Casa Hacksaw

Anteia lo achacaba a genética y a un “te he decolorado” pero Lyran, su Lyran maravilloso, daba con las posibles razones lógicas de aquello. Se le quedó mirando con los ojos haciendo chiribitas -Quizás- Qué iba a saber ella, mejor que lo investigara él que se enteraba de todo. Asintió suavemente a aquello de que lo importante es que se encontraban bien porque…era la verdad, la salud siempre iba primero.

Se relajó un poco más contra Lyran, cerrando los ojos porque sabía que él estaría pendiente del niño si ella acababa durmiéndose. Se rió un poco por la tradición, adoraba los pequeños detalles que hacían a su familia única -Por supuesto-

Se puso a pensar en nombres, aunque también se coló alguno francés en su mente como Claude o Paul pero cuando mencionó lo de Liam le pareció correcto -Me gusta… Suena bien ¿Verdad? Liam Knox…- Negó con la cabeza -No tengo ni idea, mi amor- Alzó los hombros como restándole importancia -Podría preguntarle a Erika pero…Yo no recuerdo todos los nombres. Podría escribirle a Lance quizás, pero… ¿Para qué perder el tiempo?...Es probable que no haya ninguno-

La verdad era que me habia inventado totalmente aquello de la luna o no se que historias, probablemente tuviera mucho mas que ver con una cuestion genetica, pero le levanté una ceja a Anteia y le sonreí porque, qué mas daba?

La rodeé con un brazo cuando se relajó, notándo como su cuerpo se aflojaba y cedía al cansancio poco a poco.
- Nah, no es necesario. Liam Knox. Decidido. No se nos da mal esto, verdad? Luego...cuando te apetezca, podriamos invitar a la familia. Hace tiempo que no nos juntamos todos, verdad? De aquí a unos cuantos meses.

Le propuse, pensando que el bebé sería una buena excusa para tenerlos a todos bajo el mismo techo. Pasamos un rato más asi, hablando de todo y de nada. Disfrutando de los momentos de paz como estos...o bueno, paz entre comillas, porque el llanto no se hizo esperar. Mientras Anteia lo alimentaba yo fui a echar un ojo a los mellizos y al volver le tomé el relevo cuando había terminado de comer, para que ella pudiera descansar, y mientras ella dormía yo me encargaba de acunar y dormir a Liam, antes de dejarlo en su cestito al lado de Anteia. Me quedé con ellos... por el momento, tocaba quedarse en casa, pasar los días cuidando de los pequeños, y de los otros pequeños no tan pequeños adoptivos que vivían tambien por aqui.

Pero para mi, no habia un mejor modo de pasar los días que éste.

Un jeep militar aparcó en la zona de la casa Hacksaw, algo apartado de la entrada. Bajé del asiento del copiloto cargando con el bebé, iba uniformado claro está, parandome un momento para hablarle al conductor antes de cerrar la puerta.

- Espera aqui un momento, no tardaré mucho. Vigila la zona. - el soldado se sacó un paquetito de tabaco y me levantó las cejas como preguntandome si ahora podia fumar. - aprovecha que me llevo a éste. Pero ventila luego!

Yo llevaba meses sin fumar y la verdad, lo estaba pasando de pena. Y me daba envidia. Llevé al bebé en brazos hasta la entrada de la casa hacksaw, donde sabia que residía Anteia ahora. Lo peiné un poco y le quité las babas que tiraba por las mejillas porque parecía que siempre estaba babeando por mas que lo limpiase. Luego le esnifé un poco la cabeza, por qué olía tan bien? Volví a peinarlo y llamé a la puerta con cierta fuerza.

- Anteia? Soy Thalos-

Estaba sacándole los gases al bebé con los mellizos en la sala tomando la merienda cuando tocaron la puerta. De haberse asomado por la ventana y ver el Jeep se habría asustado pero cuando la voz de Thalos lo identifico fue directo a la puerta.

La abrió con una sonrisa mirando a su sobrino segundo y luego al moreno -¿Te he dicho alguna vez que te ves bien en uniforme? Creo que no… no solemos hablar mucho y siempre vas apurado. Pasa- Murmuró abriendo espacio para que pasara mientras Liam se quedaba dormido después de eructar. Lo llevo hasta la pequeña cuna que tenía en la sala y lo depósito, poniéndole una manta ligera encima y encantando la cuna para que se moviera sola.

Los mellizos reconocieron al bebé pero también a Thalos y se le tiraron a las piernas en seguida mientras Anteia iba por el crío para dejarle un beso en la frente -¿Qué tal estáis?- Preguntó y alzó las manos con las palmas hacia arriba preguntándole con la mirada si le dejaba sostenerlo -¿Dónde está Erika?-

Me alivió que Anteia abriese la puerta tan rapido, y aquel cumplido suyo me arrancó una breve pero sincera sonrisa. Era la primera vez que alguien me decía que tenía buen aspecto en mucho tiempo.

