Recuerdo del primer mensaje :
Son pocos los medicamentos que hay para atender emergencias médicas, con lo cual se les pide a cada Renegado que tengan cuidado con lo que usan.
- Info:
- Recupera 10 PS por día a tiempo real que el pj permanezca en la enfermería.
La discusión entre ambos llegó a su fin tras alargarse más de lo innecesario. Yo los miré como si estuviera “orgulloso” de que hubieran tomado aquella decisión. No necesitaba que se empezaran a lanzar indirectas de todo tipo. Habían cosas más importantes. No me apetecía dar más tensión a una situación ya tan peliaguda como fuera esta. A mi me costaba prestarle atención a ellos dos, tan entretenido como estaba en mirar ahora la maquinita de los pitidos. Por eso oír de nuevo la voz de Yazzyr dirigida a mi me fastidió.
¿No podía bastarle la evasiva? Era una forma de desentenderme, de dejar bien claro que no tenía ni ganas ni tiempo para hablar de esos asuntos. Muy acertadamente el drow citó que era un mínimo que podía hacer por la ayuda que estuviera prestando a Dyospiros. -Conociendo bien a nuestra raza, algo me dice que no has venido con fines altruistas, ¿No? ¿Qué esperabas encontrar?- Los conocía bien. Usaban las buenas intenciones para ocultar muchas más oscuras. Luego, con ese enorme egocentrismo que llevaba tanto tiempo sin escuchar, dijo que “debía agradecer que aún siguiera con eso”. Le dirigí una mirada desapasionada, un rostro como quien no tiene mucho tiempo…
-Estoy bastante seguro que planean hacerme un extensivo interrogatorio antes de dejarme salir de aquí. Si quieres algún tipo de información asegúrate de acudir ese día. Quizás hasta te dejan preguntar. Pero ahora mismo no hay más razón para empezar a dar datos, por lo que prefiero reservarme el derecho del silencio. Eso es todo.- Como siempre procuraba sonar serio, como si no hiciera más que recitar un conjunto de convenciones, horarios y otras cosas. Casi como si hubiera alguna ley allí abajo.
¿Y porqué no le concedía lo que tanto ansiaba al drow? Había aprendido a no confiar en ellos y de hecho aún me desagradaban. Su actitud me resultaba desagradable. Pero ya hacía demasiado tiempo que había aprendido las fórmulas que usaban los de mi raza para parecer más santurrones, para sacar lo que quisieran. El Arken’rret se las había memorizado de principio a fin.
Yaroslav me dejó que le pusiera una goma para encontrar la vena. Asentí levemente mientras la cogía, agradeciendo poder hacer algo por él. -Encontrar la vena a un drow… Sano…- Porque la piel bien oscura era símbolo de salud -Es, desde luego, complicado. Que pregunten al personal de los campos.- Recordaba los muchos intentos que hacían antes de encontrar lo que buscaban. Parte de mi desagrado por los médicos venía de aquella experiencia. Miré a la puerta de reojo, como si… Algo me estuviera molestando, y entonces negué levemente con la cabeza.
La até con ese cuidado que tienen a veces las madres con sus bebés, que parece que se vayan a descuajeringar si los miras por demasiado tiempo. Eso no quitaba que hiciera el nudo con la fuerza necesaria. Para usar ambas manos necesitaba apoyar todo el peso en la pierna no rota, lo cual hacía que me cansara rápidamente. Me preguntaba cómo Velinyon había pasado treinta años sobreviviendo sin pierna derecha. -En dos o tres días creo que podría yo mismo intentar darle algo de sangre. Ya debería estar mejor. Si… Si pasa de ese periodo estoy bastante seguro de que logrará sobrevivir.- Aunque ciertamente, más seguro me dejaría si tuviéramos más curanderos. Pero la moneda seguía fría: No habían noticias de esos condenados semielfos.
¿No podía bastarle la evasiva? Era una forma de desentenderme, de dejar bien claro que no tenía ni ganas ni tiempo para hablar de esos asuntos. Muy acertadamente el drow citó que era un mínimo que podía hacer por la ayuda que estuviera prestando a Dyospiros. -Conociendo bien a nuestra raza, algo me dice que no has venido con fines altruistas, ¿No? ¿Qué esperabas encontrar?- Los conocía bien. Usaban las buenas intenciones para ocultar muchas más oscuras. Luego, con ese enorme egocentrismo que llevaba tanto tiempo sin escuchar, dijo que “debía agradecer que aún siguiera con eso”. Le dirigí una mirada desapasionada, un rostro como quien no tiene mucho tiempo…
-Estoy bastante seguro que planean hacerme un extensivo interrogatorio antes de dejarme salir de aquí. Si quieres algún tipo de información asegúrate de acudir ese día. Quizás hasta te dejan preguntar. Pero ahora mismo no hay más razón para empezar a dar datos, por lo que prefiero reservarme el derecho del silencio. Eso es todo.- Como siempre procuraba sonar serio, como si no hiciera más que recitar un conjunto de convenciones, horarios y otras cosas. Casi como si hubiera alguna ley allí abajo.
¿Y porqué no le concedía lo que tanto ansiaba al drow? Había aprendido a no confiar en ellos y de hecho aún me desagradaban. Su actitud me resultaba desagradable. Pero ya hacía demasiado tiempo que había aprendido las fórmulas que usaban los de mi raza para parecer más santurrones, para sacar lo que quisieran. El Arken’rret se las había memorizado de principio a fin.
Yaroslav me dejó que le pusiera una goma para encontrar la vena. Asentí levemente mientras la cogía, agradeciendo poder hacer algo por él. -Encontrar la vena a un drow… Sano…- Porque la piel bien oscura era símbolo de salud -Es, desde luego, complicado. Que pregunten al personal de los campos.- Recordaba los muchos intentos que hacían antes de encontrar lo que buscaban. Parte de mi desagrado por los médicos venía de aquella experiencia. Miré a la puerta de reojo, como si… Algo me estuviera molestando, y entonces negué levemente con la cabeza.
La até con ese cuidado que tienen a veces las madres con sus bebés, que parece que se vayan a descuajeringar si los miras por demasiado tiempo. Eso no quitaba que hiciera el nudo con la fuerza necesaria. Para usar ambas manos necesitaba apoyar todo el peso en la pierna no rota, lo cual hacía que me cansara rápidamente. Me preguntaba cómo Velinyon había pasado treinta años sobreviviendo sin pierna derecha. -En dos o tres días creo que podría yo mismo intentar darle algo de sangre. Ya debería estar mejor. Si… Si pasa de ese periodo estoy bastante seguro de que logrará sobrevivir.- Aunque ciertamente, más seguro me dejaría si tuviéramos más curanderos. Pero la moneda seguía fría: No habían noticias de esos condenados semielfos.
He ganado al drow. Por cansinismo, puro y duro. Por pesado, por pelma, por vacaburra, por aburrio, por cansa-almas. Y eso lo se. No es que Yazzyr haya reconocido que mis frases son mejores, o que mi intelecto es superior...no...nada de eso. Ha dejado de discutir porque auguraba una aburridisima conversacion. Pero tal conocimiento me arranca una sonrisa de satisfaccion.
-Vamos a verr, no os hagais un lio! Un donante se llama donante porque dona sin querrer nada a cambio, solo un bocata, y eso te lo darremos. - le explico a Yazzyr, que parece querer comerciar con su propia sangre. Aunque en realidad, solo está siendo curioso.... parece que los morenos no se llevan demasiado bien.
Me dice que es barra libre, que empiece cuando quiera y que no me pase.
- Trrescientos cincuenta centilitrros, cuatrrocientos si no te mareas antes....
Le informo churreteandole alcohol con el algodon en todo su cuello. El olor coloca, o deberia colocar, a mi no demasiado, que estoy bastante acostumbrado a los alcoholes fuertecillos. Sigo ajeno a Harley y cualesquiera que sean sus malignos planes, yo me concentro en buscarle las cosquillas al drow, quiero decir...la vena.
-No te muevas ni un poco.
En realidad, no quiero cagarla, ni tampoco hacerle daño, mi nivel de aversion no habia llegado a esos niveles de querer destruir y tal. Como habia dicho el "invitado", era complicado por el color de piel, si...pero este no era muy oscuro y la vena en cuestion era ricamente pinchable y gordita. Asi que cuando la he localizado, pincho con cuidado, no mas de lo necesario...y luego conecto el tubito a la aguja, y el tubito a la bolsa de sangre. Cualquiera lo habria dicho de un ruso que se habia jamado media petaca de vodka antes de empezar con esto. La bolsa se empieza a llenar bien rapido. Señalo a Yazzyr advirtiendole una vez mas.
-...no moverrse ni un poco. Si lo haces bien comparrtiré vodka contigo. -Sujeto su bolsa de sangre en mis manos, moviendola yo un poco, para que no se coagule, a falta de maquinas que lo hagan.... luego miro a Ailanthus y le señalo la bolsa con mi cabeza. -Tómame el relevo.
"no puedo estar con mis dos manos ocupadas mientras se llena esto."
-Yazzyr, avisa si se te va la cabeza o algo.
"no quiero que cuando Johan vuelva me encuentre con un drow desmayado, a parte del que ya tenemos. Eso. Yo cumplo con mi mision..."
-Vamos a verr, no os hagais un lio! Un donante se llama donante porque dona sin querrer nada a cambio, solo un bocata, y eso te lo darremos. - le explico a Yazzyr, que parece querer comerciar con su propia sangre. Aunque en realidad, solo está siendo curioso.... parece que los morenos no se llevan demasiado bien.
Me dice que es barra libre, que empiece cuando quiera y que no me pase.
- Trrescientos cincuenta centilitrros, cuatrrocientos si no te mareas antes....
Le informo churreteandole alcohol con el algodon en todo su cuello. El olor coloca, o deberia colocar, a mi no demasiado, que estoy bastante acostumbrado a los alcoholes fuertecillos. Sigo ajeno a Harley y cualesquiera que sean sus malignos planes, yo me concentro en buscarle las cosquillas al drow, quiero decir...la vena.
-No te muevas ni un poco.
En realidad, no quiero cagarla, ni tampoco hacerle daño, mi nivel de aversion no habia llegado a esos niveles de querer destruir y tal. Como habia dicho el "invitado", era complicado por el color de piel, si...pero este no era muy oscuro y la vena en cuestion era ricamente pinchable y gordita. Asi que cuando la he localizado, pincho con cuidado, no mas de lo necesario...y luego conecto el tubito a la aguja, y el tubito a la bolsa de sangre. Cualquiera lo habria dicho de un ruso que se habia jamado media petaca de vodka antes de empezar con esto. La bolsa se empieza a llenar bien rapido. Señalo a Yazzyr advirtiendole una vez mas.
-...no moverrse ni un poco. Si lo haces bien comparrtiré vodka contigo. -Sujeto su bolsa de sangre en mis manos, moviendola yo un poco, para que no se coagule, a falta de maquinas que lo hagan.... luego miro a Ailanthus y le señalo la bolsa con mi cabeza. -Tómame el relevo.
"no puedo estar con mis dos manos ocupadas mientras se llena esto."
-Yazzyr, avisa si se te va la cabeza o algo.
"no quiero que cuando Johan vuelva me encuentre con un drow desmayado, a parte del que ya tenemos. Eso. Yo cumplo con mi mision..."
Harley Demontea
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“ ¿Cómo que qué espera encontrar? Pues respuestas”, pensó Mebael casi rodando los ojos, esperaba algo que saciara su curiosidad, era bastante obvio tomando en cuenta el carácter y el modo en que le había insistido para que le soltara la sopa. Mebael los veía con una sonrisa en la cara desde afuera, aún pegada a la pared y con el pie en la misma, con la típica pinta de una colegiala rebelde, aunque bueno, eso era en otros tiempos y sin duda algo que hacía Harley a sus 14 años de edad.
Lo siguiente que dijo Yaroslav, Mebael lo consideró como algo más que cierto, de modo que sin pensarlo asintió dos veces, conforme con eso y aunque el tal Yazzyr había dicho algo bueno hace rato aún seguía sin caerle bien del todo, pues se veía que por todos los poros disparaba egocentrismo, aunque bueno aquella característica era algo parecida a ella, pero por obvios motivos era algo que nunca admitiría, ya que así de alto era su orgullo.
“Eso es bastante seguro, todos los jefes harán el interrogatorio sin duda” pensó Mebael explorando las diferentes posibilidades y preguntas que podían hacérsele, estaba comenzando a interesarse por aquel drow que se hacía llamar ex capitán de la alianza humana.
Mebael nunca tuvo nada contra ellos, de hecho, se le hacían interesantes y solo tomaba el camino que su recipiente decidía, “apoyándolos” e influenciando de a poco en sus decisiones para que resultara como a ella le gustaba, lo mismo estaba haciendo con Harley en ese preciso momento y lo mismo iba a hacer con aquellas tres personas para cumplir su propósito de despertar a la humana, aquello estaba comenzando a parecerle bastante aburrido de no ser porque tenía algo planeado.
“Los mortales son débiles sin duda” pensó al escuchar lo que decía el ruso sobre la cantidad de sangre, eso solo la hacía confirmar la fragilidad de toda vida, aunque bueno, ella también vivía, pero ni siquiera tenía un cuerpo material propio, su figura demoniaca era tan solo humo con forma de mujer, y cuando hacía manifestación en el cuerpo de Harely, simplemente le causaba problemas claro que después de que sucedía, la pobrecilla quedaba en mal estado y tendía a perder sangre rápido. Para Mebael había sido horrible la primera vez que se transformó en el cuerpo de Harley, cuando los efectos de la transformación desaparecieron, Harley calló al piso, perdiendo sangre, y la demonio había sentido como a su recipiente se le iba la vida, segundo por segundo, además, sentía como la sangre brotaba de ella como si fuera la suya propia, aunque era cierto que los demonios no tenían sangre.
Después de ello, Mebael se colocó erguido el cuerpo de su recipiente, pues ya estaban comenzando a colocar los preparativos. Antes le había parecido que el drow de la alianza humana había captado su presencia, pero parecía que aún no sabían de ella, así que se tranquilizó una vez más y observo, observó como Ailanthus le colocaba la goma a su compañero herido y como el ruso comenzaba a pinchar la vena de Yazzyr, entonces en el momento en el que estuvo completamente colocado todo, Mebael se relamió los labios y esbozó una sonrisa que casi desfiguraba el rostro de Harley, los pequeños colmillos de su recipiente comenzaron a crecer un poco y los ojos de Mebael comenzaron a brillar intensamente con aquel tono azul que no había cambiado desde que estaba en la superficie.
“¿Vodka?, no, yo creo que eso no será posible hoy” pensó intentando reprimir la enorme carcajada que venía subiendo; pero pudo ser más paciente, pues esperó a que la sangre se comenzara a pasar poco a poco, llenando los contenedores, fue entonces en el que, en un impulso y aún con aquella expresión casi terrorífica en el rostro, levantó el dedo índice a la altura de su cuello, justamente donde la había colocado en el cuello de Yazzyr el ruso y comenzó a bajarlo lentamente, provocando que la aguja se saliera del cuello del elfo.
Al mismo tiempo, movió su otra mano como si estuviera agarrando el tubo que transportaba la sangre y haciendo como si jalara algo, bajó la mano, provocando que esta se zafara de la bolsa y al mismo tiempo, que la sangre del drow quedara desperdigada por el piso.
“Amo esta sensación” pensó Mebael entonces, riéndose a carcajadas en su mente.
Lo siguiente que dijo Yaroslav, Mebael lo consideró como algo más que cierto, de modo que sin pensarlo asintió dos veces, conforme con eso y aunque el tal Yazzyr había dicho algo bueno hace rato aún seguía sin caerle bien del todo, pues se veía que por todos los poros disparaba egocentrismo, aunque bueno aquella característica era algo parecida a ella, pero por obvios motivos era algo que nunca admitiría, ya que así de alto era su orgullo.
“Eso es bastante seguro, todos los jefes harán el interrogatorio sin duda” pensó Mebael explorando las diferentes posibilidades y preguntas que podían hacérsele, estaba comenzando a interesarse por aquel drow que se hacía llamar ex capitán de la alianza humana.
Mebael nunca tuvo nada contra ellos, de hecho, se le hacían interesantes y solo tomaba el camino que su recipiente decidía, “apoyándolos” e influenciando de a poco en sus decisiones para que resultara como a ella le gustaba, lo mismo estaba haciendo con Harley en ese preciso momento y lo mismo iba a hacer con aquellas tres personas para cumplir su propósito de despertar a la humana, aquello estaba comenzando a parecerle bastante aburrido de no ser porque tenía algo planeado.
