Recuerdo del primer mensaje :
Es el cuartel general de la Brigada de las Mil Grullas en Londres. No es otra cosa que un barco varado en la zona mas distal de la playa de Durdle Door, que al no ser de origen militar si no turístico no ha presentado interés para nadie durante muchos, muchos años. Su emplazamiento es prácticamente desconocido por todos salvo para la Brigada, y los que lo ven desde lejos no le encuentran demasiado interés, al parecer simple chatarra. Está, de todos modos, protegido por el encantamiento del anillo Vilya, que consiste en esconder una zona de los ojos del enemigo y guardar sus fronteras para que no sean atravesadas por visitas no deseadas.
Es el cuartel general de la Brigada de las Mil Grullas en Londres. No es otra cosa que un barco varado en la zona mas distal de la playa de Durdle Door, que al no ser de origen militar si no turístico no ha presentado interés para nadie durante muchos, muchos años. Su emplazamiento es prácticamente desconocido por todos salvo para la Brigada, y los que lo ven desde lejos no le encuentran demasiado interés, al parecer simple chatarra. Está, de todos modos, protegido por el encantamiento del anillo Vilya, que consiste en esconder una zona de los ojos del enemigo y guardar sus fronteras para que no sean atravesadas por visitas no deseadas.
- Más datos:
- Algunas salas del interior han sido restauradas para hacer la zona mas habitable y agradable, hay grandes almacenes donde se guardan cantidad de cosas raras, en las cocinas se van almacenando alimentos que van proveyendo los propios brigadistas, al igual que ocurre con la bebida alcohólica, que no puede faltar nunca en un barco. Dada su amplitud también cuenta de áreas mas superficiales donde se puede entrenar un rato muy a gusto. Es un punto de descanso y reunión para todos los miembros de la Brigada, y de los amigos que cualquiera de ellos decida traer, de modo indistinto.
En el casco se puede apreciar que se ha pintado de modo mas reciente a modo de nombre del barco "The Drunk Scotsman", o lo que es lo mismo, "El Escocés Borracho".
- datos extra:
Descripción del barco, perteneciente a las anotaciones de Leila
Es el cuartel general de la Brigada de las Mil Grullas en Londres. No es otra cosa que un barco varado en la zona más distal de la playa de Durdle Door, que al no ser de origen militar si no turístico no ha presentado interés para nadie durante muchos, muchos años. Su emplazamiento es prácticamente desconocido por todos salvo para la Brigada, y los que lo ven desde lejos no le encuentran demasiado interés, al parecer simple chatarra. Está, de todos modos, protegido por el encantamiento del anillo Vilya, que consiste en esconder una zona de los ojos del enemigo y guardar sus fronteras para que no sean atravesadas por visitas no deseadas. Algunas salas del interior han sido restauradas para hacer la zona más habitable y agradable, hay grandes almacenes donde se guardan cantidad de cosas raras, en las cocinas se van almacenando alimentos que van proveyendo los propios brigadistas, al igual que ocurre con la bebida alcohólica, que no puede faltar nunca en un barco.
Dada su amplitud también cuenta de áreas mas superficiales donde se puede entrenar un rato muy a gusto. Es un punto de descanso y reunión para todos los miembros de la Brigada, y de los amigos que cualquiera de ellos decida traer, de modo indistinto. En el casco se puede apreciar que se ha pintado de modo mas reciente a modo de nombre del barco "The Drunk Scotsman", o lo que es lo mismo, "El Escocés Borracho".
Está en una cala muy pequeña al refugio de los acantilados, un sitio bien recóndito y protegido. Esta como a dos horas del bar en coche. A unos cuantos metros del barco hay una fragoneta con todos los asientos vomitados. Arena de la playa, sorteando algunas piedras y zonas de hierbajos playeros. Una rampa/escalera que llevan hasta la cubierta. Tiene un mástil y sogas. Luego de pasar una puerta se entra al interior del barco, a los estrechos corredores que comunican con los camarotes, hay una sala en la que hay baños comunes con cerrojo. Hay muchos camarotes en este viejo barco decorado con graffitis.
Tienen ventanas circulares, ojos de buey. Hay en las cocinas cosas en conservas, muchas latas de distintos tamaños sin identificar. También pescamos, o cazamos. Los camarotes, los baños comunes y las salas de estar están en la planta baja. Debajo de estos está la gigantesca cocina y el gigantesco comedor. Se llega a ella a través de dos escaleras, la de la cocina es más estrecha que la del comedor (como la de la baba) allí hay armarios llenos de esas latas que se abren con una navaja, también hay mucha cerveza, cajones con cubiertos y despensas con platos. Luego, bajando por las escaleras al siguiente nivel, hay una bodega con todo tipo de bebidas con alto contenido en alcohol, Vodka, ron, whisky, ginebra, tequila, cerveza, sobre todo cerveza y todas aquellas bebidas espirituosas con una alta graduación pueden permanecer largo tiempo en muy buenas condiciones (solo con una ligera pérdida del sabor) siempre que las botellas no se abran y se mantengan alejadas de la luz solar y del calor. En el último nivel del barco están los almacenes con todo tipo de cosas. En el primer piso hay algunos sacos de boxeo, telas para bailar. Es la zona techada para entrenar porque también se puede entrenar en la cubierta.
- Pues no habrá sido el único en aburrirse en la fiesta. - refunfuño recordando mi fracaso de ligues. Estoy ya mayor para esas mierdas. Cruzo los brazos mientras pienso en lo que acabo de ver en el vídeo, intentando pensar a pesar del sueño y la borrachera low cost que he pillado. - Nada de tal vez. Yo creo que debemos. ¡A mi ese ya no me representa si dice esas cosas! - lo de encenderme rápido se me daba bien, así que empiezo a venirme arriba. - ¡El Capi y Tony Stark se pelearon por mucho menos! ¡esto se merece una Civil War pero ya! - sí, los efectos del alcohol siguen ahí, pero me indigna pensar que Johan pueda habernos vendido sólo porque se ha cansado de pelear.
Entorno los ojos mirando a Genievre cuando me pregunta si tenemos que matarlo poniendo esa cara de pena. Después resoplo. - Si fuese un orco seguro que lo matabas con ganas. Céntrate. - chasqueo los dedos para que no se deje llevar por el aspecto físico. - Lykaios no está, así que tenemos que actuar. A ver...matar lo que se dice matar...igual es un poco drástico. Podemos encerrarle y golpearle como castigo por lo que ha dicho. Que no ha consultado con nadie, joer. - cojo el móvil de Genievre, pensando en grabarnos un vídeo para hacer un mensaje desmintiendo. Luego me doy cuenta de que no sé cómo hacer nada de eso. En ese momento se me mete la voz de Johan en la cabeza, cosa que por culpa del alcohol me da una jaqueca tremenda y hace que me lleve las manos a la cabeza. - ¡Argggggg, ahora quiere matarnos! - lloriqueo mientras intento escuchar lo que dice, como desmintiendo lo del vídeo. No sé qué pensar ni si debemos fiarnos. - A lo mejor quiere que nos reunamos con él para matarnos a todos. A lo mejor es una encerrona y nos ha vendido a la Alianza a cambio de que a él no le hagan daño. ¿Vamos a buscarlo y le tendemos una trampa? ¿O vamos a buscar a los ministros para pegarles?
Entorno los ojos mirando a Genievre cuando me pregunta si tenemos que matarlo poniendo esa cara de pena. Después resoplo. - Si fuese un orco seguro que lo matabas con ganas. Céntrate. - chasqueo los dedos para que no se deje llevar por el aspecto físico. - Lykaios no está, así que tenemos que actuar. A ver...matar lo que se dice matar...igual es un poco drástico. Podemos encerrarle y golpearle como castigo por lo que ha dicho. Que no ha consultado con nadie, joer. - cojo el móvil de Genievre, pensando en grabarnos un vídeo para hacer un mensaje desmintiendo. Luego me doy cuenta de que no sé cómo hacer nada de eso. En ese momento se me mete la voz de Johan en la cabeza, cosa que por culpa del alcohol me da una jaqueca tremenda y hace que me lleve las manos a la cabeza. - ¡Argggggg, ahora quiere matarnos! - lloriqueo mientras intento escuchar lo que dice, como desmintiendo lo del vídeo. No sé qué pensar ni si debemos fiarnos. - A lo mejor quiere que nos reunamos con él para matarnos a todos. A lo mejor es una encerrona y nos ha vendido a la Alianza a cambio de que a él no le hagan daño. ¿Vamos a buscarlo y le tendemos una trampa? ¿O vamos a buscar a los ministros para pegarles?
Me levanto del barril en el que andaba sentada dandole un par de palmadas en la espalda después de oirle refunfuñando.
-JA!¿No me digas que te han dado calabazas Ben?!
"oioioi pobrecito y yo riendome en su cara"
Agarro su mandíbula con una de mis manos apretándole y meneando su cara.
-Con lo guapo que es mi chico!¿quieres que envenene a esa harpía?
De pronto le da el venazo de borracho seguro y se pone a decir todo eso motivado de la vida. Pego un tragazo de la botella y tuerzo la boca como pensando. Me espabila con ese chasquido de dedos y le miro un poco tambaleante.
-Pero no es un orco...podría matarle...de otra forma....
Suelto un poco a lo mío, pensando en mis guarradas mientras suelto una risilla. Risa que se corta en cuando habla de Lykaios.
-lo mismo deberíamos esperar al General?
"a saber donde se mete. ¿donde está el peludo de las narices cuando se le necesita?
Entorno los ojos y tiro la botella contra el suelo, que lejos de romperse rebota por la cubierta del barco desperdigando el líquido.
-Que demonios!Vamos a hacerlo!
"matarle?pegarle una paliza?"
-Lo de decir que es un pringado y que no habla por nosotros!
Agarro el movil justo cuando suena la voz del lider de la resistencia en mi cabeza. Suelto un sonido de hastío.
-Si claro!ahora di que no eres tú.
"será pringao"
Escucho las ideas de Ben sobre ir a tenderle una trampa o pegar una paliza a los muggles. Le señalo riendome un poco de él porque ya he pillado por donde va.
-Tú lo que quieres es desestresarte por no haber pillado cacho hoy.
-JA!¿No me digas que te han dado calabazas Ben?!
"oioioi pobrecito y yo riendome en su cara"
Agarro su mandíbula con una de mis manos apretándole y meneando su cara.
-Con lo guapo que es mi chico!¿quieres que envenene a esa harpía?
De pronto le da el venazo de borracho seguro y se pone a decir todo eso motivado de la vida. Pego un tragazo de la botella y tuerzo la boca como pensando. Me espabila con ese chasquido de dedos y le miro un poco tambaleante.
-Pero no es un orco...podría matarle...de otra forma....
Suelto un poco a lo mío, pensando en mis guarradas mientras suelto una risilla. Risa que se corta en cuando habla de Lykaios.
-lo mismo deberíamos esperar al General?
"a saber donde se mete. ¿donde está el peludo de las narices cuando se le necesita?
Entorno los ojos y tiro la botella contra el suelo, que lejos de romperse rebota por la cubierta del barco desperdigando el líquido.
-Que demonios!Vamos a hacerlo!
"matarle?pegarle una paliza?"
-Lo de decir que es un pringado y que no habla por nosotros!
Agarro el movil justo cuando suena la voz del lider de la resistencia en mi cabeza. Suelto un sonido de hastío.
-Si claro!ahora di que no eres tú.
"será pringao"
Escucho las ideas de Ben sobre ir a tenderle una trampa o pegar una paliza a los muggles. Le señalo riendome un poco de él porque ya he pillado por donde va.
-Tú lo que quieres es desestresarte por no haber pillado cacho hoy.
Refunfuño cuando me estruja la cara, mientras pongo cara de drama al escuchar de su boca eso de que me han dado calabazas, cosa que es cierta. Me pienso por un instante eso de envenenar a la que ha pasado de mí, pero después lo descarto. - Bahh...mucho trabajo, qué pereza. Mejor olvidarla. Además, era un poco dinosaurio viejuno para mí. - me da la risa floja borrachil al pensar que tiene gracia, porque un dragón y un dinosaurio se parecen. - Que nooo, que aunque no sea un orco no podemos matarle, de ninguna forma. Tienes muchas ganas tú de matar esta noche. Seguro que estás mosqueada con alguien...ya te lo sacaré. - mi vena cotilla me dice que puede ser algo de Lykaios, que siempre andan de dilemas estos dos. Además, ella deja de reírse en el momento en que lo menciono.
