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Recuerdo del primer mensaje :
Está protegida por varios hechizos para evitar que los humanos se acerquen pero se han ido debilitando con el tiempo, así que es una zona de gran peligro. Suele estar vigilada.
- Información de la entrada:
Nueva entrada a la zona subterránea donde viven los resistentes, con distinta ubicación a la anterior, tras la destrucción de la antigua entrada por culpa un ataque ministerial. Para llegar a ella hay que adentrarse en una derruida catedral de la superficie de norvel twonk, dirigiendose a la parte trasera del altar, donde tocando en el suelo unas determinadas piedras se moverá una losa que deja a la vista unas escaleras:
Al bajarlas llegaras a unas antiguas catacumbas con siglos de antigüedad
A partir de este sitio la resistencia a construido un largo puente subterraneo, que desemboca en la puerta de entrada a la base... lugar donde darás por fin la contraseña
-Un gusto Chloe, soy Bastet- respondí amablemente y con una sonrisa que no podía borrar.
Cuando escuche que no tenia nada ella pero si me podía dar cuando llegue asentí con la cabeza, así que la seguí hasta la entrada que la verdad me sorprendió mucho. Observe todo el lugar, cada detalle, cada marca que tenia y donde estaba esa entrada para no olvidarme.
-Hace años que vengo ayudando a las personas tanto humanos como seres como nosotros, eso de la guerra me parece algo estúpido y sin sentido- le dije mientras comencé a bajar unas escaleras, la oscuridad del lugar pero la paz que tenia me relajaban mucho, así que respire hondo para que esa sensación recorra mi cuerpo.
-Muy pocos lugares estaban en paz, pero eso es lo que me hace creer que algún día todo acabara- suspire y solté una pequeña risa. Observe a la joven que estaba muy tranquila y parecía buena persona a primera vista, el bajar por las escaleras me daba una sensación extraña, no podía explicar que sensación era y el porque, pero estando con ella me sentía tranquila y segura.
El lugar mostraba estar destrozado y que tuvo muchos golpes, que hubo batallas, problemas, etc. Pero a la vez que tenia historia y mucha para contar, cosas que quería saber, llenar mi cabeza de conocimiento sobre todo y todos.
Las escaleras ya tenían historia para contar, todo el lugar esta lleno de historia y la curiosidad me ganaba mucho, conocer a las personas que están acá y tratar de ayudarlos me llenaba de alegría.
"Un nuevo capitulo para mi historia comienza".
Mientras seguíamos bajando por las escaleras, le dije con una leve sonrisa -espero poder ayudarlos en lo que sea, me habían comentado sobre ustedes pero era poco lo que sabían, así que el conocerte me fue perfecto para conocerlos más- el ruido de las escaleras, el susurro del lugar, el viento que entraba era fresco y relajador, el ruido que hacia con el taco de mi bota hacia eco eso me relajaba por algún motivo.
Cuando escuche que no tenia nada ella pero si me podía dar cuando llegue asentí con la cabeza, así que la seguí hasta la entrada que la verdad me sorprendió mucho. Observe todo el lugar, cada detalle, cada marca que tenia y donde estaba esa entrada para no olvidarme.
-Hace años que vengo ayudando a las personas tanto humanos como seres como nosotros, eso de la guerra me parece algo estúpido y sin sentido- le dije mientras comencé a bajar unas escaleras, la oscuridad del lugar pero la paz que tenia me relajaban mucho, así que respire hondo para que esa sensación recorra mi cuerpo.
-Muy pocos lugares estaban en paz, pero eso es lo que me hace creer que algún día todo acabara- suspire y solté una pequeña risa. Observe a la joven que estaba muy tranquila y parecía buena persona a primera vista, el bajar por las escaleras me daba una sensación extraña, no podía explicar que sensación era y el porque, pero estando con ella me sentía tranquila y segura.
El lugar mostraba estar destrozado y que tuvo muchos golpes, que hubo batallas, problemas, etc. Pero a la vez que tenia historia y mucha para contar, cosas que quería saber, llenar mi cabeza de conocimiento sobre todo y todos.
Las escaleras ya tenían historia para contar, todo el lugar esta lleno de historia y la curiosidad me ganaba mucho, conocer a las personas que están acá y tratar de ayudarlos me llenaba de alegría.
"Un nuevo capitulo para mi historia comienza".
Mientras seguíamos bajando por las escaleras, le dije con una leve sonrisa -espero poder ayudarlos en lo que sea, me habían comentado sobre ustedes pero era poco lo que sabían, así que el conocerte me fue perfecto para conocerlos más- el ruido de las escaleras, el susurro del lugar, el viento que entraba era fresco y relajador, el ruido que hacia con el taco de mi bota hacia eco eso me relajaba por algún motivo.
Seguimos bajando escaleras después de que Bastet se haya presentado, indicándole que tenga cuidado porque los escalones están algo resbaladizos. Continuamos descendiendo unos minutos más hasta llegar por fin al pasillo que nos conducirá a la puerta de entrada de la base. Por lo que me va contando por el camino deduzco que ella también participa de manera activa en el conflicto, pero no del lado de los que luchan, sino de los que ayudan a minimizar los daños que se producen por culpa de la guerra. Si es pacifista como yo creo que nos llevaremos bien.
- Estoy de acuerdo. Así no acabaremos nunca. ¿Tan difícil es sentarse a dialogar para arreglar las diferencias y tratar de convivir todos juntos? Esta guerra ya ha tenido un precio demasiado alto, no podemos seguir así. También creo que todo tendrá que acabar tarde o temprano. La pregunta es...si quedará alguien para verlo. Yo espero que sí. - suspiro algo apenada, aunque creo que mis ganas de creer que hay esperanza son más fuertes. - No te preocupes, se arreglará. Pondremos de nuestra parte para que así sea, tendrán que escucharnos. - sonrío tratando de infundir cierto ánimo, llegando justo en ese momento a la puerta de entrada principal.
Pronuncio la contraseña de entrada, haciendo que las pesadas puertas, de alrededor de 5 metros de alto y hechas de piedra, se abran. Tardan algunos segundos en abrirse por completo, momento que aprovecho para poner a Bastet al corriente de la situación actual. Además, justo en ese momento conecto con la mente de Edhel para que me de el reporte de situación. Los heridos han llegado ya, aunque no sé si mi hermano está entre ellos.
- Verás...ahora mismo estamos en situación crítica, por lo que cualquier ayuda nos vendrá bien. Han llegado heridos hasta la enfermería, y tengo que ir a tratar de curarlos. Soy algo así como sanadora novata. También estoy esperando a tener noticias de mi hermano, que fue secuestrado hace unos meses por el ejército. - la puerta termina de abrirse de manera definitiva, dando paso al interior. - Te enseñaré en cuanto pueda el resto de la base, pero primero he de ir a la enfermería. Vamos. - y dicho esto nos dirigimos ambas hacia el interior de la base, abandonando la entrada.
- Estoy de acuerdo. Así no acabaremos nunca. ¿Tan difícil es sentarse a dialogar para arreglar las diferencias y tratar de convivir todos juntos? Esta guerra ya ha tenido un precio demasiado alto, no podemos seguir así. También creo que todo tendrá que acabar tarde o temprano. La pregunta es...si quedará alguien para verlo. Yo espero que sí. - suspiro algo apenada, aunque creo que mis ganas de creer que hay esperanza son más fuertes. - No te preocupes, se arreglará. Pondremos de nuestra parte para que así sea, tendrán que escucharnos. - sonrío tratando de infundir cierto ánimo, llegando justo en ese momento a la puerta de entrada principal.
Pronuncio la contraseña de entrada, haciendo que las pesadas puertas, de alrededor de 5 metros de alto y hechas de piedra, se abran. Tardan algunos segundos en abrirse por completo, momento que aprovecho para poner a Bastet al corriente de la situación actual. Además, justo en ese momento conecto con la mente de Edhel para que me de el reporte de situación. Los heridos han llegado ya, aunque no sé si mi hermano está entre ellos.
- Verás...ahora mismo estamos en situación crítica, por lo que cualquier ayuda nos vendrá bien. Han llegado heridos hasta la enfermería, y tengo que ir a tratar de curarlos. Soy algo así como sanadora novata. También estoy esperando a tener noticias de mi hermano, que fue secuestrado hace unos meses por el ejército. - la puerta termina de abrirse de manera definitiva, dando paso al interior. - Te enseñaré en cuanto pueda el resto de la base, pero primero he de ir a la enfermería. Vamos. - y dicho esto nos dirigimos ambas hacia el interior de la base, abandonando la entrada.
- OFF:
- Bastet y Chloe fuera de aquí postea tú directamente en este tema https://magicworldwar.forosactivos.net/t47p120-enfermeria#4994 que llegamos ambas, que te ha guiado Chloe hasta allí
Kenji Aikawa
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Habia caminado por la ruinosa calle aquella con mi mochila llena de trastos y un movil en la mano, mirando la pantalla cual adolescente enviandole mensajes a la pareja de modo empalagoso, aunque para empalagoso la piruleta a la que le iba dando vueltas en la boca de modo distraido. Unos compañeros de la Resistencia me habian enviado un mensaje con unas coordenadas que me habian traido hasta aqui.
"por fin el muy desganado se decide a mandar noticias"
-Pero es tarde, colega, yo ya habia venido!
Le digo al maldito movil, pues cuando recibi el mensaje con esta ubicacion, ya habia llegado a londres, habiendo emprendido el viaje algo de tiempo atrás. La mochila a mi espalda pesa, parezco una mezcla extraña entre cientifico y peregrino en su camino a Santiago de Compostela, porque eso si, la bata no me la quita nadie. Bloqueo el telefono y lo guardo, internandome en una especie de catedral ruinosa con olor a moho.
-Cuaderno de bitacora, Londres está hecho una mierda. No funciona bien el servicio de metro si no tienes un bono plus de 10 viajes, y el IVA que le aplican al billete del bus es lo mismo que bajarte los pantalones y decirle al ministerio de transportes que te viole. Ademas no hay puestos de café en cada esquina, como me prometieron. Londres es una mierda. Fin de la grabacion.