“Los mortales son débiles sin duda” pensó al escuchar lo que decía el ruso sobre la cantidad de sangre, eso solo la hacía confirmar la fragilidad de toda vida, aunque bueno, ella también vivía, pero ni siquiera tenía un cuerpo material propio, su figura demoniaca era tan solo humo con forma de mujer, y cuando hacía manifestación en el cuerpo de Harely, simplemente le causaba problemas claro que después de que sucedía, la pobrecilla quedaba en mal estado y tendía a perder sangre rápido. Para Mebael había sido horrible la primera vez que se transformó en el cuerpo de Harley, cuando los efectos de la transformación desaparecieron, Harley calló al piso, perdiendo sangre, y la demonio había sentido como a su recipiente se le iba la vida, segundo por segundo, además, sentía como la sangre brotaba de ella como si fuera la suya propia, aunque era cierto que los demonios no tenían sangre.
Después de ello, Mebael se colocó erguido el cuerpo de su recipiente, pues ya estaban comenzando a colocar los preparativos. Antes le había parecido que el drow de la alianza humana había captado su presencia, pero parecía que aún no sabían de ella, así que se tranquilizó una vez más y observo, observó como Ailanthus le colocaba la goma a su compañero herido y como el ruso comenzaba a pinchar la vena de Yazzyr, entonces en el momento en el que estuvo completamente colocado todo, Mebael se relamió los labios y esbozó una sonrisa que casi desfiguraba el rostro de Harley, los pequeños colmillos de su recipiente comenzaron a crecer un poco y los ojos de Mebael comenzaron a brillar intensamente con aquel tono azul que no había cambiado desde que estaba en la superficie.
“¿Vodka?, no, yo creo que eso no será posible hoy” pensó intentando reprimir la enorme carcajada que venía subiendo; pero pudo ser más paciente, pues esperó a que la sangre se comenzara a pasar poco a poco, llenando los contenedores, fue entonces en el que, en un impulso y aún con aquella expresión casi terrorífica en el rostro, levantó el dedo índice a la altura de su cuello, justamente donde la había colocado en el cuello de Yazzyr el ruso y comenzó a bajarlo lentamente, provocando que la aguja se saliera del cuello del elfo.
Al mismo tiempo, movió su otra mano como si estuviera agarrando el tubo que transportaba la sangre y haciendo como si jalara algo, bajó la mano, provocando que esta se zafara de la bolsa y al mismo tiempo, que la sangre del drow quedara desperdigada por el piso.
“Amo esta sensación” pensó Mebael entonces, riéndose a carcajadas en su mente.
- Off:
Hago este Off por el tema de los turnos, Yaz ha perdido el post que estaba haciendo y le he dicho que me dejara postear a mi primero para que no se le hiciera tan tedioso, pero el posteara después de mi, no se preocupen, solo espérenlo un ratito más (¿) De modo que los tunos siguen igual :3
Gracias
Yazzyr Kront'tavar
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Sonrió de lado, parecía que el joven drow creía que podía ver a través de él, cosa que quizá tenía algo de verdad, pero no lo era totalmente. Si supiera realmente como son los drow sabría que sus planes siempre son a largo plazo, más si se encuentran rodeados de especies mucho menos longevas que ellos. Esto causa que normalmente las acciones que realizan sean solo un granito de arena para su objetivo final, tanto que el beneficio que estas acciones proporcionan por si solas es totalmente nulo en lo general. — Bueno, aquí tenemos el perfecto ejemplo de que la raza no lo significa todo, ¿no? Digo, eres un drow que estuvo en la alianza humana. — Se encogió de hombros mientras sonreía levemente de lado después de esta frase. — Dicen que las acciones de un hombre hablan más que las mismas palabras, y aquí estoy yo donando mi sangre para un desconocido. ¿Qué crees que podría yo obtener de eso? Si estuviera tan desesperado por respuestas podría haberte chantajeado, sin embargo no lo hice. — Dice mientras alza las cejas, manteniendo una expresión seria y tranquila.
— Quizá si, quizá no, quien sabe. De todas formas no te estaba pidiendo algo a cambio por la ayuda, no necesito nada realmente. — Responde de nuevo de forma calmada a las palabras del drow, no hay mucho que añadir realmente, al menos no de forma directa pues el ruso ahora le ofrecía una oportunidad de añadir más. — Como dije no espero nada a cambio, solo le indicaba a nuestro buen amigo que sería amable de su parte que por ayudar a su amigo pudiera al menos satisfacer mi curiosidad. — Le contestó esta vez al ruso encogiéndose de hombros sonriendo de lado de nuevo.
— Espero que recuerdes que tengo menos sangre que otros. Parece que quien puso la barra libre andaba corto de efectivo. — Volviendo a su tono algo burlesco otra vez le contesta al ruso que se encuentra preparándose para extraerle la sangre. No se mueve cuando le inyecta la aguja, buscando mantener la compostura lo más que le sea posible, tampoco le agrada la idea de que sea el otro el que deba controlar el flujo de sangre que comienza a llenar la susodicha bolsita. Esperaba que no hiciera nada raro. Finalmente asintió a las palabra del ruso simplemente buscando mantenerse calmado y relajarse en su silla, no quería pensar demasiado en que tenía una aguja clavada en ese mismo instante, ya había tenido experiencia de sobra con las mismas y, a causa de ello, ahora les tenía algo de repelús.
Lo que no se esperaba es que la aguja directamente de la misma nada saltara de su cuello causando que se sobresaltara. Pero no bastaba con esto, si no que incluso el tubo y la bolsa cayeron al suelo desparramando su amada y preciada sangre por el mismo. Rápidamente se llevó la mano a donde había sido pinchado buscando así prevenir que saliera sangre de allí ahora que no estaba la aguja, no sabía cuan necesario fuera eso, pero mas valía prevenir que curar. — ¿Qué estás haciendo? — Le dijo esta vez al drow que estaba allí tomando relevo al ruso, con el ceño fruncido y bastante molestia en su voz, sin duda eso no le había hecho ni una pizca de gracia, aunque bueno, al menos así se habían librado de su tono burlesco.
— Quizá si, quizá no, quien sabe. De todas formas no te estaba pidiendo algo a cambio por la ayuda, no necesito nada realmente. — Responde de nuevo de forma calmada a las palabras del drow, no hay mucho que añadir realmente, al menos no de forma directa pues el ruso ahora le ofrecía una oportunidad de añadir más. — Como dije no espero nada a cambio, solo le indicaba a nuestro buen amigo que sería amable de su parte que por ayudar a su amigo pudiera al menos satisfacer mi curiosidad. — Le contestó esta vez al ruso encogiéndose de hombros sonriendo de lado de nuevo.
— Espero que recuerdes que tengo menos sangre que otros. Parece que quien puso la barra libre andaba corto de efectivo. — Volviendo a su tono algo burlesco otra vez le contesta al ruso que se encuentra preparándose para extraerle la sangre. No se mueve cuando le inyecta la aguja, buscando mantener la compostura lo más que le sea posible, tampoco le agrada la idea de que sea el otro el que deba controlar el flujo de sangre que comienza a llenar la susodicha bolsita. Esperaba que no hiciera nada raro. Finalmente asintió a las palabra del ruso simplemente buscando mantenerse calmado y relajarse en su silla, no quería pensar demasiado en que tenía una aguja clavada en ese mismo instante, ya había tenido experiencia de sobra con las mismas y, a causa de ello, ahora les tenía algo de repelús.
Lo que no se esperaba es que la aguja directamente de la misma nada saltara de su cuello causando que se sobresaltara. Pero no bastaba con esto, si no que incluso el tubo y la bolsa cayeron al suelo desparramando su amada y preciada sangre por el mismo. Rápidamente se llevó la mano a donde había sido pinchado buscando así prevenir que saliera sangre de allí ahora que no estaba la aguja, no sabía cuan necesario fuera eso, pero mas valía prevenir que curar. — ¿Qué estás haciendo? — Le dijo esta vez al drow que estaba allí tomando relevo al ruso, con el ceño fruncido y bastante molestia en su voz, sin duda eso no le había hecho ni una pizca de gracia, aunque bueno, al menos así se habían librado de su tono burlesco.
Me habría gustado poder reafirmar lo que hablaba Yaros sobre los donantes. -Pero creo que no conoces del todo a su… nuestra raza.- Yo admitía largamente que me había humanizado, aunque en el fondo tampoco había sido el mejor ejemplo de elfo oscuro cuando era un crío. Culpo a mis padres por ello. Pero sin embargo, no dejaba de ser consciente de nuestra naturaleza. Que si, por supuesto, se podía combatir y menguar.
Pero Yazzyr no se daba por vencido. Le dirigía una mirada seria y en ningún momento tenía pensado bajar la guardia, ni él, su asedio. Iba a intentar pescarme una respuesta por cualquier lado. Hizo énfasis a mis orígenes: Era un drow en la Alianza. Si, desde luego, combatía con el estereotipo de mi raza. -Y entré voluntariamente.- Era una pequeña chispa de información que no estaba soltando por casualidad: Calculaba bien el valor de aquellas palabras, y con suerte, aún podría intrigarle más.
Luego profirió una frase que prácticamente soltó a indirecta. ¿Y qué hacía un drow donando sangre si no era para sacarme información? ¿Y chantaje? -Si quisieras hacerme chantaje me deberías conocer mejor. Cosa que por el momento no te está saliendo muy bien.- No había tono de burla, era una mera afirmación. -Tal vez sencillamente quieras dar mejor imagen. No sé a quién, pues eso tampoco me incumbe.- En el fondo deseaba que fuera un drow bueno, callado, que se dejara sacar la sangre y comiera bocadillo felizmente.
Era mucho pedir. Y ahora él hacía ver que no quería saber nada. -Pues muy bien.- Afirmé, aunque ya sabía que ahí no acabaría su insistencia. Otra cosa no, pero los elfos oscuros, tendían a ser pesados como ellos solos. Más claro lo dejó cuando se dirigió a Yaroslav haciéndose el santo. Sin dejar entrever la molestia que me causaba suspiré un -Ya te he dicho que el día que me interroguen si quieres, te pasas. No pienso adelantarte- Énfasis en el “te”. Igual a otros sí, pero no a alguien que tenía tan atravesado -Nada de lo que diga ese día. Eso es todo. Quiero guardar silencio hasta esa hora.
Y ahí seguían sacando sangre. Observaba de cerca listo para ayudar. La bolsa se iba llenando poco a poco mientras Yazzyr le recordaba que tenía menos sangre. En un momento dado Yaroslav me cedió la bolsa. Yo hice lo mismo que él aunque con algo más de dificultad, pues necesitaba poner todo mi peso en la pierna no rota. Iba moviendo la bolsa con cuidado mientras se iba llenando, observando al drow por si manifestaba algún signo de molestia o mareo. -Creo que ya casi está… ¿Cómo estás?- El tono de preocupación poco o nada cuadraba con las pocas ganas de conversar que manifestara antes. Dirigí otra mirada a la puerta, sabiendo en aquel instante que había algo. Había sentido un ruido contra la pared.
Y justo en aquel despiste vi como la aguja saltaba y como la bolsa caía al suelo. Me agaché de inmediato para recogerla, un poco asustado, casi shockeado. Parte de ella se había perdido, aunque aún quedaba algo dentro del recipiente. Y el drow me preguntó que qué había pasado. -Jodida magia.- El insulto sonó pesado en mi boca: Lo solté con un asco poco usual en mi. Había notado la fuerza de la condenada magia arrancarme la bolsa de las manos. Y no dejaba de tener aquella sensación de ser observado muy descaradamente. Sabía que no había sido el drow por la ausencia de gestos y su desconcierto. -Aguanta.- Le di a Yazzyr la bolsa de su misma sangre, con una expresión iracunda. Cogí la muleta y salí directamente hacia fuera, caminando increíblemente rápido para un hombre con una muleta y una pata rota.
Allí encontré una horrible niñata, con ojos brillantes, expresión deshumanizada. Una gilipollas en toda regla. Una asquerosa maga. -¿Qué, te estás divirtiendo?- Le pregunté con escaso interés. Si bien mi figura imponía poco por su pésimo estado, aún hablaba con bastante dignidad. -Lo cierto es que me importa una mierda.- Las palabras salían de mi no con furia, si no con seriedad, casi imparcialidad… Casi desinterés. No iba a iniciar una lucha. No era tan idiota.
Entré de nuevo en la enfermería y cerré la puerta. Me apoyé en ella y saqué la moneda casi con aire casual. Escribí algo como “Hay un individuo hostil en la entrada de enfermería, poniendo en peligro las labores de recuperación y extracción de sangre. Solicito alguien que se pueda hacer cargo de ella.” Y la guardé. Eso era lo más efectivo. Era absurdo meterme en una batalla sin sentido cuando podía resolver eso por la vía más legal, por mucho que me jodiera que dificultara algo para ayudar a mi hermano. Miré a los otros dos con una expresión de malas pulgas. -Hay… Escoria ahí fuera. Una chavala que no sé como ha entrado en la base. Lucía una expresión digna de un…- Seguramente, el Arken’rret habría tenido más ojo para decir si era un demonio o no. -Monstruo. Llevaba un rato notando algo en la puerta… No sé como habrá entrado en la base.
Pero Yazzyr no se daba por vencido. Le dirigía una mirada seria y en ningún momento tenía pensado bajar la guardia, ni él, su asedio. Iba a intentar pescarme una respuesta por cualquier lado. Hizo énfasis a mis orígenes: Era un drow en la Alianza. Si, desde luego, combatía con el estereotipo de mi raza. -Y entré voluntariamente.- Era una pequeña chispa de información que no estaba soltando por casualidad: Calculaba bien el valor de aquellas palabras, y con suerte, aún podría intrigarle más.
Luego profirió una frase que prácticamente soltó a indirecta. ¿Y qué hacía un drow donando sangre si no era para sacarme información? ¿Y chantaje? -Si quisieras hacerme chantaje me deberías conocer mejor. Cosa que por el momento no te está saliendo muy bien.- No había tono de burla, era una mera afirmación. -Tal vez sencillamente quieras dar mejor imagen. No sé a quién, pues eso tampoco me incumbe.- En el fondo deseaba que fuera un drow bueno, callado, que se dejara sacar la sangre y comiera bocadillo felizmente.
Era mucho pedir. Y ahora él hacía ver que no quería saber nada. -Pues muy bien.- Afirmé, aunque ya sabía que ahí no acabaría su insistencia. Otra cosa no, pero los elfos oscuros, tendían a ser pesados como ellos solos. Más claro lo dejó cuando se dirigió a Yaroslav haciéndose el santo. Sin dejar entrever la molestia que me causaba suspiré un -Ya te he dicho que el día que me interroguen si quieres, te pasas. No pienso adelantarte- Énfasis en el “te”. Igual a otros sí, pero no a alguien que tenía tan atravesado -Nada de lo que diga ese día. Eso es todo. Quiero guardar silencio hasta esa hora.
Y ahí seguían sacando sangre. Observaba de cerca listo para ayudar. La bolsa se iba llenando poco a poco mientras Yazzyr le recordaba que tenía menos sangre. En un momento dado Yaroslav me cedió la bolsa. Yo hice lo mismo que él aunque con algo más de dificultad, pues necesitaba poner todo mi peso en la pierna no rota. Iba moviendo la bolsa con cuidado mientras se iba llenando, observando al drow por si manifestaba algún signo de molestia o mareo. -Creo que ya casi está… ¿Cómo estás?- El tono de preocupación poco o nada cuadraba con las pocas ganas de conversar que manifestara antes. Dirigí otra mirada a la puerta, sabiendo en aquel instante que había algo. Había sentido un ruido contra la pared.
Y justo en aquel despiste vi como la aguja saltaba y como la bolsa caía al suelo. Me agaché de inmediato para recogerla, un poco asustado, casi shockeado. Parte de ella se había perdido, aunque aún quedaba algo dentro del recipiente. Y el drow me preguntó que qué había pasado. -Jodida magia.- El insulto sonó pesado en mi boca: Lo solté con un asco poco usual en mi. Había notado la fuerza de la condenada magia arrancarme la bolsa de las manos. Y no dejaba de tener aquella sensación de ser observado muy descaradamente. Sabía que no había sido el drow por la ausencia de gestos y su desconcierto. -Aguanta.- Le di a Yazzyr la bolsa de su misma sangre, con una expresión iracunda. Cogí la muleta y salí directamente hacia fuera, caminando increíblemente rápido para un hombre con una muleta y una pata rota.
Allí encontré una horrible niñata, con ojos brillantes, expresión deshumanizada. Una gilipollas en toda regla. Una asquerosa maga. -¿Qué, te estás divirtiendo?- Le pregunté con escaso interés. Si bien mi figura imponía poco por su pésimo estado, aún hablaba con bastante dignidad. -Lo cierto es que me importa una mierda.- Las palabras salían de mi no con furia, si no con seriedad, casi imparcialidad… Casi desinterés. No iba a iniciar una lucha. No era tan idiota.
