Recuerdo del primer mensaje :
Casa de la familia Hacksaw. Se encuentra en la periferia londinense, fuera del núcleo urbano. Situada en lo alto de una colina, alejada de otras urbanizaciones de la zona, aunque a día de hoy poca gente vive por aquí. La casa estuvo abandonada varios años durante la guerra, aunque tras recientes reformas y pequeñas reparaciones en el interior vuelve a ser habitable.
No me moví ni un ápice cuando Ian me miró de ese modo desafiante, aunque me sorprendió que se callase en vez de responderme de malos modos. Suspiré al verlo marcharse por las escaleras, negando con la cabeza para mí mismo. Si seguía así iba a acabar mal, solo esperaba que no fuese tan autodestructivo como había sido yo.
Me giré después a Bucky cuando se presentó, explicando lo mismo que había dicho Ian. Lo miré alzando una ceja, sin molestarme en presentarme.
- ¿Y qué? Haz lo que te dé la gana. - respondí respecto a lo de irse o quedarse, ahora que ya sabía que no era una amenaza pues me daba bastante igual. Pasé de él para ponerme a desayunar con los críos, haciendo un sonido de disconformidad por lo bajo al ver que Anteia seguía con lo de la sopa.
- ¿Quién ha dicho que a mí me haya funcionado eso? No hay nada que se pueda hacer, y cuanto antes se de cuenta, antes dejará de sufrir.
Advertí a la sanadora, para que dejase de comportarse como si las buenas palabras fuesen a servir de algo. Después saludé a Azahar, que al menos parecía procesar los disgustos mucho mejor que Ian.
- A ver si le dices tú algo para que espabile. O trae aquí al capullo farsante otro para que se le quiten las ganas de engañar a la gente. Cuánto gilipollas suelto.
Los mellizos Knox empezaron a reírse diciendo "ipollas" y Aedan comenzó a imitarlos riéndose también. El de Rasputín solo sonrió tímidamente, pero siguió zampandose su desayuno. Me crucé de brazos sin decir nada al respecto, tampoco pasaba nada por eso.
- Vamos, a jugar fuera. Hoy os tengo que enseñar cómo empujar al resto de críos si se meten con vosotros. - esperé a que se comiesen lo que les quedaba, llevándomelos a continuación al exterior de la casa, al jardín.
Me giré después a Bucky cuando se presentó, explicando lo mismo que había dicho Ian. Lo miré alzando una ceja, sin molestarme en presentarme.
- ¿Y qué? Haz lo que te dé la gana. - respondí respecto a lo de irse o quedarse, ahora que ya sabía que no era una amenaza pues me daba bastante igual. Pasé de él para ponerme a desayunar con los críos, haciendo un sonido de disconformidad por lo bajo al ver que Anteia seguía con lo de la sopa.
- ¿Quién ha dicho que a mí me haya funcionado eso? No hay nada que se pueda hacer, y cuanto antes se de cuenta, antes dejará de sufrir.
Advertí a la sanadora, para que dejase de comportarse como si las buenas palabras fuesen a servir de algo. Después saludé a Azahar, que al menos parecía procesar los disgustos mucho mejor que Ian.
- A ver si le dices tú algo para que espabile. O trae aquí al capullo farsante otro para que se le quiten las ganas de engañar a la gente. Cuánto gilipollas suelto.
Los mellizos Knox empezaron a reírse diciendo "ipollas" y Aedan comenzó a imitarlos riéndose también. El de Rasputín solo sonrió tímidamente, pero siguió zampandose su desayuno. Me crucé de brazos sin decir nada al respecto, tampoco pasaba nada por eso.
- Vamos, a jugar fuera. Hoy os tengo que enseñar cómo empujar al resto de críos si se meten con vosotros. - esperé a que se comiesen lo que les quedaba, llevándomelos a continuación al exterior de la casa, al jardín.
Esa preciosidad de mujer puso a aquel hombre en su sitio rápidamente por como había tratado a Ian. Yo había estado allí también, pero había podido remontar. Solo esperaba que él también. No había perdido a un ser querido, pero cuando una explosión me voló el brazo… tuve un año verdaderamente malo. Por eso, no podía juzgarle. El tal Adam fue bastante rudo conmigo, pero no me importó. Simplemente, me dediqué a guardar silencio. Allí era un invitado, y no quería causar problemas.
Anteia me propuso dejarle la cocina como los chorros del oro a cambio de quedarme allí a comer algo, y acepté con una amplia sonrisa.
-Hecho. Será todo un placer ayudar.
Entonces, apareció una chica con pelo azulado, muy resuelta, y decidida. Se dirigió a los pequeños de un modo muy divertido, la verdad. Ian no se quedó corto al comentar que eran muchos. Una familia. Algo que yo nunca había tenido. Y verlos interactuar entre ellos era realmente revelador. Siempre había estado muy cómodo yo solo, sin nadie. Revolcones puntuales aquí y allá, poco más, y hasta ahora, me conformaba con eso. Cuando se acercó a nosotros, empezó a hablar muy rápido, haciéndome sonreír aun más. Anteia le puso al día de sobre quién era, y que, seguramente, no éramos consanguíneos.
-Te aseguro que no somos parientes. Es todo un placer conocerte, Azahar.
Le tendí la mano mientras Anteia le daba instrucciones sobre vigilarme a mi y a los peques. Se la apreté fuerte, regalándome mi mejor sonrisa de buen chico, clavando mi intensa mirada azul en la suya. Torcí ligeramente la cabeza al volver a dirigirme a Azahar.
-Espero que no te importe que te secuestre un ratito, para no almorzar solo. Prometo que luego, cumpliré con las ordenes de Anteia.
Me acomodé en una se las sillas, dejando lo que había cogido con intenciones de irme para servirme algo de beber, haciendo lo mismo en otro vaso, para Azahar, por si le apetecía. Anteia se fue escaleras arriba, y dediqué toda mi atención a Azahar mientras saboreaba el delicioso bacon
Neo Londres ► Periferia de Neo Londres►Bucky ►Con Familia HacksawAnteia me propuso dejarle la cocina como los chorros del oro a cambio de quedarme allí a comer algo, y acepté con una amplia sonrisa.
-Hecho. Será todo un placer ayudar.
Entonces, apareció una chica con pelo azulado, muy resuelta, y decidida. Se dirigió a los pequeños de un modo muy divertido, la verdad. Ian no se quedó corto al comentar que eran muchos. Una familia. Algo que yo nunca había tenido. Y verlos interactuar entre ellos era realmente revelador. Siempre había estado muy cómodo yo solo, sin nadie. Revolcones puntuales aquí y allá, poco más, y hasta ahora, me conformaba con eso. Cuando se acercó a nosotros, empezó a hablar muy rápido, haciéndome sonreír aun más. Anteia le puso al día de sobre quién era, y que, seguramente, no éramos consanguíneos.
-Te aseguro que no somos parientes. Es todo un placer conocerte, Azahar.
Le tendí la mano mientras Anteia le daba instrucciones sobre vigilarme a mi y a los peques. Se la apreté fuerte, regalándome mi mejor sonrisa de buen chico, clavando mi intensa mirada azul en la suya. Torcí ligeramente la cabeza al volver a dirigirme a Azahar.
-Espero que no te importe que te secuestre un ratito, para no almorzar solo. Prometo que luego, cumpliré con las ordenes de Anteia.
Me acomodé en una se las sillas, dejando lo que había cogido con intenciones de irme para servirme algo de beber, haciendo lo mismo en otro vaso, para Azahar, por si le apetecía. Anteia se fue escaleras arriba, y dediqué toda mi atención a Azahar mientras saboreaba el delicioso bacon
Miré raro a Adam cuando dijo que tenía que hacer espabilar a Ian o traer al farsante aquel para que se le fueran las ganas de mentir.
"Es que Adam también se ha enterado? Jodido Ian, no sabe guardar un secreto. O habrá sido mi padre?"
- no creo que tus amenazas funcionen, tío. - le confesé a Adam, antes de irme a por esa raza de café que me consiguió mi madre.
- Bucky eh?- tomé la taza que me dio mi madre mientras me explicaba quién era el morenazo del brazo prostético.
Cerré el ojo cuando me dio el beso en la mejilla y me reí ir lo bajo ir sus comentarios. Por eso de no usar esa palabra s estas horas.
- vale, esperaré al menos hasta la hora del almuerzo para amenazar de muerte.
Me dejó al cargo de Bucky y los críos y se fue con Ian al piso de arriba. Suspiré y me acerqué a la mesa, quitándome d encima de los hombros la toalla para dejarla sobre el respaldo de una silla, ahuecandome el pelo húmedo con la mano que no sostenia la taza, para airearlo un poco.
Adam se llevó a los críos fuera y de pronto me vi a solas con el invitado guapo, al que devolví ese apreton de manos de modo firme y decidido, mirándole bien a la cara. No, la verdad nada me hacía "click" con sus rasgos.... Pero vete a saber
Me senté frente a Bucky, bebiendo café y mirandolo con curiosidad.
- pues parece que me han dejado a tu cargo . Pórtate bien, eh? - le guiñé un ojo y ... Me reí dándome un golpe en la frente. Para él habría sido como verme pestaeñear. - para tu información acabo de guiñarte un ojo. Y por Merlin, no me hables de secuestros.... - le dije seria, de pronto, bebiendo más café con ojos entornados. No iba a dejar que más hombres me secuestraran. Ya había tenido de sobra.
- bueno Bucky, de donde sales tú? Como has conocido a Ian?
"Podria intentar adivinar.."
-... Ha sido en una pelea? El club de la lucha?
"Es que Adam también se ha enterado? Jodido Ian, no sabe guardar un secreto. O habrá sido mi padre?"
- no creo que tus amenazas funcionen, tío. - le confesé a Adam, antes de irme a por esa raza de café que me consiguió mi madre.
- Bucky eh?- tomé la taza que me dio mi madre mientras me explicaba quién era el morenazo del brazo prostético.
Cerré el ojo cuando me dio el beso en la mejilla y me reí ir lo bajo ir sus comentarios. Por eso de no usar esa palabra s estas horas.
- vale, esperaré al menos hasta la hora del almuerzo para amenazar de muerte.
Me dejó al cargo de Bucky y los críos y se fue con Ian al piso de arriba. Suspiré y me acerqué a la mesa, quitándome d encima de los hombros la toalla para dejarla sobre el respaldo de una silla, ahuecandome el pelo húmedo con la mano que no sostenia la taza, para airearlo un poco.
Adam se llevó a los críos fuera y de pronto me vi a solas con el invitado guapo, al que devolví ese apreton de manos de modo firme y decidido, mirándole bien a la cara. No, la verdad nada me hacía "click" con sus rasgos.... Pero vete a saber
Me senté frente a Bucky, bebiendo café y mirandolo con curiosidad.
- pues parece que me han dejado a tu cargo . Pórtate bien, eh? - le guiñé un ojo y ... Me reí dándome un golpe en la frente. Para él habría sido como verme pestaeñear. - para tu información acabo de guiñarte un ojo. Y por Merlin, no me hables de secuestros.... - le dije seria, de pronto, bebiendo más café con ojos entornados. No iba a dejar que más hombres me secuestraran. Ya había tenido de sobra.
- bueno Bucky, de donde sales tú? Como has conocido a Ian?
"Podria intentar adivinar.."
-... Ha sido en una pelea? El club de la lucha?
mi nueva amiga y yo nos quedamos a solas en un visto y no visto, pero no tenia ninguna queja. Mientras se atusaba el pelo, disfrutaba del zumo y las tortitas, sonriéndola mientras me miraba fijamente.
-Soy todo un ejemplo de lo que es portarse bien._Lo dije ampliando mi sonrisa pícara, viendo su reacción al guiñarme el ojo, dándome una explicación de lo más graciosa. Al parecer, no había tenido una buena experiencia últimamente, y le pedí disculpas alzando una mano_ -Yo también he tenido una semanita de perros.