- Pff, paso de esperarle, en serio. Me abuuuuuuurre esperar. - doy un hipido antes de quitarle la botella un momento, apurando si es que todavía queda algo. - ¡Eso es! ¡hagamos eso! hay que dejar claro que somos el verdadero y mejor grupo de la Resistencia, y que no nos representa. Corre, envía un mensaje a tooodos los que conozcamos y ponles que ahora nos hagan caso a nosotros, que lo busquen y no le dejen moverse de donde esté. - Genievre también pasa del mensaje mental, así que los dos nos venimos arriba con todo eso de hacer el loco por nuestra cuenta. - Mentira, yo siempre quiero desestresarme pegando a los idiotas, lo otro me da igual. Ella se lo pierde. -
me giro todo digno mientras la cojo del brazo para que me siga, con la intención de salir a la cubierta del barco. Al salir señalo al cielo nocturno con el índice, subiendo un pie a la baranda del barco. - Mi plan es...haremos arder todo hasta que los ministros salgan asfixiados como ratas. Y tú feromoniarearás a todos los soldados para que caigan rendidos a tus pies mientras los matamos a todos, siiii. - tras soltar mi absurdo plan intento utilizar la desaparición sin éxito un par de veces, hasta que por fin consigo hacer que nos marchemos ambos de allí.
- Pff, paso de esperarle, en serio. Me abuuuuuuurre esperar. - doy un hipido antes de quitarle la botella un momento, apurando si es que todavía queda algo. - ¡Eso es! ¡hagamos eso! hay que dejar claro que somos el verdadero y mejor grupo de la Resistencia, y que no nos representa. Corre, envía un mensaje a tooodos los que conozcamos y ponles que ahora nos hagan caso a nosotros, que lo busquen y no le dejen moverse de donde esté. - Genievre también pasa del mensaje mental, así que los dos nos venimos arriba con todo eso de hacer el loco por nuestra cuenta. - Mentira, yo siempre quiero desestresarme pegando a los idiotas, lo otro me da igual. Ella se lo pierde. -
me giro todo digno mientras la cojo del brazo para que me siga, con la intención de salir a la cubierta del barco. Al salir señalo al cielo nocturno con el índice, subiendo un pie a la baranda del barco. - Mi plan es...haremos arder todo hasta que los ministros salgan asfixiados como ratas. Y tú feromoniarearás a todos los soldados para que caigan rendidos a tus pies mientras los matamos a todos, siiii. - tras soltar mi absurdo plan intento utilizar la desaparición sin éxito un par de veces, hasta que por fin consigo hacer que nos marchemos ambos de allí.
Tras el encuentro con los tenebrosos licántropos del bosque, Ben me contó que estaba en búsqueda de Lyka así que lo fuimos a buscar. El último lugar donde sabíamos que había estado fue en el castillo Le Fay, ahora en ruinas, pero ahí se perdía el rastro. Conociéndolo pensamos que estaría en algún bar cercano ahogado las penas de la derrota o en algún hospital llevando a los afectados y sanando sus heridas… nos inclinamos por la primera opción porque pareció la más obvia, además ahí podríamos encontrar a algún otro compañero. Encontramos alguien que nos describió a un hombre muy parecido al licántropo y que habló con él sobre centros de mando de satélites, curiosa charla de borrachos, pero eso nos llevó a los alrededores de establecimientos de control e inteligencia de la Alianza. Las ciudades se encontraban en caos por la desaparición de los ministros pero al fin pudimos dar con él sano y salvo y los tres logramos volver al cuartel general, no sin antes buscar pistas sobre el resto de los compañeros.
Luego de reponer energías por el enfrentamiento y la búsqueda de Lyka, cada uno se propuso profundizar en esas pistas y seguirles el rastro al resto de miembros de la brigada. A los amigos no se los abandonan. Así pasamos los meses, buscando a los brigadistas, el centro de mando de los satélites antimagia, más información sobre los satélites y cuidando a la bebé que a esta altura ya tenía 8 meses. Personalmente no pensé que llegaría tan lejos así que estaba orgullosa de mi misma, además Lila estaba hermosa, toda regordeta y rozagante, balbuceaba ocasionalmente tratando de imitar los sonidos que nosotros emitíamos y estaba empezando a gatear.
Un nuevo día comenzaba en el barco varado, se podía escuchar el romper de las olas, así como a las gaviotas de siempre. Yo estaba en la cocina preparando su papilla sabor a pollo cuando oí un fuerte ruido que vino de la planta más baja del barco, de los almacenes. Tomé un arma y bajé cautelosamente, estaba oscuro y había un caos porque una serie de cajas había caído, pero no tuve que buscar mucho para descubrir el origen del desastre. Estaba sentada erguida y cuando me vio me sonrió con su sonrisa de "Yo no fui", no solo eso sino que además usó la técnica de upa alzando sus bracitos y abriendo y cerrando sus manitas en mi dirección. No podía enfadarme con ella, Lila sabía cómo ablandarme con un par de gestos. Guardé el arma en mi pantalón, la alcé en brazos y nos dirigí a la cocina.
-Tú le pedirás con esa sonrisita a tu padrino Lykaios o a tu tío Ben que ordenen ese desastre.- Dije mientras entraba a la cocina y continuaba preparando la papilla con ella en brazos, era un peligro en potencia si la dejaba en el suelo, tiraba o se llevaba a la boca todo lo que estaba a su paso.
Luego de reponer energías por el enfrentamiento y la búsqueda de Lyka, cada uno se propuso profundizar en esas pistas y seguirles el rastro al resto de miembros de la brigada. A los amigos no se los abandonan. Así pasamos los meses, buscando a los brigadistas, el centro de mando de los satélites antimagia, más información sobre los satélites y cuidando a la bebé que a esta altura ya tenía 8 meses. Personalmente no pensé que llegaría tan lejos así que estaba orgullosa de mi misma, además Lila estaba hermosa, toda regordeta y rozagante, balbuceaba ocasionalmente tratando de imitar los sonidos que nosotros emitíamos y estaba empezando a gatear.
Un nuevo día comenzaba en el barco varado, se podía escuchar el romper de las olas, así como a las gaviotas de siempre. Yo estaba en la cocina preparando su papilla sabor a pollo cuando oí un fuerte ruido que vino de la planta más baja del barco, de los almacenes. Tomé un arma y bajé cautelosamente, estaba oscuro y había un caos porque una serie de cajas había caído, pero no tuve que buscar mucho para descubrir el origen del desastre. Estaba sentada erguida y cuando me vio me sonrió con su sonrisa de "Yo no fui", no solo eso sino que además usó la técnica de upa alzando sus bracitos y abriendo y cerrando sus manitas en mi dirección. No podía enfadarme con ella, Lila sabía cómo ablandarme con un par de gestos. Guardé el arma en mi pantalón, la alcé en brazos y nos dirigí a la cocina.
-Tú le pedirás con esa sonrisita a tu padrino Lykaios o a tu tío Ben que ordenen ese desastre.- Dije mientras entraba a la cocina y continuaba preparando la papilla con ella en brazos, era un peligro en potencia si la dejaba en el suelo, tiraba o se llevaba a la boca todo lo que estaba a su paso.
No había vuelto a ver a Kiana desde aquel encuentro en el bosque, y de eso hacía ya unos cuantos meses. Tal vez se hubiese enfadado por no presentarle a Lykaios tal y como le prometí, pero es que hasta a nosotros nos llevó algo de tiempo localizarlo. Estar ocupado en eso y en encontrar al resto me mantuvo lo suficientemente ocupado como para no seguir haciendo más estupideces estando borracho, como cuando me fui con Gen a montar jaleo y a crispar a la gente. Le había contado a Lykaios todo el asunto, lo de que había estado metiendo cizaña contra otros renegados. Lo cierto es que yo me había distanciado bastante desde entonces, de todos los que no fuesen de la Brigada. Incluso había dejado de ir por Ouroboros. Me preocupaba más el no localizar a varios de los nuestros, como por ejemplo al cegato.
Al menos tenía a buena parte de mi familia de la Brigada en el barco varado, y eso incluía a los nuevos miembros, como la hija de Leila. Nos habíamos acostumbrado a tenerla por allí, y hasta podría decirse que no se nos daba mal del todo eso de hacer de niñeros a ratos. Había que reconocer que a Leila tampoco se le daba mal, teniendo en cuenta las circunstancias.
- Bueeeenos díaas...- saludo entre bostezos al entrar a la cocina del barco, con cara de sueño mientras me desperezo. Me acerco a mi compañera, que parece bastante liada con eso de preparar la papilla y sujetar a la niña, así que me ofrezco yo para cogerla en brazos mientras tanto. - Ven con el tito Ben a hacer el mal. - la levanto un momento en el aire, bajándola después para sujetarla mejor. - ¿Me dejas enseñarla a decir palabrotas? - pregunto a su madre con una sonrisa de 'por favor', yendo después a sentarme sobre uno de los taburetes de madera. - Supongo que sigue sin haber novedades del paradero de los ministros. - comento cambiando de tema, encogiéndome de hombros. - Esos o están muertos o exiliados. Y necesitamos también noticias sobre los clones, como eso que dijo Johan que se hacía pasar por él. No parecen fáciles de distinguir.
Al menos tenía a buena parte de mi familia de la Brigada en el barco varado, y eso incluía a los nuevos miembros, como la hija de Leila. Nos habíamos acostumbrado a tenerla por allí, y hasta podría decirse que no se nos daba mal del todo eso de hacer de niñeros a ratos. Había que reconocer que a Leila tampoco se le daba mal, teniendo en cuenta las circunstancias.
- Bueeeenos díaas...- saludo entre bostezos al entrar a la cocina del barco, con cara de sueño mientras me desperezo. Me acerco a mi compañera, que parece bastante liada con eso de preparar la papilla y sujetar a la niña, así que me ofrezco yo para cogerla en brazos mientras tanto. - Ven con el tito Ben a hacer el mal. - la levanto un momento en el aire, bajándola después para sujetarla mejor. - ¿Me dejas enseñarla a decir palabrotas? - pregunto a su madre con una sonrisa de 'por favor', yendo después a sentarme sobre uno de los taburetes de madera. - Supongo que sigue sin haber novedades del paradero de los ministros. - comento cambiando de tema, encogiéndome de hombros. - Esos o están muertos o exiliados. Y necesitamos también noticias sobre los clones, como eso que dijo Johan que se hacía pasar por él. No parecen fáciles de distinguir.
Habian sido unos meses duros, a decir verdad. Habian pasado demasiadas cosas, algunas buenas, otras malas, y otras muy "meh". Me encontraba en la playa, con la caña de pescar echada en la costa a ver si pillaba algo de almuerzo, mientras me terminaba mi segunda botella de whisky y garabateaba unas cosas en un bloc de notas robado a un stand de testigos de jehova que querian evangelizarme el miercoles pasado al deambular por delante de su puesto en una calleja de mala muerte, mientras buscaba informacion sobre los compañeros a los que no habiamos sido capaces de localizar.
Empecé a oir algo de movimiento venir desde adentro del barco asi que me puse en pie, y eché al cubo de agua las botellas vacias, en dicho cubo nadaban algunos pececillos muy enanos que habia logrado pescar a caña. Esa la dejé puesta. Cogí el cubo y me dirigí al interior del barco.
Alli me encontré con Ben, y con Leila y su miniyo.
- HO.... uh, eso es pollo lo que huelo? - dije asaltando a Leila por encima de su hombro, chusmeando vi que era la papilla de la cria. Hay que ver con estos cachorros de humanos, que todo se lo comen triturado. - Cuando le van a salir los colmillos? - sonreí. - Es broma.
Dejé el cubo de playa en la encimera de la cocina y saqué los peces aun vivitos y coleando del agua. Me zampé uno y les ofrecí el resto a ellos. Con una rebanada de pan seguro que les hacia un buen desayuno.