Entré de nuevo en la enfermería y cerré la puerta. Me apoyé en ella y saqué la moneda casi con aire casual. Escribí algo como “Hay un individuo hostil en la entrada de enfermería, poniendo en peligro las labores de recuperación y extracción de sangre. Solicito alguien que se pueda hacer cargo de ella.” Y la guardé. Eso era lo más efectivo. Era absurdo meterme en una batalla sin sentido cuando podía resolver eso por la vía más legal, por mucho que me jodiera que dificultara algo para ayudar a mi hermano. Miré a los otros dos con una expresión de malas pulgas. -Hay… Escoria ahí fuera. Una chavala que no sé como ha entrado en la base. Lucía una expresión digna de un…- Seguramente, el Arken’rret habría tenido más ojo para decir si era un demonio o no. -Monstruo. Llevaba un rato notando algo en la puerta… No sé como habrá entrado en la base.
Yo ya no me meto en sus debates sobre raza, favores, dime esto o dime lo otro. Mientras no se abalancen el uno sobre el otro, a mi no me toca intervenir. Las batallas de dialecto no han matado a nadie.
Asiento a Yazz cuando dice que recuerde que tiene menos sangre que un humano promedio, asi que lo dejaré en 350 cc. Dejo que Ailanthus se encargue de hacer lo del movimiento de la bolsa, que se va llenando. Voy a revisar el material que nos queda para pinchar al otro drow, pensando que dentro de poco tendremos que hacer alguna expedicion para conseguir insumos o buscarnos alguna manera (nos estamos quedando bajos de material) cuando me giro solo para ver la bolsita caer y la aguja salirse. Cosa mas rara. Pero Yazz parece descolocado, y Ailanthus, cabreado. Me acerco a Yazzyr mientras el otro sale, pero sin perder de vista la espalda del ex-capitan. Recordemos que soy su vigilante. Le planto un algodon mojado en alcohol a Yazz en el cuello y aprieto.
-Sujétatelo ahi con fuerrza.
Dejo el algodon en sus manos. Obviamente ya no ibamos a poder pincharlo mas... Oigo al otro hablar y entrar dando un portazo, dejando afuera a quien quiera que hubiese. Por lo visto habia sido el causante de la molesta broma. Noto entonces el galeon de mi bolsillo y lo saco, leyendo el mensaje que acaba de escribir Ailanthus. Vuelvo a guardarlo mirando al drow con expresion neutra.
-Johan te ha dejado una de esas monedas de la Resistencia?
"un poco pronto, jefe....podria usarla para mandar mensajes engañosos. No deberia tenerla."
Todo paranoico, yo. Cojo la bolsa de sangre, que se ha llenado si a caso a un tercio de su capacidad. Poca, poca cosa..... La cuelgo de uno de esos palos metalicos, goteros se llaman. Recojo la aguja que se salio del cuello de Yazz y la tiro a la basura. Cojo otra nueva, enchufandosela al drow inconsciente para que la sangre le comience a llegar. Es poca, pero menos da una piedra. Le doy la petaca de vodka a Yazzyr.
-Por serr un buen drrow.
Pero resulta que no podemos ignorar a la persona de afuera que haya gastado la mala bromita. Asi que resoplo mirando a Ailanthus porque aun me tengo que quedar con el. Al menos la cosa de la sangre ya esta más o menos hecha...
"le pegaría una patada en el culo a quien esta afuera, si pudiera. ¿Donde se mete el imbecil de Thoren?"
Asiento a Yazz cuando dice que recuerde que tiene menos sangre que un humano promedio, asi que lo dejaré en 350 cc. Dejo que Ailanthus se encargue de hacer lo del movimiento de la bolsa, que se va llenando. Voy a revisar el material que nos queda para pinchar al otro drow, pensando que dentro de poco tendremos que hacer alguna expedicion para conseguir insumos o buscarnos alguna manera (nos estamos quedando bajos de material) cuando me giro solo para ver la bolsita caer y la aguja salirse. Cosa mas rara. Pero Yazz parece descolocado, y Ailanthus, cabreado. Me acerco a Yazzyr mientras el otro sale, pero sin perder de vista la espalda del ex-capitan. Recordemos que soy su vigilante. Le planto un algodon mojado en alcohol a Yazz en el cuello y aprieto.
-Sujétatelo ahi con fuerrza.
Dejo el algodon en sus manos. Obviamente ya no ibamos a poder pincharlo mas... Oigo al otro hablar y entrar dando un portazo, dejando afuera a quien quiera que hubiese. Por lo visto habia sido el causante de la molesta broma. Noto entonces el galeon de mi bolsillo y lo saco, leyendo el mensaje que acaba de escribir Ailanthus. Vuelvo a guardarlo mirando al drow con expresion neutra.
-Johan te ha dejado una de esas monedas de la Resistencia?
"un poco pronto, jefe....podria usarla para mandar mensajes engañosos. No deberia tenerla."
Todo paranoico, yo. Cojo la bolsa de sangre, que se ha llenado si a caso a un tercio de su capacidad. Poca, poca cosa..... La cuelgo de uno de esos palos metalicos, goteros se llaman. Recojo la aguja que se salio del cuello de Yazz y la tiro a la basura. Cojo otra nueva, enchufandosela al drow inconsciente para que la sangre le comience a llegar. Es poca, pero menos da una piedra. Le doy la petaca de vodka a Yazzyr.
-Por serr un buen drrow.
Pero resulta que no podemos ignorar a la persona de afuera que haya gastado la mala bromita. Asi que resoplo mirando a Ailanthus porque aun me tengo que quedar con el. Al menos la cosa de la sangre ya esta más o menos hecha...
"le pegaría una patada en el culo a quien esta afuera, si pudiera. ¿Donde se mete el imbecil de Thoren?"
Poco o nada interesante he estado haciendo desde que charlé con aquel extraño drow en la colina, ya que no he participado en ninguna de las peleas que tuvieron lugar hace unos meses, ni me he involucrado en ninguna reyerta de ningún tipo. El vago, eso es lo que he estado haciendo. Únicamente me he dedicado a cuidar a mis animales, mi lobo blanco y mi tortuga gigante, que vive cerca de los acantilados de Dover. Bueno, y beber vodka, que de algún modo habrá que compensar el aburrimiento. Lo cierto es que tampoco puedo dejar de pensar en lo que he dejado atrás en Rusia, tanto el caos allí reinante como a la humana con la que estuve. Espero que todo le vaya bien, a pesar de que rompimos de una manera un tanto abrupta. Con la "invasión" por parte de la Alianza seguro que no ha tenido problemas, a no ser que la hayan acusado de traidora. Y de nuestra prima Anyanka...quién sabe lo que habrá sido de ella. Sinceramente tampoco me importa demasiado, no después de todo lo sucedido. Con un poco de suerte la habrán eliminado, al igual que al déspota de su marido, Mikhail Novgorod. Al menos aquí soy más útil, ayudando a mi hermano en lo que haga falta.
La vibración de la moneda comunicadora interrumpe la tarea que estaba intentando llevar a cabo. Trataba de escribir (por enésima vez) una carta dirigida a Irina, aunque por alguna razón nunca termino de hacerlo. O bien me arrepiento, o no me sale, o no sé exactamente qué decir...o hay algo que interrumpe la labor, como en este instante. Me levanto de la mesa del comedor en la que estaba, arrugando un papel con un insulso saludo. No, no me vale. A lo mejor es que no debo escribirle, y ya está. Por fin miro el mensaje de la moneda, alarmándome por eso de individuo hostil. Alerto a todos los del comedor, para que se preparen por si es un ataque real. Vuelco la banqueta de la silla al levantarme, gritando como un loco - ¡ PREPARRAOS TODOS! ¡ HAY HOSTILES EN LA BASE! - dicho esto echo a correr hacia el pasillo, dirección a la enfermería. Alguien interrumpiendo labores de sanación debe ser más malo que una resaca de chacha.
La carrera me lleva unos cinco minutos por culpa de lo laberíntico del lugar, pero acabo llegando hasta la puerta de la enfermería. No veo soldados de la Alianza, sólo a una muchacha. Al principio paso de ella, pero después me asomo a la puerta de la enfermería, viendo a mi hermano haciendo las veces de enfermero con tres drows. Últimamente están por todas partes. Intuyo que los que molestan no son ninguno de esos, así que asumo que es la chica. Vuelvo a ella para agarrarla bruscamente por el antebrazo, alejándola un poco de la puerta. - ¿Erres tú la hostil de la que han avisado? - la arrincono un poco contra la pared modo ruso mafias, sin soltarla todavía. - He conocido mucha gente que se esconde trras puerrtas parra matar. ¿Venías a matar? ¿cómo entrraste aquí? ¿quién te envía, sumasshedshiy ?
-----
off: para los turnos de momento seguimos por un lado los del pasillo y por otro los de la enfermería, ok?
La vibración de la moneda comunicadora interrumpe la tarea que estaba intentando llevar a cabo. Trataba de escribir (por enésima vez) una carta dirigida a Irina, aunque por alguna razón nunca termino de hacerlo. O bien me arrepiento, o no me sale, o no sé exactamente qué decir...o hay algo que interrumpe la labor, como en este instante. Me levanto de la mesa del comedor en la que estaba, arrugando un papel con un insulso saludo. No, no me vale. A lo mejor es que no debo escribirle, y ya está. Por fin miro el mensaje de la moneda, alarmándome por eso de individuo hostil. Alerto a todos los del comedor, para que se preparen por si es un ataque real. Vuelco la banqueta de la silla al levantarme, gritando como un loco - ¡ PREPARRAOS TODOS! ¡ HAY HOSTILES EN LA BASE! - dicho esto echo a correr hacia el pasillo, dirección a la enfermería. Alguien interrumpiendo labores de sanación debe ser más malo que una resaca de chacha.
La carrera me lleva unos cinco minutos por culpa de lo laberíntico del lugar, pero acabo llegando hasta la puerta de la enfermería. No veo soldados de la Alianza, sólo a una muchacha. Al principio paso de ella, pero después me asomo a la puerta de la enfermería, viendo a mi hermano haciendo las veces de enfermero con tres drows. Últimamente están por todas partes. Intuyo que los que molestan no son ninguno de esos, así que asumo que es la chica. Vuelvo a ella para agarrarla bruscamente por el antebrazo, alejándola un poco de la puerta. - ¿Erres tú la hostil de la que han avisado? - la arrincono un poco contra la pared modo ruso mafias, sin soltarla todavía. - He conocido mucha gente que se esconde trras puerrtas parra matar. ¿Venías a matar? ¿cómo entrraste aquí? ¿quién te envía, sumasshedshiy ?
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off: para los turnos de momento seguimos por un lado los del pasillo y por otro los de la enfermería, ok?
Yazzyr Kront'tavar
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El drow parecía jactarse de conocer mejor a la raza que el mismo Yazzyr pero no importaba lo que el drow dijera pues él sabía que conocía mejor a él mismo y a su raza que cualquier otro, o al menos eso creía. Sin embargo no tenía la menor intensión de entrometerse innecesariamente pues solo alargaría más lo que era ya una discusión lo bastante larga y molesta de por sí. Cuando escuchó que incluso había entrado voluntariamente al ejército de la alianza no pudo si no sonreír levemente de lado, no porque por fin supiera mínimamente algo de aquella persona si no porque creía que eso le daba más razón a sus propias palabras. — ¿Y habiendo hecho eso dices conocer a nuestra raza? — Soltó una leve risa, simplemente no podía evitarlo a estas alturas. — Seguro fue la decisión más inteligente de tu vida. — Contestó con sarcasmo haciendo un ademán con la cabeza hacia las propias heridas de su amigo y de él, era más que obvio que muy bien no le había hecho esa decisión.
Sinceramente en sus palabras había mucha razón, sin embargo él nunca estaría dispuesto a admitirlo, aunque de igual forma tampoco era su intención hacer eso, por lo que podría evadir ese tema sin mucha dificultad y evitando así que su orgullo resultara herido. — Menos mal que nunca quise intentar eso entonces, ¿no te parece? — Respondió simplemente con calma haciéndose el desentendido sobretodo con la segunda parte. — Evidentemente a mi madre que allí se encuentra. — Dice señalando al cielo con un cabeceo, emulando una expresión de tristeza. — Todo hijo quiere que su madre esté orgullosa de él, ¿no? — Sonrió de lado mientras decía estas palabras, sin duda eran simplemente para burlarse, sin embargo la discusión ya estaba perdiendo interés para él de por si, por lo que al menos tendría que buscar entretenimiento de otra fuente.
Y esa fue la gota que colmó el vaso ya le daba lo mismo, saber lo que seguramente fuera una estupidez que había cometido para terminar así no merecía tanto esfuerzo de su parte. Además de que su actuar carecía totalmente de lógica para él, ya que igualmente tendría que contarlo todo y eventualmente él se iba a enterar de todas formas, no tenía sentido, pero bueno, poco se podía esperar de un drow así. — Lástima, y yo que quería asistir a la función pre estreno. Puedes quedarte con tus entradas, el precio que pides es mucho, prefiero tardar más en verla a que me timen así. — Respondió con esta frase totalmente carente de sentido, pero que pensada correctamente y aplicada contexto actual podía comprenderse. Solo se encogió de hombros, ya cansado de gastar su aliento inútilmente.
Lo que faltaba, no tenía suficiente con tener que aguantar ser pinchado y extraído de su propia sangre si no también tenía que aguantar las muestras de preocupación del drow que hace unos minutos solamente se estaba haciendo el duro, no tenía ningún sentido y esto solo lo hacía aún más molesto, de verdad que estaba humanizado, casi daba vergüenza. — Sí, sí, claro, estoy bien. — Sin duda esto no le gustaba ni un pelo, sin embargo por el bien de todos allí simplemente se la aguantó igual que lo de la sangre, solo había que poner voluntad y podría aguantar eso y cualquier cosa que le tiraran encima, no era alguien que se dejara amedrentar así como así.
Luego ocurrió lo que tenía que ocurrir, inmediatamente había asumido que era algo que el drow había hecho, sin embargo por su reacción pudo deducir rápidamente que así no era, pues se dirigió a la puerta rápidamente luego de dejarle su bolsa de sangre en las manos en lo que el ruso le tendió un algodón para mantener su pinchazo bajo control, sin ningún lugar a dudas estaba extremadamente molesto, sin embargo también poseía un extraordinario autocontrol por lo que podía mantenerse con calma sin matar a nadie.
Por lo visto por las palabras del ruso se podía deducir que poseía una de esas infames monedas, ni si quiera él tenía una, claro que nunca se había molestado en pedirla, no le importaba mucho de momento, aunque pensándolo bien en ese momento se le ocurrió que al menos así podría enterarse de todo y acudir a distintas situaciones si alguien llamaba en su tiempo libre, eso seguro sería útil e interesante, lástima que no se le ocurrió antes. Tomó sin dudar la oferta de la petaca del ruso, dándole un largo trago acabando así con gran parte de su contenido...
Le tendió de nuevo la petaca al ruso mientras escuchaba las palabras del drow, no podía ser cierto, ¿verdad? No podía evitar tener la ligera sospecha o más bien premonición de que se trataba de aquella persona, ¿podría ser? Aún no lo sabía, pero tenía que descubrirlo. Se levantó de su asiento abriéndose camino hasta la puerta de aquella sala mientras el alcohol y la falta de sangre comenzaban a tener efecto en él, acumulándose con la frustración y molestia que ya poseía anteriormente. Esto finalmente acabó por sobrepasar su autocontrol, que por muy amplio que fuera tenía un límite, y ya había llegado a él.
Sin mediar una palabra más procedió a abrir la puerta sin ver nada inmediatamente afuera, por lo que acabó de salir al pasillo donde unos pasos más allá se encontraba otro humano arrinconando a quien pensaba que podría ver allí afuera, así que eso era la venganza por lo de antes, ¿no? Pues no se iba a quedar parado, no estaba pensando con claridad ahora mismo por lo que su curiosidad por esa persona simplemente se vio opacada por ansias de retribución, y la iba a obtener, vaya que si. Caminó hacia la muchacha y el hombre, sin importarle demasiado la presencia de éste último. No quería malgastar ni un solo segundo más por lo que en cuanto estuvo a rango procedió a intentar darle un puñetazo en el rostro con su brazo mecánico mientras mantenía una expresión iracunda. — ¡Eso es lo que querías! ¿¡Verdad!? — Le gritó mientras respiraba agitado después de realizar esta acción.
Sinceramente en sus palabras había mucha razón, sin embargo él nunca estaría dispuesto a admitirlo, aunque de igual forma tampoco era su intención hacer eso, por lo que podría evadir ese tema sin mucha dificultad y evitando así que su orgullo resultara herido. — Menos mal que nunca quise intentar eso entonces, ¿no te parece? — Respondió simplemente con calma haciéndose el desentendido sobretodo con la segunda parte. — Evidentemente a mi madre que allí se encuentra. — Dice señalando al cielo con un cabeceo, emulando una expresión de tristeza. — Todo hijo quiere que su madre esté orgullosa de él, ¿no? — Sonrió de lado mientras decía estas palabras, sin duda eran simplemente para burlarse, sin embargo la discusión ya estaba perdiendo interés para él de por si, por lo que al menos tendría que buscar entretenimiento de otra fuente.
