Burdel

Mire de reojo la reacción que tuvo al verme desnudo y vistiéndome. Asentí con la cabeza ante su excusa, no sonaba mal aunque no me gustaba mucho el que Eamon le gritara, después de todo Erebo si tenia sentimientos, no era solo una cosa a la que ordenabas que destruiría. Por lo que intentaría pensar alguna excusa para que la culpa quede siendo mía, al menos la parte que sea de la tardanza en volver. Termine de vestirme y apreté un poco los puños al escuchar lo de que Eamon solo lo hacia para descargarse. No me gustaba para nada eso, era la parte mala de este trabajo, pero quitando esto no podía quejarme, al menos a mi, me salvaron la vida.

Bajamos las escaleras, pague por las bebidas y la habitación antes de salir, devolviendoles la llave y agradeciéndoles. Abrace al dragón con un brazo por la cintura para salir del lugar, bufe al cruzar la puerta ya que sabia que nuestro próximo destino seria el maldito edificio de la base.

64-10= 54 PS/150
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Conduje a toda hostia el jeep en el que ibamos Sook ,Ares y yo, hasta llegar a la zona periferica de Londres. Para entonces, ya se me nublaba la vista, y tenia mas fiebre de la que un termómetro deberia de marcar. Pero el unico sintoma que translucia mi conduccion sobre mi estado fisico, era mi maxima temeridad al volante.

Frené delante de la puerta del burdel, ese sitio nos lo conociamos bastante bien. Ahi habia traido a Ares antes de que todo esto comenzase. Apagué el motor, escuchando a Ares decir algo sobre su poder y que por favor no me transformase en lobo al ver la luna....gruñí y asentí levemente, mas jodido de lo que quisiera admitir. Cerré los ojos y eché la barbilla hacia detrás sintiendo un cosquilleo por la magia de sanacion, justo en la herida. Mi situación mejoró un tanto, ahora ya me sentía capaz de salir del coche.

-Pues...deberias hacerlo mas a menudo...se te da bien...

Hice un gesto con la cabeza, y tanto Sook, como Ares y yo bajamos del coche. Alli afuera no habia ni rastro de Corvo (todavía) pero si que vi a Yaroslav salir con Benjamin al hombro. Llevaba tanto tiempo sin ver al pelirrojo que corrí (cojeando) hasta el ruso, que se habia detendio por el alto que le habia dado Ares. Cuando llegué frente al peliblanco, que cargaba a Ben cual saco papas, agarré la cara de nuestro compañero con mis dos manos y lo miré, tenía un aspecto horrible que no presentaba la primera vez que lo vi poseido...la maldicion, fuera lo que fuera, iba avanzando.

-Gracias Yaros, nos hacemos cargo nosotros de él a partir de ahora. - me aparté y le dejé que se acercase a Ares para que pudieran cargar a Ben. Vi salir entonces a los dos tipos que habiamos visto en el Moulin, y aquello me dejó un poco rayado, pero no le di mas credito del necesario. -Voy arriba a recuperar mis cosas.

Mi katana, mis objetos, mi galeon... todo aquello que seguia en el dormitorio. Entré al burdel y me crucé con Corvo, al cual le dediqué unas rapidas palabras
-Gracias por el aviso. Sook está afuera. - y me puse a subir las escaleras hasta la habitacion donde me pillé la "borrachera" con Ares, la que habia dejado alquilada. Me puse a buscar y encontré mi preciada katana, por suerte, seguia alli. Mi galeon, lleno de mensajes acumulados. Mi ropa...por fin pude quitarme el uniforme que le habia robado al soldado aquel de los campos de concentracion, que olía demasiado a...a eso, a soldado. Me permití unos segundos de quedarme tendido en la cama, una vez que ya estuve vestido y equipado con todo lo que necesitaba. La isla de Wight nos esperaba en breves....

"Plata. Cómo es posible tener un punto debil tan tremendamente absurdo?"

"Piénsalo así Knox, los celíacos lo tienen peor..."

"no podrías tomar cerveza Guinness...."
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54+30 (ares curacion)= 84/150 PS

Yaros pasó de responder a mis preguntas, pero al menos me dijo su nombre y su mirada de desconfianza obviaban que no le gustaba que hubiese dado una paliza a su amigo, aunque no tenía otro remedio a parte de huir.

- Todo tuyo, de todas formas Sook vendrá en un rato y entre los dos podéis llevarle al hospital. Si Sook quiere iré con vosotros, así que acostúmbrate a mi presencia - Dije haciendo un doble sentido a mi disciplina vampírica, cosa que pocos humanos entienden, pero me fue gracioso decirlo.

