Castillo Le Fay (en ruinas)

El vuelo hasta el castillo es duro y bastante irregular, con varios momentos en los que caigo varios metros y tengo que remontar antes de que nos estampemos. No está demasiado lejos, según las instrucciones del licántropo, pero al menos se nos va casi una hora por la escasa velocidad que llevo. Por fin nos indica que se divisa el castillo, y es ahí cuando comienzo a descender de manera más o menos progresiva, buscando una zona vacía en la que aterrizar. Quedan apenas unos veinte metros para tocar el suelo, pero a partir de ese momento pierdo el control de lo que estoy haciendo, terminando por aterrizar de manera brusca, tragándome algún que otro árbol de los jardines en el camino.

Finalmente caigo sobre la fuente de los Le Fay, cargándomela en el proceso de estamparme. Quedo ahí tirado sobre el agua, tiñéndola de rojo progresivamente. Después hagoun giro brusco hacia un lado para que caigan de mi espalda la dragona y los otros dos. Cierro los ojos mientras respiro de manera lenta y profunda, quedándome completamente inmóvil y sin decir nada más.

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PS: 25 - 20 (sangrado) = 5

Terminó de curar a Yaroslav y Johan, sin duda alguna había elegido mal sus palabras pero por suerte Lucio estaba allí para echarle una mano -Lo siento mucho, no quería decirlo así, lucio tiene razón, no es que quiera excluirlos ni nada por el estilo yo... pienso que esto debería acabarse ya, en estos momentos no somos muy distintos a los humanos, eso te da que pensar... ya está, los dos curados.- miró a lucio y le dio un "gracias" acompañado de una sonrisa nerviosa, se había puesto tenso en un momento. Cuando los otros dos por fin abandonan la habitación de queda un momento mirando la puerta hasta soltar una bocanada de aire que estaba conteniendo por los nervios, sin duda alguna el Ruso se lo había hecho pasar mal.

Se acerca a la cama de Josephine y  le echa un vistazo a si rostro, estaba bastante pálida pero seguía respirando, después se dirige a lucio -creo que Victorya tardará un rato,¿ no quieres descansar aunque sea un poco? será una operación larga... y gracias por lo de antes, me has salvado la vida, creo que esto de la alianza con el resto de grupos me viene un poco grande.

Parlotea un rato con el mayor, nunca había pasado tanto tiempo con él a solas, era una sensación bastante agradable pero un estruendo les saca de la amigable atmósfera que había en la habitación, al mirar por la ventana ve como los estudiantes se apresuran a correr hasta la entrada principal, mira a lucio asustado, podrían ser los centinelas, les habían encontrado, sale corriendo de la habitación hasta que uno de los estudiantes lo aborda ya llegando a la puerta, no los atacaban, había llegado un dragón que no conocían junto a Altair y lasaña, estaban en un estado bastante lamentable, se acercó a ellos ayudando a Altair -¿Que os ha pasado? quienes son ellos? estáis muy mal heridos... deja que los estudiantes se lleven a Altair a la enfermería improvisada y habla con el hombre de ropa extraña y la espada en la mano -¿quien eres? estais muy mal, ¿puedes andar o prefieres que te ayudemos? ven dentro, los chicos ayudarán a tu drag... lleva una piedra en el pecho?¿¡¡¡SMAUG!!!? se queda atónito cuando cae en cuenta de quién se trata, solo había leído alguna que otra cosa sobre el dragón y alguna vez Zaph le contó algo pero  jamás pensó que alguna vez lo conocería.

Habíamos tomado la decisión de dejarnos guiar por el hombre lobo de culo prieto. Hasta un castillo. Cargando con el otro dragón y con ÉL. Yo iba indignado. Pffffffgggtftgt. Pero respeté la decisión de Smaug de querer salvar a ese dragón, si no de poco habría servido su sacrificio. Aunque todo esto de retrasar mi misión me ponía de muy mal humor...

El aterrizaje fue malo malo. Bajé de un salto antes de que Smaug pegase aquel meneo para volcar a lasaña, y me fui hacia su hocico, plantando mi mano ahi para notar como su respiración se debilitaba. Chasqueo la lengua pasando mi mirada por sus muchas heridas ... Y luego miré a mi alrededor, no sabía dónde me encontraba pero parecía un lujoso castillo convertido en campo de refugiados para magos ... También vi otros dragones por ahí, el dorado no era en único.

