luna fantasma me tapó por completo desapareciendo del sitio y apareciendo en la zona que la carta indicaba donde iba a ser la fiesta, abrí la puerta y miré hacia dentro, ya había un par de personas dentro, entre y miré a las mesitas con comida y ponche. Empecé a sudar la gota gorda, mi espiritu de la Brigada me estaba reclamando... debo... beber y comer sin control...

Fui disparado a la mesa con comida y empecé a probar de todo como si fuera un muerto de hambre que no había comido en años, había cosas deliciosas, otras que sabian a proquería que comían los ricos. Luego probé el ponche, no estaba mal pero le faltaba alcohol, eso o tengo ya tanto alcohol en vena gracias a la Brigada que ya la graduación normal ni la noto... ¿Dónde están las jodidas bebidas de verdad?

Tras dejar a Aedan con Adam y comentarle un poco por encima lo de los Pendragon, Ian y Catherine se aparecieron directamente en la entrada del baile. Nada más aparecer alguien gritó su nombre. La Descendiente se crispó un poco y apretó la mano de Ian, para luego reconocer a uno de los discípulos de Sean, el que se había encargado de los mellizos de Anteia en su boda -Hola Dante- Sonrió de lado mientras se acercaba a ella, Catherine miró a Ian con cierta extrañeza por la confianza que de pronto se tomaba el chico -¿Cómo estás? Hace mucho no os vemos en la isla...- Soltó, así sin más. Catherine lo miró con cierta dureza -Evidentemente, viva- Señaló alzando ambas cejas y Dante fue lo suficientemente inteligente para entender la indirecta -Yo...sólo quería comentaros que un amigo le gustaría ponerse en contacto con usted para ser vuestro discípulo- La morena relajó el gesto y lo miró con curiosidad -Cuando esté en la fiesta, búscame- Indicó y asintió suavemente antes de empezar a caminar hacia la entrada  del salón tirando de Ian.

"Joder...Ya empezamos... La otra vez Sean y Adael me metieron caña co n eso de aenseñarle a la gente. Que si relaciones no sé que y tal. Por amor a Morgana, que estrés..." Indicó mentalmente a su esposo mientras veía toda la pomposidad general. Intentó buscar caras conocidas pero no encontró a nadie así que se fue hacia un lado con Ian -Y ahora esto. Encima van a tener razón...- Gruñó quitándose el pelo de la cara con un gesto tosco  -Pensé que el único loco que quería saber maldiciones eras tú- Le dijo a Ian sacándole la lengua. Hace ya un rato que no estaban solos y era...agradable, aunque estuvieran rodeados de mucha música y mucha elegancia. Algo que a ambos, de alguna manera, les parecía un poco lejano -Al menos la comida no parece quemada- Le susurró a Ian al oído, sonriendo de lado cuando vio una de las bandejas levitar alrededor de ellos como ofreciéndoels la comida. Tomó un par de canapés, le dio uno a Ian y se cogió otro para ella -Bueno...- Expresó mirando crípticamente a Ian -Mientras llega la gente que me va a dar información, podemos criticar a los presentes. Solía hacerlo con Rhaegar….Cuando se dignaba a presentarse, el muy cabrón...Venga. Elige uno...- Dijo moviendo los dedos para señalar a la gente de alrededor. Observó entonces a un peliblanco y alzó una ceja. Hace mucho tiempo que no sabía nada de Yaroslav, el recuerdo del ruso le robó una sonrisa así que conectó mentalmente con THOREN pensando que era "su" ruso aunque tuviera el cabello corto. "Pruebas suerte de nuevo en el torneo, Yaroslav? Confieso que prefería tu cabello largo... ".

Código:

Interactúo con:
Dante PNJ aprendiz de Sean.
Ian Hacksaw
Thoren Tolstoi

La invitación había llegado días antes, y con ella la duda de lo que deberían hacer. Sí habían hablado de participar o no un par de veces, pero no habían logrado concretar nada por cosas que se les ponían en el camino. Esa noche, ella ya tenía una resolución. Se había inscrito antes de llegar a la fiesta, por si le daba por arrepentirse. Lo peor que podía suceder era perder la primera ronda... pero era una prueba necesaria, al menos en su mente así lo creía. Llegó entonces del brazo de Reiv al lugar. Si bien llevaba el mismo atuendo del vestido rojo de la última vez, con su cabello hizo en un peinado sencillo, su maquillaje con solo un poco de delineador y los labios en rojo, y las zapatillas a juego con todo, su rostro tenía un brillo notablemente más optimista. Desde lo de la hija de Blair, y sobre todo lo de Lila, había pasado ya tiempo suficiente como para poner en orden su corazón y su mente. Aún tenía ese miedo de que las sensaciones de culpa y vacío volvieran, pero habían pasado tres meses ya y nada había vuelto. Incluso había llegado a jugar un poco, dos o tres minutos, con Nyara y Lila sin sentirse mal por ello. Nunca fue mucho de niños, así que se agobiaba después de un rato de manera natural, pero todo parecía ir a mejor.