Yaros cargó con Ben, era raro dado que hace unas horas le habían partido una botella en la cabeza y dado una paliza... Habría sido la alada. Sabía por experiencia que los humanos (y algunos vampiros como  Shino) ofrecían favores sexuales a cambio de dinero o, en este caso, curación.

Nada más oír la palabra rata, recordé el cabezazo que me dio Ben, que siendo llevado por Yaros hacia el exterior  - Pues que raro el amigo ese tuyo, me pedía ayuda y después me atacaba, no tenía más remedio que dejarle inconsciente. Puff, menudo cabezazo me ha dado - Me puse la mano en la herida y cogí de la cola la primera rata que pillé, y en cuclillas empecé a bebermela como si de un premio a un animal doméstico se tratase.  Ya notaba como se cerraba la herida.

Al poco, escuché un coche parar delante del Burdel, y sentí un fuerte pulso que ya reconocía. Me levanté y respiré profundamente y le dije a Yaro. - Ha llegado el lobo, caperucita - y al escuchar que salía de coche el olor se pronunció, y casi notaba como el color de mis ojos cambiaban a un color carmsí. Dejé de respirar, y cerré los ojos, notaba como se acercaba paso a paso y su pulso sonaba tan fuerte que ni si quiera oí lo que dijo, pero suponía a qué se refería.

Cuando se alejó en las profundidades del Burdel yo aproveché para, aún sin respirar, salir de allí y saludar a Sook - Hey, ¿qué tal? Veo que el vínculo funciona a la perfección. Es la primera vez que pruebo con un humano -

Salimos del Moulin y subimos en el jeep Lykaios, Ares y yo para tomar dirección al burdel. Sinceramente pensaba que el jeep no iba a arrancar, pero ese trasto aún aguantaba. Lykaios subía un tanto apresurado, incluso me mareé un poco durante el trayecto, pero preferí no decir nada. En ese momento me hubiera gustado poder teletransportarme, ojalá en alguno de mis viajes aprenda algo como la teletransportación, en fin...

Llegamos al burdel, la verdad es que nunca había estado allí. No nos hizo falta ni entrar para ver que llevaban a Benjamin inconsciente, al que todavía no veía era a Corvo. Lykaios entró en el burdel, creo que tenía que recoger unas cosas que se había dejado allí.

Yaros se acercó a Ares para que metieran a Benjamin en el jeep, yo le eché una ojeada a este, sabía que esa magia, esa maldición era más poderosa que mi magia, pero me apenaba verlo así, sinceramente también pensé que esperaba que siguiera consciente cuando lo metieran al coche, porque había dejado a Meeko dentro.

Mi atención se desvío, ya que Corvo salió del burdel, realmente estaba preocupada, pero no tenía ni que estarlo ya que parecía estar bien. Este se aproximó a mí y comenzó a hablarme:

-Pues preocupada por si te pasaba algo, aunque por lo que parece estás bien. El tatuaje que me hiciste ha funcionado a la perfección, y con respecto al jeep...sí, ha arrancado y si te soy sincera en el trayecto me he mareado un poquillo-dije esto último en voz baja, aproximándome a Corvo.

Antes de que me dirigiese a la salida, Corvo se habia encargado de demostrarme lo raro que era. Claro esta, yo no pillé aquello de acostumbrarme a su presencia, para mi era una frase de un solo sentido. A lo que respondí con in vago gesto de mi cabeza.

-Algo raro le ha pasado y no sabemos que es. -respondí a Corvo en justificacion por aquello del cabezazo, pero lo raro fue como sorbió aquella rata. Mi nota mental brillaba con luces de neon en mi cerebro cuando crucé la puerta dandole la espalda al ahora, mas que candidato a vampiro, diciendome: no te conviertas nunca en rata delante de él.

-No es Caperucita, es Yaroslav. -repetí con cansinismo y sufrimiento, ya sin mirarlo.

Afuera, di con los de la Brigada. Solo reconocí a Lykaios, que tras inspeccionar a Ben, subió rapidamente. Supuse que los otros dos eran compañeros suyos asi que me acerqué a Ares y a Sook. Corvo no tardó en venir tambien.

Me acerqué a Ares para que me ayudase a meter a Benjamin en el coche.
-¿Vosotrros sabeis que le ocurre? Va a recuperrarse? Si necesitais que os ayude en algo más.... -qué, tenia algo de tiempo libre.