- Gracias... - pasé y me fijé en el pequeño que llevaba en brazos. - Enhorabuena, no sabía que habias dado a luz ya. Todo bien por lo que veo, verdad?

El crío tenia buena pinta y alli se respiraba paz, pese a los dos energumenos que vinieron contra mis piernas como si fuese su amigo de toda la vida. Creo que querían fastidiarme, o algo. Le pasé el bebé a Anteia cuando estiró sus manos hacia él.
- Si, cógelo porque tus hijos me van a tirar. - y bajé la mirada y les gruñí como el buen ogro que era. Aunque eso solo les causó mas risa. - hemos tenido tiempos mejores. - le respondió. Erika seguia mal y Reed seguia desaparecido. Era ya una constante en su vida, al parecer. - Erika está viviendo en la casa de Johan, no consigo que salga de la casa...no consigo que mire al bebé. He venido por él, por cierto. Hay que vacunarlo del espageti y de la viruela del dragón. No sé cual es el calendario de vacunacion de un bebé mago. A ser sinceros no sé cual es el calendario de vacunación de un bebé.

-Gracias… Si, si, se llama Liam- Le dijo con una grata sonrisa mientras veía a su bebé y se entretenía en el color azul de su cabello. Una pequeña rareza pero era muy Knox. Se rió cuando Thalía le pasó al bebé y lo cogió en abrazos teniendo cuidado con la cabeza -¿Cómo estás, chiquitito? ¿Ya le habéis puesto nombre?- Pregunto dirigiéndose al sofá.

-Daryl, Kyla, se os va a calentar el Colacao. Vamos…- Dijo señalando la merienda de fruta, galletas y leche que tenían en la mesita para que soltaran a Thalía que les gruñía pero a sus hijos parecía no importarles. ¿Hola? Vivían con Adam.

No le gustó mucho el tono de Thalos y mientras se sentaba oía lo que le estaba diciendo de Erika con gesto tenso -Spattergroit… esa es más adelante- Le dijo y escuchó lo del calendario, movió una mano con suavidad -Ahora te apunto cosas para revisar aunque el hospital de Ouroboros no es seguro-

Se incorporó y lo llamó para que fuera con él a la cocina. Anteia cuando supo de la situación en la isla se había bajado varias cosas para su bebé y los mellizos, por si acaso, el resto podía prepararlas ella. Le dio el bebé a Thalos y fue a buscar la vacuna porque…si, le tocaba pero a ella con Liam se le había olvidado escribirles.

-Dime más sobre Erika, Thalos- Murmuró con preocupación -No me gusta como lo pintas. Quizás tiene depresión post parto… su situación no fue nada normal. Y con Reed parece que tampoco-

- Bonito nombre.- corto, sencillo, resultón. - no, no tiene nombre. Quería esperar a Erika para elegirlo juntos. Pero ya tiene cuatro meses y pico... a mi me gusta Shelley, pero es de niña. Aunque he leido en nombresdebebe.org que antes era masculino, no sé por qué se cambió. - se estaba explayando con Anteia, a decir verdad.

Sus hijos por fin me soltaron y fueron a pegarse una buena merienda, de la que tomé nota. No habian bebidas azucaradas de por medio. Bueno, el colacao, eso si. La segui hasta la cocina, mirando alrededor.
- Eso. Spatergroit. - espageti habia dicho. - Lo sé, no planeaba llevarlo a Ouroboros. - tampoco tenía como, ahora que Johan se habia quedado de nuevo con su legítima moto. Dudaba que un helicóptero con cero apice de magia pudiera acercarse a esa isla. - Lo suyo será que lo atiendan en el hospital de Londres. O vendré a tu casa, aqui, si no te es problema. - le pedí permiso, esperando que accediera.

La vi manejar sus cosas de medico pero me hizo la pregunta que esperaba no tener que responder. Me crucé de brazos e hice una mueca, mirándola.

"es su sobrina..."

- Qué quieres que te diga? Es mi culpa....cree que...pienso que ella es culpable de todo. De lo de Reed, de lo de... - señalé al bebé con la cabeza. - Cree que le echo la culpa a ella de todo lo que ha salido mal. Porque me pidió perdón, y la perdoné. - negué con la cabeza. - Jamás pensé que fuera su culpa. Pero se lo dificil que es perdonarse a uno mismo asi que intenté...aliviar su carga.

"Perdió un año de su vida cuando Reed"

- No come apenas, no sale. No quiere tocarle. Apenas habla. Está deprimida. Le sugerí que me echara una mano con el trabajo pero se creyó que a quien necesitaba era a su identidad falsa...que me dijo que no era falsa. Así que sí, Erika tiene un problema muy gordo. Desde lo que le hicieron, desde Reed. - hablar de aquello me dejaba un regusto amargo en el cuerpo, un nudo en el estómago y en el pecho. Porque veía...parte del problema...sabia que no lo veía todo. No terminaba de entenderlo.

-Shelley Draven Malfoy- Sonrió de lado mirandole la carita y asintiendo -Thalos ¿A ti te gusta? ¿Qué importa lo que pongan por ahí? Shelley creo que está muy bien- Le dijo -Y tienes razón, ya necesita un nombre.

