Recuerdo del primer mensaje :
Casa de la familia Hacksaw. Se encuentra en la periferia londinense, fuera del núcleo urbano. Situada en lo alto de una colina, alejada de otras urbanizaciones de la zona, aunque a día de hoy poca gente vive por aquí. La casa estuvo abandonada varios años durante la guerra, aunque tras recientes reformas y pequeñas reparaciones en el interior vuelve a ser habitable.
Maxwell Blake
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Infelices almas sin un propósito en su círculo seguro o el mundo que habitan, piezas que hacen a meros juguetes, al tablero y el placentero pasar del tiempo. Ignorantes mentes, sordos y ciegos ante un péndulo que estaba a punto de detenerse. Cuerpos que se movían alegremente al compás de su réquiem, portando mascaras que ocultaban la ignorancia encarnada sobre sus seres. El interior comenzaba a cargarse con el aroma a perfume mal empleado, mezclándose con el agrio sudor de la porquería humana y saber que otro tipo de seres. No eran más que cerdos en una línea directa al matadero, encauzados por un camino de espinas de un esfuerzo llamado guerra; carentes de herramientas. La música de las voces perdía su color y ritmo para convertirse en un desordenado ruido, las cuerdas cual agudo chirrido de metal que se apaga en el cansancio. Un simple juego, la obertura a una fantástica obra con la mente y dirección de uno solo. La belleza no es más que el antifaz de la verdadera oscuridad y desgracia. Su proximidad era el ojo de la tormenta, el sonar de las trompetas que anunciaba el inicio de un premeditado fin. Catherine, sin manera de saberlo, era el epicentro de un movimiento que estaba a punto de lograr que la tierra tragase lo conocido. Un entierro sin ataúdes, un velatorio que no conocería cuerpos para divina sepultura. Cuando el Diablo te sonríe, la suerte ya está echada y solo puedes ver como la vida se desgrana frente a tu mirada. El precio siempre es demasiado alto.
De quererlo, ya es suficiente. Las palabras dichas a la joven con mero acto de la mirada hicieron eco silente en el espacio entre ambos que poco a poco aumentaba ante la obstinación de la chica por la tal Anteia. En un gesto sutil, cargado de una gracia felina, filoso como sus garras, deslizó su mirada hacia ella. Las ventanas al alma, el claro cristal que le mostraba todo cuanto necesitaba saber, la imagen que debía ofrecer. Negó con una escueta venia de la cabeza, internándose más en la casa. — Estoy seguro que no es una emergencia. Podemos llevarlo… mañana. Y tú, más que nadie, tiene medios para informar desde la calma de tu reino — Sentencia que envío a los rincones de la mente opuesta, el recordatorio de un pacto y promesa jamás dicha; el repiqueteo de las campanas que anunciaban la hora exacta. El telón se abría y las máscaras caían para mostrar el rostro de los actores. La armonía de las notas sería el comienzo para el surgir de una obra maestra, el arte de un profesional, el regalo de un dios.
— Es un hecho que yo también te necesito — estira la mano en ofrecimiento. Sonríe tenue en un gesto estratégico mientras entrega una pequeña bolsa sobre la palma ajena— Vamos a Casa — mayúscula que se marca en su tono. Un arco que crea su diestra, moviendo estrellas dentro de un interior cerrado y en ese universo compacto desaparece frente a la chimenea en un chisporroteo astral.
Aquella ala del castillo repleta de esplendor. Reluce el fuego de antorcha y brasas contra piedra, roca y telas que ya no conocen grietas y el paso del tiempo. Sorpresa, sorpresa, un proyecto personal que había drenado buena parte de sus esfuerzo en días previos y solo había conseguido restaurar el sector de habitaciones y el largo partillo, con el detalle de cada puerta como lo recordaba una memoria eidética. La cercanía a Catherine, su afluente de magia comenzaba a dar un poder a sus ilusiones que no había conocido nunca antes. Más fuerte, capaz de moldear la realidad a la voluntad de la imaginación. Pocos pasos, deja el saco y el chaleco que parsimoniosamente desabotona, corbata holgada y camisa abierta. Es solo un cuarto el que muestra vida entre numerosas posibilidades, descansando en mullido sillón de la habitación de Catherine. Había redecorado toda imagen de Layla y su madre reemplazadas por las mil pinceladas que conocía de Cath en base a sus sueños. Alcohol embebe sus labios, el líquido se centrifuga en el vaso con el danzar de su muñeca. Contando en voz baja la merecida llegada tras la luz de la chimenea.
De quererlo, ya es suficiente. Las palabras dichas a la joven con mero acto de la mirada hicieron eco silente en el espacio entre ambos que poco a poco aumentaba ante la obstinación de la chica por la tal Anteia. En un gesto sutil, cargado de una gracia felina, filoso como sus garras, deslizó su mirada hacia ella. Las ventanas al alma, el claro cristal que le mostraba todo cuanto necesitaba saber, la imagen que debía ofrecer. Negó con una escueta venia de la cabeza, internándose más en la casa. — Estoy seguro que no es una emergencia. Podemos llevarlo… mañana. Y tú, más que nadie, tiene medios para informar desde la calma de tu reino — Sentencia que envío a los rincones de la mente opuesta, el recordatorio de un pacto y promesa jamás dicha; el repiqueteo de las campanas que anunciaban la hora exacta. El telón se abría y las máscaras caían para mostrar el rostro de los actores. La armonía de las notas sería el comienzo para el surgir de una obra maestra, el arte de un profesional, el regalo de un dios.
— Es un hecho que yo también te necesito — estira la mano en ofrecimiento. Sonríe tenue en un gesto estratégico mientras entrega una pequeña bolsa sobre la palma ajena— Vamos a Casa — mayúscula que se marca en su tono. Un arco que crea su diestra, moviendo estrellas dentro de un interior cerrado y en ese universo compacto desaparece frente a la chimenea en un chisporroteo astral.
Aquella ala del castillo repleta de esplendor. Reluce el fuego de antorcha y brasas contra piedra, roca y telas que ya no conocen grietas y el paso del tiempo. Sorpresa, sorpresa, un proyecto personal que había drenado buena parte de sus esfuerzo en días previos y solo había conseguido restaurar el sector de habitaciones y el largo partillo, con el detalle de cada puerta como lo recordaba una memoria eidética. La cercanía a Catherine, su afluente de magia comenzaba a dar un poder a sus ilusiones que no había conocido nunca antes. Más fuerte, capaz de moldear la realidad a la voluntad de la imaginación. Pocos pasos, deja el saco y el chaleco que parsimoniosamente desabotona, corbata holgada y camisa abierta. Es solo un cuarto el que muestra vida entre numerosas posibilidades, descansando en mullido sillón de la habitación de Catherine. Había redecorado toda imagen de Layla y su madre reemplazadas por las mil pinceladas que conocía de Cath en base a sus sueños. Alcohol embebe sus labios, el líquido se centrifuga en el vaso con el danzar de su muñeca. Contando en voz baja la merecida llegada tras la luz de la chimenea.
"Soñando profundamente"
Eso fue lo que dijo la joven antes de marcharse a realizar cierto asunto sobre un anillo y crear un area de proteccion. Ian me dio un apretón en el hombro y me informó sobre el paradero de Chloe y de Edhel...ambos a salvo, al menos. Aunque agotados probablemente por todo el esfuerzo realizado. Ciertamente anhelaba verlos.
-¿Has...contactado con Jarkko? -pregunto con voz monótona. No es que no me interese la informacion, al contrario, es mas bien que no tengo ganas de sacar un tono mejor. Asiento, pues saber que Adam se encuentra vivo y coleando me alegra, pese a todo.
Sonreí con tristeza por lo que dijo Ian, de que la culpa no habia sido mia si no de aquellos que habian disparado. Hacia poco habia tenido un sueño sobre aquello, pero no se lo dije. No, la culpa era en gran parte de aquellos que podiamos hacer algo para evitar que el mal ocurriese, y no lo hacíamos. De eso tenia la certeza. Pero no queria compartir tan agrio pensamiento con Ian.
Él acabo marchando tambien y quedé a solas con Azahar, ajeno al trasiego en los pisos de abajo y a la presencia del ilusionista. Sí que noté un erizar de la piel causado por la propia magia cuando se levantaron las barreras de protección, y miré a mi alrededor.
-En cuanto te despiertes, avisaré a tu madre...querra verte.- me puse a hablar con ella. Dejé mi posicion arrodillado al lado de su cama, levantandome y sentandome ahora en el borde del mismo colchon, pasandole una mano por la parte de su frente que no estaba tan vendada. Porque iba a despertarse, de eso no podia tener dudas... No podria dejar ese lado de su cama hasta verla despertar.
Eso fue lo que dijo la joven antes de marcharse a realizar cierto asunto sobre un anillo y crear un area de proteccion. Ian me dio un apretón en el hombro y me informó sobre el paradero de Chloe y de Edhel...ambos a salvo, al menos. Aunque agotados probablemente por todo el esfuerzo realizado. Ciertamente anhelaba verlos.
-¿Has...contactado con Jarkko? -pregunto con voz monótona. No es que no me interese la informacion, al contrario, es mas bien que no tengo ganas de sacar un tono mejor. Asiento, pues saber que Adam se encuentra vivo y coleando me alegra, pese a todo.
Sonreí con tristeza por lo que dijo Ian, de que la culpa no habia sido mia si no de aquellos que habian disparado. Hacia poco habia tenido un sueño sobre aquello, pero no se lo dije. No, la culpa era en gran parte de aquellos que podiamos hacer algo para evitar que el mal ocurriese, y no lo hacíamos. De eso tenia la certeza. Pero no queria compartir tan agrio pensamiento con Ian.
Él acabo marchando tambien y quedé a solas con Azahar, ajeno al trasiego en los pisos de abajo y a la presencia del ilusionista. Sí que noté un erizar de la piel causado por la propia magia cuando se levantaron las barreras de protección, y miré a mi alrededor.