Y esa fue la gota que colmó el vaso ya le daba lo mismo, saber lo que seguramente fuera una estupidez que había cometido para terminar así no merecía tanto esfuerzo de su parte. Además de que su actuar carecía totalmente de lógica para él, ya que igualmente tendría que contarlo todo y eventualmente él se iba a enterar de todas formas, no tenía sentido, pero bueno, poco se podía esperar de un drow así. — Lástima, y yo que quería asistir a la función pre estreno. Puedes quedarte con tus entradas, el precio que pides es mucho, prefiero tardar más en verla a que me timen así. — Respondió con esta frase totalmente carente de sentido, pero que pensada correctamente y aplicada contexto actual podía comprenderse. Solo se encogió de hombros, ya cansado de gastar su aliento inútilmente.
Lo que faltaba, no tenía suficiente con tener que aguantar ser pinchado y extraído de su propia sangre si no también tenía que aguantar las muestras de preocupación del drow que hace unos minutos solamente se estaba haciendo el duro, no tenía ningún sentido y esto solo lo hacía aún más molesto, de verdad que estaba humanizado, casi daba vergüenza. — Sí, sí, claro, estoy bien. — Sin duda esto no le gustaba ni un pelo, sin embargo por el bien de todos allí simplemente se la aguantó igual que lo de la sangre, solo había que poner voluntad y podría aguantar eso y cualquier cosa que le tiraran encima, no era alguien que se dejara amedrentar así como así.
Luego ocurrió lo que tenía que ocurrir, inmediatamente había asumido que era algo que el drow había hecho, sin embargo por su reacción pudo deducir rápidamente que así no era, pues se dirigió a la puerta rápidamente luego de dejarle su bolsa de sangre en las manos en lo que el ruso le tendió un algodón para mantener su pinchazo bajo control, sin ningún lugar a dudas estaba extremadamente molesto, sin embargo también poseía un extraordinario autocontrol por lo que podía mantenerse con calma sin matar a nadie.
Por lo visto por las palabras del ruso se podía deducir que poseía una de esas infames monedas, ni si quiera él tenía una, claro que nunca se había molestado en pedirla, no le importaba mucho de momento, aunque pensándolo bien en ese momento se le ocurrió que al menos así podría enterarse de todo y acudir a distintas situaciones si alguien llamaba en su tiempo libre, eso seguro sería útil e interesante, lástima que no se le ocurrió antes. Tomó sin dudar la oferta de la petaca del ruso, dándole un largo trago acabando así con gran parte de su contenido...
Le tendió de nuevo la petaca al ruso mientras escuchaba las palabras del drow, no podía ser cierto, ¿verdad? No podía evitar tener la ligera sospecha o más bien premonición de que se trataba de aquella persona, ¿podría ser? Aún no lo sabía, pero tenía que descubrirlo. Se levantó de su asiento abriéndose camino hasta la puerta de aquella sala mientras el alcohol y la falta de sangre comenzaban a tener efecto en él, acumulándose con la frustración y molestia que ya poseía anteriormente. Esto finalmente acabó por sobrepasar su autocontrol, que por muy amplio que fuera tenía un límite, y ya había llegado a él.
Sin mediar una palabra más procedió a abrir la puerta sin ver nada inmediatamente afuera, por lo que acabó de salir al pasillo donde unos pasos más allá se encontraba otro humano arrinconando a quien pensaba que podría ver allí afuera, así que eso era la venganza por lo de antes, ¿no? Pues no se iba a quedar parado, no estaba pensando con claridad ahora mismo por lo que su curiosidad por esa persona simplemente se vio opacada por ansias de retribución, y la iba a obtener, vaya que si. Caminó hacia la muchacha y el hombre, sin importarle demasiado la presencia de éste último. No quería malgastar ni un solo segundo más por lo que en cuanto estuvo a rango procedió a intentar darle un puñetazo en el rostro con su brazo mecánico mientras mantenía una expresión iracunda. — ¡Eso es lo que querías! ¿¡Verdad!? — Le gritó mientras respiraba agitado después de realizar esta acción.
El viaje hasta aqui habia sido duro. Entendedme, habia sido muy rapido, tremendamente rapido. Tanto que hacia un momento estabamos en la torre y ahora en la base subterranea. Me habian hecho viajar con desaparicion, en la bodega de un barco, a vuelo pajaro, en la cesta de una bici, en la mochila de viaje de un drow...pero ningun viaje habia sido tan terrible como aquel! Y es que no todos los dias a uno le dan un billete de tren a traves de los planos demoniacos.
Aparecimos en los pasillos de la base con Ilzt. Yo mas pálido que unas paredes de yeso. El nigromante, que habia estado alli con anterioridad, quedó algo rezagado.
- No quiero volver a viajar asi en mi vida....en mi puta vida....
"ay que angustia"
Sacudí la cabeza, recordando por qué estamos alli. Me convertí en urraca y alcé el vuelo, tanto Vor como yo teniamos las mismas prisas por llegar ahi. En la entrada a dicha enfermeria habian tres personas, parecian estar teniendo un conflicto. Mi yo pájaro no añadio nada, y se coló por la puerta tan pronto como pudo. Una vez en el interior, reconocí a dos de tres. A Ailanthus y a Dyospiros. Este ultimo con un aspecto terrible en una camilla. Me destransformé volviendo a mi forma humana, dando con mis manos en el borde de su camilla, ignorando brevemente al resto de personajes alli presentes.
"amigo, lo siento mucho. Te abandoné otra vez"
Simplemente lo pienso. A veces tenia la sensacion de que no me hacia falta verbalizar ciertas cosas para que él me entendiese, y durante muchos años habia sido asi. ¿Pero ahora podia escucharme? Planto la mano sobre su pecho, muy levemente. Respira, sube y baja. Pero no tiene muy buen aspecto... Ahora si levanto la mirada hacia Ailanthus.
-¿se pondrá bien?
Aparecimos en los pasillos de la base con Ilzt. Yo mas pálido que unas paredes de yeso. El nigromante, que habia estado alli con anterioridad, quedó algo rezagado.
- No quiero volver a viajar asi en mi vida....en mi puta vida....
"ay que angustia"
Sacudí la cabeza, recordando por qué estamos alli. Me convertí en urraca y alcé el vuelo, tanto Vor como yo teniamos las mismas prisas por llegar ahi. En la entrada a dicha enfermeria habian tres personas, parecian estar teniendo un conflicto. Mi yo pájaro no añadio nada, y se coló por la puerta tan pronto como pudo. Una vez en el interior, reconocí a dos de tres. A Ailanthus y a Dyospiros. Este ultimo con un aspecto terrible en una camilla. Me destransformé volviendo a mi forma humana, dando con mis manos en el borde de su camilla, ignorando brevemente al resto de personajes alli presentes.
"amigo, lo siento mucho. Te abandoné otra vez"
Simplemente lo pienso. A veces tenia la sensacion de que no me hacia falta verbalizar ciertas cosas para que él me entendiese, y durante muchos años habia sido asi. ¿Pero ahora podia escucharme? Planto la mano sobre su pecho, muy levemente. Respira, sube y baja. Pero no tiene muy buen aspecto... Ahora si levanto la mirada hacia Ailanthus.
-¿se pondrá bien?
Portales. No eran mi… cosa favorita. Aunque no había sido la primera vez que experimentaba aquella sensación. Yden tendía a abrirse paso aquí y allá de forma muy similar, no importándole rasgar la realidad cada vez que le placía moverse de sitio. Ilztvyll nos había agarrado a ambos de forma un poco brusca y nos había llevado a aquella… especie de dimensión rara, como una especie de plano distinto, totalmente carente de sentido. Como si fuera un universo completamente diferente. Y allí soltó algún comentario antes de abrir otra brecha con su guadaña y llevarnos a rastras a un lugar mucho más normal.
La base de los renegados. Yo aguanté firme, tanto como pudiera después de todos los trotes que habíamos dado y el desgaste provocado por la batalla. -Al… Al menos ha sido rápido.- Le comenté a Roäc, mucho más nervioso que yo respecto la forma de viajar. -Y estamos aquí. ¿Enfemería?- No me respondería, muy apresurado por ir. Más él, que descaradamente se transformó en ave y me dejó algo atrás. Hice todo lo posible por alcanzarle. Ilztvyll nos debió gruñir alguna cosa antes de llegar: Su cojera no le permitió llegar tan rápidamente como hubiese querido.
En la enfermería, al menos a fuera, había un poco de jaleo. Un… ruso así como que se te hace algo familiar pero no, una niñata colegiala y una bonita tableta drow pegada a una cabeza y unas pocas extremidades más. Aunque eso tampoco me pudo entretener demasiado: Ni Roäc esperaba ni yo quería perder mi tiempo. -¡Armad jaleo en otro lado, bichos!- Regruñí entrando por la puerta, colándome como pude en toda la tertulia.
La enfermería presentaba un pintoresco cuadro. El pájaro había dejado de ser pájaro y se había ido ya al lado de… Un maltrechísimo Dyospiros. Creo que el corazón me dio un vuelco. Quedé completamente inmóvil ahí, contemplando aquella pésima imágen que desprendía. Muchísimo disparo… A medio curar, pero no del todo. Me sorprendió mucho ver a Yaroslav ahí, con su petaca, con su aire ruso. -H… Hola…- Si bien Roäc había sido muy efusivo, yo quedé congelado ahí. Con muy poco color en la piel.
Tenía un aspecto terrible. Completamente terrible. Y su hermano tampoco es que fuera mucho mejor, pero ahí estaba. Toqueteando la moneda, mirando al pájaro, que le había hecho una pregunta. Antes de que pudiera responderle me acerqué a él, que de repente no me pareció ni tan alto ni tan digno. Creo que no se lo esperaba. Le di semejante puñetazo en la cara que lo tiré contra la pared contra la que se apoyaba. -¡Eso por dejar que le pasara esto a TU hermano!- Y luego, aprovechando su confusión… Pobre. Buscaba la muleta… Le di el otro. Con el otro puño. -Y eso por campos. Y por todo. Y por… ¡Vete a la mierda!
“Si Dyospiros realmente lo ha traído aquí, sin embargo, lo querrá… vivo. Pero que se joda.” Independientemente de su respuesta me acerqué a la camilla, al lado de Roäc, dándome cuenta de lo bien puesta que tenía la mantita, al menos. Pero ahí había sangre derramada por todos lados. -Tenemos que intentar curarlo o… No sé si la magia ya podrá hacer mucho por él… Yaros, camarrada, ¿No tendrás un poco de vodka?- No iba a poder seguir curando después de todo el viaje por la condenada torre, no si tenía aún un poco de sentido común en la cabeza. Necesitaba quitarme eso de encima.
La base de los renegados. Yo aguanté firme, tanto como pudiera después de todos los trotes que habíamos dado y el desgaste provocado por la batalla. -Al… Al menos ha sido rápido.- Le comenté a Roäc, mucho más nervioso que yo respecto la forma de viajar. -Y estamos aquí. ¿Enfemería?- No me respondería, muy apresurado por ir. Más él, que descaradamente se transformó en ave y me dejó algo atrás. Hice todo lo posible por alcanzarle. Ilztvyll nos debió gruñir alguna cosa antes de llegar: Su cojera no le permitió llegar tan rápidamente como hubiese querido.
En la enfermería, al menos a fuera, había un poco de jaleo. Un… ruso así como que se te hace algo familiar pero no, una niñata colegiala y una bonita tableta drow pegada a una cabeza y unas pocas extremidades más. Aunque eso tampoco me pudo entretener demasiado: Ni Roäc esperaba ni yo quería perder mi tiempo. -¡Armad jaleo en otro lado, bichos!- Regruñí entrando por la puerta, colándome como pude en toda la tertulia.
La enfermería presentaba un pintoresco cuadro. El pájaro había dejado de ser pájaro y se había ido ya al lado de… Un maltrechísimo Dyospiros. Creo que el corazón me dio un vuelco. Quedé completamente inmóvil ahí, contemplando aquella pésima imágen que desprendía. Muchísimo disparo… A medio curar, pero no del todo. Me sorprendió mucho ver a Yaroslav ahí, con su petaca, con su aire ruso. -H… Hola…- Si bien Roäc había sido muy efusivo, yo quedé congelado ahí. Con muy poco color en la piel.
Tenía un aspecto terrible. Completamente terrible. Y su hermano tampoco es que fuera mucho mejor, pero ahí estaba. Toqueteando la moneda, mirando al pájaro, que le había hecho una pregunta. Antes de que pudiera responderle me acerqué a él, que de repente no me pareció ni tan alto ni tan digno. Creo que no se lo esperaba. Le di semejante puñetazo en la cara que lo tiré contra la pared contra la que se apoyaba. -¡Eso por dejar que le pasara esto a TU hermano!- Y luego, aprovechando su confusión… Pobre. Buscaba la muleta… Le di el otro. Con el otro puño. -Y eso por campos. Y por todo. Y por… ¡Vete a la mierda!
“Si Dyospiros realmente lo ha traído aquí, sin embargo, lo querrá… vivo. Pero que se joda.” Independientemente de su respuesta me acerqué a la camilla, al lado de Roäc, dándome cuenta de lo bien puesta que tenía la mantita, al menos. Pero ahí había sangre derramada por todos lados. -Tenemos que intentar curarlo o… No sé si la magia ya podrá hacer mucho por él… Yaros, camarrada, ¿No tendrás un poco de vodka?- No iba a poder seguir curando después de todo el viaje por la condenada torre, no si tenía aún un poco de sentido común en la cabeza. Necesitaba quitarme eso de encima.
Portales. Malas caras y todo lo que conllevan en seres inexperimentados como aquel hombre pájaro, más que en el otro. Yo disfrutaba aquello de los viajes interdimensionales, de sentir que la realidad era poco más que un lienzo fácilmente rasgable. Daba una sensación de poder muy distinta a la que pudiera hacerlo la más mortífera de las magias. Como si el mundo no fuera más que una mera máscara cubriendo una profundidad inigualable.
Fue bonito verles soltar comentarios al respecto. No tanto que salieran disparados, uno transformado y el otro casi como si llevara cohetes en el culo. Intenté seguirlos al principio, pero la cojera acusó. Y Vlosinssrigg estaba cansado de toda la agitación en torre. Pasé a un ritmo más… asequible. A caminar, usando la guadaña como bastón. Con el cuerpecillo ardiendo por el esfuerzo, las manos temblorosas y con todo aquello que me recordaba mi debilidad física, mi condición cercana a la muerte, tan opuesta a la jovialidad de los semielfos.
-... Malditos sean.- Igual me habían engañado. No sabía porqué había abandonado la torre, tan llena de conocimiento y poder, por la mera posibilidad de verte de nuevo, Anzus… O ya podría decirlo directamente. Ailanthus. Allí afuera, sin embargo, había un nada despreciable escándalo. Un par de chavales metiéndose con una niñata, aunque algo en mis NigroFeels me hacía comprender que no era ordinaria. Sonreí por el sarcasmo de la situación. El tiempo en las ciudades drows me había hecho temer a las mujeres. Y no veía en eso un acto de abuso, si no uno de protección propia por parte de ellos dos. Más por lo que podía intuir de la naturaleza de la chavala.
Aunque la sonrisa cambió a una leve expresión de sorpresa al fijarme en los hombres. Uno era un drow. Otro. Empezaban a no sorprenderme, y no iba a festejar su presencia a pesar de comprender la superioridad de nuestra raza. La cosa estaba en que el otro chaval, de rusa apariencia, lo había conocido. -¡Thoren!- Hablé casi con alegría. Como si no estuvieran apalizando una mujer. -¿Qué te cuentas? ¿Cómo te va la vida?- Aproveché para asomarme brevemente por la puerta.
Un vistazo. Y vi todo lo que debía ver. Ahí estabas. Retrocedí, corto de palabras, dudando que me hubieras visto tan ocupado como estabas recibiendo una paliza. Miré a los otros tres y me aparté un poco, muy incómodo de repente. Casi había rezado que no fuera verdad. Que me hubieran mentido. No estaba acostumbrado a los… arranques sentimentales.
Fue bonito verles soltar comentarios al respecto. No tanto que salieran disparados, uno transformado y el otro casi como si llevara cohetes en el culo. Intenté seguirlos al principio, pero la cojera acusó. Y Vlosinssrigg estaba cansado de toda la agitación en torre. Pasé a un ritmo más… asequible. A caminar, usando la guadaña como bastón. Con el cuerpecillo ardiendo por el esfuerzo, las manos temblorosas y con todo aquello que me recordaba mi debilidad física, mi condición cercana a la muerte, tan opuesta a la jovialidad de los semielfos.