Lykaios hablo con el chico ruso y se fue a buscar sus cosas, ayude a Yaroslav a llevar a Ben hasta el Jeep y acomodarlo en uno de los asientos traseros con sumo cuidado. Su apariencia era bastante tetrica y espantosa, como una bruja malvada salida de los cuentos de los hermanos Grimm. Quise volver a probar a sanar a Ben como lo habia hecho con Lykaios... no pude... tuve una descarga de los mil millones de rayos y centellas entre una lista de improperios que si hubiera cualquier niño delante saldria disparado y asustado. Seguro que mi padre, ese aprendiz de dictador a la nuez de coco, reactivo los chips, debio de olerse la trampa y me ha puesto la correa de nuevo, no pasa nada, aun me quedan los puños, las patadas y otros. Mire a Yaroslav para responde ra su pregunta.

- Solo sabemos que hay un gran numero de posesiones demoniacas y estamos intentando averiguar su fuente y como combatirlas, siento no poderte dar mas informacion por ahora, pero en cuanto sepamos mas seguro que Lykaios te envia un mensaje, si por un casual te llega a los oidos cualquier informacion, bienvenida sera.

Despues de dejar las cosas, fui a la busqueda de Lykaios, ahi estaba tendido en la cama, cambiado y con todas sus cosas recogidas, me acerque a el y coloque la mano en su frente, la fiebre no bajaba, cogi una toalla, la humedeci un poco en el grifo con agua fria y se la pase por la frente para refrescarle, luego con la misma limpie un poco su herida y con otra toalla limpia trate de vendarle.

- Joder bro, si ya eras feo como un sietemesino con salsa tartara, ahora tienes peor aspecto - dije riendo para bromear y quitarle peso al asunto - Eres terriblemente cabezon, yo igual y podemos pasarnos todo el dia argumentandolo pero necesitas el hospital Lykaios... Y han reactivado los chips, no puedo utilizar mi magia, creo que se lo han olido...

Sin darme cuenta, se me estaban entornando los ojos. Los acabé cerrando. Y estuve a esto de quedarme profundamente dormido, cuando oí a alguien entrar en la habitacion en la que me habia permitido tomarme un descansito. Resultó ser Ares (cosa que descubrí antes por su olor que porque hablase, porque el tio no abrió la boca). Cuando lo oi acercarse abrí los ojos para fijarme en él, que se estaba portando como todo un tio mayor responsable. Supuse que ya habian metido a Ben en el coche, pero aun asi no teniamos tiempo que perder. Agradecí internamente que me pusiese aquello en la frente, sirvió para despejarme un poco, porque sentía la cabeza a punto de estallarme del dolor que acarreaba.

Afortunadamente, la sanacion que me habia hecho antes habia mejorado un tanto mi estado, permitiendo que me encontrase mas o menos estable, aunque con dolor generalizado de cuerpo y debilidad. Me incliné, quedando sentado para rechistar un poco cuando se puso a manipular la herida y cambiar el vendaje.

-Que quieres que te diga hermano, me gusta superarme a mi mismo. - me rei yo tambien un poco, en respuesta a su comentario sobre ser mas feo que un sietemesino con no sé que tipo de salsa, tratando de mantenerme despierto. Cuando empezó a hablarme sobre hospitales casi me entraron ganas de vomitar, pero solo tosí un poco, me apoyé en su hombro y me levanté, porque no queria ni oir hablar de dejar esto a medias ahora msimo.

-Lo sé, iré tan pronto como terminemos en WIght. - porque suponía que en hospital podrian ayudarme SI o SI. - Andreas no se fía de ti, por eso lo habrá reactivado.... No creo que sea seguro que te reunas con él a solas...ni aunque sea por seguir con nuestro plan. - una vez en pie, solté su hombro, pero por fin volvi a mirarlo a la cara. - Vamos. Tengo ganas de que conozcas al resto de la Brigada, de momento ya has visto a Sook...y Benjamin...no cuenta. Te aseguro que os llevareis bien, cuando logremos que sea el mismo. Eso, o desearéis mataros el uno al otro.

Valoré. Quien sabe...con esas personalidades.... volví a sonreir, aunque se notaba que de no ser por un gran esfuerzo, ahora mismo me tiraría al suelo para hacer de alfombra y quedarme ahi tendido. Cuando crucé el marco de la puerta, con mi diestra reposando sobre el mango de mi katana y la siniestra ya en la barandilla de las escaleras, me giré para mirarlo tras meditar algo.
-Oye, pase lo que pase, no quiero que pienses que ha sido por culpa tuya. Lo que empezó aquí en este mismo cuarto, hace unos días, queda en el pasado.

- Joder, siempre tienes que estar un paso por delante verdad hermano? - suspire - me va a costar perdonarme a mi mismo, si en algo nos parecemos es en ser cabezones... puede que cuando consigamos quitarnos estas mierdas de los chips lo lleve mejor y me acabe olvidando del asunto, pero ya ves... ni consigo que mi propio padre se fie de mi.