-En cuanto te despiertes, avisaré a tu madre...querra verte.- me puse a hablar con ella. Dejé mi posicion arrodillado al lado de su cama, levantandome y sentandome ahora en el borde del mismo colchon, pasandole una mano por la parte de su frente que no estaba tan vendada. Porque iba a despertarse, de eso no podia tener dudas... No podria dejar ese lado de su cama hasta verla despertar.
Agradeci todas y cada una de las sanaciones de Chloe. Luego, en contra de lo que ella pensaba que haria, sí que me quedé a descansar. Estaba agotado por la batalla asi que cuando ella se fue, tras hacerme un poco el duro y fingir que me iría, miré a la cama. La cama me miró a mi e iniciamos una bonita relacion de unas doce horas.
En las que dormí como un maldito lirón. Ni que decir tiene que me levanté con la espalda hecha polvo por culpa de los malditos muelles, con cara de mala hostia, pero con muchas mas energias (que encontraria en mi ser tras beberme un par de cafes con vodka) y todos los pelos de mi larga cabellera bien colocados perfectamente en su lugar, nada de desmoñamientos. Me pasé una mano por la cara, somnoliento, y estiré la espalda.
Luego comprobe el galeon. Nada aun. Debi suponer que se estaban reuniendo en el Moulin asi que tras ponerme en pie, fui a asomarme a la puerta...me habria gustado encontrar un lugar para asearme pero no tenia confianzas suficientes en aquella casa
"mejor en el Moulin. Alli alquilo una habitacion o algo"
Asi que como no vi a Chloe ni a nadie, me desaparecí de la estancia.
En las que dormí como un maldito lirón. Ni que decir tiene que me levanté con la espalda hecha polvo por culpa de los malditos muelles, con cara de mala hostia, pero con muchas mas energias (que encontraria en mi ser tras beberme un par de cafes con vodka) y todos los pelos de mi larga cabellera bien colocados perfectamente en su lugar, nada de desmoñamientos. Me pasé una mano por la cara, somnoliento, y estiré la espalda.
Luego comprobe el galeon. Nada aun. Debi suponer que se estaban reuniendo en el Moulin asi que tras ponerme en pie, fui a asomarme a la puerta...me habria gustado encontrar un lugar para asearme pero no tenia confianzas suficientes en aquella casa
"mejor en el Moulin. Alli alquilo una habitacion o algo"
Asi que como no vi a Chloe ni a nadie, me desaparecí de la estancia.
Dio la mañana siguiente, aunque yo de transcurso temporal ahora mismo no entendia demasiado. Para mi el sueño o la inconsciencia habia sido entre eterno y un breve pestañeo, no sabria decir.
Pero empecé a despertarme, y de muy mala hostia, he de decir. Con un punzante dolor de cabeza y todo el cuerpo molido, pese a que en realidad, todas las heridas que habian podido ser sanadas, lo habian sido. Gruñí un poco y antes de si quiera abrir los ojos, me removí en la cama, ajena a mis alrededores, echandome las manos a las vendas de la cabeza e intentando quitarmelas porque me molestaban mucho.
Apretaban, picaban y ademas no me dejaban ver en condiciones, concretamente en uno de los lados de la cara. Me acordaba entonces de lo que habia pasado en la batalla, por la cueva, las explosiones, los disparos, Adam....espera, ¿Adam? Si, debia de haberme salvado él. Giré bruscamente la cabeza aun sin quitarme las manos de las vendas porque seguia tratando de quitarmelas, pero me encontré con mi padre sentado en una silla al lado de mi cama. Paré un momento al ver la cara de cansancio que tenia mientras dormía absurdamente sentado. Tragué saliva y me incorporé, mareada. Miré a mi alrededor...reconociendo el lugar como la casa Hacksaw. ¿Estarian bien Ian y Chloe? O Adam? Me acerqué al borde de la cama, aquel en el cual no estaba mi padre de centinela. Centinelas....ugh. Salí de ella, apoyandome en la pared, terriblemente mareada. Caminé hasta un cuarto de baño. Habia algo que debia de comprobar.....
Me planté frente a un desvencijado espejo agarrando mis manos al lavamanos, para sujetarme mejor. El espejo me devolvio la mirada, entendiendo entonces porque las vendas me estaban molestando tanto. Las que me tapaban el ojo derecho tenian manchurrones marrones oscuro, de sangre reseca. Inevitablemente me asusté un poco al ver aquello. Un poco bastante. La coleta alta que solía llevar estaba más que chuchurrida y deshecha en la parte baja del cuello, asi que me la terminé de quitar. Luego me empecé a quitar las vendas, estaban algo pegadas asi que tuve que usar agua en varias ocasiones para no pegarme tirones, mucho mas cuando llegué a las ultimas capas. Cuando las retiré del todo me quedé sin respiracion al ver lo que habia debajo. Daba igual que las hubiese quitado, seguia sin ver por aquel ojo. Pero el otro me devolvia una imagen nada agradable. Me di la vuelta dandole la espalda al espejo, puesto que no queria seguir viendolo. ¿De verdad esa era mi cara?
Pero empecé a despertarme, y de muy mala hostia, he de decir. Con un punzante dolor de cabeza y todo el cuerpo molido, pese a que en realidad, todas las heridas que habian podido ser sanadas, lo habian sido. Gruñí un poco y antes de si quiera abrir los ojos, me removí en la cama, ajena a mis alrededores, echandome las manos a las vendas de la cabeza e intentando quitarmelas porque me molestaban mucho.
Apretaban, picaban y ademas no me dejaban ver en condiciones, concretamente en uno de los lados de la cara. Me acordaba entonces de lo que habia pasado en la batalla, por la cueva, las explosiones, los disparos, Adam....espera, ¿Adam? Si, debia de haberme salvado él. Giré bruscamente la cabeza aun sin quitarme las manos de las vendas porque seguia tratando de quitarmelas, pero me encontré con mi padre sentado en una silla al lado de mi cama. Paré un momento al ver la cara de cansancio que tenia mientras dormía absurdamente sentado. Tragué saliva y me incorporé, mareada. Miré a mi alrededor...reconociendo el lugar como la casa Hacksaw. ¿Estarian bien Ian y Chloe? O Adam? Me acerqué al borde de la cama, aquel en el cual no estaba mi padre de centinela. Centinelas....ugh. Salí de ella, apoyandome en la pared, terriblemente mareada. Caminé hasta un cuarto de baño. Habia algo que debia de comprobar.....
Me planté frente a un desvencijado espejo agarrando mis manos al lavamanos, para sujetarme mejor. El espejo me devolvio la mirada, entendiendo entonces porque las vendas me estaban molestando tanto. Las que me tapaban el ojo derecho tenian manchurrones marrones oscuro, de sangre reseca. Inevitablemente me asusté un poco al ver aquello. Un poco bastante. La coleta alta que solía llevar estaba más que chuchurrida y deshecha en la parte baja del cuello, asi que me la terminé de quitar. Luego me empecé a quitar las vendas, estaban algo pegadas asi que tuve que usar agua en varias ocasiones para no pegarme tirones, mucho mas cuando llegué a las ultimas capas. Cuando las retiré del todo me quedé sin respiracion al ver lo que habia debajo. Daba igual que las hubiese quitado, seguia sin ver por aquel ojo. Pero el otro me devolvia una imagen nada agradable. Me di la vuelta dandole la espalda al espejo, puesto que no queria seguir viendolo. ¿De verdad esa era mi cara?
Desperté al notar algo de movimiento cerca de mi, y escuchar algunos sonidos provenir del lavabo. La verdad es que no habia pretendido dormirme, habia caido sin querer. Se supone que estaba de guardia...pero de todos modos habia sido un sueño muy, muy ligero. Desperté algo sobresaltado, pues no esperaba dormirme. Y miré la cama donde habia estado azahar
"no está?"
Al instante me preocupé y se me hizo un nudo en el estomago, pero trate de tranquilizarme, no podia haber ido lejos. Estaba herida y...e.stabamos a salvo. Ademas si hubiese pasado algo gordo me habria despertado, no? Me puse en pie rapidamente, haciendo crujir mi espalda y cuello. Me estiré con una mueca de dolor e incomodidad y gruñí un poco.
-Azahar?
Pregunté a la nada, mirando alrededor .Segui la secuencia logica de un recien despertado y me dirigí al baño, encontrandola alli. La verdad es que nadie me habria podido preparar para lo que vi al entrar.
Es decir, ella estaba entera, viva, de pie. La herida de su cara, aquella que le habia arrebatado el ojo, no me parecia fea, o monstruosa, no es que me asquease en un sentido fisico ni nada por el estilo. Lo que me asqueaba y lo que me resultaba monstruoso era ver a MI hija herida de ese modo, por algun cerdo malnacido descerebrado "siguiendo órdenes", por un aberrante ataque a los Renegados. Y su expresion, su expresion de desolacion, el dolor que translucía su gesto.
La rabia y la gana de arrancar piernes se fusionaron a la par con la pena y la impotencia. No dije nada, simplement esbocé una mueca de tristeza y fui hacia ella para abrazarla fuertemente contra mi pecho. No la solté durante un buen rato, acariciandole la cabeza mientras tanto.
-Está bien, vale? Vas a estar bien... dime, como te encuentras? Edhel y Chloe han hecho todo lo que han podido. Recibiste un disparo muy peligroso, por lo que me han contado. Si no te sientes bien....puedo avisar a tu tío.
"se que no quieres oir esto, pero...."
-Escucha. Podrías estar muerta. Sé que eres fuerte, aunque ahora mismo te cueste mirarlo....por el mejor lado. -me despegué un poco de ella. Fruncí mis labios, tratando de disimular lo mucho que me dolía verla así.
"no está?"
