Recuerdo del primer mensaje :
Residencia de Rasputín. Es un sótano de base muy amplia que consta de dos niveles. Tiene una unica entrada que suele estar vigilada por un demonio ghoul, no deja entrar a nadie si el Descendiente de Rasputín no lo considera así. En el nivel superior se encuentran las estancias de descanso, habitaciones y demas salas para menesteres de la vida. Asi como una biblioteca. En el nivel inferior al cual se accede por una angosta escalera de caracol de piedra se encuentra una unica sala muy grande llena de libros prohibidos sobre los cuales pesan maldiciones contra lectores indeseados, insumos para invocaciones (algunos metidos en desagradables tarros), mesas, fogatas, telares y muchos simbolos arcanos plasmados aqui y allá. Una atmosfera en al cual se respira la oscuridad. Hay un arcón cerrado con siete cerraduras en un recóndito lugar de éste. Nunca se ha abierto.
¿Andar? No sabría decir si esa era exactamente en la que me estaba desplazando. El hecho de mover las piernas, pero no sentir el suelo se hacía una sensación extraña en mí. Casi irreal, como cuando se sueña. Parte de todo esto estaba dentro de un sueño. La decisión de los guardias de Ouroboros me pareció totalmente estúpida, pero yo solo podía limitarme a seguir la piedra que me había convocado, es decir, la de Cleopatra. Parecía herida, pero ella misma sabía gestionarse sin ayuda de nadie. En ocasiones se detenía y no podía evitar parame más adelante y volver la cara atrás. La veía estar preocupada por el teléfono, mirando todo el rato pero sin saber exactamente qué es lo que buscaba o esperaba. No había conseguido echar un ojo ni escuchar el mensaje que había mandado previamente, por eso no entendía qué esperaba o a quién.
Ruedo los ojos cuando el guardia me dirige la palabra, casi incrédulo de lo que estaba pasando. Estaban con un maldito demonio devorador y lo único que se le pasaba por la cabeza era comportarse como una especie de fan absurdo. Suspiré y me negué en rotundo a responder. Los pasadizos que llevan a la residencia de Matvey. Los recodé de cuando estaba vivo, de haber pasado por allí en algún momento cuando el demonio poseía mi cuerpo y apenas podía controlar lo que estaba haciendo. Acechar al descendiente, supongo, quizás para poseerle o para robarle algo. Nunca podría saberlo.
La actitud del guardián me estaba poniendo nervioso y haciendo que me cabreara, de modo que tuve que apartarme de él, porque de ser corpóreo le hubiera dado un puñetazo. Este cambio hizo que Catherine me atravesara sin que ella misma se diera cuenta. No me importó, siquiera lo sentí. Pero lo que sí sentí era toparme cara a cara con Khaled. Habíamos solicitado que se presentara en quirófano para ayudar a la bruja, pero esperaba que los efectos de la piedra desaparecieran antes de que él llegara, pero parece que la invocación era más poderosa de lo que yo creía. Mejor dicho, esperaba que ni siquiera se presentase en la isla de Ouroboros. Y allí estaba. -…- “Es casi un chiste de humor negro. Muy negro”
INVOCACIÓN 3/5
Ruedo los ojos cuando el guardia me dirige la palabra, casi incrédulo de lo que estaba pasando. Estaban con un maldito demonio devorador y lo único que se le pasaba por la cabeza era comportarse como una especie de fan absurdo. Suspiré y me negué en rotundo a responder. Los pasadizos que llevan a la residencia de Matvey. Los recodé de cuando estaba vivo, de haber pasado por allí en algún momento cuando el demonio poseía mi cuerpo y apenas podía controlar lo que estaba haciendo. Acechar al descendiente, supongo, quizás para poseerle o para robarle algo. Nunca podría saberlo.
La actitud del guardián me estaba poniendo nervioso y haciendo que me cabreara, de modo que tuve que apartarme de él, porque de ser corpóreo le hubiera dado un puñetazo. Este cambio hizo que Catherine me atravesara sin que ella misma se diera cuenta. No me importó, siquiera lo sentí. Pero lo que sí sentí era toparme cara a cara con Khaled. Habíamos solicitado que se presentara en quirófano para ayudar a la bruja, pero esperaba que los efectos de la piedra desaparecieran antes de que él llegara, pero parece que la invocación era más poderosa de lo que yo creía. Mejor dicho, esperaba que ni siquiera se presentase en la isla de Ouroboros. Y allí estaba. -…- “Es casi un chiste de humor negro. Muy negro”
INVOCACIÓN 3/5
Aquel maldito demonio desapareció por la brecha. Pero sabía que terminaría por volver. Era de aquellos que estaban obsesionados con los mortales....
Cuando el proceso terminó me aparté del muchacho, y su mujer se acercó a él. Parecía que sobreviviría. Esta vez sí habíamos tenido éxito. Miré a la mujer con gesto indescifrable sin responder a su agradecimiento, mientras poco a poco mis ojos volvían a un tono normal y desaparecían los rasgos demoníacos.
Se marcharon llevándose al herido y yo miré a Matvey.
- podemos hacer dos cosas. O abres tu la prisión de cuarzo para que pueda salir de donde me he metido, o la rompo yo a la fuerza...- creo que sería lo suficientemente inteligente para saber qué era lo más adecuado.
Al poco de decir aquello note las auras de más gente ingresando allí. Otro demonio? Y.... Un alma.
Una que reconocía a la legua, antes de que pronunciasen su nombre tan a la ligera.
Me giré lentamente y lo miré, aquella manifestación de su espíritu. Podía notar el débil hilo que lo unia a este mundo, no se quedaría mucho tiempo. Pero quizá... Lo había invocado Cleopatra?
- Astaroth... - quería decirle que había enviado al demonio que lo mató de vuelta al infierno y que no volvería. Pero eso último sería una mentira. En su lugar... - qué caprichoso es el destino. Estás listo para volver?
Pues había llegado el momento. Miré de reojo a Cleopatra y luego a la demonio hecha prácticamente una momia.
- tu lo has invocado. Llevalo a la Torre de la alta hechicería, adramelech está allí. Conoces su ubicación?
Por si no era así, mandé una imagen a su mente del lugar, así podría aparecerse. Después miré a Matvey, puede reconocer el demonio que había poseido a la chica asi que pronuncié su nombre. Volvi a efectuar el sello de antes... Esperando a que metieran a la mujer dentro del círculo de cuarzos.
Cuando el proceso terminó me aparté del muchacho, y su mujer se acercó a él. Parecía que sobreviviría. Esta vez sí habíamos tenido éxito. Miré a la mujer con gesto indescifrable sin responder a su agradecimiento, mientras poco a poco mis ojos volvían a un tono normal y desaparecían los rasgos demoníacos.