Entonces, preguntó acerca de mi e Ian, y la miré intentando encontrar el modo de explicarlo sin quedar como un matón de bar.
-Pues verás…
Mientras me quedaba pensativo durante un instante, ella terminó la frase por mí. No en vano, conocía mucho mejor que yo a Ian.
-Y debo decir que fue una gran pelea. La verdad, me vino bien, tenía días enteros de mala leche que descargar. No contra él, por supuesto, pero se nos cruzaron los cables y…
Hice un gesto de: debí haberlo evitado, pero se nos fue de las manos; mientras devoraba otro trozo de delicioso bacon.
-No sé si alguna vez te has cruzado con la Nueva Alianza Humana… no han cambiado nada. Siguen siendo igual de inútiles que antes.
Debería habérseme pasado el mal rollo del tiroteo y la encarcelación, pero la verdad eras que todavía seguía algo molesto. Solo esperaba poder trabajar para ellos cundo llegara el momento. No era de guardar rencores, pero ese suceso, me iba a durar.
-¿Cómo fue lo tuyo?
Se lo pregunté como si fuera algo normal en una conversación entre dos desconocidos, pero parecía que tenía superada la pérdida del ojo, por la broma que hizo antes. Me caía bien, la verdad. Y era muy guapa.
Neo Londres ► Periferia de Neo Londres►Bucky ►Con Azahar-Soy todo un ejemplo de lo que es portarse bien._Lo dije ampliando mi sonrisa pícara, viendo su reacción al guiñarme el ojo, dándome una explicación de lo más graciosa. Al parecer, no había tenido una buena experiencia últimamente, y le pedí disculpas alzando una mano_ -Yo también he tenido una semanita de perros.
Entonces, preguntó acerca de mi e Ian, y la miré intentando encontrar el modo de explicarlo sin quedar como un matón de bar.
-Pues verás…
Mientras me quedaba pensativo durante un instante, ella terminó la frase por mí. No en vano, conocía mucho mejor que yo a Ian.
-Y debo decir que fue una gran pelea. La verdad, me vino bien, tenía días enteros de mala leche que descargar. No contra él, por supuesto, pero se nos cruzaron los cables y…
Hice un gesto de: debí haberlo evitado, pero se nos fue de las manos; mientras devoraba otro trozo de delicioso bacon.
-No sé si alguna vez te has cruzado con la Nueva Alianza Humana… no han cambiado nada. Siguen siendo igual de inútiles que antes.
Debería habérseme pasado el mal rollo del tiroteo y la encarcelación, pero la verdad eras que todavía seguía algo molesto. Solo esperaba poder trabajar para ellos cundo llegara el momento. No era de guardar rencores, pero ese suceso, me iba a durar.
-¿Cómo fue lo tuyo?
Se lo pregunté como si fuera algo normal en una conversación entre dos desconocidos, pero parecía que tenía superada la pérdida del ojo, por la broma que hizo antes. Me caía bien, la verdad. Y era muy guapa.
Sonreí levemente con el borde de la taza pegada contra mis labios por eso de ser un ejemplo de portarse bien.
- No tienes pinta.
Miraba con curiosidad al recién llegado, confiando en el criterio tanto de Anteia como el de Ian para traerlo aqui darle una cálida bienvenida a nuestro hogar. Mi madre tenia buen ojo para la gente la verdad....y si se habia ido tan tranquila con Ian sería por algo. Y sí, así podía echarle un ojo por mi misma y juzgar.
Ademas con Adam cerca, no habia nada que temer.
- ¿Una semana de perros? Venga, vamos a apostar, como los viejos, a ver quien la ha tenido más jodida. - solté el chascarrillo, haciendome con otra tostada de aguacate, comiendola en dos bocados y haciendo un ruido de gusto. - En serio, aguacates en Londres despues del apocalipsis? Esto es un milagro. Savannah, ES UN MILAGRO!!
Le grité a la peliblanca, por si estaba por la casa me escuchase, porque seguro que lo del aguacate tenía que ver con ella.
- Perdon, decías? Ahhh! Ya.... sí, Ian tambien lo ha estado pasando mal recientemente...era cuestión de tiempo que se pegase con algo o alguien. Me alegro que haya sido contigo. - habia elegido bien, el muchacho. Luego reflexioné sobre lo que dijo. La Nueva Alianza.... no, la verdad no me había cruzado con ellos. - Solo conozco a Thalos. Pero...no los he visto actuar. No sé como los estará llevando. - había estado centrada en...en qué? Ugh. Nada práctico.
- Me he topado muchas veces con la "vieja" Alianza humana.... - dejé la taza de café cuando me preguntó abiertamente por mi ojo. Aquello....me agradó. Que no lo tratara con cuidado. Que no intentase pasar por encima, o ignorarlo. Fue directo. Como si no fuese algo de que habia que apartar la mirada. Sonreí de lado y miré un momento hacia abajo, hablando en un tono algo menos jovial ahora. - Un disparo de un soldado de la vieja Alianza humana. Y lo tuyo? - dije señalando con mi cabeza hacia su brazo.
- No tienes pinta.
Miraba con curiosidad al recién llegado, confiando en el criterio tanto de Anteia como el de Ian para traerlo aqui darle una cálida bienvenida a nuestro hogar. Mi madre tenia buen ojo para la gente la verdad....y si se habia ido tan tranquila con Ian sería por algo. Y sí, así podía echarle un ojo por mi misma y juzgar.
Ademas con Adam cerca, no habia nada que temer.
- ¿Una semana de perros? Venga, vamos a apostar, como los viejos, a ver quien la ha tenido más jodida. - solté el chascarrillo, haciendome con otra tostada de aguacate, comiendola en dos bocados y haciendo un ruido de gusto. - En serio, aguacates en Londres despues del apocalipsis? Esto es un milagro. Savannah, ES UN MILAGRO!!
Le grité a la peliblanca, por si estaba por la casa me escuchase, porque seguro que lo del aguacate tenía que ver con ella.
- Perdon, decías? Ahhh! Ya.... sí, Ian tambien lo ha estado pasando mal recientemente...era cuestión de tiempo que se pegase con algo o alguien. Me alegro que haya sido contigo. - habia elegido bien, el muchacho. Luego reflexioné sobre lo que dijo. La Nueva Alianza.... no, la verdad no me había cruzado con ellos. - Solo conozco a Thalos. Pero...no los he visto actuar. No sé como los estará llevando. - había estado centrada en...en qué? Ugh. Nada práctico.
- Me he topado muchas veces con la "vieja" Alianza humana.... - dejé la taza de café cuando me preguntó abiertamente por mi ojo. Aquello....me agradó. Que no lo tratara con cuidado. Que no intentase pasar por encima, o ignorarlo. Fue directo. Como si no fuese algo de que habia que apartar la mirada. Sonreí de lado y miré un momento hacia abajo, hablando en un tono algo menos jovial ahora. - Un disparo de un soldado de la vieja Alianza humana. Y lo tuyo? - dije señalando con mi cabeza hacia su brazo.
Hablar con ella estaba resultando de lo mas agradable. Le conté como acabé colándome con Mónica, una maga a la que había conocido a las puertas de la base, como nos habían tiroteado y encarcelado tres días. Al menos, nos habían curado, que ya era algo. Le comenté que los soldados todavía estaban siendo unos capullos que odiaban todo lo que no fuera como ellos, y que Thalos no estaba teniendo mucha suerte intentando cambiar su mentalidad.
-Pues básicamente, es como antes. Disparar y preguntar después. Dudo mucho que Thalos pueda cambiar eso, siquiera en los años venideros.
Me contó con toda naturalidad como había perdido el ojo, y puse mala cara. Al menos, en ese tema estaba tranquilo. Yo nunca había sido enviado contra civiles. Nuestra unidad era para temas complicados. No fue una de mis balas, afortunadamente.
-Siento lo del ojo. Lo mío fue una explosión, en la guerra contra las maquinas. Antes de nada… debo confesar que yo era uno de esos capullos. Jamás maté a un solo civil, nos encargábamos de misiones encubiertas, sobre todo, en mi unidad. Hasta que nos enviaron como reses al matadero. Me dejaron tirado entre toda la matanza, a mí y a otros. Por suerte, tras horas agonizando entre cadáveres y chatarra, unos Mercenarios que buscaban algo de valor, me encontraron. Cuidaron de mí, me implantaron esta prótesis robada a la Antigua Alianza… y bueno, estoy a punto de pagar mi deuda con ellos. Podré buscarme la vida solito.
Esperaba que no supusiera un problema que yo hubiera sido uno de ellos. No solía ir por ahí confesándolo a la primera de cambio, pero no quería seguir en su compañía sin decírselo, no me parecía bien, y más, sabiendo como había perdido el ojo.
Neo Londres ► Periferia de Neo Londres►Bucky ►Con Azahar-Pues básicamente, es como antes. Disparar y preguntar después. Dudo mucho que Thalos pueda cambiar eso, siquiera en los años venideros.
Me contó con toda naturalidad como había perdido el ojo, y puse mala cara. Al menos, en ese tema estaba tranquilo. Yo nunca había sido enviado contra civiles. Nuestra unidad era para temas complicados. No fue una de mis balas, afortunadamente.
-Siento lo del ojo. Lo mío fue una explosión, en la guerra contra las maquinas. Antes de nada… debo confesar que yo era uno de esos capullos. Jamás maté a un solo civil, nos encargábamos de misiones encubiertas, sobre todo, en mi unidad. Hasta que nos enviaron como reses al matadero. Me dejaron tirado entre toda la matanza, a mí y a otros. Por suerte, tras horas agonizando entre cadáveres y chatarra, unos Mercenarios que buscaban algo de valor, me encontraron. Cuidaron de mí, me implantaron esta prótesis robada a la Antigua Alianza… y bueno, estoy a punto de pagar mi deuda con ellos. Podré buscarme la vida solito.
Esperaba que no supusiera un problema que yo hubiera sido uno de ellos. No solía ir por ahí confesándolo a la primera de cambio, pero no quería seguir en su compañía sin decírselo, no me parecía bien, y más, sabiendo como había perdido el ojo.
---Piso superior, habitación de Ian---
- Anteia:
- Anteia Malfoy escribió:Anteia asintió con suavidad al agradecimiento de Bucky y empezó a volverse cuando Adam llegó con su típico buen humor mañanero. O de la tarde. O de la noche. Anteia desvió la mirada hacia él con un gesto serio por su forma de dirigirse a Ian. ¿Acaso no comprendía por lo que estaba pasando? Debería. El otro, ni corto ni perezoso, le respondió a su manera y la rubia decidió que haría lo que le diera la gana respecto a Ian porque por muchos años fue más su madre que él su padre.
Llegó a la cocina y calentó sopa PORQUE LE DABA LA PUTA GANA, en absoluto silencio mientras iba acomodando a los chiquillos y dejaba a Ivanov en una silla distraído comiendo -No todos procesamos las situaciones de la misma manera pragmática que tú- Le soltó a Adam y alzó la vista hacia él sin temerle ni un ápice a su mirada de mala hostia, básicamente, porque desde que había estado en terapia había reforzado bastante su propia autoestima y seguridad -No lo fuerces a hacer eso, simplemente porque tú crees que a ti te funcionó - No, Adam no era un ejemplo a seguir. Y él lo sabía.
Vio a Bucky empezar a coger cosas y a jugar con los chiquillos y cuando se acercó a ella notó que…se iba a ir. Frunció el ceño y trago el pedazo de manzana que tenía en la boca -Quédate y lava los platos, esa es tu forma de ayudar. Toditos ¿eh? Pulcros y divinos los quiero- Dijo de manera “exigente” aunque sus labios estaban curvados en una sonrisa que se amplió al ver llegar a Azahar. Sabía lo que estaba buscando su hija así que pronto le sirvió una taza, sonriendo de lado al ver que finalmente ubicaba al invitado.