Al instante me preocupé y se me hizo un nudo en el estomago, pero trate de tranquilizarme, no podia haber ido lejos. Estaba herida y...e.stabamos a salvo. Ademas si hubiese pasado algo gordo me habria despertado, no? Me puse en pie rapidamente, haciendo crujir mi espalda y cuello. Me estiré con una mueca de dolor e incomodidad y gruñí un poco.
-Azahar?
Pregunté a la nada, mirando alrededor .Segui la secuencia logica de un recien despertado y me dirigí al baño, encontrandola alli. La verdad es que nadie me habria podido preparar para lo que vi al entrar.
Es decir, ella estaba entera, viva, de pie. La herida de su cara, aquella que le habia arrebatado el ojo, no me parecia fea, o monstruosa, no es que me asquease en un sentido fisico ni nada por el estilo. Lo que me asqueaba y lo que me resultaba monstruoso era ver a MI hija herida de ese modo, por algun cerdo malnacido descerebrado "siguiendo órdenes", por un aberrante ataque a los Renegados. Y su expresion, su expresion de desolacion, el dolor que translucía su gesto.
La rabia y la gana de arrancar piernes se fusionaron a la par con la pena y la impotencia. No dije nada, simplement esbocé una mueca de tristeza y fui hacia ella para abrazarla fuertemente contra mi pecho. No la solté durante un buen rato, acariciandole la cabeza mientras tanto.
-Está bien, vale? Vas a estar bien... dime, como te encuentras? Edhel y Chloe han hecho todo lo que han podido. Recibiste un disparo muy peligroso, por lo que me han contado. Si no te sientes bien....puedo avisar a tu tío.
"se que no quieres oir esto, pero...."
-Escucha. Podrías estar muerta. Sé que eres fuerte, aunque ahora mismo te cueste mirarlo....por el mejor lado. -me despegué un poco de ella. Fruncí mis labios, tratando de disimular lo mucho que me dolía verla así.
Escuché llegar a mi padre, y un impulso dentro de mi me hizo estar a punto de correr hacia la puerta para sellarla de un porrazo, pero no lo hice, quizá porque andaba lenta de reflejos mas que cualquier otra cosa. Aunque no es que estuviera enfadada con el, ni mucho menos. Era simplemente que estaba cabreada y jodida, aunque no era muy capaz de identificarlo.
Asi que ni le miré, pero me dejé abrazar. Tensa como un gato al principio, dejándome llevar poco a poco por los brazos protectores de mi padre. Aunque la experiencia ya me habia enseñado que ni él ni Anteia eran todopoderosos y que por mucho que quisieran, no podian protegerme de todo mal, que ni en ellos estaba a salvo de todo. Dejé caer los párpados....bueno, mas o menos. El herido dolía a horrores y de seguro no terminaba de moverse del todo bien. Sollocé un poco, pero nada mas.
-Me encuentro.... no lo sé.
Eso era verdad, no lo sabia. Quise decirle que les diera las gracias a Edhel y a Chloe, pero terminé simplemente tragando saliva.
"un disparo a la cabeza"
- Estoy...algo mareada y...creo que es hambre. Me sigue doliendo la cara, pero supongo que es normal.
Se separó de mi y yo no le miré. Tampoco le contesté en un primer instante, y me hizo gracia eso de "mirarlo" por el lado bueno.
-Papá...acabo de ver la herida. Eso de "mirar"... - cogí las vendas que me habia quitado yo misma y se las tendí a él. - ....eso de mirar las cosas por el lado bueno me va a costar un poco mas ahora, que solo puedo verlas por un lado. Está totalmente perdido, verdad....?
Le hice un gesto para que me ayudara a colocarme las vendas despues, apartandome el pelo enmarañado. Por el momento, no queria pensar en el futuro. Quería llorar, pero no lo lograba. O todo lo contrario, hacer como me decia mi padre y alegrarme por haber sobrevivido, pero tampoco lo lograba.
-Dime...estan bien todos...?
Asi que ni le miré, pero me dejé abrazar. Tensa como un gato al principio, dejándome llevar poco a poco por los brazos protectores de mi padre. Aunque la experiencia ya me habia enseñado que ni él ni Anteia eran todopoderosos y que por mucho que quisieran, no podian protegerme de todo mal, que ni en ellos estaba a salvo de todo. Dejé caer los párpados....bueno, mas o menos. El herido dolía a horrores y de seguro no terminaba de moverse del todo bien. Sollocé un poco, pero nada mas.
-Me encuentro.... no lo sé.
Eso era verdad, no lo sabia. Quise decirle que les diera las gracias a Edhel y a Chloe, pero terminé simplemente tragando saliva.
"un disparo a la cabeza"
- Estoy...algo mareada y...creo que es hambre. Me sigue doliendo la cara, pero supongo que es normal.
Se separó de mi y yo no le miré. Tampoco le contesté en un primer instante, y me hizo gracia eso de "mirarlo" por el lado bueno.
-Papá...acabo de ver la herida. Eso de "mirar"... - cogí las vendas que me habia quitado yo misma y se las tendí a él. - ....eso de mirar las cosas por el lado bueno me va a costar un poco mas ahora, que solo puedo verlas por un lado. Está totalmente perdido, verdad....?
Le hice un gesto para que me ayudara a colocarme las vendas despues, apartandome el pelo enmarañado. Por el momento, no queria pensar en el futuro. Quería llorar, pero no lo lograba. O todo lo contrario, hacer como me decia mi padre y alegrarme por haber sobrevivido, pero tampoco lo lograba.
-Dime...estan bien todos...?
Noté como poco a poco Azahar parecia relajarse un poco. Apreté los ojos con fuerza, aprovechando que durante el abrazo, no podia verme el gesto. Pues no podia dejarla verme flaquear. Por mucho que me doliese, a ella le dolia mas, y tenia que ser fuerte por los dos. La mirada fue intensa cuando nos separamos.
- Vale, te concedo eso de no saber como te encuentras. Durante una temporadita, al menos.
La advertí falsamente, pues no iba a permitirle que se me derrumbase emocionalmente, eso si que no.
- Ya lo creo que es normal. Lo del dolor. Lo del mareo, no tanto. Deberia llevarte a Ouroboros a que te revisase Lucio...
"nuestros sanadores deben de estar agotados"
-Pero no se si será buena idea hacerte una desaparicion de ese tipo ahora mismo. De hecho....
Estaba pensando otras opciones. Avisar a Anteia para que viniese ella a hacerse cargo quedaba, por el momento, descartado. Lo haria al dia siguiente, probablemente. Pero habia oido de los planes de Lucio y confiaba en aquello. Escuché bien atento aquello que me dijo acerca de ver las cosas por el lado bueno....y la mire algo preocupado. Claro, como no? Pero habia algo en sus palabras que me hizo sonreir....muy levemente.
-Vaya, vaya....no se si te has dado cuenta pero para estar recuperandote de una herida como la tuya, estas haciendo uso de un sarcasmo y un sentido del humor muy Knox....o muy Malfoy....? - sonreí un tanto orgulloso, y le acaricié un poco el revueltísimo pelo. -No tiene buena pinta, Azahar...no voy a mentirte. No soy médico, asi que tampoco sé si es un totalmente perdido. Pero lo parece.
Hacia tiempo que habia dejado de dar falsas esperanzas, a los demas o a mi mismo. Eso no significaba que no tuviese, pero todas las que tenia, debian ser reales. Tenian que serlo.
-Lo están. -cogi las vendas que me acercó, y empecé a enrollarlas cuidadosamente alrededor de su cabeza, con cuidado de no pillarle el enmarañado pelo. Al final logré un vendaje decente alrededor de la cabeza, cubriendo el ojo perdido. -Invoca a tu grifo, voy a llevarte a ver a Galenus. Lo del mareo me preocupa un poco...vale? Preparate.
Sali del baño dandole algo de tiempo y me asomé al pasillo. No sabia quien quedaba aun en la casa y quien no...asi que grité.
-ME LLEVO A AZAHAR AL HOSPITAL A QUE LA REVISEN!!! CONTACTAMOS LUEGO, ENTENDIDO!? CUIDAOS!
Y volvi con ella, que ya habia invocado a su estatuilla. Tomé yo las riendas, claro, ella aun estaba algo debil. De este modo, abandonamos ambos la casa Hacksaw.
- Vale, te concedo eso de no saber como te encuentras. Durante una temporadita, al menos.
La advertí falsamente, pues no iba a permitirle que se me derrumbase emocionalmente, eso si que no.
- Ya lo creo que es normal. Lo del dolor. Lo del mareo, no tanto. Deberia llevarte a Ouroboros a que te revisase Lucio...
"nuestros sanadores deben de estar agotados"
-Pero no se si será buena idea hacerte una desaparicion de ese tipo ahora mismo. De hecho....
Estaba pensando otras opciones. Avisar a Anteia para que viniese ella a hacerse cargo quedaba, por el momento, descartado. Lo haria al dia siguiente, probablemente. Pero habia oido de los planes de Lucio y confiaba en aquello. Escuché bien atento aquello que me dijo acerca de ver las cosas por el lado bueno....y la mire algo preocupado. Claro, como no? Pero habia algo en sus palabras que me hizo sonreir....muy levemente.
-Vaya, vaya....no se si te has dado cuenta pero para estar recuperandote de una herida como la tuya, estas haciendo uso de un sarcasmo y un sentido del humor muy Knox....o muy Malfoy....? - sonreí un tanto orgulloso, y le acaricié un poco el revueltísimo pelo. -No tiene buena pinta, Azahar...no voy a mentirte. No soy médico, asi que tampoco sé si es un totalmente perdido. Pero lo parece.
Hacia tiempo que habia dejado de dar falsas esperanzas, a los demas o a mi mismo. Eso no significaba que no tuviese, pero todas las que tenia, debian ser reales. Tenian que serlo.
-Lo están. -cogi las vendas que me acercó, y empecé a enrollarlas cuidadosamente alrededor de su cabeza, con cuidado de no pillarle el enmarañado pelo. Al final logré un vendaje decente alrededor de la cabeza, cubriendo el ojo perdido. -Invoca a tu grifo, voy a llevarte a ver a Galenus. Lo del mareo me preocupa un poco...vale? Preparate.