Me acerco a Lykaios y cojo su brazo derecho con el que sujeta la katana a modo de baston y lo paso por detras de mi cuello para que se apoye en mi y baje sin dificultades al poder hacer fuerza en mi y bajar mas estable. Por el camino fui pensando en la reunion, no estaba muy seguro de si acabariamos sacando algo en claro sobre la accion que deberiamos hacer o si hay alguna solucion, pero era mejor que no hacer nada ya que conforme pasaba el tiempo mas gente estaba sufriendo esas extrañas posesiones. Quien podria haber estado jugando con poderes demoniacos y liberando entes perversos en estos momentos? Lykaios tambien queria usar la reunion como excusa para que pudiera conocer a mas gente de la Brigada, cosa de la que no me sentia muy seguro, no sabia si iba a poder integrarme bien con ellos, y actuar como si nunca hubiera hecho algo sucio para la Alianza.

Ayudo a Lykaios a llegar al piso de abajo, ahora una duda asaltaba mi cabeza, como ibamos a llegar al sitio de la reunion, no lo conozco y no se a cuanto esta de nuestra posicion, ademas del medio de transporte para llegar a esa isla, a no ser que Lykaios tuviera cerca a algun contacto que nos pueda llevar a todos con teletransporte hasta el punto de reunion, o eso, o que nos lleve alguien volando... mejor no, que me daria algo de vertigo...

- Claro que no, estoy perfectamente, vuestro amigo estaba bastante débil cuando empezó la pelea, y su magia elemental no tenía efecto en mí. Cuando me dijo que era de la Brigada solo se me ocurrió acudir a ti, si no lo hubiese dicho seguramente habría sido mi merienda nocturna... - Dije con un pequeño tono de lamento mientras Yaros metía a Ben en el coche.

Miré al cielo, aún faltaban unas horas hasta que amaneciese y estaba en pleno potencial físico, la noche me recordaba al placer de cuando me daba el sol cuando era humano, pero no tan intenso. Recuerdo vagamente como me ponía bajo el sol
y disfrutar de él. Lo echaba de menos.

Vi una pequeña rata blanca que iba a entrar en el Burdel, mis favoritas, fui a por ella y vi la nota que me había escrito Shino, y aprovechando que no tenía entrenamiento quería quedarme con Sook.

- ¿Quieres que os acompañe? Visto lo visto, creo que os acompañaré a donde vais, si no te importa. Tenéis bastantes heridos y en caso que se despierte Ben o pase cualquier cosa tendréis que defenderos. ¿Te importa?

Noté como Lyk estaba ya saliendo de su habitación y venía al exterior del Burdel - Oh, y no te preocupes si no hay sitio en el coche, a estas horas de la noche pocos coches podrían alcanzarme - Y por seguridad mejor no estar en un espacio cerrado con Lyk.

Mientras Yaros metía a Ben en el coche y yo comenzaba a encontrarme mejor después de lo mareada que había estado, me quedé fuera hablando con Corvo:

-Pues me alegro de que estés bien y has hecho bien en contactar conmigo, como estaba con Lykaios y Ares era la mejor opción-hice una pausa-sobre que nos acompañes no creo que haya ningún problema, es más por mi encantada de que estés conmigo-en cuento esas palabras salieron de mi boca me ruboricé-pues... lo que iba diciendo... -intenté encaminar la conversación-que no creo que haya problema, creo que serías útil si, como dices, Ben se levantara y necesitáramos defendernos.

Respiré hondo y no me atreví a casi ni mirarlo a la cara, nunca había dicho algo así, normalmente suelo mantener mis pensamientos a raya. Alcé la mirada y continué hablando:

-Con respecto al coche, créeme a mi tampoco es que me apetezca mucho volver dentro, solo vuelvo porque tengo a Meeko durmiendo ahí.

-No es eso, es que he bebido mucho mas tequila hoy que tú, asi que te llevo ventaja. Poco a poco. Sin duda lo de los chips seria un buen avance. - reí de lado al escuchar aquello sobre su padre, que comentó con cierta amargura, porque le habia reactivado el chip. -Recuerda que un vínculo de sangre no te convierte en familia automáticamente. Tenemos la fortuna de poder elegirla.

Se acercó a mi, para ayudarme a bajar las escaleras, y me dejé ayudar pasando mi brazo tras su cuello. No me vino mal porque por mucho que intentaba hacerme el que aguantaba, bajar las escaleras me habria dejado probablemente mareado, y a saber si no las habria bajado rodando de no ser por el.

Mientras bajabamos, noté que otro mensaje llegaba al galeon, y lo miré a la par que nos aproximabamos a la salida, para anunciar una vez estuvimos ya afuera.

-Es Imram, dice que creen que el siguiente paso a tomar para solucionar lo de los posesos estos es ir a la cueva de las conchas....

