Recuerdo del primer mensaje :
Este edificio fue un manicomio . Fue abandonado hace muchos años, permaneciendo así hasta su reconversión en hospital, por iniciativa de los Descendientes. En el se atenderá a cualquiera que lo necesite, sin distinción. Ha sido ligeramente reparado y reformado, pero el lugar sigue resultando escalofriante.
Quedó destruido durante el "reinado" de SAM y se han resinstaurado las obras para crear un nuevo hospital.
[Hospital]
Este edificio fue un manicomio . Fue abandonado hace muchos años, permaneciendo así hasta su reconversión en hospital, por iniciativa de los Descendientes. En el se atenderá a cualquiera que lo necesite, sin distinción. Ha sido ligeramente reparado y reformado, pero el lugar sigue resultando escalofriante.
Quedó destruido durante el "reinado" de SAM y se han resinstaurado las obras para crear un nuevo hospital.
- Datos:
- Los personajes aquí ingresados recuperarán 20 PS por día real que permanezcan aquí (al igual que en otros hospitales) al ser atendidos y descansar un tiempo prudencial, hasta completar la barra por completo.
El estado de nervios de Catherine a causa de la noticia va en aumento, a pesar de no estar confirmada. Le hago un gesto con las manos como queriendo decir que vaya despacio, que se lo tome con calma y no se levante de la camilla de ese modo. Me quedo boquiabierto cuando confiesa que no ama a Max, sin entender nada en este momento. - ¿Entonces...por qué vais a casaros? - poderoso, puro...tal como habla de él me suena un poco a conveniencia, probablemente mutua. Mi oculta vena cotilla se ve alimentada por el nivel de salseo que tiene la cosa. Ahora resulta que el hijo es de otro, no de su prometido. Resulta ser que ha pasado las vacaciones con Ian, el chico que participó en el torneo, y que el hijo es de él. Y al parecer lo quiere. No puedo evitar mirarla enternecido por su valor al reconocer que quiere estar con él, pero está metida en un buen lío. - Wow...no sé qué decir. - está claro que la gente va a hablar, pero debería darle igual.
- Mira, podemos guardar el secreto por ahora, hasta que estés preparada para decirlo y enfrentarlo. Pero tendrás que acabar diciéndolo, al menos a tu prometido. Se lo debes, porque podría sentirse engañado. - no conozco demasiado a Max y tampoco me cayó demasiado bien por el modo en el que irrumpió en la sala, pero se merece cierto respeto en ese aspecto. La verdad. - Respecto a tus hermanos no te preocupes, son chicos comprensivos. Y tu madre...muerta está. - aunque suene duro, pero es así. Ya no puede interponerse en su vida. - Además, que el chico no venga de familia respetable no quiere decir que no tenga sangre mágica, no deberían ponerte pegas. - se me ocurre pensar que lo mío con Sophia sería más complicado, ni siquiera sé si considerarían nuestra descendencia como válida, en el caso de tenerla. Carraspeo para mi mismo por el pensamiento que acabo de tener, volviendo a prestar atención a Catherine. Me siento a los pies de la camilla cuando ella se tumba de lado para comenzar a llorar, intentando tranquilizarla un poco.
- Es lógico que estés asustada, eres joven, pero ni torpe ni tonta. Tendrás gente alrededor que te ayudará, si decides seguir adelante.- respecto a lo de la guerra ya no sé qué decirle, es cierto que criar un hijo en un mundo en guerra puede parecer una odisea. - Tu hijo, o hija, verán la paz en algún momento. Por eso tenemos que trabajar más duro por traerla. Tómate tu tiempo para pensar y calmarte. - le doy unas palmaditas en la pierna para consolarla un poco, levantándome después de la camilla para ir a hacia el armariete de mi consulta. Busco en el estante de aparatos para pruebas diagnósticas, en concreto una especie de dedal metálico para indicar si hay o no embarazo. Vuelvo a acercarme a Catherine, tomando su mano un momento para pinchar su dedo índice con una aguja. Coloco el dedal debajo, en cuanto salen un par de gotas de sangre. Después aguardo unos segundos, esperando el cambio que confirme su estado. Si no hay nada permanecerá igual, pero no es el caso. Enseguida empieza cambiar de color, tiñendo el gris metálico de dorado, soltando también alguna chispa luminosa de color azulado. Después aparecen unos números grabados en el metal que desaparecen a los pocos segundos. - Confirmado. Según esto estás de poco más de un mes. Enhorabuena.- sonrío amablemente, dejando a un lado el aparatejo que he usado para saberlo.
- Mira, podemos guardar el secreto por ahora, hasta que estés preparada para decirlo y enfrentarlo. Pero tendrás que acabar diciéndolo, al menos a tu prometido. Se lo debes, porque podría sentirse engañado. - no conozco demasiado a Max y tampoco me cayó demasiado bien por el modo en el que irrumpió en la sala, pero se merece cierto respeto en ese aspecto. La verdad. - Respecto a tus hermanos no te preocupes, son chicos comprensivos. Y tu madre...muerta está. - aunque suene duro, pero es así. Ya no puede interponerse en su vida. - Además, que el chico no venga de familia respetable no quiere decir que no tenga sangre mágica, no deberían ponerte pegas. - se me ocurre pensar que lo mío con Sophia sería más complicado, ni siquiera sé si considerarían nuestra descendencia como válida, en el caso de tenerla. Carraspeo para mi mismo por el pensamiento que acabo de tener, volviendo a prestar atención a Catherine. Me siento a los pies de la camilla cuando ella se tumba de lado para comenzar a llorar, intentando tranquilizarla un poco.
- Es lógico que estés asustada, eres joven, pero ni torpe ni tonta. Tendrás gente alrededor que te ayudará, si decides seguir adelante.- respecto a lo de la guerra ya no sé qué decirle, es cierto que criar un hijo en un mundo en guerra puede parecer una odisea. - Tu hijo, o hija, verán la paz en algún momento. Por eso tenemos que trabajar más duro por traerla. Tómate tu tiempo para pensar y calmarte. - le doy unas palmaditas en la pierna para consolarla un poco, levantándome después de la camilla para ir a hacia el armariete de mi consulta. Busco en el estante de aparatos para pruebas diagnósticas, en concreto una especie de dedal metálico para indicar si hay o no embarazo. Vuelvo a acercarme a Catherine, tomando su mano un momento para pinchar su dedo índice con una aguja. Coloco el dedal debajo, en cuanto salen un par de gotas de sangre. Después aguardo unos segundos, esperando el cambio que confirme su estado. Si no hay nada permanecerá igual, pero no es el caso. Enseguida empieza cambiar de color, tiñendo el gris metálico de dorado, soltando también alguna chispa luminosa de color azulado. Después aparecen unos números grabados en el metal que desaparecen a los pocos segundos. - Confirmado. Según esto estás de poco más de un mes. Enhorabuena.- sonrío amablemente, dejando a un lado el aparatejo que he usado para saberlo.
El día de después de luna llena siempre es el peor día del mes, pues tras pasar la noche convertido en licántropo amaneces sintiéndote como si te hubieran dado una paliza. En esta ocasión me había alejado bastante de cualquier núcleo de población, pero tampoco había acudido a Llangoed. Llevo tiempo queriendo pasarme por allí, aunque no veo el momento de hacerlo. Tal vez deba contactar primero con Jarkko para saber si siguen aceptándome en aquel lugar después de tanto tiempo sin dar señales de vida. Lo cierto es que lo necesito para poder avanzar con los entrenamientos de control durante las noches de luna llena.
Amanezco tirado en una zona boscosa que hay a unos 50 kilómetros de la casa Hacksaw, usando la desaparición para llegar hasta allí. No hay nadie en ese momento, supongo que estarán ocupados cada uno con sus cosas. Subo directamente hasta mi habitación para pasar al baño a darme una ducha, quitándome de encima los restos de tierra y sangre (propia y ajena) de la noche anterior. Supongo que será cosa de la pelea que tuve con aquel jabalí impertinente que acabó siendo devorado por mí. Se me revuelve el estómago al recordar que me lo zampé casi entero, una de las cosas malas que tiene recordar lo que has hecho la noche anterior. Al menos sé que no herí a nadie en mi camino. Al salir de la ducha termino de asearme, lavándome los dientes y desinfectando algunas heridas poco importantes que voy tapando y que curarán en pocos días. Me visto con lo primero que pillo en el armario, tirándome boca arriba en la cama con la intención de dormir bastantes horas, tal vez el día enteri¡o. Pero en cuanto cierro los ojos recibo un mensaje telepático por parte de Catherine, lo que hace que me levante de la cama como un resorte. Acaba de decir que está en el hospital y que es una emergencia, así que me levanto de la cama rápidamente. Me lleva como dos o tres minutos conseguir desaparecerme, la preocupación y el cansancio me desconcentran lo suficiente como para no lograrlo a la primera. En cuanto lo consigo desaparezco de la casa Hacksaw para reaparecer en el hall del hospital del bosque de Sherwood. Corro por los pasillos en busca de la consulta 3, abriendo sin llamar en cuanto estoy delante.
- ¡Catherine! - entro buscándola con la mirada, acercándome a ella rápidamente al ver que está tendida de lado en la camilla, y llorando. Apoyo una mano en su hombro, agachándome a su altura para verle mejor el rostro mientras paso la otra mano por su mejilla. No parece herida, aparentemente, ni tampoco parece tener fiebre o algo que indique que esté enferma. - ¿Qué ha pasado? ¿qué tienes...? - alzo una mirada de preocupación hacia Lucio, esperando que me diga algo. - Ha dicho que era una emergencia, ¿cuánto hace que está así?- ella estaba bien hace un par de días, cuando nos separamos por seguridad, por el tema de la luna llena. Durante el mes y poco que llevo con ella la he visto más relajada y bien que nunca antes, a excepción de algún momento puntual en el que parecía no encontrarse muy bien. No le dimos mucha importancia, pues se le pasaba rápido. Ahora me siento algo culpable por no haberla traído al médico antes, si es que tiene que ver con eso.
