Entrada y recepción

La aeronave carecía de ventanas. Sin duda, el diseñador de la misma pensó que el hecho de no añadir ventanas permitía aumentar el blindaje lateral del aparato, y además evitaba el posible riesgo de que los pasajeros fueran heridos con armas de pequeño calibre, pero no había pensado sin duda en una cosa: Que tras tanto tiempo sin mirar otra cosa que no fueran las caras de los tres hombres que le acompañaban, estaba empezando a desear no haberse movido de aquella selva Birmana. Es cierto, la comodidad del transporte había mejorado enormemente desde sus tiempos en el ejército, pero bueno, esos pequeños detalles eran algo que solamente alguien que hubiera nacido en el siglo XX pudiera siquiera recordar.

Justo estaba encendiendo su pipa cuando la luz de emergencia del interior del habitáculo de transporte iluminó las caras de todos los presentes, y desató un frenético movimiento en los soldados que se sentaban junto a él y a su nuevo compañero. "Si es que se puede considerar compañero a una máquina, claro." Comenzó a fumar, y revisó con tranquilidad que su revólver estuviera bien cargado, mientras el androide se ponía en pie, y entablaba una conversación unidireccional y claramente autoritaria con los soldados. "Bien, bien, que le quede claro a esos escoltas venidos a más que no tienen autoridad ninguna aquí." Continuó tranquilamente con su rutina, guardando el revólver en su cartuchera en el interior de su chaqueta de lino blanco, y procedió a sacar de debajo del asiento un maletín de doctor, algo maltratado por los años. Lo abrió, y comenzó a sacar del interior las piezas de su fiel Matilda, el rifle que le había acompañado los últimos cuarenta años, montándolo con el mismo cariño con el que hubiera cambiado los pañales de sus hijos.

-Es cierto, señor Brenner, estamos en la obligación de colaborar con estos, nuestros anfitriones, en la resolución de sus problemas domésticos, pero no me halague todavía, la presa aún coletea.

Con un *clac*, terminó de montar el rifle, y procedió a cargar las seis balas del .375 que rellenaban el cargador del rifle. Algunos considerarían excesivo el uso de semejante arma para la "caza menor", pero eso era simplemente porque no comprendían la versatilidad y la seguridad que ofrece un arma que puede derribar un hipopótamo adulto de un tiro  bien colocado. Aseguró que el cerrojo se movía bien, y cargó la primera bala, antes de levantarse y acercarse a la compuerta, la cual comenzaba a abrirse.

-Solamente las máquinas se oxidan, hijo, los ancianos se curten- Le dedicó una sonrisa afable, como la que un abuelo dedicaría a su nieto favorito. Si los cogitadores de esa máquina funcionaban bien, entendería el mensaje subyacente -Ahora, si es tan amable, los jóvenes primero-

Tras dejar a Scar y a Vanessa me tocó hacer el camino de vuelta a Londres, siguiendo el procedimiento anterior (aparición hasta las afueras de Londres, y a partir de ahí usar la moto). Podía resultar algo más tedioso que reaparecer directamente donde las dejé, pero en esta ocasión no va a ser posible hacerlo por la vía rápida. Comienzo a adentrarme en la ciudad conduciendo por tierra, evitando en la medida de lo posible el paso por las calles principales, aunque no me va a quedar otro remedio para acercarme al hospital. Acelero un poco más al distinguir a lo lejos a una patrulla de soldados, escapando de ellos antes de que les de por usar algún escáner. Al cabo de unos minutos decido activar el sistema de vuelo para ir más rápido y localizarlos antes, pero la moto falla al no elevarse lo suficiente al principio y chocar la rueda trasera con el capó de un coche. Acabo pegándome una hostia por culpa de eso, aunque por suerte es desde poca altura y no se me ha caído la moto encima. Tras el pequeño susto no tardo de levantarme del suelo, maldiciendo y un tanto magullado. Levanto el vehículo, tratando de ponerla de nuevo a punto para que pueda volar, comprobando su sistema de vuelo.