- He estado pensando. - dije cruzandome de brazos y mirando a la chiquitaja. - Necesitamos reclutar a alguien lo suficientemente loco y lo suficientemente desconocido y poco fichado por la alianza para infiltrarlo entre sus filas. No hay manera de obtener informacion sobre la Alianza ultimamente.
Empecé a oir algo de movimiento venir desde adentro del barco asi que me puse en pie, y eché al cubo de agua las botellas vacias, en dicho cubo nadaban algunos pececillos muy enanos que habia logrado pescar a caña. Esa la dejé puesta. Cogí el cubo y me dirigí al interior del barco.
Alli me encontré con Ben, y con Leila y su miniyo.
- HO.... uh, eso es pollo lo que huelo? - dije asaltando a Leila por encima de su hombro, chusmeando vi que era la papilla de la cria. Hay que ver con estos cachorros de humanos, que todo se lo comen triturado. - Cuando le van a salir los colmillos? - sonreí. - Es broma.
Dejé el cubo de playa en la encimera de la cocina y saqué los peces aun vivitos y coleando del agua. Me zampé uno y les ofrecí el resto a ellos. Con una rebanada de pan seguro que les hacia un buen desayuno.
- He estado pensando. - dije cruzandome de brazos y mirando a la chiquitaja. - Necesitamos reclutar a alguien lo suficientemente loco y lo suficientemente desconocido y poco fichado por la alianza para infiltrarlo entre sus filas. No hay manera de obtener informacion sobre la Alianza ultimamente.
Sonreí y saludé a Ben cuando apareció. En cuanto se ofrece a cargarla le paso a la niña que sonríe al verlo y ríe feliz cuando la levanta en el aire. Levanté una ceja sonriente cuando me preguntó si podía enseñarle malas palabras.
-No creo que haga falta Ben, escucha suficiente de nosotros cuando hablamos en general. Podrías enseñarle tus técnicas de seducción, vi que fueron muy efectivas con la licántropa del bosque.- Dije alzando las cejas una y otra vez. -¡Oh! Eso me recuerda que nunca te agradecí formalmente por salvarme de esa golpiza y de ese pandemónium de licántropos; gracias y tambiéeen…- Dije dejando un momento la papilla y saliendo de la cocina velozmente. Corrí escaleras arriba hacia mi camarote donde agarré dos paquetes austeros cerrados y volví corriendo a la cocina.
-Feliz día del amigo. Cuidado, es delicado, no lo expongas al sol.- Dije entregándole sonriente uno de los paquetes, el que contenía un frasco relleno de una pasta verde, Fuego valyrio. Volví a mi tarea con la comida de la niña. Justo después apareció Balto y Lyka detrás mío, los empujé levemente para que se quitaran de encima un poco en juego, demasiados caninos en la cocina. Lo miré confundida cuando preguntó lo de los colmillos, era novata en todo lo referido a niños, sobre todo humanos, pero sonreí cuando aclaró que era broma, le enrostre en la cara el otro paquete, éste contenía un Zafiro de Cartago -Feliz día del amigo, General.- Le golpeé el hombro con el puño amistosamente, para luego terminar de preparar la papilla.
-No hay noticias de ellos por ningún lado, por ninguna red social, ni siquiera por la deep web, hay rumores. Solo me queda revisar el pendrive para ver si allí hay alguna pista o… hacer que salgan de su escondite con otro tipo de ataque.- Dije masticando uno de los peces que Lyka me ofreció y poniendo un taburete frente a Ben con el plato lleno de papilla para darle de comer a la niña la cual se había ensañado con la coleta del mago. Sobre la encimera estaba el ordenador abierto en una de las páginas de la deep web de noticias en general, lo había estado leyendo mientras cocinaba.
-¿Creen que es verdad eso que dijo sobre los clones?¿Será una especie de prueba para ver quién está comprometido con los Renegados y quién no?- Dije mientras le ofrecía a Lila la cuchara con papilla para que coma.
-También debería ser humano, yo conozco a alguien pero creo que está muy vigilado, deben sospechar de él, así que creo que no cono…- Hablaba concentrada en alimentar a la aspiradora que tenía por hija hasta que vi cómo Lykaios la miraba. -Oh no, olvidado, de ninguna manera. No entregaremos a Lila a la Alianza. Créanme que lo considere pero es un plan que puede salir mal de muchas maneras. Llevaría años de espera hasta que podamos explicarle lo que tiene que hacer si es que logramos contactarnos con ella, en el supuesto caso que ella entienda y en el hipotético escenario en el que acepte, porque la Alianza podría convencerla de que nosotros somos los malos y no estarían tan alejados, la verdad, porque nadie que sea bueno la abandonaría así…-
-No creo que haga falta Ben, escucha suficiente de nosotros cuando hablamos en general. Podrías enseñarle tus técnicas de seducción, vi que fueron muy efectivas con la licántropa del bosque.- Dije alzando las cejas una y otra vez. -¡Oh! Eso me recuerda que nunca te agradecí formalmente por salvarme de esa golpiza y de ese pandemónium de licántropos; gracias y tambiéeen…- Dije dejando un momento la papilla y saliendo de la cocina velozmente. Corrí escaleras arriba hacia mi camarote donde agarré dos paquetes austeros cerrados y volví corriendo a la cocina.
-Feliz día del amigo. Cuidado, es delicado, no lo expongas al sol.- Dije entregándole sonriente uno de los paquetes, el que contenía un frasco relleno de una pasta verde, Fuego valyrio. Volví a mi tarea con la comida de la niña. Justo después apareció Balto y Lyka detrás mío, los empujé levemente para que se quitaran de encima un poco en juego, demasiados caninos en la cocina. Lo miré confundida cuando preguntó lo de los colmillos, era novata en todo lo referido a niños, sobre todo humanos, pero sonreí cuando aclaró que era broma, le enrostre en la cara el otro paquete, éste contenía un Zafiro de Cartago -Feliz día del amigo, General.- Le golpeé el hombro con el puño amistosamente, para luego terminar de preparar la papilla.
-No hay noticias de ellos por ningún lado, por ninguna red social, ni siquiera por la deep web, hay rumores. Solo me queda revisar el pendrive para ver si allí hay alguna pista o… hacer que salgan de su escondite con otro tipo de ataque.- Dije masticando uno de los peces que Lyka me ofreció y poniendo un taburete frente a Ben con el plato lleno de papilla para darle de comer a la niña la cual se había ensañado con la coleta del mago. Sobre la encimera estaba el ordenador abierto en una de las páginas de la deep web de noticias en general, lo había estado leyendo mientras cocinaba.
-¿Creen que es verdad eso que dijo sobre los clones?¿Será una especie de prueba para ver quién está comprometido con los Renegados y quién no?- Dije mientras le ofrecía a Lila la cuchara con papilla para que coma.
-También debería ser humano, yo conozco a alguien pero creo que está muy vigilado, deben sospechar de él, así que creo que no cono…- Hablaba concentrada en alimentar a la aspiradora que tenía por hija hasta que vi cómo Lykaios la miraba. -Oh no, olvidado, de ninguna manera. No entregaremos a Lila a la Alianza. Créanme que lo considere pero es un plan que puede salir mal de muchas maneras. Llevaría años de espera hasta que podamos explicarle lo que tiene que hacer si es que logramos contactarnos con ella, en el supuesto caso que ella entienda y en el hipotético escenario en el que acepte, porque la Alianza podría convencerla de que nosotros somos los malos y no estarían tan alejados, la verdad, porque nadie que sea bueno la abandonaría así…-
- Jum...pues también es verdad. - respondo conforme a eso de que la niña ya escucha bastantes palabrotas a diario, encogiéndome de hombros. Me echo a reír por lo de las técnicas de seducción, recordando el encuentro con Kiana. - Nahh, no me des las gracias. Eso fue una técnica de supervivencia. A ver...era una mujer muuy atractiva, pero daba putomiedo. ¿Tú viste cómo mató a una de los suyos por contradecirla? imagina que voy a una cita con ella y digo algo que no le cuadra. Pues que me mata. No sé yo... - por otro lado tenía curiosidad, aunque sabía que no era alguien de fiar. Sigo a Leila con la mirada mientras sale un momento para ir a buscar algo, haciendo alguna que otra carantoña a la pequeña en lo que regresa su madre.
- ¡REGALOS! - grito emocionado como lo haría un crío, estando a punto de olvidar sujetar a la niña cuando cojo el regalo que me da. Mi cara de felicidad al ver lo que es no tiene precio. - Ayyy, te has acordado de que me encantan las cosas que explotan y hacen fuego. - toqueteo el frasco de fuego valiryo mientras le mando un beso a mi compañera, saludando también al capi Knox cuando entra y recibe su otro regalo. Menos mal que estaba de vuelta. - Ugh, pescado crudo. ¡Un irlandés desayuna cerveza!- suelto un auch cuando Lila me tira de la coleta para entretenerse mientras come, y mientras yo intento atender a lo de la pista de los compañeros.
- Yo es que no lo entiendo. ¿Por qué desaparecieron algunos compañeros a raíz del mensaje y el caos absurdo que siguió? vale...yo fui el primero en montar un poco de bronca dentro del bando, pero dejé de hacer el capullo cuando te encontré, Lykaios. ¿Les habrá pasado algo? ¿Estarán en otro país y no nos han avisado? ¿Y qué es eso de los clones? - pregunto sintiéndome tonto y despistado, y más por la mañana, que estoy lento.
- ¿Un bebé infiltrado? Lykaios está loco, pero no creo que se refiera a eso. No sé a quién infiltrar, todos estamos fichados. Puede que no haya información porque ahora mismo están como sin gobierno...
- ¡REGALOS! - grito emocionado como lo haría un crío, estando a punto de olvidar sujetar a la niña cuando cojo el regalo que me da. Mi cara de felicidad al ver lo que es no tiene precio. - Ayyy, te has acordado de que me encantan las cosas que explotan y hacen fuego. - toqueteo el frasco de fuego valiryo mientras le mando un beso a mi compañera, saludando también al capi Knox cuando entra y recibe su otro regalo. Menos mal que estaba de vuelta. - Ugh, pescado crudo. ¡Un irlandés desayuna cerveza!- suelto un auch cuando Lila me tira de la coleta para entretenerse mientras come, y mientras yo intento atender a lo de la pista de los compañeros.
- Yo es que no lo entiendo. ¿Por qué desaparecieron algunos compañeros a raíz del mensaje y el caos absurdo que siguió? vale...yo fui el primero en montar un poco de bronca dentro del bando, pero dejé de hacer el capullo cuando te encontré, Lykaios. ¿Les habrá pasado algo? ¿Estarán en otro país y no nos han avisado? ¿Y qué es eso de los clones? - pregunto sintiéndome tonto y despistado, y más por la mañana, que estoy lento.
- ¿Un bebé infiltrado? Lykaios está loco, pero no creo que se refiera a eso. No sé a quién infiltrar, todos estamos fichados. Puede que no haya información porque ahora mismo están como sin gobierno...
Alcé las cejas y sonreí tirandole a Ben el par de botellas vacias de whisky que me habia limpiado yo solito mientras pescaba.
- Ya te llevo ventaja hoy
Luego de aquello, Leila me vino a poner un regalo en las manos. Yo no sabia ni que dia era aquel, no habia reparado en ello. Sonreí un poco, encantado, y abri la cajita. Vi la piedra de adentro, era brillante, azulosa y bonita. Y podía percibirse un aura mágica, vamos que no era una piedra normal y ya, al igual que la que llevaba en mi anillo.
- Mola. Que hace, Leila? - si no lo sabía ella, nos tocaría experimentar. Experimentar con cosas magicas era jugar un poco a la ruleta rusa, pero oye, tenía su aquel, tenia su encanto. Luego fruncí el ceño, pensando que yo no traia mas regalos que pescaos marinos. Balto que estaba por ahi se puso a lamerle los tobillos a Lala. Supongo que quería su regalo tambien... aquello me arrancó una breve risa. - Muchas gracias. - le solté un abrazo antes de dejarla seguir con la papilla.
Me acerqué al ordenador para echarle un vistazo a lo que habian estado investigando, aunque no parecia haber gran cosa.