Sali del baño dandole algo de tiempo y me asomé al pasillo. No sabia quien quedaba aun en la casa y quien no...asi que grité.
-ME LLEVO A AZAHAR AL HOSPITAL A QUE LA REVISEN!!! CONTACTAMOS LUEGO, ENTENDIDO!? CUIDAOS!
Y volvi con ella, que ya habia invocado a su estatuilla. Tomé yo las riendas, claro, ella aun estaba algo debil. De este modo, abandonamos ambos la casa Hacksaw.
Me metí a mi cuarto después del encontronazo con Catherine y Maxwell, echándome un rato a descansar e intentar desconectar la mente tras toda la tensión de la batalla y la preocupación por Azahar. Me costó un buen rato dormirme, pero al final conseguí dormir profundamente unas cuantas horas, tal vez un día entero.
Sólo me despierto al escuchar la voz de Lyran anunciando a gritos que se marcha para llevar a Azahar al hospital. Me incorporo de golpe en la cama, intentando levantarme rápido para acompañarlos y saber de una vez por todas cómo estaba ella. Cuando llego a la habitación en la que estaban ya es demasiado tarde, se han ido. Supongo que han debido ir al hospital de Ouroboros, así que iré allí directamente. Paso por la habitación de mi padre antes de marcharme para comprobar cómo está, pero al parecer ha despertado antes que yo y se ha marchado. Al menos ha dejado una nota informando de que se ha ido a buscar y acompañar a Chloe. Al bajar al piso de abajo compruebo que los extraños inquilinos que había traído mi hermana ya se marcharon, no podría haber dejado la casa si hubiesen intrusos dentro. Con el hechizo de protección que hizo Catherine con el anillo se supone que todo está a salvo, la casa no será descubierta por hostiles. Cuando salgo al exterior me topo con la molesta luna casi llena en el cielo, tendré que aplazar mi visita a Ouroboros, muy a mi pesar. Tengo la opción de buscar un bosque cercano en el que no pueda atacar a nadie, o de aparecerme cerca del hogar del clan de los Hijos de Fenrir, el único sitio en el que me puedo transformarme con seguridad. Finalmente opto por esto último, desapareciéndome de mi casa con un destino en mente.
Sólo me despierto al escuchar la voz de Lyran anunciando a gritos que se marcha para llevar a Azahar al hospital. Me incorporo de golpe en la cama, intentando levantarme rápido para acompañarlos y saber de una vez por todas cómo estaba ella. Cuando llego a la habitación en la que estaban ya es demasiado tarde, se han ido. Supongo que han debido ir al hospital de Ouroboros, así que iré allí directamente. Paso por la habitación de mi padre antes de marcharme para comprobar cómo está, pero al parecer ha despertado antes que yo y se ha marchado. Al menos ha dejado una nota informando de que se ha ido a buscar y acompañar a Chloe. Al bajar al piso de abajo compruebo que los extraños inquilinos que había traído mi hermana ya se marcharon, no podría haber dejado la casa si hubiesen intrusos dentro. Con el hechizo de protección que hizo Catherine con el anillo se supone que todo está a salvo, la casa no será descubierta por hostiles. Cuando salgo al exterior me topo con la molesta luna casi llena en el cielo, tendré que aplazar mi visita a Ouroboros, muy a mi pesar. Tengo la opción de buscar un bosque cercano en el que no pueda atacar a nadie, o de aparecerme cerca del hogar del clan de los Hijos de Fenrir, el único sitio en el que me puedo transformarme con seguridad. Finalmente opto por esto último, desapareciéndome de mi casa con un destino en mente.
Todo sucede muy rápido, pues pasamos de estar en la orilla de la playa a aparecer dentro de mi casa, lugar al que nos ha traído Catherine después de que una inoportuna ola de agua helada nos haya mojado hasta las rodillas. Estábamos tan en nuestro mundo que poco caso hacíamos a las inclemencias del tiempo, hasta que esa interrupción nos recordó dónde estábamos y la pulmonía que podíamos pillar si seguíamos allí por ese camino. Si ha decidido que vengamos hasta aquí es porque no le importa seguir adelante, o al menos eso creo, si no es así me lo dirá. Nada más aparecer vuelvo a besarla con ganas, acabando por chocar contra la puerta de la entrada junto a la que hemos aparecido. Casi se cae al suelo el perchero que hay en la entrada para dejar los abrigos, así que lo sujeto antes de que pegue un golpe y haga ruido. Río por lo bajo por lo que casi provoca la impaciencia, hablando después en tono confidencial para no ser escuchados.
- shh...espero que no haya nadie. Voy a comprobarlo - tengo que asegurarme de que tengamos la casa sólo para nosotros. Me separo de ella un momento, cogiéndola de la mano para caminar ambos hacia el salón. La chimenea está encendida, aunque apenas quedan ascuas y no parece que haya nadie en casa. Llamo en voz alta a mi padre y a mi hermana, si están aquí es mejor saberlo, así podremos pensar en otro sitio antes de seguir. Ninguno responde al cabo de varios segundos, así que me vuelvo a Catherine con media sonrisa.
- Estamos solos, has pensado buen lugar. Al menos no moriremos congelados en el mar- más vale que sigamos solos por un buen rato, no me gustaría que apareciese mi familia ahora. Ouroboros tampoco sería un buen sitio, demasiada gente por todos lados. Tampoco podemos quedarnos en el salón por si aparecen Chloe o mi padre, así que paso una mano tras cintura a para guiarla por las escaleras en dirección a mi cuarto, jugando un poco por el camino con algún que otro beso furtivo en los labios o en el cuello. Cierro la puerta de la habitación cuando entramos, apenas iluminada por la escasa luz de luna que entra por la ventana. Por suerte faltan todavía muchos días para que sea luna llena, me hubiese jodido mucho que me estropease el momento. Rodeo su cintura con mis brazos para acercarla a mi, buscando su mirada para asegurarme de que busca lo mismo que busco yo. No estoy seguro, pero puede que este sea su primer contacto de este tipo, así que quiero que esté segura. - Dime si estás preparada para seguir...- susurro cerca de su oído, rozando su oreja con mis labios.
- shh...espero que no haya nadie. Voy a comprobarlo - tengo que asegurarme de que tengamos la casa sólo para nosotros. Me separo de ella un momento, cogiéndola de la mano para caminar ambos hacia el salón. La chimenea está encendida, aunque apenas quedan ascuas y no parece que haya nadie en casa. Llamo en voz alta a mi padre y a mi hermana, si están aquí es mejor saberlo, así podremos pensar en otro sitio antes de seguir. Ninguno responde al cabo de varios segundos, así que me vuelvo a Catherine con media sonrisa.
- Estamos solos, has pensado buen lugar. Al menos no moriremos congelados en el mar- más vale que sigamos solos por un buen rato, no me gustaría que apareciese mi familia ahora. Ouroboros tampoco sería un buen sitio, demasiada gente por todos lados. Tampoco podemos quedarnos en el salón por si aparecen Chloe o mi padre, así que paso una mano tras cintura a para guiarla por las escaleras en dirección a mi cuarto, jugando un poco por el camino con algún que otro beso furtivo en los labios o en el cuello. Cierro la puerta de la habitación cuando entramos, apenas iluminada por la escasa luz de luna que entra por la ventana. Por suerte faltan todavía muchos días para que sea luna llena, me hubiese jodido mucho que me estropease el momento. Rodeo su cintura con mis brazos para acercarla a mi, buscando su mirada para asegurarme de que busca lo mismo que busco yo. No estoy seguro, pero puede que este sea su primer contacto de este tipo, así que quiero que esté segura. - Dime si estás preparada para seguir...- susurro cerca de su oído, rozando su oreja con mis labios.
De estar acostados a parados en un santiamén hace que el equilibrio se burle un poco de ellos. Catherine trasvilla cayendo hacia delante, chocando levemente contra el pecho de Ian y riendo por lo bajo justo antes de ser besada de nuevo. Las ganas son contagiosas y Catherine le sigue los pasos trastabillando nuevamente y haciendo casi un desastre. La pelinegra arquea las cejas con una sonrisa divertida en los labios cuando le chista. -Has sido tú- Le culpó siguiendo la risa, aunque en el fondo supiera que ambos tenían la culpa -Vale- Ella sabía que podía hacerlo más rápido, las presencias mentales de Adam y Chloe le eran familiares pero no quería desconcentrarse y bajar las defensas por si alguien estuviera buscándola. A medida que camina tras él se queda mirando los detalles de la casa que no pudo llegar a apreciar antes por la fatal situación en la que se habían encontrado.
-Con lo peligroso que está todo, me alegro con lo de “no moriremos”- Bromeó mientras se miraba los pies y los pantalones mojados, dándose cuenta de que se había olvidado los zapatos en la playa. De alguna extraña manera, siempre le faltaba ropa alrededor de Ian. Una chaqueta, una pijama y ahora zapatos. Por un momento hubiese deseado quedarse con las moribundas ascuas de la chimenea porque necesitaba el calor pero prefería privacidad, por si llegaban la familia de Ian. Se sentía con una euforia muy impropia de sí misma y cada uno de los besos furtivos de Ian le robaba una sonrisa o ya directamente una risa, como si fuese cosquillas. Cualquiera diría que estaba borracha o que no era ella misma.
La mirada de Catherine pasa por varios puntos de la habitación sintiendo de pronto un nerviosismo extremo por la carencia de luz, por la atmósfera silenciosa y la intimidad que se ha formado en el momento en el que ha cerrado la puerta. Cuando sus brazos la rodean finalmente posa su mirada él con el rubor empezando a subirle por el rostro porque llega a reconocer aquel brillo en las orbes contrarias y el corazón se le agita contra el pecho con furor lo que hace que apoye sus manos en la camisa de Ian, apretándola con suavidad por aferrarse a algo. El tono ronco de su voz y la caricia hacen que cierre los ojos sintiendo que cualquier atisbo de frío abandona su cuerpo mientras la recorre una suave oleada de calor que se incrementa por su cercanía -Sí… Sólo...perdona si uso mis poderes- advirtió. En algún momento de su vida había tenido una especie de “charla” con Desmond sobre la “telepatía” y la intimidad, muy incómoda por cierto, y eso le generaba temor. También el hecho de que después de haberse “guardado” tanto finalmente sucediera.