Amanezco tirado en una zona boscosa que hay a unos 50 kilómetros de la casa Hacksaw, usando la desaparición para llegar hasta allí. No hay nadie en ese momento, supongo que estarán ocupados cada uno con sus cosas. Subo directamente hasta mi habitación para pasar al baño a darme una ducha, quitándome de encima los restos de tierra y sangre (propia y ajena) de la noche anterior. Supongo que será cosa de la pelea que tuve con aquel jabalí impertinente que acabó siendo devorado por mí. Se me revuelve el estómago al recordar que me lo zampé casi entero, una de las cosas malas que tiene recordar lo que has hecho la noche anterior. Al menos sé que no herí a nadie en mi camino. Al salir de la ducha termino de asearme, lavándome los dientes y desinfectando algunas heridas poco importantes que voy tapando y que curarán en pocos días. Me visto con lo primero que pillo en el armario, tirándome boca arriba en la cama con la intención de dormir bastantes horas, tal vez el día enteri¡o. Pero en cuanto cierro los ojos recibo un mensaje telepático por parte de Catherine, lo que hace que me levante de la cama como un resorte. Acaba de decir que está en el hospital y que es una emergencia, así que me levanto de la cama rápidamente. Me lleva como dos o tres minutos conseguir desaparecerme, la preocupación y el cansancio me desconcentran lo suficiente como para no lograrlo a la primera. En cuanto lo consigo desaparezco de la casa Hacksaw para reaparecer en el hall del hospital del bosque de Sherwood. Corro por los pasillos en busca de la consulta 3, abriendo sin llamar en cuanto estoy delante.
- ¡Catherine! - entro buscándola con la mirada, acercándome a ella rápidamente al ver que está tendida de lado en la camilla, y llorando. Apoyo una mano en su hombro, agachándome a su altura para verle mejor el rostro mientras paso la otra mano por su mejilla. No parece herida, aparentemente, ni tampoco parece tener fiebre o algo que indique que esté enferma. - ¿Qué ha pasado? ¿qué tienes...? - alzo una mirada de preocupación hacia Lucio, esperando que me diga algo. - Ha dicho que era una emergencia, ¿cuánto hace que está así?- ella estaba bien hace un par de días, cuando nos separamos por seguridad, por el tema de la luna llena. Durante el mes y poco que llevo con ella la he visto más relajada y bien que nunca antes, a excepción de algún momento puntual en el que parecía no encontrarse muy bien. No le dimos mucha importancia, pues se le pasaba rápido. Ahora me siento algo culpable por no haberla traído al médico antes, si es que tiene que ver con eso.
Sophia Diborguesse
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Mientras estaba en el castillo Black, recibi un mensaje por parte de Lucio en el espejo, el pobre hombre al no verme por la consulta penso que quiza estaba enfadada o dolida por el pequeño incidente en su tierra o por si algo me ha pasado, acaricio el espejo y trato de ver como funciona, pensando en Lucio como si lo tuviera delante y hablo al espejo.
- Siento no haber ido antes, estoy sola en el castillo Black y no me he podido acercar, mirare si tengo alguna forma de poder acercarme a echarte una mano.
Dicho esto, guardo el espejo con cuidado en uno de los bolsillos de la bata y busco por el pasillo. Me encuentro con uno de los criados y les pido amablemente me indiquen la manera de poder ir cerca de Londres al hospital, el hombre amablemente solicita un carruaje para mi en el que me transportan hasta la entrada del castillo y se van asegurandome que en caso de que llegue alguno de los hermanos, les avisaran de que estoy por aqui y se pasen cuando puedan a buscarme. Una vez dentro del hospital me dirijo a la recepcion y pregunto por Lucio, me indican que esta en su consulta atendiendo y si necesito que me acompañen. Amablemente rechazo la ayuda y yo misma trato de buscar su consulta. Una vez en la puerta, llamo suavemente golpeando con el indice en la madera.
Abri al puerta suavemente por si estaba consultando y me asomo por la rendija de la puerta. Veo que hay una pareja, una mujer en una camilla y un chico a su lado que debe ser un familiar o su pareja. Abro la puerta en su totalidad, entro y suavemente cierro la puerta y saludo timidamente con la mano a todos los presentes, en especial a Lucio.
- Siento la tardanza, no he podido venir antes, necesitas algun tipo de ayuda en la consulta, Lucio?
- Siento no haber ido antes, estoy sola en el castillo Black y no me he podido acercar, mirare si tengo alguna forma de poder acercarme a echarte una mano.
Dicho esto, guardo el espejo con cuidado en uno de los bolsillos de la bata y busco por el pasillo. Me encuentro con uno de los criados y les pido amablemente me indiquen la manera de poder ir cerca de Londres al hospital, el hombre amablemente solicita un carruaje para mi en el que me transportan hasta la entrada del castillo y se van asegurandome que en caso de que llegue alguno de los hermanos, les avisaran de que estoy por aqui y se pasen cuando puedan a buscarme. Una vez dentro del hospital me dirijo a la recepcion y pregunto por Lucio, me indican que esta en su consulta atendiendo y si necesito que me acompañen. Amablemente rechazo la ayuda y yo misma trato de buscar su consulta. Una vez en la puerta, llamo suavemente golpeando con el indice en la madera.
Abri al puerta suavemente por si estaba consultando y me asomo por la rendija de la puerta. Veo que hay una pareja, una mujer en una camilla y un chico a su lado que debe ser un familiar o su pareja. Abro la puerta en su totalidad, entro y suavemente cierro la puerta y saludo timidamente con la mano a todos los presentes, en especial a Lucio.
- Siento la tardanza, no he podido venir antes, necesitas algun tipo de ayuda en la consulta, Lucio?
-Porque...Porque mi madre quería casarlo con Layla y pensé que...si ella estaba muerta, estaba bien para mí. Supongo, ya tenía su aprobación- Murmuró en un hilo de voz. Lucio, así como otros Descendientes ya entrados en la edad adulta, habían conocido a Elise Le Fay. Una mujer absolutamente autoritaria, controladora, sangre pura y particularmente retorcida y astuta. Poderosa sin duda y con un aura que inspiraba terror. Pero fue lo que no dijo Lucio lo que la hizo bajar la vista. Si él no sabía que decir, qué iba a saber ella?
-Es que..Está desaparecido. Hace más de un mes que no me contacta, es muy extraño Lucio. No lo sé...Quiero tratar de salir de esto lo antes posible. Espero poder ubicar a Maxwell, se lo debo- En cuando señaló aquello que era evidente para casi cualquiera, que su madre estaba muerta, Catherine volvió a alzar la vista hacia él con una mirada significativa. La gente sólo le decía eso cada vez que la sacaba a colación pero lo cierto es que nunca habían entendido la relación que ella había tenido con su progenitora -¿Y tu nunca piensas en hacer orgullosos a tus padres, incluso estando muertos?- Cuestionó antes de soltar un suspiro que se veía cortado por los sollozos.
La pelinegra difiere mucho de Lucio con aquello de "torpe y tonta" porque definitivamente le costaba hacer las cosas como debería pero prefirió no seguir con ello, su mente se desvió a la reunión fallida que habían tenido con la alianza y después pensó en ideas para poder finalmente hacer la paz. No se le venía ninguna a la cabeza que no incluyera amenazas. Dejó que tomara la muestra y luego cerró los ojos esperando, por un escaso momento, que le dijera que se trataba de un problema hormonal pero en cuando suelta el tiempo se lleva las manos al vientre para volver a la posición fetal. Pasan escasos minutos hasta que Ian llega, los dedos de Cath se ciernen sobre los suyos con fuerza sin encontrar las palabras correctas para decirlo. Está consciente de que está preguntándole cosas a Lucio pero en su mente sólo hay una cosa que no la deja calmarse -Estamos trabajando co...Contra el reloj. Tengo...Tenemos...Ocho meses para hacer las cosas bien. Tenemos que lograr la paz, Ian. Necesito que haya paz- Insistió tirando de él cuando una nueva persona ingresa a la sala. Las lágrimas en sus ojos no la dejan distinguirla bien en principio por lo que se pierde el saludo, escucha sus palabras pero le parecen absolutamente ajenas así que se vuelve a refugiar en Ian echándole los brazos al cuello y estrechándolo contra ella. Su respiración empieza a volverse un poco más regular al recordar, sin falta, que le había prometido que estaría con ella pasara lo que pasara. Levantó sutilmente la cabeza para que sus labios llegarasn al oido del ajeno, no quería que el medimago le diera la noticia -Estoy encinta. Estoy embarazada con nuestro bebé-
-Es que..Está desaparecido. Hace más de un mes que no me contacta, es muy extraño Lucio. No lo sé...Quiero tratar de salir de esto lo antes posible. Espero poder ubicar a Maxwell, se lo debo- En cuando señaló aquello que era evidente para casi cualquiera, que su madre estaba muerta, Catherine volvió a alzar la vista hacia él con una mirada significativa. La gente sólo le decía eso cada vez que la sacaba a colación pero lo cierto es que nunca habían entendido la relación que ella había tenido con su progenitora -¿Y tu nunca piensas en hacer orgullosos a tus padres, incluso estando muertos?- Cuestionó antes de soltar un suspiro que se veía cortado por los sollozos.