-Este es Bucky, cariño. De momento, dudo que esté relacionado de forma consanguínea con nosotros. Pero... Si yo no lo sé y tú no lo sabes pues... Aparentemos demencia- Se inclinó dejándole un beso en la mejilla y obligándola a tomar la taza de café -Es conocido de Ian y lo ha traído- Pero al oír el resto, frunció el ceño -¿Y qué dije de ese verbo en el desayuno?- Le preguntó a la peliazul mientras los dejaba a ellos dos e iba a ver la sopa que no tardó en calentarse. Empezó a servir en un plato hondo -Azahar, mira a los niños un momento. Y no dejes ir a Bucky sin que lave los platos y recoja la cocina- Agregó porque no estaba demás la ayuda -Ahora vuelvo-
Ni miró a Adam ni le importó si la miraba mal, caminó y subió las escaleras hasta llegar al cuarto de Ian. Tocó por pura educación pero luego abrió la puerta para ingresar con la bandeja que traía la sopa, el pan y algo de agua. La cerró con el pie antes de avanzar -Así que…- Dejó caer mientras se acercaba a la cama y se sentaba lentamente con la bandeja en sus piernas, mezclando un poco para que saliera el calor -¿Te ayudó?- Le preguntó mirándolo a los ojos -La pelea… ¿Te ayudó?- Sabía que Ian era bastante “busca pleitos” o más bien tenía poca paciencia y en el fondo creía que su naturaleza licántropa simplemente lo había exacerbado. Alargó la mano y le acarició suavemente el brazo, de forma maternal, invitándolo a hablar -¿Dejó de doler por un rato, verdad?- Inquirió con una sonrisa tensa -Yo hacía jardinería sin guantes. Pero mientras estaba atenta a las espinas, a las malas hierbas, a las plagas… Todo lo demás dejaba de importar y entonces, dejaba de doler…Y si lloraba, podía echarle la culpa a las heridas- Le dijo esperando que comprendiera por dónde venía -Hice mucha jardinería después de tu boda... Mucha Me detuve el año pasado... tras Francia- Sí, tal como lo oía. Podía ser que la situación se viera bien pero Lyran y ella habían pasado prácticamente dos años en una situación muy...incómoda.
Cerré de un portazo en cuanto entré a la habitación, dejando escapar un gruñido de frustración al dejarme caer en la cama boca arriba. Me jodía su actitud, no la entendía. Mi padre ni siquiera se había molestado en tener una conversación conmigo, en lugar de eso me echaba en cara que estuviese mal por lo de Catherine. Ponerme a pensar en ella era duro, sobre todo ahora que había perdido las esperanzas de poder volver a nuestra vida anterior. Me incorporé en la cama para sentarme en el borde, con la intención de levantarme para ir al baño a cambiarme y ducharme. En lugar de eso me quedé mirando al infinito, sin moverme del sitio. Tan ensimismado estaba que sólo me di cuenta de la llegada de Anteia cuando abrió la puerta, ni escuché la llamada. La miré con cara de agradecimiento al ver que se había molestado en traerme algo para comer, tomándose la molestia de subir a verme. Después bajé la cabeza, soltando un pesado suspiro ante su pregunta.
- Pelea, alcohol, drogas...apenas sirve para olvidarse un rato. Pero no es suficiente. - todo seguía siendo la misma mierda cuando se pasaban los efectos. Y encima te sentías peor porque era patético acabar así. Me mordí el labio inferior al empezar a notar el nudo en la garganta cuando ella me tocó el brazo, escuchándola en silencio mientras me hablaba de su propia manera de lidiar con el dolor.
- Lo siento...no lo sabía. No sabía que habías estado mal hasta hace tan poco. - murmuré sintiéndome un tanto egoísta por no haberme dado cuenta, por haber estado con mis cosas o en momentos mejores. - Tú siempre estás pendiente de todos, cuidándonos. Te mereces lo mismo. - puse mi mano sobre la suya un momento, pensando en ella y en Lyran como una de las parejas más indestructibles que conocía. Al parecer era muy difícil tener algo como lo suyo. Después la aparté, cubriéndome el rostro con las manos.
- Estoy muy perdido, Anteia...como en un bucle del que quiero salir y no sé cómo. - tal vez con ella no me diese tanta vergüenza mostrarme vulnerable, pues me conocía desde pequeño y me había visto de todas las maneras posibles. Hablar con ella era lo más parecido a hablar con una madre, ahora que ya no tenía a la mía. Bajé las manos, con los ojos ya algo empañados y la voz apagada. - El otro día rompimos definitivamente. Estar cerca como si no pasase nada sólo nos hace más daño, porque no podemos estar juntos. Quiero olvidar, pero no es tan fácil dejar de querer a alguien. Sé que ella también está mal, y quisiera estar ahí, pero... ¡no puedo! es frustrante...y encima no estoy haciendo el caso que debería a Aedan. Me siento inútil.
Anteia asintió calmadamente a las numerosas vías que había usado pero eso no implicaba que por dentro estuviera nerviosa. Eso de las drogas y el alcohol no le gustaba para nada pese a que su sistema lo digiriera más rápido. Pero no iba a interrumpirlo ahora, sabía lo importante que era escuchar -Porque no es la solución- Le dijo con suavidad manteniendo su caricia.
Tras ello sonrió un poco -Ay cariño, no había nada que pudieras hacer. Era algo que teníamos que solucionar Lyran y yo… y además cada uno por su lado. En los temas de pareja solo los implicados realmente pueden generar el cambio- Conversó porque ella así lo creía, aunque alguno podía ayudar al final las decisiones los inmiscuian a ellos.
En el momento en el que se cubrió la cara con las mano Anteia hizo un gran esfuerzo por no llorar, arrugando la nariz para contener el sollozo, porque en el fondo había temido que Ian estuviera fuera de su alcance y no pudiera hablar con él como le había pasado con Catherine. Siempre le ponía una barrera, siempre ignoraba sus consejos pese a que sabía que tenía razón. No llegaba a conectar con ella de la misma forma que con el resto de sus hijos.
Se acercó a él después de dejar la bandeja en la cama. Escuchó y entendió, una de sus manos se posó sobre la espalda de Ian acariciándole de arriba a abajo -No es fácil lo que estáis viviendo. Si no supiera de primera mano lo que sé, pensaría que es una locura- Le dijo con absoluta sinceridad y tensó suavemente los labios -No estoy aquí para decirte cómo solventar la situación porque no lo sé. Pero creo que habéis tomado una buena decisión al separaros, aunque duela, porque es lo más sensato para vosotros y también para Aedan- Eso por un lado. Alzó un poco la mano y le quitó el pelo de la cara echándoselo hacía atrás con suavidad -Y porque se que antes de amaros como pareja, os amasteis como amigos. Y eso es algo que podéis seguir siendo. Quizás vuestro futuro no sea como lo planteasteis o soñasteis pero eso no quiere decir que tengáis que ir siempre por caminos separados, os queréis y nadie realmente puede evitar eso. En el fondo sé que cualquiera de los dos haría lo que fuera por el otro, lo que sea… y es lo que hizo Catherine ¿No es así? Es lo que tú estás haciendo ahora por más injusto que sea, porque lo es. Es brutalmente injusto y eso es lo que más duele- Le dijo lo que pensaba, al menos en voz alta y desde lo profundo de su corazón.
-Aedan nos tiene a nosotros pero… tienes razón. No se trata tanto de que estés fallando como padre, Ian, no lo estás haciendo. Eres una persona que en este momento está en una mala situación y tienes la suerte de tener a tu familia y a tus amigos de tu lado para apoyarte y estar contigo y con él- Le explicó mirándolo a los ojos con cariño -Pero los niños perciben más de lo que crees. Él sabe que estás mal y que su madre también ¿Os habéis tomado el tiempo de explicarle a Aedan que tendrá hermanos? ¿Por qué Catherine está en otro sitio? ¿Por qué está con otra persona? - Preguntó con los labios levemente tensos porque dudaba que alguno de los dos lo hubiese hecho -El Pendragon formará parte de vuestra vida, quieran o no. Lo odiarás, seguramente… pero Aedan no debería crecer con ese rencor siendo tan pequeño. Será alguien que esté en la vida de su otro hermano o hermana y esté relacionado con su madre- Suspiró - Ay Ian… lo tenéis todo tan complicado que es que… siento que todo lo que digo es inservible porque entiendo y siento tu dolor pero no puedo aliviarlo. Es algo que debes aprender a sobrellevar. Has perdido a tu esposa, pero no has perdido ni a Catherine, ni a tu amiga, ni a la madre de tus hijos… ¿Tiene...tiene sentido lo que te estoy diciendo?
Tras ello sonrió un poco -Ay cariño, no había nada que pudieras hacer. Era algo que teníamos que solucionar Lyran y yo… y además cada uno por su lado. En los temas de pareja solo los implicados realmente pueden generar el cambio- Conversó porque ella así lo creía, aunque alguno podía ayudar al final las decisiones los inmiscuian a ellos.
En el momento en el que se cubrió la cara con las mano Anteia hizo un gran esfuerzo por no llorar, arrugando la nariz para contener el sollozo, porque en el fondo había temido que Ian estuviera fuera de su alcance y no pudiera hablar con él como le había pasado con Catherine. Siempre le ponía una barrera, siempre ignoraba sus consejos pese a que sabía que tenía razón. No llegaba a conectar con ella de la misma forma que con el resto de sus hijos.
Se acercó a él después de dejar la bandeja en la cama. Escuchó y entendió, una de sus manos se posó sobre la espalda de Ian acariciándole de arriba a abajo -No es fácil lo que estáis viviendo. Si no supiera de primera mano lo que sé, pensaría que es una locura- Le dijo con absoluta sinceridad y tensó suavemente los labios -No estoy aquí para decirte cómo solventar la situación porque no lo sé. Pero creo que habéis tomado una buena decisión al separaros, aunque duela, porque es lo más sensato para vosotros y también para Aedan- Eso por un lado. Alzó un poco la mano y le quitó el pelo de la cara echándoselo hacía atrás con suavidad -Y porque se que antes de amaros como pareja, os amasteis como amigos. Y eso es algo que podéis seguir siendo. Quizás vuestro futuro no sea como lo planteasteis o soñasteis pero eso no quiere decir que tengáis que ir siempre por caminos separados, os queréis y nadie realmente puede evitar eso. En el fondo sé que cualquiera de los dos haría lo que fuera por el otro, lo que sea… y es lo que hizo Catherine ¿No es así? Es lo que tú estás haciendo ahora por más injusto que sea, porque lo es. Es brutalmente injusto y eso es lo que más duele- Le dijo lo que pensaba, al menos en voz alta y desde lo profundo de su corazón.
-Aedan nos tiene a nosotros pero… tienes razón. No se trata tanto de que estés fallando como padre, Ian, no lo estás haciendo. Eres una persona que en este momento está en una mala situación y tienes la suerte de tener a tu familia y a tus amigos de tu lado para apoyarte y estar contigo y con él- Le explicó mirándolo a los ojos con cariño -Pero los niños perciben más de lo que crees. Él sabe que estás mal y que su madre también ¿Os habéis tomado el tiempo de explicarle a Aedan que tendrá hermanos? ¿Por qué Catherine está en otro sitio? ¿Por qué está con otra persona? - Preguntó con los labios levemente tensos porque dudaba que alguno de los dos lo hubiese hecho -El Pendragon formará parte de vuestra vida, quieran o no. Lo odiarás, seguramente… pero Aedan no debería crecer con ese rencor siendo tan pequeño. Será alguien que esté en la vida de su otro hermano o hermana y esté relacionado con su madre- Suspiró - Ay Ian… lo tenéis todo tan complicado que es que… siento que todo lo que digo es inservible porque entiendo y siento tu dolor pero no puedo aliviarlo. Es algo que debes aprender a sobrellevar. Has perdido a tu esposa, pero no has perdido ni a Catherine, ni a tu amiga, ni a la madre de tus hijos… ¿Tiene...tiene sentido lo que te estoy diciendo?