-... Malditos sean.- Igual me habían engañado. No sabía porqué había abandonado la torre, tan llena de conocimiento y poder, por la mera posibilidad de verte de nuevo, Anzus… O ya podría decirlo directamente. Ailanthus. Allí afuera, sin embargo, había un nada despreciable escándalo. Un par de chavales metiéndose con una niñata, aunque algo en mis NigroFeels me hacía comprender que no era ordinaria. Sonreí por el sarcasmo de la situación. El tiempo en las ciudades drows me había hecho temer a las mujeres. Y no veía en eso un acto de abuso, si no uno de protección propia por parte de ellos dos. Más por lo que podía intuir de la naturaleza de la chavala.
Aunque la sonrisa cambió a una leve expresión de sorpresa al fijarme en los hombres. Uno era un drow. Otro. Empezaban a no sorprenderme, y no iba a festejar su presencia a pesar de comprender la superioridad de nuestra raza. La cosa estaba en que el otro chaval, de rusa apariencia, lo había conocido. -¡Thoren!- Hablé casi con alegría. Como si no estuvieran apalizando una mujer. -¿Qué te cuentas? ¿Cómo te va la vida?- Aproveché para asomarme brevemente por la puerta.
Un vistazo. Y vi todo lo que debía ver. Ahí estabas. Retrocedí, corto de palabras, dudando que me hubieras visto tan ocupado como estabas recibiendo una paliza. Miré a los otros tres y me aparté un poco, muy incómodo de repente. Casi había rezado que no fuera verdad. Que me hubieran mentido. No estaba acostumbrado a los… arranques sentimentales.
Las peleas me agotaban. Tanto las físicas como las verbales. La poca pasión con la que hablaba, la expresión de suma indiferencia, las ganas de escupirle en la cara eran buenos detalles de qué tanto me aburría aquella situación. No dejaba de ver como Yazzyr, como el buen criajo que era -fuera mayor a mi o no- no dejaba de discutir y rechistar todo lo que decía, con ese sarcasmo que creería tan avanzado e inteligente. Se reía de mi decisión de unirme a la Alianza e ironizó qué tan inteligente fue esa decisión. -Desde luego fue mucho mejor decisión que irme de la sociedad drow para seguir comportándome con el mismo grado de gilipollez de ahí abajo. Cada uno hace lo que le place, me temo.- Lo dije con naturalidad, a pesar de ir directamente dirigido a él.
No iba a discutir cual fuera su decisión o intención al donar sangre. Alegó que era por su madre, aparentemente muerta. Lo miré con aquella cara que uno dirige al que ha intentado con un chiste y en su lugar ha dado cancer. -Tal vez.- Y esa era la respuesta típica que uno daba a un niño que había hecho demasiadas preguntas y tenía mucha prisa por desentenderse del tema. Porque yo no era un hombre de discusiones, y mucho menos, de rebajarme a los niveles de mi raza. Hacía demasiado que lo había superado.
Yazzyr. Dijo estar bien. Al menos no se iba a morir ahí mismo. Porque aún tenía presente aquellas cosas llamadas morales, por mucho que estuvieran desgastadas y casi apartadas. Y más las aparté al salir… Aquella imbécil había logrado sacarme de quicio, y de haber podido, no habría dudado en hacer algo más que ir a lloriquear via moneda.
Cuando entré Yaroslav no tardó en cuestionarme qué hacía con la moneda. Le miré con ese mal humor que acababa de darme, con aquella expresión de muy pocos amigos. Respondí algo hosco. -No me la ha dado Johan, es la de Dyospiros. Me dijo que la usara para pediros ayuda y ahora mismo la necesito para localizar a dos posibles curanderos. Así lo quería mi hermano.- Frases sencillas, largas, que decían exactamente todo lo que debían. No tenía razones para engañarle. Le soltó la petaca de vodka al drow, mientras sentía algo de jaleo ahí fuera.
“Ha venido alguien”, pensé. Pero antes de poder formular nada Yazzyr abandonó la sala a toda prisa, con mala cara, y yo me miré a Yaroslav, que me miraba demasiado. -Parece que han venido a ocuparse del problema…- Me acerqué a mi camilla para ver como la poca sangre que quedaba en la bolsa iba descendiendo por la via. -... No necesitamos jaleos ahora mismo aquí. La Alianza quería un ataque… Pero Javert ha desaparecido…- Temía por la seguridad de todos aquellos. -No tardarán en soltar difamaciones en los diarios. The New Times. Esos imbéciles. Jodidos fascistas encubiertos como gente decente.- Un brillo algo más asesino relució al mencionarlos. -Me… Me gustaría saber si hay novedades fuera. Ya que insistís en tenerme aquí. Igual puedo… ayudar.- Me apoyé contra una pared. En cierto modo, le estaba pidiendo un favor.
Un nuevo mensaje en la moneda me llamó la atención. Debía llevar rato ahí porque estaba tibia, pero… Dice que irían. Que tardarían poco. Algo de provlemas. Y tan ocupado estaba leyendo que cuando entró un pájaro seguido de un semidrow un poco más retrocedí, casi asustado. Ellos dos. “Pero si estaban en Irlanda…” -¿Qué…? Cómo…- En el fondo me daba igual. Estaban ahí. Ese miedo se substituyó por una euforia, un pequeño rayo de esperanza, una felicidad interna: Ellos deberían poder hacer algo. Aunque ambos parecían cansados, y Vor’Kalth, herido. El pájaro se lanzó a por él sin mediar palabra, el otro saludó como sorprendido por la situación, más atrás. Y luego se acercó a mi, tan… tan poca cosa él. -Agradezco que hayáis…
Me pegó un puñetazo en toda la cara. Cayó la muleta al suelo. Me gritó que era por mi hermano. Antes de poder reaccionar me asestó otro, más torpe, acusando ahora los campos. Y se dio media vuelta y se acercó a la cama. Yo me quedé en la pared sangrando por la boca: No tenía mucha fuerza pero me había hecho un buen golpe contra el labio. Dejé ir una mirada de sumo asco, casi instintiva, mientras agarraba la muleta y me planteaba estampársela en la cabeza. Supe razonar que necesitábamos a ambos curanderos y que… En el fondo, tenía razón.
No debí haber dejado que nada de aquello ocurriera. Pude responder al pájaro tras rehacerme un poco. -Está… Muy débil, pero estable. Necesita sangre.- Trago al falso café. El otro pedía vodka. -Hemos intentado sacarla a un srow, pero la desagradable niñata de fuera lo ha echado todo a perder. Deberíais… Deberíais poder hacer algo, ¿No? Se… Se pondrá bien, ¿Cierto…?- En el fondo acabé preguntando yo exactamente lo mismo.
No sabía nada.
No iba a discutir cual fuera su decisión o intención al donar sangre. Alegó que era por su madre, aparentemente muerta. Lo miré con aquella cara que uno dirige al que ha intentado con un chiste y en su lugar ha dado cancer. -Tal vez.- Y esa era la respuesta típica que uno daba a un niño que había hecho demasiadas preguntas y tenía mucha prisa por desentenderse del tema. Porque yo no era un hombre de discusiones, y mucho menos, de rebajarme a los niveles de mi raza. Hacía demasiado que lo había superado.
Yazzyr. Dijo estar bien. Al menos no se iba a morir ahí mismo. Porque aún tenía presente aquellas cosas llamadas morales, por mucho que estuvieran desgastadas y casi apartadas. Y más las aparté al salir… Aquella imbécil había logrado sacarme de quicio, y de haber podido, no habría dudado en hacer algo más que ir a lloriquear via moneda.
Cuando entré Yaroslav no tardó en cuestionarme qué hacía con la moneda. Le miré con ese mal humor que acababa de darme, con aquella expresión de muy pocos amigos. Respondí algo hosco. -No me la ha dado Johan, es la de Dyospiros. Me dijo que la usara para pediros ayuda y ahora mismo la necesito para localizar a dos posibles curanderos. Así lo quería mi hermano.- Frases sencillas, largas, que decían exactamente todo lo que debían. No tenía razones para engañarle. Le soltó la petaca de vodka al drow, mientras sentía algo de jaleo ahí fuera.
“Ha venido alguien”, pensé. Pero antes de poder formular nada Yazzyr abandonó la sala a toda prisa, con mala cara, y yo me miré a Yaroslav, que me miraba demasiado. -Parece que han venido a ocuparse del problema…- Me acerqué a mi camilla para ver como la poca sangre que quedaba en la bolsa iba descendiendo por la via. -... No necesitamos jaleos ahora mismo aquí. La Alianza quería un ataque… Pero Javert ha desaparecido…- Temía por la seguridad de todos aquellos. -No tardarán en soltar difamaciones en los diarios. The New Times. Esos imbéciles. Jodidos fascistas encubiertos como gente decente.- Un brillo algo más asesino relució al mencionarlos. -Me… Me gustaría saber si hay novedades fuera. Ya que insistís en tenerme aquí. Igual puedo… ayudar.- Me apoyé contra una pared. En cierto modo, le estaba pidiendo un favor.
Un nuevo mensaje en la moneda me llamó la atención. Debía llevar rato ahí porque estaba tibia, pero… Dice que irían. Que tardarían poco. Algo de provlemas. Y tan ocupado estaba leyendo que cuando entró un pájaro seguido de un semidrow un poco más retrocedí, casi asustado. Ellos dos. “Pero si estaban en Irlanda…” -¿Qué…? Cómo…- En el fondo me daba igual. Estaban ahí. Ese miedo se substituyó por una euforia, un pequeño rayo de esperanza, una felicidad interna: Ellos deberían poder hacer algo. Aunque ambos parecían cansados, y Vor’Kalth, herido. El pájaro se lanzó a por él sin mediar palabra, el otro saludó como sorprendido por la situación, más atrás. Y luego se acercó a mi, tan… tan poca cosa él. -Agradezco que hayáis…
Me pegó un puñetazo en toda la cara. Cayó la muleta al suelo. Me gritó que era por mi hermano. Antes de poder reaccionar me asestó otro, más torpe, acusando ahora los campos. Y se dio media vuelta y se acercó a la cama. Yo me quedé en la pared sangrando por la boca: No tenía mucha fuerza pero me había hecho un buen golpe contra el labio. Dejé ir una mirada de sumo asco, casi instintiva, mientras agarraba la muleta y me planteaba estampársela en la cabeza. Supe razonar que necesitábamos a ambos curanderos y que… En el fondo, tenía razón.
No debí haber dejado que nada de aquello ocurriera. Pude responder al pájaro tras rehacerme un poco. -Está… Muy débil, pero estable. Necesita sangre.- Trago al falso café. El otro pedía vodka. -Hemos intentado sacarla a un srow, pero la desagradable niñata de fuera lo ha echado todo a perder. Deberíais… Deberíais poder hacer algo, ¿No? Se… Se pondrá bien, ¿Cierto…?- En el fondo acabé preguntando yo exactamente lo mismo.
No sabía nada.
Harley Demontea
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Inmediatamente después de hacer la gran jugada; fue descubierta, cosa que se esperaba de igual manera si seguía jugando a las pequeñas tretas, pero bueno, no era para tanto, solo un poco de sangre desperdiciada y nada más “Valla, eso fue bastante rápido…” pensó Mebael mientras que veía como el negro cojo salía de la habitación y se fijaba un poco en ella; cruzó los brazos como haría cualquiera que busca problemas y lo miró de arriba debajo de manera insolente. Pero, por el contrario, en vez de enojarse, ensanchó la sonrisa el escuchar las palabras del Drow y más aún cuando vio que el otro ni siquiera estaba enojado o eso aparentaba “Nací para esto…” se dijo entonces a si misma soltando una risita menor, pero para entonces el negro ya había entrado a la enfermería.
“Oh, ¿ya se terminó entonces? ¿Eso ha sido todo?” pensó mientras que seguía sonriendo, aunque ahora que ya sabían que estaba ahí afuera, no era muy importante si se ponía a reír como maniática ¿cierto?, pero bueno, no lo hizo, simplemente observó la reacción de todos adentro, el negro escribió algo en su mano estando de espaldas a la puerta, de modo que no pudo ver nada y luego escuchó que la llamó escoria, eso hizo que se le borrara la sonrisa de la cara en un segundo, algo que no toleraba era que otros la menospreciaran… ¿y aquello qué había sido?, una simple broma con fines lucrativos y ya estaba, pero no podía hacer demasiado estando en aquella posición, si se volvía loca de la ira en aquel momento perdería el control sobre su recipiente; además no era para tanto, antes había recibido insultos de mayor calibre y de demonio a demonio; no era la primera ni la última vez que escucharía eso.
Cuando creyó que era un buen momento para irse pues todo había concluido, alguien llegó corriendo hacia ella “Otro mago” pensó con fastidio rondando los ojos mientras que la jalaban del brazo para alejarla de la puerta “Bueno, llamar a refuerzos fue lo correcto…” pensó al recordar lo que había hecho el drow dentro de la enfermería. −Me temo que no, ambas somos de la base…− dijo entonces con aire inocente refiriéndose a su recipiente y a ella, sin sentirse intimidada por el nuevo ruso que acababa de casi arrinconarla.
“ ¿Matar?, para nada chico ruso…” pensó mientras que esbozaba de nuevo una sonrisa sombría −Para nada… si quisiera matar, ya lo hubiera hecho…− comentó una vez más con aire despreocupado… “sumasshedshiy…” levantó una ceja en cuanto reparó en la última palabra del ruso “Si, puede que si esté loca…” pensó algo divertida, recordando el significado de esa palabra; resultaba ser que la última vez que había estado en Rusia con su anterior recipiente se lo habían dicho varias veces.
Lo siguiente, sin embargo, fue algo que no previó, el Drow que se había encontrado antes en Bastión Hollow y por los pasillos, venía hacia ella con una cara que a Mebael le encantaba ver “Rabia…” pensó mientras que esbozaba otra sonrisa deforme en el rostro de su recipiente.
Para ella, aquel sentimiento era bastante hermoso cuando lo veía reflejado en otras personas “Venga, dame con todo lo que tienes” pensó, al prever lo que haría, ciertamente y en parte; aquello le venía como anillo al dedo y al parecer su pequeña broma le había resultado.
El brazo metálico impacto en la cara de Harley, el frio golpe de metal se extendió por la mitad de su labio y mejilla, el puñetazo causó que se tambaleara unos pasos hacia atrás, luego de eso, levantó la vista de nuevo mientras que se sujetaba el labio con el dorso de la mano −Gracias, niño bonito…− le dijo de una manera un tanto rara y con los ojos llenos de victoria, aun sonriendo.
Los ojos de Harley fueron cambiando poco a poco, tornándose de su color natural marrón mientras que a lo lejos veía como otro Drow que les gritaba algo entraba por la puerta de la enfermería, pero enseguida sintió como algo escurría de su labio. Algo caliente.
Bajó la mirada el piso y revisó su mano, tenía en esta una mancha de sangre; casi por instinto, la lamió y después de eso igualmente se relamió el labio.
Fue entonces cuando otro invitado llegó a la fiesta y Harley escuchó la voz irritada de su demonio desde dentro “ ¡Otro negro!, ¿hoy es el día de los Drows acaso? ” dijo para Harley casi gritando, aunque no parecía que se sintiera tan irritada como se escuchaba; sin embargo, Harley estaba perpleja “¿Mebael? ¿qué está pasando? ” le preguntó entonces, pero la otra no escuchó “Ah, por cierto, dile al negro frente a ti, que pega como una niña...”, la humana levantó una ceja ante el comentario “ ¡Oye, que te estoy preguntando algo! ” exclamó para el demonio, pero esta se limitó al silencio. Luego de eso se volvió a ver el Drow frente a ella; ya sabía quién le había pegado entonces, después paseó la mirada hacia el hombre de cabellos blancos.
Todo se escuchó atropelladamente y todo se vino tan de golpe a la cabeza de Harley que uno de los hemisferios comenzó a dolerle hasta la medula, el dolor se expendió por todo el hemisferio derecho y tanto fue, que tuvo que sujetarse la cabeza pensando en que caería al piso, pero en lugar de eso, mantuvo una cara seria mientras que observaba lo que estaba pasando, el Drow que había llegado estaba saludando al ruso y no estaba entendiendo nada, lo único que recordaba era la matanza del Blood Keeper y a la chica con los sais, eso era todo… − ¿Qué está pasando? – dijo confundida por lo bajo, sin esperar en realidad ninguna respuesta por parte de nadie.