"Que clase de rave es esta?"

Un chico joven se nos acercó haciendo preguntas. Si bien era cierto que la última explosión me había causado algún golpe y corte, no era nada serio.
- yo no estoy grave, los dragones lo están. Me llamo Setelah, intervinimos para salvar en trasero prieto de tu compañero el lobo y el dragón dorado.

Ellos en general no parecían hostiles, iba a pedirle si por favor podían ayudar a Smaug cuando de pronto lo reconoció (chico listo) y pareció fliparlo con ello.

-éste? Smaug? Nah que va, eso de las piedras es una moda hoy día entre los dragones. - sabía que mi compañero no se había forjado una buena fama con esto de devorar gente.... La mano que empuñaba mi katana giró levemente, provocando el ruido metálico de la hoja que apunte discretamente hacia Sean.
-.... Es que tendrías algún problema si lo fuera? - le pregunté con una sonrisa, que contrastaba sin embargo con la chispa de advertencia en mis dorados ojos, que no acompañaban para nada al gesto de mis labios

Toca hacer una pequeña pausa cuando lo dejamos todo preparado, si queremos que el corazón nuevo esté bien hecho tendremos que darle a Victorya el tiempo suficiente. Me pienso eso que dice Sean del descanso, terminando por asentir porque la verdad es que lo necesito. - Eso y un café, que no quiero dormirme en mitad de la operación. Una vez me pasó...ya te lo contaré algún día. - sonrío por lo de contarle la anécdota, tengo unas cuantas sobre las que podríamos hablar largo y tendido, y seguro que él también tiene algunas, a pesar de su juventud. - No creo que te venga grande. Más bien creo que estás presionado y te sientes en la obligación de hacerlo todo perfecto. Olvídate de eso, no se puede, es imposible. Haz lo que creas mejor y ya está. Siempre va a haber gente que te ponga pegas, que se queje, que no le parezca igual a como lo harían ellos...puedes escucharles, claro, pero al final la decisión es tuya. Tienes que creer en el proyecto que has empezado, ¿de acuerdo? - sé que es normal tener dudas, yo mismo las he tenido muchas veces, pero si empieza a pensar que esto le va grande se acabará agobiando y será peor.

De repente escuchamos un fuerte estruendo que viene de los exteriores, seguramente de alguno de los compañeros que van llegando tras la huida de las ruinas. Nos miramos un momento, saliendo de la enfermería sin que haga falta decir nada. Echo a correr detrás de Sean, recorriendo a toda velocidad los pasillos del enorme castillo para ir hacia la salida. Al llegar nos encontramos a Altair, que no quiere separarse de la herida Lasaña aunque los alumnos intenten llevarle a la enfermería.

- ¡Altair! quedaos fuera, iré atendido a los dragones y a después a vosotros. - aviso evaluando su estado en una simple mirada rápida, que no parece tan grave como el de sus acompañantes.

"van llegando poco a poco...ya sólo faltan Sarah, Ling, y Rosse"

Echo cuentas mentales, acercándome después al grupo de recién llegados. Sean ha llegado antes hasta donde están los dos desconocidos. Zaphira, Sean y el extravagante parecen un poco tensos, así que me meto en medio para calmar los ánimos y que nadie se haga daño. - Algo me suena de este dragón, por la prensa. Atacaba a los magos de Bastion Hollow, pero ahora curiosamente va con otro mago...que no debe intentar toca su espada cuando está en casa ajena. - advierto con seriedad a Setelah, esperando que se comporte. - Ya nos explicarán más tarde, el deber de un médico es atender a todo el mundo. - me dedico a atender a Lasaña en primer lugar, con el instrumental médico y las medicinas que me sacan los alumnos del interior de la enfermería. Han traído recursos del hospital de la isla, pero a este paso nos los vamos a fundir pronto. - Ha perdido mucha sangre, necesitará que otro dragón le done la suya. - murmuro a mis compañeros, comenzando a curar las heridas en la escamosa piel dorada de la dragona desmayada, eliminando los posibles trozos de metal que puedan haberle quedado dentro, y desinfectando las heridas progresivamente. La sutura en estos casos es muy complicada, así que utilizo grandes porciones de tiras de aproximación, más modernas que las suturas habituales. Después voy vendando tras hacer presión en las heridas, para que dejen de sangrar tanto. Todavía me llevará un rato terminar de recuperar a la dragona. - Sean, échame una mano con ella, ahora iremos con Zaphira. - pido al chico, aunque me sabe un poco mal porque todo el rato le estoy cargando de trabajo. - ¡Que vengan el resto de los estudiantes o médicos que haya, eso es una emergencia! - llamo en voz alta para que se me escuche en todo el jardín, y que así vayan apareciendo.