Se marcharon llevándose al herido y yo miré a Matvey.
- podemos hacer dos cosas. O abres tu la prisión de cuarzo para que pueda salir de donde me he metido, o la rompo yo a la fuerza...- creo que sería lo suficientemente inteligente para saber qué era lo más adecuado.
Al poco de decir aquello note las auras de más gente ingresando allí. Otro demonio? Y.... Un alma.
Una que reconocía a la legua, antes de que pronunciasen su nombre tan a la ligera.
Me giré lentamente y lo miré, aquella manifestación de su espíritu. Podía notar el débil hilo que lo unia a este mundo, no se quedaría mucho tiempo. Pero quizá... Lo había invocado Cleopatra?
- Astaroth... - quería decirle que había enviado al demonio que lo mató de vuelta al infierno y que no volvería. Pero eso último sería una mentira. En su lugar... - qué caprichoso es el destino. Estás listo para volver?
Pues había llegado el momento. Miré de reojo a Cleopatra y luego a la demonio hecha prácticamente una momia.
- tu lo has invocado. Llevalo a la Torre de la alta hechicería, adramelech está allí. Conoces su ubicación?
Por si no era así, mandé una imagen a su mente del lugar, así podría aparecerse. Después miré a Matvey, puede reconocer el demonio que había poseido a la chica asi que pronuncié su nombre. Volvi a efectuar el sello de antes... Esperando a que metieran a la mujer dentro del círculo de cuarzos.
"Por fin"
Me levanté al poco, mirando a khaled y dedicándole un gesto de reconocimiento. El abrazo de Catherine me sacó un resoplido por lo fuerte que fue, no merecía esas gracias en modo de abrazo.
- no me las des...
Le dije cuando se llevó a su malherido marido. Pero al parecer, el trabajo no había terminado. Otro?
- ponedla ahi dentro cuanto antes y luego marchaos. Lo más adecuado es que espereis afuera...
Indiqué a los de la guardia. Miré a Mérida, me acordaba de esta. No era la primera vez que caía bajo las garras de un demonio y sinceramente esperaba que esta vez no fuese uno tan poderoso como el de aquella ocasión. El de Ian me había costado trabajo pero... Con el otro de mi lado, obtener su nombre fue muy sencillo.
Pusieron en el centro de la prisión a Mérida y observé al espíritu de astaroth.
- que has usado? Un sigilo, o...?
Tenía curiosidad. Me fijé en mi candidato, hace nada habíamos tenido a su verdugo frente a nosotros.
Listo para volver? Observé a khaled, claramente..tramaba algo.
- está bien... Hagamos esto
Lo primero era lo primero: Mérida. Fue más fácil que con Ian. Usando el nombre astral del demonio, logramos expulsarlo y desterrarlo nuevamente al infierno, y aunque se resistió no pudo causar muchos daños
Cuando hubimos terminado, rompo la prisión de cuarzo y llamo a los guardias para que vuelvan, pegando una ronca voz
- llevadla al hospital a que la curen, ha sufrido algunos daños aunque no son graves y se recuperará. - entoces me informaron de que había aparecido un tercer poseído, este directamente en las montañas del dragón e interrumpiendo el torneo. Maldije en ruso pegandome un golpe en la frente. Después de invocar a tantos para el torneo y estos dos exorcismos, comenzaba a sentirme bastante agotado. Conocía los riesgos.
Aún asi volvi mi atención a khaled de nuevo.
- gracias por la ayuda. Terminaré con el último yo solo... Me parece que tú tienes otros asuntos más importantes a los que prestar atención. - dije refiriéndome obviamente si espíritu de su nieto.
......
0 a 10 daño físico que sufre Mérida con el exorcismo
Me levanté al poco, mirando a khaled y dedicándole un gesto de reconocimiento. El abrazo de Catherine me sacó un resoplido por lo fuerte que fue, no merecía esas gracias en modo de abrazo.
- no me las des...
Le dije cuando se llevó a su malherido marido. Pero al parecer, el trabajo no había terminado. Otro?
- ponedla ahi dentro cuanto antes y luego marchaos. Lo más adecuado es que espereis afuera...
Indiqué a los de la guardia. Miré a Mérida, me acordaba de esta. No era la primera vez que caía bajo las garras de un demonio y sinceramente esperaba que esta vez no fuese uno tan poderoso como el de aquella ocasión. El de Ian me había costado trabajo pero... Con el otro de mi lado, obtener su nombre fue muy sencillo.
Pusieron en el centro de la prisión a Mérida y observé al espíritu de astaroth.
- que has usado? Un sigilo, o...?
Tenía curiosidad. Me fijé en mi candidato, hace nada habíamos tenido a su verdugo frente a nosotros.
Listo para volver? Observé a khaled, claramente..tramaba algo.
- está bien... Hagamos esto
Lo primero era lo primero: Mérida. Fue más fácil que con Ian. Usando el nombre astral del demonio, logramos expulsarlo y desterrarlo nuevamente al infierno, y aunque se resistió no pudo causar muchos daños
Cuando hubimos terminado, rompo la prisión de cuarzo y llamo a los guardias para que vuelvan, pegando una ronca voz
- llevadla al hospital a que la curen, ha sufrido algunos daños aunque no son graves y se recuperará. - entoces me informaron de que había aparecido un tercer poseído, este directamente en las montañas del dragón e interrumpiendo el torneo. Maldije en ruso pegandome un golpe en la frente. Después de invocar a tantos para el torneo y estos dos exorcismos, comenzaba a sentirme bastante agotado. Conocía los riesgos.
Aún asi volvi mi atención a khaled de nuevo.
- gracias por la ayuda. Terminaré con el último yo solo... Me parece que tú tienes otros asuntos más importantes a los que prestar atención. - dije refiriéndome obviamente si espíritu de su nieto.
......
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El miembro 'Matvey Rasputín' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Dado opciones' : 3
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-Por favor, vosotros podéis ayudarla. Esta muy mal- Suplico a los nigromantes cuando por fin nos dejan solos en la casa del Descendiente. -Gracias, gracias Matvey- Corro a ayudar a los guardias a colocar a Mérida en el sitio que se nos ha ordenado, en realidad poco puedo hacer pues la propia guardia se defiende ella solita para poder colocarla, yo solo puedo dar carreras torpes de un lado al otro del dormido cuerpo de mi compañera. Cuando la dejan por fin la cojo del bulto que correspondería a una mano, porque quiero que sienta, porque sé que Mérida está ahí y lo está sintiendo, que estoy con ella.-Sí, traedla de vuelta- Respondo a Khaled pensando que se estaba refiriendo a traer a Mérida de vuelta, en lugar de entender que se estaba refiriendo a Astaroh. Sus palabras habían sido un tanto crípticas para mi interpretación en ese momento. ¿Sigilo? Alcé la mirada a Matvey cuando me pregunta qué había usado para que Astaroth estuviera aquí, por un momento me olvidé de él -Una roca que encontré en un libro de la biblioteca… La Piedra de la Resurrección se llama. Un drow me ayudó a buscarla-
Me aparto cuando los hombres empiezan a trabajar. Quedo en la pared de la casa, observando todo el proceso sin pestañear. Siento a Astaroth a mi lado, le miro con pesar y me pregunto si él tuvo que pasar por lo mismo. Suspiro asustada, porque sé cómo acabó en su caso. Me muerdo los labios y arrugo el ceño -¿Duele? -Tranquila, todo irá bien- Me responde Astaroth, sintiendo que en realidad lo que ha hecho ha sido darme largas, lo que hace que me sienta más preocupada si cabe y a la vez aliviada. Totalmente bipolar.