No sabía exactamente qué hacer a continuación y eso también la puso nerviosa pero cerró los ojos nuevamente tratando de escuchar lo que su cuerpo quería hacer y por instinto acarició con la nariz el perfil de Ian de camino a buscar sus labios nuevamente y besarlo con intensidad. Tampoco tenía mucha idea de hacia donde moverse porque no conocía el cuarto y tenía miedo de tropezarse con algo y destruir la atmósfera así que sólo se concentró en saborear sus labios y sentir sus manos sobre su cuerpo que le devolvían el calor a éste.
-Con lo peligroso que está todo, me alegro con lo de “no moriremos”- Bromeó mientras se miraba los pies y los pantalones mojados, dándose cuenta de que se había olvidado los zapatos en la playa. De alguna extraña manera, siempre le faltaba ropa alrededor de Ian. Una chaqueta, una pijama y ahora zapatos. Por un momento hubiese deseado quedarse con las moribundas ascuas de la chimenea porque necesitaba el calor pero prefería privacidad, por si llegaban la familia de Ian. Se sentía con una euforia muy impropia de sí misma y cada uno de los besos furtivos de Ian le robaba una sonrisa o ya directamente una risa, como si fuese cosquillas. Cualquiera diría que estaba borracha o que no era ella misma.
La mirada de Catherine pasa por varios puntos de la habitación sintiendo de pronto un nerviosismo extremo por la carencia de luz, por la atmósfera silenciosa y la intimidad que se ha formado en el momento en el que ha cerrado la puerta. Cuando sus brazos la rodean finalmente posa su mirada él con el rubor empezando a subirle por el rostro porque llega a reconocer aquel brillo en las orbes contrarias y el corazón se le agita contra el pecho con furor lo que hace que apoye sus manos en la camisa de Ian, apretándola con suavidad por aferrarse a algo. El tono ronco de su voz y la caricia hacen que cierre los ojos sintiendo que cualquier atisbo de frío abandona su cuerpo mientras la recorre una suave oleada de calor que se incrementa por su cercanía -Sí… Sólo...perdona si uso mis poderes- advirtió. En algún momento de su vida había tenido una especie de “charla” con Desmond sobre la “telepatía” y la intimidad, muy incómoda por cierto, y eso le generaba temor. También el hecho de que después de haberse “guardado” tanto finalmente sucediera.
No sabía exactamente qué hacer a continuación y eso también la puso nerviosa pero cerró los ojos nuevamente tratando de escuchar lo que su cuerpo quería hacer y por instinto acarició con la nariz el perfil de Ian de camino a buscar sus labios nuevamente y besarlo con intensidad. Tampoco tenía mucha idea de hacia donde moverse porque no conocía el cuarto y tenía miedo de tropezarse con algo y destruir la atmósfera así que sólo se concentró en saborear sus labios y sentir sus manos sobre su cuerpo que le devolvían el calor a éste.
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- La respuesta afirmativa de Catherine era la confirmación que necesitaba para asegurarme de que en este momento quiere lo mismo que yo y que desea seguir adelante, a pesar de los nervios lógicos que pueda tener. Hago un gesto de extrañeza con media sonrisa si comprender muy bien a qué se refería con lo de usar sus poderes en este tipo de momentos, aunque supongo que si es leer pensamientos no va a haber nada demasiado elaborado para leer, será todo más instintivo.
- No te preocupes, eso es lo de menos ahora.- le diría también que se relajase y no pensase demasiado, pero las palabras empiezan a sobrar ya. Tampoco llego a decir nada más porque ella toma la iniciativa con un nuevo beso más intenso que los anteriores al cual respondo con ímpetu y muchas ganas. Con el paso de los minutos la ropa comienza a sobrarnos, al igual que las palabras antes, así que antes de que pueda darme cuenta su camiseta está tirada por algún lugar de la habitación. Dejo vía libre para que ella me vaya quitando también la mía y para que mis manos comiencen a recorrer su piel, delineando cada curva de su cuerpo. En un momento dado la alzo del del suelo sujetándola por las caderas para que se sujete a mi cintura, llevándola así a la cama que está en el centro de la habitación. Dejo que ella quede de espaldas sobre el colchón, tomándome unos segundos para grabar su imagen y el momento en mi mente, algo que no será difícil debido al deseo que me invade en estos momentos.
Mentiría si dijese que no estoy algo nervioso por ser ella y por saber que probablemente sea la primera vez que hace esto, pero intento estar pendiente de sus reacciones y ritmos en todo momento. Me libro de mis botas un poco a lo bruto por no andar agachándome a quitarlas, tirándolas simplemente con los pies. Luego apoyo una mano en el colchón mientras voy inclinándome sobre ella lentamente, notando como la temperatura de ambos ha ido aumentado por momentos. Mi boca comienza a bajar desde sus labios al cuello, haciendo en un camino que me lleva hasta su vientre. Mi mano acompaña este mismo camino, llegando hasta el botón de su pantalón para desabrocharlo y colarse dentro de éste. Enseguida la despojo también de esa prenda, y pronto tendré que hacer lo mismo con los míos, pues mi cuerpo ya está reaccionando a todo este despliegue. Las caricias continúan por su cuerpo mientras dirijo una mano hacia su espalda para desabrochar hábilmente la parte superior de la ropa interior, tirándola por algún lugar de la habitación.
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- -Ummjum- Murmuró cuando dijo que sus poderes no importaban, aunque claro estaba, Ian estaba bastante acostumbrado a que Catherine le leyera la mente. Era uno de los vínculos más fuerte que tenía solo siendo superada por Adael, Mei y sus hermanos. Pero la muchacha deja de divagar cuando siente la necesidad de explorar el cuerpo de Ian, desliza sus manos desde su cuello por su pecho hasta su abdomen, haciendo una pausa para alzar los brazos y deshacerse de la camiseta quedando en ropa interior. Y podría haberse dedicado a pensar en la vergüenza que debería tener pero el sentimiento no llegaba ni a hacerle cosquillas al deseo ni a lo que sentía por Ian. Siguió su camino y tiró de la camiseta de él hacia arriba, terminando de sacarla por su cabeza y dejándola en algún lado del piso.
Le mordisqueo los labios con suavidad cuando la alzó y enredó sus piernas alrededor de sus caderas, sonriendole con un deje de diversión y picardía ya que le causaba cierta gracia la facilidad con la que la había alzado. Soltó un suspiro cuando la apoyo en la cama y subió sus ojos hacia los de él cuando se quedó mirandola, el silencio no le resultó incómodo porque sabía precisamente lo que pasaba por su cabeza sin necesidad de usar su telepatía. Su sonrojo se mantuvo así como la sonrisa que curvaba sus labios -Ven- Extendió sus manos hacia él sintiendo pronto el peso de su cuerpo sobre el de ella.
Los labios de Ian van bajando por su cuerpo dejando una estela de sensaciones nuevas que la hacen suspirar, suspiros que se quedan en pausa cuando se muerde el labio al ayudar a Ian a sacarse los pantalones porque iba a acabar peleando con el pedazo de tela. Detalles de usar ropa ajustada. El vuelve hacia la parte superior y Catherine se arquea para ayudarlo aunque por absoluto instinto se lleva las manos a los pechos con cierta vergüenza aunque la habitación esté a oscuras. Su corazón latía con bastante fuerza contra su pecho con el nerviosismo a flor de piel así como el deseo. Añoraba volver a besarlo así que muy lentamente retiró una de sus manos de sus pechos para atraer a Ian hacia ella y dirigir sus labios a los suyos.
Volvió a besarlo con renovadas ganas, finalmente usando ambas manos para acariciar su cuerpo, subiendo una hasta enredarla en su cabello y sintiendo como sus besos generaban la desaparición de cualquier miedo, por el contrario, acrecentaba la lujuria y el deseo. Las caricias en su espalda pasaron de ser suaves a algo más fiero, clavándole las uñas a lo largo de la piel. Lo giró para quedar ella arriba y emuló lo que él había hecho, bajó sus labios por su cuello aunque necesito detenerse para morderlo y saborear su piel. Siguió bajando pero fue su mano la que encontró el broche del pantalón y lo desabrochó teniendo que incorporarse para sacárselo y dejarlo en el piso.
Volvió a subirse a horcajadas, inclinándose para buscar sus labios y provocando que su pelvis se frotara con la de el descubriendo dos cosas: Era malditamente placentero y… -Joder…- Suspiró mientras un escalofrío de satisfacción la recorría -Esta… muy… ¿No te duele?- Preguntó con los ojos cerrados mientras apoyaba su frente en la de él. A ella le parecía que estaba como una puta roca y que podía resultarle muy doloroso pero para ella era fenomenal y no detuvo lo que estaba haciendo.
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- La parte de su anatomía recién descubierta incrementa aún más si cabe el deseo, invitándome a explorar esas suaves y redondeadas formas. Mi mano sustituye rápidamente a la que ella retira al dejar de cubrirse un pecho, acariciándolo y cogiéndolo mientras ella se encuentra con mis labios de nuevo. Éstos comienzan a bajar tras intensos y apremiantes besos que finalizan en un pequeño mordisco en el labio inferior, besando su cuello, escote y finalmente deleitándose en las zonas más sensibles de sus pechos. Mis manos se deslizan mientras desde su cintura hasta sus caderas, agarrando a ambos lados con firmeza y presionando mi cadera contra la suya. Estando tan cerca juraría que puedo escuchar su corazón acelerado, tanto o más que el mío, golpeando con fuerza.