Aunque habia guardado el movil y no habia grabado nada. Conforme camino entre los pilares de la catedral, lo vuelvo a sacar y activo el gps un momento, verificando que este es el lugar exacto.... si, estoy justo encima de las coordenadas. Lo desactivo y miro a mi alrededor. Debian de estar bajo tierra, asi que debia de haber alguna trampilla o alguna mierda que permitiese el acceso. Tenia ganas de verle el careto a Kosuke, ver si habia cuidado bien el brazo mecanico que le habia hecho. Por lo que habia podido observar en mi camino hacia aqui, trabajo no me iba a faltar...menudo desastre desastroso tenian liados los renegados. Si las comunicaciones entre unos grupos y otros no estaban mal, me hallaba en bastion hollow. Sabia que el lider de aquella resistencia se llamaba Johan Black, pero claro, las contraseñas no es algo que se rulen como el examen final filtrado de cuarto de medicina. No que yo hubiese hecho eso nunca...
-A ver....necesito despresurizar las rocas y causar un hundimiento para poder entrar porque seguro que la entrada esta cerrada con magia y oculta...mmm... -me agacho en el suelo como si fuese a recoger uvas de una viña, y me descuelgo la mochila comenzando a sacar mierdas y a montar un cacharro muy raro. Pero cuando lo he terminado de armar y lo activo, solo escupe café. Lo malo es que no traia ningun vaso. Me quedo en silencio mirandolo como si mi creacion fuese alguna clase de hijo traidor y luego lo aplasto repetidas veces hasta destrozarlo y dejarlo por ahi moribundo entre sus jugos cafeinicos.
"mierda, mi status mental no me permite crear nada en condiciones.... llevo mas de 76 horas despierto... pasemos al plan B..."
-HOLAAAAAAAAAA?? HAY ALGUIEEEEEEEEEEEEEEN?
"por fin el muy desganado se decide a mandar noticias"
-Pero es tarde, colega, yo ya habia venido!
Le digo al maldito movil, pues cuando recibi el mensaje con esta ubicacion, ya habia llegado a londres, habiendo emprendido el viaje algo de tiempo atrás. La mochila a mi espalda pesa, parezco una mezcla extraña entre cientifico y peregrino en su camino a Santiago de Compostela, porque eso si, la bata no me la quita nadie. Bloqueo el telefono y lo guardo, internandome en una especie de catedral ruinosa con olor a moho.
-Cuaderno de bitacora, Londres está hecho una mierda. No funciona bien el servicio de metro si no tienes un bono plus de 10 viajes, y el IVA que le aplican al billete del bus es lo mismo que bajarte los pantalones y decirle al ministerio de transportes que te viole. Ademas no hay puestos de café en cada esquina, como me prometieron. Londres es una mierda. Fin de la grabacion.
Aunque habia guardado el movil y no habia grabado nada. Conforme camino entre los pilares de la catedral, lo vuelvo a sacar y activo el gps un momento, verificando que este es el lugar exacto.... si, estoy justo encima de las coordenadas. Lo desactivo y miro a mi alrededor. Debian de estar bajo tierra, asi que debia de haber alguna trampilla o alguna mierda que permitiese el acceso. Tenia ganas de verle el careto a Kosuke, ver si habia cuidado bien el brazo mecanico que le habia hecho. Por lo que habia podido observar en mi camino hacia aqui, trabajo no me iba a faltar...menudo desastre desastroso tenian liados los renegados. Si las comunicaciones entre unos grupos y otros no estaban mal, me hallaba en bastion hollow. Sabia que el lider de aquella resistencia se llamaba Johan Black, pero claro, las contraseñas no es algo que se rulen como el examen final filtrado de cuarto de medicina. No que yo hubiese hecho eso nunca...
-A ver....necesito despresurizar las rocas y causar un hundimiento para poder entrar porque seguro que la entrada esta cerrada con magia y oculta...mmm... -me agacho en el suelo como si fuese a recoger uvas de una viña, y me descuelgo la mochila comenzando a sacar mierdas y a montar un cacharro muy raro. Pero cuando lo he terminado de armar y lo activo, solo escupe café. Lo malo es que no traia ningun vaso. Me quedo en silencio mirandolo como si mi creacion fuese alguna clase de hijo traidor y luego lo aplasto repetidas veces hasta destrozarlo y dejarlo por ahi moribundo entre sus jugos cafeinicos.
"mierda, mi status mental no me permite crear nada en condiciones.... llevo mas de 76 horas despierto... pasemos al plan B..."
-HOLAAAAAAAAAA?? HAY ALGUIEEEEEEEEEEEEEEN?
Harto de esperar en los pasillos de brazos cruzados, me voy camino a la entrada cargando con la bolsa de chatarra, porque seguro que habrá sido lo suficientemente vago como para reajustar la maquina que me trajo aquí a Inglaterra para cumplir con mi cometido.
Una vez llego a la puerta, la voy abriendo, y la primera imagen que veo es la de un idiota con bata destrozando una cafetera y gritando por si hay alguien, mi primera reacción fue la de poner una cara como "... ¿en serio?", vaya entrada... absurdo, muy propio de él -Solo conozco a un idiota con la permanente rara y plateada que exista en éste mundo que pide a gritos que le peguen un tiro -le dije sonriendo en plan "Ey amigo cuanto tiempo" y alzando el brazo metálico, el que tenía libre como saludo.
Lo miro de arriba abajo, lleva una mochila bastante cargadita, por lo que me confirma que ésto no es una simple visita, al fin ha venido como refuerzo tecnológico para la Resistencia Británica, o así debían llamarse antes, pues ahora solo son renegados, guerrilleros, y les vendrá bien la ayuda de los aparatejos de Aikawa-sensei -Bueno viejo, lo único que puedo decirte es... bienvenido a Inglaterra, o lo que queda de ella... -dije mientras miros los alrededores derruidos de Bastion Hollow, tantos desastres por una estúpida guerra de "a ver quien la tiene más grande"... -Aikawa-sensei, has venido justo a tiempo, en mi última misión he conseguido traer material de los centinelas de aquí -dije enseñándole la bolsa -son duros los hijoputas, pero no tanto como los de allí de Japón, ¿Que tal andan las cosas por allí? ¿están bien todos o han habido nuevos ataques por la Alianza o los demonios hostiles? -lo estaba acosando a preguntas, e incluso iba a formular una más, pero me interrumpe un mensaje en el papel comunicador, el cual cojo para mirarlo, era de Adramelech, el tipo con magia eléctrica con quien entrené en los Acantilados de Dover, al parecer Lisy se lo ha prestado y me pregunta sobre si hay novedades, sonrio ligeramente y miro a Aikawa-sensei -Por cierto Doc, conozco a un tipo que está interesado en tener una mano nueva, le hablé de ti y le prometí que le avisaría si venias y bueno... te he traído bastante material, así que supongo que podrías hacerle una -le dije sobre mi colega manco, quien dentro de poco debería de dejar de serlo por la participación de Kenji, miro el papel de nuevo y escribo el siguiente mensaje:
Tras enviar el mensaje, guardo el papel para dirigir nuevamente mi atención al doctor y hago amago de entrar nuevamente a la base, tengo que recoger mi otra bolsa, la del equipaje que lleva todas mis mierdas y tal -Será mejor que pases, no vaya a ser que venga algo chungo estando de patrulla y nos jodamos, estoy recién recuperado de darme de hostias y no es que tenga demasiadas ganas ahora, además, creo que será mejor que ya vaya a reunirte con los demás renegados -le indico para que entre en la base para que después de que entre yo pudiese cerrar, no quiero que se metan en lios por un tio ajeno a su organización.
Una vez llego a la puerta, la voy abriendo, y la primera imagen que veo es la de un idiota con bata destrozando una cafetera y gritando por si hay alguien, mi primera reacción fue la de poner una cara como "... ¿en serio?", vaya entrada... absurdo, muy propio de él -Solo conozco a un idiota con la permanente rara y plateada que exista en éste mundo que pide a gritos que le peguen un tiro -le dije sonriendo en plan "Ey amigo cuanto tiempo" y alzando el brazo metálico, el que tenía libre como saludo.
Lo miro de arriba abajo, lleva una mochila bastante cargadita, por lo que me confirma que ésto no es una simple visita, al fin ha venido como refuerzo tecnológico para la Resistencia Británica, o así debían llamarse antes, pues ahora solo son renegados, guerrilleros, y les vendrá bien la ayuda de los aparatejos de Aikawa-sensei -Bueno viejo, lo único que puedo decirte es... bienvenido a Inglaterra, o lo que queda de ella... -dije mientras miros los alrededores derruidos de Bastion Hollow, tantos desastres por una estúpida guerra de "a ver quien la tiene más grande"... -Aikawa-sensei, has venido justo a tiempo, en mi última misión he conseguido traer material de los centinelas de aquí -dije enseñándole la bolsa -son duros los hijoputas, pero no tanto como los de allí de Japón, ¿Que tal andan las cosas por allí? ¿están bien todos o han habido nuevos ataques por la Alianza o los demonios hostiles? -lo estaba acosando a preguntas, e incluso iba a formular una más, pero me interrumpe un mensaje en el papel comunicador, el cual cojo para mirarlo, era de Adramelech, el tipo con magia eléctrica con quien entrené en los Acantilados de Dover, al parecer Lisy se lo ha prestado y me pregunta sobre si hay novedades, sonrio ligeramente y miro a Aikawa-sensei -Por cierto Doc, conozco a un tipo que está interesado en tener una mano nueva, le hablé de ti y le prometí que le avisaría si venias y bueno... te he traído bastante material, así que supongo que podrías hacerle una -le dije sobre mi colega manco, quien dentro de poco debería de dejar de serlo por la participación de Kenji, miro el papel de nuevo y escribo el siguiente mensaje:
Adramelech, justo ahora tengo al tipo que te haría la mano, hace un momento que ha llegado y estoy hablando con él sobre lo de tu mano, dentro de un rato te avisaré para acordar un punto de encuentro.