Cuando acaban ordeno a las vendas desenrollarse y volver a su sitio –Gracias gracias gracias- digo tomando a los hombres por las manos. Enseguida volteo hacia mi amiga y abrazo el cuerpo inconsciente de Mérida, frotando fuerte mi mejilla contra la suya, susurrando a su oído –Lo has conseguido, sabía que lo conseguirías. Estoy muy orgullosa de ti- Saco un par de vendas y curas para sanar las más superficiales y sangrantes procedentes de la lucha en el quirófano antes de que se la vayan llevando al hospital. Suspiro tranquila, por fin todo ha acabado. Me siento terriblemente derrotada y cansada. Pero cuando voy a echar a andar de camino al hospital noto la voz clavándose en mi nuca, me vuelvo despacio y luego miro a Astaroth: claro que le he convocado yo. Adramelech está allí… Me giro para ver a mi compañero espiritual. Claro, claro que querría ver a su hermano, es el último adiós que nos merecemos todos. Tras recibir la ubicación vía imagen me desaparezco de allí, y Astaroth conmigo, aunque antes de irse dirige una mirada indescifrable a su abuelo. Él sí había entendido la frase que yo antes había malinterpretado.
---------
PS Cleopatra: 107
PS Mérida: 85 PS (del hospital) + 15 (dados) + 10 (hab ficha)= 110
Me aparto cuando los hombres empiezan a trabajar. Quedo en la pared de la casa, observando todo el proceso sin pestañear. Siento a Astaroth a mi lado, le miro con pesar y me pregunto si él tuvo que pasar por lo mismo. Suspiro asustada, porque sé cómo acabó en su caso. Me muerdo los labios y arrugo el ceño -¿Duele? -Tranquila, todo irá bien- Me responde Astaroth, sintiendo que en realidad lo que ha hecho ha sido darme largas, lo que hace que me sienta más preocupada si cabe y a la vez aliviada. Totalmente bipolar.
Cuando acaban ordeno a las vendas desenrollarse y volver a su sitio –Gracias gracias gracias- digo tomando a los hombres por las manos. Enseguida volteo hacia mi amiga y abrazo el cuerpo inconsciente de Mérida, frotando fuerte mi mejilla contra la suya, susurrando a su oído –Lo has conseguido, sabía que lo conseguirías. Estoy muy orgullosa de ti- Saco un par de vendas y curas para sanar las más superficiales y sangrantes procedentes de la lucha en el quirófano antes de que se la vayan llevando al hospital. Suspiro tranquila, por fin todo ha acabado. Me siento terriblemente derrotada y cansada. Pero cuando voy a echar a andar de camino al hospital noto la voz clavándose en mi nuca, me vuelvo despacio y luego miro a Astaroth: claro que le he convocado yo. Adramelech está allí… Me giro para ver a mi compañero espiritual. Claro, claro que querría ver a su hermano, es el último adiós que nos merecemos todos. Tras recibir la ubicación vía imagen me desaparezco de allí, y Astaroth conmigo, aunque antes de irse dirige una mirada indescifrable a su abuelo. Él sí había entendido la frase que yo antes había malinterpretado.
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PS Mérida: 85 PS (del hospital) + 15 (dados) + 10 (hab ficha)= 110
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El miembro 'Cleopatra' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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La joven curó a su amiga y tras eso, los guardias se llevaron a Mérida al hospital para que terminase de recuperarse.
Correspondí a su agradecimiento con un asentimiento de mi cabeza y una leve sonrisa. Yo mismo me sentía aliviado por haber realizado dos exorcismos hoy, con exito ambos.
Cleopatra y su espiritu se marcharon, y Khaled no tardó en hacer lo mismo, tan pronto como recogí aquellos cuarzos y los guardé.
Una vez a solas, pegué otro trago a mi petaca de vodka, creyendo que ahora me tocaba un tercer exorcismo, pero al salir de mi sótano, fui informado de que Reiv había escapado de la zona de torneos. Ahora no sabiamos donde se encontraba.
"ugh, eso es casi peor."
Sin saber donde estaba, no me quedaba otro remedio. Convoqué a mis ghouls para que, discretamente, buscaran en los lugares mas recónditos de la isla. Si habia vuelto a la superficie u otro sitio, no iba a ser sencillo dar con él....
Asi que ahora nada me libraba de ir al Cónclave. Agarré mi vara de roble, me guardé el cuarzo y el vodka, preparado por si aquel demonio profugo queria aparecer de nuevo, y me marché de alli.
Correspondí a su agradecimiento con un asentimiento de mi cabeza y una leve sonrisa. Yo mismo me sentía aliviado por haber realizado dos exorcismos hoy, con exito ambos.
Cleopatra y su espiritu se marcharon, y Khaled no tardó en hacer lo mismo, tan pronto como recogí aquellos cuarzos y los guardé.
Una vez a solas, pegué otro trago a mi petaca de vodka, creyendo que ahora me tocaba un tercer exorcismo, pero al salir de mi sótano, fui informado de que Reiv había escapado de la zona de torneos. Ahora no sabiamos donde se encontraba.
"ugh, eso es casi peor."
Sin saber donde estaba, no me quedaba otro remedio. Convoqué a mis ghouls para que, discretamente, buscaran en los lugares mas recónditos de la isla. Si habia vuelto a la superficie u otro sitio, no iba a ser sencillo dar con él....
Asi que ahora nada me libraba de ir al Cónclave. Agarré mi vara de roble, me guardé el cuarzo y el vodka, preparado por si aquel demonio profugo queria aparecer de nuevo, y me marché de alli.
Tras la reunión habia ido a mi sotano para prepararme para la fiesta que invocaron los Pendragon bajo el viejo código. Los preparativos me llevaron bastante rato, mas del que habia esperado.
