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Recuerdo del primer mensaje :
Este edificio fue un manicomio . Fue abandonado hace muchos años, permaneciendo así hasta su reconversión en hospital, por iniciativa de los Descendientes. En el se atenderá a cualquiera que lo necesite, sin distinción. Ha sido ligeramente reparado y reformado, pero el lugar sigue resultando escalofriante.
Quedó destruido durante el "reinado" de SAM y se han resinstaurado las obras para crear un nuevo hospital.
[Hospital]
Este edificio fue un manicomio . Fue abandonado hace muchos años, permaneciendo así hasta su reconversión en hospital, por iniciativa de los Descendientes. En el se atenderá a cualquiera que lo necesite, sin distinción. Ha sido ligeramente reparado y reformado, pero el lugar sigue resultando escalofriante.
Quedó destruido durante el "reinado" de SAM y se han resinstaurado las obras para crear un nuevo hospital.
- Datos:
- Los personajes aquí ingresados recuperarán 20 PS por día real que permanezcan aquí (al igual que en otros hospitales) al ser atendidos y descansar un tiempo prudencial, hasta completar la barra por completo.
Tras el descanso y las curaciones tradicionales y mágicas pertinentes decidieron darnos el alta tanto a Mike como a mí. Lo del muchacho había sido un poco más complicado, pues además de las heridas llevaba el veneno de acromántula. El día y medio que nos dejaron en observación fue suficiente para poder conocer un poco mejor al chico, aunque ya sabía un poco de su historia por lo que sucedió en la base de los renegados y por lo que contó después en la plaza. Ese dato era más desconocido, pocos sabían que era hijo del desaparecido capitán de la Alianza. Aquellos que masacran a los magos deberían plantearse que en algún momento ellos también pueden tener un hijo así.
El caso es que Mike comenzó a caerme bien, podía entender parte de lo que contaba y de lo que le había pasado, y asumo que ha tenido que pasarle bastante mal. En la Brigada solemos tener debilidad por los descarriados y las cosas rotas, así que en un momento dado le propongo que se una a nosotros para no estar tan solo, para tener un grupo al que poder pertenecer y en el que poder defenderse. Lo suyo con los renegados no parece que vaya a volver a ser lo que era, si es que alguna vez llegó a estar integrado, que yo creo que no. El joven no me da la respuesta por ahora, así que mientras recogemos nuestras cosas para marcharnos le pido que se lo piense y me de una respuesta cuando pueda, que será bienvenido. Después nos marchamos de allí los dos, él por su lado, y yo con Katrina, que ha venido a buscarme para llevarme a casa. En cuanto lleguemos allí me pondré en contacto con Lykaios, necesito saber qué ha pasado después de todo el jaleo de la plaza.
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PS de Mike e Imram al máximo
El caso es que Mike comenzó a caerme bien, podía entender parte de lo que contaba y de lo que le había pasado, y asumo que ha tenido que pasarle bastante mal. En la Brigada solemos tener debilidad por los descarriados y las cosas rotas, así que en un momento dado le propongo que se una a nosotros para no estar tan solo, para tener un grupo al que poder pertenecer y en el que poder defenderse. Lo suyo con los renegados no parece que vaya a volver a ser lo que era, si es que alguna vez llegó a estar integrado, que yo creo que no. El joven no me da la respuesta por ahora, así que mientras recogemos nuestras cosas para marcharnos le pido que se lo piense y me de una respuesta cuando pueda, que será bienvenido. Después nos marchamos de allí los dos, él por su lado, y yo con Katrina, que ha venido a buscarme para llevarme a casa. En cuanto lleguemos allí me pondré en contacto con Lykaios, necesito saber qué ha pasado después de todo el jaleo de la plaza.
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PS de Mike e Imram al máximo
Aparezco en el hall del hospital del bosque de Sherwood tras haber dejado en casa a los niños con mi sobrina. El otro sobrino sigue por ahí de adolescente rebelde dando vueltas por la ciudad, así que cuando le vea le tendré que pegar un buen tirón de orejas por desobediente. Por mi parte me toca venir hasta aquí por eso de hacer de cena del vampiro Black, que aunque ha sabido frenarse a tiempo me ha dejado un poco falta de sangre.
Tras pasar por el hall espero pacientemente en la sala de espera hasta que sea mi turno para pasar a una consulta, aprovechando mientras para escuchar los cotilleos de unos y de otros sobre lo que ha estado pasando en Londres estos días. Escuchando me entero algo mejor de lo del mensaje de la torre y lo de después en la manifestación, además de rumores sobre Blood Keepers y renegados secuestrados. Me preocupa que Setelah pueda estar en medio de ese jaleo, que él es mucho de meterse en líos y casi podría decirse que los necesita. La última vez que le perdí de vista tanto tiempo resulta que estaba poseído por no sé qué cosa extraña, atacando a gente y comiéndose su propio cerdo vietnamita. Cuando le localicé ya era demasiado tarde, acabó en el hospital. Me acerco de nuevo al mostrador de recepción para preguntar si ha ingresado alguien con su nombre, dando también la descripción estrafalaria de Setelah. Al parecer no ha venido nadie que sea así, pero ya me quedo con la duda de dónde se habrá metido. Al cabo de un rato me llaman para pasar a una consulta, donde explico a medias lo del vampiro. Eso de decir que te has dejado morder no queda muy bien. El médico me pone caras raras, aunque acaba dándome un frasco pequeño de poción reabastecedora para que me lo tome allí mismo.
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Entra con 120 PS
Me aparezco en la recepción del hospital que había elegido como destino con Leila, Altair y Lykaios. Cayendo al suelo al ya no poder nada más. -Lykaios tiene la bala de plata dentro....- Susurro al primer interviniente que viene a socorrernos
No tardan ni dos minutos en los que varios médicos nos empiezan a manipular y a llevar de un lado a otro. Algunos inyectan cosas, otros hablan a gritos y piden pociones medicamentos y materiales de cura. Tengo la mano de Leila agarrada con fuerza mientras me manipulan de un lado a otro y me cargan en la camilla. Pero uno de los celadores tira de la misma y finalmente el agarre se termina soltando, pero antes de perder totalmente la consciencia y que me metieran en la UVI le dirijo una mirada y una sonrisa: vuelves a estar en casa, con los que te queremos.
Y ya no recuerdo más
PS entrada 44-20 (sangrado brutal) =24
No tardan ni dos minutos en los que varios médicos nos empiezan a manipular y a llevar de un lado a otro. Algunos inyectan cosas, otros hablan a gritos y piden pociones medicamentos y materiales de cura. Tengo la mano de Leila agarrada con fuerza mientras me manipulan de un lado a otro y me cargan en la camilla. Pero uno de los celadores tira de la misma y finalmente el agarre se termina soltando, pero antes de perder totalmente la consciencia y que me metieran en la UVI le dirijo una mirada y una sonrisa: vuelves a estar en casa, con los que te queremos.
Y ya no recuerdo más
PS entrada 44-20 (sangrado brutal) =24
Aparecimos en la recepción del escalofriante hospital junto con Cleo, Lykaios y Altair, al cual lanzaba miradas de soslayo ya que si Cleopatra lo conocía y le hablaba con tanta familiaridad, no debería ser tan malo, pero aún así sentía desconfianza. Cuando mi compañera se derrumbó por el esfuerzo me arrodillé a su lado preocupada mientras gritaba:
-¡Por favor, ayuda!- Cuando aparecieron los enfermeros asentí a lo que susurraba mi amiga. -Y ella se sobre exigió en el uso de magia y recibió muchos golpes y disparos.- Dije las últimas palabras con cierta mirada y tono de reproche hacia ella por poner siempre el estado de los demás por delante que el suyo.
Ayudé a los auxiliares a ponerla sobre la camilla, mientras otros se encargaban de Lykaios cuando empezaban a revolotear a su alrededor con aparatejos y cosas médicas mientras sostenía la mano de Cleo rehusandome un poco a soltarla. Al final tuve que hacerlo, pero la sonrisa que me dirigió calmó un poco mis preocupaciones, así que me quedé mirando cómo, las camillas en las que iban mis compañeros, se alejaban mientras yo me quedaba quieta en la recepción.
Luego de un tiempo, cuando ambos habían desaparecido desde hace tiempo, miré alrededor y noté que todos miraban con diversas expresiones hacia un lugar no muy lejos de mí. Seguí la dirección de las miradas y me encontré con Altair, en ese momento no me importó si estaba vestido o desnudo, tenía preguntas y quería respuestas. Me subí a una silla que estaba frente suyo y me incliné hasta quedar bastante cerca de su rostro con los brazos en jarra y con el ceño fruncido.