- Altair...¿qué sabes de esta gente? ¿por qué los has traído hasta aquí? - pregunto en voz baja a mi compañero, mirando de reojo a los nuevos.

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curación a Lasaña

25 dado + 10 habilidad= 35

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'Curación' :

ya llevaba unas horas descansando, se encontraba un poco mejor y algunos de los estudiantes se habían asegurado de que  tuviera agua, con eso era suficiente. Dormía plácidamente cuando de repente un estruendo la hace ponerse en alerta, ve como un dragón que lleva consigo a Lasaña muy malherida aterriza o más bien se estampa contra el suelo para acto seguido comerse la fuente de la entrada, se levanta y se acerca por si fueran hostiles o peor aún, les siguieran centinelas, se queda escuchando atentamente por si se acerca algo más volando con ese infernal sonido metálico pero nada, menos mal.

Estaba a punto de volver a su lugar de descanso cuando ve a Sean salir corriendo desde la puerta del castillo hasta los heridos y justo tras él, Lucio, se acerca a los recién llegados , el muchacho era demasiado confiado en estos casos dos personas desconocidas podrían ser tanto buenas como malas, esperó a que bajaran a Altair y además echó un vistazo a ese dragón, había conocido a muchos durante su larga vida y de ese había escuchado hablar incluso alguna vez lo había visto, era Smaug, Sean también lo había reconocido "bien hecho" pensó algo orgullosa por la perspicacia del pequeño sin embargo el hombre con el que habían llegado no parecía muy contento por ello, apuntando con su arma a Sean.

inmediatamente se pone a la defensiva apartando con su cola al chico, interponiendola entre ambos magos para gruñir y enseñar sus afilados dientes al desconocido -Ponle un solo dedo encima y te arranco la cabeza de un solo bocado, a ti y a Smaug!- dijo en el idioma de los dragones sin esperar que le entendiera, pero la amenaza estaba hecha y el que avisa no es traidor.

Estuve durante todo el vuelo preocupado por mi compañera dragona (aunque de vez en cuando me fijaba en como el viento levantaba el kimono y aprovechaba para mirarle el culete a Setelah), no estaba acostumbrado a verla así, por lo general el que volvía herido era yo y ella cuidaba de mí, solo que Lasaña estaba acostumbrada a verme sangrar como un cerdo. Intentaba guiar al gran dragón hacia el castillo mientras presionaba algunas de sus heridas para que sobreviviese al viaje. Habría hecho el boca-morro si hubiese sido necesario, pero llegamos al castillo y aún respiraba.

El aterrizaje fue un suplicio, dado que no quería que Lasaña sufriera más daños, pero tampoco podía frenar su caída, me limité a cubrir su cabeza, dado que era lo único que mi cuerpo podía cubrir. Cuando Smaug se giró para tirarnos quedé encima de Lasaña y vi a Sean y Lucio junto a algunos estudiante acercándose preocupados.

-Eso da igual, ayudar a Lasaña, ¡rápido! - Dije mientras le daba la vuelta, dado que había quedado boca abajo por el aterrizaje de Smaug. - Aguanta, en seguida te curarán - Agarré su pata con fuerza para darle apoyo moral. Me giré y vi el gesto de Setelah, amenazante ante Sean. - No lo mates todavía, Setelah, deja que cure primero a los dragones, después todo tuyo - Empecé a gritar a la gente que pasaba si sabía de medicina para ayudarnos sin separarme de Lasaña, provocando que la gente se asustara pero salieron algunos y vinieron a colaborar.

-¿Sangre? ¿Tiene que ser de dragón dorado o tienen grupo sanguíneo? Su madre podría servir, pero está en la Isla Wight...- Empecé a mirar hacia todos los lados sin saber muy bien de donde sacar sangre de dragón, alguno de los que estaban en el castillo debería servir. 