Le gustó que Thalos supiera lo de la isla y no tomara riesgos innecesarios. Además, le parecía que así se podía empezar a poner en uso el hospital de Londres aunque para ello había que acabarlo y hacerlo seguro -Espero que Arleen sepa que si necesita ayuda puede contactar conmigo pero sí, también puedes venir… No me molesta, aunque avísame antes por si está Adam. No le gustan mucho las visitas- Le explicó

Le voy a revisar- Después de eso se puso a revisar el crío en general, todo el cuerpo y también sus reflejos. Sacó la cinta que tenía para medirlo y activó el encantamiento de cálculo de peso -Lo veo bien- Le dijo a Thalos para que se quedara tranquilo y entonces le aplicó la vacuna que le faltaba que era oral así que no hubo pinchazos que les volvieran locos -Quizás le sube un poco de fiebre esta noche, vigílalo- Mencionó y desechó todo antes de ir a buscar la poción para que le diera si estaba con fiebre.

Oyó todo lo que le dijo el moreno sobre la situación -Primero Thalos, no busques culpables. Hay muchas mujeres que tienen depresión post-parto- Pero iba a aprovechar para que alguien le aclarara de una vez lo de Reed -Yo estaba en Francia cuando sucedió lo de Reed. ¿Qué fue exactamente lo que paso? - Porque quizás lo nuevo había traído cosas de lo viejo.

-¿Cómo que no era falsa?- Se rascó la cabeza mientras cogía a Shelley y lo acunaba un poco -Tratar la depresión es bastante complicado. A veces es más fácil hablar o conectar con gente fuera de tu círculo. Pero eso que dices…de que cree que la culpas, eso es peligroso. Eres su pareja, eres quien debe estar a su lado y si ella se siente así no le ayudará tu presencia- Suspiró quedamente pensando que aquello le venía grande -No soy psicóloga Thalos y no sé bien cómo proceder. Creo que hay una poción que podría ayudarla pero lo mejor es que acuda un profesional… Quizás sea más fácil para ella hablarle a un desconocido, quizás nos ve a todos como que la juzgamos. Aunque me gustaría ir a verla…Dijiste que está en casa de Johan? Puedo escribirle.

- Sí que me gusta. También me gustaba John. Ya ves. - encogí mis hombros. Era de gustos sencillos. Miré al bebé, pensando que ese nombre le pegaba... atendiendo en el momento de la revisión y la vacuna, y consideré que a Anteia le gustaría saber eso.

- Sabes que ya esta dando muestras de su magia? Creo que tiene poderes similares a los de Jane- dije con una sonrisa un poco...amarga. Su fantasma me mataría, si pudiera. - Hace que llueva en mi despacho cuando tiene un berrinche muy fuerte....

Claro, Adam. Hice una mueca. A ese ex-auror no le gustaría tener a un militar rondando por su casa. Pero asentí, tenía logica. Lo mejor seria poder acudir al hospital cuanto antes.
- Se lo recordaré por si no lo sabe. - respondi en referencia a Arleen.

Escuché lo de la fiebre e hice una mueca preocupado...porque...probablemente, esa noche no pudiera estar con él.
- Esta noche no voy a poder vigilarlo. Tenemos...algo contra... te suena ese grupo que se hacen llamar los Reales que van dando por culo a otros grupos mágicos en general? Estamos en plena operación encubierta contra ellos. Pero eh, he montado una pequeña guardería en la base. Aun no es oficial. Pero resulta que no soy el unico padre en ese sitio. - habían mas soldados con problemas para compaginar ambas vidas.

Lo demás que me dijo Anteia....no lo sé, no me calaba. Un psicologo? Ni de coña veia ahi a Erika, no sabia por qué. Ademas, a mi los psicologos me parecian charlatanes, en general. A ella le habia intentado explicar que no la culpaba, pero no me creía. Mi presencia nunca le habia ayudado. En contadas ocasiones, si acaso, pero por lo general le habia hecho mas mal que bien en su vida.
- No se como ayudarla. Ya le he dicho que no la culpo. No me cree. Si...escribele...creo que tu ayuda podría irle mejor que la mia.

Había ignorado lo que me habia preguntado sobre Reed. Es que Erika no se lo habia contado? Por qué? Se supone que eran familia. Y su familia no era como la mia. Tampoco le dije a Anteia que no estaba seguro de si era la pareja de Erika. No me sentía como tal, ya.
- Erika se fue cuando Reed era un bebé, buscando a un mago que decía podría ayudar a Reed con sus transformaciones en dragón, algo que no entendiamos muy bien por qué le pasaba. Pero desapareció y...no volví a verla hasta un año despues. Y cuando lo hice, resulta que ese...mago... - escupi la palabra con verdadera aversión. - habia alterado la edad de Reed hasta convertirlo en adolescente, le habia lavado el cerebro al chico, y a Erika...a ella la tuvo en una especie de coma mágico inducido. - ahi estaban, de nuevo, aquellas ganas por salir corriendo, encontrarlo, arrancarle la piel a tiras, y terminarlo todo en muerte. No le di mas detalles, eran suficientes. Anteia tendría que conformarse con eso. - Ese mago es el mismo que se la llevó con el parto del segundo niño. Pero como no se transformaba en dragón....no le sirvió. O esa es mi teoría...sobre todo después de lo que me contó tu hija.