-Bien "Altair", vas a decirme quién eres, por qué conoces a Cleo y a Lykaios y por qué él te ha estado buscando.- Fui directo al grano, no estaba para mi habitual rodeo, estaba cansada, alterada y perturbada por los hechos que había sufrido y no era consciente de que en mi cuello tenía un localizador ya que me lo instalaron cuando estaba inconsciente y, luego, nadie me hirió en la huída.
-¡Por favor, ayuda!- Cuando aparecieron los enfermeros asentí a lo que susurraba mi amiga. -Y ella se sobre exigió en el uso de magia y recibió muchos golpes y disparos.- Dije las últimas palabras con cierta mirada y tono de reproche hacia ella por poner siempre el estado de los demás por delante que el suyo.
Ayudé a los auxiliares a ponerla sobre la camilla, mientras otros se encargaban de Lykaios cuando empezaban a revolotear a su alrededor con aparatejos y cosas médicas mientras sostenía la mano de Cleo rehusandome un poco a soltarla. Al final tuve que hacerlo, pero la sonrisa que me dirigió calmó un poco mis preocupaciones, así que me quedé mirando cómo, las camillas en las que iban mis compañeros, se alejaban mientras yo me quedaba quieta en la recepción.
Luego de un tiempo, cuando ambos habían desaparecido desde hace tiempo, miré alrededor y noté que todos miraban con diversas expresiones hacia un lugar no muy lejos de mí. Seguí la dirección de las miradas y me encontré con Altair, en ese momento no me importó si estaba vestido o desnudo, tenía preguntas y quería respuestas. Me subí a una silla que estaba frente suyo y me incliné hasta quedar bastante cerca de su rostro con los brazos en jarra y con el ceño fruncido.
-Bien "Altair", vas a decirme quién eres, por qué conoces a Cleo y a Lykaios y por qué él te ha estado buscando.- Fui directo al grano, no estaba para mi habitual rodeo, estaba cansada, alterada y perturbada por los hechos que había sufrido y no era consciente de que en mi cuello tenía un localizador ya que me lo instalaron cuando estaba inconsciente y, luego, nadie me hirió en la huída.
Altair Kirgyakos
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-Tranquila señorita Keops, he venido a ayudar y ha intentar poner un poco de cordura a vuestros actos. - Miré cleopatra de forma seria y ayudé a levantarse a Lyk, que prácticamente fui el que lo levantó por su cansancio tras la transformación, se le veía sin una pizca de fuerzas. -¿A mí?¿Por qué razón?- Pregunté mientras observaba el lamentable estado en el que se encontraba. -Bueno, luego hablaremos, cuando no estés entre la vida y la muerte - Cogí a Lyk al brazo de princesa y nos fuimos de allí para aparecernos en el hospital.
-Debería habernos aparecido yo, fíjate cómo estás- Dije mirando a Cleopatra. Empecé a notar un dolor terrible en el hombro, al parecer alguno de los centinelas nos disparó al desaparecernos y la bala se vino con nosotros, pero me limité a poner a Lyk en una camilla y a coger a Cleo antes de que comiese suelo, maniobra que hice en unos segundos mientras Leila pedía ayuda como una loca.
En lo que llevaban a los compis me extrajeron la bala y me vendaron el hombro en un abrir y cerrar de ojos, dado que ni me tembló el pulso cuando introdujeron unas pinzas en la herida para extraer la bala. Dado que eso sucedió en la recepción la gente se quedó mirándome -Sí, soy Altair, meteros en vuestra vida- Dije con un enfado de mil demonios, provocando que la gente a mi alrededor mirase hacia otro lado asustada o acelerasen el paso evitando mi mirada.
-Como si no pasase la mayor parte del día en pelotas - Me quejaba mientras veía a Leila subirse a una y ponerse a preguntarme.
-Yo, señorita problemática, soy uno de los Descendientes, y eso pregúntale a él, no tengo ni idea.-
Observé su rostro, que me miraba de forma enfadada, cosa que me hizo estallar definitivamente. -Maldito minino doméstico, como se nota que las nuevas generaciones no tenéis cuidado de nada. Enviasteis ese video a nivel nacional, que estuvo bien sí, pero luego tenéis que meteros en medio de la huelga a proteger gente, ¿tienes idea de lo que te podrían haber hecho? Esa gente con sus experimentos pueden crear armas contra nosotros y si somos atrapados les estamos dando una ventaja que no tienes ni puta idea! Si permaneciesen las leyes de antes de la guerra tú ahora mismo irías a la cárcel junto a los otros dos por... -
Me callé de golpe, se me pusieron los ojos en blanco y comencé a tener una visión un poco difusa, vi como Leila era devorada por unas ratas en su abdomen. -Espera, tú deberías estar muerta, te devoraron unas ratas que Éamon...- La visión cambió, ahora estaba siendo azotada y muriendo desangrada -No entiendo...- Volvió a cambiar la visión, ahora estaba siendo devorada por unos gusanos. Cuando empezó de nuevo, vi a Leila siendo violada por Éamos, pero esta vez la imagen era nítida. Me senté en el suelo con las manos en la cabeza mareado, intentando comprender todas esas visiones en las que Leila acababa muerta.
-Es imposible… mis visiones son infalibles. ¿Por qué no estás muerta? ¡Éamon te mató! - Miré a Leila con la cara desencajada, necesitaba un cigarro.
-Debería habernos aparecido yo, fíjate cómo estás- Dije mirando a Cleopatra. Empecé a notar un dolor terrible en el hombro, al parecer alguno de los centinelas nos disparó al desaparecernos y la bala se vino con nosotros, pero me limité a poner a Lyk en una camilla y a coger a Cleo antes de que comiese suelo, maniobra que hice en unos segundos mientras Leila pedía ayuda como una loca.
En lo que llevaban a los compis me extrajeron la bala y me vendaron el hombro en un abrir y cerrar de ojos, dado que ni me tembló el pulso cuando introdujeron unas pinzas en la herida para extraer la bala. Dado que eso sucedió en la recepción la gente se quedó mirándome -Sí, soy Altair, meteros en vuestra vida- Dije con un enfado de mil demonios, provocando que la gente a mi alrededor mirase hacia otro lado asustada o acelerasen el paso evitando mi mirada.
-Como si no pasase la mayor parte del día en pelotas - Me quejaba mientras veía a Leila subirse a una y ponerse a preguntarme.
-Yo, señorita problemática, soy uno de los Descendientes, y eso pregúntale a él, no tengo ni idea.-
Observé su rostro, que me miraba de forma enfadada, cosa que me hizo estallar definitivamente. -Maldito minino doméstico, como se nota que las nuevas generaciones no tenéis cuidado de nada. Enviasteis ese video a nivel nacional, que estuvo bien sí, pero luego tenéis que meteros en medio de la huelga a proteger gente, ¿tienes idea de lo que te podrían haber hecho? Esa gente con sus experimentos pueden crear armas contra nosotros y si somos atrapados les estamos dando una ventaja que no tienes ni puta idea! Si permaneciesen las leyes de antes de la guerra tú ahora mismo irías a la cárcel junto a los otros dos por... -
Me callé de golpe, se me pusieron los ojos en blanco y comencé a tener una visión un poco difusa, vi como Leila era devorada por unas ratas en su abdomen. -Espera, tú deberías estar muerta, te devoraron unas ratas que Éamon...- La visión cambió, ahora estaba siendo azotada y muriendo desangrada -No entiendo...- Volvió a cambiar la visión, ahora estaba siendo devorada por unos gusanos. Cuando empezó de nuevo, vi a Leila siendo violada por Éamos, pero esta vez la imagen era nítida. Me senté en el suelo con las manos en la cabeza mareado, intentando comprender todas esas visiones en las que Leila acababa muerta.
-Es imposible… mis visiones son infalibles. ¿Por qué no estás muerta? ¡Éamon te mató! - Miré a Leila con la cara desencajada, necesitaba un cigarro.
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El miembro 'Altair Kirgyakos' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Defensa Física' :
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“¿“Señorita problemática”?¿Y éste quién se cree que es?¿“Señor impongo las leyes porque la tengo re grande”? No… Muy largo… ¿“Mr exhibicionista”? Mejor.” Pensaba mientras él hablaba a cerca de unos Descendientes, lo cual también debería preguntale a Lykaios ya que sabía poco y nada acerca de ellos, solo rumores. Mantuve mi ceño fruncido porque no tenía idea de lo que Altair estaba hablando y continúe manteniéndolo cuando éste explotó.