Y cuando quise terminarlos, ojeroso, llegó aquel mensaje telepático de Mei. En realidad, habia estado conectado con ellos todo el tiempo, pero no les habia prestado atencion hasta ahora (lo que habia estado haciendo requeria bastante concentración). Pero al salir de una sala que quedó sellada con runas de modo mágico, mientras me limpiaba la sangre de las manos con un trapo, recibí aquel mensaje.... aquello que sonaba totalmente como una tracion.
Noté como la ira subía por mi estomago y justo entonces llamaron a la puerta. Abrí con visible enfado en mi cara, pero mudé a una expresion de fría ira cuando vi que se trataba de ella.
- Tú. - escupí la palabra con rabia, tomandola por la tela del cuello de su vestido para tirar de su fragil figura hacia el interior de mi guarida, y estampar su espalda contra la pared, dejando mi cara a medio palmo de ella. - Confié en tí, me miraste a la cara y me mentiste. - mi mano se apretó mas alrededor de su ropa mientras mis ojos de color hielo comenzaban a emitir un tenue brillo. - Por qué llamas a mi puerta ahora? Quieres que sea yo tu verdugo en lugar del resto del Consejo? Ahora sí me siento decepcionado.....
Y cuando quise terminarlos, ojeroso, llegó aquel mensaje telepático de Mei. En realidad, habia estado conectado con ellos todo el tiempo, pero no les habia prestado atencion hasta ahora (lo que habia estado haciendo requeria bastante concentración). Pero al salir de una sala que quedó sellada con runas de modo mágico, mientras me limpiaba la sangre de las manos con un trapo, recibí aquel mensaje.... aquello que sonaba totalmente como una tracion.
Noté como la ira subía por mi estomago y justo entonces llamaron a la puerta. Abrí con visible enfado en mi cara, pero mudé a una expresion de fría ira cuando vi que se trataba de ella.
- Tú. - escupí la palabra con rabia, tomandola por la tela del cuello de su vestido para tirar de su fragil figura hacia el interior de mi guarida, y estampar su espalda contra la pared, dejando mi cara a medio palmo de ella. - Confié en tí, me miraste a la cara y me mentiste. - mi mano se apretó mas alrededor de su ropa mientras mis ojos de color hielo comenzaban a emitir un tenue brillo. - Por qué llamas a mi puerta ahora? Quieres que sea yo tu verdugo en lugar del resto del Consejo? Ahora sí me siento decepcionado.....
El enfado en la cara del nigromante hizo que la bruja sienta las piernas flojas. Nada de lo que había enfrentado en toda su vida se comparaba con la ira en los ojos azules de Matvey, ni los espíritus, ni las banshees. Lo miraba sin expresión alguna porque sabía lo que había hecho, mantuvo esa expresión incluso cuando la arrastró hacia adentro y la golpeó contra la pared sin miramentos.
Apoyó las manos blanquecinas sobre las manos que le sostenían la ropa. Sus cejas se juntaron cuando él mencionó que había confiado en ella en una expresión de dolor y un nudo en su garganta se formó cuando proclamó estar decepcionado.
-Lo estoy arriesgando todo estando aquí.- Dijo en un hilo de voz.
-Te mentí, si, pero no en todo; en verdad fue un descuido pero eso me dió la oportunidad de presentarme ante los Pendragon, puedo ganarme su confianza… espero todavía poder, pero para eso tengo que hacer todo lo que ellos ordenen. Mis órdenes son hacer aliados para su causa y… matar a un descendiente para llevárselos y demostrar que he roto mi relación con el Concejo.- Los Pendragon podrían estar escuchando esa misma conservación, parecía que conocían al Concejo, en verdad no sabía cómo sabían tanto de ellos, podían estar utilizando a los espíritus para que les susurren información.
-Matvey, enfrentarlos en el campo de batalla… ellos poseen un ejército de dragones… su poderío es inmenso… Sé que dijiste que tenemos que estar juntos en esto, pero busqué respuestas en el firmamento, en mi bola de cristal… ningún posible futuro es prometedor.- Hablaba con la verdad, no puso resistencia alguna ante la hipnosis.
-Voy a matar a un miembro del Concejo de los 20.- Dijo resuelta y, a la vez, convenciendose a sí misma. Aún sentía el mal sabor en la boca por el vómito.
-Llamo a tu puerta para que entiendas por qué lo hago. No busco misericordia ni piedad. Sé lo que hice, sé lo que voy a hacer. Y no me arrepiento.- Dijo mirandolo con seriedad.
-Aunque en verdad pienso que hay miembros que deberían ser expulsados, del mismo modo que pienso que lo mejor sería que yo me aparte…- Dijo poniendo una delicada mano en el peludo sobretodo que el otro llevaba puesto.
Apoyó las manos blanquecinas sobre las manos que le sostenían la ropa. Sus cejas se juntaron cuando él mencionó que había confiado en ella en una expresión de dolor y un nudo en su garganta se formó cuando proclamó estar decepcionado.
-Lo estoy arriesgando todo estando aquí.- Dijo en un hilo de voz.
-Te mentí, si, pero no en todo; en verdad fue un descuido pero eso me dió la oportunidad de presentarme ante los Pendragon, puedo ganarme su confianza… espero todavía poder, pero para eso tengo que hacer todo lo que ellos ordenen. Mis órdenes son hacer aliados para su causa y… matar a un descendiente para llevárselos y demostrar que he roto mi relación con el Concejo.- Los Pendragon podrían estar escuchando esa misma conservación, parecía que conocían al Concejo, en verdad no sabía cómo sabían tanto de ellos, podían estar utilizando a los espíritus para que les susurren información.
-Matvey, enfrentarlos en el campo de batalla… ellos poseen un ejército de dragones… su poderío es inmenso… Sé que dijiste que tenemos que estar juntos en esto, pero busqué respuestas en el firmamento, en mi bola de cristal… ningún posible futuro es prometedor.- Hablaba con la verdad, no puso resistencia alguna ante la hipnosis.
-Voy a matar a un miembro del Concejo de los 20.- Dijo resuelta y, a la vez, convenciendose a sí misma. Aún sentía el mal sabor en la boca por el vómito.
-Llamo a tu puerta para que entiendas por qué lo hago. No busco misericordia ni piedad. Sé lo que hice, sé lo que voy a hacer. Y no me arrepiento.- Dijo mirandolo con seriedad.
-Aunque en verdad pienso que hay miembros que deberían ser expulsados, del mismo modo que pienso que lo mejor sería que yo me aparte…- Dijo poniendo una delicada mano en el peludo sobretodo que el otro llevaba puesto.
Guardia de Ouroboros
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Cuatro guardias habían seguido a Bellatrix con una distancia prudencial y habían visto todo el desastre de la mujer mientras escapaba de la fiesta. Al llegar a casa del Descendiente de Rasputin la reacción fue rápida por este, dejando a los guardias afuera. Suponían que él se podía defender pero aún así informaron a la General para saber qué hacer al respecto.
