Hospital Mágico [Ruinas]

Luego de una larga caminata y de cargar a Jarkko como saco de patatas para poder ir mas rápido... El problema era que no recordaba mucho el camino por lo que estuve corriendo en círculos por un rato hasta que al fin llegamos.

-¡POR FIN ENCONTRÉ EL PUTO HOSPITAL!

Grite ya al encontrarnos en la puerta de este mientras caminaba hacia el interior del lugar y dejando a Jarkko en una camilla dejándolo al cargo de la drow mientras salia corriendo del lugar ya que la noche estaba por llegar y podía sentir como mis sentidos se acrecentaban.

-Rápido rápido -Dije algo apresurado en lo que abría la reja del lugar para salir corriendo para asegurarme de estar lo suficientemente lejos al momento de la transformación. Lo mas vergonzoso fue que me desvestí completamente frente a todos para salir corriendo... Pero necesitaba dejar mi ropa y mis cosas a salvo.

Nos habíamos perdido en un momento, no estaba acostumbrada a otros lugares fuera del bosque asique simplemente seguí al rubio. Jarkko había quedado inconsciente y el sol caía lentamente dando paso a la noche.

Al fin habíamos llegado e ignore completamente a Dante al gritar aquello solo me concentraba en el único lobo que me interesaba. Le conté a una de las enfermeras de forma algo rápida que se trataba de un licantropo y que esa noche había luna llena por lo que se apresuro a darle una poción que me dijo que era la matalobos y que evitaría que se transformara.

Acaricie suavemente la frente de Jarkko el cual permanecía inconsciente y lo acompañe cuando lo trasladaron a una habitación un tanto alejada por si acaso. Me senté junto a su camilla y le tome de la mano acariciándole el dorso de la mano. Suspire son pesadez al ver que los médicos salían y entraban para curarle lentamente todas las heridas.

-Jarkko... Lo lamento tanto... Yo no quería hacer eso, lo juro... Nunca haría algo que te hiciera daño... -Hablaba con él pensado que no me escucharía, mis ojos se llenaron de lagrimas y mi voz se quebró en lo que hablaba.

-Dime algo que no sepa... -Le dije a Shiro como pude mientras corría intentando alejarme lo mas que podía del lugar.- Mejor intentare no hacerte daño a ti -Le sonreí y correspondí aquel corto beso de forma algo torpe y sonrojado por estar completamente desnudo frente a la chica. Su cuerpo dolía un poco, su corazón estaba muy acelerado y no era específicamente por la corrida.

-N..No... Te... Dije que iríamos a dar un paseo por la playa.... Y ahí iremos - Le dije para volver a nuestra carrera para ir en dirección a la playa en la que recientemente encontramos a Jarkko. Era el lugar mas alejado y solitario que conocía, pero esta vez tenia que ser Shiro la que lo guiara, en verdad no tenían tiempo que perder.

respuesta a:

Pasé toda la noche de luna llena inconsciente, o dormido, quizá inducido por la sedación fuerte de los medicamentos o por la incapacidad del lobo de realizar la transformacion...pero para mi mente fue una noche ajetreada, oscura y llena de pesadillas e inquietudes. Oía voces del pasado, el animal se retorcía constantemente en mi interior luchando por salir a un imposible cuerpo dormido, y lo que fueron ocho horas en mi cabeza pareció eterno.

Por fin llegó el amanecer, y mi mente poco a poco volvió en sí. Abrí los ojos, el dolor de mi cuerpo habia desaparecido casi totalmente, solo quedaba el cansancio de alguien que necesita moverse de una vez por todas. Al principio no sabia donde me encontraba, y parpadeé confuso. Mi respiracion se alteró evidentemente...hasta que ladeé la cabeza y vi allí a Azazel.

Entonces recordé lo que habia ocurrido en la playa, estaban ella, y Dante, y otra mujer desconocida...ellos debian de haberme traido. Y ella estaba bien, conmigo. Abrí al boca para hablar, pero estaba un tanto ronco. Pasé la lengua por mis labios y mis ojos se humedecieron un tanto mientras la miraba. Carraspeé para aclararme la voz y hablé, estirando un poco mi mano hacia su antebrazo para establecer contacto...
-Azazel...ya eres tú, verdad? Has vuelto.

-A mi también me gusta estar contigo... Eres extraña, se me hace cómodo estar contigo y me das mucha curiosidad... -Le respondí sonriendo sonrojado por el inesperado beso cuando corrió la cara.

Al llegar Shiro se fue directo al baño al llegar yo simplemente me quede esperándola en lo que me sacudía lo que quedaba de arena de mi ropa. Cuando llego la chica caminamos hasta la habitación y me reí por su comentario.