- Tanto secretismo no me gusta. Sobre los clones...Hm, Thalos respalda la versión de Johan, por lo visto vio algo durante su secuestro. Pero sobre todo, que sacaría Johan a estas alturas haciendo una prueba de lealtades?
Luego me quedé ojiplático mirando a Leila cuando entendió que mi candidata era su pequeñisima hija.
- Haaalaaaaaaaaa, lo que me ha dicho! - me hice el indignado. - Tan desalmado me crees? Como iba a mandar a esta bola-no-peluda a algo tan desagradable y peligroso? No no, su mision ahora es comerse ese potingue que le ha hecho su madre.
Me despegué del ordenador caminando un poco de un lado para otro, con tranquilidad, escuchando las dudas del endormiscado de Ben.
- Es posible que despues de todo el caos reinante, la Alianza los hiciera presos y se los llevase fuera, incluso a otro pais como dice Ben. De no ser asi, ya nos habrian contactado... Imram habría hecho algo, estoy seguro. Si creemos la version de los clones malignos robóticos...y si los están usando para sacar más copias?
- Ya te llevo ventaja hoy
Luego de aquello, Leila me vino a poner un regalo en las manos. Yo no sabia ni que dia era aquel, no habia reparado en ello. Sonreí un poco, encantado, y abri la cajita. Vi la piedra de adentro, era brillante, azulosa y bonita. Y podía percibirse un aura mágica, vamos que no era una piedra normal y ya, al igual que la que llevaba en mi anillo.
- Mola. Que hace, Leila? - si no lo sabía ella, nos tocaría experimentar. Experimentar con cosas magicas era jugar un poco a la ruleta rusa, pero oye, tenía su aquel, tenia su encanto. Luego fruncí el ceño, pensando que yo no traia mas regalos que pescaos marinos. Balto que estaba por ahi se puso a lamerle los tobillos a Lala. Supongo que quería su regalo tambien... aquello me arrancó una breve risa. - Muchas gracias. - le solté un abrazo antes de dejarla seguir con la papilla.
Me acerqué al ordenador para echarle un vistazo a lo que habian estado investigando, aunque no parecia haber gran cosa.
- Tanto secretismo no me gusta. Sobre los clones...Hm, Thalos respalda la versión de Johan, por lo visto vio algo durante su secuestro. Pero sobre todo, que sacaría Johan a estas alturas haciendo una prueba de lealtades?
Luego me quedé ojiplático mirando a Leila cuando entendió que mi candidata era su pequeñisima hija.
- Haaalaaaaaaaaa, lo que me ha dicho! - me hice el indignado. - Tan desalmado me crees? Como iba a mandar a esta bola-no-peluda a algo tan desagradable y peligroso? No no, su mision ahora es comerse ese potingue que le ha hecho su madre.
Me despegué del ordenador caminando un poco de un lado para otro, con tranquilidad, escuchando las dudas del endormiscado de Ben.
- Es posible que despues de todo el caos reinante, la Alianza los hiciera presos y se los llevase fuera, incluso a otro pais como dice Ben. De no ser asi, ya nos habrian contactado... Imram habría hecho algo, estoy seguro. Si creemos la version de los clones malignos robóticos...y si los están usando para sacar más copias?
Asentí de acuerdo con Ben sobre Kiana.
-Sin mencionar eso que parece que tienen más de un hijo por parto. Un Benjamín es bueno, un mini Benjamín sería aguantable… pero imagina tres miniaturas tuyas.- Un escalofrío me hizo temblar. Mi cara pasó de felicidad a miedo cuando vi cómo el pelirrojo hacía malabares con la niña y el frasco de pasta verde. La boca se me hizo agua cuando ví las botellas de whisky que Lyka había vaciado.
-¿Mmm?¡Ah! Ehhh... Si, el vendedor me dijo...- Dije quitando mi atención del whiski y tratando de recordar qué era lo que hacían esas cosas. -Ese es un zafiro de... un lugar que queda en Túnez... ¡Aghh! Lo tengo en la punta de la lengua... ¡Cartago! Si, Cartago y permite que las cosas se diluyan, sé que controlas el agua y pensé que te serviría, no sé si se puede cambiar si ya tienes uno igual. Y la pasta verde de ese frasco es fuego... ¿válido?... ¿batido?... no recuerdo... algo así era, y es una sustancia extremadamente inflamable y es muy difícil de apagar y me hizo pensar en ti, Ben, porque vi que controlas el fuego.- Dije mientras ponía lo que había preparado en un plato. La papilla que no entró en el plato para Lila la puse en el plato de Balto que parecía querer algo para él también y abracé al licántropo a su vez.
-No lo sé, ¿Asegurarse de no tener ningún infiltrado de la Alianza Humana entre los que configuran y saben de sus planes? Esa bruja, Victorya Blanc, no me agrada ni un pelo y anda rondando muy cerca de Johan.- Me encogí de hombros y respondí a la pregunta de Lyka. Mire hacia afuera mientras Lila tragaba y era un lindo día para caminar por la playa.
-¿En otro país?¿Creen que la Alianza Humana los desterró? Hay muchos testimonios de renegados que consiguen estar a salvo de ir a los campos de concentración por estar en territorios que no pertenecen a la Alianza Humana ¿Qué territorios no le pertenecen?- Pregunte extrañada cuando Ben dejó caer la posibilidad mientras le daba de comer a la niña que ya había ingerido la mitad de lo que le había preparado. Entrecerré los ojos pensativa cuando el pelirrojo puso en pocas palabras lo que yo estaba diciendo, en mi mente parecía un buen plan, en palabras parecía una auténtica locura. La cara de indignación de Lyka me hizo sonreír.
-¡Hey! Yo lo pensé desde antes del nacimiento de esta bola-no-peluda y eso no me hace una desalmada, simplemente soy realista y práctica.- Le respondí también haciendo como si estuviera ofendida, pero no lo hice con mucho esfuerzo porque era notoria la gracia que me daba.
-Sin mencionar eso que parece que tienen más de un hijo por parto. Un Benjamín es bueno, un mini Benjamín sería aguantable… pero imagina tres miniaturas tuyas.- Un escalofrío me hizo temblar. Mi cara pasó de felicidad a miedo cuando vi cómo el pelirrojo hacía malabares con la niña y el frasco de pasta verde. La boca se me hizo agua cuando ví las botellas de whisky que Lyka había vaciado.
-¿Mmm?¡Ah! Ehhh... Si, el vendedor me dijo...- Dije quitando mi atención del whiski y tratando de recordar qué era lo que hacían esas cosas. -Ese es un zafiro de... un lugar que queda en Túnez... ¡Aghh! Lo tengo en la punta de la lengua... ¡Cartago! Si, Cartago y permite que las cosas se diluyan, sé que controlas el agua y pensé que te serviría, no sé si se puede cambiar si ya tienes uno igual. Y la pasta verde de ese frasco es fuego... ¿válido?... ¿batido?... no recuerdo... algo así era, y es una sustancia extremadamente inflamable y es muy difícil de apagar y me hizo pensar en ti, Ben, porque vi que controlas el fuego.- Dije mientras ponía lo que había preparado en un plato. La papilla que no entró en el plato para Lila la puse en el plato de Balto que parecía querer algo para él también y abracé al licántropo a su vez.
-No lo sé, ¿Asegurarse de no tener ningún infiltrado de la Alianza Humana entre los que configuran y saben de sus planes? Esa bruja, Victorya Blanc, no me agrada ni un pelo y anda rondando muy cerca de Johan.- Me encogí de hombros y respondí a la pregunta de Lyka. Mire hacia afuera mientras Lila tragaba y era un lindo día para caminar por la playa.
-¿En otro país?¿Creen que la Alianza Humana los desterró? Hay muchos testimonios de renegados que consiguen estar a salvo de ir a los campos de concentración por estar en territorios que no pertenecen a la Alianza Humana ¿Qué territorios no le pertenecen?- Pregunte extrañada cuando Ben dejó caer la posibilidad mientras le daba de comer a la niña que ya había ingerido la mitad de lo que le había preparado. Entrecerré los ojos pensativa cuando el pelirrojo puso en pocas palabras lo que yo estaba diciendo, en mi mente parecía un buen plan, en palabras parecía una auténtica locura. La cara de indignación de Lyka me hizo sonreír.
-¡Hey! Yo lo pensé desde antes del nacimiento de esta bola-no-peluda y eso no me hace una desalmada, simplemente soy realista y práctica.- Le respondí también haciendo como si estuviera ofendida, pero no lo hice con mucho esfuerzo porque era notoria la gracia que me daba.
Puse cara de terror al escuchar eso de tener tres miniaturas mías por ahí danzando, negando rápidamente con la cabeza al imaginarme el caos que supondría eso. A la tal Kiana parecía no suponerle un problema eso de tener camada, con razón estaba rodeada de tanta gente. La explicación de Leila sobre el fuego valyrio me sacó un poco de mis traumáticos pensamientos parentales, así que acabé sonriendo cual pirómano al imaginar lo que podría hacer con eso. - Estoy deseando probarlo, te agradezco mucho que hayas pensado en ese regalo para mí. Ahora tendré que pensar en algo que pueda regalarte...- murmuré con el ceño fruncido como si estuviera pensando en ello, recolocando a la pequeña para que Leila pudiese seguir dándole de comer.
Alterno la mirada entre Lykaios y Leila cuando lanzar hipótesis sobre lo de la prueba de lealtades, y los infiltrados. Para mi nada de eso tiene sentido, suena demasiado retorcido y me pone nervioso pensar que no puedes confiar en nadie. - Bueeno...yo también aproveche lo del mensaje para hacer de las mías y meter algo de cizaña, ¡pero todo empezó porque estaba borracho y Gen es una mala influencia para mí! - me excuso para que Lykaios no me riña por no haber colaborado, asintiendo a lo de Victorya Blanc. - Seguro que ella también es una mala influencia para Johan. O a lo mejor es un clon de la Alianza que han metido ahí para espiarnos. - abro mucho los ojos con mi teoría de la conspiración, asintiendo seguro de mí mismo a pesar de no tener ni una sola prueba.
- Sobre los compañeros desaparecidos...si hubiesen huido nos hubiesen avisado para que no nos preocupásemos, ¿no creéis? a mi me parece que los han atrapado para hacerles copias. - suspiro resignado ante la idea, encogiéndome de hombros ante la pregunta de Leila. - Es difícil de decir, pero por lo general son más seguros para nosotros los territorios más despoblados. Las grandes ciudades son casi todas de la Alianza, y la única comunidad enteramente mágica es Ouroboros. El resto de sitios son casi todos lugares en disputa, creo. - pongo una mano en la cabeza de la bola no peluda como la llama Leila, pasándola por encima un par de veces como si fuera un perrillo. - Sólo podríamos enviarla como arma biológica para que les pegase los mocos. Habrá que esperar a que ella decida. Y mientras enviemos a Balto. Nadie sospecha de los perros, a todo el mundo le gustan. Hasta el capitán más capullo se fiará del perro espía. - sonrío como si fuese un gran plan, aunque sea bastante mierder la idea. - Ahora creo que deberíamos hablar con el resto de renegados, no podemos seguir así.
Alterno la mirada entre Lykaios y Leila cuando lanzar hipótesis sobre lo de la prueba de lealtades, y los infiltrados. Para mi nada de eso tiene sentido, suena demasiado retorcido y me pone nervioso pensar que no puedes confiar en nadie. - Bueeno...yo también aproveche lo del mensaje para hacer de las mías y meter algo de cizaña, ¡pero todo empezó porque estaba borracho y Gen es una mala influencia para mí! - me excuso para que Lykaios no me riña por no haber colaborado, asintiendo a lo de Victorya Blanc. - Seguro que ella también es una mala influencia para Johan. O a lo mejor es un clon de la Alianza que han metido ahí para espiarnos. - abro mucho los ojos con mi teoría de la conspiración, asintiendo seguro de mí mismo a pesar de no tener ni una sola prueba.