---Piso superior, habitación de Ian---
Comprendí un poco mejor a qué se refería Anteia con lo que le había pasado en aquella mala racha, estaba hablando de también de temas de pareja con Lyran. Pero ellos habían logrado superarlos...realmente no parecía haber nada lo suficientemente complicado como para separarlos de manera definitiva. Ojalá pudiese aprender de ellos, aunque fuese un caso distinto. Tenerla escuchándome ya era bastante ayuda, aunque yo no había sido capaz de pedirla. - ¿Tú crees que hemos hecho bien al separarnos del todo? - pregunté con todas las dudas del mundo, porque en el momento de marcharme de la cabaña lo vi claro, pero ya no tanto. Esa última conversación aún dolía bastante. Tragué pesadamente al pensar en el modo en el que podíamos seguir siendo amigos, tratando de imaginarme cómo sería.
- No lo sé. Todo se ha vuelto raro...no echo de menos sólo el contacto físico, sino el modo en que podíamos hablar de todo durante horas. Ahora hay mucho terreno difícil de pisar. - alcé la mirada hacia Anteia tras quitarme con el puño una lágrima que comenzaba a rodar por mi mejilla. - Claro que haría lo que fuera por ella. Me mata no poder estar cerca mientras me necesita, y más ahora que está embarazada. - ese era otro problema...¿qué iba a pasar en el momento en que naciese la niña? ¿cómo lo íbamos a hacer? ¿Ni siquiera podría estar en el parto? suspiré con agobio por enésima vez, murmurando después el nombre de Aedan cuando Anteia habló de él.
- Me prometí no fallarle, no hacer como hizo mi padre. Sé que ahora mismo no estoy a la altura, y por eso he estado alejándome.- dejé caer los hombros, echando un poco la cabeza hacia atrás mientras caía alguna silenciosa lágrima más. - Lo sé. Si no fuese por vosotros...yo tengo esa suerte. Catherine ha perdido a su familia, a sus amigos...sólo nos tiene a nosotros. - se me pasó por la cabeza traerla a la casa para que estuviese con nosotros, pero seguro que no iba a querer. Volví a mirar a los ojos a Anteia, percibiendo aquel cariño con el que me hablaba. No había caído en explicarle nada a Aedan. - Es que...no tiene ni dos años y medio. Aún no creo que entienda todo eso. Lo que sí tiene es una especie de conexión con su madre. Supo cuando la envenenaron, soñó con ella. - me pasé una mano por el pelo, un tanto ofuscado al escuchar que el Pendragon formaría parte de la vida de Aedan. Por un lado quería que lo odiase, pero sería cruel meterle ese odio a propósito. Preferí no decir nada, porque iban a ser improperios que no quería soltar delante de ella.
En el fondo me estaba diciendo algo similar a lo de mi padre, sólo que mejor expresado. Al menos Catherine seguía viva, no se había ido para siempre. - Sí...tiene sentido. - admití en voz baja, aunque la pena y la rabia por la situación iba a seguir allí. - Muy en el fondo quiero pensar que hay alguna esperanza, que cuando nazca el heredero Pendragon y se anule la maldición dentro de unos meses podremos volver. ¿Piensas que hay alguna posibilidad? ¿O mejor no me hago ninguna ilusión?
/////PLANTA BAJA, COMEDOR/////
Escuché la historia de Bucky antentamente, asintiendo con interés cuando mencionó a Mónica y cómo se habían colado en la base y habían acabado recibiendo varios tiros por respuesta. Solté una pedorreta, algo en desacuerdo.
- Gatillo fácil. Podían haber preguntado antes! - hice sin embargo una mueca de disgusto por eso de que no lograría hacer que las cosas cambiasen en los años venideros, y tamborileé con mis dedos sobre la mesa, chasqueando la lengua. - No perdamos la esperanza. - y muy al tino venía mi frase, pues casi al instante de confesar como perdi el ojo, él me confesó que había sido soldado.
Por un momento lo miré seria, evaluandolo. Podría haber sido una bala perdida suya? No, que va...ese acabó muerto. Pero daba igual quien fuera. Bucky había sido soldado y aqui estaba, aunque me asegurase que se habia dedicado a Operaciones Encubiertas y no había asesinado civiles. Suspiré ladeando la cabeza. Era demasiado bonito para ser cierto. Cómo era posible ue no se hubiese cargado a ningun civil? Después de Reed, la verdad, no me creía a ningun tio que me contase eso.
- Así que una explosión....en la guerra contra S.A.M. Al menos no acabaste con un chip metido en el cerebro....controlado por esa i.A. - miré su brazo otra vez y agoté mi café. - Está chulo. Me gusta.
"joder suena raro"
- A ver no digo que me guste que perdieses el brazo en una explosion y te abandonasen, no no no es nada de eso. - negue rapidamente con la cabeza. - Me refiero a que el brazo en sí mola!
"mierda, torpe!"
- agh.... - cambia de tema, rápido. - Entonces....tienes una deuda a saldar con esos mercenarios. - me rasqué la mejilla mirando al chico, pensativa. Y si esos solo querían usarlo, como habia hecho la alianza tambien? - Puedo preguntar por qué te uniste al ejército? Porque...por lo que veo los magos no suponemos un problema para tí... - comenté al tiempo que el agua de la botella se salía de la misma ante un giro de mi muñeca, para comenzar a hacer espirales alrededor suyo antes de caer de nuevo en forma de una fina capa de lluvia pulverizada.
-Si- Dijo con claridad -¿Crees que hubiese sido mejor seguir fingiendo algo que no podéis ser?- Preguntó de vuelta y decidió seguir hablando -Yo pretendí estar bien mucho tiempo, Ian… está vez no estoy hablando de temas de pareja, si no de mi misma. Pretendí que mi vida en Ouroboros era mi capítulo final, nuestro capítulo final y cuando los problemas llegaron, juzgué, para mal porque no reconocía que lo que tenía era miedo. Después de ver lo que podíamos vivir en la isla no quería volver a las pesadillas, a la ansiedad…- Bajó la mirada un momento y respiró con profundidad -A la posibilidad de que me atraparán de nuevo y experimentarán- No todos ellos sabían realmente lo que había pasado en Francia -Fingir casi me costó la vida de Chloe. Así que...no, no creo que haya sido mala idea que dejéis de pretender que sois algo que no sois-
Escuchó su respuesta y asintió -Limareis asperezas, pero para eso tenéis que ser los dos adultos y hablar con sinceridad. Si no habláis entonces os alejareis cada vez más y eso no me parece correcto- Siguió acariciando su espalda, sabiendo lo difícil que era para él ese tema sin siquiera extender su campo empático. Las lágrimas lo decían todo. En eso se parecía a Catherine, no lloraban...hasta explotar. El tema del embarazo si le hizo mirarlo con preocupación -Espero que la estén cuidando bien. Le advertí al Pendragon y a ella sobre su salud mental, ella…- La rubia hizo una mueca -Cuando supo la naturaleza de su embarazo, explotó. Sé que él intento controlarla y yo hice lo mismo, pero no quería forzarme en ella- Suspiró - Cath no está bien de la cabeza Ian. No te estoy diciendo que está loca, tu lo sabes, lo sabes mejor que nadie… pero es frágil y la situación no parece ayudarla- Insistió y luego ladeó la cabeza, pensando que Lucio se había ido pero ella seguía allí -¿Creéis que me dejen verla? ¿En su ciudad?-
En cuanto el tema giró en torno a Aedan, negó con la cabeza -Alejarse no es una opción. Adam hizo eso y tú no quieres repetir sus pasos. Él te necesita y tú lo necesitas a él, quizás sea Aedan quién te ayude a centrarte- Le sugirió y al volver a hablar de Catherine y su soledad, lo cierto es que Anteia sintió que su corazón se estrujaba porque la muerte de Rhaegar seguía pensándolo tanto. Bajo la mirada con la vista húmeda. Podía saber cómo de dolida podía estar, ella había perdido a Jane. Catherine… había perdido a muchos más -Debe sentirse tan sola- Murmuró soltando el aire despacio -Tengo miedo de lo que pueda sucederle. No de forma exterior sino interior. Pero casi nunca logro conectar con ella, no me deja… ¿Y… si hablo con el Pendragon?- Preguntó -Como mínimo debe interesarle que se mantenga viva y sana ¿Verdad?- De eso dependía todo.
-No subestimes el poder de comprensión de un niño, Ian. Si, es bastante pequeño pero si le dais cierta...naturalidad le será más fácil digerirlo- Lo de la conexión le hizo mirarle entrecerrando un poco los ojos porque no había oído algo por el estilo -Catherine desciende de un linaje poderoso y Aedan es su hijo. Ella es telepata, quizás Aedan ha heredado alguna… - Movió la mano con suavidad, dubitativa - Habilidad que se ha desarrollado primero con ella- Asintió pensando que tenía algo de sentido.
La esperanza, era algo que Anteia no le iba a quitar pero no por ello podía dejar de hablarle con la verdad -Sinceramente… yo no tengo ni idea de lo que pueda suceder si Catherine deja al Pendragon. ¿No es por algo parecido que se desató la maldición actual? Yo es que de magia negra sé muy poco, la que sabe es ella y… ni siquiera se había dado cuenta hasta que todo le explotó en la cara y casi pierden a Aedan- Apretó un poco los labios y arrugó la nariz al mirarlo - No sé qué decirte, sigue pareciendome sorprendente que la respuesta sea un niño. ¿Por qué cargarlo con ese peso? Ahora lo lleva ella pero… - Anteia cayó en algo y miró a Ian con bastante confusión -¿Qué pasa si él muere? ¿La maldición se activaría de nuevo? -
Escuchó su respuesta y asintió -Limareis asperezas, pero para eso tenéis que ser los dos adultos y hablar con sinceridad. Si no habláis entonces os alejareis cada vez más y eso no me parece correcto- Siguió acariciando su espalda, sabiendo lo difícil que era para él ese tema sin siquiera extender su campo empático. Las lágrimas lo decían todo. En eso se parecía a Catherine, no lloraban...hasta explotar. El tema del embarazo si le hizo mirarlo con preocupación -Espero que la estén cuidando bien. Le advertí al Pendragon y a ella sobre su salud mental, ella…- La rubia hizo una mueca -Cuando supo la naturaleza de su embarazo, explotó. Sé que él intento controlarla y yo hice lo mismo, pero no quería forzarme en ella- Suspiró - Cath no está bien de la cabeza Ian. No te estoy diciendo que está loca, tu lo sabes, lo sabes mejor que nadie… pero es frágil y la situación no parece ayudarla- Insistió y luego ladeó la cabeza, pensando que Lucio se había ido pero ella seguía allí -¿Creéis que me dejen verla? ¿En su ciudad?-
En cuanto el tema giró en torno a Aedan, negó con la cabeza -Alejarse no es una opción. Adam hizo eso y tú no quieres repetir sus pasos. Él te necesita y tú lo necesitas a él, quizás sea Aedan quién te ayude a centrarte- Le sugirió y al volver a hablar de Catherine y su soledad, lo cierto es que Anteia sintió que su corazón se estrujaba porque la muerte de Rhaegar seguía pensándolo tanto. Bajo la mirada con la vista húmeda. Podía saber cómo de dolida podía estar, ella había perdido a Jane. Catherine… había perdido a muchos más -Debe sentirse tan sola- Murmuró soltando el aire despacio -Tengo miedo de lo que pueda sucederle. No de forma exterior sino interior. Pero casi nunca logro conectar con ella, no me deja… ¿Y… si hablo con el Pendragon?- Preguntó -Como mínimo debe interesarle que se mantenga viva y sana ¿Verdad?- De eso dependía todo.
-No subestimes el poder de comprensión de un niño, Ian. Si, es bastante pequeño pero si le dais cierta...naturalidad le será más fácil digerirlo- Lo de la conexión le hizo mirarle entrecerrando un poco los ojos porque no había oído algo por el estilo -Catherine desciende de un linaje poderoso y Aedan es su hijo. Ella es telepata, quizás Aedan ha heredado alguna… - Movió la mano con suavidad, dubitativa - Habilidad que se ha desarrollado primero con ella- Asintió pensando que tenía algo de sentido.