"mmm, la cueva de las conchas?"

Rumié un momento esa informacion porque creia saber donde se encontraba, y era un lugar al cual podiamos acceder conduciendo.
-Sé donde está. Cambio de Wight por gruta, vale, tomad asiento y poneos los cinturones....ruso, te vienes? Corvo, nos echas una manita? - pregunté tambien al vampiro, ya que yo habia dado la informacion en voz alta de modo que pudiera escucharme. Parecía que si que nos acompañaria en el periplo hacia la gruta, aunque él tomaria un medio de transporte distinto. Subí al coche, pero esta vez le dejé conducir a otro, aunque indicase el camino, que ya no sabia si tenia resaca, borrachera, fiebre o las tres juntas.

Asi, salimos toda la troupe del burdel y nos pusimos rumbo a la gruta de las conchas a terminar lo que habiamos empezado hacía semanas.


84-20 (que en el anterior no me resté)= 64 PS

Después de una gran caminata por los alrededores de la ciudad, llegaron a un edificio grande y algo más cuidado que el resto. Parecía un lugar que no había sido tocado por la guerra y se erigía imponentemente sobre las calles ruinosas. No fue una gran sorpresa que un hombre tan aparentemente soltero y apuesto como lo era Thalos terminara conociendo aquellos lugares. En cierta medida, él había sido quien había guiado después de contar a dónde se dirigían.

Si bien, aquel lugar era uno de los últimos donde pensaría en buscar a su tío, no le quedó mucha opción, pues pronto estuvieron en la puerta de entrada. Aún cuando durante el camino no había tenido tanto problema con la idea del lugar que visitarían, una vez ahí no sabía si lo que encontraría adentro era un lugar de liberación o uno de esclavitud. Se detuvo a unos cuantos pasos de entrar. Desde ahí no se alcanzaba a ver aún la recepción, pero tenía miedo de averiguar si aquel sería un lugar que liberaría algunos de sus más enterrados demonios.

Se mordió los labios, observando por fuera el edificio y moviéndose para dejar pasar a quienes sí quería entrar, en su mayoría hombres. Le resultó difícil hacer la cuenta de cuanto tiempo había transcurrido desde que llegaron.

- C-Creo que no está aquí. Puedes entrar a ver si gustas.-

Murmuró sin ver al moreno, aunque tenía la sensación de que aquello solo levantaría más preguntas de las que estaba intentando callar. Finalmente tomó un poco de aire y se dignó a verle a los ojos, con toda la tranquilidad que podía fingir. A pesar de todo lo que sentía, aún sabía que tenía una buena cara de poker.

Miré el edificio al que habiamos llegado despues de que Juliet me dijese donde comenzar a buscar. Sentía la impaciencia quemandome la boca del estomago, o quiza era el whisky que habia tomado antes a palo seco....en fin, si habiamos de encontrar ahi a un patrocinador, no me negaria a pasar al lugar.

Ademas el edificio no me era desconocido, pero Juliet no hizo preguntas de ningun tipo. Mejor, estaba cansado de volver una y otra vez sobre mi destartalada no vida emocional. Ella se detuvo antes de entrar pero como yo no estaba mirando al frente, e iba tras ella, choqué levemente contra su espalda.

-Por qué te paras? - le medio gruñí, porque el chocarme me habia sacado de mi hilo de pensamiento. Luego la oi tartamudear de modo un tanto extraño y no pude creerme que es porque le diese vergüenza entrar ahi.

No, al parecer no queria ni oir hablar de entra ahi...y yo le alcé una ceja y crucé mis brazos.
-No hemos ni entrado, spyro. No te voy a dejar en la entrada, no sé que aspecto tiene el hombre al que buscamos. Además, vas conmigo. - le devolví la mirada con mi unico ojo, no tenia ninguna expresion burlona ahora mismo, mas bien escrutaba su fachada de tia dura. Fachada...

-Vamos. - le pasé un brazo por los hombros y pasé con ella. Tuve que darle un leve impulso en la espalda a la dragona que parecia no querer moverse. Una vez adentro, el calor, la musica, las voces y el olor a alcohol inundó todos nuestros sentidos. Era como un pozo que vivía al margen de la guerra, este burdel, donde la gente podia olvidarse del mundo exterior. No, mas bien, ponerse una venda en los ojos.

-Vale, lo ves?

El golpe que se llevan ambos no solo hace fruncir el ceño a Thalos, sino también a la joven chica.- Estaba viendo el edificio, yo no paso por algo que no esté en ruinas muy a menudo.- Murmuró aún con la mueca en la cara mientras le veía, echando en cara, muy sutilmente, que él si que pasaba por aquellos lugares.