“Oh, ¿ya se terminó entonces? ¿Eso ha sido todo?” pensó mientras que seguía sonriendo, aunque ahora que ya sabían que estaba ahí afuera, no era muy importante si se ponía a reír como maniática ¿cierto?, pero bueno, no lo hizo, simplemente observó la reacción de todos adentro, el negro escribió algo en su mano estando de espaldas a la puerta, de modo que no pudo ver nada y luego escuchó que la llamó escoria, eso hizo que se le borrara la sonrisa de la cara en un segundo, algo que no toleraba era que otros la menospreciaran… ¿y aquello qué había sido?, una simple broma con fines lucrativos y ya estaba, pero no podía hacer demasiado estando en aquella posición, si se volvía loca de la ira en aquel momento perdería el control sobre su recipiente; además no era para tanto, antes había recibido insultos de mayor calibre y de demonio a demonio; no era la primera ni la última vez que escucharía eso.
Cuando creyó que era un buen momento para irse pues todo había concluido, alguien llegó corriendo hacia ella “Otro mago” pensó con fastidio rondando los ojos mientras que la jalaban del brazo para alejarla de la puerta “Bueno, llamar a refuerzos fue lo correcto…” pensó al recordar lo que había hecho el drow dentro de la enfermería. −Me temo que no, ambas somos de la base…− dijo entonces con aire inocente refiriéndose a su recipiente y a ella, sin sentirse intimidada por el nuevo ruso que acababa de casi arrinconarla.
“ ¿Matar?, para nada chico ruso…” pensó mientras que esbozaba de nuevo una sonrisa sombría −Para nada… si quisiera matar, ya lo hubiera hecho…− comentó una vez más con aire despreocupado… “sumasshedshiy…” levantó una ceja en cuanto reparó en la última palabra del ruso “Si, puede que si esté loca…” pensó algo divertida, recordando el significado de esa palabra; resultaba ser que la última vez que había estado en Rusia con su anterior recipiente se lo habían dicho varias veces.
Lo siguiente, sin embargo, fue algo que no previó, el Drow que se había encontrado antes en Bastión Hollow y por los pasillos, venía hacia ella con una cara que a Mebael le encantaba ver “Rabia…” pensó mientras que esbozaba otra sonrisa deforme en el rostro de su recipiente.
Para ella, aquel sentimiento era bastante hermoso cuando lo veía reflejado en otras personas “Venga, dame con todo lo que tienes” pensó, al prever lo que haría, ciertamente y en parte; aquello le venía como anillo al dedo y al parecer su pequeña broma le había resultado.
El brazo metálico impacto en la cara de Harley, el frio golpe de metal se extendió por la mitad de su labio y mejilla, el puñetazo causó que se tambaleara unos pasos hacia atrás, luego de eso, levantó la vista de nuevo mientras que se sujetaba el labio con el dorso de la mano −Gracias, niño bonito…− le dijo de una manera un tanto rara y con los ojos llenos de victoria, aun sonriendo.
Los ojos de Harley fueron cambiando poco a poco, tornándose de su color natural marrón mientras que a lo lejos veía como otro Drow que les gritaba algo entraba por la puerta de la enfermería, pero enseguida sintió como algo escurría de su labio. Algo caliente.
Bajó la mirada el piso y revisó su mano, tenía en esta una mancha de sangre; casi por instinto, la lamió y después de eso igualmente se relamió el labio.
Fue entonces cuando otro invitado llegó a la fiesta y Harley escuchó la voz irritada de su demonio desde dentro “ ¡Otro negro!, ¿hoy es el día de los Drows acaso? ” dijo para Harley casi gritando, aunque no parecía que se sintiera tan irritada como se escuchaba; sin embargo, Harley estaba perpleja “¿Mebael? ¿qué está pasando? ” le preguntó entonces, pero la otra no escuchó “Ah, por cierto, dile al negro frente a ti, que pega como una niña...”, la humana levantó una ceja ante el comentario “ ¡Oye, que te estoy preguntando algo! ” exclamó para el demonio, pero esta se limitó al silencio. Luego de eso se volvió a ver el Drow frente a ella; ya sabía quién le había pegado entonces, después paseó la mirada hacia el hombre de cabellos blancos.
Todo se escuchó atropelladamente y todo se vino tan de golpe a la cabeza de Harley que uno de los hemisferios comenzó a dolerle hasta la medula, el dolor se expendió por todo el hemisferio derecho y tanto fue, que tuvo que sujetarse la cabeza pensando en que caería al piso, pero en lugar de eso, mantuvo una cara seria mientras que observaba lo que estaba pasando, el Drow que había llegado estaba saludando al ruso y no estaba entendiendo nada, lo único que recordaba era la matanza del Blood Keeper y a la chica con los sais, eso era todo… − ¿Qué está pasando? – dijo confundida por lo bajo, sin esperar en realidad ninguna respuesta por parte de nadie.
Los gritacos de mi hermano Thoren se dejaron oir en seguida, y yo sonreí como Tolstoi orgulloso, con un deje de locura, eso no nos lo quita nadie. Grito desde donde estoy, total, el que está inconsciente no se va a despertar por mis gritos, y si lo hace fijo que me lo agradecen.
-THOREN!! YA IBA SIENDO HORRA! TE PESA EL CULO!
Me rio oyendo el jaleo que monta afuera, pero tendre que confiar en el, que remedio. Yazz me devuelve la petaca, medio vacia. La sacudo para comprobar cuando quda mientras el sale todo indignado. En ese momento entra una urraca, menos mal que no soy pajaro fobico, pero estoy a punto de zurrarle con mi martillo hasta que lo veo convertirse en persona y entrar a Vor destras justo al instante.
-Chto za chertovshchina? - que no viene a ser otra cosa que una expresion de sorpresa por su llegada repentida, con algun taco de por medio
Ni corto ni perezoso, se echa contra Ailanthus y lo golpea. Me hace bastante gracia verle como le zurra, asi que me dedico a acabarme el vodka mientras mi mano descansa sobre el mango de mi martillo. Ya sabes, por si al "invitado" le da por responderle a las hostias. Luego me veo obligado a hacer el paripé.
-Relájate, camarrada! No querremos peleas en la enferrmeria. Toma. -me acerco a el, pongo mi mano en su hombro separandolo de Ailanthus ligeramente por lo que pudiera pasar, interponiendome entre ambos elfos, sacando una SEGUNDA petaca de vodka de mi chaqueta, haciendole entrega de ella al semidrow. -¿te has vuelto aficionado? donde te habias metido?
"vaya jornada mas tensa, y todo esto sin salir de la base"
Ailanthus me habia contestado a lo de la moneda con pelos y señales, parecia coherente, si...y el caso es que habia traido a esos dos curanderos a los que se referia. O bueno, Vor lo era. El otro tenia pintas de gitano de circo ambulante, de estos que te invitan a su espectaculo y te sajan los bolsillos mientras te entretienes viendo a su cabra bailar el balalaika.
-Da, el de afuerra es mi herrmano. El se hace cargo de lo que esté pasando ahi. Lo habia llamado desde hacia un rato, en realidad. LENTO!
Yo no podia hacer nada por ayudarles con el herido. Mis conocimientos en medicina se limitaban a primeros auxilios sin magia, y a lo que acabais de verme hacer, extracciones de sangre. Asi que me dedique a contestarle a Ail. Me invade el espiritu rebelde al oirlos llamarles malditos fascistas y agito mi petaca de vodka vacia.
-HAN ARRUINADO OCCIDENTE!! Fascistas falsarios de mierrda! Gov´nuk!
Asi que el elfo queria saber que se decia de su fuga por ahi arriba. - Para que quierres leer de New Times? Es pura mierrda. No paran de distorrsionar la realidad. Pero si alguien tiene un perriodico pedire que lo trraigan
Por otro lado, lo que habia dicho...era algo que ya nos temiamos todos tras nuestro ataque coordinado, pero oirlo de alguien que hasta hace dos dias habia sido un capitan, era algo muy distinto.
-Entonces es cierrto. Estaban planeando atacarrnos. Cuando?
-THOREN!! YA IBA SIENDO HORRA! TE PESA EL CULO!
Me rio oyendo el jaleo que monta afuera, pero tendre que confiar en el, que remedio. Yazz me devuelve la petaca, medio vacia. La sacudo para comprobar cuando quda mientras el sale todo indignado. En ese momento entra una urraca, menos mal que no soy pajaro fobico, pero estoy a punto de zurrarle con mi martillo hasta que lo veo convertirse en persona y entrar a Vor destras justo al instante.
-Chto za chertovshchina? - que no viene a ser otra cosa que una expresion de sorpresa por su llegada repentida, con algun taco de por medio
Ni corto ni perezoso, se echa contra Ailanthus y lo golpea. Me hace bastante gracia verle como le zurra, asi que me dedico a acabarme el vodka mientras mi mano descansa sobre el mango de mi martillo. Ya sabes, por si al "invitado" le da por responderle a las hostias. Luego me veo obligado a hacer el paripé.
-Relájate, camarrada! No querremos peleas en la enferrmeria. Toma. -me acerco a el, pongo mi mano en su hombro separandolo de Ailanthus ligeramente por lo que pudiera pasar, interponiendome entre ambos elfos, sacando una SEGUNDA petaca de vodka de mi chaqueta, haciendole entrega de ella al semidrow. -¿te has vuelto aficionado? donde te habias metido?
"vaya jornada mas tensa, y todo esto sin salir de la base"
Ailanthus me habia contestado a lo de la moneda con pelos y señales, parecia coherente, si...y el caso es que habia traido a esos dos curanderos a los que se referia. O bueno, Vor lo era. El otro tenia pintas de gitano de circo ambulante, de estos que te invitan a su espectaculo y te sajan los bolsillos mientras te entretienes viendo a su cabra bailar el balalaika.
-Da, el de afuerra es mi herrmano. El se hace cargo de lo que esté pasando ahi. Lo habia llamado desde hacia un rato, en realidad. LENTO!
Yo no podia hacer nada por ayudarles con el herido. Mis conocimientos en medicina se limitaban a primeros auxilios sin magia, y a lo que acabais de verme hacer, extracciones de sangre. Asi que me dedique a contestarle a Ail. Me invade el espiritu rebelde al oirlos llamarles malditos fascistas y agito mi petaca de vodka vacia.
-HAN ARRUINADO OCCIDENTE!! Fascistas falsarios de mierrda! Gov´nuk!
Asi que el elfo queria saber que se decia de su fuga por ahi arriba. - Para que quierres leer de New Times? Es pura mierrda. No paran de distorrsionar la realidad. Pero si alguien tiene un perriodico pedire que lo trraigan
Por otro lado, lo que habia dicho...era algo que ya nos temiamos todos tras nuestro ataque coordinado, pero oirlo de alguien que hasta hace dos dias habia sido un capitan, era algo muy distinto.
-Entonces es cierrto. Estaban planeando atacarrnos. Cuando?
Los ominosos recuerdos de la torre y del viaje entre portales se me habian olvidado de un plumazo (je, je) al estar frente a mi amigo, que parecia mas un muerto que un vivo, a juzgar por su cara y todas las manchas de sangre que habian por ahi. Cabia tanta sangre en un cuerpo humano? Cuanta podia derramar uno sin morirse? Le di unas palmaditas en la frente, casi como un toque de atencion. Un "eh, espabila, que estoy aqui y es hora de merendar"
Pero no me respondió. Solo alcé la mirada cuando el jaleo que armó Vor me obligó a ello, solo para verlo zurrandole a Ailanthus.
-Vor! - entendia que estuviese frustrado y preocupado, pero.... - Ailanthus no es culpable de esto. Él nos dejó marchar en los campos, recuerdas?
"hizo lo que pudo"
Puede que mi punto de vista fuese algo ingenuo, o puede que no, que simplemente intentase hallar el lado bueno de todo el mundo. Antes de que yo tenga que intervenir, cosa que no me habria gustado para nada tener que hacer, Vor para, y Ail no responde. Menos mal. Aquel hombre peliblanco se interpone entre Vor y Ailanthus, como asegurandose que no se vuelvan a repetir tales episodios.
El hermano mayor, dudoso, no me da una respuesta. ¿se pondra bien? No lo se. Pero mi deber es decir. -Por supuesto.
Soy un experto en el arte de la mentira, y esta me ha quedado de puta madre. Miro el anillo de Vor aun en mi dedo. Se que no soy tan buen sanador como el, pero viene agotado del viaje, se habia esforzado mucho mas que yo. Asi que me toca intentarlo a mi. Veo que aun tiene algunas heridas mal cicatrizadas asi que pongo mis manos sobre su pecho sin llegar a tocarlo. Esta vez no tengo tantas ganas de antes de decir aquella rima infantil, aun asi la comienzo.
-Sana, sana.... -el hechizo me sale bien, amplificado por el efecto magico del anillo. Una calida luz envuelve sus heridas, y es visible como acelera su cicatrizacion. Esperanzado, alzo la mirada hacia su cara, pero nada ha cambiado. No abre los ojos.
"es posible que sea mi culpa, por ser un fiasco como sanador"
Suspiro y me quito el anillo, estirandolo en mi mano hacia Vor. Con un golpe de viento, acerco una silla a mi trasero, dejandome caer sobre ella al lado de la cmamilla de Dyos. Dejo caer tambien mi frente sobre la superficie de su camilla.
Pero no me respondió. Solo alcé la mirada cuando el jaleo que armó Vor me obligó a ello, solo para verlo zurrandole a Ailanthus.
-Vor! - entendia que estuviese frustrado y preocupado, pero.... - Ailanthus no es culpable de esto. Él nos dejó marchar en los campos, recuerdas?
"hizo lo que pudo"
Puede que mi punto de vista fuese algo ingenuo, o puede que no, que simplemente intentase hallar el lado bueno de todo el mundo. Antes de que yo tenga que intervenir, cosa que no me habria gustado para nada tener que hacer, Vor para, y Ail no responde. Menos mal. Aquel hombre peliblanco se interpone entre Vor y Ailanthus, como asegurandose que no se vuelvan a repetir tales episodios.
El hermano mayor, dudoso, no me da una respuesta. ¿se pondra bien? No lo se. Pero mi deber es decir. -Por supuesto.
Soy un experto en el arte de la mentira, y esta me ha quedado de puta madre. Miro el anillo de Vor aun en mi dedo. Se que no soy tan buen sanador como el, pero viene agotado del viaje, se habia esforzado mucho mas que yo. Asi que me toca intentarlo a mi. Veo que aun tiene algunas heridas mal cicatrizadas asi que pongo mis manos sobre su pecho sin llegar a tocarlo. Esta vez no tengo tantas ganas de antes de decir aquella rima infantil, aun asi la comienzo.
-Sana, sana.... -el hechizo me sale bien, amplificado por el efecto magico del anillo. Una calida luz envuelve sus heridas, y es visible como acelera su cicatrizacion. Esperanzado, alzo la mirada hacia su cara, pero nada ha cambiado. No abre los ojos.
"es posible que sea mi culpa, por ser un fiasco como sanador"
Suspiro y me quito el anillo, estirandolo en mi mano hacia Vor. Con un golpe de viento, acerco una silla a mi trasero, dejandome caer sobre ella al lado de la cmamilla de Dyos. Dejo caer tambien mi frente sobre la superficie de su camilla.
El ruso no había olvidado hablar ruso. Porque las primeras palabras que pronunció eran, desde luego, rusas. En otro momento quizás me habría interesado por el significado, pero a pesar de las prisas y casi vida del momento, estaba mucho más nervioso de lo que lograba desprender. Incluso el bastón se mostraba intranquilo, con tonos más purpúreos de lo que era natural. Pero bueno. No había tardado en hacer lo debido y correcto: Pegarle a Ailanthus. Que empezó así a sangrotear por el labio y me miró de una forma un poco desagradable. Y creo que planteó atacarme.
Sin embargo ellos dos tuvieron algo que objetar. Roäc dijo que no era culpable, que realmente nos… había ayudado, de hecho. Lo miré con los ojos un poco entrecerrados. Nervioso. Demasiado. -Pero eso no quita que esto no habría pasado si no fuera por su… culpa.- Yaroslav se interpuso también. Lo miré aún alterado, tal y como me pedía que me relajara. -Tal vez…- ¿Me había pasado? No lo creía. No me gustaba en absoluto el capit… Ex-capitán. Y me llevaría tiempo confiar en él. Me puso la mano en el hombro tal y como sacaba una petaca, que me permitió entretener las manos.
Me preguntó un par de cosas. -Estoy algo cansado y… Necesito algo de beber. Que me quite un poco las puñetas de la cabeza. Estuvimos en… Irlanda y había nigromantes y… ¡Vi un nigromante ruso! Creo que era el que mencionaste… El Desnaciente o… algo así- Largo trago a la petaca. La dejé entre los pliegues de la ropa. Quemaba el alcohol, sí, y no estaba aún muy acostumbrado. No era un experto en el beber y la vez que me emborraché me encontraron ahí tirado, por los pasillos. Roäc y Ailanthus intercambiaron algunas palabras sobre si se pondría bien. El primero concluyó que si, que por supuesto. -... No dejaré que no se ponga bien. K-Kosu nos ha prohibido morir. Pues lo mismo. Si se muere, le… Le… ¡Le haré ver un calendario porno de la Alianza! Con el viejo amargado en pelotas y… y los enfermeros y… aquel soldado tan macho… Amarillo...