La esperanza, era algo que Anteia no le iba a quitar pero no por ello podía dejar de hablarle con la verdad -Sinceramente… yo no tengo ni idea de lo que pueda suceder si Catherine deja al Pendragon. ¿No es por algo parecido que se desató la maldición actual? Yo es que de magia negra sé muy poco, la que sabe es ella y… ni siquiera se había dado cuenta hasta que todo le explotó en la cara y casi pierden a Aedan- Apretó un poco los labios y arrugó la nariz al mirarlo - No sé qué decirte, sigue pareciendome sorprendente que la respuesta sea un niño. ¿Por qué cargarlo con ese peso? Ahora lo lleva ella pero… - Anteia cayó en algo y miró a Ian con bastante confusión -¿Qué pasa si él muere? ¿La maldición se activaría de nuevo? -
---Piso superior, habitación de Ian---
- No. Fingir es una mierda. A la larga es peor. - le acabé dando la razón, viendo más claro que habíamos tomado la decisión adecuada. Fue justo lo que le dije a Catherine en la cabaña, que nos acabaríamos volviendo locos si seguíamos con esa situación de a veces sí y a veces no. Supuse que para ella también tuvo que ser jodido pedirme que me fuese de la cabaña. Apoyé la mano en la rodilla de Anteia mientras contaba los ataques de ansiedad que tuvo, y el miedo a que volviesen a experimentar con ella. - Te entiendo...es algo que no se olvida aunque pase el tiempo. - no, desde luego no olvidaría mi paso por los campos de concentración, el tiempo que estuve allí encerrado y siendo torturado.
Sobre lo de sentarnos a hablar...volvía a llevar razón, debíamos hacerlo de manera calmada. Lo malo es que nos dejábamos llevar por las emociones y nos poníamos demasiado intensos. Me entristecía pensar que íbamos a alejarnos cada vez más por ese temor a hablar. Chisté por lo bajo cuando dijo que esperaba que el otro la estuviese cuidando bien en el embarazo, respondiendo de manera irónica. - Teniendo en cuenta que no evitó que la envenenasen...así de tranquilo estoy. - fruncí el ceño un poco incómodo con esa verdad de que ella no estaba bien de la cabeza, no me parecía que fuese hasta ese punto. - Es normal que no esté bien ahora mismo. Nadie puede estarlo con esa situación. Conmigo...creo que era feliz, al menos la mayor parte del tiempo. - sí, eso no nos lo podría quitar ya nadie. Ese pensamiento hacia que todo fuese un poco menos amargo. Y teníamos un hijo. Probablemente me ayudase él más a mí que yo a él, enmendaría mi error de las últimas semanas.
- Saben que Catherine es importante para ellos, desde el punto de vista del mero interés. Te dejarán entrar si dejamos claro que necesita tu atención. Aunque tú tampoco estás para viajar...- señalé con un gesto de la cabeza hacia su tripa, ya debía quedarle poco para que naciesen. - Puedo intentar contactar con ella, mediante el espejo. Con él no sé cómo podrías contactar, pero supongo que contigo querrá hablar por la cuenta que le trae. - puro interés, porque si el heredero no nacía pues...se moría él y toda su familia. Egoísmo.
Sintió orgullo de padre cuando dijo lo de Aedan. Él le ayudaría a comprender y a controlar su poder, se encargaría de que fuese feliz. De eso estaba seguro. Le fastidió un poco que Anteia le recordase lo que Cath ya le había dicho una vez: temía abandonar a Wthyr una vez nacido el niño por si acaso eso desataba otra maldición. Ninguna certeza, pero sabía que ella no rompería la supuesta norma. - Ya. Bueno...fue una estupidez plantearlo. - Lo incierto era el resultado del nacimiento del hijo de Catherine y Wthyr, ni siquiera se le había pasado por la cabeza lo que sucedería si ese niño no se mantenía con vida. - No lo había pensado, pero parece una putada que dependa todo de eso. Aedan...podría verse afectado si regresase la maldición. - aquella idea era aterradora, aunque fuesen elucubraciones. - Incluso alguien que quisiera quitar a los Pendragon del poder podría intentar eliminar al heredero para cargarse a los demás. Arghh...yo qué sé. - cerré los ojos un momento, cansado y con todo el dolor de cabeza de la resaca que ya empezaba a aparecer. Cogí el vaso de agua de la bandeja de Anteia, pegando un buen trago.
Apoyó y sostuvo la mano de Ian cuando le dio la razón y luego mostró su empatía sobre lo que ambos habían vivido por culpa de la alianza, ladeó la cabeza hacia él con una sonrisa de tanto orgullo que es que no le cabía en el pecho -Eres tan fuerte, mi amor- Susurró manteniendo la sonrisa con una mirada llena de cariño, antes de subir la mano hacia su mejilla y dejarle un beso en la otra. A diferencia de ella, él había logrado que no le marcara de la misma manera -Si algún día quieres hablar de ello, estoy aquí. No es fácil, lo sé, pero supongo que siempre podemos intentar. Bueno no sé, en realidad no soy psicóloga- Añadió alzando los hombros como excusándose.
-Ya…- Frunció el ceño con lo del envenenamiento y, lamentablemente, fue objetiva -No creo que haya podido hacerlo ¿No?- Preguntó -No lo tomes a mal pero… ¿No se supone que si Catherine muere, todos ellos lo hacen? Incluso si es una persona profundamente egoísta, que no te lo puedo asegurar porque no lo conozco, dudo que le pareciera bien hacerle daño poniendo su vida y la de su familia en riesgo- Menos mal que Lucio había estado de guardia ese día, no es que no confiara en sus compañeros medimagos pero es que el Descendiente tenía una naturalidad con la sanación que era sorprendente. Había aprendido muchísimas cosas de él.
-Claro que era feliz, cariño- Asintió con suavidad -Puede que no la conociese durante mucho tiempo, pero la niña que yo conocí no tiene nada que ver con la mujer que era a tu lado. Se veía más… Completa, más segura de sí misma. Cuando te perdió…- Negó con la cabeza y luego bajó la mirada, sintiéndose incómoda pero aún así se acomodó en la cama y siguió pensando que sería buena idea que él lo supiera -Durante esos meses, Ian, Catherine era un fantasma. No se le veía, apenas comía y dormía. Sólo estaba interesada en encontrarte… Desmond me dijo que no era la primera vez que le sucedía, pero es como si… Desconectara de ella misma y sólo reaccionara ante su objetivo. Adelgazó, estaba más pálida y ojerosa. Incluso aunque le hablaras, te ignoraba. Y no estoy segura de que fuera a propósito…- Se mordió el labio y entrecerró los ojos -Fue parecido a cuando estuvimos sin magia ¿sabes? Pero su objetivo en ese momento eran Aedan y tú, y a ti te hablaba. Contigo reaccionaba ¿verdad?...A su…manera- Mencionó con un gesto un poco confundido -Es su mecanismo de defensa. Creo que cuando algo le sucede, se encierra en su mente…Y corta su conexión a la realidad- Tenía sentido, tomando en cuenta que podía hacer ilusiones -Es un poco lo que he logrado discernir estos años pero el hecho de que explotara con el embarazo es que…creo que ha sido la gota que colmó el vaso. Porque te perdió, está alejada de Aedan y no puede hacer otra cosa, no puede volver porque la situación podría empeorar. Os ha perdido. Creo que ella lo ve así-
-Yo estoy perfectamente- Le dijo llevándose las manos al vientre con una sonrisa leve -He preparado el desayuno para una docena de personas. No puedes dudar de mis habilidades- Le dijo manteniendo su gracia -Si ellos sólo la protegen por interés, entonces tampoco podrán conectar con ella. No sé si se ha vuelto a encerrar. Necesito verla- Insistió, aunque fuese sólo por intentarlo. Lo de Wthyr le hizo analizar un poco la situación -Fácil, le escribiré una carta. A la vieja usanza- Alzó los hombros -Al menos ya me conoce-
-La esperanza nunca es una estupidez, no digas eso- Le corrigió dándole un apretón en la mano -Pero yo tampoco puedo darte pistas de algo que desconozco. Quizás haya que dejar que las cosas se desarrollen como se pueda y ver que ocurre, aunque sé que la paciencia no es tu fuerte, señorito- Le dijo alzando la mano para darle un toque en la nariz con su índice -Vas a tener que trabajarla-
La verdad era que aquello que Anteia había preguntado los llenaba de temor a los dos porque si lo decía en voz alta estaba segura de que Catherine sobreprotegería a ese niño y… eso no sería buena idea. Se mordió el labio inferior mientras veía a Ian hablar de un panorama que se veía incluso peor. ¿Alguien sería capaz de herir a un niño? -¿Tanto se sabe de la maldición? Quizás debamos avisarles que no sigan dando información- Murmuró pensativa antes de verlo tomar el vaso de agua.
-Bueno… A ver…Lo primero que tienes que hacer es comer y luego bañarte porque, cariño mío, apestas- Le dijo con absoluta sinceridad y una sonrisa sincera -Descansa un poco, yo cuidaré a los niños y le escribiré la carta a Wthyr. Luego intenta contactar con Cath para saber cómo está…y si ves que le puedes comentar algo de que yo la visite hazlo, pero no la presiones mucho. Quizás sería buena idea que vosotros dos hableis primero- Sugirió incorporándose y llevándose las manos al vientre para mirarlo, luego se inclinó y le dejó un beso en la frente -Venga- Dijo señalándole la bandeja de comida antes de guiñarle un ojo y darse la vuelta hacia la puerta pero en cuanto la abrió se detuvo y le miró por encima del hombro -¿Sabes que siempre puedes contar con nosotros, verdad? Para hablar, para ayudar…Y ahora tienes esa nueva amiguita tuya, Savannah, que está con Jarkko, somos una gran familia y nos tienes aquí, no tengas miedo de extender la mano para pedir ayuda- Esperaba que entendiera el significado de sus palabras y tras eso se fue de la habitación para ir a la suya con Lyran y así escribir la carta hacia Wthyr.
-Ya…- Frunció el ceño con lo del envenenamiento y, lamentablemente, fue objetiva -No creo que haya podido hacerlo ¿No?- Preguntó -No lo tomes a mal pero… ¿No se supone que si Catherine muere, todos ellos lo hacen? Incluso si es una persona profundamente egoísta, que no te lo puedo asegurar porque no lo conozco, dudo que le pareciera bien hacerle daño poniendo su vida y la de su familia en riesgo- Menos mal que Lucio había estado de guardia ese día, no es que no confiara en sus compañeros medimagos pero es que el Descendiente tenía una naturalidad con la sanación que era sorprendente. Había aprendido muchísimas cosas de él.