-A ver, Lucio...- Me masajeé las sienes intentando ordenar mis pensamientos, dada la resaca lobuna de no recordar nada - Me transformé y empecé a atacar a los centinelas que quedaron, ellos aparecieron y nos ayudaron. Les debemos la vida. - Lancé una mirada de preocupación también a Smaug -Si no fuese por ellos yo estaría muerto, o pero, capturado como Ling y Rosse-

Observé nervioso como Lucio curaba a Lasaña, empezaba a estar inquieto y me puse a dar vueltas por el sitio -Joder, qué estrés, necesito un puto cigarro- Más incluso que ropa, ya que estaba acostumbrado a estar sin ella. - No tendrás un cigarro, por casualidad -

La cosa se había puesto un poco tensa, en cuanto el hombre que había llegado con Altair y Smaug hace el gesto de desenfundar su espada poniéndose a la defensiva, da unos pasos hacia atrás, Altair dice algo a sus espaldas pero ni siquiera llega a escucharlo del todo cuando Zaphira y Lucio intervienen, poniéndose delante o apartándolo del recién llegado, mira a su compañera dragona e intenta tranquilizarla -Tranquila Zaph, estoy bien, creo que se trata de un malentendido- ahora dirige la mirada al recién llegado -siento si he hecho algo para ofenderte, no tengo ningún problema con él, menos aún en su estado, como dice lucio os vamos a ayudar, pero tu amigo es muy famoso, me ha sorprendido verlo, eso es todo... solo voy a acercarme para curarlo. -

Se separa de sus dos compañeros y se acerca al gran dragón que había caído sobre la fuente, lucio corre a encargarse de lasaña mientras Zaph se queda a su lado, al igual que con lucio los alumnos le asisten acercandole todo lo necesario para curar a la noble bestia, detiene las hemorragias con ayuda de los chicos, desinfectando para acto seguido cerrarlas como buenamente puede, no era tan rápido ni tan bueno como el médico, pero al menos no lo dejaría morir. levanta la vista de vez en cuando para ver a Zaphira, la cual parecía en alerta en todo momento, habla por lo bajo porque estaba seguro de que iba a escucharlo -Vamos Zaph, vas a hacer que se sientan incómodos, cualquiera defendería a sus amigos o a su familia, yo haría lo mismo por ti- después de eso parece calmarse, pero estaba seguro de que seguiría con un ojo puesto sobre los forasteros.
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curación
15dados + 10 hab.= 25 para  Smaug.

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'Curación' :

De la nada, apareció una bonita dragona azul a la cual miré casi risueño pese a su actitud imponente y protectora hacia el joven mago, demas de su potente  amenaza en la antigua lengua de los dragones. Mis ojos se estrecharon en dos rendijas, porque ahora la sonrisa si llegó a los ojos. Le respondí, empleando igualmente su misma lengua.

- Tranquila, no tocaré a tu adorable cachorrito

Miré a mi alrededor, brevemente, observando. No... actuar a la violenta no me traería nada bueno. Tenía que ser mas astuto que todo eso. Alguien mas mayor vino, iba de amable, pero esos son los peores.  Envainé mi katana.
- Casa ajena... casa de quién? Qué es esto, una especie de zona de acogida para refugiados?

Tendria que quedarme con Smaug hasta asegurarme de que esta gente no iba a querer ajusticiarlo o algo asi por sus crimenes cometidos. Observé como intentaban sanar a Smaug....sin magia, era bastante complejo. Si la joya siguiese activa, todo seria mas facil...lo unico que necesitaria seria tiempo.

Dejé reposar el peso de mi cuerpo sobre un lado de la cadera, cruzandome de brazos, en actitud comoda. Escuché a Altair dar la version de los hechos y sonrei alzando una ceja.
- Oh tranquilo. No tengo intenciones asesinas.

"mientras no me tuerzan el carro"

- Ahi lo teneis! No nos han traido ellos....bueno, sí, pero quien volaba era Smaug. Lasaña...Lasaña? no podia ni moverse.

"mierda ahora tengo hambre"

Suspiré y metí la mano en mis bolsillos, sacando un paquetito de hierba y una pequeña kiseru metálica. Le tendí ambas cosas, a modo de pipa de la paz, a Altair.
-Fuma despacio, anda. - era hierba de la buena, de la que te hace mas feliz. Luego miré al medico de reojo, pensando que a ese tambien le vendria bien fumar un poco.