Un vano intento de humor casi cubierto por algo que se intuían como lágrimas. Yaroslav y Ailanthus empezaron a hablar de otra cosa. Yo me acerqué a la camilla, observando como Roäc trataba de cerrarle las heridas, con el anillo y un intento casi triste de sus típicos… Cánticos curativos. Un poco de luz, heridas con mejor aspecto… Pero tal y como él comprobó, no había abierto sus ojos. Aunque aún seguía respirando. -Voy a intentar algo… No podemos perderle, no vamos a perderle.- Le dije con cuidado, viendo como se acomodaba en una silla tras darme el anillo. Alicaído.
-Necesita aún sangre, ¿No?- Observé toda la que había en la camilla. -Alguno de vosotros… Hay otro drow fuera. Ilzhthgzevyll o algo así. Igual puede dar… algo.- Aunque era pequeñajo, medio cojo, enfermizo y no parecía el hombre más sano. -Yo no creo que pudiera…- Me puse con cuidado el anillo. Abrazando el bastón, pasando la mano por encima de su pecho, pensé qué más podía hacer. Las heridas estaban bastante cerradas. Con más concentración, sin embargo, adiviné que había heridas internas aún. La zona del hombro parecía la más grave.
Energía del bastón a la mano, y del cristal también a la misma mano. Y la mía propia. Cerré los ojos tal y como destelleaba, poco a poco tratando de cerrar mejor las heridas, haciendo hincapié en las internas. -No puedo hacer mucho más.- Dije a media voz. -Depende de él… Pero él es testarudo. Debe estar gruñiendo a sus heridas internamente, que lo sé yo…- Me busqué una silla y me senté al otro lado de la camilla respecto a Roäc, al que miraba tímidamente. -Sé que… Sé que es difícil. Pero no podemos hacer mucho más, aparte de conseguirle sangre. Las heridas están cerradas…- Y yo, tremendamente mareado. Veía algo borroso. -Solo necesita descanso. Dormir un poco, debe estar muy… Cansado.
Era más por animarle que saberlo con certeza. Pero en el fondo intentaba creerme mis propias palabras.
Sin embargo ellos dos tuvieron algo que objetar. Roäc dijo que no era culpable, que realmente nos… había ayudado, de hecho. Lo miré con los ojos un poco entrecerrados. Nervioso. Demasiado. -Pero eso no quita que esto no habría pasado si no fuera por su… culpa.- Yaroslav se interpuso también. Lo miré aún alterado, tal y como me pedía que me relajara. -Tal vez…- ¿Me había pasado? No lo creía. No me gustaba en absoluto el capit… Ex-capitán. Y me llevaría tiempo confiar en él. Me puso la mano en el hombro tal y como sacaba una petaca, que me permitió entretener las manos.
Me preguntó un par de cosas. -Estoy algo cansado y… Necesito algo de beber. Que me quite un poco las puñetas de la cabeza. Estuvimos en… Irlanda y había nigromantes y… ¡Vi un nigromante ruso! Creo que era el que mencionaste… El Desnaciente o… algo así- Largo trago a la petaca. La dejé entre los pliegues de la ropa. Quemaba el alcohol, sí, y no estaba aún muy acostumbrado. No era un experto en el beber y la vez que me emborraché me encontraron ahí tirado, por los pasillos. Roäc y Ailanthus intercambiaron algunas palabras sobre si se pondría bien. El primero concluyó que si, que por supuesto. -... No dejaré que no se ponga bien. K-Kosu nos ha prohibido morir. Pues lo mismo. Si se muere, le… Le… ¡Le haré ver un calendario porno de la Alianza! Con el viejo amargado en pelotas y… y los enfermeros y… aquel soldado tan macho… Amarillo...
Un vano intento de humor casi cubierto por algo que se intuían como lágrimas. Yaroslav y Ailanthus empezaron a hablar de otra cosa. Yo me acerqué a la camilla, observando como Roäc trataba de cerrarle las heridas, con el anillo y un intento casi triste de sus típicos… Cánticos curativos. Un poco de luz, heridas con mejor aspecto… Pero tal y como él comprobó, no había abierto sus ojos. Aunque aún seguía respirando. -Voy a intentar algo… No podemos perderle, no vamos a perderle.- Le dije con cuidado, viendo como se acomodaba en una silla tras darme el anillo. Alicaído.
-Necesita aún sangre, ¿No?- Observé toda la que había en la camilla. -Alguno de vosotros… Hay otro drow fuera. Ilzhthgzevyll o algo así. Igual puede dar… algo.- Aunque era pequeñajo, medio cojo, enfermizo y no parecía el hombre más sano. -Yo no creo que pudiera…- Me puse con cuidado el anillo. Abrazando el bastón, pasando la mano por encima de su pecho, pensé qué más podía hacer. Las heridas estaban bastante cerradas. Con más concentración, sin embargo, adiviné que había heridas internas aún. La zona del hombro parecía la más grave.
Energía del bastón a la mano, y del cristal también a la misma mano. Y la mía propia. Cerré los ojos tal y como destelleaba, poco a poco tratando de cerrar mejor las heridas, haciendo hincapié en las internas. -No puedo hacer mucho más.- Dije a media voz. -Depende de él… Pero él es testarudo. Debe estar gruñiendo a sus heridas internamente, que lo sé yo…- Me busqué una silla y me senté al otro lado de la camilla respecto a Roäc, al que miraba tímidamente. -Sé que… Sé que es difícil. Pero no podemos hacer mucho más, aparte de conseguirle sangre. Las heridas están cerradas…- Y yo, tremendamente mareado. Veía algo borroso. -Solo necesita descanso. Dormir un poco, debe estar muy… Cansado.
Era más por animarle que saberlo con certeza. Pero en el fondo intentaba creerme mis propias palabras.
No me hacía nada de gracia tener a alguien pegándome en la cara. Y llevaba demasiado cansancio encima, había abandonado el ejército tras tres años, habíamos recorrido medio Londres, nos habíamos peleado con malditos centinelas, soldados, incluso con la cabo y un padre cabreado. Y mi hermano estaba así. Y encima había salido, para encontrarme con una niñata sin respeto, y me había tenido que cruzar al más típico de los elfos oscuros. Lo último que quería en aquel momento era dejarme pegar por un adolescente rebotado, y tal vez le habría dado el golpe que se merecía de no haber intervenido el resto.
Ambos le dijeron que parara. Aunque dudaba que al ruso le importara demasiado que me atacaran. -¿Y tú que haces bebiendo? ¿No eres un menor? ¿Lo sabe tu padre? No le debe…- Espera, ¿Su padre? -¿Cuál es tu apellido?- Acababa de tener una especie de cruce extraño de cables. Pero no dejé de mirarlo mal por beber alcohol, ni al ruso por dárselo. Que ya no tenían decencia ninguna.
Roäc aseguraba que se pondría bien. Lo observé con poco convencimiento. Pero lo decía con firmeza, con toda seguridad, y… En el fondo él lo conocía más. Mucho más. Así que sentí brevemente como si quisiera reforzar que estaba de acuerdo. Ellos dos se dedicaron a curar, sin tener muy seguros que hacer. Yaroslav me dijo que se encargaría de lo de afuera. Que era su hermano. -Espero que la niñata no se haga la buena ahora. Y espero que Yazzyr haga algo.- Al menos se oían golpes fuera. Y muchas voces. Debían ser cuatro como mínimo, por lo que había visto al entreverse. Aunque ahora la puerta estaba errada.
Tomé asiento, limpiándome con el reverso de la mano la sangre que caía del labio. Mirando de reojo a los dos semielfos. El ruso se revoltó al mencionar los fascistas, incluso pronunciando alguna palabra en su idioma natal. -No hay otra. Se creen demasiado lo de su raza, y lo de adoctrinar a sus niños, y lo de engañar la población. Y tienen pocas ganas de democracia. Dudo que vayan a hacer muchas más votaciones para el ejército… Los imbéciles de los ministros tendrán muchas ganas de ponerlo a su servicio. Solo les falta una cabeza de turco que poner de postizo, ahora que Javert tampoco da señales de vida.- Y se harían con todo el poder.
Y lanzarian a los soldados en misiones suicidas. No eran más que números. Javert les tenía respeto, los veía como los hijos que no había logrado tener, comprendía porqué luchaban y… Tenía una visión más amplia. Los ministros no. Eran todos ellos una panda de asesinos, monstruos, aberraciones, muy ocupados en perpetuar un régimen salvaje para su propio beneficio. -No debí haber abandonado. No van a tener miramientos, ni con unos ni con otros…- Había sido egoísta. Y aquello podría tener gravísimas consecuencias.
Me preguntó que para qué quería leer aquella panda de mentiras. -Quiero ver qué clase de imagen quedará de mi. Y quiero contactar a quien sea que lleve The New Sun. Sé que ellos pueden ser una forma de hacer escuchar la verdad.- Necesitaba encontrarlos. Era mi única herramienta. Estaba seguro de que les interesaría poder obtener una entrevista conmigo, después de aquella otra. Aunque tal vez fuera arriesgado. Su siguiente pregunta fue algo más complicada…
-Javert mencionó un ataque y Morgana deseaba lo mismo. Desde enero. Pero el capitán ha desaparecido… Y empiezo a creer que los ministros han sido responsable de ello. Si Morgana sigue ahí, querrá empujar un ataque directo contra lo que consideren el sitio donde puedan conseguir más muertes. Quieren rehenes, quieren ejecuciones públicas, quieren el miedo. Y no quieren combatir en sitio cerrado. Es nuestra única ventaja.- Guardé silencio. Entrecrucé las manos. -Pero ha desaparecido el capitán. Los… ministros y el ejército no acababan de avenirse. Había algo n poco conflictivo entre ambos grupos. Y mi huida les debe haber sido conveniente, pondrán a alguien a quien puedan controlar. Y harán lo que deseen. Pero no dudes que atacarán, y no será una escaramuza…
Podría morir mucha gente. -Debería prepararse la gente para tomar las armas. Y tal vez… Sería conveniente dispersarse. Van a llevarlo todo, y no podemos sencillamente esperar a que nos masacren, donde sean. Y no van a atacar a los Blood Keepers. Lo cierto es que no les importa. Quieren causar muertes, quieren destrozar familias, quieren desmoralizarnos. Y si descubren este lugar…- Miré a los dos, desmoralizados, cuidando de mi hermano. Habían dicho que fuera había otro drow, de nombre complicado. -¿Pues llamarlo, Yaroslav?- Le pedí educadamente. Me acerqué a su camilla mirando a ambos. -... Estáis haciendo lo que podéis. No es vuestra culpa.
Era mía.
Ambos le dijeron que parara. Aunque dudaba que al ruso le importara demasiado que me atacaran. -¿Y tú que haces bebiendo? ¿No eres un menor? ¿Lo sabe tu padre? No le debe…- Espera, ¿Su padre? -¿Cuál es tu apellido?- Acababa de tener una especie de cruce extraño de cables. Pero no dejé de mirarlo mal por beber alcohol, ni al ruso por dárselo. Que ya no tenían decencia ninguna.
Roäc aseguraba que se pondría bien. Lo observé con poco convencimiento. Pero lo decía con firmeza, con toda seguridad, y… En el fondo él lo conocía más. Mucho más. Así que sentí brevemente como si quisiera reforzar que estaba de acuerdo. Ellos dos se dedicaron a curar, sin tener muy seguros que hacer. Yaroslav me dijo que se encargaría de lo de afuera. Que era su hermano. -Espero que la niñata no se haga la buena ahora. Y espero que Yazzyr haga algo.- Al menos se oían golpes fuera. Y muchas voces. Debían ser cuatro como mínimo, por lo que había visto al entreverse. Aunque ahora la puerta estaba errada.
Tomé asiento, limpiándome con el reverso de la mano la sangre que caía del labio. Mirando de reojo a los dos semielfos. El ruso se revoltó al mencionar los fascistas, incluso pronunciando alguna palabra en su idioma natal. -No hay otra. Se creen demasiado lo de su raza, y lo de adoctrinar a sus niños, y lo de engañar la población. Y tienen pocas ganas de democracia. Dudo que vayan a hacer muchas más votaciones para el ejército… Los imbéciles de los ministros tendrán muchas ganas de ponerlo a su servicio. Solo les falta una cabeza de turco que poner de postizo, ahora que Javert tampoco da señales de vida.- Y se harían con todo el poder.
Y lanzarian a los soldados en misiones suicidas. No eran más que números. Javert les tenía respeto, los veía como los hijos que no había logrado tener, comprendía porqué luchaban y… Tenía una visión más amplia. Los ministros no. Eran todos ellos una panda de asesinos, monstruos, aberraciones, muy ocupados en perpetuar un régimen salvaje para su propio beneficio. -No debí haber abandonado. No van a tener miramientos, ni con unos ni con otros…- Había sido egoísta. Y aquello podría tener gravísimas consecuencias.
Me preguntó que para qué quería leer aquella panda de mentiras. -Quiero ver qué clase de imagen quedará de mi. Y quiero contactar a quien sea que lleve The New Sun. Sé que ellos pueden ser una forma de hacer escuchar la verdad.- Necesitaba encontrarlos. Era mi única herramienta. Estaba seguro de que les interesaría poder obtener una entrevista conmigo, después de aquella otra. Aunque tal vez fuera arriesgado. Su siguiente pregunta fue algo más complicada…
-Javert mencionó un ataque y Morgana deseaba lo mismo. Desde enero. Pero el capitán ha desaparecido… Y empiezo a creer que los ministros han sido responsable de ello. Si Morgana sigue ahí, querrá empujar un ataque directo contra lo que consideren el sitio donde puedan conseguir más muertes. Quieren rehenes, quieren ejecuciones públicas, quieren el miedo. Y no quieren combatir en sitio cerrado. Es nuestra única ventaja.- Guardé silencio. Entrecrucé las manos. -Pero ha desaparecido el capitán. Los… ministros y el ejército no acababan de avenirse. Había algo n poco conflictivo entre ambos grupos. Y mi huida les debe haber sido conveniente, pondrán a alguien a quien puedan controlar. Y harán lo que deseen. Pero no dudes que atacarán, y no será una escaramuza…
Podría morir mucha gente. -Debería prepararse la gente para tomar las armas. Y tal vez… Sería conveniente dispersarse. Van a llevarlo todo, y no podemos sencillamente esperar a que nos masacren, donde sean. Y no van a atacar a los Blood Keepers. Lo cierto es que no les importa. Quieren causar muertes, quieren destrozar familias, quieren desmoralizarnos. Y si descubren este lugar…- Miré a los dos, desmoralizados, cuidando de mi hermano. Habían dicho que fuera había otro drow, de nombre complicado. -¿Pues llamarlo, Yaroslav?- Le pedí educadamente. Me acerqué a su camilla mirando a ambos. -... Estáis haciendo lo que podéis. No es vuestra culpa.
Era mía.
No suelto la muñeca de la mujer que he catalogado como hostil, por si acaso le da por pirarse o llamar a más hostiles. Miro a todos lados como si esperase que apareciese más gente de la nada, pero por fortuna está ella sola. Lo malo es que no me suena su cara. Tampoco es que yo haya sido muy sociable en el tiempo que llevo aquí, así que puede que esté equivocado. Se me queda cara de póker cuando habla de sí misma como si fuesen dos personas, y aunque me diga que no quiere matar gente no me lo creo a la primera. - Pues yo no te conozco de nada, y me han dicho que hay hostiles en la enfermerrría. - antes de que pueda seguir haciendo preguntas aparece un furioso drow que le suelta un puñetazo en la cara a la chica "intrusa".
El tío está bastante fuera de sí, no sé lo que habrá pasado. Suelto la muñeca de la chica porque parece que ya no es necesario retenerla. Voy a reaccionar o decir algo, pero desde la enfermería me grita Yaroslav que me pesa el culo, a lo que yo respondo con un grito asalvajado. - ¡CALLA! ¡ME PESARRÍA MÁS SI LA COMIDA DE LOS MALDITOS INGLESES NO FUESE TAN DESASTROSA! ¡ADEMÁS, ME HAS HECHO VENIRR PARRA NADA! ¡CRREÍA QUE NOS ATACABAN! - Y realmente no parece que aquí pase nada. Ni veo batalla, ni veo más enemigos...sólo una muchacha que no sé qué ha hecho. La estaba interrogando cuando apareció el sargento puño de hierro. Ella le vacila llamándole niño bonito, lamiendo la sangre que le cae debido al golpe. Siniestra es un rato, eso desde luego. - Dice que es de la base, y es verrdad que no podrría entrrar si no lo fuerra. - le digo al drow al otro por lo bajini mientras entorno los ojos, llevando una mano a mi boca para taparla, a pesar de que Harley puede escucharnos perfectamente. Ahora que lo pienso, el drow tampoco me suena, así que me alejo de él también todo paranoico.