La pelinegra difiere mucho de Lucio con aquello de "torpe y tonta" porque definitivamente le costaba hacer las cosas como debería pero prefirió no seguir con ello, su mente se desvió a la reunión fallida que habían tenido con la alianza y después pensó en ideas para poder finalmente hacer la paz. No se le venía ninguna a la cabeza que no incluyera amenazas. Dejó que tomara la muestra y luego cerró los ojos esperando, por un escaso momento, que le dijera que se trataba de un problema hormonal pero en cuando suelta el tiempo se lleva las manos al vientre para volver a la posición fetal. Pasan escasos minutos hasta que Ian llega, los dedos de Cath se ciernen sobre los suyos con fuerza sin encontrar las palabras correctas para decirlo. Está consciente de que está preguntándole cosas a Lucio pero en su mente sólo hay una cosa que no la deja calmarse -Estamos trabajando co...Contra el reloj. Tengo...Tenemos...Ocho meses para hacer las cosas bien. Tenemos que lograr la paz, Ian. Necesito que haya paz- Insistió tirando de él cuando una nueva persona ingresa a la sala. Las lágrimas en sus ojos no la dejan distinguirla bien en principio por lo que se pierde el saludo, escucha sus palabras pero le parecen absolutamente ajenas así que se vuelve a refugiar en Ian echándole los brazos al cuello y estrechándolo contra ella. Su respiración empieza a volverse un poco más regular al recordar, sin falta, que le había prometido que estaría con ella pasara lo que pasara. Levantó sutilmente la cabeza para que sus labios llegarasn al oido del ajeno, no quería que el medimago le diera la noticia -Estoy encinta. Estoy embarazada con nuestro bebé-
Creo comprender eso de que quiera agradar a sus antepasados, en este caso su madre, pero no es motivo para aceptar una boda. Lo de Maxwell me escama un poco, pues es raro que haya desaparecido. - Tal vez se suponga algo y no quiera saber nada del tema. Quién sabe. O tal vez le haya pasado algo. Sea lo que sea hay que localizarlo, para evitar que el problema vaya a mayores. - no quiero que se desate un crimen pasional por todo esto, hay que estar muy atentos al desarrollo de los acontecimientos. La confirmación de la noticia no hace sino acrecentar su estado de nerviosismo, que seguramente esté relacionado con la revolución hormonal del momento. Por fin llega el padre en cuestión, preocupado al no saber de qué va la cosa. Niego con la cabeza, señalando después a Catherine para que se lo cuente ella. - No es nada grave. - comento escuetamente, apartándome un poco para darles intimidad en este momento tan suyo.
Al acercarme a mi mesa vuelvo a mirar el espejo que usé para avisar a Sophia, sintiéndome aliviado al recibir su mensaje. Ha debido salir hace un buen rato, porque al poco de ver el mensaje llega a la consulta. Salgo a recibirla con una cordial sonrisa, cortándome a la hora de darle un beso en la mejilla porque estamos delante de pacientes, por mucho que conozca a Catherine. - Tranquila, no es ninguna emergencia. Creo que podemos dejarlos solos para que hablen. - intuyo que Catherine ya le ha dado a Ian la noticia, así que me atrevo a decir algo más. - Cuídala, chico, ¿de acuerdo?. Los primeros meses estarás algo molesta, pero luego mejorarás. Tendrás que pasar controles y revisiones conmigo, así que quiero verte en la consulta dentro de dos o tres meses. Cualquier problema que surja antes no dudéis en decírmelo. Enhorabuena a los dos. - les felicito por la buena nueva, pasando después la mano por el hombro de Sophia para dirigirme con ella fuera de la consulta, al pasillo. Me alegra mucho volver a verla, y sobre todo que no se haya enfadado.
- Estaba preocupado por no saber de ti, al no verte por el hospital. Creí que te habías mosqueado por lo de la isla, o por haberme separado un poco. O peor, que podía haberte pasado algo con la Alianza. Es mejor venir a trabajar cuando sé que estás por aquí. -
Al acercarme a mi mesa vuelvo a mirar el espejo que usé para avisar a Sophia, sintiéndome aliviado al recibir su mensaje. Ha debido salir hace un buen rato, porque al poco de ver el mensaje llega a la consulta. Salgo a recibirla con una cordial sonrisa, cortándome a la hora de darle un beso en la mejilla porque estamos delante de pacientes, por mucho que conozca a Catherine. - Tranquila, no es ninguna emergencia. Creo que podemos dejarlos solos para que hablen. - intuyo que Catherine ya le ha dado a Ian la noticia, así que me atrevo a decir algo más. - Cuídala, chico, ¿de acuerdo?. Los primeros meses estarás algo molesta, pero luego mejorarás. Tendrás que pasar controles y revisiones conmigo, así que quiero verte en la consulta dentro de dos o tres meses. Cualquier problema que surja antes no dudéis en decírmelo. Enhorabuena a los dos. - les felicito por la buena nueva, pasando después la mano por el hombro de Sophia para dirigirme con ella fuera de la consulta, al pasillo. Me alegra mucho volver a verla, y sobre todo que no se haya enfadado.
- Estaba preocupado por no saber de ti, al no verte por el hospital. Creí que te habías mosqueado por lo de la isla, o por haberme separado un poco. O peor, que podía haberte pasado algo con la Alianza. Es mejor venir a trabajar cuando sé que estás por aquí. -
El maldito médico no me dice nada sobre lo que le pasa a Catherine, sólo se limita a dar una vaga respuesta que no me tranquiliza en absoluto. Frunzo el ceño ante la ausencia de información, desviando un momento la mirada hacia la mujer que entra en la consulta preguntando algo a Lucio. Por lo visto ninguno de los dos me va a informar de nada, ya que Lucio sugiere ir fuera para dejarnos a hablar. La manera en que Catherine se incorpora para aferrarse a mí hace que me preocupe más todavía, abrazándola con fuerza para tratar de tranquilizarla. De repente le entra el agobio por poner fin a la guerra, dando un tiempo muy concreto para lograrlo. No sé a qué viene esto ahora, ni por qué ha dicho la duración exacta para conseguirlo.
- Claro, vamos a poner fin a esto, no sé cuándo, pero lo haremos. Ahora dime algo, Catherine...me estás asustando...- paso una mano por su cabeza cuando se refugia contra mi pecho, notando como su respiración va calmándose con el paso de los segundos. Lo contrario de lo que me empieza a suceder a mí, que se me está acelerando el pulso cada vez más. Bajo lentamente la mano que tenía sobre su cabeza cuando ella la alza para susurrarme algo al oído, teniendo que pensar dos veces en lo que acabo de oír porque no estoy seguro de escuchado bien.
Mi cara de sorpresa es casi instantánea al darme cuenta de que sí, que he escuchado correctamente. Es perfectamente posible, pues desde que nos encontramos hace mes y poco hemos tenido relaciones en numerosas ocasiones sin tomar ninguna medida de prevención. Inmediatamente cuadra todo lo que ha dicho antes, lo de los ocho meses, y todo lo que empieza a decir Lucio, al cual sólo escucho a medias porque todavía estoy asimilando la noticia. No pasan demasiados segundos hasta que reacciono a eso de ir a ser padres, dándome cuenta de que la noticia me acaba sacando una sonrisa sincera, a pesar de estar sintiendo infinidad de cosas a la vez que todavía no logro identificar. Me separo un poco de Catherine para poder mirarla directamente a los ojos, completamente ilusionado y sin poder borrar la sonrisa de mis labios. - Vamos a ser padres...- susurro para creérmelo un poco más porque todavía me suena a algo que no es real, aunque al verbalizarlo también comienza a preocuparme responsabilidad que debe acarrear eso de tener a un ser indefenso a tu cargo. Tomo su rostro entre mis manos para besarla en los labios, intentando disipar así los temores que acabo de identificar entre todo ese jaleo de pensamientos que cruzan por mi mente en este momento. Bajo mis manos a su cintura y apoyo mi frente contra la suya cuando me separo de ella, respirando hondo. - Es la mejor noticia que me podías dar en este momento. Ya empezaba a pensar que te pasaba algo. ¿Te encuentras bien ahora?- el misterio del médico y las lágrimas de ella no hacían más que aumentar mi intranquilidad, aunque comprendo que no me haya dicho nada para dejar que Catherine me de la noticia. También comprendo sus lágrimas al pensar en que va a nacer en un mundo en guerra, por eso me ha pedido que solucionemos todo antes de que nazca. - Va a ir todo bien, ya lo verás. No dejaré que nadie os haga nada. - declaro lo último con fiereza, tal como lo haría un lobo que protege a su manada. Si ya antes protegía a los míos, ahora con más motivo.
- Claro, vamos a poner fin a esto, no sé cuándo, pero lo haremos. Ahora dime algo, Catherine...me estás asustando...- paso una mano por su cabeza cuando se refugia contra mi pecho, notando como su respiración va calmándose con el paso de los segundos. Lo contrario de lo que me empieza a suceder a mí, que se me está acelerando el pulso cada vez más. Bajo lentamente la mano que tenía sobre su cabeza cuando ella la alza para susurrarme algo al oído, teniendo que pensar dos veces en lo que acabo de oír porque no estoy seguro de escuchado bien.
Mi cara de sorpresa es casi instantánea al darme cuenta de que sí, que he escuchado correctamente. Es perfectamente posible, pues desde que nos encontramos hace mes y poco hemos tenido relaciones en numerosas ocasiones sin tomar ninguna medida de prevención. Inmediatamente cuadra todo lo que ha dicho antes, lo de los ocho meses, y todo lo que empieza a decir Lucio, al cual sólo escucho a medias porque todavía estoy asimilando la noticia. No pasan demasiados segundos hasta que reacciono a eso de ir a ser padres, dándome cuenta de que la noticia me acaba sacando una sonrisa sincera, a pesar de estar sintiendo infinidad de cosas a la vez que todavía no logro identificar. Me separo un poco de Catherine para poder mirarla directamente a los ojos, completamente ilusionado y sin poder borrar la sonrisa de mis labios. - Vamos a ser padres...- susurro para creérmelo un poco más porque todavía me suena a algo que no es real, aunque al verbalizarlo también comienza a preocuparme responsabilidad que debe acarrear eso de tener a un ser indefenso a tu cargo. Tomo su rostro entre mis manos para besarla en los labios, intentando disipar así los temores que acabo de identificar entre todo ese jaleo de pensamientos que cruzan por mi mente en este momento. Bajo mis manos a su cintura y apoyo mi frente contra la suya cuando me separo de ella, respirando hondo. - Es la mejor noticia que me podías dar en este momento. Ya empezaba a pensar que te pasaba algo. ¿Te encuentras bien ahora?- el misterio del médico y las lágrimas de ella no hacían más que aumentar mi intranquilidad, aunque comprendo que no me haya dicho nada para dejar que Catherine me de la noticia. También comprendo sus lágrimas al pensar en que va a nacer en un mundo en guerra, por eso me ha pedido que solucionemos todo antes de que nazca. - Va a ir todo bien, ya lo verás. No dejaré que nadie os haga nada. - declaro lo último con fiereza, tal como lo haría un lobo que protege a su manada. Si ya antes protegía a los míos, ahora con más motivo.