Los empujones que le daba el moreno para entrar trató de contrarrestarlos llevándose los pies por delante para frenar, pero de nada le sirvió, y una vez con un pie dentro, caminó por su propio pie para no parecer una snob.

- Es un elfo. Muy alto, pelo muy largo, muy blanco. Lo verás.- Dijo refunfuñando, observando alrededor. El lugar no parecía tan malo como se lo había imaginado en un principio. Incluso parecía algo agradable.

- Sí, lo veo.- Dijo observando todo el lugar. Con razón Reiv había venido, con razón su tío vivía en aquel lugar. Era algo que la guerra no había alcanzado a destruir con sus garras.- ¿Hay descuentos por clientes frecuentes? - Si bien no tenía intención de ir a por chicas, quizás una copa de vez en cuando no estaba de más.

Aunque Thalos parecía ir lo suficientemente decente como para entrar, viendo al resto de las chicas tan arregladas le hizo pensar que quizás no estaba encajando del todo con aquel lugar... Y eso le agradaba más de lo que quería admitir.

Resulta que el jodido Andreas Wilhelm no le deja a uno ni irse de putas tranquilo, ya que el muy cabrón tiene que enviarme mensaje con cosas del trabajo justo cuando estoy en una orgía pagada con el dinero del contribuyente. No voy a ir a una habitación cualquiera como un vulgar tipejo de clase media, si es que eso sigue existiendo, así que me he venido a la mejor suite del burdel y con las mejores concubinas posibles. Las he escogido yo mismo, todas que sean mujeres sin rarezas mágicas. La sangre que tengan no me importa, mientras no tengas alas, cuernos o mierdas de esas raras. También me he traído un montón de guardaespaldas y seguridad suficiente en la puerta como para que nadie me moleste, manteniendo mi identidad a salvo. Ventajas de ser un político corrupto que hace lo que le da la gana. Estaba disfrutando yo de todo eso justo cuando me toca atender el mensaje del alemán de las narices.

- Joder...no pueden dejar de liarla ni un momento. ¿Y ahora qué?

Me levanto de la cama con un gesto de fastidio y unos cuantos improperios de por medio, dejando a las señoritas de la cama a a la espera. Camino en bolas hacia la ventana, leyendo el mensaje de Wilhelm. Con tanto problema se me quitan las ganas de gobernar con él, me dan ganas de darle un golpe de Estado y quedarme yo con todo, que me tiene harto de disgustos. Leo el mensaje, entrándome un tic en el ojo por lo del secuestro del dragón mascota de la Alianza. Fugado con un ejecutor. - Hasta los cojones ya de seres mágicos y de máquinas. Siempre acaban rotos y haciendo estupideces. - El robot ese tiene demasiada independencia, queriendo salvar a un dragón y todo. Si ha dejado de ser tan sumiso como parece puede que tenga algún vínculo con su vigilante. El típico síndrome de Estocolmo, nada del otro mundo. Pasan mucho tiempo juntos y puede suceder. Me pongo a responder furiosamente a Andreas, dándole un par de consejos para cuando los encuentren. El texto dice algo así como que intente chantajear al dragón con su ejecutor, o carcelero, a efectos prácticos. El chantaje y el miedo funcionan mejor que un castigo físico. Si eso no funcionase habría que eliminarlos, o echarlos a los perros de los renegados para que acabasen con ellos y nos hiciesen el trabajo sucio. Lo que sea, ya me están entreteniendo más rato de la cuenta. Guardo el móvil de nuevo, ya de bastante mal humor por la interrupción, así que mando a las chicas que comiencen a marcharse del cuarto, no con muy buenos modos.

A mi llegada al burdel, Bethenny me recibió con una copa de tinto y a cambio le entregué mi abrigo y un beso. Había conseguido un poco de tabaco y algo de información de los últimos acontecimientos, sobre todo de cierta entrevista que había leído en los periódicos de la Alianza.

Y aún, con todo lo que había investigado, nunca pensé que aquella visión llegaría a mis ojos.- Juliet, que sorpresa.- Murmuré al verla por el lugar, abrazándose por la espalda con un brazo, mientras el otro recogía sus cabellos para darle un suave beso en la mejilla. No dejé pasar de largo que parecía bastante fraternal con un hombre que no era el moreno con el que había ido a la fábrica a ganar algo de dinero. Tomé la mano del moreno para saludarle, plantándome frente al par, presentándome como es debido.- Thranduil. Cualquier amigo de mi querida Juliet es amigo mío.