-Claro que era feliz, cariño- Asintió con suavidad -Puede que no la conociese durante mucho tiempo, pero la niña que yo conocí no tiene nada que ver con la mujer que era a tu lado. Se veía más… Completa, más segura de sí misma. Cuando te perdió…- Negó con la cabeza y luego bajó la mirada, sintiéndose incómoda pero aún así se acomodó en la cama y siguió pensando que sería buena idea que él lo supiera -Durante esos meses, Ian, Catherine era un fantasma. No se le veía, apenas comía y dormía. Sólo estaba interesada en encontrarte… Desmond me dijo que no era la primera vez que le sucedía, pero es como si… Desconectara de ella misma y sólo reaccionara ante su objetivo. Adelgazó, estaba más pálida y ojerosa. Incluso aunque le hablaras, te ignoraba. Y no estoy segura de que fuera a propósito…- Se mordió el labio y entrecerró los ojos -Fue parecido a cuando estuvimos sin magia ¿sabes? Pero su objetivo en ese momento eran Aedan y tú, y a ti te hablaba. Contigo reaccionaba ¿verdad?...A su…manera- Mencionó con un gesto un poco confundido -Es su mecanismo de defensa. Creo que cuando algo le sucede, se encierra en su mente…Y corta su conexión a la realidad- Tenía sentido, tomando en cuenta que podía hacer ilusiones -Es un poco lo que he logrado discernir estos años pero el hecho de que explotara con el embarazo es que…creo que ha sido la gota que colmó el vaso. Porque te perdió, está alejada de Aedan y no puede hacer otra cosa, no puede volver porque la situación podría empeorar. Os ha perdido. Creo que ella lo ve así-
-Yo estoy perfectamente- Le dijo llevándose las manos al vientre con una sonrisa leve -He preparado el desayuno para una docena de personas. No puedes dudar de mis habilidades- Le dijo manteniendo su gracia -Si ellos sólo la protegen por interés, entonces tampoco podrán conectar con ella. No sé si se ha vuelto a encerrar. Necesito verla- Insistió, aunque fuese sólo por intentarlo. Lo de Wthyr le hizo analizar un poco la situación -Fácil, le escribiré una carta. A la vieja usanza- Alzó los hombros -Al menos ya me conoce-
-La esperanza nunca es una estupidez, no digas eso- Le corrigió dándole un apretón en la mano -Pero yo tampoco puedo darte pistas de algo que desconozco. Quizás haya que dejar que las cosas se desarrollen como se pueda y ver que ocurre, aunque sé que la paciencia no es tu fuerte, señorito- Le dijo alzando la mano para darle un toque en la nariz con su índice -Vas a tener que trabajarla-
La verdad era que aquello que Anteia había preguntado los llenaba de temor a los dos porque si lo decía en voz alta estaba segura de que Catherine sobreprotegería a ese niño y… eso no sería buena idea. Se mordió el labio inferior mientras veía a Ian hablar de un panorama que se veía incluso peor. ¿Alguien sería capaz de herir a un niño? -¿Tanto se sabe de la maldición? Quizás debamos avisarles que no sigan dando información- Murmuró pensativa antes de verlo tomar el vaso de agua.
-Bueno… A ver…Lo primero que tienes que hacer es comer y luego bañarte porque, cariño mío, apestas- Le dijo con absoluta sinceridad y una sonrisa sincera -Descansa un poco, yo cuidaré a los niños y le escribiré la carta a Wthyr. Luego intenta contactar con Cath para saber cómo está…y si ves que le puedes comentar algo de que yo la visite hazlo, pero no la presiones mucho. Quizás sería buena idea que vosotros dos hableis primero- Sugirió incorporándose y llevándose las manos al vientre para mirarlo, luego se inclinó y le dejó un beso en la frente -Venga- Dijo señalándole la bandeja de comida antes de guiñarle un ojo y darse la vuelta hacia la puerta pero en cuanto la abrió se detuvo y le miró por encima del hombro -¿Sabes que siempre puedes contar con nosotros, verdad? Para hablar, para ayudar…Y ahora tienes esa nueva amiguita tuya, Savannah, que está con Jarkko, somos una gran familia y nos tienes aquí, no tengas miedo de extender la mano para pedir ayuda- Esperaba que entendiera el significado de sus palabras y tras eso se fue de la habitación para ir a la suya con Lyran y así escribir la carta hacia Wthyr.
Al menos, tras confesarle mi pasado, no me echó a patadas. No las tenía todas consigo, por su reacción, y podía entenderlo. Cuando mencionó lo del chip, asentí con gravedad. Aun, hasta había tenido suerte de no acabar como un títere. Cuando opinó sobre mi brazo, sonreí levemente.
-No puedo quejarme. Al menos no es un trozo de palo acabad en un garfio.
Lo comenté con buen humor, acostumbrado a hablar de ello de vez en cuando. Aunque ella creyó haber dicho algo mal, y su reacción me hizo sonreír aun más.
-Si que es molón. La estrella se la puse yo, como adorno. Quedaba muy soso, si no. Y me encanta como brilla. Y se liga mucho con él.
Le guiñé un ojo con complicidad con mi ultima frase, queriendo quitarle hierro al asunto sobre si pensaba que me había hecho sentir incomodo. Azahar cambió rápidamente de tema, preguntando como alguien como yo había estado alistado con esos malnacidos cuando, al parecer, no me molestaba estar con licántropos… o gente que hacía magia, como ella. Miré maravillado el hechizo que hizo, sencillo, pero muy bonito.
-Si, bueno… Al poco de despertar tras la operación, me quedó claro que no sería gratis, ni por bondad. El brazo tiene muchas ventajas que, a ellos, les viene lujo, como mi etapa como soldado. No me importa que me utilicen para según qué cosas, mientras no traspasen ciertos límites. Como matar gente y eso. Una cosa es hacerlo sirviendo a tu planeta…
Las ultimas palabras las dije pensativo, recordando que sí, había matado haciendo operaciones encubiertas, pero se suponía que era para frenar amenazas terroristas contra la población civil, en su mayoría.
-Era muy joven cuando me uní a la Alianza Humana. Era huérfano, y vivía en la calle. Tuve suerte durante años, robaba para sobrevivir, hacia trabajitos como entregar cosas a gente… hasta que un día, intenté robar a quien no debía, y se me acabó la suerte. Pasé u tiempo en un reformatorio, y a cierta edad, me hicieron elegir. O seguir cumpliendo mi pena en la cárcel, o alistarme.
No tenia malos recuerdos del ejército, la verdad, pero todavía me dolía el modo en que acabó todo el día del ataque.
-No era tan malo, me enseñaron disciplina, a tener un objetivo en la vida… al menos, eso creía yo, que iba a luchar por algo noble, que haría cosas buenas. Tenía una cama, comía caliente… Era tan leal al ejército apenas dos años después de empezar, que no veía más allá. Oía y veía cosas a veces que no me gustaban, como, por ejemplo, el odio hacia los que hacéis magia, contra licántropos, por ejemplo… y todo lo que ellos no veían… natural. Pero apenas si tenía tiempo de pensar en ello, nos tenían bastante apartados del resto de soldados, siempre entrenando, en misiones aquí y allá… no digo que perder el brazo fuera algo bueno, pero me hizo despertar a la realidad.
Había cierto rencor hacia mi mismo en mi tono de voz por haber estado tan ciego tanto tiempo, pero ahora era casi libre para seguir viviendo mi vida como mas me gustase. Así que, sonreí al volver a contarle más cosas sobre mí.
-Pese a todo, me gusta ser Mercenario. He conocido a toda clase de gente en estos dos últimos años, entre ellas, a una sanadora que me ayudó mucho nada más recibir la prótesis. Pero no solo por eso no tengo nada contra nadie, sean como sean. Es que no le veo el sentido a odiar a alguien solo porque tiene ciertos dones, con los que los humanos venidos a menos como yo mismo, solo podemos soñar.
Devoré el ultimo trozo de tortita mientras miraba intensamente a Azahar. Me había sentido muy bienvenido en esta casa, con alguna excepción, y sentirme así de bien no me había pasado en mucho tiempo.
Neo Londres ► Periferia de Neo Londres►Bucky ►Con Azahar-No puedo quejarme. Al menos no es un trozo de palo acabad en un garfio.
Lo comenté con buen humor, acostumbrado a hablar de ello de vez en cuando. Aunque ella creyó haber dicho algo mal, y su reacción me hizo sonreír aun más.
-Si que es molón. La estrella se la puse yo, como adorno. Quedaba muy soso, si no. Y me encanta como brilla. Y se liga mucho con él.
Le guiñé un ojo con complicidad con mi ultima frase, queriendo quitarle hierro al asunto sobre si pensaba que me había hecho sentir incomodo. Azahar cambió rápidamente de tema, preguntando como alguien como yo había estado alistado con esos malnacidos cuando, al parecer, no me molestaba estar con licántropos… o gente que hacía magia, como ella. Miré maravillado el hechizo que hizo, sencillo, pero muy bonito.
-Si, bueno… Al poco de despertar tras la operación, me quedó claro que no sería gratis, ni por bondad. El brazo tiene muchas ventajas que, a ellos, les viene lujo, como mi etapa como soldado. No me importa que me utilicen para según qué cosas, mientras no traspasen ciertos límites. Como matar gente y eso. Una cosa es hacerlo sirviendo a tu planeta…
Las ultimas palabras las dije pensativo, recordando que sí, había matado haciendo operaciones encubiertas, pero se suponía que era para frenar amenazas terroristas contra la población civil, en su mayoría.
-Era muy joven cuando me uní a la Alianza Humana. Era huérfano, y vivía en la calle. Tuve suerte durante años, robaba para sobrevivir, hacia trabajitos como entregar cosas a gente… hasta que un día, intenté robar a quien no debía, y se me acabó la suerte. Pasé u tiempo en un reformatorio, y a cierta edad, me hicieron elegir. O seguir cumpliendo mi pena en la cárcel, o alistarme.
No tenia malos recuerdos del ejército, la verdad, pero todavía me dolía el modo en que acabó todo el día del ataque.
-No era tan malo, me enseñaron disciplina, a tener un objetivo en la vida… al menos, eso creía yo, que iba a luchar por algo noble, que haría cosas buenas. Tenía una cama, comía caliente… Era tan leal al ejército apenas dos años después de empezar, que no veía más allá. Oía y veía cosas a veces que no me gustaban, como, por ejemplo, el odio hacia los que hacéis magia, contra licántropos, por ejemplo… y todo lo que ellos no veían… natural. Pero apenas si tenía tiempo de pensar en ello, nos tenían bastante apartados del resto de soldados, siempre entrenando, en misiones aquí y allá… no digo que perder el brazo fuera algo bueno, pero me hizo despertar a la realidad.
Había cierto rencor hacia mi mismo en mi tono de voz por haber estado tan ciego tanto tiempo, pero ahora era casi libre para seguir viviendo mi vida como mas me gustase. Así que, sonreí al volver a contarle más cosas sobre mí.
-Pese a todo, me gusta ser Mercenario. He conocido a toda clase de gente en estos dos últimos años, entre ellas, a una sanadora que me ayudó mucho nada más recibir la prótesis. Pero no solo por eso no tengo nada contra nadie, sean como sean. Es que no le veo el sentido a odiar a alguien solo porque tiene ciertos dones, con los que los humanos venidos a menos como yo mismo, solo podemos soñar.
Devoré el ultimo trozo de tortita mientras miraba intensamente a Azahar. Me había sentido muy bienvenido en esta casa, con alguna excepción, y sentirme así de bien no me había pasado en mucho tiempo.
---Piso superior, habitación de Ian---
Sus gestos de cariño sirvieron más de lo que podía pensar, ayudando a calmarme después de la noche que había tenido y el encontronazo con mi padre. - Vale, lo mismo digo. - sugerí a Anteia por si ella también necesitaba hablar de la época que la tuvieron encerrada. No era agradable sacar el tema, pero si podía ayudarla lo haría. En realidad ella también me parecía una persona muy fuerte, no sólo para resistir todo por lo que había pasado, sino para no convertirse en una persona amargada o llena de rencor. Parecía como si todo eso no pudiese con su bondad. En mi caso no podía decir lo mismo. Ya no sólo era mi odio hacia los Pendragon, sino el pasotismo en el que me había instalado con las cuestiones de ayudar a los míos con la transición tras la guerra. Era como si todo eso ya no me importase y hubiese pasado a un segundo plano.
- No digo que la envenenase él, sólo que...no tuvo suficiente cuidado. Está claro que la necesitan viva. - aclaré a lo que me refería, esbozando después una nostálgica sonrisa cuando habló de que Catherine era feliz cuando estaba conmigo. Lástima que tuviese que quedarse en recuerdos nada más. Busqué la mirada de Anteia cuando ella esquivó la mía, explicando con detalle cómo estuvo Catherine cuando me perdió. Yo sabía algo, pero no todos los pormenores. Imaginaba lo mal que lo había tenido que pasar, y eso que en aquella época aún no habíamos pasado de ser amigos. - Sí...fue cuando se hizo el tatuaje de lobo que lleva en la espalda. - pensé en el mío, en el de cuervo que ella misma me hizo y en lo que vino después. Esa fue la última vez que pudimos amarnos sin impedimentos. Había sido unos cinco meses atrás, pero ya parecía una eternidad. Me quedé algo ausente recordando aquello, escuchando a medias a Anteia al hablar de la vez que nos quedamos sin magia.