-No tengo ganas, mi prioridad ahora es descansar -Me reí y cargue a Shiro en mi hombro como bolsa de patatas para entrar a la habitación y recostarla en una camilla para besarla suavemente aun con algo de timidez pero menos que antes.

Busque unas mantas y me acosté junto a la albina en la misma camilla para cubrirnos a ambos y mirarla a los ojos.- Eres muy linda...

Había pasado toda la noche junto a Jarkko, recordando una y otra vez toda la batalla de la posesión demoníaca. Me sentía insegura en el lugar donde estaba, me sentía fuera de lugar, pero al menos sabia que Jarkko ahora estaba bien y a salvo. Había intentado dormir varias veces pero no había podido hacerlo en ningún momento.

Estaba apoyada en la camilla del licantropo intentando descansar un poco los ojos pero no fue posible en ningún momento. Abrí los ojos, cuando sentí un poco como se movía y carraspeo la garganta, para mirarlo y sonreirle levemente en los que mis ojos tomando su mano entre las mías.

-Si... Soy yo... Lamento lo que te hice

Mi voz tembló un poco mirándolo a los ojos y apretando un poco mas sus manos dejando un pequeño beso en el dorso de su mano. En verdad lo lamentaba, no quería hacerle daño, no era yo pero a la vez me sentía culpable de lo que había sucedido. Al pestañear mis ojos comenzaron a deshacerse de todo el dolor y angustia que tenia acumulado en mi interior.

-No te merezco -susurre bajando la mirada acariciando su mano con las mías, era un excelente hombre, merecía a alguien que pudiera darle todo lo que él deseara y yo no podía hacerlo.

Abrace a Shiro por la cintura cuando ya se acomodo y dándole pequeños besitos en el hombro. -Podemos ir donde tu desees, linda...-Me quede escuchando la tranquila respiración de la chica durmiente a mi lado para quedar dormido unos minutos después para recordar partes de lo que había pasado a través de mis sueños.

Estaba demasiado cansado por lo que no me di cuenta cuando la alvina se levanto para irse a cazar su desayuno. Me despierte al rato al querer abrazar a la chica, sin éxito alguno por lo que me desperté algo sobresaltado para suspirar aliviado al verla entrar por la puerta limpiándose la boca.

-Podríamos ir a China Town, hay muchas tiendas de todo un poco. -Me encogí de hombros para levantarme y estirarme un poco, extrañado por el aroma que lograba sentir, se me hacia conocido pero no lograba identificarlo por completo.

Me incorporé poco a poco apoyandome en la cama, salvo el dolor de cuerpo que tenia y un leve aturdimiento de cabeza, me encontraba en condiciones. Eso si, mataría por una ducha...

-No eras tú la que actuaba, Azazel, asi que no tienes que disculparte...yo sabía que no podía haberme equivocado contigo. Aunque reconozco que antes de verte llorar casi me convences. - Sonreí y acaricié sus mejillas, por donde habia visto correr aquellas lagrimas pese a las crueles palabras que decía.

-Pero que fue lo que pasó? Como es que has conseguido....bueno, ser tú de nuevo? - supuse que alguien debio de ayudarla. -Fueron Dante y la otra chica??

Dijo que no me merecía y pude sentir su angustia en aquellas palabras. Fruncí mas mi ceño y sujeté sus manos. Recordé que cuando estaba como poseída, me dijo que daba igual, que de todos modos la drow habia tenido intenciones de dejarme....negué con mi cabeza y apreté sus manos.

-No, no. Escucha, sé lo que es sentirse controlado por alguien o por algo, lo que es no ser dueño de tus actos. He pasado por eso y no es agradable. Pero no puedes echarte la culpa eternamente por haber tenido la mala suerte de haber sido tú. ¿Que no me mereces? Eso quien lo decide?

Me reí por las palabras de la zorra para acomodarme la ropa y ponerme las zapatillas para salir tras ella luego de tomar mi cámara. Aquel olor se me hacia extraño y estaba por los lugares donde nosotros pasábamos. Le acaricie la cabeza a Shiro en señal de que estaba ahí y que saliéramos, seguí caminando y salí del hospital, esperando que la albina me siguiera para dirigirnos a China Town.

Estaba hambriento por lo que no me vendría nada mal pasar por un lugar como ese a buscar algo para cenar. Los gruñidos que lanzaba mi estomago delataba mi hambruna.

-Necesito comida...

Dije mientras salia del lugar al asegurarme que Shiro estaba junto a mi en dirección a la ciudad. Teníamos un largo viaje aun.

Ladee un poco mi cabeza hacia la mano de él mientras mi labio inferior temblaba levemente. Negué con la cabeza ante su pregunta.