"Y de no ser por Reed, probablemente, estaria muerto. Su hermano lo salvó"

Ese puto pensamiento provocó que se me subieran las lágrimas a los ojos, asi, de modo jodidamente inesperado, como si la puerta que mantenia cerrada con tanto esfuerzo hiciera por abrirse un poco.... Fruncí el ceño y me di la vuelta, dandole las espaldas a Anteia, fingiendo interés por el frutero que tenia en la mesa....

"joder"

Controlé las cosas en cuestión de cinco segundos y me di la vuelta, acercandome de nuevo a ella y el crio.
- En fin. Creo que si eso es todo, Shelley y yo nos vamos. Gracias por todo

-El que prefieras, los dos son bonitos- Le dio un beso en la mejilla al bebé y luego escuchó aquello de los poderes, escuchando el nombre de Jane que hizo que mirara hacia Thalos con el gesto conmovido y los ojos un poco húmedos -Eso…- No sabía ni qué decirle. Se inclinó y atrajo más al bebé contra ella, apretándolo y abrazándolo como agradeciendole que en él viviera ese pedacito de su hermana -¿Lo sabe Erika?- Inquirió.

Asintió suavemente a lo de Arleen para luego escuchar lo de la misión, negando suavemente con la cabeza porque no sabía nada de eso -Si algún día necesitas que lo cuide avísame, sin problemas- Lo de la guardería en la base le hizo sonreír -Estás haciendo las cosas bien. Me alegro, de verdad- Murmuró refiriendose a las iniciativas que estaba realizando para un futuro mejor.

El asunto de su sobrina era un poco más complicado y soltó un largo suspiro al ver le gesto de Thalos -Lo haré… Espero que me responda- Mencionó y entonces…escuchó toda la historia que hizo que le cambiara el gesto por uno muy serio. -Entonces lo que le sucedió a Azahar está relacionado… Mira Thalos, creo que hay mano de los Pendragon- Dijo con irritación -No sé si conoces a la esposa de Ian, la ex esposa, pero ella tuvo que casarse con un Pendragon y adelantó su embarazo dos veces al meterse en unas cuevas con magia dle tiempo. Y además están obsesionados con los dragones- Mencionó cruzando los brazos pero entonces se dio cuenta de que Thalos se había entristecido y aunque le daban ganas de abrazarlo, extendió la mano que no sostenía a Shelley y le apretó suavemente el hombro. Para él también debía ser difícil todo lo que había ocurrido.

-Estamos aquí para ayudaros, somos familia. Trataré de hablar con Catherine. Ese hombre merece la cárcel- Como mínimo -O algo más- Murmuró antes de darle al bebé con una leve sonrisa -Para lo que necesites, ya sabes donde estamos- Dijo acompañandolo hacia la puerta -Cuidaros mucho y si necesitas hechizos de impermeabilización, avísame-

- no lo sabe. - como le habia dicho, Erika no mostraba interés por el bebé...ni por su nombre, ni por cómo estaba. Asi que tampoco se lo había llegado a decir. Quizá la proxima vez que la viera. A lo mejor la animaba.

- Gracias, porque no me fio de dejarlo con... en fin. Solo en la casa Black. Y contigo. Sobre todo porque ahora que lo pienso, no creo que en la guardería estén preparados para un niño mago. - emití un bufido contrariado, al pensar en aquello. Y además...los putos infiltrados.... gruñí ahora, serían capaces de herir a un niño solo por ser mago? - Igual es mucho pedir pero...podria usar hoy mismo esa oferta tuya? - me sentía fatal pidiendoselo porque ella acababa de tener a Liam y estaría liada pero la seguridad de mi hijo estaba por encima de mi sentido de la vergüenza a la hora de pedir cosas. Anteia accedio sin problema. Luego me dijo aquello de que sospechaba sobre mano Pendragon ahi y.... solo pude asentir.

- Yo tambien. Asi que lo unico que puedo hacer es mantenerlos lo mas alejados posible de esa isla, de los descendientes y de los pendragon. Somos solo peones en ese...esa batalla que se traen.

"no, ni si quiera peones"

Magia del tiempo. Asi que a Catherine le habian avanzado el embarazo. Eso habrian hecho con Reed? O para él no habian pasado los años de modo natural? Capté el animo que quiso trasladarme con aquel apretón en el hombro, al cual respondí agachando la barbilla.

"la cárcel?"