-¿¡¿MININO DOMÉSTICO?!?- Interrumpí indignada, pero él siguió hablando como si nada. Se puso a sermonearme cosas sobre ir a la cárcel a las que les presté muy poca atención porque seguía pensando en lo de “Minino Doméstico” hasta que se calló de repente. Abrí los ojos con sorpresa y confusión cuando los suyos se pusieron en blanco.
-¿Qué?- No, fue un sueño… las ratas fueron un mal sueño. Aún así palpe mi abdomen para cerciorarme de que no hubiera nada ahí y que todo esté completo. Bajé de la silla cuando él se sentó en el suelo, se lo veía en mal estado, de todos modos yo decidí mantener mi distancia. Una sensación de calor se fue apoderando de todo mi cuerpo haciéndome sudar. Me empecé a palpar la piel de todos lados como una loca para asegurarme de no tener ampollas porque sentía el calor como si estuviera en mi piel. Cuando preguntó por qué no estaba muerta acorté la distancia hecha una mezcla de furioso, loco, temeroso y sudado manojo de nervios y lo abofetee mientras le gritaba:
-¡CÁLLATE!- Mis uñas estaban más largas de lo normal así que dejé tres hilos de sangre en su mejilla, y luego en la otra: -¡ESTAS LOCO!¡CÁLLATE!- No me detuve hasta que cuatro fornidos enfermeros, casi tanto como Altair, tomaron mis extremidades y me inyectaron algo que me hizo dormir.
Lo siguiente que recuerdo es que desperté de golpe asustada por otra pesadilla en una camilla de hospital con una extraña sensación en la nuca, cuando toqué para averiguar qué era sentí puntos. Un médico se me acercó y me recomendó que no tocara los puntos, me contó que había sido sedada por mi ataque de ira y luego había sido sometida a una revisión rutinaria en la que, en una radiografía, apareció un objeto ajeno a mi cuerpo que estaba introducido en mi nuca. Se reía mientras decía que nunca se les ocurrió simplemente revisarme externamente, si lo hubieran hecho se habrían percatado de la incisión que tenía, me comentó que el objeto había sido retirado en una intervención quirúrgica, que ya había pasado un día estable en revisión y se fue sin más, riéndose de sí mismo. Yo mantuve mi mirada en la enrejada ventana. Afuera se veía blanco, parecía que había comenzado a nevar desde hacía un día más o menos, quizás unas horas después de haber llegado al hospital y aún no paraba. Me senté en el borde de la camilla y, al mirar alrededor, encontré la ropa que me habían dado los de la Alianza en su respectiva enfermería prolijamente doblada. Me vestí y cuando terminé volví a mirar alrededor para encontrarme con que Lykaios y Cleopatra estaban en unas camillas en la misma habitación que yo uno al lado del otro separados por una mesita de luz. Agarré una carpeta que se encontraba al pié de la cama con informes y anotaciones y saqué una hoja en blanco para volver a poner la carpeta en su lugar. En la hoja escribí;
Compañeros de Brigada:
Gracias por rescatarme. Me reuniré con ustedes en El Escocés Borracho en cuanto pueda, tengo que resolver asuntos pendientes. Hasta entonces. Alabi.
Lo hice un bollito y lo deje en la mano de Cleo, no es que no confiara en Lyka, solo que tenía la sensación de que él se movía mucho cuando dormía. Me encaminé para salir, pero antes cuando llegue a la puerta me giré para mirarlos y verlos descansar tan plácidamente y sonreí, hasta dormidos podían hacerme reír. Cuando me encontré con la mirada de Altair borré la sonrisa y lo miré con seriedad y algo de desprecio. No confiaba en él, para nada y me ponía nerviosa pensar que mis amigos se quedarían con él, pero no podía retrasarlo más tiempo.
Nevaba cuando salí del hospital, los copos de nieve caían sobre mi rostro. Tuve que ponerme las manos bajo las axilas porque mis manos se congelaban por el frío pero, a pesar de todo, me encaminé hacia La Posada de los Muertos.
(Off: hice un salto de un día.)
-¿¡¿MININO DOMÉSTICO?!?- Interrumpí indignada, pero él siguió hablando como si nada. Se puso a sermonearme cosas sobre ir a la cárcel a las que les presté muy poca atención porque seguía pensando en lo de “Minino Doméstico” hasta que se calló de repente. Abrí los ojos con sorpresa y confusión cuando los suyos se pusieron en blanco.
-¿Qué?- No, fue un sueño… las ratas fueron un mal sueño. Aún así palpe mi abdomen para cerciorarme de que no hubiera nada ahí y que todo esté completo. Bajé de la silla cuando él se sentó en el suelo, se lo veía en mal estado, de todos modos yo decidí mantener mi distancia. Una sensación de calor se fue apoderando de todo mi cuerpo haciéndome sudar. Me empecé a palpar la piel de todos lados como una loca para asegurarme de no tener ampollas porque sentía el calor como si estuviera en mi piel. Cuando preguntó por qué no estaba muerta acorté la distancia hecha una mezcla de furioso, loco, temeroso y sudado manojo de nervios y lo abofetee mientras le gritaba:
-¡CÁLLATE!- Mis uñas estaban más largas de lo normal así que dejé tres hilos de sangre en su mejilla, y luego en la otra: -¡ESTAS LOCO!¡CÁLLATE!- No me detuve hasta que cuatro fornidos enfermeros, casi tanto como Altair, tomaron mis extremidades y me inyectaron algo que me hizo dormir.
Lo siguiente que recuerdo es que desperté de golpe asustada por otra pesadilla en una camilla de hospital con una extraña sensación en la nuca, cuando toqué para averiguar qué era sentí puntos. Un médico se me acercó y me recomendó que no tocara los puntos, me contó que había sido sedada por mi ataque de ira y luego había sido sometida a una revisión rutinaria en la que, en una radiografía, apareció un objeto ajeno a mi cuerpo que estaba introducido en mi nuca. Se reía mientras decía que nunca se les ocurrió simplemente revisarme externamente, si lo hubieran hecho se habrían percatado de la incisión que tenía, me comentó que el objeto había sido retirado en una intervención quirúrgica, que ya había pasado un día estable en revisión y se fue sin más, riéndose de sí mismo. Yo mantuve mi mirada en la enrejada ventana. Afuera se veía blanco, parecía que había comenzado a nevar desde hacía un día más o menos, quizás unas horas después de haber llegado al hospital y aún no paraba. Me senté en el borde de la camilla y, al mirar alrededor, encontré la ropa que me habían dado los de la Alianza en su respectiva enfermería prolijamente doblada. Me vestí y cuando terminé volví a mirar alrededor para encontrarme con que Lykaios y Cleopatra estaban en unas camillas en la misma habitación que yo uno al lado del otro separados por una mesita de luz. Agarré una carpeta que se encontraba al pié de la cama con informes y anotaciones y saqué una hoja en blanco para volver a poner la carpeta en su lugar. En la hoja escribí;
Compañeros de Brigada:
Gracias por rescatarme. Me reuniré con ustedes en El Escocés Borracho en cuanto pueda, tengo que resolver asuntos pendientes. Hasta entonces. Alabi.
Lo hice un bollito y lo deje en la mano de Cleo, no es que no confiara en Lyka, solo que tenía la sensación de que él se movía mucho cuando dormía. Me encaminé para salir, pero antes cuando llegue a la puerta me giré para mirarlos y verlos descansar tan plácidamente y sonreí, hasta dormidos podían hacerme reír. Cuando me encontré con la mirada de Altair borré la sonrisa y lo miré con seriedad y algo de desprecio. No confiaba en él, para nada y me ponía nerviosa pensar que mis amigos se quedarían con él, pero no podía retrasarlo más tiempo.
Nevaba cuando salí del hospital, los copos de nieve caían sobre mi rostro. Tuve que ponerme las manos bajo las axilas porque mis manos se congelaban por el frío pero, a pesar de todo, me encaminé hacia La Posada de los Muertos.
(Off: hice un salto de un día.)
Me quedé un rato esperando para que la poción reabastecedora hiciese efecto, hasta que el médico me dio permiso para salir de la consulta tras recordarme que hay que evitar que los vampiros te muerdan y ese tipo de cosas. El revuelo que había fuera no me pareció ni medio normal, así que me quedé un poco más para ver si me enteraba un poco de lo que estaba pasando. Varios heridos de la Brigada, médicos comentando cosas por los pasillos, gente gritando...tendría que leer a fondo las noticias cuando salga, que se ve que se ha liado mucho estos últimos días.
"y el idiota de Setelah sin aparecer ni dar señales de vida."