-Imposible. Me he cerrado a todos…- Murmuró con cierto pesar. Se había sentido culpable al hacerlo al principio, tanta desconexión después de servir de vínculo entre ambos bandos era cerrar una vía que ella se había ocupado de abrir. Pero lo necesitaba. Sin embargo, la desaparición de Max no hacía más que cerrarle el estómago. Como si se sintiera que había calma antes de que empeorara la tormenta pero sus pensamientos pronto empezaron a disiparse ante la presencia de Ian, que lograba darle tranquilidad. No obstane, Lucio llama su atención porque empieza a irse y el rostro de Catherine vuelve a congestionarse de preocupación pues la dejaba con una terrible responsabilidad de la que no sabía nada. Intuyó que la mujer que había entrado era Sophia y decidió morderse la lengua, si ella había tenido su momento, él también podría.
La muchacha, al separarse de Ian, alzo su vista hacia él notando la profunda y sincera felicidad que empieza a aflorar en su rostro y sintiéndose repentinamente mal de que su reacción fuese tan diferente. Asintió con suavidad sonriendo apenas un poco, contagiada por su sorpresa y aceptación. -Sí- Murmuró en voz baja apretando las manos que tenía contra tus hombros antes de besarle los labios, con la misma sensación de empezar a drenar todo el miedo y las culpas que sentía por el cariño y amor que se profesaban el uno al otro. Abrió los ojos cuando le dijo aquello y se rió brevemente -Sí...Me… Pues, me he asustado mucho- Confesó respirando aún más profundo para luego soltar la respiración muy lentamente. Con una de sus manos se quitó las lágrimas del rostro pensando, curiosamente, en lo fea que debía verse con tanta llorantina.
-No dejaremos que nadie nos haga nada. Que nadie nos diga cómo tenemos que vivir- Musitó, asintiendo, en concordancia con lo que decía él aún así su sentencia respecto a ella. A ellos… Joder, empezaba a ser raro. Bajo un momento la vista hacia su vientre pensando que había una persona allí dentro, creciendo dentro de ella, comiendo...Y frunció el ceño. Era muy extraño, tal vez demasiado -Tenemos que hacer tantas cosas… - Le mencionó mientras contenía las ganas de picarse la panza a ver si sentía algo diferente. Volvió a respirar profundo y alzó la vista -¿Ha dicho dos o tres meses? ¿No es mucho?- Pero claro, qué iba a saber ella de embarazo alguno. Seguramente, Lucio tenía razón y agradecía que había hecho los hechizos antes de que le diera la noticia pues ahora no se sentía con ganas de hacer absolutamente nada de magia.
Después de un rato de silencio parpadeó y volvió a soltar -Vamos a ser padres- Pero de una manera un poco más tranquila y determinada, tomó sus manos con suavidad -Bueno, si no llegamos a solucionarlo… Al menos tendrá un papá que sabe pelear. Y la otra, pues...Supongo que aprenderá de política o algo…- Frunció el ceño un poco confundida tratando de empezar a buscar el lado más “jocoso” mientras se bajaba de la camilla -Volvamos a casa… A tu casa, a tu cama...Necesito recostarme contigo-
La muchacha, al separarse de Ian, alzo su vista hacia él notando la profunda y sincera felicidad que empieza a aflorar en su rostro y sintiéndose repentinamente mal de que su reacción fuese tan diferente. Asintió con suavidad sonriendo apenas un poco, contagiada por su sorpresa y aceptación. -Sí- Murmuró en voz baja apretando las manos que tenía contra tus hombros antes de besarle los labios, con la misma sensación de empezar a drenar todo el miedo y las culpas que sentía por el cariño y amor que se profesaban el uno al otro. Abrió los ojos cuando le dijo aquello y se rió brevemente -Sí...Me… Pues, me he asustado mucho- Confesó respirando aún más profundo para luego soltar la respiración muy lentamente. Con una de sus manos se quitó las lágrimas del rostro pensando, curiosamente, en lo fea que debía verse con tanta llorantina.
-No dejaremos que nadie nos haga nada. Que nadie nos diga cómo tenemos que vivir- Musitó, asintiendo, en concordancia con lo que decía él aún así su sentencia respecto a ella. A ellos… Joder, empezaba a ser raro. Bajo un momento la vista hacia su vientre pensando que había una persona allí dentro, creciendo dentro de ella, comiendo...Y frunció el ceño. Era muy extraño, tal vez demasiado -Tenemos que hacer tantas cosas… - Le mencionó mientras contenía las ganas de picarse la panza a ver si sentía algo diferente. Volvió a respirar profundo y alzó la vista -¿Ha dicho dos o tres meses? ¿No es mucho?- Pero claro, qué iba a saber ella de embarazo alguno. Seguramente, Lucio tenía razón y agradecía que había hecho los hechizos antes de que le diera la noticia pues ahora no se sentía con ganas de hacer absolutamente nada de magia.
Después de un rato de silencio parpadeó y volvió a soltar -Vamos a ser padres- Pero de una manera un poco más tranquila y determinada, tomó sus manos con suavidad -Bueno, si no llegamos a solucionarlo… Al menos tendrá un papá que sabe pelear. Y la otra, pues...Supongo que aprenderá de política o algo…- Frunció el ceño un poco confundida tratando de empezar a buscar el lado más “jocoso” mientras se bajaba de la camilla -Volvamos a casa… A tu casa, a tu cama...Necesito recostarme contigo-
Sophia Diborguesse
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- No no - dije negando con la cabeza - he estado medio perdida en el castillo Black, como estaba sola no sabia como hacer para llegar, hasta que encontre los medios para volver, sino hubiera vuelto antes, no me paso nada ni tampoco estoy enfadada, Lucio, como ya te he dicho, comprendo la situacion en la que estais, en otra ocasion sera, siempre podemos ir a otro sitio a pasear y tomar una buena taza de te.
Lucio me saco fuera de la sala para dejar a solas y tranquilamente a los futuros padres para que pudieran disfrutar de las buenas noticias, era un pequeño milagro en todo este caos de la guerra, una alegria en estos tiempos tan penumbrosos, la vida continua y nace como una flor enmedio de un bosque incendiado para volver a llenarlo de vida y color. De alguna manera, internamente me desanime un poco, envidiaba el poder llegar a tener una vida asi. Ciertamente habia aceptado todo lo que me habia sucedido hasta el momento, y lo habia sabido llevar con mucha paciencia y teson, pero el pensar que la vida ya no iba a ser tan normal para mi despues de haber observado tal pequeño milagro, internamente me hacia sentir con los animos decaidos. Lucio cuando estaba a mi alrededor parecia no importarle nada en absoluto, de hecho lo tomaba con la mayor de las naturalidades, asi que timidamente me atrevi a preguntarle.
- Lucio, tu crees que que alguna vez podrias tener una vida normal? Quiero decir, si podrias plantearte el formar una familia, tener tu propia casa, ademas de lo que ya tienes como tu hospital y tus responsabilidades... O para ti ya es una vida bastante comoda y normal? Mi desconocimiento sobre los temas magicos me impide tener una vision clara sobre la vida con poderes y obligaciones un tanto peculiares y diferentes a los de un ser humano.
Lucio me saco fuera de la sala para dejar a solas y tranquilamente a los futuros padres para que pudieran disfrutar de las buenas noticias, era un pequeño milagro en todo este caos de la guerra, una alegria en estos tiempos tan penumbrosos, la vida continua y nace como una flor enmedio de un bosque incendiado para volver a llenarlo de vida y color. De alguna manera, internamente me desanime un poco, envidiaba el poder llegar a tener una vida asi. Ciertamente habia aceptado todo lo que me habia sucedido hasta el momento, y lo habia sabido llevar con mucha paciencia y teson, pero el pensar que la vida ya no iba a ser tan normal para mi despues de haber observado tal pequeño milagro, internamente me hacia sentir con los animos decaidos. Lucio cuando estaba a mi alrededor parecia no importarle nada en absoluto, de hecho lo tomaba con la mayor de las naturalidades, asi que timidamente me atrevi a preguntarle.
- Lucio, tu crees que que alguna vez podrias tener una vida normal? Quiero decir, si podrias plantearte el formar una familia, tener tu propia casa, ademas de lo que ya tienes como tu hospital y tus responsabilidades... O para ti ya es una vida bastante comoda y normal? Mi desconocimiento sobre los temas magicos me impide tener una vision clara sobre la vida con poderes y obligaciones un tanto peculiares y diferentes a los de un ser humano.
Con el paso de los minutos parece que ambos vamos asimilando la noticia y que ella está más relajada que al principio. Paso los pulgares por sus mejillas para terminar de limpiarle las lágrimas que habían rodado por éstas, sonriendo a su confesión de haberse asustado. No es para menos, aunque sea una noticia buena no deja de ser una gran sorpresa, algo para lo que no nos vemos preparados en este momento, en esta situación. - Que todos los "sustos" que nos llevemos sean e este tipo. - susurro antes de depositar un beso en sus labios, abrazándola después para permanecer así durante varios segundos, escuchando su declaración de intenciones sobre nuestro modo de vivir a partir de ahora. Nadie significa nadie, ni los enemigos, ni su familia, ni su prometido, ni el Consejo.