- Merece otra bala en la cabeza. Nada de prisión - no, una no. Todo el cargador. Y la proxima vez, se aseguraria de cortarle la cabeza del todo, para que no hubiesen resurrecciones posibles. Lo quemaría entero, si hacía falta. Le diría a Khaled que abriera una brecha al infierno y tirase ahi su alma. - Te avisaré...descuida. Muchas gracias de nuevo. Me pasaré luego a recogerlo. - le di un beso al bebé en la cabeza, que seguia en manos de ella, y un toque a Anteia en el brazo, antes de darme la vuelta, despedirme de ellos y volver al jeep para marcharnos de alli.

Anteia aceptó cuidar al bebé con una sonrisa -Paso a paso Thalos, ya verás - sanar heridas tan grandes entre distintas razas era complicado pero se podía trabajar y era lo que estaba haciendo Thalos, algo para lo que de necesitaba mucho valor.

-En eso tienes razón… ahora es cuestión de elegir el mal menor. Todo está muy inestable en todos lados - Suspiró quedamente pero la verdad no podía enfocarse en pensamientos negativos sin Lyran a su lado. Mejor enfocarse en los bebés, que ahora había dos y dos terremotos más.

-Si…- Coincidió en lo de la bala porque sin duda se merecían de las peores cosas por hacerle eso a niños inocentes. Acompañó a la puerta y le despidió junto a Shelley, recibiendo el toque de Thalos como un signo de que poco a poco iba confiando en ella.

Se dio la vuelta y pasó dentro de casa para seguir cuidando a los enanos.

Había acabado yendo con los niños a casa de su padre, porque después de lo sucedido con Catherine no podía quedarse en la casa. La confesión sobre lo de Aelin había sido demasiado para soportar. Allí los dejó a ambos con Anteia, en la que ahora era la sección guardería de la casa. Al final se habían juntado con Aedan, Aelin, Ivanov, Kyla, Daryl y el nuevo Knox, Liam. Necesitaba hablar a solas con su padre, ponerle al día con todo lo que no le había contado y le había estado ocultando durante los últimos tiempos.

Allí, cabizbajo y sentado en un bando del jardín trasero de la casa, le contó todo. Desde la crisis con Catherine por todo el tema de Ávalon, hasta las peleas y los problemas que había tenido con el alcohol durante esa temporada, así hasta llegar a la peor parte...en la que finalmente robaba el disco de Morgana de la zona antimagia y decidía intentar pactar con ella. La parte final llegó con lo de Gwen en Tintagel y lo que le reveló Matvey, sobre lo que había provocado con Aelin. Acabó agachando la cabeza, cubriéndosela con las manos mientras apoyaba los codos sobre las rodillas.

- Lo he estropeado todo. Le he jodido la vida a mi hija. Tenías que haber visto la decepción con la que me miró Catherine...y lo peor es que tiene razón. Ojalá no hubiese hecho nada de eso. - murmuró con tono apagado, sin querer mirarle a la cara. Él siempre había pensado que sería mejor padre que Adam, pero se equivocaba.  - ¿Por qué no me detuviste cuando empezaste a enseñarme a usar la habilidad de fragmentación de almas? - preguntó con voz queda, como si necesitara buscar algún culpable más. En realidad el único era él, porque su padre siempre le había insistido en que él jamás había usado esa habilidad a fondo.

El semblante de Adam fue tornándose más serio por momentos, conforme Ian le ponía al día de todo lo sucedido. Tuvo que contenerse para no golpearle cuando dijo lo que había provocado con Morgana y Aelin, pensando cómo podía ser tan inconsciente su hijo. Inspiró profundamente un par de veces mientras trataba de encontrar las palabras adecuadas, pues no quería añadir peso a su atribulada mente. No tenía autoridad suficiente para hablarle con dureza, puesto que él mismo se había equivocado mucho en el pasado. Los había abandonado y se había unido a las fuerzas de Termeritus Jones, se había manchado las manos de sangre y muchas de esas muertes seguían pesándole. En cierto modo le había arruinado también la vida a su esposa y a sus hijos, aunque de un modo diferente.

- Joder. Te dije que era una magia muy difícil de manejar. Ni siquiera el maestro Ian Foster se hubiese atrevido a ir tan lejos. Cuando accedí a entrenarte no pensé que fueras a intentar algo así. - claro que Catherine lo había mirado decepcionada, porque los había puesto en peligro por las malditas ansias de venganza. Las conocía muy bien, y nunca, nunca acababa bien. Al parecer no era suficiente con advertir a Ian, tenía que experimentar en sus propias carnes que jamás salía como se esperaba. - No voy a mentirte...probablemente Catherine no te perdone nunca, y esto ahoga bastante las posibilidades que tuvieseis de volver a estar como antes. Ahora lo único que debe importarnos es cómo ayudar a Aelin. Buscaré a Foster y a Shamandalie, son los que más saben de esto. - guardó silencio durante algunos segundos, observando a Ian cubrirse la cara con las manos completamente abatido. Ni siquiera fue capaz de replicarle a lo que le había dicho. Suspiró porque le dolía ver así a su hijo, pero tenía que aprender de sus errores. Odiaba que se pareciese tanto a él en eso, en ser un imán para los problemas, en lo autodestructivo y en dejarse arrastrar por el odio y las ganas de venganza. Chloe era todo lo contrario. Su bondad le había ayudado a mantenerse a flote en más de una ocasión, pero eso le hacía temer por ella.