- Bienvenidos, ¿qué hacen por aquí? No se queden en la entrada, es de mala educación.- Dije, comenzando a moverme entre la gente. Aquella noche prometía ser ajetreada, aunque muchas de las chicas no estaban en el salón principal. Probablemente había llegado alguien con dinero.- Y díganme... ¿Vienen de placer o de negocios? - Murmuré, bebiendo un sorbo de mi copa, ocultando la sonrisa picaresca con la que había hecho el comentario.

-Tsk, yo tampoco paso aquí a menudo! - le chisté a Juliet, tal como me lo habia dicho, me habia hecho sonar como un degenerado adicto al sexo.

"ah, un elfo, genial. Para no hacerte cosquillas la magia te juntas con razas cada vez mas sacadas de cuentos de hadas..."

-joder...quien me lo iba a decir... - frafullé para mi mismo, paseando mi vista por el lugar buscando a semejante ejemplar de elfo. Ella lo localizó rapido y dirigí mi mirada hacia allá, aunque el sitio estaba especialmente concurrido en la noche de hoy.

-¿Como podria saberlo? No soy habitual, ya te lo he dicho...pero aqui tienen mejor cerveza y tabaco y... - rodé la mirada, para que intentar defender algo que ya se habia dado por perdido, es decir, mi reputacion como tio no salido? Que yo tenia mis impulsos, pues si, pero tampoco tenia tickets de descuento del burdel por estar aqui todos los meses.... - ademas estos sitios son mas valiosos por la informacion que se maneja que otra cosa.

Dije entornando la mirada fijandome en un grupo de chicas especialmente numeroso que bajaba por las escaleras. Corté la conversacion e hice contacto visual con el elfo en cuanto lo tuve delante, y estreché su mano con firmeza.
-Thalos

Tras aquello, avanzamos un poco a donde nos indicó el elfo, a mi tampoco me gustaba quedarme de pegote ahi en la puerta cual noob. Eché un rapido vistazo al elfo, a ver que podia decirem su aspecto fisico de él. Pero yo habia decidido confiar en Juliet, y si ella confiaba en ese tipo...me tocaba tragar. Ademas tampoco teniamos muchas mas opciones.
-Negocios. Juliet me ha dicho que tu eres el tipo de persona que yo podria estar necesitando justo ahora.

Decidí ir directo al grano, no tardar demasiado. Me habia traido el periodico en cuestion asi que con naturalidad y sin nada de gestos raros, lo dejé sobre la barra.
-Tengo un objetivo. Un par en realidad. Pero un humano como yo...necesita de ciertos recursos para crear su magia.

Eso no me consta.- Murmuró a lo de que no se pasaba a menudo por el lugar. Pero le dejó estar. De cualquier modo, cada uno hacía lo que quería con su vida.- ¿No te gustan los elfos? - Preguntó. Pues detrás de un 'joder' pasivo agresivo, siempre había una buena historia de odio. O quizás solo era ella quien hacía ese tipo de cosas.

¿Cerveza, tabaco y... qué? - Preguntó, animándole a continuar con la explicación. Suponía que diría algo de las chicas, solo quería asegurarse.- Dependiendo la información, nos podría servir de algo saber de la Alianza. ¿Crees que vengan humanos de esos a este lugar? - Aunque le parecía muy hipócrita venir a un lugar a acostarse con los mismos seres mágicos a los que estaban matando, suponía que había de todo en aquel mundo.

Thran no tardó mucho en aparecer. Le recibí con un beso de vuelta, aunque se ponía un poco tímida con él alrededor. Sobre todo porque lo recordaba como un elfo imponente y conocedor del mundo desde que lo conoció en la infancia. Thalos se presentó, así que se ahorró su nombre y la confirmación de si era o no su amigo.

El modo tan tajante y definitivo en que dice 'negocios' le hizo hacer una mueca y contener apenas una risita. Es que con un hombre como aquel, las chicas salen huyendo. Hacía falta un carácter muy fuerte para estar a la altura.

Aún cuando trató de ser directo, no estaba muy seguro de si lo estaba siendo, por lo que tomó la palabra.- Thalos y yo necesitamos dinero.- Murmuró rápidamente. La verdad era que no tenía ni idea de si lo tendría, pero de no tenerlo, lo mejor era salir cuanto antes del lugar.

La vibración en el bolsillo de su pantalón le provocó un saltito. Casi se había olvidado de la moneda. La observó y leyó el mensaje de la gruta y el de que la alianza estaba haciendo nuevos experimentos. Finalmente, su corazón dio un brinco cuando leyó la firma de quien enviaba el último mensaje en el aparatejo.

Se quedó observando y releyendo la letra por un largo minuto. Aliviada de saber de él, pero también decidida. Tomó la moneda con ambas manos y comenzó a teclear.