- Arriesgándolo todo? - mi mirada se entrecerró en una mezcla de ofensa e increculidad, llegando incluso a zarandearla una vez cogida por su ropa, para redoblar la fuerza con la que la oprimia contra la pared. - Lo unico que estás arriesgando al estar aquí es tu vida....
La escuché excusarse. Eran eso, nada mas que excusas otra vez, como en la sala de reuniones? Esta vez no me pensaba quedar con la duda...
- Ganarte su confianza...como te ganaste la mia? A que juegas, Bella? - mi mirada de ira pasó a una de impresión cuando me confirmó aquello que antes Mei nos había comunicado a todos de modo telepático.... - No vas a matar a nadie. - le aseguré al principio, no la iba a dejar. Bella y sus sacrificios por el bien común.
-Aceptar tanto la muerte...te ha conducido a una excesiva indiferencia por la vida. Y nunca una divergencia en ideologias u opiniones fue motivo para proponer expulsiones en este Consejo. No al menos en el ultimo siglo.
Apareció un ghoul ahi a mi lado diciendome que habian guardias en mi entrada. No podía permitir interrupciones.
-Que no entren, no deseo ser interrumpido ahora! Es una orden! Activa el sello si intentan entrar por la fuerza. - el ghoul marchó para presentarse ante los guardias llevando mi mensaje, con una sonrisilla perversa en su fea cara....le haría mucha ilusion activar el sello.
Recorrí su cara con mis ojos. No, una segunda vez no caería. Acababa de anunciar que iba a matar a uno de nosotros con tal de ganarse la confianza de los Pendragon.
- No te resistas, Bella, esto no va a dolerte.... y si te resistes sabré que me ocultas mas cosas. - tiré de su ropa para abajo, hasta quedar los dos sentados en el suelo, uno frente al otro y ella con la espalda contra la pared. Respiré hondo, controlando mi enfado. La miré a los ojos durante varios segundos de modo ininterrumpido, dispuesto a usar mis habilidades de hipnosis con ella y sacarle la confesión, aseguré que me mirase en todo momento. Si no se resistía, sería sencillo obtener su verdad. - Como crees que no podemos ganar, vas a matar a uno de nosotros para que los Pendragon te acepten entre sus filas y confien en ti? Vas a condenar tu alma al noveno circulo...por miedo? Estás con ellos, o con nosotros? Que es lo que realmente deseas, Bella?
La escuché excusarse. Eran eso, nada mas que excusas otra vez, como en la sala de reuniones? Esta vez no me pensaba quedar con la duda...
- Ganarte su confianza...como te ganaste la mia? A que juegas, Bella? - mi mirada de ira pasó a una de impresión cuando me confirmó aquello que antes Mei nos había comunicado a todos de modo telepático.... - No vas a matar a nadie. - le aseguré al principio, no la iba a dejar. Bella y sus sacrificios por el bien común.
-Aceptar tanto la muerte...te ha conducido a una excesiva indiferencia por la vida. Y nunca una divergencia en ideologias u opiniones fue motivo para proponer expulsiones en este Consejo. No al menos en el ultimo siglo.
Apareció un ghoul ahi a mi lado diciendome que habian guardias en mi entrada. No podía permitir interrupciones.
-Que no entren, no deseo ser interrumpido ahora! Es una orden! Activa el sello si intentan entrar por la fuerza. - el ghoul marchó para presentarse ante los guardias llevando mi mensaje, con una sonrisilla perversa en su fea cara....le haría mucha ilusion activar el sello.
Recorrí su cara con mis ojos. No, una segunda vez no caería. Acababa de anunciar que iba a matar a uno de nosotros con tal de ganarse la confianza de los Pendragon.
- No te resistas, Bella, esto no va a dolerte.... y si te resistes sabré que me ocultas mas cosas. - tiré de su ropa para abajo, hasta quedar los dos sentados en el suelo, uno frente al otro y ella con la espalda contra la pared. Respiré hondo, controlando mi enfado. La miré a los ojos durante varios segundos de modo ininterrumpido, dispuesto a usar mis habilidades de hipnosis con ella y sacarle la confesión, aseguré que me mirase en todo momento. Si no se resistía, sería sencillo obtener su verdad. - Como crees que no podemos ganar, vas a matar a uno de nosotros para que los Pendragon te acepten entre sus filas y confien en ti? Vas a condenar tu alma al noveno circulo...por miedo? Estás con ellos, o con nosotros? Que es lo que realmente deseas, Bella?
Los efectos de las drogas alucinógenas menguaba poco a poco, pero la mujer aún tenía los sentidos distorsionados. Se sentía como una niña pequeña, como si estuviera sufriendo una parálisis del sueño y el hombre frente a ella fuera aquel ser que no le permite moverse.
-La verdad es que no sé si ya me presenté ante los Pendragon o eso que mostró el mensaje telepático es un atisbo del futuro.- Comentó cuando él preguntó cuál era su juego. Su expresión volvió a ser seria cuando el otro hablo sobre su indiferencia sobre la vida. Ciertamente, la muerte no le era extraña, era testigo de que la investigación sobre el Velo de la Muerte había cobrado numerosos sacrificios, entre ellos, su salud.
Su aura helada estaba comenzando a crear una fina capa de escarcha sobre la pared en la que estaba apoyada y sobre la mano que la sostenía cuando el ghoul apareció. Su mirada estaba clavada en el suave pelaje del sobretodo, los pelos se veían como pequeños gusanos desde el punto de vista de la mujer debido a las drogas.
Se sentó en el suelo cuando fue arrastrada hacia abajo y dirigió su mirada perdida hacia los ojos del hombre frente a ella. Todos sus músculos se relajaron ante la hipnosis en una postura impropia de su elegante estar. Asintió lentamente ante sus dos primeras preguntas.
-Mi lealtad es para y por el Concejo de los 20 y si éste acuerda actos horrendos contra el mundo para condenar a almas incautas ¿Qué puedo hacer yo al respecto?- Dijo con voz pausada. Fue su siguiente pregunta la que formó por un momento una expresión afligida en su rostro para enseguida volver a la expresión serena. Sus deseos… eso era privado.
Era una mujer introspectiva, no compartía sus pensamientos ni sus deseos. Una virtud en una dama de bien es el silencio, si una mujer tiene una superioridad particular, por ejemplo, una mente profunda, es mejor guardarla en profundo secreto. El humor es agradable, pero ¿ingenio? No. Es el talento más traicionero de todos. ¿Carácter? Ni hablar. ¿Pensamiento independiente? Sacrilegio.