Sean se encarga también de calmar los ánimos entre Zaphira y Setelah, hasta que parece que por fin todos se calman y podemos dedicarnos a lo que importa, que es curar a los dragones que han venido heridos. Altair no ayuda mucho para pacificar, con eso de que Sean pasará a manos de Setelah cuando deje de serle útil para curar a los dragones. Carraspeo mirando al licántropo, negando con la cabeza. - Vamos, Altair, no te metas con el chico, hace todo lo que puede. - echo un vistazo general al estado de Altair, deteniéndome en el lugar en el que antes habría estado su ojo. - ¿qué tal llevas eso? ¿te estás adaptando bien a luchar con falta de visión? - se me viene a la cabeza la hija de Lyran Knox, a la que también tuve que atender cuando perdió un ojo. Ella parece que ya se ha habituado a vivir así. Ojalá mejorase mi magia lo suficiente como para poder regenerar adecuadamente las partes del cuerpo perdidas.

- En cuanto a la sangre...por lo general sería mejor la de un familiar, pero si no tenemos siempre podemos usar la de otro dragón de su especie. La de un dragón dorado debe ser suficiente. Snagov sabía más del tema...lo sabía todo sobre dragones. - lástima que no le haya dado tiempo de enseñar lo suficiente a su hijo, tendrá que aprender con lo que sabe el resto de su familia, y mediante los libros que le legó el padre. Sigo curando a Lasaña, inyectándole algunas medicinas para que su salud se vaya restaurando de manera progresiva. Poco a poco voy mirando con algo más de confianza a Setelah, según Altair les deben la vida. Me detengo en seco un momento cuando dice lo de Ling y Rosse, así como si tal cosa.

- ¿¿Los tienen?? ¿Has visto cómo se los llevaban?? - mi rostro refleja preocupación al saber que hemos perdido a otros dos, y además de los jóvenes. Ya no es sólo lo que vayan a sufrir, sino lo que pueden sacarles de información. - Qué desastre...tenemos que avanzar los planes cuanto antes. ¡Y no fumes, ve a por la sangre de dragón! - le hablo más alto de lo que es habitual en mí porque estoy bastante estresado, incluso paso de Setelah cuando me dice eso de que Altair lleva razón. Casi me siento mal al instante por gritarle, pero vuelvo a mi trabajo para intentar terminar la curación de Lasaña.

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curación: 30 + 10= 40

PS Lasaña: 35 + 40= 75

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'Curación' :

Parecía que el nuevo o "setelah" según había escuchado, podía hablar con los dragones, era bastante impresionante pues el ya llevaba un par de años estudiando el idioma arcano con Zaphira pero ultimamente no tenía tiempo de abrir un solo libro para leer, echaba de menos encerrarse en la biblioteca a escribir encantamientos o leer libros, ayudar a los chicos con sus clases.... ahora a lo único que se dedicaba era a organizar y a curar heridas para al final del día acabar cubierto de sangre y esta vez no era distinto, cuando llegó sobre zaphira ya se había dado una ducha para quitarse de encima la sangre de giordano y sayid pero ahora era la sangre de Smaug la que manchaba sus manos y ropa "si lo llego a saber habría hecho más clases con Lucio, espero que me convalide algo" piensa para si mismo terminando de cerrar las heridas más grandes después de extraer cualquier trozo de metal que pudiera tener incrustado.

Había tenido que subirse sobre el dragón para poder curar algunas heridas pero ya había detenido el sangrado, baja de él con ayuda de Zaphira que le tiende la cola para podes descender a tierra, rodea al animal y es en ese momento ccuando alcanza a escuchar parte de la conversación que tiene lucio con Altair, Rosse y Ling habían sido capturados por la Alianza, se quedó de piedra, era lo que le faltaba, unos minutos antes le había hablado a Lucio sobre sentirse culpable por el ataque y ahora esto, cae de rodillas al suelo pues las fuerzas le fallaban, sentía un fuerte mareo acompañado de un dolor de cabeza aún mayor, su respiración empieza a acelerarse al igual que su pulso, cruza los brazos a la altura del abdomen como si fuera a vomitar, mira a Zaphira, la que un par de horas antes los había llevado sanos y salvos al castillo casi a costa de su propia vida.