- Entonces ella dijo: ¡no tendré amigos, pero al menos no voy por ahí diciendo Leviosá! Y todos se rieron. - Terminó de contarle a Reiv lo gracioso de su día en el entrenamiento con sus "alumnos", que habían hecho grandes progresos en los últimos meses, cuando llegaron por fin al lugar. Apenas cruzar las puertas de la sala, se encontró con todo el hermoso decorado que habían logrado. A veces le sorprendía lo mucho que los magos podían hacer con solo desearlo. Su mirada se paseó, sobre todo, por el hermoso candelabro que colgaba del techo, iluminando toda la habitación. Pensando un poco en el pasado, lo más seguro fuera que aquella habitación quedase en ruinas y se reconstruyera desde cero.- Alguien más sabe hacer tu magia de restauración muy bien.- Susurró, adentrándose en la sala. De reojo alcanzó a ver a Thoren, sonrojándose un poco mientras pensaba en tonterías y quitándose de ahí rápidamente. Por la hora, acababa de iniciar, pero la gente ya se encontraba en la pista y el alcohol rolando por la habitación. Después de tomar un par de copas, una para su acompañante y otra para ella, caminaron en dirección al centro del salón, donde se dedicaron a beber mientras veían a las parejas bailar en el borde de la pista. Una extraña sensación le tomó por sorpresa cuando una idea llegó hasta ella.- ¡Invítame a bailar! - Soltó con una risilla por lo bajo al recordar que siempre dejaban eso de lado en los bailes. Siempre se decían después, pero el próximo baile sería para coronar un ganador o ganadora del torneo, y tenía la impresión de que ese día tendría poco tiempo para hacerlo y demasiado en mente.- Ya me cansé. Siempre decimos después, después, después. Después. Después. Ya no quiero perder el tiempo. Quiero que dejemos de perder el tiempo.- Y por perder el tiempo se refería más a recuperar el año que había dejado pasar en modo autómata mientras él se dedicaba a existir a su lado. No entendía muy bien como Reiv había aguantado todo por lo que lo hizo pasar, pero agradecía desde lo profundo. Se plantó frente a él con una sonrisa de travesura que cruzaba su rostro, esperando a que hiciera caso, por una vez en su vida, a lo que se le ordenaba... Aunque luego recordó a Adele y seguro que a aquella orden no se había negado mucho tiempo. Sacó el pensamiento de la cabeza y volvió a centrar su atención en el contrario, bebiendo un trago de su copa.

Nada más llegar ya empecé a notar la personafobia de Catherine al estar en una fiesta, aunque disimulé y me puse serio para no reírme por lo bajo cuando vino a hablarle uno de los aprendices de Sean. Todavía no había demasiada aglomeración de gente, así que no me agobié por el momento. Su mensaje mental me dio la señal de que ella sí se estaba agobiando. Apreté su mano mientras le señalaba con la cabeza la zona del buffet. - Eso sí, pero podemos simplemente ponernos a zampar y pasar de todo. Un licántropo tiene que alimentarse bien. - me parecía el mejor plan, al menos hasta que encontrase a alguien conocido. Miré por allí a ver si veía a Azahar, que hacía tiempo que no hablaba con ella, o Jarkko, que pasaba lo mismo. Resoplé un poco contrariado.