Tras enviar el mensaje, guardo el papel para dirigir nuevamente mi atención al doctor y hago amago de entrar nuevamente a la base, tengo que recoger mi otra bolsa, la del equipaje que lleva todas mis mierdas y tal -Será mejor que pases, no vaya a ser que venga algo chungo estando de patrulla y nos jodamos, estoy recién recuperado de darme de hostias y no es que tenga demasiadas ganas ahora, además, creo que será mejor que ya vaya a reunirte con los demás renegados -le indico para que entre en la base para que después de que entre yo pudiese cerrar, no quiero que se metan en lios por un tio ajeno a su organización.
Kenji Aikawa
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Kosuke me pilla en mitad de mis gritos de nenaza, dejandome con menos dignidad que cuando intentas subir un escalon invisible.
-Oh...tú. - sabeis lo que es saludar a alguien con emocion? Pues mi cara es la antitesis de la emocion, lo contrario, es un agujero negro de emocion, por ver a mi antiguo amigo.
Me rasco la cabeza y me paseo dejando la cafetera muerta por los suelos, mirandolo mal cuando me llama permanentado. -No es asi, es rizo natural, petardo con mechas! Y que pasa con viejo? No me has visto? eh? estoy perfecto porque me inflo a soja, joder, no todo el mundo tiene la magia de tener sangre con chiribitas que los hacen mas jovenes aunque tengan 50 años. Y tu brazo está hecho una mierda, casi mas que Londres.
Suelto la parrafada y me acerco a él con mi petate...subiendome un momento las gafas que habian escurrido hasta la punta de mi nariz.
-Las cosas están en orden, mas o menos como cuando lo dejaste. Pero la Alianza está desarrollando robots mas inteligentes y esas mierdas. Pero yo tengo una idea mejor. Voy a desarrollar una maquina para volver inteligentes a los perros. Que a su vez desarrollen maquinas para hacerse mas inteligentes aun. Tendremos un ejercito de inus.
Y me acerco con el a la entrada, mientras se manda mensajitos con alguien. -Quien es? Es tu novia? Te has echado novia ya? Tú? No me jodas, eso es casi imposible.
Aunque me informa que es un tipo, oye, igual es de esa acera, o igual de verdad solo quiere una mano. Me guia a la entrada, dejando atras la superficie y entrando ala base de los renegados...adooooos.
-Oh...tú. - sabeis lo que es saludar a alguien con emocion? Pues mi cara es la antitesis de la emocion, lo contrario, es un agujero negro de emocion, por ver a mi antiguo amigo.
Me rasco la cabeza y me paseo dejando la cafetera muerta por los suelos, mirandolo mal cuando me llama permanentado. -No es asi, es rizo natural, petardo con mechas! Y que pasa con viejo? No me has visto? eh? estoy perfecto porque me inflo a soja, joder, no todo el mundo tiene la magia de tener sangre con chiribitas que los hacen mas jovenes aunque tengan 50 años. Y tu brazo está hecho una mierda, casi mas que Londres.
Suelto la parrafada y me acerco a él con mi petate...subiendome un momento las gafas que habian escurrido hasta la punta de mi nariz.
-Las cosas están en orden, mas o menos como cuando lo dejaste. Pero la Alianza está desarrollando robots mas inteligentes y esas mierdas. Pero yo tengo una idea mejor. Voy a desarrollar una maquina para volver inteligentes a los perros. Que a su vez desarrollen maquinas para hacerse mas inteligentes aun. Tendremos un ejercito de inus.
Y me acerco con el a la entrada, mientras se manda mensajitos con alguien. -Quien es? Es tu novia? Te has echado novia ya? Tú? No me jodas, eso es casi imposible.
Aunque me informa que es un tipo, oye, igual es de esa acera, o igual de verdad solo quiere una mano. Me guia a la entrada, dejando atras la superficie y entrando ala base de los renegados...adooooos.
Llegamos a la entrada de la base, donde hay algunos vigilando, pero nadie conocido. Me siento en unos escalones y dejo a Yang que dé unas vueltecitas olisqueando alrededor. En la bolsa llevo mis armas, la katana y las dagas gemelas aunque espero no tener que usarlas, pero nunca vienen de más. Estiro las piernas en el suelo y miro hacia arriba, al hombre que me ha acompañado hasta aquí, a mi amigo.
-Siéntate si quieres, aún queda un poco por lo que parece.
Después de salir de la enfermería me fui corriendo a una taberna, donde sabía que se encontraba Borch por última vez. Seguía allí por suerte, le expliqué la situación, la inminente batalla entre la facción mágica y la humana… y el probable resultado. Sus fuerzas han ido en aumento, su tecnología, sus efectivos. Yo siempre procuro no tomar partido en esto, al igual que él, pero esto es una cuestión de vidas. Si la Alianza gana esta batalla, no habrá supervivientes. Todo esto le dije cuando lo encontré, aunque sabía que no era necesario, si le hubiera pedido ayuda para cualquier otra cosa habría accedido igualmente, él es así.
-No sé si tienen algún plan… Tal vez debamos preguntar luego, mi primo anda por ahí con sus chicos de la Brigada.
Entonces recuerdo al pelirrojo con cuernos que venía medio muerto la última vez que los vi en la enfermería, un dragón rojo a las órdenes de Lykaios, un punto a nuestro favor.
-Siéntate si quieres, aún queda un poco por lo que parece.
Después de salir de la enfermería me fui corriendo a una taberna, donde sabía que se encontraba Borch por última vez. Seguía allí por suerte, le expliqué la situación, la inminente batalla entre la facción mágica y la humana… y el probable resultado. Sus fuerzas han ido en aumento, su tecnología, sus efectivos. Yo siempre procuro no tomar partido en esto, al igual que él, pero esto es una cuestión de vidas. Si la Alianza gana esta batalla, no habrá supervivientes. Todo esto le dije cuando lo encontré, aunque sabía que no era necesario, si le hubiera pedido ayuda para cualquier otra cosa habría accedido igualmente, él es así.
-No sé si tienen algún plan… Tal vez debamos preguntar luego, mi primo anda por ahí con sus chicos de la Brigada.
Entonces recuerdo al pelirrojo con cuernos que venía medio muerto la última vez que los vi en la enfermería, un dragón rojo a las órdenes de Lykaios, un punto a nuestro favor.
Para qué negar que fue una auténtica decepción desperdiciar esa jarra de litro de cerveza de trigo, por algo bueno que tienen en Inglaterra y los países nórdicos... Recíén había empezado yo a disfrutarla tranquilamente cuando Edhel entró atropelladamente en la taberna buscándome. La alegría por el reencuentro fue grande, iba a invitarle a otra cerveza y todo cuando se puso a hablarme de historias de batallas, facción mágica contra humana, tecnología, fuerzas, efectivos, números...
Le hice poco caso, estaba más concentrado en la cerveza que tenía enfrente. No es que no me importara, es que el mundo entero estaba igual. Miré con preocupación la jarra, solo llevaba tres cuartos, estaba claro que no me iba a dar tiempo a bebermela entera, pensé tristemente. No se si es que Ed no me conoce bien o qué, tampoco le culpo,nos conocemos desde bien poco, pero tanta palabrería sobraba. Sólo tenía que decirme que la Alianza Humana atacaba y que necesitaban ayuda, con eso para mí es más que suficiente, incluso habría ido gustosamente yo mismo de saber la situación, de hecho para eso había regresado a Europa... y por la cerveza. Le eché otro gran trago a la jarra y nos fuimos. Había dejado algo menos de la mitad...
Conforme ibamos llegando a la base se notaba la agitación, la gente iba y venía casi vagabundeando, la desesperación y el miedo se leía en sus caras, era todo un auténtico Caos... y eso no me gustaba. -"Hasta los burdeles están mejor organizados que ésto..."- Comenté. Llegamos a la entrada de la base subterránea y Ed se tiró al suelo a estirar las piernas. Esta juventud... ¿ya se había cansado? Pero si apenas habíamos andado nada... Me ofrece sentarme con él y rechazo cortésmente la invitación con un gesto de cabeza. Me habla de su primo y de ver si tienen algun plan.
-"Sí, mejor ver si tienen algún plan o van a dejar simplemente que cada uno se las arregle como puedan... ¿Tu primo es importante aquí? No deberíamos perder tiempo. Cuanta menos sangre se derrame, mejor."- le pregunté a Ed cambiando mi tono a uno mucho mas serio.- Y lo que es más importante... ¿con cuántas fuerzas contamos? Me interesa saber si he venido para equilibrar fuerzas con el enemigo o simplemente a amenizar una masacre
Le hice poco caso, estaba más concentrado en la cerveza que tenía enfrente. No es que no me importara, es que el mundo entero estaba igual. Miré con preocupación la jarra, solo llevaba tres cuartos, estaba claro que no me iba a dar tiempo a bebermela entera, pensé tristemente. No se si es que Ed no me conoce bien o qué, tampoco le culpo,nos conocemos desde bien poco, pero tanta palabrería sobraba. Sólo tenía que decirme que la Alianza Humana atacaba y que necesitaban ayuda, con eso para mí es más que suficiente, incluso habría ido gustosamente yo mismo de saber la situación, de hecho para eso había regresado a Europa... y por la cerveza. Le eché otro gran trago a la jarra y nos fuimos. Había dejado algo menos de la mitad...
Conforme ibamos llegando a la base se notaba la agitación, la gente iba y venía casi vagabundeando, la desesperación y el miedo se leía en sus caras, era todo un auténtico Caos... y eso no me gustaba. -"Hasta los burdeles están mejor organizados que ésto..."- Comenté. Llegamos a la entrada de la base subterránea y Ed se tiró al suelo a estirar las piernas. Esta juventud... ¿ya se había cansado? Pero si apenas habíamos andado nada... Me ofrece sentarme con él y rechazo cortésmente la invitación con un gesto de cabeza. Me habla de su primo y de ver si tienen algun plan.