Volví a preguntar en recepción por enésima vez si les habían traído a alguien con su nombre y apariencia, pero nada. Cuando le da por desaparecer lo hace muy bien. Ya debería estar acostumbrada, y no me preocuparía que fuese a su aire si no hubiese una maldita guerra de por medio o si no apareciese meses después de haber estado poseído por no sé qué cosa. Tendré que enviarle una horda acosadora de loros para encontrarle, pero antes de eso tengo que localizar al sobrino pelirrojo maligno que también anda perdido. Salgo del hospital tras coger un periódico de los que hay en recepción, The Seeker, el cual voy leyendo por el camino antes de desaparecerme para ir en dirección a Londres.
"son unos mentirosos...suena a emboscada"
......................................................
PS: 150
"y el idiota de Setelah sin aparecer ni dar señales de vida."
Volví a preguntar en recepción por enésima vez si les habían traído a alguien con su nombre y apariencia, pero nada. Cuando le da por desaparecer lo hace muy bien. Ya debería estar acostumbrada, y no me preocuparía que fuese a su aire si no hubiese una maldita guerra de por medio o si no apareciese meses después de haber estado poseído por no sé qué cosa. Tendré que enviarle una horda acosadora de loros para encontrarle, pero antes de eso tengo que localizar al sobrino pelirrojo maligno que también anda perdido. Salgo del hospital tras coger un periódico de los que hay en recepción, The Seeker, el cual voy leyendo por el camino antes de desaparecerme para ir en dirección a Londres.
"son unos mentirosos...suena a emboscada"
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PS: 150
106-40-10 (explosion de ultima hora y plata de ultima hora) =56
4 diasx 20 PS = 80
56+80= 136/150 PS. Aun me queda un diiia mas.
_________
Pasó algo mas de un día hasta que comencé a volver en mi mismo. Los ultimos retazos de sueño se agolparon en mi mente y en mi retina justo antes de despertar, aquellos vistos desde la vision del lobo, imagenes como fotogramas de pelicula dificiles de distinguir por su mala calidad y velocidad. Pero eran de violencia y sangre, eso sin duda.
Me desperté abriendo los ojos de golpe e inspirando bruscamente, de modo breve, y mis dedos se crisparon sobre las sabanas, pero por lo demas, tranquilo. Miré a un lado y a otro, el olor a hospital me golpeó la nariz. El dolor era bastante soportable, a decir verdad, los pitidos de las maquinas, no tanto. Me incorporé viendo que tenia todo el torso y los brazos vendados. Lo que me dolía mas era el pecho, mas tarde descubriría por qué
Me preocupó el verme solo alli. Bueno, no del todo...Cleo estaba conmigo, en otra camilla. Parecia viva y tal, por las maquinitas que lo indicaban. Pero y los demás? Necesitaba noticias. Pero no tenia encima ningun dispositivo comunicador, todo lo habia repartido entre los mios antes de la trasnformacion. Emily, Benjamin, Leila.... donde estaban?
Sali de la cama y me acerqué a Cleopatra, soltando aire rasposamente por mis narices. Habia visto a Altair o eso me lo imaginé? Hice una mueca y cogí la mano de ella con cariño, acariciandola un poco. Ahora que no me veia nadie, podia demostrar mi preocupacion. Al tomarle la mano, noté algo, una bolita de papel. La saqué y la lei. Se me escapó una risa mezclada con un suspiro de alivio al ver que era Leila, que estaba sana y salva... aunque me quedó cierto resquemor. Asuntos pendientes? Esperaba que no planease una venganza ni nada asi....
4 diasx 20 PS = 80
56+80= 136/150 PS. Aun me queda un diiia mas.
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Pasó algo mas de un día hasta que comencé a volver en mi mismo. Los ultimos retazos de sueño se agolparon en mi mente y en mi retina justo antes de despertar, aquellos vistos desde la vision del lobo, imagenes como fotogramas de pelicula dificiles de distinguir por su mala calidad y velocidad. Pero eran de violencia y sangre, eso sin duda.
Me desperté abriendo los ojos de golpe e inspirando bruscamente, de modo breve, y mis dedos se crisparon sobre las sabanas, pero por lo demas, tranquilo. Miré a un lado y a otro, el olor a hospital me golpeó la nariz. El dolor era bastante soportable, a decir verdad, los pitidos de las maquinas, no tanto. Me incorporé viendo que tenia todo el torso y los brazos vendados. Lo que me dolía mas era el pecho, mas tarde descubriría por qué
Me preocupó el verme solo alli. Bueno, no del todo...Cleo estaba conmigo, en otra camilla. Parecia viva y tal, por las maquinitas que lo indicaban. Pero y los demás? Necesitaba noticias. Pero no tenia encima ningun dispositivo comunicador, todo lo habia repartido entre los mios antes de la trasnformacion. Emily, Benjamin, Leila.... donde estaban?
Sali de la cama y me acerqué a Cleopatra, soltando aire rasposamente por mis narices. Habia visto a Altair o eso me lo imaginé? Hice una mueca y cogí la mano de ella con cariño, acariciandola un poco. Ahora que no me veia nadie, podia demostrar mi preocupacion. Al tomarle la mano, noté algo, una bolita de papel. La saqué y la lei. Se me escapó una risa mezclada con un suspiro de alivio al ver que era Leila, que estaba sana y salva... aunque me quedó cierto resquemor. Asuntos pendientes? Esperaba que no planease una venganza ni nada asi....
No recuerdo gran cosa desde que perdí la consciencia y me encerraron en una sala de hospital para mejorar. Ni los constante pitidos de las máquinas. Cuando Leila me deja la nota en la mano arrugo el ceño ante la manipilación y aprieto la mano por un acto puramente reflejo.
Y sigo durmiendo plácidamente, enganchada a todas las pociones hasta que alguien o algo vuelve a manipular algo que debía tener en la mano. Arrugo el ceño, me froto los ojos y despierto, incorporándome.
-¿Dónde estoy?- Es una pregunta al aire, que surgía sola mientras las neuronas reconectaban los últimos recuerdos. Vale. Se había liado parda en lo que rescatábamos a Leila en la base de la alianza humana, luego pude desaparecer al capitán, a Leila y a Altair hasta uno de los hospitales. De todos los que desaparecí solo está Lykaios -¿Cómo estás jefazo? ¿Dónde están los demás? Con lo que me costó sacarnos de allí...- Gruño al estirarme, con el cuerpo aún adormecido.
PS: 24+(20x5)=124
Y sigo durmiendo plácidamente, enganchada a todas las pociones hasta que alguien o algo vuelve a manipular algo que debía tener en la mano. Arrugo el ceño, me froto los ojos y despierto, incorporándome.
-¿Dónde estoy?- Es una pregunta al aire, que surgía sola mientras las neuronas reconectaban los últimos recuerdos. Vale. Se había liado parda en lo que rescatábamos a Leila en la base de la alianza humana, luego pude desaparecer al capitán, a Leila y a Altair hasta uno de los hospitales. De todos los que desaparecí solo está Lykaios -¿Cómo estás jefazo? ¿Dónde están los demás? Con lo que me costó sacarnos de allí...- Gruño al estirarme, con el cuerpo aún adormecido.
PS: 24+(20x5)=124
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Cuatro aviones militares despegan de la base militar de la Alianza, dirigiéndose a la ubicación descubierta gracias al chip que llevaba Leila. El lugar y el edificio del hospital eran desconocidos hasta ahora, pero la orden es atacar el punto concreto que marcaba el chip, el primero que marcó tras la huida. Se desconoce la utilidad del lugar, aunque se debe destruir por si es otra base. Los cuatro aviones se coordinan para descargar sus bombas al pasar sobre el edificio, provocando varias explosiones en todo el lugar, además de iniciar un incendio y daños estructurales que amenazan con derrumbar aquel lugar más pronto que tarde . Los soldados de los cazas informan de que han alcanzado el edificio, dirigiéndose después al siguiente punto a atacar.
136+20 PS= 150 PS A FULL
_________
Me habia arrimado una silla para sentarme cerca de Cleo y quedarme alli con ella hasta que espabilase, cosa que no tardó en suceder. Sonreí y me incorporé un poco, pues habia estado cerca de volver a caer dormido.
- en el hospital de Sherwood. Acabo de despertarme yo tambien hace poco.... he visto una nota que nos dejó Leila. Toma, léela. Por lo visto, lo conseguimos. - mi sonrisa se acentuó mientras le pasaba la nota. - Pero tenemos que hablar con ella....creo que necesita una intervencion del tipo emocional. A saber lo que le han hecho pasar alli, Cleo.
- No me puedo quejar! me duele el pecho como si me hubiese pasado un tractor por encima, eso si... puedes refrescarme la memoria sobre lo ocurrido? Mis recuerdos son difusos cuando me transformo. No logro ponerlo todo junto.