- Me parece un buen momento para iniciar una rebelión de esas. Creo que no soy muy buena influencia para ti...- bromeo sobre sus intenciones rebeldes de nosotros contra todo, separándome después de ella. Suelto un pesado suspiro mientras asiento, sabedor de que tenemos demasiado por hacer y no creo que logremos alcanzar la paz antes de que nazca. La verdad es que la situación me da vértigo sólo de pensarla, a pesar de estar feliz por la noticia, pues una cosa no quita la otra. - Tú ahora tienes que cuidarte mucho más, y mantenerte lejos de situaciones de riesgo. - me encojo de hombros al no saber si es mucho o no el tiempo de revisiones que ha dicho Lucio, no tengo ni idea.
- Puees...vendremos más a menudo. O lo llamas y que venga a casa. - agradezco que los médicos nos hayan dejado intimidad en este momento, la necesitábamos. Bajo la mano a su vientre en silencio mientras repite que vamos a ser padres, aunque esta vez con otro tono. Se me hace extraño pensar que ahí dentro está ya nuestro hijo, resultándome una sensación muy difícil de explicar. Lo único que necesito saber ahora mismo es que cuidaré y protegeré a ambos como sea. La ayudo a bajarse de la camilla, tomándola de la mano para dirigirnos a la puerta de la consulta. - ¿Ves? será buena combinación, yo le enseñaré a pelear y tú podrás enseñarle tooda la magia que sabes mientras que con la política echas a todos los corruptos del poder. No es mal plan. - bromeo mientras salimos de la consulta, despidiéndonos de Lucio y Sophia. Mientras avanzamos por el pasillo empiezo a pensar que creo que voy a necesitar hablar con Lyran, o con mi padre, me harán falta consejos. Nos marchamos del hospital para ir a descansar a casa, utilizando mi estatuilla de grifo para convocar uno del plano astral que haga las veces de transporte. No es adecuado usar aparición en su estado, así que nos marchamos de allí montados en el grifo, volando hacia nuestra casa.
- Me parece un buen momento para iniciar una rebelión de esas. Creo que no soy muy buena influencia para ti...- bromeo sobre sus intenciones rebeldes de nosotros contra todo, separándome después de ella. Suelto un pesado suspiro mientras asiento, sabedor de que tenemos demasiado por hacer y no creo que logremos alcanzar la paz antes de que nazca. La verdad es que la situación me da vértigo sólo de pensarla, a pesar de estar feliz por la noticia, pues una cosa no quita la otra. - Tú ahora tienes que cuidarte mucho más, y mantenerte lejos de situaciones de riesgo. - me encojo de hombros al no saber si es mucho o no el tiempo de revisiones que ha dicho Lucio, no tengo ni idea.
- Puees...vendremos más a menudo. O lo llamas y que venga a casa. - agradezco que los médicos nos hayan dejado intimidad en este momento, la necesitábamos. Bajo la mano a su vientre en silencio mientras repite que vamos a ser padres, aunque esta vez con otro tono. Se me hace extraño pensar que ahí dentro está ya nuestro hijo, resultándome una sensación muy difícil de explicar. Lo único que necesito saber ahora mismo es que cuidaré y protegeré a ambos como sea. La ayudo a bajarse de la camilla, tomándola de la mano para dirigirnos a la puerta de la consulta. - ¿Ves? será buena combinación, yo le enseñaré a pelear y tú podrás enseñarle tooda la magia que sabes mientras que con la política echas a todos los corruptos del poder. No es mal plan. - bromeo mientras salimos de la consulta, despidiéndonos de Lucio y Sophia. Mientras avanzamos por el pasillo empiezo a pensar que creo que voy a necesitar hablar con Lyran, o con mi padre, me harán falta consejos. Nos marchamos del hospital para ir a descansar a casa, utilizando mi estatuilla de grifo para convocar uno del plano astral que haga las veces de transporte. No es adecuado usar aparición en su estado, así que nos marchamos de allí montados en el grifo, volando hacia nuestra casa.
Sophia es tan comprensiva que me dan ganas de abrazarla efusivamente por lo que dice sobre entender la situación. Obviamente me contengo y no lo hago, no soy de los que se dejen llevar normalmente por sus impulsos, y además creo que todavía no tenemos la confianza suficiente para ello. - Gracias por tu comprensión. Intenté hablar con los partidarios de seguir con la isla cerrada, pero no atienden a razones. Hay otros que sí me apoyan, pero bueno...supongo que hasta que no solucionen lo del culpable no podremos hacer nada. - me lamento por la lentitud de la investigación, que no depende de mí, sino de los que tienen poderes mentales. Y ahora una de ellas está embarazada y no creo que vaya a estar muy involucrada en los asuntos de la isla. Me despido de la pareja cuando salen de la consulta, recordándoles lo de las revisiones y demás. Luego me quedo a solas con Sophia, invitándola a acompañarme a la cafetería del hospital para tomar algo.
- Me agrada tu sugerencia, podemos tomar algo aquí más tranquilamente y me cuentas si tienes en mente nuevos proyectos. Por cierto, ya encargué que empezaran a construir una fuente en el patio interior del edificio y que intenten adecentar esto para que sea más habitable.- la pregunta de tener una vida normal me deja un tanto confuso por no esperarla en absoluto, así que me quedo unos segundos sin saber responder. Alguna vez me lo había planteado, pero siempre me he visualizado en la isla. Tras meditarlo un poco trato de responder de manera coherente a lo que pienso. - Sí...de hecho los del Consejo tenemos la obligación de formar una familia para dejar descendencia, así que me lo había planteado. Las familias formadas suelen vivir en la isla, pero también hay algunos que optan por apartar a sus hijos de aquello hasta que llega el momento. Hasta ahora no he tenido la oportunidad de encontrar a alguien para ello...- y cuando se encuentra a alguien a veces te ponen trabas.
- ¿Y tú, te has planteado eso alguna vez? ya sabes...formar una familia a pesar de la guerra. Los jóvenes que estaban antes dentro deben estar preocupados por eso.
"no es para menos, cualquiera estaría asustado"
- Me agrada tu sugerencia, podemos tomar algo aquí más tranquilamente y me cuentas si tienes en mente nuevos proyectos. Por cierto, ya encargué que empezaran a construir una fuente en el patio interior del edificio y que intenten adecentar esto para que sea más habitable.- la pregunta de tener una vida normal me deja un tanto confuso por no esperarla en absoluto, así que me quedo unos segundos sin saber responder. Alguna vez me lo había planteado, pero siempre me he visualizado en la isla. Tras meditarlo un poco trato de responder de manera coherente a lo que pienso. - Sí...de hecho los del Consejo tenemos la obligación de formar una familia para dejar descendencia, así que me lo había planteado. Las familias formadas suelen vivir en la isla, pero también hay algunos que optan por apartar a sus hijos de aquello hasta que llega el momento. Hasta ahora no he tenido la oportunidad de encontrar a alguien para ello...- y cuando se encuentra a alguien a veces te ponen trabas.
- ¿Y tú, te has planteado eso alguna vez? ya sabes...formar una familia a pesar de la guerra. Los jóvenes que estaban antes dentro deben estar preocupados por eso.
"no es para menos, cualquiera estaría asustado"
Sophia Diborguesse
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Cuando la pareja se marcho, me despedi timidamente de ellos con la mano. Lucio me hace una invitacion para acompañarle y me lleva hasta la cafeteria. Alli pido un te lapsang souchong con un poco d eleche y unas pastitas para acompañarlo. Me sente en una de las sillas y comenzamos a hablar. Cuando me comento que empezo obras en el hospital y sobretodo lo de una fuente, no pude evitar el reir un poco. Me conto ademas la dureza de la vida de uno de los suyos, sus obligaciones para con los de su organizacion, parece que tienen una vida bastante marcada de la que poco se pueden salir de ella, en sus palabras obtengo un poco la respuesta que estaba buscando.
- La verdad es que nunca me lo he planteado, he tenido una vida bastante solitaria, hasta hace poco me no me llegaba a plantear lo que es el termino amistad, mi unico contacto con el mundo mas alla de unas paredes de laboratorio era mi hermano y ahora que me ha pasado esto, no se muy bien si el termino normalidad entra en mi vida, no pertenezco a vuestro mundo y tampoco del que yo venia, estoy perdida en un limbo entre mundos, puede que sepa utilizar algunas artes magicas, pero no soy maga, pero tampoco soy una humana al 100% - me como una de las galletitas y bebo un poco del te - mi familia los Di Borguesse, somos una familia un tanto peculiar, mi padre es medico, mi madre maestra y mi hermano mayor es ingeniero. Mi hermano y yo somos como dos polos opuestos y siempre ha sido como mi protector, por desgracia, tanto seas humano como mago da igual, conque seas diferente aun siendo de la misma raza, te ven mal y tratan de aplastarte, mi hermano muchas veces se metio en problemas por defenderme...
Me quedo un poco absorta en mis pensamientos mientras sigo tomando el te y las pastitas. Esa era mi vida normal y sin embargo, mi vision del mundo empieza a chocar ahora y el causarme que tenga mas preguntas que respuestas y aquello que tenia por seguro me hiciera dudar aun mas. Supongo que simplemente tendria que readaptarme, pensar que mientras esta guerra dure, mi dia a dia no va a ser el de siempre, y el dia de mañana, cuando todo termine, podre elegir como quiero que sea.
- La verdad es que nunca me lo he planteado, he tenido una vida bastante solitaria, hasta hace poco me no me llegaba a plantear lo que es el termino amistad, mi unico contacto con el mundo mas alla de unas paredes de laboratorio era mi hermano y ahora que me ha pasado esto, no se muy bien si el termino normalidad entra en mi vida, no pertenezco a vuestro mundo y tampoco del que yo venia, estoy perdida en un limbo entre mundos, puede que sepa utilizar algunas artes magicas, pero no soy maga, pero tampoco soy una humana al 100% - me como una de las galletitas y bebo un poco del te - mi familia los Di Borguesse, somos una familia un tanto peculiar, mi padre es medico, mi madre maestra y mi hermano mayor es ingeniero. Mi hermano y yo somos como dos polos opuestos y siempre ha sido como mi protector, por desgracia, tanto seas humano como mago da igual, conque seas diferente aun siendo de la misma raza, te ven mal y tratan de aplastarte, mi hermano muchas veces se metio en problemas por defenderme...