-"Sí, mejor ver si tienen algún plan o van a dejar simplemente que cada uno se las arregle como puedan... ¿Tu primo es importante aquí? No deberíamos perder tiempo. Cuanta menos sangre se derrame, mejor."- le pregunté a Ed cambiando mi tono a uno mucho mas serio.- Y lo que es más importante... ¿con cuántas fuerzas contamos? Me interesa saber si he venido para equilibrar fuerzas con el enemigo o simplemente a amenizar una masacre
Vanessa me dijo que necesitarían mas en esa cueva a los médicos, por eso mande a mi sombra para confirmarme eso y si era verdad iría para allá inmediatamente. Ademas de pedirle que lleve los dos huevos de dragón que me encontré, sinceramente si no encuentro a sus padre haré rol de madre ya que no me gusta dejar a dos pequeños solos (los encontré cuando Johan nos dejo en la base después lo del hospital), así que esta con cuidado se los lleva para dejarlos a salvo y así no les pasará nada.
Estaba esperando mientras caminaba por los pasillos con calma, ya que realmente el ambiente era otro todos corriendo y sacando sus cosas como locos y bla bla bla, así que yo decidí estar en calma ya que si no lo estoy sería lo peor para mi. Reviso mis bolsillos del saco, bolsillos adentro y no fuera así visibles, para comprobar las capsulas que me dio Vanessa con los medicamentos, -Espero que haya suficientes médicos en la cueva sino ir para allá y estar pensando en como carajo están acá sería un infierno- pensaba mientras observaba el panorama que había.
-Estaremos en el campo de batalla como antes- me dijo mi sombra significando que médicos en la cueva había, pero por las dudas andaré a las vueltas yendo y viniendo para comprobar el estado de los enfermos, así que me fije el arma que aún no había usado y aún tenía las bala que me había dado Freya más unas cuantas municiones más. Así que me apresuro para salir de la base y dirigirme a la entrada, así preparo todo lo necesario antes de que comience la batalla.
-Mira quien está- me dijo mi sombra al salir de la base y era Yang dando vueltas y olfateando todo, pero al percatarse de mi presencia sale corriendo para saltar en mis brazos cosa que en enseguida la abracé fuerte -YANG, hermosa, te extrañe pequeña- dije mientras acariciaba su cabeza mientras que esta se acomodaba entre mis brazos mientras movía la cola de la felicidad. Hasta que veo a Edhel con otra persona charlando, así que me acerco a saludarlos para sacar un poco esta atmósfera de locura y caos, hasta que escucho lo último que dice el otro hombre que estaba con él -Buenas, perdone que lo interrumpa pero se que los humanos cuentan con maquinas que con apenas diez magos podemos derribar a uno- suspire mientras comentaba esto, ya que mi sombra había podido averiguarme algo sobre estos "Centinelas" -Edhel, gracias por cuidar a Yang, te debo una- le digo con una sonrisa en mi rostro, con el no podía ser jodida ya que fue amable y más para cuidar a Yang y estuvo con ella bastante semanas.
Estaba esperando mientras caminaba por los pasillos con calma, ya que realmente el ambiente era otro todos corriendo y sacando sus cosas como locos y bla bla bla, así que yo decidí estar en calma ya que si no lo estoy sería lo peor para mi. Reviso mis bolsillos del saco, bolsillos adentro y no fuera así visibles, para comprobar las capsulas que me dio Vanessa con los medicamentos, -Espero que haya suficientes médicos en la cueva sino ir para allá y estar pensando en como carajo están acá sería un infierno- pensaba mientras observaba el panorama que había.
-Estaremos en el campo de batalla como antes- me dijo mi sombra significando que médicos en la cueva había, pero por las dudas andaré a las vueltas yendo y viniendo para comprobar el estado de los enfermos, así que me fije el arma que aún no había usado y aún tenía las bala que me había dado Freya más unas cuantas municiones más. Así que me apresuro para salir de la base y dirigirme a la entrada, así preparo todo lo necesario antes de que comience la batalla.
-Mira quien está- me dijo mi sombra al salir de la base y era Yang dando vueltas y olfateando todo, pero al percatarse de mi presencia sale corriendo para saltar en mis brazos cosa que en enseguida la abracé fuerte -YANG, hermosa, te extrañe pequeña- dije mientras acariciaba su cabeza mientras que esta se acomodaba entre mis brazos mientras movía la cola de la felicidad. Hasta que veo a Edhel con otra persona charlando, así que me acerco a saludarlos para sacar un poco esta atmósfera de locura y caos, hasta que escucho lo último que dice el otro hombre que estaba con él -Buenas, perdone que lo interrumpa pero se que los humanos cuentan con maquinas que con apenas diez magos podemos derribar a uno- suspire mientras comentaba esto, ya que mi sombra había podido averiguarme algo sobre estos "Centinelas" -Edhel, gracias por cuidar a Yang, te debo una- le digo con una sonrisa en mi rostro, con el no podía ser jodida ya que fue amable y más para cuidar a Yang y estuvo con ella bastante semanas.
Borch me acompañó tras dejar el final de su cerveza, con el rostro un poco triste. Lo invitaré a una cuando esto acabe, para compensarle. Mientras él se queda de pie y yo lo miro desde los escalones me pregunta por mi primo, es algo que me resulta extraño, porque la gente suele conocerlo. Pero asiento y le digo lo que sé.
-Es el jefe de la Brigada de las Mil Grullas, debes haber oído hablar de ellos, han luchado por toda Europa.
Con los años que tiene probablemente conozca hasta los inicios del grupo militar, vete a saber. Me levanto para ir a buscarlo mientras él pregunta por nuestra gente cuando aparece Bastet, y Yang se lanza a sus brazos moviendo la coliga y muy feliz. Una pequeña sonrisa se asoma a mis labios, los reencuentros me gustan, me animan. Ella escucha también las palabras de mi amigo, y le responde lo que yo iba a decirle, que los Centinelas pueden acabar con nosotros en un chasquido.
-La masacre será la nuestra si ellos ganan. Sabes que yo siempre intento ver lo bueno de las personas… pero esos humanos han perdido la razón, traen sus armas y su tecnología con la idea no de ganar, sino de exterminar a los magos y criaturas que nos hemos quedado para defender esta base.
Asiento hacia Bastet, la verdad es que tener a Yang estos días me ha tranquilizado mucho, estar cuidando de alguien otra vez se siente bien. Acaricio al bicho que está entre sus brazos y la miro.
-No te preocupes, me ha encantado tenerla conmigo, se porta muy bien.
Mentiría si dijera que no le he cogido cariño, pero también estaba preocupado por Bastet, se fue tan de repente que empezaba a dudar si seguiría bien. Por suerte parece que sí, pero no es momento de preguntarle por aquello, tenemos cosas que hacer.
-Vayamos a por mi primo, a ver si puede decirnos algo más. Bastet… espero verte luego cuando todo empiece, van a necesitarnos.
Y así nos despedimos de ella, adentrándonos en las calles del pueblo abandonado. Más vale que no tardemos demasiado, los enfermos pueden llegar a la cueva en cualquier momento.
-Es el jefe de la Brigada de las Mil Grullas, debes haber oído hablar de ellos, han luchado por toda Europa.
Con los años que tiene probablemente conozca hasta los inicios del grupo militar, vete a saber. Me levanto para ir a buscarlo mientras él pregunta por nuestra gente cuando aparece Bastet, y Yang se lanza a sus brazos moviendo la coliga y muy feliz. Una pequeña sonrisa se asoma a mis labios, los reencuentros me gustan, me animan. Ella escucha también las palabras de mi amigo, y le responde lo que yo iba a decirle, que los Centinelas pueden acabar con nosotros en un chasquido.
-La masacre será la nuestra si ellos ganan. Sabes que yo siempre intento ver lo bueno de las personas… pero esos humanos han perdido la razón, traen sus armas y su tecnología con la idea no de ganar, sino de exterminar a los magos y criaturas que nos hemos quedado para defender esta base.
Asiento hacia Bastet, la verdad es que tener a Yang estos días me ha tranquilizado mucho, estar cuidando de alguien otra vez se siente bien. Acaricio al bicho que está entre sus brazos y la miro.
-No te preocupes, me ha encantado tenerla conmigo, se porta muy bien.
Mentiría si dijera que no le he cogido cariño, pero también estaba preocupado por Bastet, se fue tan de repente que empezaba a dudar si seguiría bien. Por suerte parece que sí, pero no es momento de preguntarle por aquello, tenemos cosas que hacer.
-Vayamos a por mi primo, a ver si puede decirnos algo más. Bastet… espero verte luego cuando todo empiece, van a necesitarnos.
Y así nos despedimos de ella, adentrándonos en las calles del pueblo abandonado. Más vale que no tardemos demasiado, los enfermos pueden llegar a la cueva en cualquier momento.
Un gas tóxico comienza a extenderse por toda la base, llegando a todos los rincones en cuestión de pocos minutos. Los efectos que provocan son irritación de las vías respiratorias, dificultades para respirar y sensación de mareo y debilidad. Si un individuo se expone demasiado tiempo al gas puede caer en coma, incluso llegar a morir si no sale de ahí.
Poco después de llegar a las calles me di cuenta de la del gentío que había allí, incluyendo un dragón que… No parecía ser Juliet. No sabía qué dragón era Juliet pero yo me dije que ese era demasiado pequeño como para ser Juliet, aunque Juliet tampoco era muy grande, pero se me antojó un dragón niño. De los allí presentes los que reconocí eran los que habían fichados como ese grupo “terrorista” llamado la Brigada de las Mil Grullas. Pero no le di importancia. Creo que entré con Thalos a la base, que acabábamos de llegar después del robatorio de las bombas, y una vez allí él debió ir a otro lado por su cuenta.