- Sobre los compañeros desaparecidos...si hubiesen huido nos hubiesen avisado para que no nos preocupásemos, ¿no creéis? a mi me parece que los han atrapado para hacerles copias. - suspiro resignado ante la idea, encogiéndome de hombros ante la pregunta de Leila. - Es difícil de decir, pero por lo general son más seguros para nosotros los territorios más despoblados. Las grandes ciudades son casi todas de la Alianza, y la única comunidad enteramente mágica es Ouroboros. El resto de sitios son casi todos lugares en disputa, creo. - pongo una mano en la cabeza de la bola no peluda como la llama Leila, pasándola por encima un par de veces como si fuera un perrillo. - Sólo podríamos enviarla como arma biológica para que les pegase los mocos. Habrá que esperar a que ella decida. Y mientras enviemos a Balto. Nadie sospecha de los perros, a todo el mundo le gustan. Hasta el capitán más capullo se fiará del perro espía. - sonrío como si fuese un gran plan, aunque sea bastante mierder la idea. - Ahora creo que deberíamos hablar con el resto de renegados, no podemos seguir así.
Miré con interes el zafiro de cartago cuando ella me describió mas o menos lo que hacia.
- No, no tengo nada parecido. - Lo guardé satisfecho, pensando que pronto experimentaría con el. Diluir las cosas, como en agua? Seria interesante. Hasta el momento mi habilidad estaba limitada a la materia inorgánica...
- Pero yo creo que esa mujer anda cerca de Johan por intereses distintos a los de una espia...o eso me dice el instinto. Tu instinto gatuno te dice otra cosa?
Sacudí la cabeza cuando Leila preguntó por aquellos terrenos que no pertenecian a la Alianza.
[color=crimson- La ciudad está tomada por completo. Si te acercas, aparece en seguida un peloton de soldados y algun centinela. No me explico cómo con los lideres desaparecidos, parecen más organizados que nunca. En cuanto a fuerza militar, claro está....[/color]
Observé a Leila, y la verdad no le deseaba para nada la vida de una doble agente. Pensé en el hijo de Imram y se me oscureció el semblante.
"tenemos que encontrarlos"
Escuché a Ben, que solo dijo algo coherente al final, en referencia de ir a hablar con los demás renegados
- Si, ya va siendo hora de empezar a hacer un poco de ruido. Espero que no metieses mucha cizaña contra Johan, que como se ponga modo rencorosito, te vas a comer tu el fregao, Red.
Silbé a Balto y me dirigí hacia la salida...deteniendome al darme cuenta que no sabia donde encontrar a Johan ni a los demás. Que desconexion!
- Erm....alguno sabeis por donde se meten?
- No, no tengo nada parecido. - Lo guardé satisfecho, pensando que pronto experimentaría con el. Diluir las cosas, como en agua? Seria interesante. Hasta el momento mi habilidad estaba limitada a la materia inorgánica...
- Pero yo creo que esa mujer anda cerca de Johan por intereses distintos a los de una espia...o eso me dice el instinto. Tu instinto gatuno te dice otra cosa?
Sacudí la cabeza cuando Leila preguntó por aquellos terrenos que no pertenecian a la Alianza.
[color=crimson- La ciudad está tomada por completo. Si te acercas, aparece en seguida un peloton de soldados y algun centinela. No me explico cómo con los lideres desaparecidos, parecen más organizados que nunca. En cuanto a fuerza militar, claro está....[/color]
Observé a Leila, y la verdad no le deseaba para nada la vida de una doble agente. Pensé en el hijo de Imram y se me oscureció el semblante.
"tenemos que encontrarlos"
Escuché a Ben, que solo dijo algo coherente al final, en referencia de ir a hablar con los demás renegados
- Si, ya va siendo hora de empezar a hacer un poco de ruido. Espero que no metieses mucha cizaña contra Johan, que como se ponga modo rencorosito, te vas a comer tu el fregao, Red.
Silbé a Balto y me dirigí hacia la salida...deteniendome al darme cuenta que no sabia donde encontrar a Johan ni a los demás. Que desconexion!
- Erm....alguno sabeis por donde se meten?
Hice un gesto como quitándole importancia a lo del regalo para mi. Puse mi mejor cara de recriminación hacia Ben al saber del lío que hizo cuando estaba borracho. Para ese momento Lila ya había terminado de comer, comía rápido porque no masticaba, porque no tenía dientes así que me puse a lavar lo que había usado. Me detuve súbitamente cuando escuché la hipótesis de Ben sobre Victorya, tomé al pelirrojo de los lados de su cabeza y lo zarandee ligeramente un par de veces.
-¡Ben!¡Eres un genio! Eso tiene sentido y creo que es lo más probable…- Dije con los ojos muy abiertos. -Mi instinto me dice que ella no es de fiar, este por el interés que esté, no sé qué fue lo que le pasó por la cabeza a Johan para confiar en alguien así, pero ¿tienen una idea de la cantidad de cosas extrañas que encontré en esta computadora? Les juro que no sabía todos agujeros que podía tener un cuerpo para que fuera penetrado.- Dije más tranquila mientras volvía a la tarea de lavar los trastos.
-Los líderes son reemplazables…- Acote casi en un susurro a lo que dijo el peliazul sobre la organización de las fuerzas militares mientras terminaba de acomodar los utensilios, yo sabía algo de eso, había estado en ese ambiente durante el tiempo suficiente para saber que la línea de mando era casi infinita. Revolee los ojos cuando vi salir al licántropo porque sabía que no tenía un plan, así que expandí una pestaña en la computadora y releí los datos que había plasmado allí.
-Hay que descubrir dónde se hacen las copias, entonces. Estos lugares pueden estar relacionados con los centros de mando de los satélites, podrían emitir las órdenes para los satélites y para éstas copiadoras desde el mismo lugar.- Hablaba mientras miraba la pantalla, luego alcé en brazos a Lila, ahora que estaba más libre, y alcancé a Lykaios y a Balto antes de subir la escalera que llevaba a la planta baja y continué hablando.
-De acuerdo con la información que recopilamos a través de estos meses sobre el paradero del resto de compañeros; La última vez que Cleopatra fue vista, fue en aquella isla misteriosa de los magos… Ouroboros, en una fiesta. Emily y Sook fueron vistas por última vez en el castillo Le Fay. Gen… pues… aquí… antes de que Ben saliera a satisfacer su antojo de desastres. Imram en stonehenge, aunque creo que lo llevaron a un hospital de la isla mágica. Corre el rumor en la deep web que están aceptando la entrada a cada vez más renegados para que se refugien en aquella isla. Creo que si lo que quieren es encontrar a los renegados deberían ir allí, luego podrían buscar en algún otra base que pudo haber tenido la Brigada o algún lugar en el que pudieron haber estado mucho tiempo… me habían dicho que uno de sus mayores logros fue el tratado de paz en Marsella, Francia, podrían buscar allí también, mi instinto gatuno me dice que por allí hay respuestas. Yo me quedaré aquí, tengo que seguir cuidando de Lila y les avisaré si llega otro brigadista, si ven al tal Altair díganle que quiero que hablemos junto contigo, Lyka.- Dije mientras subí a la planta baja con Lila en brazos, atravesé el corredor, crucé la puerta que nos separaba del exterior y me choqué con los vientos oceánicos. La cubierta estaba delimitada por sogas, allí dejé mis zapatillas.
-Necesito despejarme un poco, demasiadas conspiraciones por ahora, además la desaparición y la aparición me dan mareos, ustedes vayan a hablar con el resto de renegados, nosotras los esperaremos aquí, continuaremos con la búsqueda de nuestros compañeros y de los centros de mando de los satélites antimagia, pero primero vamos a caminar un poco por la playa, es un lindo día. Avisen cualquier cosa.- Dije agitando la moneda comunicadora y uno de los celulares. Bajé a la playa, la arena era cálida y suave al contacto con las plantas de mis pies, desde allí se podían ver las olas romper entre sí, contra las rocas y contra los acantilados y también se podían ver a las gaviotas volar. Todavía no era mediodía, así que faltaba para que el sol alcance su punto más alto pero me gustaba sentir su calor en el rostro mientras caminaba con Lila.
-¡Ben!¡Eres un genio! Eso tiene sentido y creo que es lo más probable…- Dije con los ojos muy abiertos. -Mi instinto me dice que ella no es de fiar, este por el interés que esté, no sé qué fue lo que le pasó por la cabeza a Johan para confiar en alguien así, pero ¿tienen una idea de la cantidad de cosas extrañas que encontré en esta computadora? Les juro que no sabía todos agujeros que podía tener un cuerpo para que fuera penetrado.- Dije más tranquila mientras volvía a la tarea de lavar los trastos.
-Los líderes son reemplazables…- Acote casi en un susurro a lo que dijo el peliazul sobre la organización de las fuerzas militares mientras terminaba de acomodar los utensilios, yo sabía algo de eso, había estado en ese ambiente durante el tiempo suficiente para saber que la línea de mando era casi infinita. Revolee los ojos cuando vi salir al licántropo porque sabía que no tenía un plan, así que expandí una pestaña en la computadora y releí los datos que había plasmado allí.
-Hay que descubrir dónde se hacen las copias, entonces. Estos lugares pueden estar relacionados con los centros de mando de los satélites, podrían emitir las órdenes para los satélites y para éstas copiadoras desde el mismo lugar.- Hablaba mientras miraba la pantalla, luego alcé en brazos a Lila, ahora que estaba más libre, y alcancé a Lykaios y a Balto antes de subir la escalera que llevaba a la planta baja y continué hablando.
-De acuerdo con la información que recopilamos a través de estos meses sobre el paradero del resto de compañeros; La última vez que Cleopatra fue vista, fue en aquella isla misteriosa de los magos… Ouroboros, en una fiesta. Emily y Sook fueron vistas por última vez en el castillo Le Fay. Gen… pues… aquí… antes de que Ben saliera a satisfacer su antojo de desastres. Imram en stonehenge, aunque creo que lo llevaron a un hospital de la isla mágica. Corre el rumor en la deep web que están aceptando la entrada a cada vez más renegados para que se refugien en aquella isla. Creo que si lo que quieren es encontrar a los renegados deberían ir allí, luego podrían buscar en algún otra base que pudo haber tenido la Brigada o algún lugar en el que pudieron haber estado mucho tiempo… me habían dicho que uno de sus mayores logros fue el tratado de paz en Marsella, Francia, podrían buscar allí también, mi instinto gatuno me dice que por allí hay respuestas. Yo me quedaré aquí, tengo que seguir cuidando de Lila y les avisaré si llega otro brigadista, si ven al tal Altair díganle que quiero que hablemos junto contigo, Lyka.- Dije mientras subí a la planta baja con Lila en brazos, atravesé el corredor, crucé la puerta que nos separaba del exterior y me choqué con los vientos oceánicos. La cubierta estaba delimitada por sogas, allí dejé mis zapatillas.
-Necesito despejarme un poco, demasiadas conspiraciones por ahora, además la desaparición y la aparición me dan mareos, ustedes vayan a hablar con el resto de renegados, nosotras los esperaremos aquí, continuaremos con la búsqueda de nuestros compañeros y de los centros de mando de los satélites antimagia, pero primero vamos a caminar un poco por la playa, es un lindo día. Avisen cualquier cosa.- Dije agitando la moneda comunicadora y uno de los celulares. Bajé a la playa, la arena era cálida y suave al contacto con las plantas de mis pies, desde allí se podían ver las olas romper entre sí, contra las rocas y contra los acantilados y también se podían ver a las gaviotas volar. Todavía no era mediodía, así que faltaba para que el sol alcance su punto más alto pero me gustaba sentir su calor en el rostro mientras caminaba con Lila.
Asentí con una sonrisa pícara a eso de que esa mujer podía tener otras intenciones con Johan, captando lo que Lykaios quería decir. No tardé en cambiar esa sonrisa por una cara de disculpa, por eso de haber metido mucha cizaña cuando pasó lo del mensaje. La verdad es que me vine un poco arriba, de más. - Tal vez esté molesto, no lo descarto, pero debe recordar todo lo que hemos colaborado en el pasado. Además, ya sabe cómo soy. Y la verdad es que parecía muy culpable en ese mensaje. - hice un gesto con las manos como queriendo decir que iría en son de paz. - Vaaale, vale. Ya lo arreglo yo. - refunfuño por lo bajo, metiendo las manos en los bolsillos tras haber entregado a la pequeña Lila a su madre, que ahora me caía un poco mejor si cabe tras haber dicho que era un genio. Solté una risotada al escuchar lo que había estado viendo Leila en el PC, no me la imaginaba viendo esas cosas.