Claramente ella se preocupa pero al verla ya no puede soportarlo más empezando a llorar de nuevo -Es...es culpa mía Zaph... casi te matan... y ahora esto... Ling y Rosse!! podrían matarlos! les van a hacer daño Zaph, te lo podrían haber hecho a ti... todo, todo esto es culpa mía, yo... yo....- no puede terminar de hablar pues siente como se le cierra la traquea, gimotea y tose sin poder tomar una bocanada de aire normal, apoya una de las manos en el suelo para no comérselo pero de nada le sirve, empieza a temblar como si hiciera tanto frío como en la antártida a pesar de que le sudan las manos.
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20 dado + 10 hab= 30 curación Smaug.

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'Curación' :

Al final se echa a un lado y observa como trabaja Sean, se había hecho mayor en un abrir y cerrar de ojos, pues para ella el tiempo de los humanos era demasiado fugaz y solo parecía que fuera ayer cuando correteaba por los pasillos de la casa de sus padres con el chupete en la boca y levantando los bracitos para que lo tomara en brazos, siempre lo había cuidado y mimado, puede que demasiado en alguna ocasión pero era un buen chico y estaba orgullosa de él, como había dicho el hombre de la katana, era su cachorro.

cuando ve que el chico ha terminado con la labor sobre el cuerpo inmóvil de Smaug, le tiende la cola, bajándolo lentamente al suelo, había estado escuchando la conversación de Altair y lucio, no le hizo gracia eso de "después es todo tuyo" el lobo nunca le había caído bien, ni el ni los suyos, ¿regalar un dragón ? ¿en serio? como si fueran alguna clase de mascota, para eso les das un loro que viven bastante y al menos tienen el mismo coeficiente intelectual. el médico sigue hablando con el pulgoso y la cosa acaba en que habían capturado a dos de los chicos, él médico se exhalta, pocas veces lo había visto así pero inmediatamente gira la cabeza para ver al chico, lo había escuchado todo, estaba pálido y mirando a los dos que conversaban.

Hizo un ruidito mientras el chico la miraba, quería decirle que todo iba a salir bien pero no podía, cuando el chico rompe a llorar culpándose de lo sucedido se le encoje el corazón, acerca su hocico hasta él , ojalá pudiera darle un abrazo o tomarlo en brazos como hacía siempre que volvía llorando de la escuela, cuando se tira al suelo y empieza a toser, entra en pánico, gime mirando a lucio y luego a Sean, intentando de que el mayor se de cuenta, se estaba ahogando, mira nerviosa de un lado a otro sin poder hacer nada, solo hablar para si misma pues el resto no puede entenderla .

Suelto un sonido de exasperación tras decirle a Altair que no fumase, dejando de dirigirme a él por el momento para poder dedicarme con más calma a seguir con la curación de su dragona. Con tantas heridas y su tamaño es normal tardar bastante, más cuando tengo que ir rodeándola y mirando por todos lados no vaya a ser que me deje alguna herida. Me agacho para vendar también su cola, a la cual le había dedicado menos atención antes por no ser un punto tan vital como el resto del cuerpo. - Tu dueño es buena gente, Lasaña...pero muy impulsivo y un poco broncas. - bromeo con la dragona, dándole unas palmaditas en la cola cuando doy el vendaje por terminado. No he acabado todavía con ella, pero hay algo que me hace dejar lo que estoy haciendo. De repente escucho a Sean caer de rodillas al suelo, como si se hubiese mareado o se encontrase mal. Me separo de Lasaña para caminar hacia Sean, con gesto alarmado porque no sé que le pasa. Zaphira, que estaba más cerca, se ha acercado a él antes que yo, haciéndome gestos y emitiendo sonidos para que me acerque corriendo.