-No lo se, cuando desperté ya estaba aquí y era yo nuevamente. Lo ultimo que recuerdo es haber caído en batalla en una cueva o gruta o algo así... A Dante me lo encontré al salir... Vino a mi cuando escucho que dije tu nombre, la otra chica, Shiro, ya venia con él.

Negué con la cabeza al escucharlo, acariciando sus manos.- No, Jarkko... Tu te mereces a alguien buena, que te acompañe y te ayude... Con la que puedas ir donde quisieras y que sepa como ayudarte con tu transformación... Que no tenga miedos... Mereces a alguien con quien tengas hermosos hijos... Yo no puedo darte eso Jarkko

Mi voz se quebraba a medida que hablaba y alzaba mi mirada para mirarlo a los ojos, aunque no tardo mucho hasta que mis ojos volvieron a inundarse de lagrimas. Era la primera vez que comenzaba a sentir odio hacia mi madre, a lo que me hizo... Ahora comprendía que era lo que me había hecho, comprendía cual era el sentido de herirme de esa forma y dejarme con vida. Baje mi mirada a nuestras manos unidas para hacer un movimiento con mi cabeza haciendo que la capucha se saliera.

Asentí mas o menos entendiendo como habian ocurrido las cosas, mi cabeza seguía un poco espesa...

-Dante es un buen tipo... pertenece a mi clan...se lo agradeceré cuando lo vea...

Clavé mis ojos en su rostro casi con ferocidad y el ceño fruncido cuando empezó a decir todo aquello que me merecia yo. Sandeces. Lo unico que me merecia era que me dejase elegir a mi. ¿Ayudarme con mi transformacion? No, aquello si que no, no dejaria que eso se interpusiera entre nosotros....

- Para eso ya tengo al clan de los hijos de Fenrir. Asi que no, no me vendas eso. - negué despacio, muy serio. -Soy así desde que era un niño, algo que siempre he amado y he odiado... tú no tienes que ayudarme con esto. No me importan tus miedos, quiero que también sean mios.

"hijos..."

Así que era eso. Realmente era eso. La miré en silencio largos segundos, mi expresion tan seria de antes se disolvió un poco, resultando menos dura...y algo mas triste. Pero era tristeza por ella. Aquella cicatriz de su vientre...comencé a entenderlo. Y me contó quien se la habia hecho. Entendí entonces el alcance que tuvo aquella herida y las intenciones de su madre tras aquel castigo.

-Azazel...yo no quiero hijos, te quiero a tí.

-Lo supuse... Nadie se preocuparía tanto por alguien su no fuera por una razón como esa.

Mi angustia sumada a la mirada que el castaño clavo en mi me hacían sentir una basura. Solté sus manos lentamente para dejar caer las mías sobre mi regazo, bajando mi cabeza sintiendo su seria mirada en mi. Mis mejillas estaban completamente empapadas en lagrimas.

-Pero quiero ayudarte... Solo que no se como...

El dolor en mi pecho crecía a cada palabra que el licantropo decía, y un nudo se formo en la boca de mi estomago ante aquel silencio que pareció durar una eternidad. Lleve una mano a mi vientre donde se encontraba la maldita marca. Al escucharlo levante la mirada apretando mis labios para levantarme de la silla rápidamente. Me quede unos segundos mirándolo a los ojos para saltar sobre él abrazándolo con fuerza escondiendo mi rostro en su pecho.

La incertidumbre y desesperación de semanas y semanas sin saber nada de Setelah termina por fin cuando consigo encontrarlo en este hospital, tras una larga búsqueda. Él solía desaparecer de vez en cuando de casa para sus entrenamientos o trabajos, pero nunca por tanto tiempo, y si lo hacía al menos me daba señales de que estaba bien. En esta ocasión fue distinto, se esfumó de un día para otro sin más. Comencé a inquietarme cuando los días comenzaron a transcurrir sin saber nada de él, hasta que finalmente no pude esperar más y salí en su busca. No tenía con quien dejar a nuestros hijos y a los loros de Setelah, así que iniciamos de este modo una búsqueda un tanto peculiar, con un niño de seis años, dos de tres y un par de loros parlantes muy pesados. No apareció en ninguno de los lugares habituales, nadie sabía nada de él. Me costó dar con este hospital porque no sabía de su existencia hasta que alguien de los renegados me informó, y desde entonces permanecemos aquí, en la habitación de Setelah, a la espera de que despierte.