Asi que necesitaba saber que habia pasado con todos los demas. Luego miré hacia la puerta, esperando que nos dieran pronto el alta...
- Sabes si Altair vino aqui? - tenia la sensacion de que su olor seguia por la zona. Ahora que lo habia tenido frente a frente podia identificarlo.
[...]
Tras nuestra conversacion y puesta al dia pasaron algunas horas mas en las que nos hicieron otras revisiones y curas. Al retirarme los vendajes del pecho para cambiarlos por otros ademas de administrar otras potis, pude ver la cicatriz oscura que me habia quedado donde me habian disparado con una bala de plata, y me di cuenta de lo cerca que habia estado aquella vez de ser la ultima vez.
Cuando estaban a punto de notificarme el alta, ocurrió todo. Oi los aviones llegar desde antes que los demás, benditos sean los sentidos agudizados, y empecé a pedir a gritos que protegiesen a los demas pacientes del hospital. Eso nos un par de minutos extra.
Los enfermeros y medicos empezaron a correr por los pasillos, algunos evacuando a los pacientes que podian ser evacuados direccion a Ouroboros, y a los que no podian moverlos por una cosa o por otra, se les intentó proteger con barreras de magia defensivas. Pero por mucho que corrimos e intentamos, el tiempo fue insuficiente para evacuar a un hospital entero.... volvía con Cleopatra para desaparecernos de alli cuando las bombas estallaron. No habia podido volver con ella cuando el edificio tembló y una de las paredes se derrumbó. Fui empujado por la onda expansiva y posteriormente acabé bajo trozos de techo y pared derrumbados. Pero la cosa podria haber sido mucho peor de no ser porque habia dado tiempo a conjurar algunas barreras defensivas en torno al hospital, que paliaron un tanto la fuerza de las primeras explosiones.....eso si, la tercera ya se sintió con todas sus fuerzas.
Es dificil hacer gran cosa durante esos momentos. Tambien lo es contar el tiempo que transcurre, pues los segundos se alargan pareciendo minutos. Cuando comencé a abrir los ojos bajo todos los escombros de aquella planta, las llamas estaban bailando bastante cerca mio.
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Me habia arrimado una silla para sentarme cerca de Cleo y quedarme alli con ella hasta que espabilase, cosa que no tardó en suceder. Sonreí y me incorporé un poco, pues habia estado cerca de volver a caer dormido.
- en el hospital de Sherwood. Acabo de despertarme yo tambien hace poco.... he visto una nota que nos dejó Leila. Toma, léela. Por lo visto, lo conseguimos. - mi sonrisa se acentuó mientras le pasaba la nota. - Pero tenemos que hablar con ella....creo que necesita una intervencion del tipo emocional. A saber lo que le han hecho pasar alli, Cleo.
- No me puedo quejar! me duele el pecho como si me hubiese pasado un tractor por encima, eso si... puedes refrescarme la memoria sobre lo ocurrido? Mis recuerdos son difusos cuando me transformo. No logro ponerlo todo junto.
Asi que necesitaba saber que habia pasado con todos los demas. Luego miré hacia la puerta, esperando que nos dieran pronto el alta...
- Sabes si Altair vino aqui? - tenia la sensacion de que su olor seguia por la zona. Ahora que lo habia tenido frente a frente podia identificarlo.
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Tras nuestra conversacion y puesta al dia pasaron algunas horas mas en las que nos hicieron otras revisiones y curas. Al retirarme los vendajes del pecho para cambiarlos por otros ademas de administrar otras potis, pude ver la cicatriz oscura que me habia quedado donde me habian disparado con una bala de plata, y me di cuenta de lo cerca que habia estado aquella vez de ser la ultima vez.
Cuando estaban a punto de notificarme el alta, ocurrió todo. Oi los aviones llegar desde antes que los demás, benditos sean los sentidos agudizados, y empecé a pedir a gritos que protegiesen a los demas pacientes del hospital. Eso nos un par de minutos extra.
Los enfermeros y medicos empezaron a correr por los pasillos, algunos evacuando a los pacientes que podian ser evacuados direccion a Ouroboros, y a los que no podian moverlos por una cosa o por otra, se les intentó proteger con barreras de magia defensivas. Pero por mucho que corrimos e intentamos, el tiempo fue insuficiente para evacuar a un hospital entero.... volvía con Cleopatra para desaparecernos de alli cuando las bombas estallaron. No habia podido volver con ella cuando el edificio tembló y una de las paredes se derrumbó. Fui empujado por la onda expansiva y posteriormente acabé bajo trozos de techo y pared derrumbados. Pero la cosa podria haber sido mucho peor de no ser porque habia dado tiempo a conjurar algunas barreras defensivas en torno al hospital, que paliaron un tanto la fuerza de las primeras explosiones.....eso si, la tercera ya se sintió con todas sus fuerzas.
Es dificil hacer gran cosa durante esos momentos. Tambien lo es contar el tiempo que transcurre, pues los segundos se alargan pareciendo minutos. Cuando comencé a abrir los ojos bajo todos los escombros de aquella planta, las llamas estaban bailando bastante cerca mio.
Altair Kirgyakos
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Se llevaron a Leila a rastras tras contarle mis visiones. Al parecer ella no sabía nada al respecto y a mí solo se me ocurrían opciones mágicas como que fue sometida a una ilusión, pero eso no era posible para la gente de la Alianza.
Durante todo este tiempo vi una y otra vez las visiones, ya que una vez se ven puedes volver a verlas rollo CD, en la sala de espera intentando estar lo más lejos posible del feral minino, pero no llegué a ninguna conclusión.-”TODO TAN CONFUSO. PUTOS HUMANOS HOSTIA YA”- Me dí por vencido y comencé a ver las peleas de Lykaios y Cleopatra, reconociendo que pese a haber sido un plan improvisado todo había salido bastante bien, ni siquiera parecía haber bajas.
La noche fue tranquila, patrullé el hospital y alrededores asegurándome de que no había intrusos solo por costumbre y me quedé dormido en forma de lobo cerca de un árbol a las afueras del hospital. Al despertar ya era de día y estaba rodeado de nieve, me aparecí a mi cuarto unos segundos para coger algunos pantalones cómodos y tabaco y me volví a aparecer en el hospital. Cuando Leila se fue le devolví la mirada con severidad. Algo había pasado durante su cautiverio y me picaba la nariz a que era algo gordo. Cuando entré en la habitación seguían inconscientes, por lo que aproveché para salir a fumar en lo que hacía tiempo.
Empecé a escuchar aspas de helicópteros en la lejanía y me temí lo peor. Tiré el cigarro al suelo y salí corriendo hacia la zona de administración del hospital, exigiendo que iniciasen la alarma de evacuación, cosa que no tardaron en hacer dado mi status social, nadie le dice que no a alguien que te puede matar de un puñetazo.
Al parecer no teníamos tanto tiempo como creía, una de las bombas cayó en el hospital, provocando un gran temblor en el suelo, cosa que no me impidió salir corriendo en dirección hacia la habitación donde estaban Cleopatra y Lykaios, y por el camino veía a la gente desaparecerse con enfermos, aunque no sabía a dónde iban, hasta encontrarme con Lykaios, que estaba en medio de todo el meollo rodeado de llamas. Fui hacia él saltando las llamas y me agaché para comprobar si estaba bien, tenía los ojos entornados pero no se movía, por lo que le di varios golpes en la cara para ver si reaccionaba.
-Joder, Knox, no es momento de dormirse! Dónde está Cleopatra? Tenemos que salir de aquí -
Lo cogí al brazo, cosa a la que empezaba a acostumbrarme, y rodeé las llamas para poder salir a los pasillos y buscar a Cleopatra, que la encontramos ayudando a otras personas a desalojar. Cuando llegamos a ella nos desaparecí dirección a mi habitación de Ouroboros, el primer sitio que se ocurrió.
Durante todo este tiempo vi una y otra vez las visiones, ya que una vez se ven puedes volver a verlas rollo CD, en la sala de espera intentando estar lo más lejos posible del feral minino, pero no llegué a ninguna conclusión.-”TODO TAN CONFUSO. PUTOS HUMANOS HOSTIA YA”- Me dí por vencido y comencé a ver las peleas de Lykaios y Cleopatra, reconociendo que pese a haber sido un plan improvisado todo había salido bastante bien, ni siquiera parecía haber bajas.