-Deseo…- La estricta educación luchaba contra la hipnosis del nigromante. La férrea disciplina se negaba a ceder espacio.
-Deseo tener tu amistad.- Dijo finalmente. Era un deseo, en su mente sabía que no era merecedora.
-Deseo encontrar a Júpiter. Deseo que nuestra única preocupación vuelva a ser mantener, transmitir, conservar, ampliar y mejorar el conocimiento. Deseo que la isla vuelva a ser un lugar secreto. Deseo que nuestra intervención en la guerra sea indirecta. Deseo volver a lo que éramos.- Una vez que empezó le resultó difícil parar. El último deseo lo dijo con cierto tono melancólico.
-La verdad es que no sé si ya me presenté ante los Pendragon o eso que mostró el mensaje telepático es un atisbo del futuro.- Comentó cuando él preguntó cuál era su juego. Su expresión volvió a ser seria cuando el otro hablo sobre su indiferencia sobre la vida. Ciertamente, la muerte no le era extraña, era testigo de que la investigación sobre el Velo de la Muerte había cobrado numerosos sacrificios, entre ellos, su salud.
Su aura helada estaba comenzando a crear una fina capa de escarcha sobre la pared en la que estaba apoyada y sobre la mano que la sostenía cuando el ghoul apareció. Su mirada estaba clavada en el suave pelaje del sobretodo, los pelos se veían como pequeños gusanos desde el punto de vista de la mujer debido a las drogas.
Se sentó en el suelo cuando fue arrastrada hacia abajo y dirigió su mirada perdida hacia los ojos del hombre frente a ella. Todos sus músculos se relajaron ante la hipnosis en una postura impropia de su elegante estar. Asintió lentamente ante sus dos primeras preguntas.
-Mi lealtad es para y por el Concejo de los 20 y si éste acuerda actos horrendos contra el mundo para condenar a almas incautas ¿Qué puedo hacer yo al respecto?- Dijo con voz pausada. Fue su siguiente pregunta la que formó por un momento una expresión afligida en su rostro para enseguida volver a la expresión serena. Sus deseos… eso era privado.
Era una mujer introspectiva, no compartía sus pensamientos ni sus deseos. Una virtud en una dama de bien es el silencio, si una mujer tiene una superioridad particular, por ejemplo, una mente profunda, es mejor guardarla en profundo secreto. El humor es agradable, pero ¿ingenio? No. Es el talento más traicionero de todos. ¿Carácter? Ni hablar. ¿Pensamiento independiente? Sacrilegio.
-Deseo…- La estricta educación luchaba contra la hipnosis del nigromante. La férrea disciplina se negaba a ceder espacio.
-Deseo tener tu amistad.- Dijo finalmente. Era un deseo, en su mente sabía que no era merecedora.
-Deseo encontrar a Júpiter. Deseo que nuestra única preocupación vuelva a ser mantener, transmitir, conservar, ampliar y mejorar el conocimiento. Deseo que la isla vuelva a ser un lugar secreto. Deseo que nuestra intervención en la guerra sea indirecta. Deseo volver a lo que éramos.- Una vez que empezó le resultó difícil parar. El último deseo lo dijo con cierto tono melancólico.
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La orden tardó en llegar mientras los Guardias veían al ghoul sonreír de esa forma tan macabra. Como todo lo que iba envuelto en el manto de Rasputin. Una vez la orden llegó uno de los Guardias golpeó con fuerza la puerta. Dos golpes.
-Por orden del consejo de los 20 y por votación, Bellatrix Alghieri será puesta bajo custodia hasta aclarar la acusación de traición que pesa sobre ella. Descendiente de Rasputin si os negáis... será acusado de complicidad. Tenéis cinco minutos para salir o ingresaremos a la fuerza- Dijo en voz alta y clara, pero por si acaso se había hechizado la garganta para que su tono subiera un par de decibeles. Tras ello, esperaron atentos alguna respuesta desde afuera.
-Por orden del consejo de los 20 y por votación, Bellatrix Alghieri será puesta bajo custodia hasta aclarar la acusación de traición que pesa sobre ella. Descendiente de Rasputin si os negáis... será acusado de complicidad. Tenéis cinco minutos para salir o ingresaremos a la fuerza- Dijo en voz alta y clara, pero por si acaso se había hechizado la garganta para que su tono subiera un par de decibeles. Tras ello, esperaron atentos alguna respuesta desde afuera.
- Cómo puedes no recordarlo? Modificaste tus recuerdos...? - era la unica explicacion que se me ocurria al respecto. A parte de quizá, las...sustancias que habia parecido autoadministrarse. La mujer no estaba en buen estado...la dilatacion de sus pupilas y el olor que al estar tan cercano a ella pude captar la delataban.
Cayó rapido bajo los efectos de mi hipnosis, pues no habia opuesto resistencia alguna .Eso era bueno-
- No, Bella, no he dicho que si tu lealtad está en el Consejo o no....he dicho que si tu lealtad está con los Pendragon, o con nosotros. Responde. - la habia soltado, no habia necesidad de seguir sujetandola asi.
"Pues facilmente los Pendragon pueden proclamarse miembros del consejo"
Reformulé mi pregunta en voz baja, lenta, para seguir sumiendola en capas mas profundas de la hipnosis mental. Comenzó a expresarme los deseos de su alma. Mi amistad. Jupiter. Y luego...un Consejo como el de antes. SEguia en estado de hipnosis, mis palabras le llegarían de modo claro y penetrante.
- No puedes vivir con los ojos puestos en lo que fuimos en el pasado. El mundo cambia, y nosotros debemos cambiar con él, o dejar de ser. Lo que hemos hecho... garantizará un futuro para la Isla. Quizá en el futuro, pueda volver a ser un bastión secreto de sabiduria. Quiza dentro de dos siglos. O de tres. Pero no ahora. No estamos aquí para hacer un presente que nos agrade, Bellatrix, si no un futuro para los demás. No puedes tener lo que deseas.
El pensamiento de Cat llegó a mi cabeza y me dificultó seguir con la hipnosis de Bella. Hice una mueca de molestia.
"Cat, estoy bien. No puede matarme, está todo bajo control"
Los malditos guardias gritando. Joder que dificil era hipnotizar a alguien asi!
- Respecto a mi amistad...es algo que se gana. Era algo que tenías. Debiste confiar en mi desde el principio.
Me levanté cabreado, gritando en ruso a los guardias que se fueran a la puta mierda por decirme aquellas sandeces de complicidad. - Ubiraysya otsyuda!! (off: es el traductor google seguro que significa cualquier cosa menos iros a la puta mierda, espero que no lo lea un ruso de verdad)
- No podemos seguir aquí esta conversacion. Al menos no me has manifestado que quisieras unirte a ellos durante la hipnosis. - la ayudé a levantarse y levanté una mano, atrayendo una daga que guardaba en uno de mis escritorios a dicha mano. - Aun no he terminado contigo. - me guardé la daga, la tomé por el brazo y nos desaparecimos de alli.