Me quedo un poco absorta en mis pensamientos mientras sigo tomando el te y las pastitas. Esa era mi vida normal y sin embargo, mi vision del mundo empieza a chocar ahora y el causarme que tenga mas preguntas que respuestas y aquello que tenia por seguro me hiciera dudar aun mas. Supongo que simplemente tendria que readaptarme, pensar que mientras esta guerra dure, mi dia a dia no va a ser el de siempre, y el dia de mañana, cuando todo termine, podre elegir como quiero que sea.
Llego a la cafetería con Sophia, pidiendo un té Chai para mientras tomamos asiento en un lugar alejado de la barra. Por fin tenemos un poco de tranquilidad y sin temor de que nos echen de ningún lado, en un ambiente relajado y sin los nervios de la primera cita aquella en la que nos conocimos. Yo pensaba que vivíamos algo aislados, pero lo que me cuenta ella lo supera. Casi sin contactos, a excepción de su hermano y poco más. No puedo disimular cierto gesto de sorpresa, bebiendo un poco de té mientras ella sigue contándome. El sentimiento de no pertenencia que menciona debe ser bastante molesto, no sentirse ni de un lado ni de otro. Sonrío con mi característica sonrisa de amabilidad para animarla, dejando la taza de té en la mesa.
- Así que no te lo has planteado hasta el momento. Ahora tienes la opción de hacer una vida distinta y de conocer a más gente. Gente con la que trabajes, o con los renegados. También creo que no debería importar tu origen para encajar. Todo sería más sencillo si simplemente viésemos personas en lugar de magos, elfos, humanos y demás. Espero que al menos ahora te sientas a gusto, trabajando aquí. - me doy cuenta del cariño con el que parece hablar de su familia, especialmente del hermano que la protegía. - La mía fue muy distinta. Ya sabes...tensiones de sucesión en el Consejo. Algunos miembro de la familia sienten envidia si eres el heredero. Tal y como suele suceder con las monarquías, aunque el puesto es menos relevante.
Supongo que cada uno se acostumbra poco a poco a su cotidianeidad, aunque no sea la mejor del mundo. No tengo ni idea de lo que está pasando por la isla últimamente, pero me apetece poco subir por allí, tal y como le sucede a Catherine. Me siento algo culpable por estar pasando un poco de todo aquello, pero necesito alejarme unas semanas. - En el fondo creo que somos un par de idealistas que quieren cambiar el mundo.- concluyo en tono soñador y sin abandonar la sonrisa. Bebo un poco más de té, pensando en las posibilidades que podría tener con Sophia. Si anulasen la regla de hacer matrimonios sólo entre magos todo sería más fácil. Probablemente elegiría a Sophia, si ella aceptase. Mi cabeza va demasiado deprisa, aunque otra parte de mi piensa: ¿por qué no?
- No sé qué haré si conseguimos acabar con la guerra, pero espero poder acabar antes con absurdas reglas del Consejo. Como lo de poder escoger a una pareja de sangre no mágica...
"a ver si pilla la indirecta"
- Así que no te lo has planteado hasta el momento. Ahora tienes la opción de hacer una vida distinta y de conocer a más gente. Gente con la que trabajes, o con los renegados. También creo que no debería importar tu origen para encajar. Todo sería más sencillo si simplemente viésemos personas en lugar de magos, elfos, humanos y demás. Espero que al menos ahora te sientas a gusto, trabajando aquí. - me doy cuenta del cariño con el que parece hablar de su familia, especialmente del hermano que la protegía. - La mía fue muy distinta. Ya sabes...tensiones de sucesión en el Consejo. Algunos miembro de la familia sienten envidia si eres el heredero. Tal y como suele suceder con las monarquías, aunque el puesto es menos relevante.
Supongo que cada uno se acostumbra poco a poco a su cotidianeidad, aunque no sea la mejor del mundo. No tengo ni idea de lo que está pasando por la isla últimamente, pero me apetece poco subir por allí, tal y como le sucede a Catherine. Me siento algo culpable por estar pasando un poco de todo aquello, pero necesito alejarme unas semanas. - En el fondo creo que somos un par de idealistas que quieren cambiar el mundo.- concluyo en tono soñador y sin abandonar la sonrisa. Bebo un poco más de té, pensando en las posibilidades que podría tener con Sophia. Si anulasen la regla de hacer matrimonios sólo entre magos todo sería más fácil. Probablemente elegiría a Sophia, si ella aceptase. Mi cabeza va demasiado deprisa, aunque otra parte de mi piensa: ¿por qué no?
- No sé qué haré si conseguimos acabar con la guerra, pero espero poder acabar antes con absurdas reglas del Consejo. Como lo de poder escoger a una pareja de sangre no mágica...
"a ver si pilla la indirecta"
Sophia Diborguesse
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Continuamos charlando alrededor de nuestros tes, aunque teniamos nuestras ciertas cosas en comun, la vida familiar de Lucio y la mia eran completamente distintas, mientras yo tuve una vida familiar un poco mas libre, la de Lucio estuvo muy marcada por unas reglas desde niño, reglas que aun hoy en dia le siguen oprimiendo. Al final, el mundo humano y magico sigue funcionando igual, nuestras diferencias merman hasta el simple punto de unos poseer un don especial y otros no, pero nuestros comportamientos civilizados funcionan igual con normas absurdas que inhiben a los individuos alcanzar su estado pleno de felicidad. Nuestra charla sobre el futuro y las pequeñas indirectas de Lucio me hacen dejar un momento quieta la taza de te y que me ponga a pensar hacia mi fuero interno, mientras escucho los ecos de la voz del espiritu en mi cabeza a la vez que medito. Despues de un breve silencio, levanto la cara y le miro a los ojos.
- Yo y Nosotros hemos llegado a una conclusion logica... El mundo magico no dista mucho del mundo humano realmente, la unica diferencia que existe entre nosotros es el tener o no un don especial, parece que todos en el fondo, seguimos teniendo extralas costumbres que nos suelen tratar de atar en nuestros ambitos familiares y que a veces necesitamos romper los lazos con estos para poder avanzar y ser felices - volvi a beber un sorbo de la taza de te para humedecer la garganta - tambien pienso que quiza vamos muy deprisa Lucio, aun no acabo de ver mi papel a tu lado... Tu eres un hombre bastante competente, comprometido, que ha conseguido muchas cosas en su lucha diaria, no se que puede aportarte una mujer tan simple como yo a tu vida... - o quiza simplemente es que tenga miedo a abandonar mi zona de comfort, esa zona que tan acostumbrada, dia a dia, a ver y vivir en ella, que me de miedo la aventura.
- Yo y Nosotros hemos llegado a una conclusion logica... El mundo magico no dista mucho del mundo humano realmente, la unica diferencia que existe entre nosotros es el tener o no un don especial, parece que todos en el fondo, seguimos teniendo extralas costumbres que nos suelen tratar de atar en nuestros ambitos familiares y que a veces necesitamos romper los lazos con estos para poder avanzar y ser felices - volvi a beber un sorbo de la taza de te para humedecer la garganta - tambien pienso que quiza vamos muy deprisa Lucio, aun no acabo de ver mi papel a tu lado... Tu eres un hombre bastante competente, comprometido, que ha conseguido muchas cosas en su lucha diaria, no se que puede aportarte una mujer tan simple como yo a tu vida... - o quiza simplemente es que tenga miedo a abandonar mi zona de comfort, esa zona que tan acostumbrada, dia a dia, a ver y vivir en ella, que me de miedo la aventura.
Alzo la taza hasta mis labios para soplar un poco antes de volver a beber, preguntándome mentalmente si la habré asustado con mi última indirecta. Ella no parece querer decir nada al respecto, ya sea porque no se ha dado cuenta o porque prefiere dejarlo correr. Tal vez deba intentar conquistarla un poco más a la antigua usanza, como hacia la gente de otras épocas. Le doy la razón respecto a lo de que ambos mundos son muy parecidos en muchos aspectos, a pesar de que muchos no quieran verlo.
- Nosotros vamos por el camino correcto para acortar esas distancias. Míranos, trabajando juntos a pesar de venir de mundos muy diferentes. - dejo la taza de té entre mis manos, separando una de ellas con la intención de ir a coger la suya. Me quedo a mitad de camino al escucharla decir que igual vamos muy rápido, teniendo que justificar el extraño movimiento cogiendo una servilleta del servilletero.
"entonces sí que se ha dado cuenta de mi indirecta más bien directa..."
- ¿Ehh? ¿crees que vamos deprisa? Pero... si yo...- por suerte no estoy bebiendo y no puedo atragantarme, pero lo habría hecho de ser así. A mi no me parece que vayamos deprisa, pues ni siquiera hemos tenido acercamiento o contacto físico. Puede que ella los sienta así, al haber vivido apartada de todo. Tampoco entiendo por qué se hace de menos, encumbrándome a mí y poniéndose ella casi por los suelos. - Siento si te he agobiado de algún modo. Evitaré hacerlo a partir de ahora. - me disculpo algo serio, apartando un poco la mirada de ella. Lo mejor por ahora será distanciarnos un poco, para darle tiempo y espacio, para que se acostumbre a vivir con más gente.
- Pero no deberías sentirte menos que nadie, Sophia. - aparto la taza a un lado, tarda demasiado en enfriarse y no creo que la acabe antes de que tenga que marcharme para seguir mi turno. - Eres una mujer muy inteligente, y que ha sabido sobreponerse a lo que le sucedió. Y lo más importante es que sigues siendo buena persona a pesar de las cosas que te han pasado. Sigues queriendo ayudar a los demás. Yo no veo "simpleza" mala en eso. Si te refieres a sencillez, no es algo negativo.- aclaro que alguien sencillo no me parece simple en el sentido de vacío o aburrido. La sencillez y la naturalidad son aspectos positivos.