En todo este proceso pierdo algo de tiempo, así que para cuando vuelve a funcionar se me habrán ido por lo menos unos 20 minutos desde que me marché. Por fin la hago retomar el vuelo, llegando al hospital en un rato. Busco a los que dejé aquí antes, utilizando mi posición elevado para localizarlos. Lo malo es que hay un puñetero helicóptero sobrevolando la zona, podemos ser blanco fácil si nos ven. Encuentro a Harley, Bastet y el drow aliado temporal subidos en un tejado, algo que me viene muy bien para recogerlos al vuelo. Desciendo hacia ellos, disminuyendo la velocidad para poder cazarlos. - ¡Agarraos, nos largamos! - estiro una mano hacia Bastet para que se agarre, esperando a que Harley e Ilzt se suban también, como puedan, aunque vayamos modo coche enano lleno de payasos. El vehículo se resiente por tanto peso, pero sólo será un breve trayecto para poder alejarnos de ahí, lo justo para poder desaparecernos. En un par de manzanas. lejos de la barrera antidesaparición, nos bajamos todos. No espero ni medio minuto, enseguida nos desaparezco de allí a los cuatro (Harley, Bastet, Ilzt y yo. Moto incluida). Ya lejos de Londres nos separaríamos, para que cada uno siga el camino que crea conveniente.

Tuve que conducir rápido, extremadamente rapido, pues llevaba a dos en la parte trasera del jeep desmayados y desangrandose. Uno de ellos, un ejecutor. El otro, un condiciado objetivo militar que el nuevo Capitan en funciones nos habia mandado capturar. Pero tenia la impresion de que me estaban siguiendo el rastro, asi que en lugar de ir directamente hacia los campos de concentracion, fui al hospital. Primero para evitar que se murieran. Segundo para pedir apoyo. Abri las comunicaciones, informando.

-Aqui Foxtrot, he capturado al objetivo -sí, me atribuí yo todo el mérito, que se joda el otro.  -Ares Kylee está en el bote, repito, está en el bote. Me dirijo al hospital con él y un ejecutor herido. Voy al hospital civil más cercano a Hyde Park, llevo dos criaturas mágicas pisandome los talones, o eso creo. Solicito el refuerzo de un centinela para evitar males mayores.  Es urgente!

Aparqué el jeep en la entrada del hospital, y rapidamente acudieron los enfermeros. Se alarmaron por ver ahi un vehiculo militar y me echaron la bronca. Pero con un gesto de mi arma les indiqué que se dieran vida y señalé a Ares.
-Ese de ahi es un mago!! Mantenedlo sedado o lo que sea, para que no haga magia! No tiene instalado el chip, acabo de capturarlo y no quiero que se me muera antes de llevarlo a prision. Éste hospital era el mas cercano....asi que sin quejas, vamos! Yo aseguraré la zona

Me sentia como el fakin heroe, sisi. Los enfermeros se llevaron a Jed y a Ares al interior del hospital, los moverian hasta la UCI. Pedi que informaran directamente a Andreas de que una de nuestras misiones habia sido llevada a cabo con exito, mientras montaba guardia en la entrada del hospital, esperando a las criaturas magicas y al Centinela tambien.

Resultó que alli no llegaba nadie y, tras 24 horas de montar guardia, decidi que podia irme de alli.

-Area limpia. Corto y fuera. - y abandoné aquella zona

"estos magos son unos cobardes"

Poco o nada recuerdo de mi camino desde el alejado castillo de los Black hasta la ciudad de Londres, únicamente sé que he sido acompañada hasta las afueras por un par de guardianes. No me han adecentado demasiado, tan sólo lo justo para que siga pareciendo que me he fugado de su prisión. Tampoco me han alimentado casi, lo necesario para que pueda mantenerme en pie. Ya sé lo que tengo que hacer, aunque me abandonen lejos del lugar al que debo ir. El control mental al que me han sometido es lo suficientemente fuerte por ahora como para no poder resistirme, así que la parte de mi mente que me grita que no obedezca está más que encerrada. Las órdenes que tengo son simples y claras, no demasiado enrevesadas. Debo llegar al hospital y... - Ayuda...por favor...- casi me arrastro hasta la recepcionista, que pega un bote en su sitio antes de llamar a médicos para que me recojan. A algunos les cuesta reconocerme por mi aspecto, tan desmejorado por los meses de cautiverio. Pido agua, bebiendo como desesperada cuando me la dan.

Mientras me llevan en la camilla voy contando a duras penas lo que me ha pasado. Cómo me atraparon y me retuvieron, cómo me torturaron y tuve que aguantar para sobrevivir. Y cómo conseguí escapar, aunque la versión de la historia extendida la contaré a alguien de más rango si me la pide. Por el momento me llevan a una zona de recuperación, avisando a los de la Alianza que me han encontrado aquí, después de mucho tiempo. Paso los días siguientes allí metida, recuperándome físicamente pero no mentalmente. Cualquiera que me vea notará que parezco algo ausente, algo que no es de extrañar al haber pasado encerrada tanto tiempo. Por fin viene un camión militar a recogerme cuando me dan el alta días después, llevándome de camino hacia la base de la Alianza.