Pregunté a los que veía por ahí por un “elfo rosa con una cicatriz en el careto”, y alguno me debió indicar que lo había visto en enfermería. Allí fui. Encima de mi camilla me había traído lo que le había pedido de casa. Aliviado, rebusqué en aquella bolsa mal organizada una cota de mithril muy antigua. Me la conseguí en mis días con Ilztvyll y me fue una fiel compañera, pero no me la llevé al unirme a los humanos porque creí que no la considerarían digna de los humanos. Pero lo prefería al chaleco antibalas. Como la enfermería estaba condenadamente vacía no me fue muy difícil cambiarme allí mismo. Aproveché la privacidad para cambiarme los pantalones aquellos medio rotos de motorista chungo por los militares que llevaba al llegar a la base, ya secos. Me puse la cota por debajo de la chaqueta sin abrochar. Y cogí aquellas gafas de balística y medio-de-sol para volver a salir fuera. El casco, por alguna razón, también me lo llevé.
Después de coger sortilegios y porras mágicas que Vor me había traído salí de la enfermería en dirección a la sala de reuniones. Había estado también relativamente vacá y yo había hecho de aquello mi segundo hogar. Me pasaba las horas allí pensativo, dándole vueltas a los datos de la libreta, copiando documentos o mirando mapas que podía conseguirme. Esa tarea de recopilar información que siempre llevaba a cabo ya por manía. Me disponía a desplegar todo mi arsenal de libretas y apuntes cuando… Vi una cosa verdosa salir de un conducto. No me fié en absoluto de aquello. Me levanté, observando como el gas serpenteaba por al aire hasta empezar a cubrir más de lo que me gustaría.
“¿Así empieza el ataque?” No era la primera vez que veía un gas utilizado por parte de la Alianza, en los campos hicieron lo mismo aunque había resultado menos visible. Esta vez no. Era descaradamente visible. Me puse el casco, que si bien no me prevendría de respirar lo que fuera aquello, al menos me mantendría la piel y ojos un poco más cubiertos. Y no me quedé allí a esperar a que inundara la sala: Corrí directamente hacia la entrada, aunque comprendí que si los pasillos y el resto de la base estaban inundadas con gas es porque nos querían sacar de allí… Era una posibilidad comentada en la reunión.
Calculaba que tendría unos minutos antes de que el gas fuera demasiado peligroso. Minutos en los que esperaría en la entrada un grupo más consistente, o incluso esperaría a que un mago nos pudiera teletransportar al bosque. Era absurdo salir directamente a las calles… Aunque estaban los de la Brigada. -¿¡Deberíamos unirnos a los de la brigada!? ¿O deberíamos ir directos al bosque?- Pregunté un poco a los que pudiera ver allí. Había empezado a toser bruscamente bajo el casco, tratando de buscar algún rostro familiar. Empezaba a creer que salir era mejor que cual fuera el destino que tuviera si me quedaba mucho rato más allí debajo.
Pregunté a los que veía por ahí por un “elfo rosa con una cicatriz en el careto”, y alguno me debió indicar que lo había visto en enfermería. Allí fui. Encima de mi camilla me había traído lo que le había pedido de casa. Aliviado, rebusqué en aquella bolsa mal organizada una cota de mithril muy antigua. Me la conseguí en mis días con Ilztvyll y me fue una fiel compañera, pero no me la llevé al unirme a los humanos porque creí que no la considerarían digna de los humanos. Pero lo prefería al chaleco antibalas. Como la enfermería estaba condenadamente vacía no me fue muy difícil cambiarme allí mismo. Aproveché la privacidad para cambiarme los pantalones aquellos medio rotos de motorista chungo por los militares que llevaba al llegar a la base, ya secos. Me puse la cota por debajo de la chaqueta sin abrochar. Y cogí aquellas gafas de balística y medio-de-sol para volver a salir fuera. El casco, por alguna razón, también me lo llevé.
Después de coger sortilegios y porras mágicas que Vor me había traído salí de la enfermería en dirección a la sala de reuniones. Había estado también relativamente vacá y yo había hecho de aquello mi segundo hogar. Me pasaba las horas allí pensativo, dándole vueltas a los datos de la libreta, copiando documentos o mirando mapas que podía conseguirme. Esa tarea de recopilar información que siempre llevaba a cabo ya por manía. Me disponía a desplegar todo mi arsenal de libretas y apuntes cuando… Vi una cosa verdosa salir de un conducto. No me fié en absoluto de aquello. Me levanté, observando como el gas serpenteaba por al aire hasta empezar a cubrir más de lo que me gustaría.
“¿Así empieza el ataque?” No era la primera vez que veía un gas utilizado por parte de la Alianza, en los campos hicieron lo mismo aunque había resultado menos visible. Esta vez no. Era descaradamente visible. Me puse el casco, que si bien no me prevendría de respirar lo que fuera aquello, al menos me mantendría la piel y ojos un poco más cubiertos. Y no me quedé allí a esperar a que inundara la sala: Corrí directamente hacia la entrada, aunque comprendí que si los pasillos y el resto de la base estaban inundadas con gas es porque nos querían sacar de allí… Era una posibilidad comentada en la reunión.
Calculaba que tendría unos minutos antes de que el gas fuera demasiado peligroso. Minutos en los que esperaría en la entrada un grupo más consistente, o incluso esperaría a que un mago nos pudiera teletransportar al bosque. Era absurdo salir directamente a las calles… Aunque estaban los de la Brigada. -¿¡Deberíamos unirnos a los de la brigada!? ¿O deberíamos ir directos al bosque?- Pregunté un poco a los que pudiera ver allí. Había empezado a toser bruscamente bajo el casco, tratando de buscar algún rostro familiar. Empezaba a creer que salir era mejor que cual fuera el destino que tuviera si me quedaba mucho rato más allí debajo.
Corrí, y respiré, y a medida que lo hacía me iba mareando más, iba entrando en un delirio que rondaba alrededor de mi padre. Él era un estratega del ejército, él estaba haciendo esto, y yo tenía la culpa por haberme dejado llevar, yo no podía pertenecer a ningún grupo porque los pondría en peligro. Esas y otras ralladas en torno a Alex que no venían ni siquiera al caso. El humo verde era denso, lo suficiente para no distinguir si Juliet me seguía o no.
El asunto es que alguien puso ese gas desde dentro, no podía haber otra manera... ¿a quién cojones dejaba entrar aquí Johan? Había vigilancia de los nuestros fuera, definitivamente había un traidor entre nosotros, no lo sé, pero el delirio de mi cabeza comenzó a exteriorizarse en mi boca cuando por fin llegué a la entrada a la base donde el gas era más leve que allí abajo. - Mori... es él... tengo la culpa... - fui a caer a cuatro patas tambaleando a los pies de una figura de piel oscura, levanté la cabeza para cerciorarme de quién era, si es que lo conocía... juraría que estaba en la reunión. No podía con aquel delirio y solté todo lo que estaba en mi cabeza aún sin conocerle. - ¿Queréis tomar rehenes? - pregunté hiperventilando mientras cogía de aquel aire que parecía estar más limpio, juraría que escuché algo sobre rehenes en la reunión - Aquí tenéis una, soy su hija... - me agarré a la pierna de aquel individuo para poder incorporarme mejor - Alexa Mori... - basta de esconder mi apellido, habían llegado muy lejos. Si mi padre seguía en el ejército, alguna influencia debía tener... yo ya era una rehén, no con demasiada fuerza pero... podía ser un escudo, estaba dispuesta a hacerlo.
El asunto es que alguien puso ese gas desde dentro, no podía haber otra manera... ¿a quién cojones dejaba entrar aquí Johan? Había vigilancia de los nuestros fuera, definitivamente había un traidor entre nosotros, no lo sé, pero el delirio de mi cabeza comenzó a exteriorizarse en mi boca cuando por fin llegué a la entrada a la base donde el gas era más leve que allí abajo. - Mori... es él... tengo la culpa... - fui a caer a cuatro patas tambaleando a los pies de una figura de piel oscura, levanté la cabeza para cerciorarme de quién era, si es que lo conocía... juraría que estaba en la reunión. No podía con aquel delirio y solté todo lo que estaba en mi cabeza aún sin conocerle. - ¿Queréis tomar rehenes? - pregunté hiperventilando mientras cogía de aquel aire que parecía estar más limpio, juraría que escuché algo sobre rehenes en la reunión - Aquí tenéis una, soy su hija... - me agarré a la pierna de aquel individuo para poder incorporarme mejor - Alexa Mori... - basta de esconder mi apellido, habían llegado muy lejos. Si mi padre seguía en el ejército, alguna influencia debía tener... yo ya era una rehén, no con demasiada fuerza pero... podía ser un escudo, estaba dispuesta a hacerlo.
Me había empezado a preocupar mucho más por mi salud desde que estaba allí. Las toses se habían hecho más frecuentes pero no quería irme sin más gente. Afuera debía esperarme una muerte segura, auguré… Y no sabía donde ir. Quería que viniera un mago de esos y me llevara a algún lado. Y la batalla aún no había comenzado. Con el casco aún bien puesto me fijé particularmente en una mujer que estaba en peor estado que yo. Que vino a caer a mi lado. Si bien estaba empezando a marearme y a ahogarme, no había delirado tanto como ella.
La figura se me aferró a una pierna mientras mascullaba algo sobre Mori. -¿El ministro?- Me atreví a hablar. Recordaba al ministro. Lo había visto escasísimas veces, en especial, la que me habían presentado a él en mi época de Ejecutor, cuando me tenían completamente sometido y controlado. Su trato hacia mí era el mismo que un amo tendría con su perro. El pulso se me aceleró al recordar esos días… Pero la muchacha logró mantenerme atento.