Giro hacia un lado para que sea ella la que quede ahora encima de mí, cerrando los ojos e inspirando profundamente mientras echo la cabeza levemente hacia atrás al sentir el recorrido de sus labios por mi torso. Tiro también de mi pantalón para ayudarla a quitarlo con más facilidad, quedando ya tan sólo la parte de abajo de la ropa interior para revelar por completo la desnudez de ambos. Por eso de la licantropía he estado desnudo tantas veces delante de tanta gente que para mí ya no hay el mínimo pudor por quedarme en cuero. Al liberarme de la prenda que acaba de quitarme se hace más evidente lo que ha provocado nuestro lujurioso contacto, algo que nota ella misma con una mezcla de placer y sorpresa. Sonrío divertido por su reacción mientras cojo una de sus manos para situarla en la goma del bóxer que llevo puesto y ayudarla a quitarlo entre ambos, liberando por fin lo que ya era imposible ocultar.
- Eso pasaría si al final no llegase a usarlo para nada, pero...ahora mismo estoy mejor que nunca...- trato de explicarle un poco, a pesar de no estar muy centrado en explicaciones más técnicas porque es imposible estarlo, pues el simple movimiento de su pelvis sobre la mía ya me empieza a nublar el juicio. Mientras apoya su frente contra la mía voy subiendo mis manos por sus muslos hasta sus nalgas, lugar en el que me detengo para comenzar a bajar la última prenda de ropa que le queda. La bajo sólo hasta mitad de sus muslos, volviendo a recorrer uno de ellos con una mano, pero esta vez por la cara interna. Al llegar al final del camino comienzo a acariciar y estimular aquella zona, dedicando ahí el tiempo suficiente. Voy incrementando poco a poco el ritmo del juego, buscando su interior para saber cómo de preparada está.
Le sonrío de lado mirándola directamente a los ojos, comprobando que ya parece estar lista tras los placenteros preliminares. Me incorporo hasta sentarme con ella encima sentada a horcajadas, con una mano agarrando su muslo y subiendo mi otra mano desde su zona íntima para acariciar su espalda, haciendo una pausa de apenas unos segundos en la que apoyo mi cabeza en su hombro. En estos momentos me resulta casi imperceptible cualquier leve relieve que pueda tener por el tatuaje de la espalda, algo en lo que todavía no he podido fijarme. Toda mi atención está puesta ahora en su rostro, el cual intento leer ahora que llega el momento clave.
Me fundo con ella en un apasionado beso previo a lo que viene, de lo que seguro ya se ha percatado. La voy recostando de espaldas mientras separo sus piernas y me voy situando entre éstas, apoyando mis manos a ambos lados de su cuerpo para quedar completamente sobre ella. Uno mi cadera con la suya, entrando en ella muy lentamente sin dejar de mirarla a los ojos en todo momento. Cuando termino de penetrarla dejo que salga de mis labios un leve gemido, cerrando los ojos mientras apoyo mi frente contra la suya en el momento de primer unión que precede a lo que viene a continuación. - ¿estás bien? -susurro rozando mis labios contra los suyos, pensando que en este momento me serían muy útiles sus poderes para saber lo que siente.
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- Nunca se hubiese imaginado cuan erógenas eran ciertas partes de su cuerpo si Ian no las hubiese besado o acariciado. Cada detalle que hacia con su piel hacia que suspirara de placer, un placer que le recorría el cuerpo haciendola sentir tan viva como un brote de magia natural. Incluso mientras ella está arriba sus manos se deslizan por sus muslos y hace que pierda un poco la estabilidad de las piernas. De haber estado parada tal vez directamente la perdía. Catherine abrió los ojos para ver a Ian sonriéndole con cierta picardía y entrecerró los suyos propios, en otra ocasión le hubiese proferido un golpe por hacer aquel gesto pero él atrapó una de sus manos dirigiéndola a su zona sur. La intimidad de ese momento, la guía de él, le resulta tan malditamente erótica que el rubor de acentúa y su cuerpo vibra en sintonía con las sensaciones que le arremeten.
Podría haberse anotado aquello mentalmente, el dato que le daba, pero su cerebro no llegaba a registrar nada que no tuviera que ver con el cuerpo de ambos. Siente como las últimas estelas de frío desaparecen de su cuerpo, como si Ian las estuviese descongelando con la caricia de sus manos por sus muslos dejando sólo la piel erizada por su contacto. Nunca pensó que su cuerpo, tan marcado por los tatuajes y la vida, fuese alguna vez venerado de aquella manera. Pero él lo hace y lo intensifica. En cuando sus dedos se encuentran con aquel lugar tan intimo a Catherine se le escapa un suspiro y apoya ambas manos en su pecho tratando de encontrar alguna estabilidad mientras su propia cabeza le daba vueltas. Con cada segundo que pasa aprieta más la carne de Ian bajo sus dedos y se incrementa la velocidad de sus suspiros, prueba inigualable de que se dejaba llevar por la lujuria y el llamado natural de su cuerpo. Su respiración se hace mucho más pesada y su mirada, encandilada y brillante, permanece clavada en la de él el tiempo que duran sus caricias casi haciendo un sonido de reproche cuando se retira pero en cuanto se recostó en ella la pelinegra apoyó suavemente la cabeza contra la de él en esa breve pausa que le ayuda a respirar y a devolver aire a sus pulmones.
Sus labios buscan los de él y responden a aquel beso con tanto deseo y pasión que hasta ella misma se sorprende del efecto que él tiene en ella, pero no le importa. Se dejó mover por él y acabó sacándose el pedazo de tela que aún quedaba en sus piernas para darle espacio y acomodarse al cuerpo de Ian, su cuerpo se encontraba ansioso e igual de nervioso pero sólo mantuvo su mirada en la de él mientras se fundían en un solo ser, conteniendo la respiración para no soltar ni un quejido. Catherine cerró los ojos para concentrarse en aquel momento, en todos sus detalles. Desde la respiración desigual de Ian, su aroma masculino, su cuerpo contra el suyo,, cada pequeño ápice para recordarlo de por vida pero no iba negar que aquella sensación era extraña. Abrió los ojos nuevamente para verlo y tardó un poco en sonreírle por su pregunta. Sus manos se deslizaron por su espalda hasta llegar a su rostro y enmarcarlo con ellas, se sentía tan única en ese momento, tan ella misma, tan feliz -Te quiero- Musitó, besando sus labios de una manera casta antes de sonreírle esta vez con un poco más de picardía, esta vez buscó su oído para susurrarle -Pero no te muevas todavía o te juro que te mato- Le advirtió. Le iba a costar un poco a su cuerpo acostumbrarse a él y si se movía mientras aún lo hacía podía pasar de una molestia a dolerle en serio así que lo rodeó con las piernas uniéndolo más a ella y no permitiendole que se moviera ni un ápice, procurando distraerlo al atrapar sus labios en un beso que inició lentamente antes de volverse intenso buscando que su cuerpo también se relajara.
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- Jamás me habían dicho lo que acaba de decirme ella cuando por fin unimos nuestros cuerpos en uno, es la primera vez que realmente siento lo mismo, algo más fuerte incluso que el deseo que no me ha abandonado desde que abandonamos la playa. Yo tampoco lo he dicho nunca, no sé si porque no me he atrevido o porque es algo que no he tenido la necesidad de decir hasta ahora, pero en este momento si que merece la pena. Susurro esas dos palabras que pensé que no iba a decir nunca, con fervor y pasión reales, quedando mucho más atrapado por ella de lo que podría haber imaginado. La conexión que ya teníamos antes se ha hecho más intensa, eso es algo de lo que ambos nos hemos dado cuenta.
Sonrío de lado ante su comentario de no moverme todavía, comprendiendo que al ser la primera vez puede resultarle un poco incómodo hasta que se adapte. - Eso no es un problema, creo que es el mejor lugar en el que podría quedarme.- no miento al decirlo aunque suene a broma, podría quedarme aquí para siempre, olvidarme de todo lo del mundo exterior. Me dejo atrapar por sus piernas mientras nos besamos con intensidad, disfrutando de las caricias, del calor al contacto de nuestros cuerpos enredados piel con piel, de la agradable sensación y calidez de estar en su interior, un interior que me aprieta y acoge tan fuerte como si no quisiera que saliera de él...
Nos preparamos así durante algún tiempo para que ella se acostumbre y esté lista, separando mis labios de los suyos mientras la interrogo con la mirada.- ¿Preparada? iré poco a poco de momento...- la aviso de que voy a comenzar, moviéndome despacio al principio para que no le cueste demasiado, empezando a ir y venir pausadamente, de manera marcada y profunda al inicio. Pasado ese primer momento mi cadera empieza a moverse ágilmente, con movimientos rítmicos y vigorosos. Dirijo una de las manos que tengo en el colchón hacia una de sus manos, entrelazando nuestros dedos y apretando en ciertos momentos mientras intercalamos besos y algún que otro mordisco por el cuello con toques de instintos salvajes. Con el paso de los minutos la intensidad de las embestidas va en aumento, saliendo y entrando de ella cada vez más deprisa mientras mi respiración se va volviendo más agitada por la frenética actividad en la que ya no sabría decir ni cuanto tiempo ha pasado, pues he perdido la noción de éste.
Una especie de descarga de energía recorre mi cuerpo llegados al punto álgido, al clímax, un momento que desearía que fuese eterno, al igual que la mirada que intercambio con ella en ese momento. Cierro los ojos un instante y dejo escapar un gruñido de placer mientras me libero por fin en su interior, dejando después reposar la cabeza sobre su pecho a la par que la abrazo. No tengo palabras que se ajusten a lo que querría decir, pero ella debe saberlo aunque no diga nada. Trato de acompasar la respiración durante el tiempo tras terminar que permanecemos así, todavía unidos, dándole un beso en los labios antes de salir definitivamente de ella. Me retiro para yacer a su lado, tendiéndome boca arriba. Ladeo la cabeza para mirarla con una sonrisa de complicidad, de que estoy jodidamente feliz en este instante por lo que acaba de pasar entre ambos.