- Pff pues claro que son reemplazables. - dije poniéndome algo más serio, pensando en los de la Alianza. Después pensé en Lykaios. Él para mi no era reemplazable, de ningún modo. - No estaría mal tener de una vez por todas unos líderes en condiciones, algo así como lo que se dijo en la fiesta de Ouroboros. Ah...no, que creo que no estuvisteis. - solté en modo un poco rencoroso, porque me habían abandonado ese día. Eché un vistazo a lo que salía en el ordenador de Leila, rompiéndome los sesos para pensar dónde podía estar la fábrica de copias. Seguí al grupo en su salida al exterior, fuera de la cocina, escuchando las conjeturas de Leila.
- Los tienes a todos muuy localizados, eres buena detective. - le dí pequeño golpe de admiración en el hombro a mi compañera, un poco más bruta de la cuenta. - No es mala idea ir a Francia, por aquí ya hemos buscado sin resultado, deberíamos cambiar de lugar. Los renegados suelen estar por el castillo Black, iré allí con Lykaios y organizaremos algo. - asentí a eso de que ella se quedaba aquí organizando y cuidando de nuestra base mientras nosotros hacíamos otra misión. - Cuidaos, os llamaré tooodos los días. - agarro al licántropo por el brazo, desaparenciendo de allí con él.
----------------------------
encuentran a alguien en su próxima investigación?
probabilidad: éxito/fallo
- Pff pues claro que son reemplazables. - dije poniéndome algo más serio, pensando en los de la Alianza. Después pensé en Lykaios. Él para mi no era reemplazable, de ningún modo. - No estaría mal tener de una vez por todas unos líderes en condiciones, algo así como lo que se dijo en la fiesta de Ouroboros. Ah...no, que creo que no estuvisteis. - solté en modo un poco rencoroso, porque me habían abandonado ese día. Eché un vistazo a lo que salía en el ordenador de Leila, rompiéndome los sesos para pensar dónde podía estar la fábrica de copias. Seguí al grupo en su salida al exterior, fuera de la cocina, escuchando las conjeturas de Leila.
- Los tienes a todos muuy localizados, eres buena detective. - le dí pequeño golpe de admiración en el hombro a mi compañera, un poco más bruta de la cuenta. - No es mala idea ir a Francia, por aquí ya hemos buscado sin resultado, deberíamos cambiar de lugar. Los renegados suelen estar por el castillo Black, iré allí con Lykaios y organizaremos algo. - asentí a eso de que ella se quedaba aquí organizando y cuidando de nuestra base mientras nosotros hacíamos otra misión. - Cuidaos, os llamaré tooodos los días. - agarro al licántropo por el brazo, desaparenciendo de allí con él.
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encuentran a alguien en su próxima investigación?
probabilidad: éxito/fallo
Dados
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Benjamin Red' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Probabilidad' :
'Probabilidad' :
Kyllian Evans
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Después de la fiesta en Ouroboros y de su brillante actuación durante la misma tenía una resaca alucinante y por alguna razón había acabado en la enfermería con un cubo al lado de la cama pues al parecer mi intento de mear en una maceta en el salón se vio truncado por un par de magoseguratas y la cosa se puso un tanto violenta por no hablar de la tensión que ya había entre los miembros del consejo. El tipo del pájaro regordete y el bastón vino a verme para que le contara mi trágica historia, lo recordaba vagamente pues presentía que mi resentimiento venía de algún lugar y eso hice, contarle a aquel tipo estirado mi pequeña historia, escuchando atentamente cada palabra con la mirada perdida en el infinito.
No tardé mucho pero aquel hombre todo engalanado se quedó sobando su pollo un momento y al final me ofreció quedarme y probar suerte en el lugar que habían aprendido todo mis padres y si hubiera podido verme la cara se habría dado cuenta de mi expresión de incredulidad "así? sin más?" pensé para después pedirle tiempo pues Johan me había pedido unirme a los renegados, o eso me decía el recuerdo residual, tampoco podía pensar mucho en ese momento, necesitaba un buen chute de cafeína y algo con azúcar, necesitaba un pastelillo, uno con kilos de dulce veneneo.
No pasaron muchos días hasta que decidí tomar la oferta del hombre ciego del pollo en el hombro, también hablé con Reiv y Johan pues lo del mensaje en las pantallas me había dado mucho mal rollo y algo de desconfianza, de momento sería libre y después ya vería si unirme o no. La letra pequeña se le escapó al ciego y no era todo arcoiris y diversión, debía tomar una especie de examen de ingreso que ni siquiera sé como pasé, tal vez chanchullo de los profes pero cuando entré vino lo peor, aquel sitio era una especie de hogwarts con convento, al menos el profesor, Adael, no parecía de los más estirados del lugar.
Las semanas pasaron y de repente ya eran varios meses los que llevaba recluido en aquel lugar sin noticias de Leila ni la pequeña pero como un golpe de suerte Adael decidió irse de vacaciones o algo así, dándonos a todos unos días libres que aprovecharía para visitar a las pocas personas que conocía fuera de la isla y la primera sería mi pequeña "sobrina".
Sabía que la feral era de la brigada, muchos en la isla los conocían pero nadie sabía decirle exactamente dónde estaba exactamente, lo mejor que obtuvo fue un "pues por esta playa, por esta zona deberían estar", menuda mierda buscar a los de la brigada pero conociéndolos si esperaba a la noche en aquella playa los escucharía berrear borrachos. Salí de la isla apareciéndome en aquella playa, el sol era intenso, levanté la vista mirando al horizonte con la mochila a la espalda y las olas rompiendo en mis botas, me senté a esperar en la arena, tal vez un par de horas hasta que un aroma familiar traído por el viento me hizo levantarme, Leila se acercaba con la pequeña en brazos, paseando lentamente, esperé hasta tenerlas cerca y sonreír -Hola Leila, me han dado la condicional y he venido a veros!-
No tardé mucho pero aquel hombre todo engalanado se quedó sobando su pollo un momento y al final me ofreció quedarme y probar suerte en el lugar que habían aprendido todo mis padres y si hubiera podido verme la cara se habría dado cuenta de mi expresión de incredulidad "así? sin más?" pensé para después pedirle tiempo pues Johan me había pedido unirme a los renegados, o eso me decía el recuerdo residual, tampoco podía pensar mucho en ese momento, necesitaba un buen chute de cafeína y algo con azúcar, necesitaba un pastelillo, uno con kilos de dulce veneneo.
No pasaron muchos días hasta que decidí tomar la oferta del hombre ciego del pollo en el hombro, también hablé con Reiv y Johan pues lo del mensaje en las pantallas me había dado mucho mal rollo y algo de desconfianza, de momento sería libre y después ya vería si unirme o no. La letra pequeña se le escapó al ciego y no era todo arcoiris y diversión, debía tomar una especie de examen de ingreso que ni siquiera sé como pasé, tal vez chanchullo de los profes pero cuando entré vino lo peor, aquel sitio era una especie de hogwarts con convento, al menos el profesor, Adael, no parecía de los más estirados del lugar.
Las semanas pasaron y de repente ya eran varios meses los que llevaba recluido en aquel lugar sin noticias de Leila ni la pequeña pero como un golpe de suerte Adael decidió irse de vacaciones o algo así, dándonos a todos unos días libres que aprovecharía para visitar a las pocas personas que conocía fuera de la isla y la primera sería mi pequeña "sobrina".
Sabía que la feral era de la brigada, muchos en la isla los conocían pero nadie sabía decirle exactamente dónde estaba exactamente, lo mejor que obtuvo fue un "pues por esta playa, por esta zona deberían estar", menuda mierda buscar a los de la brigada pero conociéndolos si esperaba a la noche en aquella playa los escucharía berrear borrachos. Salí de la isla apareciéndome en aquella playa, el sol era intenso, levanté la vista mirando al horizonte con la mochila a la espalda y las olas rompiendo en mis botas, me senté a esperar en la arena, tal vez un par de horas hasta que un aroma familiar traído por el viento me hizo levantarme, Leila se acercaba con la pequeña en brazos, paseando lentamente, esperé hasta tenerlas cerca y sonreír -Hola Leila, me han dado la condicional y he venido a veros!-
Mi pequeña mentira había salido excelente, de vez en cuando echaba miradas fugaces sobre Kyllian y su cara de perdido me hacían tentarme tanto que requería de todo mi entrenamiento de espía para no reír ni mostrar expresión alguna. Aguante la risa ante su cara de desconcierto por mi pregunta, pero cuando empezó a hablar no pude aguantarme más y me estalle. Cuando me recompuse dudé en si decirle o no la ubicación del barco, era nuestro único lugar seguro y sentí que estaba cediendo demasiado, era muy importante para la brigada este lugar, él no había dicho nada de estar feliz de verme y volvería a irse.
-Promete, por la niña, que nunca revelaras la posición de la base de la Brigada... por tus padres y por la niña.- Lo miraba a los ojos con una expresión seria en el rostro esperando ver en él sinceridad y temiendo ver mentira. Esperé a su respuesta para indicarle que la base se encontraba en la dirección opuesta. Rodé los ojos cuando dijo lo de llevarnos con magia para luego mirarlo de reojo con una pequeña sonrisa porque de seguro la deshidratación lo hacía decir incoherencias ya que no tenía a dónde llevarnos porque no sabía dónde quedaba el Escocés Borracho. Le abrí la bebida y lo alimenté con esos malvaviscos gigantes mientras yo también los probaba a su vez, los hubiera preferido asados pero no me podía quejar. De vez en cuando le hacía amagues y se lo daba a la niña o me lo comía yo, pero cuando dijo que me lo cobraría dejé de hacer esas cosas. Cuando al fin llegamos a la pequeña cala refugiada entre los acantilados, un sitio bien recóndito y protegido, sorteando piedras y zonas de hierbajos playeros, me alejé un momento de los otros dos acercándome al barco para susurrarle las palabras clave que me enseñaron los de la brigada para que éste entienda que Kyllian era una visita deseada y que podía mostrarse ante él, sabía que debía decirlo muy bajo porque los sentidos de los ferales eran agudos y también tomé el recaudo de cubrirme la boca por si el otro sabía leer los labios. Al final la gran embarcación se presentó ante él y negué con la cabeza sonriente ante su observación.
-Este bonito sitio para vivir tiene nombre; ¡Bienvenido al “Escocés Borracho"!- Dije ceremoniosa para después señalar el casco donde se podía apreciar la pintura de modo más reciente a modo de nombre del barco "The Drunk Scotsman". Subimos por la rampa al silencioso barco, cuando estaba deshabitado y sobre todo a oscuras daba un poco más de miedo, pero no necesitaba luz para alumbrar el camino, ya me lo conocía de memoria, además tenía una relativa buena visión en la oscuridad, cuando llegamos a cubierta agarré mis zapatillas y nos dirigí directo a uno de los últimos camarotes a través de la puerta que nos comunicaba con el interior del barco, la cual aseguré una vez que los tres entramos, los camarotes del fondo tenían bañeras más elegantes mientras que los de adelante solo tenían una regadera para duchas rápidas y eso no nos serviría con la bebe. Le indiqué a Kyllian el que siempre usábamos, allí yo tenía todos los implementos habidos y por haber para higienizarla, cuando terminamos con ella nosotros debíamos ducharnos. Le indiqué al feral un camarote que no estaba siendo usado para que se instale allí, estaba frente al mío y yo había sido una de las últimas incorporaciones a la brigada, había pedido un camarote para mi sola, así que estaba entre los últimos camarotes asignados, después del mío había un muy largo y tenebroso pasillo común lleno de graffitis que daba a muchos camarotes vacíos. Mientras me duchaba estaba tranquila porque sabía que Lila estaba bien porque estaba en mi camarote, con todas las puertas cerradas, todas las esquinas protegidas con telgopor y todos los enchufes tapados. Cuando todos estuvimos limpios nos reencontramos en el pasillo y nos guié hacia la gigantesca cocina que se encontraba en el piso debajo del de los camarotes, es decir inmediatamente después de la planta baja, a la cual llegamos a través de lo que pudo haber sido la escalera de servicio porque era estrecha. En la cocina dejé a Lila en la silla para bebes mientras preparaba su comida y, a su vez Kyllian preparaba la comida para nosotros dos. En un momento Lila comenzó a ponerse fastidiosa.