Me preguntó si queríamos coger rehenes. Ahora que le veía la cara me daba la sensación de haberla visto en la reunión. -N-No estoy aquí para tomar rehenes, no estoy con ellos… ¿Quieres que…- Tosí con más fuerza mientras trataba de tenderle una mano. La mecánica. Muy bien enguantada bajo tanta ropa. Me dijo que ella era la hija… ¿De Mori? ¿Alexa Mori? Me sonaba remotamente lo de su hija pero no me había visto implicado en sus intentos de encontrarla. -Si esa porquería humana viene a por tí lo único que encontrará será un tiro entre ceja y ceja.- En el fondo yo también estaba un poco enloquecido por el gas y por la tensión. No era una persona agresiva. Y mucho menos planteaba matar gente tan rápido. Le dejé la mano para que la agarra si quería incorporarse.
-Tenemos que salir de aquí YA. Eso es todo lo que importa. ¿Puedes caminar? Había…- Espacio para toser. Yo, que siempre solía cuidarme y estar tan sano, no me acostumbraba a la tos. -Esto no es más que una trampa… Trampa mortal…- Perdí un poco el equilibrio pero pude mantenerme de pie. Quería esperar a más gente. Pero no quería quedarme ahí para morir. No sabía muy bien qué hacer con Alexa. Si Mori estaba detrás de aquel ataque suponía un peligro que la vieran, pero en el fondo, si bien tendrían algunos objetivos más claros, todos teníamos las mismas de cascarla.
Quizás buscaran a personas concreas. El líder de los renegados, a la pobre chavala ahí estirada, o incluso a mí mismo como traidor. Tal vez incluso sabían que yo estaba ahí. No podía acobardarme por ello, sin embargo. Si bien muchos podíamos tener deudas con la Alianza eso no era una razón para acobardarnos. Y mucho menos para sucumbir en el gas por cobardía. Si bien temía ser atrapado de nuevo, prefería morir en batalla. Esperaba que Scar comprendiera que huir de allí era la mejor opción aún con la sombra de su padre esperándola con los brazos abiertos.
La figura se me aferró a una pierna mientras mascullaba algo sobre Mori. -¿El ministro?- Me atreví a hablar. Recordaba al ministro. Lo había visto escasísimas veces, en especial, la que me habían presentado a él en mi época de Ejecutor, cuando me tenían completamente sometido y controlado. Su trato hacia mí era el mismo que un amo tendría con su perro. El pulso se me aceleró al recordar esos días… Pero la muchacha logró mantenerme atento.
Me preguntó si queríamos coger rehenes. Ahora que le veía la cara me daba la sensación de haberla visto en la reunión. -N-No estoy aquí para tomar rehenes, no estoy con ellos… ¿Quieres que…- Tosí con más fuerza mientras trataba de tenderle una mano. La mecánica. Muy bien enguantada bajo tanta ropa. Me dijo que ella era la hija… ¿De Mori? ¿Alexa Mori? Me sonaba remotamente lo de su hija pero no me había visto implicado en sus intentos de encontrarla. -Si esa porquería humana viene a por tí lo único que encontrará será un tiro entre ceja y ceja.- En el fondo yo también estaba un poco enloquecido por el gas y por la tensión. No era una persona agresiva. Y mucho menos planteaba matar gente tan rápido. Le dejé la mano para que la agarra si quería incorporarse.
-Tenemos que salir de aquí YA. Eso es todo lo que importa. ¿Puedes caminar? Había…- Espacio para toser. Yo, que siempre solía cuidarme y estar tan sano, no me acostumbraba a la tos. -Esto no es más que una trampa… Trampa mortal…- Perdí un poco el equilibrio pero pude mantenerme de pie. Quería esperar a más gente. Pero no quería quedarme ahí para morir. No sabía muy bien qué hacer con Alexa. Si Mori estaba detrás de aquel ataque suponía un peligro que la vieran, pero en el fondo, si bien tendrían algunos objetivos más claros, todos teníamos las mismas de cascarla.
Quizás buscaran a personas concreas. El líder de los renegados, a la pobre chavala ahí estirada, o incluso a mí mismo como traidor. Tal vez incluso sabían que yo estaba ahí. No podía acobardarme por ello, sin embargo. Si bien muchos podíamos tener deudas con la Alianza eso no era una razón para acobardarnos. Y mucho menos para sucumbir en el gas por cobardía. Si bien temía ser atrapado de nuevo, prefería morir en batalla. Esperaba que Scar comprendiera que huir de allí era la mejor opción aún con la sombra de su padre esperándola con los brazos abiertos.
Edhel le respondió al hombre ante lo que dije de los Centinelas y eso era verdad, ellos harán masacre y nosotros seremos los masacrados, pero tenía que tratar de mantener mi mente en paz y tranquila este se despide de mi sin antes decirme que se porto bien Yang, mientras la acariciaba un poco, y luego marchan con el hombre.
Yo me quede unos minutos más, pero algo alteraba a mi sombra de forma catastrófica -¡SALGAMOS DE AQUÍ!- me grito mientras notaba como cada ves más y más se alteraba, yo trate de calmarla pero cuando me quise dar cuenta una nube toxica comienza a salir de la base y lo primero que pensé fue en un "Traidor" de eso no cabía duda que podría llegar hacer, pero por ahora lo importante era no respirar y sacar a Yang de acá pero escucho a alguien gritar y gire rápidamente la cabeza para ver quien era, el humo apenas me dejaba ver una silueta así que le pedí a mi sombra sacar a Yang de acá y llevarla en donde estaban los dos huevos esta no quería soltarme pero por suerte entendió lo peligroso que era para ella.
Me acerque a la silueta mientras tapaba mi boca para no respirar el gas, por suerte hasta hacía segundos respiraba aire puro así que no me atacara enseguida. Al llegar hasta la silueta veo a una joven, Scar, que le estaba diciendo algo y yo haciendo reflejo me quito el saco para comenzar a aletear un poco con las alas y así alejar el humo, -Primero a salir de acá- me acerque a ellos mientras mis alas se seguían extendiendo para llegar a su tamaño real. -Dudo que puedan caminar por a ver respirado este humo de mierda- agregue al escuchar al Drow, ahora divisado, decirle a Scar si podía caminar -Vengan, los sacare de acá- agregue último para esperar la respuesta de los dos.
Yo me quede unos minutos más, pero algo alteraba a mi sombra de forma catastrófica -¡SALGAMOS DE AQUÍ!- me grito mientras notaba como cada ves más y más se alteraba, yo trate de calmarla pero cuando me quise dar cuenta una nube toxica comienza a salir de la base y lo primero que pensé fue en un "Traidor" de eso no cabía duda que podría llegar hacer, pero por ahora lo importante era no respirar y sacar a Yang de acá pero escucho a alguien gritar y gire rápidamente la cabeza para ver quien era, el humo apenas me dejaba ver una silueta así que le pedí a mi sombra sacar a Yang de acá y llevarla en donde estaban los dos huevos esta no quería soltarme pero por suerte entendió lo peligroso que era para ella.
Me acerque a la silueta mientras tapaba mi boca para no respirar el gas, por suerte hasta hacía segundos respiraba aire puro así que no me atacara enseguida. Al llegar hasta la silueta veo a una joven, Scar, que le estaba diciendo algo y yo haciendo reflejo me quito el saco para comenzar a aletear un poco con las alas y así alejar el humo, -Primero a salir de acá- me acerque a ellos mientras mis alas se seguían extendiendo para llegar a su tamaño real. -Dudo que puedan caminar por a ver respirado este humo de mierda- agregue al escuchar al Drow, ahora divisado, decirle a Scar si podía caminar -Vengan, los sacare de acá- agregue último para esperar la respuesta de los dos.
Tuve el tiempo justo para entrar a la habitación y coger munición de sobra. El gas confirmó lo que todos nos temíamos; no sacarían a la calle, o moriríamos dentro. Corrí, pasando incluso por el comedor a buscar a Alexa, tosiendo y mareándome. Pero confiaba en ella, ya debía estar fuera. Me tapé la cara con la chaqueta de cuera, era chaqueta recia y me ayudó a no inhalar demasiado de aquel gas. Un gas que venía del interior de la base, ¿cómo diablos habían accedido aquí? Nadie podía quedarse dentro... pero ¿salir fuera? Acaba de comenzar la ratonera.
En la entrada de la base el gas era menos denso, varias figuras esperaban, los indecisos quizás, que no se atrevían a salir a las calles, y con razón. Mi mirada se desvió radicalmente, a Alexa, tirada a los pies de Ailanthus balbuceando algo de lo que sólo pude distinguir su apellido; Mori. Me acerqué a ella, al paso más rápido que el mareo me permitía tener. Estaba delirando... había inhalado demasiado gas quizás, hablaba de que ella era un rehén, un escudo. Agradecí las palabras y la mano extendida de Ailanthus, ahora era el momento de remendar su pasado de mierda. - ¡Alexa, nadie te va entregar a la Alianza entendido! - traté de zanjar aquello, el excapitán drow debía conocer aquel apellido, le mandé una mirada severa para que no mencionase nada sobre el ministro. Aunque dudo que aquello se pudiera interpretar así. Agarré a Alexa por los brazos y la puse de pie. - ¡Vámonos todos, abajo no queda nadie! - había que salir, los que no estaban en la base debían estar en la calle. - No me voy a dejar que te cojan, no falles ahora que te he encontrado. - le susurré, esperando que su piernas reaccionasen para salir a lo que fuera que nos esperaba fuera.
En la entrada de la base el gas era menos denso, varias figuras esperaban, los indecisos quizás, que no se atrevían a salir a las calles, y con razón. Mi mirada se desvió radicalmente, a Alexa, tirada a los pies de Ailanthus balbuceando algo de lo que sólo pude distinguir su apellido; Mori. Me acerqué a ella, al paso más rápido que el mareo me permitía tener. Estaba delirando... había inhalado demasiado gas quizás, hablaba de que ella era un rehén, un escudo. Agradecí las palabras y la mano extendida de Ailanthus, ahora era el momento de remendar su pasado de mierda. - ¡Alexa, nadie te va entregar a la Alianza entendido! - traté de zanjar aquello, el excapitán drow debía conocer aquel apellido, le mandé una mirada severa para que no mencionase nada sobre el ministro. Aunque dudo que aquello se pudiera interpretar así. Agarré a Alexa por los brazos y la puse de pie. - ¡Vámonos todos, abajo no queda nadie! - había que salir, los que no estaban en la base debían estar en la calle. - No me voy a dejar que te cojan, no falles ahora que te he encontrado. - le susurré, esperando que su piernas reaccionasen para salir a lo que fuera que nos esperaba fuera.