- ¡Sean! - me agacho rápidamente al lado del chico, poniendo una mano en su hombro mientras intento mirarle mejor a la cara. - Tranquila, Zaphira, ya estoy yo con él. - De repente se ha puesto pálido, como si estuviese mareado o fuese a vomitar de un momento a otro, aunque lo más preocupante es que parece que no puede respirar. Saco ciertas conclusiones cuanto dice lo de Ling, Rosse, Zaphira y las culpas. Todo apunta a un ataque agudo de ansiedad, pero he de examinarlo para descartar otras cosas. Empiezo a hablarle de manera muy calmada, probando primero por esta vía. Si veo que no funciona ya tendré que recurrir a pincharle alguna clase de tranquilizante, pero primero voy a intentarlo así. - Sean, mírame, respira despacio, muy despacio...puedes hacerlo. - paso el brazo tras su cintura para ayudarle a levantarse del suelo y caminar con él, intentando llevarlo a algún sitio de los jardines más apartado y tranquilo, lejos de las miradas que han suscitado todo el asunto de los dragones y su ataque. Lo guío hasta el borde de otra de las fuentes de los jardines para que se siente ahí, cogiendo el pañuelo de tela que llevo en la pechera del chaleco. Lo mojo un poco en la fuente, pasándolo después por la cara del chico.

- No te culpes. No hagas eso. - murmuro todavía en ese tono tranquilo, dando algunos segundos más para ver si es capaz de responderme. Si veo que no, rápidamente lo cojo y lo llevo para adentro. - Vamos, háblame, dime lo que sea. - intento así ver si va mejor o por el contrario va a peor, esperando por su reacción.


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curación: 25 + 10= 35

PS Lasaña: 75 + 35= 110

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'Curación' :

La cabeza no paraba de torturarle, era como si la tuviera entre las puertas de un ascensor y estas se cerraran con fuerza una y otra vez machacándolo, se le nublaba la vista y seguía tosiendo tratando de tomar aire a toda costa, en el momento en que alguien toca su hombro levanta la cabeza, era Lucio, ahora en vez de ayudarle le estaba dando más trabajo -Lucio... lo siento... que vamos a hacer? que será de... rosse y ling... tenemos que encontrar esos pozos de magia, el guardián... pero.. casi ni puede hablar, no termina la frase porque de nuevo siente que se le cierra la garganta y tose repetidas veces, el mayor intenta tranquilizarlo y hace lo que le dice, intenta respirar despacio no por si mismo sino por él, no podía causarle más problemas.

logra tomar algo de aire aunque aún le cuesta un poco, es en ese momento que el otro le pasa un brazo por la cintura y lo ayuda a levantarse, le temblaban las piernas pero aún así lo intenta por si mismo apartándose un poco del mayor sin éxito pues casi se va al suelo y a duras penas pudo sujetarse de él -yo... estoy bien... quédate con los dragones, en estos momentos son más importantes...-  empiezan a andar y se alejan de la multitud a paso lento pero seguro, al final llegan hasta el lado contrario del jardín en el que la otra fuente seguía intacta, el roce del pañuelo frío se siente demasiado bien, pero él apenas puede mantenerse erguido así que se echa hacia un lado apoyando la cabeza en el hombro de Lucio.

El mago sigue intentando tranquilizarle pero cuando le dice que no se culpe no puede evitarlo, él fue el primero en convocar el cónclave, fue él quien decidió hacerlo en la sala de siempre por respetar la tradición a pesar del peligro que eso suponía, por su culpa Zaphira estaba herida, habían capturado a Rosse y Ling y ahora en vez de aliviar la carga de Lucio le estaba dando más problemas, mira a su maestro con los ojos aún inundados por las lágrimas y empieza a gimotear -Lo siento.... lo siento lucio... es culpa mía... ni siquiera puedo ayudarte... solo te doy más trabajo a pesar de lo cansado que estás...- nuevamente empieza a agobiarse, tosiendo compulsivamente echando el cuerpo hacia adelante, lo que le provoca arcadas y esta vez si que vomita aunque no tenía nada en el estómago pues no había probado bocado en horas, pero de nuevo se estaba ahogando comenzando el ciclo de antes otra vez.

Pozos de magia, guardianes, Sean, Rosse y Ling, los dragones, la operación...tantas cosas que atender y tan poco tiempo para todo. Ojalá tuviese respuesta para todo ello. Al joven Eire le está empezando a venir grande tanto problema, y no me extraña , porque ya es complicado para los más mayores. - Poco a poco, Sean. Primero tienes que ponerte bien, luego hablaremos de lo otro. - le insisto para que libere la mente y deje las preocupaciones que le están ahogando. No voy a ponerme ahora a hablarle de planes. Tendremos que reunirnos con todos los que sepan algo de los temas a tratar, sólo así conseguiremos montar un plan con posibilidades, no podemos salir de aquí a lo loco sin saber qué vamos a hacer.