Que la guardia pensase lo que quisiera.
En cuanto intentasen entrar, el ghoul activaría el sello. Y una trampa de chocolate caliente les daría la bienvenida.
Cayó rapido bajo los efectos de mi hipnosis, pues no habia opuesto resistencia alguna .Eso era bueno-
- No, Bella, no he dicho que si tu lealtad está en el Consejo o no....he dicho que si tu lealtad está con los Pendragon, o con nosotros. Responde. - la habia soltado, no habia necesidad de seguir sujetandola asi.
"Pues facilmente los Pendragon pueden proclamarse miembros del consejo"
Reformulé mi pregunta en voz baja, lenta, para seguir sumiendola en capas mas profundas de la hipnosis mental. Comenzó a expresarme los deseos de su alma. Mi amistad. Jupiter. Y luego...un Consejo como el de antes. SEguia en estado de hipnosis, mis palabras le llegarían de modo claro y penetrante.
- No puedes vivir con los ojos puestos en lo que fuimos en el pasado. El mundo cambia, y nosotros debemos cambiar con él, o dejar de ser. Lo que hemos hecho... garantizará un futuro para la Isla. Quizá en el futuro, pueda volver a ser un bastión secreto de sabiduria. Quiza dentro de dos siglos. O de tres. Pero no ahora. No estamos aquí para hacer un presente que nos agrade, Bellatrix, si no un futuro para los demás. No puedes tener lo que deseas.
El pensamiento de Cat llegó a mi cabeza y me dificultó seguir con la hipnosis de Bella. Hice una mueca de molestia.
"Cat, estoy bien. No puede matarme, está todo bajo control"
Los malditos guardias gritando. Joder que dificil era hipnotizar a alguien asi!
- Respecto a mi amistad...es algo que se gana. Era algo que tenías. Debiste confiar en mi desde el principio.
Me levanté cabreado, gritando en ruso a los guardias que se fueran a la puta mierda por decirme aquellas sandeces de complicidad. - Ubiraysya otsyuda!! (off: es el traductor google seguro que significa cualquier cosa menos iros a la puta mierda, espero que no lo lea un ruso de verdad)
- No podemos seguir aquí esta conversacion. Al menos no me has manifestado que quisieras unirte a ellos durante la hipnosis. - la ayudé a levantarse y levanté una mano, atrayendo una daga que guardaba en uno de mis escritorios a dicha mano. - Aun no he terminado contigo. - me guardé la daga, la tomé por el brazo y nos desaparecimos de alli.
Que la guardia pensase lo que quisiera.
En cuanto intentasen entrar, el ghoul activaría el sello. Y una trampa de chocolate caliente les daría la bienvenida.
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Dieron el espacio de tiempo ordenado por la General y abrieron la puerta a la fuerza con un hechizo. Ingresaron dos Guardias que nada más pasar gritaron como posesos cuando un líquido caliente les cayó encima. Los dos cayeron al piso sobre sus rodillas gritando mientras el líquido caliente se colaba por la armadura.
Los otros dos compañeros tiraron de ellos hacia afuera para evitar que siguieran dañándose. Uno de ellos se los llevó de inmediato al hospital y el otro con un hechizo de protección/paraguas ingresó en el sótano con algo de temor. No obstante, tras pasar 10 minutos revisando de arriba a abajo no encontró a nadie. Informó a la General y se retiró hacia la casa de la Descendiente Bellatrix para ver si estaban allí.
Los otros dos compañeros tiraron de ellos hacia afuera para evitar que siguieran dañándose. Uno de ellos se los llevó de inmediato al hospital y el otro con un hechizo de protección/paraguas ingresó en el sótano con algo de temor. No obstante, tras pasar 10 minutos revisando de arriba a abajo no encontró a nadie. Informó a la General y se retiró hacia la casa de la Descendiente Bellatrix para ver si estaban allí.
La mujer alzó sus hombros señalando que pudo haber modificado sus recuerdos como puede que no.
-Mi lealtad… está contigo.- Reformuló su respuesta cuando el otro volvió a preguntarle. Nosotros era una palabra muy grande.
-El futuro es responsabilidad de los estudiantes, nuestra única tarea es darles las herramientas.- Las fuertes convicciones de la bruja se dejaban entrever en la hipnosis. Que a ella le hablen de futuro era irónico, bien sabía que no los conocía todos, pero había visto unos cuantos. La adormecida mente de la bruja fue excavando su camino fuera de la hipnosis del mago.
-Deseo cepillarme los dientes.- No aguantaba el mal sabor que tenía en la boca y quería revisar si se había manchado con lo que había devuelto, escuchó los gritos de los Guardias y le dedicó una profunda mirada a Matvey. Aceptó su ayuda para levantarse, abrió mucho los ojos cuando comprendió el significado de sus palabras y se apresuró hacia la puerta, pero antes de poder tocar el picaporte, fue tomada del brazo y desapareció de allí.
-Mi lealtad… está contigo.- Reformuló su respuesta cuando el otro volvió a preguntarle. Nosotros era una palabra muy grande.
-El futuro es responsabilidad de los estudiantes, nuestra única tarea es darles las herramientas.- Las fuertes convicciones de la bruja se dejaban entrever en la hipnosis. Que a ella le hablen de futuro era irónico, bien sabía que no los conocía todos, pero había visto unos cuantos. La adormecida mente de la bruja fue excavando su camino fuera de la hipnosis del mago.
-Deseo cepillarme los dientes.- No aguantaba el mal sabor que tenía en la boca y quería revisar si se había manchado con lo que había devuelto, escuchó los gritos de los Guardias y le dedicó una profunda mirada a Matvey. Aceptó su ayuda para levantarse, abrió mucho los ojos cuando comprendió el significado de sus palabras y se apresuró hacia la puerta, pero antes de poder tocar el picaporte, fue tomada del brazo y desapareció de allí.
Lyosha Svensson
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Había memorizado y repetido la dirección tantas veces en la cabeza que llegó más rápido de lo que esperaba. El arakh a su lado aún no goteaba sangre y no llevaba su peculiar armadura, pero si unas botas de metal. Iba con ropa limpia porque no la habían dejado pudrirse en los calabozos con aquella manchada de sangre pero era, igual, de blanco impoluto y le molestaba enormemente.