La noche fue tranquila, patrullé el hospital y alrededores asegurándome de que no había intrusos solo por costumbre y me quedé dormido en forma de lobo cerca de un árbol a las afueras del hospital. Al despertar ya era de día y estaba rodeado de nieve, me aparecí a mi cuarto unos segundos para coger algunos pantalones cómodos y tabaco y me volví a aparecer en el hospital. Cuando Leila se fue le devolví la mirada con severidad. Algo había pasado durante su cautiverio y me picaba la nariz a que era algo gordo. Cuando entré en la habitación seguían inconscientes, por lo que aproveché para salir a fumar en lo que hacía tiempo.
Empecé a escuchar aspas de helicópteros en la lejanía y me temí lo peor. Tiré el cigarro al suelo y salí corriendo hacia la zona de administración del hospital, exigiendo que iniciasen la alarma de evacuación, cosa que no tardaron en hacer dado mi status social, nadie le dice que no a alguien que te puede matar de un puñetazo.
Al parecer no teníamos tanto tiempo como creía, una de las bombas cayó en el hospital, provocando un gran temblor en el suelo, cosa que no me impidió salir corriendo en dirección hacia la habitación donde estaban Cleopatra y Lykaios, y por el camino veía a la gente desaparecerse con enfermos, aunque no sabía a dónde iban, hasta encontrarme con Lykaios, que estaba en medio de todo el meollo rodeado de llamas. Fui hacia él saltando las llamas y me agaché para comprobar si estaba bien, tenía los ojos entornados pero no se movía, por lo que le di varios golpes en la cara para ver si reaccionaba.
-Joder, Knox, no es momento de dormirse! Dónde está Cleopatra? Tenemos que salir de aquí -
Lo cogí al brazo, cosa a la que empezaba a acostumbrarme, y rodeé las llamas para poder salir a los pasillos y buscar a Cleopatra, que la encontramos ayudando a otras personas a desalojar. Cuando llegamos a ella nos desaparecí dirección a mi habitación de Ouroboros, el primer sitio que se ocurrió.
En Ouroboros habiamos recibido de pronto a un monton de enfermos y heridos que decian estar siendo evacuados del hospital de Lucio en Sherwood. Lucio fue informado del ataque, la gente que seguía llegando, habló de un incendio descontrolado en el lugar y de quizás mas victimas.
Lucio se puso en contacto rapidamente conmigo y no lo dudé, acudí rapidamente al lugar. Aparecí a una distancia prudencial y efectivamente, las llamas devoraban aquel lugar, que parecia ir a derrumbarse en cualquier momento.
"por lo visto ha sido en un bombardeo...como tienen tan poco corazón de atacar un hospital, despues de todo lo que esa gente ha pasado?"
Apreté los puños tratando que la rabia no me cegase, mirando al frente. Planté mis pies con decision y pausa en el suelo, separados a la altura de los hombros. Me concentré el controlar los varios elementos a la vez, en mi respiracion, y en la respiracion del fuego. Con unos cuandos movimientos firmes dignos de un experimentado artista marcial, el fue que ardia por doquier fue concentrado en un solo punto, un turbulento torbellino en el centro que subia y subia hacia arriba. Controlé el agua de los alrededores, de la nieve caida, y vino de todas partes para rodear aquel torbellino y estrangularlo, el cual se desvaneció dejando muchisimo humo. Esparcí una calmante lluvia en forma de niebla para apagar cualquier llamita que hubiese podido quedar y luego un suave viento convocado por el movimiento de mis brazos, despejó el humo que habia quedado tras apagar el fuego. Con aquello controlado, me aventuré al interior.
Los enfermeros de Lucio ya podrian volver a ver si tenian que atender o rescatar a alguien mas. Con el control que tenia sobre la tierra pude ir retirando escombros y apuntalando paredes y techos que amenazaban con caerse, para que la estructura no colapsara sobre si misma.
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OFF: posteado por Sirius Black (Administración) para arreglar el desmadreeeee de Lucio que no pone antiincendios en su hospital.
Lucio se puso en contacto rapidamente conmigo y no lo dudé, acudí rapidamente al lugar. Aparecí a una distancia prudencial y efectivamente, las llamas devoraban aquel lugar, que parecia ir a derrumbarse en cualquier momento.
"por lo visto ha sido en un bombardeo...como tienen tan poco corazón de atacar un hospital, despues de todo lo que esa gente ha pasado?"
Apreté los puños tratando que la rabia no me cegase, mirando al frente. Planté mis pies con decision y pausa en el suelo, separados a la altura de los hombros. Me concentré el controlar los varios elementos a la vez, en mi respiracion, y en la respiracion del fuego. Con unos cuandos movimientos firmes dignos de un experimentado artista marcial, el fue que ardia por doquier fue concentrado en un solo punto, un turbulento torbellino en el centro que subia y subia hacia arriba. Controlé el agua de los alrededores, de la nieve caida, y vino de todas partes para rodear aquel torbellino y estrangularlo, el cual se desvaneció dejando muchisimo humo. Esparcí una calmante lluvia en forma de niebla para apagar cualquier llamita que hubiese podido quedar y luego un suave viento convocado por el movimiento de mis brazos, despejó el humo que habia quedado tras apagar el fuego. Con aquello controlado, me aventuré al interior.
Los enfermeros de Lucio ya podrian volver a ver si tenian que atender o rescatar a alguien mas. Con el control que tenia sobre la tierra pude ir retirando escombros y apuntalando paredes y techos que amenazaban con caerse, para que la estructura no colapsara sobre si misma.
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OFF: posteado por Sirius Black (Administración) para arreglar el desmadreeeee de Lucio que no pone antiincendios en su hospital.
Me llena plenamente ver al capitán a mi lado hace que no me sienta sola y me reconforta. A pesar de las circunstancias tiene algo que, nunca sabré qué es, pero hace que cuanto está él me sienta acompañada y valiente. Por eso es el capitán de la Brigada. Ese pensamiento me hace sonreír, recogí la nota mientras me la tendía -¿Acaso lo dudabas? ¿Desde cuándo la brigada deja abandonada a una de sus grullas?- Leo por encima la nota que nos había dejado, volverá pronto. Algo me lo dice. Asiento a lo de que necesita intervención emocional -Creo que primero necesita ella su propia auto-intervención. Vendrá cuando lo necesite. A saber qué es lo que le habrán hecho esos...- Me callo el improperio que iba a dedicarles a los líderes de la Alianza, insultos que iban desde los capullos hasta grandísimos bastardos, tal vez monstruos. Pero hay monstruos con más humanidad que ellos. Por lo tanto, no concluí la frase.
-Pues entonces no vas a recordar una de las mejores fiestas que hemos tenido en mucho tiempo. Cuando llegamos Emily y Ben habían interceptado a Éamon con Leila, debían de estar trasladándola. Imagina la situación: 4 soldados y Éamon para nosotros. Emily se llevó a Ben cuando le hirieron, pero pudo curarle con su magia y nosotros nos llevamos a Leila. Luego recorrimos todo el campo de concentración de la alianza, montadas en tu lomo. Te dispararon. Plata. Por eso te debe doler el pecho y, aunque conseguí curarte las heridas, no te pude sacar la bala... en el cielo había dragones, en tierra tanques. Faltaban los aviones del ejército... Cuando pasamos el muro nos encontramos con un vampiro, pero se largó pronto al amanecer. Cuando uno de esos centinelas explotó conseguí desaparecernos hasta el hospital- Me recoloco en la cama usando las manos con un gruñido. Las heridas de la máquina al explotar y el último disparo del centinela es lo que más me dolía aún, también eran las más recientes y sobre las que yo no pude hacer ninguna cura, por lo que decido canalizar una poca de magia sanadora para dejarme al 100% -Todo muy épico no poder ser dibujado. Tendríamos que hablar con un artista callejero, que llene de grafitis todo Londres- Bromeo -Sí, Altair vino con nosotros; estará por ahí hablando con el gerente del hospital. Por cierto, tal y como te prometí, lo he estado guardando- Le digo al capitán mientras le devuelvo el anillo.
Ya nos estábamos vistiendo con nuestra mellada ropa para salir de allí de camino al barco de la brigada cuando el capitán comenzó a gritar. No le escuché bien por estar al otro lado del pasillo. Enseguida se desató el caos. "Pues sí, sí había aviones", pensé irónicamente. Conseguí poder ayudar a la evacuación de las pacientes que estaban a mi alrededor, pero todo estaba ocurriendo a una velocidad de vértigo. -¡LYKAIOS!- Le grité al capitán cuando le pude ver al otro lado del pasillo, corrí hasta él cuando una bocanada de fuego lo envolvió todo, seguido del humo y de un molesto pitido que eclipsaba los gritos de los que todavía estábamos allí y del crujido de la infraestructura al ceder y comenzar al derrumbarse. Abrí los ojos, estaba tirada en el suelo por efecto de la explosión, el hombro del disparo me ardía por el dolor del quemazón. Si antes ocurría todo a cámara rápida, ahora parecía que la vida se movía en fotogramas, y aunque tenía la visión borrosa porque se me estaba metiendo sangre en el ojo, ver el color inconfundible del pelo del capitán desaparecer una sombra oscura me hizo gritar. Era un grito sordo, pues yo no podía oírlo. Los ojos escocían como mil demonios, fruto del polvo, del humo, sangre y lágrimas. Alguien me ayudó a levantarme y salir de allí, no recuerdo quién era, pero me llevó como un muñeco de trapo todavía aturdida por lo que acababa de presenciar.