Borró lo que había escrito y la guardó en su bolsillo de nueva cuenta.- ¿Crees que conoces un lugar para dejar un par de dragones por unos días? Son pequeños aún, pero duermen mucho. No tiene sentido que los cargue a todos lados.- Susurró. Aún cuando quería no pensar en el mensaje, no podía sacarlo de su cabeza, pues había tenido la impresión de que aquellas dos celebraciones no se llevarían a cabo.

- Thalos, nombre de buen hombre.- Afirmé con vehemencia solemne, aunque no había conocido a ningún Thalos en la puta vida y en realidad se veía bastante cascarrabias este.

¿Neogocios? ¿A un burdel? - Pensé en voz alta, bastante irritado, aparentemente. Pero tomé el periódico que el moreno ponía en la barra y luego escuché con la ceja arqueada lo que Juliet pedía. Si bien hacía mucho que no la veía, todo aquello sonaba como que el dinero era para una drogadicta desesperada.

- Vamos arriba.- Tomé mi copa de vuelta mientras me dirigía y comenzaba a subir las escaleras. Alcancé a observar de lejos a algunas de las chicas que acababan de bajar, en manada, de las habitaciones, y las saludé alzando mi copa para luego dedicarme a echarle una ojeada al periódico que el moreno me había tendido.- Esto ya lo había leído y no me dice nada de para qué me podrían estar buscando. Pensé que necesitaban drogas.- Afirmé, regresándole el periódico al chico y bebiendo un poco más de mi copa. Escuchándole cuando decía lo de los objetivos. Imaginándome que los protagonistas de aquella nota de periódico eran a los que quería acercarse.- El dinero es el maná de los humanos.- Asentí, aunque quizás el dinero no fuera lo único que necesitarían.

- Juliet, querida mía. Los anticonceptivos, si los tomas en forma humana, también sirven para tu yo dragón.- Suspiré pasándole el brazo por los hombros, triste de que hubiese arruinado su vida así. Pero no podía culpar al pobre bastardo. Di la vuelta en el segundo piso, llegando hasta la última habitación de la planta y sacando una llave para abrir la puerta, pasando primero para acercarme al closet, donde la caja fuerte, algo rústica, se encontraba.- Y díganme, ¿qué planes tienen?

-No es eso. Nada en contra de ellos, nada a su favor. Es solo que me hace gracia... - le habria contado por qué, pero era remontarse a muy atrás, y a un "quien me lo iba a decir" que probablemente para un dragon no tendría mucho sentido. Pero decidí darle un breve vistazo. -Sabes, yo me crié con cuentos de elfos y dragones. Luego me enteré de que no eran como en los cuentos, que eran malos y que debiamos matarlos. Un tiempo después me puse a ello. Y un tiempo mas después.... - hice un gesto y con mi cara, indicandole que podia sacar ella sus propias conclusiones.

-Y chicas! - terminé respondiendo a su pregunta haciendo un gesto con la mano, pero solo porque aquello era lo que esperaba oir ella, y lo sabía.
-Si, es mas que probable que vengan aqui. Asi que andate con ojo.

De vuelta con el elfo, el cual se habia presentado haciendo una curiosa apreciacion sobre mi nombre de modo demasiado solemne, respondí a aquel cumplido con un chasquido de lengua.
-Nombre de mago. Que ironía.

El elfo leyó lo que le di , pero Jul fue mucho mas directa, dejando mi "directez" a la altura de las suelas de un zapato, pero aquello me agradó bastante a decir verdad. Si ella sentia que podiamos ser aun mucho mas directos, mejor.
Miré a Juliet y asentí, saliendo detrás del elfo, esquivando a alguna buena mujer conforme ellas bajaban escaleras y nosotros las subiamos.
- Que ha pasado ahi arriba, a alguien le ha dado un gatillazo? - pregunté un poco al aire, con una sonrisa ladeada en la cara.

Pero seguí avanzando escuchando la conversacion que Thranduil daba a Juliet. Drogas?
-Tenemos cara de yonkis? - no creia llegar a tanto. Arrugué mi ceño por aquello que le dijo el elfo a Juliet...quizá era por su peticion sobre los dragones. Hasta donde yo sabia, los dragones no eran de ella....

Me sentí mas tranquilo cuando estuvimos entre las cuatro paredes de aquella habitacion, lejos de oidos indiscretos.
-Quiero atentar contra la Alianza humana en un ataque totalmente desvinculado de las facciones mágicas. Sé que hay parte de la poblacion que está descontenta con su gobierno, pero no se atreven a hacer nada. Quiero encender la mecha. Unas cuantas bombas a los mandatarios en sus vehiculos, algo que no puedan asociar con los renegados...Ni conmigo, a ser posible. Tengo los conocimientos pero los materiales que necesito no son cualesquiera.