-Tiene hambre y sueño. Además odia esa silla. Ella quiere comer con su tío Ben ¡Pero el tío Ben no está ahora mismo!- Dije suspirando resignada a tener que oír sus estridentes llantos. Lo último lo dije un poco más alto que sus llantos y, como siempre, se puso a llorar más alto. No me inmute mucho porque no podíamos hacer más que continuar haciendo la comida y concentrarnos en eso para tenerla lista lo antes posible sin contratiempos. -Mañana por la mañana te enseñaré todo el barco, es mejor hacerlo con la luz del día.- Cerré la laptop que estaba mostrando mis anotaciones sobre mis investigaciones. -Ahora vamos a cenar y a dormir, o si todavía tienes energía puedes acompañarme hasta el primer piso, donde está nuestra zona de entrenamiento techada, allí hay de todo; pesas, máquinas para ejercitar, sogas, telas... para hacer tela, sacos de boxeo... ¿Te interesa algo en particular?- Dije concentrada en la papilla de la bebé.
-Promete, por la niña, que nunca revelaras la posición de la base de la Brigada... por tus padres y por la niña.- Lo miraba a los ojos con una expresión seria en el rostro esperando ver en él sinceridad y temiendo ver mentira. Esperé a su respuesta para indicarle que la base se encontraba en la dirección opuesta. Rodé los ojos cuando dijo lo de llevarnos con magia para luego mirarlo de reojo con una pequeña sonrisa porque de seguro la deshidratación lo hacía decir incoherencias ya que no tenía a dónde llevarnos porque no sabía dónde quedaba el Escocés Borracho. Le abrí la bebida y lo alimenté con esos malvaviscos gigantes mientras yo también los probaba a su vez, los hubiera preferido asados pero no me podía quejar. De vez en cuando le hacía amagues y se lo daba a la niña o me lo comía yo, pero cuando dijo que me lo cobraría dejé de hacer esas cosas. Cuando al fin llegamos a la pequeña cala refugiada entre los acantilados, un sitio bien recóndito y protegido, sorteando piedras y zonas de hierbajos playeros, me alejé un momento de los otros dos acercándome al barco para susurrarle las palabras clave que me enseñaron los de la brigada para que éste entienda que Kyllian era una visita deseada y que podía mostrarse ante él, sabía que debía decirlo muy bajo porque los sentidos de los ferales eran agudos y también tomé el recaudo de cubrirme la boca por si el otro sabía leer los labios. Al final la gran embarcación se presentó ante él y negué con la cabeza sonriente ante su observación.
-Este bonito sitio para vivir tiene nombre; ¡Bienvenido al “Escocés Borracho"!- Dije ceremoniosa para después señalar el casco donde se podía apreciar la pintura de modo más reciente a modo de nombre del barco "The Drunk Scotsman". Subimos por la rampa al silencioso barco, cuando estaba deshabitado y sobre todo a oscuras daba un poco más de miedo, pero no necesitaba luz para alumbrar el camino, ya me lo conocía de memoria, además tenía una relativa buena visión en la oscuridad, cuando llegamos a cubierta agarré mis zapatillas y nos dirigí directo a uno de los últimos camarotes a través de la puerta que nos comunicaba con el interior del barco, la cual aseguré una vez que los tres entramos, los camarotes del fondo tenían bañeras más elegantes mientras que los de adelante solo tenían una regadera para duchas rápidas y eso no nos serviría con la bebe. Le indiqué a Kyllian el que siempre usábamos, allí yo tenía todos los implementos habidos y por haber para higienizarla, cuando terminamos con ella nosotros debíamos ducharnos. Le indiqué al feral un camarote que no estaba siendo usado para que se instale allí, estaba frente al mío y yo había sido una de las últimas incorporaciones a la brigada, había pedido un camarote para mi sola, así que estaba entre los últimos camarotes asignados, después del mío había un muy largo y tenebroso pasillo común lleno de graffitis que daba a muchos camarotes vacíos. Mientras me duchaba estaba tranquila porque sabía que Lila estaba bien porque estaba en mi camarote, con todas las puertas cerradas, todas las esquinas protegidas con telgopor y todos los enchufes tapados. Cuando todos estuvimos limpios nos reencontramos en el pasillo y nos guié hacia la gigantesca cocina que se encontraba en el piso debajo del de los camarotes, es decir inmediatamente después de la planta baja, a la cual llegamos a través de lo que pudo haber sido la escalera de servicio porque era estrecha. En la cocina dejé a Lila en la silla para bebes mientras preparaba su comida y, a su vez Kyllian preparaba la comida para nosotros dos. En un momento Lila comenzó a ponerse fastidiosa.
-Tiene hambre y sueño. Además odia esa silla. Ella quiere comer con su tío Ben ¡Pero el tío Ben no está ahora mismo!- Dije suspirando resignada a tener que oír sus estridentes llantos. Lo último lo dije un poco más alto que sus llantos y, como siempre, se puso a llorar más alto. No me inmute mucho porque no podíamos hacer más que continuar haciendo la comida y concentrarnos en eso para tenerla lista lo antes posible sin contratiempos. -Mañana por la mañana te enseñaré todo el barco, es mejor hacerlo con la luz del día.- Cerré la laptop que estaba mostrando mis anotaciones sobre mis investigaciones. -Ahora vamos a cenar y a dormir, o si todavía tienes energía puedes acompañarme hasta el primer piso, donde está nuestra zona de entrenamiento techada, allí hay de todo; pesas, máquinas para ejercitar, sogas, telas... para hacer tela, sacos de boxeo... ¿Te interesa algo en particular?- Dije concentrada en la papilla de la bebé.
Kyllian Evans
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Una vez llegamos cerca del la base Leila se puso muy seria respecto a desvelar la ubicación del lugar, no la juzgaba por aquello pero no me gustaba un pelo que sacara a mis padres en eso, suspiré pensando que eso lo hacía por la niña y sus compañeros y a menos que me lavasen el coco de nuevo no iba a decir una sola palabra a nadie, era el hogar de las dos y jamás lo comprometería a menos que fuera la última opción -lo prometo, no abriré la boca- la miré a los ojos bastante serio y sosteniendo la mirada, casi sin parpadear para que estuviera segura y confiara en mi hasta que finalmente se dejó ver el escocés borracho -no sé por qué pero con el historial que tienen tus amigos no me sorprende el nombre-
Aquel barco era enorme y laberíntico, intenté memorizar el camino desde la entrada hasta el camarote que me había enseñado Leila en el cual podría quedarme los días que pasara con ellas -camarote propio, no sé por qué pensé que dormiría en tu sofá, ya venía preparado- no tardé mucho en instalarme y tomar un baño rápido después de jugar en la bañera con la pequeña, lo justo para quitarme la arena y el agua salada del pelo y la piel, me sequé y puse ropa interior limpia y un pantalón corto, nada más pues en un barco que llevaba todo el día recibiendo la luz del sol hacía bastante calor, no infernal pero un poco menos, pasé al camarote de enfrente para ver como iban las otras dos mientras me pasaba la toalla por la cabeza, nos encontramos en el pasillo ya limpios y frescos.
Bajamos a la cocina y era un poco caos pero al menos tenían que comer -supongo que la fruta y la verdura son para la niña... ¿qué come esta gente? os va a dar escorbuto un día de estos- dije mirando las reservas de comida que tenían pero por suerte yo sabía hacer magia con poca cosa, tomé algunos botes de conservas, pasta, algo de carne y algún que otro condimento para preparar una cena decente aunque ya íbamos puestos de azúcar hasta las cejas por lo que decidí prescindir de mi parte favorita, el postre. Leila hacía la cena de la niña mientras esta lloriqueaba en la silla, me daba lástima pero tampoco podía descuidar lo que tenía en el fuego, probé la salsa de la pasta, para mi gusto estaba bien pero no sabía que le parecería a Leila -prueba esto y dime si te gusta, yo lo prefiero con más pimienta, qué dices?- le ofrecí la cuchara para que probara el plato pero independientemente de lo que dijera, le puse una pizca más de alguna que otra cosa. la propuesta de enseñarme el barco no la iba a rechazar, sería horrible perderme en ese viejo cascarón y tener que pedir ayuda a la rubia que probablemente se reiría de mi hasta que Lila cumpliera la mayoría de edad -si, podemos verlo mañana después del desayuno, pero entrenar a esta hora, si tantas ganas tienes de que te de una paliza mejor cuando no tengamos la barriga llena, no tengo sueño, que tal si hacemos otra cosa? ver una peli o ir a sentarnos en cubierta a beber cerveza, que de alcohol aquí vais bien servidos- dije abriendo la nevera en la que el 80% era alcohol.
cuando terminé de hacer la cena Lila ya estaba terminando lo suyo así que podríamos comer tranquilos sin que la pequeña interrumpiera aunque aún así estaba bastante revoltosa, para el menú había pasta boloñesa con ensalada, había dejado algunos melocotones en almibar para la mañana siguiente junto con masa para tortitas esponjosas, me senté al otro lado de lila mientras Leila terminaba de darle su comida -¿que tienes en esa laptop? cosas nazis?- dije a modo de broma mientras me llevaba el primer bocado a la boca, esperando que Leila por fin empezara a comer.
Aquel barco era enorme y laberíntico, intenté memorizar el camino desde la entrada hasta el camarote que me había enseñado Leila en el cual podría quedarme los días que pasara con ellas -camarote propio, no sé por qué pensé que dormiría en tu sofá, ya venía preparado- no tardé mucho en instalarme y tomar un baño rápido después de jugar en la bañera con la pequeña, lo justo para quitarme la arena y el agua salada del pelo y la piel, me sequé y puse ropa interior limpia y un pantalón corto, nada más pues en un barco que llevaba todo el día recibiendo la luz del sol hacía bastante calor, no infernal pero un poco menos, pasé al camarote de enfrente para ver como iban las otras dos mientras me pasaba la toalla por la cabeza, nos encontramos en el pasillo ya limpios y frescos.
Bajamos a la cocina y era un poco caos pero al menos tenían que comer -supongo que la fruta y la verdura son para la niña... ¿qué come esta gente? os va a dar escorbuto un día de estos- dije mirando las reservas de comida que tenían pero por suerte yo sabía hacer magia con poca cosa, tomé algunos botes de conservas, pasta, algo de carne y algún que otro condimento para preparar una cena decente aunque ya íbamos puestos de azúcar hasta las cejas por lo que decidí prescindir de mi parte favorita, el postre. Leila hacía la cena de la niña mientras esta lloriqueaba en la silla, me daba lástima pero tampoco podía descuidar lo que tenía en el fuego, probé la salsa de la pasta, para mi gusto estaba bien pero no sabía que le parecería a Leila -prueba esto y dime si te gusta, yo lo prefiero con más pimienta, qué dices?- le ofrecí la cuchara para que probara el plato pero independientemente de lo que dijera, le puse una pizca más de alguna que otra cosa. la propuesta de enseñarme el barco no la iba a rechazar, sería horrible perderme en ese viejo cascarón y tener que pedir ayuda a la rubia que probablemente se reiría de mi hasta que Lila cumpliera la mayoría de edad -si, podemos verlo mañana después del desayuno, pero entrenar a esta hora, si tantas ganas tienes de que te de una paliza mejor cuando no tengamos la barriga llena, no tengo sueño, que tal si hacemos otra cosa? ver una peli o ir a sentarnos en cubierta a beber cerveza, que de alcohol aquí vais bien servidos- dije abriendo la nevera en la que el 80% era alcohol.
cuando terminé de hacer la cena Lila ya estaba terminando lo suyo así que podríamos comer tranquilos sin que la pequeña interrumpiera aunque aún así estaba bastante revoltosa, para el menú había pasta boloñesa con ensalada, había dejado algunos melocotones en almibar para la mañana siguiente junto con masa para tortitas esponjosas, me senté al otro lado de lila mientras Leila terminaba de darle su comida -¿que tienes en esa laptop? cosas nazis?- dije a modo de broma mientras me llevaba el primer bocado a la boca, esperando que Leila por fin empezara a comer.