Sin embargo escuché un lloro de una niña pequeña de unos 8, tal vez 10 años. Estaba al lado de alguien no se levantaría jamás, puede que fuese su madre o su padre, ahora era una masa chamuscada y maloliente. Eso me hizo conectar con mi yo y mi ahora y salir de mi propio bucle de destrucción -Espera- Me aparté de la persona que me había ayudado a levantarme que quedó en el pasillo y fui a socorrer a la niña. La pared vecina cedió y se derrumbó y haciendo que pareciese que toda esa sala iba detrás, por lo que como pude cogí a la niña en brazos y la saqué de allí, justo en el momento en el que el piso era pasto del fuego. Alcancé a mi socorrista cuando llegó Altair con Lykaios. Y no pude evitar sonreír aliviada, a pesar de la situación. Puede que los muertos se contaran por cientos ese día, pero mi capitán, la única persona que parece coherente en este mundo de mierda, seguía de una pieza. Altair nos desapareció a todos segundos antes de que ese ala del hospital fuera reducida a escombros.
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SANACIÓN: (0) dado + 40 (Vilya) + 10 (habilidad ficha) = 50
PS 124+ 50 +20 (¿1 día más hasta el día del ataque?)= +150 (UP!)
-Pues entonces no vas a recordar una de las mejores fiestas que hemos tenido en mucho tiempo. Cuando llegamos Emily y Ben habían interceptado a Éamon con Leila, debían de estar trasladándola. Imagina la situación: 4 soldados y Éamon para nosotros. Emily se llevó a Ben cuando le hirieron, pero pudo curarle con su magia y nosotros nos llevamos a Leila. Luego recorrimos todo el campo de concentración de la alianza, montadas en tu lomo. Te dispararon. Plata. Por eso te debe doler el pecho y, aunque conseguí curarte las heridas, no te pude sacar la bala... en el cielo había dragones, en tierra tanques. Faltaban los aviones del ejército... Cuando pasamos el muro nos encontramos con un vampiro, pero se largó pronto al amanecer. Cuando uno de esos centinelas explotó conseguí desaparecernos hasta el hospital- Me recoloco en la cama usando las manos con un gruñido. Las heridas de la máquina al explotar y el último disparo del centinela es lo que más me dolía aún, también eran las más recientes y sobre las que yo no pude hacer ninguna cura, por lo que decido canalizar una poca de magia sanadora para dejarme al 100% -Todo muy épico no poder ser dibujado. Tendríamos que hablar con un artista callejero, que llene de grafitis todo Londres- Bromeo -Sí, Altair vino con nosotros; estará por ahí hablando con el gerente del hospital. Por cierto, tal y como te prometí, lo he estado guardando- Le digo al capitán mientras le devuelvo el anillo.
Ya nos estábamos vistiendo con nuestra mellada ropa para salir de allí de camino al barco de la brigada cuando el capitán comenzó a gritar. No le escuché bien por estar al otro lado del pasillo. Enseguida se desató el caos. "Pues sí, sí había aviones", pensé irónicamente. Conseguí poder ayudar a la evacuación de las pacientes que estaban a mi alrededor, pero todo estaba ocurriendo a una velocidad de vértigo. -¡LYKAIOS!- Le grité al capitán cuando le pude ver al otro lado del pasillo, corrí hasta él cuando una bocanada de fuego lo envolvió todo, seguido del humo y de un molesto pitido que eclipsaba los gritos de los que todavía estábamos allí y del crujido de la infraestructura al ceder y comenzar al derrumbarse. Abrí los ojos, estaba tirada en el suelo por efecto de la explosión, el hombro del disparo me ardía por el dolor del quemazón. Si antes ocurría todo a cámara rápida, ahora parecía que la vida se movía en fotogramas, y aunque tenía la visión borrosa porque se me estaba metiendo sangre en el ojo, ver el color inconfundible del pelo del capitán desaparecer una sombra oscura me hizo gritar. Era un grito sordo, pues yo no podía oírlo. Los ojos escocían como mil demonios, fruto del polvo, del humo, sangre y lágrimas. Alguien me ayudó a levantarme y salir de allí, no recuerdo quién era, pero me llevó como un muñeco de trapo todavía aturdida por lo que acababa de presenciar.
Sin embargo escuché un lloro de una niña pequeña de unos 8, tal vez 10 años. Estaba al lado de alguien no se levantaría jamás, puede que fuese su madre o su padre, ahora era una masa chamuscada y maloliente. Eso me hizo conectar con mi yo y mi ahora y salir de mi propio bucle de destrucción -Espera- Me aparté de la persona que me había ayudado a levantarme que quedó en el pasillo y fui a socorrer a la niña. La pared vecina cedió y se derrumbó y haciendo que pareciese que toda esa sala iba detrás, por lo que como pude cogí a la niña en brazos y la saqué de allí, justo en el momento en el que el piso era pasto del fuego. Alcancé a mi socorrista cuando llegó Altair con Lykaios. Y no pude evitar sonreír aliviada, a pesar de la situación. Puede que los muertos se contaran por cientos ese día, pero mi capitán, la única persona que parece coherente en este mundo de mierda, seguía de una pieza. Altair nos desapareció a todos segundos antes de que ese ala del hospital fuera reducida a escombros.
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SANACIÓN: (0) dado + 40 (Vilya) + 10 (habilidad ficha) = 50
PS 124+ 50 +20 (¿1 día más hasta el día del ataque?)= +150 (UP!)
Dados
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Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
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Nacionalidad
El miembro 'Cleopatra' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Curación' :
'Curación' :
Aparecimos a las puertas de aquel hospital, que ya había conocido antes cuando quise la vacuna aquella para el virus mágico raro. Pero joder, no lo recordaba así en absoluto. Parecía que las llamas lo habían consumido todo. Y para hacer más alarmante la cosa, aún salía humo, como si eso hubiese ocurrido recientemente. Digo, a la morena se le podría haber ocurrido revisar que el hospital estuviera intacto antes de invitar a mis drajoncillos a curarse ahí. Ya no hay consideración como en antaño, que poca cortesía.
Les daré el beneficio de la duda y no diré que fue la Alianza. Digo, es la cosa más segura, están locos de remate, les falta amor y esas tonterías, pero quiero pensar bien de ellos.
"Se me está antojando un cigarrillo ahora. Mira qué mal lugar. Hospital y encima quemado..."
Y además... ¿qué onda con esta nieve? Les digo, muchachos, estamos acabando con el buen clima del mundo. La Alianza no sabe que somos los elfos los que mantenemos todo esto vivo. ¿Qué van a hacer cuando nos maten a todos? ¿Plantas hidropónicas, invernaderos? O peor, ¡transgénicos! ¡Qué pecado, que escándalo!
Me cubrí una mejilla con la mano, en señal de escándalo, que me gusta el drama igual que a todos.
¿Crees que será mejor irnos, Victorya? Los muchachos son fuertes, se pueden desangrar por el camino un rato. - Pregunté al final. Ella era la líder, yo solo la seguía porque me gustaban sus caderas. Además, podía haber alguien dentro que necesitara ayuda, aunque por ahora me interesaba bien poco.
Les daré el beneficio de la duda y no diré que fue la Alianza. Digo, es la cosa más segura, están locos de remate, les falta amor y esas tonterías, pero quiero pensar bien de ellos.
"Se me está antojando un cigarrillo ahora. Mira qué mal lugar. Hospital y encima quemado..."
Y además... ¿qué onda con esta nieve? Les digo, muchachos, estamos acabando con el buen clima del mundo. La Alianza no sabe que somos los elfos los que mantenemos todo esto vivo. ¿Qué van a hacer cuando nos maten a todos? ¿Plantas hidropónicas, invernaderos? O peor, ¡transgénicos! ¡Qué pecado, que escándalo!
Me cubrí una mejilla con la mano, en señal de escándalo, que me gusta el drama igual que a todos.