- Pues no están ni tus amigos ni los míos. ¿Y si mandas un mensaje mental a Jarkko y a Azahar para saber si van a venir a la fiesta? - pregunté mientras nos acercábamos a una de las bandejas con comida, tomando el canapé que me dio Catherine. Me daba la impresión de que me iba a quedar con hambre. Miré mal al discípulo ese que ya se había marchado, si su amigo quería aprender maldiciones eso me quitaría tiempo a mí. - Pero yo soy el enchufado, dame más clases a mí. Tengo que mejorar. Ya sabes que no iba muy avanzado con la magia, y que desde que estamos juntos he mejorado. - pille otro canapé de bandeja voladora cuando pasó a mi lado, sin parecer muy sorprendido cuando me dijo que ella y Rhaegar jugaban a criticar. - Muy Le Fay todo... - me fijé un poco en los presentes, en especial en el elfo y la chica que estaban rodeando a Thoren. - Esos ya van borrachos y acaba de empezar. - sigo recorriendo el comedor con la mirada, localizando a un chaval que parece perdidísimo. - Y ese pobre no sabe en lo que se ha metido. ¿De qué dices que iba el torneo? Porque en el que yo participé el ruso y yo acabamos bastante hechos mierda. Y ninguno de los dos ganamos. - al menos tenía buenos recuerdos de aquello por otro motivo, así que rectifiqué la frase, sonriendo de lado. - El torneo. Me gané una Le Fay.

-Esa...es una excelente idea. Al menos hasta que vengan a molestarme de nuevo- Dijo con cierta sorna pero, no obstante, a medida que avanzaban sentía más hambre. Había empezado a defenderse en la cocina pero no tenía...Exquisiteces de ese estilo. Los necesitaba como agua de mayo. Así que volvió a coger otro par de canapés y susurró un par de palabras haciendo que la bandeja se quedara donde estaba, aunque intentaba irse parecía que una barrera la mantenía a su lado.

-Sí..- Miró a Ian a la punta de la nariz concentrándose en los vínculos con Jarkko y Azahar para enviar los mensajes pertinentes y señalando que si no habían recibido invitación dijeran que venían como invitados especiales de ella -Listo...a ver qué me dicen- Dijo llevándose otro canapé a la boca y entonces escuchó lo de que estaba enchufado y se rió un poco, negó con la cabeza -Ya casi estás al nivel de Aedan- Bromeó tocándole la punta de la nariz y haciendo un gesto para que la bandeja de bebidas se acercara. Eran bebidas elegantes -No es cerveza, pero nos hará bajar la comida- Señaló y cogió su copa  para darle un largo trago antes de meterse otro canapé.

Se rió de verdad cuando soltó eso de "Muy Le Fay todo" -¡OHHH! no te he contado lo mejor de la visita de Sean y Adael...- Le miró a los ojos con mucha emoción "Es un cotilleo total pero... ¡Lucio y Sean se enrollaron!  Según Sean le hace feliz, así que estoy tan contenta". Esperó  a estudiar su expresión y finalmente siguió con el juego que pillaba con su hermano. -¿Cómo sabes que van borrachos?- Preguntó ladeando la cabeza -Y no sé porque Yaroslav se cortó el cabello- Indicó con un quejido antes de oír las palabras de Ian sobre el torneo. Alzó suavemente las cejas para luego escuchar su corrección que le descongeló el corazón -Eso ya me gusta más...- Soltó y se acercó  a él para robarle otro beso corto. No se atrevía a expresar corporalmente realmente lo que quería porque...estaban en público. -No sé de que va el torneo. Recuerdas que he estado escaqueandome de todo?- Le soltó riéndose.

Eran pocos, por no decir nadie, el que le había visto el pelo después del baile. Y antes, tampoco. Desmond se había refugiado en sus libros e investigaciones, incluso prácticas de magia y maldiciones; ya que Catherine no se molestaba en guiarlo. No sabía si era por menosprecio a su magia o porque pensaba que era más inteligente que ella. Que lo era, pero ese no era el punto.  No obstante, los asuntos protocolarios pertinentes a los Descendientes siempre lo hacía tomarse el tiempo para socializar y dar la imagen que se precisaba de los Le Fay.

Iba vestido con un traje negro, al completo, incluida la camisa y la corbata. Llevaba en los gemelos los cuervos de plata Le Fay.  El traje, también, llevaba un toque mágico y se notaba por las formas extrañas que recorrían la solapa de la chaqueta y parecían, más que brillar, absorber la luz de donde sea que pasaba. Llevaba un anillo de ópalo en la mano izquierda y debajo de la camiseta una cadena de plata con el vial de sangre de Rhaegar. Su cabello, corto y perfectamente peinado se veía más oscuro que de costumbre y, por ende, sus ojos resaltaban más. De un color ámbar casi dorado, Desmond siempre había tenido una mirada cálida. Hasta ahora.