Emily Kaldwin
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Tras el largo recorrido de altos vuelos terminé llegando al barco de la Brigada, aquel que me había dado tantos buenos momentos, amigos y borracheras continuas, pero esta vez me tocó entrar por la puerta principal dado que la lluvia veraniega me impedía aterrizar en una de las entradas superiores. Caminé despacio, tocando las paredes mientras caminaba hacia mi habitación, esta vez solo estaba para recoger unas cosas, pero el mal tiempo casi me pedía dormir allí aquella noche.
En primer lugar quería recoger las cosas de la cocina, pero mientras me estaba acercando escuché la presencia de gente y me asomé cuidadosamente. Allí contemplé una escena bastante familiar, como si fuesen dos padres cuidando de los hijos, pero con una diferencia: aquel chico no era el padre. Pude ver claramente el alma de la niña, mitad de Leila pero humana, mientras que su acompañante tenía poco de humano. Dudé por unos minutos si entrar o no, tampoco era importante recoger las cosas en ese momento, pero mis tripas empezaron a rugir suavemente, cosa que debió oir Leila si no se había percatado de su presencia antes.
No quería enfrentar aquella situación. Cada vez que pensaba en Leila me venía la imagen de su llave que con la que acabé en el suelo y la nariz rota. Me toqué la nariz al recordar el dolor, como si hubiese pasado ahí mismo, y entré en la cocina, dirigiéndome directamente al congelador grande a uno de los lados, no muy lejos de los otros tres.
-¿Qué hace ese chico aquí? - Pregunté con un rostro serio y centrándome en buscar a lo que venía. Saqué del congelador tres botellas bastante grandes de whiskey de malta y de la nevera un tarro lleno de formol con un ojo flotando dentro. Miré por primera vez a Leila a los ojos - No paso mucho por aquí pero… tampoco quiero que entre cualquiera. Espero que sea de confianza, o al menos más que tú... - Me callé de golpe. No era mi intención decirle eso, pero sentía que ya lo había llevado dentro demasiado tiempo. Pero no estaba aquí para discutir.
Miré a la niña, que berreaba como cualquier bebé en busca de distracción y, por puro instinto, moví mi mano para crear un pequeño juego de luces mágicas con forma de gatitos y pájaros encima de la niña. Esta no sonrió, más bien se quedó embobada mirando las luces, pero volvió a su llanto cuando uno de los gatos empezó a devorar cruelmente a otro de los pájaros de luz, desapareciendo ambos al retirar yo la mano.- Será mejor… que me vaya...- Dije dándome la vuelta con la cabeza agachada, avergonzada.
En primer lugar quería recoger las cosas de la cocina, pero mientras me estaba acercando escuché la presencia de gente y me asomé cuidadosamente. Allí contemplé una escena bastante familiar, como si fuesen dos padres cuidando de los hijos, pero con una diferencia: aquel chico no era el padre. Pude ver claramente el alma de la niña, mitad de Leila pero humana, mientras que su acompañante tenía poco de humano. Dudé por unos minutos si entrar o no, tampoco era importante recoger las cosas en ese momento, pero mis tripas empezaron a rugir suavemente, cosa que debió oir Leila si no se había percatado de su presencia antes.
No quería enfrentar aquella situación. Cada vez que pensaba en Leila me venía la imagen de su llave que con la que acabé en el suelo y la nariz rota. Me toqué la nariz al recordar el dolor, como si hubiese pasado ahí mismo, y entré en la cocina, dirigiéndome directamente al congelador grande a uno de los lados, no muy lejos de los otros tres.
-¿Qué hace ese chico aquí? - Pregunté con un rostro serio y centrándome en buscar a lo que venía. Saqué del congelador tres botellas bastante grandes de whiskey de malta y de la nevera un tarro lleno de formol con un ojo flotando dentro. Miré por primera vez a Leila a los ojos - No paso mucho por aquí pero… tampoco quiero que entre cualquiera. Espero que sea de confianza, o al menos más que tú... - Me callé de golpe. No era mi intención decirle eso, pero sentía que ya lo había llevado dentro demasiado tiempo. Pero no estaba aquí para discutir.
Miré a la niña, que berreaba como cualquier bebé en busca de distracción y, por puro instinto, moví mi mano para crear un pequeño juego de luces mágicas con forma de gatitos y pájaros encima de la niña. Esta no sonrió, más bien se quedó embobada mirando las luces, pero volvió a su llanto cuando uno de los gatos empezó a devorar cruelmente a otro de los pájaros de luz, desapareciendo ambos al retirar yo la mano.- Será mejor… que me vaya...- Dije dándome la vuelta con la cabeza agachada, avergonzada.
-Kyll, nuestra dieta se basa en comida deshidratada, enlatada, lo que pesque Lyka por ahí y bebidas con distintos tipos de graduación alcohólica, el resto de la comida son manjares que conseguimos en la ciudad a través de contactos y son para la niña. Puede que muera de todos los nuevos sabores que sienta cuando pruebe esa cuchara.- Le advertí algo irritada por los llantos de la niña y nerviosa por terminar su comida de una buena vez, pero cedí ante su mirada y probé lo que me ofrecía.
-Creo que no le vendría mal algo de orégano.- Dije encogiendome de hombros y volviendo a lo mío. Cuando al fín terminé me acerqué a Lila para darle de comer mientras el otro seguía cocinando, antes de sentarme frente a la bebe, pude ver a través del ojo de buey que había comenzado a llover.
-Es el único momento que tengo para entrenar!... bien, por hoy podemos ver una película. Alcohol no para así mañana nos podemos despertar temprano, preferentemente mucho antes que Lila, para poder ejercitar. Creo que tengo algunas películas descargadas. Las podemos ver en mi habitación.- Estaba concentrada en darle de comer a la bebé la cual tenía mucha hambre así que comió más rápido que lo usual. Cuando ya estaba terminando ví todo lo que Kyllian había preparado.
-Pero eso es comida para todo un ejército ¿Vaciaste la despensa?- Pregunté yendo a lavar los utensilios que había usado con Lila. Era de esperar la pregunta sobre mi computadora, por fortuna una visita sorpresa me salvó de tener que responder. Primero percibí su olor, así que detuve lo que tenía entre manos y cerré el grifo, luego el rugido de tripas hambrientas y entonces me giré para verla. Se encontraba empapada, pude ver en su rostro la incomodidad, cuando se tocó la nariz en mi mente se recreó toda la escena, me sentí muy culpable y la vergüenza me tenía muda. La pileta en la que se lavaban los platos estaba casi al lado del congelador así que, cuando se acercó, quedamos a poca distancia y miles de cosas pasaron por mi cabeza para decirle pero ninguna logró salir por mi boca.
-Él es Kyllian Evans, es un feral, como yo. Es un estudiante en la Academia de Ouroboros, le dieron vacaciones y vino a vernos. Nos conocimos hace un tiempo, una mañana luego de una luna llena y... somos cercanos desde entonces. Kyllian, ella es Emily Kaldwin, una alada compañera brigadista.- Supuse que era apropiado hacer las presentaciones correspondientes, pero Emily todavía me daba la espalda. Cuando se giró y ví lo que se llevaba, la miré alzando las cejas. Nuestras miradas se cruzaron y cuando preguntó si el feral era de más confianza que yo, fruncí la cejas confundida, como si no entendiera lo que estaba diciendo, luego desvió su atención de mí para mirar a la niña.
-Ella se llama Lila...- Dije en un susurro, avergonzada de no tener su confianza. La bebé seguía estando algo fastidiosa porque tenía sueño, pero no tanto como antes porque ya no tenía hambre. Ví las formas que Emily creó con luces mágicas sobre la niña y cómo ésta se relajó al verlas, sentí que ése era el momento oportuno para hablar ya que no tenía los llantos de fondo.
-Em, yo...- El llanto de Lila me detuvo, la alada hizo desaparecer las luces y se dispuso a irse. Yo no podía permitir que vuelva a desaparecer, así que rápidamente avance y tomé su mano para detenerla.
-Kyllian ve a acostar a la niña por favor.- Era una manera para pedirle que nos deje un momento a solas. Cuando ambos se fueron la solté y tomé coraje para empezar a hablar.
-No puedes huir de mi para siempre, tenemos que hablarlo. Te agredí, si, lo hice, estaba confundida y, en verdad, en verdad lo siento. Entiendo que hayas perdido la confianza que tenías en mí, pero estoy muy arrepentida y quiero recuperar nuestra amistad porque es muy importante para mí. Somos del mismo equipo...- La miraba a los ojos con una expresión seria en el rostro.
-Creo que no le vendría mal algo de orégano.- Dije encogiendome de hombros y volviendo a lo mío. Cuando al fín terminé me acerqué a Lila para darle de comer mientras el otro seguía cocinando, antes de sentarme frente a la bebe, pude ver a través del ojo de buey que había comenzado a llover.
-Es el único momento que tengo para entrenar!... bien, por hoy podemos ver una película. Alcohol no para así mañana nos podemos despertar temprano, preferentemente mucho antes que Lila, para poder ejercitar. Creo que tengo algunas películas descargadas. Las podemos ver en mi habitación.- Estaba concentrada en darle de comer a la bebé la cual tenía mucha hambre así que comió más rápido que lo usual. Cuando ya estaba terminando ví todo lo que Kyllian había preparado.
-Pero eso es comida para todo un ejército ¿Vaciaste la despensa?- Pregunté yendo a lavar los utensilios que había usado con Lila. Era de esperar la pregunta sobre mi computadora, por fortuna una visita sorpresa me salvó de tener que responder. Primero percibí su olor, así que detuve lo que tenía entre manos y cerré el grifo, luego el rugido de tripas hambrientas y entonces me giré para verla. Se encontraba empapada, pude ver en su rostro la incomodidad, cuando se tocó la nariz en mi mente se recreó toda la escena, me sentí muy culpable y la vergüenza me tenía muda. La pileta en la que se lavaban los platos estaba casi al lado del congelador así que, cuando se acercó, quedamos a poca distancia y miles de cosas pasaron por mi cabeza para decirle pero ninguna logró salir por mi boca.
-Él es Kyllian Evans, es un feral, como yo. Es un estudiante en la Academia de Ouroboros, le dieron vacaciones y vino a vernos. Nos conocimos hace un tiempo, una mañana luego de una luna llena y... somos cercanos desde entonces. Kyllian, ella es Emily Kaldwin, una alada compañera brigadista.- Supuse que era apropiado hacer las presentaciones correspondientes, pero Emily todavía me daba la espalda. Cuando se giró y ví lo que se llevaba, la miré alzando las cejas. Nuestras miradas se cruzaron y cuando preguntó si el feral era de más confianza que yo, fruncí la cejas confundida, como si no entendiera lo que estaba diciendo, luego desvió su atención de mí para mirar a la niña.
-Ella se llama Lila...- Dije en un susurro, avergonzada de no tener su confianza. La bebé seguía estando algo fastidiosa porque tenía sueño, pero no tanto como antes porque ya no tenía hambre. Ví las formas que Emily creó con luces mágicas sobre la niña y cómo ésta se relajó al verlas, sentí que ése era el momento oportuno para hablar ya que no tenía los llantos de fondo.
-Em, yo...- El llanto de Lila me detuvo, la alada hizo desaparecer las luces y se dispuso a irse. Yo no podía permitir que vuelva a desaparecer, así que rápidamente avance y tomé su mano para detenerla.
-Kyllian ve a acostar a la niña por favor.- Era una manera para pedirle que nos deje un momento a solas. Cuando ambos se fueron la solté y tomé coraje para empezar a hablar.
-No puedes huir de mi para siempre, tenemos que hablarlo. Te agredí, si, lo hice, estaba confundida y, en verdad, en verdad lo siento. Entiendo que hayas perdido la confianza que tenías en mí, pero estoy muy arrepentida y quiero recuperar nuestra amistad porque es muy importante para mí. Somos del mismo equipo...- La miraba a los ojos con una expresión seria en el rostro.
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