- Poca cosa, apenas hablaba conmigo tampoco. Lo pasó muy mal cuando se quedó sin poderes. Ahora es una situación distinta, pero...creo que es casi peor. Allí no hay nadie que la ayude cuando se aisla de ese modo.- su sensación de soledad tenía que ser terrible, y ni siquiera tenía a Aedan cerca. Tenía que conseguir que pudiese salir de la isla más a menudo, que pudiese estar más con el crío. Un rato aquí con él en casa y con los demás la animaría. - Entonces espero que puedas prepararle uno de tus desayunos cuando venga. - acabé por sonreír mínimamente a Anteia cuando dijo que estaba tan bien como para preparar el desayuno para 12, tenía una energía que no sabía de dónde sacaba. Sólo asentí al escuchar lo de la carta al Pendragon, que lo hiciese. Todo por el bien de Catherine.
Casi me sentí como un crío cuando me dio ese toque en la nariz para decir que no tenía paciencia, cosa en la que llevaba razón. - No, no tengo paciencia. Pero...seré cauto. No me haré ilusiones y sólo pensaré en que nazcan bien. - poco a poco, ya se vería, como decía Anteia. - Se lo diré, que no digan nada más porque hay quien puede utilizarlo. Me parece que ni ellos mismos conocen todos los detalles de la maldición. - y eso era un problema porque no se sabía cómo funcionaba exactamente.
Dejé que Anteia organizase y mandase, que era algo que se le daba bien. Puse cara de que le haría caso en todo, como si fuese el hijo al que manda a cenar y luego a ducharse. - Gracias por todo, Anteia. Me ha venido bien hablar contigo. Te reservo un abrazo para cuando me duche. - bromeé un poco más relajado, aunque pensaba hacerlo de verdad.
Cogí la bandeja que me había traído Anteia, después de que se marchase. Aquella sopa era justo lo que necesitaba para tal resaca, ella se había molestado en prepararme algo que me sentase bien. Me fui derecho a la ducha cuando terminé de comer, lavándome bien y terminando de quitarme los restos de sangre. Al terminar regresé a la cama, metiéndome dentro para dormir por fin bastantes más horas seguidas que en los últimos días.
/////PLANTA BAJA, COMEDOR/////
"lo cierto es que me tomaría otra maldita taza de café...pero entonces voy a dejar al par de licans sin nada"
- No, la verdad es que es una obra de arte. - me refería a su brazo, pero no lo dije mirando al brazo metálico, si no directamente al mercenario a la cara, levantando una ceja. Si pillaba la indirecta, por mi perfecto. Luego solté una carcajada cuando dijo que el brazo le ayudaba a ligar. Sí, sin duda daba para iniciar conversaciones. - Más que sacar a pasear a un cachorrito adorable? Ya te habría pedido una cita si hubieses venido con un cachorrito.
Conclui apoyando los codos sobre la mesa, negando despues con la cabeza, como indicándole que bromeaba. AL menos, habiamos descartado hacerle sentir incomodo por mi penosa eleccion de palabras anterior, como bien me indicó su guiño de ojo.
- Mira, a ti si te queda bien el guiño. - chasqueé la lengua, fingiendo rabia. Luego escuché su historia con interés y de modo respetuoso. Al parecer habia llevado una vida bastante solitaria, sin padres ni familia, o gente a la que llamar familia, al menos. Vamos, que se vio abocado a ese camino.
- Ya...lo malo de esas instituciones que te ofrecen cosas...es QUÉ nos piden a cambio. Y qué hacen cuando no estamos dispuestos a darlos. O....si lo toman de manera tan gradual y lenta, que no nos damos cuenta de lo que nos están arrebatando.... Veias cosas...oias cosas.... -encogí mis hombros como parafraseandole, cuando decía que por sus misiones encubiertas y entrenamientos carecía de tiempo para ver las injusticias y atropellos que cometía el ejército en el que servía. - ...pero estabas demasiado ocupado y apartabas la vista, y eso sigue siendo un problema. Hasta entonces. - lo señalé con la barbilla, su mano metálica. Refiriendome al evento que le hizo dejarlos. - Creo que habrías encajado mejor en la Resistencia.
Vi como se zampaba la tortita y con un gesto de mi mano, hice que un plato que estaba sobre la encimera con algo de fruta se acercase levitando, ofreciendole una manzana a Bucky y cogiendo otra para mi mientras estiraba la espalda cual gata.
Cuando me llamó “obra de arte” mirándome directamente a la cara, amplié mi sonrisa pícara, mordiéndome el labio inferior cuando siguió ligando conmigo, comentando lo del cachorrito.
-No tengo un cachorro, pero si una bolita de pelo blanca llamada Callum. Es un gatito precioso. Tengo que pasarme por el campamento más tarde, podrías conocerle. Es muy cariñoso y juguetón.
Por supuesto, la ultima frase la dije con segundas, ladeando la cabeza levemente, mirándola intensamente. Azahar Me gustaba mucho. Era un terremoto de mujer, de eso no había duda. Hizo una broma acerca del guiño de su ojo, compartiendo una sonrisa cómplice con ella. Sus palabras se dirigieron entonces hacia mi pasado, lo que hacían con gente como nosotros. Ella se incluyó al enumerar cómo se lo montaban para hacerte sentir útil, que les fueras leal… y no le dieras vueltas a las cosas feas que oías y veías, cada vez con mas frecuencia. La escuché atentamente, de acuerdo con ella en muchas cosas.
-La verdad es que la excusa típica de: a veces oía cosas, o veía ciertos comportamientos más que reprochables… no me exime de tener gran parte de culpa de muchas atrocidades cometidas por esos cabrones, incluida la perdida de tu ojo.
Cuando me dejó claro que yo me había vuelto contra ellos cuando perdí el brazo, asentí bajando la vista, avergonzado. Al principio les odiaba solo porque lo que me había pasado, lo que también era egoísta. Admitirlo delante de ella era algo que nos debía a los dos. Con el paso del tiempo, les fui odiando aun mas por como trataban a los demás. Pero el daño ya estaba hecho. Y al decir que estaría mejor en la Resistencia, la miré intensamente.
-No es algo que descarte a largo plazo, sinceramente. Las cosas se están poniendo muy feas, y quién sabe si tendré que volver a decidir un cambio de rumbo.
Volvió a hacer alarde de su magia, que tanto envidiaba, acercándonos algo de fruta. Cogí la manzana dándole las gracias, mordiéndola con ganas mientras me acomodaba hacia atrás en la silla, observándola al desperezarse cual minino.
-¿Y qué hay de ti, a qué te dedicas?
Mientras saboreaba la manzana a mordiscos, me iba relajando mas en su compañía. Sin duda, seria una excelente compañera de trapicheos.
-Para algunos trabajos, serías la pareja perfecta. Y cuando me independice, si te interesa echarme un cable alguna vez, te ganarías una buena paga.
Se lo decía muy decidido a contar con ella de vez en cuando si le interesaba. Y si no… bueno, también me interesaba de otro modo mucho más… personal.
-Sería de lo más interesante seguir viéndonos también de un modo menos peligroso, también… Aunque mezclar negocios y placer, a veces, es de lo más divertido…
Me incliné sobre la mesa, apoyando los codos, dejando los restos de la manzana sobre el plato del desayuno ya vacío, regalándome mi mejor sonrisa seductora. Hacia tiempo que nadie me atraía tanto.
Neo Londres ► Periferia de Neo Londres►Bucky ►Con Azahar-No tengo un cachorro, pero si una bolita de pelo blanca llamada Callum. Es un gatito precioso. Tengo que pasarme por el campamento más tarde, podrías conocerle. Es muy cariñoso y juguetón.
Por supuesto, la ultima frase la dije con segundas, ladeando la cabeza levemente, mirándola intensamente. Azahar Me gustaba mucho. Era un terremoto de mujer, de eso no había duda. Hizo una broma acerca del guiño de su ojo, compartiendo una sonrisa cómplice con ella. Sus palabras se dirigieron entonces hacia mi pasado, lo que hacían con gente como nosotros. Ella se incluyó al enumerar cómo se lo montaban para hacerte sentir útil, que les fueras leal… y no le dieras vueltas a las cosas feas que oías y veías, cada vez con mas frecuencia. La escuché atentamente, de acuerdo con ella en muchas cosas.
-La verdad es que la excusa típica de: a veces oía cosas, o veía ciertos comportamientos más que reprochables… no me exime de tener gran parte de culpa de muchas atrocidades cometidas por esos cabrones, incluida la perdida de tu ojo.
Cuando me dejó claro que yo me había vuelto contra ellos cuando perdí el brazo, asentí bajando la vista, avergonzado. Al principio les odiaba solo porque lo que me había pasado, lo que también era egoísta. Admitirlo delante de ella era algo que nos debía a los dos. Con el paso del tiempo, les fui odiando aun mas por como trataban a los demás. Pero el daño ya estaba hecho. Y al decir que estaría mejor en la Resistencia, la miré intensamente.
-No es algo que descarte a largo plazo, sinceramente. Las cosas se están poniendo muy feas, y quién sabe si tendré que volver a decidir un cambio de rumbo.
Volvió a hacer alarde de su magia, que tanto envidiaba, acercándonos algo de fruta. Cogí la manzana dándole las gracias, mordiéndola con ganas mientras me acomodaba hacia atrás en la silla, observándola al desperezarse cual minino.
-¿Y qué hay de ti, a qué te dedicas?
Mientras saboreaba la manzana a mordiscos, me iba relajando mas en su compañía. Sin duda, seria una excelente compañera de trapicheos.
-Para algunos trabajos, serías la pareja perfecta. Y cuando me independice, si te interesa echarme un cable alguna vez, te ganarías una buena paga.
Se lo decía muy decidido a contar con ella de vez en cuando si le interesaba. Y si no… bueno, también me interesaba de otro modo mucho más… personal.
-Sería de lo más interesante seguir viéndonos también de un modo menos peligroso, también… Aunque mezclar negocios y placer, a veces, es de lo más divertido…
Me incliné sobre la mesa, apoyando los codos, dejando los restos de la manzana sobre el plato del desayuno ya vacío, regalándome mi mejor sonrisa seductora. Hacia tiempo que nadie me atraía tanto.
"cariñoso y juguetón?"
Sonreí de lado por su indirecta. Lo bueno es que no solamente daba gusto mirarlo, si no que tenia sentido del humor. Si antes había empezado un poco de coña, ahora me lo estaba pasando bien de verdad con ese tira y afloja.
- Justo mi tipo de gato preferido. Deseando conocerlo.
Luego nuestra conversación habia seguido un derrotero algo mas "serio" y "profundo", pero Bucky no parecía un tio terco y entendía bastante bien lo que quería expresarle....lo cual era un alivio, la verdad. Mientras no fuera todo fachada, claro. Ah, ahi estaba de nuevo, la maldita desconfianza. Me iba a durar eternamente?
- Bueno....he de decir que en esa batalla me metí yo, sabiendo a lo que iba. - le hice saber en referencia a lo de haber perdido el ojo. Tampoco quería quedar como una víctima completa. - Aunque nunca esperas casi morir, para qué contar mentiras.
- Por qué no? Parece que tienes espíritu rebelde. Aunque... la Resistencia se extinguió como tal. Luego pasamos a llamarnos "Renegados". Y ahora...como ya no tenemos Ministerio de Magia ni Ejército humano contra los que "Resistirnos"...pues....estamos buscando tareas nuevas. - encogí mis hombros. ¿A qué me dedicaba yo? Puf....dificil de decir. Me rasqué la sien pareciendo confusa. - Mierda. Deberia tener un trabajo ahora que ha terminado la guerra?