- Tu madre solía decir que yo era como las malas hierbas, resistente. Así somos los Hacksaw. Saldremos adelante. Aelin es otra Hacksaw, y esa mierda de Morgana no se va a quedar con ella. - se quedó con él allí un buen rato más, hasta que al cabo de un rato lo envió con los críos para que Anteia y Lyran descansasen un rato. Luego se marchó de la casa, a buscar a sus contactos y también para enviar a Chloe un mensaje con la noticia de Aelin por si no la sabía. Lo que le extrañó fue la falta de respuesta inmediata a algo tan importante...

Después de ir a la cabaña e instalar algunas cosas, agradeciendo que Ian no estuviera, decidió que esa era su primera parada. Sabía que tenía que responderle a Matvey pero habían tantas cosas que hacer que estaba fallando a la hora de priorizar. Apareció en la casa Hacksaw con un nudo en el estómago porque sabía lo que significaba estar en aquella casa con Zephyr en brazos, peor aún sabiendo lo que venía a hacer pero… Era necesario, por muy doloroso que fuera.

“Dolerá. Será una mierda, me odiará…”

Los pensamientos circulaban una y otra vez sobre ello, quizás tratando de prepararse para lo que estaba por venir. Mientras caminaba miró alrededor y observó el jardín con un gesto…paranoico. Ahora que recordaba que las raíces habían alcanzado Tintagel y la preocupación de Cedric sobre que ya no había un lugar seguro; Catherine estaba preocupada de estar en cualquier sitio. Se sentía observada…Con un extraño hormigueo en la nuca.

No estaba segura de querer ingresar en la casa, básicamente porque ya le parecía un insulto estar ahí con su hijo. “¿Ian, podrías salir un momento? Necesitamos hablar”. Mientras esperaba que el moreno accediera y se preparaba para su cara de decepción, de rabia…De…No sabía ni siquiera como iba a mirarla. Se acomodó al niño en brazos para acceder al brazalete y le respondió a Matvey mientras esperaba.

Había regresado a casa con Chloe y su padre tras el incidente del campamento, al que regresó para ayudar cuando los puso a salvo. Al final no habían salido demasiado malparados de aquello, quitando algunos golpes y los efectos de las picaduras que remitieron un par de días después. No le había contado nada a Catherine porque últimamente apenas la veía, y aquello cada vez le daba más mala espina.

Por eso le extrañó bastante cuando recibió un mensaje mental avisando para que saliera a hablar al exterior de la casa. Que no quisiera pasar era raro. Llamó a Aedan para que fuese con él, dejando a Aelin dormida en su cuna. Al salir al jardín se quedó serio al verla con el otro bebé en brazos, comprendiendo por qué le había pedido verle fuera. Aedan corrió feliz hacia Catherine chillando "mamá" con emoción antes de abrazarse a sus piernas, mirando después con curiosidad al niño que traía con ella.

"Eso es lo que te ha salvado y a la vez lo que ha destruido tu familia"

Fue el primer pensamiento que se le cruzó por la cabeza al ver la escena, terminando de acercarse a ellos.

- ¿Ha pasado algo? Llevas días un tanto ausente. - a lo mejor el otro se había muerto y se había podido quedar con el crío para ella. Apartó la vista de él, suspirando con pesar. - Sé que no estamos en un buen momento, pero no podemos tirarlo todo por la borda sin ni siquiera haberlo intentado.

Observó a Aedan cuando salió sonriendo ampliamente por su chillido, pero el gesto se borró en cuanto vio el rostro de Ian. Sabía que iba a ser difícil. Lo sabía. Lo sabía… Pero eso no quitaba que sintiera que se le secaba la boca y no encontraba las palabras para hablar. Tragó en seco y se agachó para abrazar a Aedan con un brazo, estrechándolo contra sí -¿Te acuerdas de Zephyr? ¿De tu hermano?- Preguntó acariciando el cabello mientras ambos niños se miraban entre sí con curiosidad. Aedan balbuceó algo como Aelin y Catherine sintió que el corazón se le empequeñecía -Sí, cariño, como Aelin- Aunque Ian no estuviera de acuerdo.

Se quedó un momento más con ellos antes de alzar la vista hacia Ian por sus palabras. De acuerdo… -Sí- Expresó asintiendo porque si algo tenía Catherine es que intentaba ser cuán sincera podía. Movió una mano con suavidad para hacer la ilusión de un zumbido que cubriera su conversación de los niños y observó a Ian con el gesto serio -Lo intenté- Expresó en un tono neutral -Pero no soy la misma persona que era hace unos meses y no puedes decirme que tú no lo has notado- Le dijo con el ceño levemente fruncido -Me lo dijiste en la cabaña- Le recordó.