- ¡Y nadie me dice que tú no seas el intrruso! ¡Acabas de pegarr a la chica que dice ser de la base!- lo señalo acusadoramente apartándome de él de un salto, gritando de nuevo al interior de la enfermería. - ¡Yaroslav! ¡No tengo ni puñeterra idea de quiénes son estos dos! ¡ Los retendrré aquí hasta que alguien que sepa quiénes son les de el visto bueno ! - La chica parece ahora desconcertada, en plan no saber qué hace aquí. Definitivamente se le va la pinza o es muy buena despistando. En esto que aparece alguien a quien no esperaba ver por aquí, y que también es superoscuro, pero más oscuro que el drow puño de hierro. - ¡Anda, colega guadaña! - saludo a Ilzt acercándome un momento hasta donde está él, palmeando su hombro de manera totalmente bruta y amistosa.
- Bien bien...he estado haciendo el perrezoso, debo moverrme más. No sabía que también estabas en la base, antes hablabas muy mal y ahorra demasiado bien. Tenemos que ponerrnos al día, aunque no ahorra. Voy a preguntar por ahí, gente debe saberr sobre estos. - dirijo la mano al suelo para comenzar a congelar los pies de ambos, de manera que vaya ascendiendo hasta la altura de sus rodillas. Así si quieren pueden pegarse entre ellos, pero no huir por ahora. Si los de la enfermería creen adecuado dejarlos ir que lo hagan. Mientras iré a investigar por ahí. - Diles que los he dejado aquí helados, que los vigilen- dicho esto me marcho por el pasillo de nuevo, echando de vez en cuando miradas siniestras de 'os vigilo'.
El tío está bastante fuera de sí, no sé lo que habrá pasado. Suelto la muñeca de la chica porque parece que ya no es necesario retenerla. Voy a reaccionar o decir algo, pero desde la enfermería me grita Yaroslav que me pesa el culo, a lo que yo respondo con un grito asalvajado. - ¡CALLA! ¡ME PESARRÍA MÁS SI LA COMIDA DE LOS MALDITOS INGLESES NO FUESE TAN DESASTROSA! ¡ADEMÁS, ME HAS HECHO VENIRR PARRA NADA! ¡CRREÍA QUE NOS ATACABAN! - Y realmente no parece que aquí pase nada. Ni veo batalla, ni veo más enemigos...sólo una muchacha que no sé qué ha hecho. La estaba interrogando cuando apareció el sargento puño de hierro. Ella le vacila llamándole niño bonito, lamiendo la sangre que le cae debido al golpe. Siniestra es un rato, eso desde luego. - Dice que es de la base, y es verrdad que no podrría entrrar si no lo fuerra. - le digo al drow al otro por lo bajini mientras entorno los ojos, llevando una mano a mi boca para taparla, a pesar de que Harley puede escucharnos perfectamente. Ahora que lo pienso, el drow tampoco me suena, así que me alejo de él también todo paranoico.
- ¡Y nadie me dice que tú no seas el intrruso! ¡Acabas de pegarr a la chica que dice ser de la base!- lo señalo acusadoramente apartándome de él de un salto, gritando de nuevo al interior de la enfermería. - ¡Yaroslav! ¡No tengo ni puñeterra idea de quiénes son estos dos! ¡ Los retendrré aquí hasta que alguien que sepa quiénes son les de el visto bueno ! - La chica parece ahora desconcertada, en plan no saber qué hace aquí. Definitivamente se le va la pinza o es muy buena despistando. En esto que aparece alguien a quien no esperaba ver por aquí, y que también es superoscuro, pero más oscuro que el drow puño de hierro. - ¡Anda, colega guadaña! - saludo a Ilzt acercándome un momento hasta donde está él, palmeando su hombro de manera totalmente bruta y amistosa.
- Bien bien...he estado haciendo el perrezoso, debo moverrme más. No sabía que también estabas en la base, antes hablabas muy mal y ahorra demasiado bien. Tenemos que ponerrnos al día, aunque no ahorra. Voy a preguntar por ahí, gente debe saberr sobre estos. - dirijo la mano al suelo para comenzar a congelar los pies de ambos, de manera que vaya ascendiendo hasta la altura de sus rodillas. Así si quieren pueden pegarse entre ellos, pero no huir por ahora. Si los de la enfermería creen adecuado dejarlos ir que lo hagan. Mientras iré a investigar por ahí. - Diles que los he dejado aquí helados, que los vigilen- dicho esto me marcho por el pasillo de nuevo, echando de vez en cuando miradas siniestras de 'os vigilo'.
Lo primero es lo primero, y eso es contestar a los gritos de salvaje de mi hermano asalvajado.
-TU ECHALE LA CULPA A LA COMIDA! TE HE HECHO VENIRR PORQUE EN ALGUN MOMENTO NECESITARRÍA UN RELEVO Y PORRQUE ME HAN DERRAMADO UNA BOLSA DE SANGRRE! TU SABES LO VALIOSO QUE ES ESO!?
Gritarle a la puerta era algo que practicabamos mucho entre nosotros, siempre que el otro estuviese del otro lado. Dice no reconocerlos, y que los va retener hasta que alguien les de el visto bueno. Mi mision es ser vigilante del "invitado" asi que no sere yo quien se encargue de eso.
-ENTENDIDO!
Conociendo a Thoren, retenerlos es sinonimo de congelarlos hasta la barbilla. Menudos gamberros estaban hechos, derramando bolsas de sangre y pegandose puñetazos ahi entre todos, porque si, se habian oido hostias. Miro a Vor que me explica por encima su periplo.
-Ah! Me alegrro de que hayas encontrrado al desnaciente aquel, podrras avanzarr en tus asuntos familiarres.
"buenas noticias por fin"
Lo dejo a él y al otro moreno que intenten sus curas, que parecen funcionar, si, pero al otro ni plim, como si no se enterase de nada. Igual le iba a costar un poquillo eso de despegar los parpados. Cuando informa que hay otro drow afuera, Thoren informa casi al poco de que marcha. Asiento con mi cabeza, pensando en desangrar a otro drow. Aunque lo mejor seria hacerlo con su hermano.
-Quien debe donarr es él, ninguno mas segurro que el Ailantus. No quierro desmayos ni damiseladas en esta enferrmeria, asi que antes, te vas a comerr, y a dormirr unas horas. Soy tu vigilante asi que no me voy a despegar de ti. Estos dos son amigos de tu herrmano y sanadorres asi que bien te puedes quedarr descuidado de dejarrlo en su compañia.
Hablo sin admitir replica. Aqui no sirve de nada en su estado, y si se recupera de energias, podra donar y no tendremos que estar jugando a una quiniela de grupos sanguineos y de gente sana o no.
Por su dialogo conmigo, Ail me suena como un tipo bastante comunista, democratico, y cosas guays, que me hacen mirarlo con los ojos entrecerrados, en plan, y por que coño te uniste a un ejercito represor? no se, la gente en su vida tiene derecho a equivocarse tambien...a meter la pata. Será eso. O que esta intentando timarme!
-Hace un tiempo, el liderr del ejerrcito era tambien el prrimer ministrro. Tu llegaste a estar alli en los tiempos de Raymond Stwardson? Todo lo contrrolaba el. La situacion tampoco es muy diferrente a como lo era antes...bueno, ahora es incluso peorr que han desaparecido los Blood Keeperrs practicamente. Erran unos capullos y unos cafrres pero al menos hacian algo de fuerrza contrra ellos.
"pero bueno, mejor que desaparezcan. Ya nos encargaremos nosotros!"
Me cuenta que quiere contactar con alguien de The New Sun y yo lo miro en plan "pues te deseo suerte". Lo siquiente que dice ya me interesa mas y entorno mis claros ojos. Lo llevaban planeando desde Enero...luego no podia quedar mucho....
-Debemos prreparrarnos. Puede que tu oporrtunidad para demostrrar que has cambiado te llegue antes de lo que esperras.
"tomar las armas"
-Saldrremos de esta. Nos hemos visto en peorres. No lo llamo, salimos afuerra. Tu erres el mejorr donante.
Le indico que agarre bien su muleta y abro la puerta de la enfermeria. Ahi estan, Yazz y la chica gamberra, con el hielo que mi hermano habia usado para atrapar sus pies.
-Vaya, esperro que no se os suba a la cabeza. Señorrita, se te han pasado ya las ganas de derramar sangrre? Te vas a pasarr limpiando la enferrmeria lo que queda de mes. Con esas cosas no se juega.
Y el otro drow, que de hecho, si que tenia mal aspecto si. Lo miro a él y luego a Ailanthus, aguardando para ver si esta dispuesto a seguirme al comedor.
-TU ECHALE LA CULPA A LA COMIDA! TE HE HECHO VENIRR PORQUE EN ALGUN MOMENTO NECESITARRÍA UN RELEVO Y PORRQUE ME HAN DERRAMADO UNA BOLSA DE SANGRRE! TU SABES LO VALIOSO QUE ES ESO!?
Gritarle a la puerta era algo que practicabamos mucho entre nosotros, siempre que el otro estuviese del otro lado. Dice no reconocerlos, y que los va retener hasta que alguien les de el visto bueno. Mi mision es ser vigilante del "invitado" asi que no sere yo quien se encargue de eso.
-ENTENDIDO!
Conociendo a Thoren, retenerlos es sinonimo de congelarlos hasta la barbilla. Menudos gamberros estaban hechos, derramando bolsas de sangre y pegandose puñetazos ahi entre todos, porque si, se habian oido hostias. Miro a Vor que me explica por encima su periplo.
-Ah! Me alegrro de que hayas encontrrado al desnaciente aquel, podrras avanzarr en tus asuntos familiarres.
"buenas noticias por fin"
Lo dejo a él y al otro moreno que intenten sus curas, que parecen funcionar, si, pero al otro ni plim, como si no se enterase de nada. Igual le iba a costar un poquillo eso de despegar los parpados. Cuando informa que hay otro drow afuera, Thoren informa casi al poco de que marcha. Asiento con mi cabeza, pensando en desangrar a otro drow. Aunque lo mejor seria hacerlo con su hermano.
-Quien debe donarr es él, ninguno mas segurro que el Ailantus. No quierro desmayos ni damiseladas en esta enferrmeria, asi que antes, te vas a comerr, y a dormirr unas horas. Soy tu vigilante asi que no me voy a despegar de ti. Estos dos son amigos de tu herrmano y sanadorres asi que bien te puedes quedarr descuidado de dejarrlo en su compañia.
Hablo sin admitir replica. Aqui no sirve de nada en su estado, y si se recupera de energias, podra donar y no tendremos que estar jugando a una quiniela de grupos sanguineos y de gente sana o no.
Por su dialogo conmigo, Ail me suena como un tipo bastante comunista, democratico, y cosas guays, que me hacen mirarlo con los ojos entrecerrados, en plan, y por que coño te uniste a un ejercito represor? no se, la gente en su vida tiene derecho a equivocarse tambien...a meter la pata. Será eso. O que esta intentando timarme!
-Hace un tiempo, el liderr del ejerrcito era tambien el prrimer ministrro. Tu llegaste a estar alli en los tiempos de Raymond Stwardson? Todo lo contrrolaba el. La situacion tampoco es muy diferrente a como lo era antes...bueno, ahora es incluso peorr que han desaparecido los Blood Keeperrs practicamente. Erran unos capullos y unos cafrres pero al menos hacian algo de fuerrza contrra ellos.
"pero bueno, mejor que desaparezcan. Ya nos encargaremos nosotros!"
Me cuenta que quiere contactar con alguien de The New Sun y yo lo miro en plan "pues te deseo suerte". Lo siquiente que dice ya me interesa mas y entorno mis claros ojos. Lo llevaban planeando desde Enero...luego no podia quedar mucho....
-Debemos prreparrarnos. Puede que tu oporrtunidad para demostrrar que has cambiado te llegue antes de lo que esperras.
"tomar las armas"
-Saldrremos de esta. Nos hemos visto en peorres. No lo llamo, salimos afuerra. Tu erres el mejorr donante.
Le indico que agarre bien su muleta y abro la puerta de la enfermeria. Ahi estan, Yazz y la chica gamberra, con el hielo que mi hermano habia usado para atrapar sus pies.
-Vaya, esperro que no se os suba a la cabeza. Señorrita, se te han pasado ya las ganas de derramar sangrre? Te vas a pasarr limpiando la enferrmeria lo que queda de mes. Con esas cosas no se juega.
Y el otro drow, que de hecho, si que tenia mal aspecto si. Lo miro a él y luego a Ailanthus, aguardando para ver si esta dispuesto a seguirme al comedor.
Los gritos que pegan los rusos me dejan un tanto indiferente, sigo con la frente apoyada en el borde de la camilla y los ojos clavados en el suelo. Vor me cogio el anillo, afortunadamente, empleando algo de humor sobre como torturaria a Dyos si se moria. La vision es tan traumatica que no se si reirme o llorar.
Solo alzo la cabeza cuando Vor dice que va a intentarlo el, a ver si su cura da mas resultados. Pese a que es lo suficientemente buena, y de seguro algo le habrá hecho, el tontaco ese no abre los ojos. Frunzo mi ceño mirando a Dyospiros. Como fuera una broma acabaria enfadado.
-Entonces si depende de él podemos estar tranquilos
"verdad?"
Oigo hablar a Ailanthus y a Yaroslav sobre el ejército, politicos, tacticas, ataques...cosas de la guerra que poco o nada me interesan. Solo consiguen crear una pequeña incomodidad dentre de mi. Pensaba que el belicismo era cosa solo de los humanos y los magos, pero esta claro que tambien lo era de los drow. Vor intenta hacerme creer mientras tanto que nuestro amigo lo unico que hace es dormir. Lo miro con una sonrisa que dice claramente "gracias por el intento, pero no"
Al menos he conseguido desenterrar mi frente de la camilla. Miro a Ailanthus, que solicita la persencia de Ilzt en el interior. No sabe que el drow en cuestion lo conoce. Por un momento me asalta la duda de si anticiparle algo. Pero el ruso dice que naranjas de la china, que lo que debe de hacer es comer y recuperarse.
-...el tio ruidoso este tiene razon. Nos hacemos cargo. Vuelve cuando hayas descansado y puedas donar.
Decia que no era nuestra culpa y yo no era amigo de buscar culpables para todo en esta vida, las cosas pasaban porque si, porque tenian que pasar y punto. Te podia tocar a ti o al vecino. Pero como Vor habia dicho, si no hubiese sido por Ail, nuestro amigo no estaria asi. Y si nosotros no nos hubiesemos ido a Irlanda, tampoco. Y asi en sucesivo. Y sis, y sis...
-no hay que buscar culpables. -concluyo finalmente, quedandome ahi quietecito.
Solo alzo la cabeza cuando Vor dice que va a intentarlo el, a ver si su cura da mas resultados. Pese a que es lo suficientemente buena, y de seguro algo le habrá hecho, el tontaco ese no abre los ojos. Frunzo mi ceño mirando a Dyospiros. Como fuera una broma acabaria enfadado.
-Entonces si depende de él podemos estar tranquilos
"verdad?"
Oigo hablar a Ailanthus y a Yaroslav sobre el ejército, politicos, tacticas, ataques...cosas de la guerra que poco o nada me interesan. Solo consiguen crear una pequeña incomodidad dentre de mi. Pensaba que el belicismo era cosa solo de los humanos y los magos, pero esta claro que tambien lo era de los drow. Vor intenta hacerme creer mientras tanto que nuestro amigo lo unico que hace es dormir. Lo miro con una sonrisa que dice claramente "gracias por el intento, pero no"
Al menos he conseguido desenterrar mi frente de la camilla. Miro a Ailanthus, que solicita la persencia de Ilzt en el interior. No sabe que el drow en cuestion lo conoce. Por un momento me asalta la duda de si anticiparle algo. Pero el ruso dice que naranjas de la china, que lo que debe de hacer es comer y recuperarse.
-...el tio ruidoso este tiene razon. Nos hacemos cargo. Vuelve cuando hayas descansado y puedas donar.
Decia que no era nuestra culpa y yo no era amigo de buscar culpables para todo en esta vida, las cosas pasaban porque si, porque tenian que pasar y punto. Te podia tocar a ti o al vecino. Pero como Vor habia dicho, si no hubiese sido por Ail, nuestro amigo no estaria asi. Y si nosotros no nos hubiesemos ido a Irlanda, tampoco. Y asi en sucesivo. Y sis, y sis...
-no hay que buscar culpables. -concluyo finalmente, quedandome ahi quietecito.
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