- Tenlo en cuenta y cree un poco más en ti. - me levanto de la silla, pensando en dejar aquí la conversación por el momento para que pueda asimilar con calma lo que le he dicho. Cambio de tema para volver a pisar terreno neutro, el laboral. - Creo que debo ir regresando ya al trabajo. Tenemos que preparar pociones reabastecedoras de sangre por si hay alguna batalla importante y necesitamos muchas dosis. Si necesitas algo estaré por el laboratorio. - paso a su lado, poniendo una mano en su hombro un momento para apretar levemente, más en señal de apoyo y compañerismo, aunque después de la conversación bien puede interpretarse de otro modo. Luego sigo mi camino, abandonando la cafetería para ir hacia los laboratorios del hospital.
- Nosotros vamos por el camino correcto para acortar esas distancias. Míranos, trabajando juntos a pesar de venir de mundos muy diferentes. - dejo la taza de té entre mis manos, separando una de ellas con la intención de ir a coger la suya. Me quedo a mitad de camino al escucharla decir que igual vamos muy rápido, teniendo que justificar el extraño movimiento cogiendo una servilleta del servilletero.
"entonces sí que se ha dado cuenta de mi indirecta más bien directa..."
- ¿Ehh? ¿crees que vamos deprisa? Pero... si yo...- por suerte no estoy bebiendo y no puedo atragantarme, pero lo habría hecho de ser así. A mi no me parece que vayamos deprisa, pues ni siquiera hemos tenido acercamiento o contacto físico. Puede que ella los sienta así, al haber vivido apartada de todo. Tampoco entiendo por qué se hace de menos, encumbrándome a mí y poniéndose ella casi por los suelos. - Siento si te he agobiado de algún modo. Evitaré hacerlo a partir de ahora. - me disculpo algo serio, apartando un poco la mirada de ella. Lo mejor por ahora será distanciarnos un poco, para darle tiempo y espacio, para que se acostumbre a vivir con más gente.
- Pero no deberías sentirte menos que nadie, Sophia. - aparto la taza a un lado, tarda demasiado en enfriarse y no creo que la acabe antes de que tenga que marcharme para seguir mi turno. - Eres una mujer muy inteligente, y que ha sabido sobreponerse a lo que le sucedió. Y lo más importante es que sigues siendo buena persona a pesar de las cosas que te han pasado. Sigues queriendo ayudar a los demás. Yo no veo "simpleza" mala en eso. Si te refieres a sencillez, no es algo negativo.- aclaro que alguien sencillo no me parece simple en el sentido de vacío o aburrido. La sencillez y la naturalidad son aspectos positivos.
- Tenlo en cuenta y cree un poco más en ti. - me levanto de la silla, pensando en dejar aquí la conversación por el momento para que pueda asimilar con calma lo que le he dicho. Cambio de tema para volver a pisar terreno neutro, el laboral. - Creo que debo ir regresando ya al trabajo. Tenemos que preparar pociones reabastecedoras de sangre por si hay alguna batalla importante y necesitamos muchas dosis. Si necesitas algo estaré por el laboratorio. - paso a su lado, poniendo una mano en su hombro un momento para apretar levemente, más en señal de apoyo y compañerismo, aunque después de la conversación bien puede interpretarse de otro modo. Luego sigo mi camino, abandonando la cafetería para ir hacia los laboratorios del hospital.
Aparezco en el hall del hospital situado en las lindes del bosque de Sherwood, cargando con dos personas inconscientes (Setelah y Azazel) bajo mis brazos. Los deposito en un par de camillas que hay en recepción, llamando a gritos a los médicos del lugar. - ¡Traigo a dos heridos graves! ¡y preparaos porque creo que llegarán muchos más! - informo mientras acuden un par de personas vestidas con batas, esperando que además de atender a los heridos informen a los encargados del hospital.
No me había fijado hasta ahora en la mala pinta que tienen los heridos que he traído, como si tuviesen algo más que signos de batalla. Creo que me he perdido muchos capítulos de lo que ha estado pasando con el monstruo ese, pero ya me enteraré cuando salgamos del jaleo que se ha montado en la salida de la gruta aquella. Entorno los ojos tratando de reconocer a los que he salvado, sonándome bastante el hombre. El tipo en cuestión colaboró con mi padre en el golpe de Estado que dieron al Ministerio, y también fue un auror que nos dio bastantes problemas. Es curioso que ahora sea yo el que le ha sacado de allí. Ella no me suena para nada, creo que nunca la he visto. Me separo de las camillas cuando los enfermeros se las llevan por los pasillos, echando un vistazo por si veo a Lucio o a la mujer que lo acompañaba cuando fui a ver a Catherine. Menos mal que ella no se está enterando de esto, porque si no se preocuparía demasiado y querría intervenir de algún modo, cosa que ahora no puede hacer. Intento desaparecerme del lugar en cuanto me aseguro de que la gente que he traído está en buenas manos, esperando que en mi breve ausencia no haya sucedido nada. No consigo desaparecerme al instante por el mareo que me está entrando, así que espero un poco para hacerlo.
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PS: 105 - 10 (sangrado y veneno)= 95
No me había fijado hasta ahora en la mala pinta que tienen los heridos que he traído, como si tuviesen algo más que signos de batalla. Creo que me he perdido muchos capítulos de lo que ha estado pasando con el monstruo ese, pero ya me enteraré cuando salgamos del jaleo que se ha montado en la salida de la gruta aquella. Entorno los ojos tratando de reconocer a los que he salvado, sonándome bastante el hombre. El tipo en cuestión colaboró con mi padre en el golpe de Estado que dieron al Ministerio, y también fue un auror que nos dio bastantes problemas. Es curioso que ahora sea yo el que le ha sacado de allí. Ella no me suena para nada, creo que nunca la he visto. Me separo de las camillas cuando los enfermeros se las llevan por los pasillos, echando un vistazo por si veo a Lucio o a la mujer que lo acompañaba cuando fui a ver a Catherine. Menos mal que ella no se está enterando de esto, porque si no se preocuparía demasiado y querría intervenir de algún modo, cosa que ahora no puede hacer. Intento desaparecerme del lugar en cuanto me aseguro de que la gente que he traído está en buenas manos, esperando que en mi breve ausencia no haya sucedido nada. No consigo desaparecerme al instante por el mareo que me está entrando, así que espero un poco para hacerlo.
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PS: 105 - 10 (sangrado y veneno)= 95
Sophia Diborguesse
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10 dados + 10 habilidad + 40 Vilya = 60 Curación para Ian
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Quizás mi respuesta fue bastante cortante e hizo que Lucio se frenara bastante, no estaba muy segura de todo, quizá simplemente era miedo a crear lazos con alguien, inseguridad, falta de costumbre a que haya gente que se preocupe por mi o simplemente una mezcla de todo lo anterior. Lucio volvió a su laboratorio a preparar más pociones, aun sigue soñando extraño para mi pues normalmente más que pociones, fabricaba medicinas aunque lo más probable es que quiza una poción sea más eficaz y menos dañina para el organismo que una medicina, tendría que estudiarlo.
Allí me quedé sola, pensando y meditando en todo lo que Lucio me dijo mientras acababa de tomar mi té, cuando mis pensamientos fueron interrumpidos por una enfermera que me decía que había una urgencia, me acerqué hasta la entrada donde ya había dos camillas preparadas con personas inconscientes, las cuales mandé llevar a la unidad de cuidados intensivos y luego miré al que los había traido. Era el hombre que estaba con la mujer que estaba embarazada en la consulta de Lucio, presentaba algunas heridas y una cara no muy buena.
Alcé un poquito la mano como si sostuviera algo en ella y dos estrellas se formaron en la comisura de los dedos y las lancé, una se posicionó sobre la cabeza del joven y la otra sobre sus piés, formando un halo de luz alrededor de él curativo.
- Ahora mismo los atenderemos y deja que cierre tus heridas, ¿Hay alguien más que necesite de atención médica?
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Quizás mi respuesta fue bastante cortante e hizo que Lucio se frenara bastante, no estaba muy segura de todo, quizá simplemente era miedo a crear lazos con alguien, inseguridad, falta de costumbre a que haya gente que se preocupe por mi o simplemente una mezcla de todo lo anterior. Lucio volvió a su laboratorio a preparar más pociones, aun sigue soñando extraño para mi pues normalmente más que pociones, fabricaba medicinas aunque lo más probable es que quiza una poción sea más eficaz y menos dañina para el organismo que una medicina, tendría que estudiarlo.
Allí me quedé sola, pensando y meditando en todo lo que Lucio me dijo mientras acababa de tomar mi té, cuando mis pensamientos fueron interrumpidos por una enfermera que me decía que había una urgencia, me acerqué hasta la entrada donde ya había dos camillas preparadas con personas inconscientes, las cuales mandé llevar a la unidad de cuidados intensivos y luego miré al que los había traido. Era el hombre que estaba con la mujer que estaba embarazada en la consulta de Lucio, presentaba algunas heridas y una cara no muy buena.
Alcé un poquito la mano como si sostuviera algo en ella y dos estrellas se formaron en la comisura de los dedos y las lancé, una se posicionó sobre la cabeza del joven y la otra sobre sus piés, formando un halo de luz alrededor de él curativo.
- Ahora mismo los atenderemos y deja que cierre tus heridas, ¿Hay alguien más que necesite de atención médica?
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El miembro 'Sophia Diborguesse' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Decido tomarme un minuto para descansar antes de regresar al campo de batalla a recoger a más gente, sentándome en un banco del hall para recuperarme un poco. Lo que más me está fastidiando es el veneno de los escorpiones esos, pues las heridas que tengo no son realmente graves. Espero que Catherine no trate de contactar conmigo en estos momentos, pues tendría que mentirle y me acabaría pillando con eso de poder leer pensamientos, aunque no tenga por costumbre hacerlo.