Mientras corría detrás de Alexa, apenas me di cuenta de que había personas más adelante, y de que ella misma se había caído.- ¡Corran, corran, yo la llevo! - Grité. Aunque a mi no me había hecho efecto aquel gas todavía, podía sentir las dificultades para respirar. Seguramente a ella, humana, le sentaría peor. Y así fue, pues cuando menos pensé casi la estaba pisando, aferrada a la pierna de Ail, a quien había visto antes.- Caminen, vámonos.- Gritó de nuevo, pues si venía alguien más detrás era imposible que les vieran. Cuando justo estaba por llegar a recogerla, alguien se le adelantó, alguien que ya sabía bien quien era. Como ya estaba semi levantada, tomó a Alexa por el brazo y se lo pasó por los hombros, para luego levantarla y, mientras corría, echársela al hombro, pues le resultaba más fácil cargarla que tratar de hacer que caminara ella como intentaba el chico. Al menos si quedaban unos metros podía cargarla sin cuidado. Y de todos modos, el chico no le caía del todo bien... Con todo el ajetreo, no escuchaba lo que se estaban diciendo, solo quería salir de ahí a toda prisa. Le molestaba que los pulmones le picaran tanto, a pesar de que en aquel rincón no había tanto humo como lo sentía atrás.
-Si, rehén, ya, ya... Menos mal que el alcohol no pesa.- Le dijo a la chica, solo para que se quedara tranquila de que estaba siendo secuestrada, si eso era lo que le preocupaba. Afortunadamente, no tardaron demasiado en salir a las calles. Ya habían recorrido un gran tramo. La dejó en el suelo donde calculó que el aire ya era un poco más puro y le puso una bola pequeña de hielo en la boca, esperando que el picor se le pasara pronto.
Se levantó de nuevo, cerca de la entrada, buscando por si alguien más necesitaba ayuda. Cuando menos lo pensó, una sombra grande se proyectó sobre ella. Una sombra de dragón... No tardó demasiado en encontrarla zurcando el cielo. Realmente no esperaba aquello, sabía que había otro dragón por ahí, pero encontrarse con aquello después de tanto tiempo sin verles... era maravilloso.
Antes de pensar en convertirse, se paró cerca de la entrada, esperando a ver si salía quien estaba con Alexa hacía un segundo.
-Si, rehén, ya, ya... Menos mal que el alcohol no pesa.- Le dijo a la chica, solo para que se quedara tranquila de que estaba siendo secuestrada, si eso era lo que le preocupaba. Afortunadamente, no tardaron demasiado en salir a las calles. Ya habían recorrido un gran tramo. La dejó en el suelo donde calculó que el aire ya era un poco más puro y le puso una bola pequeña de hielo en la boca, esperando que el picor se le pasara pronto.
Se levantó de nuevo, cerca de la entrada, buscando por si alguien más necesitaba ayuda. Cuando menos lo pensó, una sombra grande se proyectó sobre ella. Una sombra de dragón... No tardó demasiado en encontrarla zurcando el cielo. Realmente no esperaba aquello, sabía que había otro dragón por ahí, pero encontrarse con aquello después de tanto tiempo sin verles... era maravilloso.
Antes de pensar en convertirse, se paró cerca de la entrada, esperando a ver si salía quien estaba con Alexa hacía un segundo.
Ministro.. qué decía, aquel tio. Creí que todo era fruto de mi imaginación, como cuando fumaba tripis o drogas así. Pero no me entendían, ni ese tío al que me aferraba, ni Juliet que llegaba tras de mí. Lo que intentaba decirles algo que ni yo en aquel estado conseguía explica. Pude reconocer la voz de Alex diciendo que no me iban a entregar a la Alianza... fue el único que lo entendió aunque supiese poco de mi pasado. - ¡No lo entendéis joder! - solté agresivamente después de acumular fuerzas.
Vi una mano extendida de piel oscura, la cogí sin dudar, impulsándome además por Alex para ponerme en pie, escuchando su susurro como si aquellas palabras me pusiesen las pilas para espabilarme. Aquel Alex no era el que había en el comedor, este era el que conocí años atrás, el que mostraba sus sentimientos sin importan cuando ni donde, y se arrastraba si era necesario... me dejé llevar simplemente sin contar cuantas manos me estaban levantando e impulsando a andar. Poco a poco fui retomando la respiración con aire limpio, me palpé la chaqueta, llevaba mis sais, y la pistola que tanto odiaba con una munición que no usaba desde hacía meses.
Cerré los ojos mientras salíamos, no me estaba debilitando, al contrario, me estaba concentrando. No estaba en mi mejor momento para pelear, pero tampoco en el peor, lo iba a hacer porque este apellido no se merecía que huyese más. La bola de hielo que Juliet me metió en la boca sin verlo venir me ayudó a aclarar la garganta, tranquilizar la respiración, aunque la miré estupefacta, en plan "¿qué confianzas son estas para meterme cosas en la boca?", pero después sonreí... ya estábamos fuera, ahora empezaba lo bueno.
Vi una mano extendida de piel oscura, la cogí sin dudar, impulsándome además por Alex para ponerme en pie, escuchando su susurro como si aquellas palabras me pusiesen las pilas para espabilarme. Aquel Alex no era el que había en el comedor, este era el que conocí años atrás, el que mostraba sus sentimientos sin importan cuando ni donde, y se arrastraba si era necesario... me dejé llevar simplemente sin contar cuantas manos me estaban levantando e impulsando a andar. Poco a poco fui retomando la respiración con aire limpio, me palpé la chaqueta, llevaba mis sais, y la pistola que tanto odiaba con una munición que no usaba desde hacía meses.
Cerré los ojos mientras salíamos, no me estaba debilitando, al contrario, me estaba concentrando. No estaba en mi mejor momento para pelear, pero tampoco en el peor, lo iba a hacer porque este apellido no se merecía que huyese más. La bola de hielo que Juliet me metió en la boca sin verlo venir me ayudó a aclarar la garganta, tranquilizar la respiración, aunque la miré estupefacta, en plan "¿qué confianzas son estas para meterme cosas en la boca?", pero después sonreí... ya estábamos fuera, ahora empezaba lo bueno.
En días anteriores habíamos estado preparándonos para la batalla que está por venir, comenzando por evacuar a todos los que no sean guerreros y continuando por mejorar el arsenal o entrenar para el combate. Thalos y Ailanthus habían tomado la misión de conseguir unas bombas para el combate, y la Brigada también está dispuesta a participar. Incluso algunos que no forman parte habitual del grupo resistencia/renegados. Precisamente vengo de ultimar detalles cuando una especie de neblina extraña verdosa comienza a inundar el pasillo. Entorno los ojos con extrañeza, aunque estemos bajo tierra no tenemos tan mal el sistema de ventilación. Al cabo de un minuto o dos comienzo a notar que me pican los ojos y la garganta, confirmando lo que ya había empezado a sospechar. Un puto gas tóxico aquí en la base.
El primer pensamiento que se me viene es que ya ha empezado el ataque, aunque se contradiga con el hecho de que ninguno de los suyos ha entrado aquí. O eso creíamos, porque esto tiene toda la pinta de ser un maldito ataque desde dentro, un topo. Me subo a la cara un pañuelo que llevo atado al cuello, cubriendo la nariz y la boca. Rápidamente envío un mensaje a todas las monedas comunicadoras, pidiendo que nadie entre a la base porque hay algo tóxico en el aire. Al menos nadie más entrará en lo que tardamos en salir el resto. Seguro que los demás se están largando en cuanto vean esto, pero tengo que revisar que no quede nadie dentro. Echo a correr por el pasillo para mirar por toda la base (que no es pequeña precisamente), sobre todo en las habitaciones. Si están dormidos no se habrán enterado de nada y pueden asfixiarse sin despertar. Eso es lo que comienza a pasarme a mí, aunque esté despierto. Cada vez toso más y se me hace más complicado respirar, además de empezar a sentir una debilidad y un mareo extraños.
Reviso el comedor, la sala de reuniones, los baños...aunque para ahorrar tiempo me vaya desapareciendo entre un lugar y otro para cuando llego a las habitaciones ya voy bastante ahogado por no poder evitar respirar el gas. Me meto en las diferentes habitaciones comunes que tenemos, por suerte bastante vacías desde que se ha evacuado tanta gente. Los demás se ve que ya han salido al exterior. Cuando estoy a punto de marcharme me encuentro con una cabeza pelirroja en una de las literas, dormido como un tronco. El tipo en cuestión es Benjamin Red, uno de los de la Brigada. - Mal momento para echarse una siesta.- murmuro negando con la cabeza mientras lo arrastro para sacarlo de la cama. Intento concentrarme para usar la desaparición, rumbo a la zona de salida de la base. Sólo me queda revisar que las escaleras estén despejadas, ya que he peinado el resto de la zona y excepto Ben no he visto a nadie más. Cuelgo el brazo de Ben sobre mi hombro, tratando nuevamente de concentrarme para desaparecerme, aunque más bien estoy a punto de irme al suelo por el mareo. Si no lo hago ahora nos quedaremos aquí los dos.