Trajo del brazo a Priscila, su acompañante de esa noche, y quien siempre le había parecido encantadora. Encantadora a un punto interesante. De esos que dices... "eres muy adorable, pero realmente no lo suficiente para mi estatus". Desmond debería estar apuntando a unas Descendientes, era muy consciente de ello pero por el momento su mente estaba en otro sitio. -Me parece que este torneo será estupendo- Desmond desvió la vista hacia Priscila con una sonrisa cortés -No hay torneo del Consejo que no lo sea- Aclaró, aunque recordar el último hizo que se le removiera el estómago. Fueron paseando y parándose en varios círculos para saludar tanto a discípulos como a otros conocidos de la isla.

-Bueno pero aquí no hemos venido a hablar de mí, lamentablemente. Estamos para descubrir si los competidores tienen ya planeadas sus estrategias - En verdad yo estaba aquí para hacerme más famosa y por los lereles, pero ya si me daban un salseo jugoso pues como que mejor. Le cogí la mano a Thoren de forma condescendiente cuando me pidió su parte de la entrevista -Eso te lo tienes que ganar tú aquí en el torneo, no te lo voy a hacer todo - Puse las manos en mi cadera, como si fuese una madre que quiere que su hijo le dieran las cosas hechas y aquello no podía ser.

Observé la foto de su tortuga -Es muy mona, pero no me llevaría bien con ella. Por cierto estoy un poco seca y he visto a gente con cervezas, pero a mí no me ha ofrecido sangre, menuda discriminación...-

Me cogió el micrófono en un despiste, intentando quitarme protagonismo -Trae pa’ ca’ eso musculoco, aquí la estrella soy yo - Dije en ruso al hombre, quitándole el micro con mi fuerza vampírica. -Y ahora aparece un elfo a promocionar sus mugglelades! Bueno tirando que chispea, que ya ha llegado la gente que corta aquí el bacalao, vamos Luis! - Le dije al cámara para ir en dirección a Catherine.

Llegué justo cuando se dieron su breve beso, haciendo que soltara un suspiro de envidia -Pero bueno señorita Le Fay, parecen los muñecos de la tarta de una boda ¿Cómo ha sido organizar este torneo? ¿Alguna pista de las pruebas que vamos a ver? - Me mostraba impaciente por ver si soltaba prenda con alguna exclusiva.

-Oye mira vas con mucha clase, y eso que estamos a lunes, deja algo para el domingo anda, ahora me toca a mí ponerme mona - Saqué de mi bolsa unos tacones bien altos y los cambié en riguroso directo por los deportivos que llevaba puestos. -Ale, hay que adaptarse a tono, ¿no?-

Después del comedor hice lo mío como nueva niñera del nuevo, vigilando sus movimientos y enseñándole la isla, llevándolo a los entrenamientos con Adael y alguna cosa más, por el momento no parecía peligroso así que me tomé la libertad de dejarlo con un guardia de la orden al menos por esa noche, por mi parte me había arreglado, llevaba un vestido de noche color azul marino, la gran falda se ajustaba hasta por encima de mis rodillas donde se abría en una gran cola mientras la parte superior era una transparencia con encajes que dejaban ver lo justo de mi piel morena. No solía hacer eso de emperifollarme, prefería estar en las sombras pero esa noche tenía un invitado especial al cual me había tomado la molestia de invitar personalmente ,Khaled.

Adramelech no parecía encontrarse muy bien el día que le di la invitación para su abuelo y un regalo, el pañuelo que le había prometido. Era uno de los mejores que tenía, estaba como nuevo y era de un valor bastante alto, no solo por ser una pieza de arte, bordado con fino hilo, nada demasiado ostentoso, lo justo para ser elegante y lo más importante, en ningún lugar de la tierra se hacían actualmente. Esperaba ambos Souls pudieran acompañarnos en esa velada pero por mi parte decidí entrar al salón y esperar dentro pues la gente empezaba a llegar y por experiencia propia sabía que mucha gente era sinonimo de problemas y esa noche no estaba de guardia lo que me ponía más ansiosa pues cuando no haces las cosas por ti mismo todo sale mal.