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post control mental, 1 de 5

El helicóptero en el que trasladamos al ministro O'Connell aterriza en la azotea del hospital, deteniéndose después por completo para que los soldados que vamos en el interior procedamos a sacar al herido de ahí. Los servicios de urgencias ya están avisados de que íbamos, así que enseguida salen a recibirnos. Éstos se encargan de meter al político al interior del edificio, donde procederán a evaluar los daños y a atenderle.

El resto de soldados nos quedamos por el edificio porque es una situación de emergencia, por si acaso deciden atacar el lugar. Las noticias que van llegando desde la base no son muy buenas, al parecer la mayoría de los atacantes están escapando tras llevarse a los prisioneros. Lo único que espero es que el resto de compañeros no hayan salido muy perjudicados, y que los jefes no estén demasiado enfadados por no haber podido impedir lo que ha pasado.

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PS Éamon: entra con 46

Recibo el alta en el hospital tras varios días allí ingresado, recuperándome de las heridas que me habían provocado los idiotas de la Brigada que nos atacaron. Cuando desperté fui informado del resultado del enfrentamiento, que acabó con numerosos daños materiales, humanos y con la pérdida de los dos prisioneros que custodiábamos en ese lugar. No sólo eso, sino que también se llevaron al prisionero que habíamos llevado a los campos. Las explicaciones de lo sucedido eran tan absurdas como que un tipo raro apareció por un portal y se llevó a Draven y a otra recién capturada. El enfado por lo sucedido me duró por días, haber perdido a los presos no formaba parte del plan. Ya no podríamos obligarlos a humillarse y retractarse públicamente del mensaje que lanzaron, aunque es cierto que todavía perduran los rumores y las dudas que sembramos utilizando a aquellos clones como si fueran magos que aprovechasen el momento para dañar a la población.

Me dedico a hablar por teléfono con Wilhelm mientras me preparo para salir, acordando con él el punto de reunión en el que nos veríamos. Durante estos días me he mantenido en contacto con él, preguntando por si ha habido movimientos nuevos o insurrecciones de los ejecutores. La traición de Leila debería haber acabado con un castigo ejemplar, como hicimos con Nathan. Todavía hay tiempo de lograrlo. - Sí, mañana por la tarde en Galway. Enseguida saldré para allá. Trae a alguno de los androides para que hagamos pruebas si es necesario. - asiento un par de veces, dándome cuenta de un detalle que menciona. - Claro. Posiblemente ya no estén allí. Pero igualmente tenemos dos sitios nuevos. Abajo con ellos. Hasta que no les quede ni un maldito escondite que no conozcamos. - cuelgo tras acordar un par de cosas más, dirigiéndome después a la salida del hospital, donde me espera mi chófer con el coche oficial blindado. Tras esto nos alejamos definitivamente del lugar.
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PS: 150

Ingreso al Hospital con unas heridas, debido a mi habilidad no paso a peores, pero debido a que los soldados se fueron dejándome hablando sola, tuve que ir a pie al hospital, y no me quedaba muy cerca que digamos, lo cual me molesto muchísimo sin mencionar que perdí mucha sangre, sumándole a eso mi enfermedad, tuve suerte de llegar con vida, pero en muy mal estado, al pisar la puerta me atiende un doctor, con quien no puedo dialogar mucho debido al desmayo sufrido a causa de la perdida de sangre y a mi propia condición medica.

El helicóptero sobrevuela Londres hasta llegar al helipuerto del hospital, donde aterriza. No ha tardado demasiado en llegar aquí desde la base, y a mi llegada ya me están esperando los médicos para ayudarme. Los aparto de malas formas porque paso de que me lleven al interior en silla de ruedas, así que voy por mi propio pie hasta el ascensor a pesar de estar sangrando ya demasiado. Lo primero que hago es preguntar por Blair, a la que ya deben de haber atendido porque llegó hace un rato. Pido que me hagan un informe completo mientras bajamos en el ascensor, desde el helipuerto en la parte superior del edificio hasta el interior del mismo.

- Más os vale que sobreviva, si no queréis ser sospechosos de conspirar contra la Alianza. Hay demasiados topos y traidores en todas partes

Amenazo de forma paranoica, ya sin fiarme de nadie. Lo de Gelio y Jed no me ha gustado en absoluto, en cuanto salga de aquí los vigilaré de cerca y tendré unas palabras con ellos. Los soldados que venían en el helicóptero nos escoltan hasta la zona de atención primaria, por la que nos perdemos mientras me pasan para atenderme como es debido. Un poco más tarde marcho a ver a Blair, cuanto solucionan mínimamente lo mío.
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PS: 77 - 20= 57