Al tercer intento consigo desaparecerme de las habitaciones, reapareciendo así en las escaleras que conducen a la superficie de al zona, la que da al interior de la catedral semiderruida. En esas escaleras ya me encuentro con gente, subiendo hacia al superficie a la carrera (grupo de Scar, Ail, etc) . Vuelvo a mirar atrás para comprobar por enésima vez que no queda nadie dentro, tras esto emprendo la salida hacia la superficie. Hago que las piedras del suelo de la entrada se vuelvan a cerrar, para que no salga el gas al exterior. Después arrastro a Ben fuera de la iglesia, para reunirme con el resto en las calles.
El primer pensamiento que se me viene es que ya ha empezado el ataque, aunque se contradiga con el hecho de que ninguno de los suyos ha entrado aquí. O eso creíamos, porque esto tiene toda la pinta de ser un maldito ataque desde dentro, un topo. Me subo a la cara un pañuelo que llevo atado al cuello, cubriendo la nariz y la boca. Rápidamente envío un mensaje a todas las monedas comunicadoras, pidiendo que nadie entre a la base porque hay algo tóxico en el aire. Al menos nadie más entrará en lo que tardamos en salir el resto. Seguro que los demás se están largando en cuanto vean esto, pero tengo que revisar que no quede nadie dentro. Echo a correr por el pasillo para mirar por toda la base (que no es pequeña precisamente), sobre todo en las habitaciones. Si están dormidos no se habrán enterado de nada y pueden asfixiarse sin despertar. Eso es lo que comienza a pasarme a mí, aunque esté despierto. Cada vez toso más y se me hace más complicado respirar, además de empezar a sentir una debilidad y un mareo extraños.
Reviso el comedor, la sala de reuniones, los baños...aunque para ahorrar tiempo me vaya desapareciendo entre un lugar y otro para cuando llego a las habitaciones ya voy bastante ahogado por no poder evitar respirar el gas. Me meto en las diferentes habitaciones comunes que tenemos, por suerte bastante vacías desde que se ha evacuado tanta gente. Los demás se ve que ya han salido al exterior. Cuando estoy a punto de marcharme me encuentro con una cabeza pelirroja en una de las literas, dormido como un tronco. El tipo en cuestión es Benjamin Red, uno de los de la Brigada. - Mal momento para echarse una siesta.- murmuro negando con la cabeza mientras lo arrastro para sacarlo de la cama. Intento concentrarme para usar la desaparición, rumbo a la zona de salida de la base. Sólo me queda revisar que las escaleras estén despejadas, ya que he peinado el resto de la zona y excepto Ben no he visto a nadie más. Cuelgo el brazo de Ben sobre mi hombro, tratando nuevamente de concentrarme para desaparecerme, aunque más bien estoy a punto de irme al suelo por el mareo. Si no lo hago ahora nos quedaremos aquí los dos.
Al tercer intento consigo desaparecerme de las habitaciones, reapareciendo así en las escaleras que conducen a la superficie de al zona, la que da al interior de la catedral semiderruida. En esas escaleras ya me encuentro con gente, subiendo hacia al superficie a la carrera (grupo de Scar, Ail, etc) . Vuelvo a mirar atrás para comprobar por enésima vez que no queda nadie dentro, tras esto emprendo la salida hacia la superficie. Hago que las piedras del suelo de la entrada se vuelvan a cerrar, para que no salga el gas al exterior. Después arrastro a Ben fuera de la iglesia, para reunirme con el resto en las calles.
Aparezco en el interior del destrozado templo en el cual se encuentra la entrada a nuestra base subterránea, que tuvo que ser cerrada por el ataque con gas tóxico. El lugar está prácticamente igual que cuando lo dejamos, ninguna de las bombas ha caído encima. Nadie ha venido aquí a refugiarse y la gente de las calles hace tiempo que debió marcharse. Mis pasos resuenan por todo el edificio haciendo el eco propio de los lugares vacíos y abandonados, interrumpidos tan sólo por el sonido de algunas gotas cayendo del mohoso techo. Me detengo en el punto exacto de la entrada, agachándome junto a las piedras que se han de tocar para que se abra la entrada secreta mientras murmuro la contraseña.
Las piedras comienzan a moverse, revelando la entrada oculta para aquellos que no la conozcan. Nada más abrir tengo que apartarme del agujero en el suelo por el cual se accede a la escalera descendente. El motivo es el maldito gas que comienza a escaparse por esa entrada. A pesar del sistema de ventilación de la base no es suficiente, hay que hacer algo más. Saco de la cápsula transportadora los cascos que habíamos robado a los soldados caídos. El sistema antigás de estos nos ayudaría a movernos por el interior con más facilidad. Me aparto del gas de la entrada en cuanto empieza a irritarme ojos y garganta, apartándome bastante, como varios metros. Al menos aquí hay algo de ventilación por estar en un edificio con montones de grietas y partes derruidas, pero por si acaso me alejo todo lo posible. Cojo la moneda comunicadora para enviar un mensaje a Lykaios, avisando de que ya estoy en la entrada de la base para lo del gas, si puede echar una mano él y alguien más que conozca y pueda hacer algo.
Las piedras comienzan a moverse, revelando la entrada oculta para aquellos que no la conozcan. Nada más abrir tengo que apartarme del agujero en el suelo por el cual se accede a la escalera descendente. El motivo es el maldito gas que comienza a escaparse por esa entrada. A pesar del sistema de ventilación de la base no es suficiente, hay que hacer algo más. Saco de la cápsula transportadora los cascos que habíamos robado a los soldados caídos. El sistema antigás de estos nos ayudaría a movernos por el interior con más facilidad. Me aparto del gas de la entrada en cuanto empieza a irritarme ojos y garganta, apartándome bastante, como varios metros. Al menos aquí hay algo de ventilación por estar en un edificio con montones de grietas y partes derruidas, pero por si acaso me alejo todo lo posible. Cojo la moneda comunicadora para enviar un mensaje a Lykaios, avisando de que ya estoy en la entrada de la base para lo del gas, si puede echar una mano él y alguien más que conozca y pueda hacer algo.
El trabajo habia vuelto en forma de mensaje monedil. Despues de que Sharon me dijera que estaba dispuesta a venir (no se le veia muy integrada en la fiesta) dejé que se acercase a mi, al igual que Ellyos, el cual si mi etilizado cerebro no recordaba mal, habia dicho que nos ayudaria con aquello.
"maldicion, no podre terminar mi reto a Borch....o a la estirpe dragoniana en si."
Aunque habia buen ambiente, algo lo habia ensombrecido antes de venirnos hacia aca, y eso habia sido la extraña aparicion de Benjamin. Diciendo que no habia nada que celebrar, rompiendo una jarra y sin si quiera saludarme. Me habia preocupado, si, y algo habia hecho (mi instinto animal, quiza) que se me erizasen los pelos de la nuca al sentirlo pasar por mi lado, de largo...
Lo achaqué a que debia de haber despertado con una resaca de tres pares de cojones, y a que le habiamos despertado con tanto jaleo, o que estaba cabreado por haberse perdido casi toda la batalla.
"pero no te engañes, Ben no se enfada asi como asi"
Decidí que iria a buscarlo luego, mas tarde hablaria con el cuando se le pasara el cabreo .En momentos como estos echaba muchisimo de menos a Yoko Red, la hermana del pelirrojo...o a Genievre. Pero no podia parecer abatido, asi que con mi ceño fruncido y una mueca de seriedad y decision desapareci del Moulin llevando conmigo a Sharon y a Ellyos.
Aparecimos justo en la entrada, donde Johan ya habia movido las piedras y se veia al gas salir. Mire a dichas nubes verdosas brotando y arrugué la nariz, poco me faltó para gruñirles.
-Hola Johan. Hemos venido...A Sharon la conoces ya, verdad? A Ellyos no. Es un viajero recién llegado. Pero hace unas cosas chachis con el viento....y dijo que podria ayudarnos. Como está la cosa? El muy grave el alcance?
Me rasqué un poco la nuca con una ceja alzada, esperando que mis compañeros con un elemento mas util que el mio pudieran hacer algo antes de que me empezasen a entrar los estornudos lobunos, que Johan iba muy mono con su mascara robada antigas pero aqui el señor knox iba a pelo y ya se sabe que los olores a los perros nos molestan mucho.
"maldicion, no podre terminar mi reto a Borch....o a la estirpe dragoniana en si."
Aunque habia buen ambiente, algo lo habia ensombrecido antes de venirnos hacia aca, y eso habia sido la extraña aparicion de Benjamin. Diciendo que no habia nada que celebrar, rompiendo una jarra y sin si quiera saludarme. Me habia preocupado, si, y algo habia hecho (mi instinto animal, quiza) que se me erizasen los pelos de la nuca al sentirlo pasar por mi lado, de largo...
Lo achaqué a que debia de haber despertado con una resaca de tres pares de cojones, y a que le habiamos despertado con tanto jaleo, o que estaba cabreado por haberse perdido casi toda la batalla.
"pero no te engañes, Ben no se enfada asi como asi"
Decidí que iria a buscarlo luego, mas tarde hablaria con el cuando se le pasara el cabreo .En momentos como estos echaba muchisimo de menos a Yoko Red, la hermana del pelirrojo...o a Genievre. Pero no podia parecer abatido, asi que con mi ceño fruncido y una mueca de seriedad y decision desapareci del Moulin llevando conmigo a Sharon y a Ellyos.
Aparecimos justo en la entrada, donde Johan ya habia movido las piedras y se veia al gas salir. Mire a dichas nubes verdosas brotando y arrugué la nariz, poco me faltó para gruñirles.
-Hola Johan. Hemos venido...A Sharon la conoces ya, verdad? A Ellyos no. Es un viajero recién llegado. Pero hace unas cosas chachis con el viento....y dijo que podria ayudarnos. Como está la cosa? El muy grave el alcance?
Me rasqué un poco la nuca con una ceja alzada, esperando que mis compañeros con un elemento mas util que el mio pudieran hacer algo antes de que me empezasen a entrar los estornudos lobunos, que Johan iba muy mono con su mascara robada antigas pero aqui el señor knox iba a pelo y ya se sabe que los olores a los perros nos molestan mucho.
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