¿Crees que será mejor irnos, Victorya? Los muchachos son fuertes, se pueden desangrar por el camino un rato. - Pregunté al final. Ella era la líder, yo solo la seguía porque me gustaban sus caderas. Además, podía haber alguien dentro que necesitara ayuda, aunque por ahora me interesaba bien poco.
Soltó un gran suspiro en cuanto llegaron al lugar. Se sentía fuera de lugar, quizás porque estar entre ruinas no era su precisa definición de ayudar al prójimo. Ahora tenía que llevar a los dragones a Ouroboros y...- Thalos...- Su mente lo recordó con facilidad. Le fue bastante sencillo armar los puntos. Thalos había estado en aquel lugar, donde le sacaron el chip y ahora estaba bombardeado. Como salido de una película. Ahora sabía como se veía aquella operación desde ambos lados de la guerra. Y era más fácil verlo cuando a ella no le afectaba en nada.
Rayos, deben haber rastreado a Thalos hasta aquí... No se ve nada de movimiento.- Murmuró, acercándose a la construcción. Aún podía sentir el calor que irradiaba, y por el tamaño de la destrucción, era muy probable que hubieran enviado a más de dos bombarderos. Soltó una pequeña maldición por lo bajo. Por más que quería darle su privacidad a Johan, no sería posible si tenía noticias tan graves de Thalos. Cabía la posibilidad de que él ya no estuviera si acaso había tardado ya demasiado.
Tenía también la otra posibilidad. De que Leila hubiera estado ahí, y que la hubieran matado a ella. No le molestaba el pensamiento, pero sí el hecho de que, probablemente, también volverían a bombardear la base para asegurarse de que ya no hubiera nadie con vida. Al menos esa estaba evacuada. Y estaaba además Thranduil, que no dejaba de hablar...- Tenemos que... Hay que asegurarnos de que Thalos no esté aquí primero.- Murmuró distraida, sacando la moneda de su gabardina oscura. Dudó un instante de si sería la mejor opción, pero se dedicó a escribir.
"Estoy en Sherwood. El hospital ha sido... "
Borró el mensaje, recordando que la moneda que Johan usaba la tenía el ministro. Una línea directa para leer sus mentiras y falsedades. Le molestaba que la comunicación había sido nula desde la fuga de reos, ni siquiera para preguntar por su hermano. No podía negar de que tenía intenciones de entregarlo. Después de todo, eso de jugar a la celadora y el prisionero nunca se le dio bien.
Cerró los ojos por un instante, preguntándose que sería más eficiente. Ir y contarle, esperar a que Thalos respondiera... o quedarse a esperar en ese lugar. Siguió caminando entonces. Aquel andar felino que le acompañaba siempre no falló ahora que el terreno era inestable y tormentoso. Si bien quiso entrar, prefirió dejar que los dragones fueran, tal y como se ofrecieron...- Dejémosles que echen un vistazo. Si hay alguien, podemos llevarlos con nosotros a Ouroboros... Un hospital... ni en Vietnam bombardeaban hospitales.- Dijo, sabiendo que no tenía ni idea de si en Vietnam habian bombardeado algo o no. Debía aceptar que era una buena táctica. Así, los sanos no tenían a donde huir y los enfermos morían. Que triste manera de acabar con la guerra.
Rayos, deben haber rastreado a Thalos hasta aquí... No se ve nada de movimiento.- Murmuró, acercándose a la construcción. Aún podía sentir el calor que irradiaba, y por el tamaño de la destrucción, era muy probable que hubieran enviado a más de dos bombarderos. Soltó una pequeña maldición por lo bajo. Por más que quería darle su privacidad a Johan, no sería posible si tenía noticias tan graves de Thalos. Cabía la posibilidad de que él ya no estuviera si acaso había tardado ya demasiado.
Tenía también la otra posibilidad. De que Leila hubiera estado ahí, y que la hubieran matado a ella. No le molestaba el pensamiento, pero sí el hecho de que, probablemente, también volverían a bombardear la base para asegurarse de que ya no hubiera nadie con vida. Al menos esa estaba evacuada. Y estaaba además Thranduil, que no dejaba de hablar...- Tenemos que... Hay que asegurarnos de que Thalos no esté aquí primero.- Murmuró distraida, sacando la moneda de su gabardina oscura. Dudó un instante de si sería la mejor opción, pero se dedicó a escribir.
"Estoy en Sherwood. El hospital ha sido... "
Borró el mensaje, recordando que la moneda que Johan usaba la tenía el ministro. Una línea directa para leer sus mentiras y falsedades. Le molestaba que la comunicación había sido nula desde la fuga de reos, ni siquiera para preguntar por su hermano. No podía negar de que tenía intenciones de entregarlo. Después de todo, eso de jugar a la celadora y el prisionero nunca se le dio bien.
Cerró los ojos por un instante, preguntándose que sería más eficiente. Ir y contarle, esperar a que Thalos respondiera... o quedarse a esperar en ese lugar. Siguió caminando entonces. Aquel andar felino que le acompañaba siempre no falló ahora que el terreno era inestable y tormentoso. Si bien quiso entrar, prefirió dejar que los dragones fueran, tal y como se ofrecieron...- Dejémosles que echen un vistazo. Si hay alguien, podemos llevarlos con nosotros a Ouroboros... Un hospital... ni en Vietnam bombardeaban hospitales.- Dijo, sabiendo que no tenía ni idea de si en Vietnam habian bombardeado algo o no. Debía aceptar que era una buena táctica. Así, los sanos no tenían a donde huir y los enfermos morían. Que triste manera de acabar con la guerra.
Aparecí en el destruido hospital en cuanto tuve noticia del bombardeo sobre éste, aunque Adael se me adelantó para hacer las tareas de apagar fuegos y retirar escombros usando sus habilidades de elementaristas. La escena me deja completamente devastado, no entiendo cómo pueden ser tan rastreros como para atacar un hospital con heridos. Pensé que no nos localizarían, que las medidas de seguridad que pusimos funcionarían. No sé cómo nos han encontrado, pero lo han hecho. Las labores de rescate consiguen sacar a bastantes heridos de los pacientes del hospital, aunque no todos han conseguido sobrevivir. Este sitio era el único lugar del país al que podía acudir cualquier persona, sin importar su condición. Ahora los seres mágicos se han quedado sin un lugar en condiciones en el que ser atendido.
La rabia que tengo en este momento es bastante más intensa de la que he tenido en mucho tiempo, incluso cuando ese par de Soul Reapers me utilizaron para colarse en Ouroboros. Esto se trata de palabras mayores, han matado a mucha gente. Trato de ayudar a los enfermeros a sacar a todos los que podemos, mientras Adael termina de hacer lo suyo y deja la zona fuera de peligro. - ¡Hay que evacuar a los supervivientes al hospital de Ouroboros, rápido! - ordeno a mis trabajadores mientras voy de acá para allá. En un momento dado me encuentro dos conocidos, el elfo que acompañó a Juliet cuando estuvo en el hospital, y Victorya, una de las heridas por la explosión de la bomba en la base de los renegados. Parece que ellos no se encontraban aquí cuando el bombardeo, pero también tienen pinta de necesitar ayuda, al igual que los muchachos que les acompañan.
- No me digas que están atacando en más sitios...- pregunto al verlos en ese estado, acercándome en primer lugar al elfo para canalizar mi magia sanadora hacia él, potenciándolo con la piedra del anillo. - Necesito que me digáis todo lo que sepáis.
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curación a DANIEL drajón
dado 5 + 10 habilidad + 40 anillo sanación= 55
La rabia que tengo en este momento es bastante más intensa de la que he tenido en mucho tiempo, incluso cuando ese par de Soul Reapers me utilizaron para colarse en Ouroboros. Esto se trata de palabras mayores, han matado a mucha gente. Trato de ayudar a los enfermeros a sacar a todos los que podemos, mientras Adael termina de hacer lo suyo y deja la zona fuera de peligro. - ¡Hay que evacuar a los supervivientes al hospital de Ouroboros, rápido! - ordeno a mis trabajadores mientras voy de acá para allá. En un momento dado me encuentro dos conocidos, el elfo que acompañó a Juliet cuando estuvo en el hospital, y Victorya, una de las heridas por la explosión de la bomba en la base de los renegados. Parece que ellos no se encontraban aquí cuando el bombardeo, pero también tienen pinta de necesitar ayuda, al igual que los muchachos que les acompañan.
- No me digas que están atacando en más sitios...- pregunto al verlos en ese estado, acercándome en primer lugar al elfo para canalizar mi magia sanadora hacia él, potenciándolo con la piedra del anillo. - Necesito que me digáis todo lo que sepáis.
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