-Creí que podía volver a ser como antes, que todo volvería a la normalidad y podría pretender que todo lo que he vivido estos meses no me ha afectado. No nos ha afectado- Negó con la cabeza, con cierta decepción -Fue una mentira piadosa que me hice a mi misma porque añoraba lo que fuimos. Pero las mentiras tienen patas cortas-

Cruzó los brazos mientras veía como le presentaba al niño, corrigiendo mentalmente con un "medio hermano". Cuanto menos supieran de él, mejor. Estaba tenso y un poco a la defensiva porque en el recibimiento que le había hecho ni siquiera se había dignado a acercarse a él. Ahora estaba casi seguro de que si se había quedado con él en la cabaña cuando sucedió lo de Chloe era más por lástima que otra cosa.  - ¿Cómo que lo intentaste? - preguntó perplejo, aunque se temía que conocía la respuesta. Desvió la mirada a Aedan antes de seguir hablando, pero supuso que Catherine ya habría puesto medidas para que no escuchase nada que no debiera. Notó un súbito calor subirle a la cara, alterándose internamente por la conversación que se venía.

- No me jodas...volviste porque querías. Nadie te obligó.- lo de la cabaña era cierto. La notaba cambiada, y debía admitir que era imposible que esos meses separados no les pasasen factura a ambos. Que las cosas una vez que se deterioraban no volvían a ser las mismas.  - ¿Entonces volviste por eso? ¿Por mentirte a ti misma o a mí? -negó con la cabeza con incredulidad, pues el momento de los acantilados en el que ella regresó le pareció muy real,  lo que podía ser un nuevo comienzo para ambos. Una mentira...y se había hecho ilusiones. - Añorabas lo que fuimos...pero no quieres intentarlo. - No era fácil dejar de querer a alguien de la noche a la mañana, y por eso la realidad dolía mucho más. Descruzó los brazos, haciendo un gesto de frustración.

- ¿Sabes lo que creo? que no te entiendes ni a ti misma.  - esta vez ni se paró a medir sus palabras, ya parecían estar todos los puentes quemados y estaban mostrando sus cartas.  - ¿Es sólo por el error de Aelin? ¿Es por él? - entornó los ojos, olfateando discretamente. Sí...olía a él. A un licántropo no se le escapaban esas cosas. Se acercó a ella más, retándole con la mirada a admitirlo.

- Dilo. Ábreme los ojos de una vez.

Frunció el ceño ante su pregunta. Lo había intentado, había intentado retomar todo donde lo habían dejado pero se había sentido incómoda y rara sin llegar a comprender qué era lo que estaba mal para, más tarde, darse cuenta de que era ella misma. La situación con Aelin había sido la gota que derramó el vaso.

-Lo sé, claro que quería- Se estaba poniendo un poco nerviosa porque podía ver los ligeros cambios en él, sabía que en poco iba a explotar y temía lo que podían ver los niños. Aquello de que “nadie le obligó” casi le hizo reír. Ian la había puesto entre la espada y la pared apenas un par de días después de dar a luz a sus hijos, tras un ataque que podría haberle costado la vida y que por poco se lleva a su hija. Se calló eso…Se calló porque no tenía sentido echar leña al fuego. Tragó en seco de nuevo, sintiéndose un poco perdida de cómo avanzar y tratar de llevarlo todo de una forma pacífica -Volví porque creí que podíamos volver a ser lo que fuimos, tardé en ver que no. No me digas que para ti fue exactamente igual, no me digas que vivimos dos realidades distintas- ¿Era ella sólo la que había percibido que todo estaba raro? ¿mal?

“Pero lo hice, lo intenté. No lo ves”

Tensó un poco los labios para analizar bien sus palabras y tratar de ser lo menos dura posible pero entonces soltó aquello de que no se entendía ni a sí misma y bajó la mirada apenada -Tienes razón… Pero quiero creer que estoy empezando a hacerlo, hice lo que me sugirió Anteia, lo sabes. Estuve hablando con el medimago y aún me queda mucho trabajo por delante pero estoy tratando de hacer lo correcto-

Alzó la mirada hacia él cuando mencionó lo de Aelin y su rostro mutó a uno más sombrío, un gesto que no cambió cuando mencionó a Wthyr. Catherine había intentado por todos los medios no acusar a Ian de su estupidez, había tratado de centrarse en las soluciones en vez de buscar más culpables porque sabía que él llevaba el peso de las consecuencias. Vamos si conocía bien lo que te hacía el remordimiento. No podía decirle que se lo había echado en cara porque no lo había hecho. Se había mordido la lengua una y otra vez, dejando todo de lado cuando la había necesitado - En parte- Confesó -Destruiste mi única esperanza de unión en una familia desestructurada. Sabes que vengo de una mierda de hogar y tenía la esperanza de poder hacer que mis hijos se llevaran bien. Me quitaste esa oportunidad porque no puedes regular tu odio, tu rabia y tus impulsos-