- +18:
- El susurro de las palabras de Ian le acarician los labios y el corazón. Te todos los panoramas posibles nunca hubiese imaginado que él le correspondería. Pero con la sentencia que ha salido de sus labios empieza a creer este escenario. No hay detalles brillantes, no hay neblina, no hay sombras extrañas y fuera de lugar; no es una ilusión. Es la realidad. Había encontrado con quién estar, alguien además de su familia.
Y aunque su comentario no es jocoso a Catherine le hace un poco de gracia y se le escapa una pequeña risa -No tienes porque irte- Respondió para después morder sus labios suavemente y volver a besarlo. Sus labios le sabian a ambrosia, con cada minuto que pasaba se hacía más intensa la sensación de necesidad que tenía de el, de requerir sus manos alrededor de su cuerpo acariciándola y luego apretándola contra el. Era increíble como en cosa de segundos una caricia se convertía de un gesto cariño a un intenso gesto de necesidad de roce. Podía sentir su pecho contra el de ella y su vientre contra el suyo generando un infierno de calor que estaba por consumirlos a los dos.
Sus primeros movimientos no le pasaron desapercibidos y Catherine se mordió el labio con el ceño levemente fruncido antes de que su rostro se serenara. La incomodidad dio paso al placer y su cuerpo se relajó. Sus labios volvieron a tomar protagonismo y descendieron por el cuello de el, grabándose su aroma para siempre. Entrelazo sus dedos con los de él apretando su mano con fuerza para que le sirviera de punto de apoyo mientras empezaba a perder el control. El placer fue en ascenso hasta que ambos alcanzaron el punto máximo de éxtasis, uno que Catherine alguna vez había conocido pero nada como aquel. La sensación había nacido desde su interior y había ascendido recorriéndola por todo el cuerpo con una fuerza arrasadora que Ian debió percatar porque terminó clavándole los dientes en el hombro y las uñas en la espalda. La fiereza de aquella explosión desbarató cualquier integridad o concentración que tenía su mente, la disperso en millones de pedacitos inconexos y su campo telepático se extendió.
Cuando Ian se apoyo en su pecho, la pelinegra no se había movido ni un ápice pero al abrazarla reacciona finalmente. Necesitaba una barrera de contención y su mente tradujo el abrazo en eso y se puso a dar vueltas solo en aquel pequeño espacio que formaban ellos dos. La unión de sus mentes estaba presente pero para quien quisiera leerla no entendería verdaderamente la profundidad de sus pensamientos. No había imágenes ni palabras en particular. Más de una vez Catherine había dicho que la mente no era un libro para leer, ahora se asemejaba más a una galaxia y en cada uno de sus puntos un sentimiento o una sensación que solo ellos podían identificar. La comunión silenciosa de ambos se fue diluyendo mientras Ian se alejaba de ella hacia un costado de la cama entonces abrió los ojos y ladeó la cabeza hacia el mientras se acostaba de lado con las piernas dobladas, sonriendole de la misma manera que el.
Se tomó su tiempo para respirar lentamente y así regularla mientras le pasaba una mano por el pelo para sacárselo de la cara -No tenía ni idea de que tu… bueno, ya sabes- le dijo mientras se sacaba el cabello del rostro para ponérselo tras la oreja y que no le estorbara.
Dados
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Catherine Le Fay' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Embarazo' :
'Embarazo' :
La extensión del campo telepático de Catherine se extiende también a mi mente cuando la abrazo, amplificando y multiplicando por mucho toda esa oleada de placer, una especie de explosión que dispersa completamente mi mente al igual que la de ella. Cientos de sensaciones y vivencias bombardean mi mente una tras otra, de manera fugaz y desordenada. Todas ellas están relacionadas con nosotros, aunque no soy capaz de pensar ni analizarlas, pensar es lo último que podría hacer en estos momentos. Nuestras mentes están unidas en una durante esos instantes, en una situación única que nunca había experimentado. Repetiría una y mil veces, cuantas más mejor, y espero que así sea.
Al separarme respire profundamente, notando cómo se dilute así la conjunción de nuestras mentes, al igual que la de nuestros cuerpos. Trato de asimilar todo lo vivido, alucinando todavía por lo último de la conexión mental. - wow...ha sido...¿a esto te referías antes cuando te disculpaste por si usabas tus poderes ?- pregunto sorprendido acercándola un poco más a mi para que pueda apoyar al cabeza sobre mi pecho, mientras paso un brazo por debajo de ella para dejarlo descansar sobre sus hombros. Comienzo a acariciar su brazo distraídamente, retirando un poco el cabello que le cae sobre los hombros. Le doy un pequeño beso en la frente ante su pregunta, pensando en cómo explicar lo que me pide.
- ¿De que quería algo más contigo, algo más que amistad? Yo lo sabía, tal vez de manera inconsciente, pero me costaba reconocerlo. Además me parecía muy complicado que tú y yo...ya sabes...que consiguiésemos pasar de amistad a algo más. Y me daba miedo perder lo que teníamos. Creo que fue cuando estuve encerrado que me di cuenta de lo que me pasaba. Tuve mucho tiempo para pensar...- trato de evitar que esos recuerdos enturbien lo más mínimo el momento que acabo de vivir, procurando apartarlos antes de deleitarme demasiado en ellos. Evito también mencionar los celos que sentí cuando Maxwell se acercaba tanto a ella, eso también puede fastidiar el ambiente, y espero que ya no haya conexión mental en este momento para que no pueda verlo. Ahora le toca responder a ella, también tengo curiosidad por saber cuándo.
- ¿ Y tú...? Me tenías muy despistado, no sabía si sólo querías amistad, siempre dude de que quisieses más contacto conmigo, por eso no me atreví a dar el paso el día que dormimos juntos en la base de la Resistencia.
Al separarme respire profundamente, notando cómo se dilute así la conjunción de nuestras mentes, al igual que la de nuestros cuerpos. Trato de asimilar todo lo vivido, alucinando todavía por lo último de la conexión mental. - wow...ha sido...¿a esto te referías antes cuando te disculpaste por si usabas tus poderes ?- pregunto sorprendido acercándola un poco más a mi para que pueda apoyar al cabeza sobre mi pecho, mientras paso un brazo por debajo de ella para dejarlo descansar sobre sus hombros. Comienzo a acariciar su brazo distraídamente, retirando un poco el cabello que le cae sobre los hombros. Le doy un pequeño beso en la frente ante su pregunta, pensando en cómo explicar lo que me pide.
- ¿De que quería algo más contigo, algo más que amistad? Yo lo sabía, tal vez de manera inconsciente, pero me costaba reconocerlo. Además me parecía muy complicado que tú y yo...ya sabes...que consiguiésemos pasar de amistad a algo más. Y me daba miedo perder lo que teníamos. Creo que fue cuando estuve encerrado que me di cuenta de lo que me pasaba. Tuve mucho tiempo para pensar...- trato de evitar que esos recuerdos enturbien lo más mínimo el momento que acabo de vivir, procurando apartarlos antes de deleitarme demasiado en ellos. Evito también mencionar los celos que sentí cuando Maxwell se acercaba tanto a ella, eso también puede fastidiar el ambiente, y espero que ya no haya conexión mental en este momento para que no pueda verlo. Ahora le toca responder a ella, también tengo curiosidad por saber cuándo.
- ¿ Y tú...? Me tenías muy despistado, no sabía si sólo querías amistad, siempre dude de que quisieses más contacto conmigo, por eso no me atreví a dar el paso el día que dormimos juntos en la base de la Resistencia.
El gesto en el rostro de Ian hace que la joven sonría un poco rara para después asentir. Asumió que era de eso de lo que le había hablado Desmond y tenía razón al decir que la primera vez era absolutamente épica. La fusión que habían tenido ambos había sido íntima, mucho más de lo que ella esperaba pero le había costado energía volver a reconstruir su mente y la de el en su lugar. De solo pensar en lo que hubiese ocurrido si no hubiese obtenido su legado… Probablemente estaría sangrando por la nariz profusamente. -Si… Creo…- Respondió aunque su gesto era más bien vago -Desmond fue quien me advirtió pero nunca pensé que sería así… - Le indico alzando suavemente las cejas mientras se acomodaba junto a él. Apoyo la cabeza en su pecho y ella guardo silencio para escuchar el latido de su corazón agitado. Cerró los ojos disfrutando del tamborileo y las caricias de Ian que ya dejaban de tener la ansiedad y deseo inicial para demostrar afecto.
Movió la cabeza para asentir cuando el hizo la pregunta, completando la frase incompleta que había dejado al aire. Comprendía con mucha exactitud lo que estaba explicándole y sonrió de manera casi triste al pensar que era complicado. Era demasiado complicado -Pero lo hicimos fácil- susurró dejándole un beso en el pecho con algo más de alegría en su corazón. Lo habían hecho fácil porque así debía ser la vida. A veces tenía que dejar de preocuparse por los demás y empezar a pensar en ella misma. En sus deseos, en lo que quería y luchar por ello.
-Yo me di cuenta el día que me atacaron- Indicó frunciendo suavemente el ceño al rememorar la locura de aquel día. Solo quería hacer algo bien, un cambio, y todo se había torcido -Porque, en principio, sabía que podía contar contigo. Nos dijimos cosas horribles pero cuando necesite ayuda estuviste ahí…- Se movió con suavidad para apoyar el mentón en su pecho y alzar la vista hacia el. Por un momento sus ojos le enfocaron y luego divagaron en una imagen lejana -Pero cuando pensé que habías muerto…- Cerró los ojos. Los sentimientos que la golpearon aquel día se renovaron en ese momento y la respiración se le agitó antes de dejar caer la cabeza y apoyar la frente en él -Fue horrible. Mierda … y luego ya no podía dormir. No quería creer que estabas muerto por mi culpa y no podía hacer eso a los Knox ni a Chloe, más que nada a ti. Y me di cuenta cuánto me importaba- Expreso finalmente para estrecharlo contra ella misma con la fiel necesidad de saber que si, estaba ahí, vivo y coleando.