Lo único que me dijeron es que sufría síntomas típicos de una maldición o una posesión, que había afectado a varias personas más y que no sabían cuándo podrían despertar o si les quedarían secuelas. Durante este tiempo no me separo del lado de Setelah más de lo imprescindible, aunque resulta difícil con tres críos pululando por el hospital y escandalizando cuando no deben. El más preocupado por él es el mayor, que ya comprende todo y se pasa el día preguntando si se va a poner bien. Los otros dos no hacen más que trastadas por todos lados, haciendo sufrir a los pobres loros. Lo que le ha pasado a Setelah me recuerda mucho a lo que me sucedió a mi, cuando maté a Alphonse Bertram y el demonio que lo poseía entró en mi cuerpo durante una buena temporada. Él se encargó de encontrar a un nigromante que lo expulsase, gracias a él conseguí regresar. Ojalá lo hubiese encontrado antes para ayudarlo, sé de sobra lo que tuvo que haber pasado. Aprieto su mano con la mía, pasando la otra por su frente suavemente mientras susurro. - Despierta, por favor...-

Ella soltó mis manos y yo la miré advirtiendola, pero frunciendo mis labios y respirando bien hondo. No podía hacerlo, no por esos motivos...

-Puedes ayudarme....quedandote conmigo, simplemente... - había otro modo, quizá, de que ella pudiese estar a mi lado de aquel modo que quería...pero no. Era una idea descabellada. Estúpida. Peligrosísima.

Se levantó y por un momento sentí que se iba a marchar sin mas.
-No. No lo hagas, Azazel, así no... - por suerte no se marchó. Salto sobre mi y me abrazó. No tardé nada en rodearla con mis brazos fuertemente, para luego pasar mi mano a su nuca. La apreté asi por mucho rato, teniendo a la drow contra mi sin querer soltarla. Supuse que eso...queria decir que no me iba a abandonar. Suspiré y me separé lo justo para poder hablar.

-Volvamos al bosque, Aza.... no soporto estar entre cuatro paredes tanto tiempo....

Me separé ahora del todo y la miré como cansado, pero no era tanto cansancio fisico como el abatimiento que me habria sobrevenido al pensar que ella queria terminar con lo nuestro tan pronto por aquellos motivos. Me puse en pie, pero me ayudé de su hombro para hacerlo. Mi pierna estaba curada del todo, me encontraba bien, lo que necesitaba ya era aire fresco. Me habian traido mi ropa, limpita, por fortuna....

Habían pasado muchos días desde que me trajeran aquí, en estado mas que crítico, no sería ninguna locura decir que de poco no lo cuento. Afortunadamente contaba con alguna ayudita extra en forma de fuente de magia draconiana.... y buenos doctores aqui, para que mentir. Pero fueron dias oscuros en mi mente, llenos de pesadillas, que creia a ratos que debian de ser realidades y no fantasias.

Quería despertar pero no podía. En ocasiones oía  a Monica llamándome, pero su voz no bastaba para hacerme dejar el gris mundo de los sueños. Tambien oia otras voces a veces, que no eran la suya, y las cuales no conocia porque no habia oido nunca. Y a veces sentía mientras dormía que habia algo dentro de mi, mirándome.

Definitivamente tenía que despertar. Sanar el cuerpo fue complicado, pero la mente tambien. Con mas frecuencia con el paso de los dias conseguia vislumbrar algunas imagenes diferentes entre las pesadillas: una imagen de un mar enorme, tranquilo, cristalino....sus aguas brillaban por las noches y susurraban cosas que no entendia pero que alejaban a los entes oscuros. Había alguien a mi lado contemplando ese mar, alguien con quien hablaba. Pero no le conocía y en el sueño nunca le miré.

Durante uno de estos sueños  fue que mis ojos se abrieron al mundo real nuevamente. Al principio no sabia ni quien era, ni donde estaba, ni que dia era... pero...pero tenia la mano de alguien en mi frente, y esa mano no era la mia. Parpadeé varias veces, mis ojos no veian bien en la luz ahora mismo. Habia una mancha borrosa frente a mi, de color mas bien morado... empecé a recordar entonces quien era yo,  y quien era ella...y poco mas...el dia que era? Aun no lo sabia, claro está.

Miré a la Gallaher con los ojos mas claros ya. Intenté hablarle pero que puñetas le iba a decir? Ademas tenia la garganta mas seca que una lija. Con la mano libre tiré de su ropa, para atraerla hacia mi y abrazarme a ella con fuerza. No pensé que la pesadilla se fuese a terminar nunca.

Ademas, recordaba perfectamente todo lo que me habia pasado desde que aquel demonio o lo que fuera entrase en mi cuerpo. Recordaba muy bien todo lo que habia hecho y agradecía no haberme encontrado con ella hasta ahora. Yo sabia de la guerra, sabia del caos...pero una cosa es el caos de los humanos y otra bien distinta era el caos que podian llegar a hacerte sentir esos seres.

-Que dia es? - le pregunté sin soltarla. No sabia de verdad cuanto tiempo habia pasado... - ...seguimos en...en ...2037? Quizá....Diciembre ya...?

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PS recuperados al completo, han pasado un porrón de dias desde que me trajeron
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