Cuando llegó a la puerta estuvo a punto de sacarle los goznes y entrar libremente pero se detuvo en el último instante. Con Khaled había aprendido que los nigromantes pasaban demasiado tiempo en rituales y una interrupción podía generar demasiado caos. Y ella...Era un alma caótica pero no por ello estúpida. Gruñó, hastiada, y tocó tres veces la puerta con toda su fuerza deseando que resonara por todo el sótano y que viniera rapidito a abrirle. Le daría unos cinco minutos de cortesía.
Cuando llegó a la puerta estuvo a punto de sacarle los goznes y entrar libremente pero se detuvo en el último instante. Con Khaled había aprendido que los nigromantes pasaban demasiado tiempo en rituales y una interrupción podía generar demasiado caos. Y ella...Era un alma caótica pero no por ello estúpida. Gruñó, hastiada, y tocó tres veces la puerta con toda su fuerza deseando que resonara por todo el sótano y que viniera rapidito a abrirle. Le daría unos cinco minutos de cortesía.
Estaba durmiendo (si, los nigromantes tambien dormimos) en el sofá de mi sotano con un libro abierto sobre el pecho acerca de maldiciones y códices satánicos cuando unos fuertes golpes me hicieron despertar de un sopeton, pues al haberme quedado dormido enfrascado en el estudio y anotacion del ritual realizado, mis sueños habian ido por derroteros bastante siniestros.
Me incorporé de golpe mirando a mi alrededor. Miré el brasero que ardía en el centro, la llama no era roja del todo, se habia atenuado hacia un amarillo blanquecino. Mi visitante no era del todo normal.
El ghoul de turno que tenia vigilando la entrada se arrastró desde la sombra de una esquina....ah, asi que Lyosha. Que demonios podía querer ahora esa mujer? Por qué de pronto volvía a acordarme de Ivanov? Debia de ser culpa de lo hablado durante el Cónclave....si, se habian hablado demasiadas cosas.
Fui hacia la puerta, abriendola con un gesto de mi mano y encontrandome alli con la revenant.
- Has venido a devolverme mi petaca? - le dije, ojeroso todavía, mirandola de arriba abajo.
Me incorporé de golpe mirando a mi alrededor. Miré el brasero que ardía en el centro, la llama no era roja del todo, se habia atenuado hacia un amarillo blanquecino. Mi visitante no era del todo normal.
El ghoul de turno que tenia vigilando la entrada se arrastró desde la sombra de una esquina....ah, asi que Lyosha. Que demonios podía querer ahora esa mujer? Por qué de pronto volvía a acordarme de Ivanov? Debia de ser culpa de lo hablado durante el Cónclave....si, se habian hablado demasiadas cosas.
Fui hacia la puerta, abriendola con un gesto de mi mano y encontrandome alli con la revenant.
- Has venido a devolverme mi petaca? - le dije, ojeroso todavía, mirandola de arriba abajo.
Lyosha Svensson
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-Si con rellenarla te refieres a devolver, la respuesta correcta es sí- Arqueó una ceja cuando le observó mirarla de arriba abajo, levantó el labio superior en una mueca soltandole un gruñido de advertencia. Ya sabía que no iba con su acostumbrada ropa pero tenía detalles que resolver antes de ir a la torre y devolver el favor
Como Matvey no la invitó a pasar, pasó sola empujándolo un poco para ingresar sintiendo una corriente de aire frío que le dio un escalofrío -Mmm...- Miró alrededor sin encontrar ningún bar que le llamará la atención -Dame vodka- Dijo sacándose le petaca del bolsillo del pantalón y moviéndola de un lado al otro.
-Mientras tanto ve recogiendo tus menesteres. Nos vamos de investigación a la sala de los portales. Además, necesito que me ayudes a descubrir el punto débil de un demonio, como atarlo a tierra, liberarlo de sus poderes y... No, nada de la tortura me encargo yo- Una sonrisa pérdida delineó sus labios y con la uña golpeó de nuevo la petaca insistentemente.
Como Matvey no la invitó a pasar, pasó sola empujándolo un poco para ingresar sintiendo una corriente de aire frío que le dio un escalofrío -Mmm...- Miró alrededor sin encontrar ningún bar que le llamará la atención -Dame vodka- Dijo sacándose le petaca del bolsillo del pantalón y moviéndola de un lado al otro.
-Mientras tanto ve recogiendo tus menesteres. Nos vamos de investigación a la sala de los portales. Además, necesito que me ayudes a descubrir el punto débil de un demonio, como atarlo a tierra, liberarlo de sus poderes y... No, nada de la tortura me encargo yo- Una sonrisa pérdida delineó sus labios y con la uña golpeó de nuevo la petaca insistentemente.
- Solo es devolver si me la das de vuelta pero.... - vale. Tenía demasiado sueño para discutir. Asi que no me la iba a dar. Que se la quedase entonces. Yo tenia muchas mas. Me pasé una mano por la cara. Me gruñó, por qué? Asi de buena mañana. Me recordó a un perro que tuve de niño que me gruñía siempre que lo despertaba de la siesta. Ademas tambien habia sido blanco.
Se autoinvitó y entonces entendí que ni si quiera se habia rellenado ella misma la petaca si no que queria que se la rellenara yo. Alcé una ceja cerrando la puerta tras ella. - Parece ser que has seguido mi sugerencia.... - me referia a lo de no dejar un rastro de violencia tras de si en los calabozos con tal de marcharse de alli. Asi que accedi, baje las escaleras con ella hasta el sotano y cogí la botella que habia empezado la noche anterior, la lancé al aire y esta terminó de levitar hacia ella suavemente.
Mis ojos celestes brillaron un momento con curiosidad cuando hizo aquella informacion. No habia esperado un acceso tan rapido. Lo otro me interesó tambien bastante. Empecé a recoger algunos libros, pergaminos, artefactos y viales que consideré que serian necesarios, metiendolos en un petate, con la debida calma y un deje muy metódico.
- Por qué quieres saber todo eso? Sigues en una cruzada contra el demonio de tu hermano?
Se autoinvitó y entonces entendí que ni si quiera se habia rellenado ella misma la petaca si no que queria que se la rellenara yo. Alcé una ceja cerrando la puerta tras ella. - Parece ser que has seguido mi sugerencia.... - me referia a lo de no dejar un rastro de violencia tras de si en los calabozos con tal de marcharse de alli. Asi que accedi, baje las escaleras con ella hasta el sotano y cogí la botella que habia empezado la noche anterior, la lancé al aire y esta terminó de levitar hacia ella suavemente.
Mis ojos celestes brillaron un momento con curiosidad cuando hizo aquella informacion. No habia esperado un acceso tan rapido. Lo otro me interesó tambien bastante. Empecé a recoger algunos libros, pergaminos, artefactos y viales que consideré que serian necesarios, metiendolos en un petate, con la debida calma y un deje muy metódico.
- Por qué quieres saber todo eso? Sigues en una cruzada contra el demonio de tu hermano?
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