Tardo bastante en reponerse de aquellos sentimientos tan horribles y mantuvo su abrazo alrededor de él hasta que finalmente soltó una risa corta -Ese día estuve a punto de besarte- Alzó finalmente la cara con una ceja levantada y un gesto divertido en el rostro -Te lo juro por Morgana. Lo recuerdo muy claramente. Estabas pasando por encima de mi… y, no lo sé, me acobarde… no quería que hubiese incomodidades entre nosotros ahora que volvía a tenerte.
Movió la cabeza para asentir cuando el hizo la pregunta, completando la frase incompleta que había dejado al aire. Comprendía con mucha exactitud lo que estaba explicándole y sonrió de manera casi triste al pensar que era complicado. Era demasiado complicado -Pero lo hicimos fácil- susurró dejándole un beso en el pecho con algo más de alegría en su corazón. Lo habían hecho fácil porque así debía ser la vida. A veces tenía que dejar de preocuparse por los demás y empezar a pensar en ella misma. En sus deseos, en lo que quería y luchar por ello.
-Yo me di cuenta el día que me atacaron- Indicó frunciendo suavemente el ceño al rememorar la locura de aquel día. Solo quería hacer algo bien, un cambio, y todo se había torcido -Porque, en principio, sabía que podía contar contigo. Nos dijimos cosas horribles pero cuando necesite ayuda estuviste ahí…- Se movió con suavidad para apoyar el mentón en su pecho y alzar la vista hacia el. Por un momento sus ojos le enfocaron y luego divagaron en una imagen lejana -Pero cuando pensé que habías muerto…- Cerró los ojos. Los sentimientos que la golpearon aquel día se renovaron en ese momento y la respiración se le agitó antes de dejar caer la cabeza y apoyar la frente en él -Fue horrible. Mierda … y luego ya no podía dormir. No quería creer que estabas muerto por mi culpa y no podía hacer eso a los Knox ni a Chloe, más que nada a ti. Y me di cuenta cuánto me importaba- Expreso finalmente para estrecharlo contra ella misma con la fiel necesidad de saber que si, estaba ahí, vivo y coleando.
Tardo bastante en reponerse de aquellos sentimientos tan horribles y mantuvo su abrazo alrededor de él hasta que finalmente soltó una risa corta -Ese día estuve a punto de besarte- Alzó finalmente la cara con una ceja levantada y un gesto divertido en el rostro -Te lo juro por Morgana. Lo recuerdo muy claramente. Estabas pasando por encima de mi… y, no lo sé, me acobarde… no quería que hubiese incomodidades entre nosotros ahora que volvía a tenerte.
Imaginarme a Desmond hablando con Catherine sobre eso me hace bastante gracia, sobre todo conociendo cómo es él, un poco torpe en asuntos de lucha y demás. Es como que no me lo imagino, y desde luego prefiero no hacerlo, que se me rompe el momento si se pasa de cómico. - Qué suerte tenéis los mentalistas...sentís las cosas como amplificadas, a más niveles.- reflexiono mirando al techo, rememorando lo que ha sucedido hace escasos minutos. Dejo de divagar sobre el tema de la conexión de los mentalistas con las sensaciones que sienten ellos mismos y son capaces de transmitir a otros, regresando a tierra y apartando la mirada del techo. Ladeo la cabeza para contemplar a Catherine tendida sobre mi pecho, disfrutando de la vista de su desnudez y la sensación de calidez al estar abrazados, mientras continúo acariciando su brazo con la mano que tengo sobre éste, pasándola de tanto en tanto por su cabello.
- Y deberíamos seguir haciéndolo fácil...- susurro en toda una declaración de intenciones en referencia a lo que ha dicho ella, pues no me gustaría que esto fuese cosa de una noche, no ha sido un encuentro que deba quedarse sólo en algo de ese tipo. Presto mucho interés a su confesión sobre el momento en el que se dio cuenta de que yo le importaba, el día en el que sucedió ese ataque con centinelas en medio de una calle de Londres. Por muy enfadados que hubiésemos podido estar (de lo cual no tengo recuerdos muy claros, no sé qué motivos tuvimos) no me cabe de que no habría podido abandonarla a su suerte, no la habría dejado sin acudir en su ayuda.
- Da igual cuánto hubiésemos discutido, si alguien te importa eso va a estar por encima de cualquier absurda disputa. Ahí es donde realmente se sabe con quién puedes contar y con quién no. Sabes que seguiremos discutiendo...- comento con una media sonrisa burlona, seguro que vamos a seguir chocando en varias cosas, a pesar de haber llegado a este punto en nuestra relación. - Pero también sabes que ninguno va a poder alejarse del otro ya. Estos meses de atrás estuvimos separados...eso no podía durar para siempre.- de manera inevitable nos hemos vuelto a reunir, como si así tuviese que ser, siguiendo el curso natural de las cosas, sin forzar, dejando que suceda. La aferro más fuerte contra mí al notar el modo en que ella me da ese abrazo, como si quisiera asegurarse de que sigo aquí y no voy a desaparecer más, no como aquella vez que me atraparon. Dejo un beso en sus labios cuando se inclina sobre mi para apoyar nuestras frentes un momento, sonriendo con picardía al escuchar esa confesión sobre lo que estuvo a punto de hacer aquel día.
- Somos idiotas...¿te puedes creer que yo también estuve pensando en lo mismo pero no me atreví? Justo cuando pasé por encima de ti en la litera. Ambos en ese preciso momento...- río divertido por lo curioso que me parece que ambos estuviésemos pensando igual pero no fuésemos capaces de hacer nada, suspirando después. Al final no había salido mal, ha valido la pena la espera. - Tampoco quería perder la amistad por hacer algo que no fuese a ser correspondido, siempre se corre ese riesgo.- y pase lo que pase espero que no la perdamos, por mucho que sea más fácil dar el paso de amistad a amor que de amor a amistad. Dejamos que vayan pasando el tiempo entre conversaciones, carantoñas y caricias, y aunque me quedaría aquí para siempre ya empieza a ser momento de movernos, pues no tardará en amanecer y no sabemos si dejaremos de tener la casa sólo para nosotros. Le doy un beso en la mejilla antes de incorporarme para levantarme de la cama, yendo en dirección hacia el baño, a la ducha. - Creo que sólo hay agua caliente para una ducha...habrá que ahorrar, ¿no?.. - comento a modo de invitación, mintiendo deliberadamente con media sonrisa. Me doy la vuelta para entrar al cuarto de baño, del cual dejo la puerta abierta. Abro el grifo de la ducha para meterme debajo, regulando la temperatura hasta ponerla en agua caliente.
- Y deberíamos seguir haciéndolo fácil...- susurro en toda una declaración de intenciones en referencia a lo que ha dicho ella, pues no me gustaría que esto fuese cosa de una noche, no ha sido un encuentro que deba quedarse sólo en algo de ese tipo. Presto mucho interés a su confesión sobre el momento en el que se dio cuenta de que yo le importaba, el día en el que sucedió ese ataque con centinelas en medio de una calle de Londres. Por muy enfadados que hubiésemos podido estar (de lo cual no tengo recuerdos muy claros, no sé qué motivos tuvimos) no me cabe de que no habría podido abandonarla a su suerte, no la habría dejado sin acudir en su ayuda.
- Da igual cuánto hubiésemos discutido, si alguien te importa eso va a estar por encima de cualquier absurda disputa. Ahí es donde realmente se sabe con quién puedes contar y con quién no. Sabes que seguiremos discutiendo...- comento con una media sonrisa burlona, seguro que vamos a seguir chocando en varias cosas, a pesar de haber llegado a este punto en nuestra relación. - Pero también sabes que ninguno va a poder alejarse del otro ya. Estos meses de atrás estuvimos separados...eso no podía durar para siempre.- de manera inevitable nos hemos vuelto a reunir, como si así tuviese que ser, siguiendo el curso natural de las cosas, sin forzar, dejando que suceda. La aferro más fuerte contra mí al notar el modo en que ella me da ese abrazo, como si quisiera asegurarse de que sigo aquí y no voy a desaparecer más, no como aquella vez que me atraparon. Dejo un beso en sus labios cuando se inclina sobre mi para apoyar nuestras frentes un momento, sonriendo con picardía al escuchar esa confesión sobre lo que estuvo a punto de hacer aquel día.
- Somos idiotas...¿te puedes creer que yo también estuve pensando en lo mismo pero no me atreví? Justo cuando pasé por encima de ti en la litera. Ambos en ese preciso momento...- río divertido por lo curioso que me parece que ambos estuviésemos pensando igual pero no fuésemos capaces de hacer nada, suspirando después. Al final no había salido mal, ha valido la pena la espera. - Tampoco quería perder la amistad por hacer algo que no fuese a ser correspondido, siempre se corre ese riesgo.- y pase lo que pase espero que no la perdamos, por mucho que sea más fácil dar el paso de amistad a amor que de amor a amistad. Dejamos que vayan pasando el tiempo entre conversaciones, carantoñas y caricias, y aunque me quedaría aquí para siempre ya empieza a ser momento de movernos, pues no tardará en amanecer y no sabemos si dejaremos de tener la casa sólo para nosotros. Le doy un beso en la mejilla antes de incorporarme para levantarme de la cama, yendo en dirección hacia el baño, a la ducha. - Creo que sólo hay agua caliente para una ducha...habrá que ahorrar, ¿no?.. - comento a modo de invitación, mintiendo deliberadamente con media sonrisa. Me doy la vuelta para entrar al cuarto de baño, del cual dejo la puerta abierta. Abro el grifo de la ducha para meterme debajo, regulando la temperatura hasta ponerla en agua caliente.
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