"joder, no quiero"
- Supongo que...estoy en paro? Como habrás podido imaginar por mis palabras... estoy con los Renegados. Y cuido de mis hermanos.
Parpadeé cuando sugirió que seria "la pareja perfecta" para algunos trabajos. Mmm, que clase de trabajos? Los que se hacen de puertas para adentro o....? Eh, me estaba ofreciendo dinero? Entorné la mirada, no sabía ya si estaba hablando de trabajos, o de "trabajos"....
Por suerte lo aclaró con sus últimas frases, lo cual me hizo mudar a una expresion mas relajada, soltando el aire. Me levanté y fui hacia él, de paso, dandole la vuelta para evaluarlo desde otras perspectivas.
- Quizá, Bucky, quizá.... - me paré tras él y apoyé mis antebrazos en sus hombros, inclinándome un poco hacia él para dejar mis labios al lado de su mejilla. Tenia algo que decirle - Y lo que has dicho antes de que la magia es algo con lo que solo podéis soñar....es mentira. - lo miré tan de cerca como estábamos con una sonrisa divertida. Y luego le solté una palmada en la espalda, bastante a lo bestia, incorporándome. - Vamos a fregar!! O mi madre te arrojará unas zapatillas a la cabeza. Luego tengo intenciones de huir de aqui por unas horas, o me pondrán de canguro y sinceramente, paso.
Sonreí de lado por su indirecta. Lo bueno es que no solamente daba gusto mirarlo, si no que tenia sentido del humor. Si antes había empezado un poco de coña, ahora me lo estaba pasando bien de verdad con ese tira y afloja.
- Justo mi tipo de gato preferido. Deseando conocerlo.
Luego nuestra conversación habia seguido un derrotero algo mas "serio" y "profundo", pero Bucky no parecía un tio terco y entendía bastante bien lo que quería expresarle....lo cual era un alivio, la verdad. Mientras no fuera todo fachada, claro. Ah, ahi estaba de nuevo, la maldita desconfianza. Me iba a durar eternamente?
- Bueno....he de decir que en esa batalla me metí yo, sabiendo a lo que iba. - le hice saber en referencia a lo de haber perdido el ojo. Tampoco quería quedar como una víctima completa. - Aunque nunca esperas casi morir, para qué contar mentiras.
- Por qué no? Parece que tienes espíritu rebelde. Aunque... la Resistencia se extinguió como tal. Luego pasamos a llamarnos "Renegados". Y ahora...como ya no tenemos Ministerio de Magia ni Ejército humano contra los que "Resistirnos"...pues....estamos buscando tareas nuevas. - encogí mis hombros. ¿A qué me dedicaba yo? Puf....dificil de decir. Me rasqué la sien pareciendo confusa. - Mierda. Deberia tener un trabajo ahora que ha terminado la guerra?
"joder, no quiero"
- Supongo que...estoy en paro? Como habrás podido imaginar por mis palabras... estoy con los Renegados. Y cuido de mis hermanos.
Parpadeé cuando sugirió que seria "la pareja perfecta" para algunos trabajos. Mmm, que clase de trabajos? Los que se hacen de puertas para adentro o....? Eh, me estaba ofreciendo dinero? Entorné la mirada, no sabía ya si estaba hablando de trabajos, o de "trabajos"....
Por suerte lo aclaró con sus últimas frases, lo cual me hizo mudar a una expresion mas relajada, soltando el aire. Me levanté y fui hacia él, de paso, dandole la vuelta para evaluarlo desde otras perspectivas.
- Quizá, Bucky, quizá.... - me paré tras él y apoyé mis antebrazos en sus hombros, inclinándome un poco hacia él para dejar mis labios al lado de su mejilla. Tenia algo que decirle - Y lo que has dicho antes de que la magia es algo con lo que solo podéis soñar....es mentira. - lo miré tan de cerca como estábamos con una sonrisa divertida. Y luego le solté una palmada en la espalda, bastante a lo bestia, incorporándome. - Vamos a fregar!! O mi madre te arrojará unas zapatillas a la cabeza. Luego tengo intenciones de huir de aqui por unas horas, o me pondrán de canguro y sinceramente, paso.
Cuando me dijo que estaba con los Renegados, pero, teóricamente, estaba en el paro, quise ponerla sobre aviso de lo que sabía hasta ahora.
-Hace unos días, una Maga y yo intentamos avisar a la Nueva Alianza Humana que los adoradores de S.A.M estaban radicalizándose muy rápidamente, pero le quitaron importancia.
Lo comenté con tono fastidiado, casi nos habían matado por intentar avisar, y me jodía, la verdad. Pero mi mal rollo pasó rápido cuando ella se levantó, y rodeándome, se apoyó en mis hombros, susurrándome de un modo mas que seductor. Entrecerré los ojos de gustito, pero disfrutar de ese momento me duró poco, me pegó una más que fuerte palmada, devolviéndome a la realidad con rapidez, mirándola con carita de pena cuando dijo que era hora de cumplir mi parte.
-Eso está hecho, preciosa.
Me levanté y pasé por su lado muy, muy cerca, rozando su cuerpo sutilmente con el mío, comentándoselo con tono sensual, alejándome de ella para recoger los platos que habíamos usado y llevarlos al fregadero, empezando a lavar todos los paltos acumulados.
-Entonces, qué, ¿te animas a ayudarme con algún posible trabajito cuando surja la oportunidad? Si no por la pasta, por la emoción del peligro y todo eso.
En su momento, me había llevado semanas no romper nada cuando cogía algo con mi mano protésica, y ahora, usarla era casi como respirar, lo hacía sin más. Únicamente debía concentrarme cuando quería hacer daño con el brazo, o controlar la fuerza que realmente quería ejercer de mas sin matar a alguien o destrozar algo por completo.
-La verdad, nunca me habían pedido fregar los platos para devolver un favor, es algo bastante chocante, pero resulta hasta relajante…
No es que fregar platos fuera lo mío, ni lo hiciera cada día, pero tampoco tenia ningún secreto. Solo esperaba dejarlo todo a gusto de Anteia. Había sido muy amable conmigo, y quería compensárselo.
Neo Londres ► Periferia de Neo Londres►Bucky ►Con Azahar-Hace unos días, una Maga y yo intentamos avisar a la Nueva Alianza Humana que los adoradores de S.A.M estaban radicalizándose muy rápidamente, pero le quitaron importancia.
Lo comenté con tono fastidiado, casi nos habían matado por intentar avisar, y me jodía, la verdad. Pero mi mal rollo pasó rápido cuando ella se levantó, y rodeándome, se apoyó en mis hombros, susurrándome de un modo mas que seductor. Entrecerré los ojos de gustito, pero disfrutar de ese momento me duró poco, me pegó una más que fuerte palmada, devolviéndome a la realidad con rapidez, mirándola con carita de pena cuando dijo que era hora de cumplir mi parte.
-Eso está hecho, preciosa.
Me levanté y pasé por su lado muy, muy cerca, rozando su cuerpo sutilmente con el mío, comentándoselo con tono sensual, alejándome de ella para recoger los platos que habíamos usado y llevarlos al fregadero, empezando a lavar todos los paltos acumulados.
-Entonces, qué, ¿te animas a ayudarme con algún posible trabajito cuando surja la oportunidad? Si no por la pasta, por la emoción del peligro y todo eso.
En su momento, me había llevado semanas no romper nada cuando cogía algo con mi mano protésica, y ahora, usarla era casi como respirar, lo hacía sin más. Únicamente debía concentrarme cuando quería hacer daño con el brazo, o controlar la fuerza que realmente quería ejercer de mas sin matar a alguien o destrozar algo por completo.
-La verdad, nunca me habían pedido fregar los platos para devolver un favor, es algo bastante chocante, pero resulta hasta relajante…
No es que fregar platos fuera lo mío, ni lo hiciera cada día, pero tampoco tenia ningún secreto. Solo esperaba dejarlo todo a gusto de Anteia. Había sido muy amable conmigo, y quería compensárselo.
- Pues habrá que vigilar estrechamente a esos radicales. Se lo comentaré a Johan. Fijo que al Concilio Libre les interesa saber esa informacion tambien.
Dije mientras me movía hacia el fregadero, mirandolo de reojo. Preciosa?
- Ah no, no me llames así. - le tenía manía a ese apodo por razones...personales. Eso sí, le repasé de arriba abajo con la mirada cuando movio su cuerpo tan estratégicamente cerca del mio. - Por supuesto, por qué no dejas tu tarjeta de contacto en mi casa? - le sugerí que me dejase algun modo de contactar con él, moviendo los platos al fregadero.
- Chocante? Es bastante....normal. Un favor por otro, ya sabes. Algo sencillo. - me puse a su lado, agarrando esponja para comenzar a limpiar. Me ayudé un poco tambien de la magia, controlando el agua para que los chorros fuesen donde debian y los enjuagasen.
Miré por encima de su hombro por si alguien mas entraba a la cocina, y al ver que estabamos solos y que yo habia terminado mi parte del fregado, me sacudí las manos y me las sequé. Luego ni corta ni perezosa eché mi mano a su trasero, estaba tan duro como había imaginado. ¿Qué? El viaje de vuelta a casa habia sido muy complicado!!
- Lo siento. Tenía que comprobar una cosa. - carraspeé. - Sí! Todo correcto! - lo miré con media sonrisa, me habia acabado mordiendo el labio inferior. Me di la vuelta alejandome de él tirando el paño de secarme por encima del hombro. - Bueno Bucky! Ha sido un placer. Ya sabes, deja tu tarjeta por ahi en la mesa o algo.....volveremos a vernos, espero. - me giré un momento y casi le guiño el ojo de nuevo pero no, me abstuve. Ah, eso de intentar sacar un clavo con otro clavo....el chaval parecía muy buen tio...parecia, claro. Pero funcionaria lo otro? Era justo para él?
Mejor largarse de alli antes de cometer otro error. Sin más, usé la desaparición y me esfumé de aquella cocina, dejando solo al muggle.
Dije mientras me movía hacia el fregadero, mirandolo de reojo. Preciosa?
- Ah no, no me llames así. - le tenía manía a ese apodo por razones...personales. Eso sí, le repasé de arriba abajo con la mirada cuando movio su cuerpo tan estratégicamente cerca del mio. - Por supuesto, por qué no dejas tu tarjeta de contacto en mi casa? - le sugerí que me dejase algun modo de contactar con él, moviendo los platos al fregadero.
- Chocante? Es bastante....normal. Un favor por otro, ya sabes. Algo sencillo. - me puse a su lado, agarrando esponja para comenzar a limpiar. Me ayudé un poco tambien de la magia, controlando el agua para que los chorros fuesen donde debian y los enjuagasen.
Miré por encima de su hombro por si alguien mas entraba a la cocina, y al ver que estabamos solos y que yo habia terminado mi parte del fregado, me sacudí las manos y me las sequé. Luego ni corta ni perezosa eché mi mano a su trasero, estaba tan duro como había imaginado. ¿Qué? El viaje de vuelta a casa habia sido muy complicado!!
- Lo siento. Tenía que comprobar una cosa. - carraspeé. - Sí! Todo correcto! - lo miré con media sonrisa, me habia acabado mordiendo el labio inferior. Me di la vuelta alejandome de él tirando el paño de secarme por encima del hombro. - Bueno Bucky! Ha sido un placer. Ya sabes, deja tu tarjeta por ahi en la mesa o algo.....volveremos a vernos, espero. - me giré un momento y casi le guiño el ojo de nuevo pero no, me abstuve. Ah, eso de intentar sacar un clavo con otro clavo....el chaval parecía muy buen tio...parecia, claro. Pero funcionaria lo otro? Era justo para él?
Mejor largarse de alli antes de cometer otro error. Sin más, usé la desaparición y me esfumé de aquella cocina, dejando solo al muggle.
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