La forma en la que se acercó a ella le atemorizó, no porque creyera que fuese a hacer algo contra los niños sino porque sabía cómo se ponía cuando la rabia lo cegaba. Dudaba que Ian alguna vez le hiciera algún daño físico porque ella no lo haría con él, por el contrario, siempre hallaría la forma de protegerlo incluso aunque él no lo quisiera. Pero su mirada…su forma de hablar, le daba miedo, temía que tuviera un arranque como el de la cabaña o en el pasillo de aquel hospital cuando la vio con asco. El corazón le latía con fuerza y estuvo en silencio un tiempo para elegir las palabras correctas, pese a que cada una de ellas le hacía daño a ella también -Te amo pero no estoy enamorada de ti. Eres una de las personas más importantes en mi vida pero no veo un futuro de pareja contigo. No puedo perdonarte que hayas dejado que tu odio condenara la vida de nuestra hija, ni que mires de esa forma a un niño inocente- Bajó la mirada un poco hacia el pecho de Ian al sentir que se le humedecía, tenía el gesto contrariado antes de mirarlo de nuevo. No quería llorar porque no quería que Aedan lo viera -Y sí, también tiene que ver Wthyr- No se arrepentía de hacerlo, se arrepentía de haberlo hecho tan tarde y no darse cuenta a tiempo de evitar una herida más grande para todos.

La desilusión tras su vuelta no había tardado en llegar. Tal vez había puesto las expectativas demasiado altas y creyó que estaba todo hecho con decirle que él estaría dispuesto a lo que fuese. El reencuentro en el acantilado ahora se le hacía un teatro. - Estaba a punto de marcharme y me quedé por ti. No, para mí tampoco fue igual, pero no fue porque yo no estuviese dispuesto. Estabas distante y fría. - podía sonar a reproche, pero era más una descripción de la realidad que habían vivido ambos. No tenía nada que ver al tiempo que habían vivido juntos como pareja. Hizo un sonido de exasperación cuando le confirmó que no se entendía a ella misma, porque él sí que había tenido claro que quería estar con ella.

Seguía sintiéndose culpable por lo de Aelin, pero su gesto se tornó en uno de indignación ante la acusación de destruir la oportunidad de que sus hijos se llevasen bien. Aedan se les había quedado mirando a ambos, sin comprender muy bien lo que pasaba. Puede que no los escuchase, pero los gestos los delataban. Por eso le pidió que fuese dentro, a jugar con los mellizos Knox. El niño obedeció, se llevaba muy bien con ellos. Tras eso retomó por donde lo habían dejado. Al menos su hijo no tendría que ver aquello.

- ¿Destruir tu única esperanza? ¡Deja de exagerar, no les voy a pedir a ninguno que odien al niño Pendragon! ¿Quieres que convivan, es eso? pues nada, llévatelos una temporada. No puedes temer que Aelin le haga algo al otro, son sólo bebés. - se cabreó porque pensaba que se estaba poniendo demasiado dramática con lo de los hermanos, que sus traumas familiares le habían calado muy hondo. Luego vio el miedo en sus ojos cuando se acercó a ella, y no pudo con eso. ¿Cómo habían llegado a ese punto?

- No me mires así...tú no. - le pidió negando con la cabeza, con la voz algo quebrada. La sentencia que siguió después fue demoledora para él, aunque en cierto modo se la hubiese esperado. "Te amo, pero...", "Eres una persona importante para mí, pero..."  - Así que esto es lo que nos queda...cenizas. - Lo suyo había ido muriendo poco a poco,  a base de situaciones muy difíciles de soportar, peleas, idas y vueltas...y ya había terminado por quemarse del todo. Por como dijo lo del niño inocente le pareció que estaba haciendo algo malo, cuando lo único que había dicho es que no quería saber nada de él. No la corrigió ni se retractó, que pensase lo que quisiera.

Estaba poniendo todo su esfuerzo por no explotar, pero la confirmación de lo que sospechaba no tardó en llegar. Su temor se había hecho real, tenía sentimientos por Wthyr Pendragon, lo suficientemente fuertes como para dejarle. Maldijo la hora en que los Pendragon pusieron un maldito pie en Ouroboros. Cerró los ojos mientras se cubría el rostro con una mano, incapaz de decir nada durante algunos segundos porque sólo le iban a salir cosas de las que luego se arrepentiría. O no, qué más daba ya.

- Te lo has tirado, ¿verdad? todos estos días. - sabía que a Catherine no le salía mentir, la conocía bien, al menos a la Catherine de antes, a la que fue su amiga durante tanto tiempo antes de ser pareja. El daño que le estaba haciendo ahora estaba seguro de que no era a propósito, pero el resentimiento que tenía él dentro hizo que quisiera infrigirle daño con sus palabras.

 - Me arrepiento de haber ido a vuestro maldito torneo. Me arrepiento de haberte encontrado aquel día en la nieve. Deberíamos haber seguido cada uno nuestro camino. - susurró al acortar la distancia un poco más y con la mirada cristalina clavada en ella.