A los pocos segundos aparece la mujer que estaba con Lucio cuando vine a la consulta a buscar a Cath. Debe ser otra de las jefas del hospital, o al menos una de las encargadas, pues parece que siempre está por aquí. Le hago caso y me espero un poco más sentado, dejando que canalice su magia sanadora hacia mi. El modo de hacerlo es bastante original y diferente a otras sanaciones que he visto, utilizando un par de estrellas brillantes que dirige a dos zonas diferentes de mi cuerpo. Sus manos también me llaman la atención, tal vez su modo de curación tenga que ver con eso. Las heridas van dejando de sangrar y comienzan a sanarse, ya sean heridas abiertas, magulladoras, algún hueso roto...también se alivian los efectos del veneno, aunque no sé si será suficiente para neutralizarlo todo. Lo cierto es que me siento bastante mejor, así podré regresar y seguir peleando.
- Gracias...- leo el nombre que hay en su bata de médico - Sophia. Sí, seguro que hay muchos más que la necesiten, aunque por ahora he traído a dos heridos. Tus compañeros se los han llevado a la zona de urgencias para atenderlos. Tengo que regresar a por más a la zona en la que están peleando, la Gruta de las Conchas. Hay una especie de demonio contra el que están peleando, pero teníamos que empezar a sacar ya a los heridos. Por eso decía que os estuvieseis preparados, porque posiblemente lleguen más. Los que he traído han estado poseídos por el demonio ese, así que no sé cómo se recuperarán o cómo habrá que tratarlos. Si no podéis aquí con todos también podemos llevarlos al otro hospital, el de Ouroboros. En la pelea también estaba uno de los de la isla. - no le especifico quién es, no creo que sea relevante o que piense que es Lucio, puesto que él se encarga más de sanar que de curar. A no ser que hubiese decidido ir allí como apoyo de batalla. Me levanto de la silla una vez que ha terminado, separándome un poco y despidiéndome de ella antes de desaparecerme de allí para regresar a la maldita gruta.
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PS: 95 + curación sophia= 150
A los pocos segundos aparece la mujer que estaba con Lucio cuando vine a la consulta a buscar a Cath. Debe ser otra de las jefas del hospital, o al menos una de las encargadas, pues parece que siempre está por aquí. Le hago caso y me espero un poco más sentado, dejando que canalice su magia sanadora hacia mi. El modo de hacerlo es bastante original y diferente a otras sanaciones que he visto, utilizando un par de estrellas brillantes que dirige a dos zonas diferentes de mi cuerpo. Sus manos también me llaman la atención, tal vez su modo de curación tenga que ver con eso. Las heridas van dejando de sangrar y comienzan a sanarse, ya sean heridas abiertas, magulladoras, algún hueso roto...también se alivian los efectos del veneno, aunque no sé si será suficiente para neutralizarlo todo. Lo cierto es que me siento bastante mejor, así podré regresar y seguir peleando.
- Gracias...- leo el nombre que hay en su bata de médico - Sophia. Sí, seguro que hay muchos más que la necesiten, aunque por ahora he traído a dos heridos. Tus compañeros se los han llevado a la zona de urgencias para atenderlos. Tengo que regresar a por más a la zona en la que están peleando, la Gruta de las Conchas. Hay una especie de demonio contra el que están peleando, pero teníamos que empezar a sacar ya a los heridos. Por eso decía que os estuvieseis preparados, porque posiblemente lleguen más. Los que he traído han estado poseídos por el demonio ese, así que no sé cómo se recuperarán o cómo habrá que tratarlos. Si no podéis aquí con todos también podemos llevarlos al otro hospital, el de Ouroboros. En la pelea también estaba uno de los de la isla. - no le especifico quién es, no creo que sea relevante o que piense que es Lucio, puesto que él se encarga más de sanar que de curar. A no ser que hubiese decidido ir allí como apoyo de batalla. Me levanto de la silla una vez que ha terminado, separándome un poco y despidiéndome de ella antes de desaparecerme de allí para regresar a la maldita gruta.
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PS: 95 + curación sophia= 150
Aparezco en la entrada del hospital trayendo a Shiro conmigo, tras una conversación en la que me había explicado un poco eso de la maldición de su madre y había compartido conmigo parte del punto de vista que tengo sobre un mundo en paz en el que todos puedan convivir. Me alegra el haber encontrado a alguien pacifista, no es fácil toparse con gente así. Lo de acudir al hospital es más por precaución, pues ya la he curado en el bosque. La sujeto unos momentos por el brazo en cuanto hacemos acto de presencia frente al mostrador de recepción, pues algunos se marean un poco con su primera desaparición.
- Seguro que tú también aprendes a usar aparición algún día. Es muy útil, puede sacarte de líos. - recuerdo cuando me enseñaron lo principal para aparecerse, que era tener el destino en mente. Si no conocías el lugar no podías ir. Acompaño a Shiro a una silla para que se siente y no se caiga, muy cerca de donde está Sophia. Unos segundos antes y me habría topado con mi hermano Ian. Creo que ella me suena de aquel evento de citas rápidas en el burdel, lugar en el que la vi con Lucio ligando. Suelto una risita cotilla por lo bajo, acercándome después.
- Hooola, traigo una paciente. Se cayó en el bosque y se hizo daño en la pierna...eh...pata. Lo que sea. - obvio decir que la he conocido como un animal, ya se dará cuenta ella del resto. - Ya la he curado yo, pero por si acaso necesita revisión. Además, así conoce gente normal, que por lo visto parece que todo el mundo quiere matarla, o eso me ha contado cuando la he conocido. - en ese momento me da por fin por mirar el mensaje en la moneda comunicadora. Varios mensajes acumulados. Algunos de Azahar recordándome que habíamos quedado, algo que olvidé por lo del bosque. Otro es más preocupante, algo de un ataque en la no sé qué gruta. - Parece que hay problemas. Voy a buscar a una amiga para ir con ella hacia allá.- comento a Shiro, avisando de que tengo que marcharme.
- Quédate aquí, te curarán del todo y son buena gente. Volveremos a vernos pronto, en el bosque, o aquí. Mi nombre completo es Chloe Hacksaw, por si necesitas localizarme y tienes que preguntar a alguien. ¡Nos vemos pronto! - dicho esto vuelvo a desaparecerme delante de ellas, despareciendo de allí en un torbellino y dejando atrás el característico sonido de la aparición, similar a un 'fuosh'.
- Seguro que tú también aprendes a usar aparición algún día. Es muy útil, puede sacarte de líos. - recuerdo cuando me enseñaron lo principal para aparecerse, que era tener el destino en mente. Si no conocías el lugar no podías ir. Acompaño a Shiro a una silla para que se siente y no se caiga, muy cerca de donde está Sophia. Unos segundos antes y me habría topado con mi hermano Ian. Creo que ella me suena de aquel evento de citas rápidas en el burdel, lugar en el que la vi con Lucio ligando. Suelto una risita cotilla por lo bajo, acercándome después.
- Hooola, traigo una paciente. Se cayó en el bosque y se hizo daño en la pierna...eh...pata. Lo que sea. - obvio decir que la he conocido como un animal, ya se dará cuenta ella del resto. - Ya la he curado yo, pero por si acaso necesita revisión. Además, así conoce gente normal, que por lo visto parece que todo el mundo quiere matarla, o eso me ha contado cuando la he conocido. - en ese momento me da por fin por mirar el mensaje en la moneda comunicadora. Varios mensajes acumulados. Algunos de Azahar recordándome que habíamos quedado, algo que olvidé por lo del bosque. Otro es más preocupante, algo de un ataque en la no sé qué gruta. - Parece que hay problemas. Voy a buscar a una amiga para ir con ella hacia allá.- comento a Shiro, avisando de que tengo que marcharme.
- Quédate aquí, te curarán del todo y son buena gente. Volveremos a vernos pronto, en el bosque, o aquí. Mi nombre completo es Chloe Hacksaw, por si necesitas localizarme y tienes que preguntar a alguien. ¡Nos vemos pronto! - dicho esto vuelvo a desaparecerme delante de ellas, despareciendo de allí en un torbellino y dejando atrás el característico sonido de la aparición, similar a un 'fuosh'.
Sophia Diborguesse
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Ian una vez sanado decide marcharse, me avisa de que los pacientes habían sido víctimas de posesión infernal y que iban a llegar más heridos debido a una batalla que estaba teniendo lugar en la Gruta de las Conchas contra un demonio. Debería en cuanto pueda avisar a Lucio, pero no puedo, en el momento que quiero ir a prepararlo todo aparece la joven Chloe con una chica extraña que según ella se había caido en el bosque y hecho daño en una pierna yq ue de paso conociera gente normal.
Precisamente ese hospital no es que fuera muy... social, por ello había hablado con Lucio de algunos cambios para hacerlo más alegre y menos fúnebre, no creo que a los pacientes les guste ser atendidos en un lugar así y sobretodo si están graves, pensaran que los estamos guiando ya hacia su fosa. Rápidamente, Chloe se marchó despidiendose de su nueva amiga, era como una hormiguita, una ratita con cafeina yendo de un lado al otro sin descanso. Pedí a una de las enfermeras una silla de ruedas para trasladar a la paciente.
- Ven, siéntate aquí, mi nombre es Sophia y te vamos a hacer unas pqueñas pruebas para ver que no te has roto nada al caerte.
Precisamente ese hospital no es que fuera muy... social, por ello había hablado con Lucio de algunos cambios para hacerlo más alegre y menos fúnebre, no creo que a los pacientes les guste ser atendidos en un lugar así y sobretodo si están graves, pensaran que los estamos guiando ya hacia su fosa. Rápidamente, Chloe se marchó despidiendose de su nueva amiga, era como una hormiguita, una ratita con cafeina yendo de un lado al otro sin descanso. Pedí a una de las enfermeras una silla de ruedas para trasladar a la paciente.
- Ven, siéntate aquí, mi nombre es Sophia y te vamos a hacer unas pqueñas pruebas para ver que no te has roto nada al caerte.
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