Niego con la cabeza cuando dice eso de que me quede con los dragones, sin querer apartarme de él a pesar de que trate de caminar por sí mismo. No aguanta mucho, así que tengo que volver a ayudarlo a levantarse del suelo, sujetándolo firmemente por la cintura hasta el momento en que llegamos a la fuente para sentarnos. Remojo el pañuelo en el agua fresca de la fuente en varias ocasiones, mientras sigo pasándolo por su frente y sus mejillas, tratando de refrescarle y de quitarle el sudor frío que le había dado. Dejo que recueste la cabeza sobre mi hombro para que descanse y se tranquilice, sintiendo cierta ternura y lástima por el chico y lo que le estaba provocando el querer cargar con esas responsabilidades. Tampoco podría haberlo protegido de la noticia, se habría enterado de todos modos del secuestro de los compañeros.

- Ya te dije que debías irte a descansar...pero eres un cabezota y no me escuchaste. Deja de pensar en mí. Yo estoy acostumbrado a estar cansado, en este trabajo es lo que hay, guardias infinitas. Ya descansaré cuando se pueda.

Lejos de ir a mejor, cada vez va a peor, hasta el punto de que empiezan a darle arcadas. Pongo una mano sobre su frente para servirle de apoyo mientras vomita, sujetándole el pelo con la otra mano para que no se le vaya hacia la cara y se lo manche. - Venga, échalo todo, mejor fuera que dentro. - susurro de manera tranquilizadora, aunque el pobre no tenga mucho que vomitar. Cuando termina le limpio un poco con el paño mojado que había estado usando antes, dejándolo después sobre la piedra de la fuente. No se le pasa el ataque y sigue sin respirar bien, así que tomo la decisión de actuar de manera urgente. Me levanto del borde de la fuente para alzar a Sean en brazos, pasando un brazo tras su espalda y otro detrás de sus rodillas, cargándolo para atravesar el jardín en dirección al interior del castillo. - Vamos, aguanta. - Me dirijo a la enfermería todo lo rápido que puedo, recorriendo los pasillos hasta llegar, abriendo la puerta con una patada. Le dejo de lado sobre una de las camillas, por si vuelve a vomitar, comenzando a rebuscar en el armario de las medicinas. Localizo lo que buscaba, una mascarilla de oxígeno para ponérsela y ayudarle a respirar, y por otro una inyección tranquilizante. Primero tomo su brazo, inyéctandole el líquido directamente en vena, y después coloco la mascarilla alrededor de su cara, sujetándola con mis manos mientras la bolsa de aire que lleva incorporada comienza a moverse. El tranquilizante no debería tardar mucho en hacer efecto, pero mientras tanto así irá respirando.

Aquello era un bucle infinito, quería tranquilizarse para no causar problemas, pero entonces se daba cuanta de que los estaba causando y se sentía peor, las arcadas no paraban de venirle aunque ya no le quedaba nada en el estómago, todo le da vueltas hasta que ya no puede más, siente como lucio lo lleva en brazos, se deja hacer apoyando la cabeza en su pecho y cerrando los ojos, su respiración es apenas un silvido muy tenue.

En cuanto siente su cuerpo descansar sobre aquella camilla, abre los ojos y ve como el médico rebusca entre las cosas que han traído, quiere hablarle pero ni la voz le sale ya, le duele la garganta de vomitar nada y tan solo puede pensar "no, seguramente lleguen más heridos que lo van a necesitar!", cuando toma su brazo intenta resistirse inútilmente pero no lo consigue, acto seguido la máscara de oxigeno que lo ayuda a respirar, le dolía el pecho pero sin embargo volver a tener aire en sus pulmones se sentía bien, poco a poco empieza a sentir como el cuerpo le pesa, está cansado y eso significa que el tranquilizante empezaba a hacer efecto, mira al médico a los ojos y con las fuerzas que le quedan mueve su mano y alcanza a ponerla sobre una de las manos de Lucio, le dedica una sonrisa y un simple "gracias" cerrando los ojos poco a poco hasta quedarse dormido, esperando poder despertar pronto para la operación de Josephine.