Entré al gran salón sola, viendo las miradas de muchos, era raro verme así y no con mis botas de siempre, algunos de los chicos de Sean se acercaron a mi, entre ellos Dante, uno de los mayores -Señora Zaphira, está usted impresionante! sin duda es una fiesta llena de sorpresas, hace un momento he visto a la señora Catherine- eso si que era una sorpresa, hacía mucho que no veía a la chica, desde el desastre del castillo y la reunión con todos los grupos -Muchas gracias Dante, a mi también me sorprende no verte tan desaliñado como siempre- dije con una sonrisa pequeña a modo de broma -Dime, dónde está Catherine? me gustaría saludarla- el chico me señaló un lado del salón, escondido entre algunas columnas para no llamar la atención pero solo pude ver a una chica que se cambiaba los zapatos y tras ella al marido de la descendiente, incliné la cabeza para despedirme del chico y me dirigí con presteza a aquel lugar pero sin perder la compostura.

-Buenas noches, siento interrumpir pero si me disculpa señorita, tengo asuntos privados que atender con el matrimonio Hacksaw y no me gusta que me graben, estoy segura de que tendrá el permiso pertinente para el uso de artilugios mágicos de transmisión pero está prohibida la grabación de personas sin su debido consentimiento, entre ellos los descendientes, así que le pido que por el momento se retire y disfrute de la fiesta como una invitada más- me giré a Catherine a su marido guiñándole un ojo a ella para después susurrarle -Me alegro de verte-

Decidí coger una de las bandejas voladoras de comida para nosotros solos, agarrando una entera cuando pasó. Así no tendríamos que ir de uno en uno, que veníamos con hambre. Me comí un par de manera un tanto voraz, alzando el pulgar para responderle a eso de que había contactado con Jarkko y Azahar.  Terminé de engullir y respondí al fin.   - Espero que vengan. No me gustaría distanciarme de ellos, y últimamente me parece que está pasando algo así. -  comenté un poco preocupado, pensando que tal vez yo tendría que haber puesto más de mi parte para tener más contacto. Catherine estaba más o menos igual con sus amigos. Daba la impresión de que nos habíamos aislado un poco.

Agarré una de esas bebidas raras cuando pasaron a nuestro lado, haciendo después una mueca burlona a Catherine cuando me dijo que estaba al  nivel de Aedan.  Puse cara de no gustarme nada la bebida esa, aunque seguí bebiendo un poco más por eso de tomar algo. Nuestro nivel de cotilleo-critiqueo-marujil llegó a su limite cuando me dijo por telepatía lo de Lucio y Sean, a lo que la miré muy sorprendido. Yo no solía enterarme de ese tipo de cosas, estaba empanado en ese sentido. Ella parecía muy contenta por su amigo, aunque no sabía si el resto del Consejo sería como ella, que es como deberían ser.  - Pues me da la impresión de que va a necesitar tu ayuda en algún momento...por aquí hay gente muy carca, ya sabes. Ojalá me equivoque. - puse cara de 'ya sabes a qué me refiero', bebiendo después otro trago de la cosa esa rara.  

- ¿Qué cómo sé qué van borrachos?  Pues porque me he emborrachado y he visto a mucha gente borracha. Sobre todo a los de la Brigada. - expliqué antes de girarme a mirar al que decía que era Yaroslav con el pelo corto, pensando que Catherine tenía problemas de vista o algo.  - Noo, ese es el otro hermano, el cansino de los animales. Yaroslav me cae mejor.  - aclaré antes de dejarla encantada con mi frase de haberla ganado a ella. Podía sonar moñas, pero era la verdad, había salido del torneo con algo más importante que una victoria. El beso fue bastante breve, como solía ser cada vez que estábamos en público. A pesar de ser tan corto hubo alguien que nos pilló, una que no me sonaba de nada y que empezó a grabarnos y a preguntarnos como si fuese una reportera. La miré con el ceño fruncido, protegiendo con el otro brazo la bandeja de canapés. - ¿Desde cuándo hay reporteros en Ouroboros?  - pregunté casi más para mí mismo, haciendo un sonido irónico a lo de las pruebas. No tenía ni idea de lo que tenían preparado, pero sí sabía cómo fue el anterior.  - A veces envenenan gente, cortan cabezas de unicornios, te lanzan maldiciones y cosas así, pero en el fondo son buena gente. Algunos. - comenté de manera irónica, justo antes de que Zaphira viniese al rescate. Lo que dijo me sonó a excusa, pero podía ser útil. A Catherine seguro que le estaba entrando urticaria de la vergüenza y de tener que socializar.

- ¿Algún asunto secreto de verdad o era todo para que se fuese la reportera intensita?